Por Gonzalo Fiore
En medio de la crisis desatada por nuevo coronavirus Covid-19 alrededor del mundo, ¿en qué situación se encuentra el país donde se originó todo? Las versiones sobre el escenario por estas horas en la República Popular China son contrapuestas. Mientras algunas voces en la comunidad internacional aseguran que las cifras oficiales tanto de muertos como de contagiados no son reales, el Estado chino sostiene que la pandemia está controlada puertas adentro del gigante asiático. Las autoridades del Partido Comunista incluso afirman que el éxito para contener el brote fue tal, que ya se ha vuelto a poner en marcha la línea de producción. Lo cierto es que, tras la aparición del primer caso, el 1 de diciembre de 2019, en la ciudad de Wuhan, ha pasado un tiempo considerable como para que los chinos conozcan mucho más del virus que los países occidentales, donde golpeó con posterioridad. A pesar de las voces contrapuestas y las acusaciones de que la crisis fue desatada por China con intencionalidad, el país se prepara para regresar a la actividad plena mientras el resto del planeta se esfuerza por capear la peor crisis epidemiológica desde 1918. Hoy, el gobierno chino asegura tener apenas 1.300 casos activos de coronavirus.
Según las cifras oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente en China hay 83.535 casos de infectados, 3.333 de muertos y 77.360 de recuperados. Mientras tanto, Estados Unidos se prepara para enfrentar su peor semana, en palabras de Donald Trump, “un nuevo Pearl Harbor”. China hoy ocupa el puesto número seis de países en cantidad de contagios. Por ahora se encuentra detrás de Francia, Alemania, Italia, España, y los Estados Unidos, quienes lideran esta especie de ranking. En Wuhan, la capital de la provincia de Hubei, de 11.000.000 de habitantes, se levantó la cuarentena el 8 de abril. La ciudad había sido la primera en cerrarse, en los albores de la pandemia, cuando se registraban, siempre según datos oficiales, 444 casos y 17 muertos, a día de hoy, se registran 3.200 personas fallecidas. Es el séptimo centro urbano más grande de China, y representa una de las diez economías más importantes del país. Su desarrollo industrial y comercial explican por qué el virus se trasladó de manera tan veloz hacía el resto de China y especialmente hacía países del sudeste asiático como Singapur. A partir del levantamiento de la cuarentena, los habitantes de Wuhan circularán con un código QR que certifica que no han tenido contacto con ningún contagiado ni tienen la enfermedad.
Se han suscitado escándalos diplomáticos de distinta índole con dirigentes que han acusado abiertamente a China de provocar el virus o han identificado Al Covid-19 como el “virus chino”. El primero en hacerlo fue el propio Trump, tanto en sus alocuciones como en sus tuits. Pero lo más resonante sucedió en los últimos días cuando el hijo del presidente brasileño Jair Bolsonaro, Eduardo, publicó un tuit tratando abiertamente de dictadura al gobierno de Xi Jinping, y afirmando que el país ocultaba sus datos. A su vez, el ministro de Educación brasileño, Abraham Weintraub, escribió en sus redes sociales: “¿Geopolíticamente, quien podLá saliL foLtalecido, en téLminos Lelativos de esta cLisis mundial?”. Haciendo referencia en claro tono de burla al acento chino, el integrante del gobierno brasileño agitó las teorías conspirativas. Esto desató la ira de Beijing, que exigió respuestas diplomáticas de inmediato a través de la embajada china en Brasilia. El gigante asiático es el principal socio comercial de Brasil, al mismo tiempo que produce los insumos sanitarios imprescindibles para combatir la pandemia. Weintraub forma parte del núcleo duro ideológico del presidente Bolsonaro y permanece como uno de sus aliados en la manera que el gobierno está enfrentando la situación.
Lo cierto es que todo lo que sucede en China suele estar teñido por un manto de confusión. Esto pasa, principalmente, debido a una gran cantidad de factores, como la falta de comprensión en occidente a la idiosincrasia del país, las barreras idiomáticas, el hermetismo del gobierno, o directamente la mala intención de quien interpreta. En el contexto de la guerra comercial y la expansión ya imparable de China sobre el resto del planeta, la crisis desatada por el nuevo coronavirus ha servido a muchos como excusa para enfrentarse no sólo al gobierno chino sino también para lanzar ataques racistas contra su pueblo. La influencia de China, seguramente será cada vez más grande en los países de América latina, una vez que pase la crisis sanitaria y sobrevenga la económica. Es difícil asegurar la veracidad de la información en muchos casos, pero todo indica que Beijing tiene bastante más controlado al problema que Occidente. Geopolíticamente, efectivamente China queda mejor parada que muchos países centrales de Europa o que los Estados Unidos. Sin embargo, no hay absolutamente ninguna prueba cabal que el gobierno de Xi Jinping haya hecho esto de forma intencionada. Simplemente, debido a sus características propias, han demostrado mayor eficacia, control, y disciplina.
FUENTE: DIARIO «HOY DIA CORDOBA»
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