Por Álvaro Merino, para el El Orden Mundial
La industria armamentística europea está de celebración. Por primera vez en su historia, la Comisión Europea ha lanzado una Estrategia Europea de Defensa para «animar a los Estados miembro a invertir más, mejor, juntos y con perspectiva europea» en su seguridad.
Es un movimiento que pretende responder a dos necesidades urgentes, al menos según las prioridades fijadas por los dirigentes de la UE: mejorar la preparación y los recursos defensivos europeos para responder a una hipotética agresión de Rusia y reducir la dependencia comunitaria de la OTAN y Estados Unidos. De fondo, eso sí, resuenan los intereses de una industria más centrada en explotar los réditos de las exportaciones que en servir a los intereses del bloque comunitario.
Para atajar ese desequilibrio, el plan establece que todos los países de la UE deben comprar al menos la mitad de su armamento dentro del propio bloque para 2030, realizar como mínimo el 40% de sus compras de forma conjunta y elevar el peso del mercado interno hasta al menos el 35% de todo el negocio europeo de armas. Además, la estrategia incluye la creación de un fondo de 1.500 millones de euros entre 2025 y 2027 para potenciar la industria militar europea.
Son objetivos muy ambiciosos.
Por contextualizar, la Unión Europea recurrió al mercado exterior para comprar el 80% de su armamento entre febrero de 2022 —el comienzo de la guerra de Ucrania— y junio de 2023. Estados Unidos suministró por sí sola el 60%. Y por si no fuera suficiente, en la actualidad apenas el 18% de las compras se gestionan de forma conjunta, lejos de ese nuevo umbral del 40%.
Pero que la producción interna no tenga un peso importante en el esquema de abastecimiento comunitario no quiere decir que la industria armamentística europea sea débil. Al contrario: cerca de un tercio de las exportaciones de armas del mundo son protagonizadas por países europeos, mientras que en la lista de los diez vendedores más importantes aparecen cinco Estados del Viejo Continente, todo según datos de 2023 del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés) y excluyendo las cifras de Rusia.
Se trata de Alemania —11% de todas las ventas globales—, Francia —7%—, Italia —5%—, Reino Unido —4%— y España —3%—. Si atendemos a empresas concretas, hay tres que destacan por encima del resto al superar los 10.000 millones de euros en ingresos por venta de armas en 2022: la británica BAE Systems, con 26.900; la italiana Leonardo, con 12.470; y la transeuropea Airbus, con 12.090. En total, son 26 las compañías europeas que se cuelan en el top cien global.
La nueva Estrategia Europea de Defensa es un espaldarazo a sus negocios, aunque existen dudas sobre si la financiación planteada es suficiente. 1.500 millones de euros es una cantidad muy discreta si se compara con los 22.000 millones que los países miembros de la UE desperdician al año en gastos de defensa y seguridad duplicados según una estimación del Parlamento Europeo de 2019. A pesar de ello, Bruselas insiste en que el fondo se dirige a mejorar la cooperación y no a sufragar las compras, que seguirán perteneciendo a la soberanía de cada país y se harán por tanto con cargo a los presupuestos de las capitales.
Asimismo, la estrategia abre la puerta a utilizar excepciones en el IVA, proyectos de interés común para la defensa y líneas de crédito del Banco Europeo de Inversiones para fomentar las adquisiciones comunes de armamento. Sobre la mesa está incluso el posible uso de los activos rusos congelados por la UE para comprar equipamiento para Ucrania, una finalidad que hasta ahora se limitaba a la reconstrucción de país pero que, al igual que la estrategia defensiva comunitaria, ha entrado en una nueva fase.
Publicado por El Orden Mundial;
Link original: https://elordenmundial.com/mapas-y-graficos/gasto-defensa-paises-otan/
La opinion del autor no necesariamente coinciden con la linea editorial de Dossier Geopolitico
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