EDITORIAL de la Fundación de Cultura Estratégica. 4/10/2019 Moscu Rusia

Estados Unidos y sus aliados occidentales están creando más tensiones internacionales e inestabilidad en un intento inútil de dividir al mundo en «esferas de interés» y «exclusividad». Así lo ve el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, y pocos observadores objetivos de las relaciones internacionales podrían estar en desacuerdo con su advertencia.

El principal diplomático de Rusia dice que el único camino a seguir es que prevalezca el multilateralismo y que todos los estados cumplan con los principios de la Carta de las Naciones Unidas, de la cual son signatarios.

Un excelente ejemplo de la destructiva política occidental liderada por Estados Unidos se ve en el Golfo Pérsico, donde las tensiones han alcanzado un punto explosivo que podría desencadenar una guerra total en todo el Medio Oriente, posiblemente afectando a todo el mundo.

No cabe duda de que la precaria situación en el Golfo existe debido a las provocaciones irresponsables de Washington hacia Irán. La abrogación unilateral del histórico acuerdo nuclear de 2015 por parte de la administración Trump y la militarización de una presencia estadounidense dominante en el Golfo en los últimos meses es un caso descarado de que Washington lo haga solo en contravención del derecho y las normas internacionales. (Por desgracia, ¿Estados Unidos ha sido diferente ?, uno podría objetarlo).

En su iniciativa unilateral, Estados Unidos ha reunido una camarilla de naciones para apoyar su presunto derecho militar de actuar como policía en el Golfo Pérsico: Gran Bretaña, Australia y Arabia Saudita han indicado que están dispuestos a unirse a una «coalición» estadounidense para supuestamente salvaguardar la «libertad de navegación» a través del punto crítico en el comercio mundial de petróleo.

Dejando de lado las intenciones declaradas, el problema es el intento de Washington de demarcar una «esfera de influencia» en Oriente Medio, estratégicamente importante. Parece que no importa que esta acción esté agravando seriamente las tensiones y la inestabilidad en la región. Irán tiene todo el derecho de protestar contra lo que ve como una campaña de agresión liderada por Estados Unidos, además de la mala fe de Washington con respecto al acuerdo nuclear respaldado por la ONU.

Sin embargo, por el contrario, una forma viable de salir del callejón sin salida que ha creado la política de unilateralismo de Washington es la formación de un sistema multilateral de seguridad naval, que involucra a todas las naciones del Golfo Pérsico, incluidos Irán, Arabia Saudita y otros. También pueden participar naciones extrarregionales, incluidas China, India, Japón, la Unión Europea, así como Rusia y los Estados Unidos.

Dicha propuesta ha sido presentada a la ONU por Rusia a principios de este año. Esta semana, durante una reunión con Sergei Lavrov, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammed Javad Zarif, brindó su pleno apoyo a dicho mecanismo de seguridad multilateral. La iniciativa es consistente con los principios de la ONU de respetar las soberanías nacionales y la no agresión. Se obvia la noción de naciones que presumen tener «esferas de influencia». El último concepto es una reliquia del colonialismo y el imperialismo, y debería ser obsoleto en el mundo de hoy.

Otro ejemplo contemporáneo de unilateralismo destructivo es el conflicto en curso en Ucrania. El país ha quedado atrapado en una guerra de casi cinco años en la que los civiles en la región oriental de Donbass han sufrido mucho. Los gobiernos occidentales y los medios acusan a Rusia de entrometerse en Ucrania. Pero la realidad es que fueron Washington y los estados europeos los que interfirieron derrocando ilegalmente a un gobierno electo en Kiev con un violento golpe respaldado por la CIA en febrero de 2014.

Ucrania se ha convertido en un estado fallido porque Washington y sus aliados occidentales querían imponer una «esfera de influencia» en la frontera con Rusia.

Es evidente que dicha política unilateral es una violación del derecho internacional y los principios democráticos. Es una afirmación criminal de «intereses» y «objetivos» geopolíticos. Además, esa mala conducta conduce inevitablemente a una ciénaga de conflicto, destrucción e inmenso sufrimiento humano.

La vergonzosa ironía es que mientras Rusia es constantemente acusada, sin evidencia, de interferir en otros países, la prueba abundante e irrefutable es lo contrario: Washington y sus aliados occidentales tienen la costumbre incesante de violar y desestabilizar a las naciones y regiones en una supuesta suma cero. juegos geopolíticos.

Por el bien de la paz mundial y el desarrollo progresivo, todas las naciones deben adherirse al concepto de multilateralismo, respeto mutuo y cooperación genuina, libres de estereotipos y demonización de los demás para obtener ganancias de propaganda.

Sin embargo, la pregunta es: ¿pueden el capitalismo corporativo estadounidense y su máquina militarista cumplir con esa demanda razonable y mínima de cooperación internacional?

Si no, entonces el sistema político estadounidense y su camarilla de secuaces occidentales están llevando al mundo a un callejón sin salida abismal.

Fuente: https://www.strategic-culture.org/news/2019/10/04/western-zero-sum-geopolitics-is-a-dead-end/

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