por Filippo Massetti
El monstruo de la tierra y el monstruo marino siempre han sido dos figuras arquetípicas en el léxico de las relaciones internacionales y en el extranjero, complejo, intrigante y vasto mundo de la geopolítica. Carl Schmitt, uno de los más grandes filósofos y pensadores políticos del siglo XX, dedicó gran parte de su vida y de sus estudios a un intento por racionalizar y hacer su doctrina política lo más científica posible, elevándola a la Teología, a la Filosofía y la a Metafísica.
Las categorías políticas «schmittianas» más conocidas y recurrentes, desde la época de las primeras publicaciones del gran erudito alemán, son sin duda las que describió de manera lúcida y brillante como en su obra «Terra e Mare»: un verdadero tratado sobre Geopolítica. De hipotética acción y de la vida de un Estado, entre las masas continentales y las costas marítimas.
“Tierra y Mar» (1) es una de las obras maestras que le dio a Carl Schmitt y a su escuela de pensamiento, un nombre y un brillo que todavía están muy vivos hoy en día en la concepción «orgánica» del Estado y sobre su rango de acción. En el triunfo de la voluntad y en el expansionismo típico de la Realpolitik más famosa o de la política de poder más agresiva, se encuentran la mayoría de los estudios e intuiciones del filósofo alemán, más actuales de lo que uno podría pensar.
Las figuras arquetípicas centrales de la obra de Schmitt, metafóricas, concretas y alegóricas al mismo tiempo, solo pueden ser las de Behemoth y las del Leviatán, el monstruo marino y el monstruo de la Tierra, dos figuras de origen antiguo y tradición antigua, que hacen referencia a la Biblia y a los escritos sagrados de la tradición judía. Hablemos de las dos criaturas bíblicas, junto con el Pájaro Gigante representado por Ziz, legendario por excelencia. (2)
Behemoth está representado en antiguas inscripciones o grabados de varias maneras, como un hipopótamo, un búfalo de agua, un rinoceronte, un elefante; en particular, en las páginas del «Diccionario infernal» de Jacques Auguste de Plancy, publicado en 1818, se lo dibuja como un elefante gigante, cuyo tronco y barriga están agrandados y claramente desproporcionados, simbolizando la codicia y la lujuria.
Leviatán, por el contrario, ha sido representado como el monstruo marino por excelencia, como una gigantesca serpiente acuática siempre lista para vigilar su territorio, su mar, sus océanos. La fortuna de la figura bíblica del Leviatán se debe al gran filósofo Thomas Hobbes, quien en su obra más famosa (precisamente «El Leviatán») describió su teoría del Estado, un Estado absoluto y centralizado, cuyo bien colectivo sólo puede triunfar sobre el interés individual egoísta.
A raíz de estas dos imponentes figuras mitológicas, Schmitt establece en su obra maestra «Tierra y Mar», adaptándola a las necesidades de los Estados modernos, a la colonización y redefinición de las fronteras como sinónimo de guerras y de conflictos, pero, también, de soberanía. El filósofo alemán ve a Behemoth y al Leviatán como los dos grandes monstruos, dos grandes Estados, que se apoderan y que gobiernan bajo su mano, respectivamente, la tierra y el mar, las grandes cadenas montañosas o las grandes estepas planas como los interminables océanos con sus infinitas riquezas. Según Schmitt, la tarea de cada Estado es recalibrar su política exterior y su geopolítica de acuerdo con esta evaluación: ¿Tierra o mar? ¿Behemoth o Leviatán?
En el curso de la historia, los grandes conflictos y las grandes cesuras entre poderes han jugado a menudo en este factor, la dominación del interior siempre ha ido de la mano con la preocupación por una salida al mar. Desde la antigüedad, la historia nos ha enseñado esto: Roma se convirtió en el mayor imperio occidental solo después de derrotar y destruir a Cartago, que con su flota y su empresa comercial amenazaba a todo el Mar Mediterráneo. Solo una vez que Cartago fue eliminado, el Mediterráneo se convirtió en todos los aspectos en «el mare nostrum» de la memoria romana.
Muchos otros podrían ser ejemplos en pequeña o en gran escala; entre estos, el más interesante y fascinante es, sin duda, el que se libró entre 1800 y 1900, entre la Rusia del Zar de todas las Rusias (Behemoth) contra el Imperio de Su Majestad Británica (Leviatán): lo que en la jerga de los estudiosos se llama el «Gran Juego». Un juego que tenía el control sobre Asia central, el Golfo Pérsico y el subcontinente indio.
Un juego, después de la Primera Guerra Mundial, ganado por Gran Bretaña.
Más de un siglo ha pasado desde estos eventos y, hoy, después de décadas de dominación del imperio estadounidense después de la Segunda Guerra Mundial, muchos Behemoth y Leviatanes se ven en el horizonte, en un intento de prevalecer uno sobre el otro y cada uno en su propio beneficio.
La Guerra Fría terminó y la URSS desapareció, el Leviatán de las barras y las estrellas, junto con el sólido aliado británico, parecían no tener rivales que cuestionaran su dominio. Treinta años después, con una globalización fallida y un nuevo orden geopolítico, ayudado por el surgimiento de nuevos actores en el tablero de ajedrez internacional, la diatriba Behemoth-Leviathan se ha vuelto más oportuna que nunca. China, Rusia, Irán, Pekín, Moscú y Teherán están ahí para demostrarlo: mientras esperan ver al ganador entre las placas continentales y las salidas marítimas estratégicas. Italia, inevitablemente, en el centro de estos flujos, podría aprovechar la oportunidad para redescubrir Una política exterior que mira hacia el este, donde un Behemoth despierto promete rediseñar el mapa de las áreas de influencia y el mapa de alianzas.
Traducción y notas: Carlos Pissolito
Notas:
- El título original de la obra es: “Land und Meer. Eine weltgeschichtliche Betrachtung“ fue editado en Leipzig en 1942. Existe una traducción al español, “Tierra y Mar. Una reflexión sobre la historia universal de Editorial Trotta. (N.T.)
(2) El ziz es un pájaro gigante de la mitología judía, del cual se dice que puede bloquear el sol con sus alas. Es considerado un arquetipo de animal gigante o monstruoso. (N.T.)
Fuente: BEHEMOTH E LEVIATHAN: la geopolitica tra terra e mare
Posted by Progetto Prometeo | Lug 12, 2019 |
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