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Carlos Pereyra Mele, centra su columna del Club de La Pluma nuevamente en el análisis del conflicto en el Cáucaso, con Georgia desde la mirada Geopolitica para comprender la importancia de este posible Ucrania 2.0, al estar este país sufriendo otra de las «Revoluciones de Colores» orquestadas por los anglosajones y sus ONG, y también las nulas consecuencias de la “orden” de captura de Putin y sin olvidar que está semana visita Moscú el Presidente de China Xi Jinping para conversar con su homólogo V. Putin en un encuentro de una trascendencia global de gran importancia 

La tonta decisión de ordenar la captura del Presidente  de la Federación Rusa Vladimir Putin por parte de un organismo que cada vez pierde el poco o nulo prestigio que supuestamente tenia, me refiero al Tribunal Penal Internacional, mientras las grandes potencias no se subordinada a su jurisdicción empezando por EEUU, China, India, Rusia, o sea, todo propaganda de baja nivel e inutil. Pero parece que hace falta seguir confundiendo a los extraviados habitantes de está región llamada occidente.

Mientras necesitan pareciera que los occidentales necesitan mas confusiones y delirios propagandísticos actualmente, para minimizar la gravedad de “otra’ nueva crisis financiera “oxidental” y que van!!!…y como no hay buenas noticias de la guerra híbrida global proxy en Ucrania ni en el frente económico inflación crisis políticas sociales en Inglaterra y Francia, etc., tenemos estos escapismos.  

Por ello es importante el análisis de carácter geopolitico y geoestrategico para entender lo que ocurrió y ocurre en Georgia País del Cáucaso Sur que está en una zona clave limitrofe con el Mar Negro, Turquia Rusia Armenia y Azerbaiyan, pequeno pais de apenas 70.000km2 con 3.700.000 habitantes que ya sufrio una revolucion de colores en el 2003 “La revolucion de las rosas” y en el 2008 entro en conflicto con Rusia y en menos de una semana Georgia perdio dos regiones Abjasia y Osetia del Sur. Porque aqui la OTAN quiere establecer lo que se denomina la Geopolitica de los 3 Mares (Baltico, Negro y Mediterraneo)

La Geopolitica de los 3 Mares el viejo modelo de Cinturon de aislamiento de Rusia anterior a la Guerra Fria
Aqui podemos apreciar la importancia de Georgia para lograr controlar parte del Mar Negro y conectar con la Geopolitica de los 3 Mares

por Gabriel Merino el autor autoriza la publicación en Dossier Geopolitico de su artículo

…En el conflicto ucraniano, como en toda guerra, hubo una serie de errores de cálculo por parte de los distintos protagonistas. Pero sin dudas, uno de los que más se destaca es el cálculo de que profundizar al máximo posible la guerra económica contra Rusia —iniciada a partir de 2014— iba a desmoronar su economía. Argumentos no faltaban para tal razonamiento….

No sólo debido a que el poder financiero y la primacía del dólar hacen de las sanciones una especie de “arma de destrucción masiva” en poder de EE.UU. y el polo anglo-estadounidense —como pudimos ver en la región en el caso de Venezuela a partir de 2016—, sino por la interdependencia entre Rusia y Europa. Rusia proveyó en 2021 el 41% del gas, el 27% del petróleo y el 47% del carbón que consumió Europa. La dependencia europea —cuya ruptura implicaba enormes costos para Bruselas, que probablemente sí estaban calculados por las corporaciones hidrocarburíferas al otro lado del Atlántico— también significaba una enrome dependencia para Moscú, ¿a quién iría a vender Rusia semejante cantidad de hidrocarburos y, además, quién se iba a animar a comprarlos?

Uno de los posibles compradores sustitutos fue la respuesta casi obvia para los tiempos que corren: China. Digo, para los tiempos que corren porque…

…era completamente improbable pensar que Beijing desafiara de tal manera a Washington hace sólo una década, un suspiro, medido en tiempos históricos…

En el transcurso de 2022, China aumentó el 75% las importaciones de petróleo, gas y carbón de Rusia, y se aceleraron los proyectos de interconexión energética entre Moscú y Beijing, como ya había ocurrido a partir de 2014 cuando estalló el conflicto bélico en Ucrania y se inició una nueva fase en la crisis del orden mundial. Pero a los últimos movimientos para profundizar la asociación político-estratégica euroasiática, se le agrega la profundización del intercambio comercial y financiero en las monedas propias en detrimento del dólar —un movimiento que comenzó en 2014-2015, cuando Moscú y Beijing comienzan a desarrollar sistemas de pago alternativos al SWIFT, el SPFS y el CIPS respectivamente—, para romper ese monopolio dominado por el poder financiero del Norte Global.

Lo que estaba menos claro —sobre todo para visiones ancladas en el pasado o que reproducen la narrativa de la guerra fría protagonizada por EE.UU y la URSS para representar el mundo actual, queriéndolo encerrar en esa vieja bipolaridad tan distinta y distante a la realidad actual— era el papel de India. Esta potencia emergente del sur de Asia, que en breve será el país más poblado del mundo superando a China con 1.400 millones de personas (18% de la población mundial),

…fue en realidad el gran comprador de los hidrocarburos que los rusos dejaron de venderle a Europa. Esto se puede observar claramente en el gráfico de Bloomberg, al igual que el enigmático y creciente destino asiático “desconocido” del petróleo ruso, todo un dato en sí mismo. India, tercer mayor importador de petróleo del mundo, pasó de comprar el 1% del petróleo ruso a casi el 30% y, además, con nada menos que un 30% de descuento en promedio, lo cual le da una gran ventaja competitiva

como también a China, el gran taller industrial de un mundo cada vez más asiático—. Y además, Nueva Delhi compra en monedas distintas al dólar para evitar las sanciones, golpeando así en un aspecto sensible a la primacía del dólar que desde los años setenta del siglo XX se asienta en el petrodólar, es decir, en la comercialización mundial del petróleo en dólares.

India también anunció que le compraría a Rusia el carbón que Europa embargó y que lo haría en yuanes, para sorpresa y disgusto de la gran mayoría de analistas y de Washington que veían en el gigante del Índico un activo completamente alineado en la cruzada antichina. Esto también muestra que la weaponization del dólar por parte de EE.UU. tiene importantes costos al desmoronarse la realidad unipolar, pudiendo transformase en un bumerán y quebrar uno de los principales elementos en el que todavía conserva la primacía el ex hegemón.

A partir de la escalada bélica en territorio ucraniano, expresión regional de un conflicto mundial, también avanzó el desarrollo del Corredor de Transporte Internacional Norte-Sur (conocido como INSTC, por sus siglas en inglés), para unir la ciudad india de Bombay con la ciudad rusa de San Petersburgo. Éste cuenta con otro jugador clave en el tablero euroasiático y uno de los “malos” para el relato occidental: Irán. El Corredor es una gran red de 7.200 kilómetros (4.474 millas) de vías férreas, carreteras y rutas marítimas que conectan Rusia e India a través de Irán, pasando por el Mar Caspio y el Cáucaso. Supone un ahorro de casi dos semanas de tiempo de viaje de la ruta tradicional por el Mar Rojo, el canal de Suez y el Mediterráneo, y es entre 30% y 40% más económica. Pero sobre todo, es más segura para las potencias emergentes ya que, a diferencia de la ruta tradicional,

…no está controlada por bases militares de EEUU y el Reino Unido, la jefatura de la OTAN….

…Y como se sabe, un elemento central del análisis estratégico es el control de rutas comerciales, una clave del poder y de la acumulación del capital a nivel mundial.

Parte de la dinámica multipolar que se quiere resaltar es el acuerdo al que han llegado Irán y Arabia Saudita para restablecer los vínculos diplomáticos y reabrir las respectivas embajadas. Esto podría modificar drásticamente la situación geopolítica y geoestratégica en Oriente Próximo, o Asia Sudoccidental, en favor de la pacificación. Algo que resulta clave es que el mediador fue China, con muy buen vínculo político y como principal socio comercial de ambos países, lo que resulta todo un síntoma de los tiempos de posthegemonía anglo-estadounidense. El creciente acercamiento de Arabia Saudita, que era un aliado clave del polo anglo-estadounidense, a China y a los polos de poder emergentes, o los acuerdos con Rusia en la OPEP+, también son expresiones de un cambio de época. En lo que sería un movimiento de alto impacto, tanto Irán como Arabia Saudita ingresarían próximamente al club de los BRICS, como Argentina, y además Riad podría sumarse a la Organización para la Cooperación de Shanghái liderada por China y Rusia.

Es importante destacar que la posición de India tampoco resulta una sorpresa. Posee con Rusia un vínculo histórico que se remonta a los tiempos de la Unión Soviética, luego de la independencia del imperio británico. La asociación estratégica entre ambas potencias euroasiáticas tiene por los menos seis ejes fundamentales y uno de ellos es el de la Defensa. Rusia posee el segundo complejo industrial militar más importante del mundo y ello se refleja en que es el segundo exportador mundial de armas, con 21% del total mundial entre 2015-2019, por detrás de Estados Unidos con el 36%. Los principales destinos de exportación son India y China, en ese orden. Es decir que Rusia vende armas de primer nivel mundial a las dos grandes potencias emergentes de Asia, cada una con casi el 20% de la población mundial.

A su vez, para India es clave el vínculo con Rusia para contrabalancear a China, con quien posee importantes conflictos limítrofes y tensiones estratégicas, más allá de que Beijing sea el principal socio comercial de Nueva Delhi, algo propio de este mundo de profunda interdependencia, de cooperación, a la vez que enfrentamiento. Rusia es el gran punto de equilibrio entre la India y China. Además, las tres potencias comparten un conjunto de espacios institucionales emergentes que defino como un nuevo multilateralismo multipolar que se solapa y a la vez se contrapone con la institucionalidad del viejo orden globalista unipolar: el ya mencionado BRICS, pero también la estratégica Organización para la Cooperación de Shanghái que se inició en 2001 como germen de nuevas tendencias históricas, a la que ahora también se sumó Irán.

India, por otro lado, forma parte de la iniciativa estratégica denominada QUAD, junto a EE.UU., Japón y Australia, para contener a China en lo que los estadounidenses llaman “la región Indo-Pacífico”. Pero Nueva Delhi se resiste a alinearse contra Rusia. Es decir, en las antinomias atlantistas, India es parte del “mundo libre” pero también de las “autocracias” a las que hay que derrotar como misión histórica. Por eso mismo, las fuerzas globalistas apuntan cada vez con más fuerza al gobierno de Narendra Modi, al que antes veían como un ejemplo de “democracia”, y ahora es visto como otro “autócrata”, algo similar a lo que ocurrió con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan.

En este sentido, más que como concepto para caracterizar un régimen político particular, el concepto de “democracia”

que desde nuestra perspectiva confunde el concepto de república liberal con el de democracia

parecería utilizarse más bien como una vara de alineamiento relativo con las fuerzas dominantes del polo del poder anglo-estadounidense, representado como “Occidente” en términos geopolíticos. El problema es que con la aceleración de la multipolaridad relativa, según esta perspectiva, cada vez quedan menos alineados, digo, menos “demócratas”.

Como reconocen y lamentan Josh Holder, Lauren Leatherby, Anton Troianovski y Weiyi Cai en un artículo publicado en la usina globalista liberal New York Times y reproducido por Clarín (27-02-2023), “Occidente intentó aislar a Rusia, pero no dio resultado”. Un plano en el que se focalizan es el comercial, donde señalan que unos cuantos países han llenado el vacío que dejó “Occidente” al aumentar las exportaciones a Rusia a niveles muy por encima de los anteriores a la guerra. Entre ellos sobresalen los ya mencionados India y China, pero también Turquía, miembro prominente de la OTAN: “A pesar de que Turquía ha vendido armas a Ucrania, el presidente Recep Tayyip Erdogan ha impulsado un mayor flujo de mercancía hacia Rusia, lo que perjudica mucho la serie de sanciones impuestas por Occidente.”. Es decir, un país clave de la OTAN boicotea la guerra económica lanzada por la OTAN para destruir la economía rusa. Esto también resulta clave, porque estos países quebraron otro elemento fundamental de la guerra económica contra Rusia en el marco del conflicto en Ucrania: el bloqueo de insumos, piezas, bienes de capital y bienes intermedios fundamentales para la producción, que hubiera dinamitado la estructura productiva de Rusia.

En América Latina, a pesar de ser el viejo “patio trasero” de EE.UU., la situación también dista de ser de alineamiento con Washington y se impone la situación de multipolaridad —y con ello, la tensión entre conformar un polo propio en el Sur de América y ser otra manifestación del crecientemente insubordinado Sur Global, o aceptar el lugar de periferia subordinada al “hemisferio occidental” en situación de declive relativo. Por un lado, la mayor parte de los países de la región votaron a favor de la resolución de la ONU impulsada por los países de la OTAN que condena la invasión de Rusia a Ucrania, mostrando alineamiento “hemisférico”. El apoyo fue menor cuando se votó la suspensión de Rusia en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, destacándose la posición neutral y por lo tanto no favorable a la resolución por parte de México y Brasil, los dos principales países de la región, aunque sorprendió Argentina en su alineamiento con Washington en esa votación. Pero cuando se quiso involucrar a la región directamente en la guerra, por ejemplo, con la solicitud de envío de armamento a Kiev, claramente hubo un rechazo bastante extendido. Resonaron las respuestas de Brasil y Colombia a favor de la Paz.

Por otro lado, los países de América Latina participan cada vez más de iniciativas del mundo emergente protagonizadas por China junto a otras potencias euroasiáticas como Rusia e India, como la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura o el BRICS con la probable ampliación e incorporación de Argentina y, quizás, también de México, etc. Es destacable la realidad material que sustenta esta dinámica geopolítica y que otorga mayores márgenes de maniobra a los países de la región para intentar romper su lugar tradicional de “patio trasero”; no sólo China es el principal socio comercial e inversor (en términos de flujos) de Suramérica, sino que se observa un creciente papel de los países de Asia como socios comerciales:

en el año 2000, Asia representaba uno de cada diez dólares del comercio de América Latina, en tanto que en 2018, esa cifra alcanzó uno de cada cuatro; y si quitamos a México, de cuyo comercio el 80% es con EE.UU., dicha cifra aumenta considerablemente.

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La guerra en Ucrania expresión de la transición geopolítica contemporánea que tiene como uno de sus elementos centrales el desplazamiento del centro de poder hacia Asia— ha mostrado asociaciones y alineamientos esperables, y otros no tanto. O por lo menos, que rompen los esquemas dualistas de bloques fijos en pugna, construidos por las usinas del Occidente geopolítico conducido por las fuerzas globalistas, intentando encerrar en ciertas antinomias de guerra fría la compleja realidad de un mundo multipolar, con el fin de presionar a través de alineamientos políticos y estratégicos. Obviamente, resulta necesario aclarar que esta multipolaridad no deja de ser relativa, en tanto que asimétrica. Además, tiene rasgos bipolares por el protagonismo de la tensión entre EEUU y China como principal expresión interestatal del conflicto sistémico entre el viejo polo dominante y los nuevos polos emergentes y, por lo tanto, expresión dominante en el tablero geopolítico mundial que adopta la contradicción principal que atraviesa al sistema mundial en crisis y transformación. También es necesario aclarar otra cuestión clave: dicha multipolaridad es una expresión superficial para referirnos a las tendencias estructurales que hacen a una crisis de hegemonía y captar algunas de sus dinámicas fundamentales. De hecho, puede haber una dinámica multipolar dentro de un ciclo de hegemonía (como durante la hegemonía británica), pero la actual multipolaridad es en esencia una expresión de la crisis de hegemonía y desorden mundial.

Sin compartir necesariamente su perspectiva teórica, resulta interesante traer a colación una idea de Robert Gilpin cuando desarrolla la teoría de la guerra hegemónica, 

Recuperando a Tucídides : “Guerras como esta no son meras contiendas entre Estados rivales, sino hitos políticos que marcan las transiciones de una época histórica hacia la siguiente”.

El mapa del poder mundial ha cambiado estructuralmente y la guerra es expresión de ello. Como se señaló hace más de una década en América Latina en plena oleada nacional-popular, que también fue y es expresión de la crisis de hegemonía, nos encontramos en un cambio de época. Muchas/os se resisten a aceptarlo.

Gabriel Merino

Gabriel Merino

Sociólogo y doctor en Ciencias Sociales. Investigador Adjunto CONICET – Instituto de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales, UNLP. Profesor en UNLP y Universidad Nacional de Mar del Plata. Miembro del Instituto de Relaciones Internacionales y Co-coordinador de «China y el mapa del poder mundial», CLACSO.

El director de Dossier Geopolitico, Carlos Pereyra Mele, centra su columna del Club de La Pluma en el análisis del conflicto en el Cáucaso, con Georgia en el centro de la actualidad, al estar este país sufriendo otra de las «Revoluciones de Colores» orquestadas por los anglosajones y sus ONG, además de la complicidad de Europa y de toda la gran prensa del sistema. Un intento de golpe de estado -blando-, que abre otro frente de la guerra híbrida global de la OTAN contra el mundo todo.

Además aborda la otra gran noticia del momento, con China como actor central y universal, al patrocinar el acuerdo histórico de las dos mayores potencias musulmanas de la humanidad -Arabia Saudí e Irán- que restablecen así sus relaciones diplomática con el intercambio de embajadores y la coordinación de sus intereses económicos y de seguridad. Lo que implica un terrible revés para  Estados Unidos e Israel y  sitúa a China como un gigante operador y negociador geopolítico del mundo.

También nos informa la reelección por otro cinco años de Xi Jinping como líder máximo de la potencia asiática, que entre otros avances, lidera sobre 37 de las 44 tecnologías de punta, lo  que redobla su poder al ser un país muy avanzado tecnológicamente y a la vez, una enorme fuente de materias primas y de recursos naturales.

Por otra parte, nos cuenta  cómo India reguló su capacidad de intercambio comercial con Alemania, con Rusia, con Israel, con Birmania, con Sri Lanka y con Malasia, todo en rupias como moneda de intercambio. Lo que está provocando la ira de Washington, quién en su desesperación, no tiene otra reacción que huir hacia delante con más conflictividad y belicismo, sin obtener beneficio para sí, mientras provoca demasiado sufrimiento al resto del mundo.

Cómo tal cual lo está haciendo EEUU en Ucrania, que mientras alienta esa terrible picadora de carne de los ucranianos, se contradice día a día en todos sus relatos y en sus marchas y contramarchas, ante un posible reconocimiento de la derrota o en una remontada tan imposible como ficticia. Mientras delira con el presagio ridículo de que la victoria rusa en Bahamut será el fin de Putin (?), en un intento desesperado por seguir engañando a los ciudadanos occidentales.

En suma, Pereyra Mele, nos dibuja el más certero escenario geopolitico del momento, a partir del conflicto en Georgia y su estratégico enclave  geográfico en el Cáucaso, entre Turquía, Rusia y Armenia. Otro punto neurálgico de una Asia en pleno desarrollo, en paralelo al fortalecimiento del nuevo orden multipolar. Que también tiene repercusiones en nuestro continente, con la estrategia del terror y la amenaza de EEUU -vía Comando Sur- para frenar a cualquier precio, la influencia en la zona de China, Rusia y resto de potencias emergentes.

Eduardo Bonugli

Madrid, 12/03/23

Georgia entre el Mar Negro, Rusia, Azerbaiyan,Armenia y Turquia y con dos regiones perdidas Abjasia y Osetia del Sur

POR MK BHADRAKUMAR

El acuerdo anunciado el viernes en Pekín sobre la normalización de las relaciones diplomáticas entre Arabia Saudí e Irán y la reapertura de sus embajadas es un hecho histórico. Va mucho más allá de una cuestión de relaciones entre Arabia Saudí e Irán. La mediación de China significa que estamos presenciando un cambio profundo de las placas tectónicas en la geopolítica del siglo XXI. 

El comunicado conjunto emitido el viernes en Pekín comienza diciendo que el acuerdo saudí-iraní se alcanzó “en respuesta a la noble iniciativa del presidente Xi Jinping”. El comienzo dramático continúa afirmando que Arabia Saudita e Irán han expresado su “aprecio y gratitud” a Xi Jinping y al gobierno chino “por albergar y patrocinar las conversaciones y los esfuerzos que realizó para su éxito”. 

El comunicado conjunto también mencionó a Irak y Omán por fomentar el diálogo entre Arabia Saudita e Irán durante 2021-2022. Pero lo destacado es que Estados Unidos, que ha sido tradicionalmente la potencia dominante en la política de Asia occidental durante casi ocho décadas, no está en la imagen.

Sin embargo, se trata de la reconciliación entre las dos mayores   potencias regionales en la región del Golfo Pérsico. La reducción de EE.UU. denota una ruptura colosal de la diplomacia estadounidense. Seguirá siendo una marca negra en el legado de política exterior del presidente Biden. 

Pero Biden debe asumir la culpa por ello. Un fracaso tan catastrófico se debe en gran medida a su fervor por imponer sus dogmas neoconservadores como complemento del poderío militar de Estados Unidos y a la frecuente insistencia del propio Biden en que el destino de la humanidad depende del resultado de una lucha cósmica entre la democracia y la autocracia. 

China ha demostrado que la hipérbole de Biden es delirante y choca con la realidad. Si la retórica moralista e irreflexiva de Biden enajenó a Arabia Saudita, sus intentos de reprimir a Irán se encontraron con la obstinada resistencia de Teherán. Y, en el análisis final, Biden literalmente llevó tanto a Riad como a Teherán a buscar fuerzas compensatorias que los ayudaran a hacer retroceder su   actitud opresiva y autoritaria.

La humillante exclusión de Estados Unidos del centro de la escena política de Asia Occidental constituye un “momento Suez” para la superpotencia, comparable a la crisis que vivió el Reino Unido en 1956, que obligó a los británicos a sentir que su proyecto imperial había llegado a un callejón sin salida y la antigua forma de hacer las cosas —poner a las naciones más débiles en línea como obligaciones ostensibles del liderazgo global— ya no iba a funcionar y solo conduciría a un ajuste de cuentas desastroso. 

La parte asombrosa aquí es el puro poder mental y los recursos intelectuales y el «poder blando» que China ha puesto en juego para burlar a los EE. UU. Estados Unidos tiene al menos 30 bases militares en Asia occidental, cinco solo en Arabia Saudita, pero ha perdido el manto del liderazgo. Ahora que lo pienso, Arabia Saudita, Irán y China hicieron su anuncio histórico el mismo día en que Xi Jinping fue elegido para un tercer mandato como presidente. 

Lo que estamos viendo es una nueva China bajo el liderazgo de Xi Jinping trotando sobre la loma alta. Sin embargo, está adoptando una postura modesta que no reclama laureles para sí mismo. No hay señales del ‘síndrome del Reino Medio’, contra el cual habían advertido los propagandistas estadounidenses. 

Por el contrario, para la audiencia mundial, especialmente países como India o Vietnam, Turquía, Brasil o Sudáfrica, China ha presentado un ejemplo saludable de cómo un mundo multipolar democratizado puede funcionar en el futuro: cómo es posible anclar la diplomacia de las grandes potencias en políticas, comercio e interdependencia consensuales y conciliatorios y promover un resultado en el que todos salgan ganando. 

Implícito en esto hay otro gran mensaje: China como factor de equilibrio y estabilidad global. No son solo Asia-Pacífico y Asia Occidental quienes están observando. La audiencia también incluye África y América Latina; de hecho, todo el mundo no occidental que forma la gran mayoría de la comunidad mundial conocida como el Sur Global. 

Lo que la pandemia y la crisis de Ucrania han sacado a la superficie es la realidad geopolítica latente acumulada a lo largo de décadas de que el Sur Global rechaza las políticas de neomercantalismo seguidas por Occidente disfrazadas de ‘internacionalismo liberal’. 

Occidente persigue un orden internacional jerárquico. Nada menos que el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, soltó esto recientemente en un momento de descuido con un toque de tono racista cuando dijo desde una plataforma pública que «Europa es un jardín». El resto del mundo es una jungla, y la jungla podría invadir el jardín.

Mañana, China también podría estar desafiando la hegemonía estadounidense sobre el hemisferio occidental. El reciente documento del Ministerio de Relaciones Exteriores de China titulado ‘ La hegemonía estadounidense y sus peligros ‘ nos dice que Beijing ya no estará a la defensiva. 

Mientras tanto, se está produciendo un realineamiento de fuerzas en el escenario mundial con China y Rusia de un lado y Estados Unidos del otro. ¿No transmite un gran mensaje que en la víspera del histórico anuncio en Beijing el viernes, el ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, el Príncipe Faisal bin Farhan Al Saud, aterrizó repentinamente en Moscú en una «visita de trabajo» y se reunió con Asuntos Exteriores? Ministro Sergey Lavrov, que estaba visiblemente encantado? ( aquí ,  aquí  y   aquí  ) 

Por supuesto, nunca sabremos qué papel habría jugado Moscú entre bastidores en coordinación con Beijing para construir puentes entre Riad y Teherán. Todo lo que sabemos es que Rusia y China coordinan activamente sus movimientos de política exterior. Curiosamente, el 6 de marzo, el presidente Putin mantuvo una  conversación telefónica con el presidente de Irán, Ebrahim Raisi.  

Audacia de la esperanza 

Sin duda, la geopolítica de Asia occidental nunca volverá a ser la misma. Siendo realistas, ha aparecido el primer gorrión de la primavera pero el hielo se derritió a sólo tres o cuatro varas de la orilla. No obstante, los rayos del sol dan esperanza, señalando días más cálidos por venir. 

Es concebible que Riad no acepte más los complots diabólicos tramados en Washington y Tel Aviv para crear una alianza contra Irán en el oeste de Asia. Tampoco está en el ámbito de la posibilidad de que Arabia Saudita sea parte de cualquier ataque estadounidense-israelí contra Irán. 

Esto aísla gravemente a Israel en la región y deja a Estados Unidos sin dientes. En términos sustantivos, dispersa los febriles esfuerzos de la administración Biden últimamente para engatusar a Riad para que se una a los Acuerdos de Abraham. 

Sin embargo, de manera significativa, un comentario en Global Times señaló con cierta audacia que el acuerdo entre Arabia Saudita e Irán “estableció un ejemplo positivo para otros temas candentes regionales, como la relajación y la solución del conflicto israelí-palestino. Y en el futuro, China podría desempeñar un papel importante en la construcción de un puente para que los países resuelvan problemas espinosos de larga data en el Medio Oriente, tal como lo hizo esta vez”. 

De hecho, el comunicado conjunto emitido en Beijing dice: “Los tres países [Arabia Saudita, Irán y China] expresaron su entusiasmo por realizar todos los esfuerzos para mejorar la paz y la seguridad regionales e internacionales”. ¿Puede China sacar un conejo del sombrero? El tiempo dirá.

Sin embargo, por el momento, el acercamiento saudí-iraní ciertamente tendrá consecuencias positivas en los esfuerzos hacia un acuerdo negociado en Yemen y Siria, así como en la situación política en el Líbano.

El comunicado conjunto enfatiza que Arabia Saudita e Irán tienen la intención de revivir el Acuerdo General de Cooperación en los Campos de Economía, Comercio, Inversiones, Tecnología, Ciencia, Cultura, Deportes y Juventud de 1998. En general, la estrategia de máxima presión de la administración Biden hacia Irán se ha derrumbado y las sanciones de Occidente contra Irán se están volviendo ineficaces. Las opciones políticas de Estados Unidos sobre Irán se han reducido. Irán gana profundidad estratégica para negociar con EE.UU. 

La vanguardia de las sanciones estadounidenses radica en las restricciones sobre el comercio de petróleo de Irán y el acceso a los bancos occidentales. Es completamente concebible que una reacción violenta esté a punto de comenzar cuando Rusia, Irán y Arabia Saudita, tres de los principales países productores de petróleo y gas, comiencen a acelerar su búsqueda de mecanismos de pago sin pasar por el dólar estadounidense. 

China ya está discutiendo tal acuerdo con Arabia Saudita e Irán. Las transacciones comerciales y económicas entre China y Rusia intentan evitar el dólar estadounidense para los pagos. Es bien entendido que cualquier erosión significativa en el estatus del dólar como ‘moneda mundial’ no sólo significará la perdición de la economía estadounidense sino que paralizará la capacidad de EE.UU. para librar ‘guerras eternas’ en el exterior e imponer su hegemonía global. 

La conclusión es que la reconciliación entre Arabia Saudita e Irán también es un precursor de su inducción como miembros BRICS   en un futuro cercano. Sin duda, ya existe un entendimiento ruso-chino sobre este punto. La membresía BRICS de Arabia Saudita e Irán restablecerá radicalmente la dinámica de poder en el sistema internacional.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de DG.

Fuente: https://www.indianpunchline.com/china-steps-up-a-new-era-has-dawned-in-world-politics/ 

Las “dos sesiones” que se han celebrado en Pekín esta semana confirman la insalvable fractura del sistema mundial y el temor que inspira la agresividad estadounidense. 

Por Eduardo VIOR que autoriza su publicación en DG. original en TELAM

El viernes (10/3/2023)  por la mañana Xi Jinping fue electo unánimemente como presidente de la República Popular de China y de la Comisión Militar Central. La elección tuvo lugar durante la sesión anual del 14º Congreso Nacional del Pueblo (CNP), que se desarrolló durante la semana. A su vez, Han Zheng, representante del Grupo de Shanghai, fue electo vicepresidente. 

Paralelamente ha sesionado la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), el máximo organismo asesor del país. Ambas reuniones constituyen lo que en la República Popular se conoce como “las dos sesiones”, que siempre se realizan a esta altura del año, para evaluar la marcha del gobierno, adoptar decisiones y planificar el desarrollo en los siguientes doce meses. Este año, sin embargo, por el creciente peso de China en el orden mundial y por los nubarrones que oscurecen el horizonte internacional, la reunión legislativa y la consultiva han adquirido una importancia especial para el futuro de la humanidad. China se siente seriamente amenazada y está preparando su defensa. 

Gracias a la reforma de la Constitución en 2017, Xi fue electo ahora para un tercer período de cinco años. Es la primera vez desde la muerte en 1976 de Mao Zedong (el fundador de la República Popular en 1949) que un dirigente del Partido Comunista (PCCh) puede ejercer por tanto tiempo la jefatura del Estado. Dadas las protestas que se produjeron el año pasado contra los cierres de actividad durante el último pico de la pandemia de coronavirus, los medios occidentales dudaban de que el presidente fuera reelecto. Sin embargo, mostrándose como un gran conductor, cedió a los reclamos populares, controló la posterior difusión de la pandemia, dejó que la actividad económica recobrara ímpetu y alcanzó ahora la unidad con el grupo neoliberal de Shanghai. China anuncia así una tasa de crecimiento del 5 por ciento para 2023 y Xi salió fortalecido como líder de una unidad patriótica hasta hace poco inconcebible. Para demostrarlo, el miércoles se mostró con los delegados militares a la Asamblea. 

Al dirigirse a diputados del ejército y la policía en la sesión legislativa, el presidente chino insistió este miércoles 8 en la necesidad de integrar mejor las estrategias nacionales. El jefe del Estado, ratificado este viernes también como jefe del Ejército Popular de Liberación (EPL), exhortó a impulsar la innovación científica y tecnológica, para alcanzar rápidamente la autosuficiencia del país. Debe reforzarse, dijo, la resiliencia de las cadenas industriales y de suministro. Asimismo, el mandatario instó a coordinar la construcción de grandes infraestructuras, a acelerar la creación de reservas nacionales y a ponerlas al servicio de la seguridad nacional. Mostrándose como parte de la poderosa delegación militar a la reunión legislativa y exhortando a aumentar la autosuficiencia, el jefe del Estado chino advirtió a la nación y al mundo que su país se está preparando aceleradamente para afrontar una grave agresión externa. 

En esta doble sesión del CNP y de la CCPPCh, una institución donde trabajan otros partidos aliados y personalidades que asesoran en las leyes, proponen y pueden sugerir cambios al gobierno, se decidió que el presupuesto de defensa, el segundo más grande del mundo detrás del norteamericano, aumentará a unos 225.000 millones de dólares (7,2% respecto del año anterior). Tal como afirmó el saliente primer ministro Li Keqiang, este aumento se sostiene por el crecimiento de la economía, que experimenta una recuperación sólida después de tres años de ralentización por la pandemia. 

Luego de dejar atrás las restricciones por el Covid, la economía china está mostrando señales de un rebote más fuerte de lo esperado. Muestra de que el repunte es generalizado es que los diez mayores valores del país que cotizan en EE.UU. subieron el miércoles, aumentando colectivamente su valor de mercado en más de 25.000 millones de dólares. El repunte de China también está impulsando la industria manufacturera en Tailandia, Vietnam y Taiwán. 

Lo interesante de este crecimiento es que al mismo tiempo las economías occidentales entran en estancamiento o incluso en recesión. Mientras que se espera que Estados Unidos crezca este año sólo un 0,1%, Europa lo hará en 0,7%. El hecho de que China espere un crecimiento robusto implica que las economías occidentales y la china se están desacoplando. Gracias a las medidas proteccionistas antichinas que EE.UU. viene adoptando consecuentemente desde 2018, podríamos estar entrando en una gran divergencia entre dos de las mayores economías del mundo. Si Occidente experimenta cinco años de crecimiento lento -lo que es perfectamente posible-, mientras que la economía china sigue creciendo al ritmo previsto, antes de 2030 China se convertirá en primera economía mundial. 

Durante la sesión legislativa plenaria también habló el canciller entrante, Qin Gang, quien advirtió que las acciones de EE.UU. están llevando hacia un enfrentamiento entre ambas potencias. El ministro especificó que están en juego los intereses fundamentales de los dos pueblos que abarcan comercio, tecnología, los derechos humanos, Taiwán y la guerra en Ucrania. Si Washington no cambia de rumbo, dijo, “habrá conflicto y confrontación”. 

Al divergir los ciclos de las dos mayores potencias, crece en EE.UU. el recelo hacia China: si vuelven a abrir las fronteras, temen, los productos chinos los inundarán y las empresas asiáticas controlarán la economía norteamericana. Si se cierran como ahora, en cambio, la República Popular continuará expandiéndose en Eurasia, África y América Latina, desplazando a las inversiones estadounidenses. Incapaz de sentarse a dialogar con Pekín y de impulsar un ciclo de innovación que le permita competir exitosamente, la elite norteamericana reacciona amenazadora. Incluso voces en Washington aconsejan atacar a China ahora, cuando todavía hay una cierta paridad de fuerzas. La combinación entre la creciente divergencia económica y la paranoia norteamericana hacen tener lo peor. Se entiende que China quiera protegerse y opte por el autosostenimiento, pero a los demás ¿quién nos protege? 

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de DG.

Fuente TELAM https://www.telam.com.ar/notas/202303/622170-china-eeuu.html 

Invitado por el periodista Alfredo Guruceta expuse para su programa “Con Sentido Común”, que se transmite por el Canal de Cable “C” de Cablevisión, sobre la realidad Internacional y la complejidad de la misma y la trascendencia de los gigantescos cambio tectónicos que están ocurriendo en pleno desarrollo.

Estos cambios se entienden como una transferencia de un sistema Unipolar a otro Multipolar, y que los mismos se están desarrollando en el marco de un enfrentamiento con de una Guerra Híbrida Global “fragmentada”, dentro de la cual el conflicto directo entre la OTAN (USA) contra la Federación Rusa es la mayor expresión de la misma, pero además estos se encuentran dentro de un escenario mucho mayor, como es el conflicto de Occidente (encabezado por la angloesfera, la Unión Europea y Japón y Corea del Sur) contra el Sur Global (Eurasia, África y el mundo latinoamericano). Que desmantela casi 5 siglos de dominación occidental del mundo (con la transferencia de los ejes de poder dentro de ese concepto de “occidente”: España, Portugal, Francia, Alemania, Gran Bretaña y finalizando en la hegemonía de EEUU). 

Hoy eso es lo que está en juego, un cambio de ejes de poder global y la reaparición de viejos imperios que fueron avasallados por el occidente como el: Chino o el Indio o el Persa y el mismo poder Turco otomano sin olvidar el viejo imperio Ruso. Todos estos nuevos jugadores en la política Internacional ponen en aprieto la posición de dominio absoluto de occidente detentada hasta ahora y que se vio fortalecida tras el derrumbe de la ex URSS y que produjo la falsa sensación de que el mundo sería Unipolar y manejado política económicamente y culturalmente por el centro de este poder occidental basado en una momentánea supremacía anglosajona que apenas duró una década (conocida como los 90s).

Luego empezó un fuerte deterioro de ese poder absoluto para direccionar hoy a la recreación de múltiples polos de poder regionales y con un poder global: el Chino que le disputa el cetro a los EEUU. La gran diferencia es que China y sus aliados hacen gala del “poder suave” (basado en la integracion económica, sin injerencia en los asuntos internos de los países) que se suman al proyecto. Y el  “Occidental” -EEUU- solo tiene como herramienta para impedir el crecimiento de la multipolaridad basándose en el “poder duro” o sea la amenaza económica-financiera y si no se doblegan con estas “presiones”, recurriendo directamente al “Caos Organizado”: la guerra interna o externa en los países que quieren integran un nuevo modelo de desarrollo y crecimiento de sus naciones mas armónico y mas pluricultural y sin injerencia extranjera.

Dossier Geopolítico: dado el importante aporte a la Paz y la Seguridad Internacional emitido por el Gobierno de la China. Publicamos el documento oficial del Gobierno de la República Popular de China emitido el 21/2/2023 Titulado: Documento Conceptual de la Iniciativa de Seguridad Global; en Inglés: The Global Security Initiative Concept Paper

I. Antecedentes

La cuestión de la seguridad se relaciona con el bienestar de los pueblos de todos los países, la noble causa de la paz y el desarrollo mundiales y el futuro de la humanidad.

Hoy, nuestro mundo, nuestra época y nuestra historia están cambiando como nunca antes, y la comunidad internacional se enfrenta a múltiples riesgos y desafíos pocas veces vistos antes. Los puntos críticos de seguridad regional siguen estallando, los conflictos y turbulencias locales ocurren con frecuencia, la pandemia de COVID-19 persiste, el unilateralismo y el proteccionismo han aumentado significativamente, y las amenazas de seguridad tradicionales y no tradicionales están entrelazadas. Los déficits en paz, desarrollo, seguridad y gobernabilidad están creciendo, y el mundo se encuentra una vez más en una encrucijada en la historia.

Esta es una era plagada de desafíos. También es uno rebosante de esperanza. Estamos convencidos de que las tendencias históricas de paz, desarrollo y cooperación ganar-ganar son imparables. La defensa de la paz y la seguridad mundiales y la promoción del desarrollo y la prosperidad mundiales deben ser objetivos comunes de todos los países. El presidente chino, Xi Jinping, ha propuesto la Iniciativa de Seguridad Global (GSI, por sus siglas en inglés), llamando a los países a adaptarse al panorama internacional profundamente cambiante con un espíritu de solidaridad y abordar los desafíos de seguridad complejos e interrelacionados con una mentalidad de ganar-ganar. El GSI tiene como objetivo eliminar las causas profundas de los conflictos internacionales, mejorar la gobernanza de la seguridad global, alentar los esfuerzos internacionales conjuntos para brindar más estabilidad y certeza a una era volátil y cambiante, y promover la paz y el desarrollo duraderos en el mundo. 

II.Conceptos y principios básicos

1. Mantener el compromiso con la visión de una seguridad común, integral, cooperativa y sostenible.En 2014, el presidente Xi Jinping inició una nueva visión de seguridad común, integral, cooperativa y sostenible, que ha sido ampliamente reconocida y apoyada por la comunidad internacional. La esencia de esta nueva visión de la seguridad es abogar por un concepto de seguridad común, respetando y salvaguardando la seguridad de todos los países; un enfoque holístico, manteniendo la seguridad tanto en dominios tradicionales como no tradicionales y mejorando la gobernanza de la seguridad de manera coordinada; una apuesta por la cooperación, propiciando la seguridad a través del diálogo político y la negociación pacífica; y la búsqueda de la seguridad sostenible, resolviendo los conflictos a través del desarrollo y eliminando el caldo de cultivo de la inseguridad. Creemos que la seguridad solo se establecerá firmemente y será sostenible cuando esté respaldada por la moralidad, la justicia y las ideas correctas. 

2. Mantener el compromiso de respetar la soberanía y la integridad territorial de todos los países. La igualdad soberana y la no injerencia en los asuntos internos son principios básicos del derecho internacional y las normas más fundamentales que rigen las relaciones internacionales contemporáneas. Creemos que todos los países, grandes o pequeños, fuertes o débiles, ricos o pobres, son miembros iguales de la comunidad internacional. Sus asuntos internos no admiten injerencias externas, su soberanía y dignidad deben ser respetadas, y debe defenderse su derecho a elegir de forma independiente sistemas sociales y caminos de desarrollo. Se debe defender la independencia soberana y la igualdad, y se deben hacer esfuerzos para que todos los países gocen de igualdad en términos de derechos, reglas y oportunidades.

3. Mantener el compromiso de cumplir con los propósitos y principios de la Carta de la ONU.Los propósitos y principios de la Carta de la ONU encarnan la profunda reflexión de personas de todo el mundo sobre las amargas lecciones de las dos guerras mundiales. Son el diseño institucional de la humanidad para la seguridad colectiva y la paz duradera. Las diversas confrontaciones e injusticias en el mundo de hoy no ocurrieron porque los propósitos y principios de la Carta de la ONU estén desactualizados, sino porque no se mantienen ni implementan de manera efectiva. Llamamos a todos los países a practicar un verdadero multilateralismo; defender firmemente el sistema internacional con la ONU en su núcleo, el orden internacional sustentado por el derecho internacional y las normas básicas de las relaciones internacionales sustentadas por la Carta de la ONU; y defender la autoridad de la ONU y su estatus como plataforma principal para la gobernanza de la seguridad global. La mentalidad de Guerra Fría, el unilateralismo, 

4. Mantener el compromiso de tomar en serio las preocupaciones legítimas de seguridad de todos los países.La humanidad es una comunidad de seguridad indivisible. La seguridad de un país no debe ser a expensas de la de los demás. Creemos que todos los países son iguales en términos de intereses de seguridad. Las preocupaciones de seguridad legítimas y razonables de todos los países deben tomarse en serio y abordarse adecuadamente, no ser ignoradas persistentemente ni cuestionadas sistemáticamente. Cualquier país, mientras persigue su propia seguridad, debe tener en cuenta las preocupaciones razonables de seguridad de los demás. Defendemos el principio de seguridad indivisible, defendiendo la indivisibilidad entre seguridad individual y seguridad común, entre seguridad tradicional y seguridad no tradicional, entre derechos de garantía y obligaciones de seguridad, y entre seguridad y desarrollo. Debe existir una arquitectura de seguridad equilibrada, eficaz y sostenible,

5. Mantener el compromiso de resolver pacíficamente las diferencias y disputas entre países a través del diálogo y la consulta.La guerra y las sanciones no son una solución fundamental a las disputas; sólo el diálogo y la consulta son efectivos para resolver las diferencias. Hacemos un llamado a los países para que fortalezcan la comunicación estratégica, mejoren la confianza de seguridad mutua, disipen las tensiones, manejen las diferencias y eliminen las causas profundas de las crisis. Los principales países deben defender la justicia, cumplir con sus debidas responsabilidades, apoyar la consulta en pie de igualdad y facilitar las conversaciones por la paz, desempeñar buenos oficios y mediar a la luz de las necesidades y la voluntad de los países interesados. La comunidad internacional debe apoyar todos los esfuerzos que conduzcan a la solución pacífica de las crisis y alentar a las partes en conflicto a generar confianza, resolver controversias y promover la seguridad a través del diálogo. Abusar de las sanciones unilaterales y la jurisdicción de brazo largo no resuelve un problema,

6. Manténgase comprometido con el mantenimiento de la seguridad tanto en los dominios tradicionales como en los no tradicionales. En el mundo actual, tanto la intención como la extensión de la seguridad se están ampliando. La seguridad es más interconectada, transnacional y diversa. Las amenazas de seguridad tradicionales y no tradicionales se han entrelazado. Alentamos a todos los países a practicar los principios de amplia consulta, contribución conjunta y beneficios compartidos en la gobernanza global, y trabajar juntos para abordar disputas regionales y desafíos globales como el terrorismo, el cambio climático, la ciberseguridad y la bioseguridad. Debe haber esfuerzos concertados para explorar múltiples canales, desarrollar una solución holística y mejorar las reglas relevantes, a fin de encontrar soluciones sostenibles, promover la gobernanza de la seguridad global y prevenir y resolver los desafíos de seguridad.

Estos seis compromisos están interrelacionados y se refuerzan mutuamente, y son un todo orgánico de unidad dialéctica. Entre ellos, la visión de seguridad común, integral, cooperativa y sostenible brinda orientación conceptual; respetar la soberanía e integridad territorial de todos los países es la premisa básica; cumplir con los propósitos y principios de la Carta de la ONU es un punto de referencia principal; tomar en serio las preocupaciones legítimas de seguridad de todos los países es un principio importante, resolver pacíficamente las diferencias y disputas entre países a través del diálogo y la consulta es una opción obligada; y mantener la seguridad en los dominios tradicionales y no tradicionales es un requisito inherente.

tercero Prioridades de la cooperación

Es nuestra aspiración común lograr una paz mundial duradera, para que todos los países puedan disfrutar de un ambiente externo pacífico y estable y su gente pueda vivir una vida feliz con sus derechos plenamente garantizados. Como pasajeros a bordo del mismo barco, los países deben trabajar en solidaridad para fomentar una comunidad de seguridad compartida para la humanidad y construir un mundo libre de miedo y que disfrute de la seguridad universal. 

Para hacer realidad estas visiones, China está lista para llevar a cabo una cooperación de seguridad bilateral y multilateral con todos los países y organizaciones internacionales y regionales en el marco de la Iniciativa de Seguridad Global y promover activamente la coordinación de los conceptos de seguridad y la convergencia de intereses. China insta a todas las partes a llevar a cabo una cooperación única o múltiple en aspectos que incluyen, entre otros, los siguientes, a fin de buscar el aprendizaje mutuo y la complementariedad y promover conjuntamente la paz y la tranquilidad mundiales:

1. Participar activamente en la formulación de una Nueva Agenda para la Paz y otras propuestas presentadas en Nuestra Agenda Común por el Secretario General de la ONU. Apoyar los esfuerzos de la ONU para mejorar la prevención de conflictos y aprovechar al máximo la arquitectura de consolidación de la paz para ayudar a los estados que salen de un conflicto en la consolidación de la paz. Aprovechar aún más el Subfondo para la Paz y la Seguridad del Secretario General del Fondo Fiduciario para la Paz y el Desarrollo de China y las Naciones Unidas y apoyar un papel más importante de las Naciones Unidas en los asuntos de seguridad mundial.

Apoyar a la ONU en la mejora de la capacidad para implementar su mandato de mantenimiento de la paz, defender los tres principios de «consentimiento de las partes, imparcialidad y no uso de la fuerza excepto en defensa propia y defensa del mandato» para las operaciones de mantenimiento de la paz, priorizar las soluciones políticas, y adopte un enfoque holístico para abordar tanto los síntomas como las causas fundamentales. Proporcionar a las operaciones de mantenimiento de la paz los recursos adecuados. Apoyar la provisión de asistencia financiera suficiente, predecible y sostenible a la Unión Africana (UA) para que pueda llevar a cabo operaciones autónomas de mantenimiento de la paz.

2.Promover la coordinación y la interacción sólida entre los principales países y construir una relación de país importante caracterizada por la coexistencia pacífica, la estabilidad general y el desarrollo equilibrado. Los principales países asumen responsabilidades especialmente importantes en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Pida a los principales países que lideren con el ejemplo en el respeto de la igualdad, la buena fe, la cooperación y el estado de derecho, y en el cumplimiento de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional. Adhiérase al respeto mutuo, la coexistencia pacífica y la cooperación en la que todos ganan, manténgase firme en el resultado final de no conflicto y no confrontación, busque puntos en común mientras reserva las diferencias y gestione las diferencias. 

3.Mantener firmemente el consenso de que “una guerra nuclear no se puede ganar y nunca se debe librar”. Cumplir con la declaración conjunta sobre la prevención de la guerra nuclear y evitar carreras armamentistas emitida por los líderes de los cinco estados con armas nucleares en enero de 2022. Fortalecer el diálogo y la cooperación entre los estados con armas nucleares para reducir el riesgo de una guerra nuclear. Salvaguardar el régimen internacional de no proliferación nuclear basado en el Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) y apoyar activamente los esfuerzos de los países en las regiones relevantes para establecer zonas libres de armas nucleares. Promover la cooperación internacional en materia de seguridad nuclear, a fin de construir un sistema internacional de seguridad nuclear justo, colaborativo y mutuamente beneficioso.

4. Implementar plenamente la resolución de Promoción de la Cooperación Internacional sobre Usos Pacíficos en el Contexto de la Seguridad Internacional adoptada por la 76ª sesión de la Asamblea General de la ONU.

Llevar a cabo la cooperación en marcos como el Comité 1540 del Consejo de Seguridad de la ONU, la Convención sobre Armas Químicas (CWC) y la Convención sobre Armas Biológicas (BWC), promover la prohibición total y la destrucción total de las armas de destrucción masiva, y desarrollar la capacidad de todos los países. en áreas que incluyen control de exportaciones de no proliferación, bioseguridad y protección contra armas químicas.

Apoyar el proceso de control global de armas convencionales. Apoyar la cooperación entre China, África y Europa en el control de armas pequeñas y ligeras bajo la premisa de respetar la voluntad de África. Apoyar la implementación de la iniciativa de Silenciar las Armas en África. Llevar a cabo activamente la cooperación y asistencia internacional en el desminado humanitario y brindar ayuda a los países afectados tanto como lo permita la capacidad de uno.

5.Promover la solución política de los problemas candentes internacionales y regionales. Alentar a los países interesados ​​a superar las diferencias y resolver los puntos conflictivos a través del diálogo y la comunicación francos. Apoyar a la comunidad internacional para que participe constructivamente en la solución política de los puntos conflictivos, bajo la premisa de la no injerencia en los asuntos internos, principalmente a través de medios que faciliten las conversaciones de paz, con la equidad y la practicidad como actitud principal, y principalmente siguiendo el enfoque de abordar tanto los síntomas como las causas fundamentales. Apoyar la solución política de cuestiones candentes como la crisis de Ucrania a través del diálogo y la negociación.

6. Apoyar y mejorar el mecanismo y la arquitectura de cooperación de seguridad regional centrados en la ASEAN, y adherirse a la forma de la ASEAN de generar consenso y adaptarse al nivel de comodidad de cada uno para fortalecer aún más el diálogo y la cooperación de seguridad entre los países de la región. Apoyar los esfuerzos para promover la cooperación en áreas de seguridad no tradicionales en el marco de la Cooperación Lancang-Mekong (LMC), implementar proyectos de cooperación relevantes bajo el Fondo Especial LMC y esforzarse por fomentar una zona piloto para GSI para salvaguardar conjuntamente la paz y la estabilidad regionales.

7.Implementar la propuesta de cinco puntos sobre la consecución de la paz y la estabilidad en Oriente Medio, incluida la promoción del respeto mutuo, la defensa de la equidad y la justicia, la realización de la no proliferación, el fomento conjunto de la seguridad colectiva y la aceleración de la cooperación para el desarrollo, a fin de establecer conjuntamente un nuevo marco de seguridad en Oriente Medio. Apoyar el impulso positivo y los esfuerzos de los países de Medio Oriente para fortalecer el diálogo y mejorar sus relaciones, acomodar las preocupaciones de seguridad razonables de todas las partes, fortalecer las fuerzas internas para salvaguardar la seguridad regional y apoyar a la Liga de los Estados Árabes (LAS) y otras organizaciones regionales. organizaciones a desempeñar un papel constructivo a este respecto. La comunidad internacional debe tomar medidas prácticas para avanzar en la solución de dos estados a la cuestión palestina y convocar a una mayor, 

8. Apoyar los esfuerzos de los países africanos, la UA y las organizaciones subregionales para resolver conflictos regionales, luchar contra el terrorismo y salvaguardar la seguridad marítima, pedir a la comunidad internacional que brinde apoyo financiero y técnico a las operaciones antiterroristas lideradas por África y apoyar países africanos en el fortalecimiento de su capacidad para salvaguardar la paz de forma independiente. Apoyar el tratamiento de los problemas africanos a la manera africana y promover la resolución pacífica de los puntos críticos en el Cuerno de África, el Sahel, la región de los Grandes Lagos y otras áreas. Implementar activamente la Perspectiva sobre la paz y el desarrollo en el Cuerno de África, promover la institucionalización de la Conferencia de Paz, Gobernanza y Desarrollo entre China y el Cuerno de África, y trabajar activamente para lanzar proyectos piloto de cooperación.

9.Apoyar a los países de América Latina y el Caribe en el cumplimiento activo de los compromisos establecidos en la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz , y apoyar a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y otras organizaciones regionales y subregionales a desempeñar un papel activo en el mantenimiento de la paz y la seguridad regionales y en el manejo adecuado de los puntos conflictivos regionales. 

10. Prestar mucha atención a la situación especial y las preocupaciones legítimas de los países insulares del Pacífico con respecto al cambio climático, los desastres naturales y la salud pública, apoyar los esfuerzos de los países insulares del Pacífico para abordar los desafíos globales y apoyar a los países insulares en la implementación de la Estrategia 2050 para el Continente Azul del Pacífico. Aumentar la provisión de materiales, fondos y talentos para ayudar a los países insulares a mejorar su capacidad para hacer frente a amenazas de seguridad no tradicionales. 

11. Fortalecer el diálogo marítimo y el intercambio y la cooperación práctica, manejar adecuadamente las diferencias marítimas y trabajar juntos para abordar los delitos transnacionales en el mar, incluidos la piratería y el robo a mano armada, a fin de salvaguardar conjuntamente la paz y la tranquilidad marítimas y la seguridad de las rutas marítimas. Hacer un llamado a los países río arriba y río abajo a lo largo de los ríos transfronterizos para que participen activamente en la cooperación internacional, resuelvan las disputas pertinentes a través del diálogo y la consulta, garanticen la seguridad del transporte marítimo en los ríos transfronterizos, utilicen y protejan racionalmente los recursos hídricos y protejan el entorno ecológico de ríos transfronterizos. 

12. Fortalecer el papel de la ONU como coordinador central en la lucha global contra el terrorismo, apoyar a la comunidad internacional en la implementación total de las resoluciones antiterroristas de la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de la ONU y la Estrategia Global contra el Terrorismo de la ONU, y tomar medidas enérgicas contra todos organizaciones terroristas y personas designadas por el Consejo de Seguridad. Canalizar más recursos globales contra el terrorismo a los países en desarrollo para mejorar su desarrollo de capacidades contra el terrorismo. Oponerse a vincular el terrorismo con cualquier país, grupo étnico o religión en particular. Mejorar los estudios y las respuestas al impacto de las tecnologías emergentes en los esfuerzos globales contra el terrorismo.

13. Profundizar la cooperación internacional en el campo de la seguridad de la información. China ha presentado la Iniciativa Global sobre Seguridad de Datos y pide esfuerzos conjuntos para formular reglas globales sobre gobernanza digital que reflejen la voluntad y respeten los intereses de todas las partes. Siga adelante con la Iniciativa de Cooperación China-LAS sobre Seguridad de Datos y la Iniciativa de Cooperación de Seguridad de Datos de China+Asia Central , aborde conjuntamente varias amenazas cibernéticas y trabaje para establecer un sistema de gobernanza global en el ciberespacio que presente apertura e inclusión, justicia y equidad, seguridad y estabilidad, vigor y vitalidad.

14.Fortalecer la gestión de riesgos de bioseguridad. Abogar de manera conjunta por la investigación biocientífica responsable y alentar a todas las partes interesadas a consultar las Directrices de bioseguridad de Tianjin para códigos de conducta para científicos de forma voluntaria. Fortalecer conjuntamente el desarrollo de la capacidad de bioseguridad de los laboratorios, reducir los riesgos de bioseguridad y promover el desarrollo saludable de la biotecnología.

15. Fortalecer la gobernanza de seguridad internacional sobre inteligencia artificial (IA) y otras tecnologías emergentes, y prevenir y gestionar posibles riesgos de seguridad. China ha emitido documentos de posición sobre la regulación de las aplicaciones militares y el fortalecimiento de la gobernanza ética de la IA, y está lista para fortalecer la comunicación y el intercambio con la comunidad internacional sobre la gobernanza de la seguridad de la IA, promover el establecimiento de un mecanismo internacional con amplia participación y desarrollar marcos y estándares de gobernanza. y normas basadas en un amplio consenso.

16. Fortalecer la cooperación internacional en el espacio ultraterrestre y salvaguardar el orden internacional en el espacio ultraterrestre sustentado por el derecho internacional. Llevar a cabo actividades en el espacio ultraterrestre de conformidad con el derecho internacional, salvaguardar la seguridad de los astronautas en órbita y el funcionamiento sostenible y a largo plazo de las instalaciones espaciales. Respetar y garantizar el derecho equitativo de todos los países a utilizar el espacio ultraterrestre de forma pacífica. Rechazar resueltamente el emplazamiento de armas y la carrera armamentista en el espacio ultraterrestre, y apoyar la negociación y conclusión de un instrumento jurídico internacional sobre el control de armamentos en el espacio ultraterrestre.

17.Apoyar a la Organización Mundial de la Salud para que desempeñe un papel de liderazgo en la gobernanza global de la salud pública, y coordine y movilice de manera efectiva los recursos globales para responder conjuntamente al COVID-19 y otras enfermedades infecciosas globales importantes.

18. Salvaguardar la seguridad alimentaria y energética mundial. Fortalecer la coordinación de acciones para mantener el buen funcionamiento del comercio agrícola internacional, garantizar una producción de granos estable y cadenas de suministro fluidas, y evitar politizar y armar los problemas de seguridad alimentaria. Fortalecer la coordinación de la política energética internacional, crear un entorno seguro y estable para garantizar el transporte de energía y mantener conjuntamente la estabilidad del mercado energético mundial y los precios de la energía.

19.Aplicar plena y efectivamente la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional. Alentar a todos los países a que celebren o se adhieran a tratados, convenciones o acuerdos internacionales o hagan arreglos institucionales para combatir los delitos transnacionales. Apoyar las tres convenciones internacionales de fiscalización de drogas de la ONU, salvaguardar el sistema internacional de fiscalización de drogas y abogar por la coordinación, la responsabilidad compartida y la cooperación sincera en la comunidad internacional para abordar conjuntamente los desafíos que plantea el problema de las drogas y construir una comunidad de destino de la humanidad. que está libre del daño de las drogas. Llevar a cabo activamente la cooperación en materia de aplicación de la ley sobre la base del respeto de la soberanía de cada país, a fin de mejorar conjuntamente la capacidad de aplicación de la ley y la gobernanza de la seguridad. 

20.Apoyar la cooperación entre países para abordar el cambio climático y mantener cadenas industriales y de suministro estables y fluidas, y acelerar la implementación de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible a fin de promover la seguridad sostenible a través del desarrollo sostenible.

IV. Plataformas y mecanismos de cooperación

1. Participar en debates y comunicaciones de amplio alcance sobre la paz y la seguridad en la Asamblea General, los comités pertinentes de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad, las instituciones pertinentes y otras organizaciones internacionales y regionales en función de sus respectivos mandatos, y presentar iniciativas y propuestas comunes para forjar consenso en la comunidad internacional para abordar los desafíos de seguridad.

2.Aprovechar los roles de la Organización de Cooperación de Shanghái, la cooperación BRICS, la Conferencia sobre Interacción y Medidas de Fomento de la Confianza en Asia, el mecanismo «China+Asia Central» y los mecanismos relevantes de cooperación de Asia Oriental, y llevar a cabo la cooperación en seguridad de manera incremental para lograr objetivos similares o iguales. Promover el establecimiento de una plataforma de diálogo multilateral en la región del Golfo y dar juego al papel de mecanismos de coordinación y cooperación como la Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de los Países Vecinos de Afganistán y la Conferencia de Paz, Gobernanza y Desarrollo China-Cuerno de África para promover la paz y la estabilidad regional y mundial.

3. Celebrar conferencias de alto nivel sobre GSI a su debido tiempo para fortalecer la comunicación de políticas en el campo de la seguridad, promover el diálogo y la cooperación intergubernamentales y fomentar aún más la sinergia en la comunidad internacional para abordar los desafíos de seguridad.

4.Apoyar el Foro de Paz y Seguridad China-África, el Foro de Seguridad de Medio Oriente, el Foro de Beijing Xiangshan, el Foro de Cooperación de Seguridad Pública Global (Lianyungang) y otras plataformas de diálogo internacional para contribuir a profundizar el intercambio y la cooperación en materia de seguridad. Promover el establecimiento de más foros de seguridad global para proporcionar nuevas plataformas para que los gobiernos, las organizaciones internacionales, los think tanks y las organizaciones sociales aprovechen sus ventajas y participen en la gobernanza de la seguridad global. 

5. Construir más plataformas y mecanismos internacionales de intercambio y cooperación para abordar los desafíos de seguridad en áreas como la lucha contra el terrorismo, la ciberseguridad, la bioseguridad y las tecnologías emergentes, con miras a mejorar la capacidad de gobernanza en el ámbito de la seguridad no tradicional. Fomentar más intercambios y cooperación entre las academias militares y policiales de nivel universitario. China está dispuesta a brindar a otros países en desarrollo 5.000 oportunidades de capacitación en los próximos cinco años para capacitar a profesionales que aborden problemas de seguridad global.

El GSI, siguiendo el principio de apertura e inclusión, da la bienvenida y espera la participación de todas las partes para enriquecer conjuntamente su sustancia y explorar activamente nuevas formas y áreas de cooperación. China está lista para trabajar con todos los países y pueblos que aman la paz y aspiran a la felicidad para abordar todo tipo de desafíos de seguridad tradicionales y no tradicionales, proteger la paz y la tranquilidad de la tierra y crear juntos un futuro mejor para la humanidad, para que la antorcha de la paz se transmitirá de generación en generación y brillará en todo el mundo.

Fuente: Ministerio de Relaciones Ecteriores de la Republica Popular de China:

https://www.fmprc.gov.cn/mfa_eng/wjbxw/202302/t20230221_11028348.html

EN INGLES:

The Global Security Initiative Concept Paper

2023-02-21 11:12

I.Background

The issue of security bears on the well-being of people of all countries, the lofty cause of world peace and development, and the future of humanity.

Today, our world, our times and history are changing in ways like never before, and the international community is confronted with multiple risks and challenges rarely seen before. Regional security hotspots keep flaring up, local conflicts and turbulence occur frequently, the COVID-19 pandemic persists, unilateralism and protectionism have risen significantly, and traditional and non-traditional security threats are entwined. The deficits in peace, development, security and governance are growing, and the world is once again at a crossroads in history.

This is an era rife with challenges. It is also one brimming with hope. We are convinced that the historical trends of peace, development and win-win cooperation are unstoppable. Upholding world peace and security and promoting global development and prosperity should be the common pursuit of all countries. Chinese President Xi Jinping has proposed the Global Security Initiative (GSI), calling on countries to adapt to the profoundly changing international landscape in the spirit of solidarity, and address the complex and intertwined security challenges with a win-win mindset. The GSI aims to eliminate the root causes of international conflicts, improve global security governance, encourage joint international efforts to bring more stability and certainty to a volatile and changing era, and promote durable peace and development in the world. 

II.Core concepts and principles

1. Stay committed to the vision of common, comprehensive, cooperative and sustainable security. In 2014, President Xi Jinping initiated a new vision for common, comprehensive, cooperative and sustainable security, which has been widely recognized and supported by the international community. The essence of this new vision of security is to advocate a concept of common security, respecting and safeguarding the security of every country; a holistic approach, maintaining security in both traditional and non-traditional domains and enhancing security governance in a coordinated way; a commitment to cooperation, bringing about security through political dialogue and peaceful negotiation; and pursuit of sustainable security, resolving conflicts through development and eliminating the breeding ground for insecurity. We believe security will only be firmly established and sustainable when it is underpinned by morality, justice and the right ideas. 

2. Stay committed to respecting the sovereignty and territorial integrity of all countries. Sovereign equality and non-interference in internal affairs are basic principles of international law and the most fundamental norms governing contemporary international relations. We believe all countries, big or small, strong or weak, rich or poor, are equal members of the international community. Their internal affairs brook no external interference, their sovereignty and dignity must be respected, and their right to independently choose social systems and development paths must be upheld. Sovereign independence and equality must be upheld, and efforts should be made for all countries to enjoy equality in terms of rights, rules and opportunities.

3. Stay committed to abiding by the purposes and principles of the UN Charter. The purposes and principles of the UN Charter embody the deep reflection by people around the world on the bitter lessons of the two world wars. They are humanity’s institutional design for collective security and lasting peace. The various confrontations and injustices in the world today did not occur because the purposes and principles of the UN Charter are outdated, but because they are not effectively maintained and implemented. We call on all countries to practice true multilateralism; firmly uphold the international system with the UN at its core, the international order underpinned by international law and the basic norms of international relations underpinned by the UN Charter; and uphold the authority of the UN and its status as the main platform for global security governance. The Cold War mentality, unilateralism, bloc confrontation and hegemonism contradict the spirit of the UN Charter and must be resisted and rejected. 

4. Stay committed to taking the legitimate security concerns of all countries seriously. Humanity is an indivisible security community. Security of one country should not come at the expense of that of others. We believe all countries are equal in terms of security interests. The legitimate and reasonable security concerns of all countries should be taken seriously and addressed properly, not persistently ignored or systemically challenged. Any country, while pursuing its own security, should take into account the reasonable security concerns of others. We uphold the principle of indivisible security, advocating the indivisibility between individual security and common security, between traditional security and non-traditional security, between security rights and security obligations, and between security and development. There should be a balanced, effective and sustainable security architecture, so as to realize universal security and common security.

5. Stay committed to peacefully resolving differences and disputes between countries through dialogue and consultation. War and sanctions are no fundamental solution to disputes; only dialogue and consultation are effective in resolving differences. We call on countries to strengthen strategic communication, enhance mutual security confidence, diffuse tensions, manage differences and eliminate the root causes of crises. Major countries must uphold justice, fulfill their due responsibilities, support consultation on an equal footing, and facilitate talks for peace, play good offices and mediate in light of the needs and will of the countries concerned. The international community should support all efforts conducive to the peaceful settlement of crises, and encourage conflicting parties to build trust, settle disputes and promote security through dialogue. Abusing unilateral sanctions and long-arm jurisdiction does not solve a problem, but only creates more difficulties and complications.

6. Stay committed to maintaining security in both traditional and non-traditional domains. In today’s world, both the intension and extension of security are broadening. Security is more interconnected, transnational and diverse. Traditional and non-traditional security threats have become intertwined. We encourage all countries to practice the principles of extensive consultation, joint contribution and shared benefits in global governance, and work together to address regional disputes and global challenges such as terrorism, climate change, cybersecurity and biosecurity. There should be concerted efforts to explore multiple channels, develop a holistic solution, and improve relevant rules, so as to find sustainable solutions, promote global security governance and prevent and resolve security challenges.

These six commitments are interlinked and mutually reinforcing, and are an organic whole of dialectical unity. Among them, the vision of common, comprehensive, cooperative and sustainable security provides conceptual guidance; respecting the sovereignty and territorial integrity of all countries is the basic premise; abiding by the purposes and principles of the UN Charter is a primary benchmark; taking the legitimate security concerns of all countries seriously is an important principle, peacefully resolving differences and disputes between countries through dialogue and consultation is a must choice; and maintaining security in both traditional and non-traditional domains is an inherent requirement.

III. Priorities of cooperation

It is our common aspiration to achieve lasting world peace, so that all countries can enjoy a peaceful and stable external environment and their people can live a happy life with their rights fully guaranteed. Like passengers aboard the same ship, countries need to work in solidarity to foster a community of shared security for mankind and build a world that is free from fear and enjoys universal security. 

To realize these visions, China is ready to conduct bilateral and multilateral security cooperation with all countries and international and regional organizations under the framework of the Global Security Initiative, and actively promote coordination of security concepts and convergence of interests. China calls on all parties to carry out single or multiple cooperation in aspects including but not limited to the following ones, so as to pursue mutual learning and complementarity and to jointly promote world peace and tranquility:

1.Actively participate in formulating a New Agenda for Peace and other proposals put forth in Our Common Agenda by the UN Secretary-General. Support UN efforts to enhance conflict prevention and fully harness the peace-building architecture to assist post-conflict states in peace-building. Further leverage the Secretary-General’s Peace and Security Sub-Fund of the China-UN Peace and Development Trust Fund and support a bigger UN role in global security affairs.

Support the UN in enhancing capacity for implementing its peacekeeping mandate, uphold the three principles of “consent of the parties, impartiality, and non-use of force except in self-defense and defense of the mandate” for peacekeeping operations, prioritize political solutions, and take a holistic approach to address both symptoms and root causes. Provide peacekeeping operations with adequate resources. Support the provision of sufficient, predictable and sustainable financial assistance to the African Union (AU) for it to carry out autonomous peacekeeping operations.

2.Promote coordination and sound interaction among major countries and build a major country relationship featuring peaceful coexistence, overall stability and balanced development. Major countries shoulder particularly important responsibilities of maintaining international peace and security. Call on major countries to lead by example in honoring equality, good faith, cooperation and the rule of law, and in complying with the UN Charter and international law. Adhere to mutual respect, peaceful coexistence and win-win cooperation, stick to the bottom line of no conflict and no confrontation, seek common ground while reserving differences, and manage differences. 

3.Firmly uphold the consensus that “a nuclear war cannot be won and must never be fought”. Comply with the joint statement on preventing nuclear war and avoiding arms races issued by leaders of the five nuclear-weapon states in January 2022. Strengthen dialogue and cooperation among nuclear-weapon states to reduce the risk of nuclear war. Safeguard the international nuclear non-proliferation regime based on the Treaty on the Non-proliferation of Nuclear Weapons (NPT) and actively support the efforts of countries in relevant regions to establish nuclear-weapon-free zones. Promote international cooperation on nuclear security, so as to build a fair, collaborative and mutually beneficial international nuclear security system.

4.Fully implement the resolution of Promoting International Cooperation on Peaceful Uses in the Context of International Security adopted by the 76th session of the UN General Assembly.

Carry out cooperation under such frameworks as the UN Security Council’s 1540 Committee, the Chemical Weapons Convention (CWC) and the Biological Weapons Convention (BWC), promote complete prohibition and thorough destruction of weapons of mass destruction, and build up the capacity of all countries in areas including non-proliferation export control, biosecurity and protection against chemical weapons.

Support the process of global conventional arms control. Support cooperation among China, Africa and Europe on small arms and light weapons control under the premise of respecting the will of Africa. Support the implementation of the initiative of Silencing the Guns in Africa. Actively carry out international cooperation and assistance on humanitarian demining and provide help to affected countries as much as one’s ability permits.

5.Promote political settlement of international and regional hotspot issues. Encourage the countries concerned to overcome differences and resolve hotspots through candid dialogue and communication. Support the international community in constructively participating in the political settlement of hotspots, under the premise of non-interference in internal affairs, mainly through the means of facilitating peace talks, with fairness and practicality as the main attitude, and mainly following the approach of addressing both symptoms and root causes. Support political settlement of hotspot issues such as the Ukraine crisis through dialogue and negotiation.

6.Support and improve the ASEAN-centered regional security cooperation mechanism and architecture, and adhere to the ASEAN way of consensus-building and accommodating each other’s comfort level to further strengthen security dialogue and cooperation among regional countries. Support efforts to promote cooperation in non-traditional security areas under the framework of Lancang-Mekong Cooperation (LMC), implement relevant cooperation projects under the LMC Special Fund, and strive to foster a pilot zone for GSI to jointly safeguard regional peace and stability.

7.Implement the five-point proposal on realizing peace and stability in the Middle East, including advocating mutual respect, upholding equity and justice, realizing non-proliferation, jointly fostering collective security, and accelerating development cooperation, so as to jointly establish a new security framework in the Middle East. Support the positive momentum and the efforts of Middle East countries to strengthen dialogue and improve their relations, accommodate the reasonable security concerns of all parties, strengthen the internal forces of safeguarding regional security, and support the League of Arab States (LAS) and other regional organizations in playing a constructive role in this regard. The international community should take practical steps to advance the two-state solution to the Palestinian question, and convene a larger, more authoritative and more influential international peace conference, so as to achieve a just solution to the Palestinian question at an early date. 

8.Support the efforts of African countries, the AU and sub-regional organizations to resolve regional conflicts, fight terrorism and safeguard maritime security, call on the international community to provide financial and technical support to Africa-led counter-terrorism operations, and support African countries in strengthening their ability to safeguard peace independently. Support addressing African problems in the African way, and promote peaceful settlement of hotspots in the Horn of Africa, the Sahel, the Great Lakes region and other areas. Actively implement the Outlook on Peace and Development in the Horn of Africa, promote the institutionalization of the China-Horn of Africa Peace, Governance and Development Conference, and work actively to launch pilot projects of cooperation.

9.Support Latin American and Caribbean countries in actively fulfilling commitments stated in the Proclamation of Latin America and the Caribbean as a Zone of Peace, and support the Community of Latin American and Caribbean States and other regional and sub-regional organizations in playing an active role in upholding regional peace and security and properly handling regional hotspots. 

10.Pay high attention to the special situation and legitimate concerns of Pacific island countries in regard to climate change, natural disasters and public health, support the efforts of Pacific island countries to address global challenges, and support island countries in implementing the 2050 Strategy for the Blue Pacific Continent. Increase the provision of materials, funds and talents to help island countries improve their ability to deal with non-traditional security threats. 

11.Strengthen maritime dialogue and exchange and practical cooperation, properly handle maritime differences, and work together to tackle transnational crimes at sea including piracy and armed robbery, so as to jointly safeguard maritime peace and tranquility and sea lane security. Call on upstream and downstream countries along trans-boundary rivers to actively engage in international cooperation, resolve relevant disputes through dialogue and consultation, ensure the safety of shipping on trans-boundary rivers, rationally utilize and protect water resources, and protect the ecological environment of trans-boundary rivers. 

12.Strengthen the UN’s role as the central coordinator in the global fight against terrorism, support the international community in fully implementing the UN General Assembly and Security Council counter-terrorism resolutions and the UN Global Counter-Terrorism Strategy, and jointly crack down on all terrorist organizations and individuals designated by the Security Council. Channel more global counter-terrorism resources to developing countries to enhance their counter-terrorism capacity building. Oppose linking terrorism with any particular country, ethnic group or religion. Enhance studies on and responses to the impact of emerging technologies on global counter-terrorism efforts.

13.Deepen international cooperation in the field of information security. China has put forward the Global Initiative on Data Security and calls for joint efforts to formulate global rules on digital governance that reflect the will and respect the interests of all parties. Follow through on the China-LAS Cooperation Initiative on Data Security and the Data Security Cooperation Initiative of China+Central Asia, jointly address various cyber threats, and work to establish a global governance system on cyberspace featuring openness and inclusion, justice and fairness, security and stability, vigor and vitality.

14.Strengthen biosecurity risk management. Jointly advocate responsible bioscience research and encourage all stakeholders to refer to the Tianjin Biosecurity Guidelines for Codes of Conduct for Scientists on a voluntary basis. Jointly strengthen the building of biosecurity capability of laboratories, reduce biosecurity risks and promote the healthy development of biotechnology.

15.Strengthen international security governance on artificial intelligence (AI) and other emerging technologies, and prevent and manage potential security risks. China has issued position papers on regulating military applications and strengthening ethical governance of AI, and stands ready to strengthen communication and exchange with the international community on AI security governance, promote the establishment of an international mechanism with broad participation, and develop governance frameworks, standards and norms based on extensive consensus.

16.Strengthen international cooperation on outer space and safeguard the international order in outer space underpinned by international law. Carry out activities in outer space in accordance with international law, safeguard the safety of in-orbit astronauts and the long-term and sustainable operation of space facilities. Respect and ensure the equal right of all countries to use outer space peacefully. Resolutely reject the weaponization of and arms race in outer space, and support the negotiation and conclusion of an international legal instrument on arms control in outer space.

17.Support the World Health Organization in playing a leading role in global governance in public health, and effectively coordinate and mobilize global resources to jointly respond to COVID-19 and other major global infectious diseases.

18.Safeguard global food and energy security. Strengthen action coordination to maintain the smooth operation of international agricultural trade, ensure stable grain production and smooth supply chains, and avoid politicizing and weaponizing food security issues. Strengthen international energy policy coordination, create a safe and stable environment for ensuring energy transportation, and jointly maintain the stability of the global energy market and energy prices.

19.Fully and effectively implement the UN Convention against Transnational Organized Crime. Encourage all countries to conclude or join international treaties, conventions or agreements or make institutional arrangements to fight transnational crimes. Support the three international drug control conventions of the UN, safeguard the international drug control system, and advocate coordination, shared responsibility and sincere cooperation in the international community to jointly address challenges posed by the drug problem and build a community with a shared future for mankind that is free from the harm of drugs. Actively conduct law enforcement cooperation on the basis of respecting each country’s sovereignty, so as to jointly improve law enforcement capacity and security governance. Support the establishment of a global training system to train for developing countries more law enforcement officers who are responsive to their countries’ security needs. 

20.Support the cooperation among countries in addressing climate change and maintaining stable and smooth supply and industrial chains, and speed up the implementation of the UN 2030 Agenda for Sustainable Development in order to promote sustainable security through sustainable development.

IV. Platforms and mechanisms of cooperation

1. Engage in wide-ranging discussions and communication on peace and security at the General Assembly, relevant UN Committees, the Security Council, relevant institutions, and other international and regional organizations based on their respective mandates, and put forward common initiatives and propositions to forge consensus in the international community to address security challenges.

2.Leverage the roles of the Shanghai Cooperation Organization, BRICS cooperation, the Conference on Interaction and Confidence Building Measures in Asia, the “China+Central Asia” mechanism, and relevant mechanisms of East Asia cooperation, and carry out security cooperation incrementally to achieve similar or same goals. Promote the establishment of a multilateral dialogue platform in the Gulf region and give play to the role of coordinating and cooperative mechanisms such as the Meeting of Foreign Ministers of the Neighboring Countries of Afghanistan and the China-Horn of Africa Peace, Governance and Development Conference to promote regional and global peace and stability.

3.Hold high-level conferences on the GSI in due course to strengthen policy communication in the field of security, promote intergovernmental dialogue and cooperation, and further foster synergy in the international community to address security challenges.

4.Support the China-Africa Peace and Security Forum, the Middle East Security Forum, the Beijing Xiangshan Forum, the Global Public Security Cooperation Forum (Lianyungang) and other international dialogue platforms in contributing to deepening exchange and cooperation on security. Promote the establishment of more global security forums to provide new platforms for governments, international organizations, think tanks and social organizations to leverage their advantages and participate in global security governance. 

5.Build more international platforms and mechanisms for exchange and cooperation on addressing security challenges in such areas as counter-terrorism, cybersecurity, biosecurity and emerging technologies, with a view to improving the governance capacity in the domain of non-traditional security. Encourage more exchanges and cooperation among university-level military and police academies. China is willing to provide other developing countries with 5,000 training opportunities in the next five years to train professionals for addressing global security issues.

The GSI, following the principle of openness and inclusiveness, welcomes and looks forward to the participation of all parties to jointly enrich its substance and actively explore new forms and areas of cooperation. China stands ready to work with all countries and peoples who love peace and aspire to happiness to address all kinds of traditional and non-traditional security challenges, protect the peace and tranquility of the earth, and jointly create a better future for mankind, so that the torch of peace will be passed on from generation to generation and shine across the world.

por Thierry Meyssan

Todo el mundo lo sabe pero los grandes medios no quieren decirlo. El gobierno de ‎Kiev está perdiendo la guerra frente a Rusia. Las fuerzas rusas avanzan sin apuro y ‎van instalando a la vez las defensas de las regiones que, por vía de ‎referéndum, decidieron ser parte de Rusia. Pero esa realidad inexorable esconde otras. Por ejemplo, el hecho que ‎Turquía, país que sigue siendo miembro de la OTAN, apoya a Rusia y le aporta piezas ‎de repuesto para su industria militar. La OTAN no sólo está perdiendo la guerra, también está ‎resquebrajándose. ‎

a va precisándose el futuro de Ucrania. En el campo de batalla se enfrentan, de un lado, el ‎gobierno de Kiev, que se niega a aplicar los Acuerdos de Minsk después de haberlos firmado, ‎y Rusia, que busca concretar la aplicación de la resolucion 2202 del Consejo de Seguridad de ‎la ONU, que dio su aval a dichos Acuerdos. De un lado tenemos a un Estado que rechaza el ‎Derecho Internacional, pero que tiene el apoyo de las potencias occidentales. Del otro lado, ‎vemos a un Estado que rechaza las “reglas” de Occidente y que cuenta con el respaldo de China y ‎de Turquía. ‎

‎¿Cómo pudo el presidente Volodimir Zelenski, electo porque prometía aplicar los Acuerdos ‎de Minsk, llegar a convertirse en un nacionalista integrista [1]? ¿Cómo pudo ponerse del lado de los fanáticos herederos de los peores criminales del ‎siglo XX?‎

La hipótesis más probable es que lo hizo por razones de orden financiero –la publicación de los ‎‎Paradise Papers reveló que Zelenski dispone de cuentas ocultas en paraísos fiscales y que además ‎tiene propiedades en Inglaterra e Italia. Pero el hecho es que Volodimir Zelenski ni siquiera suele ‎codearse con sus nacionalistas integristas, entre otras cosas porque es un cobarde. Al principio ‎de la guerra se encerró durante semanas en un búnker, probablemente fuera de Kiev. Y ‎sólo salió de su refugio de alta seguridad luego de que el primer ministro israelí, Nafatali Bennett, ‎le asegurara que el presidente ruso Vladimir Putin le había prometido que no tenía intenciones ‎de matarlo [2]. Desde que le dieron esa garantía, ‎Zelenski se dedica a hacerse el valiente, por videoconferencia, en todas las reuniones políticas e ‎incluso en los festivales artísticos que se organizan en Occidente. ‎

‎¿Cómo llegó Turquía, aliada de las potencias occidentales en el seno de la OTAN, a implicarse del ‎lado de Rusia?‎

Eso es más fácil de entender para quienes han seguido de cerca los intentos de asesinato ‎organizados por la CIA estadounidense contra el presidente turco Recep Tayyip Erdogan. Erdogan ‎fue inicialmente un delincuente callejero. Luego se enroló una milicia islámica que lo llevó a ‎codearse tanto con insurgentes afganos como con yihadistas rusos de Ichkeria y sólo después de ‎ese recorrido llegó a la política, entendida en el sentido clásico del término. Durante su época de ‎partidario de los grupos musulmanes antirrusos, Erdogan era un agente de la CIA. Pero, como ‎tantos otros, después de llegar al poder, Recep Tayyip Erdogan comenzó a ver las cosas de otra ‎manera. Poco a poco fue distanciándose de Langley y quiso servir a su pueblo. ‎

Sin embargo, la evolución personal de Recep Tayyip Erdogan tuvo lugar mientras su país ‎cambiaba varias veces de estrategia. Turquía sigue sin aceptar del todo la caída del imperio ‎otomano, lo cual la ha llevado a intentar estrategias diferentes, una tras otra. Turquía es ‎candidata a convertirse en miembro de la Unión Europea… desde 1987. En 2009, con Ahmet ‎Davutoglu, Turquía creyó poder restaurar su influencia de la época otomana. Una cosa llevando a ‎la otra, Turquía creyó en la posibilidad de conjugar ese objetivo y la historia personal de Erdogan ‎para convertirse en la patria de la Hermandad Musulmana y reinstaurar el Califato, que Mustafá ‎Kemal Ataturk había disuelto en 1924. Pero la caída del Emirato Islámico (Daesh) la obligó a ‎abandonar ese proyecto. ‎

Turquía se vuelve entonces hacia los pueblos turcoparlantes, vacila en incluir a los uigures y ‎finalmente opta por los pueblos étnicamente turcos. Siguiendo ese camino, Turquía ya ‎no necesita a los europeos ni a Estados Unidos sino a Rusia y China. Después de su victoria ‎frente contra Armenia, Turquía creó la “Organización de Estados Turcos”, cuyos miembros son ‎Kazajastán, Kirguistán, la propia Turquía y Uzbekistán, con Hungría y Turkmenistán como ‎observadores. ‎

Actualmente, según el Wall Street Journal, 15 firmas turcas revenden 18,5 millones de dólares ‎en material adquirido en Estados Unidos a una decena de empresas rusas incluidas en las medidas ‎coercitivas unilaterales estadounidenses –las disposiciones ilegales que la propaganda atlantista ‎presenta como “sanciones” [3]. ‎El subsecretario encargado del terrorismo y de la inteligencia financiera en el Departamento del ‎Tesoro de Estados Unidos, Brian Nelson, viajó inútilmente a Ankara con la esperanza de lograr ‎que Turquía se plegara a las “reglas” de Occidente. Pero Ankara sigue apoyando en secreto la ‎industria militar rusa. ‎

Cuando el emisario estadounidense afirmó en Ankara que Turquía iba “por mal camino” porque ‎se ponía del lado de la “vencida” Rusia, sus interlocutores turcos le pusieron delante las cifras de ‎la guerra en Ucrania, dadas a conocer por el Mosad israelí y publicadas por Hurseda Haber ‎‎ [4]. En el terreno, la ‎correlación de fuerzas es de 1 contra 8, favorable a Rusia. El Mosad estima que los militares ‎rusos cuentan 18 480 muertos… frente 157 000 muertos de los ucranianos. Como en el cuento de ‎Andersen, “el rey está desnudo”. ‎

En este momento, Turquía tiene paralizada la admisión de Suecia como miembro de la OTAN. ‎De esa manera también bloquea la admisión de Finlandia, incluida en el mismo expediente. ‎Si aceptamos como ciertas las informaciones del Wall Street Journal, eso no sucede por ‎casualidad. Ankara había logrado que esos dos países se comprometieran a aceptar sus pedidos ‎de extradición contra los jefes del PKK y del movimiento del predicador Fethullah Gulen, ‎compromiso que no ha sido cumplido. De hecho, no podía ser de otra manera ya que el PKK –‎antiguamente aliado de los soviéticos– se ha convertido en una herramienta de la CIA y ahora ‎lucha bajo las órdenes de la OTAN [5]. ‎En cuanto a Fethullah Gulen, ese personaje vive en Estados Unidos, bajo la protección de la CIA. ‎

Hoy Turquía respalda a Rusia y también a China. A Rusia le proporciona piezas de repuesto para ‎su industria militar, enviándole incluso material de fabricación estadounidense. Pero, mientras que ‎Croacia y Hungría, otros dos miembros de la OTAN, no vacilan en señalar públicamente que ‎el respaldo de la alianza atlántica a Ucrania es una gran estupidez, Turquía finge ser plenamente ‎atlantista. ‎

Por cierto, el terremoto que acaba enlutar Turquía y Siria no tiene las características que se han ‎observado siempre en el mundo entero. El hecho que una decena de embajadores de países ‎occidentales abandonaron Ankara en los 5 días anteriores al sismo, mientras que ‎sus gobiernos aconsejaban a sus ciudadanos no viajar a Turquía, parece indicar que en sus ‎capitales se sabía lo que iba a suceder. Estados Unidos, que dispone de medios técnicos ‎capaces de provocar temblores de tierra, se había comprometido en 1976 a no utilizarlos ‎nunca. Pero, en Bucarest, la senadora rumana Diana Ivanovici Sosoaca acaba de afirmar que ‎Estados Unidos provocó el terremoto en Turquía y Siria en violación de la «Convención sobre ‎la Prohibición de utilizar técnicas de modificación del medioambiente con fines militares o con ‎cualquier otros fines hostiles» [6]. El presidente Erdogan ya solicitó a sus servicios de inteligencia (MIT) estudiar esa ‎posibilidad, que actualmente parece sólo una hipótesis. En caso de respuesta positiva, habría ‎que reconocer que Washington, consciente de que ya no es la primera potencia económica ‎mundial ni la primera potencia militar, ha optado por destruir a sus “aliados” antes de que ‎concluya su propia agonía. ‎

En todo caso, a pesar de las noticias triunfalistas que inundan el mundo occidental, lo que sucede ‎en el terreno es que Ucrania está perdiendo la guerra, mientras que al menos 3 países ‎miembros de la OTAN cuestionan –desde adentro– el rumbo de ese bloque militar. ‎

‎¿Cómo explicar entonces el hecho que Estados Unidos sigue enviando al terreno armamento y ‎exigiendo a sus aliados que también lo hagan? En primer lugar, gran cantidad de ese armamento ‎está lejos de ser moderno –se trata en general de material fabricado o concebido en tiempos de ‎la guerra fría o de fabricación soviética. ¿Para qué desperdiciar en Ucrania armamento más ‎reciente sabiendo que será destruido? Eso último es seguro porque Rusia dispone de armas más ‎modernas que las del bando occidental. Por otra parte, para ciertos ejércitos occidentales puede ‎ser interesante poner a prueba ciertas armas recientes en un conflicto de alta intensidad. En ese ‎caso, lo que hacen los ejércitos occidentales es enviar a Ucrania sólo algunos prototipos de esas ‎armas. ‎

Por otra parte, los conscriptos ucranianos no reciben el armamento occidental, que es entregado ‎principalmente a las unidades de los nacionalistas integristas. Además, probablemente ‎dos terceras partes de esas armas se conservan en Albania y Kosovo o son enviadas a la región ‎africana del Sahel. El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, denunció en la reunión cumbre ‎de la Comisión de la Cuenca del Lago Chad que grandes cantidades de armas supuestamente ‎enviadas a Ucrania están llegando a manos de los yihadistas del Emirato Islámico (Daesh) ‎‎ [7]. En respuesta a las reacciones de sorpresa e ‎indignación de miembros del Congreso estadounidense, el Pentágono ha creado una comisión ‎que supuestamente debe dar seguimiento a los envíos de armas destinados a Ucrania, comisión ‎que sin embargo no ha informado absolutamente nada sobre eventuales resultados de sus ‎averiguaciones. ‎

Hace sólo dos semanas, el Inspector General del Pentágono viajó a Ucrania, oficialmente para ‎aclarar todo lo concerniente a los desvíos de armas. En un artículo anterior, yo mostré que el ‎verdadero objetivo de su viaje fue borrar indicios sobre los negocios de Hunter Biden, el hijo del ‎presidente Biden [8]. El ministro de Defensa ucraniano, Oleksiy ‎Reznikov, anunció entonces que estaba a punto de dimitir… cosa que aún no ha sucedido. ‎

Todavía queda una interrogante. ‎

‎¿Por qué Alemania, Francia y Países Bajos, copropietarios de los gasoductos Nord Stream y ‎‎Nord Stream 2, no protestan contra el sabotaje perpetrado el 26 de septiembre de 2022 ‎contra esa importantísima infraestructura? ¿Por qué no reaccionan ante las revelaciones de ‎Seymour Hersch sobre la responsabilidad de Estados Unidos y de Noruega [9]? Sólo el vocero del partido Alternativa para Alemania (AfD) ha ‎exigido que el parlamento alemán cree una comisión investigadora para aclarar el sabotaje. ‎

Pero la gran mayoría de los responsables de Alemania, Francia y Países Bajos, guardan el más ‎profundo silencio, sin atreverse a reconocer que su “aliado” está resultando ser su mayor ‎enemigo. ‎

Esos dirigentes, por el contrario, no han vacilado en recibir con la mayor pleitesía al presidente ‎Volodimir Zelenski en Bruselas, capital de la Unión Europea. ‎

Pero se les escapa un detalle revelador. Zelenski viajó primero a Washington y a Londres, las ‎dos capitales que dan las órdenes, y sólo después fue a la sede de la Unión Europea, para hablar ‎con los “dirigentes” de los países que siguen esas órdenes… y que pagan las cuentas. ‎

Thierry Meyssan

Fuente red Voltaire: https://www.voltairenet.org/article218841.html

Por Aleksandr Duguin

De la OME a la guerra total

Ha pasado un año desde el inicio de la OME. Si empezó como una Operación Militar Especial, ahora está claro que Rusia se ha encontrado en una guerra difícil y en toda regla. No sólo con Ucrania, como régimen y no como pueblo (de ahí la exigencia de desnazificación política planteada inicialmente), sino también con el «Occidente colectivo», es decir, esencialmente el bloque de la OTAN (salvo la posición especial de Turquía y Hungría, que pretenden mantenerse neutrales en el conflicto; los demás países de la OTAN participan en la guerra del lado de Ucrania de un modo u otro).

Este año de guerra hizo añicos muchas ilusiones que tenían todas las partes en conflicto. 

¿En qué se equivocó Occidente?

Occidente, que esperaba la eficacia de una avalancha de sanciones contra Rusia y su casi total desconexión de la parte de la economía, la política y la diplomacia mundiales controlada por Estados Unidos y sus aliados, no lo ha conseguido. La economía rusa se ha mantenido firme, no ha habido protestas internas, la posición de Putin no sólo no se ha tambaleado sino que se ha reforzado. No ha sido posible coaccionar a Rusia para que detenga sus acciones militares, el ataque la infraestructura militar y técnica de Ucrania o retire sus decisiones de integrar nuevas entidades. Tampoco se ha producido ninguna revuelta de los oligarcas cuyos bienes han sido confiscados en Occidente. Rusia ha sobrevivido, a pesar de que Occidente creía seriamente que caería.

Desde el comienzo del conflicto, Rusia, al darse cuenta de que las relaciones con Occidente se desmoronaban, ha dado un brusco giro hacia los países no occidentales –sobre todo China, Irán, los países islámicos, pero también India, Iberoamérica y África– declarando clara y contrastadamente su determinación de construir un mundo multipolar. En parte, Rusia, al tiempo que reforzaba su soberanía, ya lo había hecho antes, pero con vacilaciones, no de forma coherente, volviendo constantemente a los intentos de integrarse en el Occidente global. Ahora esta ilusión se ha disipado por fin, y a Moscú no le queda más remedio que lanzarse de cabeza a la construcción de un orden mundial multipolar. Esto ya ha dado algunos resultados, pero estamos al principio del camino.

Los planes de Rusia han cambiado significativamente

Sin embargo, las cosas no salieron como estaba previsto para la propia Rusia. Aparentemente, el plan era asestar un golpe rápido y letal contra Ucrania, apresurarse a sitiar Kiev y obligar al régimen de Zelensky a capitular, sin esperar a que Ucrania atacara Donbás y luego Crimea, lo que estaba siendo preparado por Occidente bajo la apariencia de un acuerdo formal con los acuerdos de Minsk y con el apoyo activo de las élites globalistas: Soros, Nuland, el propio Biden y su gabinete. El plan consistía entonces en llevar al poder a un político moderado (como Medvedchuk) y comenzar a restablecer las relaciones con Occidente (como tras la reunificación con Crimea). No estaba prevista ninguna reforma económica, política o social significativa. Todo debía seguir como antes

Sin embargo, las cosas no fueron así en absoluto. Tras los primeros éxitos reales, se pusieron de manifiesto ciertos errores de cálculo en la planificación estratégica de toda la operación. Los militares, la élite y la sociedad no estaban preparados para una confrontación seria, ni con el régimen ucraniano ni mucho menos con el Occidente colectivo. La ofensiva se estancó ante la desesperada y feroz resistencia de un adversario con un apoyo sin precedentes de la maquinaria militar de la OTAN. Probablemente, el Kremlin no tuvo en cuenta ni la disposición psicológica de los nazis ucranianos a luchar hasta el último ucraniano, ni la magnitud de la ayuda militar occidental.

Además, no tuvimos en cuenta los efectos de 8 años de propaganda intensiva, que inculcó a la fuerza la rusofobia y el nacionalismo histérico extremo día tras día en toda la sociedad ucraniana. Mientras que en 2014 la gran mayoría del este de Ucrania (Novorossia) y la mitad de la población del centro del país tenían una disposición positiva hacia Rusia, aunque no tan radicalmente «pro» como los residentes de Crimea y Donbás, en 2022 este equilibrio ha cambiado: el odio hacia los rusos ha aumentado significativamente y las simpatías prorrusas han sido reprimidas violentamente, a menudo mediante la represión directa, la violencia, la tortura y las palizas. En cualquier caso, los partidarios activos de Moscú en Ucrania se han vuelto pasivos e intimidados, mientras que los indecisos se han pasado al bando del neonazismo ucraniano, alentado de todas las formas posibles por Occidente (con fines puramente pragmáticos y geopolíticos).

Hasta un año después, Moscú no se dio cuenta de que no se trataba de un OME, sino de una guerra en toda regla

Ucrania estaba preparada

Ucrania estaba más preparada que nadie para las acciones de Rusia, de las que empezó a hablar en 2014, cuando Moscú no tenía ni remotas intenciones de ampliar el conflicto y la reunificación con Crimea parecía suficiente. Si algo sorprendió al régimen de Kiev fueron precisamente los fracasos militares rusos que siguieron a los éxitos iniciales. Esto elevó enormemente la moral de la sociedad ucraniana, ya impregnada de una rusofobia rampante y un nacionalismo exaltado. Llegó un momento en que Ucrania decidió luchar seriamente contra Rusia hasta el final. Kiev, dada la enorme ayuda militar de Occidente, creía en la posibilidad de la victoria, y esto se convirtió en un factor muy significativo para la psicología ucraniana.

Lo único que cogió por sorpresa al régimen de Kiev fue un ataque preventivo de Moscú, cuya preparación muchos consideraron un farol. Kiev planeó lanzar una acción militar en el Donbás mientras se preparaba, confiando en que Moscú no atacaría primero. Pero el régimen de Kiev también se preparó a fondo para repeler un probable ataque, que se habría producido en cualquier caso (nadie se hacía ilusiones a este respecto). Durante ocho años, ha estado trabajando ininterrumpidamente para reforzar varias líneas de defensa en Donbás, donde se esperaba que tuvieran lugar las principales batallas. Los instructores de la OTAN prepararon unidades ligadas y dispuestas para el combate, saturándolas con los últimos avances técnicos. Occidente no dudó en aplaudir la formación de formaciones neonazis punitivas dedicadas al terror masivo directo contra la población civil en el Donbás. Y fue allí donde el avance ruso fue más difícil. Ucrania estaba preparada para la guerra precisamente porque quería empezarla ella misma en cualquier día.

Moscú, por su parte, mantuvo todo en secreto hasta el último momento, lo que hizo que la opinión pública no estuviera del todo preparada para lo que siguió el 24 de febrero de 2022.

La élite liberal rusa es rehén de la OME

Pero la mayor sorpresa fue el comienzo de la OME para la élite liberal prooccidental rusa. Esta élite estaba individual y casi institucionalmente profundamente integrada en el mundo occidental. La mayoría había guardado sus ahorros (a veces gigantescos) en Occidente y participaba activamente en transacciones de valores y en el comercio de acciones. La OME puso efectivamente a esta élite en riesgo de ruina total. Y en la propia Rusia, esta práctica habitual era percibida por muchos como una traición a los intereses nacionales. Por ello, los liberales rusos no creyeron hasta el último momento que la OME fuese a comenzar, y cuando lo hizo, empezaron a contar los días en que terminaría. Convertida en una guerra larga y prolongada de resultado incierto, la OME fue un desastre para todo este segmento liberal de la clase dirigente. 

Todavía algunos en la élite están haciendo intentos desesperados para detener la guerra (y en cualquier término), pero ni Putin, ni las masas, ni Kiev, ni siquiera Occidente, que se ha dado cuenta de la debilidad de Rusia, algo sumida en el conflicto, y va a llegar hasta el final en su percibida desestabilización. 

Aliados volubles y soledad rusa

Creo que los amigos de Rusia también se sintieron en parte decepcionados por el primer año de la OME. Probablemente muchos pensaron que sus capacidades militares eran tan importantes y estaban tan consolidadas que el conflicto con Ucrania debería haberse resuelto con relativa facilidad. La transición a un mundo multipolar parecía para muchos ya irreversible y natural, y los problemas a los que se enfrentó Rusia por el camino devolvieron a todos a un escenario más problemático y sangriento

Resultó que las élites liberales occidentales estaban dispuestas a luchar seria y desesperadamente para preservar su hegemonía unipolar, hasta la probabilidad de una guerra a gran escala con participación directa de la OTAN e incluso un conflicto nuclear en toda regla. China, India, Turquía y otros países islámicos, así como los Estados africanos e iberoamericanos, apenas estaban preparados para semejante giro. Una cosa es acercarse a la Rusia pacífica, reforzando implícitamente su soberanía y construyendo estructuras regionales e interregionales no occidentales (¡pero tampoco antioccidentales!). Otra cosa es entrar en un conflicto frontal con Occidente. Por tanto, con el apoyo tácito de los partidarios de la multipolaridad (y sobre todo de las políticas amistosas de China, la solidaridad de Irán y la neutralidad de India y Turquía), Rusia está esencialmente sola en esta guerra con Occidente. 

Todo esto se puso de manifiesto un año después del inicio de la OME.

Primera fase: un comienzo rápido y victorioso

El primer año de esta guerra tuvo varias fases. En cada una de ellas cambiaron muchas cosas en Rusia, en Ucrania y en la comunidad mundial. 

La primera fase dramática de los éxitos rusos, en la que las tropas rusas pasaron Sumy, Chernigov y llegaron a Kiev desde el norte, fue recibida con furia en Occidente. Rusia demostró seriedad en la liberación de Donbás, y con una rápida salida de Crimea estableció el control de otras dos regiones, Jersón y Zaporiyia, así como parte de la región de Járkov. Mariupol, una ciudad de importancia estratégica en la RPD, fue tomada con dificultad. En general, Rusia, al actuar con la velocidad del rayo y por sorpresa, logró serios éxitos al principio de la operación. Sin embargo, no sabemos del todo qué errores se cometieron en esta fase que condujeron a los fracasos posteriores. Este es un asunto que aún está por investigar. Pero lo cierto es que se cometieron. 

En general, esta fase duró los dos primeros meses del OME. Rusia ampliaba su presencia, hacía frente a sanciones y presiones sin precedentes, se afianzaba en las regiones y establecía una ACM (Administración Civil-Militar).

Con éxitos visibles y tangibles, Moscú estaba dispuesto a entablar negociaciones que consolidaran políticamente los logros militares. Kiev también era reacio a aceptar negociaciones.

Segunda fase: el lógico fracaso de las negociaciones 

Pero entonces comenzó la segunda fase. Aquí se pusieron plenamente de manifiesto los errores de cálculo militares y estratégicos en la planificación de la operación, la inexactitud de las previsiones y el fracaso de las expectativas no cumplidas tanto por parte de la población local como de la disposición de una serie de oligarcas ucranianos a apoyar a Rusia bajo ciertas condiciones. 

La ofensiva vaciló y en algunas zonas Rusia se vio obligada a retirarse de las posiciones que había tomado. La cúpula militar intentó conseguir algunos resultados mediante negociaciones en Estambul, pero no dio resultado.

Las negociaciones dejaron de tener sentido porque Kiev consideró que podía resolver el conflicto militarmente a su favor

A partir de entonces, Occidente, tras haber preparado a la opinión pública con la feroz rusofobia de la primera fase, comenzó a suministrar a Ucrania todo tipo de armas letales a una escala sin precedentes. La situación empezó a deteriorarse poco a poco.

Tercera fase: punto muerto

En el verano de 2022, la situación empezó a estancarse, aunque Rusia obtuvo algunos éxitos en algunas zonas. A finales de mayo, Mariupol había sido tomada.

La tercera fase duró hasta agosto. Durante este periodo, se puso de manifiesto con toda su fuerza la contradicción entre la idea de la OME como una operación rápida y ágil, que debía entrar en la fase política, y la necesidad de luchar contra un enemigo fuertemente armado, que contaba con el apoyo logístico, de inteligencia, tecnológico, de comunicaciones y político de todo Occidente. Y en un frente de enorme longitud. Moscú seguía intentando continuar con el escenario original, sin querer perturbar a la sociedad en su conjunto y sin dirigirse directamente al pueblo. Esto creó una contradicción en los sentimientos del frente y de la retaguardia, y provocó disensiones en el seno del mando militar. Los dirigentes rusos no querían dejar entrar la guerra, aplazando por todos los medios posibles el imperativo de la movilización parcial, que para entonces se había convertido en urgente. 

Durante este periodo, Kiev y Occidente en su conjunto recurrieron a tácticas terroristas: asesinatos de civiles en la propia Rusia, voladura del puente de Crimea y, posteriormente, de los gasoductos Nord Stream. 

Cuarta fase: contraataques del régimen de Kiev

Así entramos en la Fase 4, que estuvo marcada por una contraofensiva de las FAU en la región de Járkov, ya parcialmente bajo control ruso al comienzo de la OME. También se intensificaron los ataques ucranianos en el resto del frente, y el suministro masivo de unidades HIMARS y el suministro del sistema cerrado de comunicaciones por satélite Starlink, junto con otra serie de material militar, crearon graves problemas al ejército ruso, para los que no estaba preparado en la primera fase. La retirada en el óblast de Járkov, la pérdida de Kupyansk e incluso de Krasny Liman, una ciudad de la RPD, fue el resultado de una «guerra a medias» (por utilizar la acertada definición de Vladlen Tatarsky). También aumentaron los ataques contra territorios «antiguos», con bombardeos regulares contra Belgorod y el óblast de Kursk. El enemigo también alcanzó algunos objetivos con drones en lo más profundo del territorio ruso.

Ya no era posible luchar y no luchar al mismo tiempo, es decir, mantener a la sociedad al margen de lo que ocurría en los nuevos territorios.

Fue entonces cuando la OME se convirtió en una guerra en toda regla. Más concretamente, este hecho consumado fue finalmente realizado en serio por los dirigentes rusos. 

Quinta fase: el giro decisivo

A estos fracasos siguió una quinta fase que, aunque con mucho retraso, cambió el curso de las cosas.  Putin toma las siguientes medidas: anuncio de movilización parcial, remodelación de la cúpula militar, creación de un Consejo de Coordinación de Operaciones Especiales, sometimiento de la industria militar a un régimen más estricto, endurecimiento de las medidas por fallos en el orden de defensa del Estado, etc. 

Esta fase culminó con el referéndum sobre su integración a Rusia en cuatro entidades –las regiones de la RPD, RPL, Jersón y Zaporiyia–, la decisión de Putin de admitirlas en Rusia y su discurso de apertura del 30 de septiembre con este motivo, en el que por primera vez declaró con toda franqueza la oposición de Rusia a la hegemonía liberal occidental, su plena e irreversible determinación de construir un mundo multipolar y el inicio de la fase aguda de la guerra de civilizaciones, en la que la civilización moderna de Occidente fue declarada «satánica«. En su posterior discurso de Valdai, el Presidente reiteró y desarrolló las tesis principales. 

Aunque Rusia ya se vio obligada a rendir Jersón después de eso, al retirarse más, se detuvieron los ataques de las FAU, se reforzaron las defensas de las líneas que controlaban y la guerra entró en una nueva fase. 

El siguiente paso en la escalada fue la destrucción periódica por parte de Rusia de las infraestructuras técnico-militares y, en ocasiones, energéticas de Ucrania con bombardeos de misiles.

La limpieza de la sociedad desde dentro ha comenzado: los traidores y colaboradores del enemigo han abandonado Rusia, los patriotas han dejado de ser un grupo marginal cuyas posturas de abnegada devoción a la patria se han convertido –al menos externamente– en la corriente ética dominante. Mientras que los liberales solían recopilar denuncias sistemáticas contra cualquiera que mostrara algún signo de opiniones izquierdistas o conservadoras críticas con los liberales, Occidente, etc., ahora, por el contrario, cualquiera con sentimientos liberales es automáticamente sospechoso de ser al menos un agente extranjero, o incluso un traidor, saboteador y simpatizante terrorista. Se empezaron a prohibir los conciertos y discursos públicos de opositores abiertos a la OME. Rusia inició el camino hacia su transformación ideológica.

Sexta fase: de nuevo el equilibrio

Poco a poco, el frente se estabiliza y vuelve a producirse un nuevo estancamiento. Ahora ninguno de los adversarios puede cambiar las tornas. Rusia se ha reforzado con una reserva movilizada. Moscú ha apoyado a los voluntarios y, en especial, a la PMC de Wagner, que ha logrado importantes avances para cambiar las tornas en los teatros de guerra locales. Se tomaron muchas medidas necesarias para abastecer al ejército y el equipo necesario. El movimiento de voluntarios estaba en pleno apogeo.

La guerra ha entrado en la sociedad rusa.

Esta 6ª fase dura hasta nuestros días. Se caracteriza por un relativo equilibrio de poder. Ambas partes no pueden avanzar de forma decisiva y determinante en este estado. Pero Moscú, Kiev y Washington están dispuestos a continuar el enfrentamiento durante el tiempo que sea necesario.

En otras palabras, la cuestión de cuándo terminará el conflicto en Ucrania ha perdido su significado y su relevancia. Sólo ahora hemos entrado realmente en la guerra, hemos tomado conciencia de este hecho. Es una especie de estar en guerra.  Es una existencia difícil, trágica y dolorosa a la que la sociedad rusa no estaba acostumbrada desde hacía mucho tiempo y que la mayoría de la gente ni siquiera conocía realmente. 

El uso de armas nucleares: el argumento final

La gravedad del enfrentamiento de Rusia con Occidente ha suscitado nuevos interrogantes sobre la probabilidad de que este conflicto pueda derivar en una escalada nuclear. Las Armas Nucleares Tácticas (ANT) y las Armas Nucleares Estratégicas (ANE) fueron objeto de debate a todos los niveles, desde los gobiernos hasta los medios de comunicación. Al tratarse de una guerra en toda regla entre Rusia y Occidente, esta perspectiva dejó de ser puramente teórica y se convirtió en un argumento cada vez más mencionado por las distintas partes del conflicto.

Hay que hacer algunos comentarios sobre este punto. 

Aunque el estado real de la tecnología nuclear es altamente clasificado, y nadie puede estar totalmente seguro de cómo son las cosas en realidad, se cree (y probablemente con razón) que las capacidades nucleares rusas, así como los medios para utilizarlas a través de misiles, submarinos y otros medios, son suficientes para destruir Estados Unidos y los países de la OTAN. Por el momento, la OTAN no dispone de medios suficientes para protegerse de un posible ataque nuclear ruso. Por lo tanto, en caso de emergencia, Rusia tiene la opción de recurrir a este argumento de último recurso. 

Putin ha sido bastante claro sobre lo que quiere decir con esto: esencialmente, si Rusia se enfrenta a una derrota militar directa de los países de la OTAN y sus aliados, a la ocupación y a la pérdida de soberanía, Rusia podría utilizar armas nucleares. 

Soberanía nuclear

Al mismo tiempo, Rusia también carece de defensas aéreas que la protejan de forma fiable de un ataque nuclear estadounidense. En consecuencia, el estallido de un conflicto nuclear a gran escala, quienquiera que ataque primero, supondría casi con toda seguridad el Apocalipsis nuclear y la destrucción de la humanidad, y posiblemente de todo el planeta en su conjunto. Las armas nucleares –especialmente las ANE– no pueden ser utilizadas eficazmente por un solo bando. El segundo responderá, y bastará con que la humanidad arda en una conflagración nuclear. Obviamente, el mero hecho de poseer armas nucleares significa que, en una situación crítica, pueden ser utilizadas por gobernantes soberanos, es decir, por las más altas autoridades de EEUU y Rusia. Casi nadie más es capaz de influir en una decisión semejante sobre un suicidio global. Ese es el sentido de la soberanía nuclear. Putin ha sido bastante franco sobre los términos del uso de armas nucleares. Por supuesto, Washington tiene sus propias opiniones al respecto, pero está claro que en respuesta a un hipotético ataque de Rusia también tendrá que responder simétricamente.

¿Se puede llegar a eso? Creo que sí. 

Líneas rojas nucleares

Si el uso de las ANE es casi seguro significa el fin de la humanidad, y sólo se utilizará si se cruzan las líneas rojas. Esta vez muy en serio. Occidente ignoró las primeras líneas rojas que Rusia había identificado antes del inicio de la OME, convencido de que Putin iba de farol. Occidente se dejó convencer por la élite liberal rusa, que se negaba a creer que las intenciones de Putin fueran serias. Pero estas intenciones deben tomarse con mucho cuidado. 

Así pues, para Moscú, cruzar las líneas rojas supondría el inicio de una guerra nuclear, y están bastante claras. Y suenan así: una derrota crítica en la guerra de Ucrania con una implicación directa e intensiva de EEUU y los países de la OTAN en el conflicto. Estábamos al borde de esto en la cuarta fase de la OME, cuando, de hecho, todo el mundo hablaba de las ANT y ANE. Sólo algunos éxitos del ejército ruso apoyándose en los medios convencionales de armamento y guerra apaciguaron hasta cierto punto la situación. Ciertamente, no han anulado totalmente la amenaza nuclear. Para Rusia, la cuestión de la confrontación nuclear sólo desaparecerá del orden del día cuando consiga la Victoria. En qué consiste la «victoria», hablaremos un poco más adelante. 

EEUU y Occidente no tienen motivos para usar armas nucleares

Para Estados Unidos y la OTAN, donde se encuentran, no existe motivación alguna para utilizar armas nucleares, ni siquiera en un futuro previsible. Sólo se utilizarían en respuesta a un ataque nuclear de Rusia, que no se produciría sin una razón fundamental (es decir, sin una amenaza seria -incluso fatal- de derrota militar). Incluso imaginando que Rusia se hiciera con el control de toda Ucrania, eso no acercaría a Estados Unidos a sus líneas rojas. 

En cierto sentido, Estados Unidos ya ha conseguido grandes resultados en su enfrentamiento con Rusia: ha desbaratado una transición pacífica y sin sobresaltos hacia la multipolaridad, ha aislado a Rusia del mundo occidental y la ha condenado a un aislamiento parcial, ha logrado demostrar cierta debilidad de Rusia en el ámbito militar y técnico, ha impuesto graves sanciones, ha contribuido al deterioro de la imagen de Rusia entre quienes eran sus aliados reales o potenciales, ha actualizado su arsenal militar y técnico y ha probado nuevas tecnologías en situaciones reales. Si se puede vencer a Rusia por otros medios, el Occidente colectivo estará más que encantado de hacerlo. Por cualquier medio, excepto el nuclear. En otras palabras, la posición de Occidente es tal que no tiene motivos para ser el primero en utilizar armas nucleares contra Rusia, ni siquiera en un futuro lejano. Pero Rusia sí. Sin embargo, todo esto depende de Occidente. Si no se lleva a Rusia a un callejón sin salida, puede evitarse fácilmente. Rusia sólo irá a por la destrucción de la humanidad si la propia Rusia es llevada al borde de la aniquilación. 

Kiev condenado

Y por último, Kiev. Kiev se encuentra en una situación muy difícil. Zelensky ya pidió una vez, después de que un misil ucraniano cayera en territorio polaco, a sus socios y patrocinadores occidentales que lanzaran un ataque nuclear contra Rusia. ¿Cuál era su idea? 

El hecho es que Ucrania está condenada en esta guerra desde todos los puntos de vista. Rusia no puede perder, ya que su línea roja es su derrota. Entonces todos perderán.  

El Occidente colectivo, aunque pierda algo, ya ha ganado mucho y no existe ninguna amenaza crítica de Rusia para los países europeos de la OTAN, y mucho menos para los propios Estados Unidos. Todo lo que se dice sobre este tema es pura propaganda.

Pero Ucrania, en una situación en la que se ha encontrado varias veces en su historia, entre el martillo y el yunque, entre el Imperio (blanco o rojo) y Occidente, está condenada. Los rusos no harán ninguna concesión y se mantendrán firmes hasta conseguir la victoria. Una victoria de Moscú significaría la derrota completa del régimen nazi pro-occidental de Kiev. Y como Estado nacional soberano, no habrá Ucrania ni siquiera en la aproximación más general. 

En tal situación, Zelensky, imitando en parte a Putin, proclama que está dispuesto a apretar el botón nuclear. Como no habrá Ucrania, es necesario destruir a la humanidad. En principio, esto puede entenderse, entra de lleno en la lógica del pensamiento terrorista. Sólo que Zelensky no tiene botón nuclear. Porque no tiene soberanía. Pedir a EEUU y a la OTAN que se suiciden a nivel mundial en nombre de la independencia (que no es más que una ficción) es, como mínimo, ingenuo. Armas sí, dinero sí, apoyo mediático sí, por supuesto, apoyo político sí, todo el que quieran. ¿Y nuclear? 

La respuesta es demasiado obvia. Cómo se puede creer seriamente que Washington, por muy fanáticos que sean hoy los partidarios del globalismo, la unipolaridad y la preservación de la hegemonía a toda costa, vaya a ir hasta la destrucción de la humanidad en aras de la «¡Gloria a los héroes!». Incluso perdiendo toda Ucrania, Occidente no pierde mucho. Y el régimen nazi de Kiev y sus sueños de grandeza mundial, por supuesto, se derrumbarán. 

En otras palabras, las líneas rojas de Kiev no deben tomarse en serio. Aunque Zelensky actúa como un maestro terrorista. Ha tomado como rehén a todo un país y amenaza con la destrucción de la humanidad. 

El fin de la guerra: los objetivos de Rusia

Tras un año de guerra en Ucrania, está bastante claro que Rusia no puede perder en ella. Se trata de un desafío existencial¿ser o no ser un país, un Estado, un pueblo? No se trata de adquirir territorios en disputa o de equilibrar la seguridad. Así era hace un año. Ahora las cosas son mucho más agudas. Rusia no puede perder y cruzar esta línea roja nos lleva de nuevo al tema del apocalipsis nuclear. Y en este tema todo el mundo debería tenerlo claro: no se trata sólo de la decisión de Putin, sino de la lógica de toda la trayectoria histórica de Rusia, que en todas las etapas ha luchado contra la caída en la dependencia de Occidente, ya fuera la Orden Teutónica, la Polonia católica, el Napoleón burgués, el Hitler racista o los globalistas modernos. Rusia será libre o no será nada.

Pequeña victoria: la liberación de nuevos territorios

Ahora lo que queda por considerar es la victoria. Aquí hay tres opciones.

La escala mínima de victoria para Rusia podría consistir, en determinadas circunstancias, en poner bajo su control todos los territorios de las 4 nuevas entidades constituyentes de la Federación Rusa: las regiones de la RPD, RPL, Jersón y Zaporiyia. Paralelamente, se produciría el desarme de Ucrania y se garantizaría plenamente su estatus neutral en un futuro previsible. Para ello, Kiev debe reconocer y aceptar la situación de facto. Con esto, el proceso de paz puede comenzar.

Sin embargo, tal escenario es muy improbable. Los éxitos relativos del régimen de Kiev en la región de Járkov han dado a los nacionalistas ucranianos la esperanza de que pueden derrotar a Rusia. La feroz resistencia en Donbás demuestra su intención de resistir hasta el final, invertir el curso de la campaña y pasar de nuevo a la contraofensiva, en todos los nuevos temas, incluida Crimea. Y es totalmente improbable que las actuales autoridades de Kiev acepten tal fijación del statu quo. 

Para Occidente, sin embargo, ésta sería la mejor solución, ya que un respiro en las hostilidades podría utilizarse como los acuerdos de Minsk para militarizar aún más Ucrania. La propia Ucrania –incluso sin estas zonas– sigue siendo un territorio enorme, y la cuestión del estatus neutral podría confundirse en términos ambiguos. 

Moscú entiende todo esto, y Washington lo entiende un poco peor. Y los actuales dirigentes de Kiev no quieren entenderlo en absoluto.

Victoria intermedia: la liberación de Novorossia

La versión media de la Victoria para Rusia habría sido liberar todo el territorio de la Novorossia histórica, que incluye Crimea, 4 nuevas entidades rusas y tres regiones más: Járkov, Odessa y Mykolaiv (con partes de Krivoy Rog, Dnipro y Poltava). Esto completaría la división lógica de Ucrania en Ucrania Oriental y Occidental, que tienen historias, identidades y orientaciones geopolíticas diferentes. Tal solución sería aceptable para Rusia y, sin duda, se percibiría como una victoria muy real, completando lo que se inició, y luego se interrumpió, en 2014. En conjunto, también convendría a Occidente, cuyos planes estratégicos serían más sensibles a la pérdida de la ciudad portuaria de Odesa. Pero incluso eso no es tan crucial, debido a la disponibilidad de otros puertos del Mar Negro: Rumanía, Bulgaria y Turquía, tres países de la OTAN (no miembros potenciales, sino reales de la Alianza).

Está claro que para Kiev tal escenario es categóricamente inaceptable, aunque aquí hay que hacer una salvedad. Es categóricamente inaceptable para el régimen actual y en el actual entorno estratégico-militar. Si se produce la liberación completa con éxito de los 4 nuevos sujetos de la Federación y la posterior entrada de las tropas rusas a las fronteras de tres nuevas regiones, tanto el ejército ucraniano como el estado psicológico de la población, el potencial económico y el propio régimen político de Zelensky se encontrarán en un estado completamente diferente, completamente roto. La infraestructura de la economía seguirá siendo destruida por los ataques rusos, y las derrotas en los frentes sumirán en el más absoluto abatimiento a una sociedad ya exhausta y desangrada por la guerra. Quizás haya un gobierno diferente en Kiev, y no se puede descartar que haya un cambio de gobierno en Washington, donde cualquier gobernante realista reduciría sin duda el apoyo a Ucrania, simplemente calculando con sobriedad los intereses nacionales de EEUU sin una creencia fanática en la globalización. Trump es un ejemplo vivo de que esto es muy posible y no está muy lejos del reino de la probabilidad. 

En una situación de victoria media, es decir, la liberación completa de Novorossia, sería extremadamente ventajoso para Kiev y para Occidente pasar a acuerdos de paz para preservar al menos el resto de Ucrania. Se podría establecer un nuevo Estado que no tendría las restricciones y obligaciones actuales, y podría convertirse –gradualmente– en un baluarte para cercar a Rusia. Para que Occidente salve al menos lo que queda de Ucrania, el proyecto de Novorossia sería perfectamente aceptable y, a largo plazo, le resultaría bastante beneficioso, incluso para enfrentarse a una Rusia soberana.

La Gran Victoria: la liberación de Ucrania

Por último, una victoria completa para Rusia sería la liberación de todo el territorio de Ucrania del control del régimen nazi pro-occidental y el restablecimiento de la unidad histórica tanto de un Estado eslavo oriental como de una gran potencia euroasiática. La multipolaridad se habría establecido de forma irreversible y habríamos dado un vuelco a la historia de la humanidad. Además, sólo una Victoria así permitiría cumplir plenamente los objetivos fijados al principio: la desnazificación y la desmilitarización, ya que sin el pleno control de un territorio militarizado y nazificado esto no puede lograrse.

El geopolítico atlantista Zbigniew Brzezinski escribió con razón: «Sin Ucrania, Rusia no puede convertirse en un imperio». Y tiene razón. Pero también podemos leer esta fórmula en clave euroasiática: «Y con Ucrania, Rusia se convertirá en un Imperio, es decir, en un polo soberano del mundo multipolar». 

Aun así, Occidente no habría sufrido daños críticos en un sentido estratégico-militar, y mucho menos en un sentido económico. Rusia seguiría aislada de Occidente, demonizada a los ojos de muchos países. Su influencia en Europa se habría reducido a cero o incluso se habría vuelto negativa. La comunidad atlántica se habría consolidado más que nunca frente a un enemigo tan peligroso. Y Rusia, excluida del Occidente colectivo, aislada de la tecnología y de las nuevas redes, habría recibido una importante población no del todo leal, cuando no hostil, cuya integración en un espacio unificado habría exigido un increíble esfuerzo extraordinario a un país ya cansado de la guerra. 

Y la propia Ucrania no estaría bajo ocupación, sino como parte de una única nación sin ninguna desventaja étnica y con todas las perspectivas abiertas para tomar posiciones y moverse libremente por toda Rusia. Si se quisiera, esto podría verse como la anexión de Rusia a Ucrania y la antigua capital del Estado ruso, Kiev, volvería a estar en el centro del mundo ruso en lugar de en su periferia.

Naturalmente, en ese caso la paz habría llegado de forma natural y no habría tenido sentido negociar sus términos con nadie. 

Cambiar la fórmula rusa

Lo último que merece la pena considerar al analizar el primer año de la OEM es la evaluación teórica de la transformación que la guerra en Ucrania ha causado en el espacio de las Relaciones Internacionales. Esta vez se trata de una evaluación teórica de la transformación que la guerra en Ucrania ha causado en el espacio de las Relaciones Internacionales. 

Aquí tenemos el siguiente panorama. Las administraciones de Clinton, del neocon Bush Jr. y de Obama, así como la administración de Biden, son liberales de línea dura en Asuntos Internacionales. Consideran que el mundo es global y está dirigido por el Gobierno Mundial a través de los jefes de todos los Estados nación. Incluso los propios Estados Unidos no son, a sus ojos, más que una herramienta temporal en manos de una élite mundial cosmopolita. De ahí la aversión e incluso el odio de los demócratas y los globalistas hacia cualquier forma de patriotismo estadounidense y hacia la propia identidad tradicional de los estadounidenses.

Para los partidarios del liberalismo en las RRII, cualquier Estado-nación es un obstáculo para el Gobierno Mundial, y un Estado-nación soberano fuerte, y que desafíe abiertamente a la élite liberal, es el verdadero enemigo a destruir. 

Tras la caída de la URSS, el mundo dejó de ser bipolar para convertirse en unipolar, y la élite globalista, los partidarios del liberalismo en las RRII se apoderaron de las palancas de gobierno de la humanidad. 

La Rusia desmembrada y derrotada de los años noventa, como remanente del segundo polo, bajo Yeltsin aceptó las reglas del juego y se plegó a la lógica de los liberales en las RRII. Moscú sólo tenía que integrarse en el mundo occidental, desprenderse de su soberanía y empezar a jugar según sus reglas. El objetivo era obtener al menos cierto estatus en el futuro Gobierno Mundial, y la nueva cúpula oligárquica hizo todo lo posible por encajar en el mundo occidental a cualquier precio, incluso a título individual.

Todas las instituciones de enseñanza superior y universidades de Rusia se pusieron desde entonces al lado del liberalismo en la cuestión de las Relaciones Internacionales. El realismo se olvidó (aunque se conociera), se equiparó al «nacionalismo» y nunca se pronunció la palabra «soberanía».

Todo ha cambiado en la realpolitik (pero no en la educación) con la llegada de Putin. Putin fue desde el principio un realista convencido en Relaciones Internacionales y un firme defensor de la soberanía. Al mismo tiempo, compartía plenamente la universalidad de los valores occidentales, la falta de alternativa al mercado y a la democracia, consideraba el progreso social y científico-tecnológico de Occidente como la única vía para el desarrollo de la civilización.  En lo único que insistía era en la soberanía. De ahí el mito de su influencia sobre Trump. Fue el realismo lo que unió a Putin y Trump. En todo lo demás son muy diferentes. El realismo de Putin no es contra Occidente, es contra el liberalismo en las Relaciones Internacionales, contra el Gobierno Mundial. Es el realismo estadounidense, el chino, el europeo y cualquier otro.

Pero la unipolaridad que se ha desarrollado desde principios de los años noventa ha puesto de cabecera a los liberales de las Relaciones Internacionales. Creían que había llegado el momento histórico, se había acabado la historia como confrontación de paradigmas ideológicos (tesis de Fukuyama) y era hora de iniciar con nueva fuerza el proceso de unificación de la humanidad bajo el Gobierno Mundial. Pero para ello había que abolir la soberanía residual. 

Tal línea estaba en contradicción con el realismo de Putin. Y, sin embargo, Putin trató de mantener el equilibrio y las relaciones con Occidente a toda costa. Esto era bastante fácil con el realista Trump, que comprendía la voluntad de soberanía de Putin, pero se volvió imposible con Biden en la Casa Blanca. Así que Putin, como realista que es, ha llegado al límite del compromiso posible. El Occidente colectivo, liderado por los liberales en las RRII, presionó cada vez más a Rusia para que finalmente comenzara a desmantelar su soberanía, en lugar de fortalecerla. 

Este conflicto culminó con el inicio de la OME. Los globalistas apoyaron activamente la militarización y nazificación de Ucrania. Putin se rebeló contra esto porque comprendió que el Occidente colectivo se estaba preparando para una campaña simétrica de «desmilitarización» y «desnazificación» de la propia Rusia. Los liberales hicieron la vista gorda ante el rápido florecimiento del neonazismo rusófobo en la propia Ucrania y, es más, lo promovieron activamente, contribuyendo a su militarización en la medida de lo posible, mientras que a la propia Rusia se la acusaba de lo mismo: «militarismo» y «nazismo», tratando de equiparar a Putin con Hitler de todas las formas posibles. 

Putin comenzó la OME como un realista. No más que eso. Pero un año después la situación ha cambiado. Ha quedado claro que Rusia está en guerra contra la civilización liberal occidental moderna en su conjunto, contra el globalismo y los valores que Occidente impone a todos los demás. Este giro en la conciencia rusa de la situación mundial es quizá el resultado más importante de toda la OME.

La guerra ha pasado de ser una defensa de la soberanía a un choque de civilizaciones. Rusia ya no se limita a insistir en una gobernanza independiente, compartiendo actitudes, criterios, normas, reglas y valores occidentales, sino que actúa como una civilización independiente, con sus propias actitudes, criterios, normas, reglas y valores. Rusia ya no es Occidente en absoluto. No es un país europeo, sino una civilización ortodoxa euroasiática. Esto es lo que declaró Putin en su discurso con motivo de la admisión de los cuatro nuevos sujetos a la Federación Rusa el 30 de septiembre, luego en el discurso de Valdai, y repetido muchas veces en otros discursos. Por último, en el Decreto 809, Putin aprobó las bases de la política estatal de protección de los valores tradicionales rusos, un conjunto que no sólo difiere significativamente del liberalismo, sino que en algunos puntos es directamente opuesto a él.

Rusia ha cambiado su paradigma del realismo a la teoría del mundo multipolar, ha rechazado de plano el liberalismo en todas sus formas y ha desafiado directamente a la civilización occidental moderna, negándole abiertamente el derecho a ser universalPutin ya no cree en Occidente. Y califica a la civilización occidental moderna de «satánica«. En esto se puede identificar fácilmente tanto una referencia directa a la escatología y teología ortodoxas, como una alusión a la confrontación entre los sistemas capitalista y socialista de la era de Stalin. Hoy, es cierto, Rusia no es un Estado socialista. Pero éste es el resultado de la derrota sufrida por la URSS a principios de la década de 1990, al encontrarse Rusia y otros países postsoviéticos en la posición de colonias ideológicas y económicas del Occidente global. 

Todo el gobierno de Putin hasta el 24 de febrero de 2022 fue una preparación para este momento decisivo. Pero solía mantenerse dentro del marco realista. Es decir, la vía occidental de desarrollo + soberanía. Ahora, tras un año de duras pruebas y terribles sacrificios sufridos por Rusia, la fórmula ha cambiado: soberanía + identidad civilizacional. La vía rusa.

Fuente Geopolitika.ru: https://www.geopolitika.ru/es/article/operacion-militar-especial-ano-uno-un-cambio-de-paradigma 

Pepe Escobar 18 de febrero The Saker

La conclusión clave de la visita de estado del presidente Ebrahim Raeisi a Beijing va mucho más allá de la firma de 20 acuerdos de cooperación bilateral.

Este es un punto de inflexión crucial en un proceso histórico absorbente, complejo, de décadas de duración y en curso: la integración de Eurasia.

No es de extrañar que el presidente Raeisi, recibido con una ovación de pie en la Universidad de Pekín antes de recibir un título académico honorífico, subrayara que “se está formando un nuevo orden mundial que está reemplazando al anterior”, caracterizado por “un verdadero multilateralismo, máxima sinergia, solidaridad y disociación de los unilateralismos”.

Y el epicentro del nuevo orden mundial, aseveró, es Asia.

Fue bastante alentador ver al presidente iraní elogiando la Antigua Ruta de la Seda, no solo en términos de comercio sino también como un «vínculo cultural» y «conectando a diferentes sociedades a lo largo de la historia».

Raeisi podría haber estado hablando de Sassanid Persia, cuyo imperio se extendía desde Mesopotamia hasta Asia Central, y fue la gran potencia comercial intermediaria de la Ruta de la Seda durante siglos entre China y Europa.

Es como si estuviera corroborando la famosa noción del presidente chino Xi Jinping de “intercambios entre personas” aplicada a las Nuevas Rutas de la Seda.

Y luego, el presidente Raeisi saltó a la conexión histórica ineludible: se dirigió a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), de la cual Irán es un socio clave.

Todo eso explica la reconexión total de Irán con Asia, después de esos años posiblemente desperdiciados de intentar una entente cordiale con el Occidente colectivo. Eso fue simbolizado por el destino del JCPOA, o acuerdo nuclear con Irán: negociado, unilateralmente enterrado y luego, el año pasado, casi condenado por ganancias.

Se puede argumentar que después de la Revolución Islámica hace 44 años, un incipiente “giro hacia el Este” siempre estuvo al acecho detrás de la estrategia oficial del gobierno de “Ni Oriente ni Occidente”.

A partir de la década de 1990, pasó a entrar progresivamente en plena sincronía con la política oficial de «Puertas Abiertas» de China.

Después del comienzo del milenio, Beijing y Teherán han estado cada vez más sincronizados. BRI, el mayor avance geopolítico y geoeconómico, se propuso en 2013 en Asia Central y el Sudeste Asiático.

Luego, en 2016, el presidente Xi visitó Irán, en Asia occidental, lo que condujo a la firma de varios memorandos de entendimiento (MOU) y, recientemente, al amplio acuerdo estratégico integral de 25 años, que consolida a Irán como un actor clave de BRI.

Aceleración de todos los vectores clave

En la práctica, la visita de Raeisi a Beijing se enmarcó para acelerar todo tipo de vectores en la cooperación económica entre Irán y China, desde inversiones cruciales en el sector energético (petróleo, gas, industria petroquímica, oleoductos) hasta la banca, con Beijing comprometida con el avance de las reformas de modernización en El sector bancario de Irán y los bancos chinos abren sucursales en todo Irán.

Las empresas chinas pueden estar a punto de ingresar a los mercados inmobiliarios privados y comerciales emergentes de Irán, y estarán invirtiendo en tecnología avanzada, robótica e inteligencia artificial en todo el espectro industrial.

Las estrategias sofisticadas para eludir las duras sanciones unilaterales de EE. UU. serán un enfoque importante en cada paso del camino en las relaciones entre Irán y China. El trueque es ciertamente parte de la imagen cuando se trata de intercambiar contratos de petróleo/gas iraníes por acuerdos industriales y de infraestructura chinos.

Es muy posible que el fondo de riqueza soberana de Irán, el Fondo Nacional de Desarrollo de Irán, con participaciones estimadas en $ 90 mil millones, pueda financiar proyectos industriales y de infraestructura estratégicos.

Otros socios financieros internacionales pueden venir en la forma del Banco Asiático de Desarrollo de Infraestructura (AIIB) y el NDB, el banco BRICS, tan pronto como Irán sea aceptado como miembro de BRICS+: eso puede decidirse el próximo agosto en la cumbre en el Sur. África.

El meollo de la cuestión de la asociación estratégica es la energía. La Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) se retiró de un acuerdo para desarrollar la Fase 11 del campo de gas South Pars de Irán, adyacente a la sección de Qatar.

Sin embargo, CNPC siempre puede volver para otros proyectos. La fase 11 está siendo desarrollada actualmente por la empresa energética iraní Petropars.

Las ofertas de energía (petróleo, gas, industria petroquímica, energías renovables) crecerán en lo que denominé PipelineIstán a principios de la década de 2000.

Las empresas chinas sin duda formarán parte de los nuevos oleoductos y gasoductos que se conectarán a las redes de oleoductos iraníes existentes y configurarán nuevos corredores de oleoductos.

PipelineEstán ya establecido incluye el oleoducto Asia Central-China, que se conecta a la red de oleoductos Oeste-Este de China, a casi 7.000 km desde Turkmenistán hasta la costa este de China; y el oleoducto Tabriz-Ankara (2.577 km, desde el noroeste de Irán hasta la capital turca).

Luego está una de las grandes sagas de Pipelineistan: el gasoducto IP (Irán-Pakistán), antes conocido como Peace Pipeline, desde South Pars hasta Karachi.

Los estadounidenses hicieron todo en el libro, y fuera de los libros, para detenerlo, retrasarlo o incluso matarlo. Pero IP se negó a morir; y la asociación estratégica China-Irán finalmente podría hacerlo realidad.

Una nueva arquitectura geoestratégica

Podría decirse que el nodo central de la asociación estratégica China-Irán es la configuración de una arquitectura económica geoestratégica compleja: conectar el Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), el buque insignia de BRI, a un corredor de dos puntas centrado en Irán.

Esto tomará la forma de un corredor China-Afganistán-Irán y un corredor China-Asia Central-Irán, formando así lo que podemos llamar un corredor económico geoestratégico China-Irán.

Beijing y Teherán, ahora a toda marcha y sin tiempo que perder, pueden enfrentar todo tipo de desafíos y amenazas del Hegemón; pero su acuerdo estratégico de 25 años honra a civilizaciones comerciales/comerciantes históricamente poderosas ahora equipadas con bases industriales/fabricantes sustanciales y con una tradición seria en innovación científica avanzada.

La seria posibilidad de que China-Irán finalmente configuren lo que será un espacio económico estratégico completamente nuevo y ampliado, desde el este de Asia hasta el oeste de Asia, central para la multipolaridad del siglo XXI, es un tour de force geopolítico.

No solo eso anulará por completo la obsesión por las sanciones de Estados Unidos; dirigirá las próximas etapas de Irán del muy necesario desarrollo económico hacia el Este, e impulsará todo el espacio geoeconómico desde China hasta Irán y todos los demás.

Todo este proceso, que ya está ocurriendo, es en muchos aspectos una consecuencia directa de la guerra de poder del Imperio “hasta el último ucraniano” contra Rusia.

Ucrania como carne de cañón tiene sus raíces en la teoría del corazón de Mackinder: el control mundial pertenece a la nación que controla la masa terrestre de Eurasia.

Esto fue después de la Primera Guerra Mundial, donde Alemania noqueó a Rusia creó el temor entre los anglosajones de que si Alemania noqueaba a Francia, controlaría la masa terrestre de Eurasia.

La Segunda Guerra Mundial se concibió contra Alemania y Japón formando un eje para controlar Europa, Rusia y China.

La actual Tercera Guerra Mundial potencial fue concebida por Hegemon para romper una alianza amistosa entre Alemania, Rusia y China, con Irán como un socio privilegiado de Asia Occidental.

Todo lo que estamos presenciando en esta etapa explica a los EE. UU. tratando de romper la integración de Eurasia.

Así que no es de extrañar que las tres principales «amenazas» existenciales para la oligarquía estadounidense que dicta el «orden internacional basado en reglas» sean Los Tres Soberanos: China, Rusia e Irán.

¿Eso importa? No precisamente. Acabamos de ver que mientras los perros (de la guerra) ladran, la caravana estratégica Irán-China avanza.