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Por Mariano Saravia

Es que el Reino Unido está estirando la cuerda con la Unión Europea y se puede cortar. 

-¿Cuál es el motivo? 

Irlanda del Norte, donde hubo elecciones la semana pasada y por primera vez ganó el nacionalismo irlandés, desde la partición de la isla hace 101 años. Este triunfo del Sinn Fein (Somos nosotros, en gaélico) disparó las alarmas porque los unionistas (monárquicos y defensores de unión con Londres) ahora se niegan a integrar un nuevo gobierno en minoría con los nacionalistas republicanos vencedores en las elecciones. Con esta jugada, los unionistas embarran la cancha, y para desempantanar la situación reclaman a Londres que ponga fin al Protocolo de Irlanda del Norte firmado con Bruselas en torno al Brexit. Hay que recordar también que el referéndum por el Brexit, en Irlanda del Norte (como en Escocia) fue rechazado por la mayoría.

-¿Qué dice ese protocolo?

Básicamente se buscaba que con el Brexit no resurgiera en el norte de la isla una nueva frontera dura entre el Reino Unido y la Unión Europea. Para ello, el protocolo plantea que Irlanda del Norte queda dentro del mercado interno de la Unión Europea, y por consiguiente, surge una frontera arancelaria en el Mar de Irlanda, lo que los unionistas ven como un distanciamiento de Londres. Por eso quieren terminar con ese protocolo para aceptar formar gobierno. 

-Londres mueve sus fichas

Ante esto, Boris Johnson se apresta a “renegociar” ese protocolo con la Unión Europea, que no está dispuesta a reabrir el tema. Con esto, Boris Johnson busca recuperar la iniciativa política luego de su propia derrota en las elecciones de mitad de término de la semana pasada. 

-¿Qué se puede esperar?

-Según el Acuerdo del Viernes Santo (1998) que logró el desarme del IRA, el gobierno autónomo de Irlanda del Norte debe conformarse encabezado por el partido triunfante y con el acompañamiento del primer partido de la otra comunidad. Es decir, sí o sí tienen que compartir gobierno católicos y protestantes. Una aclaración, cuando decimos católicos o protestantes, estas son categorías más sociales y políticas que meramente religiosas. En Irlanda del Norte cuando se dice católico, en realidad se está diciendo republicano, nacionalista irlandés y favorable a la reunificación de la isla. Por contrapartida, cuando se dice protestante, se está diciendo unionista, monárquico y pro británico. 

Hoy, por primera vez desde la partición de 1921, los católicos del Sinn Fein son la primera minoría votada. Sea por el crecimiento demográfico de los católicos, sea por reivindicaciones más generales que seducen también a sectores protestantes (diversidades sexuales, aborto, acceso a la vivienda, servicios, temas económicos, etc.)

Pero no habrá gobierno y la crisis amenaza con extenderse en el tiempo. Habrá que ver qué consecuencias concretas tiene el nuevo incumplimiento de Londres dentro del traumático proceso del Brexit. Y sobre todo, si en esta nueva aventura política de Boris Johnson, tiene o no el apoyo de su aliado atlántico: el Imperio Estadounidense.

En un momento crítico, cuando la OTAN se apresta a recibir en su seno a Suecia y Finlandia, en una nueva provocación a Rusia y una nueva apuesta al guerrerismo que pone en peligro al mundo entero. Pero ahora con una grieta dentro de sus filas occidentales atlánticas.

Desde hace una década y media que el Tanque de Ideas Dossier Geopolitico viene informando que la Globalización y el Sistema Mundo resultante de la Unipolaridad anglosajón han tocado a su fin…los tiempos llegaron. Dossier Geopolitico

El organismo internacional constata en sus informes de primavera (el económico, el financiero y el fiscal) el cambio en la fisonomía de la globalización que venían apuntando los analistas de mercado y de política exterior desde hace años, que ha arraigado con la pandemia y que ahora entra en una fase de máxima efervescencia.

Por DIEGO HERRANZ Madrid

El planeta parece haberse adentrado en un periodo de convulsión constante. En una especie de punto de ebullición geopolítica, económica, financiera y socio-cultural. Hasta el punto de que se aprecian vestigios de que los modelos democráticos de corte liberal, como reza la terminología multilateral al uso, se tambalean con divisiones civiles preocupantes por el resurgimiento de los movimientos nacional-populistas; generalmente, de raíces ultraderechistas. En el ámbito de los mercados y de la economía, nunca como ahora, después de la invasión rusa de Ucrania, desde el final de la Guerra Fría, se vislumbra con tanta claridad la posibilidad de un decoupling, de una desintegración de la arquitectura financiera, económica y comercial internacional en torno a dos bloques: el occidental, con EEUU y Europa al frente, y el oriental, comandado por el poder chino en el terreno tecnológico, empresarial y productivo, y secundado por Rusia y su estatus nuclear.

El diagnóstico de situación del FMI y su tradicional recetario de tratamiento -siempre criticados, pero también, a los ojos de los analistas, necesarios para diseccionar las cada vez más complejas relaciones económicas- deja esta primavera nuevas lecturas de los movimientos telúricos que se están detectando soterradamente. En cierta medida -explican en la organización multilateral- con similitudes de calado con otras épocas de fulgurantes transformaciones y con una marcada y, al mismo tiempo, inquietante sinergia de acontecimientos.

Quizás la más clarividente de ellas sea la amenaza de estanflación que deja traslucir el fondo en sus tres grandes informes -que corroboran sus tres directores de departamentos -y que retrotrae a la década de los setenta, en la que la crisis del petróleo -de nuevo una escalada de precios de la energía como la invocada en otoño pasado por el Kremlin y su manejo de la espita del gas siberiano hacia Europa– dio lugar a una espiral inflacionista con trayectos recesivos. Pero que hizo detonar el salto económico y de tecnología en Occidente por el que apenas un decenio después caía el Muro de Berlín y entraba en barrena la Unión Soviética.

Se aprecian vestigios de que los modelos democráticos de corte liberal se tambalean con divisiones civiles preocupantes por el resurgimiento de los movimientos nacional-populistas

La larga siesta geoestratégica -del 9/11 de 1989, con el derribo del paso fronterizo que dividía la capital alemana desde el final de la Segunda Guerra Mundial, al 11/9, de 2001, con los ataques islamistas a EEUU- en la que emergió la globalización, dio paso a guerras de civilizaciones -Irak o Afganistán, pero también Siria, entre otras revueltas sociales como las primaveras árabes- y dos tsunamis -uno financiero, en 2008 y otro, sanitario, en 2020- con graves contracciones globales. En medio de las cuales, China se ha convertido en una potencia económica más incuestionable y Rusia ha reverdecido viejos laureles imperialistas con su renovado músculo militar y atómico, al que se ha añadido un eficaz -según sus intereses- uso de la energía como arma diplomática de primer orden. No en vano, Vladimir Putin lleva abriendo y cerrando el grifo del petróleo -en el seno de la OPEP +, donde se ha integrado de lleno y gestiona el crudo en el mercado tuteando a Arabia Saudí– y del gas, hacia Europa -principalmente a Alemania- y Ucrania, desde antes de la caída de Lehman Brothers.

El fondo desvela en cinco aspectos de alto voltaje la trascendencia de los virajes que manifiesta el ciclo de negocios post-covid que también ocupan un lugar preferencial en la sala de máquinas de think-tanks y expertos internacionales, políticos y económicos.

1.- El deterioro geopolítico asedia a la globalización. A largo plazo, «la guerra en Ucrania elevará los riesgos de desestabilización de las reglas creadas por consenso en el marco de las relaciones internacionales desde la Segunda Guerra Mundial», precisa el WEO, el informe semestral que se elabora desde el equipo de la economista jefe del FMI, Gita Gopinath, estadounidense de origen indio. La polarización global se ha intensificado y, de prolongarse, agravaría la crisis humanitaria, aunque también impediría la integración económica mundial, esencial para generar prosperidad de forma consolidada. No es un asunto baladí. Larry Fink, CEO de BlackRock, la gestora de fondos que más patrimonio administra, con más de 9,5 billones de dólares en carteras -tanto como los PIB de Japón y Alemania-, acaba de asegurar que el conflicto ucranio «está acelerando el epitafio de la globalización» y enterrando «el orden global de los últimos 30 años». También hay criterios opuestos, como el de Exequiel Hernández, catedrático de la escuela de negocios Wharton, de la Universidad de Pennsylvania, para quien las férreas interdependencias entre países tras décadas de libres flujos de intercambios comerciales, inversores o tecnológicos, entre otros, mantendrá la globalización: «Llegó para quedarse», explica.

Las evidencias que hay sobre la «importancia geoestratégica que la competitividad entre EEUU y China» pueden intensificar esta reversión

Sin embargo, Alicia García Herrero, investigadora en Bruegel, think-tank paneuropeísta, asegura que, tras décadas de incremento del comercio y del capital e, incluso, de personas, la tendencia ha cambiado hacia la desglobalización. «Hay suficientes evidencias de ellos». De igual modo que las hay sobre la «importancia geoestratégica que la competitividad entre EEUU y China» puede intensificar esta reversión. La también economista jefe para Asia-Pacífico del banco de inversión francés Natixis expande esta tensión «al espacio financiero y tecnológico». Un termómetro que marcará el curso de este hipotético proceso -avisa- será la posible defunción de la OMC.

2.- El decoupling entre bloques podría ser inevitable. El WEO admite que los intercambios de tecnología podrían verse limitados y que las redes de producción y los estándares de innovación podrían colisionar y propagarse «en distintos bloques» y, en consecuencia, las ganancias y ratios de prosperidad alcanzados por la globalización en los últimos tres decenios, se someterán a unos cambios indescifrables. Con áreas de países adoptando políticas proteccionistas. La doctrina que se está gestando en torno a esta lectura habla a las claras de un mercado abanderado por EEUU al que se sumarían las potencias occidentales, como en el pasado, y otro asiático, con Rusia que ya ha hecho pivotar sus intereses políticos, económicos y energéticos hacia este continente, en un papel de coexistencia pacífica con China, la abanderada de la alternativa oriental. El FMI hace mención a una más que probable, de consumarse este decoupling o desensamblaje del proceso de desglobalización, «reorganización de la arquitectura financiera internacional», que conduciría a una «segmentación de las reservas de activos globales» y la irrupción de dos sistemas de pagos transnacionales, lo que llevaría irremediablemente a la «segregación de dos bloques productivos antagónicos».

Luke Templeman ya detectó en la pérdida de fuelle de los flujos de capital globales o en la subida más que considerable del poder adquisitivo y de los salarios en China

Este desencaje lo aprecian en Deutsche Bank incluso desde antes de la guerra de Ucrania, pese a que las hostilidades bélicas han dejado sanciones que prohíben a Rusia acceder a la plataforma belga Swift, que alberga la mayor parte de las transacciones internacionales. Luke Templeman, su analista de mercados, ya detectó en la pérdida de fuelle de los flujos de capital globales o en la subida más que considerable del poder adquisitivo y de los salarios en China, que le han hecho perder competitividad directa con otras áreas emergentes en otras latitudes continentales. Pero también en el retroceso del atractivo adquirido durante la gran pandemia por las inversiones bajo criterios ESG -medioambientales, sociales y de buen gobierno corporativo- en favor de los activos fósiles, que han disparado sus cotizaciones, así como en las tentaciones proteccionistas y la falta de acuerdos de índole impositiva global -pese al pacto sobre el gravamen del 15% a los beneficios empresariales- más ambiciosos y capaces de reformular mapas tributarios. Además de en los nuevos hábitos de consumo. Fruto de la digitalización y que han transformado cadenas de valor y modificado las habilidades para colocar productos en el mercado.

3.- Interrupción al combate del cambio climático y las inversiones en innovación. «La fractura de las relaciones geopolíticas y económicas también minará las reformas estructurales en áreas como la lucha contra el cambio climático, la solución al excesivo endeudamiento o las barreras arancelarias y comerciales». Si todos estos riesgos se materializasen, la economía global sufriría una «transición impredecible» hacia una nueva realidad política con «muy elevadas volatilidades financieras, altas fluctuaciones de las materias primas y episodios de dislocación del comercio y de las cadenas productivas por el camino».

Jeff Curry, estratega jefe de Goldman Sachs, ha protagonizado la concepción en el mercado de que el detonante de las escaladas de los precios energéticos iniciadas con el otoño pasado debe achacarse al combate entre la vieja economía, personificada en los combustibles fósiles, que ha dominado inexorablemente los ciclos de negocios de todo el siglo pasado y del actual, y que es reacia a ceder sin disputa el cetro hegemónico a las fuentes renovables. El WEO vuelve a la carga en este terreno. «La guerra de Ucrania tendrá un importante papel en la transición energética». A corto plazo, para determinar abastecimientos, precios e inventarios; a medio para observar la resistencia de los carburantes sucios, fósiles y, a largo, con los riesgos geopolíticos actuales y las tensiones económicas, para encontrar espacios de cooperación global necesarios para alcanzar la neutralidad energética de forma ordenada.

Tecnológicamente, advierte el informe de Estabilidad Financiera que dirige el departamento de Tobias Adrian, el mundo puede verse alterado por múltiples vías. Entre otras, por la demanda de reservas de divisas alternativas para eludir las sanciones, que «podría elevarse en algunas regiones» y alterar los modelos de pagos, estimular el uso de las criptomonedas -sobre las que vuelve a incidir en que se sometan a una regulación y supervisión oficiales– y transformar los servicios a proveedores. Con costes y modificaciones operativas a gran escala.

Jeff Curry ha protagonizado la concepción en el mercado de que el detonante de las escaladas de los precios energéticos iniciadas con el otoño pasado debe achacarse al combate con la Vieja Economía

En especial, países como Rusia o Irán, sobre los que penden represalias económicas. Además, reclama a los bancos centrales y las autoridades que promuevan recursos para la digitalización de infraestructuras y negocios vinculados a las energías renovables y que barajen las indemnizaciones por los efectos climatológicos –inclemencias y desastres; sobre todo, sequías e inundaciones- en sus mercados y agentes económicos. Y alerta de que la excesiva deuda privada -corporativa y bancaria- podría retardar proyectos de innovación.

4.- Europa como epicentro de los efectos geopolíticos y económicos. Los socios europeos serán los receptores de los mayores daños colaterales de la deflagración bélica. Será el espacio en el que repercutirá en mayor medida el precio de la energía, donde escalará más la inflación y el más expuesto a la dependencia del gas y petróleo de Rusia y a sus lazos comerciales. También con China, el socio subrepticio de Moscú. Sus planes de «restaurar su autonomía en el terreno energético» llevarán tiempo, al igual que las repercusiones asociadas a «la absorción de refugiados». La zona del euro es importadora neta de energía, lo que requerirá apoyos oficiales para contener una inflación desbocada y los daños disruptivos en sus cadenas empresariales; en especial, las industriales. El crecimiento de su PIB será de apenas el 2,8% este año y el aumento de su IPC, de 5,3 puntos. Escenario cercano a la estanflación a poco que la coyuntura se enfangue de nuevo. Sin embargo, a Europa el FMI le concede un papel relevante en una hipotética etapa de reconstrucción multilateral, que también otorga a China.

Una óptica para ver el vaso del cóctel geopolítico medio lleno a la que se apuntan los expertos del Economist Intelligence Unit (EIU), que piensan que la UE se verá forzada a resituarse en ese nuevo orden global. El despertar de Europa supondría que EEUU ejercería su pleno liderazgo en la OTAN, pero las decisiones e intereses de Alemania y Francia serían tenidos más en cuenta. Rusia ha vuelto a protagonizar el cartel de enemigo público número uno de la Alianza Atlántica. Pero Ucrania ha generado un impredecible sentimiento de unidad entre los aliados, pese a que puede acabar fragmentado en el futuro por intereses nacionales venideros. La divergencia transatlántica sobre el veto energético a Rusia muestra que el consenso sigue siendo difícil.

5.- Sin coordinación fiscal, no habrá recursos para la prosperidad. Este dictamen se esboza en el Fiscal Monitor, donde se critica la competencia fiscal y se aconseja una revisión más gradual y progresiva de las rentas personales. Además de dejar abierta la opción, dentro de una revisión a fondo de los modelos fiscales, de gravar temporalmente dentro del Impuesto de Sociedades los beneficios extraordinarios (caídos del cielo) a firmas que se han beneficiado de los estímulos fiscales por la pandemia -entre otras, farmacéuticas o las manufactureras, biotecnólogicas o de servicios sanitarios sin mencionar a eléctricas o a los bancos- como un mecanismo adicional para activar los «estabilizadores automáticos» con el que se deberían sufragar los esfuerzos fiscales futuros. Y valora, aunque le parezca insuficiente desde la óptica de la «necesaria coordinación tributaria internacional», el gravamen del 15% instaurado en el seno de la OCDE -a instancias de la Administración Biden desde el G-20- sobre las ganancias corporativas y que han elevado los ingresos en un 5,7%, porque podrían sumar otro 8,1% a las arcas estatales si se redujeran las deducciones que fomentan la competencia (o dumping) tributaria. Esta tasa global resulta, a los ojos del equipo de Fiscalidad del FMI, dirigido por Victor Gaspar, altamente recomendable, igual que la Google, sobre las cuentas de resultados de la big techs. Porque la homologación tributaria sería un magnífico pegamento para sostener la globalización, aducen.

La UE se verá forzada a resituarse en ese nuevo orden global

Un aspecto, los avances en armonización fiscal internacional, que quedaría en un limbo, en caso de decoupling. Con China sin haber logrado su estatus de economía de mercado, pese a ingresar en la OMC a comienzos de siglo, y liderando las acusaciones por supuesto dumping de precios y fiscal de sus productos en el exterior. Y con la Casa Blanca impulsando junto a sus aliados de la UE su retirada a Rusia, a la que se le concedió en los primeros años de Putin, cuando perteneció al G-8 y fomentando otra batalla geoestratégica con Pekín a cuenta de sus subsidios industriales y tecnológicos. En esta ocasión, como medida disuasoria ante cualquier maniobra de China de atentar contra la soberanía de Taiwán. Biden sopesa invocar la Sección 301 de su Trade Act, la misma a la que acudió Donald Trump para instaurar la guerra arancelaria con China en 2018, para investigar y denunciar las ayudas estatales chinas a sus empresas industriales y tecnológicas -de especial vocación exportadora- que, a juicio de EEUU, dañan su economía en beneficio de su gran rival geoestratégico, según avanzaban diarios como The Wall Street Journal.

FUENTE Publico.es https://www.publico.es/economia/fmi-senala-guerra-ucrania-impulsa-nuevo-orden-economico-geopolitico-mundial.html/amp

Por BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS

Traducción de Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez

En el eje comunicacional del Atlántico Norte vivimos en una guerra de información sin precedentes. La conocí en Estados Unidos durante dos períodos. El primero, durante la guerra de Vietnam, que viví en su momento de crisis final (1969-1971), culminaría con la publicación de los papeles del Pentágono en 1971. El segundo momento fue la guerra de Irak, que comenzó en 2003, y la saga de las armas de destrucción masiva, un engaño político del que resultarían muchos crímenes de guerra. Sin embargo, en Europa nunca había asistido a este tipo de guerra de información, al menos no con la magnitud actual. Se caracteriza por la erosión casi total entre hechos y manipulación de las emociones y las percepciones, entre hipótesis o conjeturas y verdades incuestionables.

En el caso específico de la guerra de Ucrania, la manipulación pretende evitar que la opinión pública y los responsables políticos piensen y decidan sin demasiada presión en la única medida que ahora se requiere: la búsqueda de una paz duradera en Ucrania y en la región para poner fin al sufrimiento del pueblo ucraniano, un pueblo que en estos días comparte el trágico destino de los pueblos palestino, yemení, sirio, saharaui y afgano, a pesar de que sobre estos últimos pese el más profundo silencio. La guerra de la información pretende continuar la guerra de las armas mientras convenga a quienes la promueven. En estas condiciones, no es fácil luchar con los hechos y la experiencia histórica porque, desde el punto de vista de la guerra de información, explicar es justificar, entender es perdonar, contextualizar es relativizar. Aún así, vamos a intentarlo.

1 Para demonizar al enemigo es crucial deshumanizar, es decir, imaginarlo como si hubiera actuado criminalmente y sin provocación. Ahora bien, la condena firme e incondicional de la invasión ilegal de Ucrania (en la que vengo insistiendo desde mi primer artículo sobre el tema) no implica tener que ignorar cómo se ha llegado a esta situación. En este caso, aconsejo leer el libro publicado en 2019, War with Russia?, del profesor emérito de la Universidad de Princeton, Stephen Cohen, recientemente fallecido. Tras examinar con detalle las relaciones entre Estados Unidos y Rusia desde el final de la Unión Soviética y, en el caso de Ucrania, sobre todo desde 2013, Stephen Cohen concluye de este modo: «Las proxy wars [guerras en las que los adversarios utilizan terceros países para perseguir sus objetivos de confrontación bélica] son una característica de la vieja Guerra Fría, son pequeñas guerras en el llamado «Tercer Mundo». […] Rara vez involucraron personal militar soviético o estadounidense, casi siempre solo dinero y armas. Hoy, las proxy wars entre Estados Unidos y Rusia son diferentes, están ubicadas en el centro de la geopolítica y acompañadas por demasiados instructores y posiblemente combatientes estadounidenses y rusos. Ya han estallado dos: en Georgia en 2008, donde las fuerzas rusas se enfrentaron a un ejército georgiano financiado y entrenado con fondos y personal estadounidenses; y en Siria, donde muchos rusos fueron asesinados por las fuerzas anti-Assad respaldadas por Estados Unidos. Moscú no tomó represalias, pero prometió hacerlo cuando hubiera «una próxima vez». Si eso sucede, implicará una guerra entre Rusia y Estados Unidos. El riesgo de un conflicto tan directo sigue creciendo en Ucrania». Así se pronosticó en 2019 la guerra que actualmente martiriza al pueblo ucraniano.

2 Democracia y autocracia. En el lenguaje de Estados Unidos el mundo se divide en dos: democracias (nosotros) y autocracias (ellos). Hace tan solo unos años la división era entre democracias y dictaduras. Autocracia es un término mucho más vago que puede utilizarse para considerar autócrata a un gobierno democrático percibido como hostil, aunque la hostilidad no se derive de las características del régimen. Por ejemplo, en la cumbre por la democracia celebrada en diciembre de 2021, a iniciativa del presidente Biden, no se invitó a países como Argentina y Bolivia, que habían experimentado recientemente vibrantes procesos democráticos, pero que son menos receptivos a los intereses económicos y geoestratégicos de Estados Unidos. En contraste, se invitó a tres países que la Casa Blanca reconoció como democracias problemáticas (el término utilizado fue flawed democracies), con corrupción endémica y abusos de los derechos humanos, pero con interés estratégico para Estados Unidos: Filipinas, para contrarrestar la influencia de China, Pakistán, por su relevancia en la lucha contra el terrorismo, y Ucrania, por su resistencia a la incursión de Rusia. Las reservas en el caso de Ucrania eran comprensibles, ya que unos meses antes los papeles de Pandora habían dado detalles sobre las sociedades offshore del presidente Zelenski, de su esposa y sus asociados. Ahora, Ucrania representa la lucha de la democracia contra la autocracia rusa (que, a escala nacional, debe estar a la par con Ucrania en términos de corrupción y abusos de los derechos humanos). El concepto de democracia pierde, así, buena parte de su contenido político y se convierte en un arma arrojadiza para promover cambios de gobierno que favorezcan los intereses globales de Estados Unidos.

3 Amenazas. Según expertos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), en 2020, el 40% de las fuerzas militares de Ucrania (un total de 102.000 miembros) eran milicias paramilitares de extrema derecha, armadas, financiadas y entrenadas por Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, Francia y Suiza, con miembros de diecinueve nacionalidades. Desde que comenzó la guerra se les han sumado más elementos, algunos provenientes de Medio Oriente, y recibieron más armamento de todos los países de la OTAN. Por lo tanto, Europa corre el riesgo de tener en su seno un nutrido nazi-yihadismo, y no hay garantía de que su alcance se limite a Ucrania. En 1998, el exasesor de seguridad del presidente Carter, Zbigniew Brzezinski, declaró en una entrevista con el Nouvel Observateur: «En 1979, aumentamos la probabilidad de que la URSS invadiera Afganistán… y creamos la oportunidad de darles su Vietnam». No me sorprendería que este playbook de la CIA se esté aplicando ahora en Ucrania. Las recientes declaraciones del secretario general de la OTAN de que «la guerra en Ucrania podría durar meses o incluso años», combinadas con la noticia de Reuters (12 de abril) de que el Pentágono se iba a reunir con los ocho mayores productores de armas para discutir la capacidad de la industria para satisfacer las necesidades de Ucrania «si la guerra con Rusia dura años», deberían haber causado alarma entre los líderes políticos europeos, pero aparentemente solo los motivó a una carrera armamentista. Las consecuencias de un segundo Vietnam ruso serían fatales para Ucrania y para Europa. Rusia (que es parte de Europa) solo será una amenaza para Europa si esta se convierte en una enorme base militar estadounidense. La expansión de la OTAN es, por tanto, la verdadera amenaza para Europa, como dijo hace veinte años el insospechado Henry Kissinger.

4 Doble criterio. La Unión Europea, transformada en caja de resonancia de las decisiones estratégicas de Estados Unidos, defiende como expresión legítima de valores universales (europeos, pero no menos universalizables) el derecho de Ucrania a unirse a la OTAN, mientras Estados Unidos intensifica la integración (véase la US-Ukraine Strategic Defense Partnership, firmada el 31 de agosto de 2021), negando al mismo tiempo que sea inminente. Ciertamente, los líderes europeos no saben que Estados Unidos niega a otros países el derecho reconocido a Ucrania a unirse a un pacto militar; y si lo supieran, no habría ninguna diferencia, tal es el estado de letargo militarista en el que se encuentran. Por ejemplo, las pequeñas Islas Salomón del Océano Pacífico aprobaron un borrador de pacto de seguridad con China en 2021. Estados Unidos reaccionó de inmediato y con alarma ante ese proyecto y envió a altos funcionarios de seguridad a la región para detener la «intensificación de la competencia de seguridad en el Pacífico».

5 La verdad llega demasiado tarde. La guerra de información se basa siempre en una mezcla de verdades selectivas, medias verdades y mentiras puras y duras (las llamadas false flags) organizadas para justificar la acción militar de quienes la promueven. Estoy seguro de que en este momento está en curso una guerra de información tanto en el lado ruso como en el estadounidense/ucraniano, aunque, debido a la censura que nos fue impuesta, sabemos menos sobre lo que sucede en el lado ruso. Tarde o temprano la verdad saldrá a la luz. La tragedia es que siempre llegará demasiado tarde. En este convulso comienzo de siglo tenemos una ventaja: el mundo perdió su inocencia. Julian Assange, por ejemplo, está pagando un altísimo precio por habernos ayudado en este proceso. A los que todavía no han renunciado a pensar con cierta autonomía, les recomiendo la lectura del capítulo de Hannah Arendt, titulado «La mentira en política», del libro Crisis de la República publicado en 1971. Es una brillante reflexión sobre los papeles del Pentágono, una recopilación exhaustiva de datos (entre ellos, muchos crímenes de guerra y muchas mentiras) sobre la guerra de Vietnam, recopilación realizada por iniciativa de uno de los máximos responsables de esa guerra, Robert McNamara.

6 La pregunta que nadie hace. Cuando los conflictos armados son en África o en Oriente Medio, los líderes europeos son los primeros en pedir el cese de las hostilidades y la urgencia de las negociaciones de paz. ¿Por qué cuando la guerra está en Europa los tambores de guerra suenan sin cesar y ningún líder pide que se callen y se escuche la voz de la paz?

Fuente La Razon: https://www.la-razon.com/politico/2022/04/24/la-inconveniente-complejidad/

El Drama del Pueblo Saharaui ¡¡MATAR AL ÚLTIMO BEDUINO!! 

Es el título de la columna de Eduardo Bonugli, colaborador de Dossier Geopolítico en Madrid, para el Club de La Pluma, donde aborda la última maniobra de España, EEUU y la UE para hacer desaparecer al Pueblo Saharaui y al Frente Polisario del Sahara Occidental, legalizando y premiando la invasión y ocupación del desierto del Sahara por Marruecos, hace 47 años, repleta de matanzas, persecuciones y atrocidades, e incumpliendo las resoluciones de la ONU, en la estrategia anglo sajona por los recursos escondidos bajo las arenas del desierto.

Es un relato actualizado, geográfico e histórico, donde no faltan la prepotencia europea en África, las intrigas de Israel, los dobleces de Francia, la traición a la Liga Árabe, la cruel dictadura marroquí, los acuerdos secretos entre Washington y la monarquía española, el abandono a los que fueron ciudadanos europeos, la negación de los derechos de este pueblo, de la sumisión de Pedro Sánchez y de Bruselas a Trump y a Biden, del odio vernáculo de Marruecos a España, de la inquietud sobre Canarias, Ceuta y Melilla, y del tiro en el pié de Madrid, que ha puesto en peligro su gas de Argelia.

También Eduardo le pregunta a Europa por sus banderas humanistas, por los niños usados como armas de emigración, por el oxígeno que le da a semejante dictadura, por la traición a su doctrina feminista y a los colectivos LGTBI y por los millones de euros que le paga a Marruecos para que tapone la emigración africana. Mientras nos dice que en Europa a nadie le importa el final de los “últimos beduinos”. Que, a diferencia con Ucrania, nadie condena las muertes, la invasión y el incumpliendo de la legalidad internacional. Y que tampoco habrá sanciones económicas para el invasor y para sus cómplices.

Y que no les darán nada más a estas tribus nómadas, salvo el martirio, el abandono y el olvido. Y todo por que son pobres, de piel oscura, cabecitas negras, descamisados e hijos de un dios menor.

Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico

La Zona en Conflicto

El siguiente capítulo será el aumento de tensión con China que buscará forzar el distanciamiento de Europa y otros países respecto a China. Esta etapa ya se inició con la disputa del mar de China, el apoyo a Taiwán y recientemente con la decisión de instalar misiles de largo alcance en Japón

Por Sixto Jiménez Economista y empresario, ex directivo multinacional, autor de Cuestión de Confianza.

El gran pulso político mundial desde hace unos años, y para muchos más, es la rivalidad entre los Estados Unidos y China por liderar el mundo.

La guerra comercial, tecnológica y política entre ambos está en marcha y se acrecentará en los próximos años con riesgo de degenerar en conflicto armado.

El pulso con Rusia es un mero capítulo inicial de esta guerra multifacética contra China y está destinado a romper las relaciones Europa-Rusia dejando a Europa del lado americano en la creciente confrontación de bloques. Y a Rusia debilitada en la esfera de influencia de China.

La tensión entre Estados Unidos y Rusia por la expansión de la OTAN ha ignorado en todo momento a Europa y sus intereses. Estados Unidos atacó el proyecto de gasoducto en el Báltico desde el primer momento contra el interés estratégico de Alemania y Europa Central

Cuando la invasión de Ucrania haya terminado, sea cual fuere el resultado militar, Europa aumentará notablemente su gasto en armamento, lo que disminuirá su nivel de vida real, y habrá perdido competitividad al adquirir gas y petróleo más caros. Entretanto Estados Unidos hará un magnífico negocio como gran exportador que es de ambos productos y de armamento. 

Los gastos de la OTAN en el conflicto han sido decididos por Estados Unidos y serán pagados en su mayor parte por Europa. Las sanciones a Rusia habrán tenido un gran coste para Occidente y en su mayor parte lo soportará Europa. Rusia quedará muy dañada económicamente y su falta de capacidad de compra la pagará Europa en mucha mayor medida que Estados Unidos al perder mercados. La banca europea tiene concedidas grandes sumas en crédito a Rusia que no serán recuperadas. 

Los Estados Unidos nos venderán más armas, gas licuado y hasta productos agrícolas.

El siguiente capítulo será el aumento de tensión con China que buscará forzar el distanciamiento de Europa y otros países respecto a China. Esta etapa ya se inició con la disputa del mar de China, el apoyo a Taiwán y recientemente con la decisión de instalar misiles de largo alcance en Japón. El tren de la ruta de la seda será el próximo objetivo a eliminar y para ello habrá sido un logro esencial la ruptura entre Rusia y Europa.

Asia es y será cada vez en mayor medida el centro económico del mundo y en buena medida el líder tecnológico, por lo que es indispensable optimizar las relaciones con ellos.

Lástima Europa, con valores pero sin valor; con potencial pero sin unión ni liderazgo; y con gran nivel económico actual pero condenada al envejecimiento, al declive y a ser mera comparsa de Estados Unidos en el liderazgo mundial. 

FUENTE https://www.eldiario.es/opinion/tribuna-abierta/europa-vencida_129_8807467.html 

Es hora de preguntar: ¿cómo sería un acuerdo de paz entre Ucrania y Rusia?

Por Anatol Lieven es socio investigador sobre Rusia y Europa en el Quincy Institute for Responsible Statecraft.

Todavía existe la posibilidad de llegar a un acuerdo diplomático que traiga consigo el fin de esta terrible guerra y la retirada militar rusa, y, al mismo tiempo, salvaguarde los intereses vitales de Ucrania. De hecho, si los rusos se retiran algún día, un acuerdo diplomático sobre los términos de la retirada será necesario.

La primera ronda de conversaciones entre Ucrania y Rusia ha tenido lugar en Bielorrusia. Un miembro de la delegación ucraniana ha declarado que “las partes identificaron una serie de temas prioritarios para los que se esbozaron ciertas soluciones”.

Occidente debería respaldar el acuerdo de paz y la retirada rusa ofreciendo a Rusia el levantamiento de todas las recientes sanciones que se le han impuesto. La oferta a Ucrania debería consistir en un paquete de reconstrucción de amplio alcance que, a su vez, ayude al país a acercarse a Occidente económica y políticamente, más que militarmente, tal y como Finlandia y Austria pudieron hacer durante la Guerra Fría a pesar de su neutralidad.

Las exigencias de la parte rusa son que Ucrania firme un tratado de neutralidad, que se comprometa a la “desmilitarización” y la «desnazificación”, y que reconozca la soberanía rusa sobre Crimea, de la que Rusia volvió a apoderarse tras la revolución ucraniana. Estas exigencias son una mezcla de lo aceptable, lo inaceptable y lo indefinido.

La opción de la neutralidad ucraniana a menudo ha sido llamada “finlandización”, y quizá la decidida y unificada respuesta de Ucrania a la agresión rusa durante la semana pasada haya otorgado un nuevo significado a ese término. Porque al igual que los finlandeses en la “Guerra de Invierno» de 1939-40, los ucranianos también han sido abandonados militarmente por Occidente, que ha declarado pública y repetidamente que no tiene intención de luchar para defenderlos.

Por otra parte, parece ser que el extraordinario valor y la resolución con que lucharon los finlandeses convencieron a Stalin de que gobernar Finlandia sería un reto demasiado grande. Finlandia se convirtió en la única parte del antiguo Imperio Ruso en no incorporarse a la URSS, y durante la Guerra Fría, aunque neutral por tratado, fue capaz de desarrollarse como una exitosa democracia social de mercado. De igual modo, debemos esperar que el coraje y la determinación de los ucranianos hayan convencido a Putin de que será imposible dirigir Ucrania como un Estado cliente ruso y de que la neutralidad es el mejor trato que va a conseguir.

El presidente Volodímir Zelenski ha hecho lo correcto al insinuar públicamente que podría ofrecerse un tratado de neutralidad, porque esta guerra ha dejado dos cosas absolutamente en claro: que Rusia luchará para evitar que Ucrania se convierta en un aliado militar de Occidente y que Occidente no luchará para defender a Ucrania. En vista de ello, mantener abierta la posibilidad de una oferta de adhesión a la OTAN que ésta no tiene intención de realizar jamás y pedir a los ucranianos que mueran por esta ficción es algo peor que hipócrita.

En cuanto a la “desmilitarización” y la “desnazificación”, su significado y sus términos deberán ser negociados. La desmilitarización es, obviamente, inaceptable si significa que Ucrania debe disolver unilateralmente sus fuerzas armadas. Sin embargo, la última declaración del ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, sugiere que Rusia aceptaría una prohibición de los misiles con base en Ucrania. Esto podría tomar como modelo una garantía similar: la ofrecida por Estados Unidos, que puso fin a la crisis de los misiles de Cuba.

En cuanto a la “desnazificación”, presuntamente esto significa que Ucrania debería prohibir los partidos y milicias nacionalistas de extrema derecha a instancias de Rusia. Se trata de una injerencia totalmente inaceptable en los asuntos internos de Ucrania, pero tal vez Ucrania pueda hacer una contraoferta que satisfaga las preocupaciones de Moscú sobre los derechos y el futuro de la minoría rusa en Ucrania, garantizándolos en el marco de la Constitución ucraniana ―algo que, por cierto, Occidente debería apoyar de todos modos, de acuerdo con sus propios principios―.

Queda la demanda de reconocimiento de la anexión rusa de Crimea. Aquí, el respeto al derecho internacional (ligeramente ambiguo en el caso de Crimea, que solo fue transferida de Rusia a Ucrania por decreto soviético en 1954) deberá ser atemperado por un análisis deliberado de la realidad, la prevención de futuros conflictos y los intereses de la gente común en la región, que es esencialmente lo que hemos estado pidiendo a Rusia en el caso de Kosovo.

Ucrania ya ha perdido Crimea y no puede recuperarla, así como Serbia no puede recuperar Kosovo, sin una guerra sangrienta e interminable que en este caso Ucrania perdería con casi total seguridad. Nuestro principio en todas estas disputas debe ser que el destino de los territorios en cuestión sea decidido por referendos democráticos locales bajo supervisión internacional. Esto debería aplicarse también a las repúblicas separatistas del Donbás.

Estas propuestas serán denunciadas como una “recompensa a la agresión rusa”, pero si el objetivo original de Putin era subyugar a toda Ucrania, con un acuerdo así Moscú quedaría muy lejos de sus objetivos máximos. Además, tal acuerdo no daría a Rusia nada que no haya conseguido ya en la práctica antes del lanzamiento de la invasión.

Occidente está en lo moralmente correcto al oponerse a la monstruosa e ilegal guerra rusa y al haber impuesto sanciones excepcionalmente severas a Rusia como respuesta, pero se equivocaría moralmente al oponerse a un acuerdo razonable que ponga fin a la invasión y evite al pueblo de Ucrania un sufrimiento terrible. El propio historial de Estados Unidos a lo largo de esta era no ofrece base alguna para un hiperlegalismo tan mojigato.

Anatol Lieven es socio investigador sobre Rusia y Europa en el Quincy Institute for Responsible Statecraft.

Traducción de Julián Cnochaert.

FUENTE:

https://www.eldiario.es/internacional/theguardian/

El 1 de julio del 2021, el  Centro de Estudios Estratégicos, Geopolítica e Integración Regional (NEEGI)  de  la Universidad Federal de la Integración Latinoamericana (UNILA) realizó el debate “Tendencias estratégicas: América del Sur en el nuevo Tablero Geopolítico”.  El evento fue transmitido en el canal de YouTube de NEEGI , en vivo. En la iniciativa participaron el politólogo, profesor, investigador y Director del Think Thank suramericano “Dossier Geopolítico” Carlos Pereyra Mele y miembro del Centro de Estudios Estratégicos Suramericano (CEES Argentina) y el profesor de Relaciones Internacionales e Integración del Programa de Postgrado en Integración Contemporánea en América Latina en UNILA  Lucas Kerr Oliveira .

“ Actualmente, América Latina, y el continente sudamericano en particular, sufren las consecuencias de las múltiples crisis – políticas, sanitarias, económicas, sociales – que devastan la región. Estos desafíos presentan elementos típicos de las estructuras de poder y jerarquía del sistema internacional, que configuraron el patrón histórico de inserción internacional en la región, pero también en la situación actual, marcada por la profundización de la polarización política y geopolítica.

Específicamente, desde una perspectiva sudamericana, este debate pretende discutir las tensiones geopolíticas y disputas estratégicas que involucran a las naciones sudamericanas, considerando las perspectivas de la Estrategia de Integración y Desarrollo Regional , y los desafíos pertinentes para la profundización de la competencia geopolítica internacional entre poderes por áreas de influencia y hegemonía ” , dice Kerr.

Apoyaron y adhirieron a este Evento Académico:

Observatório dos BRICS:

Observatório Latino-Americano da Covid-19

Observatório da Energia

Observatório da Integração Regional

Observatório da Integração Ecônomica: https://www.facebook.com/obiesul

Grupo de Estudos Sino-Asiáticos: https

Revista Intertelas

OfChiLA (Oficina de Estudos sobre a China e o Leste Asiático)

ISAPE (Instituto Sul-Americano de Política e Estratégia)

15 años promoviendo semanalmente la Geopolitica, en este Programa

Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

TEMAS:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente

AUDIO:

La columna dominical de geopolítica para el Club de la Pluma de este domingo, que presenta Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, nos trae dos temas centrales y de gran actualidad: Las  Elecciones en Ecuador y Los despliegues de barcos de guerra en nuestro Atlántico Sur. Y en ambos casos, la presencia de EEUU es determinante, tanto con maniobras militares como políticas.

Pero el análisis de esta semana es más variado y también muy importante. Por lo que comienza con EEUU y su lucha interna y sigue con su política exterior que al parecer no va a variar. Por el contrario, que se estaría reforzando la idea de la confrontación.

Y asegura que: ¡¡EEUU ya está decidido: Los enemigos son China y Rusia y cualquier otro posible aliado!!

También nos avisa que el choque entre Atlantistas y Continentalistas se extiende por todo el mundo y ya llega a Sudamérica.

Luego nos adelanta que China avanza en la ruta de la Seda con trascendentales acercamientos con Europa Central y Oriental y también con Bruselas para profundizar las relaciones comerciales. Movimientos estos que agudizan fracturas internas entre los diferentes intereses y potestades de los miembros de la UE. Mientras la prensa del viejo continente nada informa al respecto.

Más adelante se refiere al conflicto diplomático de la UE con Rusia, con Borrell y Navalni como primeros actores. Y pone especial foco en que Rusia puede romper relaciones con Bruselas, si ésta insiste en hacer seguidísimo de EEUU y ser funcional a la OTAN.

Sobre Italia, desgrana los tópicos del nuevo gobierno tecnócrata y genuflexo de Mario Drahgui, que se inclina sumiso ante el Atlantismo de EEUU y se pregunta sobre la reacción de Merkell y Macron a tal actitud de sometimiento, cuando estos dirigentes intentan abrir horizontes hacia Rusia y China.

Y a seguir, aborda en profundidad uno de los tema centrales de la semana: Las Elecciones en Ecuador.

Repasa los resultados de la primera vuelta. El triunfo claro del “Correísta” Araoz. El empate técnico por la segunda vuelta entre la derecha financiera y los “supuestos indigenistas”. Alerta de la maniobra para ensuciar el triunfo de Araoz con alusiones de fraude. Habla de un muy extraño recuento de votos ordenado por la Comisión Nacional Electoral, que solo atiende y escucha a los dos partidos contrarios a Araoz. Nos cuenta de la intranquilidad por este abuso de la autoridad electoral. Y pone encima de la mesa la madre de todas la maniobras de EEUU: ¡¡UN PACTO PARA LA SEGUNDA VUELTA ENTRE EL PARTIDO DE LOS BANQUEROS Y EL DE LOS INDIGENISTAS!! Y termina el tema repasando las posibilidades de Araoz en la segunda vuelta.

Pereyra Mele continúa su columna por Brasil y nos explica que ésta semana se ha reconocido oficialmente que el famoso caso del “Lava Jato” fue creado para destituir a Dilma Rousseff y encarcelar a Lula. Además habla de la confesión del anterior jefe del ejército sobre que presionaron y lograron que justicia negara al ex-presidente el Habeas Corpus y sus derechos a ser candidato. Y finalmente desentraña la maniobra fáctica que llevó al poder a Jair Bolsonaro. 

Y cierra el programa en nuestro país con otro tema de candente actualidad. LOS MARES DEL SUR ARGENTINO.

Y se sumerge en submarinos nucleares, con un tweet secreto (pero público y amenazante) de la armada estadounidense. Navega por las Islas Malvinas entre las patrullas anglo americanas. Nos recuerda el reciente rechazo argentino al atraque en el puerto de Mar del Plata de un buque de guerra de EEUU. Y habla del enfado de Washington por esa negativa.

Y denuncia la estrategia en marcha de Inglaterra y EEUU para cercar y cerrar el perímetro marítimo de América del Sur, tanto del Atlántico como del Pacífico.

Así, Pereyra Mele nos desglosa impresionantes informaciones y argumentos, como si fuese una película de guerra sigilosa, pero que es real y verídica. Una disputa que ya se está librando en este momento, con un gran botín en juego, que es nada más y nada menos, que nuestra reserva marina. 

Un electrizante relato. Duro. Impactante. Preocupante. Pero necesario para comprender por qué Argentina también es un centro de codicia de los imperios mundiales. 

Eduardo Bonugli

Pereyra Mele

Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

TEMAS:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente

A Política Internacional de la semana: semana muy activa en Suramerica

1 Conflicto diplomatico entre Argentina y paraguay por el asesinato de dos niñas de 11 años. 2 Bolivia y Ecuador Censuran a los candidatos con mas intencion de votos. 3 Crisis política en Perú El Presidente Vizcaya está a punto de ser desplazado del Poder ejecutivo. 4 Colombia en Profundisima crisis politica social, por un asesinato policial. 5 OTAN y UE no tienen los mismos estándares sobre el caso Navalny y Conflicto con Turquía. 6 Rusia media en el conflicto entre China e India positivamente enfriando el mismo. 7 EEUU se queda con el control del BID; Pero NO hay Casa Blanca sin el voto latino…

B Análisis Geopolitico de hoy: Breve análisis de la Geopolitica de Colombia

Analizamos la situación Geopolitica y sus efectos regionales de la Hermana República de Colombia en el marco de su mas de 50 años de Guerra Civil donde se entremezclan los Intereses Imperiales de EEUU usando a Colombia como base en un ataque a Venezuela, y además cruzados por la realidades de Operaciones Guerrilleras, de las Fuerzas Armadas del Estado; de los Paramilitares, de Carteles de Narcos y sub-carteles  y de la influencia de estos en la narco-Política que involucra a un ex Presidente -Uribe Vélez-, en ese importante estado, único País bioceánico de suramerica…

Mas en AUDIO:…

Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

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A Política Internacional de la semana:

EEUU: Sanciones a Alemania y Rusia a empresas involucradas con la construcción del Gasoducto Nord Stream 2 en el Mar Báltico y a empresas involucradas en la construcción del Gasoducto TurkStream  en Turquía Rusia que llevaran gas al sur este de Europa 

Envía dos portaaviones al Mar de China incrementando las tensiones en la zona y su “socio” histórico Inglaterra envía su más moderno portaaviones a la misma zona, además que para demostrar el alineamiento total con EEUU, cancela la expansión de Huawei y la instalación de 5G en el Reino y le da un plazo hasta el 2027 de retirarse totalmente de las islas Británicas 

CHINA: establece un acuerdo histórico con la República Islámica de Irán por nada menos que por 25 años. Invertirá en etapas 400.000 millones de dólares para mejorar infraestructuras plantas productoras de energía etc. con el guiño de Rusia y también obtendrá una nueva salida marítima de su Ruta de la seda obviando el cerco que le impone los anglosajones en el mar Indo-Pacífico

UNIÓN EUROPEA: Rechaza las sanciones a Alemania y Rusia y este fin de semana se reúnen para tratar el salvataje a los Países del sur más afectados económicamente por la Pandemia del Covid-19 España, Italia. 

B Análisis Geopolitico hoy: Gasoducto Nord Stream 2 y Gasoducto TurkStream

El TurkStream es el proyecto de gasoducto que conecta Rusia y Turquía a través del mar Negro, mientras el que Nord Stream 2 prevé duplicar el suministro de gas natural ruso hacia Alemania a través del mar Báltico.

  • TurkStream es el proyecto de gasoducto que conecta Rusia y Turquía a través del mar Negro, con el objetivo de aumentar significativamente la fiabilidad del suministro de gas de la parte sur y sudeste de Europa
  • El Nord Stream 2 es un gasoducto que consiste de dos tuberías paralelas con una longitud total de 1.230 kilómetros y permitirá duplicar el suministro de gas natural desde Rusia hasta Alemania a través del mar Báltico
  • El gasoducto corresponde a una expansión del actual gasoducto Nord Stream, y podrá abastecer a 26 millones de hogares y reducir considerablemente el coste de energía en las desmesuradas facturas de los ciudadanos europeos

AUDIO:

Principales rutas de los gasoductos, como podemos apreciar el Nord stream 2 y el TurkStream elimina a los paises ex sovieticos hoy enfrentados con Moscu y que abrazn las politicas de EEUU en la region a traves de la OTAN, hoy ademas aparece un nuevo jugador Israel como proveedor de Gas