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Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

El pasado 14 de diciembre, un día después de escribir la primera parte de este trabajo, se dio a conocer que el Senado de Estados Unidos aprobó el proyecto de Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA, por sus siglas en inglés), instrumento que establece los gastos y políticas del Departamento de Defensa del país, facultando al Pentágono un gasto récord de 886 mil millones de dólares para el año fiscal 2024.

Ahora, la iniciativa será considerada por la Cámara de Representantes. El documento, contempla erogaciones como la compra de buques, municiones y aviones, así como ayuda militar a Ucrania y medidas encaminadas a contrarrestar la influencia de China en el Pacífico. No obstante, esta cifra es falsa pues en realidad, es mucho mayor.

Durante décadas, investigadores independientes han afirmado que el gasto militar real de Estados Unidos es aproximadamente el doble del oficialmente reconocido .  En 2022, el gasto militar real de Estados Unidos alcanzó los 1,537 billones de dólares, duplicando el que se informó públicamente de 877 mil millones de dólares. Estos datos son informadas a partir de cifras de la Oficina de Administración y Presupuesto de Estados Unidos (OMB).

Pero ellas encaran una trampa porque adolecen de dos deficiencias importantes. En primer lugar, las cifras proporcionadas por la OMB con respecto al “gasto de defensa” son sustancialmente más bajas que las proporcionadas en las Cuentas Nacionales de Ingreso y Producto (NIPA) de Estados Unidos, la fuente más completa y definitiva sobre el ingreso y el gasto nacional del país al punto que es la base total de análisis de la economía estadounidense. 

En segundo lugar, como es bien sabido,  áreas clave del gasto militar estadounidense están incluidas en otras partes del gasto federal y no entran en la categoría de “gasto de defensa” de la OMB. A ese monto habría que agregar los gastos espaciales federales, y el total real de las subvenciones a países extranjeros. También se debe considerar el seguro médico militar (que consiste en pagos por servicios médicos para dependientes del personal militar en servicio activo en instalaciones no militares). 

Según un estudio para la revista Monthly Review de Gisela Cernadas, economista de la Universidad Nacional de La Plata en Argentina y John Bellamy Foster, profesor emérito de sociología en la Universidad de Oregon en Estados Unidos, estas cifras deberían incluir además, beneficios, seguro de vida y otros costos para veteranos, seguro médico militar, partes militares del espacio, gastos, subvenciones en ayuda a otros gobiernos y la proporción de intereses netos atribuidos a los gastos militares federales reales. 

En cualquier caso, el gasto militar informado de Estados Unidos es tres veces superior al de China (292 mil millones de dólares) y 10 veces el de Rusia (86.4 mil millones de dólares). De hecho, el gasto militar de Estados Unidos es casi igual al de los 10 países que lo siguen en la tabla, incluyendo Rusia, China e India, sus aliados en la OTAN, Reino Unido, Francia, Alemania e Italia además de Japón, Corea del Sur y Ucrania. 

Habida cuenta los datos que mencioné en la primera parte de este trabajo, no es el gasto lo que mide la eficiencia de las fuerzas armadas en el planeta. En el caso de Estados Unidos, tal situación tiene además otra mirada, si se considera que la fabricación de armamento es el principal componente de su alicaída economía. De esta forma, la elevación de su gasto militar y las presiones para que sus aliados lo imiten, está directamente relacionado con la necesidad de salvaguardar el potencial económico y la estabilidad del país.

De manera tal que hacer la guerra o generar conflictos responden a una necesidad vital de la nación norteamericana. La paz es considerada una enemiga de su economía. Así se desprende de las declaraciones de James O’Brien subsecretario de Estado para Asuntos Europeos y Euroasiáticos durante una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado sobre la financiación a Ucrania, quien admitió que el conflicto armado en ese país, apunta en tal sentido. O´Brien manifestó que: «La batalla por Ucrania también nos permite revitalizar nuestra propia base industrial. Estamos creando nuevas tecnologías energéticas y poniéndolas en práctica en todo el mundo. Estamos construyendo nuevas tecnologías de defensa».

Esta declaración coincide con las informaciones que dan cuenta que los pedidos militares para Ucrania han incrementado los ingresos de los principales contratistas de defensa estadounidenses, como Lockheed Martin, General Dynamics, Raytheon Technologies Corporation (RTX), Boeing, y Northrop Grumman entre otros. 

Fue el propio presidente Joe Biden quien vino a corroborar la apreciación de O´Brien. Al instar al Congreso a aprobar un presupuesto de ayuda bélica para Ucrania e Israel, el presidente utilizó el mismo argumento de su funcionario develando lo que hasta el momento era un “secreto” en el país: la dependencia significativa de su economía a partir de las guerras. Al respecto, Biden incluso fue más explícito que O´Brien: “Enviamos equipo a Ucrania que está en nuestros arsenales. Y cuando usamos el dinero aprobado por el Congreso, lo usamos para reabastecer nuestras propias reservas, nuestros arsenales, con nuevo equipo. Equipo que defiende a Estados Unidos y está hecho en Estados Unidos”. Y detalló: “…misiles Patriot para baterías antiaéreas hechos en Arizona; municiones de artillería fabricadas en 12 estados a través del país [incluyendo] Pensilvania, Ohio, Texas”.

Por su parte, el Wall Street Journal recoge las declaraciones de Jason Aiken, ejecutivo financiero en jefe de General Dynamics, quien comentó que la guerra de Ucrania ya había elevado la demanda por los productos de la empresa. Aiken apuntó que creía “que la situación israelí solo impondrá aún más presión hacia arriba sobre esa demanda”. De la misma manera, William D. Hartung, investigador senior y especialista en el complejo industrial militar en el Instituto Quincy en Washington, explicó que las mayores contratistas militares del país “no existirían sin un flujo constante de financiamiento desde el Pentágono”. Y para que no haya dudas, puso el ejemplo de Lockheed Martin que recibe un 73% de sus ingresos de ventas a través de contratos con el gobierno de Estados Unidos. Remató su idea afirmando que estas, no eran empresas capitalistas en el sentido tradicional.

De esta manera quedó expuesto con expresa autenticidad el vínculo macabro entre guerra y economía que sustenta la existencia de Estados Unidos en su devenir cotidiano. Aunque, también necesita demostrar liderazgo para mantener su hegemonía. En este sentido, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, aseguró que los problemas de la actualidad no harán sino «agravarse» sin un liderazgo estadounidense «fuerte y firme».

Austin, quien tras retirarse del servicio activo en las fuerzas armadas en 2016 pasó a formar parte de la junta directiva de Raytheon Technologies, Nucor y Tenet Healthcare, con regularidad emite opiniones orientadas a elevar las ventas del Complejo Militar Industrial. Es así, que el pasado 2 de diciembre durante su intervención  en el Foro de Defensa Nacional Reagan en California,  afirmó que «solo un país en la Tierra puede ofrecer el tipo de liderazgo que exige este momento». Ese país, según él, es Estados Unidos.

Este fue el contexto en el que Austin lanzó lo que denominó «el esfuerzo de modernización [de las fuerzas armadas] más ambicioso en casi 40 años», consistente en una inversión de unos 50 mil millones de dólares en la base industrial de defensa. Esto, según él, le dará al país norteamericano una «última ventaja estratégica que ningún competidor puede igualar». Pero, como ya va siendo habitual entre los líderes políticos de Washington, este anuncio no se podía hacer sin la retórica que caracteriza a la nación imperial desde su propio nacimiento: «El Ejército estadounidense es la fuerza de combate más letal de la historia de la humanidad. Y vamos a seguir así. No debemos dar a nuestros amigos, rivales o enemigos ninguna razón para dudar de la determinación de Estados Unidos.

Por supuesto, Austin habla ahora como funcionario público y empleado de las grandes contratistas militares. El dinero le hizo olvidar sus “cualidades militares” y ahora manifiesta deseos que la realidad se encarga de desmentir. Un solo misil hipersónico ruso puede echar abajo sus sueños de grandeza. 

Son las propias fuentes estadounidenses las que se encargan de refutar las quimeras del Secretario Austin. De la lectura de un borrador de la primera “Estrategia Nacional de la industria de defensa”, citado por el servicio de noticias estadounidense “Político” el pasado 2 de diciembre, se desprende que el complejo militar industrial (CMI) de Estados Unidos tiene problemas para alcanzar el ritmo y la receptividad que le permitan mantenerse por delante de China.

El documento señala la imposibilidad de la base industrial estadounidense para satisfacer las demandas a la velocidad y escala necesarias. Agrega que tampoco podrían responder “ante un conflicto moderno a la velocidad, escala y flexibilidad requeridas para cumplir con las exigencias dinámicas de un conflicto de mayor envergadura». Ucrania está a la vista.

El informe expone la imposibilidad [del CMI] de fabricar el armamento que se le solicita con la rapidez deseada lo cual estaría provocando un desajuste representativo de “un riesgo estratégico” para Estados Unidos en la medida que el país se involucra en un cada vez mayor número de conflictos, en particular en el “Indo-Pacífico”.

Según el estudio, la operación militar rusa en Ucrania y el conflicto entre Israel y el movimiento palestino Hamás «pusieron al descubierto un conjunto diferente de demandas industriales con los riesgos correspondientes», lo que ha dejado claro que las insuficientes capacidades de producción y provisión son ahora problemas profundamente arraigados en todos los niveles de las cadenas de suministro de la producción.

En lo que va de siglo, las fuerzas armadas de Estados Unidos se han involucrado en varias guerras,  las han perdido todas a pesar que hasta el conflicto en Ucrania no se había puesto a prueba su potencial militar. Avasalladoras intervenciones en Irak, Afganistán, Siria, Somalia y Libia se han sellado con derrotas, destrucción de países e interminables presencias militares injerencistas que desgastaron a Washington sin que haya podido obtener tangibles resultados que le aporten éxitos estratégicos.

En todos los casos, Estados Unidos arrastró a sus aliados a enfrentarse con países del sur, con un bajo nivel de desarrollo y economías limitadas. No obstante a eso, una leve mirada de conjunto da cuenta que ni en Asia Central, ni en Asia Occidental, tampoco en África han obtenido victorias palpables que hayan podido cambiar a su favor, la correlación de fuerzas mundial.

Pero cuando Washington lanzó a la OTAN contra Rusia utilizando a Ucrania para ello, se hizo ostensible su incapacidad de obtener victorias estratégicas. Al contrario, su economía se ha debilitado aún más, su capacidad de maniobra diplomática se ha limitado, el potencial de generar seguridad y confianza en sus aliados ha menguado y sus instrumentos habituales de presión: el chantaje, la amenaza, la prepotencia y la intimidación han perdido eficacia ante la decisión cada vez mayor de los pueblos de seguir un camino distinto. 

Todo el potencial militar de Estados Unidos -que como se ha demostrado en este trabajo- sigue siendo enorme, no basta para emprender una guerra de grandes proporciones y triunfar en ella. Esta ecuación que avanza bajo la sombra que dan los misiles hipersónicos y que cierne sobre Estados Unidos el fantasma de su destrucción total en caso de desatar una guerra atómica, podría ser un instrumento poderoso que conduzca a los decisores en Washington a desistir de la suposición de que es posible obtener una victoria estratégica que certifique aquello de que la “historia había terminado” con el dominio absoluto del capitalismo y de Estados Unidos en este planeta.

Eso ya no será posible.

X: @sergioro0701

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico.

¡¡ EL 2024 NACE CON CINCO FRENTES DE LUCHA POR EL PODER MUNDIAL, ENTRE EL BLOQUE ANGLOSAJÓN Y EL SUR GLOBAL !! Lo informa el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su última columna del año del Club de La Pluma, afirmando que la irreversible transición de la unipolaridad a la multipolaridad se disputará en paralelo al desarrollo de los siguientes procesos:

  • LA GUERRA DE UCRANIA donde se acerca la hora crucial de la derrota de la OTAN.
  • LA CONSOLIDACIÓN DEL MUNDO ISLÁMICO con la unión de suníes y chiítas en la condena al estado genocida israelí.
  • LA LIBERALIZACIÓN ANTICOLONIAL AFRICANA de los regímenes esclavistas europeos y anglosajones.
  • LA TENSIÓN ENTRE TAIWÁN Y CHINA fogoneada por EEUU para mantener su influencia en el Lejano Oriente.
  • LOS ATISBOS INDEPENDENTISTAS EN AMÉRICA LATINA con sus nuevas posturas internacionales por fuera del poder atlantista.

Y mientras analiza en profundidad estos escenarios con su extensa capacidad geopolítica, se lamenta que Argentina se quede fuera de los nuevos horizontes de futuro, a causa del triunfo electoral de un régimen libertario, atlantista, globalista, sionista y fundamentalista, que puede llevar al país a una profunda división y a una gravisima crisis interna, con consecuencias tan impredecibles como peligrosas.

AUDIO:

 También nos habla de V. Putin, liderando el gigantesco cártel mundial de gas y petróleo, del alumbramiento de los BRICS+10, del referéndum en Venezuela por la Guayana Esequiba, y de las declaraciones del jefe del servicio de inteligencia exterior de Rusia, Serguéi Narishkin, quién destacó las diferencias entre el principio geopolítico anglosajón de “DIVIDE Y VENCERÁS”, contra el nuevo principio continental de “UNE Y GOBERNARÁS”.

Y concluye con que el poder imperial occidental, que no permite que exista otro mundo que no sea el de ellos, está en un franco proceso de deterioro ante semejante cambio tectónico, lo que obligará a la futura administración norteamericana, sea del color que fuere, a amoldarse a las nuevas realidades y a las nuevos escenarios geopolíticos, transformados por el mundo euroasiático y del Sur Global y a la vez, que están cambiando el curso de la humanidad de los últimos cinco siglos a una velocidad vertiginosa.

Eduardo Bonugli (Madrid, (17/12/24)

Por Pepe Escobar que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

El Astana Club está ahora firmemente establecido como una reunión anual indispensable entre Oriente y Occidente en el Heartland. El foro de este año, que se celebrará a -32 grados Celsius en la capital kazaja, no podría haber sido programado en un punto de inflexión geopolítica más incandescente.

Se organizaron varias mesas redondas para examinar el espectro completo del “megaciclo de agitación” en el que todos estamos inmersos, que genera enormes desafíos para una Eurasia en constante integración, hogar de ¾ de la población mundial y más del 60% del PIB global.

La mesa redonda al estilo de Star Wars reunió a una mezcla de atlantistas variados, en su mayoría estadounidenses y británicos, y especialistas de toda Eurasia de China, Rusia, India, Turkiye y Azerbaiyán. Ahora entremos directamente en la acción.

Cuando se trata de “dónde estamos ahora y hacia dónde nos dirigimos”, era difícil pasar por alto tonterías occidentales como la adquisición de lebensraum por parte de Rusia y la trampa de Tucídides. Además, la mesa no conciliaba exactamente el hecho de que, en medio de toda la exageración de la “desglobalización”, Singapur sigue siendo muy atractivo para las elites occidentales, cuando sigue siendo una autocracia de facto.
El siempre entretenido Edward Luttwak, que asesoró y asesora a todos y a su vecino en el Estado Profundo estadounidense, acuñó hitos como el “turbocapitalismo”, imprimió la noción de geoeconomía y cría vacas en la selva boliviana, desarrolló una vez más su Obsesión china. Fue inflexible: el Consejo de Seguridad de la ONU es una pérdida de tiempo; “todos los países cercanos a China son anti-China”, lo cual es evidentemente falso; y «no hay simetría entre Estados Unidos y China».

Al hablar sobre “el mundo al borde del abismo”, Charles Kupchan, del Consejo de Relaciones Exteriores, reflexionó por videoconferencia sobre la “derrota estratégica” de Rusia antes de pedir un “cese del derramamiento de sangre”, cuando nunca hubo tal. llamadas antes de la muy elogiada y fallida contraofensiva ucraniana.

Zhao Long, del Instituto de Estudios Internacionales de Shanghai, prefirió centrarse en la “paciencia estratégica” de China, un enfoque holístico, así como en China como una de las principales víctimas de la guerra por poderes en Ucrania. Zhao Huasheng, de la Universidad de Fudan, añadió que una “guerra a domicilio” sólo aumenta la “inseguridad a domicilio”.

Sobre la amenaza de fragmentación de la economía mundial, Sergey Afontsev, de la Academia de Ciencias de Rusia, destacó cómo Moscú reestructuró el comercio exterior en menos de seis meses y cómo todo el mecanismo de exportación de petróleo a la India se puso en marcha en sólo unos pocos meses. meses.

Un hilo clave en todas las discusiones fue la “titulización de todo” –y cómo esta peligrosa interdependencia sólo exacerba los riesgos de seguridad. Evan Feigenbaum, del Carnegie Endowment for International Peace, propone que estamos inmersos en un choque entre la integración económica y la fragmentación de la seguridad.

Una revisión de la realidad sobre las sanciones

Damjan Krnjevic-Miskovic, de la Universidad ADA de Bakú, hizo una excelente presentación sobre la interconexión lenta pero segura entre la Gran Asia Central y Afganistán, centrándose en la conectividad a través de lo que en realidad es el espacio de la Ruta de la Seda.
Está en vigor un puente continental: China construye ferrocarriles hacia Kazajstán, Kirguistán y Uzbekistán.

Las ventajas del Corredor Medio multimodal -o Transcaspio, que une China con Europa a través de Asia Central, el Caspio y el Cáucaso Sur- seguramente se superpondrán con el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC), cuyos principales actores son Rusia, Irán e India.

Idealmente, eso permitirá la integración sinérgica del Cáucaso Meridional, Asia Occidental, Asia Central y Asia Meridional, congregando a actores clave desde la OCS hasta la BRI, y con Afganistán como pivote: todo el espacio, enfatizó Krnjevic-Miskovic, está “en la misma dirección”. la cúspide de convertirse en un actor autónomo en el orden internacional”.

Una “verificación de la realidad” sobre las sanciones desató un debate sobre la utilización del dólar estadounidense como arma, en el que Afontsev reexaminó la reestructuración del comercio exterior de Rusia y su éxito en términos de estabilidad macroeconómica y “no permitió que aumentaran las presiones internas”. Consecuencias: Moscú logró “reunir a los ciudadanos rusos contra Occidente” y hubo “una mayor oferta de mano de obra a la Federación Rusa”.

Zhou Bo, con quien sostuve fascinantes intercambios al margen del foro, volvió a enfatizar que para los estadounidenses, la amistad entre los vecinos China y Rusia “tiene que ser limitada”.

En medio de todo el alboroto de desacoplamiento y reducción de riesgos, observó Bo, los estadounidenses todavía se aferran a la ficción de persuadir a China para que no trabaje contra Occidente, cuando Beijing nunca abrigó tal intención. China se enorgullece sobre todo de ser miembro del Sur Global, centrado en la expansión de los BRICS: una organización no occidental comprometida con el comercio de monedas nacionales.

Al final, dijo Bo, lo que tenemos, por ejemplo, en el Mar de China Meridional son continuas provocaciones estadounidenses que hacen al EPL cada vez más fuerte.

En un debate bastante animado sobre la IA, Thomas Cellucci, asesor clave en comercialización de ciencia y tecnología de las administraciones Bush II y Obama, enfatizó la “IA ética”; transparencia en los algoritmos de IA; y, sobre todo, que la ciencia y la tecnología no deberían involucrarse en la política.

Zhou Bo, por su parte, enfatizó las restricciones estadounidenses a la IA china, incluso cuando la Universidad de Tsinghua está trabajando conjuntamente con Brookings en investigaciones sobre la IA militar y aspectos cruciales del comando y control nuclear. En cuanto a la UE, Bo destacó correctamente que está más interesada en “regular la IA” que en “crearla”.


Moderé un debate sobre la “era del bloqueo”, que al final fue bastante productivo, ya que sólo hubo dos presentaciones de expertos: la de James Lindsay del Consejo de Relaciones Exteriores y, una vez más, Zhou Bo. Eso dejó mucho tiempo para la palabra. Esencialmente, hubo cierto acuerdo en que la Tercera Guerra Mundial no está a la vuelta de la esquina… todavía; Washington se resistirá por todos los medios a un G-2 bipolar entre Estados Unidos y China; y el camino será largo para que el yuan desplace al dólar estadounidense en toda Eurasia.
Es posible que haya habido dos cuestiones problemáticas en el Astana Club de este año: no hubo suficiente discusión centrada específicamente en los “stans” del Heartland y de Asia Central; y no hay suficiente discusión sobre las consecuencias de que la UEEA y los BRICS pronto elaboren una hoja de ruta viable para la desdolarización del comercio en toda Eurasia.

Las tensiones finalmente salen a la superficie

La última sesión plenaria se centró en “una nueva fórmula para la paz” y fue inaugurada por el primer presidente de Kazajstán, Nursultan Nazarbayev, cuyas memorias acaban de publicarse en ruso (y próximamente en inglés).
Nazarbayev se encargó de recordar un punto crucial: él fue responsable de la desnuclearización de Kazajstán, desmantelando lo que en ese momento era el cuarto arsenal nuclear más grande del mundo, luego transferido a Rusia en 1995.

Destacó “el colapso del antiguo orden mundial”; renovó su apoyo al desarrollo sostenible; y elogió la “transformación más radical de Eurasia en 100 años”.

Eso preparó el escenario para el debate final. El ex presidente español José Luis Zapatero hizo un apasionado llamamiento a favor de un alto el fuego humanitario en Gaza. Y el legendario periodista ruso Vladimir Pozner, de casi 90 años, que entre otras cosas fue presentador de un popular programa político de televisión en el Canal Uno durante 14 años, ofreció su interpretación del conflicto en Ucrania.
Y fue entonces cuando finalmente explotó la tensión apenas contenida que burbujeaba debajo del foro. El catalizador tuvo que ser Ucrania.
Un atlantista le faltó el respeto a Pozner con un ataque ad hominem barato. Me vi obligado a intervenir delante de todos. El debate que siguió fue crudo: de un lado, dos rusos y yo. Del otro lado, la supremacía angloamericana.

Eso sólo confirmó, una vez más, que la actual humillación cósmica entre Estados Unidos y la OTAN en la guerra por poderes en Ucrania será para los atlantistas una herida dolorosa que nunca sanará. El mérito es del Club Astana por hacerlo, una vez más, bastante gráfico, en medio de un debate mayoritariamente civilizado sobre todos los aspectos de nuestra actual y tóxica situación geopolítica.
Y no, no encontramos una “nueva fórmula para la paz”.

Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de Dossier Geopolitico

FUENTE: https://sputnikglobe.com/20231215/pepe-escobar-clash-of-civilizations-in-kazakhstan-1115599377.html

La Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE) busca estandarizar las políticas públicas de sus miembros, para adaptarlos a las normas de la economía occidental

POR EDUARDO J. VIOR para TELAM que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Este miércoles pasado el presidente Javier Milei solicitó a la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE) retomar el proceso de adhesión a la organización que Mauricio Macri había iniciado en 2016 y Alberto Fernández interrumpió en 2019. Este acto presidencial reactualizó la pregunta por el sentido y las ventajas que podría tener la adhesión a este club liderado por las potencias rectoras de Occidente. La discusión contrapone visiones básicas sobre el lugar del país en el mundo, la importancia o no de su soberanía, el papel regulador del Estado y el lugar de Argentina en el mundo: ¿tiene sentido buscar un desarrollo independiente o el país estará mejor servido aplicando un manual tecnocrático de “buenas prácticas”?

En su carta el presidente Milei solicitó formalmente iniciar conversaciones de adhesión “lo más rápido posible”. La carta presidencial se envió como respuesta a otra que la OCDE había mandado a fines de noviembre al entonces gobierno electo en la que invitaba formalmente a Argentina a iniciar el proceso de adhesión. La ministra de Relaciones Exteriores Diana Mondino llevará las discusiones con el foro internacional.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es un organismo de cooperación internacional compuesto por 38 estados cuyo objetivo es coordinar sus políticas económicas y sociales para optimizar su desarrollo económico y la cooperación internacional. No se trata de un organismo internacional sino de un foro de pensamiento y debates, para acordar principios y metas de gobierno. La OCDE fue fundada en 1961 y su sede central se encuentra en el Château de la Muette en París (Francia). Los idiomas oficiales de la entidad son el francés y el inglés.

En la OCDE los representantes de los países miembros se reúnen para intercambiar información y armonizar políticas, con el objetivo de crear un espacio homogéneo para la aplicación de políticas de libre mercado en las estrategias de  desarrollo económico y la cooperación internacional.

La OCDE es la sucesora de la Organización Europea para la Cooperación Económica (OECE), resultante del Plan Marshall, y de la Conferencia de los Dieciséis (Conferencia de Cooperación Económica Europea) que se reunió entre 1948 y 1960. El objetivo de ésta última era establecer una organización permanente que armonizara la ejecución del Plan Marshall y supervisara la distribución de la ayuda.

La OCDE se ha constituido en uno de los foros mundiales más influyentes, en el que se analizan y se establecen orientaciones sobre temas de economía, educación y medio ambiente, entre otros. Los países miembros se comprometen a aplicar los principios de liberalización, no discriminación, trato nacional y trato equivalente. El principal requisito para ser país miembro de la OCDE es liberalizar progresivamente los movimientos de capitales y de servicios. Especialmente desde la década de 1970 este llamado “club de países ricos” se ha dedicado a la difusión de las ideas neoliberales en todas las áreas de las políticas públicas.

Según sus propios documentos, los principales objetivos económicos de la organización son “1) contribuir a una sana expansión económica en los países miembros, así como no miembros, en vías de desarrollo económico; 2) favorecer la expansión del comercio mundial sobre una base multilateral y no discriminatoria conforme a las obligaciones internacionales y 3) realizar la mayor expansión posible de la economía y el empleo y un progreso en el nivel de vida dentro de los países miembros, manteniendo la estabilidad financiera y contribuyendo así al desarrollo de la economía mundial”.

El proceso de adhesión a la OCDE suele ser muy largo: entre cinco y siete años. La tardanza se debe a que los candidatos deben ir adaptando toda su legislación y normativa a los principios y reglas acordados por la organización, particularmente a lo que se conoce como las “buenas prácticas regulatorias”. En los últimos veinte años la OCDE ha establecido una cantidad de prácticas regulatorias de los Estados que considera buenas y estigmatizado otras que tiene por malas. Las “buenas” prácticas regulatorias incorporan lineamientos de transparencia, estabilidad macroeconómica, “buenas prácticas” monetarias y equilibrio de las cuentas nacionales. Estos lineamientos de políticas neoliberales son herderos directos de lo que hace treinta años fue el Consenso de Washington.

El órgano supremo de gobierno de la OCDE es el Consejo, que se encarga de la supervisión y dirección estratégica y está integrado por representantes de los países miembros y de la Comisión Europea. La toma de decisiones se hace allí por consenso. Por su parte, la Secretaría General lleva a cabo el análisis y hace propuestas al Consejo. Dependiendo de ella hay cuatro secretarías generales adjuntas que la asisten en sus funciones. Desde 2021 el Secretario General es el australiano Mathias Cormann. Representantes de los 38 países miembros se reúnen e intercambian información en comités especializados, para discutir y revisar los progresos alcanzados en áreas de políticas específicas, como ciencia, comercio, economía, educación, empleo o mercados financieros. Existen alrededor de 200 comités, grupos de expertos y grupos de trabajos.

El 25 de enero de 2022 el consejo de la OCDE anunció el inicio del proceso de admisión en la organización de Argentina, Brasil, Bulgaria, Croacia, Perú y Rumanía, pero Argentina envió recién esta semana su solicitud de adhesión. De todos modos, nuestro país ya es adherente desde 1997 y participa en varias comisiones.

Uno de los “caballitos de batalla” de la OCDE es la transparencia. La transparencia de los actos de gobierno sería deseable, pero en este caso tiene que ver con la transparencia hacia lo que llaman “las partes interesadas”: los sectores empresarios y los inversores extranjeros. Obliga a brindar información privilegiada, todo tipo de información para el movimiento de las empresas y de las corporaciones. Para inducir este proceso, la OCDE califica a todos los países según su grado de “transparencia”, aun si no son miembros del club.

Los críticos de la OCDE refieren la estrechez de su integración, ya que excluye a los principales actores de la economía mundial, como China, India y los países del Sureste Asiático, y señalan que la identidad política, estratégica e ideológica de sus miembros limita su alcance e influencia. Por otra parte, los países en proceso de adhesión o asociados, que todavía no pertenecen a la OCDE, no están representados en el Consejo ni participan en su toma de decisiones de forma significativa. Por ello, los críticos sostienen que la OCDE no es el foro adecuado para debatir y tomar decisiones sobre asuntos internacionales.

Esta crítica tuvo especial relevancia en 2020/21, cuando, en medio de la crisis generada por la pandemia de covid19, se suscitó una discusión internacional sobre la necesidad de imponer mundialmente una tasa del 15% sobre las ganancias de las grandes corporaciones. La OCDE se opuso y, en cambio, adoptó a puertas cerradas un compromiso impositivo que no afectó las ganancias de las grandes empresas y mantuvo las excepciones tributarias que las benefician.

El hecho de que un país cualquiera ingrese a la OCDE, por otra parte, no garantiza que las  potencias que forman parte del foro inviertan en él. Simplemente implica su alineamiento ideológico con las ideas del club. Por el contrario, la adhesión a la organización conlleva el estrechamiento  voluntario del margen de acción del Estado en momentos de crisis como una nueva pandemia, una crisis sanitaria, educativa, etc.

Sin dudas, en más de 60 años de trabajo continuado la tecnoburocracia del organismo ha desarrollado capacidades técnicas y conocimientos muy valorables. Sus incomparables estadísticas y sus políticas de transparencia son una muestra de ello. Sin embargo, en un mundo en cambio, en el que conviven visiones contradictorias, la adhesión a una organización identificada con una única visión altamente ideologizada de la realidad y de las políticas que el mundo debería implementar puede ser más un limitante para el desarrollo sostenible y armónico y la superación de la desigualdad que una ventaja. A esto se añade la escasa apertura del foro a decisiones compartidas con otras asociaciones mundiales.

Hace 60 años Arturo Jauretche criticaba las teorías importadas por los acólitos de las grandes potencias de su tiempo diciendo que era como ir a comprar al almacén guiándose por un manual escrito por el almacenero. Para actualizarnos, remplacemos almacenero por supermercadista. Es lo mismo. Nada más negativo que comprar a libro cerrado recetas de desarrollo que pueden haber sido muy exitosas en otras latitudes, pero de las que no sabemos qué efecto tendrán en estas sureñas. Por lo tanto, sería aconsejable reflexionar profundamente y abrir una amplia discusión social, antes de tomar decisiones que pueden pesar gravemente sobre el futuro del país.

*Analista internacional

Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de la agencia.

FUENTE https://www.telam.com.ar/notas/202312/649593-ocde-economia-politicas-publicas.html

Entrevista a Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolítico sobre las proyecciones geopolíticas y de Política Exterior del gobierno de Argentina, encabezado por Javier Milei, por el galardonado periodista mexicano Roberto de la Madrid para su programa Detrás de la Razón?

SE HUNDE EL PESO | Termina la fiesta y comienza la EMERGENCIA | El Presidente saca la MOTOSIERRA

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

Durante los primeros meses de este año comenzaron a circular una serie de noticias que daban cuenta de una situación crítica al interior de las fuerzas armadas de Estados Unidos. Así mismo, se exponían graves dificultades de la industria militar para suplir las necesidades del aparato bélico más poderosa del planeta. Resultó en extremo sorpresivo que la mayor parte de las informaciones provean de fuentes militares que no han escatimado en dar a conocer un escenario que en términos estratégicos,  se muestra sumamente complejo para Washington.

Lo haremos en dos partes, la primera, expone un diagnóstico de las fuerzas armadas de Estados Unidos a partir de las declaraciones de sus propios voceros. La próxima semana presentaremos algunas opiniones de dirigentes e instituciones políticas, así como de think tanks y medios de comunicación vinculados al Complejo Militar Industrial. Cada quien podrá sacar sus propias conclusiones respecto de la distancia entre la realidad (expuesta por los militares) y los deseos (casi siempre expresada por políticos). Esta dicotomía ha sido particularmente visible en el análisis de los hechos de los últimos dos años en Ucrania y en alguna medida, también en Palestina. 

El 21 de febrero el secretario de la Marina de Estados Unidos Carlos del Toro, en una conferencia en el National Press Club afirmó que la Armada china tenía ventajas significativas sobre la estadounidense, entre ellas, una flota más grande y astilleros con una mayor capacidad. 

Del Toro considera que Estados Unidos debería modernizar y ampliar su flota para hacer frente a China, que «pretende acabar con el dominio estadounidense en los océanos de todo el mundo», así mismo, reveló que el país asiático cuenta con unos 340 buques y avanza hacia una flota de 440 para 2030. Mientras tanto, la Armada estadounidense cuenta con menos de 300. 

Por ello imploró por el crecimiento de la Armada de su país, es decir por construir una flota más moderna a fin de poder hacer frente a la “amenaza china”. Pero el dato clave es que aseguró que los astilleros navales estadounidenses «no pueden competir con los chinos» y agregó que la realidad era que China tenía 13 astilleros y que solo uno de ellos tiene más capacidad que todos los estadounidenses juntos.

Tratando de explicar esta situación, del Toro aludió a una serie de argumentos refutados en su mayoría por analistas del propio Estados Unidos. Uno de ellos, Blake Herzinger, investigador y experto en política de defensa en el Indo-Pacífico del Instituto Empresarial Estadounidense aseguró que es costumbre de los funcionarios estadounidenses culpar a China de sus frustraciones. Herzinger opinó que: «Esto parece desgraciadamente habitual,  [es decir] que la dirección de la Marina tire piedras sobre defectos reales o imaginarios de la construcción naval china en lugar de tener en cuenta los fracasos de Estados Unidos durante dos décadas en cuanto a conceptualizar, diseñar y construir buques para su propia Armada».

Solo unos días más tarde, el 28 de febrero, un reporte elaborado por varias agencias informaba que las Fuerzas Armadas estadounidenses afrontaban una escasez de personal lo que exponía la posibilidad de abandonar el actual sistema de reclutamiento voluntario.

Tanto el Ejército como la Armada y la Fuerza Aérea mostraban que en 2022 tuvieron el peor resultado de reclutamiento desde 1973 cuando cambiaron por completo del servicio de reclutamiento tradicional al de un Ejército contratado o, «voluntario». Después de obtener un notable descenso que llevó de más de dos millones de reclutas en 1990 a 1,4 millones en 2001, se ha intentado mantener el número total en un nivel estable. 

El reporte indica que lo mismo está ocurriendo con los reservistas. Entre las causas de esta situación se expone la pérdida de confianza de la población en la capacidad de las fuerzas armadas para cumplir sus misiones.  En este sentido, un estudio del Instituto Ronald Reagan realizado en 2021 indica que solo el 45% de la población estadounidense confía en las Fuerzas Armadas, lo que supone un 25% menos que en 2018.

Pero hay otros factores, entre ellos, que las autoridades estadounidenses no se ocupan de los problemas más importantes. Así mismo, se aduce que el reclutamiento basado exclusivamente en contratos no ha dado solución al problema. No se observa a corto plazo una posible salida a la crisis lo cual genera preocupación en los altos mandos militares, toda vez que el Pentágono no está listo para reducir el número de la tropa. Para la institución armada, ha sido muy difícil constatar que tras 50 años desde el abandono del sistema de conscripción, los partidarios de su regreso han recibido un argumento de mucho peso.

En la misma dinámica, Bloomberg -citando un escrito que el teniente general de la Fuerza Aérea Michael Schmidt preparó para la audiencia celebrada el 29 de marzo en el subcomité aéreo de la Comisión de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes- informó que solo la mitad de la flota estadounidense de cazas polivalentes de quinta generación F-35 Lightning II se considera apta para la realización de misiones de combate. La situación es grave cuando se está hablando del caza más moderno de la fuerza aérea de Estados Unidos introducido en el servicio apenas en 2015.

El reporte da a conocer que durante el mes de febrero de este año “el promedio mensual de la capacidad combativa de los 540 F-35 en servicio fue solo del 53,1 %, muy por debajo de la meta del 65 %”, lo cual es clara manifestación de que dichos aviones no pueden realizar todas las misiones combativas que se le planteen limitándose en no pocos casos a vuelos de exhibición, pruebas y entrenamientos. Así mismo, el general Schmidt, sin informar las causas de tal situación,  hizo saber que solo se contaba con menos del 30% de esos aviones para cumplir las misiones.

Sin embargo, se ha sabido que existe una continuada carencia de repuestos para los permanentes fallos en los motores de los F 35, lo que obliga a que las aeronaves pasen largas temporadas en los talleres, afectando la capacidad combativa de las fuerzas armadas.

Reafirmando la situación complicada de la institución militar de Estados Unidos, el general Mark Milley, quien en ese momento era jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, en una entrevista con el periodista Kevin Barón para Defense One, un portal estadounidense que ofrece noticias y análisis sobre temas de defensa y seguridad, reveló que la negativa estadounidense a proporcionar misiles tácticos ATACMS a Ucrania, además de ser una consideración a favor de evitar la escalada del conflicto, también obedecía a que “tenemos relativamente pocos ATACMS y tenemos que asegurarnos también de mantener nuestros propios inventarios de municiones».

Al respecto, Milley expresó a Defense One que la industria militar estadounidense se tardará «probablemente varios años» en reponer sus existencias y satisfacer las necesidades del Pentágono. Y esto será «muy caro» y no se realizará «por arte de magia en una noche».

En otro ámbito del mismo problema, el 12 de noviembre pasado, el periódico neoyorkino The Wall Street Journal informó que el ejército de Estados Unidos se enfrenta a la escasez de sistemas de defensa aérea y antimisiles Patriot. Las necesidades de Ucrania,  de Israel y del propio Estados Unidos que está siendo atacado en sus bases en Asia Occidental han generado un inconveniente sin solución a corto plazo. A comienzos de noviembre, tras el agravamiento de la situación en Gaza, Washington envió 6 sistemas antiaéreos Patriot a Tel Aviv. 

Esta situación ha impedido que Estados Unidos pueda consolidar una adecuada dislocación de fuerzas y medios acorde a lo establecido en sus planes al conceptualizar el teatro de operaciones de Asia-Pacífico como el de mayor importancia estratégica.

Durante años los militares estadounidenses solicitaron la dotación de mayor cantidad de sistemas antiaéreos, sin embargo, una y otra vez fueron desoídos. Ahora, en medio de la desesperación que los agobia, el presidente del subcomité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, Doug Lamborn, exigió el aumento de la financiación de la producción de los Patriot, subrayando que le preocupa «la capacidad [de Estados Unidos] de proporcionar defensa aérea en otras áreas».  

Este sistema que cuesta unos 1.000 millones de dólares cada uno, son fabricados por Raytheon Technologies (RTX), que puede producir solo una docena de sistemas al año. Se ha informado que hay solo 60 Patriot disponibles alrededor del mundo y que su efectividad ha perdido credibilidad al haber sido una y otra vez burlados por los misiles yemeníes que atacaron objetivos en Arabia Saudí.

Pero el problema de fondo es que ni este ni ningún sistema de defensa antiaérea que posea Occidente es efectivo contra la acción de los misiles hipersónicos en manos de Rusia, de China y recientemente también de Irán.

Los misiles hipersónicos han venido a cambiar la ecuación estratégica en materia militar, transformando a los portaviones (el armamento ofensivo por excelencia en las últimas décadas) en lo que el analista brasileño Pepe Escobar ha denominado “costosísimas bañeras de hierro”.

Un misil hipersónico vuela al menos a una velocidad de Mach 5 (un Mach= 1235 Km/ hora) y posee tecnología de auto guiado que hace imposible la intercepción por su alta maniobrabilidad durante el vuelo. Aunque este tipo de armas se remonta a varias décadas atrás, fue hasta finales de 2017 que comenzó a tener un funcionamiento eficaz.

Pueden alcanzar una velocidad de Mach 25 (un poco más de 30 mil km/hora) y un alcance de 10.000 km.  Rusia ya ha exhibido el Kinzhal (Mach 10), Avangard (Mach 25 ) y Tsirkon (Mach 8) y China el Dongfeng 17 (Mach 5). Recientemente, Irán ha dado a conocer el Fattah ( Mach 5 y un alcance de 1400 Km.) lo cual lo pone a distancia para aniquilar la mayor parte de las bases estadounidenses en Asia Occidental incluyendo la base naval de la 5ta. Flota en Bahréin a menos de un minuto de vuelo del territorio iraní.

Solo se necesitarían 11 misiles hipersónicos para hundir los 11 portaviones de Estados Unidos. Ello ocurriría en un lapso de entre 3 y 8 minutos de acuerdo al lugar del planeta donde se encuentren. En ese corto espacio de tiempo habrá desaparecido el poder naval de Estados Unidos para siempre. Así mismo, solo entre 2 y 5 minutos demorarían los misiles en llegar a París Londres, Berlín o New York. Por supuesto que eso no lo desea ningún ser humano racional, esperando que los líderes estadounidenses se incluyan entre esos “seres humanos racionales” porque las ciudades rusas y chinas no están desguarnecidas como Hiroshima y Nagasaki.

Tal vez sea esta la razón por la que en una conferencia organizada por el Instituto Empresarial Estadounidense en Washington el pasado 28 de febrero, Christine Wormuth, secretaria del Ejército de Estados Unidos dijo que su país quiere evitar una guerra en Asia. No obstante, alertó sobre la urgencia de prepararse para luchar contra China. Wormuth afirmó que: “La mejor manera de evitar una guerra es demostrar a China y a los países de la región que realmente podemos ganar esa guerra”, asegurando que luchar contra China es solo una forma de “disuasión”.

Como dijimos antes, Wormuth es política, expresa deseos, no realidades. Se necesita talante superior y mirada estratégica para entender “la guerra como continuación de la política”. Por eso, desde otra perspectiva, solo unos días después, el propio general Mark Milley pareció responderle a Wormuth. En la entrevista antes mencionada para el portal Defense One, el pasado 2 de abril, Milley sugirió ”calmarse sobre la guerra con China” advirtiendo acerca de la retórica “recalentada” de una guerra inminente entre Estados Unidos y China.

Milley afirmó que creía que había mucha retórica, que podría crear la percepción de que la guerra está a la vuelta de la esquina o que estamos al borde de una guerra con China.

CONTINUARÁ

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Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico.

Palestina – Por Ronald Lasecki difundido por Geopolitika.ru

Una consideración de la geopolítica de Palestina debe partir, por supuesto, de una percepción de la geomorfología del espacio. En primer lugar, está la llanura costera en la que se encontraban ciudades históricamente prósperas que servían al comercio este-oeste como las antiguas Gaza, Ashkelon y Ashdod. Lo mismo ocurre en el Líbano, más montañoso, al norte del actual Israel, donde históricamente se encontraban centros como Tiro, Biblos y Sidón. En el Israel actual, las llanuras costeras son el centro de una población cosmopolita y liberal que se identifica más con la civilización occidental. Es una tierra de comerciantes, banqueros, burocracia civil y medios de comunicación, que se extiende desde Tel Aviv hacia el norte hasta Haifa.

Perímetro oriental

Al este se encuentra la alta cordillera, seguida de la profunda fosa del Jordán con el lago Tiberíades y el Mar Muerto. En las estribaciones se encuentra Cisjordania y las estructuras del «Estado» palestino allí. Estas regiones, con las cordilleras del Líbano y del Antilíbano y el profundo valle tectónico de la Bekaa al norte, fueron históricamente los centros de una civilización guerrera-agrícola. Durante el periodo bíblico, el emplazamiento de la actual Cisjordania estuvo ocupado por el Reino de Israel bajo las dinastías de Omrid y Jehú. Hoy, entre Jerusalén y el río Jordán, la ventaja la llevan las estructuras militares y los colonos armados que tratan de contrarrestar la presión siria y palestina.

Al este del foso del Jordán se asientan tribus árabes locales, pero demasiado débiles para amenazar los centros de poder que controlan Judea y Samaria (sur de Israel y Cisjordania). A unos 30-50 km. al este del río Jordán, comienza el desierto, que proporciona un amortiguador geopolítico entre Palestina y la llanura mesopotámica y los centros de poder que allí se encuentran. La orilla oriental del río Jordán, tras el colapso del Imperio Otomano, fue esculpida por los ingleses en lo que llamaron Transjordania, un protectorado independiente con capital en Ammán, donde se asentó la dinastía hachemita, aliada de los ingleses y exiliada del Hiyaz por los saudíes. Tras la retirada inglesa de la región en 1948, esta creación pasó a llamarse Jordania. Los hachemíes también recibieron de los ingleses el Reino de Iraq, al otro lado del desierto, en 1921, pero lo perdieron a manos de militares golpistas republicanos en 1958.

La dinastía hachemí, entremezclada con representantes de las esferas militares inglesa y jenízaro, es considerada un cuerpo extraño por muchos en Jordania, especialmente los palestinos. Los hachemíes se han posicionado como sujetos de un protectorado inglés desde 1916, mientras que miran al Estado judío como un aliado para contrarrestar la amenaza palestina. Gobernaron formalmente Cisjordania entre 1948 y 1967, pero en ningún caso propiciaron la creación de un Estado palestino. Por el contrario, en septiembre de 1970 libraron una sangrienta guerra con la Organización para la Liberación de Palestina, con la ayuda de Londres, obligando al movimiento de liberación nacional palestino a trasladar su cuartel general a Líbano.

Cisjordania, que alberga estructuras controladas en la actualidad por la administración palestina con sede en Ramala, se encuentra así encajonada geoeconómicamente entre el hostil Israel y Jordania, y sólo puede funcionar gracias a la economía más dinámica del vecino Israel. Al igual que el antiguo Reino de Judá en las colinas en constante conflicto con las ciudades-estado costeras de Filistea, el actual «Estado de Palestina» de las colinas depende económicamente del acceso a los puertos de las tierras bajas costeras de Israel.

Por otra parte, la fuente de amenaza para el centro de poder palestino son los centros de poder externos que atraviesan el desierto sirio, procedentes de Mesopotamia y de las tierras altas iraníes. Entre los años 746-609 a.C. Palestina estuvo bajo el dominio de los asirios mesopotámicos. Entre el 609 y el 539 a.C., también fueron sustituidos por los babilonios, originarios de la región mesopotámica. El lugar de los babilonios lo ocuparon después los persas, originarios de las tierras altas de Irán (550-330 a.C.) y que acabaron sucumbiendo ante Alejandro Magno hacia el 330 a.C. También fue el gobernante persa Cambises II quien, en el 525 a.C., conquistó Egipto llegando a él a través del Sinaí, mientras que en el 340 a.C. su hazaña fue repetida por Artajerjes III.

La sucesión de hegemonías también marcó el ritmo de la posterior estatalidad del antiguo Israel: la destrucción del reino de Judá por los babilonios en el 586 a.C. y la deportación de los judíos a Babilonia por el gobernante local Nabucodonosor II, seguida del edicto del gobernante persa Ciro II abriendo el camino para que los judíos «regresaran a Sión», que marca el inicio del protectorado persa de Palestina -convertido en macedonio tras las conquistas de Alejandro Magno en el siglo IV a.C. y luego en romano en el siglo I a.C.

Perímetro meridional

Las sucesivas encarnaciones históricas del Estado judío en Palestina al sur solían dominar la costa entre Tel Aviv y el Sinaí y todo o parte del desierto del Néguev. En el suroeste, el desierto del Sinaí constituye así un eficaz amortiguador geopolítico para Palestina. Tanto en el lado palestino como en el egipcio, las fuerzas pueden cruzarlo con la posibilidad de reabastecerse de recursos en el otro lado. En el siglo XVII a.C. Egipto fue conquistado por los hicsos procedentes de Palestina a través del desierto del Sinaí, derrotados finalmente por las fuerzas nativas alrededor de un siglo más tarde, cuando Egipto a su vez extendió su dominio a la costa levantina.

En 640, los árabes que atacaban desde Damasco alcanzaron Al-Fustat y dos años más tarde llegaron también a Alejandría. A su vez, en 1174, el fundador de la dinastía ayubí, que más tarde gobernó Egipto hasta 1250, el sultán Saladino ocupó Damasco y Homs. Otra expansión de este tipo no fue emprendida desde Egipto hasta la primera mitad del siglo XIX por Muhammad Ali Pasha, que luchó contra el Imperio Otomano.

Así pues, el Sinaí puede ser una vía de expansión, pero el coste de mantener permanentemente guarniciones militares en la península es elevado, por lo que Israel nunca ha gobernado el Sinaí a largo plazo, mientras que la presencia militar egipcia allí sigue siendo simbólica y la región es una especie de «agujero negro» político, que sirve de escondite a contrabandistas, bandidos y militantes. Una invasión a través del Sinaí es posible en caso de descomposición político-militar del adversario al otro lado del desierto («segundo período de transición» en Egipto en el siglo XVII a.C., la derrota de los hicsos en la lucha contra la dinastía XVIII en el siglo XVI a.C., la descomposición del Imperio Otomano tras la revolución griega en la década de 1820) o el apoyo de la entidad atacante por una potencia exterior (Reino Unido y Francia apoyando a Israel en 1956 y la URSS apoyando a Egipto en 1973).

Merece la pena mencionar de pasada la amenaza ideológica a la independencia del centro de poder palestino procedente del centro de poder egipcio. Durante el periodo de la monarquía hasta 1952, Egipto manifestó su deseo de destruir el entonces naciente Estado israelí. La guerra de 1948 puso la franja de Gaza bajo su administración militar, que controló hasta 1967. Antes del golpe militar de 1952, El Cairo consideraba la Franja de Gaza y el desierto del Néguev como una extensión natural de la península del Sinaí, no como el territorio del Estado nacional de los palestinos.

Tras el golpe de Gamal Abdel Naser en 1952, Egipto abrazó la ideología del nacionalismo árabe. Su máximo logro fue la República Árabe Unida unitaria, laica y socialista de 1958-1961, que englobaba a Egipto y Siria y permanecía en confederación nominal con Yemen del Norte. Gamal Abdel Naser enfrentó el nacionalismo y el socialismo árabes al sionismo judío, haciendo de la destrucción de Israel y la incorporación de las tierras palestinas a la República Árabe Unida el principal objetivo estratégico, lo que permitiría al Estado árabe lograr la continuidad territorial. La actitud de El Cairo ante el nacionalismo palestino era, por tanto, bastante ambivalente.

Añadamos también que en la segunda mitad del siglo XX, el padre del nacionalismo palestino, Yasir Arafat, y la al-Fatah (1958) y la Organización para la Liberación de Palestina (1968) que fundó, fueron vistos por las monarquías árabes conservadoras como una herramienta de Naser y una fuerza subversiva que amenazaba a los regímenes monárquicos. De ahí la sangrienta guerra palestino-hachimí en Jordania en septiembre de 1970. Así pues, existe una tensión no sólo entre el nacionalismo palestino y el nacionalismo sirio y el nacionalismo panárabe que irradiaba de Egipto hasta 1970, sino también entre las aspiraciones palestinas y las políticas de seguridad de otros Estados árabes.

En el sureste, los desiertos árabe y de Nefud constituyen una barrera geopolítica eficaz contra las incursiones de las tribus del Hiyaz, que son demasiado escasas y débiles para amenazar el centro de poder palestino. Sólo pueden tener éxito en condiciones de explosión demográfica, como en el siglo VII, cuando los árabes islamistas iniciaron su expansión conquistando y luego haciendo de Damasco su capital.

Perímetro septentrional

Al noreste del centro de poder palestino se encuentra el centro de poder sirio con capital en Damasco. Tiene una gran población pero está aislada del mar, lo que la empobrece. Está protegida al este por un desierto que se extiende hasta el río Éufrates. Al norte del centro de poder sirio se encuentra la montañosa Anatolia, donde la expansión desde el sur está muy obstaculizada, pero desde donde los centros de poder externos ejercen presión sobre la región. En ausencia de una amenaza procedente del norte y de estabilidad interna, el centro de poder sirio intenta obtener acceso al mar subyugando a las ciudades del norte del Levante, con las que comercia ampliamente. Así ocurrió, por ejemplo, entre 1976 y 2005, cuando Siria se implicó en la guerra civil libanesa, invadiendo el país y controlando posteriormente la mayor parte del mismo.

Los puertos del norte del Levante no constituyen por sí solos una potencia terrestre significativa. Históricamente fue el hogar de Fenicia, con ciudades como Dor, Acre, Tiro, Serepta, Sidón, Berytos, Biblos, Trípoli y Arwad. Durante la mayor parte de su existencia no formaron un organismo estatal unificado, compitiendo entre sí y sujetas a dependencias de centros de poder externos. En el periodo que va desde el siglo XII a.C. en adelante. los fenicios sustituyeron a los cretenses como principal potencia marítima y comercial del Mediterráneo oriental. A mediados del siglo IX a.C., sin embargo, la mayoría de las ciudades fenicias ya habían caído en la dependencia del creciente poder terrestre de Asiria.

La cordillera libanesa del norte de Levante llega casi hasta la costa marítima y sólo está escasamente surcada por valles fértiles. Por esta razón, los centros de poder de esta parte del Levante carecen de un punto de apoyo geopolítico. Probablemente, Fenicia no era un país densamente poblado y funcionaba principalmente como potencia marítima e intermediaria para el comercio entre Mesopotamia, Egipto y el Mediterráneo occidental, desde donde se importaba, entre otras cosas, plata, muy demandada en aquella época.

Por tanto, el centro de poder palestino no se ve significativamente amenazado por el centro de poder libanés actual. El Líbano moderno fue separado de la provincia otomana de Siria por los franceses tras la derrota del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial. La base de su separación fue el predominio allí de los cristianos maronitas, con los que Francia se alió durante la guerra civil del Imperio Otomano en la década de 1860.

Líbano tomó su nombre de su característica topográfica, es decir, el Monte Líbano que se eleva sobre el país. Sin embargo, carece de distintividad geográfica o étnica orgánica, ya que el único rasgo distintivo aquí fue históricamente dominado por los aliados de Francia. El amortiguador estratégico para el Israel actual es el río Litani, cuya zona al sur Israel intentó controlar directamente o con la ayuda de fuerzas locales satélites entre 1978 y 2000, o en cualquier caso despejarla de fuerzas enemigas como durante la Guerra de Julio de 2006.

Perímetro noreste

En el caso del perímetro nororiental, hay que tener en cuenta tanto las características geoestratégicas como históricas de la amenaza que supone para el centro de fuerza palestino el centro de fuerza sirio. Un centro de fuerza sirio podría atacar Palestina a través de un corredor de aproximadamente 40 kilómetros entre el monte Hermón en la cordillera Anti-Líbano y el lago Tiberíades. Para llegar a la llanura costera de Palestina, las fuerzas sirias deben atravesar los Altos del Golán y la región montañosa de Galilea, y luego mantener líneas de suministro que pasen por estas tierras que son un buen punto de apoyo para la guerra de guerrillas. Una ruta alternativa de ataque conduce al sur del lago Tiberíades, pero también requiere mantener estiradas las líneas de suministro.

Desde la época neolítica, el punto estratégico de esta región ha sido la colina de Megido, también conocida por su nombre griego Armagedón. En la antigüedad fue el emplazamiento del centro cananeo y capital del reino de Israel, mientras que hoy es el kibutz israelí de ese nombre. La colina está situada en el extremo norte del valle de Wadi Ara que atraviesa las montañas del Carmelo, con vistas al valle de Jezreel, también conocido como el valle de Armagedón o el valle de Megido. Una fuerza que avanzara desde el noreste a través de los Altos del Golán por aquí tendría que chocar con las fuerzas locales que operan con líneas de suministro cortas, a su vez con las estiradas y vulnerables líneas de suministro de la guerrilla de montaña.

La caracterización histórica de la amenaza siria debe partir del reparto de las posesiones árabes del Imperio Otomano entre Inglaterra y Francia en virtud del Tratado de Syces-Picot de mayo de 1916. El territorio de la antigua provincia otomana de Siria, que comprendía los territorios de la actual Siria, Líbano, Jordania y Palestina, se dividió a lo largo de una línea que iba desde el monte Hermón hasta la costa mediterránea en una parte septentrional que cayó en manos de Francia y una parte meridional que cayó en manos de Inglaterra. Como resultado, muchos árabes que adoptaron una identidad nacional siria negaron el carácter distintivo de Palestina, Líbano y Jordania, considerando a sus habitantes como sirios. La intervención de la República Árabe Siria en Líbano en 1976 se llevó a cabo bajo los lemas de la reconstrucción de una «Gran Siria», entre otros, y tuvo como objetivo el movimiento nacional palestino.

Vectores de presión desde fuera de la región

El peligro para el centro de poder palestino desde el norte no procede tanto de las fuerzas locales como del exterior. Los selyúcidas conquistaron Palestina contra los bizantinos después de la batalla de Manzikert en 1071, presionando a lo largo de la costa levantina desde el norte y capturando Jerusalén en 1073. Asimismo, las dos primeras Cruzadas alcanzaron las llanuras costeras de Palestina en los siglos XI y XII respectivamente, dirigiéndose desde Antioquía, vía Trípoli, hacia el sur a lo largo de la costa levantina. Los mamelucos, que entonces gobernaban Palestina, fueron derrotados por los ejércitos de Timur Jomey que avanzaron en 1399-1401 desde Alepo hacia el sur hasta Damasco y luego se volvieron hacia Bagdad. El sultán otomano Selim I puso fin al reinado de los mamelucos sobre Egipto al derrotar a sus ejércitos en 1516, avanzando hacia el sur a lo largo de la costa levantina.

En todos estos casos, Palestina fue invadida desde el norte, no por centros de fuerza del Levante septentrional, sino por centros ajenos a la región, capaces de concentrar un poder inalcanzable para las ciudades situadas al norte del río Litani, que carecían de base geopolítica y estaban, por así decirlo, «presionadas» contra las cordilleras costeras.

Para los centros de poder occidentales que aspiran a controlar la cuenca mediterránea, el Levante es importante como puente terrestre, ya que permite -en el caso de grandes cantidades de tropas y grandes cargamentos- un transporte más barato, técnicamente más fácil y libre de la amenaza de ataques en el mar. Una potencia occidental que aspirara a controlar tanto la costa septentrional como la meridional del Mediterráneo, pero que no controlara el Levante, habría elevado mucho los costes de transporte interno del imperio. Esto es lo que debe explicar el interés de Roma, Bizancio, Venecia y los cruzados, Inglaterra y Francia por la costa levantina: habiendo cruzado el Helesponto, el camino hacia el sur estaba abierto para todos ellos.

Compitiendo con los centros de poder occidentales, cuando no controlan el Levante, se convierten en los centros de poder del norte (centro de poder grecoanatolio, centro de poder euroasiático) y del este (centro de poder mesopotámico, centro de poder persa). Tratan de asegurar su flanco sur controlando los puertos levantinos. La estabilidad de cualquier imperio que crezca entre el Hindu Kush y el Mediterráneo depende de asegurar los puertos levantinos frente a los ataques de los centros de poder occidentales.

Una potencia oriental puede entonces utilizar las rutas de transporte desde Oriente Próximo hasta la costa mediterránea; el ejemplo más reciente de ello es el proyecto de corredor de transporte iraní, desarrollado tras el derrocamiento de Sadam en 2003, desde los centros del oeste de Irán, a través del Kurdistán iraquí, hasta los puertos de Siria y Líbano -quizá la guerra en Siria a partir de 2011 y la repentina expansión del Estado Islámico en Irak en 2014 paralizaran estos proyectos.

De forma similar, las potencias del norte como Macedonia, Bizancio, el Imperio Otomano y Rusia buscaron (o buscan hoy) controlar la costa levantina para asegurar su flanco occidental contra la expansión hacia el este; un centro de poder del norte que gobierne el Bósforo puede redistribuir libremente las fuerzas comprometidas hasta el valle del Indo, pero al dejar el Levante fuera de su control, se expone a los ataques de los centros de poder occidentales.

La telurocracia israelí

La ubicación del centro de fuerza palestino se complica por su naturaleza telúrica. Aferradas a montañas que llegan casi hasta la costa, las ciudades del norte del Levante producen una civilización talasocrática, basada en el comercio y orientada hacia el mar. Con una base geopolítica más extensa en una llanura costera más amplia que en el norte y colinas no tan escarpadas, los centros palestinos generan una civilización telúrica.

No es casualidad que el Israel moderno fuera un Estado socialista en sus orígenes y que aún hoy se conserve en su economía un importante sector socialista en forma de algunos kibbutzim. La economía del Israel moderno se basa en la agricultura y la tecnología moderna, es decir, cumple las características de un centro de poder basado en la tierra, dirigido más bien «hacia dentro». Se trata de un tipo de civilización muy diferente a la de los judíos de la diáspora, basada en el capitalismo y el comercio más que en la manufactura y, además, desvinculada de la tierra. La presencia de una colonia de colonos armados en Samaria es la quintaesencia de una civilización «militar «basada en la tierra. De importancia simbólica es la declaración formal de Israel en 1980 de reconocer Jerusalén interior en lugar de la costera Tel Aviv como capital del Estado. A diferencia de las ciudades levantinas del norte, el centro de poder palestino nunca ha sido una potencia marítima y tampoco lo es el Israel moderno.

Debido a su naturaleza telúrica, el Israel moderno está débilmente conectado con el mundo exterior y es de «necesidad» limitada para las potencias mundiales; como a finales de la década de 1940, los países árabes, más extensos y significativos, están adquiriendo mayor importancia. Israel está intentando elevar su perfil a través de las actividades de la diáspora judía y desarrollando un sector de start-ups en los campos de la inteligencia artificial y la ciberseguridad, con el objetivo de convertirlo en una parte indispensable del sistema capitalista global. La iniciativa aquí, sin embargo, pertenece firmemente a EE.UU. y China, que actúan como inversores frente a Israel. La importancia de Israel para su actual protector, es decir, Estados Unidos de América, se basa en que es un aliado de Estados Unidos contra Irán. Esta convergencia de intereses, sin embargo, no es estructural, sino incidental y no garantiza el protectorado permanente de Washington sobre el Estado judío (este protectorado, además, no data de antes de 1967; antes de eso, el protector del sionismo fue Inglaterra, y de la estatalidad israelí sucesivamente la URSS y Francia).

Los dos países de los palestinos

Los palestinos, por su parte, viven en dos entidades geopolíticas separadas. Cisjordania es un país telúrico pobre en las colinas semiáridas que sólo puede funcionar sobre la base de la economía más dinámica del Estado judío. El territorio palestino allí se ve constantemente truncado y fragmentado en enclaves aislados, proclamados en enero de 2013. «El Estado de Palestina», sin embargo, puede considerarse en principio un Estado-nación palestino, aunque en la práctica sus autoridades se comportan más bien como los Judenrats de los guetos judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

La Franja de Gaza, por su parte, se asemeja más a una ciudad-estado talasocrática que a un Estado-nación. Sin embargo, a diferencia de las ciudades levantinas conocidas de la historia, no es un centro cosmopolita de comercio, banca y navegación, ya que está sometida al aislamiento hostil de Israel y Egipto que cooperan contra los palestinos – la naturaleza talasocrática de la Franja de Gaza ha sido, por así decirlo, «abortada» por sus vecinos hostiles que la aíslan.

La Franja de Gaza ocupa 365 kilómetros cuadrados y está habitada por 2,4 millones de personas. Cisjordania, con una población de 3 millones, ocupa 5.655 km². La densidad de población en la Franja de Gaza es de 6.500 personas/km², mientras que la de Cisjordania es de 466 personas/km². La Franja de Gaza tiene una extensión de 41 km. que abarcan de sur a norte y de 6 km. a 12 km. que abarcan de este a oeste. La longitud de la frontera con Egipto es de 11 km.

Estos volúmenes ilustran claramente que la Franja de Gaza es incapaz de funcionar en su forma actual en términos sociales, económicos y de civilización. En las últimas décadas, sus habitantes han vegetado gracias a la ayuda humanitaria de la Unión Europea y las agencias de la ONU. La situación podría cambiar con la apertura del mercado laboral israelí o con la emigración de una parte importante de la población de Gaza. En caso de que se creara un Estado palestino realmente independiente que incluyera la franja de Gaza, cabría esperar un éxodo de al menos varios cientos de miles de habitantes de Gaza a Cisjordania, pero ésta no podría asimilar tal número de emigrantes.

Por lo tanto, las dos partes del actual «Estado de Palestina» (la Franja de Gaza y Cisjordania) tienen características geopolíticas completamente diferentes y es difícil hablar de una «nación» coherente para sus habitantes. El actual ‘Estado de Palestina’ recuerda más a Pakistán en la época de la secesión de Bangladesh en 1971. Las partes de Pakistán situadas en el Indo y en la desembocadura del Ganges estaban divididas por el Estado indio, más fuerte y hostil. Del mismo modo, las dos partes del «Estado de Palestina» están divididas por el hostil y más fuerte Estado israelí. La ruptura de facto del «Estado de Palestina» en 2007 era tan inevitable como la de Pakistán en 1971.

La Autoridad Nacional Palestina en Cisjordania lleva a cabo una política de colaboración con el ocupante israelí, porque las características geopolíticas de Cisjordania hacen que la situación así creada sea muy problemática pero, sin embargo, da a los palestinos un margen mínimo de existencia. La situación es diferente en la Franja de Gaza, para la que la única solución es el desmantelamiento del Estado judío y deshacerse de los judíos que viven en Palestina. De lo contrario, los palestinos de Gaza se enfrentarán a un destino similar al de los habitantes de los guetos judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

Hamás, con su exigencia de liquidar Israel y asesinar o expulsar a todos los judíos, es la única respuesta posible a la condición de «prisión al aire libre» («open-air prison», caracterización adoptada para Gaza por algunas organizaciones internacionales). También parece exagerado señalar la inspiración israelí en el ascenso de Hamás, algo que la parte israelí ha admitido abiertamente. En una nota similar, India inspiró el movimiento separatista de Pakistán Oriental y apoyó a los Mukti Bahini.

Sin embargo, no debe sacarse de ello ninguna conclusión precipitada de que las actividades continuadas -incluidas las actuales- de Hamás sean una «operación de bandera falsa», como demuestran sus guerras de 2008/2009 con el Estado judío y la guerra de siete semanas de 2014, así como las protestas de 2018-2019.

Las condiciones de vida y la falta de perspectivas de desarrollo en la «prisión al aire libre» que es la Franja de Gaza, así como la indiferencia de la Autoridad Nacional Palestina en Cisjordania (que ya colabora estrechamente con Israel a nivel del aparato de seguridad), están forzando la aparición de fuerzas revisionistas radicales allí. Así, si no surgiera Hamás, probablemente surgiría otro grupo que «desempeñara el papel de Hamás».

La salida para los palestinos de la encerrona geopolítica en la que se encuentran sería el ascenso de una potencia exterior euroasiática o centroasiática, que apoyara externamente a un centro de fuerza egipcio o sirio, orientándolo hacia un rumbo propalestino. Esto estuvo muy cerca de ocurrir entre junio de 2012 y julio de 2013, cuando el presidente de Egipto era el afiliado a la Hermandad Musulmana Muhammad Mursi. La Hermandad Musulmana egipcia apoyaba a Hamás, con sede en Gaza, mientras que ella misma gozaba del apoyo del líder turco Recep Tayyip Erdoğan. Sin embargo, el Sr. Mursi fue finalmente derrocado por un golpe de Estado del general Abd al-Fattah as-Sisi, respaldado por Occidente, lo que parece haber determinado negativamente el destino de los palestinos de Gaza en el futuro inmediato.

Ronald Lasecki – Publicado originalmente en Myśl Polska (47-48, 19-26.11.2023).

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico.

La tensión inherente y la falta de un intercambio genuino son peores que durante la Guerra Fría, cuando los canales de comunicación permanecían abiertos.

Por Alastair Crooke para la fundacion de la Cultura Estartegica

Las relaciones entre Estados Unidos y Rusia han tocado fondo; Es incluso peor de lo imaginado. En las conversaciones con altos funcionarios rusos, es evidente que Estados Unidos trata a los primeros como enemigos claros. Para entenderlo, es como si un alto funcionario ruso preguntara: “¿Qué es lo que quieres de mí?”. La respuesta podría ser: “Ojalá te murieras”.

La tensión inherente y la falta de un intercambio genuino son peores que durante la Guerra Fría, cuando los canales de comunicación permanecían abiertos. Esta laguna se ve agravada por la ausencia de conocimiento político entre los líderes políticos europeos, con quienes no ha resultado posible un debate fundamentado.

Los funcionarios rusos reconocen los riesgos de esta situación. Sin embargo, no saben cómo corregirlo. El tono del discurso también ha pasado de una abierta hostilidad a una mezquindad: Estados Unidos, por ejemplo, podría impedir que los trabajadores entren a la misión rusa en la ONU para reparar ventanas rotas. Entonces Moscú (a regañadientes) se encuentra con pocas alternativas más que responder de manera igualmente mezquina, y así la relación se desploma.

Se reconoce que la «guerra de la información» deliberadamente injuriosa está totalmente dominada por los HSH occidentales, lo que agria aún más la atmósfera. Y aunque los medios alternativos occidentales dispersos existen y están ganando en escala e importancia, no es fácil involucrarlos (por ser diversos e individualistas). La etiqueta de «apologista de Putin» también sigue siendo tóxica para cualquier proveedor de noticias autónomo y puede destruir la credibilidad de un plumazo.

En Rusia se entiende que Occidente existe actualmente en una “falsa normalidad”, un interludio dentro de su propia guerra cultural (en el período previo a 2024). Los rusos, sin embargo, sí perciben algunos paralelismos obvios con su propia experiencia de polarización civil radical: cuando la Nomenklatura soviética exigió conformidad con la «línea» del Partido, o sufrir sanción.

Moscú está abierto al diálogo con Occidente, pero hasta ahora los interlocutores sólo se han representado a sí mismos y no tienen mandato. Esta experiencia lleva a la conclusión de que no tiene mucho sentido «golpearse la cabeza» contra la pared de ladrillos de un liderazgo occidental impulsado ideológicamente: los valores rusos son como un trapo rojo para el «toro» ideológico occidental. Sin embargo, no está claro cuándo llegará el momento, si un interlocutor autorizado (capaz de comprometerse) estará presente en Washington para contestar el teléfono.

Sin embargo, la enemistad proyectada en Occidente hacia Rusia se percibe como algo positivo pero también con graves riesgos (ausencia de tratados sobre el uso y despliegue de armas). Los interlocutores subrayan cómo el desdén occidental hacia los rusos –sumado a su enemistad explícita– finalmente ha permitido a Rusia ir más allá de la europeización de Pedro el Grande. Este último episodio se considera ahora como una desviación del verdadero destino de Rusia (aunque debe verse en el contexto del ascenso y ascenso del Estado-nación europeo post-Westfalia).

La hostilidad mostrada por los europeos hacia el pueblo ruso (y no sólo hacia su gobierno) ha empujado a Rusia a «ser ella misma» nuevamente, lo que ha sido un gran beneficio para ella. Sin embargo, el cambio da lugar a cierta tensión: es evidente que los ‘halcones’ occidentales siempre están explorando la escena rusa para localizar un anfitrión dentro del cuerpo político en el que insertar las esporas de su Nuevo Orden Moral armado: su propósito. pretende introducirse en la sociedad rusa y fragmentarla.

Entonces, inevitablemente, el apego cultural occidental explícito genera cierta cautela entre la «corriente patriótica» dominante. Los rusos (principalmente en Moscú y San Petersburgo) que se inclinan por la cultura europea sienten tensión. No son ni pez ni ave: Rusia está avanzando hacia una nueva identidad y «forma de ser», dejando a los europeístas viendo cómo sus hitos retroceden. En general, se considera que el cambio es inevitable y que ha provocado un verdadero renacimiento y un sentido de confianza en Rusia.

Se nos dijo que el resurgimiento de la religión se encendió espontáneamente cuando las iglesias volvieron a abrir sus puertas después del fin del comunismo. Se han construido muchos nuevos (aproximadamente el 75% de los rusos hoy en día afirman ser ortodoxos). En cierto sentido, el «renacimiento» ortodoxo tiene un toque escatológico, ¡provocado en parte por lo que un individuo llamó escatología antagónica del «orden de las reglas»! En particular, pocos interlocutores lloraron a los «liberales rusos» seculares (que habían abandonado Rusia): «adiós» (aunque algunos están regresando). Hay aquí un elemento de limpieza de la sociedad de la «westificación» de los siglos anteriores, aunque la ambivalencia es inevitable: la cultura europea -al menos en términos de filosofía y arte- era, y es, un componente arraigado en la vida intelectual rusa. y no está a punto de desaparecer.

El ámbito político

No es fácil transmitir el sentido en el que la victoria «absoluta» de Rusia en Ucrania se ha fusionado con la noción de un resurgimiento del nuevo sentido de «yo» de Rusia. La victoria en Ucrania ha sido de algún modo asimilada al destino metafísico, como algo asegurado y en desarrollo. El liderazgo militar ruso (comprensiblemente) guarda silencio sobre el probable resultado estructural/institucional. Sin embargo, la conversación (en programas de televisión presentados) se centra más en las disputas y cismas que desgarran a Kiev que en los detalles del campo de batalla, como hasta ahora.

Se entiende que la OTAN ha sido completamente derrotada en Ucrania. El alcance y la profundidad del fracaso de la OTAN tal vez fue una sorpresa para Rusia, pero de alguna manera se considera un testimonio de la capacidad de adaptación y la innovación tecnológica rusas en la integración y comunicación de todas las armas. La «victoria absoluta» puede entenderse como «de ninguna manera» Moscú permitirá que Ucrania vuelva a convertirse en una amenaza para la seguridad rusa.

Los funcionarios rusos consideran que las guerras entre Ucrania e Israel y Medio Oriente se fusionan para segmentar a Occidente en esferas separadas y en disputa, con Occidente encaminándose hacia la fragmentación y una posible inestabilidad. Estados Unidos enfrenta reveses y desafíos que revelarán aún más la pérdida de disuasión, exacerbando aún más la ansiedad de Estados Unidos sobre su seguridad.

Moscú es consciente de cuánto ha cambiado el espíritu político de la época en Israel (como resultado del gobierno radical instalado después de las últimas elecciones israelíes) y, por tanto, de las consiguientes limitaciones a las iniciativas políticas de los Estados occidentales. Observa atentamente los planes de Israel con respecto al sur del Líbano. Rusia se está coordinando con otros estados para evitar el deslizamiento hacia una gran guerra. Según se informa, la visita del presidente Raisi a Moscú la semana pasada se centró en el acuerdo estratégico integral que se está negociando y (según se informa) incluyó la firma de un documento para contrarrestar las sanciones occidentales impuestas a ambos estados.

En términos del orden global emergente, Moscú asumirá la presidencia de los BRICS en enero de 2024. Es a la vez una gran oportunidad para establecer el mundo multipolar de los BRICS en un momento de amplio consenso geopolítico en el Sur Global, y un desafío. también. Moscú percibe la ventana de oportunidad que ofrece su presidencia, pero es muy consciente de que los Estados BRICS están lejos de ser homogéneos. Con respecto a las guerras de Israel, Rusia tiene tanto un influyente lobby judío como una diáspora rusa en Israel que impone ciertos deberes constitucionales al presidente. Es probable que Rusia actúe con cautela en el conflicto entre Israel y Palestina para mantener la cohesión de los BRICS. Algunas formas importantes de innovaciones económicas y financieras surgirán de la presidencia rusa de los BRICS.

Y en términos del «problema de la UE» de Rusia, en contrapunto al llamado «problema de Rusia» de Europa, la UE y la OTAN (post-Maidan) construyeron el ejército ucraniano para convertirlo en uno de los ejércitos más grandes y mejor equipados con la OTAN en Europa. . Después de que Boris Johnson y Blinken vetaran las propuestas de acuerdo entre Ucrania y Rusia de marzo de 2022, y cuando la inevitable guerra más larga e intensa se hizo segura, Rusia se movilizó y preparó sus propias cadenas de suministro logístico. Sin embargo, los líderes de la UE ahora están «cerrando el círculo» al proyectar esta expansión militar rusa (en sí misma una reacción a la intensificación de la OTAN en Ucrania) como evidencia más bien de un plan ruso para invadir Europa continental. En lo que parece un esfuerzo coordinado, los principales medios de comunicación occidentales están buscando cualquier cosa que pueda parecerse remotamente a alguna evidencia de los supuestos «designios» de Rusia contra Europa.

Se está tejiendo este espectro del imperialismo ruso para inculcar miedo entre la población europea y argumentar que Europa debe desviar recursos para preparar su logística para una guerra venidera con Rusia. Esto representa otro giro en ese círculo vicioso descendente de amenaza de guerra que augura malos para Europa. Para Europa no hubo ningún «problema» ruso hasta que los neoconservadores aprovecharon la «apertura» de Maidan para debilitar a Rusia.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico.

FUENTE: https://strategic–culture-su.translate.goog/news/2023/12/11/strategic-reflections-from-moscow/?_x_tr_sl=auto&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es

La guerra de Gaza ha acelerado la cooperación entre los gigantes del Sur Global que se resisten al conflicto respaldado por Occidente. Juntos, los BRICS liderados por Rusia y el Eje de Resistencia liderado por Irán pueden dar forma a un Asia Occidental libre de Estados Unidos.

Por Pepe Escobar para Cradle

MOSCÚ – La semana pasada, el presidente ruso Vladimir Putin hizo una parada notable en los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita para reunirse, respectivamente, con el presidente emiratí Mohammad bin Zayed (MbZ) y el príncipe heredero saudí Mohammad bin Salman (MbS) antes de volar de regreso a Moscú para reunirse El presidente iraní, Ebrahim Raisi. 

Los tres temas clave en las tres reuniones, confirmados por fuentes diplomáticas, fueron Gaza, la OPEP+ y la expansión de los BRICS. Por supuesto, están interrelacionados. 

La asociación estratégica Rusia-Irán  se está desarrollando a una velocidad vertiginosa, junto con Rusia-Arabia Saudita (especialmente en la OPEP+) y Rusia-EAU (inversiones). Esto ya está provocando cambios radicales en la interconexión de la defensa en toda Asia occidental. Las implicaciones a largo plazo para Israel, mucho más allá de la tragedia de Gaza, son crudas.

Putin le dijo a Raisi algo extraordinario en muchos niveles: 

“Cuando volaba sobre Irán, quería aterrizar en Teherán y conocerte. Pero me informó que usted quería visitar Moscú. Las relaciones entre nuestros países están creciendo rápidamente. Por favor, transmite mis mejores deseos al Líder Supremo, quien apoya nuestras relaciones”.

La referencia de Putin a “sobrevolar Irán” se conecta directamente con cuatro armados Sukhoi Su-35 que vuelan en formación, escoltando al avión presidencial a lo largo de 4.000 kilómetros (si se miden en línea recta) desde Moscú a Abu Dhabi, sin ningún aterrizaje ni repostaje de combustible. 

Como observar cada asombrado analista militar, un F-35 estadounidense es capaz de volar, en el mejor de los casos, 2.500 km sin repostar combustible. Sin embargo, el elemento más importante es que tanto MbZ como MbS autorizaron la escolta de los Su-35 rusos sobre su territorio, algo extremadamente inusual en los círculos diplomáticos. 

Y eso nos lleva a la conclusión clave. Con un solo movimiento en el tablero aéreo, combinado con el posterior gol decisivo de Raisi, Moscú cumplió cuatro tareas: 

Putin demostró -gráficamente hablando- que ésta es una nueva Asia Occidental donde la hegemonía estadounidense es un actor secundario; destruyó el mito político neoconservador del “aislamiento” ruso; demostró una amplia supremacía militar; y, por último, a medida que se acerca el inicio de la presidencia de los BRICS, Rusia demostró que conserva todas sus cartas geopolíticas y geoeconómicas cruciales.    

Mátalos, pero suavemente. 

Los cinco BRICS originales, liderados por la asociación estratégica Rusia-China, abrirán sus puertas a tres grandes potencias de Asia occidental: Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos el 1 de enero de 2024. Su adhesión a la potencia multipolar ofrece a estos países una plataforma excepcional. para mercados más amplios, y es probable que acompañe una avalancha de inversiones e intercambios tecnológicos. 

El sofisticado juego a largo plazo que juegan Rusia y China está provocando un cambio tectónico completo en la geoeconomía y la geopolítica de Asia occidental.   

El liderazgo de los BRICS 10 –teniendo en cuenta que el undécimo miembro , Argentina, por el momento, es, en el mejor de los casos, un comodín– incluso tiene el potencial, bajo una presidencia rusa, de convertirse en una contraparte efectiva de la ineficaz ONU. 

Y eso nos lleva a la compleja interacción entre los BRICS y el Eje de Resistencia.

Al principio, había razones para sospechar que la suave condena  del genocidio en Gaza por parte de la Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica (OCI) era una señal de cobardía. 

Sin embargo, una evaluación renovada puede revelar que todo está evolucionando orgánicamente cuando se trata de la intersección del panorama general diseñado por el difunto comandante iraní de la Fuerza Quds, el general Qassem Soleimani, con la meticulosa microplanificación del líder de Hamás en Gaza, Yahya. Sinwar, que conoce la mentalidad israelí en el interior. y demostró en detalle su devastadora respuesta militar. 

Podría decirse que el foco más incandescente de las discusiones detalladas en Moscú estos últimos días es que podemos estar acercándonos al punto en el que “una señal” desatará una respuesta concertada del Eje de Resistencia.

Por el momento, lo que tenemos son ataques esporádicos: Hezbollah destruyendo las torres de comunicación de Israel frente a la frontera sur del Líbano, las fuerzas de resistencia de Irak atacando bases estadounidenses en Irak y Siria, y Ansarallah de Yemen bloqueando concretamente el Mar Rojo. para los barcos israelíes. Todo esto no constituye todavía una ofensiva concertada y coordinada. 

Y eso explicaría la desesperación dentro de la administración Biden en Washington, junto con los rumores de que necesita que Israel termine el Plan Gaza entre Navidad y principios de enero. No sólo la óptica global del ataque a Gaza se ha vuelto terriblemente insostenible, sino que, sobre todo, una campaña militar más aumenta dramáticamente la probabilidad de una “señal” al Eje de Resistencia. 

Y eso resultará en el fin de todos los planos elaborados de la Hegemonía para Asia Occidental. 

Los objetivos geopolíticos del sionismo son bastante claros: restablecer su aura de dominio autoconstruida en Asia occidental y mantener un control constante sobre la política exterior estadounidense y la alianza militar. 

La depravación es un componente clave para lograr estos objetivos. Es muy fácil bombardear, bombardear y quemar objetivos civiles ultrablandos, incluidos miles de mujeres y niños, convirtiendo Gaza en un gran cementerio, mientras el White Man’s Burden Club insta a las fuerzas de ocupación israelíes a matarlos, por supuesto, pero de forma más silenciosa. . . 

La señal es que la tóxica atlantista y presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ofreció sobornos, en persona, a los líderes de Egipto y Jordania (10 mil millones de dólares a El Cairo y 5 mil millones de dólares a Ammán) , como lo confirmaron los diplomáticos de Bruselas. Ésa es la abrumadora solución de la UE para detener el genocidio de Gaza.  

Todo lo que el presidente egipcio Abdel Fattah el-Sisi y el rey jordano Abdullah bin al-Hussein tendrían que hacer es “facilitar” el éxodo forzado y la limpieza étnica final de Gaza hacia sus respectivos territorios. 

Porque el objetivo escatológico del sionismo sigue siendo una Solución Final pura, pase lo que pase en el campo de batalla. Y, por supuesto, como sugiere la operación Inundación de Al-Aqsa encabezada por Hamas el 7 de octubre, destruir la Mezquita Islámica de Al-Aqsa en Jerusalén y construir un Tercer Templo judío sobre sus cenizas.  

¿Qué pasa cuando llega “la señal”? 

Así que lo que tenemos es esencialmente el plan de Emigración o Aniquilación del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, frente a lo que el veterano experto en Asia occidental Alastair Crooke ha acuñado memorablemente como “Sykes-Picot está muerto”. Esa frase significa que la inclusión de árabes e iraníes en los BRICS eventualmente reescribirá las reglas en Asia occidental, en detrimento del proyecto sionista.  

Incluso existe una gran posibilidad esta vez de que los crímenes de guerra certificados por Israel en Gaza sean procesados, a medida que palestinos, árabes y naciones de mayoría musulmana, con pleno apoyo de los BRICS, formen una comisión reconocida por el Sur Global para tomar Tel Aviv y sus fuerzas armadas. a los tribunales.

Olvídese de la contaminada IPC, por más servil que siga siendo ante el orden basado en reglas de la Hegemonía. Los BRICS ayudarán a que el derecho internacional vuelva al primer plano de la escena mundial, como se pretendía cuando nació la ONU en 1945, antes de ser castrada.

El genocidio de Gaza también está obligando a todas las latitudes del Sur Global a ser más inclusivas, como a profundizar en la sabiduría de nuestra historia premoderna común y entrelazada. Todo aquel que tiene conciencia se ha visto obligado a profundizar en sí mismo para encontrar explicaciones a lo Inexcusable. En este sentido, ahora todos somos palestinos.  

Tal como están las cosas, no hay poder: Occidente porque lo rechaza; los BRICS y el Sur Global porque aún no han hecho su jugada- ha sido capaz de detener una Solución Final llevada a cabo por una ideología racista y etnocentrista. 

Sin embargo, eso también abre la sorprendente posibilidad de que ningún poder sea lo suficientemente fuerte como para detener al Eje de Resistencia cuando llegue la “señal” de bajar el telón sobre el Proyecto Sionista. Para entonces, el Eje tendrá un imperativo moral supremo, reconocido e incluso instalado por las poblaciones de todo el mundo.

Así que ahí es donde estamos ahora: evaluando la incandescente simetría entre impotencia e imperativo. Se romperá el estancamiento, tal vez antes de lo que todos esperamos. 

Esto evoca una comparación con un punto muerto anterior. El actual impasse entre una versión perversa y de mala calidad de la “civilización” hebraica y el nacionalismo islámico emergente –llamémoslo “Islam civilizacional”– refleja dónde estábamos en diciembre de 2021, cuando los tratados propuestos por Rusia sobre la “indivisibilidad de la seguridad” ”fueron rechazados. por Washington. En retrospectiva, esa fue la última oportunidad para una salida pacífica al enfrentamiento entre Heartland y Rimland. 

El Hegemón lo rechazó. Rusia hizo su jugada y aceleró exponencialmente el declive de la hegemonía. 

La canción sigue siendo la misma, desde las estepas del Donbás hasta los campos petrolíferos de Asia occidental. ¿Cómo puede el Sur Global multipolar –representado cada vez más por los BRICS ampliados– gestionar un Occidente imperialista furioso, temeroso y fuera de control que mira hacia el abismo del colapso moral, político y financiero?    

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de The Cradle y de Dossier Geopolitico.

FUENTE https://new-thecradle-co.translate.goog/articles/brics-and-the-resistance-axis-a-convergence-of-goals?_x_tr_sl=auto&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es

¡¡ 2023 HA SIDO EL MÁS TERRIBLE AÑO DE GENOCIDIOS Y GUERRAS PROXY DE TODO EL SIGLO XXI !!

Así lo afirma el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, destacando la paradoja que este año que finaliza coincide con el período de mayor vigencia de organismos y de leyes internacionales que -supuestamente- deberían frenar, condenar y castigar semejantes atrocidades. Pero que por el contrario han vuelto a fracasar vergonzosamente. Con lo que se desnuda la fatal realidad de que si el imperio anglo sajón es el primer y activo promotor de estas desgracias motivadas por sus profundos intereses económicos y geopolíticos en el mundo, y es a la vez el que controla y maneja estos organismos mundiales, no es difícil deducir los motivos por los que los tan ineptos burócratas “de la paz mundial” opten siempre por el cero accionar, con la complicidad de los grandes medios.

Y en ese análisis del 2023, aborda Pereyra Mele el espantoso genocidio palestino a manos del Estado de Israel con la evidente complicidad de EEUU y Europa, también analiza la agonía de Ucrania y su catástrofe humanitaria, poblacional y generacional y cuya derrota ya la reconocen en Occidente, quién a su vez, fue instigador y promotor de tan ruinosa “guerra Proxy”. Nos da cuenta además de la nueva activación del ISIS por parte de la CIA para desestabilizar el Sahel Africano, de donde fueron expulsadas las corruptas empresas europeas con sus métodos esclavistas. Nos habla de la limpieza étnica de Azerbaiyán sobre Nagorno Karabaj, otra en Sudán del Sur con persecución de minorías tribales, el desalojo y exterminio de grupos étnicos en Etiopía y las acciones militares en El Congo contra grupos de tribus.

En cuanto a la actualidad, se refiere en primer lugar al año complicadísimo de Argentina, con su profundo cambio político que lo llevará al aislamiento internacional, tal cual lo demuestran las escasas figuras políticas de peso global que asistieron a la asunción del nuevo presidente, además de los terribles planes económicos anunciados que auguran una grave hecatombe social y humana. También nos habla de la intensa actividad de Putin, con su espectacular viaje a Arabia Saudita y Emiratos, luego de su reunión con el presidente de Irán y el encuentro con las autoridades de Omán, lo cual demuestra que ni Rusia ni Putin están aislados como cuenta el falso relato occidental. Todo ello para establecer nuevos lazos y nuevos acuerdos de índole militar y económico y sobre todo, para profundizar la estrategia sobre los recursos energéticos, teniendo como telón de fondo a los BRICS y su nueva etapa que se inicia el próximo 1º de Enero.

Y concluye el audio con que se continúan produciendo gigantescos cambios a nivel internacional y en el sur global, los cuales Occidente quiere ocultar, especialmente para no asumir la pendiente y el retroceso de los poderes atlantistas encabezados por el poder anglo norteamericano, que marcan el fin histórico de un ciclo imperial y que definen el nuevo ordenamiento mundial de la multipolaridad.

Eduardo Bonugli (Madrid, (10/12/24)

People are seen in front of clouds of black smoke from fires in the aftermath at the scene of an airstrike in Mekele, the capital of the Tigray region of northern Ethiopia. (AP Photo)

Republica Democratica del Congo