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Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

En 2015, Yemen, un país desconocido para muchos en Occidente, inició una guerra en defensa de su soberanía que estaba siendo amenazada por una alianza intervencionista liderada por Arabia Saudí.  El pueblo yemení tuvo que pagar con la vida de casi 400 mil de sus hijos para mantener su independencia. Muchas personas se han preguntado cómo ha sido posible que un país considerado el más pobre de Asia occidental haya sido capaz de resistir y vencer a una coalición formada por algunos de los países más ricos del planeta. 

Aunque el conflicto se ha prolongado por casi una década, parece haber llegado a una situación que podría llevar a un posible cese del mismo. Si bien se mantiene una situación tensa y acciones bélicas de diferente índole, ha habido una reducción de las acciones militares en los últimos meses.  Ya no es una guerra total, pero tampoco ha llegado la paz. Bajo mediación de China, Arabia Saudí e Irán se reconciliaron, allanando el camino para la superación de varios conflictos en el Asia Occidental y el norte de África. Aparentemente, el de Yemen es uno de ellos.

Ahora, tras la invasión israelí a Gaza, Yemen, junto al movimiento libanés Hezbollah y otras fuerzas revolucionarias árabes y musulmanas han asumido un papel activo en solidaridad con Palestina. Una vez más, Yemen ha sorprendido a todos al tomar decisiones que no solo tienen impacto local, también regional y global. De nuevo, el mundo se ha preguntado cómo ha sido posible que ello ocurriera. En dos entregas, voy a dar a conocer algunos elementos que le permitan a los lectores conocer a Yemen, saber de la histórica lucha y el heroísmo de su pueblo a fin de ayudar a entender el alcance y la dimensión de la decisión yemení de apoyar con todos los recursos a su alcance la justa lucha del pueblo palestino. 

 La república de Yemen está ubicada en un lugar estratégico del planeta, en una región de confluencia de rutas comerciales que conectan Asia, la zona oriental de África y el Mediterráneo. Su territorio, situado en las costas del mar Arábigo y a las puertas del mar Rojo, domina el estrecho de Bab el Mandeb, colocándolo en un lugar privilegiado del globo terráqueo  sobre todo a partir del siglo XX cuando, por una parte se descubrieron en la región grandes yacimientos de energía (petróleo y gas) y por la otra, al considerar el enorme crecimiento económico y desarrollo de Asia Oriental que transformaron a Yemen en paso obligado de la mayor parte del comercio mundial.

Las antiguas ciudades del territorio se unificaron en la antigüedad en el bíblico reino de Saba. Ya desde ese momento comenzó la lucha de los habitantes de la actual superficie yemení por su liberación e independencia, al tener que enfrentar al imperio romano en el siglo I de nuestra era. La poderosa Roma fue derrotada en su intento de dominación.

A diferencia del resto de la península arábiga, el actual Yemen poseía una vegetación prodigiosa que le proporcionaba grandes riquezas a su población por las grandes posibilidades de consumo y comercio que ofrecía. Así, se le atribuye al matemático griego Ptolomeo la denominación de Yemen como la “Arabia feliz”.

En el transcurso de la historia, los yemeníes tuvieron que luchar con himyaritas que desde su religión judía persiguieron a la mayoritaria población cristiana hasta la intervención de los etíopes en el siglo VI. El islamismo llego a la región durante el siglo VII comenzando a configurar una cultura que se sustentaba en la imbricación de variados saberes que hicieron grandes aportes a la humanidad.

No obstante, durante muchos siglos, Yemen se mantuvo al margen del desarrollo cultural y económico que estableció el islam. Fue en el siglo XV cuando el territorio del actual Yemen comenzó a cobrar valor estratégico. En su afán de expansión comercial, los europeos iniciaron la dominación de territorios a lo largo y ancho del planeta. Los primeros europeos en llegar a la región fueron los portugueses que dominaron al país a fin de controlar la vía marítima que les permitía el comercio de especies desde Asia a Europa a través del mar Rojo. 

 En el siglo XVI se inició la conquista otomana con la ocupación de algunos lugares en la costa del mar Rojo, mientras el interior del país y la costa sur permanecieron independientes, gobernados por un imán. Poco después los ingleses hicieron su aparición en la zona, al instalar un puesto de la Compañía de las Indias en el puerto de Moka en el mar Rojo.  

En el siglo XIX los británicos expandieron su presencia al ocupar todo el extremo sudoccidental instalándose en 1839 en Adén, el mejor puerto de la región al mismo tiempo que en 1872 los turcos consiguieron consolidar el dominio en el interior del país, para lo cual instalaron de facto una monarquía hereditaria en el nombre de un imán local. Esta división hizo de hecho, que Yemen se partiera en dos países

Hacia 1870, con la inauguración del Canal de Suez y la consolidación del dominio turco sobre el norte de Yemen, Adén adquirió nueva importancia para la estrategia global británica: era la llave del mar Rojo y, por lo tanto, del nuevo canal.

A principios del siglo XX, Turquía y el Reino Unido marcaron una frontera entre sus territorios, que pasaron a llamarse Yemen del Norte y Yemen del Sur, respectivamente.  En 1934 Inglaterra se aseguró el control de todo el sur del país, hasta la frontera con Omán. 

Durante la Primera Guerra Mundial, el Imán se alió con el Imperio Otomano y se mantuvo fiel a él hasta el fin de la guerra, cuando la derrota de los turcos, le permitió a Yemen recuperar su independencia en noviembre de 1918. No obstante, Gran Bretaña, tras reconocer la independencia de Yemen, en 192, convirtió a Adén en un protectorado y en 1937 en colonia. Una vez más los yemeníes tuvieron que recurrir a la lucha armada por la independencia. En 1940 surgió el movimiento nacionalista “Yemen Libre” para luchar contra el control del país por los imanes que se habían aliado con Gran Bretaña. 

La lucha tomó caminos separados en el norte y en el sur. En 1962 en el norte se creó la República Árabe de Yemen mientras, mientras que en el sur, el Frente de Liberación Nacional, creado en 1963, tomó Adén en 1967 y proclamó la independencia, iniciando una revolución socialista.

Yemen del Sur pasó a llamarse República Democrática Popular del Yemen, clausuró todas las bases británicas en 1969, tomó control de la banca, el comercio exterior y la industria naval, al mismo tiempo que emprendió una reforma agraria. En política exterior, mantuvo una estrecha alianza con la Unión Soviética. Así mismo , promovió una abierta lucha anti sionista y de apoyo al pueblo palestino.

En octubre de 1978, en un congreso que contó con considerable apoyo de la población, el Frente de Liberación Nacional fundó el Partido Socialista de Yemen. En diciembre se realizó la primera elección popular desde la independencia, para designar a los 111 integrantes del Consejo Revolucionario del Pueblo.

Desde los primeros años de su existencia,  la República Democrática Popular de Yemen, el país tuvo que enfrentar la permanente hostilidad de Arabia Saudí que aspiraba a controlar partes del territorio, precisamente aquellas en las cuales se habían descubierto yacimientos de petróleo. Las tensiones se agravaron ante la creciente presencia militar estadounidense en Arabia Saudita.

Mientras tanto, en el norte, el Frente Nacional Democrático (FND), que agrupaba a todas las fuerzas progresistas del país desarrollaba la lucha armada contra Alí Abdullah Saleh, que había llegado al gobierno en 1978. Cuando el FND estaba a punto de tomar el poder, Arabia Saudí intrigó para que el conflicto se desviara hacia una guerra contra la República Popular Democrática de Yemen. La mediación de algunos países árabes propiciaron un alto al fuego y un acuerdo por el cual se reanudaron las negociaciones para la reunificación, suspendidas desde 1972.

Finalmente, el 22 de mayo de 1990, ambas repúblicas se unieron formando la República del Yemen que estableció que la capital política fuera Sana’a (ex capital de la República Árabe de Yemen) y se designó capital económica a Adén (ex capital de la República Democrática Popular del Yemen). En sesión conjunta de las Asambleas Legislativas de ambos Estados realizada en Adén, se eligió un Consejo Presidencial dirigido por el general Alí Abdullah Saleh. La unificación de Yemen no fue bien vista por Arabia Saudí por lo que inició una política de apoyo a la secesión. En mayo de 1994, los secesionistas proclamaron una república de Yemen en el sur del país, pero fueron derrotados por fuerzas leales al gobierno.

Entre junio y agosto de 2004 hizo su irrupción un movimiento que expresaba las creencias de una rama específica del islam de orientación chií:  los zaiditas, cuyo líder era el clérigo Hussein al-Houthi. En honor a él, tras su muerte en combate en septiembre de ese año, el movimiento asumió la denominación de hutí, huthi o Ansarolá (partidarios de Dios). Aunque esta corriente es expresión de una minoría en Yemen, su historia no es reciente, se remonta a mediados del siglo VIII. El zaidismo se identifica por una mayor preparación de sus miembros y está asociado a la lucha por la justicia y a la defensa de la ética musulmana. Esta ideología, sumada a la posición de marginalidad a la que se vieron sometidos después de perder el poder en 1962, vendría a conformar el sustrato en el que se desarrollaría el pensamiento hutí a futuro 

La lucha de los hutíes contra el gobierno prooccidental y pro saudí de Alí Abdullah Saleh fue larga y sangrienta. Debieron acudir a las armas en cinco ocasiones entre 2006 y 2008 en defensa de su territorio en el norte del país hasta que comenzaron a ensanchar su base de apoyo y el espacio geográfico bajo su control. En 2009, Saleh intentando detener a los hutíes, recurrió al apoyo de Arabia Saudí. 

Para los hutíes, el hecho de que un país como Arabia Saudí de corriente wahabí, extremadamente conservadora,  estuviera presente y se inmiscuyera en los asuntos del país fue visto como una amenaza a la soberanía de la nación en general y a la suya como minoría en particular. A partir de ese momento, su lucha, que tenía un carácter estrictamente interno, se transformó en enfrentamiento contra la intervención extranjera.

Aunque en un primer instante los combatientes hutíes sufrieron duras derrotas, incluyendo  (como se dijo antes ) la caída de su máximo líder, se fueron fortaleciendo en el tiempo y a partir de 2011, bajo el nuevo liderazgo del hermano menor de al-Houthi, Abdul Malik, comenzaron a propinar importantes reveses al enemigo. La retórica antiimperialista y antisionista se fortificó al identificar a Arabia Saudí como socio ejecutor de los planes de Estados Unidos e Israel en la zona.

La mal llamada “primavera árabe” tuvo especial influencia en el crecimiento del apoyo al pensamiento hutí en su lucha contra el gobierno represivo de Saleh. En Yemen el movimiento telúrico que agitó a parte importante del mundo árabe, tuvo una respuesta mucho más organizada que en los países vecinos. Ante la fuerza de las protestas, Saleh huyó del país y se refugió en Arabia Saudí siendo reemplazado por su vicepresidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, que intentó poner orden en el país al llegar a un acuerdo con facciones opositoras a Saleh “para cambiar todo sin cambiar nada”, dejando por fuera al movimiento hutí.

A finales de 2014, los hutíes decidieron iniciar la ofensiva sobre la capital. En este contexto, Saleh – sorpresivamente en un intento por recuperar el poder- estableció una alianza con los hutíes para enfrentar a Hadi. Los hutíes, que no habían apoyado los acuerdos de paz suscritos por Hadi, se aliaron con el que fuera su mayor enemigo para tomar la capital. La Guardia Republicana, fuerza leal a Saleh, favoreció la entrada de los hutíes a Sana’a. Hadi huyó a Riad, la capital saudí, desde donde “dirige” los territorios aún no controlados por Ansarolá, actuando en realidad como un títere de la monarquía wahabí. 

Ya en el poder, los hutíes formaron un Comité Revolucionario para dirigir el país.  Así mismo, se vieron obligados a combatir simultáneamente con las fuerzas terroristas de Al Qaeda y con Arabia Saudí que los protege. 

Saleh consideró que los hutíes no habían cumplido los acuerdos que según él,  significaban que debía asumir el poder nuevamente y con apoyo saudí,  se volvió contra ellos. Al consumarse la traición, los hutíes atacaron la casa de Saleh, ajusticiándolo en la acción.

Desde Riad, Hadi pidió la intervención saudí en Yemen. Ante tal solicitud, la monarquía saudí organizó una coalición de países suníes para lanzar en 2015 la operación “Tormenta Decisiva”, estructurada a partir de ataques aéreos sobre los principales enclaves controlados por los hutíes que se saldaría con miles de muertos 

Esa acción que fue prevista como una ofensiva definitiva para hacerse con el control del país, a fin de lanzar una segunda operación denominada “Restaurar la Esperanza” centrada más en el acercamiento diplomático. En realidad, la actividad bélica no cesó en ningún momento, al contrario, las acciones terrestres, aéreas y marítimas de la alianza se vieron reforzada por un bloqueo naval que impidió la entrada de ayuda internacional, sumiendo al país en la peor crisis humanitaria de la historia hasta que se desataron las actuales acciones sionistas en Gaza ambas con apoyo explícito de Estados Unidos. 

Los hutíes haciendo uso de un amplio margen de maniobra sustentado en un mayor y mejor conocimiento del terreno y esgrimiendo tácticas de guerra de guerrillas inspirados -según ellos- en la lucha de liberación de Vietnam y “los movimientos de resistencia en América Latina”, demostraron gran capacidad para golpear a un ejército invasor sin disposición ni moral de combate y carentes de disciplina y motivación para la batalla. Así mismo, la amplia procedencia de los soldados de la coalición que ha incluido la participación de un muy numeroso contingente de mercenarios contratados por empresas privadas, han mermado la capacidad combativa de la alianza vanguardizada por Arabia Saudí

Riad recibió contundentes golpes incluso en su propio territorio, cuando las operaciones combativas de Ansarolá se trasladaron a la profundidad de la geografía saudí a través de un avanzado sistema de ataque a partir de drones y misiles de largo alcance que alcanzaron cuarteles de las fuerzas armadas, refinerías de petróleo y obras de infraestructura crítica a distancias muy lejanas de la frontera común. 

CONTINUARÁ

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Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico

Estrecho de Bab el Mandeb

Por Alastair Crooke

El abrazo de Biden termina dando a Israel una “luz verde” condicional para casi todos sus proyectos, salvo los colonos pirómanos en Cisjordania.

Un tema importante de la Ilíada de Homero –que de algún modo parece tan fresco y vívido hoy como cuando se escribió por primera vez– es su descripción de cómo ni siquiera los estados más grandes de la civilización occidental logran recuperar lo que pierden. “Los intentos de reparar una pérdida sólo conducen a más pérdidas”, escribe Emily Wilson en su introducción a la Ilíada (2023). «La pérdida nunca se puede recuperar».

Mientras Wilson expone su historia, no se puede escapar a la analogía con la actualidad: con un Biden que busca recuperar la «reputación» estadounidense ( Kleos en griego ) . También en el caso de los líderes del mundo antiguo, el objetivo de lograr un kleos eterno recorre el poema.

Hoy podríamos referirnos a ello como el «legado» de cada uno. En la Ilíada es definitorio y brinda a los líderes mortales la oportunidad de vivir después de la muerte con honor y gloria. Para el equipo Biden, se suponía que Ucrania sería su Troya. Rusia, al igual que Héctor, fue engañada para pelear y (y como esperaba el equipo Biden) muere bajo los muros de Troya.

Pero en el mundo actual las cosas no funcionan así. Y ahora Estados Unidos enfrenta la humillación de una clara victoria rusa en Ucrania y de un liderazgo ruso colectivo que dice que tiene la intención de recuperar todas las tierras y ciudades que eran culturalmente rusas. Ucrania occidental, dicen, puede ir «a donde quiera».

Los hechos militares sobre el terreno son implacables y no se pueden deshacer. Pero la Casa Blanca espera conservar un poco de kleos simplemente haciendo que las fuerzas ucranianas dejen de luchar y vuelvan a las líneas defensivas, pero sin decir nunca «derrota». El componente cinético del conflicto apenas funcionaría a bajas revoluciones. Y, como ha escrito Gideon Rachman en el Financial Times , “cambiar la narrativa a una de [insistir repetidamente] en que Putin ha fracasado”. El objetivo es que Washington pueda “robar” silenciosamente.

Bueno, hay dos grandes problemas: primero, Rusia no está de acuerdo; no concuerda en absoluto. Y en segundo lugar, Zelensky y sus asociados fueron gravemente engañados. No en este caso, por la diosa Atenea, sino por los mortales señores Johnson y Blinken.

En marzo de 2022, en Estambul, Zelensky y sus negociadores llegaron a un acuerdo con Rusia. Pero ese acuerdo «fue destruido» cuando Boris Johnson instó a Zelensky a seguir luchando y a ganar su parte del «honor y la gloria» participando en el asesinato del agresor ruso.

“El tiempo que sea necesario y lo que sea necesario”, fue el solemne ‘juramento’. Es decir, por así decirlo, a Zelensky se le prometió un control abierto y cualquier armamento necesario…

Entonces, ¿qué pasó con lo que ya no existe?

Si esto fuera la Ilíada , la trama se centraría, al menos en parte, en la decepción de Zelensky por su pequeña «porción de vida». Wilson escribe :

“Muchas de las palabras de la Ilíada a menudo se traducen como fortuna o destino; literalmente, sugieren que recibimos una porción o parte… Es como si hubiera un lado entero de carne de res que fuera una cantidad de vida humana y cada uno de nosotros recibiera una parte. porción particular de ella, tanto el tiempo que estaremos vivos como también nuestra porción de honor y gloria”.

Zelensky habrá querido una porción de honor para compensarlo por el destino que le ha repartido su parte actual de la vida de manera injusta (es decir, habiendo sido engañado por garantías británicas y estadounidenses).

La humillación pública que ahora sufre Zelensky ya no se verá compensada por una gran parte de la gloria obtenida a través de un Moscú vencido. En el tono homérico, esto sienta las bases para un acto de venganza contra Biden: la publicación del «acuerdo».

Cuando estos detalles surjan –como seguramente lo harán (haciendo eco quizás de las misteriosas y reputacionalmente explosivas cartas de Churchill en tiempos de guerra que insinúan a Mussolini algún resultado final al estilo kleos )– entonces la “narrativa de la victoria” puede agriarse por la insistente pregunta: Decenas De miles de jóvenes ucranianos han tenido que morir entre marzo y ahora… ¿para qué?

El otro tema de la Ilíada es el de la preciada facilidad de los mêtis. Se podría pensar que es la «astucia» (o la astucia de larga experiencia) de la que Biden se enorgullece tanto: si sucede algo inesperado y usted reacciona (inconscientemente) justo en el momento , entonces, al mostrar mêtis , recibe un tipo especial de gloria, en comparación con la que se obtiene con el trabajo pesado de las campañas geopolíticas.

El 7 de octubre, Hamás salió disparado de su recinto en Gaza.

Según se informa, Biden se considera a sí mismo como alguien que tiene «la inteligencia» sobre Netanyahu. Sabe que Netanyahu piensa manipular a Biden, pero este último cree que está conteniendo a Netanyahu y adelantando sus planes manteniéndolos bajo estrecha vigilancia de Estados Unidos.

Pero una «luz verde» es una luz verde.

Y, en esencia, la aceptación de Biden termina dando al gabinete israelí una “luz verde” condicional para casi todos sus proyectos, salvo los colonos pirómanos en Cisjordania.

La operación militar de Israel en Gaza está fracasando visiblemente, aunque se prevé que los bombardeos aéreos continúen durante las próximas semanas. Nunca tuvo una lógica militar, y esto se está volviendo evidente para muchos israelíes. Gaza ya es un monumento a la inhumanidad y al sufrimiento insensibles. La situación empeorará, pero los habitantes de Gaza resistirán y se mantendrán desafiantes.

Y la operación militar israelí contra Hezbolá también tiene “luz verde”, aunque sólo cuando el esfuerzo diplomático de Hochstein para empujar a un Hezbolá desarmado de regreso detrás del río Litani (como era de esperar) fracase. ¿Qué está pensando la Casa Blanca? ¿Recuerdan la guerra de 2006? ¿Entienden cuán formidable adversario se ha convertido Hezbolá? ¿No ven cómo Israel está provocando a Hezbolá e Irán?

¿Podrá Biden recuperar la posición de Estados Unidos de esta manera –con la “limpieza” en Gaza; erupciones en Cisjordania; ¿Y se avecina una guerra con Hezbolá? Biden claramente quiere que le corresponda una porción de honor que compense la humillación que sufre por parte de Netanyahu. Entonces tiene que seguir adelante.

Emily Wilson nos recuerda: “Los intentos de reparar una pérdida (como la de Ucrania) históricamente conducen a más pérdidas: la pérdida nunca puede recuperarse por completo”.

No obstante, la política estadounidense de «abrazar y cuestionar» está llevando a Israel hacia una elección binaria: tres guerras militares internas en las que Israel corre el riesgo de ser humillado o recurrir al desplazamiento de su población (la opción de la Naqba , favorecida por un número cada vez mayor de israelíes). La «solución» de dos Estados no es una opción en el presente (ni nunca).

En cuanto a la opción de la Naqba , la enormidad moral de tal política requeriría que la nación judía estuviera absolutamente segura de su terreno. ¿Lo es? A pesar de los elevados niveles de ira, obras como La invención del pueblo judío de Shlomo Sand, profesor emérito de Historia en la Universidad de Tel Aviv, deben al menos generar una corriente de inquietud y debate.

Sin embargo, la situación no es de raciocinio, sino de irracionalidad que lo consume todo.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico

POR MK BHADRAKUMAR DE SU SITIO INDIAN PUNCH LINE

Un soldado ruso victorioso patrullando en el asentamiento de Maryinka en Donetsk, Ucrania, que fue liberado el 25 de diciembre de 2023.

La operación militar especial de Rusia en Ucrania está entrando en una nueva fase. El presidente Vladimir Putin disipó la niebla de guerra e insinuó lo que se puede esperar en el futuro en un discurso histórico en el Centro de Control de Defensa Nacional mientras se dirigía a una reunión de la Junta del Ministerio de Defensa de Rusia el 19 de diciembre. 

Rusia ha ganado ventaja en la guerra por poderes mientras Estados Unidos lucha por recrear una nueva narrativa. Para Putin, este es un momento de triunfo en el que no tiene motivos para aprovechar la niebla de guerra en Ucrania, mientras que, para el presidente Biden, la niebla de guerra sigue sirviendo a un útil propósito de disimulo en las elecciones cruciales que se avecinan, en las que busca un segundo mandato. 

El discurso de Putin rezumaba un humor optimista. La economía rusa no solo ha recuperado el impulso que tenía antes de 2022, sino que se está acelerando hacia una tasa de crecimiento del 3,5% para fin de año, marcada por un aumento de los ingresos y el poder adquisitivo de millones de sus ciudadanos y un aumento del nivel de vida. El desempleo está en su punto más bajo de todos los tiempos y Rusia ha rechazado las sanciones occidentales y los intentos de aislarla en el ámbito internacional. 

El leitmotiv del discurso de Putin es que se trata de una guerra que Rusia nunca buscó sino que le fue impuesta por Estados Unidos. Putin había enumerado el año pasado en febrero cinco objetivos bien definidos de la operación militar rusa: seguridad de la población rusa; desnazificación de Ucrania; desmilitarización de Ucrania; luchar por un régimen amistoso en Kiev; y la no admisión de Ucrania en la OTAN. Por supuesto, se trata de objetivos entrelazados. Estados Unidos y sus aliados lo saben, pero siguen fingiendo lo contrario y su enfoque en la guerra por poderes ha sido una victoria militar y un cambio de régimen en Rusia. 

El mensaje de Putin es que cualquier nueva narrativa occidental sobre la guerra está condenada a correr la misma suerte que la anterior a menos que haya realismo en que Rusia no puede ser derrotada militarmente y se reconozcan sus intereses legítimos. 

El quid de la cuestión es que Occidente siempre percibió a Ucrania como un proyecto geopolítico dirigido a Rusia. Hoy en día, incluso con la derrota a la vista, la prioridad de Occidente reside en obligar a Rusia a aceptar un alto el fuego sobre la base de la línea de contacto existente, sin ninguna obligación geopolítica o estratégica por parte de Washington o de la alianza transatlántica, que, de hecho, de facto, significaría dejar la puerta al rearme del maltrecho ejército ucraniano y al ingreso de Kiev a la OTAN por la puerta trasera. 

Baste decir que la desacreditada agenda de utilizar a Ucrania como un peón para llevar a cabo la política antirrusa de Occidente todavía está muy presente. Pero Moscú no caerá en la trampa de Estados Unidos por segunda vez, arriesgándose a otra guerra que pueda estallar en el momento que conviene a la OTAN. 

Como era de esperar, el discurso de Putin prestó gran atención a acelerar la industria de defensa rusa para hacer frente a cualquier exigencia militar que pudiera surgir. Pero hacia el final de su discurso, Putin también se refirió a las opciones político-militares de Rusia dadas las circunstancias. 

En el lado militar, claramente, Rusia llevará adelante la guerra de desgaste hasta su fin lógico: empujar al ejército ucraniano a un callejón sin salida estratégico, lo que significaría buscar mejoras tácticas a lo largo de la línea del frente, socavar el potencial económico de Ucrania, infligir pérdidas militares y impulsar la propia industria de defensa de Rusia en una escala que incline el equilibrio de fuerzas para contrarrestar cualquier aventura militar de la OTAN. 

En última instancia, afirmó Putin, Rusia está decidida a recuperar los “vastos territorios históricos, los territorios rusos, junto con la población” que los bolcheviques transfirieron a Ucrania durante la era soviética. Sin embargo, hizo una distinción importante con respecto a las “tierras occidentales” de Ucrania (al oeste del Dnieper) que son un legado de la Segunda Guerra Mundial sobre las cuales podrían haber reclamos territoriales de Polonia, Hungría y Rumania, que al menos en el caso de Polonia también está vinculada a la transferencia de “tierras del este de Alemania, el Corredor de Danzig y la propia Danzig” tras la derrota del Tercer Reich. 

Putin tomó nota de que “la gente que vive allí (oeste de Ucrania) –muchos de ellos, al menos, lo sé con seguridad, al 100 por ciento– quieren regresar a su patria histórica. Los países que perdieron estos territorios, principalmente Polonia, sueñan con recuperarlos”. 

Dicho esto, curiosamente, Putin simplemente se lavó las manos ante cualquier disputa territorial que pudiera surgir entre Ucrania y sus vecinos orientales (todos los cuales son países de la OTAN). De cara al futuro, esto será una lata de gusanos para Estados Unidos. Recientemente, el jefe de inteligencia de Rusia, Sergey Naryshkin, utilizó una poderosa metáfora, advirtiendo que Estados Unidos podría enfrentar un “segundo Vietnam” en Ucrania que lo perseguirá durante mucho tiempo. 

La conclusión, tal como la planteó Putin, es la siguiente: “La historia pondrá todo en su lugar. Nosotros (Moscú) no interferiremos, pero no renunciaremos a lo que es nuestro. Todo el mundo debería ser consciente de esto: aquellos en Ucrania que tienen una disposición agresiva hacia Rusia, Europa y Estados Unidos. Si quieren negociar, que lo hagan. Pero lo haremos sólo en función de nuestros intereses”.

Putin concluyó diciendo que si el árbitro final es la destreza militar, eso explica por qué Rusia se está centrando en unas “Fuerzas Armadas fuertes, confiables, bien equipadas y debidamente motivadas” respaldadas por una economía fuerte y “el apoyo del pueblo multiétnico”. de Rusia.» 

Existe una gran probabilidad de que las operaciones militares rusas avancen más hacia el oeste, hacia el Dnieper, en los próximos meses, mucho más allá de los cuatro nuevos territorios que se unieron a la Federación Rusa el año pasado: Luhansk, Donetsk, Zaporozhia y Kherson. En ausencia de cualquier acuerdo negociado, Rusia puede optar por “liberar” unilateralmente aquellas regiones del sur de Ucrania que históricamente formaron parte de Rusia, que presumiblemente incluirían Odessa y toda la costa del Mar Negro, o Jarkov, al norte de la región de Donbass. 

Rusia espera que la capacidad de combate de las fuerzas ucranianas disminuya drásticamente en un futuro próximo y el ejército ya se enfrenta a dificultades para conseguir nuevos reclutas. Es decir, durante el próximo año, el equilibrio de fuerzas en el frente cambiará debido a las grandes pérdidas del ejército ucraniano y la caída de la ayuda occidental y, en algún momento, las defensas de Ucrania comenzarán a desmoronarse.     

Los recientes avances de Rusia en operaciones militares (por ejemplo, Soledar, Artyomovsk (Bakhmut), Avdeevka, Maryinka, etc.) ya atestiguan un cambio en el equilibrio de fuerzas entre los dos ejércitos. Este cambio se acelerará aún más a medida que el complejo militar-industrial de Rusia esté funcionando de manera óptima y Rusia esté desplegando masivamente nuevos tipos de armas, como bombas de aviación planeadoras, que han alterado el papel de la Fuerza Aérea rusa en el conflicto. 

  Cada día se lanzan decenas de bombas aéreas pesadas y, de manera similar, está aumentando el uso de municiones de bombardeo modernas y algunos otros sistemas, incluidas municiones guiadas con precisión. También han aparecido en el campo de batalla tanques T-90M y nuevos tipos de vehículos blindados ligeros. 

En comparación, Ucrania enfrenta una disminución en el suministro de armas debido a las limitadas capacidades de producción en Occidente, donde un crecimiento sostenible de la producción a escala industrial no es alcanzable en el corto plazo. Mientras tanto, la crisis de Oriente Medio y las tensiones en torno a Taiwán se convierten en importantes distracciones para Estados Unidos. 

Teniendo en cuenta todos estos factores, es perfectamente concebible un cambio decisivo en el equilibrio de fuerzas contra Ucrania a finales del próximo año, que conduzca a un fin del conflicto en los términos de Rusia.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico

Con un solo movimiento, Ansarallah de Yemen ha dado jaque mate a Occidente y su orden basado en reglas

Por Pepe escobar para The Cradle

Ya sea que se haya inventado en el norte de la India, el este de China o Asia central (desde Persia hasta el Turquestán), el ajedrez es un juego asiático. En el ajedrez, siempre llega un momento en el que un simple peón es capaz de trastornar todo el tablero, generalmente mediante un movimiento en la última fila cuyo efecto simplemente no se puede calcular. 

Sí, un peón puede imponer un jaque mate sísmico. Ahí es donde estamos, geopolíticamente, ahora mismo. 

Los efectos en cascada de un solo movimiento en el tablero de ajedrez –el sorprendente y cuidadosamente dirigido bloqueo del Mar Rojo por parte de Ansarallah en Yemen– van mucho más allá del  transporte marítimo mundial, las cadenas de suministro y  la guerra de los corredores económicos. . Por no hablar de la reducción a la irrelevancia de la muy elogiada proyección de fuerzas de la Marina de los EE.UU.

El movimiento de resistencia de Yemen, Ansarallah, ha dejado muy claro que cualquier barco afiliado o con destino a Israel será interceptado. Mientras Occidente se irrita ante esto y se imagina como un objetivo, el resto del mundo comprende plenamente que todos los demás envíos pueden pasar libremente. Los petroleros rusos –así como los barcos chinos, iraníes y del Sur Global– continúan moviéndose sin ser molestados a través de Bab al-Mandeb (punto más estrecho: 33 km) y el Mar Rojo. 

Sólo la potencia hegemónica se siente perturbada por este desafío a su «orden basado en reglas». Es indignante que se pueda impedir el transporte de buques occidentales que entregan energía o bienes a Israel, que infringen la ley, y que la cadena de suministro se haya cortado y sumido en una profunda crisis. El objetivo señalado es la economía israelí, que ya está sangrando profusamente. Una sola medida yemení demuestra ser más eficiente que un torrente de sanciones imperiales. 

Es la tentadora posibilidad de que este único movimiento se convierta en un cambio de paradigma –sin retorno– lo que se suma a la apoplejía de la Hegemonía. Especialmente porque la humillación imperial está profundamente arraigada en el cambio de paradigma. 

El presidente ruso Vladimir Putin, oficialmente, está enviando ahora un mensaje inequívoco: olvídense del Canal de Suez. El camino a seguir es la Ruta del Mar del Norte , que los chinos, en el marco de la asociación estratégica Rusia-China, llaman Ruta de la Seda Ártica.
 

Mapa de las rutas marítimas de los Pasajes del Noreste y del Noroeste

Para los estupefactos europeos, los rusos han detallado tres opciones: primero, navegar 15.000 millas alrededor del Cabo de Buena Esperanza. En segundo lugar, utilice la Ruta del Mar del Norte, más barata y rápida de Rusia. En tercer lugar, envíe la carga a través de los ferrocarriles rusos. 

Rosatom, que supervisa la Ruta del Mar del Norte, ha enfatizado que los barcos que no son de clase de hielo ahora pueden navegar durante el verano y el otoño, y pronto será posible la navegación durante todo el año con la ayuda de una flota de rompehielos nucleares. 

Todo esto como consecuencia directa de la medida única yemení. ¿Qué sigue? ¿Yemen entrará en BRICS+ en la cumbre de Kazán a finales de 2024, bajo la presidencia rusa?

La nueva arquitectura se marcará en Asia Occidental 

La Armada liderada por Estados Unidos reunida para la Operación Protección contra el Genocidio, que colapsó incluso antes de nacer, puede haber sido creada para “anunciar a Irán”, además de asustar a Ansarallah. Al igual que los hutíes, Teherán no se siente intimidado porque, como lo expresó sucintamente el analista de Asia occidental Alastair Crooke: “Sykes-Picot está muerta”. 

Se trata de un cambio cuántico en el tablero de ajedrez. Significa que las potencias de Asia occidental enmarcarán la nueva arquitectura regional de ahora en adelante, no la “proyección” de la Marina de los EE.UU. 

Esto conlleva un corolario inefable: esos once grupos de trabajo de portaaviones estadounidenses, a todos los efectos prácticos, son esencialmente inútiles.   

Todo el mundo en Asia occidental es muy consciente de que los misiles de Ansarallah son capaces de alcanzar campos petroleros saudíes y emiratíes y dejarlos fuera de servicio. Por eso no sorprende que Riad y Abu Dabi nunca acepten formar parte de una fuerza marítima liderada por Estados Unidos para desafiar la resistencia yemení.   

A esto se suma el papel de los drones submarinos que ahora están en posesión de Rusia e Irán. Pensemos en cincuenta de ellos dirigidos a un portaaviones estadounidense: no tiene defensa. Si bien los estadounidenses todavía tienen submarinos muy avanzados, no pueden mantener Bab al-Mandeb y el Mar Rojo abiertos a los operadores occidentales. 

En el frente energético, Moscú y Teherán ni siquiera necesitan pensar –al menos no todavía– en utilizar la opción “nuclear” o cortar potencialmente al menos el 25 por ciento, o más, del suministro mundial de petróleo. Como lo describe sucintamente un analista del Golfo Pérsico, “eso haría implosionar irremediablemente el sistema financiero internacional”.

Ha habido advertencias para aquellos que todavía están decididos a apoyar el genocidio en Gaza. El primer ministro iraquí, Mohammed Shia al-Sudani, lo ha mencionado explícitamente. Teherán ya ha pedido un embargo total de petróleo y gas contra las naciones que apoyan a Israel. 

Un bloqueo naval total de Israel, meticulosamente diseñado, sigue siendo una clara posibilidad. El comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), Hossein Salami, dijo que Israel podría “enfrentar pronto el cierre del Mar Mediterráneo, el Estrecho de Gibraltar y otras vías fluviales”.

Tenga en cuenta que todavía ni siquiera estamos hablando de un posible bloqueo del Estrecho de Ormuz ; Todavía estamos en el Mar Rojo/Bab al-Mandeb.  

Porque si los neoconservadores straussianos de la circunvalación se desquician realmente por el cambio de paradigma y actúan desesperadamente para “dar una lección” a Irán, un bloqueo combinado de Ormuz-Bab al-Mandeb en el punto de estrangulamiento podría disparar el precio del petróleo a al menos 500 dólares. un barril, provocando la implosión del mercado de derivados de 618 billones de dólares y colapsando todo el sistema bancario internacional. 

El tigre de papel está en un aprieto. 

Después de todo, Mao Zedong tenía razón: Estados Unidos puede ser, de hecho, un tigre de papel. Putin, sin embargo, es mucho más cuidadoso, frío y calculador. Con este presidente ruso, se trata de una respuesta asimétrica, exactamente cuando nadie la espera.

Esto nos lleva a la principal hipótesis de trabajo, tal vez capaz de explicar el juego de sombras que enmascara el único movimiento de Ansarallah en el tablero de ajedrez.       

Cuando el periodista de investigación Sy (Seymour) Hersh, ganador del Pulitzer, demostró cómo el equipo Biden hizo estallar los oleoductos Nord Stream, no hubo respuesta rusa a lo que fue, en efecto, un acto de terrorismo contra Gazprom, contra Alemania, contra la UE y contra un grupo de empresas europeas. Sin embargo, Yemen, ahora, con un simple bloqueo, está poniendo patas arriba el transporte marítimo mundial. 

Entonces, ¿qué es más vulnerable? ¿Las redes físicas de suministro energético global (Oleoductos) o la Talasocracia, Estados que derivan su poder de la supremacía naval? 

Rusia privilegia a Pipelineistán: véanse, por ejemplo, Nord Streams y Power of Siberia 1 y 2. Pero Estados Unidos, el hegemón, siempre confió en su poder talasocrático, heredero de “Britannia gobierna las olas”. 

Bueno, ya no. Y, sorprendentemente, llegar allí ni siquiera implicaba la opción “nuclear”, el bloqueo del Estrecho de Ormuz, con el que Washington juega y los alarmistas como locos.

Por supuesto que no tendremos una prueba irrefutable. Pero es una propuesta fascinante que la única medida yemení pueda haber sido coordinada al más alto nivel entre tres miembros del BRICS –Rusia, China e Irán, el nuevo “eje del mal” neoconservador–, además de otros dos BRICS+, las potencias energéticas Arabia Arabia Saudita y el Reino Unido. Emiratos Árabes Unidos. Como en «si lo haces, te respaldamos».  

Nada de eso, por supuesto, resta valor a la pureza yemení: su defensa de Palestina es un deber sagrado. 

El imperialismo occidental y luego el turbocapitalismo siempre han estado obsesionados con engullir a Yemen, un proceso que Isa Blumi, en su espléndido libro Destroying Yemen , describe como “necesariamente despojar a los yemeníes de su papel histórico como motor económico, cultural, espiritual y político”. ”. para gran parte del mundo del Océano Índico”. 

Yemen, sin embargo, es invencible y, fiel a un proverbio local, “mortal” ( Yemen Fataakah ). Como parte del Eje de Resistencia, Ansarallah de Yemen es ahora un actor clave en un complejo drama que afecta a toda Eurasia y que redefine la conectividad del Heartland; y junto con la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China, el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC) liderado por India, Irán y Rusia, y la nueva Ruta del Mar del Norte de Rusia, también incluye el control  sobre puntos de estrangulamiento estratégicos alrededor del mar Mediterráneo y la península arábiga. . 

Este es otro paradigma de conectividad comercial, que hace añicos el control colonial y neocolonial occidental de Afro-Eurasia. Así que sí, BRICS+ apoya a Yemen, que con un solo movimiento ha presentado a la Pax Americana la madre de todos los atascos geopolíticos.         

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de The Cradle y Dossier Geopolitico

Entrevista que me realizara el primero de enero de 2024 el periodista Afredo Guruceta para su programa «Con Sentido Común» para el Canal C de Cablevisión y por Flow de Personal en toda Argentina y Uruguay

En dicho programa analizamos los problemas globales que se arrastran de 2023 y que harán metástasis para un occidente en franco proceso de crisis muy especialmente el mundo de la esfera anglosajona. Conversamos del cambio tectónico que está en proceso de profundización con la ampliación de los BRICS originales a los BRICS + con la llegada de Arabia Saudita, Emirato Árabes Unidos, la República Islámica de Irán, la República de Egipto y la República de Etiopía lamentando que por una acto de irracionalidad ideologista el gobierno de Javier Milei impide que Argentina se incorpore a ese exclusivo Club de potencias en crecimiento.

Hablamos de que la MULTIPOLARIDAD exige a sus integrantes tener la potestad de la SOBERANÍA, ejercerla para integrar ese grupo de Potencias Emergentes y que infelizmente la administración de Milei (que no tiene ningún cheque en blanco para ejercer el poder ya que solo logró rozando un 30% de la población con su voto directo y se ve reflejado en los puestos de Diputados y Senadores nacionales) con sus primeras medidas va en contra de cualquier sistema de soberanía nacional ya que abrió al país a la injerencia económica del capital extarnjero que se verá reflejado en lo político social a la brevedad.

Los invitamos a ver la entrevista en video por el Canal de YouTube de «Con Sentido Común»

Buen 2024

Carlos Pereyra Mele 

Este deterioro en la Unión Europea ha estado marcado por una crisis económica profunda, causada por haber seguido absolutamente todas las directrices que Washington dio a Bruselas para enfrentar a la Federación de Rusia. Así lo entiende el director de Dossier Geopolítico Carlos Pereyra Mele.

Javier Benitez de Radio Sputnik entrevista a Carlos Pereyra Mele

AUDIO

Europa ‘no existe’

Según Pereyra Mele, «el problema de la Unión Europea [UE] es que siempre careció de política exterior, porque se la marcan desde EEUU y Reino Unido». «No tiene política de defensa, porque la manejan EEUU e Inglaterra a través de la OTAN».

Pero los problemas estructurales y de soberanía del bloque comunitario no se detienen allí. En este sentido, el analista añade que «en política monetaria, [la UE] tiene una moneda propia que va a la zaga de lo que pasa con el dólar, y que a su vez se ha visto con fuertes cimbronazos desde el año 2012, cuando hubo una fuerte crisis del euro, a partir de la cual empezó a darle a la maquinita [imprimir billetes] para seguir sobreviviendo con una moneda que cada vez vale menos«.

«Todo ese combo ha hecho que la UE deje de ser la alternativa que supuestamente soñaron sus fundadores, que era crear un poder continental y enfrentarse a las otras potencias continentales, como EEUU, China, Rusia y la misma India», concluye Pereyra Mele.

El experto explica que «los cambios tectónicos que durante 15 años se vinieron analizando, exponiendo, a nivel internacional, se han acelerado, se han profundizado y hoy en día están en una clara demostración de que el mundo realmente ha cambiado. Lo que era en su momento una tesis, con una antítesis – que eran los grupos occidentales que intentaban imponerse, como siempre había sido, sobre el sur global–, ha dado como resultado una nueva situación».

«Esta nueva situación es que el sur global ha logrado empezar a salir de la tradicional dependencia histórica a la que lo sometió Occidente. El sur global no es una posición geográfica, es una demostración de que vuelven a surgir muchos pueblos que fueron dominados, colonizados, controlados, explotados, en muchos casos, tremendamente atacados, como fueron los viejos imperios asiáticos, especialmente el de China, el de India, etc., así como numerosos pueblos africanos. Y todo eso pareció que era a perpetuidad, y la realidad es que la historia no se detiene, y fue marcando una nueva realidad que arranca en este siglo XXI», detalla el analista.

Pereyra Mele concluye que «los BRICS son una versión contrapuesta al proyecto anglosajón norteamericano y sus socios europeos de beneficiarse con la globalización. Ahí podemos encontrar a los BRICS».

Por Pepe Escobar para Strategic Culture


Mientras los perros de la guerra ladran, mienten y roban, la caravana Rusia-China sigue su camino.

El año 2023 puede definirse para la posteridad como el Año de la Asociación Estratégica Rusia-China. Esta maravilla de maravillas podría fácilmente balancearse bajo el ritmo de (quién si no) Stevie Wonder: “Aquí estoy, bebé/ firmado, sellado, entregado, soy tuyo”.

En los primeros 11 meses de 2023, el comercio entre Rusia y China superó los 200.000 millones de dólares; no esperaban lograrlo hasta 2024.

Seguramente esa es una asociación bajo un ritmo. Una vez más firmado, sellado y entregado durante la visita de una gran delegación a Beijing la semana pasada, encabezada por el Primer Ministro Mikhail Mishustin, quien se reunió con el Presidente chino Xi Jinping y revisó y mejoró todo el espectro de la asociación/cooperación estratégica integral, completa con una serie de nuevos e importantes proyectos conjuntos.

Al mismo tiempo, en el frente del Gran Juego 2.0, todo lo que es necesario reafirmar fue abordado en la detallada entrevista del Ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, a Dimitri Simes en su programa El Gran Juego .

Añádase a esto el desglose cuidadosamente estructurado escrito por  el jefe del SVR Sergey Naryshkin , definiendo 2024 como “el año del despertar geopolítico”, y presentando posiblemente la formulación clave tras la próxima humillación cósmica de la OTAN en las estepas de Donbass: “En En 2024, el mundo árabe seguirá siendo el espacio principal en la lucha por el establecimiento de un nuevo orden”.

Ante un ajuste geopolítico tan detallado, no sorprende que la reacción imperial fuera de apoplejía, revelada epidérmicamente en largos y tortuosos “análisis” que intentaban explicar por qué el presidente Putin resultó ser el “vencedor geopolítico” de 2023, seduciendo a vastas franjas de la población. El mundo árabe y el Sur Global, solidificando a los BRICS al lado de China e impulsando a la UE aún más hacia un vacío negro creado por ella misma (y la hegemónica).

Putin incluso se permitió, medio en broma, ofrecer a Rusia apoyo para la posible “reanexión” de las 404 regiones fronterizas del país anexadas por Stalin, que eventualmente serían devueltas a sus antiguos propietarios Polonia, Hungría y Rumania. Añadió que está 100% seguro de que esto es lo que quieren los residentes de las fronteras todavía ucranianas.

Si eso sucediera, Transcarpatia regresaría a Hungría; Galicia y Volyn regresan a Polonia; y Bucovina de regreso a Rumania. ¿Puedes sentir la casa vibrando al amanecer en Budapest, Varsovia y Bucarest?

Luego está la posibilidad de que el Hegemón ordene a los punks jóvenes de la OTAN acosar a los petroleros rusos en el Mar Báltico y “aislar” San Petersburgo. No hace falta decir que la respuesta rusa sería simplemente eliminar los centros de Comando y Control (la piratería podría ser suficiente); quemar dispositivos electrónicos en todo el espectro; y bloquear el Báltico en la entrada realizando un ejercicio de “Libertad de Navegación” para que todos se familiaricen con el nuevo ritmo.

Esa simbiosis entre China y el Lejano Oriente ruso

Una de las características más impresionantes de la asociación ampliada entre Rusia y China es lo que se está planeando para la provincia nororiental china de Heilongjiang.

La idea es convertirlo en un megacentro económico, de desarrollo científico y de defensa nacional, centrado en la capital provincial, Harbin, con una nueva y extensa Zona Económica Especial (ZEE).

El vector clave es que este megacentro también coordinaría el desarrollo del inmenso Lejano Oriente ruso. Esto se discutió en detalle en el Foro Económico Oriental celebrado en Vladivostok el pasado mes de septiembre.

En un acuerdo único y sorprendente, se podría permitir a los chinos gestionar latitudes seleccionadas del Lejano Oriente ruso durante los próximos 100 años.

Como detalló el analista Thomas Polin, radicado en Hong Kong, Beijing está presupuestando no menos de 10 billones de yuanes (1,4 billones de dólares) para todo el asunto. La mitad sería absorbida por Harbin. El proyecto llegará al Congreso Nacional del Pueblo el próximo mes de marzo y se espera que sea aprobado. Ya ha sido aprobado por la cámara baja de la Duma de Moscú.

Las ramificaciones son alucinantes. Habríamos elevado a Harbin al estatus de ciudad administrada directamente, al igual que Beijing, Shanghai, Tianjin y Chongqing. Y, sobre todo, se creará un comité de gestión chino-ruso en Harbin para supervisar todo el proyecto.

Las universidades chinas de primer nivel, incluida la Universidad de Pekín, trasladarían sus campus principales a Harbin. Las universidades de Defensa Nacional y Tecnología de Defensa Nacional se fusionarían con la Universidad de Ingeniería de Harbin para formar una nueva entidad centrada en las industrias de defensa. Institutos y empresas de investigación de alta tecnología en Beijing, Shanghai y Shenzhen también se trasladarían a Harbin.

El Banco Popular de China establecería su sede para el norte de China en Harbin, con mercados de negociación de acciones y futuros de materias primas.

A los residentes de Heilongjiang se les permitiría viajar de ida y vuelta a regiones designadas del Lejano Oriente ruso sin visa. La nueva ZEE de Heilongjiang tendría su propia zona aduanera y no tendría impuestos de importación.

Ese es el mismo espíritu que impulsa los corredores de conectividad BRI y el Corredor Internacional de Transporte Norte Sur (INSTC). La razón subyacente es una integración más amplia de Eurasia.

En la reciente reunión del Club Astana en Kazajstán , el investigador Damjan Krnjevic-Miskovic, Director de Investigación de Políticas de la Universidad ADA en Bakú, hizo una excelente presentación sobre los corredores de conectividad.

Se refirió, por ejemplo, a la reunión del C5+1 (cinco “stans” de Asia Central más China) celebrada hace tres meses en Dushanbe, a la que asistió el presidente de Azerbaiyán, Aliyev: eso se traduce como integración de Asia Central y el Cáucaso.

Miskovic está prestando la debida atención a todo lo que está evolucionando en lo que define, correctamente, como “la región de la Ruta de la Seda”: interconectar la zona euroatlántica con Asia-Pacífico e interconectar Asia occidental, Asia meridional y Eurasia en general.

Estratégicamente, por supuesto, esa es la “bisagra geopolítica donde la OTAN se encuentra con la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), y donde la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) se conecta con Turkiye y el territorio de la UE”. En términos prácticos, Rusia y China saben exactamente lo que hay que hacer para impulsar la conectividad económica y las “relaciones sinérgicas” en todo este amplio espectro.

La guerra de los corredores económicos se recrudece

La fragmentación de la economía global ya está polarizando a los BRICS 10 en expansión (a partir del 1 de enero , bajo la presidencia rusa, y sin coquetear con la dolarización, Argentina) y al cada vez más reducido G7.

El viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Andrey Rudenko, una mano clave en Asia, hablando con TASS, reafirmó una vez más que el impulso clave para la Gran Asociación Eurasia (política oficial rusa) es conectar la Unión Económica Euroasiática (UEEA) con la BRI.

A medida que Rusia desarrolla un equilibrio cuidadosamente calibrado entre China e India, el mismo impulso se aplica al desarrollo del INSTC, donde Rusia, Irán e India son los principales socios, y Azerbaiyán también seguramente se convertirá en un actor crucial.

A esto hay que sumarle unas relaciones rusas enormemente mejoradas con Corea del Norte, Mongolia, Pakistán (miembro de la BRI y la OCS) y la ASEAN (excepto el occidentalizado Singapur).

BRI, cuando se trata del meollo de la cuestión, está en racha. Acabo de estar en Moscú, Astana y Almaty durante tres semanas, y se pudo confirmar con varias fuentes que los trenes en todos los corredores de conectividad están llenos hasta el tope; vía el Transiberiano; vía Astana hasta Minsk; y vía Almaty a Uzbekistán.

Yulia Melnikova, directora de programas del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, añade que “Moscú puede y debe integrarse más activamente en las operaciones de tránsito a lo largo de la ruta China – Mongolia – Rusia” y acelerar la armonización de normas entre la UEEA y China. Por no hablar de invertir más en la cooperación entre Rusia y China en el Ártico.

Ingresa el presidente Putin, en una reunión de Ferrocarriles Rusos, que presenta un ambicioso y masivo plan de expansión de infraestructura de 10 años que abarca nuevos ferrocarriles y una mejor conectividad con Asia, desde el Pacífico hasta el Ártico.

La economía rusa definitivamente ha girado hacia Asia, responsable del 70% del volumen de negocios comercial en medio de la demencia de las sanciones occidentales.

Así que lo que hay en el menú por delante es de todo, desde la modernización del Transiberiano y el establecimiento de un importante centro logístico en los Urales y Siberia hasta la mejora de la infraestructura portuaria en los mares Azov, Negro y Caspio y un tránsito de carga INSTC más rápido entre Murmansk y Mumbai.

Putin, una vez más, casi como una ocurrencia tardía, comentó recientemente que el comercio a través del Canal de Suez ya no puede considerarse efectivo, en comparación con la Ruta del Mar del Norte de Rusia. Con un movimiento geopolítico único y brusco, Ansarullah de Yemen lo ha hecho gráfico, para que todos lo vean.

El desarrollo ruso de la Ruta del Mar del Norte se produce en total sinergia con el impulso chino para desarrollar el tramo ártico de la BRI. En el frente del petróleo, los envíos rusos a China a través de su costa ártica tardan sólo 35 días: 10 días menos que a través de Suez.

Danila Krylov, investigadora del Departamento de Medio Oriente y Asia postsoviética del Instituto de Información Científica en Ciencias Sociales de la Academia de Ciencias de Rusia, ofrece una visión sencilla:

“Veo el hecho de que los estadounidenses se estén involucrando en Yemen como parte de un gran juego [escenario]; hay más en ello que el simple deseo de castigar a los hutíes o a Irán, ya que es más probable que esté motivado por el deseo de impedir la monopolización del mercado y obstaculizar las exportaciones chinas a Europa. Los estadounidenses necesitan un Canal de Suez operativo y un corredor entre India y Europa, mientras que los chinos no lo quieren porque son dos competidores directos”.

No es que los chinos no lo quieran: con la Ruta del Mar del Norte en funcionamiento, no lo necesitan.

¡Ahora congela!

En resumen: en la actual y cada vez más conflictiva Guerra de los Corredores Económicos , la iniciativa es de Rusia y China.

Desesperados, y no más que una víctima de pollo sin cabeza y privada de opciones en la Guerra de los Corredores Económicos, los vasallos de la UE de la Hegemonía están recurriendo a torcer el manual de Sigue el Dinero.

El Ministerio de Asuntos Exteriores ha definido la congelación de activos rusos –no sólo privados, sino también estatales– por parte de la UE como puro robo. Ahora el Ministro de Finanzas ruso, Anton Siluanov, está dejando muy claro que Moscú reaccionará simétricamente ante el posible uso de los ingresos de estos activos rusos congelados.

Parafraseando a Lavrov: tú confiscas, nosotros confiscamos. Todos confiscamos.

Las repercusiones serán catastróficas… para la hegemonía. Ninguna nación del Sur Global, fuera de la OTAN, será “alentada” a estacionar sus divisas/reservas en Occidente. Eso puede llevar, en un instante, a que todo el Sur Global abandone el sistema financiero internacional liderado por Estados Unidos y se una a una alternativa liderada por Rusia y China.

La asociación estratégica entre Rusia y China ya está desafiando directamente el “orden internacional basado en reglas” en todos los frentes: mejorando sus esferas históricas de influencia mientras desarrolla activamente vastos corredores de conectividad interconectados que evitan dicho “orden”. Eso impide, en la medida de lo posible, una Guerra Caliente directa con la Hegemonía.

O, para decirlo en términos de la Ruta de la Seda: mientras los perros de la guerra ladran, mienten y roban, la caravana Rusia-China sigue su camino.

Mi última columna del año 2023 de Política Internacional, para el programa de «Ayer y Hoy» de Radio Belgrano AM650 de BsAs, que conduce el periodista Miguel De Renzis, donde en una apretada síntesis analizamos los temas que seguirán instalado en el 2024 y los grandes cambios mundiales en pleno desarrollo. Lic. Carlos Pereyra Mele – Director de Dossier Geopolitico    

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https://ar.radiocut.fm/radiostation/belgrano650/listen/2023/12/29/08/20/00/

Mediante su tecnología satelital el multimillonario dueño de Starlink limita la libertad de mercado y la soberanía de los países donde ha invertido, empezando por EE.UU.

Por EDUARDO VIOR Analista Internacional

En su mensaje de presentación del cuestionado mega DNU el pasado miércoles 20, el presidente Javier Milei reconoció que la desregulación de la provisión de Internet se hace para favorecer el ingreso a ese mercado de empresas como Starlink, la que mencionó explícitamente. El jefe de Estado, empero, no explicó qué recaudos se tomarán, para proteger la libertad de información y la soberanía del pueblo argentino ante las denuncias de funcionarios y ciudadanos norteamericanos por las limitaciones que estos principios sufren por efecto del control territorial que ejerce la empresa de comunicación digital por satélite.

Desregulación de los servicios de Internet satelital para permitir el ingreso de empresas como Starlink”, dijo Milei al referirse al punto 28 de las 30 desregulaciones que mencionó en su discurso del miércoles 20.

Starlink es una empresa de provisión de servicios de Internet por los satélites de su matriz SpaceX, que ya colocó casi 4 mil naves en órbita terrestre baja (LEO, por su nombre en inglés) que dan acceso de alta velocidad a la red a más de un millón de clientes privados, institucionales y estatales en 70 países. En América Latina opera en Chile, Brasil, Perú, Ecuador, Colombia y México. En Argentina, en tanto, la empresa ya estaba habilitada desde 2021, pero todavía no tiene asignadas bandas de frecuencia ni ha completado la coordinación de su red trasmisora con la empresa estatal ARSAT que ofrece este mismo acceso.

A diferencia de un servicio de fibra óptica, Starlink alcanza velocidades de descarga entre 25 y 220 megabites por segundo (mbs), aunque puede superar los 100mbs, mientras que, según la propia empresa, la latencia varía entre 25 y 60mbs en tierra y más de 100mbs en ubicaciones remotas. En los países donde está presente el costo mensual del servicio Starlink Standard es de U$S90. A eso se suma una tarifa de 599 dólares por el equipamiento de antena y receptor.

SpaceX, la empresa propietaria de Starlink, comenzó a lanzar satélites Starlink en 2019 y para mediados de la década de 2020 calcula tener en órbita cerca de 12.000 satélites. La empresa también planea vender satélites para uso militar, científico y de exploración. Recientemente su propietario, Elon Musk, ha anunciado el próximo lanzamiento de Starlink 2.0 con satélites de 7,5 kg. Sin embargo, éstos requieren cohetes más grandes que los actuales y, por consiguiente, la adecuación de las plataformas de lanzamiento. Como parte de este vertiginoso desarrollo, a principios de la semana pasada la firma instaló su primera antena en Paraguay, en el Chaco Boreal. La conexión satelital permite a la compañía de Elon Musk ganar mercados en las áreas aisladas o menos urbanizadas. De ese modo adquiere una enorme ventaja sobre sus competidores y sobre los propios Estados, que mayormente dependen de la conexión por fibra óptica.

Space Exploration Technologies Corp., conocida como SpaceX, es una empresa estadounidense de fabricación aeroespacial y de servicios de transporte espacial con sede en Hawthorne (California). Fue fundada en 2002 por Elon Musk con el objetivo de reducir los costos de viajar al espacio para facilitar la colonización de Marte. La compañía ha desarrollado varios vehículos de lanzamiento, la constelación Starlink, la nave de carga Dragon y ha llevado en la Dragon a dos astronautas hasta la Estación Espacial Internacional. Sus logros tecnológicos son impresionantes.

El dueño de ambas firmas tecnológicas, Elon Reeve Musk (1971), conocido como Elon Musk, es un empresarioinversor y magnate sudafricano que también posee las nacionalidades canadiense y estadounidense. Es el fundador y directivo de SpaceXTesla, Inc.The Boring Company; cofundador de Neuralink y OpenAI (aunque ya no tiene más participación en esta última), además de ser el director de tecnología de X Corp. Con un patrimonio neto estimado en junio de 2023 en unos 207 mil millones de dólares, Musk es la persona más rica del mundo.

           
Este empresario nació en Pretoria (Sudáfrica) de madre canadiense y padre sudafricano blanco. Estudió brevemente en la Universidad de Pretoria antes de trasladarse a Canadá a los 17 años para luego estudiar en la Universidad de Pennsilvania donde se graduó en Economía y Física. En 1995 se trasladó a California, cofundando la empresa de software web Zip2 con su hermano Kimbal. En 1999 la empresa fue adquirida por Compaq por 307 millones de dólares. Ese mismo año Musk creó el banco online X.com que se fusionó con Confinity en 2000 para formar PayPal. La empresa fue pronto comprada por eBay por 1.500 millones de dólares.

En 2002 Musk fundó SpaceX, fabricante aeroespacial y empresa de servicios de transporte espacial, y en 2003 se unió a la fábrica de vehículos eléctricos Tesla Motors Inc. (ahora Tesla Inc.) como presidente y arquitecto de productos, convirtiéndose en su consejero delegado en 2008. Siguieron importantes fundaciones de empresas que constituyen hitos de su imperio tecnológico. En 2022, finalmente, compró por 44.000 millones de dólares la red social Twitter, la que rebautizó como X.

En el contexto de la política estadounidense Musk ha manifestado su apoyo a Barack Obama en 2008 y 2012, a Hillary Clinton en 2016 y a Joe Biden en 2020. Sin embargo, en 2022 giró hacia el Partido Republicano, aunque sus posiciones ideológicas son contradictorias: está al mismo tiempo a favor de la renta básica universal, del derecho a la libre portación de armas, de la libertad de expresión y de un impuesto sobre las emisiones de carbono y se opone a las subvenciones gubernamentales.

Sus opiniones sobre las relaciones internacionales, incluidos los conflictos entre China y Taiwán y entre Rusia y Ucrania, han recibido reacciones encontradas. También apoyó el golpe de estado en Bolivia en noviembre de 2019 (declaradamente, para quedarse con el litio de ese país). Por el contrario, ha elogiado a China y mantiene una estrecha relación con el gobierno chino, lo que permite el acceso de Tesla al mercado de la potencia asiática.

A principios de abril de 2022, ante la destrucción de los servicios convencionales de Internet en Ucrania, SpaceX donó 3667 de un total de 5000 terminales Starlink que USAID proveyó a Ucrania. Starlink donó además las cuotas por servicio o abonos que normalmente Kiev debió haber costeado. Según Elon Musk, hasta el octubre siguiente su empresa había donado a Ucrania U$S80 millones y a fines de 2022 estimó que el costo de proveer acceso a Internet satelital a Ucrania alcanzaba los U$S20 millones mensuales.

Así, las terminales de satélite de SpaceX se hicieron cruciales para las operaciones militares ucranianas. Sin embargo, durante el verano boreal de 2023, la contraofensiva ucraniana en la sureña provincia de Zaporiyia se frenó, cuando su vanguardia descubrió que, traspasada una cierta línea, la conexión a Internet dejaba de funcionar. Interpelado por los medios, Elon Musk eludió una respuesta directa, pero declaró que había rechazado una solicitud ucraniana para extender la conexión satelital hasta Sebastopol, porque no quería involucrar a SpaceX en la guerra. Algunas fuentes citaron en ese contexto sus buenas relaciones con Vladímir Putín.

En octubre de 2022 Musk propuso en Twitter que Ucrania cediera Crimea a Rusia de forma permanente y abandonara su intento de ingresar en la OTAN. Ese mismo mes el magnate sugirió que Taiwán se convirtiera en “una zona administrativa especial” de China con un “acuerdo más indulgente que Hong Kong”. Todavía tan recientemente como el 10 de noviembre de 2023 Musk criticó las acciones de Israel en la Franja de Gaza. Sin embargo, una semana después cambió su política en la plataforma X, declarando que serán suspendidos los usuarios que utilicen expresiones que, según él, impliquen el genocidio de los israelíes.

A lo largo de su carrera en EE.UU. Elon Musk se ha involucrado en interminables polémicas. Sus puntos de vista libertarios, conspirativistas, extremadamente individualistas, machistas, antiinmigrantes, negacionistas del cambio climático y del Covid19, entre otros muchos, provocan regularmente la reacción de los medios de comunicación masivos y de la opinión pública posmodernista.

Pero la influencia de Musk es más descarada y expansiva. Hay pocos precedentes de que un civil se convierta en árbitro de una guerra entre naciones de forma tan granular o del grado de dependencia que Estados Unidos tiene ahora de Musk en diversos campos, desde el futuro de la energía y el transporte hasta la exploración del espacio. SpaceX es actualmente el único medio por el que la NASA transporta tripulación desde suelo estadounidense al espacio, una situación que persistirá al menos un año más. El plan del gobierno para que la industria automovilística se oriente hacia los coches eléctricos requiere aumentar el acceso a estaciones de carga a lo largo de las carreteras de Estados Unidos, pero esto depende de las acciones de otra empresa de Musk, Tesla. El fabricante de automóviles ha sembrado gran parte del país con sus propias estaciones de carga, hasta el punto de que el gobierno de Biden relajó su impulso inicial de una norma de carga universal que no gustaba a Musk. Todavía, empero, sus estaciones pueden recibir miles de millones de dólares en subvenciones, siempre que Tesla las haga compatibles con el otro estándar de recarga.

En los últimos veinte años, en un contexto de desmoronamiento de las infraestructuras y pérdida de confianza en las instituciones de Estados Unidos, Musk ha buscado oportunidades de negocio en áreas cruciales en las que el Estado ha retrocedido tras décadas de privatizaciones. El gobierno depende ahora de él, pero se esfuerza por reaccionar ante el gusto del empresario por tomar riesgos, su temeridad y su capricho. Funcionarios y ex funcionarios de la NASA, el Departamento de Defensa, el Departamento de Transporte, la Administración Federal de Aviación y la Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo reconocen que la influencia de Musk se había hecho ineludible en su trabajo y varios de ellos afirmaron que ahora lo tratan como una especie de funcionario no electo.

Si la primera potencia de Occidente reconoce los riesgos que trajo la creciente influencia del pulpo tecnológico de Elon Musk y el poder que le ha dado remplazar al Estado ausente en territorios y áreas de políticas públicas esenciales, pueden imaginarse los peligros que amenazan a nuestro país, con un Estado que en el último medio siglo fue varias veces atacado, se retiró de grandes áreas de nuestro territorio y descuidó funciones esenciales que hacen al mantenimiento de la soberanía y la libertad de los argentinos. No es para mencionar tan a la ligera a una empresa, como si fuera el sponsor oficial del gobierno.

Por M. K. BHADRAKUMAR de su sitio web

Estados Unidos fue anfitrión de la primera reunión del nuevo grupo de trabajo sobre terrorismo en formato Quad en Honolulu, Hawaii, del 19 al 21 de diciembre. El grupo de trabajo QUAD sobre terrorismo se constituyó en marzo en la reunión a nivel de ministros de Asuntos Exteriores celebrada en Nueva Delhi, organizada por el Ministro de Asuntos Exteriores, S. Jaishankar. 

La declaración conjunta emitida después de la reunión de marzo señaló “con profunda preocupación que el terrorismo se ha vuelto cada vez más difuso, ayudado por la adaptación de los terroristas y el uso de tecnologías emergentes y en evolución, como los sistemas aéreos no tripulados e Internet, incluidas las plataformas de medios sociales para reclutamiento e incitación a cometer actos terroristas, así como para el financiamiento, planificación y preparación de actividades terroristas”. 

Al anunciar el establecimiento del Grupo de Trabajo del Quad sobre Antiterrorismo, la declaración conjunta señaló que “explorará la cooperación entre el Quad y con sus socios del Indo-Pacífico para contrarrestar formas nuevas y emergentes de terrorismo, radicalización hacia la violencia y extremismo violento”. .” 

Una declaración del Departamento de Estado el viernes después de la reunión inaugural del grupo de trabajo subrayó que el foco de la discusión era «mejorar la cooperación del Quad en respuesta a un abrumador incidente terrorista en la región del Indo-Pacífico». [Énfasis añadido.]

La declaración del Departamento de Estado decía además que las discusiones se referían a “presentaciones y un ejercicio teórico centrado en el intercambio de información sobre amenazas terroristas en constante evolución, un mayor desarrollo de mecanismos de coordinación regional y la lucha contra el uso terrorista de tecnologías emergentes. Los participantes (los cuatro países del Quad) exploraron qué capacidades y apoyo podría ofrecer el Quad, y cómo el Quad podría coordinarse para apoyar las capacidades existentes de los países del Indo-Pacífico”. 

No hace falta mucho ingenio para darse cuenta de que Estados Unidos se centra en la situación en desarrollo en el Mar Rojo, donde una coalición de dispuestos encabezada por Estados Unidos está luchando por asumir el desafío al transporte marítimo planteado por los indomables hutíes de Yemen. 

Los hutíes tienen una vieja cuenta que saldar con Israel debido a las repetidas intervenciones encubiertas de este último en la guerra civil en Yemen que se remonta a la década de 1960, debido a la gran importancia de ese país a los ojos de los estrategas israelíes como salida de Israel al Océano Índico y el Lejano Oriente, que hoy se ve agravado por el apoyo de los hutíes a los derechos de los palestinos y la negativa a normalizar las relaciones con Israel.

En abril de 2018, los Emiratos Árabes Unidos, aprovechando la inestabilidad y la falta de un gobierno central en Yemen, simplemente ocuparon la isla de Socotra de ese país, respaldados por tanques, vehículos blindados y artillería. Desde entonces, los Emiratos Árabes Unidos han anexado la isla de Socotra y, en un proyecto conjunto con Israel, están tratando de construir allí una base militar que albergaría a soldados, oficiales y otros expertos y personal militar israelíes en un proyecto para ejercer control militar sobre las rutas marítimas y operaciones de inteligencia. contra Irán. 

Sin duda, las condiciones de inseguridad que afectan el tráfico marítimo hacia el Canal de Suez tendrán enormes consecuencias para la economía mundial en múltiples sentidos: el comercio internacional y las cadenas de suministro, el mercado petrolero, etc. Pero detrás del aluvión de propaganda, las verdaderas intenciones estadounidenses pueden ir mucho más allá.  La demonización de los hutíes proporciona una capa de nubes que oscurece lo que en realidad es una matriz increíblemente compleja.  

Según un análisis del grupo de expertos estadounidense Washington Institute for Near East Policy, Israel tiene planes de desplegar submarinos al este de Suez. Claramente, la base militar de Socotra será ideal para que los submarinos israelíes proyecten su fuerza en el Mar Arábigo. No sorprende que los hutíes estén furiosos por la pérdida de soberanía de su país sobre Socotra y la transformación de la isla en un puesto avanzado israelí con el apoyo tácito de Estados Unidos. Esto es una cosa. 

Los estados regionales son cautelosos a la hora de asociarse con la coalición encabezada por Estados Unidos de los que están dispuestos a desplegar fuerzas navales en el Mar Rojo para preservar los intereses israelíes bajo el pretexto de proteger la «libertad de navegación». Los hutíes no harán concesiones con Israel y los Estados de la región actuarán con cautela para no quedar atrapados en el fuego cruzado. Los hutíes tienen una reputación bien ganada de ser luchadores duros y, en este caso, también son un grupo muy motivado con adrenalina fluyendo por sus venas después de haber resistido la guerra entre Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos para borrarlos del panorama político de su país.

Desde una perspectiva geopolítica, Estados Unidos tiene fuertes razones para dominar el Mar Rojo, donde China tiene una base naval en Djibouti y Washington ha estado alimentando la guerra civil en Sudán para mantener al país en ebullición y bloquear los planes de Rusia de establecer una base de submarinos. . Otro estado litoral, Eritrea, ocupa una posición estratégica clave en el lado oriental del Mar Rojo, que tiene fuertes vínculos económicos, diplomáticos y militares con China y Rusia. 

De hecho, los esfuerzos estadounidenses por derrocar al  primer ministro democráticamente elegido, Abiy Ahmed, de Etiopía , el país más grande del Cuerno de África y alineado con Rusia, fracasaron estrepitosamente. Basta decir que a Estados Unidos no le queda ni un solo amigo o aliado en toda la parte oriental del Mar Rojo.  

La gran pregunta es si la estrategia estadounidense para arrastrar a QUAD –y junto con él, a la India– al Mar Rojo tendrá éxito. En cierto modo, esto es una repetición de la historia cuando, resistiendo la presión de la administración de George W. Bush, el gobierno de Atal Bihari Vajpayee se negó a unirse a la coalición encabezada por Estados Unidos de los dispuestos a invadir Irak en 2003. En retrospectiva, eso resultó ser una sabia decisión. Entonces, como ahora, hay grupos de interés influyentes en Delhi que probablemente abogarían por la participación india en la «guerra contra el terrorismo» encabezada por Estados Unidos contra los hutíes . 

De hecho, los comentarios ambivalentes del portavoz indio en una conferencia de prensa el jueves causan cierta inquietud: “Mire, India siempre, por supuesto, ya sabe, hemos tenido intereses creados y hemos apoyado el libre movimiento del transporte marítimo comercial. Eso es algo que nos interesa. Por supuesto, estamos siguiendo de cerca los acontecimientos allí. En la medida en que creo que hubo… también somos, como saben, parte de los esfuerzos a nivel mundial para… los esfuerzos internacionales para garantizar el envío gratuito, ya sea contra la piratería o de otro modo, la India ha estado involucrada en ello. Así que continuaremos monitoreándolo. Creo que hubo alguna comunicación sobre este grupo de trabajo o la operación, pero tendría que volver a comunicarme con usted sobre cualquier novedad específica sobre ese tema, porque no sé si ha habido alguna invitación específica o nos han pedido que nos unamos o hemos aceptado hacerlo. Como dije, esta es una nueva iniciativa y tendremos que comunicarnos con usted tan pronto como tengamos algo que transmitir al respecto. Pero permítanme enfatizar que hemos sido parte de los esfuerzos para garantizar el tránsito seguro de los barcos en el Mar Arábigo y valoramos la libre circulación del transporte marítimo comercial. No tengo conocimiento de ninguna conversación con ningún país específico, ciertamente Irán o Yemen…” 

Mientras tanto, lo que hay que señalar cuidadosamente es que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, llamó por teléfono al primer ministro Narendra Modi el martes, coincidiendo con la reunión del grupo de trabajo QUAD en Hawaii. Modi escribió más tarde que durante un intercambio “productivo” de opiniones sobre el “conflicto en curso entre Israel y Hamas” con Netanyahu, los dos tenían “preocupaciones compartidas” sobre el tráfico marítimo. La publicación de Modi no profundizó en detalles mientras que la versión israelí afirmó que Modi «señaló que la libertad de navegación es una necesidad global esencial que debe garantizarse».

De hecho, hay mucho en juego para que Israel dé lastre a la coalición liderada por Estados Unidos en el Mar Rojo. Estados Unidos e Israel están desesperados por involucrar a la India en su próxima desafortunada «guerra contra el terrorismo» contra Yemen, un estado civilizacional, para darle a su arriesgada empresa un lugar y un nombre regional.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico.