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¿QUÉ FESTEJAN LOS PROGRES CON LO QUE OCURRE EN FRANCIA? se pregunta el  colaborador en Madrid de Dossier Geopolítico, Eduardo Bonugli, cuando está demostrado que hay un complot generalizado del sistema capitalista y neoliberal, por destruir y bloquear al Frente Popular de Izquierdas, el ganador de la segunda vuelta de las elecciones legislativas de Francia.

A quién el gobierno de Macrón, con la complicidad de los «Mercados», la venia de la Unión Europea y la traición de la Socialdemocracia, les están negando su derecho a presentar candidato y a formar gobierno, mientras diabolizan a su líder, Jean Luc Melenchón de la “Francia Insumisa”, un viejo lobo solitario anti capitalista, odiado por el sistema y condecorado de insultos por el poder, que habla de “cosas peligrosas” como: justicia social, protección del salario o derechos jubilatorios. Y que hace preguntas aún más irritantes sobre la guerra de Ucrania, la OTAN y la sumisión de Francia y Europa a los intereses de EEUU.

AUDIO:

Y señala sin titubeos a esa izquierda “caviar” europea, burguesa y traidora de los pueblos, de ser cómplice del fraude a la urnas para mantener a  Macrón, que es presidente desde hace 7 años gracias la los votos de ésta progresía pusilánime, bajo la excusa del miedo a una extrema derecha muy amiga del mundo del dinero y al “fantasma neo fascista”, que es apenas un espectro cadavérico del original de hace 100 años.

Ambos extremismos  armados y financiados desde las usinas del imperio como franquicias del capitalismo superior, que son sus brazos violentos, provocadores y deslenguados, proponen unas barbaridades que gustan a sus jefes políticamente correctos, pero que deben callar.

También asegura que tras la mentira de que la extrema derecha ha sido derrotada en Francia, surge la extrema derecha neoliberal y capitalista cómo la gran vencedora. Y que son las grandes multinacionales, las tecnológicas, los paraísos fiscales, la banca, los monopolios, la industria de las armas y los señores de la guerra, los que hoy se frotan las manos y respiran aliviados. 

Por todo ello le pregunta al progresismo: ¿ES ESO LO QUE FESTEJAN?

Finalmente también envía un claro y duro mensaje a “la izquierda europeísta” de Argentina y Sudamérica en un audio que, entre crónica y opinión, dibuja un escenario que desnuda el colapso de la Unión Europea y que ningún medio se atreve a mostrar al gran público.

Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolítico

Por FERNANDO RICARDO PÉREZ

La siguiente es síntesis de un planteo multidimensional, multidisciplinar y, a la vez, complejo.

Hoy, pero desde siempre, nos encontramos con “mundos teopolíticos” con distintas religiones entre los cuales las fronteras son difíciles de asir. No son aquellas fronteras físicas de la geografía política. Son, fronteras simbólicas, móviles y hasta entrecruzadas vinculadas al mundo espiritual de los pueblos.

La religión y la política, desde la antigüedad, han estado ensambladas, entrelazadas y ambas, se han dedicado a la construcción, gestión y mantenimiento del poder, clave de la política. (Cratología)

Se considerará en esta síntesis, el Cercano Oriente y Europa, dos mundos teopolíticos, donde se están dando los conflictos armados cuya evidencias no se pueden soslayar.

CERCANO ORIENTE

El Estado de Israel está llevando a cabo una guerra de exterminio de la población palestina en Gaza. La misma está sostenida materialmente por capitales de las iglesias cristianosionistas, fundamentalmente estadounidenses.

Los rabinos repitiendo el Talmud, justifican desde su visión de pueblo elegido, la habilitación para cometer estas barbaries y mucho más. Su objetivo final es el Gran Israel desde el Río Tigris hasta el Río Nilo, o sea abarcando un extenso territorio uniendo en su pretensión, el Cercano Oriente con la región nororiental y parte de la oriental africana. Ciertamente, es una utopía estando rodeados de un mundo musulmán demográficamente muy superior y siendo Israel un pequeño país de apenas 8.000.000 de habitantes. Entonces, su significativa injerencia en la toma de decisión es por su gran desarrollo bancario y financiero, en los medios de comunicación y en el mundo inmobiliario.

Así, la trama teopolítica pasa en parte por la inmensa cantidad de dinero que aportan no solo los banqueros judíos sino también los del sionismo cristiano esto es, la enorme cantidad de Iglesias evangélicas protestantes que están en EEUU, Europa, en Iberoamérica. Considérese, por ejemplo, a la Iglesia del Reino de Dios en Brasil sosteniendo al ex militar Bolsonaro. Institución pseudorreligiosa vinculada al narcotráfico.

Otro ejemplo, la reconocida y mediática “Iglesia de Dios Universal” que el teólogo estadounidense Herbert W. Armstrong la fundó en 1934.

Del mismo modo el Mormonismo, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la iglesia Adventista, los Testigos de Jehová, todas son judeizantes en tanto se apoyan o convalidan el Antiguo Testamento que no es ni más ni menos que la historia del pueblo de Israel.

En hebreo el libro dice “vamos a celebrar un pacto en el Monte Sinaí, obedecer los diez mandamientos y convertir a Israel en una nación sobre todos los pueblos”.

Es extraño que una formación guerrillera, irregular, les dé combate al autodenominado “mejor ejército del mundo” en una estrategia que a diferencia de las otras guerras no tiene fin definido, por el contrario, es una guerra de desgaste a largo plazo bajo el supuesto de desfinanciar, desarmar y destrucción del poderío armamentístico israelí.

EUROPA

Este continente, península de Asia, quedó subsumida, subordinada en la economía global a los arbitrios de E.E.U.U. Plan Marshall mediante

La Guerra de la O.T.A.N. contra Rusia.

Un ejemplo es la Organización del Atlántico Norte (N.A.T.O.), máquina de matar creada para defenderse de los avances de la U.R.S.S. (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), finalizada la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, insiste siempre en generar conflictos de modo tal que el complejo militar industrial de los Estados Unidos, siempre tiene ocupación. El Pentágono agradecido.

Ucrania, un nuevo camposanto

Volodímir Oleksándrovich Zelenski, actual presidente de Ucrania, con mandato cumplido, hijo de rabino y comediante mediocre, está llevando a su pueblo a la peor de las catástrofes, situación de difícil irreversibilidad. Fue funcional para provocar a Rusia y hacer estallar una guerra absurda. Los muertos los pone Ucrania y el endeudamiento eterno también. Miles de jóvenes y no tanto huyen de Ucrania para no ser mandados a frente de combate de donde es muy difícil que vuelvan. La Nación ya no tiene luz y escasea el agua y los alimentos. Mientras tanto, los políticos anglosionistas de la Unión Europa siguen apoyando una barbarie donde ellos sólo ponen discursos que la convalidan. Se añade la cooperación fundamental de una prensa cómplice y el avance del anglosionismo para la concreción del plan del Gran Israel.

En cuanto a los países de la Unión Europea, incluyendo al Reino Unido son, desde el punto de vista poblacional un asilo de ancianos. Como no quieren perder su vida de confort deciden enviar a los eslavos ucranianos al frente. Mientras tanto, BlackRock. Inc. y otros fondos usureros del anglosionismo se están quedando con las mejores tierras de la región.

No sería extraño que un conflicto de guerra entre Argentina y Chile haga que la pampa inmensa productiva de la región pase también a manos de BlackRock.

Error estratégico

EEUU creyó que la guerra contra Rusia la debilitaría y provocaría un levantamiento civil que derrocaría a Vladimir Putin . Contrariamente, se perjudicó Europa al dejar de recibir el gas y petróleo baratos que proporcionaba Rusia, incluso haciendo caer la productividad de Alemania que era la “locomotora del viejo continente”

Buscando nuevos clientes, Rusia aumentó considerablemente sus ventas de gas y petróleo a otras naciones y consolidó estratégicamente sus lazos con China y la India.

China logra en su política comercial que Arabia Saudita acepte su moneda a cambio del petróleo, lo que significa romper con la lógica del dólar, debilitando a esa moneda. El mundo budista (China) logra avanzar en la paz con el mundo musulmán (Arabia Saudita).

Putin consolida sus lazos de amistad con la República Islámica de Irán, gran proveedora de armas modernas que, a bajo costo tienen gran poder destructivo de barcos, aviones o vehículos blindados. 

La guerra ya está ganada por Rusia, solo falta fijar las condiciones de una paz duradera y profunda, donde la Iglesia Católica tendrá un rol fundamental en el diseño del mundo porvenir.

Esta reconfiguración del poder mundial hace que el mundo blanco, anglosajón y protestante vaya perdiendo espacio ante el avance de los B.R.I.C.S.+

FUENTE: https://www.eldestapeweb.com/politica/israel/de-la-teopolitica-a-la-geopolitica-2024751260 

Las opiniones de los analistas, no necesariamente representan los de Dossier Geopolitico

Frente a un orden internacional cada vez más conflictivo, la integración permite que Latinoamérica pueda tener mayores márgenes de maniobra, así como espacios de diálogo y cooperación.

Por SEBASTIÁN SCHULZ

Desde la época de las primeras independencias latinoamericanas a finales del siglo XVIII y principios del XIX, distintos intelectuales, militares y políticos plantearon la necesidad de impulsar la integración de las naciones del continente. Estos debates continúan hasta nuestros días y, a medida que se agudizan las disputas geopolíticas a nivel internacional, vuelven a cobrar vigencia.

Ya sea por la necesidad de aumentar las cuotas de poder frente a las pujas globales, o señalando la existencia de un sustrato histórico y cultural común de los pueblos latinoamericanos, la integración estuvo desde siempre en la agenda regional. Sin embargo, por distintas razones, no ha llegado aún a materializarse verdaderamente.

La integración en perspectiva histórica

La idea de una patria latinoamericana puede encontrarse desde finales del 1700 en las obras de figuras destacadas a nivel regional como el expresidente de la Primera República de Venezuela, Francisco de Miranda; también el escritor jesuita peruano Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, o el político, militar y revolucionario argentino, Bernardo de Monteagudo.

Uno de los primeros en darle impulso al integracionismo regional fue el expresidente de la Gran Colombia, Simón Bolívar, quien en 1826 convocó a los representantes de los recientemente independizados Estados americanos al Congreso de Panamá, con el objetivo de establecer una Confederación de Estados Latinoamericanos que promoviera la cooperación y la defensa mutua.

El político, filósofo, fundador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra de Independencia de Cuba, José Martí, en tanto, acuñó en 1891 el concepto de “Nuestra América” para señalar la necesidad de la unidad de los pueblos latinoamericanos frente a las amenazas del imperialismo y el colonialismo.

El escritor, diplomático y político argentino Manuel Ugarte fue otro de los grandes integracionistas latinoamericanos, y popularizó la idea de «Patria Grande» para referirse a una América Latina unida, libre de influencias extranjeras, y solidaria en su lucha por la justicia social y el desarrollo autónomo.

Estos fueron solo algunos de los referentes que impulsaron la idea de integración regional desde la etapa independentista frente a diferentes oligarquías locales que pugnaban por dividir al continente en una multiplicidad de estados nacionales, apoyadas generalmente por Estados Unidos, Gran Bretaña y otras potencias europeas.

En la década de 1950, en tanto, el militar y presidente argentino Juan Domingo Perón recuperó el espíritu de integración, y propuso la formación de un bloque “ABC” entre Argentina, Brasil y Chile, con el objetivo de fortalecer la autonomía regional, contrapesar la influencia de potencias extranjeras en un marco de Guerra Fría, promover el desarrollo económico conjunto y defender los intereses regionales.

Según la visión de Perón, plasmada en su obra La Doctrina Universal, “en el año 2000 las agrupaciones menores serán los continentes. Esa evolución no ha de detenerse y el progreso de los medios de comunicación nos llevará hacia una próxima etapa de universalismo”. Lo que decía el político y militar argentino es que, para poder adquirir los umbrales de poder necesarios que garanticen la soberanía, los países de América Latina debían constituirse como una confederación continental de estados.

La necesidad de constituir estados de dimensiones continentales, según esta visión, había sido la que llevó a conformar los principales Estados Continentales de la época: Estados Unidos y la Unión Soviética. También sería esta visión la que luego daría impulso a la conformación de la Comisión Económica Europea en 1951. Para lograr grados de autonomía suficientes que permitieran incidir en la política internacional, la región debía inevitablemente agruparse en una integración de proporciones continentales.

La necesidad de la integración

La noción de continentalismo propuesta por Perón la retomó el gran pensador uruguayo Alberto Methol Ferré, quien introdujo la idea de “Estado Continental Industrial” como núcleo mínimo de aglutinación para formar parte, en condiciones de soberanía, de las disputas globales de poder.

Según la visión de Methol Ferré, los estados latinoamericanos debían integrarse política y económicamente para tener mayor influencia en el escenario global, mientras que el desarrollo de industria pesada y estratégica era un requisito indispensable para reducir la dependencia de importaciones y fortalecer la economía interna. En ese sentido, alcanzar la soberanía tecnológica era crucial para asegurar un desarrollo autónomo y sostenible.

La necesidad de una integración económica efectiva se complementó a partir de la creación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) en 2004 y la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) en 2008, por el impulso de un Consejo de Defensa Sudamericano, por una Iniciativa para la Integración en Infraestructura Regional (IIRSA) e, inclusive, por la propuesta de creación de un mecanismo de compensación regional (el SUCRE) y un Banco del Sur.

Estas iniciativas tenían el objetivo, como dijimos antes, de dotar a la región de mayores márgenes de soberanía frente a las confrontaciones geopolíticas globales. Es que América Latina y el Caribe se ha convertido en una región clave en las disputas internacionales, al contar con 660 millones de habitantes (el 8% de la población mundial), más del 14% de la superficie y el 6% del PBI mundial (superior a Japón o Alemania).

La región posee, asimismo, la principal reserva de hidrocarburos del mundo, la principal reserva de litio, es una de las primeras regiones de producción de alimentos, posee una de las principales reservas de biodiversidad y una de las principales reservas de agua dulce del planeta.

A su vez, en un orden internacional en el cual el centro del dinamismo económico global se está trasladando desde el Atlántico Norte hacia el Pacífico, la región cuenta con dos pasos bioceánicos estratégicos: el Canal de Panamá, por un lado, y el Estrecho de Magallanes, por el otro, el cual también permite proyectar poder hacia el continente antártico.

En este marco, la llamada “balcanización” de la región promovida por británicos y estadounidenses desde mediados del siglo XIX solo ha exacerbado el divisionismo, la confrontación, la inestabilidad y la pérdida de peso relativo de América Latina y el Caribe en los asuntos globales.

La actualidad de la integración

Luego de una etapa de fuertes retrocesos en las iniciativas de integración regional entre 2015 y 2019, la vuelta de un ciclo progresista en la región ha permitido darle un nuevo impulso a esta articulación regional. Los esfuerzos conjuntos de Alberto Fernández en Argentina (2019-2023) y Andrés Manuel López Obrador en México (2018-2024) permitieron darle una nueva vitalidad a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que había sido paralizada en los años anteriores por gobiernos de sesgo neoconservador.

Con el retorno de Luiz Inácio Lula da Silva a la presidencia de Brasil, este impulso tomó un nuevo vigor, ahora acompañado también por los apoyos de Gustavo Petro en Colombia, Luis Arce en Bolivia y Gabriel Boric en Chile.

De este modo, la integración latinoamericana vuelve a estar en la agenda regional de los gobiernos nacionales. Materializar esta integración será vital para que la región no sea un sujeto pasivo de las disputas geopolíticas, sino que pueda tener la capacidad de participar de la toma de decisiones sobre los asuntos globales.

Frente a una situación internacional cada vez más conflictiva, la integración regional permite que la región tenga mayores márgenes de maniobra, al dotarla de espacios de diálogo, ámbitos de cooperación y herramientas específicas generadas desde y para la región.

En un orden internacional donde los espacios continentales/regionales ganan cada vez mayor protagonismo, es imprescindible pensar en favorecer instancias de integración regional para ganar autonomía y soberanía.

FUENTE: TRT ESPAÑOL https://www.trtespanol.com/opinion/la-geopolitica-de-la-integracion-latinoamericana-14928217


Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista expresados ​​por los autores no reflejan necesariamente las opiniones, puntos de vista y políticas editoriales de TRT World.

Sebastian Schulz

Sebastián Schulz

Es sociólogo de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina.

¿Existe un sistema democrático en Irán?

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

Se suele suponer que el concepto de democracia tiene carácter universal a partir del prototipo occidental que tuvo sus prolegómenos en Atenas hace alrededor de 25 siglos atrás, y que adquirió características modernas tras el triunfo de la revolución francesa en 1789. Unos años antes, la independencia de Estados Unidos había conducido a que en 1787 se elaborara, y en 1789 se pusiera en vigor, la Constitución  de ese país.  

La fuerza transformadora de la Francia revolucionaria de fines del siglo XVIII y el potencial económico de Estados Unidos que logró la primacía mundial en la penúltima década del siglo XIX, fueron convirtiendo los paradigmas emanados de estos hechos históricos en cuasi “verdades absolutas” para Occidente  y, eventualmente para todo el mundo.

No obstante, los procesos modernizadores fueron adquiriendo singularidades, ritmos  y definiciones propias a partir de características idiosincráticas, concepciones filosóficas y fundamentos históricos en cada región y país del planeta. El no reconocimiento  y, peor aún, la no aceptación de esta verdad inspira prácticas agresivas e intervencionistas de países poderosos que intentan imponer su lógica por cualquier vía, incluyendo aquellas que emanan del uso de la fuerza.

Pero la democracia es muy diversa. Daré algunos ejemplos para recrear esta aseveración. En Estados Unidos, los ciudadanos no eligen a su presidente sino a unos electores que lo hacen por ellos. El problema es que, salvo en dos estados (Minnesota y Maine), puede ocurrir que la decisión de la mitad menos uno de los votantes no tenga ningún valor porque el ganador se lleva el voto de todos. Ello permite que un presidente pueda ser elegido por una minoría como ocurrió en el año 2000 cuando fue elegido George W. Bush a pesar que Al Gore obtuvo mayor cantidad de votos populares. 

En las recientes elecciones en el Reino Unido, el partido Reform UK obtuvo 5 diputados con el 14.3% de los votos, la misma cantidad que el Unionista Democrático que solo obtuvo el 0,6% de la votación. De igual manera, el partido Liberal Demócrata que obtuvo 12,2% de los votos logró ganar 72 diputados. Como se puede observar la matemática electoral es muy extraña, sobre todo cuando se auto cataloga como democrática.

En Francia, con el objetivo de buscar objetivos macros tanto la izquierda como la derecha -burlando a sus electores- anunciaron que en segunda vuelta, los terceros candidatos de la primera ronda declinaban su participación. Sin querer hacer juicios de valor en términos políticos (en este caso que había que impedir la victoria de la extrema derecha), en términos de eso que se ha dado en llamar “democracia”, que según su definición es el gobierno del pueblo, debe recordarse que la misma se expresa a través del voto, que en este caso fue violentado. Esta situación que casi que se ha establecido como norma,  ha inaugurado el concepto de “mal menor” para beneplácito casi siempre de la extrema derecha no fascista.

En Chile se ha llegado al absurdo de un candidato que fue elegido con un programa de izquierda y gobierna con uno de derecha, lo cual ya es habitual en Perú donde siete de los últimos ocho presidentes hicieron campaña con una propuesta y gobernaron con  otra. Todos estas situaciones tienen su origen en situaciones que no viene al caso debatir en este trabajo. Mi intención es poner sobre la mesa que cuando se habla de democracia se está haciendo referencia a un concepto en construcción, inacabado, disímil, heterogéneo en el que no es viable establecer legitimidades únicas. Por ahora es una utopía deseable, por la cual vale la pena luchar.

La República Islámica de Irán, expresión actual del antiguo imperio persa ha heredado una práctica democrática de su historia que recuerda que hace más de 2.000 años, casi en paralelo con Atenas,  estableció un sistema político democrático que constaba de dos asambleas: una conformada por los miembros de alto nivel  de la sociedad (monarcas y sus familias, generales y sacerdotes) y otra configurada por el pueblo. Cuando debía tomarse una decisión de gran trascendencia como declarar la guerra u otro hecho de impacto superior, debía consultarse a ambas asambleas. Esto existía mucho antes de la introducción del islam en Persia durante el siglo VII d.C. 

Vale la pena hacer un “paneo” por el entorno geográfico de Irán para establecer la situación de la región en términos de democracia: en Omán, Emiratos Árabes Unidos, Catar y Arabia Saudita existen regímenes monárquicos autocráticos protegidos por las bases militares de Estados Unidos. Lo mismo ocurre, en Bahréin, Kuwait y Jordania, con la salvedad que son monarquías parlamentarias. En unos y otros casos, los ciudadanos nunca han elegido a su jefe de Estado. En el caso particular de Bahréin, una minoría sunita protegida por la V Flota de Estados Unidos gobierna por la fuerza a una mayoría chiita.

En Irak hay una democracia parlamentaria, al igual que en Siria y Pakistán, está última protegida por el Ejército y el poderoso Servicio de Inteligencia.  De Afganistán no digo nada, todo el mundo sabe quiénes son los talibán. Israel es una “democracia sionista” propiedad de los judíos mientras la población palestina es marginada, perseguida, asesinada y excluida.

Turkmenistán es un país cerrado del que se sabe poco y nada. Está aislado del exterior, posee un gobierno con presidentes vitalicios. No se conoce que haya habido elecciones desde 2007. El país se ha declarado permanentemente neutral.  Azerbaiyán fue un país gobernado desde 1993 y hasta 2003 por Heydar Alíyev que cedió el poder a su hijo Ilham Alíyev, quien se mantiene gobernando hasta hoy. Armenia es la única democracia estable de la región. 

De manera que si se analiza la situación de la democracia occidental de esta área del planeta, habría que concluir que es bastante precaria. El déficit democrático, incluso si se mide desde la fallida perspectiva occidental, es bastante alto. Entonces surge la pregunta de ¿por qué Estados Unidos y Occidente propugnan su democracia para unos países y para otros no? Como puede observarse, el entorno de Irán está conformado por una mayoría de países que no conocen la democracia como expresión de la decisión popular manifestada en las urnas.  En general, el voto y la participación popular son inexistentes.

Vale entonces revisar cómo se verifica la democracia en Irán. Ella se confirma a partir de tres premisas:

  1. En la Constitución Nacional de Irán (CN) todas las autoridades deben ser electas.
  2. Nadie puede ser elegido de forma vitalicia. Todos los cargos tienen lapsos finitos de duración.
  3. Las elecciones deben hacerse en una fecha establecida en la CN, incluso si el país está en situación de guerra, tal como ocurrió entre 1980 y 1988 cuando en el marco de la fuerte confrontación bélica con Irak, se hicieron dos elecciones presidenciales y dos parlamentarias.

En una situación inesperada como la recientemente creada por el fallecimiento del presidente Raisi, la Constitución establece que se debe elegir un nuevo presidente en un plazo no mayor de 50 días y así se hizo. Vale decir que todo ocurrió en un ambiente de extremo pesar por el gran apoyo popular que tenía Raisi.  Su gobierno organizó la elección y en ella ganó la oposición con una participación de 40% en primera vuelta y casi 50% en el repechaje. La campaña  se desarrolló en el marco de un total equilibrio informativo, todos los candidatos tuvieron el mismo acceso a los medios de comunicación.

Las posibilidades de cometer fraude es prácticamente imposible. Todos los ciudadanos mayores de 18 años tienen derecho al voto. A diferencia de muchos países occidentales donde el elector está adscrito a un centro de votación específico, en Irán lo puede hacer en cualquier mesa habilitada al respecto. Cuando el votante presenta su documento de identidad, después de ser reconocido, es habilitado, quedando registrado electrónicamente su voto, anulando de esa manera cualquier posibilidad de hacerlo nuevamente en otro lugar.

En otro ámbito, el tiempo de votación desde el momento que se abren los centros, es de 10 horas, pudiéndose extender el plazo si en el momento del cierre, aún hay votantes en las filas. No obstante a eso, improrrogablemente  a las 12 de la noche se cierran los recintos.

¿Quiénes están presentes en los centros de votación? Hay tres grupos de participantes: funcionarios electorales que en Irán son miembros del ministerio del interior y que ejercen labores logísticas,  representantes de los candidatos que se encargan de controlar que no haya favoritismos ni situación anómalas y, funcionarios de supervisión que son miembros del Consejo de Guardianes, un órgano autónomo del Estado responsable de que los comicios se desarrollen en el marco constitucional. 

Una vez que estas tres instancias en conjunto certifican que las urnas están vacías al comenzar el proceso, el mismo se realiza hasta su conclusión y la apertura de urnas con presencia también de las tres instancias: la que cuenta, la que controla y la que supervisa.  Al finalizar el acto, se procede a elaborar un acta  que debe ser firmada por todas las partes. Si hubiera algún reclamo, este se envía a través de los supervisores al órgano competente que está obligado por ley a dar respuesta a la impugnación. Este modelo impide que haya fraudes al garantizar la presencia de los comandos de campaña de los candidatos y las instancias de supervisión y de control que deben llegar a un consenso en cuanto a la correcta realización del proceso. 

Una vez que los votos son contados, el Comité Electoral del Ministerio del Interior elabora un acta que informa de los votos obtenidos por cada candidato. Esta instancia es la única autorizada para dar resultados oficiales. Estas actas son enviadas al Consejo de Guardianes que debe revisar las reclamaciones e impugnaciones. Si las hay, debe resolverlas antes de informar definitivamente. Si no las hay, da el visto bueno para que el Comité Electoral anuncie al vencedor.

A continuación, el Líder Supremo ratifica la victoria del presidente elegido sobre la base de dos consideraciones: que  se haya garantizado la participación del pueblo y que el resultado refleje la decisión electoral del pueblo. Ello, incluso si  las cifras arrojan un resultado distinto al que el Líder Supremo esperaba, es decir cuando -como en este último caso- su candidato preferido no ha sido electo. En el pasado, esto ya había ocurrido cuando en 2013 fue elegido Hasán Rohaní.

El presidente es elegido por un período de 4 años pudiendo ser reelecto para un nuevo período. En el momento de su inscripción el candidato debe tener entre 40 y 75 años.  La juramentación del presidente se hace en el parlamento con la presencia de los máximos dirigentes de los poderes legislativo, judicial y del Consejo de Guardianes. El nuevo presidente no puede imponer los ministros, solo proponerlos y es el poder legislativo quien decide su aceptación o rechazo. Cada ministro propuesto, debe presentar su programa al parlamento que lo aprueba con el voto del 50% +1 de los miembros del poder legislativo. Los ministros pueden ser removidos por el presidente o por el parlamento con el mismo porcentaje. A su vez, el parlamento puede destituir al presidente con la aprobación de 2/3 de sus integrantes como ocurrió con Abolhasán Banisadr en junio de 1981. 

Es bueno también conocer la institucionalidad democrática de Irán.  El proceso de la revolución islámica se inició el 11 de febrero de 1979 pocos días después de la huida del emperador Mohammad Reza Pahlevi que dio fin a la monarquía.  El 31 de mayo se hizo un referendo en el que el 98,12% de la población votó a favor de instaurar la república islámica.  En agosto, dieron inicio los trabajos de la Asamblea Constituyente  que elaboró una nueva Carta Magna aprobada en referéndum popular el 1° de diciembre de 1979.

La constitución de Irán está por encima de todo y de todos incluso del Líder Supremo (LS) quién es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y tiene entre sus responsabilidades la ratificación de la victoria electoral y la destitución del presidente. Así mismo, es el encargado de declarar la guerra y el cese del fuego, designar al presidente del Poder Judicial y de la Asamblea de Discernimiento de la Convivencia del Estado (ADCE) que cumple funciones como órgano asesor del LS y está formada por 47 miembros designados por él. Generalmente la constituyen ex presidentes (de todas las corrientes políticas), los miembros del poderes del Estado y líderes políticos, militares, culturales, económicos y religiosos. Cuando  este órgano delibera, generalmente es invitado un ciudadano con conocimiento específico del tema en cuestión. Los miembros de esta asamblea duran 5 años en su cargo.

Todas las sesiones de la ADCE son públicas, de manera que el pueblo pueda conocer lo que allí se debate, incluso las contradicciones que surgen entre sus miembros son de conocimiento popular.  Nunca ha ocurrido que el LS haya destituido a un miembro de la ADCE por exponer opiniones distintas a las de él. Esto sería inaceptable y un escándalo dentro de la institucionalidad del país,

Otras instancias estatales son el poder ejecutivo, el poder judicial (cuyo líder dura 4 años en su responsabilidad) y el poder legislativo en el que sus miembros son elegidos por cuatro años, pudiendo repetir dos veces, y retirarse por un período, si desearan volver a ser candidatos para el legislativo. Así mismo,  existe una Asamblea de Sabios constituida por 88 miembros que son expertos en el conocimiento del islam y que son conocidos como ayatolás Los miembros de la Asamblea de Sabios son elegidos para un período de 8 años por el voto directo del pueblo. Su misiones son supervisar las labores del Líder Supremo, destituirlo si está incapacitado para cumplir sus funciones y designar uno nuevo en caso de su fallecimiento.

Por otra parte, en la Constitución iraní existe la figura del Consejo de Guardianes (CG) compuesto por 12 miembros elegidos por 6 años, de ellos, seis son constitucionalistas  propuestos por el poder judicial al legislativo que los aprueba y los otros seis son ayatolás designados por el Líder Supremo. Las leyes que emanan del poder legislativo deben pasar por la supervisión del CG que verifica su apego a las normas jurídicas y religiosas del Estado  y las envía al presidente para que sean decretadas.

Si una ley no es aprobada en el CG, es devuelta al legislativo para que corrija las observaciones. En caso que no se llegue a un acuerdo entre las dos instancias se envía a la Asamblea de Discernimiento quien debe dirimir la controversia

Otras funciones del Consejo de Guardianes son la aceptación de los candidatos a cualquier cargo del Estado que deben ser electos por el voto popular, incluyendo al presidente y los miembros  de la Asamblea de Sabios. Los candidatos pasan primero por el ministerio del interior que los acepta o no, para después enviarlos al CG que realiza una verificación más profunda y los reenvía al ministerio del interior para que se inicie el proceso electoral. Todo este proceso (en el caso de los candidatos para la presidencia de la república) se denomina “Rayol Siasi” una palabra persa que no tiene traducción y que se refiere entre otras a la elección de personas con altas cualidades morales, educativas, de honestidad y eficiencia.  

Se ha dado el caso de algunos candidatos que en una elección han sido aprobados por el CG siendo rechazados posteriormente cuando se han propuesto en otros comicios. Algunos ejemplos son los de Mahmud Ahmadineyad  que fue presidente de la república entre 2005 y 2013 y posteriormente rechazado cuando se propuso nuevamente para el cargo. Así mismo, Abdol Nasser Hearat, ex presidente del Banco Central cuya designación no fue aprobada a pesar de su alta investidura anterior o Eshagh Jahangiri, ex vicepresidente de la república que en una elección previa recibió la aprobación del  CG para ser candidato presidencial pero en ocasión posterior, se le denegó esa posibilidad. Es decir que, la aprobación de los candidatos depende de su comportamiento en todo momento, no valen de nada las “glorias pasadas”.   

Si se quisiera establecer una comparación, podría decirse que, la democracia occidental se propone la separación de poderes, mientras  que en Irán, el sistema apunta el equilibrio de los poderes. Así, la Asamblea de Sabios puede destituir al Líder Supremo. Éste designa a los ayatolás del Consejo de Guardianes y a la máxima autoridad del Poder Judicial A su vez, el líder del Poder Judicial es quien propone a los constitucionalistas que van a formar parte del Consejo de Guardianes. De igual manera, los candidatos a la Asamblea de Sabios deben ser aprobados por el Consejo de Guardianes. Se puede concluir que no hay ninguna autoridad  con poder eterno, no hay autoridad que no haya sido electa y no hay autoridad que posea el poder absoluto. El mismo debe ser compartido a través del equilibrio en el funcionamiento de todos para que no haya ninguno que esté por encima de los demás. 

La democracia en Irán como en cualquier país del mundo no es absoluta ni infalible, es un proceso en construcción permanente, pero ha establecido preceptos inamovibles. En el reciente acto electoral, fue elegido un candidato de la oposición al gobierno sin que la sociedad tuviera que sufrir traumas por ello. La continuidad del proceso, su carácter anti imperialista y anti sionista, su apoyo a la lucha del pueblo palestino y al eje de la resistencia, está garantizado por las líneas generales establecidas en la Constitución Nacional.

No obstante, el presidente dirige y ejecuta la política interior y exterior del país y maneja los  elementos atingentes a la realización práctica de ellas. Por ejemplo, en las negociaciones con Estados Unidos y Europa, se han manifestado diversas tendencias que expresan la diversidad política del país. De hecho, es muy probable que en este ámbito el nuevo presidente Masoud Pezeshkian mantenga parámetros de conducta política distintos de los de su antecesor, pero no cambiarán el curso de la revolución iraní como espera Occidente para intentar debilitarla y destruirla. 

www.sergioro07.blogspot.com

Por Leonid Savin

Irán, Pakistán y Afganistán representan eslabones importantes e interconectados de la cadena en la región

Si se utiliza el método de combinar geografía política y geopolítica, es fácil revelar que el grupo de países situados al norte del Mar Arábigo presenta una serie de rasgos comunes. Parte del Irán moderno y Afganistán representan el Gran Jorasán histórico, y el cinturón pastún se extiende desde Afganistán hasta Pakistán. Pakistán e Irán están unidos por Baluchistán (en ambos países hay movimientos separatistas baluchis patrocinados activamente desde el exterior).

Los tres países son Estados islámicos: el primero en independizarse de Gran Bretaña fue la República Islámica de Pakistán en 1947; tras la victoria de la Revolución Islámica en Irán, este Estado también pasó del sistema monárquico a la República Islámica (con una institución específica Wilayat al Faqih), y Afganistán, en 2021, volvió a ser un Emirato Islámico (antes estuvo bajo el régimen talibán de 1996 a 2001). Y en la antigüedad todos formaban parte del Imperio Sasánida.

Cada país tiene muchos más rasgos culturales, étnicos y religiosos interesantes. Aunque Afganistán no tiene acceso al mar, está orgánicamente adyacente a la parte meridional del Rimland euroasiático (zona costera), que durante mucho tiempo estuvo controlada por los anglosajones -directa o indirectamente-.

Recordemos que el término Rimland, al igual que Heartland, fue introducido por el geógrafo británico Halford Mackinder. Si Rusia era el Heartland septentrional de la Isla del Mundo, que incluye Eurasia y África, entonces Rimland abarca ambos continentes, incluido el mar Mediterráneo. Mackinder estaba más preocupado por el papel de Hartland, mientras que el geopolítico estadounidense Nicholas Spykman creía que Rimland era más importante, ya que la población principal de los continentes se concentraba cerca de las costas de los mares, y el comercio exterior y las comunicaciones se realizaban principalmente a través de rutas marítimas.

Y la propia vía fluvial a lo largo de la costa de Irán y Pakistán es una ruta histórica por la que los árabes contactaron con India y China, estableciendo un sistema de lazos bastante sólido. Es significativo que la difusión del islam en los países del sudeste asiático se llevara a cabo precisamente a través de esta vía fluvial con la ayuda de mercaderes. A diferencia de la masa terrestre, donde la difusión de la religión era a menudo sinónimo de guerra, el Islam entró en el Sudeste Asiático de forma pacífica.

Y, por supuesto, en la actualidad, estas comunicaciones, unidas a fuertes puntos costeros (desde bases navales a puertos y terminales de gran calado), constituyen una seria baza estratégica, cuyo control supone ventajas económicas y militares. A esto hay que añadir los hidrocarburos de Irán y las grandes reservas de diversos minerales en Afganistán.

Ahora la situación está cambiando hacia la integración continental y la multipolaridad, por lo que parece importante apoyar los procesos de integración y la seguridad de esta región. Para ello es necesario desarrollar una estrategia global equilibrada y comprender los intereses de los tres actores de la región.

Esto también es sumamente importante para Rusia, porque Irán y Pakistán tienen acceso a las cálidas aguas del océano Índico. Y en medio del actual conflicto con Occidente, la reorientación hacia el Sur Global y el Este Global debería nivelarse hasta llegar a un sistema.

Irán, por supuesto, reviste mayor interés, puesto que el corredor internacional de transporte Norte-Sur ya se ha puesto en marcha, aunque no con todo su potencial. Dado que Rusia está conectada con Irán directamente a través del Mar Caspio, así como a través de la República de Azerbaiyán, esto hace que la cooperación bilateral sea mucho más fácil y eficaz que el hipotético uso de rutas de transporte a través de Pakistán (en este caso, hay al menos dos Estados de tránsito en el camino -Afganistán y Turkmenistán- hacia el Mar Caspio, y al menos tres por tierra, ya sea cruzando la frontera a través de Afganistán o China).

Además, a través de Irán se abre una ruta hacia la Península Arábiga y la costa oriental de África. Y esto significa el acceso a monarquías árabes económicamente poderosas y a un mercado potencialmente atractivo en África, donde la presencia de Rusia ya está aumentando, especialmente en la parte del cinturón del Sahel, el Heartland del continente negro.

Por lo tanto, mantener el nivel de las relaciones estratégicas y su desarrollo es de gran importancia para Rusia y abre buenas perspectivas.

El 25 de junio de 2024 se supo que estaba listo un nuevo acuerdo global de cooperación entre Irán y Rusia. Tanto la parte rusa como la iraní han declarado que no existen obstáculos para su conclusión. [i] Esto significa que nuestra relación alcanzará un nuevo nivel.

Dado que Irán también es miembro de los BRICS y de la OCS, y además tiene un acuerdo con la UEEA sobre una zona de libre comercio, que finalmente fue ratificado en junio de 2024 [ii], se espera que esto aumente el volumen de las transacciones comerciales entre los países en un 30-40 por ciento. [iii]

Además, Irán cuenta con recibir de Rusia suministros de intercambio de petróleo y gas[iv].

La continuidad de la línea de política exterior, así como los principales imperativos de la política interior, dan pie a que Irak siga participando activamente en la construcción de un mundo multipolar y en el fortalecimiento de la seguridad regional. Incluso debido a la muerte del presidente y del ministro de Asuntos Exteriores de Irán en un accidente de transporte en mayo de 2024, no se suspendieron todos los procesos políticos y no hay razón para que con el nuevo jefe de gobierno de la República Islámica cambien de algún modo los planteamientos ideológicos y geopolíticos de este país respecto a los asuntos mundiales.

Lo importante es que Irán, al igual que Rusia, también está estableciendo relaciones con el gobierno talibán de Afganistán. Moscú se negó recientemente a considerar a este movimiento una organización terrorista, lo que abrirá mayores oportunidades de interacción entre ambos países. [v]

Mientras tanto, existen amenazas similares para Rusia y Afganistán: se trata del grupo ISIS (prohibido en la Federación Rusa), que asumió la responsabilidad de los atentados terroristas en el Crocus y, más recientemente, en la República de Daguestán, así como de potencias occidentales interesadas en socavar tanto a Rusia como a Afganistán.

Como ya se ha mencionado, Afganistán tiene un importante potencial para la minería e incluso para las industrias del petróleo, el gas y la energía nuclear. Casi todos los yacimientos conocidos fueron descubiertos por geólogos soviéticos, pero no se desarrollaron debido a la difícil situación de conflicto durante décadas. Barita, zinc, plomo, uranio, carbón, mineral de hierro y cobre, wolframio, plata y oro, estaño, litio, piedra caliza, aluminio y muchos otros elementos de la tabla periódica se encuentran en las entrañas de Afganistán. Su explotación puede comenzar en un futuro próximo. Además, Afganistán es un mercado de bienes de consumo y un importante productor de productos agrícolas.

También es necesario prestar atención al potencial de varias carreteras, ya sea el Corredor Transafgano de Transporte o el proyecto de oleoducto Turkmenistán-Afganistán-Pakistán-India, que lleva bastante tiempo en marcha. La participación en su construcción y posterior explotación puede reportar a Rusia buenos dividendos en el futuro.

Pakistán también es importante para la geopolítica del sur de Eurasia. No es casualidad que Estados Unidos lleve insistiendo en el control político sobre él desde los años cincuenta. Washington sigue intentando mantener su influencia sobre él, en parte a través del FMI, que esclavizó a Pakistán con sus préstamos, y en parte manipulando la narrativa de la amenaza india (es significativo que para India, los asesores estadounidenses tengan historias de terror similares sobre «los islámicos una bomba nuclear», además de la amenaza china).

En la actualidad, un elemento clave de la iniciativa china «Belt and Road» se está implantando en Pakistán: el Corredor Económico China-Pakistán, que parte del puerto de aguas profundas de Gwadar, en la provincia de Baluchistán, y se extiende por todo el país hacia el norte, hasta las cadenas montañosas del sistema del Hindu Kush. Pakistán está interesado en atraer más inversores de Rusia para este y otros proyectos. Recientemente, los dirigentes del país anunciaron que Islamabad se sumará al uso del corredor Norte-Sur y está estudiando opciones aceptables para que las empresas rusas entren en Pakistán. Anteriormente, Rusia firmó un memorando sobre la construcción del gasoducto Pakistan Stream, aunque las negociaciones sobre diversos detalles siguen en curso. [vi]

El hambre energética de Pakistán también puede satisfacerse a costa de la energía nuclear, ya que Rosatom puede ofrecer soluciones óptimas en esta materia. Por último, la mediación de Rusia en la mejora de las relaciones entre India y Pakistán también puede dar sus frutos, y Moscú ya ha ofrecido anteriormente sus servicios en este asunto, especialmente cuando se produjo una escalada en la frontera.

La cooperación con Pakistán en el campo de la lucha contra el terrorismo es otro ámbito en el que es necesario un contacto constante y de confianza entre las autoridades competentes de ambos países.

Es importante señalar que Pakistán es una potencia nuclear, y su participación en el bando de un mundo multipolar significará mucho.

Y con los tres Estados en el sur de Eurasia, es necesario resolver los problemas para eludir las sanciones del Occidente colectivo. Todos ellos están más o menos familiarizados con el bloqueo de fondos y con diversas manipulaciones por motivos políticos. Un enfoque más consolidado a este respecto permitirá a todos, juntos e individualmente, sentirse más seguros en el sistema financiero mundial, mientras que la alternativa más adecuada es pasar a su propio mecanismo de transacciones para evitar la dependencia del dólar/euro y el paso de los flujos financieros por los centros de compensación occidentales.

Existe la posibilidad de que se presente un mecanismo similar en la cumbre de los BRICS en octubre. Al menos, hay información de que Rusia y China ya han elaborado los principales matices del nuevo instrumento de pago, que se utilizará tanto para el sector bancario tradicional como para las transacciones en moneda digital.

Como vemos, aunque las relaciones bilaterales con cada país por separado son importantes, una visión más completa y la consideración de diversos aspectos -desde la religión y la cultura hasta la seguridad, la economía y la industria- nos permitirán construir la estrategia más adecuada tanto para nosotros como para los Estados especificados, ya que una cooperación plena con los vecinos redundará en beneficio de todas las partes y de una vida pacífica basada en los valores propios.

Traducción al español para Geopolitika.ru
por el Dr. Enrique Refoyo
Fuente: https://katehon.com/

Por Leonid Savin

La visita de Modi mostró al mundo: Rusia no está tan aislada como Occidente quiere que esté

A su llegada a Moscú el 8 de julio, el Primer Ministro indio, Narendra Modi, describió a Rusia como el «amigo de todos los tiempos» de India y elogió el papel destacado de Vladimir Putin en el fortalecimiento de las relaciones bilaterales durante las dos últimas décadas. El Primer Ministro también afirmó que durante mucho tiempo el mundo ha sido testigo de un «orden global centrado en la influencia». «Pero lo que el mundo necesita ahora es fusión, no influencia, y nadie puede transmitir este mensaje mejor que India, que tiene una fuerte tradición de culto a la fusión», afirmó.

¿Cómo interpretar estas palabras? A primera vista, el Primer Ministro indio aboga por una especie de convergencia. Sin embargo, Oriente es un asunto delicado, esta frase puede interpretarse tanto como una fusión de varias corrientes como una influencia mutua.

En una reunión con la diáspora india en Moscú, el 9 de julio, Modi subrayó que «los indios en Rusia refuerzan los lazos bilaterales, contribuyen al desarrollo de la sociedad rusa… En cuanto oyen la palabra «Rusia», todos los indios piensan que es un amigo fiable, un amigo en la alegría y en la tristeza…».

Sin duda, tal «fusión» es bastante loable, aunque hay que tener en cuenta ciertas sutilezas mentales y espirituales, porque cualquiera puede hacerse ruso (ortodoxo o musulmán), pero para profesar el hinduismo hay que nacer hindú.

Y dada la ideología nacionalista del hinduismo que siguen Modi y sus partidarios, probablemente merezca la pena analizar cómo se han producido tales amalgamas dentro de la India. Uno puede fijarse en la enmienda de la Constitución india sobre el estatus del estado de Jammu y Cachemira, que perdió su estatus especial y su autonomía en agosto de 2019. Es decir, Nueva Delhi ha puesto en marcha un mecanismo de integración más estricto.

Sin embargo, la posición de Rusia sobre la crisis ucraniana y Novorossiya fue expuesta a Modi con cierto detalle, por lo que, aunque tocó el tema de las conversaciones de paz, lo hizo con bastante delicadeza, limitándose a ofrecer la ayuda de India si fuera necesaria para ello.

De todos los temas relacionados con el conflicto ucraniano, Modi estaba más interesado en el destino de los ciudadanos indios que se alistaron en las Fuerzas Armadas rusas. Según los medios de comunicación indios, Vladimir Putin ha accedido a la petición del primer ministro indio de despedir a todos aquellos que deseen regresar a la India. Según fuentes familiarizadas con la decisión, las órdenes se emitieron tras la «intervención directa» de Modi. «Esperamos que el despido se produzca en unas semanas desde los distintos lugares en los que están sirviendo o desplegados», dijeron las fuentes a The Hindu bajo condición de anonimato.

Los medios indios también informan de que el asunto ya se ha tratado con Sergey Lavrov en la cumbre de la OCS en Astana.

Cabe señalar que Estados Unidos ha expresado a India su preocupación por sus relaciones con Rusia, según declaró el lunes a la prensa un funcionario del Departamento de Estado. India, sin embargo, rechazó las preocupaciones del Departamento de Estado, subrayando que «siempre ha abogado por el respeto de la Carta de la ONU, incluidas la integridad territorial y la soberanía». No hay solución en el campo de batalla. El diálogo y la diplomacia son el camino a seguir».

La medida no sólo pretende estrechar los lazos de India con Rusia, sino también reforzar su influencia en las relaciones con Estados Unidos y otros países occidentales… La prolongada cooperación en materia de defensa hace difícil sustituir a corto plazo la posición de Rusia en el sector de la defensa de India. Aunque Estados Unidos está dispuesto a sustituir gradualmente a Rusia como principal proveedor de armas de India, esta transición lleva sin duda su tiempo.

Pero es crucial para un país grande como India mantener una relación estable con Rusia y continuar la cooperación en la industria de defensa».

Citando a Lun Xingchun, profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Estudios Internacionales de Sichuan, la publicación también escribe que «actualmente, Occidente es más proclive a inflamar las relaciones entre China, Rusia e India en un intento de sembrar la discordia entre los tres países. De hecho, sin embargo, el propio Occidente puede tener más motivos para preocuparse, ya que espera que India haga frente a Rusia uniendo sus fuerzas a las de Occidente, teniendo en cuenta que la política exterior de India está dirigida a mantener un equilibrio, sin inclinarse completamente hacia ningún lado, para perseguir sus propios intereses».

Los intereses propios de India son quizá la caracterización más acertada de la estrategia inteligente de Nueva Delhi. Sin embargo, no se pueden eludir los intereses rusos cuando se trata de la cooperación entre los dos gigantes euroasiáticos. Y en el contexto de la transformación global, por supuesto, también se trata de que India se convierta en un polo más independiente, lo que encaja bien con las aspiraciones tanto de China como de Rusia de construir un orden mundial multipolar.

Pero los medios de comunicación occidentales se centraron en el hecho de que India compró petróleo ruso por valor de 46.500 millones de dólares en 2023, aunque en 2021 la cantidad fue de sólo 2.500 millones. Las evaluaciones políticas están dominadas por la opinión de que, tanto para Rusia como para India, el desarrollo de sus relaciones bilaterales es importante para contrarrestar la influencia de China. La conclusión es que la visita de Modi demostró al mundo que Rusia no está tan aislada como Occidente quiere que esté.

The New York Times también citó a Vladimir Zelensky, que describió la visita como «una enorme decepción y un golpe aplastante a los esfuerzos de paz». Bloomberg no olvidó mencionar que Putin recibe a Modi después de que él mismo dijera que Rusia y China se encuentran en el mejor momento de sus relaciones bilaterales. Y el propio Modi viajó a Moscú tras la reciente visita a India de una delegación de altos funcionarios estadounidenses interesados en cooperar en tecnología, seguridad e inversiones.

Pero mientras los medios de comunicación occidentales se lamentaban de que Nueva Delhi no siguiera la corriente de Washington, la agenda constructiva de la visita de Narendra Modi continuaba. El 9 de julio, visitó la Tumba del Soldado Desconocido y la exposición Rosatom con Vladimir Putin, tras lo cual comenzaron las conversaciones formales en el Kremlin.

Junto con el Primer Ministro indio, formaban parte de la delegación el Ministro de Asuntos Exteriores, Subramanyam Jaishankar, varios otros altos funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores indio y Ajit Doval, Asesor de Seguridad Nacional del Primer Ministro.

Por parte rusa, asistieron a las conversaciones el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, el viceprimer ministro primero, Denis Manturov, el ministro de Finanzas, Antón Siluánov, el director del Servicio Federal de Cooperación Técnico-Militar, Dmitri Shugaev, y el director general de Rosneft, Igor Sechin.

Las conversaciones dieron lugar a una declaración conjunta, según la cual Rusia e India planean seguir desarrollando la cooperación en muchos ámbitos.

Los países acordaron alcanzar un volumen de comercio mutuo de más de 100.000 millones de dólares para 2030, desarrollar las liquidaciones en las monedas nacionales, optimizar los procedimientos aduaneros y aumentar el volumen de carga. Se prevé desarrollar la cooperación en la industria nuclear, el refinado de petróleo, la energía, la construcción de automóviles y barcos, en el desarrollo y suministro de medicinas y equipos médicos y muchas otras áreas.

Rusia e India acordaron desarrollar una seguridad indivisible en Eurasia e intensificar los procesos de integración; subrayaron la necesidad de resolver pacíficamente el conflicto ucraniano mediante la diplomacia y la implicación de ambas partes.

Anteriormente se informó de que India estaba interesada en la participación de Rusia en la construcción de nuevos reactores nucleares en India y en el suministro de combustible. A principios de la década de 2000, EE.UU. impidió activamente la entrada de tecnología nuclear en India, pero luego se relajó, sin embargo, teniendo en cuenta el hecho de que el propio EE.UU. será el proveedor. Al parecer, Nueva Delhi ha decidido deshacerse por fin de esta dependencia y contar con el apoyo de Rusia.

Se alcanzó un acuerdo similar sobre el suministro ininterrumpido y garantizado de petróleo en los próximos años.

También se habló de aumentar la cooperación técnico-militar. Hay que señalar que, según los datos del SIPRI, Israel representa la mayor parte de las importaciones de armas de India (48%), mientras que Rusia ocupa el segundo lugar (28%), aunque hace diez años su cuota era de alrededor del 70%. Por lo tanto, es más correcto hablar no del comienzo, sino del restablecimiento de las relaciones en este ámbito.

Los resultados de la visita del jefe de Estado indio pueden calificarse de muy fructíferos para ambas partes. Continúa el cambio de vector de Rusia hacia el Oriente Global y el Sur Global. Y dado que la India es ya la tercera economía del mundo, los proyectos conjuntos esbozados indican que, al menos en los próximos cinco años, la cooperación bilateral alcanzará nuevas cotas y reportará importantes beneficios a los dos países.

Y esto se confirmará una vez más en la cumbre BRICS+ de Kazán en octubre, a la que ha sido invitado Modi, así como en la 23ª cumbre de los dos países en la India en 2025, a la que ha sido invitado Vladimir Putin.

raducción al español para Geopolitika.ru
por el Dr. Enrique Refoyo

Fuente: https://regnum.ru/

Por Youssef Hindi

La geopolítica es “la conciencia geográfica del Estado” (1). Y el Estado es una comunidad de personas que existe dentro de un espacio definido o incluso una civilización que posee fronteras claras; en este caso podemos hablar de un “Estado civilización” (2) – utilizando el concepto de Weiwei Zhang – como lo son China o, hasta cierto punto, Rusia. Para el geopolítico alemán Karl Haushofer (1869-1946), la geopolítica no es ni de derechas ni de izquierdas, sino que es una ciencia al servicio de la humanidad en su conjunto y la cual fomenta el entendimiento entre los pueblos. El objeto de estudio de Haushofer es “las grandes conexiones vitales que el hombre actual tiene con el espacio actual” y su objetivo es “la integración del individuo en su entorno natural y la coordinación de los fenómenos que vinculan al Estado con el espacio” (3). El objetivo de esta disciplina es también y, sobre todo, dotar a los políticos responsables de las herramientas intelectuales necesarias para tomar decisiones y emprender acciones eficaces.

Lo que vemos hoy, sin embargo, es que existe una geopolítica china, una geopolítica rusa y una geopolítica estadounidense, pero que no existe una geopolítica europea, ya que la integración del Viejo Continente fue gracias al glacis estadounidense. E incluso si Estados Unidos se retirara de Europa, no existiría una geopolítica europea, sino una geopolítica francesa, alemana, italiana, etcétera. Los Estados europeos han perdido frente a Washington toda soberanía e incluso el derecho a elegir a sus amigos y enemigos. “Mientras un pueblo exista en el ámbito de lo político, debe, aunque sólo sea en el caso más extremo —pero, sobre cuya existencia decida por sí mismo— determinar la distinción entre amigo y enemigo. Ahí radica la esencia de su existencia política. Si ya no tiene la capacidad o voluntad de hacer distinción, deja de existir políticamente. Si un extranjero le dice quién es su enemigo y contra quién se puede o no combatir, entonces ya no es un pueblo políticamente libre” (4). Este otro sistema político es la Unión Europea y la OTAN, dirigidas por Estados Unidos.

Si la política es el ámbito de la distinción entre amigo y enemigo, la geopolítica es el ámbito de la alianza y la confrontación entre los Estados. La geopolítica aplicada es también, ante todo, la gestión por parte de una autoridad política de su espacio, es decir, el espacio de su pueblo. Esto último significa asegurar sus fronteras y mantenerse lo más lejos posible de cualquier amenaza que pueda suponer cualquier Estado, ejército u organización hostil. Para Karl Haushofer, el concepto de geopolítica es “uno de los instrumentos políticos más útiles y más finos que existen que ayudan a registrar y medir la distribución del poder en el espacio y la superficie de la tierra: una herramienta para comprender el juego de fuerzas que afecta a nuestro presente y a nuestro futuro; utilizando esta herramienta podemos poner en juego y superponer casi sin lagunas los factores descriptivos espaciales de la geografía política y los factores descriptivos temporales de la historia cotidiana en sus resultados para comprender la fuerza transformadora dinámica del día y del momento” (5).

Enemigos estructurales: tierra/mar, imperio/hegemón

La Antigüedad vio el nacimiento de los Estados y los grandes modelos de poder geopolítico, los cuales evolucionaron técnicamente, pero mantuvieron su esencia. La oposición entre imperio terrestre y hegemonía marítima es permanente y continua hasta nuestros días dando forma a la estructura de la geopolítica mundial. Las guerras entre Esparta y Atenas, y posteriormente entre Roma y Cartago, resonaron en conflictos posteriores de la Edad Media y la Modernidad: Inglaterra contra Francia, Inglaterra contra Rusia, Inglaterra contra Alemania y actualmente Estados Unidos contra Rusia. Las constantes geopolíticas se extienden a lo largo de un periodo histórico muy dilatado. Desde un punto de vista geopolítico y jurídico, más o menos desde el siglo XVI, hemos vivido en un mundo conformado por dos órdenes espaciales opuestos: el del mar abierto y el de la tierra firme. “La ordenación mundial centrada en Europa, surgida en el siglo XVI, se desdobló así en dos ordenaciones globales distintas, o sea de la tierra y del mar. Por primera vez en la historia de la Humanidad, la oposición entre tierra y mar se convierte en fundamento universal de un Derecho global de Gentes. Ahora ya no se trata de cuencas marítimas delimitadas como el Mar Mediterráneo, el Mar Adriático o el Mar Báltico, sino de todo el globo terrestre, geográficamente medido, y los océanos mundiales… Aquí se enfrentan, pues, dos ordenaciones universales y globales que no pueden ser adaptadas a la relación entre derecho universal y derecho particular. Cada una de estas ordenaciones es universal. Cada una de ellas tiene su propio concepto de enemigo y guerra y botín, pero también de libertad. La gran obra decisiva del Derecho de Gentes de los siglos XVI y XVII culminó así en un equilibrio entre tierra y mar, en una contraposición de dos ordenaciones que, en su correlación sujeta a tensiones, llegaron a determinar el nomos de la tierra…” (6).

Desde entonces y hasta finales del siglo XX, el equilibrio de poder se inclinó a favor de las potencias marítimas, a saber, el Imperio Británico y su heredero estadounidense. El hundimiento del poder continental tras la Reforma protestante, que debilitó tanto a la Iglesia romana como al Sacro Imperio Romano Germánico, condujo a la expansión hegemónica a largo plazo de las talasocracias angloamericanas y al sometimiento de la Europa continental. Las consecuencias de la salida de Europa del escenario de la historia, al igual que el nacimiento del mundo multipolar, fue percibida por ya en los años 1930/40 por algunos visionarios que se adelantaron a su tiempo. En su correspondencia con Nicolaus Sombart entre 1933 y 1943, Carl Schmitt escribió que: “Los verdaderos competidores hoy en día son Rusia y Estados Unidos. Europa está fuera de juego. Tocqueville se dio cuenta de ello hace cien años. Pero la idea misma de dominación mundial también es cosa del pasado. Lo que viene es un nuevo Nomos de la Tierra, un nuevo orden geográfico. Tenemos que pensar en términos planetarios, en términos de una revolución geográfica planetaria. Lo que está surgiendo ahora es un orden de ‘grandes espacios’” (7).

La actual guerra entre Rusia y la OTAN en Ucrania es el resultado de esta tensión entre potencias terrestres y marítimas. La guerra que Rusia libra hoy es clásica, en el sentido de que combate allí donde hay poblaciones rusófonas en los territorios del antiguo imperio ruso. Lucha en su zona natural de influencia, no al otro lado del mundo. Es una guerra del siglo XIX, típica de las potencias terrestres, comparable a la de Prusia, que luchó para reunificar (parcialmente) a las poblaciones germánicas dispersas por parte de Europa. Rusia también está librando una guerra para asegurar su zona de influencia geopolítica, que está siendo invadida por Estados Unidos a través de la OTAN. Podemos remontarnos a la Antigüedad para encontrar este tipo de guerra limitada librado con la intención de preservar o ampliar una zona de influencia que coincide con una zona de seguridad que permite trazar una línea geográfica más allá de la cual la vida del propio Estado se ve amenazada.

En la primera mitad del siglo III a.C., cuando Roma unificó Italia, vio amenazada su costa Este en tirrena por Cartago. Hacia el 280 a.C., Cartago ocupó Lipara, en las islas Eolias, un puesto de observación clave en la desembocadura del estrecho de Mesina. En el 270 a.C., Roma reconquistó Rhegium, frente a Sicilia, y desde entonces controló el estrecho de Mesina, una de las dos principales vías de comunicación entre las cuencas oriental y occidental del Mediterráneo. Cartago, que había intentado sin éxito impedir que Roma unificara la península itálica, ahora quería al menos cerrar el acceso de Roma a Sicilia, clave de la hegemonía colonial cartaginesa. Podemos trazar un paralelismo con la secuencia histórica que comenzó cuando Vladimir Putin llegó al poder a principios de la década de 2000. Mientras Rusia se reconstituía y reforzada su Estado, se vio amenazada por Estados Unidos, el Cartago de los tiempos modernos, dentro de sus fronteras (la guerra de Chechenia) y fuera por el avance de la OTAN en su zona de influencia y seguridad. Para afirmarse como potencia regional, Roma se vio obligada a salir de la península itálica y enfrentarse a Cartago, del mismo modo que Rusia salió de sus fronteras para enfrentarse a la OTAN en Ucrania. En ambos casos, la guerra era inevitable. O bien la potencia terrestre se quedaba dentro de sus fronteras y dejaba que la potencia marítima la atacara en su territorio, a riesgo de verse acorralada o incluso desaparecer, o bien emprendía acciones militares para asegurarse una zona de influencia más amplia que le proporcionara una protección duradera. Los intereses de Cartago, que residían en el control militar, político y comercial del Mediterráneo, chocaban frontalmente con los intereses vitales de Roma, que necesitaba asegurarse una zona de influencia y protección. Cartago intentaba contener a Roma, igual que los estadounidenses hacen con Rusia. Los cartagineses querían utilizar Sicilia como puente para atacar Italia al igual que los estadounidenses están utilizando Ucrania como cabeza de puente contra Rusia. Rusia, como Roma en el pasado, está a la defensiva, pero responde al ataque de un enemigo, Estados Unidos, que está fuera del alcance de su ejército. Roma destruyó Cartago con tal de reducir su amenaza a nada. Rusia sólo puede destruir a Estados Unidos a costa de un intercambio nuclear catastrófico para la humanidad. Mientras tanto, Estados Unidos amenaza las fronteras de Rusia utilizando a los ucranianos y europeos. Los estadounidenses libran una guerra internacional contra Rusia sin tener que implicarse oficialmente. La asimetría militar en perjuicio de Rusia es extraordinariamente significativa. Pero la asimetría en este conflicto no es exclusivamente militar. Rusia está librando una guerra tradicional, convencional y limitada por su propia naturaleza. Incluso nos atreveríamos a decir que la ofensiva rusa está limitada por la propia naturaleza de Rusia. Estados Unidos está librando una guerra fuera de sus límites, es decir, una guerra cuyo ámbito de acción ya no es exclusivamente militar, sino también civil, económico, jurídico y social. La guerra sin límites es la guerra total. Y es a este ataque total al que Rusia se enfrenta desde hace muchos años.

Esto ha llevado a la formación de bloques geopolíticos continentales como reacción a la hegemonía de la talasocracia: China/Rusia frente al hegemón angloamericano Ha nacido el orden de los grandes espacios, conocido como mundo multipolar, y que está compuesto por grandes potencias que agrupan diversas naciones con tal de formar bloques geopolíticos. La unipolaridad sólo duro un breve momento durante el cual se reconstituyeron los poderes de Rusia y de China. En resumen, se trató de un malentendido histórico. Este breve periodo de unos veinte años fue interpretado por algunos estadounidenses como el fin de la historia, que significaba la hegemonía planetaria estadounidense. El siglo XXI no será únicamente el siglo de la multipolaridad, sino también el siglo en el que el centro de gravedad del planeta se desplaza hacia el Este, hacia el corazón continental del mundo, en detrimento de las talasocracias periféricas. Se trata de una inversión fenomenal del equilibrio de poder a escala histórica y mundial. Los grandes recursos energéticos (petróleo, gas, por no hablar de las materias primas), y las mayores potencias económicas y militares son antes que nada Estados continentales que controlan grandes extensiones de tierra y se alían con numerosos Estados a través del vasto territorio del África. Estados Unidos y el resto del mundo occidental representan el 25% de la población mundial y se enfrentan al 75% restante, que hoy en día se agrupa en torno a las dos potencias continentales: Rusia y China. Esto marca el fin de la era talasocrática. Hace más de un siglo, Halford John Mackinder (1861-1947) advirtió al Imperio Británico del peligro que representaba el poder terrestre ruso en el sentido de que la potencia continental tenía más posibilidades de triunfar sobre los poderes marítimos sin importar que tan ingeniosa fuera la diplomacia de estos últimos.

Quienes se sorprenden ante el acercamiento chino-ruso simplemente ignoran las constantes y los fundamentos de la geopolítica. El Pacto Molotov-Ribbentrop, concluido en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, se justificó por la necesidad de que las dos potencias terrestres, Alemania y Rusia, se acercaran y formaran un “bloque” contra las potencias marítimas angloamericanas, a pesar de sus diferencias ideológicas. El error fatal de Adolf Hitler fue romper este pacto, para regocijo de británicos y estadounidenses, que pudieron así librarse, con un coste mínimo, de un Estado poderoso que se extendía por el centro de Europa: “Sólo después de haber expuesto sus planes de conquista en el Este a los principales jefes militares, Hitler encontró la resistencia de los círculos tradicionales, de los que el general Beck era un destacado representante” (8). Estos círculos tradicionales pretendían restaurar una Alemania fuerte y su hegemonía según el modelo clásico.

Los dirigentes chinos y rusos, que tienen una fuerte conciencia histórica, no cometerán el error de separarse. Tanto más cuanto que la doble política estadounidense de contención frente a Rusia y China obliga a estos dos países a mantenerse unidos. Dado que el globo es un campo de batalla en el que “los Estados compiten por el dominio del mundo” (9), la guerra de Ucrania puede interpretarse como una continuación de la política euroasiática de Rusia para asegurar su control continental. Es lo que tradicionalmente se conoce como “pacificación” al estilo romano. El apoyo de Pekín a Moscú es, por lo tanto, comprensible; el Imperio del Centro necesita que Europa y Asia estén pacificadas para que sobreviva su proyecto de la nueva Rutas de la Seda. Así que Rusia está haciendo un trabajo necesario a ojos de China. Lo sorprendente hoy en día es que el realismo geopolítico alemán ha sido adoptado por rusos y chinos. De hecho, Karl Haushofer escribió en 1940: “Incuestionablemente, el mayor y más importante cambio en la política mundial de nuestro tiempo es la formación de un poderoso bloque continental que abarca Europa, el Norte y el Este de Asia. Pero no todas las grandes formaciones y configuraciones de este tipo surgen de la mente de algún estadista, por grande que sea, como aquella famosa diosa griega de la guerra transfigurada en apariencia. Las personas informadas saben que tales formaciones se preparan durante un largo período de tiempo” (10)

La política euroasiática no es, de hecho, un proyecto ideado originalmente y ad hoc por unos cuantos dirigentes, sino el fruto de la necesidad, de la fuerza de las circunstancias históricas. La alianza euroasiática sigue un principio que nos viene de la antigüedad, de la época del nacimiento del Estado romano: “Fas est ab hoste doceri” (Es un deber sagrado dejarse enseñar por el enemigo). Karl Haushofer escribió en 1940. “Cuando nacen formaciones políticas importantes, el adversario suele tener ya un agudo instinto de lo que le amenaza, un sentimiento premonitorio que un notable sociólogo japonés, G. E. Vychara, atribuye a todo su pueblo, y que le permite ver los peligros que vienen de lejos. Tal característica nacional tiene un valor incalculable. Todo el mundo se asombrará al saber que quienes primero vieron en el horizonte la posibilidad de tal bloque continental, cargado de amenazas para la dominación mundial de los anglosajones, fueron los dirigentes ingleses y estadounidenses, en una época en que nosotros, en el seno del Segundo Reich [1871-1918], aún no nos habíamos formado una imagen de las posibilidades que podrían resultar de una unión entre Europa Central y la potencia dominante de Asia Oriental [N. D.A.: se refiere a Japón] a través de la inmensa Eurasia” (11).

Lord Palmerston (1784-1865), político británico y dos veces Primer Ministro, dijo durante una crisis ministerial en 1851: “por muy desagradables que sean ahora nuestras relaciones con Francia, debemos mantenerlas, porque en el trasfondo se cierne una Rusia que puede unir Europa y Asia Oriental, y solos no podemos hacer frente a semejante situación”. Homer Lea (1876-1912), aventurero y escritor estadounidense, escribió un libro sobre el ocaso de los anglosajones en el apogeo del Imperio Mundial Británico. En él decía que el fin de la dominación inglesa podría llegar cuando Alemania, Rusia y Japón unieran sus fuerzas. Por lo tanto, está claro que los cerebros de Vladimir Putin y Xi Jinping no idearon la política de acercamiento chino-ruso. Es una reacción a la geopolítica de los angloamericanos, a la que han bautizado como “política de la anaconda” con la cual sujetar, asfixiar y aplastar a las naciones (12). Podríamos decir que se trata de una relación dialéctica, una amenaza que obliga a los Estados continentales a formar grandes y poderosos espacios para obstaculizar la política de la anaconda. El objetivo estratégico angloamericano de separar a Alemania y Rusia no es nada nuevo. Hoy, Washington destruye los gasoductos que unían a ambos países, y ayer, en 1919, cuando Alemania estaba de rodillas y desarmada, los angloamericanos temían la colaboración germano-rusa y propusieron “que, a costa de un grandioso traslado de los habitantes de Prusia Oriental a Occidente, Alemania sólo tuviera acceso a la orilla occidental del Vístula, únicamente para que Alemania y Rusia ya no pudieran encontrarse directamente” (13).

El Tratado de Rapallo, firmado el 16 de abril de 1922 por Alemania y la República Socialista Federativa Soviética de Rusia, supuso una gran decepción para el inglés Mackinder y su escuela. La nueva Ruta de la Seda china, que une en a la oriental China con Europa occidental mediante una ruta esencialmente continental, ha reavivado un viejo temor angloamericano. Recientemente, la doncella italiana al servicio de Washington, Giorgia Meloni, sacó a Italia de la Nueva Ruta de la Seda china. Además, recordemos que el historiador y geopolítico estadounidense Brook Adams (1848-1927) vio en la posibilidad de una vasta política ferroviaria transcontinental con terminales que se extendían desde Port Arthur hasta Tsing-tao (dos puertos del este de China), la posibilidad de una unidad germano-rusa para dominar el este de Asia y que cualquier intento de un bloqueo británico o estadounidense, incluso de ambos a la vez, no sería capaz de contener. Todo esto lo estamos viendo hoy. La política de sanciones estadounidenses contra una Rusia respaldada por China y las otras grandes zonas del mundo multipolar (BRICS) es inútil. Incluso sin Europa, que Washington ha logrado separar de Rusia, la alianza continental euroasiática ya está derrotando a los angloamericanos política, militar y económicamente. La ruptura ruso-europea provocada por los estadounidenses está empujando a Rusia aún más hacia otro continente rival, África, donde los chinos ya están bien establecidos. Todo esto es gracias a los vasos comunicantes de la geopolítica. Estados Unidos vive de las ganancias geopolíticas que logró desde el final de la Segunda Guerra Mundial. En particular, el control de Europa y Japón. La política continental para contrarrestar la contención angloamericana debe llevarse a cabo sin contar con la participación de estos dos actores, tomando en cuenta un gran número de grandes y medianas potencias, como India, Irán, Indonesia, Sudáfrica y Brasil. Además, África se está inclinando hacia Oriente en detrimento de Occidente.

¿Con qué fin?

Pero la fuerza de atracción económica de los poderes continentales podría en algún momento romper la dependencia de Japón y Europa del judeo-protestantismo angloamericano, eso si primero no se produce una guerra mundial (es decir, un enfrentamiento directo entre las grandes potencias). Porque si bien Estados Unidos fue una vez una potencia económica atractiva, hoy ofrece a sus vasallos recesión, pobreza, saqueo de sus industrias, guerra y humillación continua. Los dirigentes europeos están atrapados entre un abismo que los enfrenta a sus amos, la oligarquía occidental, la cual arrastra a sus países al abismo, y la revuelta de sus pueblos, que se oponen a esta política de muerte. Por su parte, Rusia está esperando a cosechar los beneficios de la guerra de desgaste contra Occidente hasta que la paciencia de los pueblos de Europa llegue a su límite. La presión rusa sobre los gobiernos europeos no es virtual, sino real. La capacidad de resistencia y los recursos de los rusos son muy superiores a los de Occidente. Todo lo que Moscú tiene que hacer es prolongar las hostilidades y el agotamiento industrial europeo hasta que sus pueblos no puedan soportar más los efectos económicos.

En cuanto a Japón, ha mostrado un pragmatismo típico de su cultura. Tokio se negó a sacrificar su economía por las necesidades estratégicas de Estados Unidos: “Estados Unidos ha reunido a sus aliados europeos en torno a la idea de limitar las compras de crudo ruso a 60 dólares el barril, pero uno de los aliados más cercanos de Washington en Asia está comprando ahora petróleo a precios superiores a ese tope. Japón consiguió que EEUU aceptara esta excepción, alegando que la necesitaba para garantizar el acceso a la energía rusa. Esta concesión demuestra la dependencia de Japón de Rusia en materia de combustibles fósiles, lo que, según los analistas, ha contribuido a la reticencia de Tokio a seguir apoyando a Ucrania en su guerra contra Rusia” (14). Los estadounidenses se enfrentan a una situación difícil. Están exigiendo obediencia ciega a sus vasallos en contra de sus intereses vitales. Tirar demasiado fuerte de la cuerda de la sumisión acabaría por romperla. La situación geográfica de Japón, cerca de los dos gigantes geopolíticos que son China y Rusia, puede empujarle finalmente a un acercamiento con Pekín y Moscú para encontrar un modus vivendi. La necesidad de hidrocarburos para su potente industria es vital para Japón y Tokio no puede permitirse hacerse el harakiri por una guerra que no tiene nada que ver con él. La realidad del equilibrio de poder es clara, entre una minoría demográfica a escala mundial que lleva a cabo una política económica y militar mortífera, y las grandes potencias de la tierra que disfrutan de un auge económico y que trabajan para estabilizar el gran continente, existe una diferencia clara.

Notas:

1. Karl Haushofer, De la géopolitique, Fayard, 1986, p. 24.

2. https://www.lajauneetlarouge.com

3. Karl Haushofer, De la géopolitique, p. 25.

4. Carl Schmitt, La notion de politique, 1932, Champs, 2009, p. 91.

5. Karl Haushofer, De la géopolitique, p. 105.

6. Carl Schmitt, Le nomos de la Terre, 1950, Publication universitaire de France, 2001, p. 172.

7. Nicolaus Sombart, Chronique d’une jeunesse berlinoise (1933-1943), Quai Voltaire, Paris 1992, trad. D’Olivier Mannoni, pp. 322-323. Citado por Alain de Benoist, prefacio a Terre et mer de Carl Schmitt, 1942, 2022, Krisis, p. 57.

8. Jean Klein, prefacio a De la géopolitique de Karl Haushofer, p. 29.

9. Karl Haushofer, De la géopolitique, p. 27.

10. Karl Haushofer, De la géopolitique, p. 113.

11. Karl Haushofer, De la géopolitique, p. 114.

12. Karl Haushofer, De la géopolitique, pp. 114-115.

13. Karl Haushofer, De la géopolitique, pp. 115-116.

14. « Japan Breaks With U.S. Allies, Buys Russian Oil at Prices Above Cap », The Wall Street Journal, 02/04/2023. https://www.wsj.com

Fuente https://strategika.fr

¡¡ARGENTINA TIENE UNA NO POLÍTICA EXTERIOR Y SU DIPLOMACIA ACTÚA CONTRA LOS INTERESES DEL PAÍS!!

Lo señala el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma tras felicitar a este importante medio alternativo internacional de la libertad de prensa por su 20º aniversario y recordando el legado de Juan Domingo Perón, a 50 años de su muerte, sobre que ”LA ÚNICA POLÍTICA IMPORTANTE QUE EXISTE ES LA POLÍTICA EXTERIOR” con la que las naciones, los pueblos y las organizaciones internacionales deben participar y bregar por sus intereses nacionales. Toda una herencia estratégica del mayor líder argentino del siglo XX, de rotunda vigencia en el actual cambio tectónico e histórico que se produce por el ascenso del Sur Global y la debacle del imperio anglosajón. Y dentro del cual, y por el contrario, Javier Milei ha entregado a su país al servicio de los intereses de EEUU e Israel.

AUDIO:

Y corroborando tan evidente traición a su patria, en el audio detalla la descomunal lista de viajes internacionales emprendidos por el presidente anarco liberal, casi todos para propaganda ideológica personal aunque pagados con dineros públicos y haciendo dejación de sus obligaciones de alto mandatario de una nación en gravísima crisis económica y social. En tanto que sus escasas participaciones oficiales han sido en eventos de organizaciones devaluadas pro anglosajonas y en los cuales, sin vergüenza ni sentido del ridículo, pretendió convencer a la elite imperial -que ha dominado la humanidad durante siglos- que son los comunistas y los populistas los verdaderos dueños del mundo.

Destacando además, la decisión de Milei, suicida para los intereses de Argentina, de no acudir a la cumbre del Mercosur y sí a una conferencia conservadora junto al imputado Bolsonaro y al extremista chileno Kast, que alucina con apropiarse de la Patagonia. En tanto que el presidente anarco liberal continúa generando conflictos diplomáticos con la mayoría de países vecinos.

Además, resalta la temeraria decisión unilateral, no exigida por EEUU, de introducir a Argentina en el conflicto de Ucrania, más un acuerdo de apoyo irrestricto al régimen de Zelenski y el compromiso de entregar armamento -y hasta aviones- a ese país. Sin olvidar la amenaza de cambiar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén, cuando solo 4, de los 194 países de la ONU lo han hecho, en una clara provocación al mundo árabe, al que ya ofendió en Buenos Aires, no asistiendo a la cita comprometida con sus embajadores en el país. Además del enfrentamiento obsesivo que promueve con China y Brasil, nuestros principales socios estratégicos para la economía  del país.

Y concluye con que ésta es la NO POLÍTICA EXTERIOR, ésta es la falta de criterio y ésta es la falta de interés nacional que tiene la administración de Milei.

Eduardo Bonugli (Madrid, (07/07/24)

VIAJES AL EXTERIOR DE JAVIER MILEI

  1. Suiza – Davos – 15-19 de enero – Invitado en la 54.ª Reunión Anual del Foro Económico Mundial ​
  2. Israel Tel Aviv y Jerusalén6 de febrero – Reunión con el presidente Isaac Herzog y el primer ministro Benjamín Netanyahu ​
  3. Ciudad del Vaticano9 de febrero Reunión con el Papa Francisco
  4. Italia – Roma – 9 de Febrero – Reunión con el presidente Sergio Mattarella y la primera ministra Giorgia Meloni
  5. Estados UnidosWashington D. C – 23 de febrero – Invitado en la Conferencia Política de Acción Conservadora 
  6. Estados UnidosAustin y Miami 10-12 de abril – Reunión con el empresario Elon Musk ​ y con secta judía Casa de Jabad ​
  7. Estados UnidosLos Ángeles5-6 de mayo – Invitado en el Instituto Milken
  8. EspañaMadrid17-19 de mayo – Invitado en la convención Europa Viva 24 del partido político Vox 
  9. Estados UnidosSan Francisco28-30 de mayo – Reunión con los empresarios Sam Altman, Tim Cook, Sundar Pichai, y Mark Zuckerberg, y con el director de la Universidad Stanford (donde dio un discurso) Richard Saller, y la directora de la institución Hoover y ex secretaria de Estado Condoleezza Rice 
  10. El SalvadorSan Salvador1 de junio  – Invitado en la asunción del presidente reelecto Nayib Bukele
  11. ItaliaFasano13-15 de junio – Invitado en la cumbre del G7 y el Papa Francisco
  12. SuizaLucerna15-16 de junio – Invitado en la Conferencia de Paz sobre Ucrania 
  13. EspañaMadrid21 de junio – Viaje para recibir la Medalla Internacional de la Comunidad de Madrid, en contra del criterio que establece la Ley de Acción y del Servicio Exterior de 2015,​ y la Medalla por «defensa ejemplar de las ideas de la libertad» del Instituto Juan de Mariana.
  14. AlemaniaHamburgo22-23 de junio – Invitado en una ceremonia en donde fue premiado con la medalla Hayek mientras unas 500 personas se manifestaban en contra del presidente argentino.​ También mantuvo una breve reunión de trabajo con el canciller Olaf Scholz, donde se abordaron las negociaciones para un acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur.
  15. República ChecaPraga24 de junio – Reunión con empresarios y el primer ministro Petr Fiala. El gobierno sostuvo que fue invitado a título privado por el Instituto Liberal de República Checa.​ El presidente de dicha institución desmintió esa información, diciendo que el premio a Milei no fue entregado por ellos sino por un ex miembro del mismo.
  16. Brasil – Camboriú6 y 7 de julio – Conferencia de Conferencia Política de Acción Conservadora

SÍNTESIS HASTA EL 7/7/2024

4 visitas a Estados Unidos

2 visitas a Italia, Suiza, España

1 visita a Ciudad del Vaticano, Israel, El Salvador, Alemania, Chequia, Brasil

PRENSA INTERNACIONAL DIARIO “EL PAÍS” ESPAÑA 

GOBIERNO DE JAVIER MILEI – Milei llega a Brasil con una economía que languidece y casi aislado en la región

El presidente argentino participará junto a Bolsonaro y el chileno José Antonio Kast en la cumbre de la ultraderecha de este fin de semana y se reunirá con empresarios brasileños, pero no con Lula

LINK DE LA INFORMACION: https://elpais.com/argentina/2024-07-06/milei-llega-a-brasil-con-una-economia-que-languidece-y-casi-aislado-en-la-region.html

Entrevistado por el programa «Redacción Abierta» de Canal 10 de los SRT de la Unv Nac de Córdoba, que conduce el Periodista Martin Reinaldi..analizó la errática, confusa y casi inexistente en Política Exterior del Gobierno de Javier Milei, y que en la práctica, sus viajes al exterior, no han sido viajes de Estado sino viajes personales o por razones «religiosas» o para recibir «premios» de dudoso origen o importancia o asistir a reuniones de grupos o sectas políticas religiosas…Sin ninguna relación con el Interés Nacional y enfrentándose con nuestros principales socios comerciales como: Brasil, China o España y prácticamente aislado de toda Suramerica y ahora su faltazo a la Cumbre del Mercosur…


Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele
Dossier Geopolitico

 

Canal 10 canal pionero de la Tv por aire del Interior de Argentina, perteneciente a los Servicios de Radio y Televisión de la Universidad Nacional de Córdoba

Por Consuelo Diéguez *

Atarajan Chandrasekaran, o Chandra, como se le conoce, preside el grupo Tata, el mayor conglomerado empresarial de la India y uno de los mayores del mundo, con unos ingresos de unos 150.000 millones de dólares. Tata posee acerías, bancos, empresas de energía y tecnología, así como marcas simbólicas del refinamiento, como Jaguar y Land Rover. Esta máquina de hacer dinero quiere multiplicar las inversiones en Brasil, todavía pequeñas por ahora, en los próximos años. Por este motivo, el presidente Lula recibió calurosamente a Chandra a finales de marzo, en su oficina, en el Palacio do Planalto.

En el encuentro, Lula celebró los vínculos entre Brasil e India y habló de la importancia de fortalecer la asociación con el miembro más fuerte de los Brics, después de China. Al posar para fotos con Chandra, Lula dio un paso más en su diplomacia presidencial, estrategia que viene ejerciendo desde el inicio de su gobierno con el objetivo de buscar inversiones, incrementar el comercio y, principalmente, influencia en la geopolítica global de Brasil.

“Europa ha perdido su papel de liderazgo en todos los ámbitos. Tanto en el comercio como en la política internacional, mientras los Brics ganan cada vez más importancia”, dijo Lula a Chandra durante la reunión, según uno de los presentes. Por la noche, en una cena en la Embajada de la India en Brasilia – un palacio de líneas modernas y atrevidas, en el Sector de Embajadas, en Lago Sur, en la capital federal – le tocó a Chandra reforzar, frente a empresarios brasileños y extranjeros, políticos y diplomáticos, lo que escuchó anteriormente de Lula. “La geopolítica está cambiando. Estados Unidos y China se están asentando y la India está creando su propio camino”, afirmó, en un breve discurso, en el que presentó el potencial de su país como socio comercial y político de Brasil. “Bajo el liderazgo del Primer Ministro Narendra Modi, la India está emergiendo como líder regional y potencia económica. Ya se ha convertido en la quinta economía mundial y, en los próximos cinco años, será la tercera”, afirmó el ejecutivo. Esto significa que su país espera, en poco tiempo, desplazar a dos de las mayores economías del mundo: Japón y Alemania, sólo por detrás de China y Estados Unidos.

Chandra luego pasó al punto central de la conversación que tuvo con Lula: los Brics. «India y Brasil son dos de los países más importantes del Sur Global y de los BRICS». Brasil, dijo, tiene recursos naturales gigantescos, como petróleo, gas, mineral de hierro, además de bosques y fuentes de energía limpia. “Son dos naciones muy amigas y a ambos gobiernos les gustaría que sucedieran más cosas. Tanto en el flujo comercial como en la sostenibilidad, en la producción de alimentos, en la transición energética, en la tecnología, entre otras cosas”. Son áreas en las que Europa ha ido perdiendo importancia y competitividad, mientras que los países Brics ganan cada vez más espacio. Hasta el punto de que el bloque empezó a ser visto como una molestia por parte de los países más ricos. Y en ocasiones incluso como una amenaza en el futuro.

ohBrics surgió de un acrónimo creado por un ejecutivo del banco estadounidense Goldman Sachs, en 2001, para designar a un grupo de países emergentes -inicialmente, Brasil, Rusia, India y China- cuyas economías llamaban la atención por su gran potencial de crecimiento. El apodo acabó animando al grupo a unirse, en 2009, en un bloque del mismo nombre, al que también se uniría Sudáfrica.

A pesar de que estos países destacan en el escenario mundial, especialmente China, los Brics eran vistos hasta hace poco por las economías del G – 7 (grupo que reúne a Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá y Japón) como un bloque. con más divergencias que intereses comunes, lejos de representar riesgo alguno para los dueños del mundo. Esta indiferencia se ha mantenido sin cambios durante las últimas dos décadas, a pesar de la expansión acelerada de China y la India.

La advertencia de que algo nuevo podría desafiar la hegemonía del G – 7 llegó el año pasado con la entrada de cuatro socios más al bloque: los Emiratos Árabes Unidos, Irán, Egipto y Etiopía. Se espera que Arabia Saudita selle su participación este mes. Se incluyó a Argentina, pero el presidente Javier Milei renunció a la asociación. El bloque se volvió más heterogéneo, especialmente desde el punto de vista político, al mezclar dictaduras y democracias en una misma canasta, pero se convirtió en un coloso económico. Los Brics ampliados, o Brics+, como se les llama, representan (con la participación de Arabia Saudita) el 46% de la población del planeta, el 38% del PIB  y el 23% de las exportaciones globales, además del 43% de la producción mundial de petróleo. Entre las diez economías más grandes del mundo, tres (China, Brasil e India) pertenecen a los BRICS.

China, naturalmente, es el buque insignia del grupo. Cuando se crearon los Brics en 2009, el PIB chino , según la revista The Economist , representaba el 47% del PIB del bloque . En 2022 ya era del 70%. En el comercio entre los BRICS, la participación de China era del 55% en 2001 y saltó al 69% en 2022. En términos globales, con un PIB  de 19,9 billones de dólares, los chinos ocupan el segundo lugar después de Estados Unidos, que con un PIB de 25,3 billones de dólares. sigue siendo la economía más grande del mundo.

La creación de los BRICS, como me dijo un diplomático brasileño, “fue un ejercicio diplomático creativo”. Reunió a países que no tenían muchos vínculos directos, pero que, con la creación del bloque, lograron agilizar algunos mecanismos de intercambio. “En una mesa se reunieron líderes de cinco países que han cobrado relevancia”, dijo. «Esto hizo que los tratos fueran mucho más rápidos, principalmente porque las conversaciones siempre fluían bien».

Los especialistas en geopolítica y comercio internacional apuestan a que los BRICS no desplazarán la supremacía occidental en el corto plazo. Pero existe una creencia generalizada de que, por primera vez desde su creación en 1944, el sistema de Bretton Woods –que sentó las bases del orden mundial liberal, con sus organismos tentaculares, como el FMI , el Banco Mundial, así como el La ONU , que nació de los escombros de la Segunda Guerra Mundial, está siendo cuestionada. Al igual que la Organización Mundial del Comercio ( OMC ), creada en 1995. Todas estas organizaciones comenzaron a decaer, perdiendo relevancia y credibilidad. El caso más dramático tal vez sea el de la ONU , que se ha ido desmoralizando ante los ojos del mundo por su incapacidad para influir en la resolución de guerras, como las entre Rusia y Ucrania, o como ejemplo de lo ocurrido en los EE.UU. principios de la década de 2000, cuando no pudo evitar que Estados Unidos atacara Irak y Afganistán. El testimonio más reciente de la tibieza de la organización es su completo fracaso a la hora de impedir la masacre de palestinos por parte de Israel, en represalia por el ataque de Hamás el 7 de octubre del año pasado.

La brutal reacción de Israel, tratada como genocidio por la comunidad internacional, incluido el secretario general de la ONU , Antonio Guterres, y los países miembros de la organización, ya ha matado a casi 40.000 civiles palestinos, ha herido gravemente a unos 80.000 y ha destruido casi por completo la Franja de Gaza. El 20 de mayo, el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, pidió a los jueces que emitieran órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y tres altos líderes de Hamás por crímenes de guerra. La Corte Internacional de Justicia de la ONU  ordenó a las fuerzas israelíes abandonar Rafah, pero Netanyahu, desafiando a la institución, bombardeó la región el 26 de mayo.

Al no poder detener el ataque, como resultado de los vetos de Estados Unidos, la ONU expuso su ineficacia a la hora de intermediar en los enfrentamientos, la razón principal de su existencia. Para académicos, como los estadounidenses John Mearsheimer, de la Universidad de Chicago, y Jeffrey Sachs, de la Universidad de Columbia, dos críticos de la acción de Occidente tanto en el conflicto de Ucrania como en el de Palestina, la tendencia es la creciente pérdida de influencia de los Estados Unidos. Estados Unidos y Europa en zonas afectadas por guerras.

La opinión es compartida por el embajador brasileño retirado José Maurício Bustani, ex director general de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ). “La ONU tal como está se acabó. Ya no tiene razón de existir, porque está subordinado a la voluntad de Estados Unidos”, me dijo, durante una conversación en su apartamento, en Río de Janeiro, con vistas al Pan de Azúcar. «Y Estados Unidos siempre tiene la última palabra, incluso si los otros 192 países están en contra de ellos».

Los errores de Estados Unidos y sus aliados, especialmente los europeos –que podrían conducir a la pérdida de la supremacía del bloque– no se limitan a la geopolítica. En el terreno comercial, los países del grupo han abusado de estrategias desastrosas, que terminaron por debilitar sus economías. Empezando por las medidas proteccionistas adoptadas en los últimos años, reduciendo drásticamente el comercio con sus antiguos socios y aliados. Este es el caso de Brasil. Resultado: las exportaciones brasileñas a China, el año pasado, fueron mayores que la suma de sus exportaciones a Europa y Estados Unidos. Es la primera vez en la historia que esto sucede.

El cambio de rumbo se aceleró bajo la administración de Donald Trump, cuando Estados Unidos dejó de nombrar jueces de la OMC para juzgar disputas en transacciones entre países, estrategia mantenida por Joe Biden. “Como los estadounidenses casi siempre perdían los litigios, dejaron de nombrar jueces y decidieron abandonar la organización. Entonces, hoy no hay nadie que resuelva las diferencias, como los subsidios, las barreras y el proteccionismo que comenzó a adoptar la administración Trump para bloquear el ingreso de productos chinos a Estados Unidos”, explicó Bustani.

Una vez establecida la inseguridad en los intercambios comerciales con estadounidenses y europeos, cuando las reglas comerciales comenzaron a ser irrespetadas, China aceleró su estrategia de búsqueda de nuevos socios. Brasil es uno de los que entró en ese vacío, considerando que estaba en disputa con sus socios occidentales históricos, especialmente Francia y Estados Unidos, debido a las barreras impuestas a los productos brasileños.

Marcos Caramuru, embajador de Brasil en China entre 2016 y 2018, es un gran experto en Asia. En una conversación a finales de marzo, en un café de Ipanema, evaluó los cambios que se están produciendo en el mundo, no sólo con el crecimiento de China, sino con la percepción errónea de las grandes potencias de que las reglas del juego eran inmutables. y siempre se inclinaría a su favor. En los últimos siglos, recordó Caramuru, el mundo estuvo dominado por valores occidentales, como la democracia, el capitalismo liberal y las libertades individuales. “Ahora nos enfrentamos a una realidad en la que los asiáticos han crecido, se han vuelto relevantes y ahora tienen relaciones comerciales globales y una voz activa”. De esta manera, el mundo avanza hacia la multipolaridad, con más países influyendo en el tablero geopolítico y comercial.

En el conjunto de errores cometidos por Estados Unidos, lo más destacado, según Caramuru, fue tratar a China como una amenaza en términos de tecnología, equipamiento militar y su asociación comercial con 140 países. En lugar de buscar algún tipo de acercamiento, Estados Unidos insistió en la rivalidad, castigando al país con diversos obstáculos a sus exportaciones. Para empeorar las cosas, evaluó Caramuru, la política interna estadounidense desde la llegada de Trump ha sido un desastre. “No sólo han aumentado enormemente las dudas sobre la calidad de la democracia estadounidense sino que también ha aumentado enormemente el liberalismo económico. Estados Unidos comenzó a otorgar subsidios y crear barreras comerciales, en contra de su orden liberal. La falta de reglas resultó en competencias desleales, como fue el caso en Brasil”.

Continuó su análisis: “La verdad es que, desde el punto de vista del comercio internacional, Estados Unidos es nuestro mayor competidor, porque compite con Brasil por los mercados de carne, soja y maíz”, afirmó. “Es cierto que, desde el punto de vista ideológico, Brasil está mucho más cerca de Estados Unidos, por ser sociedades muy similares, que de Asia. Ambos son países democráticos, con un régimen presidencial, con una gran presencia africana y europea, con valores occidentales similares”. Sin embargo, a pesar de la convergencia, aseguró, desde el punto de vista económico, Brasil está cada vez más cerca de Asia.

En la economía global, el FMI y el Banco Mundial también están eclipsando. Creadas para financiar o ayudar a economías en desarrollo o en crisis, estas organizaciones, durante décadas, fueron las principales instituciones globales para otorgar crédito. Sin embargo, los duros requisitos y condiciones para la liberación de préstamos, además de las altas tasas de interés, hicieron que muchos países buscaran nuevas alternativas de financiación, afirmó Caramuru. En el caso de los más pobres, como los de África, se crearon situaciones en las que el pago de la deuda se volvió inviable. Y los chinos olieron la oportunidad.

El Banco de Desarrollo de China ha desempeñado bien el papel de organización crediticia. En muchos casos, se ha convertido en un socio vital para los países en diversos proyectos, aumentando sus vínculos e influencia económica y política en África, América Latina, Medio Oriente y la propia Asia. «Estados Unidos pensó que, al restringir a China, garantizaría su espacio privilegiado en el mundo», afirmó Caramuru. “Todavía creen, con razón, en la gran fortaleza de su economía, que, evidentemente, no será eliminada, principalmente por el hecho de que el dólar sigue siendo la moneda de reserva mundial. También creen que unirán a los países democráticos occidentales a su alrededor”, afirmó. “Pero todo esto es muy discutible. Cuando se piensa en el mundo en su conjunto, se llega a la conclusión de que nosotros, los occidentales, somos una minoría. Siempre nos comportamos como si fuéramos mayoría, pero somos minoría”.

La política de financiación de China a cambio de asociaciones es exactamente el camino que el banco BRICS – Nuevo Banco de Desarrollo, NDB (en sus siglas en inglés) – busca emular, debido a la influencia de los chinos. De esta forma, los Brics quieren reducir la dependencia del FMI y el Banco Mundial en las operaciones de crédito, aumentando su influencia en las regiones donde los países del bloque están presentes. Eso es lo que el presidente Lula intentó hacer el año pasado, cuando pidió ayuda financiera al banco para la empobrecida Argentina, que estaba a punto de quebrar.

Tras la victoria de Milei en las elecciones de noviembre, se condonó el préstamo. Milei recurrió al FMI , aunque Argentina ya ha incumplido dos veces con el fondo. Ahora, el BND debe prestar 5.750 millones de reales al gobierno brasileño para ayudar a Rio Grande do Sul, afectado por las inundaciones.

Creado en 2015, el NDB , ahora bajo el mando de la ex presidenta Dilma Rousseff, es el resultado más visible de los esfuerzos de los Brics para contrarrestar la hegemonía del G – 7 , especialmente después de la entrada de los Emiratos Árabes Unidos (y los casi cierta adhesión de Arabia Saudita), cuyo capital financiero contribuirá a fortalecer el flujo de caja de la institución. “El banco de los Brics todavía no es lo suficientemente grande en comparación con el FMI ”, me dijo durante una conversación telefónica el economista Paulo Gala, de la Fundação Getulio Vargas, académico del bloque.

Gala cree, sin embargo, que el NBD  será una alternativa a las organizaciones crediticias tradicionales. «El banco Brics es el embrión de una estructura financiera que podría tener un espacio muy relevante en el mundo». Se trata de una institución, destacó, asociada a China, con estupendas reservas de alrededor de 3 billones de dólares, ocho veces mayores que las reservas brasileñas, por ejemplo. “Está claro que China no va a desperdiciar sus reservas en el banco, del mismo modo que Estados Unidos no utiliza sus reservas en el FMI . Pero tener un socio de semejante gigantismo en el bloque da la dimensión del apoyo a esta nueva organización”.

Marcos Caramuru sigue la misma línea. “No se podía tener un banco de desarrollo con cinco miembros para siempre, porque la financiación la hacían ellos y los préstamos sólo se hacían entre ellos”, comentó el embajador, refiriéndose a los socios originales del Brics. “La entrada de los Emiratos Árabes Unidos, y probablemente de Arabia Saudita, que tienen un gran peso económico, es importante porque da más vitalidad y credibilidad al banco. Con los vaivenes del mercado financiero internacional, es necesario que existan otros países con suficiente capital y peso para sostener la institución”.

La adhesión de nuevos socios al bloque, sin embargo, va más allá del sentido económico. Detrás de esta asociación hay una connotación geopolítica que preocupa a Occidente. De los cinco nuevos miembros, tres están en Medio Oriente (Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos e Irán) y el cuarto, Egipto, está en África, pero en el borde de la región. De los cuatro, uno de ellos, Irán, es un enemigo histórico de Occidente. Sin mencionar la relación también turbulenta entre China y Rusia –socios fundamentales de los Brics– con Estados Unidos. En el caso de Rusia, debido a la guerra en Ucrania, la situación es de abierta hostilidad.

ALa guerra de Israel contra Palestina, apoyada por los europeos del G – 7 y Estados Unidos, sacudió aún más la confianza de los países árabes en Occidente. Esto incluye dos socios leales a los estadounidenses: Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. A pesar de los vínculos con Washington, los dos países tienen, por razones religiosas e históricas, más afinidad con sus vecinos árabes que con Israel. Y dejaron clara esta afinidad votando siempre a favor del alto el fuego en las reuniones plenarias de la ONU .

El distanciamiento de los países de Medio Oriente de Estados Unidos, aunque sea temporal, preocupa al gobierno de Joe Biden. Desde el inicio de los bombardeos sobre Palestina, ante la reacción negativa de la comunidad internacional y de una parte de la opinión pública estadounidense, expresada últimamente en protestas universitarias en todo el país, el riesgo electoral de Biden ha aumentado en las elecciones de noviembre, en las que se enfrentará Triunfo. El temor es que muchos de estos jóvenes, aunque no apoyen a Trump, dejen de acudir a las urnas para votar por Biden, lo que podría contribuir a su derrota. Pero también existe preocupación por la disminución de la influencia de Estados Unidos en la región, abriendo más espacio para China y, ahora, para los Brics+.

Biden, según la prensa estadounidense, advirtió a Netanyahu que la persistencia de los ataques podría tener consecuencias negativas para ambos países. Netanyahu ignoró el llamado a un alto el fuego. Y Biden, presionado por el fuerte lobby judío en Estados Unidos, continuó donde siempre estuvo. Tal comportamiento llevó al economista estadounidense Jeffrey Sachs, de ascendencia judía, a llamar a Estados Unidos “vasallo de Israel” durante una entrevista para un programa de noticias en YouTube. “Sólo hay un país capaz de detener esta guerra. Y son los Estados Unidos los que, sin embargo, no imponen ningún límite a Israel y al gobierno más derechista y más radical de la historia del país”, afirmó, mostrando indignación.

La guerra contribuyó a socavar la influencia estadounidense en Oriente Medio, que ya estaba siendo cuestionada. Empezando por la entrada de los Emiratos Árabes Unidos y la probable adhesión de Arabia Saudita a los BRICS, por invitación de China. Además, China, aprovechando la brecha estadounidense en la región, logró, a través de su diplomacia, lograr el impensable acercamiento entre Irán y Arabia Saudita, roto durante décadas. «Nunca ha habido un desacuerdo internacional de esta magnitud que no haya sido resuelto por un país occidental», me aseguró Caramuru. «De esta manera, China ha ampliado enormemente su diálogo en la región». La muerte del presidente iraní, Ebraim Raisi, en un accidente de helicóptero en mayo no debería afectar al acuerdo, según los analistas.

La represalia occidental fue un pacto creado por Estados Unidos en el que Arabia Saudita reconocería al Estado de Israel. La alianza traería beneficios no sólo a los israelíes, cuya debilitada economía recibiría inversiones de poderosos fondos sauditas, sino también a Estados Unidos, que esperaba, normalizando las relaciones entre sus dos aliados históricos, recuperar la influencia perdida y detener la expansión de China. en Oriente Medio. Con el ataque del 7 de octubre por parte de Hamás, el acuerdo se vino abajo, aunque Estados Unidos sigue intentando acercarlo. Se especula que uno de los objetivos de Hamás era precisamente hacer descarrilar el acuerdo entre saudíes e israelíes, que estaba a punto de firmarse. Hamás temía que si Arabia Saudita reconociera a Israel, otros países árabes harían lo mismo y los palestinos quedarían aislados en la región.

tTodo esto es nuevo para un mundo que antes estaba acostumbrado a seguir las reglas dictadas por Occidente, bajo el liderazgo de Estados Unidos. Hasta hace poco, la comunidad internacional creía que el sistema de Bretton Woods era inquebrantable. Las reglas capitalistas y liberales lideradas por Estados Unidos, después de salvar a Europa en la Segunda Guerra Mundial, parecían tan bien cimentadas que, en 1989, el politólogo estadounidense Francis Fukuyama publicó su famoso ensayo ¿ El fin de la historia? .

Fukuyama imaginó un horizonte en el que los “valores” occidentales tendrían un poder inquebrantable. Las democracias occidentales habían ganado la partida, el sistema capitalista había triunfado y el orden internacional, bajo el mando estadounidense, se había solidificado. Habría una adhesión progresiva a este sistema. A falta de una alternativa, todo el mundo estaría de acuerdo en que éste era el modelo ideal a seguir.

La historia, como sabemos, no ha terminado y está demostrando que el sistema de Bretton Woods ya no es tan sólido. Ya sea por la arrogancia y la indiferencia de los ricos, el descontento de los pobres, el surgimiento de un fuerte nacionalismo, el giro de algunas democracias hacia gobiernos autoritarios y, principalmente, el florecimiento de nuevas potencias dispuestas a luchar por un lugar en el sol. en el club de Richer. Entre ellos, los países Brics.

El embajador retirado Marcos Azambuja, que tuvo una importante carrera en Itamaraty, sigue con diligencia el cambio global. Para él, está claro que la supremacía occidental se está desvaneciendo. “Estados Unidos se encuentra en una crisis de liderazgo. Es en este contexto que surge el Brics, que es el primer desafío a la hegemonía occidental y a los preceptos de Bretton Woods, después del desmantelamiento de la Unión Soviética, a principios de los años 1990 del siglo pasado”, afirmó, durante el almuerzo, en el Zona Sur de Río. “La Unión Soviética, sin embargo, no fue un desafío científico, económico o comercial. Lo que ella defendía era un sistema más eficaz que el de Occidente y que no funcionó”.

En el caso de los Brics, continúa Azambuja, la situación es diferente. “Los BRICS no representan un desafío militar o ideológico a Estados Unidos. Lo que sugieren los países del bloque, principalmente debido a la fortaleza económica de China e India, es una nueva competencia, una capacidad para hacerlo mejor. Y, sobre todo, el bloque sugiere el desplazamiento del poder, con el Océano Pacífico, y no sólo el Atlántico Norte, como punto de atracción”.

La cuestión, evalúa el embajador, es que Estados Unidos parece ajeno a estos cambios: “Después de la Segunda Guerra Mundial, el único desafío de los estadounidenses era la Unión Soviética”. Ahora, el país enfrenta el desafío de todos los grandes imperios: China, Rusia e India. “Estados Unidos no se dio cuenta de que su hegemonía después de la guerra era un momento mágico. En lugar de utilizar el poder adquirido en las últimas ocho décadas para rediseñar un poco el mundo a su imagen y semejanza, pero donde otros también tenían espacio, ellos, en un ciclo de autosuficiencia, quisieron ser, solos, los únicos. superpotencia”, añade Azambuja.

Los BRICS son una demostración de que la estrategia no funcionaría para siempre y, poco a poco, el mundo empieza a salir de la unipolaridad. Rusia, al igual que Estados Unidos, es una superpotencia natural. “La Unión Soviética ya no existe, pero Rusia sigue siendo una superpotencia. El comunismo fue una doctrina que no prosperó, pero Rusia no se acabó y ahora emerge más fuerte. Es un país con once husos horarios, que es más grande que Estados Unidos, más grande que China, dos veces más grande que Brasil”.

Vladimir Putin, afirmó Azambuja, a pesar de todas las críticas a su régimen autocrático, está empezando a ser visto en su país como una especie de Pedro el Grande, el zar que modernizó Rusia. En este paralelo, Putin es el hombre que devolvió la grandeza a la Madre Rusia y la hizo crecer militarmente nuevamente. China, para Azambuja, es un caso fascinante, pues ya no es una potencia emergente, dado que vuelve a ser lo que alguna vez fue: el imperio del centro. “China tiene una inmensa capacidad de crecimiento y ya ha sacado de la pobreza a 700 millones de sus habitantes. Se trata de reconstruir la Ruta de la Seda, hacer enormes inversiones, comprar y vender cada vez más a todo el mundo”.

Lo mismo ocurre con la India, otro antiguo imperio que hoy está bastante avanzado en términos tecnológicos. En este gran escenario, Brasil también destaca. “Por primera vez Brasil es visto como una potencia. No militar, sino agrícola, mercantil, territorial, económico”, evaluó el embajador. Los cuatro países, por estas características, no pueden ser derrotados, según Azambuja. No por su competencia militar, sino por su tamaño: “Brasil es invencible. No porque sea capaz de ganar una guerra, sino porque es indigesto”.

A Casas Casadas, en el barrio de Laranjeiras, en Río de Janeiro, forma un hermoso conjunto arquitectónico del siglo XIX , de estilo neoclásico. Allí, en una de las casonas catalogadas por la alcaldía, está la sede del Brics Policy Center, el Centro de Estudios e Investigaciones Brics, vinculado al Instituto de Relaciones Internacionales, de la Pontificia Universidad Católica ( PUC -Rio). Allí me reuní con la directora del centro, Marta Fernández, una tarde de febrero, la misma semana en que se desarrollaba en Río la reunión de ministros de Asuntos Exteriores del G – 20 , el grupo que reúne a las veinte mayores economías del mundo. de los cuales cinco son del BRICS, incluido Brasil.

Fernández hizo un análisis optimista de la situación de Brasil en el escenario mundial y en los BRICS, aunque ve con preocupación las tensiones geopolíticas y económicas en Europa y Oriente Medio. «Creo que Brasil tiene mucha fuerza en este momento», afirmó. “No sólo porque será sede de la reunión del G – 20 de este año [ en noviembre habrá una reunión de los presidentes de los países del bloque, también en Río ], sino porque será sede de la COP- 30 , en Belém, y de los Brics. , el año que viene viene. Estos eventos no se pueden ver por separado, porque se discutirán temas en los que Brasil tiene un peso importante, especialmente el cambio climático y la transición energética”. Y continuó: “Este es un tema en el que tenemos credenciales. Contamos con una matriz energética limpia, un compromiso con la sostenibilidad y un deseo genuino de evolucionar hacia una economía baja en carbono. Si llegaremos allí o no es otra cuestión”.

Pero la cuestión ambiental es, al mismo tiempo, una ventaja y un obstáculo. Así como defiende las energías limpias, Lula fomenta las energías fósiles, como la producción de petróleo, también en la desembocadura del río Amazonas, una contradicción cuestionada recientemente por la revista The Economist . Brasil, sobre este tema, dice que quiere liderar el proceso de transición con energía, pero de manera justa. Esto significa que los países pobres, como los africanos, sólo podrán hacer la transición enérgicamente si reciben asistencia financiera de los ricos. “Están enterrados en deudas. Es imposible realizar esta transición sin la ayuda de bancos como los Brics y las organizaciones de Bretton Woods. Esto es lo que defiende Lula”, dijo Fernández.

En otra controversia, Lula apareció en una ceremonia en una de las fábricas de JBS en abril para celebrar la autorización del matadero para exportar a China. Lula pronunció un discurso entusiasta, junto a sus hermanos Wesley y Joesley Batista, dueños de la empresa, diciendo que estaba “muy orgulloso” de la posición de JBS como el mayor productor de proteína animal del mundo. Con esto, Lula se expuso a las críticas, ya que los hermanos Batista han sido acusados, incluso en el extranjero, de comerciar con ganado de zonas deforestadas y de subvaluar los datos sobre su producción de carbono.

Además de la cuestión medioambiental, otros temas que estarán en la agenda de estos tres eventos –los Brics, el G – 20 y la COP – 30– son la pobreza y la desigualdad, la renegociación de la deuda de los países más pobres, la reforma de las instituciones globales, y, por supuesto, la inestabilidad geopolítica. “Creo que Brasil tiene una gran capacidad de articulación, de crear este puente entre Occidente y Oriente”, dijo Fernández. “Brasil tiene esta capacidad precisamente porque no está involucrado en grandes conflictos o disputas comerciales como las que existen entre Estados Unidos y China”.

En este sentido, el director del Centro de Políticas de los Brics da crédito al gobierno de Lula, que -a diferencia de Jair Bolsonaro, que se conformó con la alianza con Estados Unidos- ha ido diversificando sus relaciones exteriores y socios comerciales. Incluso en el comercio con China, país responsable del destino de la mayoría de las exportaciones brasileñas, Fernández cree que Brasil no se ha adaptado. “Brasil exporta productos primarios a China e importa productos industrializados. Mucho se ha hablado del riesgo de desindustrialización, ya que China está entrando fuertemente en América Latina y podría, de alguna manera, quitarle mercado a Brasil, que exporta bienes manufacturados a los países vecinos y a Estados Unidos. Pero Brasil está reaccionando, especialmente en el área energética”.

“La balanza comercial brasileña registró el año pasado un superávit récord de 98 mil millones de dólares. Las exportaciones a China ascendieron a 105 mil millones de dólares. Es la primera vez en la historia que las ventas a un solo país superan los 100 mil millones”, afirma Tatiana Prazeres, secretaria de Comercio Exterior del Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios, encabezado por el vicepresidente, Geraldo Alckmin.

En conversación telefónica, comentó sobre las relaciones de Brasil con los chinos. “Nuestro desafío comercial es hacer que más empresas brasileñas se beneficien de las oportunidades asociadas a una economía gigantesca”, afirmó. Admite, sin embargo, que las importaciones chinas ejercen presión sobre algunos segmentos de la economía brasileña, al mismo tiempo que las máquinas e insumos chinos ayudan a aumentar la competitividad de los productos brasileños. Además, explicó, también hay inversiones chinas en infraestructura y manufactura en Brasil que ayudan a aumentar nuestra competitividad y ampliar nuestro mercado. “Esta complejidad, esta dualidad en la relación Brasil-China, llegó para quedarse. Nuestro desafío es encontrar la mejor manera de abordarlo”.

El exgobernador y exsenador del PT de Acre, Jorge Viana, ocupa actualmente el cargo de presidente de ApexBrasil, entidad que promueve las exportaciones brasileñas. Lo conocí en un evento en la Embajada de la India, donde Viana circulaba con soltura entre extranjeros y brasileños. Me dijo que su función es abrir mercados con todos los países. “Aunque China es nuestro mayor socio, nuestra relación con Estados Unidos es muy buena. Nuestras ventas de productos manufacturados al mercado americano el año pasado fueron de 30 mil millones de dólares”, afirmó. Y, en referencia a los sectores más a la izquierda del PT que desprecian la relación de Brasil con su socio del Norte, provocó: “No podemos hacer pucheros con Estados Unidos. Son el segundo destino más importante para nuestras exportaciones”. El pragmatismo de Viana es una de las razones por las que algunos de sus pares del PT lo llaman el “tucán del PT ”.

Encuentra divertida la provocación. «Mira», dijo. “China y Taiwán son enemigos, pero negocios separados. Taiwán tiene una balanza comercial con China de 100 mil millones. Es el enemigo que más dinero gana con China. Eso es lo que tenemos que tener en cuenta. Los negocios primero”. No hay enemistad con Estados Unidos, sino rivalidad en algunos productos de nuestra agenda, continuó. Pero la idea es incrementar la relación con el país. Tal es así que Apex promovió una gran reunión en la Embajada de Brasil en Washington, con empresarios brasileños y estadounidenses y expertos comerciales de ambos países. «Tomamos a Embraer, nuestras empresas de jugo de naranja, nuestras empresas procesadoras de proteínas animales, como Marfrig y JBS «, dijo. Según él, el 35% de la carne que se consume en Estados Unidos y el 70% del jugo de naranja provienen de empresas brasileñas.

Viana refuerza que la lucha de Estados Unidos no es con Brasil, sino con China. En 2018, China representó el 23% de las importaciones estadounidenses. La pandemia aumentó esta dependencia, ya que los estadounidenses necesitaban máscaras, respiradores y suministros fabricados por los chinos. Para reducir la peligrosa dependencia, Estados Unidos decidió entrar en una guerra más intensa con el país asiático, reemplazando las importaciones chinas, que posteriormente cayeron al 10% de las importaciones totales. “Lo que intento decir es que perdimos la oportunidad de entrar fuertemente en el mercado estadounidense cuando estaba haciendo esta sustitución de importaciones. No hicimos eso porque no teníamos una estrategia. El volumen de nuestro comercio exterior es casi el mismo que hace diez años. México ha aumentado significativamente las exportaciones a Estados Unidos”, afirmó Viana.

Algunos expertos en comercio exterior, sin embargo, no le dan crédito a México en esta expansión, pues, según ellos, gran parte de las empresas que han surgido en el país para abastecer el mercado estadounidense son chinas. Aún así, Viana está emocionada. “Tenemos que tener estrategias para negociar con Estados Unidos, la economía más grande del mundo. Es importante destacar que la mayoría de nuestras ventas son productos manufacturados, no mercancías. Necesitamos aumentar este espacio”.

El PT culpa al gobierno de Bolsonaro de una parte importante de la pérdida de espacio de Brasil en el mercado internacional. «Utilizo la expresión ‘negocios aparte’ porque no se puede hacer como Bolsonaro, que maldijo a los chinos, se burló de la familia de Emmanuel Macron y atacó a Argentina y Venezuela». La consecuencia, dijo, es que las exportaciones de productos manufacturados de Brasil a Argentina han caído un 40% en los últimos cinco años. El comercio con Venezuela, otro blanco de los ataques del ex presidente, fue de 7 mil millones de dólares, con un saldo positivo de 5 mil millones de dólares para Brasil. Se redujo a 400 millones.

En un intento por desideologizar a las empresas brasileñas, Apex también tomó la medida de trasladar su oficina en Israel a Tel Aviv. La oficina fue trasladada a Jerusalén durante el último gobierno sólo como un gesto ideológico y para complacer al presidente Donald Trump. “El primer ministro Benjamín Netanyahu está participando en este conflicto con Palestina para tratar de mantenerse en el gobierno. Pero pasará. Siempre hemos tenido excelentes relaciones con Israel. Es un país importante y queremos seguir negociando con ellos”.

Aunque los Brics son un gran mercado para Brasil, Viana asegura que el objetivo del gobierno Lula es diversificar el destino de las exportaciones brasileñas. El problema, dijo, es que el fin de la OMC ha empeorado la geografía comercial mundial. El riesgo de guerras comerciales ha aumentado. Es en este momento, evaluó, cuando la diplomacia se vuelve fundamental. Principalmente diplomacia presidencial. «Quien vende aviones Embraer es el presidente, así como quien vende Airbus franceses es Macron», afirmó. “Es el peso del Presidente de la República en las ventas del país lo que ayuda al comercio en momentos en que los organismos internacionales están debilitados. Lula viaja por el mundo no sólo por un acercamiento geopolítico, arruinado por Bolsonaro. Pero económico y comercial. Ya sea con África, Asia, Europa y, ahora, centrándonos en nuestros vecinos, principalmente Chile, Colombia y Uruguay, mientras esperamos bajar la temperatura con Argentina”.

Días después, en conversación telefónica, Viana volvió a hablar sobre la estrategia de diplomacia presidencial de Lula. “Su reunión con Macron fue una fiesta. Aunque Macron se resistió al acuerdo Mercosur-Unión Europea, allí casi hubo una boda”, bromeó, refiriéndose a la visita del francés a Brasil en marzo. “Además, Lula ha recibido a jefes de países europeos, como el canciller alemán Olaf Scholz y el primer ministro español, Pedro Sánchez, defensores del acuerdo entre ambos bloques”.

“Desde el punto de vista de las exportaciones, tenemos todo un mundo en crecimiento. Seguimos siendo el exportador número 23 del mundo. Nuestra participación en la economía global es del 2%, es decir, nada”. Y, nuevamente, culpó a Bolsonaro de parte del desastre. “Perdimos protagonismo no sólo en las exportaciones, sino en la política mundial, en el debate sobre el cambio climático, en la transición energética. Precisamente las áreas donde Brasil es líder. Eso es a lo que Lula está tratando de volver”, aseguró.

Oh Brasil: A a pesar de ser un socio importante de los Brics, tiene una estrategia pragmática. No estará en desacuerdo con nadie debido a conflictos entre los miembros del bloque y las naciones occidentales, o viceversa. “Ni siquiera los Brics apuestan todas sus fichas por los Brics. ¿Por qué Brasil haría esto?”, me dijo un diplomático brasileño. En última instancia, no se trata sólo de pragmatismo. Los miembros de los Brics, aunque el bloque está creciendo como un importante frente comercial, no piensan ni actúan de manera cohesiva, como los países del G – 7 , que siguen lealmente las decisiones de Estados Unidos.

“Los BRICS tienen una particularidad que llama la atención”, afirmó el embajador Marcos Azambuja. “Nunca he visto una organización internacional que no se haya creado en torno a un país hegemónico. En el caso de los BRICS, para empezar, tres de ellos, Rusia, China y la India, son potencias nucleares. Y, de los cinco fundadores, ninguno quiere subordinarse a nadie. Es una tribu que sólo tiene jefes. Son líderes sin seguidores. Debido a esto, es difícil imaginar, por ahora, que sean una amenaza a corto plazo para la supremacía estadounidense, pero está claro que tienen el potencial para hacerlo”.

No es sólo esta independencia entre sus pares lo que hace de los Brics un bloque distinto. Los países del bloque tienen problemas entre ellos. China y la India, por ejemplo, tienen disputas territoriales, que empeoraron con el ascenso del primer ministro Narendra Modi, un nacionalista inflexible y de derecha. Rusia y China mantienen rivalidades, que por ahora se han visto suavizadas por el acercamiento entre ambas provocado por la guerra en Ucrania. India, a su vez, tiene una relación tumultuosa con los musulmanes y ahora tendrá que coexistir con Irán, los Emiratos Árabes Unidos y, probablemente, Arabia Saudita.

Más allá de las rarezas, el bloque ganó peso en la escena internacional. “Antes de los Brics sólo nos invitaban a tomar un café”, dijo un diplomático brasileño. “Quiero decir, los países del G – 7 decidieron y los demás llegaron al final de la reunión simplemente para aceptar las decisiones. Los BRICS se volvieron relevantes porque tienen países relevantes. Queremos ser parte de las decisiones”. La situación del G – 7 es completamente diferente. Allí mandan los Estados Unidos y obedecen Europa y Japón, afirmó Azambuja. Los socios del bloque fueron rehenes de los estadounidenses, principalmente por razones de seguridad militar. Estados Unidos es el mayor financista de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que brinda apoyo militar a sus miembros.

Una gran demostración de este sometimiento se produjo en la invasión de Irak por parte de Estados Unidos en 2003, bajo la justificación de que Saddam Hussein tenía un arsenal de armas químicas. El embajador José Maurício Bustani, entonces en su segundo mandato a cargo de la agencia de prohibición de armas químicas de la ONU , había obtenido previamente carta blanca de Irak y Libia para inspecciones in situ . Si no tenían nada, no tenían nada que temer. “Ya habíamos recibido información de algunos servicios secretos de que realmente no tenían este tipo de arma”, recordó Bustani, en la conversación en su casa. Bueno: como la verdad no era de interés para Estados Unidos, los estadounidenses comenzaron a presionar para que se fuera Bustani e invadieron Irak, donde murieron 315.000 personas y nunca se encontraron armas químicas.

Aunque conocían las sombras detrás de escena, los miembros del G – 7 se mantuvieron cohesivos y obedientes al liderazgo estadounidense. En 2014, cuando Rusia anexó Crimea, en una advertencia a las potencias occidentales de que no permitiría que Ucrania (propietaria de Crimea) se uniera a la OTAN, como quería Estados Unidos, los rusos fueron expulsados del entonces G – 8 que, pasó a denominarse GRAMO – 7 . Además, por decisión del grupo y, nuevamente, contrariamente a la ONU , se impusieron fuertes sanciones unilaterales al país.

Las escaramuzas de Rusia con la OTAN comenzaron en 2007, en la Conferencia de Munich. Allí Putin ya se había quejado de la expansión de la OTAN hacia sus fronteras. Y pronunció un discurso en el que llamó la atención sobre el hecho de que, con el colapso de la Unión Soviética, el orden global había cambiado y el mundo había quedado bajo el dominio de Estados Unidos. “Sólo existe un centro de autoridad. Un centro de fuerza, un centro de toma de decisiones. Es un mundo en el que hay un amo, un soberano”, afirmó. Según él, “este maestro y sus aliados se sintieron capacitados para usar la fuerza contra sus adversarios y no soportar las consecuencias”.

Putin no se refería sólo a las guerras en Irak y Afganistán, sino también a los bombardeos de la OTAN contra Serbia, aliada de Rusia, en 1999. El ataque fue condenado por la ONU como una injerencia indebida en los asuntos internos de Serbia, que se enfrentaba al movimiento separatista en la región de Kosovo. «Hoy somos testigos del uso exacerbado de la fuerza militar en las relaciones internacionales, que está hundiendo al mundo en un abismo de conflictos permanentes», afirmó Putin. Como si ya hubiera anunciado su intención de reaccionar, advirtió: “Y, por supuesto, esto es extremadamente peligroso. Esto se debe al hecho de que nadie se siente seguro. Quiero enfatizar esto: nadie se siente seguro”.

Estados Unidos había aprovechado el fin de la Unión Soviética en 1991 para expandir su poder en Europa del Este. En aquel momento, el Pacto de Varsovia, la organización militar de los países del Este, ya se había disuelto. Uno a uno, los antiguos satélites de la Unión Soviética –la República Checa, Hungría, Polonia, Bulgaria y Rumania, seguidos más tarde por los países bálticos– se incorporaron a la OTAN, sin que una Rusia debilitada pudiera reaccionar.

Sin embargo, con Putin, un ex agente de la KGB con una perspectiva nacionalista y autocrática, la situación cambió. En abril de 2008, en la cumbre de la OTAN en Bucarest, Rumania, según un informe de John Mearsheimer, de la Universidad de Chicago, Putin, que asistía a la reunión como invitado, se enfureció al enterarse de las intenciones de la organización de seguir avanzando. hacia el Este. En aquella reunión quedó clara la intención de Estados Unidos de permitir que Georgia y Ucrania se unieran a la OTAN, lo que supondría la instalación de las bases militares de la alianza a las puertas de Rusia. En el informe de Mearsheimer a la revista New Yorker , Putin afirmó que eliminaría a Ucrania y Georgia antes de que se unieran a la organización.

En ese momento, Rusia comenzaba a salir de la crisis en la que se había hundido tras la disolución de la Unión Soviética, pero aún mantenía relaciones amistosas con Occidente. Por lo tanto, como dice Mearsheimer, no representaba ningún peligro para Europa, aunque había sido humillada por Occidente por no haber sido aceptada en la OTAN. En la reunión de Bucarest, Alemania y Francia, encabezadas por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, así como Italia, Bélgica y los Países Bajos, votaron en contra de la ampliación de la OTAN, pero, de nuevo, consintieron frente a Estados Unidos, que mantuvo la decisión de ganar ambos países. Cuatro meses después, Rusia invadió Georgia.

En septiembre de 2014, en una nueva cumbre de la OTAN en Gales, le tocó al entonces presidente Barack Obama defender la inclusión de Ucrania en la organización. La propuesta se produjo después de que Rusia se anexara la península de Crimea en marzo de ese año, en represalia por el derrocamiento del presidente ucraniano, su aliado. En la versión de Putin, el golpe había sido orquestado por Occidente. En 2021, bajo el gobierno de Joe Biden, Estados Unidos volvió a pedir que Ucrania se uniera a la OTAN. Putin y Volodymyr Zelensky, el presidente ucraniano, habían llegado a un acuerdo, mediado por Turquía, según el cual, para evitar una confrontación con Rusia, Ucrania permanecería neutral. Zelensky, sin embargo, acabó siendo convencido por los estadounidenses de que la OTAN protegería a su país en caso de guerra y aceptó unirse a la alianza militar.

La confianza de Zelensky en el apoyo de la OTAN era tan grande que el 24 de febrero de 2022, apenas cayeron las primeras bombas rusas sobre Kiev, grabó en su teléfono celular un mensaje de 66 segundos dirigido a sus conciudadanos y lo publicó en las redes sociales. Como cuenta el periodista Simon Shuster en su libro The Showman: detrás de escena de la guerra que sacudió al mundo y forjó el liderazgo de Volodymyr Zelensky , el líder ucraniano garantizó en su discurso que “los aliados extranjeros de Ucrania” ya estaban preparando “una reacción en el plano internacional”. nivel».

La primera “reacción” de los aliados fue promulgar sanciones unilaterales contra Rusia, a pesar del desacuerdo de los países de la ONU , incluidos los del BRICS. Entendieron que, antes de eso, debían intentar acciones diplomáticas para detener el conflicto. Pero la decisión de Estados Unidos de librar una guerra por poderes con Rusia ya se había tomado. Dos años después, una victoria de Ucrania es cada vez más remota. En abril, Estados Unidos aprobó una ayuda para el país por valor de más de 60 mil millones de dólares. Ucrania, sin embargo, se enfrenta a una crisis sin precedentes, con miles de muertes. Sólo en el primer año de la guerra, el PIB cayó un 29%.

En una entrevista en el canal de YouTube del estadounidense Andrew Napolitano, ex juez y ahora analista político, el ex inspector de armamento de la Comisión Especial de la ONU, William Scott Ritter Jr., afirmó que Ucrania está atrapada. Un buen número de sus soldados murieron o resultaron heridos, su Fuerza Aérea fue aniquilada y muchos políticos abandonaron el país llevándose parte de los recursos que antes enviaba la OTAN para apoyar al Ejército. Además, Rusia anunció que tiene intención de enviar 100.000 soldados adicionales a luchar en el país vecino.

En geopolítica, evaluó Mearsheimer, en el mismo canal YouTube, la situación es aún más complicada para el G – 7 , cuyos miembros europeos se encuentran en un dilema, ya que necesitan sostener un conflicto que sólo debilitará aún más sus economías. Peor aún, si Ucrania pierde la guerra, dijo Mearsheimer, como es probable que suceda, la OTAN y su principal socio, Estados Unidos, quedarán desmoralizados y Rusia saldrá fortalecida. “Estados Unidos estuvo involucrado en dos guerras frías peores que la que vivió al final de la Segunda Guerra Mundial, hasta el desmantelamiento de la Unión Soviética. Ahora tienen a Rusia como enemigo militar, por un lado, y a China como adversario comercial, por el otro”. El 16 de mayo, China y Rusia, en un claro mensaje a Estados Unidos, firmaron un acuerdo de cooperación comercial y militar. En la reunión entre los líderes de los dos países, en Beijing, Xi Jinping recibió a Putin con una alfombra roja, en señal de reverencia.

Los países del G – 7 terminaron empantanados en la confusión con Rusia para no pelear con Estados Unidos. Cuando Trump estaba en la Casa Blanca, ya se habían visto presionados por Estados Unidos, que había decidido entrar en la guerra comercial con China. Trump amenazó con retirar el apoyo financiero de Estados Unidos a la OTAN, dejando a cada miembro a su suerte en busca de recursos para mantener su arsenal militar. También lanzó otra amenaza a sus pares si reemplazaban la compra de productos estadounidenses por productos chinos. A Japón, por ejemplo, como me dijo un diplomático, se le advirtió que Estados Unidos suspendería las importaciones de automóviles del país si no reducían las relaciones comerciales con los chinos. “Los aliados aceptaron el chantaje”, me dijo el diplomático, que prefirió no identificarse porque no era voz oficial en Itamaraty. “Hoy la OTAN pesa mucho más que la Unión Europea, que acabó convirtiéndose en un apéndice de la organización”.

ALa última demostración de sumisión del G – 7 a Estados Unidos se produjo con la decisión del bloque de apoyar a Israel en el ataque a Palestina. Todos los intentos de alto el fuego fueron bloqueados por Estados Unidos (excepto una pausa durante el Ramadán, ignorada por Israel), con el apoyo de Inglaterra y Francia, miembros del Consejo de Seguridad de la ONU . Inglaterra, junto con Alemania, también continúa enviando armas a Israel por orden de Estados Unidos. Los estadounidenses se quedaron solos en la reciente decisión de la ONU de apoyar la creación del Estado palestino (el Reino Unido y Suiza se abstuvieron). Pero como Estados Unidos tiene poder de veto, la propuesta aún no ha sido aprobada. Otra razón más para la separación de Oriente de Occidente.

«Creo que existe el temor por parte del G – 7 de que los BRICS sean una liga antioccidental», afirmó un diplomático brasileño que prefirió permanecer en el anonimato. “Pero yo no lo veo así. Tengo la impresión de que fue Occidente el que se volvió anti-Brics. Primero, anti-China, luego anti-Rusia y, más recientemente, anti-Irán, debido al ataque del país a los israelíes, en represalia por el bombardeo de Israel al consulado iraní en Damasco, Siria, que mató a varios funcionarios iraníes”. El bombardeo de unidades diplomáticas es considerado, según el derecho internacional, un ataque territorial y, por tanto, con derecho a la legítima defensa.

Con esta acción se especula que Netanyahu quería arrastrar a Estados Unidos y a la OTAN a una guerra con Irán. Sin embargo, esta vez los estadounidenses, preocupados por una posible escalada del conflicto en Oriente Medio, detuvieron al aliado y se limitaron. imponer nuevas sanciones al país. El hecho, me dijo el embajador Eduardo Saboia, secretario para Asia y el Pacífico de Itamaraty, en una conversación en su oficina en Brasilia, es que el mundo no parece seguir, como en el pasado, las decisiones de los líderes globales. “Pensé que después de que Estados Unidos impusiera nuevas sanciones a Rusia debido a la invasión de Ucrania, muchos países harían lo mismo. Pero eso no sucedió”, dijo. “Rusia dirigió sus ventas a Asia, India y Oriente Medio. Lo mismo ocurre con Irán”.

Rusia, de hecho, ya estaba preparada para afrontar sanciones porque lo había experimentado con la anexión de Crimea. Esta vez, en opinión de Saboia, el país no se estremeció. Por lo contrario. La economía rusa se expandió. Según el FMI , se espera que crezca un 3,2% este año, mientras que el de los países europeos del G – 7 se contraerá. Europa sufre las consecuencias de la guerra, como el aumento de los precios de los productos importados de Rusia, especialmente el gas y el petróleo. Desde la perspectiva del FMI , Alemania entró en recesión el año pasado. El segundo peor desempeño es el del Reino Unido, cuya economía se espera que crezca un magro 0,5% en 2024.

En el contexto de las guerras comerciales desencadenadas por Estados Unidos y la Unión Europea, el marco del comercio global se está desmantelando. Estados Unidos crea legislación para su propio beneficio, dice Rubens Barbosa, ex embajador de Brasil en Washington y ahora consultor geopolítico y empresarial. “Con el desmantelamiento de la OMC , el liberalismo terminó, ahora el comercio se ha convertido en un juego de poder. Es la ley de la selva, del más fuerte”, afirmó. Además, la decisión de Estados Unidos de congelar las reservas rusas en el país a causa de la guerra puso en duda la fiabilidad del dólar como moneda de reserva mundial y guió el debate en los Brics hacia la creación de una moneda alternativa. “Es una revisión de todo el esquema que sirvió a los intereses de las economías capitalistas”, afirmó Barbosa. Aún así, piensa que Brasil no debería tener voz en cuestiones geopolíticas, como las guerras en Rusia e Israel.

Se refirió a las declaraciones de Lula. Por un lado, el presidente dijo que la diplomacia debería ayudar a detener el conflicto entre Rusia y Ucrania, que enfureció a Zelensky. Por otro lado, dijo que Israel estaba cometiendo genocidio contra los palestinos, lo que enfureció al gobierno israelí. “Brasil está atrapado entre el Este y el Oeste. Debería permanecer en silencio, como hace la India. Sería más beneficioso para nuestra economía y para nuestra diplomacia, que tiene como principio no interferir en los asuntos de otras personas”.

El embajador Eduardo Saboia ve las acciones de Brasil de otra manera. “Brasil es un país que se mueve bien en diplomacia. Dentro de los Brics, es el país que habla con todos y tiene una tradición de multipolaridad. Parece que Brasil puede ofrecer alguna solución al mundo. Quizás, al mantener un buen diálogo con todos, Brasil sea, dentro de los BRICS, el país más capaz de cerrar la brecha entre Occidente y Oriente”.

Por ahora, la costura es difícil. El bloque es cuestionado por los países occidentales, incluidos los analistas brasileños, por la inclusión de autocracias. La preocupación es que Brasil se esté alejando de los valores occidentales para unirse a las economías de países no democráticos. Le pregunté a Marcos Caramuru si esto podría convertirse en un problema para Brasil en su relación con sus socios europeos y Estados Unidos. “Si bien el mundo asiático no tenía expresión propia, ser democrático parecía tener un brillo extraordinario. Pero eso ha cambiado. El mundo es diverso”, afirmó Caramuru. “Hay democracias, autocracias, monarquías absolutas. Este mundo está creciendo y entrando en el juego de los negocios. Y muchos de ellos no quieren vivir la realidad de Occidente, del liberalismo comercial, de la democracia. Los países tienen diferentes puntos de vista, y estos no son necesariamente puntos de vista éticos negativos, porque esa es su historia”.

El embajador Bustani está de acuerdo. Piensa que las grandes potencias están tratando de ideologizar el tema para debilitar y desmoralizar a los BRICS. Después de todo, Estados Unidos tiene entre sus socios, Arabia Saudita, una monarquía absoluta. Javier Vadell, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Federal de Minas Gerais, toca otro punto. “Aunque afirman ser democráticos, los países del G – 7 no respetan las reglas, violan las leyes políticas y comerciales internacionales y faltan el respeto a la ONU . Como resultado, los países en desarrollo están confiando más en los BRICS, ya que tienen reglas más estables, que Occidente”.

En la reunión de los Brics celebrada en Johannesburgo el año pasado, China intentó utilizar su poder económico para imponer algunas condiciones al bloque. El mayor de ellos fue la entrada de nuevos países, que no fue vista con buenos ojos por el gobierno brasileño, que consideró necesario dar más tiempo para evaluar las posiciones de los futuros socios. Pero como se trata de una tribu formada únicamente por jefes, como bromeó el embajador Azambuja, hubo que hacer algunas concesiones, principalmente para que India y Brasil aceptaran el aumento del número de miembros.

China y Rusia, por ejemplo, terminaron acordando que los BRICS defiendan un cambio en el Consejo de Seguridad de la ONU , actualmente formado por quince países, para que Brasil pueda ganar una pretensión que ha defendido durante décadas: tener un asiento permanente en el grupo con el derecho a votar. Es una forma de democratizar e influir en las decisiones. También negociaron que haya presión sobre los actuales miembros permanentes en el tema de los vetos. Hoy, un país por sí solo puede impedir una decisión. La idea brasileña es que el veto requerirá votos de otros miembros. A China y Rusia, que tienen derecho de veto, no les gustó mucho la propuesta que les quita poder. Y no se sabe si realmente ejercerán la presión prometida.

El embajador Celso Amorim es el asesor internacional de Lula y uno de los negociadores en la formación inicial de los Brics, en 2009, como canciller brasileño. Una tarde de marzo lo encontré en su oficina, en el tercer piso del Palacio do Planalto. Sobre una mesa en el centro de la habitación había un pastel, servido como refrigerio, que devoró con visible placer. Le pregunté cómo analizaba la posición de Brasil en el tablero geopolítico, dados los desacuerdos entre tres socios del BRICS –China, Rusia e Irán– con Estados Unidos.

“Seguimos siendo muy amigables con Estados Unidos. Pero espero que respeten nuestra independencia, del mismo modo que, nos guste o no, tenemos que respetar la suya. Espero que entiendan que los amigos no siempre están de acuerdo en todo. El mundo se está volviendo un poco más equilibrado entre Occidente y Oriente. Los BRICS son un factor de equilibrio. Principalmente dentro del G – 20 , dado que ahora deciden economías más relevantes, y no sólo el G – 7 . Esto reduce la injusticia”, dijo.

Brasil, cree Amorim, tiene un papel importante debido a su reconocida experiencia en diplomacia. “Criticamos la invasión de Ucrania, pero seguimos hablando con Rusia. No queremos ni romperemos las relaciones con Rusia, como lo hizo el G – 7 . Es absurdo pensar que Rusia será eliminada del mapa. Es el país con más fronteras del mundo”.

“El otro día”, continuó, “estaba hablando con una embajadora de Europa del Este y se sorprendió cuando le dije en broma que el mundo necesitaba un nuevo Henry Kissinger [ ex Secretario de Estado estadounidense ], aunque sabemos cuántos desastres políticas que adoptó, especialmente en América Latina. Pero es verdad. Hay una falta de pragmatismo en las relaciones globales”. Y citó al ghanés Kofi Annan, ex secretario general de la ONU . “Dijo que no puedes hacer las paces con tus amigos. La paz se hace con los adversarios. Es esta paz la que debemos buscar”.

Luego pregunté por la situación de Brasil con Israel, hoy adversario, dado que Netanyahu declaró a Lula persona non grata en el país, tras las críticas al presidente brasileño por ataques a los palestinos. «Bien», dijo, con serenidad en su voz. “Brasil siempre ha tenido buenas relaciones con Israel y seguirá teniéndolas. Lula estuvo allí dos veces. Yo mismo tuve conversaciones muy difíciles con el ex Primer Ministro Ariel Sharon que terminaron en un intercambio de fotografías de hijos y nietos. Así es la humanidad, ¿entiendes? Pero con este gobierno que está ahora la relación se ha vuelto imposible”.

Antes de regresar al despacho de Lula, Amorim dijo que, a pesar de pertenecer a los BRICS, Brasil sigue manteniendo buenas relaciones con todos los países. “Brasil tiene esta pluralidad. Para hablar con todos. Y esto hay que verlo como algo positivo. Si se quiere participar en una cruzada, capitalista o anticapitalista, o de Occidente contra Oriente, todo saldrá mal. Tenemos que invertir en el diálogo. Eso es lo que estamos buscando”.

*Reportera de Piauí, autora de O Ovo da Serpente y Nova direita e bolsonarismo

FUENTE: Folha

PUBLICADO POR NODAL: https://www.nodal.am/2024/06/brasil-ganar-espacio-en-la-geopolitica-mundial-equilibrando-occidente-y-oriente-por-consuelo-dieguez/