En un comunicado, la empresa de telecomunicaciones del Estado Nacional se asume como un actor clave en los proyectos que el presidente Alberto Fernández firmó con el mandatario chileno, Sebastián Piñera. Se trata del primer cable submarino de Internet que conecta Sudamérica con el Asia-Pacífico y que se implementará con participación argentina a través de ARSAT.
El cable submarino Transpacífico tendrá su amarre en Valparaíso, lo que implica una conexión accesible con los más de 34.500 kilómetros de nuestra Red Federal de Fibra Óptica (REFEFO). Así se acelera la integración digital de Argentina y Chile, mediante el transporte del tráfico de Internet a través de ARSAT.


Este transporte, desde y hacia Brasil, y también a Uruguay, Paraguay y Bolivia hacia Oceanía/Asia, que evita tener que conectarse a través de EEUU y Europa, posicionará regionalmente a ARSAT, tanto en el mercado de fibra óptica como en servicios satelitales.
Asimismo, la mayor conectividad que se lograría por tener una salida directa al Océano Pacífico, sumada a las salidas naturales por el Atlántico a través de la localidad de Las Toninas, podría transformar a nuestro país en un actor digital del hemisferio sur.
Argentina mejoraría además la conectividad de los pasos fronterizos. En ese sentido se avanza en una mesa de trabajo interdisciplinaria entre ambas naciones, para determinar qué pasos priorizar en el tendido de fibra óptica, para ser conectados a nuestra REFEFO, logrando de esa manera optimizar recursos y reducir los tiempos de atención.


La República Argentina se compromete a participar en el proyecto, a través de un aporte de capital cuyo monto y modalidad será determinado de común acuerdo entre Desarrollo País, la entidad pública chilena a cargo de la estructuración del mismo, y la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (ARSAT).


El presidente Piñera manifestó el interés de Chile en los servicios de internet satelital de alta velocidad que brindará nuestro tercer satélite argentino de telecomunicaciones ARSAT SG-1 que está en pleno proceso de construcción en Argentina.
Sobre esto, se ha dicho bastante que esta traza elude los servers estadounidenses y europeos, al que hasta hoy nos obliga nuestra salida informática hacia el Atlántico por Las Toninas, vía cable brasileño. Con la traza Atlántica, queda garantizado el espionaje de cualquier negociación delicada entre Argentina y China.


Pero en opinión de AgendAR la realidad es más compleja. Las trazas posibles de la fibra óptica transpacífica pasan por Nueva Zelanda y/o Australia, aliados estratégicos de EEUU y duchos en «pinchar» tráfico de bits hacia y desde China, y ni mencionar a Chile, alineado siempre con la OTAN y consorcista en este cable. La información reservada, cuando la hay, circula por canales mucho reservados (aunque nada impermeables, eso no existe). La otra obviedad que no queda dicha es que este emprendimiento lo financia básicamente China.
Lo que sí es innegable es que con una conexión bioceánica, la REFEFO, con sus 35.000 km. de fibra óptica de gran ancho de banda, todo laboriosamente construido casi desde la nada por ARSAT entre 2010 y 2015, dejará de ser un lugar de llegada o de origen del tránsito de bits. En cambio, se volverá además un gran nodo de paso dentro de la matriz de intercambio global. Logísticamente, es un avance considerable.

Especial para Dossier Geopolitico Por Denis Korkodinov Rusia(*)

El conflicto entre Estados Unidos e Irán ciertamente se ha calmado temporalmente con la llegada de Joe Biden, pero esto no significa que Donald Trump no creará obstáculos para la reactivación del acuerdo nuclear. Al menos en cooperación con Israel y Arabia Saudita, el exjefe de la Casa Blanca está preparando una serie de provocaciones anti-iraníes.

En la actualidad, el establecimiento político estadounidense está preocupado no tanto por la intención de Joe Biden de restaurar el acuerdo nuclear con el régimen del ayatolá, sino por los sacrificios que aceptará el presidente de Estados Unidos para el éxito del evento planeado. Sin embargo, ya es bastante obvio que el nuevo titular de la Casa Blanca pretende utilizar el acuerdo nuclear como cebo al que debería tentarse la dirigencia iraní, lo que, a su vez, se convertirá en un motivo de debilitamiento de las posiciones regionales del país. Entonces, el siguiente paso, según el plan de Estados Unidos, debería ser un programa para limitar el número de misiles balísticos iraníes.

Teherán ha respondido fácilmente a la propuesta de reactivar el acuerdo nuclear después de que se levanten las sanciones de Estados Unidos. Sin embargo, Washington no está listo para levantar las sanciones durante al menos los próximos 6 meses. Por tanto, la perspectiva de la renovación del acuerdo nuclear estaba en duda.

El Ayatolá Supremo Ali Khamenei se vio obligado a admitir que la cuestión del levantamiento de las sanciones estadounidenses es la piedra angular de la supervivencia de la República Islámica. En particular, en su programa de acción, el sumo sacerdote iraní señaló que Irán en un futuro cercano debe desarrollar un conjunto de medidas adicionales de desarrollo económico para asegurar la existencia continua del estado. En otras palabras, Rahbar enfatizó que las sanciones estadounidenses causaron daños significativos, que comenzaron a amenazar las bases estatales de Irán. Y para preservar el estado, el régimen ayatolá debe implementar políticas de austeridad o aceptar la restauración del acuerdo nuclear en los términos propuestos por Estados Unidos.

Mientras tanto, Joe Biden seguramente enfrentará una dura oposición del Partido Republicano y algunos congresistas demócratas respaldados por Donald Trump. En particular, el intento del nuevo jefe de la Casa Blanca de levantar las sanciones contra Irán, pasando por alto la opinión del Congreso, seguramente provocará una ola de críticas entre los miembros de la cámara baja del parlamento estadounidense y, muy probablemente, conducirá a el surgimiento de una crisis política interna, que será activamente alimentada por Israel y Arabia Saudita … En particular, Tel Aviv y Riyadh comenzaron a realizar actividades a gran escala para sobornar a congresistas, senadores y diplomáticos estadounidenses para que boicoteen las iniciativas de Joe Biden dirigidas al acercamiento con Irán.

Vale la pena señalar que Estados Unidos no tiene mucho tiempo para reactivar el acuerdo nuclear. Entonces, en junio de 2021, se llevarán a cabo elecciones presidenciales en Irán, como resultado de lo cual un político ultraconservador puede llegar al poder en el país, adoptando una posición más intransigente hacia Washington que Hassan Rouhani. Por esta razón, el proceso de negociación entre Estados Unidos e Irán corre el riesgo de un completo fiasco a partir de julio de 2021, como resultado de lo cual la restauración del acuerdo nuclear no será realista. En cualquier caso, la coalición formada por el séquito de Donald Trump, Israel y Arabia Saudita utilizará medios radicales para influir en Joe Biden durante los próximos 6 meses, lo que lo obligará a abandonar el acercamiento con el régimen del ayatolá.

(*) Editor del Servicio de Investigación de la revista de radio y televisión sociopolítica interestatal World Community, Tecnólogo político, Experto político

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE DOSSIER GEOPOLITICO

Especial para Dossier Geopolitico, por Alexander Govorov (*)

El 4 de febrero, durante una conferencia online con motivo de la apertura del Centro Europeo del Consejo Atlántico, el presidente francés Emmanuel Macron demostró una vez más su compromiso con la reforma de la OTAN. El líder francés afirmó «un período muy crítico» e insiste en la necesidad de definir un nuevo concepto para la Alianza. Destacó el hecho de que la OTAN fue creada como un contrapeso a la ex-URSS, y naturalmente concluye que ha llegado el momento de decidir «¿quién es el enemigo hoy?» Macron afirma que se ha creado una situación cuando las fronteras de la OTAN «han avanzado tanto como ha sido posible hacia el Este (hacia Rusia), pero esto no ha disminuido la conflictividad y las amenazas en estas fronteras». Además del paradigma obsoleto, Macron no está satisfecho con las relaciones dentro de la Alianza, por lo que pidió reglas claras de conducta entre sus miembros. Pero lo más importante, en contraste con el ultimátum más reciente y las declaraciones amenazantes del presidente estadounidense Joseph Biden contra Rusia, el presidente francés está tratando de convencer a sus socios de que es imposible establecer la paz y la estabilidad en el continente europeo sin un diálogo integral con Rusia. Considero esta presentación del líder francés no solo como una manifestación de insatisfacción con el estado de cosas en la OTAN, sino también como un intento de transmitir a los socios que Europa está cada vez más insatisfecha con el papel de rehén en la confrontación geopolítica directa entre los Estados Unidos y Rusia.

Biden anunció la restauración del dominio político-militar de Estados Unidos y una mayor presión política y económica sobre Rusia con miras a cambiar el régimen político allí. Dudo que Francia y Alemania estén satisfechas con el papel de los extras en una nueva ronda de enfrentamientos, cuyos resultados pueden ser impredecibles y peligrosos principalmente para Europa.

¿Por qué Francia? ¿Cuán consistente y firme será la posición de su líder? En su mayor parte, los presidentes franceses de varias generaciones se han convertido en figuras destacadas de la política europea, lo que en muchos sentidos corresponde a las saludables ambiciones de Francia como líder regional. Por lo tanto, para cada presidente de la República Francesa, el equilibrio del desarrollo político interno y el éxito del país en el ámbito de la política exterior es siempre extremadamente importante. Las cualidades personales del líder juegan un rol importante en esto. Emmanuel Macron es más joven que sus predecesores, pero ambicioso y se esfuerza constantemente por fortalecer la influencia de Francia en Europa y modernizar el sistema de relaciones interestatales, incluso con los vecinos de la Unión Europea. ¿Si tiene la voluntad y las cualidades necesarias para tal misión? Asumiré que sí. Por supuesto, no es tan carismático como Sarkozy, pero no es tan pasivo como el «descolorido e inexpresivo» Hollande. Creo que el potencial político de Macron aún se revelará más adelante. Sin embargo, debe ser lo suficientemente diestro como para equilibrar los constantes desafíos internos y globales y, lo que es más importante, para eludir el abrazo asfixiante de la asociación euroatlántica.

Es la asociación euroatlántica, en todas sus manifestaciones institucionales e ideológicas, basada en prejuicios obsoletos y a menudo reanimados artificialmente, la que retiene las aspiraciones estratégicas de Francia y Alemania de crear una arquitectura de relaciones internacionales que sean beneficiosas principalmente para la Europa misma. Cada vez los líderes de ambos países se ven obligados a participar en rituales de censura colectiva de Rusia y China desde Occidente por cualquier motivo. En aras de la justicia, cabe señalar que Francia siempre ha actuado como un compensador en las relaciones entre Rusia y Occidente. Por eso, cumpliendo tales declaraciones rituales, Macron promueve consistentemente en la agenda de la política europea lo que, en sus palabras, él cree, es decir, «a Europa desde Lisboa a Vladivostok».

No es casualidad que Alemania aparezca en este contexto junto con Francia. La esencia de las relaciones modernas entre los países se puede caracterizar por las palabras del citado Nicolas Sarkozy: «Para Francia, la amistad franco-alemana es sagrada y nada puede cuestionarla». Después de que el Reino Unido abandonó la UE, las perspectivas de un liderazgo regional equilibrado para estos países se hicieron más evidentes. Sin embargo, a Alemania le resulta cada vez más difícil equilibrar sus propios intereses nacionales y la necesidad de seguir la estela de la asociación político-militar euroatlántica. Después de todo, Alemania está más involucrada que Francia en el desarrollo de la interacción económica con Rusia y, por lo tanto, más que Francia está experimentando la presión, a veces sin ceremonias, de Estados Unidos. La historia del proyecto del gasoducto Nord Stream-2 es un claro ejemplo de esto.

Estados Unidos participa activamente en el proceso de transición del poder en Rusia, estimulandolo de todas las formas posibles. Para el 2024, la tarea es debilitar a Rusia tanto como sea posible, para desequilibrar el sistema de relaciones a lo largo de los ejes «Putin – pueblo» y «Putin – élites». Recientemente, se ha hecho un intento todavía infructuoso de destituir al presidente Lukashenko en la vecina Bielorrusia con la perspectiva de crear una zona de inestabilidad política y económica allí a largo plazo y crear un régimen político hostil a Rusia. Muchos expertos lo consideran un probable agravamiento del enfrentamiento armado en el este de Ucrania y un agravamiento de la situación alrededor de Crimea con un aumento simultáneo de las ya numerosas sanciones contra Rusia. Finalmente, el proyecto «opositor Navalny» ha sido actualizado y le dado un nuevo impulso, que se presenta en los medios occidentales como una «alternativa real» a Putin. La expectativa es que los consumidores de información de estos medios no tengan la menor idea sobre las tradiciones de formación del poder y el liderazgo en Rusia, o sobre el peso político real de estos opositores. También es posible que se juegue la carta del separatismo regional dentro del país. Están tratando persistente y consistentemente de arrinconar a Rusia, sin explicar a los socios europeos cómo el desequilibrio de Rusia y su degradación pueden resultar para Europa, así como la situación en la que el liderazgo ruso «no tendrá nada que perder».

Consideraría una señal alarmante que el 5 de febrero, en una reunión con el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, el canciller ruso Sergey Lavrov cuestionara la fiabilidad de la UE como socio. Al mismo tiempo, destacó que Moscú y Bruselas deben acordar principios basados ​​en la no injerencia en los asuntos internos de los estados soberanos en el espacio postsoviético.

¿No es un trasfondo inquietante para superar las consecuencias de la pandemia, sus consecuencias económicas? Europa tiene todas las perspectivas de convertirse nuevamente en el escenario de una confrontación geopolítica impredecible, cuyos beneficiarios están fuera del continente. Es obvio que el presidente francés lo comprende y no abandona los intentos de prevenir el peor escenario para Europa. ¿Qué tan exitosos serán esos intentos? – Difícil de predecir, dado el tamaño de la tasa de Estados Unidos en este enfrentamiento. Para lograr sus objetivos, Estados Unidos y Gran Bretaña no tomarán en cuenta los intereses ni siquiera de sus aliados. Quizás una coincidencia, pero cuando la última vez que Macron proclamó la necesidad de crear un sistema moderno, y lo más importante, independiente de seguridad europea, recibió una respuesta en forma de un prolongado enfrentamiento con los «chalecos amarillos». En general, las perspectivas de un rumbo independiente de la alianza franco-alemana de acuerdo con los intereses de Europa dependen del éxito de sus gobiernos dentro de los países. Después de todo, cualquier crisis política interna puede ralentizar inmediatamente las perspectivas de proyectos de política exterior. En cualquier caso, los europeos mismos deberían determinar la agenda europea, sin imponerse desde fuera, tomar decisiones con quién ser amigos y comerciar.

Alexander Govorov, Politólogo

15 años promoviendo semanalmente la Geopolitica, en este Programa

Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

TEMAS:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente

AUDIO:

En la columna semanal de geopolítica para el Club de la Pluma de este domingo, Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, comienza hablando de la Guerra de las Vacunas en Europa, que la define como una ESTAFA para los ciudadanos europeos y también da una mirada a la tragedia del Covid que se sufre en EEUU, Brasil y Perú. 

Luego, el experto en geopolítica, entra de lleno en el reciente Foro de Davos, al que encuentra cambiando su contenido clásico neoliberal, ese de la Globalización asimétrica y del dictado de las doctrinas de Washington, para ser poco a poco el atalaya de las nuevas voces determinantes del mundo. 

Y con una licencia copernicana, hace girar a ese nuevo mundo en tres ejes. El de  EEUU, el de Rusia y el de China. Todos acompañados por el resto de potencias de segundo orden. 

Nos descubre el director de Dossier Geopolítico, a un foro de Davos que ya vivió épocas doradas y de lujo, y que por la derrota del atlantismo y del resurgir de las viejas potencias asiáticas, se agotan en él las influencias de las elites, y siente y sufre el fin del glamour imperial. 

Nos habla también de la presión de los dirigentes europeos a EEUU durante el evento, para regular las actividades de los gigantes tecnológicos y para que colabore en el diseño de los nuevos equilibrios mundiales. 

Destaca la contradicción del canciller de Washington, quien insiste en la teoría de la EXCEPCIONALIDAD NORTEAMERICANA y en el deseo QUE TODO VUELVA A SER LO DE ANTES, a pesar de la grave brecha interna de su país, de la enorme crisis económica y del terrible sinceramiento de Biden, con aquello de: ¡¡EN EEUU HAY HAMBRE!! 

Pereyra Mele desmenuza al detalle la participación de Putin, que afirma que el poder unipolar ha terminado y cuando anuncia el final de una economía solo para un puñado de millonarios, en un mundo de 7 millones de personas y el acabose de un modelo económico insostenible. 

Sigue con el presidente ruso, que reclama a la UE trabajar juntos por su historia y por su pertenencia. Y a la que pide dejar de ser una cadena de distribución de las órdenes de EEUU. Mientras sostiene que el monopolio de la naturaleza por una potencia, va en contra de la pluralidad histórica de la civilización.

A seguir, el politólogo define Globalización y Globalismo y pregunta:

¿Qué es el multilateralismo coordinado, y qué el selectivo? y ¿Qué significa resetear las relaciones internacionales? Todo en referencia a que el protagonismo de Putin y Xi Jinping demuestra que el mundo está inmerso en una dura pugna por los liderazgos. 

Asegura también que China es la única vencedora del 2020 y que Xi Jinping fue el gran ganador de éste foro de Davos, destacando algunos aportes como:

-“El mundo no volverá a ser lo que fue en el pasado”

-“La universalidad no puede ser una colmena gigante al servicio de una nación reina”

-“La excepcionalidad (Como la de EEUU) significa ir a contra mano de la evolución de la humanidad.”

-“Que lo inverso a esto sería la guerra, en cualquiera de sus versiones, incluso la guerra tradicional si se empeñan en que una sola potencia sea la que intervenga en todos los conflictos.” 

Y concluye con que estos conceptos son parte de una lógica muy oriental que encaja con nuestro principio argentino de “… todo en su medida y armoniosamente…” Precisamente lo contrario a la imposición de la tabla de valores absolutos de los anglos sajones, que obligan a las comunidades organizadas a ser comunidades subordinadas. 

Y Pereyra Mele va cerrando su alocución alertando de que para evitar que se desaten todos los demonios, es necesario un arreglo geopolítico entre las potencias o nos vamos hacia un enfrentamiento global, con consecuencias catastróficas, 

Y cierra sentenciando que ningún organismo internacional de Occidente ha servido ni ha sido útil, para dirigir y luchar contra la pandemia, lo que califica  esa evidencia, como un total fracaso humanitario. 

Son unos pocos minutos de relato simple y entendible, que nos permite comprender en profundidad la actualidad del mundo. 

Eduardo Bonugli

Entrevista que me realizara el multimedio Irani HispanTv sobre la crisis sanitaria de Peru y sus consecuencias en el Programa «El porque de las Noticias», donde se trataron tres temas: Futuro del acuerdo nuclear. Drama migratoria. Perú en crisis

¿Por qué Irán dice que no es ni “lógico” ni “viable” atender las exigencias de EE.UU. mientras no se levanten las sanciones? ¿Por qué se torna cada vez más difícil la situación de la caravana de migrantes centroamericanos? ¿Por qué Perú está viendo sobrepasado su sistema sanitario?

  • No es ni “lógico” ni “viable”, es la respuesta del canciller iraní frente a atender las exigencias del nuevo Gobierno de EE.UU. de retomar los compromisos nucleares previos al levantamiento de sanciones.
  • La migración desde el Centroamérica hacia EE.UU. pone de manifiesto el peligro al que se exponen sus integrantes. Un joven que figura entre las víctimas de la reciente matanza en Tamaulipas da cuenta de ello.
  • Con un sistema sanitario saturado, Perú enfrenta la segunda ola de la pandemia del nuevo coronavirus. El país suma más de 40 000 muertos y más de 1 000 100 personas se han infectado en el territorio.

Por NAZANÍN ARMANIAN

«Es posible que hayamos creado un Frankenstein» dijo un arrogante Richard Nixon en 1994, pidiendo perdón a la historia por permitir la incorporación de China en el mercado libre sin conseguir hacerse con el control de aquella milenaria civilización y someterle como un «socio menor» bajo su liderazgo: la creación traicionó a su creador, insinuó, disimulando su profunda ignorancia sobre el pasado y el presente de aquella potencia asiática. Cierto que entonces consiguió la cooperación china para aislar a la Unión Soviética, pero aquel país se define por ser protagonista de una de las revoluciones populares más determinantes de la historia de la humanidad que no de los errores que han cometido algunos de sus dirigentes.

EEUU se queda sin ideas, ya no para subordinar a la República Popular de China sino para contener su ascenso económico y el aumento de su peso político en el mundo. La Administración Obama ideó el Pivote asiático, que iba a consistir en crear una amplia estrategia militar, diplomática y económica en Asia, con el respaldo de sus aliados, con el fin de establecer su supremacía en el continente. No funcionó, entre otras muchas razones porque EEUU incumplió su promesa de invertir en los países del sudeste asiático y sus infraestructuras, y el gobierno de Trump abandonó la Asociación Transpacífica, demostrándoles que no se puede fiar de los lideres caprichosos de EEUU. ¿Por qué, entonces, el equipo de Biden cree que, a pesar de la desastrosa situación interna de EEUU, y el ascenso de China a ser la primera potencia comercial del mundo, podrá reavivar el «Pivote asiático» y devolver al genio en la botella, donde nunca estuvo?

Un Zar de Asia en el Gabinete

Así se apoda el exoficial naval y veterano funcionario experto en sudeste asiático Kurt Campbell, nombrado por Biden para coordinar las políticas asiáticas de su gobierno. Campbell, desde el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) trabajará con Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional, para juntos impedir que China «consiga el dominio global», recoger los pedazos de EEUU que dejó atrás Donald Trump por su paso, y «hacer América grande otra vez» como desea Joe Biden.

Campbell, el «Zar de Asia», por sus relaciones de amistad con los líderes de los países aliados de EEUU en aquella región, es director de la consultora The Asia Group, fue subsecretario de Estado para Asuntos de Asia Oriental y el Pacífico durante la presidencia de Clinton, y el artífice de la política «Reequilibrio» hacia Asia en la administración Obama-Biden.

El «Pivote asiático 2.0» es la promesa de Biden de una política agresivo y más efectiva hacia China, un competidor económico como ningún otro al que se haya enfrentado la superpotencia occidental. Sin embargo, Biden ha empezado mal: llamar «matón» al presidente Xi Jinping y amenazar con «presionar, aislar y castigar a China» suenen más bien a las rabietas y amenazas de un niño prepotente que de un político maduro.

El presidente electo de EEUU cree que la única potencia capaz de desafiar la hegemonía mundial de EEUU es China, aunque el país de Mao cuenta sólo con una influencia económica global: para obtener una hegemonía mundial hace falta una industria cinematográfica como Hollywood, una influencia cultural, un sistema de alianzas globales y cientos de bases militares sembradas por el planeta. Lo que pretende China, hoy por hoy, es acabar con la primacía militar de EEUU en el Este de Asia, por representar una amenaza seria: nadie ha olvidado las agresiones militares de este país a Vietnam y Corea. De hecho, los conflictos entre ambas potencias se han centrado en las proximidades de la geografía china: las islas del Mar de China Meridional, Tíbet, Taiwán o Hong Kong.

Lo halcones del Partido Demócrata, como Michele Flournoy, la subsecretaria de Defensa en la administración Obama, proponen el fortalecimiento del ejército de EEUU para que pudiera «amenazar de manera creíble con hundir todos los buques militares, submarinos y buques mercantes de China en el Mar de China Meridional en 72 horas«. Obviamente, inflamar «el peligro chino» no tiene otro objetivo que más militarismo y más guerras de expolio a nivel global. Estos halcones que, como Mike Pompeu, proponen un «cambio de régimen» en China ¿estarían dispuestos a acoger en Occidente a cientos de millones de chinos que emigrarían en busca del pan? El «socialismo chino» a pesar de todos sus carencias, es el único sistema que ha sido capaz de alimentar a 1.400 millones de personas, uno de cada cinco habitantes del planeta. Miren a la India, el país con el que China debe ser comparada: vende su pobreza e incompetencia como «atracción espiritual» mientras la mitad de sus habitantes (650 millones) ni tienen wáter en casa. En las últimas cuatro décadas La República Popular ha sacado de la pobreza a más de 800 millones de personas. Estas realidades obligan a «las palomas» del partido de Biden defender un «nuevo tipo de relaciones de gran poder» con la potencia asiática «basado en cooperación y beneficio». Afirma el exsecretario de Defensa Jim Mattis que EEUU tiene dos poderes clave: el poder de inspiración y el poder de intimidación. Ante una Estado con una población de 1.400 millones de habitantes, la intimidación no funcionará. Este sector del Partido Demócrata propone que EEUU debe dejar de buscar la supremacía militar en todo el planeta, crear interdependencias económicas entre ambas países con el fin de reducir las amenazas del enemigo, y además adoptar políticas de inmigración que mejoren la desventaja demográfica de EEUU respecto al país asiático.

¿Cómo se obtiene el «Reequilibrio» en Asia?

De los discursos y artículos publicados por los nuevos actores de la política estadounidenses, se deduce que la contención de China podrá tener los siguientes elementos:

  • Representar a China como un desafío existencial con dos principales objetivos: mantener cohesionada a un EEUU fragmentado y justificar los megapresupuestos militares beneficiando a las corporaciones armamentísticas.
  • Forjar el multilateralismo y cooperación con los aliados de EEUU con el fin de reducir riesgos y pérdidas en posibles choques con China.
  • Fortalecer el foro estratégico «Diálogo de Seguridad Cuadrilateral» (Quad, su abreviado en inglés) entre EEUU, Japón, Australia e India y centrado en la disuasión militar de China.
  • Regresar al Acuerdo de la Asociación Transpacífico, que fue impulsada por el gobierno de Obama-Biden y de la que salió Trump. Está por ver cómo va a enfrentarse a la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, en inglés) constituida en noviembre pasado por China, Myanmar, Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam, Australia, Corea del Sur, Japón y Nueva Zelanda.
  • Reconfigurar las alianzas asiáticas para formar una coalición anti-China más efectiva en torno del poder militar estadounidense.
  • Aprovechar las oportunidades que ofrece la India para los EE. UU., mediante el incremento del apoyo militar y de inteligencia al principal contrapeso regional de China. Pero, Nueva Delhi, que se siente incómoda ante las presiones de EEUU para enfrentarle con su vecina, ha desoído las advertencias de Washington sobre la compra de sistemas de defensa rusos S-400, cazas Sukhoi-30 MKI y MiG-29, no piensa entrar en este juego: «Quien tiene un tío en Alcalá no tiene tío, ni tiene ná», dice el refrán español. A Corea del Sur tampoco le gusta esta contención rígida de China su mayor socio comercial. El temor de los aliados asiáticos de Washington de perder su autonomía política, y ser sacrificados ante los intereses particulares de EEUU es real. Biden y su equipo, anclados en la mentalidad de la Guerra Fría temen que sus amigos, los del ‘bloque estadounidense’, le abandonen para integrarse al inexistente ‘bloque chino’. Biden no consiguió disuadir a la Unión Europea (y sobre todo a Alemania) de firmar recientemente un ventajoso acuerdo de inversión con China. Incluso Japón, tras la salida del poder del primer ministro Shinzo Abe (quien tuvo un «bromance» con Donald Trump) en agosto de 2020, está mejorando sus relaciones con Beijing.
  • Crear órganos centrados en problemas individuales y concretos de la región con cada uno de los aliados, un enfoque más a la carta de las cuestiones que surgen día a día.
  • Restablecer los lazos entre Corea del Sur y Japón y ayudar a resolver sus problemas bilaterales.
  • Asignar un papel protagonista a Japón en la esfera de la seguridad de la región.
  • Facilitar la inmigración a EEUU para los uigures y los ciudadanos de Taiwán.
  • Utilizar el pretexto de los «defensa de los derechos humanos» y la «libertad religiosa» contra Beijing. No pregunten por qué EEUU ha matado a millones de «musulmanes» de Afganistán, Iraq, Libia, Siria o Yemen o incluso los sigue torturando en sus cárceles secretas, o por qué no rasga su vestidura por los fieles de Mahoma oprimidos por el nacionalhinduismo de Narendra Modi.
  • Apoyar inversiones en los países asiáticos para favorecer a su crecimiento y no necesitar productos chinos. Pero, ¿Tiene EEUU la capacidad de realizar tales inversiones?
  • Lanzar el plan de «Made in USA», fabricando los mismos productos de amplia gama que llegan de China.
  • Presionar a las empresas y estados occidentales para que boicoteen la tecnología 5G china. A España, por ejemplo, EEUU le ha amenazado con dejar de suministrar información a sus servicios de inteligencia si en sus redes 5G entra la tecnología de Huawei.

China no está temblando de miedo

Biden recoge un EEUU más débil que hacer cuatro años. La pandemia ha destrozado la economía en crisis del país.

Beijing es consciente de que tanto la agitación interna de EEUU, en lo político, económico y social-, como la intención de Israel, Arabia Saudí y sus lobbies en Washington de imponer su agenda anti-iraní a Biden le impedirán que aplique una política agresiva contra China. La guerra para desmantelar Siria 2011 tenía entre sus 1+12 principales objetivos evitar la «Doctrina Obama«: retirar las tropas estadounidense de Oriente Próximo para enviarlas a cercar a China.

En la mentalidad china, que mira el presente con las gafas de futuro, EEUU no es más que un «tigre de papel«. Poco o nada podrá hacer para paralizar la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el proyecto de construcción de una infraestructura terrestre y marina que una a China con Europa, Asia y África.

En 2020, a pesar del impacto de la pandemia del coronavirus, la economía china creció un 2,3%, y se convirtió en la economía más grande del mundo. Si utilizamos la Paridad de Poder Adquisitivo, el PIB de China alcanzó los 24,2 billones de dólares, frente a los 20,8 billones de EEUU.  Lo cual demuestra que la guerra comercial de Trump fue un simple arañazo a la amplia red de relaciones comerciales de China con el mundo.

Lo mejor que puede hacer Joe Biden es definir el nuevo lugar de EEUU en el nuevo orden multipolar y luego asimilarlo sin rencores: pensar que una guerra exportará la crisis interna es un error.

Publicado en Opiniones Blog del Diario Público España https://blogs.publico.es/puntoyseguido/6968/el-fracaso-anticipado-del-pivote-asiatico-2-0-de-biden-contra-china/

La llegada de Joseph Biden a la Casa Blanca no significa necesariamente que EE UU vaya a reducir la presión sobre China. Beijing es la clave pero no el único punto de interés en un mundo multipolar.

Por Àngel Ferrero – 24 ENE 2021 

A estas alturas son ya varios los artículos que hablan de la covid-19 como catalizador de tendencias políticas que se encontraban ya en desarrollo, siendo la más destacada el incremento del peso en las relaciones internacionales de la importancia de China, gracias, en particular, a su capacidad industrial para fabricar materiales de protección sanitaria y las medidas adoptadas para contener la propagación del virus en su propio país y reactivar su economía. Foreign Affairs Incluso llegó a especular en marzo de 2020 con la posibilidad de que se produjese un “momento Suez”, en relación a la “intervención fracasada” de 1956 que “dejó al desnudo la decadencia del poder británico y marcó el fin del dominio de Reino Unido como potencia mundial”.

Además de por una gestión de la pandemia que contrasta claramente con la occidental por su habilidad a la hora de movilizar recursos con rapidez y efectividad, el año pasado China estuvo presente en los titulares de los medios de comunicación por su industria tecnológica –bien por la instalación de redes 5G o los intentos de la administración Trump por prohibir Tik Tok–, o los avances en varios acuerdos comerciales –ya fuese en el acuerdo de inversiones Unión Europea-China o la creación en Hanoi el pasado 15 de noviembre de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP)–.

Esta última tiene como objetivo la creación del mayor bloque comercial del mundo, formado por los diez estados miembro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda. Significativamente, no pertenecen a este bloque los Estados Unidos y no se prevé que lo hagan bajo la nueva administración de Joe Biden. Como ha escrito Cui Heng para el medio chino Global Times, el cambio de inquilino en la Casa Blanca “no significa necesariamente que EE UU vaya a reducir la presión sobre China”, ya que “la contradicción entre China y EE UU es una de tipo estructural entre una potencia emergente y una fuerza hegemónica”, por lo que “no importa quién se siente en el Despacho Oval: siempre se adoptarán políticas para contener a la potencia emergente.” En este sentido, “un gobierno Demócrata muy posiblemente contendrá a China recurriendo a los derechos humanos y las cuestiones del Tíbet y Taiwán”, de modo que las probabilidades de que las relaciones sino-estadounidenses mejoren en los próximos cuatro años es “poca”.

El año pasado el presidente del país, Xi Jinping, presentó una hoja de ruta hasta 2035 para convertir a China en “una gran nación socialista, moderna, próspera y poderosa”

En Europa reina, sobre todo si nos atenemos a lo reflejado por los medios de comunicación, una mayor discreción sobre esta cuestión, aunque en un reciente informe del influyente think tank alemán Stiftung Wissenschaft und Politik (SWP) se planteaba, entre otros, un escenario en el que Bruselas finalmente da un paso adelante en la consecución de una mayor autonomía respecto a Washington y convierte a la UE en un actor global merecedor de ese nombre: “El 1 de febrero de 2025 los 27 jefes de Estado y de gobierno fundan junto con otros 17 países del Norte y el Sur la Alianza Democrática para el Progreso global, que se compromete a tomarse en serio el ‘Building Back Better’.” El Partido Comunista de China (PCCh), por su parte, no sólo mantiene los ambiciosos objetivos de su último plan quinquenal (2021-2025), sino que el año pasado el presidente del país, Xi Jinping, presentó una hoja de ruta hasta 2035 para convertir a China en “una gran nación socialista, moderna, próspera y poderosa” y conseguir el liderazgo mundial en tecnología avanzada y otros sectores estratégicos.

Es innegable que sin China no es difícil, sino francamente imposible encarar los grandes retos globales del siglo XXI. Lo ha subrayado en varias ocasiones, entre otros, Michael R. Krätke, quien en el semanario alemán Der Freitag advirtió de cómo “nadie puede permitirse ignorar o tratar mal deliberadamente a un país que es una gran potencia tecnológica, científica, económica y financiera.” Sin la cooperación de Beijing, señalaba, “no puede haber ninguna política contra el cambio climático con posibilidades de éxito” y “sin el apoyo de China no podremos controlar las previsibles olas de contagios de la pandemia que vendrán” ya que “en este aspecto no se puede confiar en EE UU.” En otro artículo para ese mismo medio, Krätke recordaba que China se ha fijado la ambiciosa meta de contar con un 50% de modelos eléctricos en su parque de automóviles para 2035 y la neutralidad climática para 2060 mientras sigue expandiendo sus líneas de ferrocarril.

Ante la publicación de todas estas noticias, y de la previsible cobertura de los medios de comunicación occidentales (en la que con demasiada frecuencia se pierde la distinción entre la voluntad de informar y la de infundir temor sobre el auge de China), resulta interesante volver a consultar al último libro de Zbigniew Brzezinski (1928-2017), Strategic Vision. America and the Crisis of Global Power (Perseus, 2012), en el que el asesor de seguridad nacional de Jimmy Carter presentaba sus propios escenarios para el futuro inmediato.

El mundo en 2025, según Brzezinski

“Si América flaquea, es poco probable que el mundo sea dominado por un solo sucesor preeminente, como China”, escribía Brzezinski en su último libro. “Ninguna potencia estará preparada para ejercer entonces el papel que el mundo, después de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, esperaba que los Estados Unidos jugasen”, pronosticaba el autor. “Sería más probable”, lamentaba, “una fase prolongada más bien de alineamientos de potencias tanto globales como regionales, sin grandes ganadores y muchos más perdedores, en un escenario de incertidumbre internacional e incluso riesgos potencialmente fatales al bienestar mundial”.

Irónicamente, el hombre que más había contribuido a la desintegración de la URSS desde la Casa Blanca proponía en su libro que Rusia fuese integrada en la esfera occidental para permitir a EE UU prolongar su hegemonía

En ausencia de una potencia hegemónica, Brzezinski aventuraba que “la incertidumbre resultante incrementará probablemente las tensiones entre competidores e inspirará un comportamiento egoísta”, haciendo que, en consecuencia, “la cooperación posiblemente decline, con algunas potencias buscando promover exclusivamente acuerdos regionales como marcos alternativos de estabilidad para el desarrollo de sus propios intereses”. Además, “contendientes históricos pueden competir más abiertamente, incluso recurriendo al uso de la fuerza, por la preeminencia regional”, mientras que “algunos estados débiles pueden encontrarse en serio peligro, a medida que las nuevas alienaciones de poder emergen en respuesta a grandes desplazamientos geopolíticos en la distribución mundial del poder”.

En este interregno, que se extendería hasta el año 2025, aumentaría “la búsqueda de una mayor seguridad nacional basada en diversas fusiones de autoritarismo, nacionalismo y religión”, como también lo haría la “indiferencia pasiva” hacia los asuntos internacionales. Como ejemplo de esta tendencia, Brzezinski mencionaba la presión de países como China y la India para transformar algunos de los principales organismos internacionales, como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI) e incluso del Consejo de Seguridad de la ONU, para que reflejasen los cambios globales sucedidos en los últimos años.

Irónicamente, el hombre que más había contribuido a la desintegración de la URSS desde la Casa Blanca proponía en su libro que Rusia fuese integrada en la esfera occidental para permitir a EE UU prolongar su hegemonía. Sin embargo, este plan se antoja hoy irrealizable sin un cambio de poder en el Kremlin que traería, a su vez, inestabilidad tanto en el propio país como en su vecindario. Otra de las propuestas que planteaba Brzezinski era la democratización de Turquía para anclar a este país en la órbita occidental, y que, como en el caso de Rusia, parece haber quedado relegada al cajón de la historia alternativa por el propio desarrollo de los acontecimientos.

Cabe destacar que en Strategic Vision. America and the Crisis of Global Power Brzezinski reconoce a los dirigentes chinos la inteligencia, la prudencia y la paciencia para evitar un “rápido declive” de EEUU que “provocaría una crisis mundial que devastaría el propio bienestar de China y perjudicaría sus objetivos a largo plazo”, y traía a colación la máxima de Deng Xiaoping: “Observemos con tranquilidad, aseguremos nuestra posición, gestiones los asuntos con calma, escondamos nuestras capacidades y esperamos nuestro momento, seamos buenos manteniendo un perfil bajo, y nunca reclamemos el liderazgo.”

Los 10 años restantes

¿Qué pasaría en el tablero global –por utilizar una expresión del propio Brzezinski– en ese espacio de tiempo que va del 2025 de Zbigniew Brzezinski al 2035 de Xi Jinping? ”Incluso si el declive se desarrolla de una manera vaga y contradictoria, es posible que los dirigentes de las potencias mundiales de segundo orden, entre ellas Japón, India, Rusia y algunos miembros de la UE, estén ya valorando el potencial impacto de la despedida de América de sus respectivos intereses nacionales”, afirmaba Brzezinski. “Es más”, seguía este autor, “los escenarios de un reparto post-América pueden estar ya dando discretamente forma a la planificación de la agenda de las cancillerías de las mayores potencias extranjeras, si no están ya dictando sus políticas.”

Brzezinski enumeraba varios casos, como el de los japoneses, quienes “temerosos de una China asertiva dominando el continente asiático, pueden pensar en vínculos más estrechos con Europa”. Así, “los dirigentes en India y Japón podrían muy bien considerar una cooperación política e incluso militar más estrecha como una forma de protección si América flaquea y China emerge”. Rusia, por su parte, “aunque quizá dejándose llevar por un wishful thinking (o incluso schadenfreude) por los inciertos escenarios de América, podría tener el ojo puesto en los estados independientes de la antigua Unión Soviética como objetivos iniciales de su influencia geopolítica ampliada”, mientras Europa, “aún sin cohesionar, acabaría posiblemente dividida en diferentes direcciones: Alemania e Italia hacia Rusia por sus intereses comerciales, Francia y la insegura Europa central en favor de una UE políticamente más unida, y Reino Unido buscando manipular un equilibrio con la UE mientras continúa manteniendo una relación especial con unos Estados Unidos en declive.” Finalmente, “otros pueden moverse más rápido para delimitar sus propias esferas de influencia regionales: Turquía en la zona del viejo Imperio otomano, Brasil en el hemisferio sur, y así sucesivamente”.

Rusia se encuentra en la proverbial encrucijada y el “rol de Moscú en esta futura arquitectura del orden mundial depende del éxito o del fracaso” a la hora de comprender los cambios

Lo que entonces era un escenario de futuro entre otros posibles hoy se lee prácticamente como un análisis del presente. Mucha tinta se ha vertido sobre este asunto en los foros de debate internacionales y luego se ha reproducido diligentemente en los medios de comunicación occidentales, por lo que, como siempre, resulta interesante echar un vistazo a otros países para adquirir otra perspectiva. En un análisis titulado ‘El fin del orden unipolar’, publicado el pasado mes de noviembre en Gazeta.ru y luego resumido por Meduza, Areg Galstyan sostenía que el declive del sistema mundial surgido de la desintegración de la URSS y liderado por EEUU ha periclitado por la arrogancia e hibris de este último y conducido, como temía Brzezinski, a la emergencia de una nueva competición regional. “En ausencia de reglas claras”, particularmente tras la agresión de la OTAN a Yugoslavia en 1999 y lo que ésta supuso para la legislación internacional, “así como la creciente indiferencia e inercia de Washington debido a la fatiga objetiva de unas fuerzas exhaustas, comenzaron a formarse subsistemas separados”, describe Galstyan al precisar que “las potencias regionales fueron capaces de crear e implementar sus propios conceptos, limitando su dependencia de la influencia de la potencia hegemónica.”

Galstyan ve en Turquía uno de los protagonistas de esta transformación. En opinión de este analista, el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, aspira a convertir a su país no solamente en una potencia regional clave, “sino en uno de los fundadores del sistema post-unipolar de relaciones internacionales”. Así, “todos los recursos de la política exterior del país están enfocados a conseguir este objetivo: Ankara retiene sus posiciones en el bloque de la OTAN pero, al mismo tiempo, en los últimos tres años ha desarrollado activamente una cooperación técnico-militar con Rusia, con el apoyo de Japón, está modernizando todas sus industrias y profundizando su diálogo económico con China”.

Más importante quizá, Turquía ha “creado una amplia red de interdependencia con todos los centros de poder, que limita la habilidad de las grandes potencias para influir en las decisiones estratégicas de Ankara”. Galstyan concluye que “las dinámicas del desarrollo de las relaciones internacionales muestran que en el futuro próximo todas las potencias de tamaño medio con ambiciones y planes de pasar a la categoría de los pesos pesados utilizarán el estilo condicional turco.” Asimismo, “en estas circunstancias, los pequeños países que luchan por sobrevivir en el nuevo sistema necesitan o bien mejorar los mecanismos para mantener el patronazgo geopolítico por parte de una gran potencia (una integración más profunda u otro modelo de interdependencia bilateral) o seguir la vía de formar un modelo de redes de influencia en la toma de decisiones en uno o más centros de poder”.

En este contexto, Rusia se encuentra en la proverbial encrucijada y el “rol de Moscú en esta futura arquitectura del orden mundial depende del éxito o del fracaso” a la hora de comprender los cambios. Rusia, recuerda Galstyan, fue “un actor clave en dos sistemas de cuatro actores: Viena y Yalta-Potsdam”, pero como la UE, podría encontrarse en una incómoda tierra de nadie más pronto que tarde. “La condición principal para triunfar definitivamente”, a juicio de este autor, “es una estricta separación de los intereses nacionales y empresariales” para que estos últimos no interfieran en la agenda internacional de Moscú, que debería tener unos “límites claros” y mecanismos “consistentes”.

En los medios rusos se ha citado como primer episodio de esta transformación global el reciente conflicto en Nagorno-Karabakh por sus características militares y por el papel desempeñado por Turquía y Moscú, cuya diplomacia plantea como salida al conflicto entre Azerbaiyán y Armenia proyectos de cohesión regional, señaladamente la construcción de nuevas líneas ferroviarias. El Kremlin está interesado en revivir el ferrocarril transcaucasiano que conectaría a todos los países con presencia en el Cáucaso: Rusia, Turquía, Azerbaiyán, Armenia, Georgia e Irán. Según cálculos rusos, la reconstrucción de este ferrocarril podría impulsar el intercambio comercial con Irán más de un 30% y, en el caso de Armenia e Irán, entre un 50% y un 70%, además de facilitar a Azerbaiyán sus conexiones con Turquía y potenciar a Rusia como país de tránsito en el comercio de contenedores desde Asia hacia Europa central y septentrional.

Se hace difícil ver cómo la nueva administración estadounidense puede contener, y aún más revertir, todos estos desarrollos, y cómo reaccionará en consecuencia en los años por venir. Puede que Biden termine viéndose como el Ricardo III de Shakespeare: perorando sobre “historias tristes de reyes muertos”. La Unión Europea aún tiene que decidir si hará de público de esas mismas historias.
Publicado por El Salto Sección Global: https://www.elsaltodiario.com/global/geopolitica-declive-estados-unidos-brzezinski-china-en-2035-y-los-15-anos-restantes

Por Mario Duarte especial para Dossier Geopolitico

Las relaciones sociales con el devenir de estos últimos años, especialmente durante el pasado 2020 que sin dudas ha sido bisagra en diversos ámbitos, sumados a este esencial 2021 en múltiples aspectos, que ya lo hemos empezado a transitar; se han visto trastocados radicalmente y todo indica que de no existir regulaciones o reglamentaciones que dirijan todo lo que ocurre en el ámbito virtual y su repercusión en el ámbito físico, podría incrementar la escalada de la brecha entre el mundo digital y los seres humanos. 

Cuando nos referimos al ámbito virtual queremos decir que se ha alterado o perturbado las formas artificiales de comunicación mediadas por la tecnología (internet) como jamás se ha registrado en la historia, ofreciendo una infinidad de oportunidades que trascienden el tiempo y el espacio (ciberespacio), posibilidades impensables en épocas anteriores tales como: clases virtuales, teletrabajo, videoconferencias, etc, pero al mismo tiempo, serias amenazas tanto a la soberanía estatal como a la sociedad civil, tales como: ciberespionaje, el tráfico de macro-datos (Big Data), la cibervigilancia, los ciberataques, el ciberterrorismo, la ciberguerra, etc. En efecto, al ser las TICs un aparato técnico, no son ni buenas ni malas, es el uso de las mismas que hace el hombre el que les confiere el contenido y la sustancia de carácter moral y ético; en ese sentido y como enseña la historia, es la aprobación de los últimos avances tecnológicos la que define la superioridad bélica de unos pueblos sobre otros pueblos.

Tal y como se aprecia en este incierto y peligroso siglo XXI pero no por eso con menos oportunidades, el internet (tecnología proveniente del mundo militar), plantea nuevos espacios de conflictos que se suman de lleno a los históricamente concebidos por los geoestrategas y que por ende son elementos fundantes de la geopolítica clásica (espacio terrestre, espacio marítimo, espacio aéreo, espacio exterior), es decir el ciberespacio y también denominado el quinto elemento; sobre las cuales las potencias de turno (EEUU, China, Rusia, entre otras) ya han tomado partida, a diferencia de la gran mayoría de países, especialmente de los considerados periféricos. Estas súper potencias ya han tomado sus políticas estratégicas y tácticas en cuanto a posibles eventualidades de naturaleza cibernética que sin dudas pueden poner en peligro su soberanía. 

Así pues, bajo estas circunstancias los países centrales han venido implementando como objetivo estratégico de primer orden sus agendas de Defensa Nacional, lograr el predominio del ciberespacio, que les garantizara la hegemonía mundial a lo largo de este incierto y peligroso siglo XX que recién empieza.

Por eso ante el escenario precedentemente descripto surgen inevitablemente cientos de interrogantes en torno a la cuestión del ciberespacio, especialmente en nuestra región sudamericana, donde nos preguntamos: ¿Que es la cibergeopolitica?  Y a raíz de este concepto otros adyacentes que de una u otra forma son parte de la antes mencionada como el ciberespacio y dentro de este la ciberseguridad y la ciberdefensa; también hay que preguntarse cuáles serían las consecuencias de no tener o no contar con una visión estratégica sobre las oportunidades y amenazas que plantea esta nueva era tecnotronica o cuarta revolución industrial, siempre pensando desde y para nuestra región. Y, por último, ¿cuáles serían los caminos a seguir para lograr la soberanía tecnológica en nuestros países de Sudamérica? 

Ante múltiples cuestiones por abordar, se hace imperante a priori, realizar un breve glosario de los temas que funcionan como ejes trascendentales a los efectos de lograr una mayor y mejor comprensión de la temática propuesta en el presente trabajo académico. 

En lo referente a la Cibergeopolitica podemos afirmar que es la geopolítica que tiene lugar en el ciberespacio, entorno éste donde nada de lo conocido es igual, ni las distancias, ni el tiempo, ni las fronteras, ni la identidad, en este nuevo entorno, todo cambia. La Cibergeopolitica así entendida nace como una nueva rama de la geopolítica clásica, de allí que se lo denomina el nuevo “quinto elemento”, en alusión a los cuatro elementos que lo precedieron (tierra, mar, aire y cosmos), amén de que el dinamismo propio de ésta materia, además de sus recientes estudios, también nos obligan a afirmar que la presente continua su construcción en el presente, merced a que cada vez más, hay tecnologías que permiten nuevas interacciones, con lo cual obliga a repensar todo lo hasta ahora conocido.

Otra cuestión que no podemos dejar fuera con respecto a la geopolítica clásica donde los primeros cuatro elementos fueron creación natural, este nuevo “quinto elemento” es fruto de la creación humana, por ende, la constitución de la Cibergeopolitica, provoca impactos y repercusiones globales en todos los niveles, que es una necesidad imperiosa crear reglas de juegos clara y esto es un deber y obligación donde hasta ahora el multilateralismo sigue fallando, al no contar con una Regulación Global del Ciberespacio; puesto que esto al crear este entorno virtual donde las condiciones de comunicación son inmediatas, instantáneas o en tiempo real, crea mayor dependencia de los usuarios en las mismas y esto ha quedado reflejado con la pandemia que aún seguimos padeciendo del Covid-19.

En cuanto a lo que respecta al Ciberespacio, es un término utilizado aproximadamente en 1.981 por William Gibson, y que derivo de la cibernética, concepto a su vez acuñado por Norbert Weiner quien comenzó a utilizarlo por el año 1.940 para hacer referencia a la analogía de los medios de comunicación como así también, su control y los seres vivos. Además, como se expresó también anteriormente es un nuevo espacio, un nuevo entorno virtual, creada por seres humanos a través de la interconexión de sistemas de ordenadores a través de internet.  Este término ya utilizado en la cotidianeidad que se hace presente en nuestro entorno, en los ámbitos sociales, culturales, educativos, políticos, y más aún en el hogar, del cual todos somos participes.

De allí que expresamos, que es un espacio global dentro del sistema mundo que consiste en una red interdependiente de infraestructura de información, incluyendo como ya dijimos el internet, redes de telecomunicaciones, sistemas informáticos, procesadores y controladores.

Por eso merced a lo mencionado ut-supra, se considera menester entender que al transitar esta era de la revolución digital, esto nos conduce directamente al denominado tercer entorno (comunidad virtual) y allí son muchos los temas complejos a la espera de una solución concreta, de fondo y definitiva, que en la cotidianeidad se padece a través de los ciberdelitos en la cuestión domestica (Ciberseguridad) como ser el: el Grooming, el Ciberacoso, el Mobbing, el Ciberbullying, el Sexting, entre otras, la falta de control en la Deep Web y la Dark Web. 

Tampoco podemos dejar de mencionar cuestiones sumamente más complejas o consideradas de nivel o interés superior a través de las Ciberguerras, el Ciberterrorismo, el Ciberespionaje, entre otras a través de lo referente en materia de Ciberdefensa; entre algunos ejemplos que podemos mencionar fue el hackéo al cibergobierno de Estonia en 2007 (el primer país e-goverment en el mundo),  las acciones de activistas en 2008 durante el ataque de Georgia contra Osetia del Sur, el impacto del gusano Stuxnet en los sistemas de computadoras de la planta energética nuclear de Iran; también las numerosas acciones de hactivistas como Anonymus, y por ultimo las filtraciones llevadas adelante por Julian Assagne y Edward Snowden con un gran impacto en los EEUU y por ende en la política internacional. Todo esto sin dudas nos lleva a replantearnos qué futuro nos espera, y que lejos de disiparse estas cuestiones se irán mejorando estos métodos y por ende esto forzara a que muchos gobiernos reconsideren sus estrategias políticas cibernéticas y tomen las medidas especiales para proteger este dominio.

Ahora bien, si queremos responder y atender a la situación de nuestra región sudamericana ante los graves inconvenientes que padece ante este nuevo escenario global, y de los cuales las grandes potencias se hallan distante años luz con nuestros países, es preciso ser conscientes y saber que ante este nuevo escenario donde el eje principal pasa por la Cibergeopolitico, nace una nueva forma de dependencia, que es la dependencia cibernética, y por eso si los países de nuestra región o nuestros propios estados que sería aún más difícil sino pensamos en termino de integración, no desarrollan un proyecto estratégico de Soberanía en el Ciberespacio, que resulta imposible sin un proyecto Nacional-Continental.

Y para entender la magnitud de la misma, la nueva era tecnológica, ha venido para quedarse, por eso debemos saber que en la actualidad la Soberanía de los países pasa por la parte digital, es decir por la Soberanía digital, y este debate en pugna en la actualidad, debería pasar por darle a la sociedad un futuro digital, a través de la posta del poder y control sobre sus datos personalísimos, sus datos privados, esto garantizara el derecho de las personas a la privacidad en el ámbito virtual, como por ejemplo permitiendo compartir  sus datos (Big Data) en aras del interés público , y con el consentimiento propio de las personas que conformamos ese tercer entorno. Hoy la realidad no es de las mejores, al contrario, en Sudamérica como en otras partes del mundo el tráfico de internet pasa por los servidores de EEUU para llegar a destino y esto por ende constituye una noción adversa de Soberanía, es decir cuestiones de Ciberseguridad nacional avasallada por intereses foráneos que obedecen a las grandes multinacionales como son las Big Tech o las nuevas emergentes en el mundo como Alibaba, Huawei o Samsung en Asia.

La única solución viable a todo este planteo sin dudas pasa y de hecho sería altamente positivo si se lo realiza con políticas concertadas y teniendo como eje la integración con doble NN de innovación, a través de los organismos que garanticen esta política supra como ser el Mercosur u otro organismo regional, para tratar la Ciberseguridad y la Ciberdefensa con mirada Soberana, por ejemplo, a través de un Instituto de Ciberseguridad del Mercosur o un Consejo de Ciberdefensa Latinoamericana.

Por último, en todo lo expresado a través de este trabajo académico, primeramente, es imprescindible realizar un análisis cuidadoso, pero sin respiro a través de la monitorización del Ciberespacio, como así también bregar por la debida reglamentación global (el gran déficit de la comunidad internacional) de este “quinto elemento” y por añadidura esto será el paso necesario para la debida protección de este nuevo entorno que vino para quedarse.

DR. MARIO RAMON DUARTE ABOGADO (UCASAL) JUEZ ADM. FALTAS M/C (CTES-ARG) ESPEC. EN DERECHO PUBLICO (UCSF) ESPEC. EN SEG. CIUD. Y PREV. DEL DELITO (FILDSyS) ESPEC. CIBERSEGURIDAD Y CIBERDEFENSA ESCRITOR Y ANALISTA MEDIOS INTERNACIONALES

MIEMBRO DOSSIER GEOPOLITICO (ARG)

https://mundo.sputniknews.com/firmas/201910181089022109-el-gran-oriente-medio-el-patio-trasero-de-rusia-en-la-era-de-la-cibergeopolitica/

https://www.geopolitica.ru/es/article/cibergeopolitica-el-quinto-elemento-del-nuevo-mundo

https://www.geopolitica.ru/es/article/cibergeopolitica-una-disciplina-emergente-y-el-caso-de-la-india

https://www.alainet.org/es/articulo/190548

https://www.alainet.org/es/articulo/200598

PD.: Libre su difusion citando la Fuente

                                    

Por Eduardo A Bonugli; Especial para Dossier Geopolitico

Como interesado en este tema desde hace años, y cuando el proceso entra en su ocaso, quiero dar mi punto de vista y dejar claro mis discrepancias al discurso único y simplista de la prensa europea y occidental, sobre el Brexit. Un discurso de desinformación activa, típico del sistema, en el cual solo se insiste en las causas superficiales que llevaron a tan sonado desastre, mientras se omite las verdaderas razones de peso.

Mi postura, por el contrario, es que el Brexit significa el mayor fracaso neoliberal de la historia, siendo su política económica de especulación financiera la causa principal. También afirmo que es la primera gran quiebra capitalista del siglo XXI y es el preludio del ocaso del Bloque Atlantista Anglosajón en el mundo, junto al declive de EEUU como imperio dominante.

El Brexit es una herida vital para la UE, derivada del choque de dos potencias históricamente irreconciliables, que pretendían concentrar para si, y solo para si, la dominación absoluta del resto del continente con políticas neoliberales de rentismo financiero y monopolio productivo, bajo el imperio de la “industria financiera,”  apoyándose en la tóxica red de paraísos fiscales en Europa, que a su vez, arrastran a la quiebra, a los países más pobres del continente.

Alemania con su apisonadora industrial y su supremacismo racista por un lado, e Inglaterra como potencia financiera mundial y su genética imperial por el otro, fueron demasiados gallitos bravos para un corral frágil de cimientos y cada vez más pobre. Finalmente, como dice el refrán: ”A la UE, entre todos la mataron y ella sola se está muriendo…”

A continuación detallo reflexiones sintetizadas de otros aspectos donde la prensa confunde y desinforma a la población:

#El último acuerdo, del 31/12/20, es solo una declaración vacía de contenidos, que apenas deja la puerta abierta a futuras negociaciones, pero sobretodo, que trató de evitar el temible “Brexit a las Bravas”.

#Es falso que la UE se asegurara con este último acuerdo, algún marco legal para las futuras relaciones. Casi todo quedó sin acordar. Mientras tanto, Londres ya negocia por su parte, de forma bilateral con cada país, la mayoría de los asuntos pendientes, haciendo realidad aquello de: Divide y vencerás.

#Lo de la rivalidad financiera con la que tanto compadrean en Europa, entre Londres y Dublín o Frankfurt, es apenas una fantasía imposible de la UE. Inglaterra es un gigante financiero mundial, con demostrada presencia en Oriente, y hermanada en sangre especulativa con Israel y EEUU. 

#Sobre la pesca, hay que recordar que a Londres no le preocupa mucho la actividad pesquera en sí. Le importa más y mucho, el fabuloso negocio de arrendar sus aguas y negociar franquicias sobre los territorios que domina en ultramar, como el caso de Las Malvinas. Negociar todo y con quien sea, es su doctrina secular. Para ya, consiguió que en 5 años caduquen las licencias de los europeos sobre sus aguas y entonces será cuando impongan sus condiciones. Los pescadores del continente saben que apenas les queda un lustro a su actividad que ya es agónica, porque sus permisos irán decayendo un 25% por año. En ultramar (Malvinas), Londres controla (o chantajea) a las potencias pescadoras de Europa, con franquicias de sus derechos (y no derechos) sobre esas aguas y también se asegura, a buen precio, el pescado para su consumo interno. Que estos territorios queden o no, fuera de jurisdicción de este último acuerdo de papel mojado, carece de importancia en el reparto de su dominio sobre las aguas.

#Sobre la caída del comercio entre ambos, la prensa creó una falsa burbuja de terror que ahora se empeña en disolver. Los viejos piratas nunca mueren y en este mundo de sabuesos, los negocios van primero que los patriotismos. Y Occidente tiene siglos de historia en poner trabas y saltarlas, según convenga.

#Lo de las aduanas y sus inconvenientes, es un problema común y no solo para GB, como quiere aparentar la propaganda de la prensa continental. 

#La indemnización Inglesa a la UE por su salida, lleva a Bruselas por la calle de la amargura. Durante la campaña del referéndum en 2016, desde el continente, se lanzó la tesis mediática que serían 250 mil millones de euros el monto, pero Londres nunca acusó recibo. Más tarde esta cifra entró en una alocada montaña rusa según el humor de las negociaciones. 

Luego de conocidos los resultados del referéndum hubo, un consenso mínimo entre Bruselas y Londres de que esa cantidad estaría alrededor de los 65 mil millones. (1)

En mayo del 17, cuando las conversaciones eran borrascosas, Alemania y Francia subieron la apuesta a 100 mil millones. (2)

En mayo del 19, con vientos del Brexit Bravo, la cantidad bajó a 43 mil millones, pero Boris Jonson rechazó tajantemente la cifra. (3)

En el Acuerdo de Retirada del 31/01/20 en su página 35, La UE apenas hace referencia a lo siguiente: *NOTA: El acuerdo no se refiere al importe de la obligación financiera del Reino Unido, sino a la forma de calcularlo*  lo que muestra la divergencia total en este tema. (4)

Y en el último acuerdo, firmado el 28/12/20 ya ni siquiera se habla del asunto.

O sea, el Imperio  repite su secular estrategia de la negociación infinita para no pagar sus deudas, mientras, la UE suda en frío por la quiebra de ese ingreso y por la ofensa diplomática que significaría el no pago. A los ingleses, eso les importa un pimiento.

.

#El “Cheque Británico” que recibía Londres de Bruselas desde la época de Margaret Thatcher, se quedó pequeño ante lo que contribuía a la UE. En 2016 (el año del referéndum) aportó a la UE, 19.747 millones de euros y fue el tercer país que más contribuyó por detrás de Alemania y Francia. En teoría, también recibió un reembolso o Cheque Británico para compensar el escaso provecho de las islas a las ayudas comunitarias sobre la agricultura, tras un complejo y vetusto cálculo que rebajaba en parte el aporte de Gran Bretaña.

En todo caso, con su salida, Inglaterra se ahorra ahora gran parte de las contribuciones y deja un enorme agujero negro en los presupuestos europeos. En esto, los ingleses salieron ganando. (5)

#Desde Europa relatan que las intenciones de Inglaterra con el Brexit se motivaban en sus genes imperiales, su racismo o en la ceguera de los ultra nacionalistas. Como si los europeos no tuvieran los mismos genes y siglos de historia similar.

#Pero Bruselas no habla de la soberanía secuestrada por la UE. Algo insoportable tanto para la historia del reino como para cualquier estado miembro. En tal sentido, Alemania y sus satélites, hacen de la soberanía secuestrada, una tortura carcelaria para los países pobres de la UE

#Tampoco reconoce las infernales regulaciones administrativas de la UE para hacer proteccionismo blando y frenar las importaciones externas, rompiendo disimuladamente el mantra de la Libertad de Mercado.

#Nada dicen en Europa sobre la impagable burbuja de la deuda de los países miembros y que pende, día y noche sobre la economía europea. Londres ha querido poner tierra de por medio de esa posible honda expansiva.

En 2017, en los diecinueve países que comparten la moneda única, el endeudamiento alcanzó 12,5 billones de euros y en 2019, 13,06 billones. Aumentó 500 mil millones en dos años y aún sin contar con la pandemia.

La industria financiera ha encontrado una forma de disimular el aumento de la deuda al compararla con el PIB, y cómo este indicador aumenta por su cuenta por sus propias variables, ello permite que la deuda, en apariencia, le acompañe.  Un segundo truco europeo fue incorporar al PIB ingresos como el narcotráfico, prostitución o contrabando, que por ser ilegales y no cotizar, son datos no demostrables. Resulta evidente que la deuda europea es ya impagable. (6)

#Lo de la frontera de Irlanda es, en el fondo, un asunto interno de GB, y en su momento hará lo que le convenga, coherente con su histórico cinismo. Por lo tanto y por ahora, le puede servir como puerto franco para el flujo libre de mercancías. Igual que con Gibraltar. Lanzó la polémica para tensar las negociaciones, para crear confrontación y para distraer. Al final reculó y eso se tomó como una derrota inglesa. Pero desde el principio, era un envite en falso.

#Sobre la emigración, hay una vergonzosa manipulación. Es verdad que Londres quiere aprovechar su condición de isla independiente para aislarse un poco más de las corrientes migratorias, pero la UE con su fosa mortuoria del Mediterráneo no tiene autoridad moral para levantar la voz. Que Alemania u Holanda, por ejemplo, acusen de racista a su vecino, es de risa penosa.

#Concluyo: El Brexit es para mi, el mayor fracaso neoliberal de la historia. 

Finalmente, es de justicia agradecer a DOSSIER GEOPOLÍTICO el haberme permitido durante un lustro, hacer el seguimiento de este trascendental acontecimiento

Madrid, 27/01/21

Eduardo A Bonugli – Colaborador desde España de Dossier Geopolitico

(1) https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-39756490

(2) https://www.dw.com/es/financial-times-calcula-en-casi-el-doble-la-factura-del-brexit/a-38672730

(3)  https://www.abc.es/internacional/abci-johnson-amenaza-no-pagar-43000-millones-euros-indemnizaciones-tras-brexit-duro-201908251752_noticia.html

(4) https://ec.europa.eu/commission/sites/beta-political/files/the_withdrawal_agreement_explained_es.pdf

(5) https://www.europapress.es/internacional/noticia-asi-financia-union-europea-20170923114651.html

(6) https://es.statista.com/estadisticas/598857/deuda-publica-bruta-de-la-union-europea-y-la-zona-euro/#:~:text=En%202019%2C%20la%20deuda%20de,ya%20ocurriera%20en%20a%C3%B1os%20anteriores.

La Unión Europea y los EEUU

Entrevista a nuestro socio estrategico en Italia, Tiberio Graziani, presidente del Instituto Internacional de Análisis Globales Vision & Global Trends

THE INTERNATIONAL AFFAIRS

¿Cuál es la actitud de la Unión Europea ante los acontecimientos en los Estados Unidos, incluida la invasión del Capitolio de los Estados Unidos por los partidarios de Donald Trump?

Con respecto al reciente ataque al Capitolio de Estados Unidos por partidarios de Trump, los líderes europeos han expresado públicamente su asombro y han criticado esta acción. A nivel nacional, los líderes políticos de los principales partidos, incluso los considerados euroescépticos, nacionalistas y / o populistas, han gritado “escándalo”, alegando que el ataque al Capitolio de Estados Unidos fue un ataque a la democracia.

Tal tipo de declaración “ataque al Capitolio = ataque a la democracia” por parte de líderes europeos y políticos de las distintas naciones miembros de la Unión Europea merece al menos dos reflexiones. Una de estas reflexiones tiene un carácter general:

Los líderes europeos son incapaces de concebir un tipo de democracia diferente al modelo demócrata liberal, es decir, al modelo que Estados Unidos ha difundido y exportado desde 1945 a gran parte del planeta y que constituye la superestructura – al mismo tiempo ideológica y operativa – del llamado sistema Occidental liderado por Estados Unidos.

Desde el punto de vista de la cultura política, esta incapacidad somete a las posiciones e intereses exclusivos de Washington, las decisiones de las clases dominantes europeas y de sus políticos sobre la política económica y social interna; y la política exterior. Todo ello se traduce en opciones políticas que, además de no tener en cuenta las variadas identidades e intereses culturales del Viejo Continente, a medio y largo plazo podrían resultar muy negativas para la implementación de la propia integración europea y la evolución de la UE en sentido unitario.

Otra reflexión, más atenta a las circunstancias actuales, se refiere, en cambio, al interés práctico de Bruselas y de las clases dominantes europeas en general para complacer a la nueva administración que a partir del 20 de enero estará dirigida por el demócrata Joe Biden.

¿Cuáles serán las consecuencias de la situación política en EEUU para las relaciones con la UE ?

A largo plazo, no habrá consecuencias destacables, salvo que se produzcan cambios -actualmente no previsibles- en el actual liderazgo de la Unión Europea. La política de Bruselas, por otro lado, podría verse influenciada por el posicionamiento de algunos gobiernos nacionales. En particular, con referencia a Europa central occidental, habrá que prestar mucha atención a Francia, y en cierta medida a Alemania, en lo que respecta a la implementación de las políticas exteriores individuales de estos dos países hacia China, Rusia e Irán. La sintonía manifestada en algunas ocasiones entre París y Berlín en cuanto a sus intereses nacionales hacia China y Rusia podría, de hecho, reflejarse también en algunas decisiones futuras de Bruselas hacia las dos potencias euroasiáticas, además de estratégicas para su evolución. EEUU, obviamente obstaculizaría esas eventualidades.

Castigo a Hungría y premios al aliado polaco


En cuanto a Europa del Este, la situación parece menos clara, por los efectos que podrían tener sobre Bruselas las ambiguas y conflictivas iniciativas de Budapest y Varsovia y sus relaciones con Estados Unidos. La Hungría de Orban, retóricamente crítica de la visión liberal democrática de Bruselas y, hasta cierto punto, más cercana a la “doctrina Trump”, podría sufrir una fuerte “represalia” por parte de la nueva administración estadounidense, también en consideración de algunas “simpatías” entre Budapest y Moscú. En el caso de cualquier “represalia”, no se pueden excluir los procesos que podrían conducir a una especie de “revolución de color” sobre el modelo de lo vivido en Ucrania, con el objetivo de eliminar a Orban.
Polonia, igualmente crítica de Bruselas como Hungría, sigue siendo, sin embargo, el “mejor amigo” de Estados Unidos en Europa: por esta razón no creo que sufra “represalias” por parte de Biden. Por el contrario, la función anti-rusa y pro-ucraniana de Polonia se verá reforzada por el nuevo ocupante de la Casa Blanca.

Obstaculización al gasoducto germano ruso y a la participación en la Ruta de la Seda

¿Cambiarían las relaciones bilaterales entre la UE y los EEUU bajo la presidencia de Joe Biden y, si lo hicieran, cuán profundos serían los cambios?

Estados Unidos, incluso bajo la presidencia democrática de Biden, no cambiará su estrategia ahora secular hacia Europa. En el contexto de la estrategia estadounidense, Europa es considerada una cabeza de puente lanzada sobre la masa euroasiática y sobre el continente africano, en particular a través de Italia: por lo tanto, la administración Biden se mantendrá fiel a esta perspectiva, por otra parte vital para la supervivencia de Estados Unidos como potencia mundial. En vista de esto, debemos esperar que la nueva administración sea aún más asertiva que la anterior republicana hacia Bruselas y sus Estados miembros.

Probablemente, Biden tomará acciones aún más decididas que Trump para contrarrestar el proyecto ruso alemán de North Stream u otras iniciativas de asociación similares entre Moscú y Berlín y también entre Moscú y París. También es muy previsible que Biden obstruya cualquier tipo de iniciativa de asociación euro-china, centrada, de diversas maneras, en el proyecto Nueva Ruta de la Seda.

Ante esto, la contradicción entre los intereses reales europeos y estadounidenses sólo puede estallar si Alemania y Francia libran una batalla común en nombre de la refundación de la Unión Europea como actor independiente en el nuevo escenario global, aparentemente ahora policéntrico.Anuncios

Publicado en: https://revueltaglobal.home.blog/2021/01/24/eeuu-biden-puede-ser-mas-decidido-que-trump-obstaculizando-los-intereses-de-europa/