La guerra de Gaza ha acelerado la cooperación entre los gigantes del Sur Global que se resisten al conflicto respaldado por Occidente. Juntos, los BRICS liderados por Rusia y el Eje de Resistencia liderado por Irán pueden dar forma a un Asia Occidental libre de Estados Unidos.

Por Pepe Escobar para Cradle

MOSCÚ – La semana pasada, el presidente ruso Vladimir Putin hizo una parada notable en los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita para reunirse, respectivamente, con el presidente emiratí Mohammad bin Zayed (MbZ) y el príncipe heredero saudí Mohammad bin Salman (MbS) antes de volar de regreso a Moscú para reunirse El presidente iraní, Ebrahim Raisi. 

Los tres temas clave en las tres reuniones, confirmados por fuentes diplomáticas, fueron Gaza, la OPEP+ y la expansión de los BRICS. Por supuesto, están interrelacionados. 

La asociación estratégica Rusia-Irán  se está desarrollando a una velocidad vertiginosa, junto con Rusia-Arabia Saudita (especialmente en la OPEP+) y Rusia-EAU (inversiones). Esto ya está provocando cambios radicales en la interconexión de la defensa en toda Asia occidental. Las implicaciones a largo plazo para Israel, mucho más allá de la tragedia de Gaza, son crudas.

Putin le dijo a Raisi algo extraordinario en muchos niveles: 

“Cuando volaba sobre Irán, quería aterrizar en Teherán y conocerte. Pero me informó que usted quería visitar Moscú. Las relaciones entre nuestros países están creciendo rápidamente. Por favor, transmite mis mejores deseos al Líder Supremo, quien apoya nuestras relaciones”.

La referencia de Putin a “sobrevolar Irán” se conecta directamente con cuatro armados Sukhoi Su-35 que vuelan en formación, escoltando al avión presidencial a lo largo de 4.000 kilómetros (si se miden en línea recta) desde Moscú a Abu Dhabi, sin ningún aterrizaje ni repostaje de combustible. 

Como observar cada asombrado analista militar, un F-35 estadounidense es capaz de volar, en el mejor de los casos, 2.500 km sin repostar combustible. Sin embargo, el elemento más importante es que tanto MbZ como MbS autorizaron la escolta de los Su-35 rusos sobre su territorio, algo extremadamente inusual en los círculos diplomáticos. 

Y eso nos lleva a la conclusión clave. Con un solo movimiento en el tablero aéreo, combinado con el posterior gol decisivo de Raisi, Moscú cumplió cuatro tareas: 

Putin demostró -gráficamente hablando- que ésta es una nueva Asia Occidental donde la hegemonía estadounidense es un actor secundario; destruyó el mito político neoconservador del “aislamiento” ruso; demostró una amplia supremacía militar; y, por último, a medida que se acerca el inicio de la presidencia de los BRICS, Rusia demostró que conserva todas sus cartas geopolíticas y geoeconómicas cruciales.    

Mátalos, pero suavemente. 

Los cinco BRICS originales, liderados por la asociación estratégica Rusia-China, abrirán sus puertas a tres grandes potencias de Asia occidental: Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos el 1 de enero de 2024. Su adhesión a la potencia multipolar ofrece a estos países una plataforma excepcional. para mercados más amplios, y es probable que acompañe una avalancha de inversiones e intercambios tecnológicos. 

El sofisticado juego a largo plazo que juegan Rusia y China está provocando un cambio tectónico completo en la geoeconomía y la geopolítica de Asia occidental.   

El liderazgo de los BRICS 10 –teniendo en cuenta que el undécimo miembro , Argentina, por el momento, es, en el mejor de los casos, un comodín– incluso tiene el potencial, bajo una presidencia rusa, de convertirse en una contraparte efectiva de la ineficaz ONU. 

Y eso nos lleva a la compleja interacción entre los BRICS y el Eje de Resistencia.

Al principio, había razones para sospechar que la suave condena  del genocidio en Gaza por parte de la Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica (OCI) era una señal de cobardía. 

Sin embargo, una evaluación renovada puede revelar que todo está evolucionando orgánicamente cuando se trata de la intersección del panorama general diseñado por el difunto comandante iraní de la Fuerza Quds, el general Qassem Soleimani, con la meticulosa microplanificación del líder de Hamás en Gaza, Yahya. Sinwar, que conoce la mentalidad israelí en el interior. y demostró en detalle su devastadora respuesta militar. 

Podría decirse que el foco más incandescente de las discusiones detalladas en Moscú estos últimos días es que podemos estar acercándonos al punto en el que “una señal” desatará una respuesta concertada del Eje de Resistencia.

Por el momento, lo que tenemos son ataques esporádicos: Hezbollah destruyendo las torres de comunicación de Israel frente a la frontera sur del Líbano, las fuerzas de resistencia de Irak atacando bases estadounidenses en Irak y Siria, y Ansarallah de Yemen bloqueando concretamente el Mar Rojo. para los barcos israelíes. Todo esto no constituye todavía una ofensiva concertada y coordinada. 

Y eso explicaría la desesperación dentro de la administración Biden en Washington, junto con los rumores de que necesita que Israel termine el Plan Gaza entre Navidad y principios de enero. No sólo la óptica global del ataque a Gaza se ha vuelto terriblemente insostenible, sino que, sobre todo, una campaña militar más aumenta dramáticamente la probabilidad de una “señal” al Eje de Resistencia. 

Y eso resultará en el fin de todos los planos elaborados de la Hegemonía para Asia Occidental. 

Los objetivos geopolíticos del sionismo son bastante claros: restablecer su aura de dominio autoconstruida en Asia occidental y mantener un control constante sobre la política exterior estadounidense y la alianza militar. 

La depravación es un componente clave para lograr estos objetivos. Es muy fácil bombardear, bombardear y quemar objetivos civiles ultrablandos, incluidos miles de mujeres y niños, convirtiendo Gaza en un gran cementerio, mientras el White Man’s Burden Club insta a las fuerzas de ocupación israelíes a matarlos, por supuesto, pero de forma más silenciosa. . . 

La señal es que la tóxica atlantista y presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ofreció sobornos, en persona, a los líderes de Egipto y Jordania (10 mil millones de dólares a El Cairo y 5 mil millones de dólares a Ammán) , como lo confirmaron los diplomáticos de Bruselas. Ésa es la abrumadora solución de la UE para detener el genocidio de Gaza.  

Todo lo que el presidente egipcio Abdel Fattah el-Sisi y el rey jordano Abdullah bin al-Hussein tendrían que hacer es “facilitar” el éxodo forzado y la limpieza étnica final de Gaza hacia sus respectivos territorios. 

Porque el objetivo escatológico del sionismo sigue siendo una Solución Final pura, pase lo que pase en el campo de batalla. Y, por supuesto, como sugiere la operación Inundación de Al-Aqsa encabezada por Hamas el 7 de octubre, destruir la Mezquita Islámica de Al-Aqsa en Jerusalén y construir un Tercer Templo judío sobre sus cenizas.  

¿Qué pasa cuando llega “la señal”? 

Así que lo que tenemos es esencialmente el plan de Emigración o Aniquilación del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, frente a lo que el veterano experto en Asia occidental Alastair Crooke ha acuñado memorablemente como “Sykes-Picot está muerto”. Esa frase significa que la inclusión de árabes e iraníes en los BRICS eventualmente reescribirá las reglas en Asia occidental, en detrimento del proyecto sionista.  

Incluso existe una gran posibilidad esta vez de que los crímenes de guerra certificados por Israel en Gaza sean procesados, a medida que palestinos, árabes y naciones de mayoría musulmana, con pleno apoyo de los BRICS, formen una comisión reconocida por el Sur Global para tomar Tel Aviv y sus fuerzas armadas. a los tribunales.

Olvídese de la contaminada IPC, por más servil que siga siendo ante el orden basado en reglas de la Hegemonía. Los BRICS ayudarán a que el derecho internacional vuelva al primer plano de la escena mundial, como se pretendía cuando nació la ONU en 1945, antes de ser castrada.

El genocidio de Gaza también está obligando a todas las latitudes del Sur Global a ser más inclusivas, como a profundizar en la sabiduría de nuestra historia premoderna común y entrelazada. Todo aquel que tiene conciencia se ha visto obligado a profundizar en sí mismo para encontrar explicaciones a lo Inexcusable. En este sentido, ahora todos somos palestinos.  

Tal como están las cosas, no hay poder: Occidente porque lo rechaza; los BRICS y el Sur Global porque aún no han hecho su jugada- ha sido capaz de detener una Solución Final llevada a cabo por una ideología racista y etnocentrista. 

Sin embargo, eso también abre la sorprendente posibilidad de que ningún poder sea lo suficientemente fuerte como para detener al Eje de Resistencia cuando llegue la “señal” de bajar el telón sobre el Proyecto Sionista. Para entonces, el Eje tendrá un imperativo moral supremo, reconocido e incluso instalado por las poblaciones de todo el mundo.

Así que ahí es donde estamos ahora: evaluando la incandescente simetría entre impotencia e imperativo. Se romperá el estancamiento, tal vez antes de lo que todos esperamos. 

Esto evoca una comparación con un punto muerto anterior. El actual impasse entre una versión perversa y de mala calidad de la “civilización” hebraica y el nacionalismo islámico emergente –llamémoslo “Islam civilizacional”– refleja dónde estábamos en diciembre de 2021, cuando los tratados propuestos por Rusia sobre la “indivisibilidad de la seguridad” ”fueron rechazados. por Washington. En retrospectiva, esa fue la última oportunidad para una salida pacífica al enfrentamiento entre Heartland y Rimland. 

El Hegemón lo rechazó. Rusia hizo su jugada y aceleró exponencialmente el declive de la hegemonía. 

La canción sigue siendo la misma, desde las estepas del Donbás hasta los campos petrolíferos de Asia occidental. ¿Cómo puede el Sur Global multipolar –representado cada vez más por los BRICS ampliados– gestionar un Occidente imperialista furioso, temeroso y fuera de control que mira hacia el abismo del colapso moral, político y financiero?    

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de The Cradle y de Dossier Geopolitico.

FUENTE https://new-thecradle-co.translate.goog/articles/brics-and-the-resistance-axis-a-convergence-of-goals?_x_tr_sl=auto&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es

Por Peter Logghe

Donde la tierra y el mar se encuentran, hay lugar para la tensión geopolítica, especialmente cuando se trata de Estados competidores que bordean mares o lagos interiores. Esa tensión es obvia para todos alrededor del Canal de Suez, en el Océano Índico, en el Mar del Sur de China, con las numerosas disputas entre la superpotencia China y estados como Japón, Taiwán, Filipinas y otros.

Menos conocido es el Bósforo, en el Mar Negro, mientras que la invasión rusa de Ucrania pone cada vez más de relieve la importancia geopolítica de este estrecho turco. Basándose en la Convención de Montreux de 1936, Turquía ha jugado repetidamente sus bazas estratégicas. Debido a la globalización del comercio y, por tanto, al enorme aumento del transporte marítimo, Turquía ha desarrollado recientemente el proyecto del «Canal de Estambul», para aliviar parcialmente el Bósforo, pero sin beneficiarse menos del aumento del transporte marítimo.

Ana Pouvreau, doctora en estudios eslavos por la Universidad de París-IV Sorbona, diplomada en relaciones internacionales y estudios estratégicos por la Universidad de Boston, dedica un extenso artículo en la revista francesa Conflits (revista de geopolítica), nº 48 (noviembre-diciembre de 2023) a este estrecho marítimo que ha desempeñado y seguirá desempeñando un papel político-económico tan importante. Se trata de un estrecho de unos 30 kilómetros que conecta los continentes europeo y asiático.

Los otomanos se dieron cuenta de la importancia geopolítica de este tramo de mar hace mucho tiempo: en 1393 y 1451 construyeron fortificaciones en el Bósforo, lo que les permitió tomar Constantinopla en 1453. Sobre todo, se dieron cuenta de que, al hacerlo, controlaban el acceso de los barcos al Mar Negro y, por tanto, tenían el control sobre todo el Mar Negro y sus Estados. El Mar Negro se convirtió en un lago turco, en detrimento de Rusia. Esto obligó a los rusos durante siglos a pedir siempre permiso al sultán para navegar por el Bósforo. La balanza se inclinó en el siglo XVIII, cuando los rusos lograron conquistar la costa norte del Mar Negro y obtuvieron el derecho a navegar en el mar y a través del estrecho. Sin embargo, el Bósforo siguió provocando tensiones geopolíticas.

Importancia de la Convención de Montreux (20 de julio de 1936)

La autora Ana Pouvreau subraya acertadamente en Conflits la importancia de la Convención de Montreux, que sigue siendo válida. Ese acuerdo internacional garantiza el libre paso de los buques comerciales. El paso de los buques de guerra está sujeto a restricciones especiales. En particular, los Estados no ribereños del Mar Negro tienen que limitar el número de buques de guerra y su tonelaje. Turquía tiene la potestad de denegar el acceso al Bósforo a cualquier barco y de hacerlo a su discreción – en tiempos de guerra, Turquía recurrió a esto. El 27 de febrero de 2022, la guerra en Ucrania se registró como amenaza, lo que permitió a Turquía adoptar medidas restrictivas basadas en este convenio.

Si el Bósforo es una de las puertas de entrada a Rusia para Europa Occidental, los estrechos son el único acceso por agua posible al Mediterráneo para Rusia y, por tanto, un punto caliente geopolítico para la flota rusa en el Mar Negro. Gracias a la pertenencia de Turquía a la OTAN, la Organización del Tratado del Atlántico Norte controló durante décadas el acceso al Mar Negro, lo que no es poco. Con la desintegración de la Unión Soviética, afirma Ana Pouvreau, el espacio póntico se abrió aún más a la Alianza Atlántica. La tensión aumentó con la secesión de Transnistria, Abjasia y Osetia del Sur, que se unieron a Rusia. Para Igor Delanoë, experto en Rusia, esta zona sigue siendo «un polo militar póntico-caucásico», que Rusia ve como una oportunidad para responder a las políticas de contención estadounidenses, aumentando así la influencia rusa en la región. Ana Pouvreau, por ejemplo, se refiere al estallido de la guerra en Siria en 2011. Rusia creó entonces de inmediato una base de apoyo marítimo -también conocida como el Expreso de Siria- para hacer llegar ayuda militar (a través del Bósforo) al régimen de Assad sobre el terreno.  Los buques rusos atravesaron en masa los estrechos turcos.

El Mar Negro y el Mar de Azov son verdaderos centros de intercambios comerciales entre Rusia y el resto del mundo, especialmente a través del puerto de Novorossiysk, que se ha convertido silenciosamente en el puerto más importante de Rusia – de ahí de nuevo la importancia del Bósforo. Alrededor del 40% de la producción bruta de petróleo de Rusia pasa por el Bósforo. Rusia suministra a Turquía suficiente combustible – Turquía se opuso y se opone a las sanciones económicas contra Rusia. Rusia es además el primer exportador de grano y harina, y – a través del Bósforo – un actor global en la seguridad alimentaria mundial.

La globalización de la economía mundial ha incrementado enormemente los intercambios comerciales en el Bósforo y sus alrededores. Para los Estados ribereños de Turquía, Bulgaria, Rumanía, Ucrania, Rusia y Georgia, este estrecho reviste una importancia primordial. En 2019, según el autor de Conflits, 40.000 barcos atravesaron el Bósforo. Desde hace varios años, el tráfico incluso se ha saturado, obligando a los barcos a soportar largas esperas. Estambul creció junto con el comercio mundial y hoy es una de las principales metrópolis del mundo, con 15,84 millones de habitantes.

Además, desde la invasión rusa de Ucrania, Turquía se ha convertido en un centro energético y en un puerto de tránsito de petróleo y gas de Asia a Europa aún más importante de lo que ya era. Turquía, por su parte, lleva desde 2021 ejecutando sus planes para el llamado Canal de Estambul, que espera completar en 2027. Este canal, según el gobierno turco, debería reducir la presión sobre el Bósforo. El canal tendrá 45 km de largo y 275 metros de ancho. El paso será de pago, lo que, sin embargo, puede tener un coletazo jurídico, ya que comprometería la libertad de navegación. Rusia ve el proyecto con recelo, ya que este nuevo canal permitiría a la OTAN llevar sus tropas al Mar Negro con mayor rapidez.

Puede que el Bósforo sea menos conocido para el gran público, pero el lugar no es insignificante en las crecientes tensiones geopolíticas.

Conflits, Revue de Géopolitique, novembre-décembre 2023, n° 48, 32 rue du Faubourg Poissonnière, F-75010 Paris.

Fuente: Knooppunt Deltapers – Nieuwsbrief nº 184 – Noviembre de 2023

Traducción: Enric Ravello Barber publicado en Geopolitika.ru

Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de DOSSIER GEOPOLITICO

POR MK BHADRAKUMAR

Ceremonia de presentación de las medallas de la Estrella de Oro a los Héroes de Rusia, St George Hall, Kremlin, Moscú, 8 de diciembre de 2023 

El anuncio del viernes del presidente ruso Vladimir Putin de que buscará la reelección para un quinto mandato no fue una sorpresa. Es sorprendente que haya elegido la ocasión de una ceremonia en el Kremlin en la que se conferían las medallas de Héroe de Rusia a los militares que habían participado en la operación militar rusa contra Ucrania para hacer el anuncio. 

Putin fue encontrado respondiendo a una exhortación del Héroe de la República Popular de Donetsk Artyom Zhoga, comandante del famoso Batallón Esparta (que sucedió a su hijo Vladimir, que murió a la edad de 28 años en 2022 y recibió póstumamente el título de “Héroe de Rusia”). ”) que a todo el Donbass le gustaría que participara en las elecciones. No hay duda de que el coronel Zhoga expresó un deseo colectivo del pueblo ruso. 

La guerra de Ucrania ha resultado ser un acontecimiento decisivo en la vida política de Putin. Inicialmente, cuando comenzó la operación militar especial a finales de febrero de 2022, hubo un error de cálculo al pensar que sería un asunto de corta duración y que el presidente Vladimir Zelensky aceptaría la oferta rusa de negociar. Pero en lo que Moscú se equivocó terriblemente fue en que Estados Unidos no entraría en una guerra por poderes con ellos con tanto entusiasmo y manipularía a Zelensky para que no buscara la paz.   (Vea un excelente relato, en inglés, del sabotaje de Estados Unidos al Acuerdo de Estambul, titulado Paz para Ucrania  , escrito por una distinguida troika alemana formada por un diplomático, un historiador y un general.) 

De hecho, Putin finalmente logró sacar del peligro la tentativa operación militar especial al realizar una retirada táctica de tropas en los sectores del norte, lo que permitió una gran movilización de tropas para llevar a cabo una guerra de desgaste y ordenó una fortificación efectiva en múltiples niveles de la línea del frente. En retrospectiva, sus decisiones militares cambiaron el rumbo de la guerra y el armamento y la tecnología militar rusos superaron a los que Estados Unidos y la OTAN suministraron a Kiev. 

A partir de ahora, las fuerzas rusas están avanzando a lo largo de los 900 kilómetros de línea del frente y el impulso podría llevarlas lejos incluso a través del Dnieper. Crimea y el Mar Negro no corren ningún peligro grave; Los cuatro nuevos territorios son ricos en recursos y Rusia controla todos los puertos en el estratégico Mar de Azov, que es una importante ruta de acceso para Asia Central desde el Mar Caspio a través del Canal Volga-Don. 

Sin embargo, aunque Estados Unidos no logró una victoria militar en Ucrania, la Administración Biden intentará prolongar el conflicto el mayor tiempo posible hasta 2024 con la esperanza de desangrar a Rusia en una lucha extenuante como la de Afganistán en los años ochenta. Pero es una esperanza vana. 

Sergey Naryshkin, jefe del servicio de inteligencia exterior de Rusia, escribió la semana pasada en la revista de la agencia Razvedchik (El Operativo de Inteligencia) que «existe una alta probabilidad de que un mayor apoyo a la junta de Kiev, especialmente dada la creciente ‘toxicidad’ del tema ucraniano para los asuntos transatlánticos La unidad y la sociedad occidental en su conjunto acelerarán el declive de la autoridad internacional de Occidente.

«La propia Ucrania se convertirá en un ‘agujero negro’ que absorberá recursos materiales y humanos a medida que avance», continuó. «Al final, Estados Unidos corre el riesgo de crear ‘otro Vietnam’, con el que cada nueva administración estadounidense tendrá que lidiar hasta que alguna persona sensata que tenga el coraje y la determinación de romper este círculo vicioso asuma el poder en Washington».

Ucrania seguirá siendo una cuestión prioritaria para Rusia y esa es una de las principales razones por las que la elite rusa y la nación en general quieren que Putin permanezca en el poder hasta 2030. El quid de la cuestión es que Putin también modificó brillantemente las políticas económicas y sociales para secuestrar la vida de los rusos comunes y corrientes de las privaciones habituales características de una «economía de guerra». La vida continúa y la ‘nueva normalidad’ está funcionando bien. 

Putin ha desperdiciado el objetivo de Estados Unidos de atrapar a Rusia en un aparente atolladero (haciendo que la economía rusa caiga en picada y avivando el descontento social y creando condiciones para una insurrección contra el régimen) para debilitar a Rusia y sacarla del escenario global como un país cada vez más eficaz. contrapunto a la hegemonía occidental al alimentar tendencias escindidas que amenazan la unidad y la integridad de la Federación Rusa. 

En realidad, los logros de Putin son un trabajo en progreso y su permanencia en el poder sigue siendo un requisito previo para el resurgimiento de Rusia como una «superpotencia» que supere incluso a la Unión Soviética en algunos aspectos, en circunstancias que son tan desafiantes como que ofrecen oportunidades que deben aprovecharse creativamente en un entorno mundial volátil y en transición histórica. 

Putin probó el terreno y ha puesto a Rusia en el lado correcto de la historia, por así decirlo, lo que presenta un estudio en contraste con el desorden, la falta de convicción y el liderazgo mediocre en Estados Unidos y el sistema transatlántico en su conjunto. 

Si se toma como punto de referencia el ensayo de Naryshkin antes mencionado (titulado 2024 es el año del despertar geopolítico ), se puede esperar que el mundo en transición tenga una trayectoria en las siguientes líneas: 

  • Un conflicto fundamental entre el «viejo» y el «nuevo» mundo, que ha ido madurando bajo la superficie durante las tres décadas transcurridas desde el fin de la guerra fría, ha «pasado a una fase abierta» con el comienzo de la operación militar especial de Rusia. y ha “adquirido un carácter geográficamente abarcador” en el último año. 
  • Un número cada vez mayor de países que “comparten las ideas de multipolaridad y se adhieren a una visión del mundo tradicional” están haciendo retroceder la agenda globalista y antihumanista de Occidente.
  • En consecuencia, se multiplican los riesgos de inestabilidad, lo que conduce a “un aumento del carácter caótico de los procesos que tienen lugar en el ámbito de la política exterior”. La situación emergente exige “notable moderación y previsión” por parte de los líderes mundiales. 
  • En resumen, la situación actual “recuerda cada vez más a una situación revolucionaria de clase, cuando las ‘clases altas’, frente al debilitamiento de Estados Unidos, ya no pueden proporcionar su propio liderazgo, y las ‘clases bajas’, como lo hacen los anglosajones. la elite se refiere a todos los demás países, ya no quiere obedecer los dictados occidentales”. 
  • Para preservar su hegemonía global, la elite euroatlántica seguirá el camino ya trillado de crear un caos controlado: desestabilizar la situación en regiones clave enfrentando a algunos estados «recalcitrantes» contra otros y «formando un subsistema en torno a ellos como coaliciones operativas y tácticas controladas por Occidente”. 
  • Sin embargo, «los actores mundiales responsables, especialmente Rusia, China e India y algunos otros, demuestran su disposición a resistir resueltamente las amenazas externas e implementar de forma independiente una gestión de crisis». Incluso los aliados más cercanos de Estados Unidos se esfuerzan por diversificar las relaciones exteriores ante la falta de confianza en Estados Unidos como proveedor de seguridad. El estallido del conflicto entre Israel y Palestina es “un ejemplo aleccionador” para muchos políticos occidentales.
  • En ese contexto, “el escenario mundial estará marcado por una mayor intensificación de la confrontación entre los dos principios geopolíticos, es decir, el principio anglosajón o insular de ‘divide y vencerás’ y el principio continental de ‘unir y gobernar’. llevar» directamente en contradicción con él. Las manifestaciones de este feroz enfrentamiento en el próximo año se observarán incluso en las regiones más remotas del mundo”.

Curiosamente, según el pronóstico de Naryshkin, no es el Indo-Pacífico sino el mundo árabe el que seguirá siendo “el escenario clave de la lucha por un nuevo orden mundial” en 2024. Por cierto, el ensayo apareció en vísperas del viaje de un día de Putin. a los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita el miércoles, donde recibió una bienvenida de héroe. En una extraordinaria cortesía de los países anfitriones, el avión presidencial de Putin estuvo flanqueado por cuatro aviones de combate polivalentes armados Su-35 de 4ª + + generación, destacados por su gran poder de combate, alta velocidad y alcance de vuelo incomparable. 

FUETE indian punch line-com

Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de DOSSIER GEOPOLITICO

Por Tiberio Graziani colaborador de Dossier Geopolitico

«Hay suficiente en la tierra para las necesidades de todos, pero no para la codicia de unos pocos».

Mohandas K. Gandhi

«El estatus de potencia de segunda clase, que una comunidad internacional todopoderosa concede a muchas naciones […], ya no puede aplicarse a la India del siglo XXI».

Olivier Guillard

«Como resultado de la estrategia global de Estados Unidos y de su búsqueda de hegemonía, India y China están sometidas a una presión significativa. Son las naciones más pobladas del mundo y no pueden ser fácilmente influenciadas y controladas.»

A.S. Hasan

El crecimiento económico de la India

Al igual que China, aunque a un ritmo más lento (en torno al 6% anual), India también ha registrado una tasa de crecimiento económico tan elevada en los últimos quince años que puede incluirse entre las cuatro economías más importantes del planeta en las proyecciones para 2020 realizadas por el Banco Mundial y el FMI. Otro dato relevante, que siempre debe tenerse en cuenta cuando se analizan naciones caracterizadas por una masa demográfica masiva (1.028.610.328 habitantes en el caso de la República de Bhārat, según el censo de 2001), es también su porcentaje de crecimiento anual, que, aunque no es elevado, de hecho sólo ronda el 1,6% (1998-2003), constituye un parámetro de evaluación importante e indispensable cuando se trata de comprender el papel y el peso que India adquirirá a nivel mundial en las próximas décadas.

Pasar del 11º puesto en la clasificación de las mayores economías del mundo al 4º es el objetivo tanto del gobierno de Manmohan Singh, padre de las reformas «liberalistas» y exponente de la coalición liderada por el Partido del Congreso, como de la oposición compuesta, nacional y antiliberal, que ve como aliados objetivos al Partido Popular (Partido Bharatiya Janata), considerado de derechas según los esquemas occidentales, al Partido Comunista de la India y al Partido Comunista Marxista-Leninista de la India.

La adopción de un modelo particular de «desarrollo», que favorece una especialización considerable en el sector terciario avanzado y un interés específico por la investigación científica y tecnológica, ha permitido a la India ganarse para sí, dentro de la economía mundial, el papel de «atractor global» de los sectores de servicios e investigación científica, con especial referencia a ámbitos económicamente «sensibles» como el farmacéutico y el de la tecnología de la información, que siempre han estado vigilados por EE.UU. y el Reino Unido. Esto ha causado una gran preocupación en estos países y ha dado lugar a normas y reglamentos defensivos; recientemente (2005), por poner sólo un ejemplo, el Senado estadounidense aprobó una medida para excluir de las compras gubernamentales a las empresas que hayan subcontratado (aunque sólo sea 50 puestos de trabajo) en los últimos cinco años.

Los gobiernos indios de la última década, además de apoyar el crecimiento económico del país y facilitar su participación gradual en la economía mundial mediante una diplomacia pragmática, han puesto en marcha amplios programas para modernizar las infraestructuras viarias, ferroviarias, portuarias y aeroportuarias del país, así como la red de suministro energético. Estos programas, sin embargo, tienen dificultades para llegar a buen puerto debido a las tensiones internas generadas por el enfrentamiento entre la tendencia profundamente «liberalista» del actual gobierno y la oposición.

Una estrategia multipolar

India, al igual que el otro coloso asiático, China, intenta sacar provecho de su reciente auge económico también en el ámbito internacional, dándose a conocer y siendo reconocida no sólo como «socio» ocasional y teóricamente «estratégico», sino también, y sobre todo, como potencia nuclear y miembro constituyente de un nuevo orden planetario.

De hecho, a partir del análisis de sus acciones de política exterior, India parece haber comprendido plenamente el momento histórico actual, que se caracteriza por ser un periodo de transición entre el anterior sistema bipolar y un futuro sistema multipolar en formación. Un periodo histórico de transición, nos gustaría subrayar, en el que el grado de ruptura parece haber alcanzado su clímax, ya que la incierta «regencia unipolar» de la hiperpotencia estadounidense muestra cada vez más signos de su declive, entre los que mencionamos: el «atolladero» iraquí, la aceptación a regañadientes de la política nuclear india, la cooperación ruso-china en el ámbito militar, las relaciones «especiales» entre algunos países sudamericanos, principalmente Brasil y Venezuela, con China, India y Rusia.

La conciencia, metabolizada por la India, de que se encuentra en un proceso de transición hacia un nuevo orden mundial y la experiencia que ha adquirido como potencia regional desde el día de su independencia (15 de agosto de 1947) hasta principios de los años 90, subrayada simbólicamente en varias ocasiones (en 1955, con ocasión de la Conferencia de Bandung de los «países no alineados», en 1974, con los primeros experimentos nucleares), la obligan a asumir una responsabilidad no sólo regional, sino mundial.

Una responsabilidad que se deriva precisamente del papel geopolítico que Nueva Delhi desempeñó durante la segunda mitad del siglo pasado. La Unión India, de hecho, mucho antes que China y otras naciones importantes de lo que se llamaba, en la publicidad de la época, el «tercer mundo», se dio cuenta de que el sistema bipolar se encontraba en un equilibrio precario y, por ello, se convirtió en la madrina del movimiento de los países no alineados y en la «correctora» de la brecha entre Estados Unidos y el «bloque soviético», adhiriéndose a acuerdos de amistad con este último. Hay que recordar que la amistad con la Unión Soviética también se vio reforzada por las fricciones entre Pekín y Nueva Delhi, que desembocaron, como sabemos, en los enfrentamientos armados de 1962-63 y, sobre todo, con la elección china de formar parte del acuerdo nixoniano Washington-Islamabad-Pekín.

El papel de «intermediario» que la India asumió en el marco del sistema geopolítico anterior le permite, sin embargo, reforzar esta vez sus lazos con Moscú sobre la base de la paridad y de una mayor autonomía, mientras que su participación en el movimiento de los no alineados la convierte en candidata a ser, junto con Rusia y China, uno de los países rectores de un hipotético sistema multipolar. Para confirmar esta estrategia, cabe mencionar los recientes acuerdos firmados con China sobre los conflictos fronterizos y la colaboración tecnológica y científica en el campo de la energía.

El establecimiento de un eje Moscú-Pekín-Nueva Delhi parece, pues, un hecho establecido. A este acuerdo, geopolíticamente relevante para la autonomía de la masa continental euroasiática de la tutela estadounidense, le falta un colgante vital e insustituible, el que la emanciparía por completo, del Atlántico al Pacífico, y haría posible una pax euroasiática: el eje europeo París-Berlín-Moscú.

Para no frustrar la labor de los gobiernos de Moscú, Pekín y Nueva Delhi en la construcción de un nuevo sistema que tenga en cuenta las peculiaridades y aspiraciones nacionales, y para tener, sobre todo, un papel equitativo en la futura configuración multipolar, corresponde a los responsables europeos hacer una elección funcional del campo en interés de sus propios pueblos y del continente euroasiático.

FUENTE Geopolitika.ru

En su reciente referendum consultivo sobre la Guayana Esequiba el pueblo venezolano afirmó su unidad nacional, legitimó a su gobierno y afirmó su soberanía nacional.

Por Eduardo Vior Analista Internacional colaborador de Dossier Geopolitico

06-12-2023 | TELAM

Foto AFP
Foto: AFP.

Las estrofas del Himno Nacional resonaron el domingo a menudo en las calles de Venezuela. Es que el triunfo del “SÍ” en el referendo consultivo sobre la soberanía venezolana en la Guayana Esequiba (o, simplemente, Esequibo) representa una victoria por puntos de Venezuela sobre la Exxon Mobil, del conjunto de las fuerzas democráticas gubernamentales y opositoras sobre los intentos desestabilizadores, del partido oficialista sobre sus contendientes y del propio presidente Maduro dentro del mismo partido de gobierno.

El canciller venezolano, Yván Gil, emitió este lunes en la red social “X” un comunicado oficial en el que rechazó las declaraciones del portavoz del Departamento de Estado de los Estados Unidos en relación al referendum consultivo realizado el pasado 3 de diciembre calificándolas como “una intromisión inaceptable”. Pocas horas antes el portavoz norteamericano Matthew Miller había advertido a Venezuela que la disputa territorial con Guyana por el Esequibo no puede ser resuelta mediante un referendum y subrayó que el gobierno de Joe Biden sólo reconoce la frontera establecida en 1899 por un laudo arbitral entre los dos países suramericanos, “mientras no haya un acuerdo entre las dos partes o un organismo competente lo decida”.

Por el contrario, el presidente Nicolás Maduro celebró este lunes el resultado del referendo que le otorga el respaldo popular para reclamar la soberanía sobre el territorio del Esequibo. El mandatario afirmó que “ahora sí vamos a recuperar” esa zona rica en petróleo, ante una Guyana que se muestra “vigilante” y que cuenta con el apoyo de Estados Unidos. Contra algunos reparos de la oposición, el mandatario reafirmó que “este referéndum es vinculante y acato el mandato del pueblo, el mandato popular es sagrado, la voz del pueblo es la voz de Dios”, agregó.

Aprovechando la ocasión, el jefe de Estado convocó a fortalecer la unidad nacional. “Tenemos como gran tarea seguir transitando caminos de encuentro y consensos, siempre junto al Pueblo, con planificación y organización para la convivencia sana, la defensa integral, la estabilidad, la recuperación económica y la armonización de políticas públicas en beneficio de la nación”, expresó en la red social X.

El presidente solicitó asimismo este lunes a Estados Unidos no interferir en la disputa por el Esequibo. Durante su programa “Con Maduro +” instó a la Casa Blanca a permitir que Guyana y Venezuela resuelvan la controversia conforme al Acuerdo de Ginebra de 1966. Con este pedido Maduro reaccionó a las declaraciones del portavoz Miller y acusó a EE.UU. de alentar a Guyana a provocar a Venezuela.

Según informó también este lunes el Consejo Nacional Electoral (CNE), más del 95% de los 10,4 millones de votantes que participaron en esta consulta, entre 20,7 millones convocados (el 50% del padrón), aprobó la incorporación de la zona reclamada a Venezuela como 24º estado de la Federación con el nombre de  Guayana Esequiba, así como dar la nacionalidad a sus 125.000 habitantes.

Las cinco preguntas que debieron responder los votantes en el referendo consultivo fueron las siguientes:

1. “¿Está usted de acuerdo en rechazar, por todos los medios, conforme a Derecho, la línea impuesta fraudulentamente por el Laudo Arbitral de París de 1899 que pretende despojarnos de nuestra Guayana Esequiba?”

2. “¿Apoya usted el Acuerdo de Ginebra de 1966 como el único instrumento jurídico válido para alcanzar una solución práctica y satisfactoria para Venezuela y Guyana en torno a la controversia sobre el territorio de la Guayana Esequiba?”

3. “¿Está usted de acuerdo con la posición histórica de Venezuela de no reconocer la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia para resolver la controversia territorial sobre la Guayana Esequiba?”

4. “¿Está usted de acuerdo en oponerse, por todos los medios, conforme a Derecho, a la pretensión de Guyana de disponer unilateralmente de un mar pendiente por delimitar, de manera ilegal y en violación del Dderecho Internacional?”

5. “¿Está usted de acuerdo con la creación del estado Guayana Esequiba y que se desarrolle un plan acelerado para la atención integral a la población actual y futura de ese territorio, que incluya entre otros el otorgamiento de la ciudadanía y cédula de identidad venezolana, conforme al Acuerdo de Ginebra y el Derecho Internacional, incorporando en consecuencia dicho estado en el mapa del territorio venezolano?”

Guyana recurrió ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya contra la realización del referendum. Finalmente, el pasado viernes, el tribunal pronunció un fallo en el que pidió a Venezuela “abstenerse de cualquier acción que altere la situación que prevalece en el territorio en disputa”, pero no prohibió la realización del acto comicial.

Tras el referendo el ministro guyanés de Exteriores, Hugh Todd, dijo a la AFP que su país mantendrá una posición “vigilante”. Todd resaltó que Guyana cooperará con Estados Unidos para su defensa. Por su lado, el vicepresidente de Guyana, Bharrat Jagdea, aseguró que su país está preparado para cualquier eventualidad.

Preocupadas por el cariz que toma el conflicto en su frontera norte, las autoridades brasileñas mantienen contactos de alto nivel con ambos países en busca de un acercamiento, dijo a la prensa en Brasilia la secretaria para Latinoamérica de la cancillería brasileña, Gisela Padovan. No obstante, como el alto mando brasileño mantiene tradicionalmente muy fluidos intercambios con sus pares venezolanos, sabe que Caracas no invadirá Guyana. De todos modos ha mandado varias unidades para vigilar la zona.

En inmediata aplicación del voto popular, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) de Venezuela ha intensificado su acción social en los municipios linderos con Guyana. El Comando Estratégico Operacional (Ceofanb) compartió el martes 5 en redes sociales imágenes de los uniformados brindando atención médica y construyendo puentes en la localidad de Punta Barima, Estado de Delta Amacuro.

El Esequibo es un espacio territorial rico en petróleo, oro y bienes comunes que Venezuela reclama, porque durante la colonia pertenecía a la Capitanía General de Venezuela e Inglaterra lo ocupó en la década de 1830. En 1899 se reunió en París un tribunal arbitral que falló a favor de la soberanía inglesa sobre el territorio. Sin embargo, cincuenta años más tarde, al morir uno de los jueces, se supo que el fallo había sido “comprado” por la diplomacia de Londres y el gobierno venezolano lo impugnó. En 1966, poco antes de la independencia de Guyana ese mismo año, Gran Bretaña y Venezuela acordaron en Ginebra volver a negociar sobre la soberanía sobre el territorio. Sin embargo, desde que en 2019 Exxon Mobil y Chevron comenzaron a extraer petróleo en la zona marítima en litigio, Georgetown anunció que sólo reconocería el laudo arbitral de 1899 y permitió el ingreso de tropas norteamericanas a su territorio. El Comando Sur del US Army anunció recientemente la próxima instalación de una base militar en el Esequibo.

Ante la agudización del conflicto y el riesgo de que Estados Unidos erija otra base más cerca de su frontera (ya tiene otras en Colombia y en Curazao), el gobierno de Nicolás Maduro inició el año pasado una fuerte movilización nacionalista que este domingo tuvo un primer punto culminante en la celebración del referendum.

Sin ser un triunfo restallante, el referendum del pasado domingo 3 fue un éxito para el gobierno de Nicolás Maduro que le permite entrar con optimismo en la carrera para la elección presidencial del próximo13 de octubre de 2024. Si bien la participación electoral fue baja (50% del padrón), hay que recordar que sólo el referéndum revocatorio de 2004, en plena presidencia de Hugo Chávez y apenas dos años después de la derrota del golpe de estado de 2002, concitó una participación del 66%. En cambio, en el referendum electoral de 2007 sólo participó 55% del padrón. No hay otros referendos con los cuales comparar y hacerlo con elecciones presidenciales o legislativas no es pertinente.

El gobierno venezolano se propuso realizar una demostración de unidad nacional y tuvo éxito, ya que sólo el grupo reunido en torno a María Corina Machado rechazó la convocatoria. El resto de la oposición, la central empresarial FEDECAMARAS y la Conferencia Episcopal Venezolana (muy crítica del gobierno) apoyaron el llamado a las urnas.

Del mismo modo, la convocatoria sirvió al gobernante Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV) para “calentar los motores” de cara a la elección presidencial venidera.

En lo que respecta al litigio fronterizo, la aprobación de la pregunta 5 obligará a una reforma constitucional siguiendo el precedente argentino de 1994, para incorporar a la Guayana Esequiba como 24º estado de Venezuela. A diferencia de nuestro país, empero, como el territorio reclamado linda con los estados venezolanos de Delta Amacuro y Bolívar, Caracas planea en los próximos años desarrollar intensamente la infraestructura social, educativa y sanitaria de la frontera, para inducir a más guyaneses a utilizar los servicios de Venezuela (muchos ya lo hacen) y, de ese modo, persuadirlos de tomar la ciudadanía venezolana. En la medida en que aumente el número de venezolanos que habite la Esequiba, disminuirá la legitimidad de la soberanía guyanesa.

Si UNASUR estuviera funcionando, este conflicto se resolvería en la mesa de negociaciones, pero hoy en día sólo vale la competencia pacífica. Mucho más ante un gobierno guyanés que se deja dictar su conducta desde Washington y se ha puesto completamente al servicio de Exxon Mobil.

Ante la centralidad que “la Olla” entre los ríos Orinoco y Esequibo adquirirá próximamente en la política petrolera mundial, Venezuela sigue el ejemplo argentino y lo supera hábilmente generando una movilización nacional que unifica a la sociedad, fortalece al Estado y aprovecha ventajosamente la coyuntura internacional. Cuando los vientos de la tormenta mundial arrecian, sólo la unidad nacional puede ofrecer protección.
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FUENTE: https://www.telam.com.ar/notas/202312/648714-venezuela-esquibo-guyana-referendum.html

¡¡ LA NARCO POLÍTICA SE EXPANDE DESDE EL CORAZÓN DE SUDAMÉRICA !!

Así lo alerta el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, señalando que Paraguay es ya el cuarto país del mundo con mayor criminalidad, gracias a que la narco política y el terrorismo narco se han apoderado de las estructuras del estado y desde el cual, gracias a su posición geográfica y a su capacidad refinadora, de almacenamiento y de logística, está expandiendo la geopolítica de las drogas en toda la región, trazando el eje del crimen desde Perú y Bolivia como países productores, sumando a Brasil y Argentina como sus primeros consumidores y utilizando a Uruguay, el segundo país con mayor desarrollo de la narco política, como puerto de salida hacia los ricos mercados de Europa.

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Y mientras profundiza su análisis del Paraguay, como un emporio del crimen organizado, poniendo énfasis en el gran desarrollo del contrabando de todo tipo, tráfico de armas y tráfico de personas, aborda la extraña paradoja de que a pesar de la actuación en territorio paraguayo de agencias norteamericanas como la CIA, el FBI y la DEA, haya aumentado -en lugar de disminuir- la producción, la exportación y el consumo de drogas, tanto como la impunidad de las mafias. Repitiendo lo ya ocurrido en México y Colombia. Además del impresionante aumento de las sucursales de la mayoría de los bancos anglo americanos, en un escenario donde es fundamental blanquear y transferir las cifras gigantescas de dinero negro que allí se generan.

Además, nos señala Pereyra Mele, la conexión directa de Paraguay con los cárteles de San Paulo y Río De Janeiro y con el “triángulo de oro” del consumo argentino entre Buenos Aires, Córdoba y Rosario. Siendo esta última ciudad el terrible ejemplo de cómo el narcotrafico se transforma en narco política, atacando gravemente el orden institucional y democrático de los países.

Y en medio de este desolador panorama, nos confirma que a su vez, Paraguay se ha transformado en una base militar norteamericana, que además pretende que sus ingenieros marines operen las estratégicas aguas de río Paraná, además de ser parte de la nueva estructura conducida por el comando Sur de los Estados Unidos.

Con lo que se confirma que la geopolítica de las drogas se utiliza también para desmembrar gobiernos que no son afines y para consolidar a grupos de poder disciplinados con la estrategia norteamericana de dominio y control de Sudamérica.

Eduardo Bonugli (Madrid, 03/12/23)

Por qué Paraguay se sumó a México y Colombia como uno de los países con mayor criminalidad del mundo BBC NEWS

El emirato de Qatar ejerce una enorme influencia sobre las guerras, la política, la economía y el deporte mundial, pero el nuevo reparto de poder en Asia Occidental amenaza su posición.

Por Eduardo Vior Analista Internacional que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

La pausa humanitaria entre Israel y Hamas, que, de prolongarse, podría conducir a un cese de hostilidades duradero, está confirmando a Qatar como uno de los principales mediadores de Asia Occidental, Central y el norte de África. En los últimos dos años el país ha mediado con éxito en la mayoría de los conflictos regionales, mientras sigue financiando a algunas organizaciones islámicas armadas. Ese ambiguo rol regional se sostuvo hasta ahora gracias a un complejo entramado político y financiero con ramificaciones en Europa, América del Norte, Asia Oriental y América del Sur, incluido nuestro país, y la capacidad de la monarquía catarí para sembrar la cizaña y/o mediar entre facciones contrapuestas en los países vecinos. Sin embargo, la reconfiguración de las alianzas entre países de Asia Occidental y de ellos con potencias externas a la región está amenazando el rol excepcional del emirato.

El 22 de noviembre pasado el gobierno de Israel llegó a un acuerdo con Hamas para cesar las hostilidades durante cuatro días e intercambiar prisioneros israelíes de la segunda por palestinos recluidos en cárceles israelíes. Paso a paso el cese de hostilidades se fue prolongando y al día de hoy ya lleva seis días. Si el alto el fuego se sostiene algunos días más, hará difícil que las partes retomen los combates.

La actual iniciativa de Doha es la continuación de una reciente serie de esfuerzos cataríes de mediación. Todavía en septiembre pasado el emirato medió entre Estados Unidos e Irán, para lograr la liberación de ciudadanos estadounidenses retenidos en la República Islámica y el descongelamiento de activos iraníes por parte de Washington. A fines de septiembre pasado Doha también sustituyó a Francia como principal mediador para resolver la crisis política de Líbano y alcanzar un consenso entre las facciones para elegir presidente. Además, Qatar facilitó las negociaciones entre EE.UU. y los talibanes que culminaron en el Acuerdo de Doha de 2020 y la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán en 2021. En agosto de este año, en tanto, por primera vez en dos años ambos países mantuvieron conversaciones, también en la capital catarí.

El éxito de Qatar como mediador puede explicarse por varios factores. En primer lugar, Doha mantiene contactos con la mayoría de los actores regionales no estatales, incluyendo insurgencias como los talibanes, los Hermanos Musulmanes y Hamas. En segundo lugar, el emirato respalda sus esfuerzos de mediación con apoyo financiero para la reconstrucción posconflicto. Otro factor importante ha sido su capacidad para mantener a la vez buenas relaciones con distintos y hasta encontrados centros de poder, como Rusia, Estados Unidos, China, Turquía, India, Irán e incluso Israel. El emirato ha compensado las contradicciones que estas relaciones producen con su ayuda a las distintas facciones palestinas, aunque favoreciendo a Gaza frente a Cisjordania. Simultáneamente, aunque con muchos vaivenes, Qatar e Israel han ido construyendo un vínculo bastante sólido que Doha utiliza, para influir en Estados Unidos a través de su comunidad judía.

Al mismo tiempo los cataríes han alcanzado un trato cuidadoso con la República Islámica de Irán. Qatar es una península que se adentra en el Golfo Pérsico, con enormes reservas submarinas de gas natural (las terceras del mundo detrás de Rusia e Irán) que comparte con la nación persa a la que, por lo tanto, no puede molestar o irritar.

Qatar ejerci de mediador en el intercambio de rehenes Foto AFP
Qatar ejerció de mediador en el intercambio de rehenes. Foto: AFP

Por último, hay que considerar que Estados Unidos tiene en el emirato la base aérea de Al Udeid, su mayor centro militar en toda Asia Occidental. Entre otros, en esa base están desplegados varios bombarderos ‎estratégicos para ataque nuclear.

Qatar es una monarquía absoluta que desde mediados del siglo XIX ha sido gobernada por la familia al Thani. Antes del descubrimiento de petróleo en su territorio, el país era famoso por la recolección de perlas y por su comercio marítimo. Fue protectorado británico hasta que ganó su independencia en 1971 y ese siglo de dominación colonial continúa todavía hoy condicionando las relaciones económicas, la visión del mundo y las estrategias de la monarquía catarí. En 1995 el jeque Hamad al Thani se convirtió en emir después de deponer en un golpe de Estado pacífico a su padre, Jalifa bin Hamad al Thani. Desde 2013, en tanto, el emir catarí es su hijo Tamim bin Hamad al Thani, que accedió al cargo tras la abdicación de su padre.

Gracias al gas Qatar es el país con mayor renta per cápita del planeta y tiene el segundo índice de desarrollo humano más alto del mundo árabe, sólo por detrás de los Emiratos Árabes Unidos. El Estado catarí maneja la riqueza obtenida mediante las regalías a través del Fondo Soberano (Qatar Investment Authority, QIA). Además de sus inversiones en populares clubes deportivos de todo el mundo, cabe destacar que Qatar albergó la Copa Mundial de la FIFA 2022 en cuya preparación gastó 220.000 millones de dólares.
El fondo invierte predominantemente en mercados internacionales (Estados Unidos, Europa y Asia-Pacífico), con inversiones que van desde el PSG parisino hasta el Banco Credit Suisse y la automotriz Volkswagen, y dentro de Qatar fuera del sector energético. Además, en 2020 se transformó en el principal accionista de la automotriz alemana Volkswagen, después de haber entrado también en el capital de Porsche. En el terreno financiero invirtió en el Credit Suisse y en Barclays. En la industria del entretenimiento, por su parte, compró en Estados Unidos la firma Miramax Films. A partir de 2020 el fondo anunció que ya no invertiría más recursos en combustibles tradicionales y que apostaría a proyectos de energía renovable. Quien lo maneja es Tamim bin Hamad Al-Thani, un miembro de la familia con extensos contactos en el deporte internacional, especialmente en el fútbol.

El emirato tiene una población de más de dos millones de personas, de las que sólo el 10% son ciudadanos cataríes. La mayor parte de sus habitantes son extranjeros, mayormente del sur y sureste de Asia, que trabajan y viven allí sin derechos. A su vez, la población de origen catarí se compone de treinta tribus. Sin embargo, desde el siglo XIX el grupo predominante es la gobernante gran familia al Thani, con unos 20.000 miembros, compuesta a su vez de cuatro diferentes ramas.

Precisamente porque al Thani es la tribu catarí más fuerte, las principales amenazas a la gobernabilidad provienen de la misma familia. Desde la independencia del país todas las luchas por el poder se han producido en el seno de la familia. También en el ámbito empresarial los al-Thani siguen estando muy por encima del resto. En 36 de las 44 empresas cataríes que cotizan en Bolsa hay al menos un miembro de la familia Al-Thani en el consejo de administración.

Para mantener su independencia en la conflictiva Asia Occidental, Qatar ha apoyado durante años a la Hermandad Musulmana y con ella al terrorismo islamista. La Hermandad Musulmana es una sociedad secreta de naturaleza política organizada por los servicios de inteligencia británicos siguiendo el esquema de la Gran Logia Unida de Inglaterra. En 1951 estos servicios crearon una organización clandestina a partir de la antigua sociedad del mismo nombre. La utilizaron sucesivamente para asesinar a personalidades que se les resistían y a partir de 1979 como mercenarios contra los soviéticos en Afganistán. A principios de los años 1990 los incorporaron a la OTAN y en los años 2010 trataron de llevarlos al poder en Túnez, Libia, Egipto, Siria e Irak. En esa época los Hermanos Musulmanes y la Orden Sufí de los Naqchbandis se convirtieron, con financiamiento de las monarquías del Golfo, en uno de los mayores ejércitos del mundo. Todos los dirigentes yihadistas, incluidos los del Estado Islámico, pertenecieron a este grupo militar.

Mientras tanto, la CIA estadounidense recuperó la Hermandad Musulmana, al extremo que esa secta llegó a estar representada en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos durante el segundo gobierno de Obama (2013-17). Los miembros de la Hermandad Musulmana no son bienvenidos en casi ningún país árabe, sólo en Qatar y en Turquía (que no es árabe). La sociedad secreta está prohibida en la mayoría de los Estados árabes, principalmente en Arabia Saudita, donde trató de derrocar al rey en 2013, y en los Emiratos Árabes Unidos. En Siria la Hermandad Musulmana intentó derrocar al gobierno en 1982 y entre 2011 y 2016 participó con apoyo de la OTAN e Israel en la ofensiva contra el Estado sirio. En Túnez la Hermandad Musulmana está a punto de ser prohibida, después de haber gobernado ese país durante un decenio.

Tras la intervención rusa a favor del gobierno sirio de Baschar al Assad y la derrota del Estado Islámico en ese país y en Irak en 2015/16, la mayoría de las monarquías del Golfo cambió de bando, pero no así Qatar. En junio de 2017, entonces, Arabia Saudita, Baréin, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, entre otros estados musulmanes, cortaron las relaciones diplomáticas con el emirato y le impusieron un bloqueo acusándolo de apoyar y financiar el terrorismo, así como de intervenir en los asuntos internos de sus vecinos. Como consecuencia del intento de Donald Trump de alcanzar los llamados Acuerdos de Abraham entre Israel y sus vecinos, empero, en enero de 2021, bajo mediación de Kuwait y los Estados Unidos, Qatar y Arabia Saudita acordaron poner fin al bloqueo, reabriendo sus fronteras e iniciando un proceso de reconciliación. No obstante, Qatar sigue financiando a Hamas y al Afganistán gobernado por los talibanes, así como cobijando a la Hermandad Musulmana.

La familia al Thani tiene un inmenso poder dado por su riqueza, sus inversiones europeas y norteamericanas, su vieja y estrecha alianza con la corona británica y con Estados Unidos, su financiamiento de la mayoría de las organizaciones terroristas de Asia Occidental y Central y, como derivación directa de este involucramiento, su papel preponderante en el tráfico internacional de armas (por ejemplo, de Ucrania a Gaza).

Ese inmenso poder le ha permitido en los últimos dos años aparecer como gestor de la paz en varios escenarios regionales, actualmente entre Israel y Hamas. Sin embargo, precisamente en esa habilidad de la dinastía para sembrar la cizaña y medrar de la división y fragmentación de sus vecinos reside su debilidad actual: tras el acuerdo de cooperación entre China y Arabia Saudita, el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ese reino e Irán, la armónica cooperación entre Riad y Moscú en el marco de la OPEP+ y la próxima incorporación de Irán, Arabia Saudita y los Emiratos a BRICS10 (sin Argentina), pierde relevancia el rol insidioso que la diplomacia británica adjudicó hace tiempo al emirato. Apoyando la ofensiva de Hamas, el Emir de Qatar volvió a ponerse el traje de mediador, pero ya no basta: o la familia al Thani se adapta a la cambiante constelación en su región o el ajuste de cuentas será inevitable. A nadie cuerdo se le ocurriría hoy hacer negocios con estos intrigantes caídos en desgracia.

Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de la agencia.

https://www.telam.com.ar/notas/202311/648271-es-tan-poderoso-el-chiquitin.html

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

Entre noviembre de 1884 y febrero de 1885, en la ciudad de Berlín, convocada por Francia y Gran Bretaña​ y organizada por el canciller de Alemania, Otto Von Bismarck, se reunieron las principales potencias mundiales a fin de organizar el reparto de África. Algunos años después, en mayo de 1916 a través del Acuerdo Sykes-Picot Gran Bretaña y Francia hicieron lo propio en el Asia Occidental y el norte de África.

Estos repartos coloniales vinieron a consagrar el poderío mundial de Gran Bretaña, pero en esta instancia, debió ser un poder compartido, primero con Francia y posteriormente con Estados Unidos. No obstante, hubo un período de la historia en que Gran Bretaña fue ama y señora del planeta, a partir de el asombroso aumento de la productividad como consecuencia de la revolución industrial. Como parte sustancial de su poderío, Gran Bretaña construyó y desarrolló un gigantesco imperio colonial.

Ciento cincuenta años después, la huella colonial sigue presente en todo el planeta, en algunas regiones todavía a través de su expresión primigenia, y en otras, en forma de control neocolonial para mantener los hilos que permiten el dominio de buena parte del planeta. Vale mirar los trazados rectilíneos en los mapas derivados del surgimiento de Estados nacionales en los espacios trazados por las metrópolis tras el reparto del planeta. Para ello, no se contó con la opinión y aceptación de los pueblos originarios de esas regiones que vivían en tales territorios desde épocas ancestrales. 

Así mismo,  es menester observar la enorme cantidad de conflictos latentes emanados de las metrópolis tras retirarse de sus colonias, derrotadas u obligadas por circunstancias al margen de su control. Por ejemplo, el territorio de Cachemira que debió ser pakistaní, quedó en India. Kuwait, una provincia iraquí, fue elevada al status de Estado nacional por obra y gracia de Londres. Jordania, fue inventada nadie sabe de dónde, para ser entregada a la dinastía hachemita como premio consuelo por haber sido desplazada de Arabia que fue, a su vez, entregada como recompensa a la familia Saud, por su perruna lealtad a Gran Bretaña. 

En África, tutsis, hutus, bantúes, tuaregs, masái, mursis, zulúes y centenares de pueblos originarios, vieron trazadas líneas de separación de sus territorios ancestrales, siendo obligados por la fuerza a hablar idiomas extranjeros y aceptar religiones extrañas. De un día para otro, vieron horrorizados que en sus comunidades, una parte debía, hablar francés y la otra inglés además de tener que “pedir visa” para visitar a sus familiares que habitaban en comunidades cercanas. 

Ya a comienzos del siglo XIX, Gran Bretaña supo combinar su dominio naval, la enorme capacidad de crédito en las finanzas, una gran experiencia comercial y una exitosa diplomacia de alianzas para constituirse en la potencia hegemónica global. Así, la revolución industrial vino a fortalecer una posición que ya había mostrado grandes éxitos en las luchas mercantilistas y preindustriales del siglo anterior. En 1815, la derrota de Napoleón Bonaparte vino a consolidar la hegemonía inglesa. 

América Latina y el Caribe no fueron ajenos a esta circunstancia. Los conflictos en Europa y las imprevisibles victorias de uno u otro bando concluían con acuerdos que transferían la posesión de un territorio colonial de una soberanía a otra. Así, por ejemplo, Trinidad y Tobago fueron cedidas por España a Gran Bretaña por el Tratado de Amiens de 1802. Aruba por su parte, que fue ocupada por los holandeses en 1636 permaneció bajo su control durante casi dos siglos, pasando a dominio de Gran Bretaña en 1805 y devuelta al control neerlandés en 1816. Otro caso es el de Belice, un territorio que ocupado por Gran Bretaña en 1638, mantuvo una constante tensión con sus vecinos españoles hasta que en 1798, Madrid fue definitivamente desplazada,  convirtiéndola en la única colonia británica de América Central con el nombre de Honduras Británica. 

En este período de inicios del siglo XIX, aprovechando su poderío ilimitado, desde su pequeña posesión en Guayana, Gran Bretaña comenzó en 1814 su expansión hacia el oeste. Así, las 20 mil millas² originales de su colonia se fueron ampliando a 60 mil a mediados del siglo XIX, a 76 mil en 1855 hasta llegar a las 109 mil millas, equivalentes a 159 mil Km².

En este contexto internacional se produjo la declaración del presidente Monroe del 2 de diciembre de 1823, devenida en doctrina de política exterior de Estados Unidos. A fines de siglo, ya en plena etapa imperialista, Washington comenzó a dar mayor continuidad a la aplicación de esta doctrina: en 1898 Estados Unidos intervino militarmente en Cuba y en 1903 promovió la secesión de Panamá de Colombia para apoderarse de un territorio que le permitiera a construir el tan deseado canal. Al iniciar el siglo XX, los presidentes Teodoro Roosevelt y William Howard Taft implementaron nuevas modalidades de intervención que fueron conocidas como  “Política del Gran Garrote” y “Diplomacia del Dólar”. En ese marco, Estados Unidos ocupó Cuba entre 1906 y 1909. 

Así mismo, en la crisis de Venezuela, iniciada en 1902 cuando barcos de guerra de Inglaterra, Alemania e Italia bombardearon y bloquearon los puertos venezolanos para exigir el pago de deudas adquiridas durante la lucha de independencia, el gobierno del país invocó la doctrina Monroe ante lo cual Washington actuó para “apaciguar” a los europeos a cambio de lo cual se comprometió a obligar a Venezuela a sufragar sus compromisos financieros. 

Todo ello contrastaba con la tradición bolivariana de defensa irrestricta de la soberanía. Con su infinita sabiduría, el Libertador Simón Bolívar ya en 1819 durante su discurso en el Congreso de Angostura estableció claros principios y doctrinas para la creación de las repúblicas americanas que habrían de constituirse. En el caso de Colombia (a la cual pertenecía Venezuela),  en 1821 en el Congreso de Cúcuta, los plenipotenciarios acogieron la idea del Libertador y establecieron precisa delimitación del territorio nacional. Al hacerlo, se había originado una Doctrina de Derecho Internacional emanada del uti possidetis juris de 1810 que aceptaba como título legítimo la posesión en que habían estado los territorios americanos y a la cual tenían derecho en virtud de las disposiciones que habían generado su creación.

A Bolívar se le debe esta iniciativa que se incorporó al ordenamiento jurídico de la naciente república. El Libertador previó con extraordinaria visión de largo plazo que las discusiones de límites entre las nuevas repúblicas generarían graves inconvenientes por lo que era necesario trazar definidas reglas que dieran bases jurídicas a todos y evitaran problemas de orden público internacional. Nadie sabe cuántas guerras le evitó el Libertador a Nuestra América. Como la historia se ha encargado de demostrar –a diferencia de otras regiones del mundo- nuestros problemas limítrofes han sido ínfimos si se les compara con otros continentes. 

En este contexto, Venezuela permanentemente protestó por la actitud prepotente y expansionista de Gran Bretaña. Por esta razón, en 1896 Estados Unidos y Gran Bretaña iniciaron conversaciones sobre el problema limítrofe de esta última con Venezuela. Esto condujo en 1897 a un tratado para establecer el arbitraje.

Estados Unidos logró imponer condiciones de arbitraje absolutamente lesivas para Venezuela y favorables a Gran Bretaña. Este arbitraje es el que en 1899, al margen del derecho internacional, incumpliendo las normas que se habían establecido y sin que Venezuela pudiera exponer sus argumentos, falló legitimando la usurpación a través de un laudo.   El verdadero alcance de la expoliación sólo se vino a saber muchos años después.

En 1949 se dio a conocer un memorándum escrito por el abogado estadounidense Severo Mallet-Prevost quien había actuado como consejero de Venezuela en la negociación. En el documento, publicado después de su fallecimiento, Mallet-Prevost reconocía que el laudo fue producto de un arreglo político entre Estados Unidos y Gran Bretaña que hizo un trazado arbitrario de la frontera, acordado al margen del derecho internacional .Vale decir que dos de los cinco jueces que fallaron eran británicos y otros dos estadounidenses.

Esto demuestra la naturaleza viciada del laudo y es la razón por la que ningún gobierno venezolano lo ha reconocido. En 1966, Gran Bretaña aceptó finalmente, iniciar negociaciones con Venezuela, llegando al Acuerdo de Ginebra de 17 de febrero de 1966. Este documento fue reconocido por Guyana al acceder a su independencia el 26 de mayo de ese año.

Venezuela a su vez, reconoció la independencia de Guyana, reservándose el mantenimiento de su demanda histórica y por tanto reconociendo la soberanía del nuevo Estado a partir del territorio al este de la línea media del Río Esequibo desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico. Desde entonces, el diferendo se mantuvo en un plano amistoso.

Sin embargo, en fecha reciente se produjo una primera señal de alarma evidenciando una alteración de esta situación, cuando Guyana renunció a dar continuidad al trabajo del buen oficiante designado por Naciones Unidas. Esta fue una indicación inequívoca que anunciaba la intención guyanesa de llevar el conflicto por otra ruta. Lamentablemente así fue. Guyana decidió dar una concesión a la empresa estadounidense ExxonMobil, la cual bajo influjo imperial y apoyada por su gobierno y por poderosos intereses económicos y políticos trasnacionales se propuso escalar el conflicto para poner a Venezuela en el banquillo de los acusados como cabeza de playa de una nueva escalada intervencionista contra Venezuela que ha llevado el diferendo -de forma ilegal- a la Corte Internacional de Justicia de La Haya que no tiene jurisdicción sobre este asunto.

El originario pensamiento ecléctico de Hugo Chávez y su acelerada evolución política e ideológica lo condujo, de sostener preceptos nacionalistas, patrióticos y bolivarianos, a claras ideas antiimperialistas e incluso socialistas. Acorde a ello, su reflexión y su práctica también fue progresando en cuanto a su mirada sobre la Doctrina Monroe y sus efectos en Venezuela y América Latina y el Caribe. 

Su acendrado sentimiento bolivariano, sustentado en un profundo conocimiento de la vida y la obra del Libertador lo llevaron a apuntalar casi de forma natural su rechazo al panamericanismo y las derivaciones intervencionistas que emanan de la Doctrina Monroe. 

En la gran batalla librada en Mar del Plata contra el Tratado de Libre Comercio de las Américas (ALCA) presentado por Estados Unidos en noviembre de 2005,   Chávez comenzaba a perfilar la idea de continuidad que esbozaba la Doctrina Monroe, el panamericanismo y esta nueva propuesta de Estados Unidos. En su discurso durante la concentración popular en apoyo a la política latinoamericana y caribeña y contra el imperialismo frente al Palacio de Miraflores el 19 de noviembre de ese año, trazó con precisión la forma que debía adquirir el pensamiento y la práctica antiimperialista. 

Al referirse a su participación en el evento de la ciudad argentina, expresó: “Allí llegamos nosotros los venezolanos, decididos a continuar resistiendo la agresión imperialista, a continuar diciéndole no a la propuesta imperialista de engullirnos, en una propuesta –como ya he dicho– muy vieja, pero que va cambiando de nombre, a medida que pasan los años, las décadas y los siglos; ya la llamaban Doctrina Monroe en una época, más recientemente Iniciativa para las Américas y luego, la propuesta de ALCA, ALCA, ALCA, ¡Al carajo! ALCA ¡Al carajo! Se va, mandamos al ALCA ¡Al carajo! Bien lejos, porque aquí tendremos patria, aquí seremos libres, no seremos colonia norteamericana, preferimos morir mil veces, a que Venezuela se convierta otra vez, en una colonia norteamericana”.

En el futuro, el pensamiento integracionista bolivariano de Chávez se fue llenando de un sustento antimperialista que impregnó su quehacer en la construcción de instancias de unión latinoamericana y caribeña alejadas de la impronta panamericana. En 2011, al definir los fines de la naciente Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) expresó que debía ser “un escudo protector contra la injerencia […] incluso un cortafuego contra la locura imperial”. Así mismo conceptualizó a la nueva organización como “el proyecto de unión política, económica, cultural y social más importante de nuestra historia contemporánea” desterrando para siempre cualquier atisbo de aceptación de la Doctrina Monroe y su influjo como soporte del proyecto integracionista de la región.

Las líneas anteriores nos permiten apreciar que desde Bolívar a Chávez, la marca de la Doctrina Monroe ha estado siempre presente en Venezuela. A través del tiempo, su rastro ha señalado el devenir propio de la vida de Venezuela como nación independiente. 

América Latina y el Caribe se han movido en torno a la diatriba entre bolivarismo y monroísmo. Nuestra condición de ser el país natal del Libertador, en el cual desarrolló los primeros años de su vida política llevando a Venezuela a su surgimiento como nación independiente y soberana,  señalan el derrotero de una huella que en términos políticos y económicos, pero también en los planos de la cultura, la identidad y los símbolos, han establecido el rumbo del país. Incluso en aquellos momentos de la historia cuando los gobiernos han estado más cerca de Washington que de los propios intereses nacionales, la condición de nido de las ideas bolivarianas ha estado presente para dar continuidad al espíritu y al sentimiento de nación.

Es verdad que tras Bolívar, vino Páez y la subordinación del país a la oligarquía. También es cierto que después de Cipriano Castro, llegó Juan Vicente Gómez para entregar Venezuela y su petróleo a Estados Unidos. Pero la llegada al poder de Hugo Chávez y su extraordinario quehacer pedagógico en materia de hacer conocer la historia con criterio refundacional, apelando a la revisión de los argumentos tradicionales, que se mostraban como impolutas verdades de nuestro pasado y que de esa manera se le enseñaba a las nuevas generaciones como parte de los anales que dieron origen y continuidad a la nacionalidad venezolana, han venido a producir un cisma en la interpretación de la vida pretérita del país.  

La publicación en el año 2000 de la versión número 4 de los documentos de Santa Fe, elaborados por una comisión de expertos estadounidenses ultra conservadores sólo unos meses después de la llegada al poder de Hugo Chávez, apuntaban claramente a contener su impulso integracionista bajo la acusación de que “apoyándose en el bolivarismo,  [Chávez] aspira a formar la Gran Colombia (Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador), probablemente como república socialista”.

Después de eso, vinieron el golpe de Estado del año 2002 y el paro y sabotaje petrolero del mismo año que marcaron el preludio de un rosario de agresiones continuadas hasta que el 8 de marzo de 2015 el presidente Barack Obama firmara una orden ejecutiva por la cual declaraba a Venezuela “una amenaza inusual y extraordinaria” a la seguridad nacional de Estados Unidos. 

De esta manera, se estableció una razón jurídica para iniciar un proceso permanente de agresión a Venezuela que aun hoy no cesa. Este decreto se ha seguido renovando anualmente durante las administraciones de Donald Trump y Joe Biden. El fantasma de la Doctrina Monroe y el panamericanismo siguen apareciendo en el espectro de la patria de Bolívar. Doscientos años después, el enemigo es el mismo.

Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de Dossier Geopolitico



Por Jiang Shixue*

Algunas personas han descubierto que la mayoría de los países desarrollados del mundo están en el hemisferio norte y la mayoría de los países en desarrollo están en el hemisferio sur. Por tanto, norte es sinónimo de países desarrollados y sur es idéntico a países en desarrollo. Y las relaciones norte-sur se dan entre países desarrollados y países en desarrollo, mientras la cooperación sur-sur es entre países en desarrollo. Este entendimiento se ha convertido en consenso internacional. Incluso Deng Xiaoping dijo a mediados de la década de 1980 que el orden internacional se caracterizaba por cuatro palabras: este y oeste, y norte y sur, lo que significa que la relación este-oeste se refiere a la que se produce entre países desarrollados y en desarrollo, y la relación norte-sur ocurre entre países socialistas y países capitalistas.

Además de la palabra sur, existe la expresión sur global, que ha aparecido en el círculo académico y los medios de comunicación de todo el mundo. La locución fue acuñada por el activista político estadunidense Carl Oglesby (1935-2011), cuando publicó en 1969 un artículo sobre la guerra de Vietnam en la revista católica Commonwealth. Argumentó que la guerra de Vietnam fue el resultado inevitable de cientos de años de dominio del sur global por el norte global.

Lo sorprendente es que, después de entrar en 2023, el sur global haya atraído una atención sin precedente por muchas personas, tanto a escala internacional como en China. La popularidad de esa expresión puede estar relacionada con las siguientes tres conferencias: la primera fue la Cumbre de la voz del sur global, en India (6/1/23). El anfitrión invitó a 120 países, excluyendo a China. La segunda fue la Conferencia de seguridad de Múnich (17-19/2/23), cuyo panel de discusión se tituló Recalibrando la brújula: cooperación sur-norte. La tercera fue la cumbre del G7 en Hiroshima, Japón (5/23). Este encuentro estableció dos agendas, una de las cuales fue el acercamiento al sur global. Algunos países en desarrollo asistieron a esta cumbre, y en esta oportunidad tampoco fue invitada China.

Pese a la exageración de la frase sur global, hay que señalar que no existe un consenso sobre su definición. Mientras algunos creen que ocurre lo mismo al expresarse acerca del sur, es decir, los países en desarrollo, los países subdesarrollados, los países pobres o los países atrasados; otros sostienen que, al igual que la anticuada frase tercer mundo, mantiene una fuerte connotación política, que refleja la naturaleza del orden mundial dividido entre los países desarrollados y en desarrollo. Otros más tienden a decir que mientras los países en desarrollo reflejan su individualidad, el sur global les presta más atención como un cuerpo colectivo y también resalta los múltiples impactos de la globalización en los países en desarrollo.

Precisamente debido a la falta de un consenso general la gente a menudo aplica el concepto de sur global siguiendo caprichos propios o la interpreta según su comprensión como la definición del término.

Sin importar si la carencia de una definición bien reconocida conduce a confusión y desconcierto académico, es necesario señalar que algunos países, Estados Unidos, en particular, desean expulsar a China de la familia del sur global. De hecho, ya cuando Trump estaba en el poder, Estados Unidos ya había dicho que China no es un país en desarrollo. Por ejemplo, en el Memorando presidencial sobre la reforma del estatus de los países en desarrollo en la Organización Mundial del Comercio (26/7/19), Estados Unidos anunció que nunca aceptó el reclamo de China de tener el estatus de país en desarrollo.

Vale la pena resaltar que las motivaciones de Estados Unidos no surten mayor efecto debido a que el estatus internacional de determinado país no lo deciden unas pocas naciones, sino la comunidad internacional conjunta. En su informe titulado Forjar un sur global (19/12/04), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ya había incluido a China en la lista del sur global, que comprende más de 130 países en desarrollo.

Es cierto que, a medida que su economía crece rápidamente, el estatus internacional de China ha aumentado cada día. Pero la identidad de China como país en desarrollo no ha cambiado. Según la reciente clasificación por ingresos del Banco Mundial, por ejemplo, China aún está debajo del umbral del grupo de ingresos altos (INB per cápita de 13 mil 846 dólares o más). Aun en el futuro previsible, China seguirá siendo miembro de la gran familia de países en desarrollo y seguirá contribuyendo a la prosperidad común de los mismos mediante la promoción de la cooperación sur-sur. Por tanto, el concepto y aplicación del sur global dejando a China a un lado es una seudo hipótesis o una falsa proposición.

*Profesor distinguido. Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Estudios Internacionales de Sichuan

LA JORNADA

FUENTE: https://www.nodal.am/2023/11/el-sur-global-sin-china-es-una-seudohipotesis-por-jiang-shixue/ 

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El cristianismo ortodoxo, el islam moderado y varias corrientes del taoísmo/confucianismo pueden convertirse en las tres civilizaciones principales de una humanidad limpia.

Por Pepe Escobar para la Fundacion de la Cultura Estrategica

Se está redactando el Aviso de Desalojo. Y vendrá en cuatro idiomas. Ruso. farsi. Mandarín. Y por último pero no menos importante, el inglés.

Un placer muy apreciado por la escritura profesional es verse siempre enriquecido por lectores informados. Esta idea sobre el “desalojo” –que vale más que mil tratados geopolíticos– fue ofrecida por uno de mis lectores más sagaces al comentar en una columna.

De manera concisa, lo que tenemos aquí expresa un consenso profundamente sentido en todo el espectro, no sólo en Asia occidental sino también en la mayoría de las latitudes del Sur Global/Mayoría Global.

Lo impensable, en forma de genocidio llevado a cabo en vivo, en tiempo real en cada teléfono inteligente en la tercera década del milenio –que llamé los furiosos años veinte en un libro anterior– ha actuado como un acelerador de partículas, concentrando corazones y mentes.

Aquellos que optaron por incendiar Asia occidental ya se enfrentan a un desagradable revés. Y eso va mucho más allá de la diplomacia ejercida por los líderes del Sur Global.

Por primera vez en mucho tiempo, a través del presidente Xi Jinping, China ha sido más que explícita en términos geopolíticos (un verdadero soberano no puede protegerse cuando se trata de genocidio). La posición inequívoca de China sobre Palestina va mucho más allá de la rutina geoeconómica de promover los corredores comerciales y de transporte de la BRI.

Todo eso mientras el presidente Putin definió el envío de ayuda humanitaria a Gaza como un “deber sagrado”, que en el código ruso incluye, de manera crucial, el espectro militar.

A pesar de todas las maniobras y posturas ocasionales, a todos los efectos prácticos todo el mundo sabe que el actual acuerdo de la ONU está podrido sin posibilidad de reparación y es totalmente impotente cuando se trata de imponer negociaciones de paz significativas, sanciones o investigaciones de crímenes de guerra en serie.

La nueva ONU en ciernes es BRICS 11; en realidad, BRICS 10, considerando que el nuevo caballo de Troya Argentina en la práctica puede quedar relegado a un papel marginal, suponiendo que se incorpore el 1 de enero de 2024 .

Los BRICS 10, liderados por Rusia y China, ambos regulados por una fuerte brújula moral, mantienen su oído en el terreno y escuchan a las calles árabes y a las tierras del Islam. Especialmente su gente, mucho más que sus élites. Este será un elemento esencial en 2024 durante la presidencia rusa de los BRICS.

Incluso sin check out, tendrás que irte.

El orden del día actual en el Nuevo Gran Juego es organizar la expulsión de la Hegemonía de Asia Occidental, lo que constituye un desafío tanto técnico como civilizacional.

Tal como están las cosas, el continuo Washington-Tel Aviv ya es prisionero de su propio dispositivo. Esto no es ningún Hotel California; Es posible que no salgas cuando quieras, pero te verás obligado a marcharte.

Eso puede suceder de una manera relativamente suave (pensemos en Kabul como una remezcla de Saigón) o, si las cosas se ponen feas, puede implicar un Apocalipsis Ahora naval, con costosas bañeras de hierro convertidas en arrecifes de coral suboceánicos y la desaparición de CENTCOM y su proyección AFRICOM. .

El vector crucial desde el principio es cómo Irán –y Rusia– han jugado, año tras año, con infinita paciencia, la estrategia maestra ideada por el general Soleimani, cuyo asesinato en realidad inició los furiosos años veinte.

Una potencia hegemónica desarmada no puede derrotar al “nuevo eje del mal”, Rusia-Irán-China, no sólo en Asia occidental sino también en cualquier lugar de Eurasia, Asia-Pacífico y toda África. La participación directa/normalización del genocidio solo funcionó para acelerar la progresiva e inevitable exclusión de la Hegemonía de la mayor parte del Sur Global.

Todo eso mientras Rusia elabora meticulosamente la integración del Mar Negro, el Mar Caspio, el Mar Báltico (a pesar de la histeria finlandesa), el Ártico y el Mar del Pacífico Noroccidental y China impulsa la integración del Mar de China Meridional.

Xi y Putin son talentosos jugadores de ajedrez y se benefician de asesores estelares del calibre de Patrushev y Wang Yi. China jugar al go geopolítico es un ejercicio de no confrontación: todo lo que necesitas hacer es bloquear la capacidad de movimiento de tu oponente.

Chess and go , en un tándem diplomático, representa un juego en el que no interrumpes a tu oponente cuando se dispara repetidamente en las rodillas. Como beneficio adicional, conseguirás que tu oponente se enfade con más del 90% de la población mundial.

Todo eso conducirá al colapso de la economía de la hegemonía. Y luego puede ser derrotado por defecto.

“Valores” occidentales enterrados bajo los escombros

Mientras Rusia, especialmente a través de los esfuerzos de Lavrov, ofrece al Sur Global/Mayoría Global un proyecto de civilización, centrado en una multipolaridad mutuamente respetuosa, China, a través de Xi Jinping, ofrece la noción de “comunidad con un futuro compartido” y un conjunto de iniciativas, discutidas en detalle. en el Foro de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) celebrado en Beijing en octubre, donde Rusia, no por casualidad, fue el invitado de honor.

Un grupo de académicos chinos enmarca de manera concisa el enfoque como China “creando/facilitando nodos globales para relacionarse/comunicarse y plataformas para colaboración/intercambios prácticos concretos. Los participantes siguen siendo soberanos, contribuyen al esfuerzo común (o simplemente a proyectos específicos) y reciben beneficios que los hacen dispuestos a continuar”.

Es como si Beijing estuviera actuando como una especie de estrella brillante y luz guía.

En marcado contraste, lo que queda de la civilización occidental –ciertamente sin mucho que ver con Montaigne,

Pico della Mirandola o Schopenhauer – se sumerge cada vez más en un Corazón de las Tinieblas autoconstruido (sin la grandeza literaria de Conrad), confrontando la verdadera e irremediablemente horrible cara del individualismo conformista y servil.

Bienvenidos al Nuevo Medievalismo, precipitado por las “aplicaciones asesinas” del racismo occidental, como se argumenta en un brillante libro, Cosmopolitanismo chino , del académico Shuchen Xiang, profesor de Filosofía en la Universidad de Xidan.

Las “aplicaciones asesinas” del racismo occidental, escribe el profesor Xiang, son el miedo al cambio; la ontología del dualismo bivalente; la invención del «bárbaro» como el Otro racial; la metafísica del colonialismo; y la naturaleza insaciable de esta psicología racista. Todas estas “aplicaciones” están ahora explotando, en tiempo real, en Asia occidental. La consecuencia clave es que la construcción de “valores” occidentales ya ha perecido, enterrada bajo los escombros de Gaza.

Ahora, un rayo de luz: se puede argumentar –y volveremos a ello– que el cristianismo ortodoxo, el islam moderado y varias corrientes del taoísmo/confucianismo pueden abrazar el futuro como las tres principales civilizaciones de una humanidad limpia.

Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de Dossier Geopolitico