S.S. Fransisco llegó el jueves a la isla de Chipre, el país europeo que mayor número de refugiados recibe en comparación con su población, y desde allí lanzó un discurso contra los muros «del miedo» y «los vetos dictados por intereses nacionalistas» en Europa.

Cristina Cabrejas elDiario.es

El Papa Francisco se reunió con el presidente chipriota Nicos Anastasiades en la capital Nicosia. En este viaje también visitará Grecia y la isla de Lesbos, para poner el foco en la cuestión migratoria en Europa. En el discurso a las autoridades en el palacio presidencial hizo referencia a la ocupación por parte de Turquía de la parte norte de la isla con su invasión en 1974 lo que ha dejado desde entonces a Chipre partida en dos, cuando se creó la República Turca del Norte Chipre, reconocida sólo por Ankara.

Se refirió entonces a que «la herida que más hace sufrir a esta tierra es la provocada por la terrible laceración que ha padecido en los últimos decenios» y «que impide que muchas personas puedan volver a sus lugares de culto o a sus casas». Sin citar nunca a Turquía, Francisco afirmó que «el camino de la paz, que sana los conflictos y regenera la belleza de la fraternidad, está marcado por una palabra: diálogo». «Tenemos que ayudarnos a creer en la fuerza paciente y humilde del diálogo» y huir de «gestos de poder, de las amenazas de venganza y de las demostraciones de fuerza», agregó.

El pontífice pidió entonces «el compromiso por entablar un debate sincero que ponga las exigencias de la población en primer lugar» y también «una implicación cada vez más activa de la comunidad internacional a la salvaguardia del patrimonio religioso y cultural, a la restitución de cuanto en este sentido es más querido por la gente, como los lugares o, al menos, los objetos sagrados».

Tanto la Iglesia ortodoxa como la católica piden desde hace tiempo a Turquía que sean devueltas las iglesias situadas en el norte de la isla.

Por su parte, en su intervención, Anastasiadis «hizo hincapié en que Chipre es el único país en Europa que sigue dividido» y que «a día de hoy sigue vigente el drama para muchas familias de no conocer el paradero de sus allegados desaparecidos» y que a ello se añade que «el saqueo de monumentos culturales y religiosos en los territorios ocupados son aspectos que ofenden brutalmente a la humanidad».

Los muros del miedo no contribuyen al progreso

Francisco sostuvo en su discurso que «el continente europeo necesita reconciliación y unidad, necesita valentía e impulso para caminar hacia adelante». Y añadió: «Porque no serán los muros del miedo ni los vetos dictados por intereses nacionalistas los que contribuirán al progreso, ni tampoco la recuperación económica por sí sola podrá garantizar la seguridad y la estabilidad».

El Papa pronunció este discurso en un momento en el que Polonia ha militarizado sus fronteras con Bielorrusia ante la llegada de miles de migrantes procedentes sobre todo de Afganistán y Siria. Pero también Chipre y Grecia han construido muros para impedir la llegada de los refugiados.

«Miremos la historia de Chipre y veamos cómo el encuentro y la acogida han dado frutos beneficiosos a largo plazo; no sólo en lo que se refiere a la historia del cristianismo, para la que Chipre fue el trampolín de lanzamiento en el continente, sino también por la construcción de una sociedad que ha encontrado su propia riqueza en la integración», dijo Francisco.

En este país, la llegada de refugiados ha aumentado sensiblemente en los primeros diez meses del año, con un total de 10.868 inmigrantes sin papeles, lo que supone un 38 % más que en todo 2020. Es el país que más refugiados recibe en comparación con su población y la mayoría llega a través de la llamada línea verde que divide la parte griego chipriota del sur de la parte turcochipriota del norte.

Al respecto, el presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis agradeció al papa Francisco que haya impulsado el llevar a Italia a 50 refugiados, una acción que calificó de altamente «simbólica» de cara a la necesidad de revisar la política migratoria de la Unión Europea. El presidente subrayó, como ya lo ha hecho ante las instituciones europeas, que Chipre tiene grandes dificultades para gestionar estas llegadas. 

Evitar las guerras religiosas

Los católicos en Chipre no llegan al 1 % de la población y los maronitas apenas rozan los 8.000, por lo que esperan que la visita del papa les ayude a conservar su cultura.

El viernes Francisco iniciará otro de los objetivos de este viaje. Relanzar el diálogo con la iglesia ortodoxa groega. Para ello se reunirá con Jrisóstomo II, arzobispo ortodoxo de Chipre, en el palacio arzobispal y después seguirá un encuentro con el Santo Sínodo en la catedral ortodoxa de Nicosia, al que el Papa dirigirá un discurso.

Celebrará una misa en el «GSP Stadium» para la pequeña comunidad católica, formada sobre todo por trabajadores inmigrantes. Por la tarde, rezará una oración ecuménica con los migrantes en la iglesia parroquial de la Santa Cruz de Nicosia.

El sábado el Papa viajará a Grecia, un país que visitó Juan Pablo II en 2001, y comenzará la jornada con la visita de cortesía a la presidenta de la República y después habrá un encuentro con el primer ministro y después su discurso a las autoridades.

El Papa vuelve a la isla griega de Lesbos, al campo de concentración de migrantes

Además de un encuentro con el arzobispo de Atenas, Jerónimo II y con el clero local que asiste a una comunidad de cerca 300.000 personas, también la mayoría migrantes, el momento más importante del viaje será su visita a Lesbos.

“En Lesbos me acercaré a una humanidad herida en la carne de tantos migrantes en busca de esperanza. Les pido, por favor, que me acompañen en la oración”, había dicho el papa Francisco el miércoles en el Vaticano durante la audiencia general.

Francisco regresa a Lesbos, cinco años después de su histórica visita en un momento dramático para la isla donde se hacinaban más de 10.000 personas en el campo de Moira.

El pontífice visitará el nuevo campo de Mavrovouni, donde hay cerca de 2.500 migrantes que viven en condiciones algo mejores, aunque lamentan que con la justificación de la pandemia pueden salir del recinto sólo pocas horas a la semana. Desde aquí Francisco, volverá como hace cinco años, a realizar un llamamiento a su recepción en Europa continental.

Isla de Lebos «campos de refugiados»

FUENTE: https://www.eldiarioar.com/mundo/viaje-papa-fronteras-maritimas-europa-fijar-posicion-iglesia-geopolitica-migracion_1_8549217.html

Por: Alberto Rodríguez García, periodista especializado en Oriente Medio, propaganda y terrorismo. Para RT

La historia que hay entre Marruecos y Argelia es una historia de tensión, ataques indirectos y financiación de insurgencias; es una historia de odio. Como las potencias durante la Guerra Fría, librando batallas con otro nombre, los argelinos tienen al Frente Polisario mientras que los marroquíes financian a los grupos que Argelia considera terroristas, tales como el islamista Rachad y el separatista MAK (Movimiento para la Autodeterminación de la Cabilia).

Y en medio de esta disputa se encuentra España, que aunque en el pasado fuese una fuerza con algo que decir en el norte de África, hoy tiene nula influencia, donde posicionarse a favor de uno o de otro tendría consecuencias directas en la seguridad de la frontera sur o el suministro de gas natural, en un momento en el que la criminalidad de irregulares y mafia está aumentando y el precio de la luz supera cada día el récord histórico del día anterior. Y aunque en España parece no importar, es necesario entender lo delicada que es la situación en la frontera sur, porque es algo que va más allá de dos países lanzándose –diplomáticamente– dardos envenenados.

Este verano terminó con Argelia rompiendo las relaciones diplomáticas con Marruecos después de que una serie de incendios arrasasen la región de la Cabilia en lo que, Argel asegura, ha sido una operación encubierta marroquí para reforzar al MAK en un momento delicado para el Gobierno argelino por la crisis, las protestas de 2020-2021 y la muerte del líder histórico y uno de los artífices de la actual Argelia, Abdelaziz Bouteflika. Pero esta escalada lejos de detenerse con unas pocas declaraciones institucionales, como una bola de nieve que no deja de rodar, tampoco ha dejado de crecer.

Tal es así que Argelia ha anunciado que este mes de octubre cerrará el gasoducto Maghreb por el que durante dos décadas ha estado pasando el 25% de todo el gas natural que recibe España. Un gasoducto que también pasa por Marruecos; país que a cambio de permitir el paso se queda con una parte del combustible que contribuye a la generación del 12% de la electricidad del país. Para ello la alternativa será el gasoducto Megdaz, que si cumple con lo que se espera del mismo, será la oportunidad argelina para quitarse de en medio a intermediarios molestos y de paso golpear un poco a su enemigo regional (de proyección global vistos los acuerdos de la dinastía alauí con Turquía, EEUU e Israel). Aunque ello no va a librar a España –que pese a que quiera presentarse como un país fuerte carece de voz alguna en disputas regionales– de un encarecimiento del combustible que ni puede ni tampoco parece querer evitar.

Ante la negativa del presidente argelino Ahmed Ben Bella, de la línea revolucionaria, a entregar territorio a sus vecinos, los marroquíes empezaron a incitar la insurrección de los movimientos independentistas de las regiones en disputa con Argelia. Una estrategia de incitación a la insurrección que todavía hoy siguen apoyando mediante el Movimiento para la Autodeterminación de la Cabilia, pero que en la época forzó el estallido de la Guerra de las Arenas (ya había habido un intento de insurrección sospechoso en la Cabilia) con casi un millar de muertos. Y siguiendo la estrategia de su rival, desde el 75 Argelia empezó a apoyar la independencia del Sáhara Occidental. Un apoyo que todavía continúa a día de hoy.

Hay que tener en cuenta que la disputa entre los jóvenes Estados de Marruecos y Argelia fue y es una mini guerra fría dentro de la guerra fría, por lo que Rabat no dudó en aliarse con el bando occidental para hacer frente a una república de Argelia de carácter socialista que pertenecía al bloque soviético y siempre tuvo amistad con Cuba. Pero tras la disolución de la Unión Soviética y la caída del bloque socialista, las relaciones no mejoraron, y la frontera de ambas naciones terminó cerrándose temporalmente.

La realidad es que a las puertas de Europa, en la frontera con España, sin apenas hacer ruido, hay dos países que están peleando por convertirse en la potencia que domine el Magreb.


Entre medias ha habido crisis internas, guerras civiles y atentados, pero ningún acontecimiento ni nacional, ni regional, ni internacional ha acercado a las dos potencias militares del norte del África. Y es que lejos de acercarse, con los años se han alejado hasta 2020; el peor año para las relaciones marroquí-argelinas en varias décadas después de que el Frente Polisario decidiese re-activar la lucha armada. Marruecos también ha estado haciendo «sus deberes», mejorando las relaciones con EEUU hasta el punto de que Donald Trump reconociese el Sáhara Occidental como marroquí y restableciendo la diplomacia con Israel.

La crisis entre Rabat y Argel más bien parece un conflicto interminable sin solución aparente a corto y medio plazo. Quién sabe si siquiera a largo plazo sin un incidente que remueva los cimientos y la esencia misma de alguna de las dos naciones. Pero es un conflicto regional que afecta a todos sus vecinos. No solo en el precio y suministro de combustibles, sino que también tiene su impacto en la cooperación de inteligencia para hacer frente al yihadismo en el Sahel; donde al-Qaeda y Estado Islámico siguen actuando con una fuerza a tener en cuenta. También puede ser la excusa para mayores enfrentamientos por el control de minerales, y es que el Sáhara Occidental es una mina (en el sentido literal, además) de materias primas para Marruecos.

La escalada de tensiones entre Argelia y Marruecos no es una novedad ni una sorpresa, pero sí que deteriora una situación ya de por sí frágil. La realidad es que a las puertas de Europa, en la frontera con España, sin apenas hacer ruido, hay dos países que están peleando por convertirse en la potencia que domine el Magreb.

FUENTE RT: https://actualidad.rt.com/opinion/alberto-rodriguez-garcia/406731-conflicto-regional-argelia-marruecos-historia-odio 

Emanuel Pietrobon,publicó este artículo en Vision & Global Trends. Instituto Internacional de Análisis Globales de nuestros socios estratégicos de Italia. Polexit? Nie, dziękuję!

Donde pone blanco sobre negro, dos puntos claramente: 1, que el Brexit fue una imposicion norteamericana a la jubilada de privilegio (Inglaterra), y 2, que la Polonia que tanto les gustan presentar a los soberanistas antiglobalistas como la rebelion anti UE (por un fallo de su Tribunales)  es un gigantesco bulo y que solo juegan el viejo rol de (peones) en un juego de ajedrez en un tablero inestable. Donde las piezas principales sacrifican a los débiles en sus luchas por el poder. Dossier Geopolitico

Emanuel Pietrobon – 11/10/2021

Polexit? Nie, dziękuję!

En los últimos días se ha debatido mucho sobre un fallo del Tribunal Supremo de Polonia que reafirmó la primacía del texto fundamental polaco sobre los tratados internacionales, específicamente los europeos. Algunos ya han gritado por el riesgo de Polexit, pero ¿qué está pasando y qué pasará (realmente)?

Polexit? Nie, dziękuję; Polacos como la Unión Europea y por Derecho y Justicia es solo otro tira y afloja en términos electorales y de negociación. Pero comencemos desde el principio.

El proyecto europeo nació a instancias de Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. ¿Objetivo? Pacificar el belicoso Viejo Continente, convertirlo en la fábrica del capitalismo internacional y un puesto de avanzada de la americanidad en el apéndice occidental de Eurasia.

Quienes hablan de autonomía estratégica, como Emmanuel Macron, parecen olvidar esta verdad, tan fundamental como actual y, quizás, inalterable. Y, de hecho, es rápidamente negado por la realidad de los hechos. Porque, ¿cómo puede un satélite separarse de su propio planeta? No puede. Y si lo hiciera, dejaría de serlo.

La pregunta es: ¿Europa quiere dejar de ser una provincia del Imperio americano? Los hechos parecen sugerir que no. También porque la autonomía estratégica, que por decirlo así es París o Berlín, nunca se agita para exigir la independencia tout court , sino para reclamar (en voz baja) el derecho a tener un margen de maniobra mayor pero aún limitado en materia de política interna ( por ejemplo, impuestos al Gran Silicon Valley) y política exterior (por ejemplo, inversiones en un país gobernado por un régimen que no le gusta a Estados Unidos).

Ahora, reconstruya las bases, vayamos a Polonia. Varsovia no es Londres. Varsovia es Europa, Londres nunca lo ha sido. Londres es Atlántico, de la cabeza a los pies, piel a alma, y ​​siempre lo ha sido. Y Londres, sobre todo, es hermana de Washington. No cometa el gravísimo error de creer que el Brexit fue un fenómeno genuino. Lejos de ahí. En Londres, de hecho, no hay hoja que Washington no quiera. Y aquí está, como era de esperar, que Global Britain tuvo lugar después del Brexit.

De todos modos, volviendo a Polonia, esto es todo:

  • Se trata de una sentencia que reafirma la primacía de la Constitución sobre determinados puntos de algunos tratados europeos, aquellos que podrían definirse como «valores no negociables».
  • Esta es una oración que ciertamente tiene valor político, pero que está formulada en un contexto preciso (el tira y afloja en la cuestión del arco iris) y por una razón igualmente bien definida (enviar una advertencia con la esperanza de aumentar la negociación poder en Bruselas).
  • No habrá Polexit, porque Polonia, antes incluso de ser un satélite de Europa, es un satélite de Estados Unidos.
  • El PiS nunca ha sido un partido antieuropeo: es un poco euroescéptico. Dos cosas muy distintas.
  • Los polacos son la población más europeísta del continente (84%). ¿Y los alemanes? La UE «sólo» gusta al 69% de ellos. Los franceses, en cambio, están últimos en la clasificación con un muy modesto 51% (casi, se podría decir, la UE es más popular entre los rusos, 37%). Fuente: Pew Research Center, 2019.
  • De ello se desprende, dado el punto anterior, que los polacos no apoyarían ningún Polexit y que solo hablar de ello provocaría una hemorragia de consenso para PiS.
  • Lo que conviene a Estados Unidos es una Europa tan unida como dividida, como la Alemania previa a la unificación. De ahí el recurso (imperativo e indispensable) al Brexit, un fenómeno preparatorio para el regreso del Reino Unido al antiguo papel de katechon de hegemonías en la construcción de la Europa terrestre. Y de ahí el uso de pequeñas potencias terrestres, como Polonia, a las que delegar tareas de disturbio en el otro lado del continente, cercar la zona franco-alemana y al mismo tiempo evitar un acercamiento mackinderiano entre la citada y Rusia.

Publicado en el sitio web Vision & Global Trends. Instituto Internacional de Análisis Globales de nuestros socios estratégicos de Italia
Publicado en : https://www.vision-gt.eu/news/polexit-nie-dziekuje/

Un artículo que muestra la furia y la impotencia del sistema ante los daños inevitables de su falta de recursos y de previsión.  Lo más hilarante es la rabia contra Rusia por ser dueña del gas, algo que en su concepto imperial, lo consideran una  injusticia divina.

EUROPEAN COUNCIL ON FOREIGN RELATIONS

El gas ruso huye hacia Asia y la UE no puede quedarse de brazos cruzados

Bruselas debe prepararse de cara al creciente deseo de Rusia de vender gas a China. De lo contrario, corre el riesgo de empeorar su dependencia energética de Moscú

Por Filip Medunic* 01/11/2021 

El precio de la energía está aumentando en toda la Unión Europea, algo que preocupa tanto a los consumidores como a los gobiernos a medida que se acerca el invierno. La UE ha respondido lanzando una ‘caja de herramientas’ llena de medidas variadas que los estados miembros pueden implementar para ayudar a los hogares, y muchos gobiernos están ofreciendo subsidios para ayudar a la gente.

En este contexto de precios por las nubes, varios líderes de la UE han lanzado críticas severas contra Rusia. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, señaló a Moscú por no aumentar su oferta de gas y elogió deliberadamente a Noruega por haber incrementado la producción. El alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, sugirió que Rusia estaba reteniendo intencionalmente el suministro.

El choque energético actual bien puede ser el primero de la transición verde, y hay numerosos factores en juego. Estos van desde los anteriores procesos de liberación del mercado de energía de la UE —que han ayudado a que los precios se disparen a medida que Europa reacciona con fuerza a las fluctuaciones en el mercado internacional del gas— hasta el aumento de la demanda de gas en las economías emergentes —países a los que la UE alentó activamente a avanzar hacia el gas y alejarse del carbón—. Es posible que los europeos estén entrando ahora en una era en la que la escasez no sea algo inusual. La creciente demanda está abriendo rápidamente nuevos mercados para los productores de gas natural licuado (GNL), que tienen un abanico de clientes más amplio que antes.

Esto significa que la estrategia de palabras altisonantes de la UE pronto resultará insuficiente para la tarea de garantizar el calor en un mundo geoeconómicamente más frío. Los gobiernos de toda Europa están empezando a transformar la forma en que generan y suministran energía, pero, para Moscú, la economía rusa sigue dependiendo de las exportaciones de combustibles fósiles, por lo que los esfuerzos para pasar a las energías renovables son vistos como un desafío a largo plazo. Rusia aún no puede permitirse perder a los países europeos como sus principales compradores, pero, al mismo tiempo, ya está estudiando cómo apuntalar su posición mediante la diversificación hacia Asia, especialmente China, donde los vastos recursos naturales rusos están ganando importancia.

El Gobierno de Vladímir Putin sigue siendo el principal proveedor de gas de Europa, pero los europeos necesitan comprender urgentemente los cambios que Rusia está realizando en su infraestructura de transporte de energía, ya que estos podrían dejar a la UE todavía más a merced de Moscú.

Desde finales del año pasado, el nuevo gasoducto ‘Power of Siberia’ transporta gas desde Rusia hasta China. En marzo de este año, Putin dio luz verde para la construcción de un segundo oleoducto, ‘Power of Siberia 2’. Esta instalación suministrará gas desde la península de Yamal en Siberia, que posee las mayores reservas de gas del gigante euroasiático, unas que actualmente abastecen a sus clientes de la UE.

Este giro ruso hacia Asia no debería ser una sorpresa. La demanda en China sigue aumentando, y el país finalmente parece dispuesto a comenzar a dejar de lado el carbón. Para Pekín, llenar el vacío energético con GNL tiene efectos secundarios indeseados, como que los buques que lo transportan tengan que pasar por el cuello de botella del Estrecho de Malaca, y que dos de los principales proveedores del mundo de este combustible, Australia y Estados Unidos, acaben de forjar una alianza en su contra. Por estos motivos, el gas suministrado por Rusia se vuelve aún más atractivo para Beijing.

‘Power of Siberia 2’ entregaría gas directamente a las regiones del noreste de China, que son la parte más densamente poblada del país. Paralelamente, Pekín lleva tiempo negociando con el gobierno de Turkmenistán la suma de una cuarta línea a su gasoducto conjunto Asia Central-China, que ya proporciona casi el 40% de las importaciones de gas del país. Pero este proyecto ha experimentado numerosos retrasos, lo que significa que hay una oportunidad para que Gazprom entre primero y asegure su participación de mercado.

Mongolia también podría estar interesada en el proyecto ‘Power of Siberia 2’, dadas las tarifas de tránsito que podría exigir, pero también debe diversificarse, ya que el carbón representa alrededor del 80% de sus fuentes de energía. Y, a medida que las economías asiáticas continúen creciendo y China agregue millones de hogares a su red de gas, la demanda sólo crecerá. Además, Rusia quiere aumentar la cantidad de GNL que suministra a través de la ruta del Mar Ártico con el objetivo de que represente el 20 por ciento del suministro mundial para 2035. Los clientes asiáticos, y especialmente China, constituyen su principal mercado.

Por ahora, el oleoducto ‘Power of Siberia 2’ sigue siendo solo un proyecto, y no estará operativo hasta 2030 como muy pronto. Los compromisos de esta escala necesitan una gran cantidad de tiempo para formularse y Moscú podría llegar a encontrarse con un muro a la hora de negociar precios y tarifas de tránsito. Sin embargo, es un plan serio. Si el gasoducto se materializa, la península de Yamal será un suministro gasístico clave tanto para Europa como para China. Esto le da a Rusia una nueva ventaja.

Por lo tanto, la UE debe pensar de manera más estratégica sobre su suministro de energía y planear cómo eliminar hoy las vulnerabilidades de mañana. Su primer paso podría ser negarse a permitir la apertura del gasoducto Nord Stream 2 entre Rusia y Alemania. Los partidarios del proyecto han sostenido que no está diseñado para ser utilizado por Moscú de manera coercitiva, pero el potencial para ello permanece. Gazprom acaba de aprovechar su monopolio del gas sobre Moldavia, sugiriendo que el gobierno proeuropeo del país debería abandonar un acuerdo de libre comercio con la UE y detener la liberalización del mercado del gas a cambio de precios más bajos del combustible. La UE debe comprender que actores como Rusia siempre están dispuestos a utilizar activamente las dependencias para sus objetivos políticos y debe incluir este riesgo en su evaluación prospectiva.

Así como Rusia está ampliando sus opciones estratégicas, la UE tendrá que evaluar estratégicamente sus necesidades. Sobre todo, debería seguir adelante en el desarrollo de su infraestructura de energía renovable, pero mientras tanto, también volver a firmar contratos de suministro a más largo plazo que los actuales. Esto dará a los consumidores un respiro, protegiéndolos de las fluctuaciones de precios salvajes y permitiendo a los estados europeos llevar a cabo la importante transición energética.

La UE debería salvaguardar sus necesidades a medio plazo estabilizando su suministro de gas como «combustible puente» a medida que avanza hacia las energías renovables, lo que también solidificaría la relación con Rusia durante este período —después de todo, Europa sigue siendo su mayor cliente—. Existe la oportunidad de avanzar en la transición verde mientras se asegura un suministro constante de gas.
*Este análisis del European Council on Foreign Relations (ECFR) ha sido publicado originalmente en inglés bajo el título de ‘Russia’s ‘gas pivot’ to Asia: How Europe can protect itself and pursue the green transition’.

‘Power of Siberia 2’

Por Claudio Mutti

La geografía de Europa del Este tenía un aspecto muy diferente al actual a finales de los siglos XIII y XIV, ya que el panorama político era extremadamente fragmentado y las fuerzas que iban a ser decisivas en los siglos siguientes apenas se estaban formando. Rusia no era más que un conjunto de principados, entre los cuales el pequeño Ducado de Moscovia aún no se había alzado como el futuro Estado ruso. Por otro lado, el Reino de Polonia, que un siglo antes se había fragmentado en una gran cantidad de principados, no incluía ni Silesia ni los territorios bálticos de Pomerania, entre tanto, las fronteras polacas a penas llegaban hasta Galitzia. La Orden de los Caballeros Teutónicos dominaba todo el Báltico entre las desembocaduras del Vístula y del Neva. Por su parte, Lituania estaba aprisionada entre los rusos y Polonia. Mientras tanto, los kanes tártaros reinaban sobre todo el Sur de Ucrania, incluida la península de Crimea.

No obstante, Lituania comienza a extender sus fronteras hacia el Este, sin encontrar mayores obstáculos, a partir de las últimas décadas del siglo XIII y tal proceso durara casi un siglo y medio. Cuando a mediados del siglo XIV Lituania derrota a los ejércitos de la Orden Teutónica y amplia sus territorios hacia el Norte, termina por convertirse en “un poderoso Estado” [1] que se extiende desde el mar Báltico hasta casi llegar al mar Negro.

El Gran Duque lituano Jogaila (cuyo nombre sería conocido en Europa en la forma polaco-latina de Jagiello, es decir, Jagellon) decidió bautizarse en 1386 con la intención de casarse con la reina polaca de once años Jadwiga (que se convertiría en Santa Eduviges, patrona de las reinas, Polonia y la Unión Europea) y de ese modo ser coronado como el rey de Polonia Ladislao (1386-1434). Lituania siguió siendo un gran ducado que existía bajo la soberanía lituana. Los acuerdos preliminares que Jogaila, fundador de la dinastía jagellónica, celebró con la aristocracia polaca consistían en unir sus posesiones lituanas y rusas a la corona polaca, hacerle la guerra a los Caballeros Teutónicos y apoyar y respaldar los esfuerzos de los misioneros alemanes y polacos con tal de convertir a los paganos lituanos al catolicismo.

Los ejércitos del rey polaco Ladislao y de su primo lituano Vitautas (1350-1430) derrotaron a los Caballeros Teutónicos en Grunwald el 15 de julio de 1410 y con ello le pusieron fin al dominio de esta Orden sobre el Báltico. El Gran Ducado de Lituania, bajo el mando de Vitautas, continuó su política de expansión hacia el Sur y el Este, con lo que llegó a conquistar grandes porciones del territorio ruso e incluso consiguió que los tártaros de Crimea cayeran bajo su influencia. Fue así que Lituania “alcanzó su máxima extensión territorial, llegando incluso hasta el Mar Negro y contando con una superficie de alrededor de 1.000.000 de kilómetros cuadrados, más de tres veces el tamaño de la actual Italia” [2].

Durante el siglo siguiente, en específico el 10 de enero de 1569, una dieta conjunta lituano-polaca ratificó la unión de estos dos reinos en Lublin y fue así como nació la República de las Dos Naciones (pol. Rczeczpospolita Obojga Narodów), convirtiendo a este reino en el mayor Estado de Europa Oriental hasta el siglo XVII. La voluntad de poder de la aristocracia polaca reavivó el mito del origen sármata de su sangre y con ello crearon una especie de mesianismo político que expresaron con la consigna: “¡Polonia caput ac regina totius Sarmatiae!”. En otras palabras, “a Polonia le corresponde ponerse a la cabeza de una formación eslava que unificaría a casi todos los pueblos de Europa central y oriental” [3] convirtiéndose con ello en una especie de “Sarmacia europea”.

No obstante, estas ambiciones fueron frustradas por las luchas internas provocadas por el sistema de patronazgo y los ataques de potencias periféricas emergentes como Rusia (la “Sarmacia asiática”) y Prusia que causaron que el sistema geopolítico unitario creado por los Jagellon terminara por desaparecer con las sucesivas particiones de Polonia que acontecieron en 1772, 1793 y 1795.

La idea de revivir la República de las Dos Naciones fue propuesta por el príncipe Adam Jerzy Czartoryski (1770-1861), que se encontraba exiliado en París, un “aristócrata que era para sus seguidores el ‘rey sin corona’ de Polonia” [4] y que creía que con el apoyo de Gran Bretaña, Francia y Turquía sería posible resucitar su reino mediante la incorporación de las regiones orientales de Prusia y la reconstrucción de un Estado polaco-lituano federado que estuviera formado por estonios, letones, ucranianos, checos, eslovacos, húngaros, rumanos y eslavos del sur, de tal forma que con ello el poder prusiano se vería enormemente reducido y Rusia habría sido obligada a abandonar sus ambiciones en Europa Oriental. Pero el proyecto de Czartoryski, cuyos partidarios debieron considerar bastante factible durante el periodo de levantamientos anti-imperiales de 1848-49, fracasó debido al poco interés que tenían en él las potencias de Europa Occidental, sin hablar de la intransigencia húngara hacia los checos, eslovacos y rumanos, y la hostilidad de Rusia y Prusia ante semejantes planes.

Sin embargo, este proyecto reapareció después de la Primera Guerra Mundial tras las derrotas militares de Rusia, Alemania y Austria-Hungría, seguidas por la Revolución de Octubre en Rusia. Después de que acabó la guerra polaco-rusa con la firma del Tratado de Paz de Riga del 18 de marzo de 1921, el mariscal Józef Piłsudski (1867-1935), jefe provisional del nuevo Estado polaco, propuso la idea de formar una federación de Estados que se extendiera “del Mar Báltico hasta el Mar Negro” y que se llamaría en polaco Międzymorze, en lituano Tarpjūris y en latín Intermarium, neologismo que simplemente no estaba a la altura de la tradición humanista polaca. Esta federación sería la heredera histórica de la antigua entidad política polaco-lituana. EL proyecto de Piłsudski (1919-1921) incluía en un principio no solo a Polonia como fuerza hegemónica, sino también a Lituania, Bielorrusia y Ucrania. Por supuesto, el Intermarium iba dirigido tanto contra Alemania, buscando impedir que volviera a convertirse en una potencia imperial, como contra Rusia. El mariscal Piłsudski propuso otro proyecto complementario conocido como “Prometeo” que desmembraría a Rusia en una serie de Estados étnicos independientes.

Francia apoyo este proyecto, ya que de haber triunfado le permitiría separar a Alemania y a Rusia mediante la aparición de un bloque europeo centro-oriental encabezado por Polonia. Pero el apoyo francés fue insuficiente a la hora de impulsarlo y fue sustituido por un frágil sistema de alianzas que terminaron desencadenando la Segunda Guerra Mundial.

El mariscal Piłsudski propuso una versión incluso más audaz de su proyecto Intermarium en los años de 1921 y 1935. En esta versión renunciaba a los territorios de Ucrania y Bielorrusia, pero los sustituía con la inclusión de Noruega, Suecia, Dinamarca, Estonia, Letonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumanía, Bulgaria, Grecia, Yugoslavia e Italia, por lo que los dos mares se convertían en cuatro, ya que al Mar Báltico y al Mar Negro se sumaban el Ártico y el Mediterráneo. Pero tal proyecto también fracasó y su único logro fue la formación de una de Polonia con Rumanía.

Józef Beck (1894-1944), colaborador de Piłsudski, retomó en 1932 la idea de crear una entidad geopolítica centroeuropea entre el Mar Báltico y el Mar Negro con el nombre de “Tercera Europa”, llevando a cabo sus planes cuando asumió la dirección de la política exterior polaca, lo cual culminó en una alianza con Rumanía y Hungría.

Posteriormente, el gobierno polaco de Władisław Sikorski (1881-1943) – exiliado primero en París y luego en Londres – presentó durante la Segunda Guerra Mundial a los gobiernos de Checoslovaquia, Grecia y Yugoslavia la idea de crear una unión centroeuropea entre el Mar Báltico, el Mar Negro, el Egeo y el Adriático durante la Segunda Guerra Mundial; pero debido a la oposición soviética y a la negativa de Checoslovaquia de federarse con Polonia, tal plan termino por ser archivado.

La idea del Intermarium fue desempolvada después de la caída de la URSS y la disolución del Pacto de Varsovia y desde entonces a adoptado diferentes formas como el Consejo de Cooperación del Mar Negro, la Asociación Oriental y el Grupo de Visegrád, que son versiones menos ambiciosas y más pequeñas del mismo proyecto ya “clásico”.

De todos modos, el sistema de alianzas que más se parece al proyecto del Intermarium es el teorizado por el Instituto Stratfor, un centro de estudios estadounidense fundado por George Friedman debido al estallido de la crisis ucraniana. El general Frederick Benjamin «Ben» Hodges, comandante del ejército estadounidense en Europa (condecorado con la Orden del Mérito de la República de Polonia y la Orden de la Estrella de Rumanía), anunció el “posicionamiento” de tropas de la OTAN en todas las fronteras occidentales de Rusia, lo cual incluye los Estados bálticos, Polonia, Ucrania, Rumanía y Bulgaria, es decir, una ofensiva que va del Báltico hasta el Mar Negro, tal y como lo propuso en su momento Piłsudski.

El presidente polaco Andrzej Duda presagió el nacimiento de una alianza regional inspirada explícitamente en el modelo de Intermarium el 6 de agosto de 2015. Un año después, entre el 2 y el 3 de julio de 2016, tuvo lugar la conferencia inaugural del Grupo de Asistencia Intermarium en las instalaciones del Hotel Radisson Blue de Kiev, en presencia del presidente de la Rada ucraniana, Andriy Paruby, y del presidente del Instituto Nacional de Investigación Estratégica, Vladimir Gorbulin, así como de otras personalidades políticas y militares provenientes de varias partes de Europa entre las cuales se presentó el proyecto de crear una unión de todos los Estados entre el Mar Báltico y el Mar Negro.

Pero al mes siguiente la idea de los dos mares se convirtió en tres: el 25 y 26 de agosto de 2016 el Foro de Dubrovnik sobre “El Fortalecimiento de Europa – Conectando el Norte y el Sur” emitió un comunicado conjunto donde se promovía la Iniciativa de los Tres Mares, un plan cuyo objetivo era “conectar las economías e infraestructuras de Europa Central y Oriental y que iba desde el Norte hasta el Sur, con la intención de ampliar la cooperación en los ámbitos energéticos, de transporte, las comunicaciones digitales y, en general, de la economía”. Esta Iniciativa de los Tres Mares, que en un primer momento fue promovida por la administración Obama, luego fue abiertamente defendida por Donald Trump el 6 de julio de 2017 durante su visita a Varsovia. El presidente Duda dijo que esta iniciativa busca crear “un nuevo concepto que promueva la unidad europea” y reúne en su interior a doce países entre los mares Báltico, Negro y Adriático, además de que casi todos sus miembros pertenecen a la Alianza Atlántica: Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Eslovaquia, República Checa, Austria, Eslovenia, Croacia, Hungría, Rumanía y Bulgaria.

El objetivo económico de la Iniciativa de los Tres Mares es golpear las exportaciones de gas ruso a Europa favoreciendo los envíos de gas natural licuado desde Estados Unidos: “Una terminal en el puerto báltico de Świnoujście, con un coste de unos mil millones de dólares, permitirá a Polonia importar hasta 5.000 millones de metros cúbicos de GNL estadounidense al año, que pronto llegaran a los 7,5 millones. A través de esta y otras terminales, incluida una prevista en Croacia, el gas procedente de Estados Unidos, o de otros países que pertenezca a empresas estadounidenses, se distribuirá por gasoductos a toda la región de los tres mares” [5].

Por lo tanto, la macrorregión de los Tres Mares se encuentra vinculada tanto energética como militarmente a Washington y no a Bruselas o Berlín, por lo que podemos decir que todo esto terminará por romper, tarde o temprano, a la Unión Europea, especialmente cuando a ella se sume Ucrania, y únicamente reforzará el cordón sanitario que ya ha sido construido alrededor de las fronteras occidentales de Rusia.

Notas:

[1] Josef Macek, L’Europa orientale nei secoli XIV e XV, Sansoni, Firenze 1974, p. 16.

[2] Beruta Žindžiūtė Michelini, Lituania, NED, Milano 1990, p. 50.

[3] Francis Conte, Gli Slavi. Le civiltà dell’Europa centrale e orientale, Einaudi, Torino 1990, p. 293.

[4] Oscar Halecki, I Polacchi, in Il mondo degli Slavi, a cura di Hans Kohn, Cappelli editore, Bologna 1970, p. 115.

[5] Manlio Dinucci, Sui Tre mari dell’Europa bandiera Usa, Rete Voltaire, Roma, 10 luglio 2017 http://www.voltairenet.org/article197081.htm

FUENTE GEOPOLITICA.RU

Leonid Savin

Daniel Kawczynski, asesor del Parlamento británico sobre Polonia, presentó un informe titulado “La iniciativa de los tres mares y las oportunidades para la Gran Bretaña global” en septiembre del 2021. Él, junto con otros tres coautores que son ciudadanos británicos de ascendencia polaca, abogan por una mayor cooperación entre Polonia y Gran Bretaña. Daniel Kawczynski es un personaje bastante pintoresco y algo odioso, empezando por el hecho de pertenecer al Partido Conservador del Reino Unido y ser uno de los más activos defensores del Brexit. Kawczynski dijo en el 2017 que Londres “debería ayudar a otros países a defender su soberanía política frente a Bruselas” (1). en septiembre de 2019, Kawczynski escribió una carta a Donald Trump rogándole que ayudara a Polonia a pedir una indemnización a Alemania por la destrucción que esta causó durante la Segunda Guerra Mundial (2).

Kawczynski es católico, pero no se adscribe a la moral cristiana tradicional: se divorció de su mujer, con la que tiene un hijo, y en noviembre de 2019 contrajo “matrimonio” formal con un hombre de origen brasileño que ha amado durante toda su vida (3).

Kawczynski ha sido uno de los principales partidarios de la Iniciativa de los tres mares y recuerda constantemente que Estados Unidos es uno de sus principales impulsores. Por ejemplo, en una publicación estadounidense este año escribió lo siguiente: “Los beneficios económicos siempre tiene un trasfondo geopolítico. En primer lugar, el suministro de energía estadounidense es un contrapeso frente al dominio ruso en este campo, además de que le proporcionan a Europa Central y Oriental una alternativa estratégica para conservar su independencia energética. En segundo lugar, Washington utiliza la asociación 3SI (Three Seas InitiativeIniciativa de los tres mares) como un instrumento para contrarrestar la creciente influencia china en los Balcanes. Esto también se hace evidente en el ámbito de las telecomunicaciones, especialmente con la implementación del ‘Plan de Seguridad de Redes Limpias 5G’ al que Estonia se ha unido recientemente y la promoción del proyecto Conectividad Inteligente que pretende conectar digitalmente todas las fronteras del 3SI. Casi todas las capitales de Europa Central y Oriental, al igual que Londres, desconfían cada vez más de Pekín y de su creciente influencia en la zona” (4). En ese entonces también pidió que Gran Bretaña se sumara a las sanciones en contra del Nord Stream 2.

Lo cual nos lleva a la conclusión de que Kawczynski es sin lugar a dudas uno de los más acérrimos defensores de los intereses de Washington.

Ahora bien, el informe que presento al Parlamento Británico se centra antes que nada en los intereses del Reino Unido en el proyecto 3SI, aunque Estados Unidos juega un papel importante en toda esta iniciativa (oficialmente no es más que un observador). No obstante, Londres también tiene sus propias razones para involucrarse en este proyecto y el documento presentado por el gobierno lo deja más que claro. El Ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido intervino en la cumbre del 3SI en Sofía en julio de 2021 y reconoció la importancia económica y geoestratégica que tenía esta Iniciativa para toda la región (5).

Hasta este momento, la Iniciativa de la 3SI ha celebrado 5 grandes cumbres y ha creado un Fondo de Inversión de los Tres Mares que esta invirtiendo en grandes proyectos de infraestructura, energía y conectividad. Hasta ahora se han invertido más de 300 millones de dólares en energía, pero los planes prevén que pronto se alcanzaran más de mil millones. La 3SI representa aproximadamente el 30% de la UE y abarca un total de 12 países y 112 millones de habitantes. Hungría, Lituania, Polonia, Rumanía y Estonia son sus principales lideres.

Kawczynski escribe que: “La declaración anterior fue un tema recurrente de los 12 embajadores de los países que participan en la Iniciativa de los Tres Mares. Para que la nueva Gran Bretaña post-Brexit demuestre efectivamente sus ambiciones globales, debe reafirmar sus compromisos con Europa. Las dimensiones económicas y políticas del bloque abren al sector público y privado del Reino Unido a más de 157 proyectos energéticos, de infraestructuras y digitales donde nosotros podemos ser una alternativa al marco de cooperación con la UE y trabajar junto con nuestros aliados más cercano de Europa Central y Oriental. La iniciativa de los Tres Mares no solo es un proyecto que podría dar cabida a la nueva estrategia global post-Brexit del Reino Unido, sino que también actúa como un eje estratégico de 12 capitales que comparten la visión de Londres de crear una alianza transatlántica más fuerte basada en la cooperación y el desarrollo económicos multilateral con tal de crear un orden internacional más sólido en el futuro”.

Según el informe presentado por Kawczynski y sus colegas: “Los doce embajadores de los países consultados subrayaron que la Iniciativa de los Tres Mares no es una alternativa a la UE, ni tampoco un intento de reestructurar o crear un sistema político europeo paralelo. La Iniciativa de los Tres Mares sirve principalmente para intensificar la cooperación e interconexión regionales. Sin embargo, varios embajadores también describieron las implicaciones geopolíticas de la Iniciativa, especialmente para Rusia y China. En cuanto a la primera, el aumento de los suministros de gas natural licuado (GNL) desde Estados Unidos para los países del 3SI es importante a un nivel estratégico, ya que los suministros de Estados Unidos contrarrestan la creciente dependencia energética europea de Rusia como queda constatado con proyectos de infraestructura tales como el gasoducto Nord Stream 2. Con respecto a este último punto, tanto Washington como Tokio pueden ser un contrapeso frente a la creciente influencia de Pekín en los Balcanes, teniendo en cuenta que Estados Unidos y Japón preparan la creación de fondos de inversión alternativos conocidos como la Iniciativa 17+1. Por lo tanto, la Iniciativa 3SI ha desarrollado naturalmente un ala geoestratégica y, desde de la perspectiva de S.E. Intelmann y de muchos otros expertos, es posible decir que se han creado varios ‘mecanismo de equilibrio’ que permiten superar los retos geopolíticos que enfrenta el continente europeo y la comunidad transatlántica” (6).

El 32% de los 77 proyectos prioritarios que ha lanzado la 3SI están relacionados con la energía. Uno de ellos es la terminal de gas natural licuado construida en Croacia, la cual fue terminada en el 2020. Existen otros proyectos como el gasoducto Polonia-Lituania (GIPL) que conectará Lituania, Letonia y Estonia y ampliará el acceso de los países bálticos a la red energética europea que ya opera en Polonia, o el gasoducto Bulgaria-Rumanía-Hungría (BRUA) que permitirá la comercialización del gas del Mar Negro en toda la región.

En cuanto a la influencia china, los funcionarios occidentales han subrayado constantemente la amenaza estratégica que esta representa para el foro 17+1 y por eso se busca frenar las inversiones chinas en Europa Central y Oriental. En marzo de 2021, Lituania dijo que se retiraría del bloque 17+1 y pidió a otros miembros de la UE que hicieran lo mismo. Por supuesto, los países de la 3SI dan prioridad a las inversiones que provienen de naciones “occidentales” como Alemania, Japón, Corea del Sur y Estados Unidos. Obviamente, nada de esto se hace sin la aprobación de EE.UU., ya que su principal intención es bloquear la influencia de China en los países balcánicos.

Ahora bien, existe también un cierto legado histórico: es sabido que Gran Bretaña apoyo activamente, después de la Primera Guerra Mundial, la creación de un cordón sanitario contra Rusia en todos los países de Europa del Este, por lo que ahora lo único que desea es continuar esta labor bloqueando la participación de fuerzas externas. Como muy bien señala uno de los coautores del informe, George Byczynski, alto asesor del parlamento británico, “parte de la estrategia global del Reino Unido tras el Brexit es encontrar la forma de afianzar nuestra posición en Europa en lugar de permitir que posibles adversarios alteren el mapa europeo. Los embajadores de los 12 países de la 3SI comparten la idea de Londres de crear una alianza económica transatlántica mucho más fuerte y han acogido con satisfacción el apoyo del Reino Unido, como atestigua el caluroso saludo del ex Secretario de Estado Dominic Raab durante la última cumbre de la 3SI en Sofía. Además, el invertir en todos los proyectos de la 3SI podría darle a Londres unos grandes ingresos que beneficiarán sin duda a las generaciones futuras. Participar en iniciativas internacionales como la 3SI demostraría que, aunque el Reino Unido ha abandonado la UE, no ha dejado Europa y el intensificar nuestra cooperación con estos países podría contribuir a garantizar unas condiciones comerciales más favorables para el Reino Unido. Por lo que impulsar la Iniciativa de la 3SI ayudará a profundizar nuestra relación con nuestros aliados más cercanos y garantizando la capacidad de nuestro país para responder con rapidez, solidez y eficacia a los retos y crisis que se presenten” (7).

Por lo tanto, la 3SI, además de la OTAN y los otros acuerdos bilaterales, es una plataforma para ampliar la influencia transatlántica en Europa Oriental, haciendo que los principales actores de Europa Occidental – Francia y Alemania – continúen siendo periféricos, mientras que Gran Bretaña se beneficia de las actuales circunstancias. La Iniciativa del 3SI busca eliminar la competencia que representan Rusia y China mediante la promoción artificial de la rusofobia (y la sinofobia) en toda Europa del Este.

Notas:

1. https://danielkawczynski.pl/2017/12/30/daniel-kawczynski-after-we-escape…

2. https://danielkawczynski.pl/2019/09/05/daniel-writes-a-letter-to-the-us-…

3. https://twitter.com/DKShrewsbury/status/1192904874104631296

4. https://capx.co/global-britain-must-seize-the-opportunities-of-the-three…

5. https://3seas.eu/

6. https://emerging-europe.com/wp-content/uploads/2021/09/Report-on-the-Three-Seas-Initiative.pdf

7. https://rusi.org/explore-our-research/publications/commentary/strengthening-european-unity-three-seas-initiative

FUENTE: GEOPOLITICA.RU

Por Jean Pisani-Ferry / París

Desde el asunto Huawei hasta la controversia Aukus y más allá, hay una nueva realidad que sacude la economía global: la toma geopolítica de la economía internacional, generalmente hostil. Es posible que este proceso apenas haya comenzado, y el desafío ahora es aprender a vivir con él.
Por supuesto, la economía y la geopolítica no eran campos completamente separados. El sistema económico liberal después de la Segunda Guerra Mundial fue diseñado por economistas, pero sobre la base de un plan maestro elaborado por estrategas de política exterior. Los legisladores estadounidenses de la posguerra sabían lo que querían: lo que el informe del Consejo de Seguridad Nacional de 1950 llamó “un entorno global en el que el sistema estadounidense pueda sobrevivir y prosperar”. En su opinión, la prosperidad del mundo libre era el conducto (finalmente exitoso) para contener y posiblemente derrotar al comunismo soviético, y el orden liberal era el conducto para esa prosperidad.
Pero aunque el objetivo final era geopolítico, las relaciones económicas internacionales durante 70 años se formaron de acuerdo con sus propias reglas. En ocasiones, las decisiones concretas estaban sesgadas por la geopolítica: para Estados Unidos, brindar asistencia financiera del FMI a México no era lo mismo que brindarla a Indonesia. Sin embargo, los principios que rigen la política comercial o cambiaria eran puramente económicos.
El fin de la Guerra Fría adelantó temporalmente a los economistas. Durante tres décadas después de eso, los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales creyeron que estaban gobernando el mundo. Como señalaron Jake Sullivan (ahora asesor de seguridad nacional del presidente estadounidense Joe Biden) y Jennifer Harris en 2020, la gestión de la globalización se ha delegado a una “pequeña comunidad de expertos”. Una vez más, había un objetivo geopolítico principal: de la misma manera que la apertura económica contribuyó al colapso de la Unión Soviética, se esperaba que condujera al acercamiento de China al modelo occidental. Pero por lo demás, la intervención siguió siendo limitada.
El ascenso de China y su creciente rivalidad con Estados Unidos puso fin a esta era. Con el fracaso de la convergencia a través de la integración económica, la geopolítica volvió a cobrar protagonismo. El enfoque de Biden en el desafío chino y su decisión de no deshacer las restricciones comerciales impuestas por su predecesor, Donald Trump, subrayan que Estados Unidos ha entrado en una nueva era en la que la política exterior se ha apoderado de la economía.
En China, no hubo necesidad de tal adquisición. Aunque los líderes del país habitualmente hablan de labios para afuera sobre el pluralismo, tanto sus tradiciones históricas como su filosofía de gobernanza enfatizan el control político sobre las relaciones económicas domésticas y especialmente extranjeras. La Iniciativa Transnacional de la Franja y la Ruta ejemplifica este modelo: como Anna Gilburn y los coautores de la Universidad de Georgetown documentaron recientemente, los contratos de préstamo chinos para financiar proyectos de infraestructura en países en desarrollo son opacos, tienen condiciones políticas y excluyen explícitamente la reestructuración de la deuda a través de acciones multilaterales.
Incluso en Europa, donde la creencia en la primacía de la economía estaba más firmemente establecida, las cosas estaban comenzando a cambiar. El agitador populista estadounidense Steve Bannon declaró con desdén en 2018: “El corazón palpitante del proyecto de globalización está en Bruselas”. De hecho, esto era cierto: la primacía de las reglas generales sobre la discreción estatal es parte del ADN de Europa. Pero la Unión Europea también está despertando ahora a la nueva realidad. Ya en 2019, la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen habló sobre el liderazgo de una “comisión geopolítica”.
La pregunta es qué significa realmente este enfoque geopolítico renovado. La mayoría de los expertos en política exterior imaginan las relaciones internacionales como un juego de poder. Sus modelos implícitos a menudo asumen que la ganancia de un país es la pérdida de otro. Por otro lado, los economistas están más preocupados por consolidar las ganancias obtenidas por las transacciones transfronterizas o la acción conjunta de todas las partes. Su concepto normativo de las relaciones económicas internacionales prevé que los actores independientes celebren voluntariamente acuerdos mutuamente beneficiosos.
En un artículo de 2019, Sullivan y Kurt Campbell (que ahora dirige la política de Asia en el Consejo de Seguridad Nacional de Biden) describieron un plan para la “competencia sin desastres” entre Estados Unidos y China. Su esquema combinaba un comercio integral con China, la formación de un club de democracias de mercado profundamente integradas (el acceso al cual está condicionado a la armonización económica) y una secuencia de políticas en la que la competencia con China es la opción predeterminada, con la cooperación condicionada por el buen comportamiento de China. . También rechazaron cualquier asociación entre las concesiones y la cooperación de Estados Unidos en la gestión de bienes comunes globales como el clima.
Esta sería una estrategia obvia, pero la administración Biden aún no ha dejado en claro si tiene la intención de seguirla. Los problemas económicos de la clase media estadounidense y la reticencia interna persistente resultante a abrir el comercio van en contra de los objetivos geopolíticos y dificultan la lectura de las intenciones de Estados Unidos. Pueden ser los tipos de política exterior que predominan sobre los economistas, pero la política interior que predomina, y la claridad mental no es lo que dirige el trabajo.
Mientras tanto, China se ha negado rotundamente a separar la cooperación climática de la discusión más amplia entre Estados Unidos y China, y recientemente engañó a Estados Unidos al solicitar unirse al Acuerdo Integral y Progresista para la Asociación Transpacífica, un pacto comercial regional anunciado por el presidente. Barack Obama diseñó para aislar a China, pero Trump decidió renunciar. En lugar de estar aislada, China está tratando de superar a Estados Unidos.
Paradójicamente, Europa se está acercando a definir su posición. Ella todavía cree en las reglas universales y da prioridad a persuadir a los socios para que las negocien y las hagan cumplir, pero está lista para actuar por su cuenta. La frase “autonomía estratégica abierta”, la nueva palabra de moda, sonaba como un oxímoron. Pero la UE ahora parece saber lo que eso significa: en palabras de la funcionaria comercial de la UE, Sabine Weyand, “trabajar con otros donde podamos, y trabajar de forma independiente donde sea necesario”. En un mundo más geopolítico, esto podría convertirse en el dogma de Europa. Sindicato del proyecto


FUENTE: https://www.detoque.net/la-conquista-geopolitica-de-la-economia/

Nuestro colaborador de Dossier Geopolitico Eduardo Bonugli, desde Madrid nos hace una descripción totalmente distinta a las “explicaciones políticamente correctas” del porqué del desmesurado aumento del precio de la energía en los últimos tiempos en la Unión Europea. Y demostrando que la privatización y desmantelamiento del Estado de Bienestar que regia en Europa post la Segunda Guerra Mundial que fue anulado, en beneficio  de los grandes capitales que se apoderaron del manejo de áreas fundamentales de la soberanía de los pueblos, es el responsable de la actual situacion. Bonugli nos explica cómo es el accionar de estos oligopolios con la protección política de Bruselas y de la Justicia Comunitaria.

Por ello decimos como dijo en su momento el Presidente Clinton: “es la economía, Estupido.

En este caso decimos: “Es el MERCADO, Estupido” 

AUDIO

16 años promoviendo semanalmente la Geopolitica; Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

Eje Central:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) 

AUDIO:

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, presenta la columna de geopolítica del Club de La Pluma, tratando los siguientes temas: -Las recientes elecciones en Alemania. -La proliferación de las armas nucleares. -Su conferencia en el III Congreso Internacional de Seguridad en la Universidad Nacional de Villa María (Arg.) y el -Narcotráfico y Crimen Organizado. 

Y comienza analizando el virtual empate electoral en Alemania, que obliga a forzosas alianzas electorales, con el riesgo cierto de una parálisis del gobierno, sobre todo en las decisiones estratégicas que debe tomar Alemania como motor de la Unión Europea y ante la postura estadounidense de relegar, al priorizar su frente del Pacífico (Anti China), con Inglaterra y socios de la Commonwealth. 

Luego aborda el tema del armamento nuclear global, que alcanza ya la cifra catastrófica de 14.000 explosivos nucleares en manos de las potencias, lo cual aseguraría la destrucción completa de la humanidad si estallase un conflicto. Y pone en tela de juicio los discursos de las grandes potencias sobre limitar sus arsenales y frenar una carrera armamentística, como lo demuestra el tratado AUKUS sobre submarinos nucleares entre EEUU, RU y Australia o el lanzamiento de un misil hipersónico por parte de Corea del Norte. Un panorama mucho más complicado que cuando se disolvió la Unión Soviética, por el reverdecer de conflictos entre las superpotencias, mientras dirimen el poder en el mundo.

A continuación, nuestro director hace una síntesis de su reciente conferencia en el Tercer Congreso de Seguridad de la Universidad Nacional de Villa María -Argentina- sobre Seguridad y Geopolítica. Una disertación que fue más allá de los aparatos represivos del estado y que abarcó la seguridad alimentaria, la seguridad económica, la seguridad industrial, la seguridad informática, y otras múltiples variantes que incluyen la  transcendental problemática del narcotráfico, mientras nos invita a “Conocer al Enemigo”  lo que significa investigar, profundizar y analizar todos los puntos de tan importante cuestión. 

Y para “Conocer al Enemigo”, Carlos rescata un informe suyo del año 2011 sobre la Geopolítica del Narcotráfico, con la desclasificación de 8.000 documentos norteamericanos reservados, sobre la utilidad de las drogas en sus operaciones internacionales, como  en “Las Contras Nicaragüense – Iraní” y nos recuerda que los mismos aviones que llevaban armas y tropas desde EEUU al sitio del conflicto, regresaban cargados de droga. La Mafia y el Crimen Organizado de hoy existe porque los criminales entendieron que era mejor trabajar bajo la protección de las autoridades corruptas.

A continuación nos hace viajar por la historia, con datos y argumentos de cuando Inglaterra desencadenó la Guerra del Opio contra China por el fabuloso negocio de imponer la droga en ese país, y como forma de control, de invasión y de dominio geopolítico. Y la Mafia se empoderó hace 100 años -1920 “Ley seca”- Y También de la coordinación con la mafia con la OSS la futura CIA para controlar los Puertos, los Sindicatos de los mismos para evitar, Huelgas, atentados, sabotajes y espionaje de parte del EJE durante la segunda guerra mundial y el apoyo “Aliado” a la invasión a Sicilia con el guiño de “los capos” locales. También de cómo potenció el cultivo de amapola en México para sus soldados, que se prolongó hasta las guerras de Corea y Vietnam y del traslado de esa producción a Tailandia, Laos y Birmania. (Triángulo de Oro). Y la invasión del mayor productor de Opio del mundo (85%) Afganistán en 2001, donde había 70.000 hectáreas dedicadas a la producción del opio, contra las 250.000 que hay ahora. 

Para finalizar, Pereyra Mele habla de las consecuencias del asunto sobre Latinoamérica, con el 8 % de la población mundial y siendo la región más desigual y más violenta del planeta, con el mayor número de asesinatos por el narcotráfico y del crimen organizado, mientras detalla el drama de cada uno de los países más afectados. 

Y se despide con algunas reflexiones, como que: -El problema está donde se lava el dinero y en los grupos financieros internacionales que lo permiten; -Que “El Enemigo” ha encontrado el modo de operar dentro de una cobertura estatal, -Y que la corrupción es el alma de toda esta espurrea criminalidad organizada, entre otras problemáticas. 

Eduardo Bonugli (Madrid, 03/10//21)

Con la pandemia del coronavirus, el cambio climático y la crisis económica global como temas de cabecera para todos los participantes, ha iniciado la 76ª Asamblea General de la ONU. Estos temas afligen a todos en general. Hay otros, que afligen de forma más particular, y que tienen que ver con la guerra intestina de Occidente desatada por EEUU.

AUDIO:

La ONU huele a traición

EEUU y sus socios occidentales tienen que zanjar sus propias cuentas pendientes a causa de recientes cuchilladas traperas que Biden repartió a sus principales socios occidentales por igual: a gran parte de Europa por la estampida que provocó en Afganistán; y justo al borde del inicio de esta cumbre, con la formación de la alianza militar AUKUS, junto a Reino Unido y Australia. Los márgenes de esta Asamblea General de la ONU, tal vez sean un aperitivo de lo que esté por venir.La presente edición de esta cumbre «viene a demostrar que todas estas creaciones post Segunda Guerra Mundial están pasando por un momento de crisis profundísima de identidad y de posibilidad de continuar siendo la estructura para la que supuestamente fue creada, que eran mantener un orden internacional, garantizar que no hubiera conflictos armados, y frenar los despliegues de algunas potencias que podrían ser agresoras para el resto del mundo», advierte el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereira Mele.En opinión del experto, «en la práctica hemos visto que todo este objetivo que se plantearon los ganadores de la Segunda Guerra Mundial se ha ido diluyendo en el tiempo, y que prácticamente hoy en día es un club social».

El show de Bolsonaro y del ‘sheriff’ de Nueva York

Antes de comenzar el circo, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, hizo su stand-up particular: negacionista declarado, y no inoculado contra el coronavirus, llegó a una ciudad donde no puede entrar a ningún lado ni a pedir un vaso de agua, sin que le pidan el pasaporte Covid.Así las cosas, el mandatario terminó, como cualquier neoyorquino, comiendo pizza de pie en la calle –algo celebrado en Twitter– ya que los restaurantes de la Gran Manzana le prohibieron el ingreso. Pero la anécdota no quedó en la intimidad doméstica que comparte con su círculo. La cosa llegó a las más altas esferas de Nueva York.Así, el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, disparó metralla contra Bolsonaro: «Si no quiere vacunarse, no se moleste en venir aquí. Tenemos que mandar un mensaje a todos los líderes mundiales, incluido más notablemente a Bolsonaro, de Brasil, de que, si quieres venir aquí, tienes que estar vacunado».Entonces, el Ayuntamiento neoyorquino se metió de cabeza en la trifulca: arrogándose patente de corso –por otra parte algo común en cualquier mandatario del país norteamericano–, como un sheriff del mundo en miniatura, comunicó a la ONU que, según las normas municipales, cualquier persona que quiera ingresar al hemiciclo de la Asamblea debería presentar su prueba de vacunación.Y aunque comulga con ese salmo, el organismo lo mandó a tomar viento fresco. Ha dejado claro que el alcalde de Nueva York no tiene autoridad ninguna para exigir algo así a los jefes de Estado y de Gobierno: no puede imponer sus normas en la sede de la ONU, dado su estatus especial, es decir: el terreno donde se encuentra la sede de la ONU, no es territorio de EEUU, sino que es de todos los países que la integran. Un símil a lo que pasa con las Embajadas de cada país.Pereira Mele cree que esta primera reunión presencial tras el inicio de la pandemia es una clara demostración de que la ONU se ha convertido en un club. «Ver la actitud patética de un Bolsonaro teniendo que comer en la calle porque no lo dejan entrar en un restaurante porque no está vacunado, por ejemplo. Esto nos demuestra evidentemente esas contradicciones en las que se está viviendo en este período en que la pandemia parece mostrar una baja en los niveles de agresividad de la enfermedad».

Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele en los Estudios Centrales de Radio Sputnik Moscu