Ucrania forma parte y es prolegómeno de la guerra fría actual contra China en Asia Oriental

Por Rafael Poch 9/11/2022 para CTXT

Desde hace algún tiempo y con una periodicidad aproximada de una vez por mes, fuerzas aeronavales de Estados Unidos entran, demostrativa y provocativamente, en el estrecho de Taiwán, mientras que las fuerzas chinas responden con diversos movimientos militares que van desde incursiones aéreas hasta lanzamiento de misiles. La conclusión es clara: no solo estamos en una “guerra fría” en Asia Oriental, sino que el peligro de un conflicto militar abierto es muy serio. Si bien nadie lo desea, muchos “expertos” (frecuentemente vinculados al complejo militar-industrial) lo consideran “inevitable”, y todos se acercan físicamente a dicho conflicto por el mero hecho de poner a sus fuerzas armadas permanentemente en contacto. 

Como el último documento oficial de la doctrina militar de Estados Unidos, recién publicado, relaciona directamente en un mismo paquete lo que ocurre entre Ucrania y Rusia con el pulso con China, y estima que esta es la dimensión principal de todo ello, es obligado preguntarse cómo hemos llegado a esto. ¿Qué ha pasado?  

Para responder hay que observar el marco general de varias décadas de “éxito chino”.

El éxito

La integración de China en la globalización, entendida en este caso como el seudónimo del dominio mundial de Estados Unidos, contenía implícitamente como consecuencia la conversión de China en vasallo de Occidente. 

El propósito era presionar a China para que aplicara las reformas estructurales definidas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, abriera totalmente sus mercados a las empresas occidentales y que la integración de las élites chinas en su globalización acabara dando lugar a una forma de gobierno subalterno más aceptable para Occidente que la del Partido Comunista Chino.

Para comprar un solo avión Boeing a Estados Unidos, China debía producir cien millones de pares de pantalones. 

Desde la normalización de relaciones chino-soviéticas en mayo de 1989, China disfrutó de treinta años de tranquilidad exterior

No estaba previsto que jugando en el terreno diseñado por otros, China torciera aquel propósito. El “milagro chino” fue usar una receta occidental diseñada para su sometimiento para fortalecerse de forma autónoma e independiente. Lo hizo poniendo condiciones y restricciones a la entrada del capital extranjero en China y, sobre todo, manteniendo un control bien firme de las riendas del proceso. Lo consiguió porque, gracias al bajo precio y alta eficacia de la mano de obra en China, los capitalistas y empresarios extranjeros hicieron enormes beneficios en la “fábrica del mundo” y eso apaciguó y moderó a sus gobiernos.

China aprovechó esa integración en la globalización para desarrollarse, aprender y adquirir tecnología. 

Los resultados están a la vista y son extraordinarios en todos los órdenes; en términos de incremento en la esperanza media de vida, eliminación de pobreza, PIB (recordemos que en 1980 el peso de China en el PIB global era de 2,3% y hoy es de 18,5%), instrucción, ciencia y tecnología, fortaleza militar, grandes empresas, sin olvidar, naturalmente, el gran progreso en dañinas emisiones ambientales. Todo eso entrará en los manuales de historia y economía del futuro.

Ante este resultado, un conocido comentarista americano (Fareed Zakaria, de la CNN) expresó así su desconcierto:

“La estrategia produjo complicaciones y complejidades que desembocaron en una China más poderosa que no respondía a las expectativas occidentales”, es decir, a la expectativa de que, en el proceso, China se convertiría en subalterna.

Todo esto ocurrió en los 30 años anteriores, pero la crónica de los últimos años añadió aún más ansiedad a la situación. La crisis financiera global de 2008, genuino detritus de la economía de casino con centro en Estados Unidos, ofreció la primera gran evidencia de debilidad occidental y de los peligros que contiene la no regularización del sector financiero, así como el hecho general de que el capital mande sobre los gobiernos y no al revés. China gobernó la crisis mucho mejor, como había pasado ocho años antes con el estallido de la burbuja puntocom.

Autoeliminada la URSS como gran adversario, la mirada de los estrategas de EE.UU. se empezó a dirigir a China, pero el 11-S colocó en el centro al terrorismo yihadista

Antes, las desastrosas consecuencias de las guerras que se han encadenado desde los atentados del 11-S de 2001, con más de tres millones de muertos, unos cuarenta millones de desplazados y varias sociedades y Estados destruidos, hicieron patente una gigantesca irresponsabilidad por parte de la primera potencia mundial. La retirada de Estados Unidos del acuerdo sobre cambio climático y la mala gestión de la crisis de la pandemia en Occidente (en comparación, no solo con China, sino con el conjunto de Asia oriental) incrementaron esa evidencia de desbarajuste. Así que, ante este panorama, la respuesta de Estados Unidos ha sido la presión militar y las sanciones.

La respuesta

Desde la normalización de relaciones chino-soviéticas en mayo de 1989, China disfrutó de treinta años de tranquilidad exterior que le permitieron concentrarse en su desarrollo. 

Autoeliminada la URSS como gran adversario, en los noventa, la mirada de los estrategas de Washington se empezó a dirigir a China, pero el 11-S neoyorkino colocó en el centro al terrorismo yihadista (otro resultado de la mala política anterior que se volvía contra sus autores) y ofreció a China una prórroga de diez años: diez años más de relativa tranquilidad.

En 2012, Obama anuncia el Pivot to Asia: trasladar al Pacífico el grueso de la fuerza militar aeronaval de Estados Unidos, para estrechar el cerco militar alrededor de China. 

Los chinos reaccionaron poniéndose el cinturón de seguridad: fortaleciendo la autoridad del partido en todos los órdenes y el liderazgo personal en su dirección colectiva. 

Pero sobre todo, en 2013 China anunció la Nueva Ruta de la Seda (Belt & Road Initiative), una ambiciosa estrategia global para salir del cerco y exportar sobrecapacidad. Es decir una estrategia a la vez geopolítica y económica. 

Con Trump el cambio de clima fue brusco, en especial cuando el secretario de Estado, Michael Pompeo, apeló al cambio de régimen en China

La Nueva Ruta de la Seda es un esfuerzo de varias décadas de duración con una financiación astronómica (de 4 a 8 billones de dólares), encaminado a establecer una red geoeconómica internacional de apoyo que integre económica y comercialmente al 70% de la humanidad a través de Eurasia. Sin necesidad de recordar las tesis de Halford Mackinder que ahora se desempolvan, eso erosiona, necesariamente, el poder mundial de Estados Unidos en el hemisferio. También complica sobremanera cualquier propósito de cerco a una potencia que, sin ser “amiga”, ni “aliada”, ni “líder de bloque”, es socia positiva de casi todas las naciones.

El objetivo implícito de la Nueva Ruta de la Seda, en palabras de Henry Kissinger, es nada menos que “trasladar el centro de gravedad del mundo desde el Atlántico al Pacífico”. A su lado el histórico Plan Marshall queda como algo pequeño…

Guerra fría

Con Donald Trump el cambio de clima fue brusco, en especial cuando en su discurso de julio de 2020 el secretario de Estado, Michael Pompeo, apeló abiertamente al cambio de régimen en China, señalando directamente al Partido Comunista Chino como el “principal enemigo de Estados Unidos”. 

Pese a la inusitada división del establishment americano, la política de sanciones comerciales y presión militar contra China tiene un amplio consenso en las dos facciones del régimen de Estados Unidos.

Esto ya es una guerra fría abierta, con fuertes campañas de propaganda y demonización del adversario. Con Biden asistimos a una escalada de la tensión con Taiwán, principal productor mundial de semiconductores, en el centro del escenario.

Desde 1978 el reconocimiento del principio de “una sola China”, es decir, que Taiwán forma parte de ella, así como la Taiwán Relations Act (TRA) de 1979, fueron el fundamento de la relación bilateral en ese ámbito.

La política de sanciones comerciales y presión militar contra China tiene un amplio consenso en las dos facciones del régimen de EE.UU.

El contenido de la TRA era ambiguo: aunque la isla pertenecía a China, se contemplaba el suministro de “armas defensivas” a Taiwán y se decía que cualquier intento de que Pekín resolviese por la fuerza la secesión sería motivo de “grave preocupación”. Es decir: no se decía “ayudaremos militarmente a Taiwán si hay conflicto”. 

Ahora sí se dice. Lo ha dicho Biden cuatro o cinco veces. Además, toda la acción de EE.UU dibuja un provocador replanteamiento que John Ross expone así en Tricontinental (publicado en castellano por El Salto): 

a) Por primera vez desde el comienzo de las relaciones diplomáticas entre China y Estados Unidos, Biden invitó a un representante de Taipéi a la toma de posesión del presidente de EE.UU.

b) La presidenta del Congreso, Nancy Pelosi –la tercera funcionaria estadounidense de mayor rango en el orden de sucesión presidencial– visitó Taipéi el 2 de agosto de 2022.

c) Estados Unidos ha pedido la participación de Taipéi en Naciones Unidas.

d) Estados Unidos ha intensificado la venta de armas y equipo militar a la isla.

e) Han aumentado las delegaciones estadounidenses que visitan Taipéi.

f) Las Fuerzas Especiales de EE.UU. han entrenado tropas terrestres y de la marina de Taiwán.

g) Estados Unidos ha incrementado su despliegue militar en el mar de China Meridional y ha enviado regularmente buques de guerra a través del estrecho de Taiwán. 

Al igual que en Ucrania con su integración de facto en la OTAN y su conversión en un ariete militar contra Rusia desde 2014, este fin de la ambigüedad con Taiwán supone que Washington cruza una línea roja histórica de China. Y como en Ucrania, en el entorno geográfico más inmediato del adversario. Además, Estados Unidos está presionando a otros países del entorno chino: Australia, India, Japón, Corea del Sur, (también Inglaterra y la propia UE) a sumarse a las sanciones y coaliciones militares, de la misma forma en que ha hecho en Europa con Ucrania. 

Igual que en Ucrania, en la crisis de Taiwán no hay interés en negociaciones para resolver las tensiones con un paso atrás, ni para prevenir choques militares accidentales, ni para reducir riesgos en general.

La estrategia de seguridad americana afirma que la guerra de Ucrania, y la debilidad de Rusia que aprecia en ella, confirman que China representa “la principal amenaza, como único competidor dotado del suficiente poder económico, militar y político necesario para replantear el orden internacional”. Para ello llama a revitalizar la red de alianzas que reste capacidad de maniobra a China. Eso es lo que se está haciendo.

Se ha logrado convertir a la UE en vasallo, e integrarla en esa guerra fría contra su principal socio comercial (China), lo que perjudica gravemente a su propia economía

La guerra de Ucrania que, desde luego, China no quería, está dirigida a impedir militarmente la integración euroasiática, que es un eje fundamental de la gran estrategia china de la Nueva Ruta de la Seda. El atentado contra los gasoductos del Báltico son la mejor ilustración de esa acción por romper nexos vitales y debe ser leído en ese contexto. Desde ese punto de vista, Ucrania forma parte y es prolegómeno de la guerra fría actual contra China en Asia Oriental. 

De momento, y aunque ese vector pueda presentar problemas en el futuro, se ha logrado convertir a la Unión Europea en vasallo, e integrarla en esa guerra fría contra su principal socio comercial (China), lo que perjudica gravemente a su propia economía.

La conciencia de todo ello explica la posición de China en esta guerra, su postura de que “la seguridad europea debe ser decidida por los europeos” (Xi Jinping a Olaf Scholz en mayo), y su oposición a las sanciones contra Rusia, meridianamente expuesta en abril por la comentarista de la televisión china, Liu Xin: “Nos dicen, ayúdame a luchar contra tu socio ruso para que luego pueda concentrarme mejor contra ti”. 

“La era de la posguerra fría ha concluido definitivamente y está en marcha una competición entre las principales potencias para dar forma a lo que vendrá a continuación”, escribe el presidente Biden en la introducción al documento Estrategia de seguridad nacional de 2022, recién publicado. “China es el único competidor con intención de redefinir el orden internacional que dispone de las capacidades para hacerlo”, dice. 

La elocuente Ursula von der Leyen, la “presidenta americana de Europa”, según la revista estadounidense Politico, reconoce la unidad de todo el paquete y la beligerancia europea en él cuando afirma que “la guerra de Ucrania no es solo una guerra europea, es una guerra por el futuro del mundo por lo que el ámbito de Europa solo puede ser el mundo entero”. 

Rafael Poch
Rafael Poch-de-Feliu (Barcelona) fue corresponsal de La Vanguardia en Moscú, Pekín y Berlín. Autor de varios libros; sobre el fin de la URSS, sobre la Rusia de Putin, sobre China, y un ensayo colectivo sobre la Alemania de la eurocrisis.

Fuente: https://ctxt.es/es/20221101/Firmas/41256/Rafael-Poch-China-Estados-Unidos-Ucrania-Rusia-Asia-potencias.htm#md=modulo-portada-bloque:4col-t2;mm=mobile-big

Pepe Escobar  The Saker  3 de Noviembre

Después de que el ataque militar occidental a Sebastopol detuviera brevemente los transportes de grano rusos, Moscú está de vuelta en el negocio con una mano más fuerte y términos más favorables.

Entonces, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, levanta el teléfono y llama a su homólogo ruso, Vladimir Putin: hablemos del “acuerdo de granos”. Putin, sereno, tranquilo y sereno, explica los hechos al sultán:

Primero, la razón por la cual Rusia se retiró del acuerdo de exportación de granos.

En segundo lugar, cómo Moscú busca una investigación seria sobre el ataque -terrorista- a la flota del Mar Negro, que a todos los efectos prácticos parece haber violado el acuerdo.

Y tercero, cómo Kiev debe garantizar que mantendrá el acuerdo, mediado por Turquía y la ONU.

Solo entonces Rusia consideraría volver a la mesa.

Y luego, hoy, 2 de noviembre, el golpe de efecto: el Ministerio de Defensa (MoD) de Rusia anuncia que el país ha vuelto al acuerdo de cereales del Mar Negro, después de recibir las garantías escritas necesarias de Kiev.

El Ministerio de Defensa, de manera bastante diplomática, elogió los «esfuerzos» tanto de Turquía como de la ONU: Kiev se compromete a no utilizar el «Corredor Marítimo Humanitario» para operaciones de combate, y solo de acuerdo con las disposiciones de la Iniciativa del Mar Negro.

Moscú dijo que las garantías son suficientes “por el momento”. Lo que implica que siempre puede cambiar.

Todos se elevan a la persuasión del sultán.

Erdogan debe haber sido extremadamente persuasivo con Kiev. Antes de la llamada telefónica a Putin, el Ministerio de Defensa ruso (MoD) ya había explicado que el ataque a la Flota del Mar Negro fue realizado por 9 drones aéreos y 7 drones navales, más un dron de observación estadounidense RQ-4B Global Hawk que acechaba en el cielo sobre aguas neutras.

El ataque ocurrió al amparo de barcos civiles y tuvo como objetivo barcos rusos que escoltaban el corredor de granos en el perímetro de su responsabilidad, así como la infraestructura de la base rusa en Sebastopol.

El Ministerio de Defensa designó explícitamente a los expertos británicos desplegados en la base de Ochakov en la región de Nikolaev como los diseñadores de esta operación militar.

En el Consejo de Seguridad de la ONU, el representante permanente Vassily Nebenzya se declaró “sorprendido” de que los líderes de la ONU “no solo no condenaran, sino que incluso no expresaran su preocupación por los ataques terroristas”.

Después de afirmar que la operación de Kiev organizada por los británicos en la Flota del Mar Negro “puso fin a la dimensión humanitaria de los acuerdos de Estambul”, Nebenzya también aclaró:

    “Entendemos que la Iniciativa de Granos del Mar Negro, que Rusia, Turquía y Ucrania acordaron bajo la supervisión de la ONU el 22 de julio, no debe implementarse sin Rusia, por lo que no consideramos las decisiones que se tomaron sin nuestra participación como Unión.»

Esto significa, en la práctica, que Moscú “no puede permitir el paso sin trabas de los buques sin nuestra inspección”. La pregunta crucial es cómo y dónde se llevarán a cabo estas inspecciones, ya que Rusia advirtió a la ONU que definitivamente inspeccionará los buques de carga seca en el Mar Negro.

La ONU, por su parte, trató en el mejor de los casos de poner cara de valiente, creyendo que la suspensión de Rusia es “temporal” y esperando dar la bienvenida a “su equipo altamente profesional” al Centro de Coordinación Conjunta.

Según el jefe humanitario Martin Griffiths, la ONU también proclama estar “lista para abordar las preocupaciones”. Y eso tiene que ser pronto, porque el acuerdo llega a su punto de extensión de 120 días el 19 de noviembre.

Bueno, «abordar las preocupaciones» no es exactamente el caso. El Representante Permanente Adjunto de Rusia, Dmitry Polyansky, dijo que en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, las naciones occidentales simplemente no podían negar su participación en el ataque de Sebastopol; en cambio, simplemente culparon a Rusia.

Todo el camino a Odessa

Antes de la llamada telefónica con Erdogan, Putin ya había señalado que “el 34 por ciento del grano exportado en virtud del acuerdo va a Turquía, el 35 por ciento a los países de la UE y solo el 3-4 por ciento a los países más pobres. ¿Es esto por lo que hicimos todo?

Eso es correcto. Por ejemplo, 1,8 millones de toneladas de cereales fueron a España; 1,3 millones de toneladas a Turquía; y 0,86 millones de toneladas a Italia. Por el contrario, solo 0,067 toneladas se destinaron a Yemen «hambriento» y 0,04 toneladas a Afganistán «hambriento».

Putin dejó muy claro que Moscú no se retiraba del acuerdo de granos, sino que sólo suspendía su participación.

Y como otro gesto de buena voluntad, Moscú anunció que enviaría 500.000 toneladas de grano de forma gratuita a las naciones más pobres, en un esfuerzo por reemplazar la cantidad total que Ucrania debería haber podido exportar.

Durante todo este tiempo, Erdogan maniobró hábilmente para transmitir la impresión de que estaba ocupando un terreno más alto: incluso si Rusia se comporta de manera «indecisa», como lo definió, seguiremos adelante con el acuerdo de granos.

Entonces, parece que Moscú estaba siendo puesto a prueba por la ONU y por Ankara, que resulta ser el principal beneficiario del acuerdo de granos y claramente se está beneficiando de este corredor económico. Los barcos continúan saliendo desde Odessa hacia puertos turcos, principalmente Estambul, sin el consentimiento de Moscú. Se esperaba que fueran «filtrados» por Rusia cuando regresaran a Odessa.

El medio de presión rusa inmediato se desató en poco tiempo: evitar que Odessa se convirtiera en un nodo de infraestructura terrorista. Esto significa visitas constantes de misiles de crucero.

Bueno, los rusos ya han “visitado” la base de Ochakov ocupada por Kiev y los expertos británicos. Ochakov, entre Nikolaev y Odessa, se construyó en 2017, con aportes estadounidenses clave.

Las unidades británicas que participaron en el sabotaje de Nord Streams -según Moscú- son las mismas que planificaron la operación Sebastopol. Ochakov es constantemente espiado y, a veces, expulsado de las posiciones que los rusos despejaron el mes pasado a solo 8 km al sur, en el extremo de la península de Kinburn. Y, sin embargo, la base no ha sido totalmente destruida.

Para reforzar el “mensaje”, la verdadera respuesta al ataque a Sebastopol ha sido las implacables “visitas” de esta semana a la infraestructura eléctrica de Ucrania; si se mantiene, prácticamente toda Ucrania pronto se sumergirá en la oscuridad.

Cerrando el Mar Negro

El ataque a Sebastopol puede haber sido el catalizador que condujo a un movimiento ruso para cerrar el Mar Negro, con Odessa convertida en una prioridad absoluta para el ejército ruso. Hay serios rumores en toda Rusia sobre por qué Russophone Odessa no había sido objeto de un ataque preciso antes.

La infraestructura superior para las Fuerzas Especiales de Ucrania y los asesores británicos se encuentra en Odessa y Nikolaev. Ahora no hay duda de que estos serán destruidos.

Incluso con el acuerdo de granos en teoría de nuevo en marcha, es inútil esperar que Kiev cumpla con cualquier acuerdo. Después de todo, todas las decisiones importantes las toman Washington o los británicos en la OTAN. Al igual que bombardear el Puente de Crimea y luego los Nord Streams, el ataque a la Flota del Mar Negro fue diseñado como una seria provocación.

Sin embargo, los brillantes diseñadores parecen tener un coeficiente intelectual más bajo que las temperaturas del refrigerador: cada respuesta rusa siempre hunde a Ucrania más profundamente en un agujero ineludible, y ahora literalmente negro.

El acuerdo de granos parecía ser una especie de ganar-ganar. Kiev no volvería a contaminar los puertos del Mar Negro después de que fueran desminados. Turquía se convirtió en un centro de transporte de granos para las naciones más pobres (en realidad no fue eso lo que sucedió: el principal beneficiario fue la UE). Y se suavizaron las sanciones a Rusia sobre la exportación de productos agrícolas y fertilizantes.

Esto fue, en principio, un impulso para las exportaciones rusas. Al final no funcionó porque muchos jugadores estaban preocupados por posibles sanciones secundarias.

Es importante recordar que el acuerdo de granos del Mar Negro es en realidad dos acuerdos: Kiev firmó un acuerdo con Turquía y la ONU, y Rusia firmó un acuerdo por separado con Turquía.

El corredor para los transportadores de granos tiene solo 2 km de ancho. Los dragaminas se mueven en paralelo a lo largo del corredor. Los barcos son inspeccionados por Ankara. Así que el acuerdo Kiev-Ankara-ONU sigue vigente. No tiene nada que ver con Rusia, que en este caso no escolta ni inspecciona los cargamentos.

Lo que cambia con Rusia “suspendiendo” su propio acuerdo con Ankara y la ONU es que, a partir de ahora, Moscú puede proceder de la forma que considere adecuada para neutralizar las amenazas terroristas e incluso invadir y apoderarse de los puertos ucranianos: eso no representará una violación de la tratar con Ankara y la ONU.

Entonces, en este sentido, es un cambio de juego.

Parece que Erdogan entendió completamente lo que estaba en juego y le dijo a Kiev en términos inequívocos que se comportara. Sin embargo, no hay garantía de que las potencias occidentales no presenten otra provocación en el Mar Negro. Lo que significa que tarde o temprano, tal vez para la primavera de 2023, el General Armageddon tendrá que presentar los productos. Eso se traduce como avanzar hasta Odessa

Alemania ha venido gozando de una relativa autonomía económica, aun sin tener autonomía estratégica y una geopolítica propia. Esto ha sido así hasta el último periodo de gobierno de Merkel. Alemania había logrado contener al «atlantismo» en beneficio de sus intereses.

Recuerden que el Tratado de Asociación Trasatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP) entre EEUU y la UE ( que era un tratado de libre comercio) promovido por Obama, fue desechado finalmente por iniciativa de Alemania y aprovechando la llegada de Trump a la presidencia. Alemania continuaba siendo la cabeza y el motor económico de Europa. Y esto fue de este modo hasta el 2022 cuando EEUU, en su pelea por conservar su hegemonía global, decide desacoplar la economía alemana de Rusia ( guerra de Ucrania mediante) y también trata de desacoplarla de China para convertir de esta forma a Alemania, en un subalterno y un apéndice de la economía estadounidense. Si esto ocurre Alemania pierde su condición de gran potencia económica sufriendo un peligroso proceso de desindustrialización.  Por eso el viaje relámpago del canciller Scholz a China, el principal socio comercial de Alemania, para solicitar ayuda para salvar esa relación vital con el gigante asiático. Pero el viaje de Scholz pone al descubierto una grieta en la coalición gobernante en Alemania, entre el Partido Verde y el Liberal Democrático, que son «atlantistas» y seguidores de EEUU (yo diría «activos de Washington) por un lado y el partido Socialdemócrata por otro, «grieta» que aparentemente atraviesa hoy a las elites políticas, empresariales e intelectuales de Alemania entre los que adhieren al «atlantismo» y se subordinan a la hegemonía global de EEUU y los que pretenden otro destino para Alemania. EEUU desacoplando a Alemania de Rusia y China, y subordinándola a su economía, previene que con su potencial económico Alemania arrastre a otros países europeos y puedan llegar convertir a Europa en un polo de poder dentro del mundo multipolar que emerge. Alemania es un tema para seguir Dr. A. Mitre para Dossier Geopolitico DG

EL VIAJE DE SCHOLZ A CHINA LEVANTA LOS PELOS DE PUNTA

M.K.Bhadrakumar  5 de noviembre

La diplomacia alemana presentó una vista fascinante de «contrapunto» con la ministra de Relaciones Exteriores Annalena Baerbock recibiendo a sus socios del G7 en Münster el 3 y 4 de noviembre, incluso cuando el canciller Olaf Sholz planeaba desde ScholBerlín una visita de un día a Beijing. 

La sesión de fotos mostró al secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, flanqueando a Baerbock en la mesa principal con la subsecretaria de Estado, Victoria Nuland, mejor conocida como la maestra de ceremonias en el golpe de estado de “Maidán” de 2014 en Kiev en 2014, mirando desde atrás. 

Alemania se está poniendo al día con el fotoperiodismo. En serio, la foto no podría haber capturado de manera más significativa para la audiencia mundial la doble personalidad de la diplomacia alemana mientras el actual gobierno de coalición tira en diferentes direcciones. 

Por excelencia, Baerbock ha destacado su descontento con la visita de Scholz a China reuniendo a su alrededor a los homólogos del G7 con ideas afines. Incluso según las normas de la política de coalición, este es un gesto excesivo. Cuando el máximo líder de un país está de visita en el extranjero, una muestra de disonancia socava la diplomacia. 

Del mismo modo, las contrapartes del G7 de Baerbock optaron por no esperar el regreso de Scholz a casa. Aparentemente, tienen una mente cerrada y las noticias de las discusiones de Scholz en Beijing no cambiarán eso. 

A primera hora del lunes, Scholz debería pedir la renuncia de Baerbeck. Mejor aún, esta última debería presentar su renuncia. Pero tampoco va a pasar. 

En el período previo a la visita de Scholz a China, se enfrentó a duras críticas por emprender una misión de este tipo a Beijing con una delegación empresarial de poderosos directores ejecutivos alemanes. Claramente, la Administración Biden admiraba a Baerbock y los influyentes círculos “atlantistas” integrados en la economía política de Alemania para liderar la carga. 

¿Ha mordido Scholz más de lo que podía masticar? La respuesta depende de una contrapregunta: ¿Está Scholz contemplando un legado en la gran tradición de sus predecesores en el Partido Socialdemócrata, Willy Brandt (1969-1974), Helmut Schmidt (1974-1982)? 

Esas dos figuras titánicas tomaron iniciativas pioneras hacia la antigua Unión Soviética y China, respectivamente, durante momentos decisivos de la historia moderna, desafiando las cadenas del atlantismo que frenaron la autonomía estratégica de Alemania y consignaron a ese país como un subalterno en el sistema de alianza liderado por Estados Unidos. 

La diferencia cardinal hoy es que Brandt (quien navegó por la Ostpolitik ignorando las furiosas protestas estadounidenses sobre el primer gasoducto que conecta los campos de gas soviéticos con Alemania) y Schmidt (quien aprovechó el momento para sacar provecho de la normalización entre Estados Unidos y China), y el canciller Gerhard Schroeder (1998-2005), quien amplió y profundizó la expansión de las relaciones comerciales con Rusia y estableció una relación de trabajo sin precedentes con los líderes del Kremlin, para gran irritación de Washington, fueron líderes asertivos.

Dicho de otra manera, todo depende de la voluntad colectiva de Alemania de romper   el techo de cristal de la OTAN, que Lord Ismay, el primer secretario general de la Alianza, había capturado sucintamente con la intención de “mantener fuera a la Unión Soviética, a los estadounidenses dentro y a los alemanes abajo”. .” Actualmente, la interacción de tres factores impacta la política alemana. 

Primero, la estrategia del Indo-Pacífico. No se equivoquen, la guerra de poder en Ucrania es un ensayo general para la inevitable confrontación entre EE. UU. y China por el tema de Taiwán. En ambos casos que involucran el equilibrio global estratégico, hay mucho en juego para la hegemonía global de los Estados Unidos y la multipolaridad en el orden mundial. 

Alemania tiene un papel fundamental en esta lucha trascendental, no solo en virtud de ocupar el terreno altamente volátil en el centro de Europa que también tiene restos de historia, sino también por ser la potencia económica del continente en el umbral de convertirse en una superpotencia. 

La angustia en Washington es evidente de que la visita de Scholz a China puede debilitar el diseño geopolítico de EE. UU. para repetir la impresionante hazaña de la unidad occidental sobre Ucrania si las tensiones aumentan en Asia-Pacífico y China se ve obligada a actuar. 

Por supuesto, ninguna analogía es completa, ya que es poco probable que China opte por una operación militar especial incremental de Rusia de 9 meses para “moler” al ejército taiwanés y destruir el estado ucraniano. Será una guerra mundial desde el primer día. 

Sin embargo, la analogía es completa cuando se trata de las sanciones infernales que la Administración Biden impondrá a China y el bandolerismo de confiscación de los «activos congelados» de China (que superan el billón de dólares como mínimo), además de paralizar a China. cadenas de suministro. 

Basta con decir que «hacer una Ucrania» en China es la clave para la perpetuación de la hegemonía global de EE. UU., ya que los activos financieros de China se apropian para reabastecer la economía en crisis de EE. UU. y el estatus del dólar como moneda mundial y el neo mercantilismo y el control del movimiento de capital, etc. permanece intacto. 

En segundo lugar, una gran victoria diplomática de la Administración Biden hasta ahora ha sido en la política transatlántica, donde logró consolidar su dominio sobre Europa al colocar en el centro del escenario la cuestión de Rusia. Se despertaron los temores maniqueos de los países europeos de un resurgimiento histórico del poder ruso. 

Pocos esperaban un resurgimiento ruso tan pronto después del famoso discurso del presidente Vladimir Putin en la Conferencia de Seguridad de Múnich en febrero de 2007. 

La narrativa occidental en ese momento era que Rusia simplemente carecía de la capacidad de regenerarse como una potencia global, ya que la modernización de las fuerzas armadas de Rusia era inviable. Podría decirse que toda la diplomacia de la canciller Angela Merkel hacia Rusia (2005-2021) se basó en esa narrativa fácil. 

Por lo tanto, cuando Putin anunció de manera inesperada en una reunión de la Junta del Ministerio de Defensa en Moscú el 24 de diciembre de 2019 que Rusia se ha convertido en líder mundial en armamento hipersónico y que «ningún país posee armas hipersónicas, y mucho menos armas hipersónicas de alcance continental». Occidente lo escuchó con horror no disimulado. 

El equipo de Biden aprovechó la profunda inquietud en las capitales europeas para unirlas y promover la “unidad occidental” sobre Ucrania. Pero ahora está apareciendo una pequeña grieta sobre la visita de Scholz a Berlín. Blinken se apresuró a llevar a Scholz de vuelta al redil. 

En tercer lugar, siguiendo lo anterior,   hoy ha aparecido una contradicción fundamental, ya que las “sanciones del infierno” de Occidente contra Rusia repercutieron en Europa, llevándola a la recesión. Alemania ha sido duramente golpeada y está mirando el espectro del colapso de sectores enteros de su industria, el consiguiente desempleo y la agitación social y política. 

El milagro industrial alemán se basó en la disponibilidad de un suministro de energía seguro, ilimitado y barato de Rusia, y la interrupción está causando estragos. Además, el sabotaje de los oleoductos Nord Stream descarta una reactivación del nexo energético entre Alemania y Rusia (algo que favorece la opinión pública alemana). 

Sin duda, con todos los datos disponibles del lecho marino en el Mar Báltico, Schulz debe ser muy consciente de las implicaciones geopolíticas de lo que Estados Unidos le ha hecho a Alemania. Pero no está en condiciones de crear un alboroto y, en cambio, optó por internalizar la sensación de amargura, especialmente porque Alemania se encuentra hoy en una posición humillante de tener que comprar GNL terriblemente caro de compañías estadounidenses para reemplazar el gas ruso (que EE. UU. está comercializando). en Europa a precios tres o cuatro veces superiores al precio nacional). 

La única opción que le queda a Alemania es acercarse a China en una búsqueda desesperada por reactivar su economía. Por cierto, la misión de Scholz apuntaba principalmente a la reubicación de las unidades de producción de BASF, la empresa química multinacional alemana y el mayor productor de productos químicos del mundo, en China para que sus productos siguieran siendo competitivos

Sin embargo, es muy improbable que Washington le permita a Scholz tener las manos libres. Afortunadamente para Washington, los socios de la coalición de Scholz —el Partido Verde Ecologista y los Demócratas Libres Neoliberales (FDP)— son atlantistas sin adornos y también están dispuestos a participar en el juego estadounidense. 

Brandt o Schroeder habrían contraatacado, pero Scholz no es un luchador callejero, aunque siente el gran diseño de EE. UU. para transformar a Alemania como un apéndice de la economía estadounidense e integrarla en una sola cadena de suministro. En pocas palabras, Washington espera que Alemania sea un engranaje indispensable en la rueda del Occidente colectivo. 

Mientras tanto, Washington tiene una mano fuerte, ya que el sector corporativo de Alemania también es una casa dividida con muchas empresas que están bien ubicadas para beneficiarse del cambio de modelo económico que Washington está promoviendo, mostrando renuencia a apoyar a Scholz, aunque él mismo es un canciller corporativista.

Estados Unidos es experto en aprovechar tales situaciones de «divide y vencerás». Según se informa, algunas de las empresas de alta tecnología de Alemania no aceptaron la invitación de Scholz para acompañarlo a Beijing, incluidos los directores ejecutivos de Mercedes-Benz, Bosch, Continental, Infineon, SAP y Thyssen Krupp.

En nuestra columna semanal de Geopolítica, que se difunde desde hace 16 años en la Radio del Club de La Pluma, el Director de Dossier Geopolitico DG, analiza está semana varias áreas por los grandes cambios que observamos y los denominaremos en está oportunidad “Frentes”:

Primero el Frente Europeo cada dia mas fraccionado, conflictuado y mas dividido, no solo por la Guerra de Ucrania que se direcciona a ser un País que se aproxima a sufrir una demolición programada y con una Guerra que empieza a perder presencia en los “medios” y en los fanáticos sostenedores con  ofensivas que luego se determina que son una catástrofe militar… en el mientras Rusia convoca la Embajadora de Gran Bretaña para pedir explicaciones sobre los ataques que orquestó desde Ucrania contra el NordStrand 1 y 2 y el ataque al Puerto de Sebastopol. Otra clara demostración de que Europa entra en un modelo “sálvese el que pueda”  El Canciller alemán Olaf Scholz viaja a China causando “malestar en sus socios de la OTAN y a lo que se suma la compra de un porcentaje importante del  Puerto de Hamburgo ( uno de los tres mas importantes de Europa) por parte de empresas chinas

Otro Frente activo es el del Asia Sudoriental (mal llamado “medio oriente”) con un Israel mas aislado que nunca (y con un avance de los sectores mas conservadores y religiosos que le quitaran flexibilidad negociadora con sus vecinos), y con las petromonarquías árabes cambiando de sociedades y alianzas históricas y a la que se suma una Turquía que amplia su juego geopolitico en toda la región y el incremento del poder de Irán en la misma zona y que tontamente utilizando las fake News que occidente lanza sobre la región para enemistar a los árabes con los persas. Pero los países de la zona recuerdan que hace un año EEUU/OTAN huyó de Afganistán abandonando a sus aliados a su suerte y han tomado debida nota de ello 

Otro Frente es el Financiero Global: China lanza una nueva forma de pago que cambia todo el juego de los juegos en el área de las Finanzas, con el mBridge, el innovador proyecto de pagos internacionales liderado por China

Por último y no menos importante nuestro propio Frente Americano donde tenemos varios acontecimientos en pleno desarrollo: el martes 8/11 hay mucho en juego en las elecciones de medio término de USA con la posibilidad de una gran derrota de los Demócratas por los Republicanos y de ocurrir ello. Por ejemplo: será un Biden muy disminuido si se reúne con Putin en la Reunión en Bali del G20

Tenemos otros dos grandes acontecimientos mas en nuestra zona la Reunión de los Presidentes: Petro y Maduro que desactiva la confrontación fronteriza, orquestada por los narco gobiernos “uriburistas”, pero fundamentalmente, hay dos grandes perdedores: el Plan de desestabilización de USA sobre Venezuela y que también acompaña en este desastre político a la Unión Europea que fue parte fundamental en el entramado agresivo para con el País Caribeño y que apoyando un fantasmagórico Guiado fue usado para como hacían con los piratas corsarios (durante la época colonial) quedarse con grandes riquezas y fortunas que solo son de manejo del Pueblo Venezolano y su legítimo gobierno 

Y lo mas importante es el triunfo en Brasil de Ignacion Lula Da Silva importante para los Brasileños pero también para el subcontinente suramericano, primero por la convocatoria a la Unidad Nacional muy lesionada por el discurso populista demagógico de Bolsonaro en una total sintonía con las nuevas derechas globales organizadas por Steven Bannon y es importante para relanzar un proyecto integrista serio y por fuera de todo idiologismo solo pensando en nuestro intereses nacionales y regionales en un Mundo en fuerte choque con una guerra híbrida global en pleno desarrollo….

Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico DG

Un Biden desconcertado que saluda a fantasmas enfrenta una eleccion dificilisima de medio termino, que marcaran grandes cambios globales

 

Una imagen que desactiva un lustro largo de enfrentamientos esteriles ocacionados por EEUU y sus socios uriburistas contra la Republica de Venezuela
Un «Lula» llamado historicamente a cumplir un rol fudamental ente su Pueblo y sus vecinos

Por M.K.Bhadrakumar  26 de octubre

El ministro de Defensa ruso, Sergey Shoigu, expone la conspiración de la ‘bomba sucia’ de Ucrania y sus mentores occidentales Algo tiene que cambiar en Ucrania, seguro. La petición de 30 legisladores estadounidenses de izquierda del Partido Demócrata del presidente Joe Biden el lunes en busca de un acuerdo negociado con Rusia para poner fin a la guerra de Ucrania es un evento extraordinario.

En el Congreso de los Estados Unidos, forman parte de un bloque de casi 100 miembros llamado el Caucus Progresista del Congreso, presidido por Pramila Jayapal, representante del estado de Washington. Son una multitud heterogénea de socialistas democráticos y autodenominados “capitalistas progresistas”, pero lo que los jefes de los partidos no pueden ignorar es que se interponen en el camino del gigante trumpista y su potencial para derrotar al trumpismo puede ser crucial en 2024. 

Por lo tanto, la discreta respuesta inicial de la administración Biden a su alegato sobre Ucrania no puede tomarse como la última palabra. Al menos en las últimas 48 horas, no ha habido diatribas contra ellos en los comentaristas estadounidenses. 

Hicieron cuatro elementos clave en su carta dirigida al presidente Biden

    Washington debería explorar “esfuerzos diplomáticos enérgicos en apoyo de un acuerdo negociado y un alto el fuego” en la guerra en la que Estados Unidos ha gastado decenas de miles de millones de dólares de los contribuyentes estadounidenses en asistencia militar. 

    Dichos esfuerzos deben estar cargados al frente con “conversaciones directas con Rusia”. 

    Un marco para la paz debe incluir “incentivos para poner fin a las hostilidades, incluido algún tipo de alivio de las sanciones , y reunir a la comunidad internacional para establecer garantías de seguridad para una Ucrania libre e independiente que sean aceptables para todas las partes, en particular los ucranianos”. [Énfasis añadido.]

    La guerra está abierta de par en par, a pesar de la narrativa occidental. “La alternativa a la diplomacia es la guerra prolongada, con sus certezas concomitantes y sus riesgos catastróficos e incognoscibles”.

Los signatarios habrían sido conscientes de que, aunque la Administración de Biden sigue una política de línea dura, las cosas pueden cambiar si las elecciones intermedias arrojan una derrota aplastante para los demócratas. 

También intervienen varios factores extraños. Para empezar, la visita planificada del canciller alemán Olaf Scholz a China se produce poco después de la presentación de la Estrategia de Seguridad Nacional de EE. UU. en Washington, que visualizaba a China como el enemigo.  Los europeos disienten.

El presidente francés, Emmanuel Macron, pidió a los EE. UU. que tomaran la iniciativa para comprometerse con el Kremlin, haciéndose eco de lo que ha estado exigiendo el primer ministro húngaro, Viktor Orban. Hay descontento en Europa, duramente golpeada por la crisis económica, de que las compañías petroleras estadounidenses están “especulando la guerra”.

Oculta bajo el radar está la verdad oculta de que Ucrania es un caso perdido con una economía que no funciona. Estados Unidos no puede esperar que los aliados europeos mantengan esa economía a flote. 

Mientras tanto, una acumulación militar rusa masiva indica planes para lanzar una gran ofensiva dentro de unas pocas semanas con el objetivo de poner fin a la guerra en los términos de Moscú.

Sin embargo, encajar con todo esto es un desarrollo impensable que arroja sombras sobre el tándem de EE. UU. y el Reino Unido que navega en la guerra de Ucrania, lo que puede convertirse en el factor decisivo definitivo. 

Lo que surge es que la visita secreta del ministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, la semana pasada a Washington fue más en respuesta a una convocatoria de la Casa Blanca que a una iniciativa británica. Wallace dijo en un tono sombrío cuando se iba que había cosas que discutir que eran demasiado delicadas. 

En cualquier caso, tras la avalancha de llamadas telefónicas del sábado del ministro de Defensa ruso, Sergey Shoigu, con sus homólogos francés, británico y estadounidense sobre la posibilidad de que Ucrania utilice una «bomba sucia» en la guerra, los ministros de Asuntos Exteriores de Francia, Estados Unidos y el Reino Unido emitió rápidamente una declaración conjunta en la que rechazaba las “acusaciones transparentemente falsas de Rusia” y lo llamó “un pretexto para la escalada”. 

No obstante, actuando sobre la acusación rusa, se le ha dicho al OIEA que lleve a cabo una investigación. El secretario de Estado, Antony Blinken, se reunió el lunes con Rafael Grossi , director general de la agencia, y “dio la bienvenida a la disposición del OIEA para visitar Ucrania”. 

Blinken también habló con Stoltenberg el lunes y, por extraño que parezca, “pidió la unidad occidental continua y el apoyo a Ucrania”. Pero, curiosamente, el Departamento de Estado eliminó silenciosamente de su sitio web la declaración conjunta de Estados Unidos, Reino Unido y Francia.

Fue entonces cuando el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov , reveló el lunes qué “información detallada que indica las instituciones que pueden ser comisionadas para este propósito fue transmitida a través del ministro de defensa [Sergey Shoigu] durante sus contactos con sus homólogos en los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Turquía. Se planean más contactos entre nuestros ministerios de defensa”. 

Lavrov agregó: “Algunos de nuestros socios realmente han sugerido una discusión de la información que tenemos a nivel militar profesional. Este es un tipo de enfoque que apoyamos”.

¿Podrían los elementos en Kiev tener su propio Plan B para intensificar la guerra y arrastrar a EE. UU. y la OTAN a ella? No hay respuestas fáciles. 

La conclusión es que ha comenzado un «compromiso constructivo» entre Moscú por un lado y Washington, Londres y París por el otro. Pero es realmente tocar y listo. El diario moscovita Izvestia citó el lunes al destacado experto militar ruso Vladislav Shurygin: “¿Qué es una bomba sucia? Para crearlo, todo lo que se necesita es desenterrar un barril con desechos nucleares de alguna planta de energía, ponerlos en una cápsula y luego sacudir 100 kg de TNT”. 

Shurygin explicó : “Incluso en este caso, la contaminación estará en un radio de quizás 500 metros, quizás un kilómetro. Y luego todo comienza a hundirse en el suelo… Si se rompe en el agua o contamina el agua, todo se arrastrará río abajo, se tenderá en el fondo y desaparecerá gradualmente. Para hacer que las aguas del Dniéper sean radiactivas, ni siquiera sé cuánta [agua] habría que drenar. Recuerda, Fukushima envenenó el mar durante seis meses y nadie se dio cuenta. La intención de las autoridades ucranianas no está muy clara. Si nos quieren echar la culpa, no será fácil; cuando tenemos bombas «limpias», no está del todo claro por qué necesitaríamos bombas «sucias». 

No es ningún secreto que el MI6 y el SAS están al mando del comando militar ucraniano en Kiev y en el frente. El paradigma es algo así como la cola que mueve al perro. El MI6 calibra la dinámica de la guerra mientras la CIA y el Pentágono reclaman el éxito de la estrategia de Biden sobre la estrategia rusa. MI6 tiene toda una historia de ese tipo, ya sea en Irán o la crisis de Suez, incluso en Hong Kong.

El actual cambio de régimen en Westminster absuelve al MI6 de responsabilidad. Por supuesto, Boris Johnson, el mejor amigo, gurú y guardián de Zelensky, se convierte en un caso quemado. Ha retirado discretamente su sombrero del ring y se ha escabullido.

Kiev se ha visto privada de su última hurra, ya que Rusia corta la «bomba sucia» en sus capullos, despejando el camino para su gran ofensiva para poner fin a la guerra.  Si la ofensiva rusa planificada seguirá adelante dependerá de cualquier reunión entre Biden y el presidente Putin al margen de la cumbre del G20 en Bali el 15 y 16 de noviembre.  

La gran pregunta es si esta es una llamada de atención para los hombres unidimensionales del Equipo Biden. Tal vez, eso es demasiado esperar. Pero no hay duda de que los 30 legisladores están reivindicados.

Nuestro compañero de Dossier Geopolitico el Mgtr. Gonzalo Fiori Vianni, realizó en este mes de octubre un viaje de investigación y estudio al Reino Unido de la Gran Bretaña y realizó un breve análisis de lo que pudo ver in situ sobre la realidad socio-política que se vive en ese reino, cuyo mayor paradigma es saber que con la muerte de Isabel II fue simbólico y muestra de un fin de la historia y de la decadencia de la rubia albión y que la mayoría de los habitantes del archipiélago lo sienten así…Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

El Reino Unido vive en zozobra desde hace un largo tiempo. La crisis económica y la desesperanza son consecuencias de un sistema de acumulación permanente y los últimos gobiernos que ni siquiera terminan sus mandatos.

Por Gonzalo Fiore Viani, desde Londres, publicado en La tinta, quien autoriza la publicacion en Dossier Geopolitico 

El crítico británico Mark Fisher afirmaba que existe una desaceleración en la invención y la creatividad de la cultura popular en el siglo XXI, cuya consecuencia fue la aceleración del consumo y lo retro y lo repetitivo como la norma cultural de un presente aletargado. Fisher murió en 2017, siendo uno de los escritores más brillantes de su generación.

El británico leyó como nadie un mundo fragmentado y espectral, donde la esperanza de futuro parecía cada vez más lejos. Su prosa y su lectura de la realidad nos sirven como telón de fondo para lo que está pasando en gran parte del mundo, pero con especial hincapié en Europa y el Reino Unido.

Fisher reflexionaba sobre el slogan de la primera campaña de Margaret Thatcher: “No hay alternativa”. El autor se preguntaba si eso efectivamente era así y si el gran triunfo del “capitalismo realmente existente” no había sido desterrar todo tipo de alternativa posible al sistema. Hoy, ya no se sabe muy bien qué es ese “sistema”, ya que el mundo atraviesa un momento bisagra, de transformaciones profundas, cuyo fin no está del todo claro.

Para muchos británicos y británicas, en la actualidad, resuenan las palabras de despedida de Johnny Rotten, en Winterland, en 1978: “¿Alguna vez tuvieron la sensación de haber sido engañados?”. Las promesas de futuro parecen haber ido a parar al basurero de la historia.

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Con Steve y Kerry, dos londinenses de edad relativamente avanzada a los que conocí de casualidad, nos perdemos en un día particularmente lluvioso, durante dos horas, en el cementerio de Highgate, ubicado en los suburbios del norte londinense. Intentamos localizar la primera tumba de Karl Marx. Se da la particularidad de que el legendario pensador alemán tiene dos. La primera, la que más visitantes atrae, con un busto majestuoso, fue construida en 1954 y donada por sus seguidores. No obstante, esa no es la tumba donde su mecenas y amigo más íntimo, Friederich Engels, brindó un encendido discurso el 17 de marzo de 1883 a las tres menos cuarto de la tarde, en el que afirmó: “El más grande pensador de nuestros días dejó de pensar”.

Esa tumba original no está en el camino señalizado. Para encontrarla, hay que atravesar decenas o cientos de otras tumbas antiguas, muchas de ellas que cuentan con casi 200 años.

Inglaterra tumba Marx la-tinta

De casualidad, nos encontramos la morada del historiador Eric Hobsbawm y otra, bastante más moderna y con un busto de diferente estilo, pero igual de impresionante que la de Marx. Es la de otro pensador: Malcolm McClaren, el artífice de todo el movimiento punk y uno de los grandes gamechangers de las reglas de juego del negocio del entretenimiento.


Encontramos la tumba de Marx gracias a dos turistas alemanes. Uno de ellos es un niño, que muy amablemente nos conduce hasta allí. Es tradición, quien sabe por qué, dejar monedas de una libra sobre la vieja lápida, partida en varios pedazos cuando trasladaron su cuerpo. En el camino, Steve y Kerry, que inmediatamente demuestran tener un conocimiento enciclopédico del rock y la cultura popular británica de los últimos 50 años, me cuentan que ambos están jubilados, pero que consideran volver a trabajar, porque la plata cada vez “alcanza menos y todo sube”.


No deja de ser curiosa esta conversación mientras caminamos entre las tumbas de personas como Marx, McClaren o Hobsbawm, agitadores sociales a su manera, que desafiaron el “no hay alternativa” del realismo capitalista al que se refería Fisher o intentaron subvertir sus reglas, sin demasiado éxito.

Jamás sabremos qué hubiera escrito Fischer sobre este presente tan gris, con la aniquilación nuclear nuevamente como posibilidad real y el arte y la música mainstream en un nivel de escapismo total, sin reflejar absolutamente nada sobre la situación que atraviesa el mundo.

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Sam tiene poco más de 50 años, aunque aparenta mucho menos. Todos los días, visita el mismo pub y, si puede, se sienta en el mismo lugar. Parece el típico inglés, tan cínico como desencantado con todo. Apenas se saca el piloto, agarra de su bolsillo un diario con un crucigrama. No le interesa la guerra en Ucrania ni la política. Cuando le comento que soy argentino, sin mencionar de manera explícita la cuestión Malvinas, insulta de todas las formas posibles a Thatcher, a quien la mayoría del pueblo británico ve como la artífice de una decadencia social que todavía no remonta.

Como tantos otros, Sam fue un habitué de las oficinas de desempleo durante la década de 1980 y vio la disgregación del tejido social británico, el país con el primer y uno de los más robustos Estados de bienestar hasta 1970. Gran parte de la gente en Inglaterra creyó que el Brexit podría devolver parte de la grandeza perdida.

El desencanto fue rápido. Tras la dimisión forzada del explosivo Boris Johnson, Liz Truss quizás sea la primera ministra más impopular o que mayor “indiferentes” provoca en los y las británicas en décadas.

La crisis energética, política y social que atraviesa Europa golpea al Reino Unido de manera particular. Cerca del centro de Londres, se ven calles oscuras, sin iluminación: se ahorra en alumbrado público, en energía de los edificios oficiales o en las tiendas más céntricas. El mensaje es claro: la época de la abundancia terminó y habrá que hacer sacrificios.

En los pubs, hay un tema que sobrevuela en las charlas: la inflación. Por primera vez en un año, la tasa anual de crecimiento de los precios cayó desde el 10,1 por ciento en julio al 9,9 por ciento en agosto. Esa cifra se encuentra, además, por debajo de las expectativas de los analistas, que auguraban un 10,2 por ciento, lo que también provocó un debilitamiento notable de la libra esterlina. Sin embargo, la “sensación” parece ser otra. Y hay una frase que no deja de escucharse en todas partes: “Todo sube, todo se va para arriba”.

En agosto, la inflación alcanzó su máximo histórico de los últimos 40 años. Los economistas esperan que la inflación vuelva a repuntar hacia finales de año, augurando además que el Banco de Inglaterra deberá subir las tasas, lo que retroalimentará el fenómeno. Reino Unido se encuentra entre las siete economías avanzadas con mayor inflación del mundo, aunque es superada por España y los Países Bajos.

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Las huelgas de trenes ya son moneda corriente. El 8 de octubre, cerca de 40.000 miembros del sindicato RMT, de la red Network Railse, se movilizaron para reclamar aumentos salariales y mejores condiciones de trabajo para hacer frente a la inflación. Esto provocó que el tráfico fuera un caos: encontrar un taxi era imposible y la única manera viable de moverse en la ciudad fue a pie o en subte.

Como consecuencia de la crisis, los sindicatos se encuentran en pie de guerra. En el corto plazo, se espera que la Confederación de Sindicatos Británicos convoque a una huelga general masiva, lo que podría significar la más importante y multitudinaria desde las protestas de los mineros, en el período 1984-1985.

La crisis todavía no ha tocado fondo -o techo- y lejos parece la posibilidad de regresar a la crisis terminal del país durante la década de 1970, que desembocó en la llegada de Thatcher. Sin embargo, la sensación permanente en las conversaciones es que lo que viene, al menos en el mediano plazo, será mucho peor que el pasado reciente.

Inglaterra huelga ferroviarios la-tinta

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La banda sonora de este Londres fragmentado, con distintas capas de cebolla, sobre todo en la noche y en su feeling, tiene más que ver con el oscuro dubstep de Burial o los experimentos ambient de The Caretaker que con el britpop y la cool britannia, que tan bien representaron la esperanza juvenil post Thatcher de la segunda mitad de la década de 1990. Estos artistas pueden ser agrupados vagamente en lo que se llama hauntology. Es decir, un término que Fisher junto a su amigo y también crítico británico, Simon Reynolds, comenzaron a utilizar cerca de 2005 para describir a una red dispersa de músicos, en su mayoría británicos, entre los que destacaban los artistas de los sellos Ghost Box (The Focus Group, Belbury Poly, The Advisor Circle y otros), Mordant Music y Moon Wiring Club. Todos estos grupos exploran una parte de la nostalgia británica vinculada a la programación televisiva de las décadas de 1960 y 1970, una adicción de la cultura pop británica a su propio pasado, en palabras de Fisher.

Para el crítico británico Jon Savage, los Sex Pistols ofrecieron “optimismo disfrazado de cinismo, desatando emociones poderosas detrás de una fachada sarcástica”. El descontento actual parece tener poco que ver con aquel de la explosión punk y mucho más con el de su lánguido final. Aunque, según Reynolds, la música no necesariamente refleja el zeitgeist como lo hizo durante los setenta, ochenta y noventa. Es un momentum donde el “optimismo disfrazado de cinismo” dio paso directamente a una desesperanza total.

La sensación “espectral” que tan bien reproduce la música hauntológica -si se permite el neologismo- representa bastante de lo que está sucediendo no solo en Inglaterra, sino en gran parte del mundo occidental. A diferencia del cinismo de escritores como Michel Houellebecq, esta espectralidad no “culpa” a nadie de los males del mundo. En tiempos de crisis económica, de nula representación política, con una guerra en plena Europa y amenazas nucleares, no podría esperarse otra cosa.

La Tinta: https://latinta.com.ar/2022/10/londres-mark-fisher/?fbclid=IwAR046DLT3c5tSCXa1uNDkYcd4TvYujLHq-9vLxR_NPSBox1IJhN2DFTLyLU


Por JORGE MORA FORERO Nuevatribuna.es

Cuando los ingenuos y los hipócritas se vuelven cínicos y tanto en 
los bares y los supermercados como en las redacciones de los pe-
riódicos y en los gobiernos se aceptan los ‘límites de la realidad’, 
entonces es que el Sol está a punto de ponerse y nosotros de 
apagar la luz”. (Santiago Alba Rico “Contra la Geopolítica”, 
elpais.es, 8 de abril del 2022

¿Y si Putín tuviera razón? ¡Qué escándalo plantearlo!, ¿verdad? Sólo plantearlo.

Resultó el abogado del Diablo, dirán unos cuántos. O muchos. Y yo responderé como lo he hecho en otras ocasiones: al Diablo lo que deben sobrarle, sin duda, son abogados. Y de los buenos. En nuestro medio, esto no tiene una connotación moral; se refiere a los que ganan pleitos. Y, mayormente, a los que ganaron pleitos que parecían imposibles de ganar. ¿Cómo? No pregunten. Ni traten de convencerme de que el Derecho es igual a la Justicia. Y, no le metan moral: no hay dónde ponerla. Aquí, como en el análisis que permea todo el poder, hay que hacer como diría Maquiavelo (tan desacreditado por los moralistas, y tan vigente, según los realistas): “ir a la verdad de la cosa”. Y eso comienza, llamándola por su nombre, sin edulcorantes que nos hagan quedar bien con todo el mundo, pero mal en el campo del conocimiento, al no poder dar una explicación coherente, y convincente, acerca de “la cosa”, analizada. A riesgo de que me excomulguen, desde diferentes creencias, digo que no hay que meterle moral a esto, no porque seamos inmorales, sino porque no hay dónde ponerla.

En cuanto a “Putín y su guerra”, que es como se habla en los principales medios de comunicación occidentales (no se habla de Rusia y su confrontación con Ucrania, que venía de años antes, sin guerra (desde antes de la anexión de Crimea), la pregunta atrevida es si el “autócrata”, que es como lo llaman en la citada prensa (no más autócrata que otros a quienes abrazamos todos los días, pero que están con nuestros intereses), tenía razón en lo que pedía: que Ucrania no entrara a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), alianza militar  que se organizó en Occidente para detener la expansión de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), que respondió creando el Pacto  de Varsovia. La URSS desapareció en 1991 pero… quedó la OTAN. A propósito: a esta Alianza, entró Colombia, como SOCIO GLOBAL DE LA OTAN, único país en Suramérica, a título de Observadora “participativa”, durante el gobierno del presidente Santos, lo cual según él, constituía un enorme privilegio.

No hay que meterle moral a esto, no porque seamos inmorales, sino porque no hay dónde ponerla

Pero, volvamos:

El reclamo básico de Putín, era por la seguridad de Rusia. No quería ésta, sentirse rodeada y asfixiada por la OTAN, sin una “cañita”, tubo, o espacio para respirar. Y para dormir tranquila. O, menos sobresaltada…

Y no vamos a hablar acá de lo que fue el Imperio Ruso y de las tierras que perdió desde la Primera Guerra Mundial.

Es pertinente:

Hablar de las cosas humanas no es nada fácil. Porque los seres humanos somos altamente homogéneos en anatomía pero no en cultura. Esta implica creencias, muchas de ellas cimentadas en las emociones, no en el razonamiento.  Esto no quiere decir que éste pueda no estar influido por ellas, o que ellas no sean importantes en la vida. Pero, la percepción del mundo por medio de las emociones, es mucho más subjetiva por lo sentimental, que la obtenida por el razonamiento que es un tanto más objetiva; obtenida y defendida con base en argumentos y, por lo tanto, con mayores posibilidades de comprensión entre diferentes posiciones. Cuando se parte de creencias inamovibles, en el campo que sea, no hay diálogo posible y menos, acuerdo alguno. El resultado es una polarización total con base en el odio y la división de los seres humanos en dos grupos: nosotros que, además, somos los buenos y, los otros, que son los malos.  Y, por si fuera poco, además de las creencias o, anteriores a ellas, los seres humanos, como individuos y como agrupaciones, también tenemos intereses. Normalmente, estos y las creencias se entrelazan; el resultado es el conflicto y su consecuencia más desgraciada: la guerra. Por medio de ella buscamos la supresión del otro, o de los otros, lo que nos niega como humanos, al mismo tiempo que todos destruimos el planeta, lo que va a negarnos como especie. Y no hay guerras justas. Las guerras son la “excrementación” del hombre; todas inhumanas y por lo tanto irracionales, descarnadas, viles… ¿Quién define la “justeza” de las guerras, los ambiciosos que las organizan y se quedan con las medallas y el botín? Porque no son “los del común”, carne de cañón, de bomba, de fusil o de motosierra, que siempre ponen los muertos con sus viudas y huérfanos, o los mutilados, en la miseria y sin esperanza. Y para quienes la palabra “patria” es más bien un escarnio, que un orgullo.

Si bien es cierto que el científico social debe enfriar sus sentimientos para tratar de ser lo más objetivo posible, jamás podrá ser neutral frente a las desgracias humanas, porque cada muerto y cada mutilado es una puñalada en el corazón de nuestra identidad humana, y una mutilación de la misma, así no creyéramos en ningún ser superior.

Continuando:

Debe el científico social tratar de investigar los orígenes del conflicto que desencadenó la barbarie, sin tratar de justificarla por lo dicho antes. Investigar con madurez es tratar de ver “la cosa conflicto”, desde todas las perspectivas, partiendo del hecho de que eso que llamamos “la realidad”, en un conflicto, tiene por lo menos dos caras y no una sola, como cuando vemos el conflicto como resultado de la lucha entre buenos y malos donde nosotros, por supuesto, somos los buenos. Hay que tratar de meterse en el pellejo del otro, para tratar de entender algo.

Vamos a los protagonistas.

Por un lado Rusia, segunda (o primera) potencia nuclear del mundo; se ha quejado por su seguridad que cree que está en peligro porque Ucrania, único país de su frontera suroccidental que no forma parte de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte o, NATO, en inglés), quiere entrar en ella. En el resto de los países de esta zona que pertenecían a la Unión Soviética, como Hungría, Rumanía, Polonia, Estonia, Letonia y Lituania, está la OTAN. Y, fuera de eso, en Turquía que posee uno de los ejércitos más poderosos del mundo. Podemos confirmarlo en los mapas respectivos. La OTAN se expandió, después de que la URSS, que vivía una crisis estructural, se desbarató en manos del ingenuo soñador, pero bien lisonjeado por Occidente, Mijaíl Gorbachov, y del corrupto y alcohólico Boris Yeltsin que, como Presidente de Rusia, firmó la disolución de la URSS. Rusia, en manos de Yeltsin, absolutamente debilitada, no pudo impedir la expansión de la OTAN.

No hay guerras justas. Las guerras son la “excrementación” del hombre; todas inhumanas y por lo tanto irracionales, descarnadas, viles…

Putin, funcionario de Yeltsin y sucesor de éste, reestructuró las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa y comenzó a exigir la neutralidad y el desarme de Ucrania. Como esta no aceptó, con una especie de plebiscito, incorporó a Rusia la estratégica península rusófona de Crimea donde tiene asiento la importante base naval rusa de Sebastopol por la cual tenía un contrato de arrendamiento por 50 años. A propósito: Crimea era rusa hasta 1954 cuando el sucesor de Stalin y Presidente de la URSS, Nikita Kruschev, a su vez, ucraniano y expresidente de la federada República Socialista de Ucrania, le regaló a ésta, en el 300 aniversario de la adhesión a Rusia, la Península de Crimea, como si fuera parte de su patrimonio personal y pensando que la URSS sería eterna. Cuando ésta se disolvió, Ucrania no la devolvió. Pero si obtuvo, en la débil situación de Rusia, un Tratado de Límites, quedándose con ella.

Enseguida, y siguiendo con nuestro problema, se presentó lo de las “Repúblicas” de Donetz y Lumbask, en la región más amplia de la zona del Donbás, en la frontera con Rusia y de mayorías de habla rusa que quisieron separarse con apoyo de la misma. Finalmente, ésta las reconoció como independientes, y comenzó la invasión a Ucrania, supuestamente, para darles protección del ejército ucranio que las atacaba. Pero, el ejército ruso no sólo entró a la zona anterior sino a varias partes de ese país, tomando una ruta con dirección a Kiev, la capital. Suponían los rusos que, con una acción relámpago, controlarían rápidamente el país, y establecerían un gobierno favorable a ellos. Pero no fue así.

UCRANIA

Es la cuna de Rusia cuyo origen estuvo en la Rus (podemos traducirlo como asentamiento de remeros “vikingos” que bajaban del Norte a vender sus productos en Constantinopla) de Kiev. El mando se trasladó después a Moscú. Siempre formó parte del gran Imperio Ruso de religión cristiana ortodoxa. El Patriarca de Moscú, dependía, administrativamente, del Patriarca de Constantinopla, y desde 1560 quedó como superior del obispo de Kiev, hasta 2019 cuando el Patriarca de Estanbul (la antigua Constantinopla), inventando poderes que no había tenido, reconoció la autonomía de la Iglesia Ucraniana, creando un conflicto con el Patriarca de Moscú. Los rusos dicen que fue un juego político de Estados Unidos que se pronunció por una Iglesia Ucraniana autónoma. Y ahí tenemos otro elemento del conflicto porque el Patriarca de Moscú no aceptó esto, pues respalda a Putín, ya que los dos tienen una idea muy conservadora de la vida, fundamentada en la herencia de “lo ruso”, y consideran que Ucrania, influenciada por USA y Europa Occidental, es un espacio abierto a las malas costumbres, grupos LGBTQ y “perversiones” diversas, etc., Como resultado hay, por lo menos, tres iglesias cristianas en Ucrania: ortodoxa que obedece a Moscú, ortodoxa que obedece al obispo-Patriarca de Kiev, y católica que obedece a Roma y está ubicada en la parte occidental que tuvo cercanía con el Imperio Austro-Húngaro.

Suponían los rusos que, con una acción relámpago, controlarían rápidamente el país, y establecerían un gobierno favorable a ellos. Pero no fue así

Ucrania sólo llegó a ser república en 1921 con los comunistas que le agregaron territorios. En 1922 entró a formar parte de la URSS y, en 1991, con la desintegración de la misma, declaró su independencia. Pero no devolvió los territorios que se le habían dado en el contexto de la URSS y que habían pertenecido a Rusia.Hay que dejar claro que en el momento de la separación, Rusia aceptó por la debilidad en que estaba. Por lo mismo, no pudo ejercer control geopolítico sobre los países separados al oeste (Rumania, Bulgaria, Polonia, Lituania, Letonia y Estonia), que ingresaron a la OTAN. Se dice que dejando de lado una promesa “verbal” que los Estados Unidos le habían hecho a Gorbachov, de no llevar a la OTAN a los países que habían formado parte de la URSS. Salvo Ucrania que, ahora era candidato, lo que provocó el problema con Rusia, reforzada ahora como potencia, por lo menos, militarmente, y con los mayores recursos naturales del mundo.En los conflictos por el dominio mundial, no puede olvidarse este dato.

Reflexionemos:

El ser humano es por naturaleza conflictivo. Los conflictos se resuelven a través del PODER. Y gana el más fuerte. La razón de la fuerza bruta (que se transforma cosméticamente en las Constituciones), prima sobre lo que podríamos llamar la razón de la justicia. 

Cuando hablamos de conflictos dentro de un país, hablamos de política como la actividad para resolverlos. La Ciencia política, estudia toda esa problemática. Cuando hablamos de conflictos entre países, lo primero que surge para resolverlos, es la diplomacia, sustentada en la Geopolítica que es la Ciencia que estudia la expansión de unos estados a costa de otros, y el choque de las potencias por sus áreas de influencia. Es la relación entre poder y espacio. Ya no el espacio dentro de los límites del país, sino el espacio para respirar, pasear y pisotear, más allá de esos límites. Los alemanes lo llamaron LEBENSRAUM, el espacio vital sin el cual un país quedaría sin fronteras seguras, asfixiado, negado a sí mismo.

Que el concepto haya surgido con los nazis, no significa que la práctica no se haya dado a través de la historia. De acuerdo con la teoría de la selección natural, implicaba el derecho de los estados a expandirse de acuerdo con su fortaleza (“Superhombre”, “Superestado”, “Potencia”, “superpotencia”, ¿Les suena?).  Esto no es una aberración, ha sido una constante histórica. Claro, podríamos pensar que la historia está hecha de aberraciones. Sobre esta relación entre hombres y estados, ya los griegos lo habían dejado claro, cuando afirmaban, por medio de Tucídides: “… que siempre fue y se vio que el menor obedezca al mayor y el más flaco al más fuerte…”.

Pues bien: tenemos tres grandes potencias: Estados Unidos, China y Rusia. Las tres poseen armas atómicas, cada una con el poder de destruir, no sólo a la otra u otras, sino al mundo todo. Y, volviendo a las constantes históricas, pongamos una más: todas las armas que el hombre ha inventado, las ha usado. Estados Unidos, no admitiría que alguno de sus vecinos tuviera alianza con enemigos e instalara misiles en sus fronteras, o muy cerca de ellas. No olvidemos que esa situación nos llevó casi a una guerra mundial, cuando la URSS, instaló misiles en Cuba. Ahora: Venezuela está lejos de la frontera americana y Estados Unidos ha dicho que es un peligro para su seguridad. China considera que Taiwán (que forma parte de ella como lo aceptó Estados Unidos al establecer relaciones diplomáticas con la primera), tal como está ahora, está convirtiéndose en un peligro para su seguridad.

La razón de la fuerza bruta (que se transforma cosméticamente en las Constituciones), prima sobre lo que podríamos llamar la razón de la justicia

Con relación a Rusia: Estados Unidos tiene misiles en Rumanía y Polonia. Y guarniciones militares en ellas, en Estonia, Lituania y Letonia. Más abajo, cerrando la parte Oeste-Sur, está Turquía que pertenece a la OTAN. Putín, desde el 2008, estaba pidiendo la neutralidad de Ucrania. Incluso un estadista y Exsecretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinguer, siempre pensó que Ucrania debería ser neutral, que debería ser el puente entre Occidente y Rusia y que la expansión de la OTAN a las fronteras de Rusia, era una provocación.

(Véase: Henry Kissinguer, “Cómo termina la crisis de Ucrania”, en PIENSA CHILE, marzo del 2014).

Después de esperar en vano la declaratoria de neutralidad de Ucrania, el presidente Putín, ordenó la invasión. Tomando como argumentos la militarización de Ucrania y el ataque a las zonas rusoparlantes de las llamadas Repúblicas de Lugansk y Donetsz. Resultados: Putín ha sido satanizado por Occidente; se ha puesto el grito en el cielo acerca de que se ha violado la soberanía de Ucrania, y han establecido sanciones económicas muy fuertes contra Rusia, y se viene el rearme de Europa. Lo anterior, muy sintetizado.

Veamos por partes:

1). Con relación al significado de Putín, dice el citado y muy reconocido Henry Kissinguer: “Para Occidente, la demonización de Putín, no es una política, es apenas una mascarada por la ausencia de una política”. Y agrega: “Por su parte, los EEUU deben evitar tratar a Rusia como una aberración a la que hay que enseñar pacientemente reglas y conductas establecidas por Washington. Putín es un estratega serio sobre la base de la historia rusa (Ibidem). Recordemos que un comandante de la marina alemana que pidió respeto para las peticiones de Putín, fue destituido.

Henry Kissinguer, siempre pensó que Ucrania debería ser neutral, que debería ser el puente entre Occidente y Rusia y que la expansión de la OTAN a las fronteras de Rusia, era una provocación

Hay quienes piensan el problema en términos de Guerra Fría, o del enfrentamiento entre capitalistas y comunistas. Eso es no ver más allá de la nariz, por fanatismo o por ignorancia. Ya no hay comunismo. Rusia es tan capitalista como Estados Unidos. Y Putín no es, justamente, alguien de izquierda; ni siquiera de esa izquierda desteñida que pulula por todos lados dándole su voto de apoyo al capitalismo neoliberal. Es un hombre de derecha y alcahuete de los llamados oligarcas que, siendo jefes comunistas, o directores de empresas estatales, se apoderaron de ellas en el proceso de privatización que se preparó en el caos gorbachoviano y, luego, bajo  le presidencia de Yelzin quien, junto con sus amigos procapitalistas de Ucrania y Bielorrusia, habían desbaratado la URSS. Putín fue el heredero de Yelzin quien lo nombró con la condición de que lo protegiese de ser juzgado por alguno de los delitos que llevaba encima.  Sobra decir que Putín ha cumplido. Este y los jerarcas comunistas se apoderaron, por distintos medios, de todo el trabajo acumulado por millones de trabajadores y trabajadoras del pueblo ruso desde 1917. Putín, además, ha mandado a la cárcel a los miembros de los grupos antifascistas y es el padrino de los grupos neonazis de la Unión Europea, como de los neofascistas que acaban de ganar las elecciones en Italia. Con relación a esto del neofascismo italiano y Putín, dice el especialista Antonio Scurati lo siguiente:

El primero que tendió puentes hacia ese mundo juvenil del neofascismo militante fue Matteo Salvini, en las elecciones de 2018. Incluyó en sus listas personas que procedían de ese ambiente. Y quien organizó eso fue su portavoz, Gianluca Savoini, la misma persona que estableció contactos con los emisarios de Vladimir Putin y llegó a acuerdos con ellos. Uno de los puntos de contacto entre la nueva ultraderecha y Putin es la visión de Rusia como defensora de algo que puede definirse como `supremacismo blanco`: el cristianismo, la raza, el rechazo a eso que llaman `la gran sustitución de los blancos europeos por los inmigrantes”. (Antonio Scurati, “Un gobierno de Meloni puede ser tan dañino para Italia como para Europa”, entrevista de Enric González, El País.es. 20 sept/2022).

 En Venezuela, Putín no apoya a Maduro por comunista (¡comunista Maduro!), sino por geopolítica, como venganza contra la OTAN.

2. Así como ocurre entre individuos, pasa con los estados: la igualdad y los derechos son sólo de papel ya que, en la práctica, predomina la ley del más fuerte (por su fuerza, por su riqueza, por sus influencias, etc.). Si un país poderoso, una potencia (y así las subpotencias y minipotencias) siente que un vecino le incomoda la vida, o le perturba el sueño por la seguridad, no hay soberanía que valga. La soberanía llega hasta donde llegan las necesidades y los apetitos de los más poderosos. Miren el mapamundi a través de la historia, no sólo a Rusia.

A propósito de eso, y a grandes rasgos:

Sin que haya sido agresora, Rusia ha sufrido tres invasiones en los tiempos modernos:

a). La invasión de Napoleón en 1812. Llegó hasta un Moscú incendiado por sus habitantes como parte de su defensa. Costo para Rusia en vidas: 5.000.000 de muertos.

b). Invasión por el ejército de Hitler en 1941. Nuevamente un Moscú vacío y el costo en vidas para Rusia y sus países afines, 25.000.000 de muertos.

c). Con el surgimiento de la Revolución Bolchevique de 1917: entre 1918 y 1921, tropas de Estados Unidos, Canadá, Francia, Gran Bretaña, Polonia y Japón, llegaron a pelear al lado del Ejército Blanco compuesto por los restos del ejército zarista. Costo: 1.500.000 muertos y los campos de cultivo destruidos. Consecuencia: la hambruna, provocada también por los errores de la naciente revolución.

Uno de los puntos de contacto entre la nueva ultraderecha y Putin es la visión de Rusia como defensora de algo que puede definirse como `supremacismo blanco`

Además: Japón también trató de apoderarse de Siberia Oriental…

3). Las sanciones económicas. Quienes más sufrirán son los rusos de a pie, no los jefes. Lo mismo que está pasando con los sectores de clase media y populares europeos. Porque el aumento del costo de la vida no se debe, en sí, a la invasión de Ucrania, sino a las nombradas sanciones que bloquearon el suministro de elementos energéticos de Rusia a Europa. Además de la creación de desempleo porque hay empresas que, en estas condiciones no pueden producir, y otras que han tenido que salir de Rusia. Por todo lo anterior, el resto del mundo, también sufre las consecuencias. Pero, a diferencia de los europeos y americanos, los pueblos de África y América Latina no tienen cómo defenderse. Esto agravará la situación económica que ha dejado la pandemia, aumentando la pobreza y el descontento social por la disminución de los alimentos y de otros bienes elementales para la vida. 

Todo esto, por supuesto, llevará a una decadencia mayor de la Unión Europea que avanza cada vez más hacia su insignificancia por su  dependencia de Estados Unidos, lo mismo que Rusia que, siendo una potencia nuclear, por efectos de la guerra se hará cada vez más dependiente de China.

4) Como una de las consecuencias de la guerra será el rearme de Europa, esta dedicará más dinero a las armas, y menos al gasto social. Y hay, en medio, un elemento que no se ha tomado en cuenta: Alemania, por su experiencia negativa de dos guerras perdidas, era reacia a participar en el rearme de Ucrania pero, prácticamente, se vio obligada a participar ante las acusaciones de saboteo a la OTAN. El resultado: Alemania ha dicho que dedicará a la defensa ¡cien mil millones de euros! ($ 100.000.000.000), una cifra espeluznante para rearmar a un país que fue humillado en dos guerras mundiales y que muchos alemanes no han olvidado: los movimientos neonazis que sueñan con su IV Reich (Imperio).

Recuerden, en términos generales, la realidad tiene dos caras. Hay que mirarse el rostro y también la nuca. Una cara es nuestra visión, y la otra cara es la visión del otro

Para concluir: recuerden, en términos generales, la realidad tiene dos caras. Hay que mirarse el rostro y también la nuca. Una cara es nuestra visión, y la otra cara es la visión del otro con el cual vivimos pero también, con el cual tenemos que aprender a convivir.

En la historia no hay seres humanos buenos y seres humanos malos; hay seres humanos, a secas, cada uno peleando por sus intereses, es decir, por sobrevivir en determinadas condiciones. Y hay estados peleando por ampliar sus territorios. O, procurando que en esos territorios vecinos, no haya habitantes que amenacen su seguridad. Es lo que hoy podríamos llamar, GEOSEGURIDAD. Hay potencias queriendo dominar, o controlar el mundo, con unas líneas rojas a las que hemos llegado por deducción lógica y por sentido común: las armas nucleares múltiples, capaces de acabar muchas veces con la humanidad y casi con todo tipo de vida. Hasta ahora, como hemos visto por la historia, todas las armas que el humano ha inventado, las ha usado. Ahora está preparado para acabar, de una vez por todas, con todo el planeta.

Como moraleja, creo que en esta situación que vive el mundo, las potencias capaces de borrarlo y de borrarse ellas mismas, al mismo tiempo, deberían practicar, aunque fuese por puro utilitarismo, la ética kantiana:

NO HAGAS A NADIE LO QUE NO QUERRÍAS QUE TE HICIERAN A TI.

En este momento, nuestro presidente a menaza a Putín que si usa armas nucleares (tácticas, se entiende; o sea, pequeñas) en Ucrania, recibirá un castigo inimaginable. Se supone que sabemos que significa eso, pero, ¿piensa nuestro presidente que los rusos se quedarán con los brazos cruzados muriéndose y que dejarán durmiendo sus infernales misiles nucleares de largo alcance que reposan ansiosos en los silos de la Rusia continental, en los barcos de guerra que surcan los océanos y en los submarinos que recorren sigilosos la costa occidental de los Estados Unidos? Una guerra nuclear mundial no dejará fuera a ningún continente como sí ocurrió con las dos primeras.

Apostarle a esa guerra es jugar en la ruleta de la locura suprema. Y ese sí es EL FINAL DE LA HISTORIA.

por Manlio Dinucci

A pesar de lo que afirma la prensa, si la victoria electoral de Giorgia Meloni finalmente cambia ‎algo en Italia no será en materia de política exterior. Los italianos no se rebelan ‎contra el origen de sus problemas sino sólo contra algunos de sus síntomas. La realidad ‎es que si los miembros de la clase política italiana compiten entre sí esa competencia ‎se expresa sobre todo a la hora de mostrar su sumisión a Estados Unidos. ‎RED VOLTAIRE | ROMA (ITALIA) |por Manlio Dinucci

Los partidos institucionales [italianos] están en campaña electoral, pero no sólo en Italia sino ‎también en Estados Unidos. El secretario del PD (Partido Demócrata), Enrico Letta, declara a un ‎diario estadounidense que: «Con la derecha, Italia está cerca de Rusia. Con nosotros, está cerca ‎de Estados Unidos.»‎

En ese mismo diario, Adolfo Urso, el presidente del COPASIR (Comité Parlamentario para la ‎Seguridad de la República), de visita en Washington, asegura sin embargo que: «Para Estados ‎Unidos, Giorgia Meloni es plenamente confiable.»‎

Los partidos de todo el espectro político [italiano] rivalizan así por el apoyo de Washington, ‎indispensable para cualquier gobierno. ‎

Pero todos actúan de común acuerdo cuando se trata de aplicar las órdenes de Washington… ‎como la de boicotear el Tratado de la ONU para la prohibición de las armas nucleares, ratificado ‎por 66 Estados y firmado por 20 pero boicoteado por Estados Unidos y la OTAN. A pesar de que ‎estaba invitada, Italia ni siquiera estuvo presente en la reunión de los países que se adhieren ‎al Tratado. No asistió ni siquiera como observador. ‎

También en junio, el 6º Escuadrón de la fuerza aérea italiana, estacionado en Ghedi, recibió el ‎primer avión de combate estadounidense F-35A de ataque nuclear, que será rápidamente ‎armado con las nuevas bombas nucleares B61-12 [igualmente estadounidenses], listas para que ‎la fuerza aérea italiana las utilice… por orden del mando estadounidense. ‎

Así viola Italia el Tratado de No Proliferación nuclear, ratificado en 1975, donde se estipula que:‎

«Todo Estado no dotado de armas nucleares que sea Parte del Tratado se compromete a ‎no aceptar de nadie, ya sea directa o indirectamente, la entrega de armas nucleares o de ‎otros dispositivos explosivos nucleares ni el control de ese tipo de armamento o ese tipo de ‎dispositivos explosivos.»‎

Como prueba adicional de la sumisión de Italia a Estados Unidos, la Comisión parlamentaria de ‎investigación sobre las causas del «desastre» del ferry Moby Prince concluyó sus trabajos, el ‎‎15 de septiembre, escondiendo nuevamente las verdaderas causas de la tragedia ocurrida hace ‎más de 31 años en la rada del puerto italiano de Livorno para encubrir un tráfico de armas en la ‎cercana base estadounidense de Camp Darby. El informe conclusivo mistificador, presentado por ‎Andrea Romano, del Partido Demócrata, fue aprobado por unanimidad por los representantes de ‎todos los demás partidos. ‎‎


Explicación para los lectores no italianos

En la noche del 19 de abril de 1991, el ferry Moby Prince chocó con el petrolero Agip Abruzzo ‎en la rada del puerto [italiano] de Livorno y se incendió. No hubo respuesta al SOS que el ferry ‎accidentado transmitió repetidamente. En el ferry en llamas murieron 140 personas después de ‎haber esperado durante horas una ayuda que nunca llegó. ‎

Hace décadas, a pesar 3 investigaciones y de 2 procesos ante tribunales, que las familias de las ‎víctimas esperan inútilmente que se divulgue la verdad, una verdad que emerge claramente de ‎los hechos. ‎

Aquella noche había en la rada de Livorno un intenso tráfico de navíos militares y militarizados de ‎Estados Unidos que llevaban a la base estadounidense de Camp Darby –cercana al puerto– parte ‎del armamento utilizado en la guerra del Golfo. Otros misteriosos barcos también se hallaban en ‎el puerto italiano. El Gallant II (nombre de código Theresa), un barco estadounidense ‎militarizado, abandonó precipitadamente la rada inmediatamente después del accidente. El día ‎‎21, el Oktoobar II de la empresa Shifco, cuya flota, donada a Somalia oficialmente para la pesca ‎por la Cooperación Italiana, era utilizado para transportar armas estadounidenses y desechos ‎tóxicos, incluso radioactivos, hacia Somalia y para aprovisionar con armas a Croacia, entonces ‎en guerra contra Yugoslavia. Después de haber encontrado pruebas sobre ese tráfico, ‎la periodista Ilaria Alpi y su operador Miran Hrovatin serían asesinados en 1994, en Mogadiscio, ‎al caer en una trampa organizada por la CIA con ayuda de la red Gladio y de los servicios ‎secretos italianos. ‎

Todo indica que, en la noche del 10 de abril, se estaba transbordando ‎armamento estadounidense en la rada de Livorno. En vez de regresar a Camp Darby, ese ‎armamento se enviaba en secreto a Somalia, Croacia y a otras regiones, incluso alimentaba los ‎escondites de armas que el Gladio tenía en Italia. ‎

En el momento de la colisión, quienes estaban al mando de la operación –seguramente el mando ‎estadounidense de Camp Darby– trataron de borrar las pruebas que podían incriminarlos, ‎eso explica una serie de hechos extraños: la señal del Moby Prince resultaba muy difícil de ‎captar, a pesar de que el ferry estaba a sólo 2 millas del puerto; el silencio de Livorno Radio, el ‎operador público de las telecomunicaciones, que no se comunicó con el Moby Prince; ‎el comandante del puerto, extrañamente «ocupado con otras comunicaciones radiales», que ‎no guió la ayuda pero que sería inmediatamente ascendido a almirante; la ausencia –o más bien ‎la desaparición– de los registros de radar y las imágenes satelitales, principalmente sobre la ‎posición del Agip Abruzzo; las falsificaciones de la nave bajo control judicial, de donde ‎desaparecieron instrumentos fundamentales para las investigaciones. ‎

Y no se hablará de que toda la tragedia del Moby Prince gira alrededor de Camp Darby, ‎la misma base estadounidense que los jueces Casson y Mastelloni estuvieron investigando ‎durante la indagación sobre la organización golpista Gladio. Camp Darby es una de las bases ‎Estados Unidos/OTAN que, según escribe Ferdinando Imposimato, presidente honorario de la ‎Corte Suprema de Casación, proporcionaron los explosivos utilizados en las masacres de la Piazza ‎Fontana, de Capaci y de Via d’Amelio. En esas bases «se reunían terroristas, oficiales de ‎la OTAN, mafiosos, políticos italianos y francmasones, poco antes de los atentados» [Cf. ‎Ferdinando Imposimato, La Repubblica delle Stragi impunite (en español, “La República de las ‎masacres impunes”), Newton Compton, 2012. Disponible en italiano en Internet).‎

Fragmento de Guerre nucléaire. Le jour d’avant. D’Hiroshima à nos jours, qui nous mène à la ‎catastrophe et comment, Manlio Dinucci, traducido del italiano al francés por Marie-Ange Patrizio, ‎Editions Delga, París, 2021. p. 170-171.‎

Manlio Dinucci

Duró muy poco el sueño de los que veían en la denominada “fascista” Giorgia Meloni (por parte de las socialdemocracia y progresismos de distintos pelajes) como algo nuevo y distinto dentro del mundo occidental y cristiano, sobre todo con relación a la guerra de Ucrania y con el posicionamiento de una europa soberana. Siempre lo dijimos la Meloni es en realidad una neoconservadora globalista occidental, una especie de trumpistas a la italiana que los sueños húmedos de los llamados soberanistas quieren presentar como el “cambio” a está Señora. Es apenas cotillón xenófobo y conservador, pro otan con discurso antiUE. Dos entrevistas concedidas a Reuters y a ANSA en este mes desnuda la realidad de su “posición” política. Dossier Geopolitico

La italiana Meloni advierte sobre los riesgos más amplios que plantea el conflicto de Ucrania – Por Francesco Zecchini

CERNOBBIO, Italia, 4 sep (Reuters) – Giorgia Meloni, que encabezará un nuevo gobierno italiano con dos partidos alguna vez cercanos a Moscú, advirtió el domingo sobre el riesgo que representa para las naciones occidentales la invasión rusa de Ucrania, calificándola de «punta del iceberg» en una lucha por la influencia.

«Si Ucrania cae y Occidente perece, el gran ganador no será la Rusia de (Vladimir) Putin, sino la China de Xi Jinping», dijo Meloni, líder del partido nacionalista Hermanos de Italia, en una rueda de negocios.

“Y aquellos que son más débiles en Occidente, a saber, Europa, corren el riesgo de encontrarse bajo la influencia china. Así que tenemos que pelear esta batalla”, agregó en el Foro Ambrosetti en el norte de Italia.

Rusia ha buscado fortalecer los lazos con la China del presidente Xi luego de su invasión de Ucrania en febrero.

Meloni lidera el partido más grande en una alianza de centroderecha con el Partido de la Liga y Forza Italia de Silvio Berlusconi, que está en camino de una clara victoria en las elecciones de Italia del 25 de septiembre, lo que la convierte en la primera mujer en ser primera ministra.

Tanto la Liga como Forza Italia tenían vínculos estrechos con Rusia antes de la invasión de Ucrania.

Meloni, cuyos Hermanos de Italia tiene sus raíces en un partido posfascista, se ha pronunciado enérgicamente en apoyo de la línea occidental sobre Ucrania en varias ocasiones. 

“La guerra en Ucrania es la punta del iceberg de un conflicto destinado a remodelar el orden mundial”, dijo el domingo.

El líder de la liga, Matteo Salvini, dijo en la misma conferencia que la Unión Europea debería proteger a las personas en países como Italia que sufrían los efectos secundarios económicos de las sanciones contra Rusia.

“Sigamos castigando al agresor pero protejamos a nuestras empresas ya nuestros trabajadores”, dijo.

“Porque ganar las elecciones y heredar un país de rodillas no sería muy satisfactorio”, agregó.

Fuente: REUTERS https://www.reuters.com/world/europe/italys-meloni-warns-broader-risks-posed-by-ukraine-conflict-2022-09-04/ 

Meloni dice que se retiraría del plan Belt & Road de China

(ANSA) – ROMA, 23 DE SEPTIEMBRE – La favorita para convertirse en la próxima primera ministra de Italia, la líder conservadora de los Hermanos de Italia (FdI), Giorgia Meloni, dijo el viernes a la agencia de noticias taiwanesa CNA que se retiraría de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China si lidera la próxima probable gobierno de centro-derecha después de las elecciones generales del domingo aquí.

    Meloni, de 45 años, quien sería la primera mujer primera ministra de Italia y la jefa de gobierno más derechista desde la Segunda Guerra Mundial, dijo que unirse a la ‘Nueva Ruta de la Seda’ había sido un «gran error».

    Dijo que si tuviera que firmar la prórroga del memorando correspondiente hasta 2024 «mañana por la mañana, me costaría ver las condiciones políticas para hacerlo».

    Meloni dijo que con un gobierno de centro derecha en Italia, «es seguro que Taiwán será una cuestión fundamental para Italia».

    Describió como «inaceptables» las amenazas de China contra la isla, que dice es parte de su territorio.

    La probable futura primera ministra dijo que había «seguido de cerca, con inquietud» los desarrollos más recientes en las tensiones entre China y Taiwán. (ANSA).

https://www.ansa.it/english/news/business/2022/09/23/meloni-says-would-pull-out-of-chinas-belt-road-scheme_65390a02-3562-42df-8c07-0d96ae91164c.html

Convocado por Roberto de la Madrid y su equipo de “Detrás de la razón”, para “analizar” los fastos de la pompa fúnebre -para entender que hay detrás de todo este show mediático global escandaloso, a que se obligó casi en una cadena mundial a las poblaciones de globo terráqueo a participar de las exequias de uno de las monarquías mas sanguinarias que hubo y que existe en el Planeta la monarquía británica de la Familia Winsor

Con el título: MUERTA LA REINA: ¿ORDEN O DESORDEN? con Carlos Pereyra Mele

El equipo de “Detrás de la razón” subió el 22/9/2022 a You Tube mi intervención y también a Facebook y por ello la difundimos en nuestro sitio web de Dossier Geopolitico, nos parecio oportuno ademas del video también a continuacion publicar los comentarios de los visitantes porque ello demuestra que a pesar del atosigamiento y machaqueo de la transmisión televisiva de los fastos fúnebres “reales” las poblaciones NO ESTÁ TAN ADORMILADAS como quiere la Angloesfera

Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico

ALGUNOS DE LOS COMENTARIOS SUBIDOS AL VIDEO:

Maravilloso escuchar a  tú invitado, más claro ¡IMPOSIBLE! Excelente programa Roberto 👍👍👍👍👍👏👏👏👏👏💛💙❤

Dora Laprovitola

hace 3 horas

🇦🇷 Excelente programa excelente Invitados desde Argentina Dios te bendiga Roberto 😘👌 👍👍

Irma Campoy

hace 3 horas

No me canso de escuchar a tanta gente congruente e inteligente 👏👏👏👏

Ronald Quintana

hace 5 horas

Dios te bendiga por tu gran trabajo y lo mas importante que la gente abra los ojos y mi deseo que las personas regresen a Cristo,un fuerte abrazo desde Barcelona

Alberto Rodríguez R.

hace 1 hora

En otro capítulo de tus análisis, se expuso la pirámide de poder en el planeta y quiero preguntar si la monarquía inglesa es parte de la Nobleza Negra Veneciana?

Lya

hace 4 horas

Quieren que el mundo pase hambre, frío, miedo… Pero no saben que todo eso nos hace más fuertes 💪💪💪

Arriba la humanidad !!

Doña Petra Perez

hace 1 hora

Muy buenos invitados.muchas gracias.

Blanca Cardona

hace 4 horas

Siiiii, Sr. Carlos, excelente su comentario. 👍👍👍👍👍

carlos antonio

hace 4 horas

Saludos Roberto y equipo

Omar Reyes

hace 4 horas

saludos Roberto de la Madrid buen programa desde república.dominicana

Maria De Jesus Teresa Barrera

hace 3 horas

Totalmente de acuerdo con tus invitados y contigo, esto de la muerte de la reina, Un verdadero  show de borregos, que lo van a pagar muy caro.

Raul Oropeza

hace 5 horas

Saludos desde California a Roberto de la Madrid y a Shadi y no me están llegando las notificaciones ustedes son los mejores de YouTube

mq

hace 5 horas

DIOS TE BENDIGA Y OS GUARDÉ DE TODO MAL MATEO 24 LA PAZ DE DIOS

raquel ruiz perez

hace 3 horas

🤭 muy bueno el chiste !!! 😂😂😊

SGabril sandrix

hace 3 horas

Carlos Pereyra 💛🇵🇪

Marco Telleria

hace 5 horas

Vamos Argentina.

carolina rodriguez

hace 1 hora

La reina no murió, está en Venus donde está siendo juzgada  por   los reptiles de mas alto rango que ella.

jony sanchez

hace 5 horas (editado)

Están algo desesperados sin su nido no sabrán dónde poner los huevos

Enrique Juan

hace 4 horas

Las Malvinas son ARGENTINAS. Yo siempre meo mirando para la «M» de Inglaterra.

JOSE ANTONIO GONZALEZ CANO

hace 1 hora

grandes

Julio Blanco

hace 5 horas

Y que era reina de Inglaterra… No del mundo.

Gloria Sol

hace 5 horas

Un pueblo sordo y ciego alabando a sus  verdugos

Jeiler G

hace 2 horas

Excelente entrevista

No quería verlo por ser el tema la reina, esas monarquías genocidas no deberían existir.

Pero la aclaración, razonamiento y visión es exquisito.

«Que devuelvan las Malvinas a Argentina»

Gerardo DA

hace 4 horas

Pan y circo muchacho siempre funcion y a la gente le gusta el club vip

Rodolfo Casallo jimenes

hace 55 minutos

Sigue con la reina ,ya cambia de tema .

Doña Petra Perez

hace 1 hora

Respecto al pueblo Europeo, el que por su gusto es buey hasta la coyunta lame.

Juan Galván

hace 5 horas

La borregada

SGabril sandrix

hace 3 horas

No somos ciegos…van a implementar su n o m … veamos si podrán…Ilusos!

Carlos

hace 4 horas

Bueno y que con tanto dólar y los chuecos que tienen que pagar no hay ORO en el planeta que pague tanto dólar y los euros bueno que comiencen a escarbar

Francisca Pretel Fernández

hace 4 horas

Que cansinos con la monarquía … cansáis de verdad …

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