Por Víctor Ternovsky

Los desastrosos efectos del coronavirus pusieron de relieve la inviabilidad del mundo globalizado, observándose el retorno de Estados-naciones que avanzan en recuperar sus potestades otorgadas a organismos supranacionales. La pandemia marcará un antes y un después en el ordenamiento mundial.

AUDIO: https://mundo.sputniknews.com/popup/radio/?audio_id=41937966

Lo dijo a Radio Sputnik el intelectual argentino Carlos Pereyra Mele, director del think-tank Dossier Geopolitico.

«Se ha demostrado que un montón de estructuras supranacionales, en la práctica solamente han servido para el beneficio del gran capital y de grupos minúsculos pero poderosos, que a su vez han usado herramientas de confusión de la población y de dominación cultural como son los grandes medios masivos de comunicación», señaló.

Para argumentar sus palabras, citó el caso de la Unión Europea [UE] que ha tenido una reacción «básicamente nula» ante el desafío del coronavirus, con lo cual «cada país» que integra el bloque «ha actuado de forma individual, ha tomado decisiones que han sobrepasado las propias condiciones que impone la UE».

Como ejemplo, mencionó a España que «ha decidido invertir unas cifras multimillonarias para cubrir el desfasaje económico que viene y que supera ampliamente las instrucciones de los organismos comunitarios que le exigían tener un déficit fiscal de cierto porcentual».

Enfatizó asimismo que la pandemia está revirtiendo una dinámica en la que «la panacea era privatizar y seguir privatizando las estructuras del Estado».

Constató, por ejemplo, que el Gobierno italiano prevé la nacionalización de la aerolínea Alitalia. Países como Francia y Alemania también contemplan medidas semejantes en caso de ser necesario ante la crisis provocada por el coronavirus.

Estamos en presencia de un cambio profundo del actual sistema financiero, que está funcionando prácticamente por fuera de los Estados, sin ningún tipo de control de los Estados por sus acciones, algo que va a vivir un proceso de reconversión», afirmó.

«Creo que por primera vez en muchos años los pueblos van a volver a ser ejecutores de sus políticas y no ser simplemente una herramienta de mercado de consumo. Creo que las poblaciones están aprendiendo, de forma dramática, de que no se pueden desligar de lo que le pasa a la sociedad», subrayó Carlos Pereyra Mele.

Publicado en Sputnik: https://mundo.sputniknews.com/radio_que_pasa/202003241090884322-covid-19-geopolitica/

El rey de la desinformación : https://mundo.sputniknews.com/dicen_y_diremos/202003231090874323-rey-de-la-desinformacion/

El coronavirus se está comiendo a Occidente: https://mundo.sputniknews.com/radio_al_contado/202003141090785769-el-coronavirus-se-esta-comiendo-a-occidente/

Por Mario Pino (*)

En su “Desafío a la política neoliberal” J. E. Miguens relata que en el año 494 aC sucedió lo que puede haber sido el primer “sit in strike” de la historia occidental, cuando de manera pacífica pero contundente, la plebe de la urbe, cansada de guerrear y trabajar para los ricos y poderosos, tomó sus armas y se retiró al Monte Sacro en vigilia. El “hecho político -continúa Miguens- fue que el pueblo depuso su actitud de protesta porque le otorgaron el perdón de las deudas, derogaron el derecho del acreedor de encarcelar o esclavizar a sus deudores y, lo más significativo, se crearon magistraturas especiales destinadas a velar por la conservación de sus derechos” (Cap. 3). El autor sostiene acertadamente que, desde aquellos tiempos, el argumento de que unos están para mandar y otros para obedecer, Platón dixit, se esgrime por las clases dominantes y conservadoras para mantener sus privilegios.

En Chile, el estado de convulsión e intranquilidad ha provocado desde octubre de 2019 alrededor de 30 muertos, más de 2.000 heridos, entre ellos, los varios cientos que perdieron para siempre total o parcialmente la vista por la represión y denuncias consistentes sobre violaciones a los derechos humanos. El gobierno del presidente Sebastián Piñera sólo subsistió porque en el proyecto pinochetista estaban comprometidos los principales partidos opositores, que se unieron para salvar lo que pudieran de la institucionalidad cuestionada.

Como con los plebeyos del Monte Sacro, la “invasión de los alliens”, al decir de la primera dama Cecilia Piñera, se calmó parcialmente con las promesas de precios máximos para los medicamentos, rebaja en pasaje del transporte urbano para adultos mayores y aumentos en las pensiones. Pero las protestas arrancaron algo más importante: un plebiscito para encarar la reforma de la constitución pinochetista de 1980, que ninguno de los gobiernos democráticos atinó a cambiar. Esta concesión otorgada “in extremis” trata de encauzar la resolución del conflicto en el ámbito institucional de un proceso en el que volverán a enfrentarse dos sectores irreconciliables: quienes sostienen el sistema vigente versus quienes aspiran a mayores estándares de justicia, igualdad y democracia.

El atiborrado cronograma electoral, que sólo engañosamente puede sugerir diálogo ciudadano amistoso, es el siguiente: plebiscito constitucional el próximo 26 de abril para decidir si se desea modificar la constitución y cómo; 7 de julio, primarias municipales y regionales; 25 de octubre, se elegirán gobernadores, alcaldes y convencionales constituyente; en julio del 2021, primarias presidenciales; septiembre de 2021, el plebiscito ratificatorio constitucional; 21 de noviembre de 2021, primera vuelta presidencial, y 19 de diciembre segunda vuelta presidencial. El nuevo presidente constitucional asumirá en enero de 2022.

La cultura del “entertainment”, como parte del modelo, intentará dominar el escenario de la mano de las discusiones políticas. Todo este proceso debe llevarse adelante bajo la administración del actual presidente, cuya legitimidad ha descendido a niveles muy precarios y solamente se sostiene por el apoyo de la oposición institucionalizada.

Los hechos suscitados en Viña del Mar, durante los días de su famoso festival de la canción, han ratificado la convicción de que la ebullición subyace es difícil de calmar, lo que hace dificultoso que el tiempo del largo cronograma pueda transitar un camino de diálogo y reflexión pacífica; más bien, puede colocar a Chile entre Escila y Caribdis; entre la revuelta y la represión. El voto opcional instituido para los procesos electorales, único mecanismo de participación política regular de la ciudadanía, fue rápidamente cambiado por una ley de voto obligatorio, después de los disturbios, que intenta comprometer al pueblo en las decisiones políticas mediante el mecanismo electoral. Chile puede haber llegado tarde a este remedio cuando ya, al igual que en todo occidente, la desconfianza en la democracia republicana y el desprestigio de los partidos políticos que la sostienen aparece como de muy difícil reversión.

El sistema se mantuvo a lo largo de medio siglo por la razón o la fuerza; por la razón del proceso democrático hasta ahora, y antes, por la fuerza de la dictadura que lo estableció. Su implosión encierra las dudas sobre la validez del camino transitado que se mostraba como ejemplo, no solamente a los países de la región, sino al mundo entero. Hasta la economía que sostenía el proyecto crujió y la expectativa de crecimiento para 2019 se desplomó de 2,5% a poco más del 1% como consecuencia de sólo tres meses de conflicto.

Desigualdad, injusticia y participación constituyen el corazón del conflicto que, en dos años, que pueden parecer eternos, trataran de resolver los chilenos. En este intento puede radicar la esperanza del reencuentro de los chilenos con Latinoamérica.

(*) Abogado y diplomático.

Articulo autorizado a su publicación por el Dr. Mario Pino y la Dirección del diario «Hoy día Córdoba»

FUENTE: https://www.hoydia.com.ar/opinion/66988-chile-mas-alla-de-la-razon-o-la-fuerza.html

Por el Licenciado Jorge Nelson Poma. 

Introducción:

Nos es sencillo o fácil establecer y afirmar categóricamente, como verdades absolutas e irrebatibles, las dos tendencias que se vislumbran hoy en Iberoamérica sin que alguien salga lastimado en sus convicciones, pero, si se nos permite expresar nuestro pensamiento, que sirva para el análisis de otros para que también que emitan opinión, vale en nuestra buena intención, tal como dijo Kant “La buena intención es buena en sí misma”, entonces comprendemos que las líneas de pensamiento colegiadas, por decirlo así, poseen cimientos más fuertes, que los pensadores en soledad. 

Comenzando con el tema central, podemos hablar del Pensamiento Nacional o Neoliberal, popular o aristocrático, pero a ellos debemos agregar sus deformaciones, aquellos que transforman lo popular en populismo demagógico con creación de dependencia; en tanto que el pensamiento aristocrático es transformado o deformado en una oligarquía perversa, egocéntrica y antinacional, sumisa a poderes supranacionales, a los que comúnmente llamamos perduellis o traidores a la Patria; cabe aclarar para el caso argentino que, cuando se modificó la Constitución Nacional en 1994, se modificó la figura de traición a la Patria, favoreciendo la impunidad de aquellos que así lo hagan, por lo que tenemos razones valederas que nos habilitan a pensar que fue un lamentable hecho en forma deliberada en cumplimiento de exigencias de poderes supranacionales a través del estado profundo o el siniestro submundo del poder político de dominación regional por sobre los estados de Iberoamérica. 

En extrema síntesis, intentaremos brindar un panorama general de fundamento, ya que mucha gente común lo desconoce, y con un profundo respeto a los analistas e investigadores que dominan la temática de marras, entendemos que educar al Soberano, constituye un deber de estricta justicia; entonces veamos: 

Lineamientos generales del Pensamiento Nacional

Relacionado a las fortalezas iberoamericanas, que molestan a los poderes anglosajones con sus dinastías del poder económico mundial, particularmente a los británicos y norteamericanos, se resumen en aquellos Estados que favorecen el desarrollo, la unión e industrialización de la región, constituyendo una Patria Grande Continental Industrial, pulverizando la sumisión a las multinacionales. 

Mantener firme el plan nuclear argentino y extenderlo por toda Iberoamérica, cortando el cordón umbilical de las potencias extranjeras, es uno de los pilares básicos que debemos defender, considerando que ya Bolivia, Brasil y Perú, demandaron la tecnología nuclear argentina. 

Ya se están proyectando centrales nucleares de producción eléctrica de base, con una capacidad de 250 MW, para Bolivia y la exportación de los CAREM 25 de producción íntegramente argentina; en tanto que la tecnología satelital argentina es tan avanzada como las mejores del mundo, gracias a la firmeza con que defendieron nuestros científicos la CONAE (Comisión Nacional de Energía), CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica) e INVAP (Investigaciones Aplicadas). 

El ¡Compre Nacional y de la Patria Grande!, como el intercambio de producción industrial iberoamericana, entre los países componentes, como premisa fundamental, debe ser otro de los pilares fundamentales de nuestra integración, dejando las importaciones de producción foránea, sólo en aquellos casos que no puedan ser elaborados por nuestra industria naval, terrestre o aeroespacial. 

Desarrollo de las Autovías integrando toda la región, con una planificación estratégica de intercambio interior al más bajo costo y no sólo a los puertos, es otra de las premisas para poner como prioridad nuestra integración. 

Cabe señalar en esta planificación estratégica, que debemos resaltar la concreción de las autopistas hídricas: de la Cuenca del Río de la Plata, materializadas con el Paraná – Paraguay y el Bermejo, su conexión con la Cuenca del Amazonas, Cuenca del Orinoco, Cuenca del Negro, su salida oceánica (Atlántico y Pacífico) para utilizar el Canal de Nicaragua en proyectada construcción. 

Lo señalado, nos brinda una comunicación integral, con el medio de transporte más barato conocido, a través de los trenes de barcazas, con el consabido beneficio de desarrollo regional, culminando con precios de productos competitivos a nivel mundial; cuestión que no quieren las dinastías del poder económico mundial de siniestras intenciones hegemónicas que someten a las naciones a través de guerras híbridas destructoras del desarrollo local imponiendo la dependencia de industrias y explotación extranjera. 

Mantener y acrecentar, en Iberoamérica, vínculos y acuerdos con China, India y Rusia, ávidos de inversiones no usureras, ya que los mismos no tienen intenciones imperiales, ni expansionistas. 

Fortalecer la unión a través del MERCOSUR (Mercado Común del Sur) – UNASUR (Unión de las Naciones del Sur) – CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe), en razón a que consolida la tendencia a la conformación del país continental industrial y tecnológico, como estrategia de logro del peso apropiado para participar con suficiencia en el juego de ajedrez, de las naciones del mundo. 

Necesitamos mejores avances para bajar los índices de desocupación, con trabajos genuinos, evitando los planes permanentes que crean dependencia fomentando la vagancia en cualquiera de los estados componentes, afirmando que los planes mencionados son útiles, si se establecen en forma transitoria, pero la búsqueda reside en el logro de un trabajo digno, con capacitaciones para el mejoramiento de los salarios. 

El desendeudamiento debe ser una política de estado de toda Iberoamérica, porque la deuda es la forma de la esclavitud del Siglo XXI, todos lo sabemos, pero resulta muy cómodo pedir, muy dificultoso arreglarnos con lo nuestro y casi imposible quitarnos de encima a los monstruos del poder económico mundial; de los cuales debemos expresar que los Bancos están para servir y no para servirse. Si somos deudores de la Banca Privada y Supranacional, dependemos de ellos y se sirven de nuestras riquezas o territorio; creando nuestros propios Bancos sirven al Soberano, que es nuestro pueblo. 

Todos los bienes estratégicos deben encontrarse en manos del Estado, estamos hablando de los ferrocarriles, las aerolíneas de bandera, el petróleo, el agua, la energía, la minería en general, el litio en particular: el litio es el petróleo del Siglo XXI, así lo entendieron Chile y Bolivia, que crearon empresas estatales para la explotación del litio, en cambio en Argentina, se entregó la explotación a manos extranjeras (Australia, Canadá y Japón).

Relacionado a lo expuesto precedentemente, entendemos que la estrategia de desarrollo apropiada para el litio es la elegida por Chile y Bolivia, en tanto que en Argentina parecería que ha surgido un grupo de empresarios que quiere concretar una alianza mixta con los consorcios extranjeros para la explotación del litio, si bien es un avance, mejor sería una empresa estatal para el litio, como lo fue en su momento con el Gral. Mosconi YPF para el petróleo, el que lamentablemente hoy es mixta y sólo el 51% argentino. 

Aclaremos que con el golpe de Estado reciente, Bolivia evidencia estar en retroceso acelerado hacia su primarización y extranjerización, por lo que el litio en ese esquema dejará de ser patrimonio del Estado, o sea de los bolivianos.

En relación a las Fuerzas Armadas Iberoamericanas, entendemos la necesidad de constituir una sola fuerza armada combinada, de modo tal que, al definirnos como Zona de Paz, deben ser eliminadas las hipótesis de conflicto interior y mantener la defensa respecto a potencias extranjeras. El primer ejemplo, obviamente es la usurpación por la fuerza de los archipiélagos del Atlántico Sur, lo cual es distinto a los países que permitieron el establecimiento de bases militares de potencias foráneas por su voluntad, por presiones de esas potencias foráneas, o por mero espíritu entreguista o carente de patriotismo de los sectores dominantes en el poder, como lo es el caso colombiano, paraguayo y otros en vía de aceptación. 

Estas Fuerzas Armadas Combinadas Iberoamericanas, con capacidad de disuasión creíble, ante potencias extranjeras continentales o extra continentales, nos posibilitarán la supervivencia futura. Tomemos como ejemplo, la vasta riqueza de los mares, su proyección antártica, las bondades de la pesca marina, en especial el conocido krill y sus proteínas, minerales submarinos, productos farmacéuticos de la flora marina; valga también como ejemplo, el Amazonas y sus riquezas aún desconocidas, etc. 

Para que esto se concrete, debe ser de interés iberoamericano, con soberanía argentina para el primer ejemplo y brasilera para el segundo obviamente, pero la unión hará posible cuidar lo nuestro como Patria Grande; sumamos la imperiosa necesidad de la industria para la defensa, como lo fue en Argentina la Fábrica Nacional de Aviones, Fábrica del Tanque Argentino Mediano (tan solicitado por muchos países del mundo en especial de Medio Oriente), Fábrica de Cañones y Armas Portátiles (Hoy bloqueadas en su producción por intervención británica), los astilleros como Río Santiago y un multitudinario etcétera, las que dejaron de funcionar por los vergonzosos, denigrantes y traicioneros Acuerdos de Madrid I y II, aceptados por los perduellis de turno. 

Otra acción para concretar el Pensamiento Nacional, es la erradicación de todas las ONGs (Organizaciones No Gubernamentales) extranjeras, que operan encubiertas en los territorios de los países componentes, con finalidades siniestras, como producir: golpes de Estado, conflictos entre países hermanos, propaganda subliminal, evitar el desarrollo de tecnologías competitivas (aviones de combate, naves de guerra, todo tipo de armamento, evitar planes espaciales y de vectores como el Tronador argentino, Proyecto Cóndor destruido a cambio de créditos del Banco Mundial, etc.); también entorpecer la ciencia y tecnología nuclear, disminuir las fuentes de producción de energía, como las hidroeléctricas y nucleares, etc. 

Buscan de hecho profundizar nuestra dependencia de los combustibles fósiles, y con ello nuestra dependencia económica y política. Mejorar exponencialmente la calidad educativa en toda Iberoamérica, ya que en las pruebas PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos), damos lástima, a pesar que individualmente, existen científicos de los mejores del mundo, pero masivamente, los resultados nos dejan mal parados. Creo que en la última prueba, los países iberoamericanos obtuvieron puestos en los diez últimos lugares entre 60 países encuestados, eso debemos revertir porque la educación es tal vez el mayor poder mundial en las batallas que se libran cotidianamente. 

Concretar Geopolíticas estables, con rango de políticas de estado, para cada país por separado y las Geopolíticas comunes al estado continental industrial y tecnológico, en conjunto para toda Iberoamérica; valgan como ejemplos, las autopistas hídricas para la unión de casi toda la región, y que esas Geopolíticas sean transformadas en Políticas de Estado, a partir de las cuales permitan el cambio de presidentes, pero que se mantengan las Políticas de Estado invariables en sus objetivos acordados. 

Para comprender la importancia fundamental de las geopolítica comunes en Iberoamérica, valga como ejemplo lo siguiente: durante la década infame de los 90 del siglo pasado los perduellis privatizadores de todo desarrollo argentino, quitándole el control al Estado en bienes estratégicos, se les ocurrió privatizar Yacyretá la represa hidroeléctrica más grande de Argentina y creo que 6ta del mundo.

Quién salvó a la Argentina de ese desastre industrial y económico fue nuestra hermana República del Paraguay, porque los paraguayos concretaron el convenio o la geopolítica de integración a través de Yacyretá, con el Estado Nacional Argentino y no con un privado y extranjero. ¡Gracias Paraguay! 

Motivar por todos los medios posibles la Identidad Supranacional Iberoamericana, como concepto opuesto al de globalización, y como un bien supremo que nos hará libres e independientes real y verdaderamente, con una economía nacional, no liberal que nos esclavice con deudas impagables. 

El concepto de Soberanía depositado en el pueblo, como el legítimo beneficiario de todo lo que implemente cada Estado y en conjunto el Estado Continental Industrial y Tecnológico, cuya unión se encuentra en mejores condiciones básicas que la UE o África, porque tenemos un mismo idioma de origen latino, con una pequeña variante entre el castellano y el portugués, pero que nos entendemos, con la misma religión mayoritaria y con largo basamento histórico, las costumbres muy similares, etc., que nos da una marcada ventaja para el logro de esa unión. 

Lineamientos generales del neoliberalismo

Podríamos señalar en un solo párrafo, expresando, todo lo contrario al Pensamiento Nacional, pero veremos algunos conceptos relevantes de esta tendencia introducida en Iberoamérica. 

Las privatizaciones de los bienes estratégicos, el endeudamiento crónico con esclavitud asegurada, acuerdos que favorecen a las potencias extranjeras como el TTP y el TTA o Tratado Transpacífico y Tratado Transatlántico respectivamente, que favorecen marcadamente a EEUU – Gran Bretaña – Unión Europea – Japón y Otros, con sumisión a occidente, integrar el NOM o Nuevo Orden Mundial aceptando la identidad foránea, no integrar las organizaciones supranacionales como el MERCOSUR, UNASUR y CELAC, depositar la soberanía en una clase sectorizada y no en el pueblo, crear dependencia bancaria y de fondos buitres que constituyen la peor forma de esclavitud Siglo XXI, mantener fuerzas armadas adiestradas por potencias extranjeras, ejercicio de la necropolítica como uso social de cómo vivir o cómo morir y otras medidas que se le ocurran agregar al lector, que guarden ese concepto de lo antinacional; éstas medidas desarticulan a cualquiera de las naciones componentes de la Patria Grande que queremos, en la cual pretendemos construir el Estado Continental Industrial y Tecnológico que necesitamos. 

Esto no se trata de política partidaria, sino de una Hipótesis Geopolítica, sobre las tendencias más relevantes o dominantes que se desarrollan en la región, explicada en extrema síntesis y con expresiones aptas para que se entienda en todos los niveles. Esperamos que sirva a la reflexión y para generar opiniones edificantes. 

FUENTE DE CONSULTA:

http://www.eldiario.es/catalunyaplural/neoliberalismo-aplica-necropolitica-personas-rentables_0_479803014.html

“Hay dos formas de conquistar y esclavizar a una nación. Una es la espada, la otra es la deuda.”

John Adams. 2do Presidente de los EEUU (1797-1801).

A modo de introducción: Niall Ferguson es un conocido historiador, escritor y profesor británico especialista en historia económica y financiera a cargo de la cátedras de Historia en la Universidad de Harvard​ y de Administración de Negocios en la Harvard Business School. Siempre ha mostrado un gran interés por los derroteros de la economía argentina; ya que sostiene que ella es una suerte de laboratorio en el que suceden cuestiones interesantes. Es más, asegura que muchas veces, éstas se adelantan a las que pasan a nivel mundial.

Concretamente, en su libro “The Ascent of Money” (El Ascenso del Dinero), (1) examina la larga historia del dinero, del crédito y de la banca; predice una crisis financiera como resultado de que la economía mundial y, en particular, profetiza que el uso excesivo del crédito por parte de los Estados Unidos están produciendo un gran burbuja, a punto de estallar.

Históricamente, sostiene que fue la República Argentina, en  la que produjo el primer default de la historia y que llevó a la Casa Baring Brothers de Londres a la quiebra. Explica que éste se produjo por nuestro incumplimeinto de pago de un empréstito contratado por el ministro de gobierno y de RRII de la Provincia de Buenos Aires, don Bernardino Rivadavia, en  julio de 1824, por un total de un millón libras esterlinas. Dicho empréstito se terminaría de pagar 80 años después, durante la presidencia de Julio A. Roca.

Casi dos siglos después de nuestro 1er default, otro medio británico, “The Financial Times”, sostuvo, solo hace unos meses atrás, en su edición semanal, que la Argentina se aproximaba hacia su 9no default.

No es el objeto de este trabajo hacer un análisis económico-financiero de nuestros frecuentes y recurrentes defaults. Tampoco, hacer una prognosis del próximo. Nuestro ciencia de estudio principal es la Geopolítica. Por lo tanto, el objetivo es analizar a nuestra deuda externa desde el objeto y con las metodologías de esa ciencia.

***

Desarrollo: Antes de proseguir con nuestro análisis es menester definir qué entendemos por Geopolítica, ya que ella nos aportará el marco conceptual de este trabajo. En concordancia con su significado etimológico, a la Geopolítica, en términos generales, se le atribuye como objeto de estudio el impacto de la Geografía sobre la Política, y viceversa. Pero, con los años, este campo de acción se ha visto ampliado. Especialmente, se la ha orientado hacia el diseño de estrategias vinculadas al posicionamiento, al desplazamiento y al empleo de fuerzas en relación a las masas terrestres y a los espacios marítimos circundantes y a su mutua interacción.

Más recientemente, la Geopolítica al verse  sorprendida por una serie de fenómenos, como la globalización, a su vez, contrapuesta a la fragmentación de los Estados, al avance tecnológico y a los efectos del Cambio Climático; debió adaptarse para explicar los nuevos escenarios. Entre estos intentos se destaca el de la Meta-Geopolítica propugnada por el neurólogo y filósofo Nayef Al-Rodhan. Una teoría que propone un estudio interdisciplinario que busca reconciliar la política realista del poder con un desarrollo sustentable para con la dignidad humana.(2) También, en esta marco se pueden inscribir los principios metapolíticos que guían el accionar del Papa Francisco. (3)

Pasando al tema que nos ocupa, es decir nuestra deuda externa; podríamos realizar un análisis exhaustivo de ella, pero creemos que tal esfuerzo excede los límites de nuestro trabajo y la paciencia de nuestros lectores. Por otro lado, creemos que el análisis de un solo de ellos, el primero, y sobre el que no pesan ya acusaciones políticas; bastará para explicar nuestra tesis. Que la deuda externa es tan injusta como impagable.

Nuestro primer default empieza a tomar forma cuando la Junta de Representantes de la Provincia de Buenos Aires, sanciona una ley el 19 de agosto de 1822,  por la cual faculta al gobierno a: “…negociar, dentro o fuera del país, un empréstito de tres o cuatro millones de pesos a valor real». Establece que los fondos serían utilizados para la construcción del puerto de Buenos Aires, el establecimiento de pueblos en la nueva frontera, la fundación de tres ciudades sobre la costa y dotar de agua corriente a la ciudad de Buenos Aires.

A los efectos de los manejos financieros, se creó un consorcio para manejarlo encabezado por:  Braulio Costa, Félix Castro, Miguel Riglos, Juan Pablo Sáenz Valiente y los hermanos Parish Robertson. Ellos negociaron y contrataron con la firma  Baring Brothers & Co. de Londres un empréstito por 1 M de libras esterlinas. Su colocación sería del tipo del 70%. Es decir que se estipulaba un empréstito por un total; pero del que sólo se recibiría el 70% del mismo. Por su parte, los negociadores del consorcio se llevarían 120.000 libras y otras 30.000 irían para la Baring en carácter de comisión.

Los intereses serían pagados, semestralmente, por la Casa Baring a nombre de Buenos Aires,  cobrando una comisión del 1% por ello. El Estado de Buenos Aires, por su parte: «empeñaba todos sus efectos, bienes, rentas y tierras, hipotecándolas al pago exacto y fiel de la dicha suma de 1.000.000 de libras esterlinas y sus intereses». Baring retendría 200.000 títulos al tipo 70 y vendería en bolsa los 800.000 títulos restantes, cobrando otra comisión del 1%.

Como no se había especificado como llegaría el dinero a la Argentina; el consorcio aconsejó a la Casa Baring que la mejor manera de hacerlo era la de enviar letras giradas contra casas comerciales de prestigio con garantías en Buenos Aires. Entre ellas, se destacó la de los hermanos Parish Robertson, integrantes del consorcio.

Le evitaremos al lector complejos cálculos de Matemática financiera para saber cuánto se recibió de lo prometido. Al final, del millón de libras que totalizaba el mismo, solo llegarían a Buenos Aires unas £570.000, en su mayoría en letras de cambio y sólo una parte menor en metálico.

Por su parte, las obras previstas nunca se realizaron; ya que cuanto el préstamo llegó, la Legislatura cambió de idea y resolvió que el dinero debía tener otro fin. Al efecto, fue entregado al Banco de Descuento para que lo entregara como créditos a sus clientes, a intereses mucho más bajos que los que pagaba la provincia por ese dinero. (Cualquier similitud con lo ocurrido durante el gobierno de Mauricio Macri y sus amigos del poder no es mera coincidencia).

Para hacer breve una historia larga, podemos sintetizar que para 1827,  durante la gobernación de Manuel Dorrego, los servicios de la deuda equivalían al 120% de la recaudación provincial. Por lo que un default se veía como inevitable. Para demorarlo,  en 1866 se reprogramó la deuda a más de 30 años. Finalmente, el empréstito solo se pagaría, por completo, ochenta años más tarde, durante la 2da presidencia de Julio A. Roca. No sin antes producir la grave crisis conocida como el Pánico de 1890. (4)

Justamente, resulta muy interesante cómo se terminó de pagar la deuda de nuestro 1er default; pues creemos que allí se encuentran, también, los criterios para la solución del próximo.

Tal como lo hicimos con la Geopolítica, es necesario hacer algunas distinciones respecto de la Economía. Una ciencia en las que, también, hay escuelas de pensamiento que tienen diferentes visiones sobre las deudas externas y qué hacer con ellas. Por ejemplo, la Económica ortodoxa, sostiene que se deben pagar como condición, sine qua nom,  para lograr la ansiada inserción internacional de países, la llegada de inversiones y su despegue económico. .

Es la escuela más extendida de todas y es la sostenida por los organismos multilaterales de crédito como el FMI. Pero, no es extraño que ellos funcionen, en la práctica, como un  lobby a favor de los acreedores de los países deudores. Esta presión es acompañada por consorcios de economistas locales que impulsan los contratos de deuda, aunque muchas veces estos sean ilegales por no responder al orden legal y/o constitucional del país en cuestión. Por ejemplo, cuando se insertan cláusulas en la que los Estados soberanos renuncian al uso de sus propios tribunales de justicia o a  pedir la nulidad del contrato, si esto fuera necesario.

Conceptualmente, los sostenedores de la escuela ortodoxa no dudan en afirmar que su escuela es la única posible y no se cansan de repetir de que todo heterodoxia está fuera, incluso, de una sana discusión.

Pero, como trataremos de explicar, hay otras escuelas de pensamiento económico. Veamos.

Para empezar, podemos irnos muy lejos, cuando éramos, apenas, un proyecto de Nación. Ya que tal como lo dice el experto en economía americana, Carlos Louge,(5) desde la época de las Reducciones Jesuíticas, existía por estas tierras todo un sistema económico digno de ser estudiado. Uno que fue, luego, perfeccionado y continuado por Manuel Belgrano, Ernesto Tornquist y Silvio Gesell.

Concretamente, el sistema de economía jesuítica descrito por Louge estaba basado en las ideas de la Escuela de Salamanca. Una escuela que lejos de pasar desapercibida, ha sido reconocida por el  economista austríaco, Joseph Schumpeter, como el mejor antecedente de su propia escuela, la muy conocida Escuela Austriaca.

Este reconocimiento no es extraño ya que desde el mismo seno del Imperio Austro-Húngaro, el de la dinastía de los Austrias como Carlos V de Alemania y Felipe II de España, las ideas de Salamanca eran muy conocidas y respetadas. Lo que permitió que, mutatis mutandi, se establecieran puentes que conectaban a ambos mundos. El americano con las exitosas experiencias jesuíticas y al europeo con sus ideas teóricas, por el otro.

Ello permitió que muchos siglos después dos pensadores americanos; pero de origen germano, revolucionaran, cada uno a su manera, el mundo de las teorías económicas.

Nos referimos a los ya mencionados, el banquero argentino Ernesto Tornquist y al economista argentino-alemán Silvio Gesell. Ambos son los responsables intelectuales de que durante la 2da presidencia de Julio A. Roca, se pudiera conjurar la crisis económica de 1890 producida por el default del empréstito contraído con la banca Baring en 1822, en los términos que ya hemos explicado.

Por aquella época, el mundo económico giraba en torno a la Libra Esterlina respaldada en el patrón oro. Pero, tanto Tornquist cómo Gesell, aconsejaron a Roca que la Argentina lo abandonara para salir de la crisis.  Roca les hizo caso y para ello, el gobierno creó el Peso Moneda Nacional, unificando el sistema monetario argentino. La experiencia tuvo éxito.

Tras esa exitosa experiencia, que atrajo la atención mundial,  Gesell gozó del raro honor de que uno de los mayores economistas de la historia, J.M. Keynes, sostuviera que sus ideas se basaron en las suyas; ya que afirmó que la posteridad más les debería a ellas que a las de Carlos Marx.(6)  Nuestra última mención a Keynes no es casual. Pues, como todos sabemos, las ideas de éste fueron las que inspiraron al presidente norteamericano Franklin .D. Roosevelt para sacar a su país de la Gran Depresión de 1929.

Por eso es que antes de seguir, nos preguntamos, si en lugar de mirar hacia afuera, en busca de teorías y doctrinas ajenas. No ha llegado el momento de buscar en lo nuestro. Cuando, precisamente, teníamos algo que decir y éramos escuchados y respetados. Prefiriendo, de esa forma, a lo nuestro por sobre lo que nos es ajeno.

A veces, parecemos tener la sensación de Bill Murray en su famosa película: “El Día de la Marmota”. Ya que parece que cada vez que nos despertamos lo hacemos en un mismo día y a una misma hora. Sin importar cuanto hagamos para modificar nuestro destino, parecemos condenados a repetirlo. Pero, como el personaje de la película, también, nosotros queremos salir de este ciclo y conquistar a nuestra Rita. O en este caso, dejar de vivir en un país pobre; pues, como decían los romanos: no hay hombre rico en un imperio pobre.

Veamos, cómo podemos hacerlo.

La primero, es reconocer que la deuda externa argentina; por un lado, no tiene justificación administrativa, económica ni financiera; tal como lo sostiene uno de sus mayores estudiosos: Alejandro Olmos. (7) Por otro lado, hay que aceptar por cierto lo que sostiene el 2do presidente de los EEUU, John Adams, quien afirmó que: “Hay dos formas de conquistar y esclavizar a una nación. Una es la espada, la otra es la deuda.”  A confesión de parte, relevo de prueba, agregamos nosotros.

Lo segundo es adoptar una “Insubordinación Fundante” como lo afirma y lo fundamenta Marcelo Gullo.(7) Quien explica que siendo un país periférico como somos; nos caben dos actitudes posibles. Ser complaciente con los poderes establecidos o, por el contrario, diferenciarnos y construir el propio. Es más, lejos de cualquier xenofobia, es el mismo autor quien nos aconseja seguir la misma trayectoria de aquellos países que lo lograron; tales como: la Gran Bretaña de la Revolución Industrial y los EEUU de los federalistas como Alexander Hamilton. Al efecto, adoptar una política exterior realista basada en nuestros intereses  nacionales y alejada de cualquier alineamiento automático. Si es necesario, por ejemplo, tomar la decisión de irnos del Mercosur. (9)

Lo tercero es recrear los criterios de aquel éxito económico que nos permitió superar nuestro primer default sin mayores problemas con la teorías económicas desarrolladas por Silvio Gesell.

Con el dinero no utilizado para el pago de la deuda externa y sus servicios emplearlo para reactivar nuestro aparato productivo, para ello:

Reactivar la economía real mediante medidas destinadas a reducir, drásticamente, los impuestos nacionales, provinciales y municipales, especialmente el IVA a los alimentos, a los combustibles y a las tarifas de servicios públicos. A los efectos, de que las familias y las PyMes cuenten con capital para volver a funcionar.

Poner en marcha toda la infraestructura estatal productiva de la que dispone el país, desde las fábricas militares hasta los astilleros, pasando por los laboratorios medicinales. También, las empresas mixtas de alta tecnología como el INVAP.

Rediseñar y poner a funcionar todos los modos de transporte estratégico disponibles al servicio del desarrollo nacional; tales como el ferroviario, el aéreo y el marítimo, potenciando, entre otros, los ferrocarriles,  a Aerolíneas Argentinas y recreando ELMA.

Custodiar y explotar nuestro Mar Argentino para; por un lado, evitar su depredación por agentes pesqueros extranjeros y; por el otro, desarrollar y potenciar nuestra industria pesquera.

Nacionalizar la administración de nuestros recursos mineros mediante la creación de un organismo estatal que disponga de la capacidad técnica para monitorear y controlar a las poderosas compañías mineras que operan en varias de nuestras provincias.

Como lo que nos interesa, en esta oportunidad, es desarrollar el punto 3ro de nuestra lista, cuál es recrear los criterios de aquel éxito económico que nos permitió superar nuestro primer default sin mayores problemas. Vamos a seguir con este tema. Pero, antes de hacerlo, es fundamental que entendamos cual es el rol del dinero. Porque de eso se trata en el fondo. ¿Para qué sirve y para qué usamos el dinero y su correlato el crédito y cómo éste produce utilidades?

Para empezar,  hay que decir que para los Antiguos el dinero era un medio de medios. El mejor de todos; ya que su posesión permitía adquirir casi todos los bienes y servicios disponibles en una sociedad. Sin embargo, Aristóteles siempre advirtió que el dinero no podía parir dinero. Vale decir que siempre debía ser empleado para el intercambio de bienes, no para quedar a resguardo a cambio de una tasa de interés. Con el tiempo se aceptó que se pagara una tasa por el dinero depositado, a través de diversos instrumentos financieros. Los que fueron desde la letra de cambio, inventada por los Templarios,  hasta las actuales monedas virtuales como el BitCoin.

Convertir al dinero en un fin en sí mismo es un problema; pues si bien produce ingentes riquezas, su distribución era muy desigual y ello termina ocasionando graves crisis periódicas.

Las causas de esta desigualdad son muy fáciles de identificar.  Ya que mientras la masa de nosotros vivimos de lo que se denomina la economía real o “Main Street”, hay una élite que vive de lo que producen los activos financieros o “Wall Street”. La razón estriba en la diferente tasa de crecimiento que disfrutan ambas economías. Mientras que la real sólo puede crecer en forma natural y aritmética. La segunda lo hace en forma artificial y geométrica. Veamos.

Tomemos, para ejemplo de la primera, a un productor vitivinícola. Si éste quiere mejorar su rentabilidad deberá perfeccionar sus procedimientos de riego, poda, cosecha, producción y comercialización. Pero, sus avances serán siempre modestos y supeditados a las alternativas de la duración de su ciclo productivo, el que es anual. Sin mencionar otros factores como los climáticos o la variaciones del precio de su producto por diversos factores ajenos a su voluntad.

Por el contrario, un inversor que invierta la misma cantidad de dinero que ese productor dispuso, por ejemplo, para la compra de vasijas vinarias de roble, en activos financieros; obtendrá una ganancia rápida y geométrica. Ni mencionar, si la “City” de este inversor es Buenos Aires; ya que podría llegar a una rentabilidad de tres dígitos medida en el término de días como ha sucedido en nuestro pasado reciente.

Alguien nos podría retrucar que, bueno, están son la reglas de juego y que el dinero del segundo (el inversor) es necesario para que el primero (el productor)  pueda obtener un crédito para que, a su vez, lo pueda emplear para iniciar o mantener una actividad productiva. Y que para que ello funcione, debe existir una tasa de interés que justifique la inmovilización, momentánea, de ese dinero por parte del inversor.

Esto es parcialmente cierto, porque el problema radica en los distintos niveles  de ganancia que recibe cada uno por su respectivo esfuerzo. Ya que el productor sólo podrá  producir, más o mejor vino, pero siempre tendrá que producir algo concreto. Sus ganancias, en el mejor de los casos, serán de naturaleza aritmética. Mientras que el inversor, por simple hecho de mantener su dinero inmovilizado,  recolectará intereses, que se multiplicarán de manera geométrica.

Otro problema que se suma, en nuestro país,  son las altísimas tasas de interés que tenemos en nuestra plaza financiera. Ellas responden, entre otras cosas, no solo al precio del dinero, sino a la creciente deuda que produce el déficit crónico del Estado. Esto es así, porque al costo de cada bien o servicio (incluidos los servicios públicos) que pagamos, debemos sumarle los impuestos municipales, provinciales y nacionales. Buena parte de los cuales será destinado por el Estado al pago de los servicios de la deuda externa. Vale decir, la misma situación que nos llevó a la crisis de 1890.

Llegado a este punto, se hace evidente que debemos buscar mecanismos que permitan un equilibrio, basado en una mejor reciprocidad de cambios. De tal modo, que tanto el inversor reciba su ganancia; pero, que a la vez, que exista un incentivo para que no tenga  “secuestrado” su dinero en una actividad especulativa. Igualmente, también, para que el productor obtenga su parte, para que, en definitiva, pueda seguir produciendo los bienes reales que todos consumimos.

El ya mencionado Silvio Gesell vio la necesidad de obligar a los tenedores de dinero a hacerlo circular para impulsar diversas actividades productivas. Lo denominaba “dinero sellado”, vale decir que se penalizaba su mera tenencia o sino era retirado de circulación cada dos o tres años.

***

A modo de conclusión: Como sabemos, han pasado muchos años desde la ideas de Gesell hasta nuestros días. Pero, hay una realidad que permanece subyacente. Cual es, la gran cantidad de recursos financieros, ya sea en dólares o en nuestra moneda que los argentinos retenemos, sin otra perspectiva que obtener inmensas ganancias depositándolos, a altísimas tasas de interés, en el caso de hacerlo en  pesos o como atesorarlos como una reserva de valor, en caso de hacerlo en dólares.

Pues, ha llegado la hora de que ese dinero así inmovilizado se vuelque a la producción. Obviamente, que serán necesarias medidas políticas que favorezcan esta liberación. Pero, también, instrumentos contables que la permitan. Como la nacionalización y regulación de la banca y del comercio exterior.

Por ejemplo, tras la pasada crisis del 2001, una de las formas que encontraron las provincias para financiarse, fue el uso de las denominadas cuasimonedas. Las que, en buena medida, responden al concepto de “dinero sellado” inventado por Silvio Gesell. Una realidad, que parece estar a punto de repetirse en varias provincias argentinas, como es el caso de Chubut, Neuquén, La Pampa y Chaco.

Recordemos que no todas las cuasimonedas fueron un  fracaso. Algunas como los bonos transables, tales como el “Patacón” bonaerense o el “Petrom” mendocino, funcionaron bastante bien, ya que al tener una fecha de vencimiento no se podían atesorar, había que gastarlos en la compra de bienes y servicios. Lo que produjo un auge productivo, a la par que aumentó la recaudación y permitió eliminar el déficit fiscal.

Tal vez, ha llegado el momento de volver a estudiarlas y, llegado el caso, a aplicarlas en forma perfeccionada.

(*) Coronel (R) Ejército Argentino: Lic. en Estrategia y Organización y Postgrado en Defensa en el Institute of World Politics de los EEUU. Fue agregado militar adjunto en los EEUU y director del Centro Argentino para el Entrenamiento de Operaciones de Paz. Dicta conferencias internacionales en manejo de crisis complejas y de reforma del sector Defensa y Seguridad. Es autor de varios libros y de numerosos artículos sobre estos temas. Miembro de Dossier Geopolitico

NOTAS:

(1) “The Ascent of Money: A Financial History of the World”. Penguin Press, Londres 1994.

(2) “Geopolitics and Global Futures”. https://www.gcsp.ch/topics/geopolitics-and-global-futures

(3) BUELA, Alberto. “Francisco y el sentido metapolítico de Argentina”. http://www.alainet.org/es/active/74023 

(4) Para algunos autores como el economista Jorge Gaggero el empréstito Baring se terminó de pagar en 1947, durante la 1er presidencia de Juan Domingo Perón. Es decir unos 120 años después. Pero, nadie duda de que se demoraron muchísimos años en hacerlo. 

(5) “Keynes y Gesell ¿Nuevo Paradigma?” El orden económico natural y breve historia monetaria argentino. Ed. ERREPAR S.A., Buenos Aires, 2015.

(6) KEYNES,John M. “General Theory on Employment, Interest and Money”. Ed. Berlín 1936, p. 300.

(7) OLMOS, Alejandro. “Todo lo que Ud. Quiso Saber sobre la Deuda Externa y Siempre se lo Ocultaron. Quienes y Como la Contrajeron”. Ed. Continente, 5ta edición, Buenos Aires, 2004. 

(8) “La Insubordinación Fundante. Breve Historia de la Construcción del Poder de las Naciones” . 4ta Ed. Biblos, Buenos Aires, 2008.

(9) SPERONI, Iris. “Ha llegado el momento de irnos del Mercosur”. http://www.laprensa.com.ar/471450-Ha-llegado-el-momento-de-irnos-del-Mercosur.note.aspx

Análisis semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo

Club de la Pluma: Arte, Ciencia, Cultura, Derechos Humanos, Geopolítica, Deuda Externa, Relatos, Cuentos, Educación, Opinión, Editorial, Efemérides, Comunidades Originarias, Filosofía Y Mucho Más…

TEMA:

Columna Totalmente dedicada a la Geopolitica de nuestro Continente de las Américas con la III Conferencia Ministerial Hemisférica de Lucha contra el Terrorismo

Representantes de Argentina, Bahamas, Belice, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, Ecuador, EE.UU., El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, República Dominicana, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía, Trinidad y Tobago, Uruguay y Colombia, participaron en la reunión. Como también observadores de España e Israel y representantes del Comité Contra el Terrorismo de las Naciones Unidas, de la Comisión Interamericana contra del Terrorismo de la OEA, de Interpol y de Ameripol.

La Conferencia estuvo Presidida por el Presidente de Colombia Iván Duque y el Secretario de Estado de EEUU Mike Pompeo

Efectos Geopoliticos de la Conferencia AUDIO:

Comunicado Conjunto III Conferencia Ministerial Hemisférica de lucha contra el Terrorismo

Los Gobiernos participantes:

1. Condenaron al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, cualesquiera que sean sus motivaciones, enfatizando que constituye una amenaza para la paz y la seguridad de los países y de la comunidad internacional toda; así como para los derechos humanos, la estabilidad democrática, el desarrollo económico y social y los ciudadanos dentro y fuera de sus territorios nacionales, deplorando sus efectos en el disfrute de los derechos humanos y las libertades fundamentales de las víctimas. En tal sentido, expresaron que no es admisible justificar o validar el terrorismo como medio de acción política en la democracia.

2. Reconocieron que el terrorismo transnacional no conoce frontera geográfica, y en tal sentido, ratificaron el compromiso indeclinable de los Estados para que, denieguen refugio, asilo, albergue y/o cualquier tipo de apoyo a quienes financien, planifiquen o cometan actos terroristas, o a quienes les presten colaboración, de conformidad con  las legislaciones nacionales, las obligaciones del derecho internacional, los tratados internacionales y las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, entre ellas: la 1267 (1999),1373 (2001),1540 (2004), 1988 (2011), 2178 (2014), 2309 (2016), 2322 (2016), 2368 (2017), 2396 (2017), 2482 (2019), 2462 (2019); la resolución de la Asamblea General 74/194 (2019); y en línea con el cumplimiento de las recomendaciones 5, 6, 7 y 8 del Grupo de Acción Financiera Internacional – GAFI. 

3. Destacaron la importancia de un enfoque holístico, que tenga en consideración los vínculos que existen entre el terrorismo y su financiamiento, los cuales pueden incluir diversas manifestaciones de la Delincuencia Organizada Transnacional. En tal sentido, reafirmaron la responsabilidad de los Estados de negar cobijo financiero, operacional o cualquier otro tipo de apoyo a los terroristas, y ponerlos a disposición de la justicia. Así mismo, condenaron las acciones de aquellos actores que intencionalmente brindan apoyo o protección a grupos u organizaciones terroristas, perpetradores, organizadores y patrocinadores del terrorismo.

4. Afirmaron que las organizaciones terroristas ISIS/Daesh y Al-Qaida, y sus organizaciones afiliadas, constituyen una amenaza a la seguridad colectiva, a la seguridad de los ciudadanos dentro y fuera de sus territorios, y a todas las personas dentro de sus respectivas jurisdicciones.

5. Expresaron su preocupación por las actividades que redes de Hezbolá continúan realizando en algunas áreas del hemisferio occidental. Aplaudieron las acciones recientes de Estados de la región para contrarrestar las actividades de las redes de Hezbolá; así como alentaron a otros gobiernos a buscar formas más efectivas de abordar esta amenaza.

6. Reconocieron como una amenaza a la estabilidad de la región, la acción del autodenominado Ejército de Liberación Nacional (ELN), el cual perpetra actos terroristas y actividades criminales de inaceptable violencia y obtiene financiamiento de origen ilícito. Asimismo, expresaron su rechazo a las actividades criminales de Sendero Luminoso.

7. Condenaron el atentado terrorista perpetrado por el autodenominado Ejército de Liberación Nacional -ELN contra la Escuela de Cadetes de Policía General Santander, el 17 de enero de 2019, en el que 21 cadetes colombianos y 1 cadete ecuatoriana fueron vilmente asesinados, así como otros cadetes que resultaron heridos.

8. Expresaron su rechazo y condena a las acciones terroristas y actividades criminales como las perpetradas por el autodenominado Ejército de Liberación Nacional- ELN- y por el Grupo Armado Organizado Residual -GAO-r, que constituyen una amenaza a la paz y la seguridad internacionales, a la libertad, al régimen democrático y a los Derechos Humanos.

9. Reconocieron como una amenaza a la estabilidad de la región las acciones terroristas de organizaciones como el autodenominado Ejército de Liberación Nacional (ELN), las cuales perpetran actos de inaceptable violencia y barbarie, y obtienen su financiamiento de actividades ilícitas relacionadas con la Delincuencia Organizada Transnacional.

10. Expresaron su preocupación que organizaciones que cometen actos terroristas como el autodenominado Ejército de Liberación Nacional -ELN-, puedan ampararse en situaciones de debilidad institucional, conflicto interno u otros similares, como por ejemplo en Venezuela, para potenciar actos terroristas y actividades delictivas en la región.

11. Reafirmaron su compromiso de fortalecer la cooperación contra los delitos transnacionales y el terrorismo, mejorando la coordinación estatal para responder a la amenaza del terrorismo en todos los espacios (físicos y digital).

12. Coincidieron en la necesidad de promover e implementar las iniciativas hemisféricas de lucha contra el terrorismo, de forma tal que permitan una adecuada articulación regional para combatir el accionar de las organizaciones terroristas transnacionales.

13. Destacaron la importancia de incrementar la cooperación internacional y el fortalecimiento de escenarios de articulación regional, principalmente en el marco del Comité Interamericano Contra el Terrorismo (CICTE), en materia de capacitación, intercambio de información e inteligencia, así como la cooperación internacional en materia judicial, la extradición y la implementación de alertas de viaje.

14. Incentivaron a los gobiernos de la región a usar las herramientas y capacidades de la Organización Internacional de Policía Criminal INTERPOL, incluido el sistema seguro de comunicación global I-24/7 y las notificaciones y difusiones, para prevenir y afectar el movimiento de terroristas, y reprimir el financiamiento del terrorismo, como lo indican las resoluciones de las Naciones Unidas 2178 (2014), 2396 (2017) y 2462 (2019). Así mismo, expresaron su voluntad de fortalecer la Comunidad de Policías de América – AMERIPOL, como un mecanismo regional efectivo para combatir el asocio del terrorismo con el crimen transnacional organizado.

15. Expresaron su compromiso para participar y utilizar, en el marco de la Organización de los Estados Americanos / Comité Interamericano Contra el Terrorismo OEA / CICTE, la nueva Red Interamericana contra el Terrorismo, que fue propuesta en la Reunión Preparatoria de Santiago de Chile y convenida por los Estados en la II Conferencia contra el terrorismo en Buenos Aires,  la cual está abierta las 24 horas, los 7 días de la semana, con el fin de facilitar el intercambio oportuno de información para responder de manera más efectiva a las amenazas terroristas.

16. Notaron que prácticas tales como participar en la Red Interamericana contra el Terrorismo 24/7, está entre las herramientas más efectivas de que disponen los Estados para detectar y prevenir viajes de terroristas y otras amenazas, conforme la Resolución 2396 (2017) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y otros compromisos   internacionales.

17. Resaltaron la importancia de prevenir, combatir, contrarrestar y reprimir el uso con fines terroristas del internet, de las nuevas tecnologías, las plataformas virtuales FINTECH, las redes sociales y de activos virtuales, como medio para la planificación, la radicalización, el reclutamiento de personas, la recaudación de fondos y el financiamiento; al tiempo que se toman medidas para mantener un internet abierto, libre y un ciberespacio seguro, con respeto pleno a la privacidad y la libertad de expresión.

18. Reafirmaron su compromiso en redoblar los esfuerzos para combatir las fuentes de financiación del terrorismo, incluyendo aquellas que resultan del lavado de activos.

19. Resaltaron la necesidad de seguir fortaleciendo sus marcos legales nacionales para implementar sanciones financieras y otras medidas efectivas para congelar los activos vinculados a organizaciones terroristas; y evitar que los Grupos Armados Organizados y Grupos Delictivos Organizados Transnacionales utilicen los sistemas financieros y/o económicos para dar apariencia de legalidad u ocultar el origen ilícito de esos activos.

20. Renovaron su compromiso para fortalecer sus unidades de inteligencia financiera a efectos de crear espacios regionales de cooperación, con el fin de ubicar, rastrear, recuperar e incautar los activos de las organizaciones criminales en sus jurisdicciones.

21. Ratificaron su compromiso de fortalecer sus capacidades en materia de control de fronteras, equipos conjuntos de investigación, inteligencia, incluida la inteligencia financiera, transporte transfronterizo de efectivo y valores negociables, para luchar contra el terrorismo, el crimen organizado y sus medios de financiación; así como prevenir el flujo de combatientes terroristas extranjeros retornados en la región. 

22. Subrayaron las acciones que a nivel de los mecanismos bilaterales están disponibles para las autoridades de los Estados, de conformidad con las resoluciones de las organizaciones internacionales. En este sentido, apoyaron experiencias exitosas entre países y organizaciones internacionales, que fomentan nuevas formas de cooperación.

23. Reafirmaron el convencimiento de que los esfuerzos de los Estados en la lucha contra el terrorismo y su financiamiento, tanto en el ámbito de las respuestas individuales como colectivas, deben realizarse en el marco del Estado de Derecho y la legislación nacional, el respeto a los Derechos Humanos y las libertades fundamentales, de conformidad con el Derecho Internacional vigente.

24. La Delegación del Perú anunció su ofrecimiento para ser sede de la IV Conferencia Ministerial Hemisférica de Lucha contra el Terrorismo.

Bogotá, DC. 20 de enero de 2020


Prólogo a la obra: «Un siglo de intervención de EEUU en Bolivia (1900-2000) x Nestor Kohan

Dedico este breve prólogo-introducción a la memoria del sociólogo estadounidense Wright Mills, quien a pesar de tener miedo de que el FBI lo asesine (dormía con una pistola en su mesa de luz), no dejó de denunciar al imperialismo norteamericano ni de defender a la revolución cubana, a Fidel y al Che.

Prólogo a la obra: «Un siglo de intervención de EEUU en Bolivia (1900-2000)», Coordinada por Juan Ramón Quintana Taborga, perseguido político por el golpe de Estado boliviano de 2019


Cuando yo tiendo mi vista sobre la América la encuentro rodeada de la

fuerza marítima de Europa, quiero decir, circuida de fortalezas fluctuantes

de extranjeros y por consecuencia de enemigos. Después hallo

que está a la cabeza de su gran continente una poderosísima

nación muy rica, muy belicosa y capaz de todo”

Simón Bolívar, 1822

Eres los Estados Unidos,

eres el futuro invasor

de la América ingenua que tiene sangre indígena,

que aún reza a Jesucristo y aún habla en español”

Rubén Darío, 1904

Las “entrañas del monstruo” en terapia intensiva

Desde el modernismo de José Martí, Rubén Darío, Vasconcelos, José Enrique Rodó y Deodoro Roca hasta la diplomacia de Raúl Roa, pasando por el indianismo comunista de José Carlos Mariátegui, el periodismo combativo de Gregorio Selser, la historiografía social de Luis Vitale o la teoría marxista de la dependencia de Ruy Mauro Marini, Theotonio Dos Santos y Vania Bambirra, el antiimperialismo recorre como un hilo rojo lo más original y creativo del pensamiento, la investigación y la escritura radical de Nuestra América.

¿Por qué las principales producciones culturales de este “oscuro rincón del mundo” (Bush dixit) han elegido durante largas décadas la denuncia de la política internacional de los Estados Unidos? ¿Será acaso una obsesión patológica la que contagió a tantas plumas, máquinas de escribir, computadoras y cerebros al punto de llevarlas a girar, siempre, en torno al mismo problema o existirá acaso un complejo de inferioridad étnico-racial apenas encubierto? Ni lo uno ni lo otro.

A primera vista, desde la guerra cubana-española-norteamericana (1898, primera guerra imperialista, según Lenin) y la “creación” artificial de Panamá (1903, territorio robado a Colombia para construir y usufructuar el Canal interoceánico) hasta nuestros días, la geopolítica de toda América Latina ha estado marcada a fuego, década tras década, año tras año, mes a mes, día a día, por el perfume seco y mugriento del dólar yanqui y el fantasma omnipresente de los aparatos de inteligencia estadounidenses, sus cañoneras, sus marines, sus aviones, sus flotas, sus radares y bases político-militares.

Pero esa telaraña imperial y la vocación geoestratégica de expansión permanente, injerencia económico-diplomática, dominación político-militar y control ideológico y cultural que las han acompañado en nuestras desventuras y padecimientos como supuesto “patio trasero”, no comienzan con la primera guerra imperialista de 1898. Vienen de mucho más atrás.

La “doctrina” política de un matón de barrio

Desde la proclamación de la Doctrina Monroe, sintetizada en 1823 en la indignante y patética frase «América para los americanos» —enfrentada ya desde aquella época por Simón Bolívar y sus intentos frustrados de unir Nuestra América en el Congreso Anfictiónico de 1826—, puede identificarse una política global de Estado, que no depende del presidente de turno ni de la administración coyuntural que habite la Casa Blanca. La Doctrina Monroe fue elaborada por John Quincy Adams (1767-1848), aunque popularmente es atribuida al presidente James Monroe (1758-1835).

Dicha doctrina geopolítica, violatoria de cualquier orden jurídico internacional “civilizado” que no esté supeditado a la guerra permanente y al estado de excepción, ha pretendido ser legitimada (en términos estrictamente apologéticos, pre-ilustrados, teocráticos e irracionales) por una retórica arcaica y fundamentalista. La misma tiene un origen etnocéntrico y teológico, completamente ajeno al pensamiento liberal siempre invocado por la Casa Blanca, cuyas fuentes son protestantes y puritanas. Ya en 1630, en tiempos de las migraciones de colonos británicos al territorio que hoy constituye Estados Unidos, el sacerdote puritano John Cotton afirmó: “Ninguna nación tiene el derecho de expulsar a otra, si no es por un designio especial del cielo como el que tuvieron los israelitas, a menos que los nativos obraran injustamente con ella. En este caso tendrán derecho a librar, legalmente, una guerra con ellos y a someterlos”.

La fuente que permitiría conquistar, someter, asesinar, anexar y colonizar a propios y ajenos, no viene de ninguna estatua de la libertad, sino de… ¡la Biblia! Sí, un texto religioso, interpretado a gusto y piacere por los ideólogos de la potencia gendarme que luego acusa a todo el resto del planeta de… “fundamentalistas”, por la sencilla razón de no aceptar someterse a su prepotencia económica, política o militar.

Fundamentalismo teocrático y “misión sagrada”

ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país,

y por mi deber —puesto que lo entiendo y tengo ánimos con

que realizarlo— de impedir a tiempo con la independencia

de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos

y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”

José Martí, 1895

La expresión que sintetizó históricamente esa supuesta “misión” divina de cruzada religiosa que daría luz verde para invasiones, bombardeos, anexiones de otros países y demás hazañas estadounidenses se resumió en dos palabras: “Destino Manifiesto”. Esta expresión, teocrática-fundamentalista y al mismo tiempo geoestratégica, fue retomada por el periodista John L. O’Sullivan, quien en su artículo “Anexión” sostenía: “El cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos por todo el continente que nos ha sido asignado por la Providencia, para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno. Es un derecho como el que tiene un árbol de obtener el aire y la tierra necesarios para el desarrollo pleno de sus capacidades y el crecimiento que tiene como destino” (publicado en el número de julio-agosto de 1845 en la revista Democratic Review de la ciudad de New York).

Cuatro meses más tarde, el mismo O’Sullivan insiste con esa fuente teocrática, según la cual los Estados Unidos son la nación “elegida por Dios” para cometer las tropelías que se les antoje a sus gobernantes. Haciendo referencia a una disputa entre Estados Unidos y Gran Bretaña por el territorio de Oregon, este apologista del Imperio volvió a escribir: “Y esta demanda está basada en el derecho de nuestro destino manifiesto a poseer todo el continente que nos ha dado la Providencia para desarrollar nuestro gran cometido de libertad y autogobierno” (texto publicado el 27 de diciembre de 1845 en el periódico New York Morning News).

No es casual que a partir de esa pretendida y teológica “misión providencial” de expansión y ese teocrático “Destino Manifiesto”, Estados Unidos anexó los territorios de Texas (1845), California (1848) y desplegó su invasión de México (1846-1847), quitándole más de un tercio de su territorio.

Semejante hermenéutica teológico-política, de factura claramente teocrática (pues serían nada menos que “Dios y la Providencia” quienes supuestamente habrían optado por los Estados Unidos como pretendido “pueblo elegido”), puesta a disposición de la conquista militar y el robo descarado de recursos naturales ajenos, el sometimiento de otros países, sus riquezas y dominios extra territoriales (más allá de las fronteras norteamericanas) y la guerra permanente contra otras culturas y civilizaciones supuestamente “inferiores” en su color de piel y en sus costumbres, no quedó recluida de ninguna manera en un primitivismo lejano, difuso y remoto del siglo XIX (previo, digamos, a la guerra de secesión, en la cual pierden los esclavistas del sur).

Recordemos que la descripción realizada por el presidente Abraham Lincoln sobre los Estados Unidos como “la última y mejor esperanza sobre la faz de la Tierra” está altamente contaminada de este espíritu cruzado, teocrático y supremacista. También Lincoln —aunque Karl Marx y la Asociación Internacional de los Trabajadores [AIT] lo apoyaran en la abolición de la esclavitud— era un puritano y estructuraba sus discursos como una especie de “salmos” que giraban en torno a preceptos bíblicos. ¿Elegiría ese tono sólo por sus efectos de convencimiento retórico de la audiencia o la teología protestante y puritana seguía latiendo debajo del republicanismo? A pesar de la apologética académica, la vulgata periodística y cinematográfica habitual, en la ideología oficial de los círculos gobernantes del Estado-nación norteamericano, liberalismo y republicanismo han sido y siguen siendo muy difíciles de distinguirse y separarse de la fundamentación teológica de “la misión de los Estados Unidos otorgada por La Providencia y por Dios” para gobernar el planeta y de la ideología de la pretendida White supremacy [supremacía blanca].

Como bien ha documentado con exhaustividad el filósofo e historiador de las ideas Doménico Losurdo en su obra El lenguaje del imperio. Léxico de la ideología americana, el fundamentalismo teocrático atraviesa de cabo a rabo la ideología y los discursos oficiales de diferentes presidentes estadounidenses. Desde Theodore Roosevelt (a inicios del siglo XX) y Woodrow Wilson (interviniendo en la primera guerra mundial) hasta Ronald Reagan, Bush (padre e hijo) y otros mandatarios más cercanos a nuestros días. Extendería demasiado esta introducción citar in extenso cada uno de los discursos y las repetidas invocaciones a Dios y la Providencia con que la Casa Blanca ha iniciado bombardeos, invasiones, guerras y genocidios durante todo el siglo XX y lo que va del XXI. Remitimos a la lectura y la paciente reconstrucción de Losurdo.

Cualquier persona que se aparte, entonces, aunque sea media hora de la CNN o de las cadenas de noticias oficialistas de Norteamérica, si se pone a meditar apenas cinco minutos, fácilmente puede advertir que la dicotomía [“Estados Unidos = Occidente = Razón” versus “Sur Global = fundamentalismo = teocracia”] es históricamente falsa y manipuladora. En el corazón más íntimo de la geopolítica occidental, euro-norte-americana, anida profundamente el fundamentalismo y las legitimaciones teológico-bíblicas de bombardeos, guerras, bloqueos, sanciones económicas, establecimientos de bases militares en otros países, asesinatos selectivos, espionaje permanente de otros pueblos y gobiernos y apropiación imperialista de recursos naturales ajenos.

A partir de este tipo de ideología teológica, supremacista y etnocéntrica, legitimadora de una pretendida soberanía extraterritorial por sobre todo el continente, el Estado norteamericano se fue expandiendo sin cesar, asumiendo el rol de gendarme internacional, “hermano mayor” y cuando lo consideró necesario, “matarife-carnicero” de las sociedades, pueblos y comunidades nuestro-americanas. La doctrina político-militar de la “Seguridad Nacional” (DSN), de neto corte fascistoide e impulsora de la tortura, los campos de concentración, las desapariciones forzadas, las fosas comunes y los golpes de estado en tiempos del Plan Cóndor, no responde únicamente a una ideología de corte militar. Hunde sus raíces en un fundamentalismo teocrático y racista que no tiene absolutamente nada que envidiarle a la secta más loca y disparatada de otras religiones y continentes del mundo (esas que estamos acostumbrados a ver en las películas de Hollywood y ahora en Netflix como “los terroristas malos, feos, mal vestidos y barbudos”).

La acumulación originaria reciclada por dentro y fuera

Ese modo capitalista de ir expandiendo por la fuerza sus relaciones sociales, el Estado-nación conocido hoy como Estados Unidos lo llevó a cabo hacia “afuera” (su lado más visible y observable, el que habitualmente denuncia otro intelectual estadounidense: Noam Chomsky), pero además lo hizo hacia “adentro” de su propia sociedad. Como bien ha demostrado el escritor, también estadounidense, Howard Zinn en su obra La otra historia de los Estados Unidos, la construcción de un poderoso Imperio implicó matanzas genocidas de pueblos originarios (propios), racismo y apartheid interno contra las negritudes, invasión y robo de enorme territorios fronterizos (principalmente pertenecientes a México), represión sistemática de sus propios movimientos sociales y cooptación de sindicatos, asesinatos selectivos de líderes disidentes (Malcom X, Martin Luther King, los principales dirigentes de las Panteras Negras, etc.), vigilancia permanente de sus propios ciudadanos (donde el famoso escándalo de espionaje “Watergate” fue una chiquilinada al lado de lo que hoy denuncian Edward Snowden o Julian Assenge).

Si Howard Zinn saca de la oscuridad esta otra historia “olvidada” por la historia oficial yanqui, mucho más gris, menos “gloriosa” y digna que la que estamos acostumbrados a escuchar, ver y leer; el mencionado pensador italiano Doménico Losurdo ha demostrado con fuentes originales que los fundadores y primeros juristas de los Estados Unidos no eran tan “liberales” como los han pintado desde las películas más groseras de Hollywood hasta intelectuales de enorme prestigio académico como Hannah Arendt (heredera inconfesada de Alexis de Tocqueville, entusiasta admirador de USA en el siglo XIX) o el gran escritor de best sellers Toni Negri (quien en su libro Imperio supera incluso la apologética de Hannah Arendt hacia el orden jurídico estadounidense). Según Losurdo, los primeros constitucionalistas que se independizan del imperio británico en 1776 no sólo eran partidarios de la esclavitud y el tráfico de personas negras de origen africano —que permiten alegremente en la constitución original de Estados Unidos— sino que además, por si ello no alcanzara, ¡ellos mismos eran propietarios esclavistas! No eran sólo teóricos, también eran esclavistas prácticos. No casualmente en los estados del Sur norteamericano el apartheid sobrevivió hasta bien extendido el siglo XX. Esa es la historia prosaica, mundana y terrenal que ninguna apologética puede tapar, como no se puede tapar el sol con los dedos de una mano, aunque esa mano sea blanca, gordita, anglosajona y protestante.

Junto a esa traumática, bochornosa y “olvidada” historia interna —borrada y suprimida, pero exhaustivamente estudiada y cuestionada por una cantidad enorme de estadounidenses como Howard Fast, Waldo Frank, Wright Mills, Angela Davis, Paul Sweezy, Paul Baran, Harry Magdoff, Leo Huberman, James Petras, Mary Alice Waters, Eldridge Cleaver, Mumia Abu-Jamal, Ellen Meiksins Wood, Fredric Jameson, entre muchísima otra gente— se encuentra la otra cara de la moneda, la presentación del modelo yanqui “hacia afuera”. Una construcción absolutamente manipuladora repetida hasta el hartazgo en sin fin de películas, sean comedias, policiales, de acción o infantiles, que inundan cada hogar a lo largo y a lo ancho de todo el planeta (pues los audiovisuales de Hollywood, según el crítico cultural estadounidense Fredric Jameson, son consumidos por el 90% de la población mundial). Si se borra lo que pasó antes, se puede manipular hacia adelante. Quien maneja el pasado, maneja el futuro.

Haciendo caso omiso o directamente ocultando la historia real de la gran potencia del Norte —en cada poro manchada de sangre y barro, desde la cabeza hasta los pies, racista, xenófoba, etnocéntrica, fundamentalista, genocida e imperialista—, se ha construido una especie de “utopía” mercantil, consumista y mediocre, donde Miami y La Florida se convierten de forma imaginaria en la Meca de la felicidad al alcance inmediato de la mano. Allí donde se puede alcanzar la gloria eterna de convertirse en “ciudadano estadounidense” sin siquiera aprender el idioma inglés, transformándose de repente en un winner, quitando de este modo el sueño a migrantes empobrecidos y superexplotados de origen latino y piel oscura de todo el continente.

La «Tierra Prometida» al alcance del Shopping center

Ese modelo apologético se popularizó, principalmente durante la guerra fría, con el nombre de “american way of life”. Hoy en día, en el siglo XXI, continúa difundiéndose, aunque paulatinamente «La Meca» se fue desplazando geográfica y socialmente desde la cosmopolita New York hacia la más degradada, culturalmente lastimosa pero más accesible Miami. La instalación de esa supuesta “tierra prometida”, artificialmente inducida en las ensoñaciones de todo un subcontinente por ese poderosísimo ministerio de guerra psicológica llamado “Hollywood”, fue precedida por incontables invasiones de marines y un manejo virreinal de las EMBAJADAS (todo el mundo sabe cuales son, no hace falta especificar el país de origen). No fue ajeno a ese proceso la injerencia descarada de sus aparatos de inteligencia fuera de su propio territorio nacional, financiando aquí y allá, grupos generadores de opinión e incontables medios de incomunicación afines hacia el norte revuelto y bestial que nos domina a los que se suman, por si todo ello no alcanzara, las inefables “agencias”. Desde las que funcionan abiertamente (CIA, NSA, FBI, etc.) hasta las encargadas de operaciones encubiertas, denunciadas y bautizadas como “tapaderas” por el crítico cultural uruguayo Ángel Rama.

Las caricias (envenenadas y millonarias) del poder

En ese rol específico, más “amable” y seductor, en apariencia no comprometido directamente con los feos, sucios y malos killers de la CIA, habría que ubicar las viejas fundaciones cuestionadas por Ángel Rama desde Uruguay, por Roberto Fernández Retamar desde Cuba, por Daniel Hopen (sociólogo desaparecido en 1976) desde Argentina y hasta por Julio Cortázar desde París. Por ejemplo, la Ford Foundation [creada en 1936 por el gran admirador de Hitler Henry Ford, autor del libro El judío Internacional], institución arquetípica mundialmente conocida por esta angustiante simbiosis de saberes académicos e inteligencia político-militar. Sin olvidarnos tampoco de la Rockefeller Foundation [impulsada desde 1913] ni de la Guggenheim Foundation [fundada en 1937].

A todas ellas, de enorme celebridad internacional, millonario presupuesto y dudosa reputación, en las últimas décadas se han agregado las inocentes y virginales ONGs. Supuestamente “no estatales” y “no gubernamentales” (¡aunque muchas de ellas han sido creadas y son financiadas directamente por el Congreso de los Estados Unidos!). Suelen presentarse y venderse como filantrópicas, etéreas y pertenecientes a una incontaminada y pre-ideológica “sociedad civil” mundial. A pesar de ese marketing trillado, las más estrechamente comprometidas con el imperio del dólar y la bandera de las barras y las estrellas son, como ha sido denunciado numerosas veces, la USAID [Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional – United States Agency for International Development, fundada en 1961] y la NED [Fundación Nacional para la Democracia – National Endowment for Democracy, creada en 1983], el CIPE (Centro Internacional para la Empresa Privada) y el FTUI (Instituto de Sindicatos Libres), entre muchas otras.

Todo ese viscoso y resbaladizo andamiaje, a mitad de camino entre la Academia, el espionaje y las operaciones encubiertas de los servicios de inteligencia, ofrecen un abanico millonario de becas destinadas a cooptar, neutralizar y disuadir cualquier tipo de pensamiento disidente, antiimperialista o aunque sea modestamente crítico. Las principales y más conocidas becas, probablemente, son la Fulbright y la Guggenheim (descontando las becas Ford, por supuesto).

Haga una pausa de apenas cinco minutos en su vida laboral y en la lectura de estas líneas. Busque usted en la web quienes han recibido ese abultado dinerillo y siga la pista… Es un ejercicio que deja un sabor amargo y agrio en la boca, pero resulta muy sencillo. Seguramente se chocará con apellidos de fama y firmas de prestigio, habitualmente considerados como “progres” e incluso “de izquierda”, pero que repentinamente asumen posiciones políticas “extravagantes”, suscribiendo pronunciamientos “inesperados” y solicitadas derechosas… invariablemente adversarias y enemigas acérrimas de cualquier proceso popular que en el continente intente independizarse o simplemente tomar un poco de distancia y aire fresco frente al asfixiante collar de perro de los Estados Unidos. Es que existe un viejo dicho popular: quien paga….¡manda! O, si se prefiere, como se solía repetir durante la revolución mexicana… ¿quién puede resistir “un cañonazo” de varias decenas de miles de dólares? Ninguna de esas becas y esos financiamientos, supuestamente “desinteresados”, “filantrópicos” y “altruistas” son gratis. Ninguna “pasantía académica” en el centro del Imperio es inocente. Quizás resulte doloroso reconocerlo, pero…. hay que pagar un precio.

En las guerras de cuarta generación, asimétricas, se combinan todas estas dimensiones. La dominación de las grandes empresas capitalistas y las potencias imperialistas sobre las sociedades a conquistar, desmembrar, desintegrar y expoliar, abarca todo un espectro completo. Desde la amenaza de ataque militar con tropas extranjeras al “cuartelazo” tradicional con personal local, pasando por el lawfare (utilización de los tribunales y la judicialización amañada como arma contrainsurgente de persecución política), desde el uso de tropas “no convencionales” (paralelas a las policías y Fuerzas Armadas oficiales) y grupos de choque callejeros (armados, entrenados y protegidos por las EMBAJADAS y sus aparatos de inteligencia) al empleo de técnicas de “golpe blando”, con campañas sistemáticas de desprestigio de los liderazgos populares a través de multimedios de comunicación, el uso de fakenews (noticias falsas repetidas una y cien veces, que pueden llegar a desmentirse cuando ya han alcanzado su cometido); coronado todo este repertorio por la intervención pública, a favor del golpe, de algunas voces distinguidas, exquisitas y cooptadas de la intelectualidad, previamente abonadas y ablandadas con “pasantías académicas” en las metrópolis del Imperio y suculentas becas de agencias y ONGs. Paradójicamente, el imperialismo, que tanto detesta y repudia al marxismo de Lenin… para combatir las rebeldías populares terminó usando la fórmula leninista “manejar todas las formas de lucha”. Sólo que Lenin se refería a la combinación de la lucha social y nacional en la lucha de clases revolucionaria; mientras que lo que acabamos de describir hace referencia a los nuevos métodos de la contrainsurgencia y la contrarrevolución pro-imperialista. Dos polos antagónicos.

El «affaire Quintana» y el golpe de Estado en Bolivia

Todo que lo mencionamos anteriormente resulta válido para el conjunto de Nuestra América. Bolivia es parte de ella. Y, aunque nos lastime, precisamente ha sido en Bolivia donde se produjo el último zarpazo del imperialismo norteamericano en nuestro continente (mientras sigue haciendo tropelías, asesinatos selectivos, amenazas de sanciones e invasiones en otras latitudes, pero por decisión metodológica, nos concentraremos en Bolivia).

De haber sido el segundo país más pobre del continente (después de Haití) y probablemente el más saqueado en toda su historia, como nos recordara Eduardo Galeano en Las venas abiertas de América Latina, en los últimos 13 años Bolivia pasó a las portadas de los periódicos y las pantallas de los noticieros por razones inversas.

En primer lugar, a contramano del racismo envalentonado que hoy prolifera y se expande como un virus maligno por el mundo, incluyendo los países que se consideran “civilizados” (donde el “revisionismo” y el “negacionismo” pro-nazi desafía las conciencias supuestamente democráticas, liberales y hasta “progres”), en Bolivia gobernó durante más de una década un presidente de origen indígena y piel oscura.

En segundo lugar, este presidente irreverente, logró que la vieja república boliviana, no sólo capitalista y dependiente sino también ancestralmente racista, fuera transformada jurídicamente en el Estado Plurinacional de Bolivia, dando estatuto y reconocimiento constitucional a una realidad ya inocultable, en la cual conviven más de tres decenas de pueblos-naciones y coexisten de manera “abigarrada” (como le gustaba escribir a René Zavaleta Mercado, utilizando una poco conocida expresión de Lenin) varios tipos de relaciones sociales.

¿Fracturar y disputar la hegemonía de la burguesía mestiza y blanca? ¡Gravísimo! ¡Intolerable! Un escándalo de dimensiones gigantescas. Y eso no es nada.

En tercer lugar, Bolivia revirtió las estadísticas habituales y se convirtió en uno de los países con menor inflación de la región (a pesar de la crisis mundial del 2008) y con mayor disminución de la brecha entre ricos y pobres. ¡Otro pecado inconcebible! En medio de esos “milagros”, como los suele percibir la prensa convencional y pro imperial o las instituciones tradicionales como la CEPAL, el gobierno de Evo Morales se dio el lujo de expulsar al embajador del gendarme mundial, cerrar las oficinas de USAID, de la DEA, recuperar territorio boliviano anteriormente gestionado por militares norteamericanos y estrechar vínculos con Cuba y Venezuela, el supuesto “Eje del Mal” en América Latina según la retórica fundamentalista y teocrática a la que nos acostumbró el Departamento de Estado. Incluso se animó a defender al pueblo palestino, cuestionando la política colonialista del Estado de Israel (no del pueblo judío, atención, sino del Estado de Israel que no son ni por asomo sinónimos). Se sumó a UNASUR, a la CELAC y a todas las iniciativas integracionistas de alcance bolivariano y continental.

Si hacia “afuera” adoptó esa posición antiimperialista, hacia el interior de su propia sociedad las transformaciones también fueron en una dirección progresista. Aun sin haber iniciado la transición al socialismo —pues las principales bases de las empresas privadas y de la economía capitalista no fueron expropiadas—, el gobierno del MAS, apelando a las proclamas indianistas y al discurso de una “revolución democrática y cultural” inició un proceso paulatino de nacionalización de hidrocarburos, mientras modernizó la sociedad de modo incluyente, realizando toda una serie de reformas sociales profundas (urbanas y rurales), anticoloniales, impensables para la burguesía blanca y mestiza que tradicionalmente gobernó Bolivia como una estancia colonial.

No obstante conservar su propiedad, esa burguesía se sintió “atacada” como en una guerra pues constituye una clase dominante fanáticamente racista, supremacista y al mismo tiempo absolutamente dependiente, fuertemente controlada por el gran capital yanqui (o en su defecto, sometida al poder de los empresarios de Brasil, sus vecinos más próximos en el oriente boliviano). Culturalmente impregnada de fascismo, sea por adhesión ideológica, sea por la presencia indisimulada de toda una comunidad inmigratoria de origen croata en las tierras bajas de Bolivia donde se refugiaron criminales nazis que venían huyendo tras su derrota en la segunda guerra mundial. No es aleatorio que el feroz “carnicero de Lyon”, Klaus Barbie, viejo asesino de las SS hitlerianas, haya formado parte de la dirección de los servicios de inteligencia bolivianos durante largo tiempo en varias dictaduras. ¡Un nazi alemán dirigiendo la inteligencia en un país con mayoría indígena! Casi surrealista.

Esa polarización social y los conflictos intrínsecos que la constituyen desde hace larguísimo tiempo, multidimensionales, que han atravesado desde la colonia la historia de la sociedad boliviana, son imposibles de ser ocultados acusando infantilmente a Evo Morales de “sedición” y “terrorismo” o a Juan Ramón Quintana de organizar “sublevaciones subversivas”.

A la hora de repensar y reflexionar sobre el golpe de Estado de fines de 2019, conviene recordar que no siempre llegar al gobierno implica haber tomado el poder, como nos reconoció con todas las letras el propio presidente Evo Morales cuando lo entrevistamos en La Paz en febrero de 2008. [Puede consultarse la entrevista en:

https://www.lahaine.org/mundo.php/entrevista_con_evo_morales_hemos_llegado].

No obstante la hegemonía lograda por el gobierno mayoritariamente indígena de Evo Morales durante largos años (cuyas iniciativas políticas lograron articular una estrecha alianza entre los movimientos sociales indígenas, el sindicalismo campesino cocalero y la combativa clase obrera minera —debilitada tras el decreto neoliberal y privatizador Nº 21.060 del 29/8/1985—); la EMBAJADA siguió operando como suele hacer en su “patio trasero”. Imperturbable. Como si nada sucediera. Idéntico que cuando reclutó a Klaus Barbie. Igual que cuando ordenó el asesinato del Che Guevara.

Recuerdo perfectamente a Peredo, uno de los compañeros —hoy lamentablemente fallecido— que dirigía los servicios de inteligencia de Evo Morales en tiempos golpistas de la llamada “Medialuna” (2008-2009), cuando nos relataba con lujos de detalles técnicos (que sinceramente nunca pude terminar de comprender a fondo) cómo desde LA EMBAJADA se escuchaban todas, pero absolutamente todas las conversaciones telefónicas de Bolivia. No sólo las de las autoridades indígenas o la de los movimientos y organizaciones de izquierda, sino… ¡todas!

En esos años Edward Snowden aún no había desertado de la CIA y la NSA (reveló los planes y programas informáticos de vigilancia global recién en junio de 2013) y por lo tanto las explicaciones de Peredo me parecían casi futuristas o de ciencia ficción. Él nos indicaba el número exacto de segundos que había que hablar, e inmediatamente cortar la llamada, para no ser detectado por los programas de vigilancia de LA EMBAJADA. No dejaba de asombrarme. El big brother, totalitario y despótico, que tanto asustaba a George Orwell no lo desarrolló el comunismo sino el imperialismo norteamericano.

Pero no me olvido más cómo este antiguo combatiente boliviano en el GAP que protegía a Salvador Allende en Chile frente a Pinochet, nos explicó en detalle el modo absolutamente injerencista y desfachatado —dirigiendo en forma directa las intentonas golpistas contra Evo Morales, ya desde esa época, como poco tiempo antes lo había hecho contra Hugo Chávez en Venezuela— con el cual las representaciones “diplomáticas” de Estados Unidos controlaban y ejercían su vigilancia y su control sobre el conjunto de la sociedad boliviana y sobre todos los países de Nuestra América.

Por lo tanto, que Estados Unidos está detrás, en medio y por delante del golpe de Estado de Bolivia de fines de 2019 no me asombra en lo más mínimo. Sólo la ingenuidad, la ignorancia (lo único perdonable y comprensible) o una conciencia directamente comprada por los dólares mugrientos del Norte puede intentar sostener que en Bolivia no hubo un golpe de Estado contra el gobierno de Evo Morales y que además, si lo hubo, no estuvo dirigido por Estados Unidos.

Una obra monumental

Un Siglo de Intervención de EEUU en Bolivia constituye una serie inédita que documenta cronológicamente, en seis gruesos tomos (de los cuales aquí se sintetizan y extraen principalmente sus respectivas introducciones, para volver manejable el volumen, quien quiera consultar la obra completa puede acudir al siguiente link: https://www.lahaine.org/mundo.php/libros-un-siglo-de-intervencion), la dinámica histórica de las relaciones bilaterales asimétricas entre Bolivia y EEUU, así como las estrategias de intervención, injerencia y dominio sistemático de los distintos gobiernos de los EEUU —principalmente a través de sus EMBAJADAS, instituciones financieras, agencias de cooperación y seguridad, fundaciones y organismos no gubernamentales— sobre Bolivia a lo largo del siglo XX. Se trata de una serie que reconstruye cronológicamente, día a día, gran parte de los episodios más importantes que configuran la relación bilateral entre EEUU y Bolivia a lo largo de un siglo, esto es, entre enero del año 1900 hasta diciembre del año 2000.

Según explica Quintana Taborga, el propio coordinador de esta magna investigación colectiva, la obra está inspirada en la perspectiva teórica latinoamericanista y antiimperialista del periodista e historiador argentino Gregorio Selser. La estructura narrativa de la colección presenta en cada volumen una síntesis analítica que describe las principales características de la política exterior estadounidense del período y cómo fue aplicada en América Latina, especialmente en Bolivia, y para cada año de la cronología un contexto regional que detalla la orientación general del intervencionismo estadounidense y presenta un resumen de los hechos más destacados a nivel internacional, latinoamericano y de la presencia de EEUU en Bolivia. De esta manera quien se acerque a la lectura y/o consulta tendrá como telón de fondo el conocimiento del proyecto imperial global, las políticas y estrategias regionales y su proyección a escala nacional.

Siguiendo con la descripción de la composición de las entradas cronológicas, aclara Quintana, éstas han sido debidamente fechadas y codificadas mediante una nomenclatura propia creada ex profeso para la serie que trata de señalar, de la forma más exhaustiva y específica posible, a partir de 12 áreas temáticas generales y de 99 códigos específicos para las distintas áreas, el tipo de intervención al que corresponde cada uno de los hechos históricos. En síntesis, la tipología de las casi cien formas concretas que ha adoptado el intervencionismo de EEUU en el plano político, diplomático, militar, económico, social (y hasta cultural, ideológico, mediático y religioso) constituye una suerte de “catálogo” sintético pero detallado de la huella que la política exterior estadounidense —basada en la dominación y el expolio de los recursos naturales de los más débiles, junto con la Doctrina Monroe y el Destino Manifiesto— ha dejado en la historia contemporánea. Seguramente, después del golpe de Estado de fines de 2019 en Bolivia, habría que agregar a futuro nuevas modalidades de intervención… en esta exhaustiva clasificación.

Para la elaboración de la cronología, el equipo de investigación coordinado por Quintana ha trabajado fundamentalmente con cinco fuentes generales de información: a) 25 periódicos, (14 de La Paz, 6 de Santa Cruz y 5 de Cochabamba); b) comunicaciones oficiales de carácter diplomático del gobierno de EEUU (documentos desclasificados); c) bibliografía en general (libros y artículos académicos, primordialmente); d) instrumentos normativos y legales del Estado boliviano (leyes, decretos supremos, convenios, acuerdos y notas reversales, entre otros); y e) otros documentos complementarios provenientes de internet (notas periodísticas y artículos de opinión, básicamente).

Si bien el cimiento primordial de Un siglo de intervención de EEUU en Bolivia es su carácter hemerográfico, su coordinador subraya que resulta particularmente destacable el aporte —como segunda fuente de consulta— de documentación desclasificada del gobierno de EEUU ubicada, principalmente, en las páginas web de la Oficina del Historiador (dependiente de la Subsecretaría para Diplomacia Pública y Asuntos Públicos del Departamento de Estado) y en el Centro de Colecciones Digitales de la Universidad de Wisconsin.

La publicación de esta serie constituye, sin lugar a dudas, la primera ocasión que en Bolivia se revisan y traducen, de forma sistemática, un importante número de documentos —más de 400 entre memorándums, telegramas, aerogramas, radiogramas, notas editoriales y de inteligencia, cartas, resúmenes semanales, mensajes encubiertos, entre otros— sujeto a distintas categorías de reserva y que han ido siendo paulatinamente desclasificados por el gobierno de EEUU.

En relación a la historia boliviana, estas comunicaciones diplomáticas oficiales tienen un importante valor histórico ya que son extraordinariamente reveladoras del modus operandi del intervencionismo estadounidense en Bolivia pues muestran el nivel de conocimiento y acceso a información sobre la situación política nacional; los análisis y cálculos internos que se realizaban sobre posibles escenarios políticos; el respaldo (incluso económico) a distintas candidaturas y políticos favorables a lineamientos norteamericanos; la defensa, por todos los medios, de los intereses económicos de las grandes compañías y casas bancarias; y, en general, el despliegue de diversas estrategias (incluidas las acciones encubiertas) para desmembrar a la izquierda y a las organizaciones sindicales, obreras, indígenas y campesinas.

Lo que ahora tenemos, gracias a todo el trabajo coordinado por el sociólogo Juan Ramón Quintana Taborga, es una imponente y voluminosa documentación histórica que prueba, con fuentes demoledoras y abrumadoras, la responsabilidad histórica del imperialismo norteamericano en los sufrimientos del pueblo boliviano.

¿Quién es Juan Ramón Quintana Taborga?

Este autor prolífico, que además de esta obra inmensa (ahora sintetizada) ha publicado una cantidad enorme de libros e investigaciones, es sociólogo y politólogo. Tiene varias maestrías, ha investigado en CLACSO y ha coordinado, entre muchos otros trabajos, aquellos seis inmensos volúmenes que en total reúnen 2215 páginas. Una obra de consulta descomunal, con aspiraciones enciclopédicas, bajo el título Un siglo de intervención de EEUU en Bolivia (1900-2000). Un trabajo de investigación histórica fundamental para comprender cómo se ejerció en concreto la Doctrina Monroe y el supuesto “Destino Manifiesto” de Norteamérica en las condiciones delimitadas y específicas de Bolivia.

Pero además de describir todos estos atributos bibliográficos (tarea que suelen realizar los prologuistas), detengámonos brevemente en las razones por las cuales este autor —a diferencia de cualquier otro sociólogo o politólogo que haya pasado por CLACSO— se ha convertido en una de las presas a ser “cazado” [sic] como si fuera un animal, por el gobierno de facto que tomó por asalto las instituciones bolivianas a fines de 2019 (el término “cazado” fue empleado, sin rubor y hasta con orgullo, por el ministro del interior de los golpistas protegidos por Washington).

A nuestro criterio, Quintana Taborga se ha convertido en “un peligro” para los golpistas y el gobierno de facto que actualmente [23 de enero de 2020] usurpa de modo ilegal, de forma ilegítima e inconstitucionalmente el gobierno boliviano, principalmente por lo siguiente:

  • Fue el embajador del Estado Plurinacional de Bolivia en… Cuba, nave madre, según el Departamento de Estado, la CIA, la NSA, el Pentágono, su Comando Sur y la Casa Blanca, de todos los males y rebeldías del continente.
  • Fue Ministro de la presidencia (y “mano derecha” según la expresión coloquial) en dos ocasiones del derrocado presidente Evo Morales.
  • De joven, fue militar y llegó a estudiar, como militar, en escuelas norteamericanas, pero renunció a su carrera (con el grado de mayor), realizando severas críticas al rol dependiente de las Fuerzas Armadas; al servicio militar obligatorio, tal como ha sido implementado en Bolivia (escribiendo un libro al respecto: Soldados y ciudadanos. Un estudio crítico sobre el servicio militar obligatorio en Bolivia [1998]), así como también problematizando el rol de la policía (publicando otras dos investigaciones: Policía en Bolivia: Historia no oficial 1826-1982 [2012] y Policía y democracia en Bolivia: Una agenda institucional pendiente ([2013], publicación de la que fue coordinador).

Este sociólogo y politólogo, si se hubiera limitado simplemente a publicar papers y coordinar investigaciones neutrales, hoy no tendría ningún problema. Sería tolerado y, quizás, invitado a disertar como una rara avis. Pero eligió un camino análogo al de Hugo Chávez, antiimperialista, irreverente y desobediente ante el gran amo del Norte. Por eso quieren acallarlo. Para mantener unas Fuerzas Armadas bolivianas subordinadas 100% al Comando Sur norteamericano y a la estrategia contrainsurgente de la extrema derecha continental y regional. No es por azar que los golpistas le cambiaron el nombre a la Escuela de las Fuerzas Armadas Bolivianas, celebrando (nuevamente) el asesinato del Che Guevara como en los peores tiempos de Hugo Bánzer y otras dictaduras.

Cuando conocimos y tuvimos la oportunidad de conversar personalmente con Juan Ramón Quintana pocos días antes del golpe de Estado de fines de 2019, pudimos advertir claramente cuál era su orientación y su forma de trabajar.

Nos regaló un libro colectivo de varios investigadores e investigadoras cubanas y bolivianas, que él coordinó: América Latina en el proyecto de dominación de Estados Unidos. Pautas y perspectivas en el Siglo XXI. Completaba cronológicamente lo que había dejando vacante la obra en seis volúmenes, que sólo llegaba hasta el año 2000. El final de su artículo, dentro de ese libro, resulta por demás explícito en cuanto a las coordenadas ideológico-teórico-políticas de quien estamos hablando. Afirma Quintana Taborga: “Comprender a los Estados Unidos y su patrón de dominación no es un ejercicio sencillo. Además de la constante actualización informativa, es imprescindible el auxilio teórico, para lo cual la concepción materialista de la historia, la teoría marxista-leninista del impeialismo, los aportes gramscianos sobre la dominación y la hegemonía, los desarrollos recientes del pensamiento crítico contemporáneo, son referentes fructíferos” (Quintana Taborga, J.R. [2019]: 46).

Cuando estuvimos en su país, escasos días antes del golpe de Estado, Quintana se proponía presentar la edición boliviana del libro En la selva (Los estudios desconocidos del Che Guevara. A propósito de sus «Cuadernos de lectura de Bolivia»), publicada por la Biblioteca Laboral del Ministerio de Trabajo y presentada en la Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia. No pudo. Pero nos juntamos y cuando tuvimos una reunión de tres, junto con un compañero organizador e impulsor de las Escuelas Sindicales Antiimperialistas, Quintana nos replicó: “Pero esas escuelas tienen que transformarse en Cátedras Che Guevara para la clase obrera, para las comunidades y para toda Bolivia”. No sé quien salió más contento de esa reunión, si mi amigo y compañero o quien escribe este prólogo. Esa misma noche, mi compañero le comunicó a todo su equipo de trabajo: “¡Ahora sí vamos por las Cátedras Che Guevara para toda Bolivia!”. Y luego vino el golpe de Estado.

Recordemos que anteriormente Quintana, quien trabajaba en coordinación con la Vicepresidencia del Estado Plurinacional dirigida por Álvaro García Linera, también coordinaba la Escuela de Gestión Pública Plurinacional (EGPP) y mantenía fuentes vínculos con las Cátedras José Martí del Centro de Estudios Martiano de La Habana (Cuba). Esa es la historia real.

Posmodernismo y contrainsurgencia

Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia

para plagar la América de miserias a nombre de la libertad”.

Simón Bolívar, 1829

¿Se entiende entonces el aparentemente “inexplicable”, sorpresivo y extravagante dedo acusador contra Quintana Taborga por parte de personalidades posmodernas, con inserción académica y tribuna universitaria (por supuesto, también en la Academia de Estados Unidos), quienes lo atacaron a voz en cuello señalándolo con nombre y apellido los mismos días mientras se estaba desarrollando el golpe de Estado en Bolivia?

Lo hicieron con dos argumentos.

Primero trataron de desprestigiarlo acusándolo de querer organizar entre los pueblos originarios una defensa del proceso de cambio que vaya más allá de las instituciones “de seguridad” convencionales… Para descalificar esos intentos, las voces posmodernas arremetieron contra las “nostalgias izquierdosas” [sic] en Bolivia. Género bajo el cual incluyen a Juan Ramón Quintana y también al sociólogo Hugo Móldiz. ¡Justo los dos perseguidos a posteriori de esta acusación por la extrema derecha golpista! Qué casualidad.

En segunda instancia, las estrellas posmodernas caracterizaron ese proyecto como algo propio de “machos patriarcales” [sic].

Si no diera para la risa y la broma, por lo banal y superfluo de ambas acusaciones… ¡mientras se desarrollaba un golpe de Estado que dejó varios muertos en el camino!…, sería realmente indignante y lastimoso corroborar cómo las voces de la farándula posmoderna boliviana, y también de otros lugares, usaron-manosearon-manipularon la crítica a la opresión de las mujeres (bandera de la cual la comunista alemana Clara Zetkin fue pionera al proponer el 8 de marzo como día internacional de lucha), haciendo una utilización absolutamente política de una reivindicación justa para desprestigiar, enlodar y finalmente señalar a Quintana ante las bandas fascistas y las fuerzas represivas del golpe de Estado. El dedo acusador se levanta justo cuando vienen los fachos con toda la furia y toda la violencia. Otra casualidad.

Insistimos. Sólo hace falta buscar cinco minutos en la web y… ¿con qué nos encontramos? Con que la principal vocera posmoderna boliviana, autobautizada como “poscolonial” (fotocopia subdesarrollada de Gayatri Chakravorty Spivak, académica que vive hace medio siglo en Estados Unidos impugnando a Marx con notable ignorancia, por ejemplo del Cuaderno Kovalevsky), quien encabezó la acusación mediática contra Juan Ramón Quintana había sido… becaria de la Guggenheim Foundation. ¡Una nueva casualidad!

¿Y con qué otra sorpresa nos topamos? Con que el principal autonomista uruguayo que aplaudió y festejó el golpe de Estado contra el gobierno constitucional de Evo Morales, intentando legitimarlo ante la comunidad académica y el mundo “progresista” llamándolo “insurrección popular” [sic], publicaba sus libros sobre las Autonomías y emancipaciones “gracias al auspicio de la… Ford Foundation” [sic]. ¡Pero caramba! ¡Nuevamente otra casualidad! ¡Qué cantidad enorme de “casualidades” que rodean un golpe de Estado orquestado, financiado y dirigido por LA EMBAJADA! Sí, la de la Doctrina Monroe y el Destino Manifiesto.

Que toda esa gama inquisitorial que pretendió satanizar, denostar y desprestigiar al autor de esta obra (desde los fascistas recalcitrantes hasta las voces posmodernas, seudo “progres”, becadas por el Imperio norteamericano) se hagan cargo de sus responsabilidades políticas.

La triste historia de la cooptación de la intelectualidad latinoamericana por parte de estas filantrópicas y millonarias instituciones norteamericanas es muy larga como para desarrollarla en este prólogo. Lo hemos intentado hacer en algún libro (retomando la posta y reconstruyendo las denuncias de Daniel Hopen, sociólogo y militante desaparecido en 1976 en Argentina, junto con su compañera Moni Carreira) y también en varios artículos (algunos publicados en la revista Casa de las Américas). Pero el proceso está bastante estudiado. No sólo para América latina sino también para Europa Occidental (recordemos tan sólo el formidable trabajo de la investigadora Frances Stonors Sounders: La CIA y la guerra fría cultural).

No era entonces por “macho” [sic] que los represores y sus servicios de inteligencia prometieron “cazarlo” a Juan Ramón Quintana Taborga como un animal en medio del bosque. Tampoco era por eso que lo siguen persiguiendo, negándole el asilo político o la salida diplomática de su país bajo gobierno de facto. Lo que le molesta a LA EMBAJADA norteamericana y a sus múltiples portavoces (desde los fascistas indisimulados hasta quienes asumen retóricas “progres” para avalar un golpe de Estado indefendible), es que Quintana pertenece a una de las tendencias políticas más radicales del proceso boliviano.

Radical en el terreno de la teoría (esta magna obra lo demuestra) y radical también en la práctica, al no quedarse únicamente en los slogans y consignas de moda. Por eso lo persiguieron con saña. Por eso al momento de redactar este prólogo, Quintaba permanece aún recluido en la embajada de México (amenazada de ser tomada por asalto policial-militar, violando toda la jurisprudencia internacional), sin poder salir de su país con los normales salvoconductos diplomáticos cuando se produce un golpe de Estado.

Que sirva entonces este prólogo no sólo para presentar una obra imprescindible sobre el imperialismo de ayer y de hoy, sino también y fundamentalmente para defender a un perseguido político.

23 de enero de 2020

BIBLIOGRAFÍA

Balvé, Beba y Suárez, Carlos (2001): La estrategia neocolonial del imperio. Los Documentos de Santa Fe IV. Buenos Aires, s/edit.

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FUENTE: https://kaosenlared.net/la-geopolitica-en-el-pensamiento-critico-latinoamericano/

Análisis semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo

Club de la Pluma: Arte, Ciencia, Cultura, Derechos Humanos, Geopolítica, Deuda Externa, Relatos, Cuentos, Educación, Opinión, Editorial, Efemérides, Comunidades Originarias, Filosofía Y Mucho Más…

TEMA:

Columna Totalmente dedicada a la Geopolitica de nuestro Continente Americano

Analizamos dos trabajos: 

  1. El informe del Comando Sur para el Comité de los Servicios armados del senado de los Estados Unidos, y las declaraciones de su Jefe Almirante de la Marina de los EE. UU. Craig S. Faller* dejó algo muy en claro: está convencido de que hay actores estatales malignos que trabajan sin descanso para establecerse en Latinoamérica y el Caribe en detrimento de la buena gobernabilidad, los esfuerzos  anticorrupción y los valores democráticos de la región. Para el Almte. Faller, las asociaciones sólidas son la única forma de contrarrestar ese flagelo. Últimas Declaraciones de Feller a la revista Diálogo (del Comando Sur) de Enero 2020. Y que habla en categoría bíblica del «maligno», que ataca la corrupción, la Gobernabilidad y los valores democráticos (?) desarrollamos mas esas hipotesis.
  2. Analizamos un artículo de Folha Sao Paulo y que fuera adelantado por Dossier Geopolitico, y que fuera publicado por el colectivo de Periodista Brasil247, y que replicara aqui en Argentina el Diario La Nación, bajo el Título: “Una base china en la Argentina, la hipótesis de conflicto que prevén los militares de Brasil”, que debemos destacar que es un “documento” que fue redactado en base a un cuestionario que se les envio a 600 oficiales de los ejércitos del Aire, Mar y Tierra, y que habla de que prevén un Conflicto con Francia por la Amazonía y del “peligro” de una Base militar China a instalarse en el futuro en el Territorio argentino, pero que podemos adelantar que no es la posición oficial de la Escuela Superior de Guerra sino de un sector militar muy ligado a la idea de un Brasil sub-imperial dependiente de EEUU y sus aliados, es la vieja lucha entre los sectores adictos a la Patria Chica suramericana y los latinoamericanistas y nacionalistas dentro de las FFAA en este caso del brasil pero que se replica en todo el subcontinente.
  3. Es evidente que todo esto se inscribe en la lucha entre EEUU -y socios- y China -y socios- por nuestro importantísimos territorios y recursos para lograr el control global en este SXXI

AUDIO

XLII aniversario de la creación del Instituto de Estudios Históricos del Ejército del Perú

La Casa del Gobernador de la Fortaleza del Real Felipe se vistió de patriotismo y cultura al celebrar los 42 años de creación de este importante instituto del Ejército

El acto protocolar fue presidido por el General de Brigada EP Marco Antonio Vásquez Patiño Jefe de la Oficina de Informaciones del Ejército (OIE), en representación del General de Ejército Jorge Orlando Céliz Kuong, Comandante General del Ejército.

El discurso de orden estuvo a cargo Coronel EP Enrique Gargurevich Godoy, Presidente del Instituto de Estudios Históricos del Ejército del Perú (IEHEP), quien resaltó la labor de investigación que realiza esta institución, con la finalidad de contribuir al conocimiento y difusión del legado histórico del Ejercito del Perú entre sus miembros y la civilidad a fin de fortalecer el espíritu cívico patriótico.

Durante la ceremonia el instituto presentó el libro Francisco de Vidal – La Memoria de “El Republicano”, escrito que perenniza los principales acontecimientos históricos militares considerados de interés cultural para la nación. El Coronel EP Jorge Barrantes Arrese estuvo a cargo de la sinopsis histórica de esta obra.

Como parte de las actividades conmemorativas de nuestro aniversario el Presidente del IEHEP hizo un reconocimiento a distinguidas autoridades y personalidades que vienen contribuyendo desinteresadamente en la difusión de la historia y la cultura de nuestro en país, entre las que destacaron el General de Brigada EP Marco Antonio Vásquez Patiño, Jefe de la OIE, el Gral PNP Orlando Velasco Mujica, Director de Seguridad Integral de la Policía Nacional del Perú, el Coronel EP Livio Luna La Torre, Comandante General de la Legión Peruana de la Guardia, el Coronel EP Alberto Martel Vega, Director de la Dirección de Museos del Ejército.

También fueron reconocidos el Cónsul Honorario de la República de Malta en el Perú señor Eduardo Montenegro Soria, el Doctor Napoleón Cabrejo Ormachea, el señor Licenciado Carlos Alberto Pereyra Mele Geopolítico Argentino, el Doctor Anthony Medina Rivasplata Director de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Católica de Santa Maria de Arequipa, la Arquitecta Giovanna Maria Balarezo Alberca, el Presidente del INDIS Doctor Álvaro Ulloa Gonzales, el Doctor Guilermo Aguilar Decano del Colegio de Abogados del Callao.

En un acápite de la ceremonia se realizó un reconocimiento póstumo al señor periodista Abel Yataco Espinoza, quien en vida ostentara el cargo de Vicepresidente del Comité Patriótico del Callao.

PRIMERA COLUMNA DE GEOPOLITICA DEL AÑO 2020 

Análisis semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo

Club de la Pluma: Arte, Ciencia, Cultura, Derechos Humanos, Geopolítica, Deuda Externa, Relatos, Cuentos, Educación, Opinión, Editorial, Efemérides, Comunidades Originarias, Filosofía Y Mucho Más…

TEMAS:

Crisis Sistémica se profundiza – La Teoría Geopolitica de Mackinder un geógrafo inglés del S XIX se consolida en el S XXI – 

EEUU entre su frente interno Elecciones Presidenciales y Juicio Político a Trump y sus dificultades en Medio Oriente priorizando lo “táctico” sobre lo “estratégico”, muy especialmente luego del asesinato del Gral Irani: Qassen Solemaini, contra ataque asimetrico de Iran, la desaparición del jefe de operaciones secretas, de la CIa para Iran y Afganistan, que sería uno de los tripulantes del avión derribado por los talibanes en Afganistán – El acuerdo del Siglo presentado por Trump y Netanyahu, sobre Israel y Palestina, tiene una fuerte resistencia.

Europa en su laberinto – desde Febrero se aplica el BREXIT (Gran Bretaña y sus idea se ser el centro financiero de los países asiáticos productivos y transformarse en un Paraíso Fiscal, como la Gran singapur financiera)

Hispanoamérica: Crisis sin solución política y consecuencias económicas y sociales:

Crisis boliviana Crisis Chilena crisis Peruana Crisis Colombiana Argentina Tierra de disputa de atlantistas globalistas y Continentalistas emergentes

AUDIO:

[NT: el 16 de diciembre de 2019 Dossier Geopolitico publicó, la primera parte de guerra en América Latina: –https://dossiergeopolitico.com/2019/12/16/guerra-en-america-latina-i-se-perfila-el-nuevo-mapa-del-pentagono/   -, y ahora publicamos la segunda parte del artículo realizado por el periodista Claudio Fabián Guevara, debemos destacar que nuevamente referencia a uno de los integrantes de Dossier: al Dr. Miguel A. barrios y a un socio estratégico de Dossier, el Dr. Alexander Duguin. CPM]

Un plan documentado se enfoca a encender una conflagración en América Latina en torno a Venezuela y la cuenca del Caribe. Ahora se agrega la transformación de Bolivia en un nuevo Estado sicario que colabore con la generación de la guerra. En el horizonte, un caos de larga duración y la subdivisión política del continente en unidades más pequeñas.

«Estados Unidos, en vista de su retroceso mundial, quiere reordenar su espacio geopolítico… () y sumir a nuestra América en un caos sin fin de odios ideológicos externamente implantados«. Miguel Angel Barrios

«América Latina es una vez más el territorio de la dialéctica geopolítica de la colonización/descolonización. En todas partes. Bolivia, Chile, Argentina, Brasil, Venezuela, Uruguay y así en el mismo patrón: los liberales pro-EEUU (más liberales de extrema derecha) vs. las fuerzas de descolonización, en su mayoría de izquierda«. Alexander Dugin

Las piezas se van armando. Con el desmantelamiento de la UNASUR y las instituciones multilaterales que cimentaron la paz y los proyectos de integración entre las naciones sudamericanas, todas las fichas están moviéndose en dirección a una guerra inducida en América Latina.

En las últimas semanas, todas las variables se han acelerado.

Las principales hipótesis de conflicto parten del cerco multidimensional en torno a Venezuela. Ahora se agregan los peligros de una ruandización de Bolivia, y su transformación en un nuevo Estado sicario que colabore con la generación de la guerra, junto a Colombia, Perú, Ecuador, Brasil y Guyana.

Las naciones latinoamericanas no tienen motivos históricos reales para entrar en guerra. Un potencial conflicto bélico sólo puede engendrarse artificialmente a partir de falsos positivos, atentados de falsa bandera, o decisiones gubernamentales que inmolen al continente en el altar de una entelequia de origen extranjero, como la «defensa de la democracia» en Venezuela, o la «lucha contra el terrorismo» que ahora enarbola el régimen usurpador de La Paz.

Un plan detallado para involucrar a un grupo de naciones latinoamericanas en un conflicto de este tipo salió a la luz el año pasado, y sus primeros pasos están a la vista.

La agenda profunda del Golpe Maestro

A principio de 2018, un artículo de la periodista argentina Stella Calloni sacó a la luz un documento de 11 páginas con la firma del almirante Kurt Walter Tidd, entonces comandante en jefe del Comando Sur (SouthCom) estadounidense: «Plan para derrocar a la dictadura venezolana». Allí se esboza la agenda profunda de la guerra contra Venezuela, que en su etapa más avanzada prevé una operación multinacional.

El documento llama a ejecutar pasos prácticos con vistas a erosionar el Gobierno de Maduro y forzar su caída:

En el plano económico, incrementar la inestabilidad interna, intensificando la descapitalización del país, la fuga de capital extranjero y el deterioro de la moneda nacional, mediante la aplicación de medidas inflacionarias que incrementen ese deterioro. Obstruir todas las importaciones y desmotivar a los inversores foráneos. Sabotear la industria del petróleo. Generalizar el desabastecimiento de comida, medicinas y bienes básicos. Contribuir a hacer más crítica la situación de la población y fomentar el descontento. Todas las calamidades vividas por la población serán explotadas para «culpar al Gobierno». En el plano social, apelar a aliados internos y agentes externos implantados en el país, para provocar protestas y actos violentos, generar inseguridad, saqueos y robos. Promover los secuestros de embarcaciones para desertar del país. Estructurar un plan para lograr la deserción de los profesionales más calificados del país. Promover la fatiga entre los miembros del partido gobernante y sus seguidores.

En el plano mediático, ridiculizar la figura de Maduro, hacerlo caer en incontinencias verbales y equivocaciones para provocar desconfianza hacia su figura. Acosarlo, ridiculizarlo y ponerlo como ejemplo de torpeza e incompetencia. Minimizar su importancia internacional. Exponerlo como una marioneta de Cuba. Exacerbar las diferencias entre los miembros del grupo en el Gobierno. En el plano militar, fogonear un golpe de Estado, perpetrar el fuego continuo en la frontera con Colombia, multiplicar el tráfico de combustible y otros bienes, el movimiento de los paramilitares, incursiones armadas y tráfico de drogas. Provocar incidentes armados con las fuerzas de seguridad de la Frontera. También reclutar paramilitares mayormente de los campos de refugiados en Cúcuta, la Guajira y del Norte de Santander.

En un primer nivel de lectura, el plan es una explícita declaración de guerra y de injerencia desembozada que explica gran parte de los padecimientos de Venezuela hoy.

En un segundo nivel de lectura, el documento puede interpretarse como un manual para el acoso y control de la población de las colonias. Este conjunto de estrategias se aplican en otros escenarios, contra otros pueblos.

En un tercero, es un instructivo ideológico para los centros generadores de noticias. Los estereotipos y construcciones discursivas que propone el documento para desacreditar al «líder enemigo» permean transversalmente la cobertura noticiosa sobre la Venezuela actual.

Preparación de una coalición internacional

A la par del fomento de la inestabilidad interna, se traza un plan para obtener la cooperación de las autoridades aliadas de «países amigos»: Brasil, Argentina, Colombia, Panamá y Guyana.

Las provisiones de las tropas, el apoyo logístico y médico se realizarán desde Panamá. Se hará uso de las facilidades de la vigilancia electrónica y las señales inteligentes, de hospitales y dotaciones desplegadas en Darién (selva panameña), el equipamiento de drones del Plan Colombia, como también las tierras de las antiguas bases militares de Howard y Albroock (Panamá) así como las pertenecientes a Río Hato.

Además, se utilizará el Centro Regional Humanitario de Naciones Unidas, diseñado para situaciones de catástrofe y emergencia humanitarias, que cuenta con un campo de aterrizaje aéreo y sus propios almacenes.

Se desarrollará la operación militar bajo bandera internacional, patrocinada por la Conferencia de los Ejércitos Latinoamericanos, bajo la protección de la OEA y la supervisión, «en el contexto legal y mediático, del secretario general [de la OEA] Luis Almagro» (sic).

Se prevé una operación multilateral con contribución de Estados, organismos no estatales y cuerpos internacionales, anticipando especialmente los puntos más valiosos en Aruba, Puerto Carreño, Inirida, Maicao, Barranquilla y Sincelejo en Colombia, y Roraima, Manaos y Boavista en Brasil.

Se unirá a Brasil, Argentina, Colombia y Panamá para contribuir al mejor número de tropas, con la presencia de unidades de combate de Estados Unidos y de estas naciones, bajo el mando general del Estado Mayor Conjunto liderado por Estados Unidos.

Este plan, razona Stella Calloni, «hace comprensibles las recientes maniobras militares de Estados Unidos en esta región en la frontera de Brasil con Venezuela [Brasil, Perú y Colombia], en el Atlántico Sur [Estados Unidos, Chile, Gran Bretaña, Argentina], en el caso argentino sin autorización del Congreso nacional».

El golpe maestro preveía acelerar los acontecimientos antes de las elecciones de mayo de 2018. No logró sus objetivos en los plazos anunciados. El almirante Kidd fue retirado pocos meses después de las revelaciones periodísticas.

Pero el plan continúa su marcha.

Últimas novedades en el frente venezolano

En el orden interno, Venezuela vive todos los ingredientes del plan previsto en el golpe maestro: al boicot de la economía, se suma un cúmulo de acciones desestabilizadoras. Durante 2019, cinco conspiraciones violentas de la derecha venezolana lograron ser desactivadas. El último incidente ocurrió el 23 de diciembre con el ataque de un grupo armado al Batallón 513 en el sureño estado fronterizo de Bolívar, donde murió un miembro de las FAB. El Gobierno venezolano informó del robo de armamento de guerra, supuestamente con el propósito de realizar una acción de bandera falsa para propiciar una intervención militar de EEUU contra Venezuela.

Los Gobiernos de la región, lejos de obstaculizar la propagación de la violencia, muestran una convergencia con las líneas de acción previstas en el plan del Comando Sur. El ministro de información de Venezuela, Jorge Rodríguez, dijo que Colombia, Perú, Ecuador y Brasil facilitaron los movimientos del grupo armado responsable del ataque al Batallón 513. Los hechos parecen darle la razón.

El presidente Maduro exigió a Brasil la captura de los militares responsables, que sin embargo fueron recibidos en territorio brasileño en el marco de la operación Bienvenida. La Cancillería brasileña anunció que los desertores solicitaron asilo y que fue concedido.

Es decir que por un lado, hay un fomento a la emigración, una recepción amigable, incluso si se trata de elementos violentos.

Por otro lado, se agita el éxodo de los venezolanos como un motivo de alarma internacional. El 11 de septiembre de 2019, 11 países de las Américas (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay, República Dominicana) resolvieron convocar una reunión de Tratado Inter Americano de Asistencia Recíproca (TIAR), con el argumento de que la situación actual en Venezuela tiene un «impacto desestabilizador» y plantea una «amenaza para la paz y la seguridad en el hemisferio».

Esta reunión puede ser la antesala de una operación militar conjunta.

Las venas abiertas de América Latina

La guerra ya empezó hace muchos años con epicentro en Colombia. Hace más de medio siglo que la patria de Gabriel García Márquez se desangra, con el Estado ausente en muchas zonas rurales, hoy en manos de narcotraficantes y paramilitares. Colombia en las últimas décadas registró al menos 260.000 muertos, 60.000 desaparecidos y más de siete millones de desplazados. Desde la firma de los acuerdos de paz en 2016, se registró el asesinato de 620 líderes sociales.

En este clima, se teme que el presidente Iván Duque se aventure en una guerra contra su vecino, Venezuela. Duque se sumó a la campaña contra la patria bolivariana, a principios de año con la operación de «asistencia humanitaria» en Cúcuta, y en septiembre con un show lastimoso en la ONU donde denunció a Venezuela de proteger a guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Pero Duque presentó como prueba fotos falsas, y quedó en ridículo cuando la Agencia France-Presse lo dejó en evidencia.

La frontera colombiano-venezolana es una zona de permanentes fricciones. Desde junio, en Cúcuta y Maicao, poblaciones fronterizas con Venezuela, se encuentra un contingente de Cascos Blancos de la Cancillería argentina. En Siria y otros escenarios, los Cascos Blancos han sido responsables de operaciones de falsa bandera y fraudes noticiosos. La misión, más que una acción de asistencia sanitaria, forma parte del cordón de presión contra Venezuela y puede detonar episodios que sirvan de pretexto para el inicio de las operaciones.

Centroamérica es otra zona de tensiones. Cuba y Nicaragua han sido advertidas una vez más que son un target militar del Pentágono. La fortaleza militar de la isla no parece haber menguado, pero Nicaragua dio muestras de haber sido infiltrada con el ensayo de guerra híbrida de abril del 2018. La NED y la USAID le dieron un respaldo explícito a los estudiantes y paramilitares nicaraguenses que el año pasado movilizaron protestas violentas que arrojaron centenares de muertos y heridos.

Bolivia es otro ariete contra la paz regional. El desgobierno de facto de Jeanine Añez empieza a hacer el papel de perro rabioso, al estilo de Israel en Medio Oriente. Hace semanas hubo una incursión ilegal de militares bolivianos en territorio argentino. Ahora se anuncia la potencial invasión de la Embajada de México en La Paz, y la expulsión de la embajadora mexicana y diplomáticos españoles. Este incidente sigue la matriz de la crisis de las embajadas venezolanas, y el descrédito creado a partir del reconocimiento en algunos Estados de los falsos representantes diplomáticos de Guaidó.

La política de Bolivia hoy es funcional al deterioro de la institucionalidad de la región, una línea de acción persistente del Pentagonismo. Se trata de ridiculizar el orden jurídico de los países de la zona no integrada, entronizar líderes de papel, desconocer normas elementales de convivencia entre las naciones y confundir a la población con falsos debates.

Conclusiones: los piromaniacos que se arrojan al fuego

Un programa guerrerista de largo aliento, acuñado por el Pentagonismo, tiene estrategias bien definidas para encender una conflagración en América Latina. El nuevo mapa del Pentágono se va perfilando con preparativos en el terreno, condiciones sociales largamente abonadas y una narrativa que lo justifica en los noticiarios. Se trata de una miríada de elementos de gran dinamismo, con diferentes actores capaces de entrar o salir de escena según el curso de los acontecimientos.

Esta receta para incendiar América Latina no arrojará vencedores entre las naciones latinoamericanas. El diseño de la guerra tiene por objeto una ruina generalizada, la imposición de un caos de larga duración, que facilite la reconfiguración de la región, y la subdivisión política del continente en unidades más pequeñas (la secesión de Santa Cruz, la balcanización de Venezuela y el desmembramiento de la Argentina figuran en la agenda globalista).

Así lo ve Stella Calloni: «Estados Unidos está armando un escenario de guerra en Latinoamérica, que luego amenazará a todos los países de la región, incluso a los que hoy se prestan para los planes contra Venezuela».

En Caracas se librará una batalla decisiva. Como lo ha dicho Atilio Borón, Venezuela es la nueva Stalingrado.

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