Entrevista de Alfredo Guruceta a Carlos Pereyra Mele

Para el Programa de Tv “Con sentido Común” que se emite por Canal “C” de Córdoba

Un Mundo distinto caracterizamos la actual situación. El Coronavirus vino a juntar todas las crisis que existen Economías, Financieras, Geopoliticas. Etc.,

En crisis el “modelo” desde 1991 que se implementó luego de la caída de la URSS que fue:

El MERCADO “GOBIERNA”, la POLÍTICA “ADMINISTRA”

Entrevista de Javier Benítez a Carlos Pereyra Mele

Sérgio Moro, exministro de Justicia de Brasil y hombre del riñón del presidente, Jair Bolsonaro, golpeó la mesa en el Palacio de Planalto y echó más gasolina a un incendio que devora a la política en su país y deja en una posición delicada al jefe de Estado. Se fue, tirando de la manta, y dejando al descubierto a Bolsonaro.

AUDIO: https://mundo.sputniknews.com/popup/radio/?audio_id=80188467

Capturas de pantalla de una presunta conversación que mantuvo con Bolsonaro. Fue lo que publicó el medio Jornal Nacional-Globo, tras haberlas recibido del propio Sérgio Moro. El contexto: el presidente pide interferir en la investigación de sus diputados aliados.

Moro apeló a la filtración para dar sustento a las acusaciones que lanzó contra Bolsonaro, quien al cesar a Mauricio Valeixo como director de la Policía Federal, ejerció sobre esta institución una interferencia política. Un extremo que Bolsonaro rechazó y Moro ejecutó la acción apenas renunciar a su cargo.

Tras la negación por parte del mandatario, Globo le pidió a Moro que presentara pruebas que respaldaran sus acusaciones. Algo que hizo y desató el escándalo que se suma a los anteriores que viene protagonizando la Administración Bolsonaro.

En opinión de Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, la complicada situación de Brasil cobra relevancia a nivel regional por la importancia que tiene, en parte por su ubicación geoestratégica –limita con 10 países en América del sur–, y por su dimensión y potencialidad económica.

«En este escenario se han venido desarrollando en los últimos años unos cambios copérnicos en lo que es la política nacional e internacional que venía sosteniendo Brasil durante décadas», explica el analista en referencia a los anteriores Gobiernos del país sudamericano.

La fama le precede a Moro quien fue el juez que hizo detener al expresidente Luis Inácio Lula da Silva, lo que le impidió que fuera candidato a la presidencia en las elecciones que finalmente ganó Bolsonaro, apunta el experto.

Lo que subyace en la renuncia y posterior denuncia de Sérgio Moro, de acuerdo a Pereyra Mele, «es el intento de Bolsonaro de manipular las investigaciones de la Policía Federal para eliminar las investigaciones sobre sus hijos [aparte de los diputados], fuertemente comprometidos con negociados y con desviaciones de investigaciones de crímenes».

La importancia de Sergio Moro radica en que fue «el hombre que incorporó a las clases medias urbanas al bolsonarismo a través de la famosa presencia de la lucha contra la corrupción, el honestismo, etc. Todo un modelo que se vino trabajando en Brasil a través de los medios de comunicación para implementar la posibilidad de un cambio político, que previamente fue acompañado con el impedimento a Lula da Silva de ser candidato, pero también de un golpe palaciego que dieron a la expresidenta Dilma Rousseff», detalla Pereyra Mele.

Según el analista, Bolsonaro «quiere funcionar a través de un modelo que se llama ‘parálisis institucional’, porque como ha perdido sus alianzas en las Cámaras de diputados y senadores, esto lo ha llevado a apoyar las últimas manifestaciones que hemos visto pidiendo la intervención al Parlamento, o sea, prácticamente instaurar una nueva dictadura. Esta es la realidad de hoy de Brasil», concluye Carlos Pereyra Mele.

Carlos Pereyra Mele

Tal vez el mayor destacado es que la Nación «verdeamarela» dirigida por Jair Messias Bolsonaro ha superado en un aumento vertiginoso el mojón chino en el peligroso camino de ascenso a la cima de Covid 19, acusando 87.187 contagiados y 6.006 fallecidos

El «scratch du oro» se dirige raudamente al próximo hito en la ruta que es el escalón de los 100.000 contagiados, para pasar a formar parte del pequeño y selecto grupo de países que conforman la «élite» de la pandemia que hasta ahora son nueve. El ministro de salud de Brasil, Nelson Teich dice que podrían alcanzar la cifra de 1.000 muertes diarias imputables al virus [1], si continua el ritmo de crecimiento de la pandemia con 6.000 a 7.000nuevos casos detectados por dia. 

El estado de Maranhao en el noreste de Brasil acaba de adoptar el confinamiento total [2]; es el primero en hacerlo por el incontrolable crecimiento de los contagios y el colapso de su débil sistema sanitario. Sin dudas Brasil está atravesando una grave crisis sanitaria junto a una también grave crisis político institucional, cual más grave que la otra, que se retroalimentan. Brasil va camino a convertirse en el próximo centro de la pandemia.

El colapso brasileño de producirse va a tener consecuencias inimaginables para la Argentina, en especial una, que es alejar la posibilidad que juntos afrontemos el «eterno» desafio de la integracion latinoamericana imprescindible en estos tiempos. Por eso nos debe preocupar profundamente, la desgracia de nuestros hermanos y «adversarios» brasileños y el fracaso del «bolsonarismo» [3] debe conducirnos a una profunda introspección y autocrítica. 

Otra noticia es el estallido pandémico de la Rusia de Putin . El dia 15 de abril tenían 25.000 contagiados y 198 fallecidos, al día de hoy 114.000 casos positivos y 1.169 muertos, un crecimiento exponencial de la pandemia, pero con baja tasa de letalidad y mortalidad del virus. Habrá que seguir como sigue esto en la nueva Rusia que hasta ahora la sobrelleva con sobriedad y dignidad.

Una mención para la prolija y ordenada Alemania, con sus 163.000 contagiados y  sus 6.600  muertos, que con su reconocida eficiencia y minuciosidad teutónica trata de evitar que se le escapen los números de contagiados, y oscila entre ajustar el cierre o flexibilizar.

Una buena noticia, viene de Italia y España, caras a nuestros afectos han logrado relantizar el crecimiento de nuevos contagios y denuncian un número decreciente de muertos por dia, que oscilan en el rango de 250 a 300 casos. [4] y [5]

Por último las cabezas del mundo anglosajón, EEUU y el United Kington son los que más muertos y contagiados tienen en el mundo y mayor desmanejo muestran: son el centro de la pandemia. Con un desorden casi caótico y fracaso ruinosos en ambos, siendo el corazón y la mente de ese mundo (al que Francia adhiere por vocación de amanuense y deseos de pertenencia, a un mundo que no le pertenece por historia, cultura y religión). 

Y en este «fracaso del sueño americano e inglés»; no encuentran otra explicación a sus desgracias que echarle la culpa a los chinos. 

El Covid está desnudando la decadencia que marca el final de ese «occidente anglosajón» que sometió al mundo en los últimos 100 años y lo «formateo» según sus pautas culturales, sus valores y principios para colocarlo al servicio de sus intereses. 

El Covid, ese virus “que no tiene vida” pero mata, ha cerrado el ciclo de ese mundo viejo, y ante nuestros ojos desnuda su agotamiento, sus crueldades, sus miserias, sus debilidades,  sus contradicciones, sus vetustos paradigmas, sus mitos y falsedades y lo demuele sin piedad. 

El «Covi» con la crisis que ha desatado, le da inicio a la partida a ese mundo viejo y agotado….y con seguridad sin retono.

Dr. Antonio M. Mitre especial para Dossier Geopolitico

Adaptación y Notas: Carlos Pereyra Mele

[1] Ministro de Salud afirma que Brasil podría alcanzar las 1.000 muertes diarias por coronavirus http://www.motoreconomico.com.ar/america-latina/ministro-de-salud-afirma-que-brasil-podra-alcanzar-las-1000-muertes-diarias-por-coronavirus 

[2] Primer estado de Brasil adopta confinamiento total    https://www.dw.com/es/primer-estado-de-brasil-adopta-confinamiento-total/a-53300157 

[3] Yque ? dice Bolsonaro https://www.elobservador.com.uy/nota/-y-que-dice-bolsonaro-ante-la-cifra-de-5-000-muertes-por-coronavirus-en-brasil-2020429111737 

[4] Bajan las muertes en Italia

https://www.elmundo.es/internacional/2020/04/30/5eaaf5c4fc6c8397408b45c0.html

[5] Segundo dia en España con menos de 300 muertos por Covid-19

https://elpais.com/sociedad/2020-05-01/ultima-hora-del-coronavirus-en-espana-y-el-mundo-en-directo.html

[6] Estados Unidos registró 2.053 nuevas muertes por coronavirus y el total asciende a 62.906

https://www.infobae.com/america/eeuu/2020/05/01/estados-unidos-registro-2053-nuevas-muertes-por-coronavirus-y-el-total-asciende-a-62906/

Análisis semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo

Club de la Pluma: Arte, Ciencia, Cultura, Derechos Humanos, Geopolítica, Deuda Externa, Relatos, Cuentos, Educación, Opinión, Editorial, Efemérides, Comunidades Originarias, Filosofía Y Mucho Más…

TEMAS

  • El Coronavirus vino para mostrar todo lo que estaba mal pero que nadie quería ver !
  • Ahora la situación nos muestra que la “última” globalización toca a su fin -la del Neoliberalismo-, a pesar de sus fanáticos defensores, que quieren sostenerla a capa y espada. 
  • Hoy el “centro” del mundo del siglo XXI, el Estado imprescindible,  etc., me refiero a los EEUU Los últimos 60 dias muestran una debilidad increíble, al no haber un plan nacional de salud, sin respuestas rápidas, racionales que hoy muestras números complicados más de 22 millones de desocupados en pocos días, más de 50000 muertos por Covid-19, dificultades con un elemento clave de su poderio, que fue el “control” mundial por parte de EEUU del petróleo; hoy sin precios afectando a su industria. Hoy EEUU muestra un quiebre en su unidad nacional, sus familias sobreviven con gigantes deudas, reducciónes salariales y ahora por primera vez una generación que reemplaza a otra no tiene un futuro mejor…Buscara la actual administración usar el recurso militar para tratar de ganar la reelección

Siempre una “peste” trajo cambio políticos sociales y económicas, y está vez no será distinto 

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Carlos Pereyra Mele

Por Enrique Lacolla

Con esperable coherencia y aún más pronosticable cinismo los prohombres del neoliberalismo iberoamericano han salido a criticar como “autoritarias” las políticas de emergencia adoptadas por algunos gobiernos frente al Covid 19.

Uno no sabe si reír o llorar cuando lee documentos como el firmado por el escritor Mario Vargas Llosa y el ex presidente Mauricio Macri, refrendado por una larga fila de exponentes del llamado pensamiento neoliberal y por figuras representativas del establishment político y económico de América latina y algunos países de Europa. Ricardo López Murphy, Patricia Bullrich, Marcos Aguinis, Julio Sanguinetti, Álvaro Uribe Vélez, Fernando Savater, Luis Lacalle, el ex presidente de México Ernesto Zedillo y el empresario farmacéutico argentino Alejandro Roemmers, son algunas de las firmas que figuran al pie. La mayoría de los muchos firmantes son potentados. Otros pertenecen a la gleba de bien rentados sirvientes oficiosos del poder sistémico. El propósito del documento es atacar a los intentos de disciplinamiento de la economía a que la irrupción del corona virus está obligando a muchos gobiernos del mundo. Su núcleo conceptual está expresado en sus párrafos finales:

“A ambos lados del Atlántico resurgen el estatismo, el intervencionismo y el populismo con un ímpetu que hace pensar en un cambio de modelo alejado de la democracia liberal y la economía de mercado. 

Queremos manifestar enérgicamente que esta crisis no debe ser enfrentada sacrificando los derechos y libertades que ha costado mucho conseguir. Rechazamos el falso dilema de que estas circunstancias obligan a elegir entre el autoritarismo y la inseguridad, entre el Ogro Filantrópico y la muerte. “

El “Ogro Filantrópico”… El Ogro Filantrópico es el Estado, cuando no se pone al servicio del capital privado. Hablar de sacrificios es también un despropósito. ¿De quiénes son los derechos y libertades que ha costado mucho conseguir? ¿Y a quiénes les han costado mucho? “Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas” cantaba Atahualpa. Todos los derechos y privilegios que el neoliberalismo ha conquistado en el último medio siglo han provenido del despojo, el atropello y el saqueo de las grandes mayorías. La especulación, la fuga de divisas, la conversión de la economía en una timba donde el dinero se reproduce por sí mismo y no se emplea en la solución de los problemas concretos sino en el montaje de un mecanismo que se ocupa de succionar los recursos de los países más débiles poniéndolos en el cepo de una deuda eterna sin cesar renovada, arrancándoles cualquier posibilidad de invertir en su propio desarrollo…, son los rasgos de la llamada democracia liberal de mercado. Incluso los países desarrollados de occidente –el padre de la criatura- tienen problemas cada vez mayores para regentar esta evolución: el desempleo crece, la juventud carece de metas, la demografía cae y en consecuencia la Unión Europea y EE.UU. se convierten en el receptáculo de una emigración que no desean, pero que necesitan y que ellos mismos incentivan con políticas que apuntan a lograr el control de la periferia desestructurando sus configuraciones nacionales; políticas cuya secuela son las guerras y los desplazamientos poblacionales que arrastran su miseria de un punto a otro del mapa.

Este es el saldo que dejan cuarenta años de capitalismo salvaje. Ahora el Covid 19 viene a transparentar la urgencia de la situación, lo insostenible del sistema, la necesidad de al menos una planificación flexible de la economía. ¿Y a esto cómo responden las “fuerzas vivas” del país? Con la denuncia a un presunto autoritarismo, cuyas puntas estarían dadas por el prudente manejo que se está dando a la cuarentena, que prevé una salida gradual de la misma, y con el requerimiento de una contribución única a las grandes fortunas para ayudar a sostener el andamiaje económico en la situación de crisis extrema que tanto la pandemia como el desquicio que produjo el anterior gobierno -el gobierno de los ricos- en la economía. Son dos requerimientos naturales, modestos y necesarios para poner una punta de racionalidad en una situación que puede escaparse de las manos en cualquier momento.

Pero las proposiciones sensatas, y más aún si son generosas y nobles, repugnan al capitalismo salvaje. Y así tenemos a los figurones del establishment argentino rasgándose las vestiduras porque deben oblar un mínimo de sus portentosas fortunas para el bien general, y exigiendo una inmediata reanudación de la actividad laboral para mantener un flujo económico que seguramente es indispensable, pero para el cual quienes ponen el cuerpo son las masas de gente que se desplazan en los medios masivos de transporte, sitio ideal para dispersar los virus, mientras que los capitostes de la industria o las finanzas permanecen al reparo, conectándose virtualmente desde sus mansiones o moviéndose en sus propios automóviles o helicópteros. Mientras ventean, en la actual crisis y en el desorden y la depresión que se asoman en el mundo entero, una oportunidad para concentrar aún más riqueza bajando la mano sobre empresas, yacimientos o industrias que se bambolean al borde de la quiebra por, entre otras cosas, la brutal baja en el precio del crudo. A la vez que no dejan de advertir, con un escalofrío que les recorre la espalda, los chispazos que empiezan a dejarse ver al final del túnel y que podrían preanunciar un cambio de modelo.

Así pues, con engolada importancia, se tornan en pródigos consejeros de cómo hay que encarar la crisis. El fondo no confesado de su pensamiento es la reapertura de la economía a todo vapor; total, los trabajadores que enferman o mueren siempre pueden ser reemplazados por otros desesperados que esperan su oportunidad para conseguir un empleo, mientras que los dueños de la pelota cuidan la ropa y se dedican a contar las bajas colaterales que produce su inclemente proceder. No es la primera vez que pasa esto en la historia: Bocaccio situó los cuentos de su “licencioso” Decamerón en el ambiente de los jóvenes de buena familia que escapaban de los estragos de la Peste Negra en los hermosos paisajes de la campiña en torno a Florencia.

Ahora bien, esta deplorable imagen de indiferencia moral no puede ocultar los datos de la realidad. El mundo, y nuestro país en particular, están pasando por una coyuntura de las más difíciles. A Alberto Fernández le ha tocado bailar con la más fea. Al desastre económico heredado se le ha sumado la pandemia, que exige un manejo en extremo delicado y que trae en su estela el hundimiento del precio de las “commodities”; en primer lugar el de los combustibles, dejando en el aire la esperanza de recuperación que suponía la explotación de Vaca Muerta. “El campo”, mientras tanto, se niega a liquidar a la baja a parte de su stock acumulado y pone el grito en el cielo ante cualquier insinuación de reforma impositiva que grave sus hasta hace muy poco fabulosas ganancias. Junto a estas preocupaciones, hay que lidiar con los fondos buitres que amenazan con arrastrarnos nuevamente a los tribunales de Nueva York (otra herencia de la era neoliberal, en su etapa menemista). Una delicia.

En medio de este desbarajuste, sin embargo, hay que agradecer a la oportunidad que supimos darnos al votar al actual gobierno, cerrándole el paso a la fauna conservadora del PRO o del PRO ampliado. ¿Podemos imaginarnos lo que sería en la Argentina en ese momento si este desquicio hubiese de ser manejado por Macri y su banda?

FUENTE: http://www.enriquelacolla.com/sitio/notas.php?id=642

Sergio Moro, representaba en este desgobierno brasileño a esa derecha vinculada al empresariado y al discurso del «honestismo». Y a la manipulada “clase media” confundida y aturdida por un plan comunicacion planificado desde los grandes medios que con informaciones falsas y prejuicios sin ‘pruebas” condenó e impidió que Brasil tuviera otro destino que no sea el actual aquelarre, de retroceso económico, social y de dejar de tener una presencia internacional Global y Regional fuerte por una política exterior de alineación a las directivas de Washington. Que la aislaron del Grupo BRICS y de la Integracion suramericana.

Moro fue convocado por Bolsonaro para obtener el apoyo de las clases medias que se levantaron contra el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula por el escándalo de Lava Jato, y esa representación ahora se ha caído del gobierno.

Ahora este gobierno de Bolsonaro continuará a la deriva y con una espada de Damocles sobre su cabeza, con la segura iniciación de un Juicio Político ya que el fiscal general de Brasil, Augusto Aras, solicitó formalmente a la Suprema Corte una autorización para investigar las denuncias de Moro contra el presidente, porque «la dimensión de los episodios narrados en la declaración del ministro (Moro) revelarían la práctica de delitos, imputando al presidente, pero también podría caracterizar el delito de denuncia calumniosa».Por ello DOSSIER GEOPOLITICO sostenedor de que la única salida estratégica que tiene Suramerica después de esta pandemia es la consolidación de un estado continental fuerte, Y para ello necesitamos a un Brasil sólido fuerte y participativo del destino del espacio geográfico que comparte con el mundo Hispanoparlante es que difundimos el siguiente Video: –«El odio» describe la campaña de desprestigio impulsada contra Lula da Silva y el Partido de los Trabajadores en Brasil, demostrando cómo ese proceso catapultó a Jair Bolsonaro a la presidencia. El audiovisual realizado por el documentalista argentino Andrés Sal.lari también detalla la participación protagónica del juez Moro, de los medios de comunicación y de Washington en toda la operación.- Que condeno a esta decadencia al actual Brasil que fue planificada por los poderes extracontinentales y con el rol de la derechas liberales y el protestantismo militante en Brasil para entender y comprender el modelo de guerra Híbrida a la que fue sometida la nación Verde Amarilla. y que se entienda en toda América latina el “modelo”

Consideraciones mínimas sobre el Coronavirus

Por Carlos Pereyra Mele(*)

La pandemia es real no como los teóricos del complot sostienen, que esto es una gripe más y que los “poderes ocultos” mundiales lo hacen para tenernos con arresto domiciliario y preparando nuestras pérdidas de libertades individuales. 

Tuve acceso a informes confidenciales; Hay muchísimas más muertes de las que se declaran.

Los estados están ocultando datos, China incrementó un 50% de los que había declarado; En Irán y Rusia los muertos son mayores a los que se dice, en España e Italia la crisis sanitaria no para y EEUU sufre muchas más contagios y muertes de lo que se informa, lo de Brasil es patético. Lo de Ecuador no fue fake news los cadáveres abandonados en las calles de Guayaquil. Si dan a conocer los datos verdaderos se mostrarían como débiles

A través de M. Barrios, tenemos información de un médico argentino en Londres Dr González: Médico Consultant Emergency, Upper GI and Laparoscopic Surgery at Chealse and Westminster Hospital, London, United Kingdom: Ayer (22/4) en Inglaterra se descubrió, que hay 41 % más de muertos que los declarados anteriormente. Muchísimas bajas por infección en el sector de trabajadores de la salud. Y un centro de investigación virosica inglés detecta que el Virus tiene 31 mutaciones y de las cuales 19 son muy agresivas.

Se nos confunde con informaciones falsas y con un direccionamiento ideológico, que no son importante ante está situación gravísima humanitaria global (que el virus es Chino o Yanqui) cuando ambos países sufren y sufrirán una segunda ola de infecciones. Otros mensajes increibles nos dicen que la vacunas NO sirven y que son un plan de terror internacional de grandes multimillonarios para reducción poblacional. O que los médicos cubanos No son médicos y son espías (y que habían sido expulsados de Italia luego todo desmentido)

Y como dice nuestro amigo C. Pissolito: “Por ello, se hace necesario, librar una lucha destinada al esclarecimiento cultural de las consecuencias de la pandemia. Ya que, nunca, deben menospreciarse las consecuencias de la imbecilidad humana.”

Sigamos sosteniendo el esfuerzo general de “Curarnos en Salud”, ante tanto desquiciado que nos quiere confundir y hacernos errar en la lucha contra este enemigo invisible, cruel y muy peligroso.

  • Director de Dossier Geopolitico

NOTA:

SE CONFIRMA LO QUE NOS INFORMO EL DOCTOR GONZALEZ DESDE LONDRES
Los investigadores detectaron entre una y cinco mutaciones en cada muestra y estudiaron los efectos de cada cepa en células en un laboratorio para dar con una diferencia de 270 veces en la carga viral entre las cepas más peligrosas y las más débiles.

¿Por qué el coronavirus es más mortal en Nueva York, Italia y España? Lo aclara la investigadora china que lideró la lucha en Wuhan https://actualidad.rt.com/actualidad/350825-leyenda-virologia-china-aclarar-coronavirus-mortalidad?fbclid=IwAR0EG82AOecBEsbM8VDvnSZ2O3IGf23SXfoZq0CgQ-Ucgp47CiSaLS-wY1o

Agencia de salud pública de EE.UU. alerta de una segunda ola de coronavirus que podría ser aún más grave que la actual https://actualidad.rt.com/actualidad/350780-cdc-alertan-segunda-ola-coronavirus-grave?fbclid=IwAR1R7e9tGA-6ZK58LX2IPraKmnWcwmZRMiLhpgzyVZAh59s6Y6yZR74k6ms

Análisis semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo

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TEMAS

La Universidad de harvard dice que el distanciamiento durará hasta el 2022 (?)

La Universidad de Cambridge que estudia las mutaciones del Covid-19 dice que no es de Wuhan sino del Sur de china (?)

Todo da argumentos a las Teorías del Complot, pero lo que existe es una Guerra de Poderes Globales 

  1. EEUU Crisis Internas – Gobernadores contra el Presidente – El Presidente envió a sus adictos con “armas de fuego” para presionar a la Gobernadora de Michigan, Según Newsweek se prepara un Gobierno en las sombras por si es superada la actual administración como en el peor momento de la Guerra Fría, mientras los muertos diarios superan las 4000 víctimas, la OMS
  2. EUROPA: 2 velocidades  (Norte y el Sur) Von Der Leyen Presidenta de la Comisión Europea “Pide disculpa” a Italia por la tardanza de la UE en ayudarla ante la crisis sanitaria. La Nave insignia de la Flota Francesa queda fuera de servicio el Portaaviones charles de gaulle tiene el 50% de su marinería infectada por el Coronavirus
  3. Irán y las sanciones como extorsión política cuando el régimen pide ayuda financiera para enfrentar la lucha con más éxito contra el Coronavirus
  4. AMÉRICA Ecuador 6700 muertos en 15 días, Brasil conflicto de poderes políticos aumentan los infectados y los muertos y en el mientras tanto Bolsonaro hecha al Ministro de salud Pública y El Plan Orion 5 y el cerco a Venezuela
  5. La deuda Externa argentina y más en el audio:..

Brasil y Argentina, en distanciamiento obligatorio

Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, desafiando todas las recomendaciones sanitarias para enfrentar la pandemia del coronavirus. 

Por Gonzalo Fiore Viani y Florencia Rubiolo

La distancia entre las respuestas de Argentina y Brasil a la crisis sanitaria es otro síntoma de la desconfianza que tiñe la relación bilateral al. La actual crisis aterriza en el marco de estas diferencias preexistentes y se transforma en detonante de quiebres de mayor envergadura. Así como el virus obliga al distanciamiento social entre las personas, del mismo modo parece distanciar a países históricamente hermanos.

La perspectiva argentina frente a la pandemia es priorizar la salud sobre la economía. La visión brasileña, invierte la fórmula. Mientras en Argentina se observa un alto nivel de consenso interno en diferentes niveles y agencias gubernamentales, en Brasil existen gobiernos provinciales y locales que se enfrentan abiertamente a las decisiones del Estado nacional. La para-diplomacia emerge como una herramienta de salvataje. Las acciones implementadas por la región del Nordeste para evitar la hecatombe en la relación con China son muestra de ello.

El gobierno brasileño sigue la línea de Trump, tanto en las medidas internas como en un enfrentamiento directo con China. A diferencia de su par estadounidense, Bolsonaro, no cuenta con la espalda suficiente para realizar desembolsos billonarios que eviten la caída libre de la economía brasileña.

Tampoco puede darse el lujo de confrontar con su principal socio comercial. Eduardo Bolsonaro trató al gobierno de Xi Jinping de dictadura, al mismo tiempo que lo acusó de haber ocultado información del coronavirus, lo que llevó a gran parte del arco político, opositor, e incluso oficialista, a pedir disculpas.

Para el Mercosur, el costo puede ser insuperable. Los dos mayores miembros adoptan políticas y discursos en las antípodas. El canal de diálogo es ríspido. Brasil “no para”, Argentina congeló su economía. Las cadenas de valor que se articulan entre ambos países sentirán el efecto contagio. Alicia Bárcena, desde la CEPAL, afirma que esta es una crisis “de personas, producción y bienestar”, y el organismo advierte sobre la necesidad de reforzar el comercio intrarregional, y los esfuerzos cooperativos multilaterales.

Entonces flota en el aire la pregunta, si el bloque en su conjunto se sostiene por la frágil voluntad de pertenecer y las ventajas relativas que arroja el encadenamiento industrial, ¿qué quedará como incentivo si, como consecuencia del inalcanzable consenso de crisis, se derrumban estos pilares?

Juan Carlos Puig y Helio Jaguaribe, desde la idea de autonomía e integración en las Relaciones Internacionales, ya se referían a la necesidad de la cooperación entre los países de América del Sur, especialmente entre Argentina y Brasil.

El proceso de aproximación entre ambos Estados tuvo una fuerte impronta a finales de los ´80. Sin embargo, tras el ascenso al poder de Bolsonaro, esto parece ser poco más que un sueño bastante lejano. Las respuestas contrapuestas frente al coronavirus evidenciaron un síntoma más del mal estado de una relación, que, al igual que el Mercosur, ya se encontraba en el principal grupo de riesgo.

Florencia Rubiolo es Directora del Doctorado en RRII de la Universidad Católica de Córdoba. 

Gonzalo Fiore Viani es abogado y analista internacional. Miembro de Dossier Geopolitico

FUENTE CLARÍN: https://www.clarin.com/opinion/brasil-argentina-distanciamiento-obligatorio_0_ecmBmy30s.html 

Dossier Geopolitico tiene el gran Placer de presentar a un nuevo colaborador el Dr. Anthony Medina Politólogo UNMSM. Director de la Escuela de Ciencia Política UCSM-Arequipa.Peru

En su libro “The Next 100 Years: A Forecast for the XXI Century”, el politólogo y analista geopolítico George Friedman realizó un análisis del escenario global en el (muy) largo plazo, identificando aquellos aspectos que él consideraba como fundamentales para predecir el futuro de las relaciones internacionales de los Estados Unidos con sus aliados y competidores durante los próximos 100 años. Entre las cosas que Friedman avizoraba en su libro (escrito en 2009) estaban el fin de la guerra contra el yihadismo global, el colapso de Rusia debido al estancamiento de su economía, la fragmentación de China debido a sus tensiones étnicas internas, el surgimiento de nuevas potencias regionales en Europa Oriental, así como el ascenso de México al status de gran potencia, para luego iniciar una guerra contra Estados Unidos alrededor del año 2070, la cual se extendería al menos hasta el siglo XXII.

Friedman afirmaba, en esos años, que Rusia se desintegraría debido a sus tensiones étnicas, bajo crecimiento demográfico y a un modelo productivo anticuado; mientras que el “supuesto” ascenso de China sería sólo temporal y que, por el contrario, había que fijarse en el desarrollo de “verdaderas potencias emergentes” como Japón, Turquía y Polonia (sí, Polonia). Debido a que los hechos durante los años posteriores a la publicación del libro venían contradiciendo notoriamente el esquema predictivo de Friedman, luego el autor actualizaría algunas de sus observaciones, especialmente sobre el desarrollo futuro de Rusia y China (lo que incluyó la publicación de otro libro llamado “The Next Decade”, que abarcaría sólo el período entre 2015 y 2025).

La moraleja de este asunto consiste en que imaginar el futuro no sólo es difícil, sino que incluso los esquemas de análisis más refinados fallan al momento de hacer predicciones. Esto sucede no por desconocimiento de la Historia (de hecho, la lectura histórica en “The Next 100 Years” es impecable), y menos a errores metodológicos de fondo; sino a acontecimientos inesperados que terminan tirando al piso cualquier proyección.

A pesar que los hechos actuales desmientan el desarrollo de escenarios futuros, predichos por Friedman, estoy seguro que ningún otro esquema alternativo hubiera podido preveer que, debido a una infección viral, en el lapso de unas pocas semanas un tercio de la población del planeta estaría encerrada dentro de sus casas sin poder trabajar y que las cadenas de transporte y suministro globales quedarían paralizadas. Así, la pandemia del nuevo coronavirus (hoy llamado COVID-19) termina por echar por tierra toneladas de libros sobre comercio exterior, geopolítica, relaciones internacionales y seguridad, que iban acompañadas por la condición ceteris paribus de que los aviones seguirían volando a sus destinos, los containers seguirían llevando productos a los puertos y la gente en general saldría desarmada de sus casas a comprar alimentos en las tiendas.

Hoy más que nunca los pensadores y analistas de las diversas disciplinas académicas dentro de las humanidades y ciencias sociales están bloqueados frente a la posibilidad de imaginar un futuro que supere la crisis generada por el virus. A pesar que se ha generado un debate muy interesante en medios y redes sobre el futuro del capitalismo y del orden global; lo cierto es que se sigue pensando dentro de la idea (nuevamente, ceteris paribus) de que el virus es algo que tarde o temprano será superado, ya sea a través del dominio tecnológico, la hipervigilancia social basada en el big data, o la consolidación de modelos políticos autoritarios inspirados en el régimen chino. Considero necesario abrir un poco más el espectro de posibilidades para empezar a pensar escenarios flexibles frente a los cuales los gobiernos tendrán que tomar decisiones (algunas de ellas controversiales y dolorosas, si es que la crisis se agudiza).

A mi juicio, el ciclo de crisis que abre la pandemia del COVID-19 exige repensar al menos cinco aspectos del orden internacional contemporáneo: 1) El futuro del actual modelo de globalización capitalista; 2) El futuro de la democracia liberal en Occidente; 3) El desarrollo urbano en relación con los ecosistemas; 4) La salud pública como nueva fuente de poder geopolítico; 5) El rol de la academia frente a la crisis. Pasaremos a analizar cada uno de estos puntos.

Žižek y Byung Chul-Han: El debate sobre el capitalismo

La prisa con la que Slavoj Žižekha predicho el fin del capitalismo “al estilo de Kill Bill” (dixit) contrasta con la rapidez con la que la opinión pública ha salido a refutarlo basándose en la posición de Byung Chul-Han, quien vaticinaba un capitalismo mucho más feroz y autoritario amparado en el control biopolítico a través del big data (no muy distinto a lo que el mismo Žižek decía hace diez años cuando se refería al peligro del surgimiento de un “capitalismo con valores asiáticos”). No me apresuraría tanto a descartar la posición de Žižek, sino más bien a considerarla dentro de un abanico de escenarios dentro de una perspectiva de (muy) largo plazo. En ese sentido, valdría la pena hacer dos preguntas. La primera: ¿cuáles son los condicionantes claves que garantizan la continuidad del capitalismo como sistema histórico? y la segunda: ¿qué tanto sabemos sobre la capacidad del COVID-19 (u otra pandemia futura) de afectar severamente dichos condicionantes en el largo plazo?

No han faltado análisis sobre los efectos del COVID-19 en la economía global, los cuales en su mayoría coinciden en la venida de la peor recesión mundial desde 1929 (algo ya anunciado oficialmente por el FMI); así como en la progresiva fragmentación de las cadenas de suministro globales. A pesar de todo, existen dos aspectos concomitantes que se mantienen constantes a pesar de todos los escenarios y especulaciones que se puedan hacer sobre el futuro: 1) La confianza de la gente en el valor del dinero en tanto medio de cambio; y 2) El flujo de las telecomunicaciones. Internet, en tanto red global de comunicaciones, ha generado una dependencia absoluta de las bases de datos de cualquier actividad humana conocida en el planeta, incluidos los servicios básicos de telefonía, agua y electricidad. Asimismo, el valor del dinero como medio de cambio se sostiene mediante los millones de intercambios y fluctuaciones que ocurren a diario en las bolsas de valores a nivel mundial, dentro de las cuales el dinero impreso/acuñado representa sólo una pequeñísima parte de de los trillones de dólares/euros/yuanes/otros que circulan a diario en la red sin generar ningún tipo de valor real más allá del que los seres humanos hemos convenido en otorgarle; ya que si aceptamos el hecho de que el dinero es sólo papel pintado que no se puede comer, la mayoría del que existe ni siquiera es un objeto material o palpable. Si bien existe una discusión sobre qué pasaría si súbitamente ocurriera un apagón mundial de Internet debido a un desastre natural masivo o ataque nuclear, lo cierto es que ésta es una red flexible y descentralizada que no depende de un solo país y puede seguir funcionando así la mayoría de sus bases de datos y servidores quedaran inutilizados.

Por supuesto, para que el sistema siga funcionando, tiene que haber alguien que garantice su funcionamiento; y ahí quizás habría que considerar más detenidamente la posición de Žižek. Como ya ha indicado la OMS, es poco lo que sabemos del COVID-19; y si bien a pesar que la letalidad de la infección sigue siendo baja en comparación a otras enfermedades, la transmisibilidad y tendencia a la mutación del mismo debe considerarse. Si a la fecha la cepa actual de coronavirus llamada COVID-19 ha demostrado un alto nivel de resistencia y permanencia sobre superficies como plástico, vidrio y acero; ¿qué pasaría si éste empezara a mutar hacia un nuevo virus más nocivo que ahora pueda permanecer en forma de aerosol que viaje por el aire durante varias horas, o si apareciera otro nuevo que sí tuviera esa capacidad? ¿De qué servirían medidas como la cuarentena y el aislamiento social si es que ahora podemos contagiarnos con sólo salir a comprar pan para el desayuno, así nos mantengamos a diez metros de distancia de todo individuo con el que nos crucemos en la calle? Un nuevo virus con las características que menciono ya no sólo exigiría a los Estados a reordenar todo su aparato productivo hacia adentro, sino a incluir nuevos mecanismos de automatización y provisión de servicios a través de sistemas de Inteligencia Artificial.

Implementar medidas de ese tipo provocaría índices de desempleo en masa tan grandes los Estados se verían obligados a autoaislarse para experimentar soluciones cortoplacistas que calmen la creciente inestabilidad social, terminando por desintegrar lo que quedaría del modelo angloamericano de globalización. Esto generaría como consecuencia un progresivo “desacoplamiento” del sistema por parte de los Estados, especialmente aquellos del Sur Global; quienes acusarían a los organismos internacionales de corruptos y poco solidarios frente a sus respectivas crisis internas, así como a las grandes potencias de hipócritas que lucran con la necesidad de los países más pobres. El primer resultado de esta rebeldía masiva de los Estados menores frente al orden mundial implicaría que las monedas nacionales dejarían de tener valor externo, y, en consecuencia, dejarían pronto de tenerlo al interior (ya que, como dijimos, objetivamente el dinero es sólo papel pintado y para efectos prácticos no tiene ninguna utilidad mayor a la que tiene cualquier papel).

Este hipotético desacoplamiento traería como consecuencia una desconexión masiva de la red de Internet, dejando a los países dependientes exclusivamente del manejo de sus ondas electromagnéticas de radio (y con suerte, de TV local). La gente al ver de un día para otro que su dinero (impreso o bancario) ya no vale nada, empezaría a organizarse para realizar saqueos masivos a supermercados, tiendas, y hogares; con lo que el poder civil cedería fácilmente frente a cualquier junta militar “restauradora” que prometa cierto orden frente a las diversas bandas organizadas formadas por ciudadanos comunes y corrientes impulsados por el miedo. Finalmente, en aquellos Estados donde dichos liderazgos militares se consoliden (con mayor probabilidad en América Latina y el Asia Oriental), se implementarían economías de guerra con despoblamientos masivos de ciudades y programas de re-educación orientados principalmente a la producción agraria, la autodefensa militar y la salud pública; mientras que en los Estados más frágiles (principalmente África Oriental y Central, así como Oriente Medio) se agravarían las tensiones étnicas y sociales, llevando el estado de guerra civil a largas porciones de su territorio como nunca antes. Todo esto sin mencionar la impredecible respuesta de las principales potencias mundiales al ver que el orden global que crearon se desmorona frente a ellos como un castillo de naipes.

Por supuesto, el escenario apocalíptico que describo es sólo uno de todos los posibles; pero vistas las cosas así, el error de fondo cometido por Žižek no sería el de haber predicho la futura muerte del capitalismo, sino el asumir que lo que vendría a reemplazarlo sería algo mejor. Como fuere, la evidencia muestra que la tendencia no es hacia el debilitamiento, sino hacia el fortalecimiento de la Internet, por lo que es más fácil decidir si le damos la razón a Žižek o no. En tanto y en cuanto las redes de comunicación generadas en torno a Internet continúen operando, el capitalismo se seguirá transformando, pero no desaparecerá. No hay mucho más qué decir al respecto.

Privacidad versus Hipervigilancia

Parte del debate entre Žižek y Chul-Han ha estado también relacionado con el futuro de los regímenes políticos. Mientras Žižek ve una ventana de oportunidad para el surgimiento de una “revolución mundial” que nos acerque a un nuevo régimen basado en valores de unidad y solidaridad (un ideal noble, sin duda, pero lejano); Chul-Han ve un “reforzamiento de las estructuras neoliberales” de dominación política y un endurecimiento de los mecanismos de vigilancia social a través del manejo de las redes sociales y el big data. En esa misma línea, Giorgio Agamben (tan criticado en estos últimos días) tiene razón en parte al señalar que el pánico generado por la pandemia contribuye a perpetuar el estado de excepción como normalidad socialmente establecida que no se ve que vaya a cambiar en un buen tiempo.

Siguiendo la preocupación de Agamben, habría que notar que del castigo social a los “malos ciudadanos” que incumplen con las medidas de cuarentena, en buena parte de los países occidentales se ha pasado a la ofensiva con medidas que en circunstancias democráticas normales serían consideradas como “totalitarias”. Mencionemos algunas cuantas: 1) En Dinamarca, se aprobó una ley que obliga a vacunar a la población; lo que sería más un intento de bloquear políticamente al movimiento antivaxxer local, ya que a la fecha no existe ninguna vacuna contra el COVID-19. 2) En Israel se autorizó a las fuerzas de seguridad a intervenir masivamente los teléfonos para monitorear los movimientos de personas que hayan tenido posible contacto con contagiados. 3) En Francia, Macron habla de un “estado de guerra” para desplegar más de 100,000 nuevos policías y amenazando con gobernar por decreto si la gente no respeta la cuarentena. 4) En Reino Unido se duplica el personal militar orientado a tareas civiles y se crea un comando de lucha contra el COVID-19mientras que los asesores científicos del gobierno afirman que las medidas de aislamiento social podrían durar hasta 12 meses. 5) En Grecia los campos de migrantes refugiados han sido puestos en absoluto aislamiento y se han restringido las salidas a una persona por familia. 6) En Estados Unidos la situación es particularmente dramática, ya que a la vez que se revelan planes para implementar la Ley Marcial en todo el territorio si la pandemia se sale de controllas medidas económicas que planea el gobierno de Trump no consideran ningún tipo de vuelta a la normalidad.

Si bien no es la primera vez que la humanidad experimenta plagas y pandemias, sí es la primera en la que ésta ocurre a escala global y simultánea, poniendo en juego las bases sobre las cuales se ha cimentado la actual civilización humana. Las consecuencias de la pandemia pueden ser desastrosas y permanentes, como cuando la peste negra del siglo XII destruyó la “primera globalización arcaica”.

Cabe señalar que ninguna de las medidas que mencionamos se refieren a la “autoritaria, comunista e hipervigilada” China; sino al Occidente “liberal, capitalista y defensor de la privacidad individual”. Algunos pretenden generar un (falso) dilema en donde los ciudadanos nos veríamos obligados a “elegir” entre dos supuestos modelos políticos alternativos cuando la realidad nos dice que la institucionalización de la excepcionalidad autoritaria en Occidente ya existe de facto. En el caso particular de América Latina, algunos aspectos de dicha excepcionalidad han sido notorios incluso desde antes de la crisis, debido al rol cada vez más preponderante de los militares en la vida política de los Estados. Un trabajo de Rut Diamint del pasado diciembre señala que en todo el continente los militares han venido relegando al personal policial de sus funciones tradicionales debido a su cada vez mayor involucramiento en el mantenimiento de la seguridad interna; a la vez que poseen una aceptación y popularidad bastante mayor a la de los partidos políticos. Si nos remitimos al espectro de posibilidades señalado en la sección anterior, incluso si en el corto plazo la pandemia pudiera revertirse, los Estados Occidentales seguirían manteniendo varias de las medidas tomadas de manera “preventiva” a futuro. Sea cual fuere el desenlace de esta pandemia, el debate ya no consistirá en elegir entre la “privacidad liberal” o la “vigilancia autoritaria”; sino cuánta de ésta última será indispensable para mantener la paz y la estabilidad económica bajo un nuevo paradigma de desarrollo.

La transformación de las ciudades

El nuevo paradigma de desarrollo al que nos referimos no será producto de ninguna demanda ciudadana concreta sino de la necesidad de los Estados de limitar los condicionantes que generaron la pandemia en primer lugar. Esto exigirá balancear la relación entre crecimiento económico, desarrollo urbano y medio ambiente bajo la cercana tutela de los Estados Nacionales.

Las plagas han podido florecer siempre en entornos urbanos masivos. Como señala John Vidal para Scientific American; la expansión de las urbes y la destrucción irracional de los ecosistemas debido a las actividades productivas del hombre (minería, pesca, tala, extracción de petróleo, etc.) ha venido acompañada de una proliferación de los virus zoonóticos (transmitidos de animales a humanos); debido tanto a la migración masiva de animales salvajes a zonas urbanas como al comercio ilegal de muchas de estas especies.

En el año 2008, un estudio de Kate Jones, investigadora en temas de ecología y biodiversidad de la University College London (UCL) identificó 335 enfermedades nuevas que aparecieron entre 1960 y 2004, de las cuales al menos un 60% habrían sido transmitidas como producto del contacto con animales. No sería tan casual entonces que el COVID-19 haya aparecido en la provincia de Wuhan en China, lugar en donde existen abundantes mercados populares de carne para consumo humano a precios bajos. A las insalubres condiciones en la mayoría de esos mercados, se suma el hecho de que es común encontrar animales salvajes como murciélagos, salamandras, escorpiones, tortugas u otros que aumenten el riesgo de aparición de plagas. Refuerza la hipótesis señalada el análisis de anteriores epidemias de origen zoonótico, como el Ébola, la gripe aviar (H5N1), la gripe porcina (H1N1) o el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV), las cuales se generaron debido a similares condiciones.

Es pertinente la observación de David Harvey, quien señala que uno de los inconvenientes del actual modelo de globalización es lo imposible de detener la difusión internacional de nuevas enfermedades debido a la interdependencia compleja de las economías nacionales. Siendo China el eje manufacturero del planeta, tarde o temprano sería inevitable la expansión de cualquier enfermedad surgida ahí. En resumen, repensar la relación entre el ser humano y el ecosistema implicará repensar los espacios cuyo diseño han facilitado la propagación de los virus zoonóticos; es decir, las ciudades.

Como señala Jack Skenker para The Guardian, esta nueva relación implicará reconsiderar la tensión entre la “densificación” (concentración poblacional en las ciudades) y la “desagregación” (la generación de espacios de distanciamiento social). La tendencia hacia la densificación se realiza por una cuestión de eficiencia en el uso de la energía, mientras que la desagregación se plantea como alternativa de salud pública. Debido a esto, se tendrán que idear nuevas alternativas para la provisión de servicios (en lugares que normalmente tienden a abarrotarse como cines, discotecas, malls u otros), así como para el trabajo (el cual tendrá que reducir al máximo la tendencia al “presencialismo”, así como elaborar fórmulas mixtas que incluyan espacios de teletrabajo, en tanto sea posible).

Junto al incremento en la infraestructura digital para potenciar esta nueva oleada de teletrabajadores; se generará una tendencia hacia el despoblamiento de las grandes ciudades, la aparición de otras nuevas y en muchos casos, a la repoblación del campo y al fortalecimiento de las actividades agrarias. La consecuencia final de todo esto será que las poblaciones demandarán a los gobiernos una intervención cada vez más fuerte mediante la creación de sistemas de planeamiento que permitan generar una reestructuración a gran escala del proceso de desarrollo de las ciudades; a la vez que se enfrentan resistencias provenientes del empresariado, así como presiones de las Fuerzas Armadas exigiendo el reforzamiento de la “securitización” de cualquier tipo de actividad económica.

La nueva geopolítica de la salud pública

Por supuesto, todos los criterios que hemos mencionado, el modelo económico, el diseño urbano o la globalización, se terminarán reconfigurando en función a un solo objetivo: la preservación de la salud pública. En ese sentido, los parámetros de competencia en la Teoría de las Relaciones Internacionales incluirán esta nueva variable, la que se sumará a los aspectos militares, económicos y culturales que históricamente han sido considerados como fuentes del poder de los Estados. La lucha interna por la provisión de material médico en el mundo nos trae reminiscencias de las viejas dinámicas de competencia y balance del poder del siglo XIX; especialmente cuando vemos al gobierno de Donald Trump intentando evitar que las empresas fabricantes de mascarillas exporten su material a Canadá, Latinoamérica y Europa, o intentando comprar una vacuna a una empresa alemana con el objetivo de hacerla exclusiva para la población de los Estados Unidos (algo bastante irónico, si consideramos que el mismo sistema que es incapaz de crear mascarillas médicas para todos sí es capaz de crear un nuevo modelo de Iphone al año, 40 variedades distintas de Barbies, armas atómicas que pueden destruir el planeta varias veces, así como una incontable variedad de artistas sin talento que ganan millones de dólares sólo por postear fotos en Instagram).

Por otro lado, conforme se vayan consolidando las nuevas normas sociales y de trabajo como respuesta a la crisis, las corrientes migratorias mundiales empezarán a alterarse en función a la búsqueda de mejores sistemas de protección social y salud pública. Es evidente que el gran perdedor aquí será los Estados Unidos (único país del mundo desarrollado que no tiene un sistema de salud universal), el cual experimentará una lenta (pero segura) fuga de personal calificado hacia Europa y Asia Oriental, principalmente. Por supuesto, esto podría quedar limitado de manera permanente si un potencial descontrol del virus genera el cierre permanente de fronteras; como una medida ya no inspirada en algún retorcido nacionalismo étnico, sino en la capacidad de preservar la salud de la población frente a un “enemigo extranjero” visto como un potencial portador del virus.

La nueva geopolítica de la salud estará comandada principalmente por los Estados, dejando un espacio mucho más limitado para las grandes corporaciones, particularmente para el Big Pharma. A la fragmentación de las cadenas globales de producción que mencionamos en una sección anterior se sumará la identificación de sectores “estratégicos” en la economía que pasarán a formar parte de los Estados a través de diversos procesos de nacionalización y estatización; en los que las industrias médicas tendrán un papel central. Esto ocurrirá por una razón muy concreta: el libre mercado no ofrece ningún tipo de solución a la problemática global de la salud. Y la mayor prueba de esto es que a la fecha existen diversos tipos de vacunas para los coronavirus existentes en aves y cerdos, los cuales fueron descubiertos y comercializados por empresas farmacéuticas importantes orientadas a la industria alimentaria.

 Los intentos por promover investigaciones sobre vacunas para humanos fracasaron básicamente porque no eran negocio para estas empresas; ya que tarde o temprano los Estados empezarían a patentarlas y distribuirlas a bajo costo entre la población más vulnerable, tal como ocurrió con los tratamientos para el SIDA en África durante los años 90. Coincidimos con Alain Badiou en que, más que COVID-19, el nombre correcto para este virus debió haber sido SARS-2, es decir, una nueva versión del Severe Acute Respiratory Syndrome del año 2003, que en su momento fue definida como la “primera enfermedad desconocida del siglo XXI”; la cual finalmente se expandió debido a que los científicos que venían trabajando en una vacuna por esos años nunca lograron obtener financiamiento para sus investigaciones debido al desinterés de los Estados y las empresas.

La reconversión interior tendrá que ir hermanada de una reconversión exterior. Se vendrá una oleada de (re)negociaciones en los acuerdos de liberalización comercial multilateral (OMC), regional (ASEAN, APEC, UE, etc.) y bilateral (TLC) debido a la necesidad de generar nuevas industrias farmacéuticas locales a bajo costo y subvencionadas por el Estado. Esta medida chocará con diversos acuerdos comerciales, especialmente en aspectos vinculados a la protección de patentes y propiedad intelectual en general. Por supuesto, los Estados no desaprovecharán la oportunidad para implantar nuevas barreras proteccionistas y arancelarias; con lo que instituciones como el CIADI y la Corte Permanente de Arbitraje irán perdiendo legitimidad para la resolución de conflictos entre Estados y Empresas. Finalmente, los temas más tradicionales de la geopolítica (el rol externo de las Fuerzas Armadas, la demografía, el manejo de los recursos naturales u otros) se terminarán ajustando a las nuevas restricciones a la circulación de personas que se irán estableciendo como consecuencia de la pandemia.

La relevancia de las Ciencias Sociales

Para concluir, quisiera mencionar tangencialmente un aspecto que afecta particularmente al campo académico; es decir, la relevancia que las ciencias sociales (y por extensión, las humanidades) tendrán en el futuro. La vieja dicotomía entre “métodos cuantitativos” versus “teoría y filosofía” renace con el recurrente desprecio con el que los investigadores provenientes de ciencias más “duras” tratan a los especialistas en humanidades o filosofía, considerándolos poco prácticos (como mínimo) para contribuir en algo a resolver la crisis.

Efectivamente, mucho del conocimiento generado desde las humanidades (postestructuralismo, teoría decolonial, estudios culturales, etc.) se volverá, si no inútil, al menos irrelevante para resolver los nuevos problemas que aparecerán debido a los cambios sociales que se avecinan, y eso hay que aceptarlo. A eso hay que agregar que la estadística avanzada, la econometría y el diseño de políticas públicas basadas en evidencia terminarán por ocupar la agenda de aquellos académicos que no quieran quedarse fuera de sus respectivos circuitos profesionales; obligando a muchos a reenfocar sus temas de investigación.

Si bien todo esto es cierto; también sigue siendo innegable que el quehacer humanístico deberá seguir acompañándonos para dar sentido a un conjunto de problemas que de otra manera consideraríamos exclusivamente como “tecno-científicos” (en ese sentido la Antropología Médica tiene mucho qué decir, por ejemplo). No debemos olvidar que, si bien las ciencias naturales pueden enseñarnos a clonar a los dinosaurios, las humanidades y las ciencias sociales siempre deben estar ahí para recordarnos que hacerlo es una muy mala idea.

Conclusiones

Si bien una gran cantidad de literatura sobre Relaciones Internacionales en las últimas dos décadas habla sobre el surgimiento de “nuevas amenazas”, “entornos estratégicos”, “conflictos asimétricos” y otros; lo cierto es todos estos conceptos terminan siendo retórica sin sentido si los vemos desde la perspectiva de esta pandemia. Nunca habíamos sabido tanto de nuestra ignorancia, como señala Habermas, y por eso es importante señalar que la intención de este ejercicio mental no es alarmar a nadie, sino simplemente aplicar la máxima romana: “Si vis pacem, para bellum” (“Si quieres la paz, prepárate para la guerra”) como principio de realismo básico.

Si bien no es la primera vez que la humanidad experimenta plagas y pandemias, sí es la primera en la que ésta ocurre a escala global y simultánea, poniendo en juego las bases sobre las cuales se ha cimentado la actual civilización humana. Las consecuencias de la pandemia pueden ser desastrosas y permanentes, como cuando la peste negra del siglo XII destruyó la “primera globalización arcaica” creada por comerciantes budistas y árabes para conectar las rutas de comercio existentes entre China, Oriente Medio y África, matando a un tercio de la población humana y extendiéndose hasta entrado el siglo XVIII; así como también pueden llegar a tener resultados positivos si se toman como una oportunidad, como cuando la gripe española de la primera década del siglo XX ayudó a crear el moderno estado de bienestar en Suecia, tomado hoy como modelo por diversos gobiernos en todo el mundo. En consecuencia, necesitamos crear conciencia sobre la necesidad de tomar medidas firmes frente a este nuevo mundo cuya principal característica es la incertidumbre; a la vez que seguimos buscando alternativas para visualizar un futuro común.

Revista Ideele

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