Ucrania forma parte y es prolegómeno de la guerra fría actual contra China en Asia Oriental

Por Rafael Poch 9/11/2022 para CTXT

Desde hace algún tiempo y con una periodicidad aproximada de una vez por mes, fuerzas aeronavales de Estados Unidos entran, demostrativa y provocativamente, en el estrecho de Taiwán, mientras que las fuerzas chinas responden con diversos movimientos militares que van desde incursiones aéreas hasta lanzamiento de misiles. La conclusión es clara: no solo estamos en una “guerra fría” en Asia Oriental, sino que el peligro de un conflicto militar abierto es muy serio. Si bien nadie lo desea, muchos “expertos” (frecuentemente vinculados al complejo militar-industrial) lo consideran “inevitable”, y todos se acercan físicamente a dicho conflicto por el mero hecho de poner a sus fuerzas armadas permanentemente en contacto. 

Como el último documento oficial de la doctrina militar de Estados Unidos, recién publicado, relaciona directamente en un mismo paquete lo que ocurre entre Ucrania y Rusia con el pulso con China, y estima que esta es la dimensión principal de todo ello, es obligado preguntarse cómo hemos llegado a esto. ¿Qué ha pasado?  

Para responder hay que observar el marco general de varias décadas de “éxito chino”.

El éxito

La integración de China en la globalización, entendida en este caso como el seudónimo del dominio mundial de Estados Unidos, contenía implícitamente como consecuencia la conversión de China en vasallo de Occidente. 

El propósito era presionar a China para que aplicara las reformas estructurales definidas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, abriera totalmente sus mercados a las empresas occidentales y que la integración de las élites chinas en su globalización acabara dando lugar a una forma de gobierno subalterno más aceptable para Occidente que la del Partido Comunista Chino.

Para comprar un solo avión Boeing a Estados Unidos, China debía producir cien millones de pares de pantalones. 

Desde la normalización de relaciones chino-soviéticas en mayo de 1989, China disfrutó de treinta años de tranquilidad exterior

No estaba previsto que jugando en el terreno diseñado por otros, China torciera aquel propósito. El “milagro chino” fue usar una receta occidental diseñada para su sometimiento para fortalecerse de forma autónoma e independiente. Lo hizo poniendo condiciones y restricciones a la entrada del capital extranjero en China y, sobre todo, manteniendo un control bien firme de las riendas del proceso. Lo consiguió porque, gracias al bajo precio y alta eficacia de la mano de obra en China, los capitalistas y empresarios extranjeros hicieron enormes beneficios en la “fábrica del mundo” y eso apaciguó y moderó a sus gobiernos.

China aprovechó esa integración en la globalización para desarrollarse, aprender y adquirir tecnología. 

Los resultados están a la vista y son extraordinarios en todos los órdenes; en términos de incremento en la esperanza media de vida, eliminación de pobreza, PIB (recordemos que en 1980 el peso de China en el PIB global era de 2,3% y hoy es de 18,5%), instrucción, ciencia y tecnología, fortaleza militar, grandes empresas, sin olvidar, naturalmente, el gran progreso en dañinas emisiones ambientales. Todo eso entrará en los manuales de historia y economía del futuro.

Ante este resultado, un conocido comentarista americano (Fareed Zakaria, de la CNN) expresó así su desconcierto:

“La estrategia produjo complicaciones y complejidades que desembocaron en una China más poderosa que no respondía a las expectativas occidentales”, es decir, a la expectativa de que, en el proceso, China se convertiría en subalterna.

Todo esto ocurrió en los 30 años anteriores, pero la crónica de los últimos años añadió aún más ansiedad a la situación. La crisis financiera global de 2008, genuino detritus de la economía de casino con centro en Estados Unidos, ofreció la primera gran evidencia de debilidad occidental y de los peligros que contiene la no regularización del sector financiero, así como el hecho general de que el capital mande sobre los gobiernos y no al revés. China gobernó la crisis mucho mejor, como había pasado ocho años antes con el estallido de la burbuja puntocom.

Autoeliminada la URSS como gran adversario, la mirada de los estrategas de EE.UU. se empezó a dirigir a China, pero el 11-S colocó en el centro al terrorismo yihadista

Antes, las desastrosas consecuencias de las guerras que se han encadenado desde los atentados del 11-S de 2001, con más de tres millones de muertos, unos cuarenta millones de desplazados y varias sociedades y Estados destruidos, hicieron patente una gigantesca irresponsabilidad por parte de la primera potencia mundial. La retirada de Estados Unidos del acuerdo sobre cambio climático y la mala gestión de la crisis de la pandemia en Occidente (en comparación, no solo con China, sino con el conjunto de Asia oriental) incrementaron esa evidencia de desbarajuste. Así que, ante este panorama, la respuesta de Estados Unidos ha sido la presión militar y las sanciones.

La respuesta

Desde la normalización de relaciones chino-soviéticas en mayo de 1989, China disfrutó de treinta años de tranquilidad exterior que le permitieron concentrarse en su desarrollo. 

Autoeliminada la URSS como gran adversario, en los noventa, la mirada de los estrategas de Washington se empezó a dirigir a China, pero el 11-S neoyorkino colocó en el centro al terrorismo yihadista (otro resultado de la mala política anterior que se volvía contra sus autores) y ofreció a China una prórroga de diez años: diez años más de relativa tranquilidad.

En 2012, Obama anuncia el Pivot to Asia: trasladar al Pacífico el grueso de la fuerza militar aeronaval de Estados Unidos, para estrechar el cerco militar alrededor de China. 

Los chinos reaccionaron poniéndose el cinturón de seguridad: fortaleciendo la autoridad del partido en todos los órdenes y el liderazgo personal en su dirección colectiva. 

Pero sobre todo, en 2013 China anunció la Nueva Ruta de la Seda (Belt & Road Initiative), una ambiciosa estrategia global para salir del cerco y exportar sobrecapacidad. Es decir una estrategia a la vez geopolítica y económica. 

Con Trump el cambio de clima fue brusco, en especial cuando el secretario de Estado, Michael Pompeo, apeló al cambio de régimen en China

La Nueva Ruta de la Seda es un esfuerzo de varias décadas de duración con una financiación astronómica (de 4 a 8 billones de dólares), encaminado a establecer una red geoeconómica internacional de apoyo que integre económica y comercialmente al 70% de la humanidad a través de Eurasia. Sin necesidad de recordar las tesis de Halford Mackinder que ahora se desempolvan, eso erosiona, necesariamente, el poder mundial de Estados Unidos en el hemisferio. También complica sobremanera cualquier propósito de cerco a una potencia que, sin ser “amiga”, ni “aliada”, ni “líder de bloque”, es socia positiva de casi todas las naciones.

El objetivo implícito de la Nueva Ruta de la Seda, en palabras de Henry Kissinger, es nada menos que “trasladar el centro de gravedad del mundo desde el Atlántico al Pacífico”. A su lado el histórico Plan Marshall queda como algo pequeño…

Guerra fría

Con Donald Trump el cambio de clima fue brusco, en especial cuando en su discurso de julio de 2020 el secretario de Estado, Michael Pompeo, apeló abiertamente al cambio de régimen en China, señalando directamente al Partido Comunista Chino como el “principal enemigo de Estados Unidos”. 

Pese a la inusitada división del establishment americano, la política de sanciones comerciales y presión militar contra China tiene un amplio consenso en las dos facciones del régimen de Estados Unidos.

Esto ya es una guerra fría abierta, con fuertes campañas de propaganda y demonización del adversario. Con Biden asistimos a una escalada de la tensión con Taiwán, principal productor mundial de semiconductores, en el centro del escenario.

Desde 1978 el reconocimiento del principio de “una sola China”, es decir, que Taiwán forma parte de ella, así como la Taiwán Relations Act (TRA) de 1979, fueron el fundamento de la relación bilateral en ese ámbito.

La política de sanciones comerciales y presión militar contra China tiene un amplio consenso en las dos facciones del régimen de EE.UU.

El contenido de la TRA era ambiguo: aunque la isla pertenecía a China, se contemplaba el suministro de “armas defensivas” a Taiwán y se decía que cualquier intento de que Pekín resolviese por la fuerza la secesión sería motivo de “grave preocupación”. Es decir: no se decía “ayudaremos militarmente a Taiwán si hay conflicto”. 

Ahora sí se dice. Lo ha dicho Biden cuatro o cinco veces. Además, toda la acción de EE.UU dibuja un provocador replanteamiento que John Ross expone así en Tricontinental (publicado en castellano por El Salto): 

a) Por primera vez desde el comienzo de las relaciones diplomáticas entre China y Estados Unidos, Biden invitó a un representante de Taipéi a la toma de posesión del presidente de EE.UU.

b) La presidenta del Congreso, Nancy Pelosi –la tercera funcionaria estadounidense de mayor rango en el orden de sucesión presidencial– visitó Taipéi el 2 de agosto de 2022.

c) Estados Unidos ha pedido la participación de Taipéi en Naciones Unidas.

d) Estados Unidos ha intensificado la venta de armas y equipo militar a la isla.

e) Han aumentado las delegaciones estadounidenses que visitan Taipéi.

f) Las Fuerzas Especiales de EE.UU. han entrenado tropas terrestres y de la marina de Taiwán.

g) Estados Unidos ha incrementado su despliegue militar en el mar de China Meridional y ha enviado regularmente buques de guerra a través del estrecho de Taiwán. 

Al igual que en Ucrania con su integración de facto en la OTAN y su conversión en un ariete militar contra Rusia desde 2014, este fin de la ambigüedad con Taiwán supone que Washington cruza una línea roja histórica de China. Y como en Ucrania, en el entorno geográfico más inmediato del adversario. Además, Estados Unidos está presionando a otros países del entorno chino: Australia, India, Japón, Corea del Sur, (también Inglaterra y la propia UE) a sumarse a las sanciones y coaliciones militares, de la misma forma en que ha hecho en Europa con Ucrania. 

Igual que en Ucrania, en la crisis de Taiwán no hay interés en negociaciones para resolver las tensiones con un paso atrás, ni para prevenir choques militares accidentales, ni para reducir riesgos en general.

La estrategia de seguridad americana afirma que la guerra de Ucrania, y la debilidad de Rusia que aprecia en ella, confirman que China representa “la principal amenaza, como único competidor dotado del suficiente poder económico, militar y político necesario para replantear el orden internacional”. Para ello llama a revitalizar la red de alianzas que reste capacidad de maniobra a China. Eso es lo que se está haciendo.

Se ha logrado convertir a la UE en vasallo, e integrarla en esa guerra fría contra su principal socio comercial (China), lo que perjudica gravemente a su propia economía

La guerra de Ucrania que, desde luego, China no quería, está dirigida a impedir militarmente la integración euroasiática, que es un eje fundamental de la gran estrategia china de la Nueva Ruta de la Seda. El atentado contra los gasoductos del Báltico son la mejor ilustración de esa acción por romper nexos vitales y debe ser leído en ese contexto. Desde ese punto de vista, Ucrania forma parte y es prolegómeno de la guerra fría actual contra China en Asia Oriental. 

De momento, y aunque ese vector pueda presentar problemas en el futuro, se ha logrado convertir a la Unión Europea en vasallo, e integrarla en esa guerra fría contra su principal socio comercial (China), lo que perjudica gravemente a su propia economía.

La conciencia de todo ello explica la posición de China en esta guerra, su postura de que “la seguridad europea debe ser decidida por los europeos” (Xi Jinping a Olaf Scholz en mayo), y su oposición a las sanciones contra Rusia, meridianamente expuesta en abril por la comentarista de la televisión china, Liu Xin: “Nos dicen, ayúdame a luchar contra tu socio ruso para que luego pueda concentrarme mejor contra ti”. 

“La era de la posguerra fría ha concluido definitivamente y está en marcha una competición entre las principales potencias para dar forma a lo que vendrá a continuación”, escribe el presidente Biden en la introducción al documento Estrategia de seguridad nacional de 2022, recién publicado. “China es el único competidor con intención de redefinir el orden internacional que dispone de las capacidades para hacerlo”, dice. 

La elocuente Ursula von der Leyen, la “presidenta americana de Europa”, según la revista estadounidense Politico, reconoce la unidad de todo el paquete y la beligerancia europea en él cuando afirma que “la guerra de Ucrania no es solo una guerra europea, es una guerra por el futuro del mundo por lo que el ámbito de Europa solo puede ser el mundo entero”. 

Rafael Poch
Rafael Poch-de-Feliu (Barcelona) fue corresponsal de La Vanguardia en Moscú, Pekín y Berlín. Autor de varios libros; sobre el fin de la URSS, sobre la Rusia de Putin, sobre China, y un ensayo colectivo sobre la Alemania de la eurocrisis.

Fuente: https://ctxt.es/es/20221101/Firmas/41256/Rafael-Poch-China-Estados-Unidos-Ucrania-Rusia-Asia-potencias.htm#md=modulo-portada-bloque:4col-t2;mm=mobile-big

Un triunfalismo forzado y hueco, como un ronco grito de resignación, se hace notar en los titulares de los medios europeos, ( y de la mayoría de las agencias de noticias Occidentales) en la mañana pos electoral de EEUU, mientras se prodigan en lanzar el epitafio político a Donald Trump y el fin de su buena estrella con las urnas. 

Los guarismos conocidos, que confirman una clara derrota de los demócratas en la cámara baja y de una lucha titánica, voto a voto, en el Senado, sirven al poderoso y radicalizado eje mediático neoliberal progre europeo, para festejar el supuesto pinchazo de la supuesta ola roja. Una ola que ellos mismos negaban hasta ayer.

Los titulares se centran hoy en glorificar «la resistencia de la libertad», en el «frenazo a la extrema derecha» y -abusando de la hipérbole- de una «derrota al fascismo.» Pero quizás lo más esperpéntico sea la desmesura por proclamar que con esta derrota demócrata, más apretada de lo que se pensaba, SE HA SALVADO LA DEMOCRACIA Y LA LIBERTAD EN «AMÉRICA» Y EN EL MUNDO. 

Una contradicción mayúscula, ya que no se puede salvar lo que no existe. Es decir, el falsario sistema político norteamericano se distingue por su lacerante falta de representatividad, por la exclusividad de acceso a los cargos solo para millonarios y -sobre todo- porque es un hermético sistema plutocrático que garantiza que la política internacional expansiva y belicista del imperio nunca cambie, sean cuáles sean los resultados electorales. Llamar a eso Democracia es un prodigio de imaginación. La porfiada realidad dice sin contemplaciones que la mayoría absoluta en EEUU es para el voto ausente y silencioso.

Entretanto, por aquí, por Europa, nadie se priva de subirse al fantasmal carro ganador, que es apenas un sueño húmedo de una noche de resaca, donde los conservadores anhelan volver a las viejas épocas cuándo se sentían dueños de la economía mundial, dónde los neoliberales esperan que este «triunfo/derrota» venga de la mano de un milagro que arregle el caótico debacle financiero de su sistema. 

Y hasta el progresismo, esa esperpéntica «izquierda de la derecha», también canta victoria porque elucubra que esos votos de la resistencia son gracias a la defensa del aborto, principio y base de la ideología LGTB+ que acapara toda su batería revolucionaria. Mientras sostiene que «los valores sobre el género» significan para los norteamericanos, su primera y casi única prioridad, muy por encima de la inflación, la crisis energética, la enajenación financiera, la guerra y sus gastos y la brecha social, cultural y humana de su sociedad. El que no se conforma es porque no quiere.

Y cómo guinda del pastel, la gran conclusión de todas es la sentencia de cualquier editorial. Aquello que no podía faltar, o sea que LA DERROTA ES DE PUTIN 

Cartón lleno!!!

En fin… También hay otra realidad, esa que los medios ignoran. A Biden le quedan dos años de mandato con un vía crucis infernal y  EEUU está bajo un temporal que hace temblar hasta su última entraña.

Pero ese es otro cuento, no apto para avestruces que esconden su cabeza en un agujero de festejos y fantasías, cuando en verdad es un oráculo que avisa que vienen tiempos dramáticos y de mucho sufrimiento.

Eduardo Bonugli Dossier Geopolitico

Madrid, 9/11/22 Especial desde Madrid

En el mientras tanto…la dura realidad que es la única verdad: nos dice y se OCULTA; “Biden perdió en estas elecciones un 11% de los votos del 2020 y Trump por el contrario, hace 2 años quedó 4,5% por debajo y en éstas elecciones va 6,5% por arriba.

Ya anuncian una grieta y profunda crisis política en el interior de el ex hegemón que puede derivar en una Guerra Civil (situación que dependerá a partir de ahora de las FFAA)

Pepe Escobar  The Saker  3 de Noviembre

Después de que el ataque militar occidental a Sebastopol detuviera brevemente los transportes de grano rusos, Moscú está de vuelta en el negocio con una mano más fuerte y términos más favorables.

Entonces, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, levanta el teléfono y llama a su homólogo ruso, Vladimir Putin: hablemos del “acuerdo de granos”. Putin, sereno, tranquilo y sereno, explica los hechos al sultán:

Primero, la razón por la cual Rusia se retiró del acuerdo de exportación de granos.

En segundo lugar, cómo Moscú busca una investigación seria sobre el ataque -terrorista- a la flota del Mar Negro, que a todos los efectos prácticos parece haber violado el acuerdo.

Y tercero, cómo Kiev debe garantizar que mantendrá el acuerdo, mediado por Turquía y la ONU.

Solo entonces Rusia consideraría volver a la mesa.

Y luego, hoy, 2 de noviembre, el golpe de efecto: el Ministerio de Defensa (MoD) de Rusia anuncia que el país ha vuelto al acuerdo de cereales del Mar Negro, después de recibir las garantías escritas necesarias de Kiev.

El Ministerio de Defensa, de manera bastante diplomática, elogió los «esfuerzos» tanto de Turquía como de la ONU: Kiev se compromete a no utilizar el «Corredor Marítimo Humanitario» para operaciones de combate, y solo de acuerdo con las disposiciones de la Iniciativa del Mar Negro.

Moscú dijo que las garantías son suficientes “por el momento”. Lo que implica que siempre puede cambiar.

Todos se elevan a la persuasión del sultán.

Erdogan debe haber sido extremadamente persuasivo con Kiev. Antes de la llamada telefónica a Putin, el Ministerio de Defensa ruso (MoD) ya había explicado que el ataque a la Flota del Mar Negro fue realizado por 9 drones aéreos y 7 drones navales, más un dron de observación estadounidense RQ-4B Global Hawk que acechaba en el cielo sobre aguas neutras.

El ataque ocurrió al amparo de barcos civiles y tuvo como objetivo barcos rusos que escoltaban el corredor de granos en el perímetro de su responsabilidad, así como la infraestructura de la base rusa en Sebastopol.

El Ministerio de Defensa designó explícitamente a los expertos británicos desplegados en la base de Ochakov en la región de Nikolaev como los diseñadores de esta operación militar.

En el Consejo de Seguridad de la ONU, el representante permanente Vassily Nebenzya se declaró “sorprendido” de que los líderes de la ONU “no solo no condenaran, sino que incluso no expresaran su preocupación por los ataques terroristas”.

Después de afirmar que la operación de Kiev organizada por los británicos en la Flota del Mar Negro “puso fin a la dimensión humanitaria de los acuerdos de Estambul”, Nebenzya también aclaró:

    “Entendemos que la Iniciativa de Granos del Mar Negro, que Rusia, Turquía y Ucrania acordaron bajo la supervisión de la ONU el 22 de julio, no debe implementarse sin Rusia, por lo que no consideramos las decisiones que se tomaron sin nuestra participación como Unión.»

Esto significa, en la práctica, que Moscú “no puede permitir el paso sin trabas de los buques sin nuestra inspección”. La pregunta crucial es cómo y dónde se llevarán a cabo estas inspecciones, ya que Rusia advirtió a la ONU que definitivamente inspeccionará los buques de carga seca en el Mar Negro.

La ONU, por su parte, trató en el mejor de los casos de poner cara de valiente, creyendo que la suspensión de Rusia es “temporal” y esperando dar la bienvenida a “su equipo altamente profesional” al Centro de Coordinación Conjunta.

Según el jefe humanitario Martin Griffiths, la ONU también proclama estar “lista para abordar las preocupaciones”. Y eso tiene que ser pronto, porque el acuerdo llega a su punto de extensión de 120 días el 19 de noviembre.

Bueno, «abordar las preocupaciones» no es exactamente el caso. El Representante Permanente Adjunto de Rusia, Dmitry Polyansky, dijo que en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, las naciones occidentales simplemente no podían negar su participación en el ataque de Sebastopol; en cambio, simplemente culparon a Rusia.

Todo el camino a Odessa

Antes de la llamada telefónica con Erdogan, Putin ya había señalado que “el 34 por ciento del grano exportado en virtud del acuerdo va a Turquía, el 35 por ciento a los países de la UE y solo el 3-4 por ciento a los países más pobres. ¿Es esto por lo que hicimos todo?

Eso es correcto. Por ejemplo, 1,8 millones de toneladas de cereales fueron a España; 1,3 millones de toneladas a Turquía; y 0,86 millones de toneladas a Italia. Por el contrario, solo 0,067 toneladas se destinaron a Yemen «hambriento» y 0,04 toneladas a Afganistán «hambriento».

Putin dejó muy claro que Moscú no se retiraba del acuerdo de granos, sino que sólo suspendía su participación.

Y como otro gesto de buena voluntad, Moscú anunció que enviaría 500.000 toneladas de grano de forma gratuita a las naciones más pobres, en un esfuerzo por reemplazar la cantidad total que Ucrania debería haber podido exportar.

Durante todo este tiempo, Erdogan maniobró hábilmente para transmitir la impresión de que estaba ocupando un terreno más alto: incluso si Rusia se comporta de manera «indecisa», como lo definió, seguiremos adelante con el acuerdo de granos.

Entonces, parece que Moscú estaba siendo puesto a prueba por la ONU y por Ankara, que resulta ser el principal beneficiario del acuerdo de granos y claramente se está beneficiando de este corredor económico. Los barcos continúan saliendo desde Odessa hacia puertos turcos, principalmente Estambul, sin el consentimiento de Moscú. Se esperaba que fueran «filtrados» por Rusia cuando regresaran a Odessa.

El medio de presión rusa inmediato se desató en poco tiempo: evitar que Odessa se convirtiera en un nodo de infraestructura terrorista. Esto significa visitas constantes de misiles de crucero.

Bueno, los rusos ya han “visitado” la base de Ochakov ocupada por Kiev y los expertos británicos. Ochakov, entre Nikolaev y Odessa, se construyó en 2017, con aportes estadounidenses clave.

Las unidades británicas que participaron en el sabotaje de Nord Streams -según Moscú- son las mismas que planificaron la operación Sebastopol. Ochakov es constantemente espiado y, a veces, expulsado de las posiciones que los rusos despejaron el mes pasado a solo 8 km al sur, en el extremo de la península de Kinburn. Y, sin embargo, la base no ha sido totalmente destruida.

Para reforzar el “mensaje”, la verdadera respuesta al ataque a Sebastopol ha sido las implacables “visitas” de esta semana a la infraestructura eléctrica de Ucrania; si se mantiene, prácticamente toda Ucrania pronto se sumergirá en la oscuridad.

Cerrando el Mar Negro

El ataque a Sebastopol puede haber sido el catalizador que condujo a un movimiento ruso para cerrar el Mar Negro, con Odessa convertida en una prioridad absoluta para el ejército ruso. Hay serios rumores en toda Rusia sobre por qué Russophone Odessa no había sido objeto de un ataque preciso antes.

La infraestructura superior para las Fuerzas Especiales de Ucrania y los asesores británicos se encuentra en Odessa y Nikolaev. Ahora no hay duda de que estos serán destruidos.

Incluso con el acuerdo de granos en teoría de nuevo en marcha, es inútil esperar que Kiev cumpla con cualquier acuerdo. Después de todo, todas las decisiones importantes las toman Washington o los británicos en la OTAN. Al igual que bombardear el Puente de Crimea y luego los Nord Streams, el ataque a la Flota del Mar Negro fue diseñado como una seria provocación.

Sin embargo, los brillantes diseñadores parecen tener un coeficiente intelectual más bajo que las temperaturas del refrigerador: cada respuesta rusa siempre hunde a Ucrania más profundamente en un agujero ineludible, y ahora literalmente negro.

El acuerdo de granos parecía ser una especie de ganar-ganar. Kiev no volvería a contaminar los puertos del Mar Negro después de que fueran desminados. Turquía se convirtió en un centro de transporte de granos para las naciones más pobres (en realidad no fue eso lo que sucedió: el principal beneficiario fue la UE). Y se suavizaron las sanciones a Rusia sobre la exportación de productos agrícolas y fertilizantes.

Esto fue, en principio, un impulso para las exportaciones rusas. Al final no funcionó porque muchos jugadores estaban preocupados por posibles sanciones secundarias.

Es importante recordar que el acuerdo de granos del Mar Negro es en realidad dos acuerdos: Kiev firmó un acuerdo con Turquía y la ONU, y Rusia firmó un acuerdo por separado con Turquía.

El corredor para los transportadores de granos tiene solo 2 km de ancho. Los dragaminas se mueven en paralelo a lo largo del corredor. Los barcos son inspeccionados por Ankara. Así que el acuerdo Kiev-Ankara-ONU sigue vigente. No tiene nada que ver con Rusia, que en este caso no escolta ni inspecciona los cargamentos.

Lo que cambia con Rusia “suspendiendo” su propio acuerdo con Ankara y la ONU es que, a partir de ahora, Moscú puede proceder de la forma que considere adecuada para neutralizar las amenazas terroristas e incluso invadir y apoderarse de los puertos ucranianos: eso no representará una violación de la tratar con Ankara y la ONU.

Entonces, en este sentido, es un cambio de juego.

Parece que Erdogan entendió completamente lo que estaba en juego y le dijo a Kiev en términos inequívocos que se comportara. Sin embargo, no hay garantía de que las potencias occidentales no presenten otra provocación en el Mar Negro. Lo que significa que tarde o temprano, tal vez para la primavera de 2023, el General Armageddon tendrá que presentar los productos. Eso se traduce como avanzar hasta Odessa

NETANYAHU RETORNA, PERO EL PANORAMA POLÍTICO Y MILITAR DE ISRAEL HA CAMBIADO

Bibi está de regreso, liderando el gobierno más derechista de Israel, pero también enfrentando una resistencia palestina sin precedentes y una agitación mundial.

Abdel Bari Atwan 6 de noviembre  The Cradle

Mientras que la Cumbre Árabe en Argelia afirmó su adhesión a la llamada ‘Iniciativa de Paz Árabe’ como solución final a la cuestión palestina, la respuesta de Israel llegó rápida y resueltamente con el regreso al poder de Benjamin Netanyahu y el bloque religioso antiárabe Likud. En las elecciones legislativas del 1 de noviembre, los israelíes votaron en gran número por los partidos religiosos, racistas y antiárabes, que adoptan abiertamente una política de asesinato y expulsión de palestinos de toda la Palestina ocupada y promueven una identidad exclusivamente judía-sionista del país. . El partido “Poder Judío”, que obtuvo 15 escaños y está dirigido por las dos figuras más racistas en la breve historia del estado judío, Bezael H. Cherish y su adjunto Itamar Ben Gvir, será la columna vertebral del gobierno de coalición de Netanyahu. El líder de este partido, que será el socio más destacado de los monarcas árabes que firmaron los acuerdos de paz con Israel, ha llamado a matar árabes, expulsarlos y envolver los cuerpos de los mártires en piel de cerdo “en honor” a ellos.

Normalización la nueva norma

No obstante, es probable que se extiendan alfombras rojas para Ben Gvir y Netanyahu en las capitales árabes, donde disfrutarán de la hospitalidad árabe y beberán de sus copas doradas. De hecho, no hay diferencia entre la coalición israelí ganadora y la derrotada (Lapid-Gantz). Ambos convergen en su mutua hostilidad y odio hacia árabes y musulmanes. El general Benny Gantz, el ministro de Defensa israelí en el gobierno anterior, solía jactarse de que él era el israelí que mató a la mayor cantidad de árabes, y esto es cierto, ya que su gobierno ha matado a 166 palestinos desde principios de este año. Sin embargo, hay un resquicio de esperanza: este gobierno racista acelerará la desaparición de Israel y conducirá a su inevitable fin, no a manos de los maltrechos ejércitos árabes, sino a manos de la resistencia palestina y sus aliados regionales, sus misiles y drones. Hay tres pasos que el gobierno de Netanyahu y su coalición extremista pueden tomar al asumir el poder: Primero, un regreso a revivir el «Acuerdo del Siglo» de la era Trump, la anexión de Cisjordania y la deportación de la mayoría de sus residentes palestinos a Jordania como una «patria alternativa». En segundo lugar, la escalada de incursiones en la mezquita de Al-Aqsa, la consolidación del control judío sobre Jerusalén Este y la destrucción de su identidad árabe e islámica. El primer paso puede ser dividirlo sobre el modelo de la Mezquita Ibrahimi en Hebrón, luego demolerlo y erigir el supuesto “templo” sobre sus ruinas. En tercer lugar, la cancelación o congelación del acuerdo de demarcación de la frontera marítima con el Líbano, similar a lo que sucedió con los Acuerdos de Oslo con los palestinos. Netanyahu anunció su intención de hacerlo abiertamente en su campaña electoral. Esta opción parece especialmente probable dado que la extracción de gas y petróleo del campo Karish ya ha comenzado, mientras que el campo Qana, que fue reconocido “parcialmente” como libanés, permanece intacto, sin estudios ni exploración realizados hasta este momento. Es probable que los yacimientos de gas libaneses permanezcan inactivos en el futuro previsible. Los mismos mediadores estadounidenses no garantizaron la implementación de ni siquiera el 1 por ciento de los Acuerdos de Oslo, y lo más probable es que no garanticen los derechos del pueblo libanés.

Resistencia armada palestina renovada

Pero Netanyahu está listo para asumir el control de una situación muy diferente, tanto a nivel nacional como internacional. Para empezar, Israel se enfrenta a un conflicto interno cada vez mayor y, lo que es más importante, a una intifada revivida en forma de resistencia armada en Cisjordania. No podemos hablar de la resistencia de Cisjordania sin discutir el fenómeno de la Guarida de los Leones, cuya influencia política y militar se está expandiendo, mientras crece la aceptación del movimiento por parte del público palestino. No pasa un día sin presenciar una operación de comando en varias partes de Cisjordania; en Nablus, Jenin y Hebrón, más tarde en Ramallah, y luego en los territorios palestinos ocupados anteriores a 1948. Netanyahu puede lograr incluir uno o dos gobiernos árabes más en los Acuerdos de Abraham, que se firmaron bajo su último mandato. Sin embargo, tales acrobacias políticas no tendrán ningún valor a la luz del “despertar” del pueblo palestino y su regreso a la resistencia armada. El regreso de Netanyahu no olvidará la batalla de mayo de 2021 de la “Espada de Jerusalén” que lo humilló, y sus misiles que aislaron al estado ocupante durante más de 11 días, obligando a millones de colonizadores israelíes a refugiarse en refugios y búnkeres. Estos misiles todavía están presentes y listos, junto con cientos de drones armados. Quizás también valga la pena recordarle al Primer Ministro israelí entrante cómo terminó una reunión electoral en la ciudad de Ashdod (ciudad natal de mis antepasados) y huyó despavorido de los 400 misiles lanzados por el movimiento Yihad Islámica Palestina (PIJ) en represalia por el asesinato de su líder, Baha Abu al-Atta.

¿Otro día más en la oficina?

El “Israel” al que regresa Netanyahu no es el mismo Israel que dejó, y el mundo que conoció cuando estuvo en el poder por última vez, no es el mismo mundo de hoy. Su partidario estadounidense está sumido en una guerra indirecta de desgaste sin precedentes con Rusia en Ucrania, donde su correligionario, Volodymyr Zelensky, ha perdido hasta ahora alrededor de una quinta parte del territorio de su país y lo ha sumido en la oscuridad y la desesperación.Si bien se considera que Netanyahu es cercano al presidente ruso Vladimir Putin, esa amistad se había profundizado antes de la guerra de Ucrania. La situación ahora ha cambiado drásticamente y se verá obligado a elegir entre Washington y Moscú en una era de multipolaridad.En cuanto a la Guarida de los Leones, han cambiado efectivamente todas las ecuaciones y reglas de enfrentamiento en la Palestina ocupada, y tal vez también en el mundo árabe, y dentro de este contexto realmente «darán la bienvenida» al regreso al poder de la línea dura de Netanyahu.

Alemania ha venido gozando de una relativa autonomía económica, aun sin tener autonomía estratégica y una geopolítica propia. Esto ha sido así hasta el último periodo de gobierno de Merkel. Alemania había logrado contener al «atlantismo» en beneficio de sus intereses.

Recuerden que el Tratado de Asociación Trasatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP) entre EEUU y la UE ( que era un tratado de libre comercio) promovido por Obama, fue desechado finalmente por iniciativa de Alemania y aprovechando la llegada de Trump a la presidencia. Alemania continuaba siendo la cabeza y el motor económico de Europa. Y esto fue de este modo hasta el 2022 cuando EEUU, en su pelea por conservar su hegemonía global, decide desacoplar la economía alemana de Rusia ( guerra de Ucrania mediante) y también trata de desacoplarla de China para convertir de esta forma a Alemania, en un subalterno y un apéndice de la economía estadounidense. Si esto ocurre Alemania pierde su condición de gran potencia económica sufriendo un peligroso proceso de desindustrialización.  Por eso el viaje relámpago del canciller Scholz a China, el principal socio comercial de Alemania, para solicitar ayuda para salvar esa relación vital con el gigante asiático. Pero el viaje de Scholz pone al descubierto una grieta en la coalición gobernante en Alemania, entre el Partido Verde y el Liberal Democrático, que son «atlantistas» y seguidores de EEUU (yo diría «activos de Washington) por un lado y el partido Socialdemócrata por otro, «grieta» que aparentemente atraviesa hoy a las elites políticas, empresariales e intelectuales de Alemania entre los que adhieren al «atlantismo» y se subordinan a la hegemonía global de EEUU y los que pretenden otro destino para Alemania. EEUU desacoplando a Alemania de Rusia y China, y subordinándola a su economía, previene que con su potencial económico Alemania arrastre a otros países europeos y puedan llegar convertir a Europa en un polo de poder dentro del mundo multipolar que emerge. Alemania es un tema para seguir Dr. A. Mitre para Dossier Geopolitico DG

EL VIAJE DE SCHOLZ A CHINA LEVANTA LOS PELOS DE PUNTA

M.K.Bhadrakumar  5 de noviembre

La diplomacia alemana presentó una vista fascinante de «contrapunto» con la ministra de Relaciones Exteriores Annalena Baerbock recibiendo a sus socios del G7 en Münster el 3 y 4 de noviembre, incluso cuando el canciller Olaf Sholz planeaba desde ScholBerlín una visita de un día a Beijing. 

La sesión de fotos mostró al secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, flanqueando a Baerbock en la mesa principal con la subsecretaria de Estado, Victoria Nuland, mejor conocida como la maestra de ceremonias en el golpe de estado de “Maidán” de 2014 en Kiev en 2014, mirando desde atrás. 

Alemania se está poniendo al día con el fotoperiodismo. En serio, la foto no podría haber capturado de manera más significativa para la audiencia mundial la doble personalidad de la diplomacia alemana mientras el actual gobierno de coalición tira en diferentes direcciones. 

Por excelencia, Baerbock ha destacado su descontento con la visita de Scholz a China reuniendo a su alrededor a los homólogos del G7 con ideas afines. Incluso según las normas de la política de coalición, este es un gesto excesivo. Cuando el máximo líder de un país está de visita en el extranjero, una muestra de disonancia socava la diplomacia. 

Del mismo modo, las contrapartes del G7 de Baerbock optaron por no esperar el regreso de Scholz a casa. Aparentemente, tienen una mente cerrada y las noticias de las discusiones de Scholz en Beijing no cambiarán eso. 

A primera hora del lunes, Scholz debería pedir la renuncia de Baerbeck. Mejor aún, esta última debería presentar su renuncia. Pero tampoco va a pasar. 

En el período previo a la visita de Scholz a China, se enfrentó a duras críticas por emprender una misión de este tipo a Beijing con una delegación empresarial de poderosos directores ejecutivos alemanes. Claramente, la Administración Biden admiraba a Baerbock y los influyentes círculos “atlantistas” integrados en la economía política de Alemania para liderar la carga. 

¿Ha mordido Scholz más de lo que podía masticar? La respuesta depende de una contrapregunta: ¿Está Scholz contemplando un legado en la gran tradición de sus predecesores en el Partido Socialdemócrata, Willy Brandt (1969-1974), Helmut Schmidt (1974-1982)? 

Esas dos figuras titánicas tomaron iniciativas pioneras hacia la antigua Unión Soviética y China, respectivamente, durante momentos decisivos de la historia moderna, desafiando las cadenas del atlantismo que frenaron la autonomía estratégica de Alemania y consignaron a ese país como un subalterno en el sistema de alianza liderado por Estados Unidos. 

La diferencia cardinal hoy es que Brandt (quien navegó por la Ostpolitik ignorando las furiosas protestas estadounidenses sobre el primer gasoducto que conecta los campos de gas soviéticos con Alemania) y Schmidt (quien aprovechó el momento para sacar provecho de la normalización entre Estados Unidos y China), y el canciller Gerhard Schroeder (1998-2005), quien amplió y profundizó la expansión de las relaciones comerciales con Rusia y estableció una relación de trabajo sin precedentes con los líderes del Kremlin, para gran irritación de Washington, fueron líderes asertivos.

Dicho de otra manera, todo depende de la voluntad colectiva de Alemania de romper   el techo de cristal de la OTAN, que Lord Ismay, el primer secretario general de la Alianza, había capturado sucintamente con la intención de “mantener fuera a la Unión Soviética, a los estadounidenses dentro y a los alemanes abajo”. .” Actualmente, la interacción de tres factores impacta la política alemana. 

Primero, la estrategia del Indo-Pacífico. No se equivoquen, la guerra de poder en Ucrania es un ensayo general para la inevitable confrontación entre EE. UU. y China por el tema de Taiwán. En ambos casos que involucran el equilibrio global estratégico, hay mucho en juego para la hegemonía global de los Estados Unidos y la multipolaridad en el orden mundial. 

Alemania tiene un papel fundamental en esta lucha trascendental, no solo en virtud de ocupar el terreno altamente volátil en el centro de Europa que también tiene restos de historia, sino también por ser la potencia económica del continente en el umbral de convertirse en una superpotencia. 

La angustia en Washington es evidente de que la visita de Scholz a China puede debilitar el diseño geopolítico de EE. UU. para repetir la impresionante hazaña de la unidad occidental sobre Ucrania si las tensiones aumentan en Asia-Pacífico y China se ve obligada a actuar. 

Por supuesto, ninguna analogía es completa, ya que es poco probable que China opte por una operación militar especial incremental de Rusia de 9 meses para “moler” al ejército taiwanés y destruir el estado ucraniano. Será una guerra mundial desde el primer día. 

Sin embargo, la analogía es completa cuando se trata de las sanciones infernales que la Administración Biden impondrá a China y el bandolerismo de confiscación de los «activos congelados» de China (que superan el billón de dólares como mínimo), además de paralizar a China. cadenas de suministro. 

Basta con decir que «hacer una Ucrania» en China es la clave para la perpetuación de la hegemonía global de EE. UU., ya que los activos financieros de China se apropian para reabastecer la economía en crisis de EE. UU. y el estatus del dólar como moneda mundial y el neo mercantilismo y el control del movimiento de capital, etc. permanece intacto. 

En segundo lugar, una gran victoria diplomática de la Administración Biden hasta ahora ha sido en la política transatlántica, donde logró consolidar su dominio sobre Europa al colocar en el centro del escenario la cuestión de Rusia. Se despertaron los temores maniqueos de los países europeos de un resurgimiento histórico del poder ruso. 

Pocos esperaban un resurgimiento ruso tan pronto después del famoso discurso del presidente Vladimir Putin en la Conferencia de Seguridad de Múnich en febrero de 2007. 

La narrativa occidental en ese momento era que Rusia simplemente carecía de la capacidad de regenerarse como una potencia global, ya que la modernización de las fuerzas armadas de Rusia era inviable. Podría decirse que toda la diplomacia de la canciller Angela Merkel hacia Rusia (2005-2021) se basó en esa narrativa fácil. 

Por lo tanto, cuando Putin anunció de manera inesperada en una reunión de la Junta del Ministerio de Defensa en Moscú el 24 de diciembre de 2019 que Rusia se ha convertido en líder mundial en armamento hipersónico y que «ningún país posee armas hipersónicas, y mucho menos armas hipersónicas de alcance continental». Occidente lo escuchó con horror no disimulado. 

El equipo de Biden aprovechó la profunda inquietud en las capitales europeas para unirlas y promover la “unidad occidental” sobre Ucrania. Pero ahora está apareciendo una pequeña grieta sobre la visita de Scholz a Berlín. Blinken se apresuró a llevar a Scholz de vuelta al redil. 

En tercer lugar, siguiendo lo anterior,   hoy ha aparecido una contradicción fundamental, ya que las “sanciones del infierno” de Occidente contra Rusia repercutieron en Europa, llevándola a la recesión. Alemania ha sido duramente golpeada y está mirando el espectro del colapso de sectores enteros de su industria, el consiguiente desempleo y la agitación social y política. 

El milagro industrial alemán se basó en la disponibilidad de un suministro de energía seguro, ilimitado y barato de Rusia, y la interrupción está causando estragos. Además, el sabotaje de los oleoductos Nord Stream descarta una reactivación del nexo energético entre Alemania y Rusia (algo que favorece la opinión pública alemana). 

Sin duda, con todos los datos disponibles del lecho marino en el Mar Báltico, Schulz debe ser muy consciente de las implicaciones geopolíticas de lo que Estados Unidos le ha hecho a Alemania. Pero no está en condiciones de crear un alboroto y, en cambio, optó por internalizar la sensación de amargura, especialmente porque Alemania se encuentra hoy en una posición humillante de tener que comprar GNL terriblemente caro de compañías estadounidenses para reemplazar el gas ruso (que EE. UU. está comercializando). en Europa a precios tres o cuatro veces superiores al precio nacional). 

La única opción que le queda a Alemania es acercarse a China en una búsqueda desesperada por reactivar su economía. Por cierto, la misión de Scholz apuntaba principalmente a la reubicación de las unidades de producción de BASF, la empresa química multinacional alemana y el mayor productor de productos químicos del mundo, en China para que sus productos siguieran siendo competitivos

Sin embargo, es muy improbable que Washington le permita a Scholz tener las manos libres. Afortunadamente para Washington, los socios de la coalición de Scholz —el Partido Verde Ecologista y los Demócratas Libres Neoliberales (FDP)— son atlantistas sin adornos y también están dispuestos a participar en el juego estadounidense. 

Brandt o Schroeder habrían contraatacado, pero Scholz no es un luchador callejero, aunque siente el gran diseño de EE. UU. para transformar a Alemania como un apéndice de la economía estadounidense e integrarla en una sola cadena de suministro. En pocas palabras, Washington espera que Alemania sea un engranaje indispensable en la rueda del Occidente colectivo. 

Mientras tanto, Washington tiene una mano fuerte, ya que el sector corporativo de Alemania también es una casa dividida con muchas empresas que están bien ubicadas para beneficiarse del cambio de modelo económico que Washington está promoviendo, mostrando renuencia a apoyar a Scholz, aunque él mismo es un canciller corporativista.

Estados Unidos es experto en aprovechar tales situaciones de «divide y vencerás». Según se informa, algunas de las empresas de alta tecnología de Alemania no aceptaron la invitación de Scholz para acompañarlo a Beijing, incluidos los directores ejecutivos de Mercedes-Benz, Bosch, Continental, Infineon, SAP y Thyssen Krupp.

En nuestra columna semanal de Geopolítica, que se difunde desde hace 16 años en la Radio del Club de La Pluma, el Director de Dossier Geopolitico DG, analiza está semana varias áreas por los grandes cambios que observamos y los denominaremos en está oportunidad “Frentes”:

Primero el Frente Europeo cada dia mas fraccionado, conflictuado y mas dividido, no solo por la Guerra de Ucrania que se direcciona a ser un País que se aproxima a sufrir una demolición programada y con una Guerra que empieza a perder presencia en los “medios” y en los fanáticos sostenedores con  ofensivas que luego se determina que son una catástrofe militar… en el mientras Rusia convoca la Embajadora de Gran Bretaña para pedir explicaciones sobre los ataques que orquestó desde Ucrania contra el NordStrand 1 y 2 y el ataque al Puerto de Sebastopol. Otra clara demostración de que Europa entra en un modelo “sálvese el que pueda”  El Canciller alemán Olaf Scholz viaja a China causando “malestar en sus socios de la OTAN y a lo que se suma la compra de un porcentaje importante del  Puerto de Hamburgo ( uno de los tres mas importantes de Europa) por parte de empresas chinas

Otro Frente activo es el del Asia Sudoriental (mal llamado “medio oriente”) con un Israel mas aislado que nunca (y con un avance de los sectores mas conservadores y religiosos que le quitaran flexibilidad negociadora con sus vecinos), y con las petromonarquías árabes cambiando de sociedades y alianzas históricas y a la que se suma una Turquía que amplia su juego geopolitico en toda la región y el incremento del poder de Irán en la misma zona y que tontamente utilizando las fake News que occidente lanza sobre la región para enemistar a los árabes con los persas. Pero los países de la zona recuerdan que hace un año EEUU/OTAN huyó de Afganistán abandonando a sus aliados a su suerte y han tomado debida nota de ello 

Otro Frente es el Financiero Global: China lanza una nueva forma de pago que cambia todo el juego de los juegos en el área de las Finanzas, con el mBridge, el innovador proyecto de pagos internacionales liderado por China

Por último y no menos importante nuestro propio Frente Americano donde tenemos varios acontecimientos en pleno desarrollo: el martes 8/11 hay mucho en juego en las elecciones de medio término de USA con la posibilidad de una gran derrota de los Demócratas por los Republicanos y de ocurrir ello. Por ejemplo: será un Biden muy disminuido si se reúne con Putin en la Reunión en Bali del G20

Tenemos otros dos grandes acontecimientos mas en nuestra zona la Reunión de los Presidentes: Petro y Maduro que desactiva la confrontación fronteriza, orquestada por los narco gobiernos “uriburistas”, pero fundamentalmente, hay dos grandes perdedores: el Plan de desestabilización de USA sobre Venezuela y que también acompaña en este desastre político a la Unión Europea que fue parte fundamental en el entramado agresivo para con el País Caribeño y que apoyando un fantasmagórico Guiado fue usado para como hacían con los piratas corsarios (durante la época colonial) quedarse con grandes riquezas y fortunas que solo son de manejo del Pueblo Venezolano y su legítimo gobierno 

Y lo mas importante es el triunfo en Brasil de Ignacion Lula Da Silva importante para los Brasileños pero también para el subcontinente suramericano, primero por la convocatoria a la Unidad Nacional muy lesionada por el discurso populista demagógico de Bolsonaro en una total sintonía con las nuevas derechas globales organizadas por Steven Bannon y es importante para relanzar un proyecto integrista serio y por fuera de todo idiologismo solo pensando en nuestro intereses nacionales y regionales en un Mundo en fuerte choque con una guerra híbrida global en pleno desarrollo….

Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico DG

Un Biden desconcertado que saluda a fantasmas enfrenta una eleccion dificilisima de medio termino, que marcaran grandes cambios globales

 

Una imagen que desactiva un lustro largo de enfrentamientos esteriles ocacionados por EEUU y sus socios uriburistas contra la Republica de Venezuela
Un «Lula» llamado historicamente a cumplir un rol fudamental ente su Pueblo y sus vecinos

Difundimos dos entrevistas realizadas al Director de Dossier Geopolítico Prof Lic. Carlos Pereyra Mele Donde se abordó el tema de las Elecciones trascendentales en la República Federativa de Brasil por su influencia regional y global dado que es uno de los miembros del los BRICS las potencias emergentes actualmente y grande contribuyentes a la formación de un mundo multipolar anti hegemónico como lo ha sido hasta ahora desde los 90 hasta el 2008

El primer video es la entrevista realizada por el periodista Martin Reinaldi del Programa «Redacción Abierta» que se difunde por el Canal de aire Canal 10 de los SRT de la Univ. Nacional de Córdoba y que se retransmite a varias provincias Argentinas (realizada horas previas a las elecciones en Brasil)

El segundo video fue realizado el día lunes posterior a las elecciones y fue realizado para el Programa «Epicentro» que se transmite por Canal «C» de cablevisión Córdoba y que conduce el Periodista Osvaldo Gadban

Lic. Carlos Pereyra Mele
Director de Dossier Geopolitico https://dossiergeopolitico.com/ 

Presentamos el Video completo de la XIII Conferencia de Dossier Geopolítico: sobre Geopolítica y Geoeconomía de la República de la India realizada por el Mter. Fancisco Javier Martinez (*) el dia sabado proximo pasado 29/10/2022 via zoom

Al inicio de la conferencia hizo un análisis de los macrodatos económicos de la India, que tienden a pasar en los próximos años del 6to a la 4ta economía mundial. El crecimiento del PIB en el 2002 fue de 0,5 billones de dólares y en el 2022 será de 3,5 billones, y en el año 2027 su población será la más grande del mundo.

Asia incluye 21 de las 30 ciudades más pobladas del planeta, y en el 2040 el Asia representará el 40% del PIB mundial.

Su conferencia continuó analizando los periodos desde la invasión europea a la India en el 1750 hasta la balcanización con la independencia de 1947, y la creación de la República de la India y de Pakistán, la actual Bangladesh y Sri Lanka. A continuación explico el rol estratégico que tiene la india por estar ubicada entre el Océano Pacifico y el Oceano Indico. Geopolitica y geoestrategicamente Martinez expuso las relaciones de la India, con China y Rusia, los conflictos regionales con Pakistán y los acuerdos que ha firmado con EEUU, Japón, Australia denominado QUAD, de carácter “defensivo”. Y la importancia que tiene la zona del estrecho de Malaca tanto para China como para la India.

(*) El Mgter. Francisco Javier Martinez Lopez desde Madrid. Analista Internacional. , abogado, experto en economía internacional. Master en Dirección Administrativo-contable en la Universidad de Estrasburgo, Francia. Diplomado Academia de Derecho Internacional de la Haya, Países Bajos.

Los símbolos gobiernan el mundo, representan una realidad más elevada y, por ello, nos empujan más allá de nuestras fuerzas y de nuestra propia realidad. Simbólica puede ser una persona, un objeto o un acontecimiento.

Por Félix Valdivieso (*)

Gandhi fue el precursor y adalid de los movimientos independentistas de toda una generación. La piedra negra de la Meca atrae anualmente en peregrinación a millones de musulmanes. En 1905 Japón derrotó a Rusia, convirtiéndose en el primer país asiático en derrotar a una potencia occidental. Ese acontecimiento cimentó el nacionalismo japonés, y su posterior carrera imperialista.

En este 2022, la India ha desbancado a Gran Bretaña, su antigua metrópoli, como quinta potencia económica del mundo. Quizás esto también sea todo un símbolo de un nuevo orden.

A esto se refería el ultranacionalista primer ministro indio Narendra Modi, al afirmar enfáticamente que la India había dejado atrás a los que la habían gobernado por 250 años y que, más que pasar del sexto al quinto puesto, la alegría estaba en haber dejado atrás años y años de esclavitud. “La oportunidad es ahora. No nos pararemos”, concluía.

Mucho se habla de que el nuevo orden mundial es multipolar pero la realidad es que todavía no hemos roto la inercia bipolar de la Guerra Fría y prácticamente todo se dirime entre China y los Estados Unidos. Es en este contexto en el que el poder blando indio y su aura de país no alineado comienzan a ser necesarios para dirimir los desafíos internacionales a los que nos enfrentamos.

Desde la llegada de Modi al poder, en 2014, la India ha experimentado una mayor asertividad en la manera de interactuar en política internacional, apartándose de su tradicional línea más moderada. Esto se debe a que hay claros indicios político-económicos que apuntan a que tanto su economía como el país en su totalidad se encuentran en una imparable ascensión a la cima.

India, provista de poder nuclear en el patio trasero de China, va a cambiar las reglas del tablero geopolítico internacional, pero todavía ha de perfilar mejor qué tipo de poder blando quiere ejercer.

En contraste, un aspecto sobresaliente del poder blando chino es que hace continuas referencias a su poder duro, especialmente en los últimos años. Eso hace que grandes iniciativas, como la Nueva Ruta de la Seda (Belt and Road Initiative, BRI) sean percibidas con desconfianza en lugar de verse como enormes proyectos de mejora de infraestructuras del que se beneficiarán un sinnúmero de países, como señala la politóloga Parama Sinha Palit.

India primero

Políticamente hablando, India está pisando más fuerte que nunca. Su primer ministro ha abandonado la diplomacia de guante blanco y el pasado septiembre no tuvo reparo tanto en evitar a su anfitrión, el todopoderoso Xi Jinping, en los pasillos de su propia casa, la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), como en admitir públicamente que ha mantenido conversaciones telefónicas con el Dalai Lama, algo que enerva al gobierno chino.

Por otra parte, se han prohibido en India no solo Tiktok y otras 58 aplicaciones chinas, sino que se ha excluido a empresas chinas de las licitaciones públicas por el 5G.

Desde la guerra sino-india de 1962, de la que India salió mal parada, las relaciones entre ambos países se habían desarrollado más o menos pacíficamente. Eso hasta 2020; ese año fallecieron 20 soldados indios en la frontera con China. Las autoridades indias consideraron que el choque fue la consecuencia lógica de una creciente política de agresión por parte de China. Algo que choca frontalmente con el revivido nacionalismo indio, promovido por Modi, y el renovado estatus económico de esta India emergente.

Es probable que, en el reciente estrechamiento de relaciones indio-americanas, Washington esté aprovechando al máximo la teoría clásica india de Kautilya Rajamandala por la que tu vecino es tu enemigo y el vecino de tu vecino es tu amigo.

Modi, uno de los líderes mundiales con más seguidores en Twitter (el segundo, para ser más exactos), muestra su firmeza y realpolitik también allende sus fronteras. “No es tiempo para la guerra”, le dijo a Putin, al mismo tiempo que, con una mentalidad muy práctica, compra petróleo a Rusia a precio de saldo. India primero, caiga quien caiga, que suele ser una de las primeras manifestaciones del nacionalismo.

Competidores y vecinos

Por mucho que China y la India sean diferentes, comparten, sin embargo, características generales que pueden ser determinantes para el devenir de la humanidad. Para empezar, son civilizaciones milenarias, orgullosas de su pasado, asentadas en un extenso territorio y muy densamente pobladas.

En términos de mercado, la completa incorporación de la India a los canales de producción y consumo internacional dará un vuelco a los índices económicos mundiales en todos los sectores, desde el turismo a la tecnología, como ha ocurrido con China.

El desarrollo indio sigue los pasos del desarrollo chino. Modi ha creado el Made in India, paralelo al Made in China de los años ochenta, acompañado de una batería de medidas económicas con toda suerte de subvenciones e incentivos, destinados a arrebatar a China el título de hub manufacturero mundial.

Sin ir muy lejos, los indios han ganado una batalla tremendamente simbólica contra los chinos. Apple ha anunciado que comenzará a producir su iPhone 14 en la India. Esto supone un cambio radical en la política de producción de la compañía. Antes, Apple solo comenzaba a producir fuera de China cuando tenía comprobado que la producción del nuevo modelo no entrañaba ningún riesgo. Otras empresas están siguiendo los mismos pasos.

Pero es que, además, la compañía de la manzana está estimulando a sus proveedores a que desplacen su producción a la India. Estos movimientos obedecen a que las empresas aborrecen el conflicto tanto como la naturaleza aborrece el vacío. Así que, para evitar las disrupciones en la cadena de abastecimiento derivadas tanto de las tensiones entre China y América como de las políticas chinas de cero covid, las empresas están buscando diversificar sus riesgos desplazando sus centros de producción al Índico.

La India, como su vecino del norte, también aspira a ser un hub tecnológico mundial, pero con características indias.

La transición de China de fábrica del mundo a centro tecnológico fue impulsada en su mayor parte por el Gobierno chino. Primero, fomentando desde la época de Deng Xiaoping que las compañías extranjeras abriesen oficinas en China para generar una atmósfera propicia a la creación de empresas. Y segundo, mandando hornadas de estudiantes a formarse en las universidades americanas.

Graduados indios para el mundo

El modelo indio no ha sido tan teledirigido pero los estudiantes indios abundan en los grados de ciencia americanos. Más de la mitad de los estudiantes internacionales en USA estudiaron carreras CTIM.

Una vez graduados, estos estudiantes suelen acogerse a los beneficios de las leyes de inmigración estadounidenses porque la visa H-1B  permite a las empresas contratar trabajadores extranjeros especializados.

En 2017 el 73,9 % de estas visas fueron otorgadas a indios. China fue segunda, con el 12 %. Por lo que a género se refiere, solo el 20 % eran mujeres indias, frente al 45 % chinas.

Según el ministerio de Educación chino, el 80 % de los estudiantes chinos vuelve a casa. Los emprendedores chinos prefieren crear sus compañías en China: Tencent, propietaria de WeChat; Alibaba, el Amazon de China, o Xiaomi.

Por el contrario, la India tiene el nivel más alto de población viviendo en el extranjero: 17,5 millones, por lo que tiene un problema de retención de talento.

La India es el país con mayor número de CEO entre las compañías top del mundo: Arvind Krishna (IBM), Sundar Pichai (Google LLC & Alphabet), Satya Nadella (Microsoft). El último en incorporarse a esta ilustre lista ha sido Parag Agrawal, CEO de Twitter, nacido en 1984.

Crecimiento imparable

India está lanzada y tecnológicamente sus centros neurálgicos, Chennai, Hyderabad, y Bangalore, están a la vanguardia de los avances tecnológicos en Asia.

Hay una India renovada que compite de tú a tú con los más pintados. El Times of India presumía hace apenas un mes de que, en la primera mitad de 2022, la India batía a China en la creación de unicornios: 14 frente a 11. Esta carrera la lideran los estadounidenses, con 138 unicornios más en el mismo periodo. No obstante, ya se sabe que los números de crecimiento en Asia apabullan.

La India tiene por delante inmensos desafíos políticos, sociales y económicos, como tantas veces se señala, enfatizándolos de tal manera que parezca que es un gigante con pies de barro. El caso es que el axis mundi ha girado definitivamente a Oriente, y que eso mismo se decía en Occidente del meteórico ascenso chino. Y la realidad es que el dragón ha ido batiendo récord tras récord.

De momento, el Gobierno indio confía en que este año la economía de su país crecerá por encima del 7 %, bastantes puntos más que el resto de sus competidores, entre ellos Gran Bretaña, que está luchando para mantenerse alrededor del 3,5 %.

Cada uno de los récords que India está batiendo son símbolos sobre los que el gobierno de Modi se apalanca para dar el gran salto adelante, con características indias.

Los símbolos son misteriosamente capaces de unir magnitudes en contraste y pocos países tienen tantos contrastes como la India.

(*) Chairman of IE China Center, IE University.

Fuente Mercado: https://mercado.com.ar/geopolitica/india-el-despertar-del-nuevo-gigante-asiatico/

Marcelo Muñoz, autor del libro 'China ha vuelto para quedarse'
Marcelo Muñoz, autor del libro ‘China ha vuelto para quedarse’ JB escritor y empresario: “Ignoramos el pasado de China como primera potencia porque nos creemos más civilizados”

Por Javier Biosca Azcoiti

Una pipa de opio original de China cuelga de la pared junto a una de sus máscaras tradicionales. En el otro extremo de la habitación hay un cuadro de Qin Shi Huang, primer emperador de China, y enfrente, una serie de fotos enmarcadas en las que Marcelo Muñoz aparece junto a diferentes autoridades del país asiático. Durante décadas, este economista y filósofo de formación ha estado yendo y viniendo de China, donde ha tenido múltiples negocios, y su despacho es una buena muestra de ello.

A sus 87 años, es presidente emérito de la asociación Cátedra China y ha publicado recientemente el libro ‘China ha vuelto para quedarse’, una conversación con sus amigos chinos sobre la segunda potencia mundial: desde la historia imperial y su filosofía política, al cambio climático y la situación de los uigures. La visión de sus interlocutores y del propio Muñoz se aleja mucho de la percepción existente en Europa y EEUU, acercándose en ocasiones a la posición oficial del Gobierno de Pekín. Muñoz insiste una y otra vez en la necesidad de una aproximación entre la UE y China que se aleje de la confrontación que, según él, propone Washington.

El libro se estructura en torno a la idea del regreso de China como potencia mundial y argumenta que en Occidente ignoramos ese pasado de China como primera fuerza del planeta ¿Podría desarrollar esta idea?

Europa no existía para China. En la época de Augusto, el PIB del Imperio Romano era aproximadamente el 8% del PIB mundial y el PIB de China representaba el 21%. Xi’an, que fue capital durante 12 dinastías tenía más de dos millones de habitantes y Roma no llegaba al millón. La inauguración de la ciudad de Pekín, por ejemplo, fue fastuosa y duró dos años. 300 naves chinas fueron recogiendo dignatarios de todo el mundo y no había ni uno europeo porque no consideraban que Europa fuese potencia de ninguna clase. Nuestra idea de que somos el centro del mundo allí es precisamente al contrario. Los datos históricos rompen todos nuestros esquemas. Lo que pasa es que no se quieren expresar.

¿Por qué dice que no se quieren expresar?

Porque somos muy chulos. Los europeos nos creemos el centro del mundo, los más civilizados, nos creemos la única filosofía que existe en la historia… Lo ignoramos porque nos consideramos superiores.

¿Por qué Europa no dialoga con China? Porque considera que nuestro sistema es infinitamente superior y Estados Unidos, mucho más. ¿Es superior? Vamos a discutirlo. El sistema económico chino es completamente contrario al de Occidente y contrario al neoliberalismo. Y les va bien. Todo eso se quiere ignorar porque aquí el mantra es que nosotros tenemos la solución para todo. Nuestra solución del Fondo Monetario y el resto de instituciones es inapelable, dogmática y única. Sin embargo, existe otra solución, que es la China. Discutamos si es mejor o peor, pero no podemos decir que no hay otra solución porque esa fórmula está teniendo un éxito apabullante en todos los terrenos. Nos van a superar en todas las tecnologías dentro de poco.

Nuestra idea de comunidad internacional está representada por el 16% de la población mundial ¿Qué orden internacional hay? El de Occidente. La mayor parte del mundo no acepta más que a la fuerza esa comunidad ficticia que hemos creado para dominar el mundo

¿Ve posible una futura apertura democrática en China?

Lo que ellos dicen es que no quieren la democracia liberal occidental. Ni hoy ni mañana ¿Y entonces? O los fusilamos a todos porque no son demócratas o dialogamos con ellos.

Desde el punto de vista de la Asociación Nacional de Derechos Humanos, que es un organismo oficial, la Carta de Naciones Unidas sobre los derechos humanos es la base de la ética política global y la única institución con autoridad para defender esos principios. Esa carta enumera, según ellos, 143 derechos humanos –sanidad, educación, vivienda…– y la mayor parte son derechos sociales y económicos. Lo que argumentan es que hay que analizar dónde se cumplen mejor cada uno de esos derechos, si en China o en Occidente. Por ejemplo hoy el 42% de los jóvenes en China llega a la universidad y para 2030 será el 60%.

Luego están los derechos políticos, como el derecho de asociación, de reunión… Ellos dicen que defienden esos derechos desde su concepción de la política, basada en la ética confuciana, que a su vez se basa en poner en el centro a la persona humana. Si es mejor o peor, ellos están dispuestos a debatirlo. En China no hay dogmas religiosos ni políticos porque la política no es deísta. Es decir, el concepto de religión no existe y ningún dios tiene autoridad para imponer a la persona humana una moral.

Nosotros consideramos que nuestro sistema de democracia liberal es el mejor posible y ellos consideran que su sistema de ética confuciana y lo que llaman democracia participativa es el mejor posible. Mi convicción como conocedor del tema y como filósofo es que entre la filosofía confuciana y la filosofía europea de la Ilustración hay cantidad de conexiones posibles y coincidencias en los valores éticos de la sociedad humana. Ese es el diálogo que yo creo que tendría que promover la Unión Europea.

Dice que no quieren la democracia liberal, ¿qué pasa con Hong Kong? ¿No está China reprimiendo a la fuerza las ansias democráticas y de libertad de prensa de los hongkoneses?

El diálogo tiene que basarse en la idea de que son dos mundos distintos. Como segunda potencia mundial, tenemos que dialogar con China aceptando la realidad de que es un sistema distinto y lo seguirá siendo. La UE lo califica de rivalidad sistémica, pero eso significa que dos se pelean por imponerse el uno al otro. La realidad es que la UE sí intenta imponer su sistema sobre China, pero China no intenta imponer el suyo a la UE. En Hong Kong, Pekín ha recuperado la soberanía que había perdido por el colonialismo y esa soberanía la utiliza en el marco de su sistema. Que no estamos de acuerdo, que no nos gusta, que no dejan libertades… esa es la diferencia de sistema y sobre la que tenemos que establecer un diálogo sin imposiciones.

Hay precisamente un artículo del libro en el que habla de las relaciones Unión Europea y China. ¿Está Bruselas haciendo seguidismo de la política estadounidense respecto a Pekín?

Hay un seguidismo total. Como ciudadano europeo, me da vergüenza que no tengamos una política autónoma respecto a Estados Unidos. La Unión Europea tiene la obligación de dialogar con China más que Estados Unidos. La capacidad de la Unión Europea como potencia mundial para dialogar con China es grandísima y es una pena que todo sean recelos. Recelos de que China crece económicamente, tecnológicamente y científicamente. De que China se impone en el mundo.

¿Por qué la Unión Europea se niega a participar en el macroproyecto chinos de la Ruta de la Seda, que para España sería beneficioso? ¿Por qué el Gobierno español se niega a crear en Algeciras un centro de distribución de productos para Europa y África? ¿A qué viene ese recelo como ciudadano europeo? No solo protesto, me avergüenzo. Hay cerrazón a hablar de China como un posible interlocutor del que se puede aprender algo.

¿Por qué?

Porque nos consideramos superiores, ricos, guapos y más civilizados.

¿Cuál es su análisis de la posición china en la invasión de Ucrania?

China tiene su política geoestratégica respecto a Ucrania, la cual no coincide con la de Washington. China está en contra de las sanciones porque no sirven para nada e incluso son contraproducentes. Pekín aboga por el diálogo y esa postura no coincide con la de Occidente, pero China defiende el respeto de las fronteras, la soberanía nacional y está en contra de la agresión de Rusia a Ucrania. Está políticamente en contra de todo lo que está haciendo Putin, pero no está a favor de la política de Washington de sanciones y más guerra.

Parece difícil sentarse a negociar con alguien que quiere quedarse buena parte de tu territorio.

Si somos europeos, sí. Una cosa que aprendí en China a poco de llegar es que todo es negociable. La política de China es la negociación para buscar la armonía. El libro ‘El arte de la guerra’, de Sun Tzu, y tan estudiado en centros occidentales, es realmente el arte de la negociación. Esa es la filosofía confuciana que impregna toda la estrategia política de China. Aquí no lo entendemos. Si hay dogmas políticos o religiosos no se puede dialogar, pero ellos no los tienen.

¿Cómo se aplica esa búsqueda constante de diálogo en Taiwán? Recientemente hemos visto varias muestras de fuerza por parte de China

China defiende la ley internacional y, según la ley internacional y varias resoluciones de la ONU, Taiwán es parte de China. Lo normal es que vuelva a la soberanía china, aunque no nos guste. El general estadounidense McArthur, al que apodaron el virrey de Japón después de la Segunda Guerra Mundial, dijo: “El portaaviones más eficaz que tenemos frente al comunismo chino es Taiwán, que es un portaaviones insumergible”. Eso lo han mantenido durante décadas. ¿Cómo se puede consentir internacionalmente que Estados Unidos esté de acuerdo con la política de una sola China y al mismo tiempo arme y financie a los separatistas de Taiwán? Hipocresía pura.

¿De dónde ha salido esa reforma que ha levantado a una cuarta parte de la humanidad? Cuando llegué en el 78, China era la potencia 120 en el mundo. Hoy es la segunda. Mañana, la primera. ¿Cómo lo han hecho? Eso es lo que no nos preguntamos

Hace unos días EEUU publicó su estrategia de seguridad nacional, en la que describe a China como una de las principales amenazas capaz de cambiar el orden internacional y con la intención de convertirse en primera potencia mundial. Empezando por lo más básico, ¿es China una amenaza para el sistema internacional?

¿Quién es la comunidad internacional? Desde el punto de vista europeo occidental, la comunidad internacional es el Fondo Monetario, el G-7… Es decir, Occidente. Pero la comunidad internacional también es China, África e India, que cada uno tiene un 20% de la población mundial. Y eso sin contar al resto de Asia y Latinoamérica. Sin embargo, nosotros no los incluimos. Nuestra idea de comunidad internacional está representada por el 16% de la población mundial. ¿Qué orden internacional hay? El de Occidente. Y China, al igual que India, Latinoamérica y África, no está de acuerdo con ese orden. La mayor parte del mundo no acepta más que a la fuerza esa comunidad internacional ficticia que nosotros hemos creado desde la Segunda Guerra Mundial con unos organismos muy potentes económicos y políticos para dominar el mundo como Occidente.

¿Qué impacto puede tener la prohibición de venta a China de chips fabricados por EEUU?

Lo tiene. La guerra tecnológica de EEUU empezó ya con Trump para segar la hierba a todos los avances de la tecnología china. Hay una parte del desarrollo tecnológico que depende de los microchips, una tecnología muy sofisticada que tienen pocos países, entre ellos China, Taiwán (por eso el interés de Estados Unidos en la isla), EEUU y la UE. Pero existe una interdependencia global en el suministro de los microchips necesarios para el desarrollo de las tecnologías más avanzadas y si se corta la cadena de suministro, nos perjudica a todos.

Estados Unidos quiere cortar las alas al desarrollo tecnológico chino. Su objetivo estratégico es frenar a China. ¿Qué sentido tiene un país que se imponga como objetivo frenar a la cuarta parte de la humanidad? Es absolutamente apolítico, inhumano e inmoral. ¿De dónde ha salido esa reforma que ha levantado a una cuarta parte de la humanidad? Cuando llegué en el 78, China era la potencia 120 en el mundo. Hoy es la segunda. Mañana, la primera. ¿Cómo lo han hecho? Eso es lo que no nos preguntamos. 

¿Se pueden sacar alguna conclusión concreta del congreso del Partido Comunista chino?

La conclusión más clara es que van a seguir una política antineoliberal en lo económico; van a seguir una política de desarrollo de las diversas formas de participación ciudadana, es decir, lo que ellos entienden por democracia; van a reforzar el objetivo ‘Made in China 2025′, que pretende situar a China en el centro del desarrollo tecnológico global en 2025’; y tienen el programa de la Nueva Ruta de la Seda, que es el exponente más claro de la posición de China a nivel global.

Desde 2013, en que se inaugura la nueva Ruta de la Seda, se ha invertido cada año en los proyectos de infraestructuras 1 billón de dólares. Pero no lo ha invertido solo China, sino también los países que participan en el proyecto, bancos internacionales que están interesados en el proyecto y bancos nacionales.

Esa programación de conectividad global es un gran proyecto de Xi Jinping. Por eso tiene tanto éxito y va a seguir. Porque la gente lo aplaude. Se dice que Xi se ha impuesto, que vuelve el poder de Mao y todas esas cosas, pero Xi Jinping ha conectado a China con la Organización de cooperación de Shanghai, con la ASEAN… Está creando una realidad multilateral como no existía antes. 

En la época de Augusto, el PIB del Imperio Romano era aproximadamente el 8% del PIB mundial y el PIB de China representaba el 21%

¿Cuál es su análisis de la expulsión del expresidente Hu Jintao del congreso?

Estas reuniones se preparan al milímetro y no se escapa ningún detalle. Esto, por tanto, no se ha escapado. Según la versión que me cuentan desde China, este hombre, que fue un mandatario muy sereno y tranquilo, está en un proceso de senilización muy agudo. Dudaron mucho si incluirlo en el congreso, pero no querían dejarlo fuera. Lo que se ha dicho de disidencia es totalmente inverosímil e históricamente estas cosas en China no se hacen así.

¿Cuál es su opinión sobre lo que Pekín está haciendo en Xinjiang con la minoría de los uigures? La ONU ha condenado en su informe «graves violaciones de derechos humanos».

El problema del yihadismo está en la teocracia. China no tiene religión y, por tanto, no depende de ningún dios. “Apártate de dioses y supersticiones”, dijo ya Confucio. El yihadismo es imponer en el mundo un gobierno dirigido por Dios y por las leyes divinas. En Xinjiang, que es una región próspera y potente en términos de riqueza, los uigures, que son musulmanes, forman el 50% de la población. Ahí se ha infiltrado el yihadismo desde Afganistán y Pakistán.

La estrategia antiterrorista de Occidente son las guerras. Y todas han fracasado, cuestan un dineral, miles de muertos y en Afganistán no se ha solucionado el yihadismo, sino que se ha acentuado. Según la estrategia de China, esto no es un problema de guerra, sino ideológico y de filosofía. Hay que combatir la teocracia del islamismo ¿Cómo? Vamos a reunir a los uigures y darles clases políticas para descubrirles que el yihadismo es una trampa. Están teniendo clases de reeducación. Esa es su estrategia antiterrorista, ¿que viola los derechos humanos? ¿No estáis de acuerdo? ¿y vuestras guerras antiyihadistas no van contra los derechos humanos? Debatamos cuál de las dos estrategias es la menos dañina.

FUENTE: ElDiario.es https://www.eldiario.es/internacional/marcelo-munoz-escritor-empresario-ignoramos-pasado-china-primera-potencia-creemos-civilizados_128_9651267.html