Nuevas cifras muestran que en comercio, crecimiento económico e inflación, China se destaca ampliamente y las sanciones de EE. UU. han fracasado estrepitosamente.

Por John Ross , investigador principal del Instituto Chongyang de Estudios Financieros, Universidad Renmin de China, y exdirector de política económica y empresarial del alcalde de Londres. Vivió en Moscú de 1992 a 2000.

La noticia de que la inflación estadounidense ha alcanzado su nivel más alto en 40 años, con un 7,5% en enero, es el indicador más explícito de los graves problemas de su economía. El endurecimiento monetario que se utilizará para intentar controlar esto ralentizará la economía estadounidense e inevitablemente tendrá efectos importantes en la economía mundial. 

Esta altísima inflación es particularmente significativa si se compara con la inflación del 1,5% en China, su principal competidor económico, en el mismo mes. La inflación de Estados Unidos es cinco veces mayor que la de China. Estos niveles de inflación relativa tienen efectos extremadamente restrictivos en la política económica estadounidense: se verá obligado a implementar medidas para desacelerar su economía. En contraste, China, cuya economía ya está creciendo más rápido que la de EE. UU., tiene espacio para un mayor estímulo económico sin dañar las presiones inflacionarias. 

Pero este es solo uno de los síntomas que ha sufrido EE.UU. en una severa derrota económica en su competencia con China. Esto, a su vez, tiene importantes consecuencias políticas tanto en los EE. UU. como a nivel internacional.

Al analizar primero la situación política interna de los EE. UU., como era de esperar, esta alta inflación ha llevado a la caída del nivel de vida de la abrumadora mayoría de la población y ha socavado drásticamente el apoyo a la administración de Biden. Las últimas encuestas de opinión promedio muestran que el 54% de los estadounidenses desaprueban el gobierno de Biden, en comparación con solo el 40% que lo aprueba. 

La situación económica es el principal motor de la caída del apoyo a Biden. Las encuestas muestran que el 68 % de los estadounidenses considera que la economía es el problema más importante al que se enfrentan, casi el doble de los que citaron al covid (37 %).

Detrás de estos problemas políticos está la realidad de que Estados Unidos ha sufrido una seria derrota en la guerra económica que lanzó contra China. En 2018, Estados Unidos inició su ofensiva comercial al imponer unilateralmente aranceles contra las importaciones chinas. El objetivo de esto era reducir el déficit de la balanza comercial de Estados Unidos y reconstruir su industria manufacturera. Pero los datos dejan claro que Estados Unidos tampoco lo ha logrado. 

En 2017, el último año antes de que EE. UU. lanzara su guerra comercial, el déficit de su balanza comercial de bienes fue de $ 792 mil millones; para 2021, esto había aumentado a $ 1,078 mil millones.   

Más estrictamente con respecto a China, EE. UU., a pesar de sus aranceles, logró reducir solo ligeramente su déficit comercial bilateral de bienes: de $ 375 mil millones en 2017 a $ 355 mil millones en 2021. Al mismo tiempo, el déficit de EE. UU. en el comercio de bienes con el resto del mundo se disparó de $ 417 mil millones a $ 723 mil millones. En resumen, el intento de Estados Unidos de reducir su déficit comercial fue un completo fracaso. 

Estados Unidos tampoco logró dañar el comercio general de China. El superávit comercial de Beijing aumentó de $ 420 mil millones en 2017 a $ 676 mil millones en 2021. El año pasado, las exportaciones e importaciones de China aumentaron un 30%.

Esta derrota integral de EE. UU. en la guerra comercial estuvo acompañada de un fracaso igualmente grande en su desempeño económico general en comparación con China. Entre 2017 y 2021, la economía de EE. UU. creció un 7,3 %, mientras que la de China creció un 25,1 %, tres veces más que EE. UU. Desde el comienzo de la pandemia de Covid, el desempeño económico de Estados Unidos en relación con China se deterioró aún más. Naturalmente, ambas economías se desaceleraron debido a la pandemia, pero desde 2019 la economía de China ha crecido un 10,5 % y la de EE. UU. un 2,1 %: China ha crecido cinco veces más que EE. UU.

No hay misterio en cuanto a las razones de este fracaso estadounidense. Paradójicamente, la supuesta “economía capitalista número uno” del mundo ahora en realidad está creando muy poco capital. En cambio, EE. UU. se ha convertido en una economía abrumadoramente dominada por el consumo: gratificación a corto plazo en lugar de inversión a largo plazo en desarrollo. Para 2020, los últimos datos disponibles muestran que la creación de capital neto de EE. UU., después de tener en cuenta la depreciación, fue solo el 1% del ingreso nacional bruto de EE. UU. Esto es menos del 10% de su nivel en el apogeo del auge de la posguerra en los EE. UU. en la década de 1960. Tal nivel de inversión significa que EE. UU. apenas está expandiendo su stock de capital y, en consecuencia, su crecimiento económico es muy lento.

Existen formas técnicas racionales y bien conocidas de abordar estos problemas. Pero requerirían cambios drásticos en la política exterior e interior de Washington. 

El enorme nivel de gasto militar de EE. UU., $ 905 mil millones en 2021, más alto que los siguientes siete países combinados, podría reducirse drásticamente, liberando importantes recursos para la inversión, pero eso requeriría el abandono de la política exterior agresiva de EE. UU. 

Abandonar los aranceles comerciales contra China, que cuestan a cada hogar estadounidense cientos de dólares al año, reduciría la inflación, pero requeriría abandonar la guerra comercial agresiva contra China.

El grotescamente ineficiente sistema de salud de EE. UU. , que utiliza el 19,7% del PIB pero crea uno de los niveles más bajos de esperanza de vida en cualquier economía avanzada, podría racionalizarse, liberando enormes recursos para la inversión, pero eso requeriría confrontar y derrotar a grupos de intereses especiales arraigados en el NOSOTROS.

Mientras Estados Unidos no esté preparado para emprender cambios tan importantes, sufrirá un crecimiento lento. Mientras tanto, la economía de China seguirá creciendo mucho más rápidamente. La derrota económica de EE. UU. por China en la guerra comercial, y la forma en que ha enfrentado las consecuencias económicas de la pandemia de Covid, son solo las últimas expresiones de esto. 

Lamentablemente, es poco probable que esta victoria económica de China reduzca la hostilidad de Estados Unidos. Como un tigre acorralado, Estados Unidos puede volverse aún más agresivo, como se muestra en sus políticas recientes sobre Ucrania y Taiwán. No tiene sentido tratar de razonar con un tigre y mostrar cualquier debilidad simplemente aumentará sus ataques. La única política exitosa es usar la fuerza para disuadirla e imponerle derrotas. Eso es lo que China ha logrado en su actual victoria económica sobre Estados Unidos.

Las declaraciones, puntos de vista y opiniones expresadas en esta columna son únicamente del autor y no representan necesariamente las de RT.y de Dossier Geopolitico

FUENTE: https://www.rt.com/news/549401-us-sanctions-china-not-worked/

Los bancos centrales han decidido que cara, los ricos ganan, cruz, los pobres pierden.
Por Leah Downey , candidata a doctorado en Harvard y académica visitante en el Instituto de Investigación de Economía Política de Sheffield.

Los bancos centrales han comenzado a reaccionar ante la inflación. En febrero, el Banco de Inglaterra elevó su tasa base por segunda vez en dos meses, y se espera que la Reserva Federal de EE. UU. haga lo mismo en su reunión de marzo. (Curiosamente, también lo ha hecho el Banco de Rusia ; incluso la amenaza de guerra no puede romper el consenso dominante de la banca central contemporánea). Junto con este cambio en la política monetaria, el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, ha pedido a los trabajadores que no presionar por un aumento salarial a pesar de que el propio Bailey gana un salario anual bastante alto.

La diferencia entre los propios ingresos de Bailey y su pedido es una disonancia que muchos han disfrutado enfatizando , en parte porque huele a conflicto de clases: Dejemos que los trabajadores sufran mientras yo me siento en mi castillo lleno de lingotes de oro . El problema con este sitio particular de conflicto de clases, tal como es, es que no hay forma de que la clase obrera gane. Es un caso de cara, los poseedores de activos ganan, cruz, la clase obrera pierde.

Las cabezas, en este caso, serían los bancos centrales elevando las tasas de interés para evitar la inflación y lograr precios bajos y estables. Este curso de acción está diseñado para apoyar un sector financiero privado fuerte, algo que muchos creen que es bueno para todos: nadie quiere otro colapso financiero como el de 2008. Sin embargo, las tasas de interés más altas dificultan que la clase trabajadora pague hipotecas y otros préstamos y, lo que es más importante, tasas más altas conducen a una menor inversión privada y contratación, lo que aumenta el desempleo. En general, es probable que el aumento de las tasas empeore las condiciones de vida.

Cruz, el banco central no sube las tasas, permitiendo que la inflación, tal como está, continúe. Esto significa aumentos en los precios de los alimentos, la energía y la vivienda, lo que generará una crisis del nivel de vida que afectará más duramente a los más pobres. Pero no se olvide, mantener el nivel de vida de uno mientras los precios suben solo es seriamente doloroso si uno no puede asegurar un aumento salarial para igualarlo.

Esto nos deja en un dilema. Incluso si todos estuviéramos de acuerdo en que queremos hacer lo que sea mejor para la clase trabajadora, ¿qué curso de acción deberíamos apoyar? No queremos simplemente dejar que la inflación se descontrole, pero «hacer algo contra la inflación» parece ser sinónimo de aumentar las tasas de interés, lo que perjudicaría a los que están en peor situación entre nosotros.

Entonces, ¿qué deberían hacer los bancos centrales? Algunos han sugerido desechar el mecanismo de tasa de interés convencional y adoptar controles de precios. Esto ha causado mucha cháchara agresiva y degradante en la comunidad económica. ¿Pero por qué? Si Bailey puede pedir a los trabajadores que no presionen para aumentar los salarios, ¿por qué es tan ridículo sugerir que el gobierno pida a las empresas que no aumenten los precios, especialmente a la luz de las recientes ganancias récord ? Como dijo el economista Dominik Leusder : “El mensaje parece claro: los controles de precios están bien, pero solo para la mano de obra”.

Por el momento, la principal preocupación de los bancos centrales es evitar la espiral de salarios y precios. La idea es que, suponiendo que los trabajadores tengan suficiente poder, ante la subida de precios pedirán aumento de salarios para mantener su nivel de vida. Cuando los salarios aumentan, los precios volverán a subir, lo que llevará a que los salarios aumenten más, y así continúa la espiral. En otras palabras, la peligrosa inflación galopante es culpa de los trabajadores por pedir salarios más altos. De ahí los comentarios de Bailey.

Pero si volvemos a lo básico, podemos ver rápidamente cuán rara es esta historia. La inflación se entiende comúnmente como un aumento general de los precios. Esto no sucede solo. Los precios aumentan cuando las empresas deciden aumentarlos. La relación, entonces, entre la inflación y las decisiones de las empresas es mucho más clara y estrecha que la relación entre la inflación y los trabajadores que piden salarios más altos para hacer frente al aumento del costo de vida. Entonces, nuevamente, ¿por qué la reacción predeterminada a la inflación es pedirles a los trabajadores que sufran el dolor de que los precios suban más rápido que los salarios en lugar de pedirles a las empresas que sacrifiquen parte de sus ganancias récord?

Lo que revelan la fuerza de la historia de la espiral de precios y salarios y el vehemente rechazo a la sugerencia de controles de precios es simple: nuestro actual marco de política monetaria limitado sirve a los intereses de un grupo en la sociedad: las finanzas privadas.

El régimen de política monetaria contemporáneo dominante se dedica a preservar la estabilidad del sistema financiero privado, asegurando precios estables (en la forma de una inflación del 2 por ciento) y, desde 2008, a través de la regulación financiera. Desde una perspectiva histórica, esto no debería ser una verdadera sorpresa, porque para eso fue diseñado. En los Estados Unidos, la Reserva Federal se estableció después del pánico financiero de 1907 para garantizar la estabilidad y el éxito del sistema bancario privado. En el Reino Unido, el Banco de Inglaterra ha sido una institución privada con ánimo de lucro durante la mayor parte de su historia , creada para servir a la industria bancaria privada y para financiar la guerra.

FUENTE https://foreignpolicy.com/

El colaborador de Dossier Geopolítico en Madrid, Eduardo Bonugli, nos habla en el Club de La Pluma de esta semana, del EMIGRANTE IMPERIAL, en un audio que relaciona a este personaje de la emigración en Europa, con la repetida campaña de desgaste del poder financiero y occidental contra los gobiernos democráticos en Latinoamérica, cuando no son obedientes y si son incómodos a sus estrategias. La misma campaña de siempre centrada en dramatizar con la leyenda de que la juventud huye en masa del país por culpa de ese gobierno, que las mentes brillantes se van al extranjero para alejarse de la chusma que manda, o que los más inteligentes y preparados escogen el exilio ante la nueva dictadura populista.

Y nos cuenta que este Emigrante Imperial es un personaje especialmente desagradable, al que tiene la repetida desgracia de encontrarlo y de sufrirlo sobre todo en España y desde hace 40 años. El mismo que se traga el espejismo  de que todo lo extranjero es mejor. Casi siempre argentino, aunque no falten de otros países latinoamericanos, con discursos clasistas y racistas. El típico oligarca de falsa bandera, aquel del quiero y no puedo. El del medio pelo. A quién lo define como cheto, pretensioso, engrupido y soberbio. Que viaja con un fondo de dinero de “los papis”, mientras fantasea con una fortuna rápida que termina casi siempre en un regreso silencioso y vergonzante, cantando como Julio Sosa, “… vuelvo vencido a la casita de mis viejos”

Que va por allí como pidiendo perdón por ser sudamericano, proclamando un europeísmo tan impostado como imposible,  y que teme ser confundido con los cabecitas negras. Dominado por la obsesión del SUEÑO EUROPEO.

Un mensaje que penetra en el inconsciente colectivo del viejo continente y que germina al calor de una prensa que lo magnifica y lo impone como una verdad conveniente, para ensuciar la imagen de los  países que eligen gobiernos democráticos, rebeldes y diferentes a los que el sistema apadrina.

Luego, nuestro colaborador se sumerge en el mundo real de la emigración, lleno de mujeres y hombres que no le hacen asco al sacrificio, por salarios muy justos y muchas veces en negro, con una pesada mochila de injusticias, mientras crean una familia en soledad, ayudan a su seres queridos y lejanos, arrastran el cruel desarraigo y ven cómo sus sueños e ilusiones quedan encerrados en las viejas maletas del primer viaje.

Tal realidad confirma que semejante desafío no está hecho para “los hijos de papá”, para los niñatos caprichosos y clasistas, ni para los acomplejados que desprecian a su país y a sus gentes.

Finalmente, Eduardo cierra la columna con datos concretos y cuentas claras que corrigen esos cantos de sirena. Con una realidad que es muy diferente a la leyenda. Y que si ocurre el milagro de conseguir un trabajo legal, se comprueba con fatalismo de que  casi siempre, un salario no alcanza para salir de la pobreza.

Carlos Pereyra Mele (13/02/22)

Director de Dossier Geopolítico

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, dedica la columna semanal de geopolítica del Club de La Pluma a analizar el gran acontecimiento geopolítico del momento, marcado por los cambios sustanciales de Argentina en sus relaciones internacionales, tras el viaje de Alberto Fernández a Rusia y China y la firma de trascendentales acuerdos de cooperación e inversión.

Lo que ha provocado oleadas de títulos catastróficos de la prensa occidental, especialmente de los grandes “medios de CONFUSIÓN masivos” del Occidente de habla española, que desnudan su profundo conflicto ideológico en medio de un franco retroceso histórico. Lo que denota pánico, horror, confusión y una dependencia mental a un sistema que va dejando de existir, mientras transmiten argumentos de escasa lógica y de una  fanática subordinación ideológica al bloque atlantista en decadencia, desatando los gastados demonios sobre un salto al vacío, las amistades inoportunas y el fantasma comunista.

En este marco de dramatismo, Carlos destaca  la lógica y el sentido común del pueblo argentino, y lo confirma al desgranar los datos concluyentes de la encuesta de la consultora Rouviere que da un apoyo contundente, tanto al acuerdo del FMI como a lo firmado en Rusia y China, como también sobre el tipo de relación que prefiere la ciudadanía con EEUU. Lo que evidencia que la población tiene mucho mejor criterio y entendimiento de la realidad del siglo 21 que el poder mediático con su bombardeo diario. Lo que le lleva a afirmar que cuándo la gente actúa con sentido común y con racionalidad, nada está perdido y que se puede encauzar la tan necesitada recuperación y superar las graves dificultades que sufre la sociedad. Y considera al «bien común y al interés nacional» cómo los únicos valores permanentes, por encima de las circunstanciales relaciones internacionales.

Nuestro director también sostiene que la sociedad argentina está pidiendo a sus dirigencias que asuman el rol histórico ante este mundo nuevo de la multipolaridad y de los poderes policéntricos. Además, les exige interactuar con todos ellos, sin entregarse a ninguno, por encima de la alternancia de las administraciones, para consolidar una fortaleza interior que genere un poder real a la hora de negociar con autonomía en el concierto mundial. Y de esa forma consolidar un fuerte poder Nacional, junto a los poderes regionales, en una lucha que se va a dar en todos los ámbitos, el económico, el tecnológico, el científico, el financiero, etc.

Y sentencia que todo lo demás es discusión estéril que demuestra un desconocimiento del mundo y apenas un hermoso discurso de revolucionarios de café que no lleva absolutamente a nada. Una realidad demostrada  nuevamente por el pueblo argentino, que está dando una data de sensatez y aprobación a estos nuevos acontecimientos que son de una trascendencia importantísima en contrapartida del alarmismo mediático y a su pensamiento sesgado y ultrapasado sobre una supuesta incorporación a un bloque comunista. Y les  recuerda que los gobiernos conservadores de Chile o Perú también lo hicieron, igual que Italia y otros 150 países más. Por lo que se está hablando de grandes países que entienden las nuevas realidades del mundo.

Mientras también se niega a hablar de lo que la prensa quiere que se hable, como es el caso del conflicto ucraniano ruso, que ya es un sainete y un enorme bulo para dar oxígeno a la industria armamentística de Occidente, mientras que las potencias declinantes siguen sin digerir el sapo crudo de la gigantesca derrota militar en Afganistán.

Y cerrando la columna, Pereyra Mele ve a la Argentina con posibilidades al insertarse en el mundo real y negociando directamente con las potencias en franco crecimiento. Y sin romper las tradiciones argentinas, respetando la regla diplomática de la No Injerencia y de Neutralidad de los gobiernos de Irigoyen y de Perón, además de una tercera posición estratégica con nuestros hermanos latinoamericanos, ante este nuevo complejo mundo de multipolaridad poliédrica.

Eduardo Bonugli (Madrid, 13/02/22)

FERNANDEZ PUTIN
FERNANDEZ Y XI

Retornamos a las tradicionales columnas de todos los viernes de Política Internacional por Radio Belgrano AM 650 de la Ciudad de Buenos Aires Capital de la República Argentina en el Programa «ayer y Hoy» que conduce el Periodista De Renzis

AUDIO:

Miguel Angel Barrios Dr. en Ciencias Politicas y Dr. en Ciencias de la Educacion es Miembro del Equipo de Dossier Geopolitico

La materialización de la Patria Grande –un proyecto de unión de todas las naciones, desde México, hasta Tierra del Fuego –es de vital importancia en el contexto de «un nuevo orden mundial» que está surgiendo de manera «acelerada», siendo el siglo XXI el de «los grandes bloques políticos continentales», según el intelectual argentino Miguel Barrios.

Entrevistado por Victor Ternovsky

AUDIO:

Reconocido historiador, politólogo y sociólogo, Barrios acaba de publicar su nuevo libro ‘Por qué Patria Grande’, donde, entre otros aspectos, identifica los obstáculos «que se han opuesto a la construcción de la unión de América del Sur, precursora necesaria de la unión de América Latina».

En este contexto, el analista geopolítico indicó a Sputnik que «hay obstáculos externos y obstáculos internos simultáneamente».

«Los obstáculos externos han sido que en el siglo XIX Inglaterra aplicó la doctrina de dividir para reinar y para que el rol de América Latina sea solamente [el] de proveedores de materias primas, o sea, Inglaterra el taller, y América la granja. Posteriormente, EEUU asumió el papel de Inglaterra y también boicoteó el proceso de integración para la Patria Grande, que era el sueño de [Simón] Bolívar y [José de] San Martín. Y luego, en la actualidad, los grandes centros de poder mundial, los organismos financieros internacionales, y la falta de un necesario equilibrio de poderes multilaterales, hace que América Latina se haya estrangulado por las políticas neoliberales que se aplicaron en su momento y por la deuda externa», subrayó Barrios.

En relación a los obstáculos internos, apuntó que no se abordó la integración en la dimensión debida, insistiendo en que «una verdadera integración tiene que estar dada por lo económico, por lo cultural, por lo financiero, por lo político, por lo diplomático, por lo militar».

«Nosotros hemos sido incapaces de generar un Banco del Sur, hemos sido incapaces de generar un Ejército suramericano, hemos sido incapaces de generar una ciudadanía común, hemos sido incapaces de generar homologación de títulos universitarios», señaló el experto, al remarcar que todos estos factores son los que «no han permitido que la Patria Grande se concrete».

Según Barrios, una participación contundente de Latinoamérica en un nuevo orden multipolar –impulsado por la pandemia– pasa por su consolidación como «un Estado continental», donde el gran «motor» sería «la alianza de Argentina con Brasil», un país al que calificó como «esencial en América del Sur».

En este contexto, el analista resaltó la importancia crucial de las elecciones presidenciales a celebrarse en Brasil en octubre de este año, subrayando que «es fundamental el regreso de Lula da Silva«, algo que acercaría la realidad de la Patria Grande.

Invitado por el Profesor mexicano Dr. Jesus Lopez Almejo para su sitio en Youtube: «TuProfeDeRI», dictó una Cátedra extraordinaria el español Dr. Francisco Javier Martinez Lopez, sobre la temática: «Panregiones de Karl Haushofer » en especial un análisis profundo sobre Pan Otomanismo y Pan Turquismo, el neootomanismo, las estrategias de Rusia frente a la OTAN, y el triste papel de la Unión Europea y varias informaciones de gran importancia históricas y documentales que hacen de esta Clase en Video sea imprescindible para los estudiosos serios de la temática de la Geopolítica y las relaciones Internacionales como de la Real Politik. Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

La Declaración Conjunta de Rusia y China del pasado 4 de febrero sentó los principios y las normas con las que se proponen superar el caos actual y organizar el Nuevo Orden Mundial.  

Al firmar la incorporación de Argentina a la Nueva Ruta de la Seda y la Franja (BRI, por su nombre en inglés), el presidente Alberto Fernández trajo de China un triunfo mayor. El país se incorporó al Nuevo Orden Mundial en construcción un día después de que Vladimir Putin y Xi Jinping presentaron los principios y normas para organizarlo. Después de tres décadas de dominio imperial único, falta de reglas institucionales, y vaciamiento del sistema de las Naciones Unidas, el Documento Conjunto de los presidentes de Rusia y China sienta bases firmes para superar el caos y poner orden en las relaciones internacionales. Para quienes recién nos incorporamos, es bueno conocerlo para saber hacia dónde vamos y cómo pasamos del viejo al nuevo mundo sufriendo lo menos posible en la transición.

Xi Jinping y Vladimir Putin se reunieron el viernes 4 en Beijing con el pretexto de inaugurar los Juegos Olímpicos de Invierno, pero en realidad para sacar la “Declaración conjunta de la Federación Rusa y la República Popular China sobre las relaciones internacionales en una nueva era y el desarrollo global sostenible” que sus equipos venían redactando desde hace meses. Por su alcance y trascendencia vale la pena analizarlo en detalle.

La introducción del texto caracteriza la transición del unilateralismo a la multipolaridad y los fenómenos concomitantes del cambio de un sistema mundial a otro, pero advierte lo siguiente: “Algunos actores que no representan más que una minoría en la escala internacional siguen defendiendo enfoques unilaterales para abordar las cuestiones internacionales y recurren a la fuerza (…).” Este primer párrafo termina con una convocatoria programática: “Las partes hacen un llamamiento a todos los Estados para que busquen el bienestar para todos y, con estos fines, construyan el diálogo y la confianza mutua, (…) defiendan valores humanos universales como la paz, el desarrollo, la igualdad, la justicia, la democracia y la libertad, respeten el derecho de los pueblos a determinar de forma independiente las vías de desarrollo de sus países (…), busquen una auténtica multipolaridad en la que las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad desempeñen un papel central y de coordinación, promuevan unas relaciones internacionales más democráticas y garanticen la paz, la estabilidad y el desarrollo sostenible en todo el mundo.” Esta convocatoria estructura todo el documento y organiza sus cuatro apartados:

⦁ I: “Las partes entienden que la democracia es un valor humano universal, más que un privilegio de un número limitado de Estados, y que su promoción y protección es una responsabilidad común de toda la comunidad mundial.

Las partes creen que la democracia es un medio de participación de los ciudadanos en el gobierno de su país con vistas a mejorar el bienestar de la población y aplicar el principio del gobierno popular.”

La democracia es el sistema de gobierno que todos los pueblos ambicionan, pero sus formas son múltiples y sólo cada pueblo tiene el derecho a decidir si la organización de su país expresa y defiende sus valores nacionales. Se trata de una formulación “sustantiva” del principio democrático, que juzga el sistema político más por sus contenidos (participación popular) y sus fines (alcanzar el bienestar para todos) que por sus formas.

⦁ II: “Las partes creen que la paz, el desarrollo y la cooperación son el núcleo del sistema internacional moderno. El desarrollo es un motor clave para garantizar la prosperidad de las naciones. La nueva pandemia de coronavirus en curso supone un serio desafío para el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Es vital mejorar las relaciones de cooperación en aras del desarrollo mundial y asegurarse de que la nueva etapa de desarrollo mundial se defina por el equilibrio, la armonía y la inclusión”.

El desarrollo armónico de todo el mundo es la condición de posibilidad para que todas las naciones y pueblos puedan organizarse democráticamente.

⦁ III: “Las partes están seriamente preocupadas por los graves problemas de seguridad internacional y creen que los destinos de todas las naciones están interconectados. Ningún Estado puede o debe garantizar su propia seguridad al margen de la seguridad del resto del mundo ni a expensas de la seguridad de otros Estados. La comunidad internacional debe participar activamente en la gobernanza mundial para garantizar una seguridad universal, global, indivisible y duradera.” La democracia y el desarrollo necesitan un contexto seguro en el que estén libres de amenazas a la vida, al trabajo, al hábitat, a la salud, a la educación y donde cada ser humano y cada pueblo pueda alcanzar decentemente un bienestar modesto, pero esa seguridad, para ser tal, debe ser universal integral, sistémica e interdependiente.
E inmediatamente continúa, “Las partes reafirman su firme apoyo mutuo a la protección de sus intereses fundamentales, la soberanía estatal y la integridad territorial y se oponen a la injerencia de fuerzas externas en sus asuntos internos.” Por consiguiente, “La parte rusa reafirma su apoyo al principio de una sola China, confirma que Taiwán es una parte inalienable de China y se opone a cualquier forma de independencia de ésta”.

Del mismo modo, “Rusia y China se oponen a los intentos de fuerzas externas de socavar la seguridad y la estabilidad en las regiones adyacentes, (…) se oponen a las ‘revoluciones de colores’ y aumentarán la cooperación en los ámbitos mencionados.” Y, más generalmente, “Las partes se oponen a una nueva ampliación de la OTAN y hacen un llamamiento a la Alianza del Atlántico Norte para que abandone sus planteamientos ideologizados propios de la guerra fría, respete la soberanía, la seguridad y los intereses de otros países, la diversidad de sus antecedentes civilizatorios, culturales e históricos, y adopte una actitud justa y objetiva hacia el desarrollo pacífico de otros Estados”.

También en este apartado hay largas enumeraciones de las sucesivas denuncias por EE.UU. de los tratados de la época de la Guerra Fría para el control de armamentos, contra la proliferación nuclear y sobre la reducción de los arsenales de armas de alcance medio y largo y los riesgos que tal ruptura de la normativa internacional acarrea al orden mundial. Para los signatarios uno de los componentes centrales de la seguridad internacional es la seguridad jurídica. Pacta sunt servandi, decía la fórmula romana: los pactos están para ser respetados, un principio que las potencias occidentales olvidaron muchas veces.

⦁ IV: “Las partes subrayan que Rusia y China, como potencias mundiales y miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Nacion  es Unidas, tienen la intención de adherirse firmemente a principios morales y de aceptar su responsabilidad, de defender firmemente el sistema internacional y el papel central de coordinación de las Naciones Unidas en los asuntos internacionales, de defender el orden mundial basado en el derecho internacional (…) y de construir conjuntamente relaciones internacionales de nuevo tipo”.

La referencia al rol central del sistema y la Organización de las Naciones Unidas alude a un principio metodológico central del Documento Conjunto: el Nuevo Orden Mundial se está construyendo al mismo tiempo dentro y fuera de las instituciones que gobernaron el viejo. Dentro del sistema, en la medida en que las mismas permitan el desarrollo del multilateralismo en pos de asegurar la paz, la democracia, la seguridad y el bienestar para toda la humanidad. Ambas potencias defienden la vigencia de este sistema, aunque reclaman que en ellas se introduzcan profundas reformas. Al mismo tiempo, promueven la creación de nuevas instituciones fuera del sistema de la ONU, para atender y resolver problemas específicos hasta ahora no previstos. De este modo, la transición se está produciendo pragmáticamente, combinando viejas y nuevas prácticas e instituciones, aunque todavía en medio de un gran desorden.

Entre los párrafos finales de la Declaración hay algunas valoraciones inusuales en documentos diplomáticos o políticos: “Las partes reafirman que las nuevas relaciones interestatales entre Rusia y China son superiores a las alianzas políticas y militares de la época de la Guerra Fría. La amistad entre los dos Estados no tiene límites.” Es decir, que ambas potencias han decidido establecer una «amistad que no conoce límites». «Amistad sin límites» es una fórmula cuidadosamente elegida, para que carezca de sentido para el público occidental, que lo verá sólo como «tópicos piadosos y vagos sin obligaciones vinculantes», pero estará muy claro para quienes proceden de la cultura rusa y china. Da al vínculo un sustento afectivo mucho más profundo que la mera relación política y económica.

La declaración conjunta tiene una enorme lógica interna y mucha sistematicidad: el rechazo al unilateralismo y la defensa del multilateralismo implican remplazar la fórmula norteamericana de “relaciones internacionales ajustadas a reglas”, que nadie define y cambian permanentemente, por el retorno al sistema de las Naciones Unidas como fundamento del orden internacional.

Obviamente ese sistema necesita profundas reformas, pero no se lo puede ni debe abandonar. Inmediatamente después la declaración define la democracia como el único sistema apto para la participación popular en el poder, pero le reconoce tantas formas como culturas hay en el mundo. El multilateralismo y la democracia requieren un entorno seguro, pero la seguridad sólo puede ser integral (política, militar, económica, social y cultural), sistemática e interdependiente.

Consecuentemente, ambas potencias reafirman la soberanía estatal y la intangibilidad de la unidad territorial, un capítulo muy caro para nosotros, los argentinos. Esta reivindicación incluye el principio de no intervención en los asuntos internos de otros estados. Son principios y valores que ambas potencias ya vienen implementando desde hace años mediante la Nueva Ruta de la Seda y la Franja y el Espacio Económico Euro-Asiático (EEEA) liderado por Rusia, pero que ahora adquieren fuerza normativa.

Para los países que, como el nuestro, se han incorporado a la Franja y la Ruta, pero siguen siendo dependientes de EE.UU., se plantea la pregunta de cómo realizar la transición entre el viejo y el nuevo mundo con el menor costo posible. No es casual la coincidencia temporal entre la adhesión argentina, la inauguración de los Juegos Olímpicos con la presencia de doce jefes de Estado y la presentación de la Declaración Conjunta. Por la vulnerabilidad que Argentina padece como producto de los gobiernos procoloniales desde 1955 y agravada en el período 2015-19, nuestro país –como otros de desarrollo medio – no tiene la fuerza como para sentarse a la mesa directiva del nuevo orden mundial, pero tiene el peso e influencia regional suficientes, como para motivar la yuxtaposición de acontecimientos tan relevantes. A través de Argentina Vladimir Putin y Xi Jinping abren a toda Nuestra América (como la llamó José Martí) la puerta del Nuevo Orden Mundial. 

Si Argentina, México y Brasil se integran al proyecto, el continente los seguirá. Ya la presidencia argentina en CELAC puede servir para dar coherencia a las políticas regionales y comenzar a negociar con ambas potencias como un bloque. Este trabajo conjunto puede facilitar sinergias y sacar más provecho de la incorporación. Sin embargo, la coordinación de las tratativas con el bloque euroasiático requiere superar las estrategias integracionistas aplicadas desde la década de 1950, para que el continente confluya en principios básicos de su presencia internacional así como en las políticas monetaria, financiera y de seguridad.

La transición hacia el Nuevo Orden Mundial será conflictiva y traumática. Sólo aquellos países y movimientos que tengan claros sus valores, principios y objetivos podrán saltar de un bote al otro sin caerse al agua.


* Eduardo J. Vior es analista internacional

TELAM: https://www.telam.com.ar/notas/202202/583297-opinion-vior-china-argentina-rusia-orden-internacional.html

Heinz Dieterich 7.2.2022 Coordinador, Centro de Ciencias de la Transición, CTS y World Advanced Research Project, WARP

1. México ante la fase post-AMLO  

La cateterización del presidente en el Hospital Militar y su revelación de que tiene un “testamento político” para garantizar la continuidad de la Cuarta Transformación (4T) y la gobernabilidad de México, introdujeron un profundo cisma en la vida del país. Este punto de inflexión significa, que el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) será recordado como un mandato bifurcado, con dos fases de transformación y realidades cualitativamente diferentes. 

La fase del Nuevo Amanecer, 2018-2021, colocó a AMLO en el “Cenit del Poder” con claro control del escenario nacional e internacional. Los intentos de desestabilización del Bronx oligárquico y del ancien régime habían fracasado y, pese a que se avecinaban progresivos señales de desgaste del modelo de gobernanza, el progreso y la gobernabilidad del país no parecían estar en duda. Apareció entonces la fase del atardecer, 2022-2024, que insertó el elemento de incertidumbre e indeterminación en el proceso de transformación, por la vía de la biología, como ya había sucedido con el Covid-19. 

La reacción del presidente ante la nueva situación y la modalidad de gobernanza que escoja para enfrentarla afectará todos los aspectos del futuro de la nación. De la misma manera, definirá su legado histórico en los anales del país.

2. Testamento político y Opciones

No sabemos qué contiene el testamento, pero es obvio que su esencia se refiere al heredero designado de la obra protagonista de  AMLO. Y ahí, “la caballada está flaca”. Porque es evidente que hay sólo dos funcionarios en su gabinete que tienen la estatura y eficacia requeridos para conducir a la nación.

De la misma manera es obvio que la situación es binaria y que el presidente tiene sólo dos opciones para actuar: 1. No hacerle caso al reloj biológico y sus tiempos objetivos o, 2. Adaptar su modelo de gobierno a la fase del atardecer para beneficiarse de la estratagema del survival of the fittest de Darwin. Teniendo en su historia clínica dos eventos cardíacos (infarto agudo en 2013 y cateterización la semana pasada) y dos infecciones virales de Covid, la continuación del ritmo presidencial de trabajo de la primera fase equivaldría probablemente a un ejercicio de inmolación. Refundar el modelo para impedir la reversión de los frágiles resultados logrados en la primera mitad del sexenio, significaría, en consecuencia, optimizar la prospectiva del futuro para Morena, el país y el presidente.

3. Inmolación: Recurso disfuncional 

Si el presidente ignora las advertencias biológicas y opta por la praxis del “business as usual” puede producir dos consecuencias negativas. El deja vú de la caótica transición del poder en Venezuela, que permitió a los lumpen-políticos Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y al general rastrero López Padrino instalar la dictadura burguesa que destruyó la obra humanística socialcristiana de Hugo Chávez. Algo semejante podría suceder en México, ya sea por los trepadores que abundan en la nomenclatura de Morena y la 4T, ya sea por los protagonistas de la nueva derecha global trumpista, como el magnate Salinas Pliego.

En cuanto a lo subjetivo, el recurso de la inmolación no sirve para alcanzar la dimensión histórica que a AMLO le interesa. La moraleja del transformador Jesús –su referente trascendental–  es rigurosamente clara. De la praxis anti-dialéctica del Nazareno mártir no nació la deseada fraternidad global de la ecúmene, sino el “opio del pueblo” (Marx), la “moral de esclavos” (Nietzsche) y el primer Estado global terrorista de la historia: el Vaticano católico apostólico romano. Una refutación empírica de 1,700 años a toda praxis y doctrina transformacional deseada y practicada por Jesús.

4. Sucesión y Futuro de México

Antes de abordar la necesaria adaptación del modelo que el presidente ha de lograr para alcanzar la dimensión histórica de Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas, conviene recalcar la importancia trascendental de la sucesión presidencial en cuestión. Se trata, en resumidas cuentas, de encrucijadas en la vida de las naciones, que frecuentemente terminan en situaciones dramáticas.

En los procesos de transición social inducidos endógenamente, el quiebre de la continuidad del sistema se manifiesta generalmente en esos períodos de transición del poder de la macro política nacional. Tal regularidad política –en términos científicos el “cambio de fase” del sistema– opera tanto en transiciones revolucionarias, por ejemplo, las de la Unión Soviética y China, como en las transformaciones basadas en reformas socialdemócratas, socialcristianos, tecnocráticos, populistas, bonapartistas, etcétera. En otras palabras, la sucesión ordenada del poder dentro de los cauces institucionales del sistema es el eslabón más débil en el continuismo de la cadena política, como ilustra el reciente golpe de Estado de Donald Trump (6 de enero de 2021).

Las dinámicas subyacentes del quiebre de sucesión obedecen a dos modalidades: o acumulan fuerza por la mala gestión del gobierno en funciones o se inician con la mala selección del futuro equipo gobernante. Por lo general, los colapsos gubernamentales son resultados de fallas en la política interna de los que detentan el poder. Por eso, el expresidente Correa no habla con la verdad cuando le dice a Gabriel Boric que la dictadura de Maduro en Venezuela es el resultado del embargo estadounidense. El desastre de Maduro fue hecho en casa. Es el resultado de usurpadores del poder demasiado ineficaces y anti-éticos para conducir a una nación.

Los ejemplos de esos desastres endógenos por errores de sucesión en América Latina son abundantes, como muestran las transformaciones socialcristianas de Lula con Dilma Rousseff en Brasil, Chávez con Maduro en Venezuela, Correa con Moreno, entre otros. Tales errores han resultado en toda una fauna presidencial de escasa calidad moral y eficiencia como el neofascista Bolsonaro, dictadores pequeño burgueses como Maduro, narcisistas-populistas frívolos como Bitcoin-Bukele en El Salvador o simples fichas de recambio ineptos como Lasso en Ecuador.

5. Incertidumbre de la Transición mexicana 

El actual sistema de gobernanza construido por el presidente mexicano después del triunfo electoral del 2018, distinto en muchos aspectos de los planteamientos originales de la Cuarta Transformación, descansa sobre cuatro ejes decisorios de poder: 1. El presidente, que es el atractor del sistema dinámico complejo “México”, en la acepción científica del concepto, como el estado futuro hacia el cual evoluciona el sistema. 2. Las Fuerzas Armadas. 3. La alianza de conveniencia con el gran capital que hegemoniza el de facto vicepresidente azteca, Carlos Slim. 4. La coexistencia “pacífica” con el Amo del hemisferio se debe a la debilidad de aquél en la competencia geopolítica mundial con China.

Dos preguntas claves se presentan: 1. ¿Qué tan sólido es el edificio transitorio levantado por el presidente, ante las  nuevas condiciones de la situación nacional mexicana? 2. ¿Hacia dónde evolucionará la 4T después del 2024?

6. ¿Cómo impedir la Reversión de la Cuarta Transformación?

Bajo el supuesto, de que el presidente opta por la refundación del modelo e impida, que tendencias caóticas o antagónicas se apoderen del proyecto y del país, le conviene integrar tres vectores del “survival of the fittest” de Darwin al modelo que ha construido. En otras palabras, se trata de atender tres debilidades estructurales –o frentes de guerra política–  que implican peligros de implosión para el futuro.

1. La relación con las masas es frágil, porque se reduce a una identificación seudo-religiosa (o totemista) con el “buen pastor” que guía al rebaño y provee el sustento material asistencialista. El algoritmo básico usado (mañaneras) utiliza el lenguaje binario del mito, destinado primordialmente a reforzar la lealtad de los creyentes, más no a crear una conciencia basada en los hechos (fact-based vision)  para garantizar la continuidad deseada. La clase media no está incluida en esta narrativa y el pueblo  –sin conciencia, ni organización–  se puede convertir, como decía John W. Cook, en un “gigante miope e invertebrado”.

2. La admiración por la gran transformación social lograda por China es generalizada entre la gente honesta, racional e informada. Pero, el punto cardinal de esta hazaña es el Partido Comunista de China (PCC). Sin este factor de evolución, que condujo el desarrollo del gigantesco país durante los últimos cien años, el milagro chino no existiría. En México no hay ningún partido que esté jugando o pueda jugar tal papel de vanguardia, porque Morena, como quedó demostrado fehacientemente en los comicios estatales del año pasado, está controlado por una nomenclatura totalmente carente de lo que El Libertador Simón Bolívar consideraba las “primeras necesidades de la República”: “Moral y Luces”, como sentenciaba en el Congreso de Angostura, 1819.

Por lo tanto, si el presidente saliera de manera imprevista del proceso transformacional, no quedaría ninguna fuerza orientadora ni catalizadora para el futuro de la 4T. El proceso se quedaría fragmentado y sin Atractor estratégico que le diera cohesión a la nación.

3. Una política de Luz y Moral significa una política de Ciencia y Ética, sin la cual ninguna transformación social puede ser duradera.

¡Esta es la gran tarea que Andrés Manuel López Obrador debe realizar en la “fase del atardecer” de la Cuarta Transformación si quiere que su obra trascienda!

Por Eduardo Bonugli

El colaborador de Dossier Geopolítico en Madrid, Eduardo Bonugli, nos acerca un audio para El Club de La Pluma bajo el título: LA PATRIA GRANDE -Y ROTA- DE EUROPA, una Patria Grande Europea con profundas grietas sociales y de sobrada insolidaridad. Una Patria Grande de multinacionales, de banqueros, de reyes y cortesanos, de oligarcas, de paraísos fiscales y de la gran industria armamentista a cargo de los más despiadados señores de la guerra. Una Patria Grande que vive en una burbuja feudal y con unos ciudadanos desinformados y amortizados, mientras la blanda e implacable dictadura mediática les priva del derecho a la contestación social.

AUDIO:

Y así, Eduardo aborda los temas más importantes del momento, vitales para el futuro de la Unión  y a los que amenazan precipicios y brechas insalvables, como es el caso forzado del CONFLICTO DE EEUU CONTRA RUSIA EN UCRANIA. Con Alemania, Italia y Francia con “la mosca detrás de la oreja” y reclamando voz propia.
También nos habla de la trifulca sobre el CAMBIO CLIMÁTICO ante el esperpento de la UE de considerar al gas y a la energía nuclear como limpias y verdes. También sobre la irresponsable ESTRATEGIA DE LA ENERGÍA y la falta de ella y sobre la descoordinación de los países que ven cómo se cuela EEUU en sus intereses, armando conflictos que agudizan el desabastecimiento de Europa y la obligan a comprar la energía norteamericana, mucho más cara, más difícil de transportar y sin garantías de suministro.

También, cuenta que el clima es tormentoso entre los socios comunitarios por LA ECONOMÍA Y LAS FINANZAS por la mano implacable de la poderosa Alemania y su entorno, que acaparan la producción de todo el continente, ahogando a los países más débiles, mientras les impone rígidas medidas sobre el déficit, el gasto social y las leyes laborales más  la ruinosa vigencia de los paraísos fiscales. Mientras que la exorbitante DEUDA EXTERNA DE LA UE ya ha sido reconocida como absolutamente impagable.

También LOS FONDOS DE RECUPERACIÓN por la pandemia, profundizan la brecha de odio entre el norte y el sur. Con el resurgir de viejos complejos racistas tan comunes en Europa que los poderosos banqueros del centro de Europa usan para aplicar otra vez, una nueva y sangrante política de austeridad. Mientras que LOS CHOQUES ENTRE LOS TRIBUNALES EUROPEOS CON LOS NACIONALES provocan permanentes, serias e irresolutas fricciones, que desnudan una muy dolorosa pérdida de soberanía de los estados, muy difícil de digerir.

LA EMIGRACIÓN es otro tema que provoca graves urticarias racistas entre los países más solidarios el sur con los del norte, quienes con presiones y con dinero, van imponiendo normativas estrambóticas para que la raza aria no se mezcle con la “negrada africana” o como el pagar a dictaduras limítrofes para que en sus campos de concentración apliquen la “solución final” al asunto. Sin olvidar EL BOCHORNO DEL COVID, por la falta de una estrategia común, y por la insolidaridad y la descoordinación entre los países, más interesados en su individualismo  y en sus intereses económicos. Y cierra la lista, EL ABISMO ENTRE LOS PARTIDOS POLÍTICOS, iguales pero de diferentes países, que pueden llegar al absurdo como el que separa, por ejemplo, a un socialista finlandés, con un obrero portugués o griego.

Y así, nuestro colaborador finaliza su columna radial con la reflexión de que este quiebre interno de La Patria Grande de Europa, podría ser un ejemplo y una enseñanza para los latinoamericanos que sueñan con SU PROPIA PATRIA GRANDE, pero diferente, humanitaria, pacífica, de solidaridad, de justicia social y arraigada en la hermandad entre los pueblos

Carlos Pereyra Mele  (06/02//22)
Director de Dossier Geopolítico