Retornamos a las tradicionales columnas de todos los viernes de Política Internacional por Radio Belgrano AM 650 de la Ciudad de Buenos Aires Capital de la República Argentina en el Programa «ayer y Hoy» que conduce el Periodista De Renzis

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Miguel Angel Barrios Dr. en Ciencias Politicas y Dr. en Ciencias de la Educacion es Miembro del Equipo de Dossier Geopolitico

La materialización de la Patria Grande –un proyecto de unión de todas las naciones, desde México, hasta Tierra del Fuego –es de vital importancia en el contexto de «un nuevo orden mundial» que está surgiendo de manera «acelerada», siendo el siglo XXI el de «los grandes bloques políticos continentales», según el intelectual argentino Miguel Barrios.

Entrevistado por Victor Ternovsky

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Reconocido historiador, politólogo y sociólogo, Barrios acaba de publicar su nuevo libro ‘Por qué Patria Grande’, donde, entre otros aspectos, identifica los obstáculos «que se han opuesto a la construcción de la unión de América del Sur, precursora necesaria de la unión de América Latina».

En este contexto, el analista geopolítico indicó a Sputnik que «hay obstáculos externos y obstáculos internos simultáneamente».

«Los obstáculos externos han sido que en el siglo XIX Inglaterra aplicó la doctrina de dividir para reinar y para que el rol de América Latina sea solamente [el] de proveedores de materias primas, o sea, Inglaterra el taller, y América la granja. Posteriormente, EEUU asumió el papel de Inglaterra y también boicoteó el proceso de integración para la Patria Grande, que era el sueño de [Simón] Bolívar y [José de] San Martín. Y luego, en la actualidad, los grandes centros de poder mundial, los organismos financieros internacionales, y la falta de un necesario equilibrio de poderes multilaterales, hace que América Latina se haya estrangulado por las políticas neoliberales que se aplicaron en su momento y por la deuda externa», subrayó Barrios.

En relación a los obstáculos internos, apuntó que no se abordó la integración en la dimensión debida, insistiendo en que «una verdadera integración tiene que estar dada por lo económico, por lo cultural, por lo financiero, por lo político, por lo diplomático, por lo militar».

«Nosotros hemos sido incapaces de generar un Banco del Sur, hemos sido incapaces de generar un Ejército suramericano, hemos sido incapaces de generar una ciudadanía común, hemos sido incapaces de generar homologación de títulos universitarios», señaló el experto, al remarcar que todos estos factores son los que «no han permitido que la Patria Grande se concrete».

Según Barrios, una participación contundente de Latinoamérica en un nuevo orden multipolar –impulsado por la pandemia– pasa por su consolidación como «un Estado continental», donde el gran «motor» sería «la alianza de Argentina con Brasil», un país al que calificó como «esencial en América del Sur».

En este contexto, el analista resaltó la importancia crucial de las elecciones presidenciales a celebrarse en Brasil en octubre de este año, subrayando que «es fundamental el regreso de Lula da Silva«, algo que acercaría la realidad de la Patria Grande.

Invitado por el Profesor mexicano Dr. Jesus Lopez Almejo para su sitio en Youtube: «TuProfeDeRI», dictó una Cátedra extraordinaria el español Dr. Francisco Javier Martinez Lopez, sobre la temática: «Panregiones de Karl Haushofer » en especial un análisis profundo sobre Pan Otomanismo y Pan Turquismo, el neootomanismo, las estrategias de Rusia frente a la OTAN, y el triste papel de la Unión Europea y varias informaciones de gran importancia históricas y documentales que hacen de esta Clase en Video sea imprescindible para los estudiosos serios de la temática de la Geopolítica y las relaciones Internacionales como de la Real Politik. Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

La Declaración Conjunta de Rusia y China del pasado 4 de febrero sentó los principios y las normas con las que se proponen superar el caos actual y organizar el Nuevo Orden Mundial.  

Al firmar la incorporación de Argentina a la Nueva Ruta de la Seda y la Franja (BRI, por su nombre en inglés), el presidente Alberto Fernández trajo de China un triunfo mayor. El país se incorporó al Nuevo Orden Mundial en construcción un día después de que Vladimir Putin y Xi Jinping presentaron los principios y normas para organizarlo. Después de tres décadas de dominio imperial único, falta de reglas institucionales, y vaciamiento del sistema de las Naciones Unidas, el Documento Conjunto de los presidentes de Rusia y China sienta bases firmes para superar el caos y poner orden en las relaciones internacionales. Para quienes recién nos incorporamos, es bueno conocerlo para saber hacia dónde vamos y cómo pasamos del viejo al nuevo mundo sufriendo lo menos posible en la transición.

Xi Jinping y Vladimir Putin se reunieron el viernes 4 en Beijing con el pretexto de inaugurar los Juegos Olímpicos de Invierno, pero en realidad para sacar la “Declaración conjunta de la Federación Rusa y la República Popular China sobre las relaciones internacionales en una nueva era y el desarrollo global sostenible” que sus equipos venían redactando desde hace meses. Por su alcance y trascendencia vale la pena analizarlo en detalle.

La introducción del texto caracteriza la transición del unilateralismo a la multipolaridad y los fenómenos concomitantes del cambio de un sistema mundial a otro, pero advierte lo siguiente: “Algunos actores que no representan más que una minoría en la escala internacional siguen defendiendo enfoques unilaterales para abordar las cuestiones internacionales y recurren a la fuerza (…).” Este primer párrafo termina con una convocatoria programática: “Las partes hacen un llamamiento a todos los Estados para que busquen el bienestar para todos y, con estos fines, construyan el diálogo y la confianza mutua, (…) defiendan valores humanos universales como la paz, el desarrollo, la igualdad, la justicia, la democracia y la libertad, respeten el derecho de los pueblos a determinar de forma independiente las vías de desarrollo de sus países (…), busquen una auténtica multipolaridad en la que las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad desempeñen un papel central y de coordinación, promuevan unas relaciones internacionales más democráticas y garanticen la paz, la estabilidad y el desarrollo sostenible en todo el mundo.” Esta convocatoria estructura todo el documento y organiza sus cuatro apartados:

⦁ I: “Las partes entienden que la democracia es un valor humano universal, más que un privilegio de un número limitado de Estados, y que su promoción y protección es una responsabilidad común de toda la comunidad mundial.

Las partes creen que la democracia es un medio de participación de los ciudadanos en el gobierno de su país con vistas a mejorar el bienestar de la población y aplicar el principio del gobierno popular.”

La democracia es el sistema de gobierno que todos los pueblos ambicionan, pero sus formas son múltiples y sólo cada pueblo tiene el derecho a decidir si la organización de su país expresa y defiende sus valores nacionales. Se trata de una formulación “sustantiva” del principio democrático, que juzga el sistema político más por sus contenidos (participación popular) y sus fines (alcanzar el bienestar para todos) que por sus formas.

⦁ II: “Las partes creen que la paz, el desarrollo y la cooperación son el núcleo del sistema internacional moderno. El desarrollo es un motor clave para garantizar la prosperidad de las naciones. La nueva pandemia de coronavirus en curso supone un serio desafío para el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Es vital mejorar las relaciones de cooperación en aras del desarrollo mundial y asegurarse de que la nueva etapa de desarrollo mundial se defina por el equilibrio, la armonía y la inclusión”.

El desarrollo armónico de todo el mundo es la condición de posibilidad para que todas las naciones y pueblos puedan organizarse democráticamente.

⦁ III: “Las partes están seriamente preocupadas por los graves problemas de seguridad internacional y creen que los destinos de todas las naciones están interconectados. Ningún Estado puede o debe garantizar su propia seguridad al margen de la seguridad del resto del mundo ni a expensas de la seguridad de otros Estados. La comunidad internacional debe participar activamente en la gobernanza mundial para garantizar una seguridad universal, global, indivisible y duradera.” La democracia y el desarrollo necesitan un contexto seguro en el que estén libres de amenazas a la vida, al trabajo, al hábitat, a la salud, a la educación y donde cada ser humano y cada pueblo pueda alcanzar decentemente un bienestar modesto, pero esa seguridad, para ser tal, debe ser universal integral, sistémica e interdependiente.
E inmediatamente continúa, “Las partes reafirman su firme apoyo mutuo a la protección de sus intereses fundamentales, la soberanía estatal y la integridad territorial y se oponen a la injerencia de fuerzas externas en sus asuntos internos.” Por consiguiente, “La parte rusa reafirma su apoyo al principio de una sola China, confirma que Taiwán es una parte inalienable de China y se opone a cualquier forma de independencia de ésta”.

Del mismo modo, “Rusia y China se oponen a los intentos de fuerzas externas de socavar la seguridad y la estabilidad en las regiones adyacentes, (…) se oponen a las ‘revoluciones de colores’ y aumentarán la cooperación en los ámbitos mencionados.” Y, más generalmente, “Las partes se oponen a una nueva ampliación de la OTAN y hacen un llamamiento a la Alianza del Atlántico Norte para que abandone sus planteamientos ideologizados propios de la guerra fría, respete la soberanía, la seguridad y los intereses de otros países, la diversidad de sus antecedentes civilizatorios, culturales e históricos, y adopte una actitud justa y objetiva hacia el desarrollo pacífico de otros Estados”.

También en este apartado hay largas enumeraciones de las sucesivas denuncias por EE.UU. de los tratados de la época de la Guerra Fría para el control de armamentos, contra la proliferación nuclear y sobre la reducción de los arsenales de armas de alcance medio y largo y los riesgos que tal ruptura de la normativa internacional acarrea al orden mundial. Para los signatarios uno de los componentes centrales de la seguridad internacional es la seguridad jurídica. Pacta sunt servandi, decía la fórmula romana: los pactos están para ser respetados, un principio que las potencias occidentales olvidaron muchas veces.

⦁ IV: “Las partes subrayan que Rusia y China, como potencias mundiales y miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Nacion  es Unidas, tienen la intención de adherirse firmemente a principios morales y de aceptar su responsabilidad, de defender firmemente el sistema internacional y el papel central de coordinación de las Naciones Unidas en los asuntos internacionales, de defender el orden mundial basado en el derecho internacional (…) y de construir conjuntamente relaciones internacionales de nuevo tipo”.

La referencia al rol central del sistema y la Organización de las Naciones Unidas alude a un principio metodológico central del Documento Conjunto: el Nuevo Orden Mundial se está construyendo al mismo tiempo dentro y fuera de las instituciones que gobernaron el viejo. Dentro del sistema, en la medida en que las mismas permitan el desarrollo del multilateralismo en pos de asegurar la paz, la democracia, la seguridad y el bienestar para toda la humanidad. Ambas potencias defienden la vigencia de este sistema, aunque reclaman que en ellas se introduzcan profundas reformas. Al mismo tiempo, promueven la creación de nuevas instituciones fuera del sistema de la ONU, para atender y resolver problemas específicos hasta ahora no previstos. De este modo, la transición se está produciendo pragmáticamente, combinando viejas y nuevas prácticas e instituciones, aunque todavía en medio de un gran desorden.

Entre los párrafos finales de la Declaración hay algunas valoraciones inusuales en documentos diplomáticos o políticos: “Las partes reafirman que las nuevas relaciones interestatales entre Rusia y China son superiores a las alianzas políticas y militares de la época de la Guerra Fría. La amistad entre los dos Estados no tiene límites.” Es decir, que ambas potencias han decidido establecer una «amistad que no conoce límites». «Amistad sin límites» es una fórmula cuidadosamente elegida, para que carezca de sentido para el público occidental, que lo verá sólo como «tópicos piadosos y vagos sin obligaciones vinculantes», pero estará muy claro para quienes proceden de la cultura rusa y china. Da al vínculo un sustento afectivo mucho más profundo que la mera relación política y económica.

La declaración conjunta tiene una enorme lógica interna y mucha sistematicidad: el rechazo al unilateralismo y la defensa del multilateralismo implican remplazar la fórmula norteamericana de “relaciones internacionales ajustadas a reglas”, que nadie define y cambian permanentemente, por el retorno al sistema de las Naciones Unidas como fundamento del orden internacional.

Obviamente ese sistema necesita profundas reformas, pero no se lo puede ni debe abandonar. Inmediatamente después la declaración define la democracia como el único sistema apto para la participación popular en el poder, pero le reconoce tantas formas como culturas hay en el mundo. El multilateralismo y la democracia requieren un entorno seguro, pero la seguridad sólo puede ser integral (política, militar, económica, social y cultural), sistemática e interdependiente.

Consecuentemente, ambas potencias reafirman la soberanía estatal y la intangibilidad de la unidad territorial, un capítulo muy caro para nosotros, los argentinos. Esta reivindicación incluye el principio de no intervención en los asuntos internos de otros estados. Son principios y valores que ambas potencias ya vienen implementando desde hace años mediante la Nueva Ruta de la Seda y la Franja y el Espacio Económico Euro-Asiático (EEEA) liderado por Rusia, pero que ahora adquieren fuerza normativa.

Para los países que, como el nuestro, se han incorporado a la Franja y la Ruta, pero siguen siendo dependientes de EE.UU., se plantea la pregunta de cómo realizar la transición entre el viejo y el nuevo mundo con el menor costo posible. No es casual la coincidencia temporal entre la adhesión argentina, la inauguración de los Juegos Olímpicos con la presencia de doce jefes de Estado y la presentación de la Declaración Conjunta. Por la vulnerabilidad que Argentina padece como producto de los gobiernos procoloniales desde 1955 y agravada en el período 2015-19, nuestro país –como otros de desarrollo medio – no tiene la fuerza como para sentarse a la mesa directiva del nuevo orden mundial, pero tiene el peso e influencia regional suficientes, como para motivar la yuxtaposición de acontecimientos tan relevantes. A través de Argentina Vladimir Putin y Xi Jinping abren a toda Nuestra América (como la llamó José Martí) la puerta del Nuevo Orden Mundial. 

Si Argentina, México y Brasil se integran al proyecto, el continente los seguirá. Ya la presidencia argentina en CELAC puede servir para dar coherencia a las políticas regionales y comenzar a negociar con ambas potencias como un bloque. Este trabajo conjunto puede facilitar sinergias y sacar más provecho de la incorporación. Sin embargo, la coordinación de las tratativas con el bloque euroasiático requiere superar las estrategias integracionistas aplicadas desde la década de 1950, para que el continente confluya en principios básicos de su presencia internacional así como en las políticas monetaria, financiera y de seguridad.

La transición hacia el Nuevo Orden Mundial será conflictiva y traumática. Sólo aquellos países y movimientos que tengan claros sus valores, principios y objetivos podrán saltar de un bote al otro sin caerse al agua.


* Eduardo J. Vior es analista internacional

TELAM: https://www.telam.com.ar/notas/202202/583297-opinion-vior-china-argentina-rusia-orden-internacional.html

Heinz Dieterich 7.2.2022 Coordinador, Centro de Ciencias de la Transición, CTS y World Advanced Research Project, WARP

1. México ante la fase post-AMLO  

La cateterización del presidente en el Hospital Militar y su revelación de que tiene un “testamento político” para garantizar la continuidad de la Cuarta Transformación (4T) y la gobernabilidad de México, introdujeron un profundo cisma en la vida del país. Este punto de inflexión significa, que el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) será recordado como un mandato bifurcado, con dos fases de transformación y realidades cualitativamente diferentes. 

La fase del Nuevo Amanecer, 2018-2021, colocó a AMLO en el “Cenit del Poder” con claro control del escenario nacional e internacional. Los intentos de desestabilización del Bronx oligárquico y del ancien régime habían fracasado y, pese a que se avecinaban progresivos señales de desgaste del modelo de gobernanza, el progreso y la gobernabilidad del país no parecían estar en duda. Apareció entonces la fase del atardecer, 2022-2024, que insertó el elemento de incertidumbre e indeterminación en el proceso de transformación, por la vía de la biología, como ya había sucedido con el Covid-19. 

La reacción del presidente ante la nueva situación y la modalidad de gobernanza que escoja para enfrentarla afectará todos los aspectos del futuro de la nación. De la misma manera, definirá su legado histórico en los anales del país.

2. Testamento político y Opciones

No sabemos qué contiene el testamento, pero es obvio que su esencia se refiere al heredero designado de la obra protagonista de  AMLO. Y ahí, “la caballada está flaca”. Porque es evidente que hay sólo dos funcionarios en su gabinete que tienen la estatura y eficacia requeridos para conducir a la nación.

De la misma manera es obvio que la situación es binaria y que el presidente tiene sólo dos opciones para actuar: 1. No hacerle caso al reloj biológico y sus tiempos objetivos o, 2. Adaptar su modelo de gobierno a la fase del atardecer para beneficiarse de la estratagema del survival of the fittest de Darwin. Teniendo en su historia clínica dos eventos cardíacos (infarto agudo en 2013 y cateterización la semana pasada) y dos infecciones virales de Covid, la continuación del ritmo presidencial de trabajo de la primera fase equivaldría probablemente a un ejercicio de inmolación. Refundar el modelo para impedir la reversión de los frágiles resultados logrados en la primera mitad del sexenio, significaría, en consecuencia, optimizar la prospectiva del futuro para Morena, el país y el presidente.

3. Inmolación: Recurso disfuncional 

Si el presidente ignora las advertencias biológicas y opta por la praxis del “business as usual” puede producir dos consecuencias negativas. El deja vú de la caótica transición del poder en Venezuela, que permitió a los lumpen-políticos Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y al general rastrero López Padrino instalar la dictadura burguesa que destruyó la obra humanística socialcristiana de Hugo Chávez. Algo semejante podría suceder en México, ya sea por los trepadores que abundan en la nomenclatura de Morena y la 4T, ya sea por los protagonistas de la nueva derecha global trumpista, como el magnate Salinas Pliego.

En cuanto a lo subjetivo, el recurso de la inmolación no sirve para alcanzar la dimensión histórica que a AMLO le interesa. La moraleja del transformador Jesús –su referente trascendental–  es rigurosamente clara. De la praxis anti-dialéctica del Nazareno mártir no nació la deseada fraternidad global de la ecúmene, sino el “opio del pueblo” (Marx), la “moral de esclavos” (Nietzsche) y el primer Estado global terrorista de la historia: el Vaticano católico apostólico romano. Una refutación empírica de 1,700 años a toda praxis y doctrina transformacional deseada y practicada por Jesús.

4. Sucesión y Futuro de México

Antes de abordar la necesaria adaptación del modelo que el presidente ha de lograr para alcanzar la dimensión histórica de Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas, conviene recalcar la importancia trascendental de la sucesión presidencial en cuestión. Se trata, en resumidas cuentas, de encrucijadas en la vida de las naciones, que frecuentemente terminan en situaciones dramáticas.

En los procesos de transición social inducidos endógenamente, el quiebre de la continuidad del sistema se manifiesta generalmente en esos períodos de transición del poder de la macro política nacional. Tal regularidad política –en términos científicos el “cambio de fase” del sistema– opera tanto en transiciones revolucionarias, por ejemplo, las de la Unión Soviética y China, como en las transformaciones basadas en reformas socialdemócratas, socialcristianos, tecnocráticos, populistas, bonapartistas, etcétera. En otras palabras, la sucesión ordenada del poder dentro de los cauces institucionales del sistema es el eslabón más débil en el continuismo de la cadena política, como ilustra el reciente golpe de Estado de Donald Trump (6 de enero de 2021).

Las dinámicas subyacentes del quiebre de sucesión obedecen a dos modalidades: o acumulan fuerza por la mala gestión del gobierno en funciones o se inician con la mala selección del futuro equipo gobernante. Por lo general, los colapsos gubernamentales son resultados de fallas en la política interna de los que detentan el poder. Por eso, el expresidente Correa no habla con la verdad cuando le dice a Gabriel Boric que la dictadura de Maduro en Venezuela es el resultado del embargo estadounidense. El desastre de Maduro fue hecho en casa. Es el resultado de usurpadores del poder demasiado ineficaces y anti-éticos para conducir a una nación.

Los ejemplos de esos desastres endógenos por errores de sucesión en América Latina son abundantes, como muestran las transformaciones socialcristianas de Lula con Dilma Rousseff en Brasil, Chávez con Maduro en Venezuela, Correa con Moreno, entre otros. Tales errores han resultado en toda una fauna presidencial de escasa calidad moral y eficiencia como el neofascista Bolsonaro, dictadores pequeño burgueses como Maduro, narcisistas-populistas frívolos como Bitcoin-Bukele en El Salvador o simples fichas de recambio ineptos como Lasso en Ecuador.

5. Incertidumbre de la Transición mexicana 

El actual sistema de gobernanza construido por el presidente mexicano después del triunfo electoral del 2018, distinto en muchos aspectos de los planteamientos originales de la Cuarta Transformación, descansa sobre cuatro ejes decisorios de poder: 1. El presidente, que es el atractor del sistema dinámico complejo “México”, en la acepción científica del concepto, como el estado futuro hacia el cual evoluciona el sistema. 2. Las Fuerzas Armadas. 3. La alianza de conveniencia con el gran capital que hegemoniza el de facto vicepresidente azteca, Carlos Slim. 4. La coexistencia “pacífica” con el Amo del hemisferio se debe a la debilidad de aquél en la competencia geopolítica mundial con China.

Dos preguntas claves se presentan: 1. ¿Qué tan sólido es el edificio transitorio levantado por el presidente, ante las  nuevas condiciones de la situación nacional mexicana? 2. ¿Hacia dónde evolucionará la 4T después del 2024?

6. ¿Cómo impedir la Reversión de la Cuarta Transformación?

Bajo el supuesto, de que el presidente opta por la refundación del modelo e impida, que tendencias caóticas o antagónicas se apoderen del proyecto y del país, le conviene integrar tres vectores del “survival of the fittest” de Darwin al modelo que ha construido. En otras palabras, se trata de atender tres debilidades estructurales –o frentes de guerra política–  que implican peligros de implosión para el futuro.

1. La relación con las masas es frágil, porque se reduce a una identificación seudo-religiosa (o totemista) con el “buen pastor” que guía al rebaño y provee el sustento material asistencialista. El algoritmo básico usado (mañaneras) utiliza el lenguaje binario del mito, destinado primordialmente a reforzar la lealtad de los creyentes, más no a crear una conciencia basada en los hechos (fact-based vision)  para garantizar la continuidad deseada. La clase media no está incluida en esta narrativa y el pueblo  –sin conciencia, ni organización–  se puede convertir, como decía John W. Cook, en un “gigante miope e invertebrado”.

2. La admiración por la gran transformación social lograda por China es generalizada entre la gente honesta, racional e informada. Pero, el punto cardinal de esta hazaña es el Partido Comunista de China (PCC). Sin este factor de evolución, que condujo el desarrollo del gigantesco país durante los últimos cien años, el milagro chino no existiría. En México no hay ningún partido que esté jugando o pueda jugar tal papel de vanguardia, porque Morena, como quedó demostrado fehacientemente en los comicios estatales del año pasado, está controlado por una nomenclatura totalmente carente de lo que El Libertador Simón Bolívar consideraba las “primeras necesidades de la República”: “Moral y Luces”, como sentenciaba en el Congreso de Angostura, 1819.

Por lo tanto, si el presidente saliera de manera imprevista del proceso transformacional, no quedaría ninguna fuerza orientadora ni catalizadora para el futuro de la 4T. El proceso se quedaría fragmentado y sin Atractor estratégico que le diera cohesión a la nación.

3. Una política de Luz y Moral significa una política de Ciencia y Ética, sin la cual ninguna transformación social puede ser duradera.

¡Esta es la gran tarea que Andrés Manuel López Obrador debe realizar en la “fase del atardecer” de la Cuarta Transformación si quiere que su obra trascienda!

Por Eduardo Bonugli

El colaborador de Dossier Geopolítico en Madrid, Eduardo Bonugli, nos acerca un audio para El Club de La Pluma bajo el título: LA PATRIA GRANDE -Y ROTA- DE EUROPA, una Patria Grande Europea con profundas grietas sociales y de sobrada insolidaridad. Una Patria Grande de multinacionales, de banqueros, de reyes y cortesanos, de oligarcas, de paraísos fiscales y de la gran industria armamentista a cargo de los más despiadados señores de la guerra. Una Patria Grande que vive en una burbuja feudal y con unos ciudadanos desinformados y amortizados, mientras la blanda e implacable dictadura mediática les priva del derecho a la contestación social.

AUDIO:

Y así, Eduardo aborda los temas más importantes del momento, vitales para el futuro de la Unión  y a los que amenazan precipicios y brechas insalvables, como es el caso forzado del CONFLICTO DE EEUU CONTRA RUSIA EN UCRANIA. Con Alemania, Italia y Francia con “la mosca detrás de la oreja” y reclamando voz propia.
También nos habla de la trifulca sobre el CAMBIO CLIMÁTICO ante el esperpento de la UE de considerar al gas y a la energía nuclear como limpias y verdes. También sobre la irresponsable ESTRATEGIA DE LA ENERGÍA y la falta de ella y sobre la descoordinación de los países que ven cómo se cuela EEUU en sus intereses, armando conflictos que agudizan el desabastecimiento de Europa y la obligan a comprar la energía norteamericana, mucho más cara, más difícil de transportar y sin garantías de suministro.

También, cuenta que el clima es tormentoso entre los socios comunitarios por LA ECONOMÍA Y LAS FINANZAS por la mano implacable de la poderosa Alemania y su entorno, que acaparan la producción de todo el continente, ahogando a los países más débiles, mientras les impone rígidas medidas sobre el déficit, el gasto social y las leyes laborales más  la ruinosa vigencia de los paraísos fiscales. Mientras que la exorbitante DEUDA EXTERNA DE LA UE ya ha sido reconocida como absolutamente impagable.

También LOS FONDOS DE RECUPERACIÓN por la pandemia, profundizan la brecha de odio entre el norte y el sur. Con el resurgir de viejos complejos racistas tan comunes en Europa que los poderosos banqueros del centro de Europa usan para aplicar otra vez, una nueva y sangrante política de austeridad. Mientras que LOS CHOQUES ENTRE LOS TRIBUNALES EUROPEOS CON LOS NACIONALES provocan permanentes, serias e irresolutas fricciones, que desnudan una muy dolorosa pérdida de soberanía de los estados, muy difícil de digerir.

LA EMIGRACIÓN es otro tema que provoca graves urticarias racistas entre los países más solidarios el sur con los del norte, quienes con presiones y con dinero, van imponiendo normativas estrambóticas para que la raza aria no se mezcle con la “negrada africana” o como el pagar a dictaduras limítrofes para que en sus campos de concentración apliquen la “solución final” al asunto. Sin olvidar EL BOCHORNO DEL COVID, por la falta de una estrategia común, y por la insolidaridad y la descoordinación entre los países, más interesados en su individualismo  y en sus intereses económicos. Y cierra la lista, EL ABISMO ENTRE LOS PARTIDOS POLÍTICOS, iguales pero de diferentes países, que pueden llegar al absurdo como el que separa, por ejemplo, a un socialista finlandés, con un obrero portugués o griego.

Y así, nuestro colaborador finaliza su columna radial con la reflexión de que este quiebre interno de La Patria Grande de Europa, podría ser un ejemplo y una enseñanza para los latinoamericanos que sueñan con SU PROPIA PATRIA GRANDE, pero diferente, humanitaria, pacífica, de solidaridad, de justicia social y arraigada en la hermandad entre los pueblos

Carlos Pereyra Mele  (06/02//22)
Director de Dossier Geopolítico

POR JASON MORGAN

En un discurso de abril de 2005 ante el parlamento ruso , el entonces (y, ahora, nuevamente) presidente de Rusia, Vladimir Putin, calificó el colapso de la Unión Soviética como uno de los “grandes desastres geopolíticos” del siglo XX.

No es que el ex agente de la KGB quisiera volver a las colas de pan y los demás esplendores de la planificación económica centralizada. Nadie en su sano juicio quiere a Venezuela. El significado de Putin era, como dijo, geopolítico. No era el sistema económico lo que era grandioso sino la tierra que abarcaba la Unión Soviética. La ideología estaba podrida, Putin parece entender eso mejor que nadie. Pero el gran imaginario político que agrupaba a un trozo gigante de Eurasia no era algo para tirar por la borda. Eso es lo que parece querer decir Putin cuando lamenta lo que solía ser la Unión Soviética.

Hay algunos indicios de que muchos dentro de la antigua Unión Soviética están de acuerdo con él . El Kremlin está minimizando esta nostalgia ahora, pero creo que protesta demasiado. Los movimientos hacen al hombre. Putin claramente está haciendo una jugada para recuperar el terreno perdido.

Esto no es algo completamente irrazonable para un líder político, especialmente el líder de lo que es esencialmente una sombra débil de un antiguo gigante de un reino. Un tremendo imperio se derrumbó cuando la Unión Soviética se derrumbó. Desde entonces, la región ha luchado por recuperar la influencia que una vez tuvo bajo lo que fue un régimen de pesadilla, pero poderoso.

Considere que con la caída del régimen soviético, Rusia perdió vastas franjas de territorio: el Bloque del Este (incluidos Polonia, Yugoslavia y Checoslovaquia, los dos últimos de los cuales se desintegraron aún más después de que terminó la Unión Soviética), Georgia, Uzbekistán, Kazajstán, Bielorrusia. , y mucho más.

Incluyendo también, por supuesto, Ucrania , que mientras escribo esto es el foco de un enfrentamiento que se intensifica rápidamente entre Occidente y Moscú. Si la guerra está a la vista, solo Dios lo sabe. Pero si se evita la guerra no será porque muchos no estaban haciendo todo lo posible para provocarla.

Pero en medio de esta última ronda de redoble de tambores de guerra y competencia por la supremacía en Ucrania, recordemos cuáles son los objetivos más importantes por los que todos luchan.

En el lado estadounidense, su propio imperio está en juego . Después de una salida humillante de Afganistán el verano pasado, y una erosión constante de la credibilidad en la región de Asia-Pacífico concomitante con el ascenso de China (que Washington no solo no ha logrado detener sino que ha alentado positivamente), una pérdida en Ucrania significaría la ruina para el sistema mundial de alianzas militares y despliegues avanzados que se ha convertido en el marco para el lucrativo negocio de «seguridad» del Pentágono.

La OTAN es la imagen especular del Pentágono en ese sentido. La OTAN también quiere garantizar su existencia continua. Pero debido a que Alemania, una de las naciones para las que la OTAN aparentemente fue diseñada tanto para controlar como para proteger de la iteración anterior de Rusia, la Unión Soviética, se ha mostrado mucho más interesada en continuar con las importaciones de gas natural ruso que en participar en una guerra. sobre Crimea y la región circundante, la táctica de la OTAN en Ucrania parece casi tan desesperada como la de Washington.

Ucrania es una historia diferente. Algunos en Ucrania quieren permanecer separados de Rusia, para inclinar la balanza de la vida ucraniana hacia Europa y Occidente. Otros quieren unirse a Moscú . En lo alto de este país dividido se encuentra uno de los gobiernos más corruptos del mundo, corrupción que los estadounidenses vislumbraron en los últimos años gracias a las muchas élites estadounidenses (Hunter y Joe Biden, Rudy Giuliani y Paul Manafort, por nombrar solo algunos) que han quedó atrapado en la trampa de la política ucraniana.

Luego está Rusia . ¿Qué quiere Rusia? La pregunta quizás sea más precisa: «¿Qué quiere Vladimir Putin?» Pero esto nos lleva de regreso a Rusia, ya que Putin parece querer lo que la mayoría de los rusos parecen querer : un regreso a la Unión Soviética . No la Unión Soviética de Brezhnev y Chernenko. No el infierno comunista fallido, decrépito y tambaleante que se tragó la libertad y la comodidad material. La Unión Soviética como manto del antiguo Imperio Ruso Ortodoxo.

Creo que la tan cacareada nostalgia por la Unión Soviética es un sustituto de un sueño ruso mucho más grande y antiguo. El imaginario político de un imperio cristiano. El Imperio Ruso, la cristiandad de Oriente, la Tercera Roma, la tierra donde la fe ortodoxa fue una vez, y es nuevamente hoy, ampliamente aceptada.

Esto no quiere decir que esto es lo que Putin está anunciando. Putin es un zorro astuto y no va a hacer de algo tan difícil de controlar como la religión una pieza central de su escaparate político. Pero ha señalado una y otra vez que es ortodoxo , y este silencioso testimonio de fe habla mucho más alto que el teatro político que otros líderes han hecho de su buena fe en la iglesia. Según muchos relatos (incluido el suyo propio), Putin es un hombre cristiano que dirige a un pueblo cristiano. Hay una enorme fuerza que fluye de esto, geopolítica y, sí, de otra manera.

Para decirlo sin rodeos, si Dios estará de algún lado en el lío de Ucrania, ¿no sería ese el lado de los ejércitos cristianos?

Independientemente de lo que el lector piense de este argumento ciertamente provocador —y concedamos pro argumentando que Putin es simplemente un farsante cínico y realmente no cree— compárelo con lo que está ofreciendo el lado de la OTAN. La OTAN es un nombre extraño, extranjero, y exige poca lealtad aparte de la lealtad de los soldados que luchan por sus propios países miembros. En otras palabras, si llega la guerra, muy poca gente va a salir a pelear por la OTAN (otra gran ventaja de Putin, dicho sea de paso). Pero si juntas las piezas del rompecabezas y lo miras de reojo, ves algo más: una gran parte de lo que solía llamarse cristiandad.

No es una combinación perfecta, por supuesto. Por un lado, Turquía está ahora en la OTAN, y el Imperio Otomano alguna vez no fue parte de la cristiandad. Pero se entiende la idea. La OTAN es la cristiandad, pero secularizada . La OTAN es la cristiandad que en gran parte dejó de creer en Cristo , o en cualquier cosa realmente, hace mucho tiempo.

Estados Unidos, por su parte, ha ido, en muchos sentidos, aún más lejos en el camino poscristiano que Europa. Si la OTAN es una cristiandad reconfigurada y vaciada, entonces la monstruosidad militarista dirigida por los globalistas en el Pentágono es un demonio que, en primer lugar, nunca tuvo religión.

Esta cristiandad desarraigada que forma equipo con una máquina de guerra en forma de pentagrama, la pareja enervada por el nihilismo y la depravación , y esclavizada por una ideología odiosa y destructiva , propone ahora enfrentarse a una potencia cristiana con una cuenta que saldar con la historia.

Jason Morgan is Assistant Professor in the Faculty of Foreign Studies at Reitaku University in Chiba, Japan. He earned his doctorate in history from the University of Wisconsin-Madison in 2016. His reviews, essays, and translations have appeared in Modern Age, Metamorphoses, Japan Forward, Logos, Human Life Review, University Bookman and elsewhere.

PUBLICADO EN TRADICION VIVA: https://www.tradicionviva.es/2022/01/29/la-crisis-de-ucrania-y-la-geopolitica-de-la-cristiandad/

La importancia del crimen organizado como actor geopolítico, su impacto en las relaciones internacionales y sus diferencias según continentes.

El crimen organizado tiene un papel importante como actor geopolítico, ya que disputa con los Estados el poder político, económico, territorial y social. De esta forma, la delincuencia organizada influye en los Estados y sus sociedades, así como las relaciones entre sí y con otros Estados, teniendo como base objetivos tanto económicos, políticos como geopolíticos.

La Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, define el crimen organizado como aquel cometido por: “Un grupo estructurado de tres o más personas que exista durante cierto tiempo y que actúe concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos graves o delitos tipificados con arreglo a la presente Convención con miras a obtener, directa o indirectamente, un beneficio económico u otro beneficio de orden material”.

En resumen, el crimen organizado es aquel cometido por un grupo de personas (deben ser tres o más) con carácter de permanencia y con el objetivo de cometer delitos para conseguir un lucro económico o material.

Según Miguel Ángel Barrios, experto en geopolítica, no se puede estudiar ni analizar el crimen organizado sin estudiar y analizar al mismo tiempo la territorialidad, ya que sería estudiarlo en el vacío y sin tener en cuenta las sinergias e influencias mutuas y concretas entre ambos fenómenos.

Además, el hecho de que el crimen organizado sea casi por definición transnacional y que tenga diferentes vertientes y consecuencias en función del territorio en el que se lleva a cabo, hace patente la correlación casi indisoluble entre el crimen organizado y las relaciones internacionales. Por ello, también existen lo que se conocen como Estados criminales, cómplices necesarios del crimen organizado.

El crimen organizado en la política macroeconómica

La implementación de políticas y relaciones internacionales que permitan disociar el crimen organizado y el espacio territorial permitirán abordar el problema desde un enfoque geopolítico, porque, además de un problema criminológico y de seguridad, se trata de un problema de lucha de poder en muchos casos, con muchas repercusiones y sinergias políticas y geográficas.

Miguel Ángel Barrios afirma que la globalización del crimen organizado ha sido causada por la desregulación de la economía, el comercio internacional y las relaciones económicas a nivel mundial. A todo esto hay que añadirle la digitalización masiva y la existencia de la Dark Web.

El crimen organizado influye de manera importante en el sistema económico internacional y, por tanto, en las relaciones de poder entre Estados, ya que mueve grandes cantidades de dinero y lleva a cabo muchas actividades de blanqueo de capitales difíciles de detectar por la internacionalidad del fenómeno delictivo.

En ocasiones, incluso, las organizaciones criminales actúan como entidades legítimas en el mercado mundial y pueden llegar a ser vistas por algunos países como parte del sistema.
Según la ONU, los ingresos de las organizaciones criminales transnacionales a nivel mundial suman alrededor de un billón de dólares, cifra equivalente al PIB de todos los países de bajos ingresos, teniendo una población de tres mil millones de personas.

La influencia que tiene el crimen organizado sobre la política macroeconómica de los países es tácita, y la mayoría de servicios de inteligencia no tienen un papel claro y definido de actuación frente al crimen organizado, teniendo en cuenta la importante influencia de éste en las relaciones internacionales y la geopolítica.

Diferencias del crimen organizado, según continentes

El crimen organizado tiene un papel importante como actor geopolítico, ya que disputa con los Estados el poder y el control territorial y social. Además, en términos criminológicos, compite con los países y las leyes por el monopolio de la violencia. Esto hace que el crimen organizado pueda ser usado como una clave geopolítica estratégica en el enfrentamiento por el poder entre Estados.

De esta forma, el establecimiento de alianzas entre países, ya sea de manera ilegal y pactando con el crimen organizado para adquirir más poder, o para combatir esta amenaza, establece dos polos bien diferenciados sobre el fenómeno. A su vez, hay países de todo tipo que promueven o se benefician de las redes criminales y terroristas a nivel internacional para llevar a cabo sus estrategias geopolíticas contra otros Estados que consideran enemigos.

Como afirma el criminólogo Daniel Sansó-Rubert, la criminalidad organizada es capaz de tergiversar los mapas oficiales, imponiendo una nueva realidad geopolítica, que conlleva un reparto geográfico de áreas de dominio e influencia y el establecimiento de fronteras invisibles pero muy reales.

Cada organización tiene su propia demarcación territorial, de carácter infra y supranacional, al margen de los límites oficial y legalmente establecidos. Este orden territorial desafía las soberanías locales, estatales e internacionales.

Continuamente se pueden ver cambios geopolíticos marcados por la criminalidad organizada, puesto que su modelo de expansión se fundamenta en el control territorial de diferentes puntos calientes o hot spots donde tienen lugar las actividades delictivas de cada organización criminal.

En definitiva, el crimen organizado rompe el contrato social y el lugar del Estado puede ser ocupado por una organización criminal y su influencia, que se legitima aportando bienes y aumentando el poder político, económico y social del país a nivel estratégico, según afirma el analista Gabriel De Paula.

Europa

La libertad de circulación en Europa favorece las actividades del crimen organizado, pues las fronteras son muy permeables y hay mucha facilidad de movimiento. Esta movilidad transnacional aumenta la impunidad, al dificultar las tareas de investigación para la policía y los servicios de inteligencia y al moverse rápidamente de una jurisdicción a la otra, impidiendo así llevar a cabo investigaciones eficaces.

Incluso aunque la Policía de cada país (con o sin la colaboración de otros países), consiga identificar y detener a los grupos u organizaciones criminales, posteriormente debe darse una cooperación en el ámbito judicial, en muchas ocasiones con países de fuera de Europa. De lo contrario, se dificulta llegar a la cúspide de la organización criminal y afectar directamente a sus fuentes de financiación, reorganización y restablecimiento.

Según Europol, las organizaciones criminales en Europa desarrollan actividades criminales en ámbitos concretos de los negocios (fraudes informáticos, blanqueo de capitales, etc.), no siendo tan frecuente como en otros lugares el tráfico ilegal de bienes, por ejemplo.

Además, destaca la trata de personas y la inmigración ilegal como principales actividades de los grupos criminales en este territorio, existiendo también grupos y organizaciones criminales relacionadas con el terrorismo o la radicalización violenta.

Rob Wainwright, director de Europol, afirma que: “El crimen organizado es un negocio multimillonario en Europa y que está creciendo gracias a la expansión de Internet y las tecnologías móviles, la proliferación de rutas de tráfico clandestino, así como las oportunidades que ofrece la crisis económica global. Todas ellas han contribuido al desarrollo de una mayor amenaza”.

Europa, finalmente, es en muchos casos “receptora” de los productos del crimen organizado de otros lugares (por ejemplo, de las drogas). Además, este territorio y, especialmente España por su situación geopolítica, es un lugar de intercambio y de tránsito, que podría decirse que “conecta” y abre las puertas hacia el resto de continentes, principalmente América y África.

América

Es el continente donde se registra una tasa más alta de muertes relacionadas con el crimen organizado, según la ONU. Por consiguiente, el crimen organizado en América es muy visible para la ciudadanía y especialmente violento.

Aunque en EEUU también se dan gran parte de los fenómenos delictivos que tienen lugar en el resto del continente, se producen a menor escala y tienen menor repercusión que en Centroamérica y Sudamérica. El crimen organizado hace de Latinoamérica un territorio especialmente peligroso en este sentido, ya que los grupos criminales están asentados y consiguen operar con cierta facilidad y resiliencia.

Las muertes que causa el crimen organizado, la gran mayoría en esta zona, superan las producidas en conflictos armados y guerras. Y los únicos cuatro países a nivel mundial con una tasa de homicidios de más de 40 personas por 100.000 habitantes se encuentran en América: El Salvador, Venezuela, Jamaica y Honduras.

En cuanto a las tipologías, destacan especialmente los grupos violentos y las bandas urbanas, el narcotráfico y el tráfico de armas. A todo esto se le suma la elevada tasa de impunidad que tiene el crimen organizado en América, según las estadísticas de la ONU e, incluso, cierta connivencia por parte de instituciones públicas locales o regionales en donde predomina la corrupción.

Asia

Asia es el continente con menor tasa de homicidios según la ONU y más seguro en este sentido en relación con el crimen organizado. Esto se debe a que los grupos organizados de este territorio suelen llevar a cabo sus acciones criminales en otros países, conformando una extensa red que suele operar fuera del continente asiático.

Entre los delitos más destacados del crimen organizado asiático están: la ciberdelincuencia, las apuestas ilegales, la extorsión, el secuestro, el tráfico de drogas, el tráfico de personas y el blanqueo de capitales.

África

Es el segundo continente con mayor tasa de criminalidad organizada y muertes asociadas a la misma después de América. Nigeria y la República Democrática del Congo son los países que registran una mayor tasa de criminalidad, según un informe publicado por Interpol.

En África destacan especialmente los delitos relacionados con la corrupción y en la gran mayoría de los países africanos hay organizaciones criminales estrechamente ligadas a los gobiernos, dando lugar a una extraña relación simbiótica, en la que las primeras obtienen poder e impunidad y los segundos poder y recursos económicos, retroalimentándose entre sí.

Por otro lado, también destacan los delitos de tráfico de personas y de armas, no siendo tan frecuente el delito de tráfico de drogas, aunque también está muy extendido especialmente en países fronterizos con Europa como son Marruecos, Argelia, Libia o Túnez. Otra problemática del continente con relación al crimen organizado es el tráfico de animales exóticos y la pesca irregular.

Australia y Oceanía

Si bien el crimen organizado en Oceanía no es muy significativo, en los últimos tiempos está cobrando mayor importancia, pues muchas bandas criminales de América y Asia se están asentando allí.

Algunos cárteles de la droga mexicanos han comenzado a establecer laboratorios para la fabricación de drogas sintéticas en Australia, que se está consolidando, al igual que Europa, como un lugar de destino estratégico para el crimen organizado.Todo esto está dando lugar a unas restricciones y controles cada vez mayores para evitar y prevenir el crimen organizado en este continente.

Entre las tipologías delictivas más significativas en Oceanía se encuentran: el lavado de dinero, el terrorismo, los incendios intencionados, la evasión de impuestos y los delitos de cuello blanco. Además, diversos grupos de cibercriminales se están especializando dentro del continente en infracciones cibernéticas, como ciberdelitos contra la propiedad intelectual en Internet y la ciberguerra.

Miguel A. Barrios entrevistado por Judit Robles Desde siempre me ha apasionado conocer el por qué de la delincuencia y cómo prevenirla, y por eso estudié Criminología. Además, he ampliado esta formación estudiando Psicología. Me motiva especialmente hacer del mundo un lugar mejor, buscando dar respuestas y aportar todo lo posible a la sociedad.

PUBLICADO EN: https://www.lisanews.org/seguridad/la-geopolitica-del-crimen-organizado/

En la transición hacia un mundo multipolar no basta ser pragmático. Sólo aquellos gobiernos con visiones estratégicas y liderazgos legitimados pueden sobrellevar las crisis propias del cambio. Por Eduardo Vior 2/2/2022 TELAM

El presidente Alberto Fernández inició este martes una gira por Rusia y China, para reunirse con Vladimir Putin y Xi Jinping en pos de afianzar los vínculos estratégicos, reafirmar la cooperación económica, científica y técnica y renovar contratos para inversiones en infraestructura que estuvieron frenados durante el mandato de Mauricio Macri. Inmediatamente después de haber firmado el memorando de entendimiento con el FMI con la ayuda del gobierno norteamericano, el primer mandatario se acerca a los competidores de EE.UU. El intento argentino de llevar adelante una política exterior pragmática y sin ataduras ideológicas no es extraordinario: todos los países surgidos del desmembramiento de la antigua Unión Soviética intentaron hacerlo. Los gobiernos y fuerzas progresistas que hoy resurgen en América Latina tienen la misma tendencia. En Europa, África y Oriente Medio, en cambio, no tienen tanta libertad. El ejemplo de los primeros sirve para ilustrar las limitaciones de los segundos.

El pasado 3 de enero manifestantes salieron a las calles de las principales ciudades de Kazajistán, para protestar contra el aumento en el precio del gas que en el país centroasiático es generalmente utilizado como combustible para los automotores. Las protestas escalaron inmediatamente y grupos paramilitares comenzaron a atacar edificios oficiales, hospitales y aeropuertos. En acciones de comandos agredieron con suma violencia a las fuerzas de seguridad y asesinaron a numerosos efectivos. Algunos, incluso, fueron degollados, en el mejor estilo del Estado Islámico (EI). Muchos testigos aseguran haber oído a estos grupos hablar en lenguas no kasajas.

Ante la escalada de la violencia, el presidente Kassym-JomartTokayev pidió ayuda a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva(OTSC), una alianza para preservar la seguridad y estabilidad regional dirigida por Rusia y que incluye también a Bielorrusia, Armenia, Kasajistán, Tayikistán y Kirguistán. Ya el día 5 la organización envió efectivos especializados que resguardaron los edificios públicos y bancos, mientras la policía y el ejército kasajo reprimían a los terroristas. En pocos días se restableció la paz y las tropas extranjeras abandonaron el país.

Mapa de Kazajistn Foto 123RF
Mapa de Kazajistán. Foto 123RF

Múltiples informes de inteligencia dan cuenta de la participación de británicos, turcos e israelíes en este intento de desestabilización. Kazajistán está ubicado en el centro de Asia, en el camino entre China y Occidente, tiene enormes riquezas naturales (especialmente, petróleo y gas) y una frontera con Rusia de más de 7.000 km. Si el gobierno hubiera sido derrocado, la integración euroasiática habría sido decisivamente dañada.

Desde la caída de la URSS en 1991 hasta 2019 el país estuvo presidido por NursultánNazarbáyev, quien, aún después de haber sido sucedido por Tokayev, siguió presidiendo el Consejo de Seguridad Nacional y, aparentemente, al principio del alzamiento dio a la Guardia Nacional la orden de no reprimir. En la crisis kasaja se combinó la lucha entre clanes oligárquicos que se apropiaron del país después de la independencia con el descontento de la población y su aprovechamiento conla infiltración de terroristas islamistas dirigidos por servicios extranjeros. Todavía en diciembre pasado en el vecino Kirguistán las fuerzas de seguridad abortaron un intento de golpe de estado. Afganistán está muy cercano. En ambos países quedó mucha “mano de obra desocupada”.

Todos los países surgidos de la disolución de la URSS mantuvieron hasta hace poco tiempo políticas exteriores que calificaron de “multivectoriales”: negociar en todas las direcciones buscando sacar el máximo de provecho, sin comprometerse con nadie. AleksandrLukashenko llevó adelante una política “multivectorial” en Bielorrusia, hasta que el MI-6 y la CIA intentaron en 2020 escenificar una “revolución de colores” y debió pedir la ayuda rusa, hasta confluir en la unión de ambos estados. Lo mismo en Armenia, Tayikistán y Kirguistán en 2021. Cuando la desestabilización amenazó quebrar la unidad de sus países, no tuvieron otra opción que recostarse en Rusia.

La evidencia de los riesgos que acarrea el pragmatismo excesivo no se limita a los países exsoviéticos. También varios frentes y gobiernos progresistas en América Latina tratan de conciliar la continuidad de políticas macroeconómicas neoliberales con la realización de reformas sociales. Hacen negocios con China y se alinean con EE.UU. El gobierno izquierdista de Perú tiene en China un poderoso inversionista y socio comercial, pero participa en la Alianza del Pacífico y no se fue de Prosur. En Chile,con un gabinete variopinto,el próximo gobierno de Gabriel Boric se anuncia con un perfil similar.

UCRANIA y el conflicto con Rusia Foto AFP
UCRANIA y el conflicto con Rusia. Foto AFP

Estas políticas son posibles, mientras no se agudicen las tensiones entre el bloque atlántico y el euroasiático. Como demuestra la crisis en torno a Ucrania, los países europeos no se pueden permitir tanta autonomía, porque EE.UU. está haciendo un esfuerzo denodado por imponerles su gas. El Reino Unido, por su parte, está organizando una alianza con Polonia y Ucrania dirigida ostensiblemente a impedir el acercamiento entre Alemania, Rusia y China. Desgarrada por una campaña electoral en la que ambas superpotencias han hecho fuertes apuestas (y ninguna por la izquierda), Francia está perdiendo aceleradamente su influencia sobre África Occidental.

Las políticas exteriores pragmáticas son sólo transitoriamente posibles. Cuando la competencia hegemónica se intensifica, la inestabilidad política se hace permanente, la derecha más reaccionaria crece, se facilitan los golpes de mercado y la Justicia oligárquica se entromete para proteger los privilegios. ¿La única alternativa, entonces, es alinearse ciegamente con alguno de los dos polos de poder?

En las décadas de 1940 y 1950 el peronismo argentino propuso la “Tercera Posición”. Comenzó siendo una propuesta pragmática de política exterior independiente de los bloques en que la Guerra Fría había dividido al mundo, para a partir de 1949 convertirse en un proyecto superador del capitalismo liberal y del comunismo dogmático. En la práctica se tradujo en una enérgica iniciativa para construir la unidad de América Latina y contribuyó poderosamente a la organización de la Conferencia de Bandung de 1955 que daría origen al Movimiento de los Países No Alineados, aunque Argentina sólo en 1973 pudo recoger los frutos de su esfuerzo temprano. En el exilio, en la década de 1960 el Gral. Perón sistematizó la propuesta en sus obras “Latinoamérica: ahora o nunca” (1967) y“La hora de los pueblos” (1968) en las que previó que la integración de la humanidad en unidades cada vez mayores y más complejas es inexorable. Dicha integración, empero, puede ser impuesta desde arriba por las oligarquías o por abajo por la liberación de los pueblos y naciones del Sur Global (en aquella época se hablaba de “Tercer Mundo”). El “Mensaje Ecuménico a los Pueblos del Mundo”, de 1972, finalmente, postuló la necesidad de una integración creciente hecha de modo democrático como única solución ante la crisis ecológica que ya entonces afrontaba el planeta.

En sus obras Latinoamrica ahora o nunca 1967 y La hora de los pueblos 1968 Pern previ la integracin de la humanidad en unidades cada vez mayores y ms complejas
En sus obras “Latinoamérica: ahora o nunca” (1967) y “La hora de los pueblos” (1968), Perón previó la integración de la humanidad en unidades cada vez mayores y más complejas

Medio siglo después el desafío sigue vigente: ¿cómo realizar una política independiente desde el Sur Global que asegure la paz, el bienestar de la mayoría y restaure el equilibrio ecológico? Ni con dogmatismos ni con pragmatismos malentendidos que pierden de vista los fines y valores de los actores contrapuestos en la escena mundial. La política mundial no es un autoservicio en el que uno pueda servirse veleidosamente de tirios y troyanos sin pagar mayores costos. Tanto la alianza atlántica como la euroasiática representan formas de ver el mundo, de pensar y de actuar. Las relaciones económicas internacionales no son ideológicamente neutrales. Abrir la puerta para que uno u otro bloque aumente su influencia dentro del paísnecesariamente conduce a que actores políticos, económicos y sociales internos se alineen con ellos e incidan sobre las relaciones de poder.

Mientras renegocia el crédito con el FMI en las condiciones menos dañinas posibles (que nadie se haga ilusiones sobre los sufrimientos que nos esperan), el gobierno argentino estrecha los vínculos con los adversarios de Estados Unidos, buscando inversiones que aceleren el crecimiento y permitan repagar la deuda. Por ahora, la superpotencia occidental está demasiado ocupada en Europa Oriental y el Sureste de Asia, como para reaccionar ante el aumento de la influencia sinorrusa en el tercer país más importante de América Latina, pero no demorará en prestar atención al Lejano Sur. Para entonces los argentinos tendremos que haber fijado nuestro rumbo en el continente y en el mundo con una propuesta ética y simbólica para respaldarlo y un liderazgo capaz de conducirlo.

EEUU busca poner de rodillas a Europa por Ucrania Pereyra Mele entrevistado por Javier Benítez

Las decisiones agresivas de EEUU y Reino Unido sobre las garantías de seguridad que busca Rusia, y que son apoyadas por la Unión Europea [UE], afectan cada vez a los intereses económicos del bloque comunitario. Mucho más de lo que afectarían a los intereses económicos euroasiáticos, según del director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele.

La UE, a rebufo de intereses anglosajones

La UE podría quedar completamente desguarecida, al desnudo, con una mano atrás y otra delante si decide seguirle el juego a EEUU y Reino Unido. Disfrazando un pedido de garantías de seguridad de parte de Rusia, como un ataque bélico inminente del gigante euroasiático contra su vecina Ucrania, ambos países buscan en realidad poner de rodillas a la UE.De acuerdo a Pereyra Mele, los intereses económicos afectan cada vez más a los europeos que a los euroasiáticos, cuando deciden acompañar en forma lineal y unívoca y sin ningún tipo de consideración, las decisiones que toma la dupla, fundamentalmente encabezada por EEUU, a su vez secundado por el Reino Unido.El analista incide en que, para darle una mayor espectacularidad, una especie de show a todo este planteo que hacen de la supuesta invasión rusa a Ucrania, los anglosajones han ordenado el retiro de personal no esencial de sus respectivas delegaciones diplomáticas. Una acción más psicológica que otra cosa, pero que evidentemente que el juego se está desarrollando entre dos superpotencias, EEUU por un lado, y la Federación Rusa por otro, avisa el experto.

Entre la espada y la pared

Pereyra Mele advierte que en medio de ese ‘fuego cruzado’, quedan potencias de segundo orden, como Reino Unido, Alemania, Francia e Italia. «El caso inglés es de subordinación a través de las decisiones que toma Washington. Pero los casos francés y alemán desvelan que hace rato vienen muy preocupados por el desarrollo de la situación, en la que se los hace participar sin ningún ‘beneficio de inventario’. Es más, con fuertes pérdidas en todo aspecto. Ya Macron ha dicho que a esto había que darle una solución diplomática y llegar a una serie de acuerdos».»Por otro lado, Alemania, […] con el nuevo Gobierno que encabeza [el canciller, Olaf] Scholz, junto con la ministra de Exteriores del Partido Verde [Annalena Baerbock], hoy en día parece [estar] más alineado con las posturas de Washington, que la que tuvo en su momento Angela Merkel con el conservadurismo alemán», observa Pereyra Mele.Sin embargo, matiza el analista, «los sectores económicos internos alemanes han puesto realmente una señal de alarma al ver con preocupación que pueden llegar a perder importantes negocios e importantes inversiones: hay muchísimas empresas alemanas radicadas en la Federación de Rusia y esto también los afectaría. Y por supuesto, además esa fuerte dependencia energética que tiene Alemania del consumo de gas ruso».Respecto a la diferencia de postura entre EEUU y Reino Unido por un lado, y varios miembros de la UE por el otro, demuestra que el frente occidental frente a Rusia «no es monolítico, el frente no es totalmente alineado a las decisiones que está tomando el Gobierno estadounidense, que en el fondo lo que se está queriendo hacer es prácticamente un nuevo ‘cerco sanitario’ [a Rusia], como fue históricamente la política internacional de los países atlantistas».

Que Pasa? Javier Benítez
Periodista internacional. Tras una vasta carrera en medios uruguayos, en 2006 se instala en Barcelona, donde tuvo un pasaje por Ràdio 4 (RNE) y otros medios, a la par de ejercer corresponsalías para Latinoamérica. En 2013 se traslada a Moscú y se incorpora a RT en Español, y en 2015 desembarca en Radio Sputnik. En 2016 fue galardonado en Madrid por la Organización de Periodistas Iberoamericanos como «Personalidad del año» en Radiodifusión.

Entrevista difundida por radio Sputnik https://mundo.sputniknews.com/20220202/eeuu-busca-poner-de-rodillas-a-europa-por-ucrania-1121046237.html