En su discurso en la Johns Hopkins University el secretario de Estado convocó a librar contra Rusia y China un riesgoso conflicto que nadie fuera de EE.UU. desea y su país no puede ganar

Por Eduardo J. Vior, analista internacional de TELAM y Colaborador de Dossier Geopolitico que autoriza su publicacion

La cumbre de BRICS en Sudáfrica sumó hace dos semanas seis nuevos miembros al grupo y dejó en la puerta a otros treinta esperando. La reunión del G20 en India el fin de semana pasado, en tanto, evitó tomar posición entre los bloques e incorporó a la Unión Africana a sus filas. Finalmente, la conferencia del Grupo de los 77 + China reúne este fin de semana en La Habana a 134 países del Sur Global ahora protagonistas de la política mundial. El mundo está cambiando aceleradamente alrededor nuestro. Quien no se adapte a la nueva realidad, será sobrepasado por los acontecimientos. Sin embargo, la mayor superpotencia occidental parece querer insistir tozudamente en las creencias que en el siglo XX le dieron el dominio del mundo. Muy tarde y fuera de lugar.

El secretario de estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, habló el miércoles 13 en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados (SAIS, por su nombre en inglés) de la Universidad Johns Hopkins en Gambrills, Maryland. Ya desde el principio encuadró su alocución la en la tradición liberal universalista de la política exterior norteamericana cuyo último gran representante fue Zbigniew Brzezinski (1928-2017). Su largo homenaje a quien fuera Consejero de Seguridad Nacional de James Carter (1977-81) anunció por dónde seguiría: “excepcionalismo” e intervencionismo.

Para exponer la estrategia mundial del gobierno de Joe Biden, el disertante comenzó caracterizando la situación inmediatamente posterior al triunfo norteamericano en la Guerra Fría. Era un tiempo de ensueño: “la era posterior a la Guerra Fría marcó un progreso notable.  Más de mil millones de personas salieron de la pobreza. Mínimos históricos en los conflictos entre Estados. Disminución e incluso erradicación de enfermedades mortales”, añoró el jefe de los diplomáticos. Ni una mención a la guerra contra Irak en 1991 ni al cambio de estrategia estadounidense desde 1992 para expandir el Imperio en el sur de Europa y Asia Occidental.

La destrucción de Yugoslavia, el genocidio en Ruanda, el atentado contra las torres gemelas, las guerras de Afganistán e Irak han sido a los ojos de Blinken “desafíos” al orden internacional de la posguerra fría que, empero, no lo alteraron sustancialmente. En cambio, ahora estaríamos experimentando el final de ese orden. “Décadas de relativa estabilidad geopolítica han dado paso a una competencia cada vez más intensa con potencias autoritarias y revisionistas”, constató. Las guerras en Eurasia y África, el terrorismo islamista, la catástrofe migratoria, el narcotráfico en el Hemisferio Occidental y la no accidental pandemia de coronavirus carecieron de significación.

“De repente” han surgido potencias desafiantes que pretenden revisar el orden instaurado hace tres décadas.

Los desafíos son, no obstante, diferentes: mientras que Rusia sería el peligro más inmediato, China representa a largo plazo la mayor amenaza, porque está crecientemente en condiciones de remplazar el orden económico de la posguerra fría por otro. Son dos “autocracias” aliadas, registra.

Estas amenazas se refuerzan por la caótica situación mundial: debilitamiento de los estados, la influencia de actores no gubernamentales movidos por la avidez, el cambio climático, el agudo crecimiento de la desigualdad, etc. Largas enumeraciones sin nexos internos. No se sabe por qué acontece todo esto. Esta situación insatisfactoria da pábulo al crecimiento de los desafíos internos y externos. La suma de estas amenazas habría liquidado el orden de la posguerra.

Estamos en un punto de inflexión. En esto coincidimos todos. Sin embargo, no tanto en que “Estados Unidos está liderando este periodo crucial desde una posición de fuerza.  Una fortaleza basada tanto en nuestra humildad como en nuestra confianza”, como se ufana el secretario. La confianza se alimenta, cree, en las visiones propias del ideal norteamericano: la libertad de palabra, de circulación, de creencias, de comercio, la igualdad de derechos y la independencia de las naciones. Si la mayoría del pueblo estadounidense creyera unido en que estos valores están vigentes, tal vez valdría la pena discutir su dogmática imposición al mundo, pero no es así

Por el contrario, en los adversarios de EE.UU. sólo ve el intento de preservar sus regímenes y el enriquecimiento. La adjetivación y los juicios de valor remplazan el análisis de intereses, objetivos y relaciones de fuerzas. Quien disiente de los valores norteamericanos actúa inmoralmente y amenaza el orden mundial.

La política que el secretario delinea como respuesta a los desafíos expuestos es la tradicional: fortalecer la OTAN, sostener a Ucrania y forjar nuevas alianzas en torno a China. La novedad reside quizás en la coordinación intercontinental de la estrategia: Canadá participa junto con EE.UU., Gran Bretaña, Australia y Nueva Zelanda en el intercambio de inteligencia, Japón y Corea del Sur envían gas licuado a Europa, India desarrolla semiconductores junto con EE:UU. La visión de una guerra total, híbrida y en múltiples escenarios al mismo tiempo preside todo el accionar del gobierno demócrata.

Habría sido provechoso que el secretario de Estado explicara, por qué la diplomacia y los estrategas norteamericanos sistemáticamente incumplieron las promesas hechas al líder soviético Mijail Gorbachov y expandieron la OTAN hasta la frontera rusa, cuando no había ninguna amenaza que lo justificara. Debió haber justificado también, por qué EE.UU. y sus aliados fueron atacando país tras país sin mandato de la ONU. EE.UU. se retiró de todos los tratados de la época de la Guerra Fría que permitían un control confiable de los arsenales nucleares y no nucleares. Con sanciones económicas debilitaron la economía de muchos países (Cuba, Venezuela, Irán, Rusia, China, etc.), sin que el alegado fin humanitario estuviera siquiera a la vista. Fue Estados Unidos quien violó las reglas de la OMC con sus sanciones comerciales contra China. El “desafío” de un creciente número de países contra la hegemonía norteamericana no surgió por casualidad ni sin fundamentos.

Por otra parte, el intento de romper la interconexión entre los países desarrollada en los últimos 30 años es ilusorio.

En numerosas áreas de la economía Estados Unidos y China están estrechamente interrelacionados. Ninguno de los dos podría sobrevivir sin el otro. Muchas empresas norteamericanas tienen inversiones en la producción y comercialización de hidrocarburos en países ahora asociados con Rusia para mejorar sus ingresos. Las grandes comercializadoras agrícolas de Estados Unidos tienen inversiones en países cuya agricultura depende de los fertilizantes rusos. El intento de romper las sinergias surgidas en las últimas décadas sólo puede acabar en el caos económico mundial.

La ilusión de poder separar a los “malos” del mundo se nutre del excepcionalismo norteamericano, de la idea imperante desde el último tercio del siglo XIX de que Estados Unidos es la única nación del mundo que nació democrática y, por consiguiente, tiene la misión de imponer en todo el mundo los valores de la democracia liberal.

Esta tesis se combinó desde el inicio con la asunción de la geopolítica inglesa que ve la Historia mundial como regida por la eterna lucha entre las potencias continentales (Rusia y China) contra las marítimas (Inglaterra y EE.UU.). La combinación de ambas tradiciones fundamenta hasta el día de hoy el liberalismo universalista que llevó a intervenir en las guerras mundiales y a diseñar el orden mundial posterior a 1945. Es también el fundamento del Imperio universal erigido después de 1990.

Su último gran exponente fue Zbigniew Brzezinski, Consejero de Seguridad Nacional de James Carter (1977-81) y mentor de Antony Blinken. No extraña, entonces, que el liberalismo universalista sea la lente con la que la elite estadounidense ve el mundo del presente. No hay aquí lugar para el realismo de George Kennan o de Henry Kissinger.

El grave problema del “excepcionalismo” es su ceguera frente a otras visiones y su negativa al diálogo. Esta actitud mesiánica es peligrosa, porque su intolerancia imagina cada día nuevos enemigos, pero en su falta de realismo es también un signo de gran debilidad. Por eso EE.UU. decretó el año pasado sanciones económicas contra Rusia pensando que la economía rusa se hundiría y ésta está más fuerte que antes de la pandemia. Supuso que China sería incapaz de desarrollar su propia tecnología de semiconductores y la industria china los desmintió. Así en una infinidad de casos. Cuando el secretario de Estado de Estados Unidos convoca a una nueva Guerra Fría, está remedando el discurso de Winston Churchill en Fulton, Missouri, en marzo de 1946 en el que el exprimer ministro británico advirtió sobre la “cortina de hierro” que estaría cayendo sobre Europa Oriental y convocó a contener a la Unión Soviética. Fue el inicio de la Guerra Fría. Antony Blinken quiere pasar a la historia como un nuevo profeta combatiente y llama a una nueva Guerra Fría que nadie más quiere y Estados Unidos no puede ganar. La realidad es la única verdad

Publicado en TELAM Argentina

Columna de Politica Internacional del Director de Dossier Geopolitico Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele, del Programa “Con Sentido Común” de Canal “C” de la señal de Cablevisión de Córdoba, que conduce el periodista Alfredo Guruceta y que se retransmite por Canal Personal Flow para toda la Argentina y Uruguay.

El viernes 15/9/2023 pasado analizamos que la Guerra Híbrida Global fragmentada en pleno desarrollo, también se disputa en el territorio argentino, como un frente mas, del choque entre los viejos poderes occidentales decadentes y las potencias emergente, y ello se pueden perfectamente detectar con el escenario de las elecciones presidenciales que se avecinan, tal cual se van posicionando con sus declaraciones de los principales candidatos con chances para llegar a controlar la administración nacional a partir del próximo 10/12/2023. Quienes están con un modelo de la Multipolaridad en pleno auge y fortalecimiento y quienes se decantan por mantener y profundizar las “relaciones carnales” con el hegemón anglosajón y sus grupo de países vasallos europeos que se arrogan la “representación” de declararse el “Oxidente” con “x” por su oxidación y deterioro de poder que detentaron por mas de un siglo y medio. Se aproximan tiempos de definiciones para la argentina y para su futuro si nos reintegramos a la historia o ser basurero de la historia.  

VIDEO DEL PROGRAMA

Por el Colaborador de Dossier Geopolitico Arquitecto Luis Esterlizi, que autoriza su publicacion en el sitio Web

“La aspiración del progreso social ni tiene que ver con su bulliciosa explotación proselitista, ni puede producirse rebajando o envileciendo los tipos humanos.

La humanidad necesita fe en sus destinos y acciones y posee la clarividencia suficiente para entrever que el tránsito del YO al NOSOTROS no se opera meteóricamente como exterminio de las individualidades, sino como una reafirmación de éstas en su función colectiva.

El fenómeno – así – es ordenado y lo sitúa en el tiempo una evolución necesaria que tiene más fisonomía de Edad que de Motín. La confirmación hegeliana del YO en la humanidad es, a este respecto, de una aplastante evidencia.”

Argentina y su razón de ser

   Podemos aseverar sin temor a equivocarnos – porque así lo registra nuestra historia – que desde el momento en que como argentinos tuvimos la osadía de querer constituirnos como Nación libre, independiente y soberana, venimos batallando contra diferentes fuerzas imperiales que hasta hoy intentan someternos a sus dominios o designios.

     En estos momentos en que la crisis ética y moral que exponencialmente nos ha invadido y que parece haber entronizado a la decadencia, ha dado lugar a la aparición de miles de pequeños reservorios libertarios – que como decía don Atahualpa – con puñados de arena se construyen montañas. Son rémoras de esa conciencia nacional que un 25 de Mayo de 1810, plantó la bandera de nuestra razón de ser libremente argentinos.

      En la primera guerra mundial de 1914, cuando en 1916, asume la presidencia  don Hipólito Yrigoyen, Argentina toma la decisión de ser prescindente de dicha contienda más allá de las fuertes presiones que recibiera, hecho que igualmente repitió el gobierno militar en la segunda guerra mundial en el año 1945 por sugerencia de quien ocupaba el cargo de Vicepresidente Juan Domingo Perón, aunque cuando la guerra se definía a favor de las fuerzas aliadas, por las mismas presiones Argentina accedió a declarar la guerra.   

   Estos dos hechos reflejan el espíritu independentista y libertario de gobiernos  argentinos, por no querer entrometerse en los conflictos de otros Estados o generados por intereses en los que nada tiene que ver Argentina.

      Y de igual manera, los argentinos siempre tuvimos que marcar con absoluta firmeza y claridad que tampoco tenemos nada que ver con las dos ideologías caducas y en pugna – como el liberalismo y el marxismo – que han intentado forzarnos a pensar y obrar como ellos y no como somos en realidad los argentinos.

    Aunque es menester tener presente que el pueblo que no sepa definir y mantener su propia forma de pensar y obrar, puede terminar siendo esclavo de cualquier ideología o doctrina que se expande en sus proximidades.

      Es por eso que seguimos en deuda con nuestros progenitores ya que jamás hemos intentado institucionalizar un ámbito de coincidencias esenciales, que asentadas en nuestra historia, tradiciones, costumbres y virtudes, defina que somos un pueblo con una forma de pensar y obrar no sólo independiente sinó diferente en su forma de estructurarse y realizarse como Comunidad Organizada.

      Porque observando atentamente, comprobaremos cómo ambas ideologías coinciden en no dejar que el poder de decisión esté en los pueblos, ya que los que tienen que decidir son las élites de partidos o corporaciones, que muchas veces son arrastrados por la codicia, la banalidad o la corrupción.

El futuro nacional y el nuevo orden mundial

   Ningún país puede diseñar su futuro si no participa consciente y activamente su comunidad y si se desconoce lo que acontece en el mundo, sobre todo cuando se está ante un definitivo cambio de época.

       Por lo tanto es crucial entender que frente a una nueva conformación del poder mundial que hoy se dirime en el mundo, hay condiciones más que propicias  para pasar de un orden unipolar a uno multipolar, donde no solamente tendrán representación las potencias mundiales como EE.UU,China y Rusia, sinó también otras potencias y países en vías de desarrollo, constituyendo verdaderas integraciones donde se armonizarán sus participaciones asegurando la paz y la realización plena de toda la humanidad, sin exclusión de nadie e independiente de sus ideologías, razas y costumbres.

      Por supuesto, este proceso necesita del entendimiento y la participación de los que aprueban que las decisiones estratégicas que hacen a la construcción de un mundo mejor deben ser compatibilizadas por todos los Estados integrantes, y esto es fundamental que lo comprenda y acepte EE.UU, que hasta ahora ejercía  en soledad, el poder mundial.

      Para comprender esta situación transcribo declaraciones que en estos días fueron realizadas por el renombrado economista estadounidense Jeffrey Sachs al semanario suizo Die Weltwoche: Estamos en un mundo multipolar en el que el BRICS, es más grande que el G7, y EE.UU. no lo acepta y lo creo  porque EE.UU. lleva un retraso de un cuarto de siglo…..Ya estamos en un mundo verdaderamente multipolar.”       

     Argentina que debe  integrar el BRICS, acontecimiento que se concretará el 1° de Enero del 2024, necesita el apoyo y acompañamiento de todo el pueblo, por medio de sus entidades intermedias que son expresión de la Comunidad argentina organizada, porque se juega  el futuro productivo, industrial, científico y exportador de Argentina, como también una gran posibilidad de reparar dignamente a millones de argentinos sumidos en la marginalidad y la pobreza.

Publicado en La Voz del interior de Cordoba

Por el Licenciado Cnl (r) Jorge Nelson Poma que autoriza su publicacion en Dossier Geopolirico

Introducción

La mayoría de los medios de comunicación masivos, muchos formadores de opinión y otros informativos con la mayor objetividad posible en la búsqueda de la verdad, difunden noticias con terminología aparentemente obvia, las que en realidad resultan dificultosas para aquellos ciudadanos comunes o no analistas de la geopolítica internacional o mundial.

Tal es el caso de términos como: multinacionales, supranacionales, bloques continentales industriales, unipolaridad, multipolaridad y otros a nivel mundial, que se pueden observar en los diccionarios y glosarios de términos en geopolítica. 

Sólo pretendemos que se comprenda, la importancia de la existencia de las posibilidades mencionadas y cuáles serían las más convenientes para la paz, el bien y la convivencia en el mundo.

Desarrollo del análisis comparado

Unipolaridad:

Término que refiere al imperio dominante a nivel mundial, ejemplos que hemos tenido a lo largo de toda la historia de la humanidad, tal vez el mejor ejemplo en la antigüedad, fue el Imperio Romano, tanto de occidente como en el oriente, del mundo conocido en ese momento; en este sentido observamos que un imperio se fundamenta, como factor común, en la agresión y dominación de otros pueblos y Estados, vulnerando la igualdad de derechos que se ejercen en una convivencia de paz y bien.

Mediante un salto cuántico, ejemplificamos este concepto cuando, al término de la Guerra Fría entre la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas); con la disolución de la URSS, quedó un solo poderoso país dominante, cual es los EEUU de Norteamérica y sus obsecuentes aliados.

Tal poder, que llegó a alcanzar el 52% del poder militar mundial, vale decir que, si unimos a todos los países del mundo menos EEUU, podrían llegar al 48% del poder militar mundial, en la situación mencionada advertimos que EEUU solo, se transforma en el “rey” y “gendarme” del mundo.

Nos preguntamos, ¿cómo utilizará esa unipolaridad, brindando libertades, sumisión, dominio, esclavitud de las otras naciones, abuso de sus recursos naturales o cómo actuará?; fueron los interrogantes geopolíticos que inundaron el mundo desde la caída de la URSS. 

Podemos interpretar la unipolaridad estadounidense, como una sumatoria de empresas, organismos trasnacionales y bases militares, distribuidos en todo el mundo con algunas excepciones, con finalidades económicas y de dominio mundial, poder absoluto del imperio más poderoso de la historia de la humanidad.

Utilizamos el término trasnacionales, por el hecho de trascender las fronteras, por las buenas o por las malas, por la voluntad política o corrupción de los países, imponiendo las influencias estadounidenses; las mencionadas intromisiones pueden tener variadas formas o disfraces como: la esclavitud desde el FMI (Fondo Monetario Internacional) como forma de “ayuda”, la instalación de bases militares algunas disfrazadas de base de ayuda humanitaria, etc.

Derivado de lo señalado anteriormente, sabemos que la masa de los organismos supranacionales como:  la ONU (Organización de Naciones Unidas), la OEA (Organización de Estados Americanos), el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca), la OMS (Organización Mundial de la Salud),  OTAN y tantos otros más, son funcionales al poder anglosajón, los que constituyen armas encubiertas para cumplir con los intereses estadounidense como patrón, juez y jurado, estando en segundo lugar sus aliados, principalmente anglosajones y europeos.

Agregamos que EEUU también es dependiente de un organismo al que le debe y se debe, la cual es la FED por sus siglas en inglés que traducida es la Banca Federal Norteamericana; aclaramos que la misma no es federal ni norteamericana, es una Entidad privada y poseedora de la mayor fortuna mundial con respaldo en oro o territorios y que EEUU se encuentra embargado ante esa banca por su descomunal deuda.

Conocemos probadamente algunas de las siniestras estrategias de las guerras bélicas o no, las cuales lleva a cabo EEUU para mantener su hegemonía o unipolaridad, con sólo recordar algunas de esas acciones, vemos las siguientes hipótesis: desde permitir que suceda Pearl Harbor con la muerte de su propia gente a modo de sacrificio para tener las excusas de ingresar a la IIGM, la destrucción de las Torres Gemelas a modo de fundamento jurídico para luchar contra el “terrorismo”, para lo cual se inventaron las armas de destrucción masiva en Irak con la finalidad de apoderarse de su petróleo y poder en Medio Oriente, la destrucción de Libia por ser un “mal ejemplo” para el mundo de independencia, libertad y soberanía, la guerra en Siria con la utilización de israelíes y mercenarios, la ayuda a los británicos en 1982 para vencer a Argentina y poseer el Atlántico Sur y la Antártida a su disposición o “de la OTAN”, y mil etcéteras más para mantener el poder mundial.

Fundamentando a tantas mentiras e hipocresía geopolítica del poder anglosajón y sus obsecuentes aliados, es que surgen a modo defensivo otras alianzas, con la finalidad de lograr un equilibrio en el mundo, por ello nace en la actualidad la indispensable multipolaridad.

Multipolaridad: 

Después de la IIGM, una de las estrategias de obtener el poder mundial, fueron las alianzas de la OTAN versus la alianza del Pacto de Varsovia bajo la impronta de la URSS, nació entonces la bipolaridad mundial como una de las consecuencias de la IIGM; para lograr mayor éxito post IIGM. El poder anglosajón implementó la distribución mundial de empresas supranacionales y ONGs (Organizaciones No Gubernamentales), con la finalidad de obtener la explotación de los recursos naturales en distintas partes del mundo y obstaculizar el desarrollo de otros países en beneficio del poder anglosajón.

Al disolverse la ex URSS, la Federación de Repúblicas Soviéticas, con la Federación Rusa como principal heredera de la misma, no escapó a ésta invasión económica y obstaculizadora ya aludidas; en tanto China e India se independizaron de los ingleses y de otras potencias menores colonialistas, dándose cuenta del daño económico que representan las multinacionales, las que, aparte de destruir las industrias nacionales de los países afectados, utilizando diversas ONGs con excusas encubiertas,  obstaculizan el desarrollo nacional, imponiendo sólo determinadas actividades económicas o distintas explotaciones de recursos naturales de origen.

Cuando China, Rusia e India, advierten el desangramiento, anulación industrial nacional y la máquina de impedir de las ONGs anglosajonas, adoptan la mejor decisión al desalojar a todas las ONGs y empresas multinacionales, las que obstaculizan el desarrollo en todos los sectores componentes de un Estado, como lo son: la economía, las fuerzas armadas, la explotación propia de sus recursos naturales, la independencia, libertad y soberanía.

A partir de lo señalado, los tres países mencionados, se catapultan a un nivel competitivo, cuando, reemplazándolas por la industria nacional, cambian geopolíticamente su poder; así se transforman o vuelven a asumir el rol de potencias económicas y militares respetadas en el tablero mundial; de este modo nace la multipolaridad a nivel global.

Estamos hablando de polos de atracción económica, política y de influencia internacional muy importante, vale decir, de su impronta geopolítica de magnitud respetable por las potencias hegemónicas: OTAN, EEUU solo, Rusia, China, India, tan vez Japón; además todos los mencionados a excepción de Japón, poseen poder nuclear suficiente para participar de la destrucción mutua asegurada.

BRICS: 

Comenzamos observando que la multipolaridad sola no es suficiente para mantener un equilibrio mundial aceptable, por lo tanto, así como la OTAN no se desactivó como la ex URSS, necesariamente nacen nuevas alianzas.

De lo señalado nace el BRICS (Brasil – Rusia – India – China – Sudáfrica), un bloque nuevo, magnífico, sin la usura esclavista del FMI o Banco Mundial, contando que hay más de 40 países en espera y que cuentan con la admiración en plenitud como un poder menos agresivo que el anglosajón; hoy se debe demostrar credibilidad para su ingreso.

Argentina no está exenta de esta aspiración, ya que habiendo fracasado la recomposición de la UNASUR (Unión de Naciones del Sur), debido a la influencia de fuerzas ocultas del Estado Profundo pro anglosajón, los que se verían afectados en sus intereses del libre comercio atlantista; en razón a que la UNASUR aspiraba a una inminente constitución de un bloque industrial continental bioceánico, dejando de ser el patio trasero de EEUU o la granja británica y constituyendo un eje competitivo a las aspiraciones e intereses del poder anglosajón.

El sistema pendular, que caracteriza a muchas naciones sudamericanas, que afectó especialmente a Argentina y Brasil, sistema que se refiere a la falta de políticas públicas permanentes; sintetizando a que cambiando presidentes, cambian los rumbos, unos son pro anglosajón, otros tercera posición, otros con políticas sólidas y permanentes.

Lo expresado nos lleva necesariamente a ser países sin la credibilidad suficiente para un desarrollo sostenible, no es casual que los países más grandes y ricos de Sudamérica estén tan agredidos: Brasil con un movimiento separatista en su zona Sur, y el Amazonas plagada de multinacionales depredadoras; Argentina es el País más agredido de todos los países del Sur americano desde tiempos remotos (1763) hasta la actualidad y continúa con las formas propias de una guerra híbrida.

Pisoteada y sumisa, sometida por los Acuerdos de Madrid I de Menem y II de Macri, nos gobiernan y dominan los intereses anglosajones, los que nos imponen ignorancia, pobreza, descomunal inflación, compran funcionarios, promueven desindustrialización total, destrucción de las FFAA con el apoyo subliminal del pueblo y la colonización mental de muchos miembros de nuestras propias FFAA, incrementan el narcotráfico y los conflictos, fomentan la destrucción de nuestros valores, se llevan nuestro litio y otros minerales regalados, colocan un radar británico en Tierra del Fuego y mil etcéteras más.

Ingresar al BRICS, sería para Argentina un golpe geopolítico descomunal y una herida a los intereses anglosajones; Argentina se vería apoyada y podría desprenderse, logrando una segunda independencia y por añadidura libertad y soberanía, esperamos con enorme ansiedad que el BRICS sea BRICSA por Argentina.

Esta transición nos coloca en el podio de las relaciones internacionales fuera de América, en la cual hemos sido pisoteados desde afuera con la complicidad de adentro o lo que es lo mismo decir, con la complacencia de nuestros funcionarios “argentinos”, desde Rivadavia, los golpes de Estado hasta Menem y Macri, todos deplorables traidores a la Patria.

Argentina debe expulsar todas las ONGs anglosajonas obstaculizadoras de nuestro desarrollo y las multinacionales devastadoras de nuestros recursos naturales de mar y tierra, puede hacerlo con el respaldo aludido o BRICSA y la rehabilitación de las cárceles para los políticos traidores a la Patria, veremos a esos políticos, que tan pronto se transformarían en grandes patriotas.

En relación a la moneda única o todas las monedas del BRICSA, en nuestro caso en plena hiperinflación, nos preguntamos ¿porque debemos tener respaldo oro?, ¿porque no poder tener respaldo en litio por ejemplo?, terminemos con la inflación impuesta por los enemigos de la Patria.

Los recursos naturales continentales argentinos y su proyección en el Atlántico Sur y la Antártida, sabemos que constituyen la vida alimentaria, farmacológica, de energía y cuantos más aún desconocidos beneficios, los cuales quien los posea y explote, será líder mundial, por ello y su situación geográfica relativa, lleva a la Argentina a ser parte necesaria de BRICSA.

Muchos creen que BRICSA será comunista, a ellos les decimos que el comunismo fue sepultado hace años, ahora se trata de un capitalismo menos usurero que el poder anglosajón y unidos tendrán un poder industrial, económico y militar, tan o más importante del tablero mundial; además recordemos que la guerra civil de la década del 70 fue planeada, dirigida y apoyada logísticamente por el poder anglosajón: ¿fueron comunistas? ¡Despierten y dejen de ver comunistas bajo la cama! 

Además, en la cuestión de Soberanía en el Atlántico Sur, Argentina contaría con un fuerte respaldo, sin derecho a veto como en la ONU, de un poder estratégico a escala mundial; asimismo el BRICSA, respaldaría la apertura de la industria nacional, tan pisoteada por el poder anglosajón, con sólo ver los bloqueos a la industria militar argentina, podemos definir con claridad, cuáles son nuestras conveniencias.

Tal vez sea más acertado comparar las actitudes de los británicos, al seguir las indicaciones de Winston Churchill, quien desde la década del 40 del Siglo XX, expresó contra Argentina: 

“No dejen que la Argentina se convierta en potencia. Arrastrará tras ella a toda América Latina” . . . “La estrategia es debilitar y corromper por dentro a la Argentina, destruir sus industrias, sus fuerzas armadas, fomentar divisiones internas apoyando a bandos de derecha e izquierda, atacar su cultura en todos los medios, imponer dirigentes políticos que respondan a nuestro Imperio. Esto se logrará gracias a la apatía de su pueblo y a una democracia controlable, donde sus representantes levantaran sus manos en masa en servil sumisión. Hay que humillar a la Argentina”.

Recordemos que Winston Churchill (nieto), al ver los resultados de la Batalla de Malvinas, pronunció la continuación de la profecía señalada, al decir: “A la Argentina hay que sumirla en el barro de la humillación . . .”, es exactamente lo que nos está sucediendo a modo de castigo imperial.

Los BRICSA involucran a casi la mitad de la población y economía mundial, superando en la actualidad al G7 (Grupo conformado por Alemania – Canadá – EEUU – Francia – Italia – Japón – Reino Unido de GB), aquellos que en su momento pasado a fines del Siglo XX, fueron los más poderosos en las decisiones globales.

Los medios bajo influencia anglosajona, cumplen a pleno aquel viejo adagio que expresa: 

“El negocio de los periodistas es destruir la verdad, mentir abiertamente, pervertir, vilipendiar, arrojarse a los pies de las riquezas, y vender su país y su carrera por su pan de cada día. Tú lo sabes y yo lo sé, y ¿qué locura es ésta proclamar una prensa independiente? Somos las herramientas y vasallos de hombres ricos detrás de las escenas. Somos polichinelas de los editores, ellos mueven los hilos y nosotros bailamos. Nuestros talentos, nuestras posibilidades y nuestras vidas son propiedad de otros hombres. Somos prostitutas intelectuales.”   

Esto dijo en 1880 -143 años atrás- John Swinton, periodista del New York Times, sobre la independencia de la prensa. Palabras que hoy, en la Argentina “de la entrega con los Acuerdos de Madrid” son una inocultable realidad. También posee validez para el resto del mundo. 

Conclusiones:

  • Los pueblos sin FFAA ni alianzas estratégicas, se encuentran condenados a ser dominados. 
  • El deterioro de la Defensa Nacional en los últimos 40 años, no permite mantener la integridad territorial, la soberanía en el mar y aeroespacial; promesas políticas apuntan al largo plazo (2050) el renacer de la Defensa Nacional. Teniendo en cuenta la agenda global 2030, ¿alguien puede creer esta afirmación?
  • Gane quien gane las elecciones en Argentina, gana el poder anglosajón, principal opositor al ingreso argentino al BRICSA, en tanto que los medios repiten los versos subliminales anglosajones.
  • Las increíbles traiciones a la Patria de muchos de nuestros funcionarios, la cobardía de muchos jueces y legisladores, ponen en serio riesgo la existencia del Estado Nacional.
  • La ciencia y fundamentos de la geopolítica, debe establecer las bases del desarrollo argentino y que ningún presidente pueda cambiar, entonces dejaríamos de ser pendulares en las políticas públicas.
  • El riesgo de la disolución Nacional de Argentina es muy grande, hasta en la CN (Constitución Nacional de 1994) consta la división de Argentina en ocho regiones que serían los posibles 8 paisitos sin influencia alguna, con el BRICSA, esa hipótesis sería muy difícil de concretar.
  • BRICSA: no nos caben dudas que ante la falta de alianzas, la auto adjudicación de 5 mil km2 del patrimonio argentino a Chile, como es habitual, está el poder anglosajón detrás de la acostumbrada geopolítica pinochetista, luego arbitrará La Haya o Inglaterra y ya sabemos a quienes beneficia, cortándole aún más la soberanía argentina en el Atlántico Sur y su proyección antártica. ¡Necesitamos a BRICSA!

FUENTES DE CONSULTA:

  • BRIC Y MALVINAS: https://www.pagina12.com.ar/581830-el-acceso-de-la-argentina-a-los-brics-otra-via-para-el-recla 
  • Apuntes de la Cátedra de Geopolítica de la Universidad Maimónides. 
  • Julio C. Gonzales – La Involución Hispanoamericana – El caso argentino 1711 – 2010 – Ed. Agüero 2260 – Buenos Aires – (2010).
  • Pedro Baños (1918) – ASÍ SE DOMINA EL MUNDO – Ed. Ariel – Buenos Aires – Argentina.

Ha pasado tanto tiempo desde que Brzezinski formuló originalmente la noción de Mackinder que la diplomacia clásica ha quedado etiolada.

Por Alastair Crooke Fundación de la Cultura Estratégica

En 1997, Zbig Brzezinski, el «impulsor» original detrás de la transformación de Afganistán en un atolladero de «barro» al que Rusia iba a ser arrastrada, escribió su célebre libro, El gran tablero de ajedrez . Fue una obra que incorporó «para siempre» la doctrina Mackinder de «quien controla el corazón de Asia controla el mundo» en el espíritu de la época estadounidense.

Es revelador que su subtítulo fuera La primacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos. Brzezinski ya había escrito en su libro que sin Ucrania, Rusia nunca se convertiría en la potencia central; pero con Ucrania, Rusia puede y lo haría .

Así, la doctrina de Mackinder, el dicho «Aquel que controla el corazón» , fue codificada en la «ley canónica» estadounidense, para nunca permitir un corazón unido. Y Ucrania pasó a ser vista como la bisagra alrededor de la cual giraba el poder central.

Brzezinski ordenó además que esta «Gran Partida de Ajedrez» fuera una de pura primacía estadounidense: «No, nadie más juega», insistió; Es un juego puramente para uno. Una vez que se mueve una pieza de ajedrez; ‘nosotros’ (Estados Unidos) simplemente giramos el tablero al revés y movemos las piezas de ajedrez del otro lado (para ‘ellos’). No hay ‘ningún otro’ en este juego”, advirtió Brzezinski.

Éste es el dilema actual: hace tanto tiempo que Brzezinski formuló originalmente la noción de Mackinder que la diplomacia clásica ha quedado etiolada.

Sin embargo, fue Henry Kissinger quien dio a Mackinder su célebre giro: » Quien controla el dinero controla el mundo » se convertiría en la hegemonía financiarizada del dólar y de la banca.

Pero Kissinger, en esto, se equivocó desde el principio. Siempre lo ha sido: «Aquel que tiene capacidad de fabricación, materias primas, alimentos, energía (tanto humana como fósil) y dinero sólido puede cambiar el mundo». Pero Kissinger simplemente ignoró esas condiciones adjuntas y, en cambio, basó a Estados Unidos en la creación de una «telaraña global de dólares armados» (tócala y la telaraña de las sanciones te envenenará). Además, este sistema se multiplicó porque Wall Street distribuyó el acceso a billones de dinero recién creado sólo a quienes cumplían.

Kissinger, sin embargo, desarrolló la doctrina de la «triangulación» en un guiño a Mackinder: Estados Unidos debería buscar aliarse con Rusia contra China, o estar con China, en oposición a Rusia. Pero nunca permitir que China y Rusia se unan contra Occidente. El corazón del país siempre debe estar fracturado.

Estas «reglas» están impresas en los circuitos mentales de Washington. Sin embargo, las nociones que los sustentan tienen poca validez hoy. Los estados militarizados y con masas terrestres (el corazón de Asia) frente a las potencias navales (los atlantistas) difícilmente reflejan los instrumentos de poder más abstractos de hoy.

La esfera del dólar, por ejemplo, ha sido sin duda una fuente de poder estadounidense (imponiendo a los estados la compulsión de comprar y mantener dólares) desde el Acuerdo de Bretton Woods y los acuerdos del petrodólar. Creó una demanda sintética masiva del dólar, que inicialmente funcionó bien para Washington. Pero ahora ya no tanto.

Era demasiado bueno para ser verdad: imprima y al diablo con las consecuencias. ¿Deuda? No importa; imprime un poco más. Washington exageró (el atractivo político era demasiado grande).

Y así, la «hegemonía» del dólar ha pasado de ser una herramienta de proyección de poder a ser la principal fuente de vulnerabilidad de Estados Unidos. Dicho claramente, el enorme exceso de oferta de dólares y deuda en dólares de Washington ha convertido al «dólar» en un arma claramente de doble filo; Ahora va contra Occidente. La base manufacturera occidental, financieramente muy pesada, se ha atrofiado y reducido, lo que ha desencadenado una sociedad estadounidense de dos niveles con enormes desigualdades.

El actual conflicto en Ucrania ha puesto de relieve las deficiencias del poder hegemónico que surgen específicamente de una base manufacturera desatendida.

Si Mackinder estuviera aquí hoy, podría necesitar ajustar su modelo, distinguiendo entre el territorio que está «fuera» del conjunto de políticas económicas (el bloque asiático, africano y global del Sur liderado por los BRICS) y el que está «dentro» del conjunto de políticas económicas. ‘: es decir, dentro de un paradigma consumista ‘costero’ impulsado por la deuda.

Relacionados con lo anterior están los costos específicos asociados con esta excesiva militarización (es decir, la «guerra» financiera «total»). El Tesoro de Estados Unidos ha utilizado múltiples variaciones: deuda (para colapsar primero, la posición global de Gran Bretaña en la posguerra); utilizó las tasas de interés como armas para «reducir el tamaño» del milagro económico japonés de principios de los años 1980. Francia y Occidente desplegaron la guerra para poner fin a las aspiraciones de Gadafi de una esfera panafricana utilizando un dinar de oro, en lugar del franco o el dólar. Y luego hubo sanciones sin precedentes a Rusia que, paradójicamente, han dado lugar a una renovada fortaleza económica rusa , en lugar de un colapso financiero (como se esperaba).

Sin embargo, aquí nuevamente vemos la incongruencia del doble filo de la “espada de las sanciones”: The Wall Street Journal ha observado que los europeos se están empobreciendo –como resultado de los confinamientos, pero más precisamente al unirse al “proyecto” de guerra de Biden , destinado a poner a Rusia de rodillas):

    En 2008, la eurozona y Estados Unidos tenían productos internos brutos (PIB) equivalentes; la brecha del PIB es ahora del 80%. 

El Centro Europeo para la Economía Política Internacional, un grupo de expertos con sede en Bruselas, publicó una clasificación del PIB per cápita de los estados americanos y europeos: Italia está justo por delante de Mississippi, el más pobre de los 50 estados, mientras que Francia está entre Idaho y Arkansas, respectivamente 48 y 49. Alemania no salva las apariencias: se encuentra entre Oklahoma y Maine (38.º y 39.º). El salario medio estadounidense es ahora una vez y media mayor que el de Francia.

¿Valió la pena que los líderes de la UE hipotecaran el futuro de Europa en aras de la solidaridad de la Casa Blanca? De todos modos, la estratagema de las sanciones no funcionó.

Bueno… Estados Unidos y la UE se encuentran en medio de un nuevo giro en la ‘historia’ geoestratégica de Mackinder sobre cómo evitar que surja un corazón unificado: es una variante del plan de ‘reducir el tamaño’ de la destreza tecnológica japonesa: La herramienta del ‘Acuerdo de Plaza’ (1985) para manipular las tasas de interés contra un Japón ‘derrotado’ y dócil no funcionará para China.

Más bien, China está siendo sometida a un asedio tecnológico acompañado de una campaña de estigma, en la que su líder es destrozado, mientras que la economía de China se ve presionada con cada vez más tecnología cuya exportación o cooperación está prohibida. Todos los días, los HSH occidentales celebran las dificultades económicas resultantes que enfrenta China:

    “Su crecimiento meteórico [de China] se ha desacelerado, un breve aumento post pandemia se ha extinguido y los analistas señalan profundos problemas estructurales que socavan las perspectivas futuras de China. Xi y la camarilla gobernante (sic) están luchando para abordar los nuevos desafíos planteados por la maduración de la economía de China… La economía de China alguna vez pareció el nuevo motor del mundo [como alguna vez lo hizo Japón]… pero una sensación de estancamiento está invadiendo».

Es verdad. El prolongado desgaste estadounidense de la economía china ha obstaculizado el crecimiento. Las exportaciones chinas tanto a Estados Unidos como a Europa están cayendo, y el desempleo juvenil es, de hecho, una preocupación activa para los dirigentes chinos.

Pero China entiende muy bien que esto es una guerra: la ‘Guerra Estratégica de Mackinder’.

En un viaje reciente a Beijing, la Secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, advirtió que la incertidumbre prevaleciente, avivada también por las duras medidas adoptadas por el gobierno chino contra las empresas extranjeras, está haciendo que China sea “ininvertible” a los ojos de los inversores estadounidenses.

¡Detener! Haga una pausa para asimilar lo que dijo el secretario de Comercio: ¡ Adopta nuestro modelo económico o te rechazaremos!

La Secretaria Yellen también pronunció recientemente un discurso sobre la relación entre Estados Unidos y China, dando a entender que China había prosperado en gran medida gracias a este orden de mercado anglo de ‘libre funcionamiento’, pero ahora estaba girando hacia una postura impulsada por el Estado, una que “es de confrontación”. hacia Estados Unidos y sus aliados”. Estados Unidos quiere cooperar con China, pero total y exclusivamente en sus propios términos , afirmó.

Estados Unidos busca un “compromiso constructivo”, pero que debe estar sujeto a que Estados Unidos garantice sus propios intereses y valores de seguridad: “Comunicaremos claramente a la República Popular China nuestras preocupaciones sobre su comportamiento… mientras nos comprometemos con el mundo para promover nuestra visión de una orden económico global abierto, justo y basado en reglas”. Yellen finalizó diciendo que China debe “atenerse a las reglas internacionales actuales” .

Como era de esperar, China no aceptará nada de eso.

Es un paralelo exacto de lo que ocurrió en 2007 en el Foro de Seguridad de Múnich . Occidente insistía en que Rusia aceptara el paradigma de seguridad global de la OTAN. El presidente Putin desafió a Occidente: “Lo hacen: atacan continuamente a Rusia, pero no nos doblegaremos”. Ucrania es hoy el campo de pruebas para ese desafío de 2007.

En pocas palabras, el discurso de Yellen muestra un completo fracaso en reconocer que la «revolución» chino-rusa no se limita a la esfera política, sino que se extiende también a la esfera económica. Muestra cuán importante es la «otra guerra» -la guerra para dar forma a una salida del control del «Orden» global liderado por Occidente- tanto para Putin como para Xi.

Ya en 2013, en un discurso sobre las lecciones aprendidas de la desintegración de la Unión Soviética, Xi señaló la causa de esta implosión en “los estratos gobernantes” (con el giro hacia la ideología occidental de mercado liberal de la era Gorbachov-Yeltsin), que había llevado a la Unión Soviética al nihilismo.

El punto de Xi fue que China nunca había dado este desastroso desvío hacia el sistema liberal occidental .

Putin respondió: “[China] logró de la mejor manera posible, en mi opinión, utilizar las palancas de la administración central (para) el desarrollo de una economía de mercado… La Unión Soviética no hizo nada parecido, y los resultados de una política económica ineficaz termina impactando en la esfera política”.

Washington y Bruselas simplemente no lo entienden. Dicho claramente, la evaluación de Xi y Putin es que el desastre soviético fue el resultado de un giro imprevisto hacia el liberalismo occidental; mientras que, por el contrario, el «Occidente colectivo» considera que el «error» de China (por el cual se está llevando a cabo una guerra tecnológica financiarizada) es su alejamiento del sistema mundial «liberal».

Este desajuste analítico simplemente está grabado en los circuitos mentales de Washington. Esto explica demasiado la convicción absoluta de Occidente de que Rusia es tan débil y frágil financieramente, debido al error primordial de evitar el sistema «anglo».

La culminación: Washington está violando (su propia) regla número uno de Brzezinski: el «imperativo» de garantizar que Rusia y China no se unan, frente a Occidente.

La gran pregunta hoy es si la tecnología armada como «imperativo geoestratégico» para dividir el corazón del país será más efectiva para lograr ese fin que el dólar armado.

La semana pasada, Huawei lanzó su nuevo teléfono inteligente equipado con el procesador interno 9000s de Huawei fabricado por la empresa china de semiconductores SMIC, utilizando un proceso de fabricación de clase 7 nm. Hace menos de un año, cuando Estados Unidos introdujo un amplio conjunto de sanciones contra la industria china de semiconductores, los «expertos» prometieron que acabaría con la industria, o al menos congelaría su proceso tecnológico en el estándar de 28 nm. Evidentemente, China ahora puede producir en masa chips de 7 nm de forma totalmente autóctona. El iPhone 14 Pro tiene chips de 4 nm, por lo que China está casi a la par, o tal vez 1 o 2 años por detrás.

Con un movimiento, señala Arnaud Bertrand , China ha demostrado que los esfuerzos de Estados Unidos por obstaculizar a Huawei y a la industria china de semiconductores han sido ineficaces. ¿Qué lograron las sanciones? Han contribuido a construir un ecosistema autóctono de semiconductores que no existía antes de las sanciones. Otros estados «lo entienden»: abastecen sus semiconductores a empresas occidentales, y Estados Unidos no dudará en convertir la industria en un arma con fines geopolíticos. Compre comida china, dice Bertrand.

Esta semana, China lanzó un fondo de inversión de 40.000 millones de dólares para apuntalar su industria de semiconductores.

Anexos:

La brecha del PIB entre EEUU y Europa alcanzó el 80%

https://sputniknews.lat/20230908/la-brecha-del-pib-entre-eeuu-y-europa-alcanzo-el-80-1143477989.html

Putin: Rusia ya ha obtenido el doble de beneficios que las reservas congeladas de oro y divisas

https://actualidad.rt.com/actualidad/479587-putin-rusia-gano-doble-reservas

Al incorporar a la Unión Africana (UA), el G20 toma en cuenta el retroceso de Occidente, el avance del Sur Global y la necesidad de concertación para resolver los graves problemas actuales

por Eduardo J. Vior analista internacional que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Quizás el mejor resultado de la cumbre del G20 que se acaba de reunir en Nueva Delhi es que no haya pasado casi nada. La suave diplomacia india logró moderar el comunicado final, para que reafirmara el principio de la solución pacífica de los conflictos territoriales entre los países, pero sin condenar a Rusia. Se reivindicó la necesidad de un acuerdo global para combatir el cambio climático, pero no se acordaron medidas cuantificables. Se reclama un cambio en la gobernanza financiera mundial, pero no se avanzó en la condena a las prácticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM). El mayor éxito de la conferencia, empero, fue de naturaleza organizativa: la incorporación de la Unión Africana (UA) como miembro permanente del Grupo que ahora pasa a tener 21 integrantes. África es el nuevo gran actor regional en la gobernanza del mundo.

La Unión Africana (UA) celebró el sábado su 24º cumpleaños. Como regalo, la UA se convirtió el mismo día en nuevo miembro del Grupo de los 20 (G20). La UA fue admitida en la organización (que incluye a 19 de las principales economías del mundo y a la Unión Europea) en su reunión del sábado en Nueva Delhi.

“Damos la bienvenida a la Unión Africana como miembro permanente del G20 y creemos firmemente que su inclusión en el G20 contribuirá significativamente a abordar los retos globales de nuestro tiempo”, reza la declaración final de la cumbre. La incorporación de la UA es un gran éxito personal del primer ministro indio, Narendra Modi, que desde hace tiempo venía bregando por el ingreso de la UA a la organización.
Los miembros del G20 -que incluye a Estados Unidos, Rusia, India, China y la UE- representan alrededor del 85% del PBI mundial, más del 75% del comercio mundial y aproximadamente dos tercios de la población mundial. Sin embargo, el bloque ha perdido efectividad por la rivalidad entre Occidente, por un lado, Rusia y China, por el otro, y por el auge de nuevas instituciones multilaterales más representativas de naciones anteriormente marginadas.

La reunión del G20 se celebró pocas semanas después de que BRICS se reuniera en Johannesburgo (Sudáfrica) y anunciara su propia ampliación. Seis nuevos miembros (Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos) fueron admitidos en el bloque que se presenta como una alternativa para la gobernanza mundial.

El G20 se congregó, empero, también una semana antes de que en La Habana sesione el Grupo de los 77 más China (G77+China). Este foro de 134 países de todas las longitudes del Sur Global es el mayor grupo de coordinación intergubernamental dentro de las Naciones Unidas. Sus integrantes representan dos tercios de los miembros del sistema de la ONU y el 80 por ciento de la población mundial. Si bien no cuenta con representaciones regionales, como la próxima Cumbre del Sur (que el G77+China organiza a intervalos irregulares) debe realizarse en África, tendrá gran relevancia el nuevo peso de la UA.

Desde hace tiempo la Unión Africana aspira a desempeñar un papel más importante en los asuntos mundiales. En su Agenda 2063 -el proyecto y plan maestro del continente para transformar África en la potencia mundial del futuro- una de las siete aspiraciones “es que África se presente como actor y socio mundial fuerte, unido, resistente e influyente”.

Además de los intensos esfuerzos diplomáticos de la UA, su éxito en la adhesión al G20 se debió al creciente peso del continente en la economía mundial Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo UNCTAD, por su nombre en inglés), con la población más joven y de más rápido crecimiento del mundo, esta región del globo se está convirtiendo en un imán para los mercados y productos de consumo. Mientras tanto, la Área Continental Africana de Libre Comercio (ACFTA, por su nombre en inglés) ha desbloqueado aún más la vitalidad económica y el potencial de mercado de la región.

Desde su creación la UA ha contribuido significativamente a la paz, la estabilidad y el desarrollo del continente y ha acumulado una fuerza considerable. El organismo continental también ha coordinado eficazmente a sus 55 miembros, para hablar como uno solo en la escena internacional.

Además del peso específico que la organización continental ha adquirido, la conformidad de las potencias occidentales con la incorporación de la UA al G20 puede explicarse también por el temor a que, de lo contrario, el continente se vuelque completamente a la esfera de influencia ruso-china. 47 países africanos se han incorporado ya a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por su nombre en inglés), mientras que 40 países del continente establecieron acuerdos de distinta índole en la Cumbre Rusia-África de julio pasado en San Petersburgo.

La adhesión de la UA al G20 es de importancia mundial. El ascenso colectivo de los mercados emergentes y los países en desarrollo está cambiando radicalmente el panorama mundial. El Sur Global, incluidos muchos países africanos, ha perseguido constantemente la autonomía estratégica y se ha convertido en un actor indispensable en los asuntos internacionales. El ingreso de la UA al G20 ha dado un nuevo impulso a este proceso.
Al ceder posiciones en la redacción del documento final de la cumbre y aceptar la incorporación de la representación regional africana, Estados Unidos y sus aliados han hecho importantes concesiones, para asegurar la supervivencia del G20, aunque en el futuro sólo sirva como espacio de intercambios entre el Norte residual y el resto del mundo. La particular combinación de encuentros tan relevantes en poco más de dos semanas no es el resultado de una azarosa planificación de cronogramas diplomáticos, sino la puesta en escena del traspaso del mando mundial. En las tres instancias África tiene un lugar central.

Publicado por la Agencia TELAM

Ante la ausencia de los principales líderes euroasiáticos, la 18ª Cumbre de los países más desarrollados y emergentes amenaza convertirse sólo en una tribuna retórica

por Eduardo J. Vior analista internacional

El presidente Alberto Fernández viajará esta semana a Nueva Delhi, para participar en la 18ª Cumbre del G20, el devaluado foro de las naciones con el mayor PBI del mundo, que tendrá lugar en Nueva Delhi, India, el sábado 9 y el domingo 10 de septiembre con el lema“Una tierra, una familia, un futuro”. Desde su creación en 2008 este encuentro anual ofrecía la oportunidad para que los líderes del G7 y de los países emergentes debatieran y adoptaran acuerdos sobre la economía mundial. Sin embargo, el clima de cooperación entre las potencias se deterioró crecientemente desde 2014 hasta su ruptura el año pasado y las reuniones del G20 se convirtieron en asambleas declamatorias en las que los contrincantes se quejan del otro sin posibilidades de acuerdo alguno. Consecuentemente, los presidentes de Rusia y China han anunciado que este año no concurrirán y se harán representar respectivamente por el canciller y por el primer ministro. ¿Qué utilidad tiene participar en un encuentro de tan poca importancia?

India ocupa este año la presidencia rotativa del grupo. Antes la tuvo Indonesia y a partir del 1º de diciembre la desempeñará Brasil. Los puntos principales de la agenda para la reunión de este años son la financiación de iniciativas para sobrellevar el cambio climático, la aceleración del progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por la ONU en 2015, para cumplir la Agenda 2030, la transformación tecnológica y el desarrollo de la infraestructura pública digital y las medidas necesarias para que el desarrollo sea liderado por las mujeres, entre otros. Según diplomáticos indios, además, la Unión Africana podría ser incluida como miembro permanente en el G20.

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, comprometió su asistencia al encuentro, pero el presidente chino, Xi Jinping, se hará representar por el primer ministro Li Qiang y el ruso, por su ministro de Relaciones Exteriores Sergei Lavrov. Además de los jefes de Estado y de gobierno de los veinte miembros, otros diez países y representantes de once organizaciones internacionales y/o multilaterales están invitados al encuentro en Nueva Delhi. Sin embargo, llama mucho la atención la falta de invitación a representantes de organismos con orientación multipolar, como el Nuevo Banco de Desarrollo de BRICS, la Unión Económica Euroasiática (UEEA) o el G77+China.

Uno de los temas candentes de la cumbre será la reforma del sistema financiero internacional. Joe Biden instará a que en el FMI y el Banco Mundial se adopten reformas para acelerar y mejorar la asistencia a los países en desarrollo. Hablando con la prensa el pasado 29 de agosto el Asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, afirmó en la ocasión que ambos organismos de crédito deben ofrecer una mejor alternativa de apoyo al desarrollo y financiación frente a lo que calificó de “préstamos coercitivos e insostenibles” de China. El sesgo confrontacional de la propuesta indica su intención política.

Por su parte, en un intercambio mediático el jueves pasado en Washington Joe Biden declaró que esperaba que Xi Jinping asista a la Cumbre del G20. “Espero que asista”, dijo Biden, mientras algunos funcionarios estadounidenses sugerían que una reunión bilateral sería más probable en la conferencia de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Apec, por su nombre en inglés) en San Francisco en noviembre.

Sin embargo, ni China ni Rusia aceptan que los norteamericanos les fijen la agenda. En primer lugar, la principal reforma de los organismos financieros internacionales que a los miembros de BRICS11 y del G77+China interesa discutir es la del gobierno de los mismos: éste debe ser paritario, reclaman, o por lo menos reflejar el poder económico real de cada uno de los países representados en los directorios de ambas instituciones. De nada servirá aumentar el capital del FMI y el BM, si no se revisan los criterios para el otorgamiento y seguimiento de los préstamos y los organismos no se abstienen de intervenir en la política de los países deudores.

En segundo lugar, la insistencia de la diplomacia norteamericana en mostrar a Xi Jinping como contrario al diálogo se contradice con la información circulante sobre los intensos contactos que ambos gobiernos vienen sosteniendo desde fines del año pasado. Cuando la negociación madure y se pueda mostrar un acuerdo en público, el presidente chino se avendrá a un encuentro bilateral con su colega norteamericano en el momento y el lugar que a ambos convenga. Las especulaciones de la prensa occidental al respecto son pura propaganda.

Previsiblemente, durante la cumbre se producirán entre los líderes occidentales y el ministro ruso Lavrov choques sobre la guerra en Ucrania. Probablemente también Washington critique a Beijing por las alegadas violaciones a los derechos humanos de las poblaciones de Xinjiang y Tibet. En este clima de disputa no es esperable que la cumbre alcance algo más que una declaración vacua y rimbombante. En cambio, quizás sirva de marco para discretos diálogos bilaterales a espaldas de las cámaras y los celulares.

En las cumbres de 2008 y 2009, durante la crisis financiera, las reuniones del G20 sirvieron para que los líderes acordaran una serie de medidas para rescatar el sistema económico mundial, pero las cumbres posteriores han tenido menos éxito como consecuencia de las tensiones entre las potencias mundiales. A diferencia de la ONU, donde se supone que el secretario general puede mediar entre las partes (aunque el poder de veto de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad ha paralizado la toma de decisiones), en G20 todo se sostiene sobre la confianza y el respeto entre los participantes.

Al degradar la cumbre a un foro de retórica, los líderes occidentales han vaciado de sentido las reuniones.

Mientras que la reciente cumbre de BRICS+ que terminó incorporando a nuestro país demostró la eficacia de un encuentro internacional entre países con modelos diferentes y hasta antagónicos, si se hace con respeto y sin ideología, no es previsible que la reunión de Nueva Delhi tenga más alcance que una huera declaración. Más vale hacerse la rabona a las reuniones plenarias y concentrarse en las bilaterales. Falta mucho para que vuelva a haber organismos multilaterales de concertación entre las potencias que compiten por el liderazgo mundial.

Articulo publicado por la Agencia TELAM

El periodista Federico Dal Cortivo entrevistó al Director de Dossier Geopolitico Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele para la Revista Italiana de Geopolitica EURASIA fundada en el 2004, sobre la importancia del ingreso de Argentina a los BRICS y sus trascendencia en el Continentalismo Suramericano y el rol del Sur Global a partir del ingreso de los nuevos 6 miembros. Dossier Geopolitico

P – ¿Cuál es su visión de los BRICS?

R – Sin duda, el surgimiento de los BRICS +(Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) constituye el mayor y más trascendental proyecto geopolítico y geoeconómico global del siglo XXI, que marca el declive definitivo de la dominación anglosajona en los últimos años. Además, al NO ser un organismo ideológico pero SI geopolítico, posiciona a los países del Sur del mundo en el centro del escenario del poder mundial por su extraordinario poder económico, industrial y tecnológico y sus inmensos recursos naturales, mientras que los hegemónicos poder del último de los sucesivos imperios occidentales, que desde 1492 hasta hoy han colonizado, conquistado y destruido civilizaciones, pueblos y países de la llamada «periferia», imponiendo códigos y valores que con el tiempo han sido desenmascarados como hipócritas y contradictorios, además de servir sólo a sus propios intereses. 

Es así como los BRICS + , como organización multipolar, multilateral y multicultural de países muy diferentes, pero unidos por una vocación común de desarrollo económico pragmático, justo e independiente, marca un CAMBIO NO SÓLO HISTÓRICO, SINO TECTÓNICO DEL NUEVO MUNDO, imponiendo un sistema de multipolaridad en la gobernanza mundial , sepultando definitivamente la unipolaridad hegemónica autoproclamada por Estados Unidos a finales del siglo pasado, cuando los ideólogos del imperio dominante decretaron el «Fin de la Historia». Una predicción tan fallida como arrogante y triunfalista, que no duró 30 años. 

Además, con el gigantesco cambio que están provocando los BRICS+, se entrelazan tres continentes (África, América y Asia, sus países y pueblos), que son los “olvidados por el mundo rico”, permitiendo, entre otras cosas, que los asiáticos Las civilizaciones-ecumenes (en particular las chinas e indias) revierten el ostracismo de los últimos 150 años bajo el poder británico (que sigue siendo sólo una excepción en la historia) y devuelven a Oriente al punto de referencia global, como lo fue en la antigüedad. en la Edad Media y en gran parte de la modernidad.  

Permiten también la correcta visibilización del continente africano, de su propia civilización, de su historia, de su cultura y de sus pueblos, dando valor a su humanidad y a sus potencialidades, como mínima reivindicación de los siglos de dolor, sangre y pobreza. impuestas por los crueles imperios occidentales.  

Y además, reconocen la particularidad étnica sudamericana, derivada de la mezcla de pueblos e imperios precolombinos con los europeos que llegaron con la conquista y con las oleadas de emigrantes, que dieron origen a otra civilización particular y diferente, a pesar de que que los modelos occidentales siempre han tratado de aplastar sus raíces indígenas. Y como dijo el gran Vasconcelos mexicano, “nuestra raza cósmica es algo nuevo”. 

P – La reciente cumbre de los BRICS en Johannesburgo ratificó la entrada de seis nuevos estados –Argentina, Irán, Egipto, Arabia Saudita, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos– a partir del 1 de enero de 2024. ¿Cuáles cree que serán las repercusiones geopolíticas y económicas? ¿Esta ampliación anunciada hace tiempo en todo el mundo? 

R – En primer lugar, la ampliación de los BRICS, así como la larga lista de países en espera de ser miembros, demuestran el rotundo éxito político de la cumbre, que valida a la organización como el único valor creciente del mundo multipolar, al tiempo que demuestra su rápido desarrollo y crecimiento y las grandes expectativas que despierta en todo el mundo, excepto en el pequeño grupo de la llamada “comunidad internacional”. 

De hecho, prefiero dejar que algunos datos hablen por sí solos. 

Con esta ampliación, los BRICS reunirán a casi el 46% de la población mundial (un 4% más con la adhesión de nuevos países). 

Representarán el 36% del PIB mundial (según la paridad de poder adquisitivo, o PPA), el 25% de las exportaciones, el 40% de la producción total de gas y el 43% de la producción de petróleo.  

El ingreso de Argentina provocará que sume un 32,1% de las reservas de litio.  

China ya posee el 80% de las reservas mundiales de tierras raras, a lo que sumaremos el control del 63% del uranio enriquecido nuclearmente del mundo, con un 38% ruso y un 25% chino.  

Mientras que Estados Unidos importa desde Rusia el 25% del uranio quemado por sus 94 plantas. Y producen el 20% de la electricidad de Estados Unidos. 

 Y para no aburrirnos con más datos sobre la suficiencia de los recursos naturales y las reservas energéticas que recolecta, así como la creciente inercia de sus transacciones comerciales, el avance de las vías de comunicación e infraestructuras y el nacimiento de nuevas monedas que sustituyen al dólar. , agrego sólo el concepto político de que el avance de los BRICS + y el surgimiento del Sur Global es una realidad imposible de ignorar, a pesar de los esfuerzos de anglosajones y europeos. Digo lo mismo respecto de la evidente y prolongada retirada de todo Occidente. 

Estoy convencido de que desde el fin de la URSS en 1991 todo es una lucha geopolítica y no ideológica, por lo que la cumbre BRICS+ rompe el mito de que el Sur no hizo ni participó en la historia reciente de la humanidad. Por el contrario, se revierte definitivamente la condena de ser un área dependiente y periférica para el suministro de recursos naturales y humanos para el desarrollo capitalista y económico del mundo occidental. Todo esto se acabó. 

Por eso repito: no sólo estamos ante un cambio histórico, sino también un cambio tectónico. 

P – América Latina ya puede contar con dos grandes estados del BRICS como son Brasil y Argentina. ¿Cuáles son los posibles escenarios para el continente latinoamericano? ¿Ves en el horizonte la entrada de otras naciones?

R – Centraré mi respuesta en los países de América del Sur, ya que tanto América del Norte como América Central responden a sus propias coordenadas geopolíticas diferentes. Es obvio y no casual que la presencia conjunta de Brasil y Argentina en los BRICS+ es algo buscado y promovido por las potencias de la organización, en su estrategia de fortalecer el Sur del mundo e inducir un apoyo real a estos estados que actúe como contrapeso al poder de Estados Unidos.  

En otras palabras, estamos ante un escenario disputado entre el Norte y el Sur, y es fundamental que los dos países más importantes del subcontinente estén del lado de los BRICS+, mientras que el eje Brasilia – Buenos Aires, fortalecido por una relación comercial y relación histórica muy importante entre ambos países, es la mejor puerta de entrada posible para que otros países de la región ingresen a la organización con las espaldas cubiertas. 

Además, considerando que tanto Brasil como Argentina son países que sólo limitan con el Atlántico, una de las necesidades fundamentales de la región sería incorporar a los BRICS  países limítrofes con países que tienen costas con el Océano Pacífico, para asegurar una conexión marítima directa con Asia –la nueva capital del mundo– y hacer prácticamente de América del Sur una enorme isla bioceánica con todos los aspectos positivos que ello implicaría desde el punto de vista geoestratégico. 

Este proyecto es una vieja aspiración de ambos países que se remonta a mediados del siglo XX, cuando los movimientos populares y nacionales de Getulio Vargas en Brasil y Juan Perón en Argentina rompieron con la ecuación de autoaniquilación impuesta por Estados Unidos e instalada las bases de una cooperación transformadora e industrializada y proveedora de alimentos procesados ​​y minerales: que, a pesar de las trampas y golpes de Estado estadounidenses, dieron lugar al actual y fortísimo eje comercial y estratégico entre ambos países. 

Un capítulo importante de la historia que parece una reedición, gracias también a la incansable batalla del presidente Lula da Silva para preparar una etapa con más naciones incorporadas y con gigantescas oportunidades de futuro. 

P- Estados Unidos estableció con su “Doctrina Monroe” que América del Sur sería su “patio trasero” y lo es desde 1823. Como decía Simón Bolívar, “Estados Unidos parece destinado por la Providencia a someter a toda América con hambre y miseria en el nombre de la libertad”. En su opinión, ¿cuál podría ser la respuesta de Washington a corto y mediano plazo al incendio provocado por los BRICS en su patio trasero? 

 R – No tengo ninguna duda de que Estados Unidos hará lo que históricamente siempre ha hecho en su política exterior hacia América del Sur. Es decir, impedir el desarrollo al sur del Río Grande, boicotear cualquier alternativa de unidad de los pueblos americanos y recurrir a todas las herramientas, desde intervenciones directas por la fuerza, golpes suaves, ahogamientos financieros, sanciones, bloqueos, desestabilización social, terrorismo mediático, etc.  

Lo hicieron durante la Guerra Fría y lo hacen hoy con sus guerras híbridas. Se trata ni más ni menos que de la aplicación de la clásica doctrina Monroe: “América para los americanos”.

Y más ahora que sufre el vértigo de la debacle , lo que la hace aún más peligrosa, ya que sabe que no puede competir en la zona con inversiones o transferencias tecnológicas e industriales procedentes de China, India, el Sudeste Asiático o Rusia. . A lo que hay que sumar que los pueblos de la región están reconociendo el duro precio de la alianza con los anglosajones, que no pueden ofrecer nada más allá de sus planteamientos bélicos y que con el Sur Global pueden explotar su potencial y sus recursos. 

P- Argentina se encamina hacia las elecciones presidenciales del 22 de octubre de este año; el presidente saliente es el peronista Alberto Fernández. ¿Cómo fue recibido por la población su ingreso a los BRICS, quiénes son las fuerzas pro-BRICS además del partido peronista en el poder y quiénes son las fuerzas que se enfrentarán para llegar a la Casa Rosada? 

 R – Primero que nada, quiero aclarar que el actual gobierno argentino es una especie de coalición entre el peronismo y el progresismo de tipo europeo, siendo el presidente Alberto Fernández parte de este último sector.  

Y se sabe que el progresismo, o la izquierda occidental, no está influenciada por los BRICS, que odian a Rusia y detestan a China e Irán. En cambio, el peronismo, doctrinalmente una Tercera Posición, se adapta perfectamente a los postulados del Sur Global. 

En cuanto a la población, se puede decir que acogieron con gran satisfacción el ingreso de Argentina a los BRICS+, porque cualquier ciudadano de la calle sabe que nuestros dos principales socios comerciales –desde hace años– son Brasil y China, mientras que los que saben lo saben. de los obstáculos históricos que se imponen permanentemente a los productos alimenticios argentinos, tanto en Estados Unidos como en la UE. 

En mi opinión, creo que el gobierno nacional no ha comunicado muy bien este ingreso a BRICS+, ni el verdadero alcance e importancia del mismo. Además, aún no lo ha colocado como eje de la campaña para las elecciones presidenciales de octubre, dejando claro que las inquietudes y prioridades de los ciudadanos hoy son sobre todo soportar los efectos de una inflación que supera el 10% mensual.  

También es justo reconocer que el ejecutivo estuvo muy agobiado en negociaciones durísimas con el FMI debido a la deuda dejada por el anterior gobierno neoliberal y que sumió al país en una gravísima crisis económica. El propio gobierno cerró un acuerdo parcial con el FMI casi la misma semana en que se dio a conocer la invitación por la cumbre de Johannesburgo. Entonces todo está todavía en desarrollo. 

También quiero subrayar que diez días antes de la cumbre el grupo que dirigí, «Dossier Geopolítico», presentó un documento a gobiernos, líderes políticos y sociales, pidiendo que los dos ejes de nuestra política exterior sean la incorporación a los BRICS+ y el lanzamiento del proyecto “Sur Global” junto con Brasil. 

En cuanto a la oposición, los dos partidos claramente neoliberales, el PRO/UCR y los llamados libertarios, han rechazado el ingreso de Argentina al BRICS+ con una despiadada campaña de desinformación y confusión, ayudada por los grandes medios monopólicos, creando dudas entre la población con hipócritas y falaces argumentos de pseudomoralidad y enarbolando los siempre hipócritas “valores occidentales”. 

Pero en general, la mayoría de los argentinos entienden que BRICS+ es nuestra única salida a la actual crisis económica causada por la ideología neoliberal.

Publicado por la Revista Italiana EURASIA: Esta nueva revista de estudios geopolíticos es promover, estimular y difundir la investigación y la ciencia geopolítica en el ámbito de la comunidad científica nacional e internacional, así como sensibilizar acerca de las temáticas eurasiáticas al mundo político, intelectual, militar, económico y de la información. La perspectiva de EURASIA no pretende limitarse a las relaciones internacionales en sentido estricto, sino explorar también la cuestión fundamental referente a la influencia que ejercen sobre las “representaciones” geopolíticas pasadas y actuales, así como sobre los escenarios futuros, las relaciones culturales y espirituales entre los pueblos que habitan la masa continental eurasiática.

Sitio Web Italiano Ariannae Ditrice: https://www.ariannaeditrice.it/articoli/brics-e-america-latina

En el día en que se cumplen una década del lanzamiento de la Iniciativa de la Franja y la ruta, el sinólogo argentino Sebastián Schultz analiza que con el proyecto, China construye una “globalización incluyente” y asegura que en él América Latina “es una zona estratégica” que debe aprovecharlo impulsando la unidad continental.

Por Sebastián Schulz. autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Septiembre de 2023 marca el aniversario de un hecho de gran trascendencia histórica y geopolítica. Uno de esos hechos que, vistos en perspectiva, marcarán un antes y un después en la historia de la humanidad. Hace diez años, un 7 de septiembre de 2013, durante una visita oficial a la República de Kazajstán, el presidente chino Xi Jinping anunció la propuesta de crear una serie de corredores económicos que emularan la milenaria “Ruta de la Seda”. Un mes después, en Indonesia, el presidente de la República Popular China extendió la iniciativa más allá de lo terrestre, y propuso crear una “Ruta de la Seda Marítima” que conectara los puertos (y, a través de ellos, a los pueblos) alrededor del mundo.

La denominación de “Nueva Ruta de la Seda” pretendía hacer un paralelismo con la histórica Ruta de la Seda de la época de Zheng He y Marco Polo. Durante más de mil años, China fue el centro del dinamismo económico del mundo, y a través de la “Ruta de la Seda” se transportaban productos exóticos, pero también se conectaban pueblos, civilizaciones, culturas, se compartieron conocimientos, principalmente entre Asia y Europa, pero también entre China y sus naciones vecinas. La nominación de “Ruta de la Seda” se la debemos a Ferdinand von Richthofen, alemán, ya que la seda era un producto sumamente preciado por los europeos. Pero la novedosa iniciativa de Xi Jinping no pretendía reconstruir “una ruta” ni tampoco comerciar específicamente seda.

A través de la idea de “Nueva Ruta de la Seda”, el gobierno chino pretendió presentar una nueva herramienta para el desarrollo a un mundo plagado de crisis y tensiones. La convocatoria estuvo orientada principalmente a los países emergentes y en desarrollo (el llamado “Sur global”), y recuperaba la idea de que el comercio era un componente central del vínculo entre los pueblos, de que el desarrollo de una nación estaba estrechamente vinculada al desarrollo de las otras, y que la paz y la estabilidad eran condiciones necesarias para garantizar la calidad de vida de los pueblos. Cuando hubo paz y floreció el comercio, pueblos y naciones coexistieron armónicamente, retroalimentándose a través de un diálogo sincrético entre civilizaciones. Cuando hubo guerra, crisis y falta de estabilidad, la histórica Ruta de la Seda mermó su importancia y los pueblos sufrieron las consecuencias.

La rebautizada “Iniciativa de la Franja y la Ruta” (IFR) nació al calor de un orden internacional en cuestión, caracterizado entre otras cosas por la pérdida de hegemonía de los Estados Unidos, el fin del unipolarismo y la crisis de legitimidad de las instituciones internacionales creadas por los acuerdos de Bretton Woods después de la segunda guerra mundial. A su vez, la IFR se propuso como una herramienta para ayudar a los países en desarrollo a paliar los impactos de la crisis económica y financiera global, la brecha de infraestructura, las crisis sanitarias, políticas, ecológicas, etc.

En medio de la proliferación de las tensiones globales, la República Popular China propuso al mundo la “Iniciativa de la Franja y la Ruta”, como una propuesta para reconstruir lazos comerciales, pero también sociales, políticos y culturales, entre pueblos y naciones distantes, pero las cuales son todas ellas pertenecientes a una comunidad de destino compartido para la humanidad.

Si bien originalmente la propuesta contemplaba 6 corredores que conectaban Asia, África y Europa, la Iniciativa de la Franja y la Ruta se ha expandido hasta incluir nuevas regiones geográficas, así como también ha diversificado sus dimensiones de cooperación. De este modo, desde hace algunos años se ha comenzado a hablar de una Ruta de la Seda digital, la Ruta de la Seda espacial e incluso la Ruta de la Seda Polar. Por otro lado, también se han mencionado otras variables de la iniciativa, como por ejemplo la “Ruta de la Seda de la Salud” (que ha ganado protagonismo en el marco de la pandemia de Covid-19), la “Ruta de la Seda verde”, entre otras. América Latina y el Caribe (ALC), en tanto, fue considerada por el gobierno chino en 2017 como una extensión natural de la Ruta de la Seda Marítima.

En líneas generales, la Iniciativa de la Franja y la Ruta es esencialmente un proyecto productivo sustentado en la economía real, que contempla el financiamiento para la construcción de vías ferroviarias, carreteras terrestres, aeropuertos, proyectos energéticos, parques industriales y puertos para agilizar el comercio entre los países involucrados. Lo cual no es menor, teniendo en cuenta el contraste entre la iniciativa de China y la creciente financiarización económica que atraviesa el Norte global, el aumento de la especulación financiera y las burbujas, y la proliferación de corridas cambiarias que afectan principalmente a las economías en desarrollo.

A su vez, podemos señalar dos características distintivas de la Nueva Ruta de la Seda. En primer lugar, la IFR no es un paquete cerrado, sino que es un proceso abierto que se define sobre la marcha y en el cual se pueden integrar todos los interesados para darle forma. La incapacidad de definir con precisión a la IFR y sus proyectos genera incomodidad en occidente, que busca siempre establecer blancos y negros a la hora de caracterizar las iniciativas extranjeras. Sin embargo, la IFR retoma el legado denguista de “cruzar el río tanteando las piedras”, es decir, se va redefiniendo a partir de las experiencias prácticas y se va enriqueciendo con la incorporación de nuevos proyectos.

Por otra parte, China explicita el espíritu de la Nueva Ruta de la Seda en términos sumamente abiertos, siendo los acuerdos comerciales no un fin en sí mismo, sino un medio para facilitar un desarrollo “centrado en las personas”. En este sentido, la IFR es mas bien una serie de principios que guían la cooperación que una enumeración de posibles proyectos. Firmando el Memorándum de Adhesión a la IFR, las partes se comprometen a circunscribir la cooperación a determinados principios básicos, como la búsqueda del beneficio mutuo, la no injerencia en asuntos internos, el respeto por los modelos de desarrollo nacionales, la amplia consulta, el respeto por la legislación local, la paz entre las naciones, entre otras. Mediante la IFR, China busca construir un nuevo tipo de relaciones internacionales, recuperando y actualizando los Principios de Coexistencia Pacífica emanados de Bandung, respetando la Carta de las Naciones Unidas y poniendo las necesidades de los pueblos en el centro de las políticas.

Así, mediante la IFR, China construye una “globalización incluyente”, también llamada “globalización con características chinas”, que consiste en crear corredores económicos, políticos y sociales que impulsen la cooperación entre pueblos y naciones en todo el mundo. Si la globalización neoliberal se caracteriza por priorizar la acumulación de capital en cada vez menos manos, la globalización incluyente busca potenciar las capacidades nacionales a través de la cooperación internacional. Si la globalización neoliberal busca homogeneizar las culturas y cosmovisiones a los parámetros de consumo occidentales, la globalización incluyente se realiza respetando la diversidad y la heterogeneidad de civilizaciones que coexisten en el mundo. Si la globalización neoliberal prioriza lo financiero y especulativo por sobre lo productivo, la globalización incluyente va de la mano de la economía real como vector del desarrollo.

Por ello, decimos que la IFR es una herramienta que aporta a la construcción de un mundo multipolar. Contrario a lo que se sostiene desde un sector de occidente, la IFR no busca crear un mundo “centrado en China”, sino un orden donde haya múltiples polos de poder conviviendo y cooperando en forma armónica y pacífica.

El fuerte respaldo internacional a la Iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda se expresó en la rápida aceptación que generó, principalmente, entre los países emergentes. Según datos del gobierno chino, en tan solo diez años, más de 150 países han firmado el Memorándum de Entendimiento para adherir a la iniciativa, se han impulsado más de 3.000 proyectos de cooperación y se ha destinado casi 1 billón de dólares en inversiones. A su vez, desde su creación, los proyectos de la IFR han ayudado a crear 420.000 puestos de trabajo y como consecuencia de sus políticas se ha sacado a casi 40 millones de personas de la pobreza fuera de China.

Entre los países que ya son parte de la IFR, 22 de ellos pertenecen a América Latina y el Caribe (ALC). Nuestra región es una zona estratégica para la IFR, en tanto representa el 13,6% de la superficie global, tiene una población de 640 millones de habitantes (más del 8% de la población mundial) y representa en su conjunto un PBI (PPA) de 12.5 mil millones de dólares, superior al de la India (el tercer PBI mundial). A su vez, ALC posee una de las principales reservas hidrocarburíferas del mundo (22% de las reservas de petróleo), es una de las principales regiones de producción de alimentos del mundo (es la tercera superficie mundial con mayor tierra cultivable, además de que es una de las más productivas), es una de las principales reservas de biodiversidad del mundo, una de las principales reservas de agua dulce del mundo y es una de las principales reservas de litio del mundo, mineral fundamental en la carrera tecnológica.

En este marco, la participación de ALC en la Iniciativa de la Franja y la Ruta representa una oportunidad para romper los lazos de dependencia que históricamente han ligado a nuestra región con los Estados Unidos, pensando en el desarrollo de un proyecto productivo industrial soberano y socialmente inclusivo. Por ello, no es casual la reacción norteamericana frente a la creciente presencia china en la región, y en este marco se encuentran los intentos de funcionarios y medios estadounidenses de sabotear los proyectos de infraestructura enmarcados en la Ruta de la Seda.

La reconfiguración del mapa de poder mundial es un hecho innegable en el orden internacional actual. El acercamiento entre China y América Latina y el Caribe es trascendental, y en este marco la Iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda tiene una importancia estratégica. Para aprovechar esta oportunidad, los países de la región deben impulsar la unidad continental, para construir los umbrales de poder necesarios para ser parte del nuevo orden internacional en formación.

Publicado en la revista web Dangdai

El colaborador de Dossier Geopolitico, Dr. Sergio Rodríguez Gelfenstein, autoriza la publicación de este artículo central sobre los 10 años del Proyecto de la Nueva Ruta de la Seda que se cumplen el 7/9/2023. Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico 

A 10 años de creada, la iniciativa china de la Franja y la Ruta de la seda muestra sus éxitos

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

Durante el año 138 (siglo II a.C), el emperador Wudi de la dinastía Han envió a Zhang Qian en misión diplomática a reconocer las zonas occidentales del imperio y el Asia Central. Fue el primer agente en proporcionar información confiable sobre esos territorios a la corte imperial china, ubicada en Chang´an. En el año 119 a.C., Zhang realizó un nuevo viaje, llevando esta vez, además a 300 acompañantes, miles de cabezas de ganado vacuno y ovino, así como ingentes cantidades de seda y otros obsequios que inauguraron una práctica de intercambio de enviados diplomáticos y viajes comerciales entre los gobernantes chinos y los del Asia Central.

Esto condujo a los emperadores de la Dinastía Han a construir caminos, albergues y postas a lo largo de esta vía, a fin de ofrecer alimentos, alojamiento y seguridad a los viajeros y comerciantes. Este fue el origen de la Ruta de la Seda, que comunicó el este y el oeste y a China con Asia Central y Europa, la cual, saliendo de la capital imperial, atravesaba la actual provincia noroccidental china de Gansu y la región autónoma uigur de Xinjiang, así como la parte central y occidental de Asia, culminando en el Mediterráneo.

En este sentido, la Ruta de la Seda es considerada un patrimonio de la humanidad, su creación, existencia y funcionamiento durante tantos siglos en la antigüedad es un testimonio de que los seres humanos pueden vivir en armonía aun perteneciendo a diferentes civilizaciones y que la guerra puede evitarse a favor de la paz. Diversas reliquias encontradas a través de su recorrido dan cuenta de cómo las civilizaciones árabes y europeas vivieron en armonía con la cultura china, a la vez que protegían sus características propias, sin perder su patrimonio por la comunicación establecida. También demuestra que las economías de los pueblos pudieron complementarse de manera beneficiosa para todos, a través del intercambio y el comercio.

2100 años después, el gobierno chino tomó, a partir de una nueva modalidad, la idea de reformular este proyecto. 

El anuncio sobre la intención china de reabrir la Ruta de la Seda fue hecho por primera vez por el presidente Xi Jinping durante una visita a Kazajistán, cuando impartió una conferencia en la Universidad de Nazarbayev en Astaná, el 7 de septiembre de 2013. Esta semana se conmemora el décimo aniversario de aquel acontecimiento.

Se trata de recuperar valores del pasado y transformarlos en código de conducta para las relaciones internacionales modernas. La vía terrestre de la Ruta de la Seda tendría uno de sus puntos neurálgicos más importantes en Urumqi, capital de la región autónoma uigur de Xinjiang, en el noroeste de China, convirtiéndose en el centro de transporte, finanzas y logística de la Ruta de la Seda, continuando hacia Asia Central y Europa. Desde hace 20 años, los países de Asia Central han revitalizado sus relaciones, lo cual ha permitido fomentar altos niveles de cooperación y amistad. Desde una perspectiva distinta a la que primó cuando varios de estos países pertenecían a la Unión Soviética se han impulsado vínculos en un marco de respeto y no injerencia en los asuntos internos, incluyendo a Rusia en esta perspectiva. Su pertenencia a la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) ha permitido reforzar la confianza mutua entre sus miembros. 

Este contexto hizo posible pensar en la creación de un enfoque innovador en materia de integración que condujera a construir conjuntamente la “Franja Económica de la Ruta de la Seda”, una magna obra que pretende generar bienestar a los pueblos que habitan a lo largo de su recorrido. 

Su proceso de edificación se ha vislumbrado como el desarrollo de áreas específicas que se irán interconectando paulatinamente en la medida del tiempo.

Según lo planteado por el presidente Xi Jinping, entre los objetivos que se propuso este proyecto se pueden destacar la posibilidad de contar con una comunicación estratégica y altos niveles de desarrollo económico entre las partes; crear condiciones para una conexión vial que facilite el transporte desde el Pacífico hasta el Báltico ampliando la infraestructura de transporte interfronterizo que enlace las diferentes regiones de Asia; hacer más evidente el comercio, explotando la magnitud y el potencial de mercados que sirven a cerca de 3 mil millones de habitantes y 50 millones de kilómetros cuadrados a lo largo de su trayecto; reforzar la circulación monetaria para hacer transacciones comerciales en moneda local, a fin de reducir los costos de circulación, aumentar la capacidad para eludir riesgos financieros, elevar la competitividad de la región en el escenario internacional y reforzar la comunicación entre los pueblos, fortaleciendo vínculos de amistad, intensificando los intercambios y solidificando el apoyo social a la cooperación regional.

De otro lado, en los últimos años China ha hecho esfuerzos especiales para vigorizar sus relaciones con los países de la ASEAN, con los que desde 2003 se estableció una asociación estratégica haciendo patente el interés de Beijing en edificar con estos países vínculos de confianza y buena vecindad, sobre todo por los conflictos aún pendientes en materia de delimitación marítima que China pretende resolver en la mesa de negociaciones. En el marco de la búsqueda de extender los espacios de colaboración, China ha considerado necesario ampliar su apertura a los países de la ASEAN. Además, elevó el nivel de la zona de libre comercio China-ASEAN y apoyó el desarrollo de infraestructuras en la región a través de las acciones del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII). Así mismo, se propuso construir un componente marítimo de la Franja Económica de la Ruta de la Seda, imitando el comercio que por esa vía se hizo en el sudeste asiático desde la antigüedad.

La ruta marítima actual seguiría el itinerario utilizado en la antigüedad que conectaba los puertos del sur de China al sudeste de Asia, India, Arabia y África para comerciar con seda, porcelana, té y especias desde Guangzhou a los países del Golfo Pérsico, la cual también fue transitada en el siglo XV por el Almirante Zheng He. Ahora, China se propuso reconstruir esta vía en una nueva Ruta de la Seda Marítima del siglo XXI. El puerto de Kuantan, en la costa oriental de Malasia peninsular, sería uno de los puntos estratégicos, por ser el centro económico de la costa este de ese país y la ciudad más moderna de su litoral.

Es menester decir que la respuesta de Estados Unidos no se hizo esperar, al proyectar el “Corredor Económico Indo-Pacífico (IPEC) en 2013 con objetivos similares y en clara competencia con China, lo cual plantea un nuevo escenario de confrontación.

La réplica estadounidense da cuenta de la importancia que este país le concede a la iniciativa china, que es expresión de un mecanismo de integración que servirá para promover una civilización sustentada en una filosofía ecológica a fin de alcanzar un desarrollo sostenible. Ambas rutas (la terrestre y la marítima) denominadas también “un cinturón, un camino” incluyen a casi 100 países, costarán alrededor de un trillón de dólares financiados básicamente por el BAII y se ejecutarán en un plazo de tres o cuatro décadas. De la misma manera ha estado actuando como financista el Fondo Económico de Inversión de la Ruta de la Seda, patrocinado por Beijing con un fondo de 50.000 millones de dólares.

Desde la perspectiva europea, Alemania parecía mostrar el mayor interés en el proyecto de la Ruta, sin embargo la guerra en Ucrania paralizó muchos de los proyectos. La línea férrea internacional entre Chongqing-Xinjiang en China y Duisburgo, el principal puerto fluvial y mayor centro siderúrgico de Europa, ubicado en la gran zona industrial donde confluyen los ríos Ruhr y Rin en el país germánico, podría considerarse un adelanto de la nueva ruta. Antes del conflicto, Alemania también miraba hacia el este en una zona que conforma su “hinterland geográfico natural oriental”, entre los que se encuentra de manera especial Rusia.

Respecto a Europa, hay que agregar que el proyecto presentaba dos corredores terrestres fundamentales. Por una parte, la red de ferrocarril norte, la más extensa del mundo, que parte de China y pasaba por Kazajistán, Rusia, Bielorrusia, Polonia y Alemania, de donde se distribuiría hacia otros puntos en toda Europa; y de otra, la sur, que atraviesa Asia Central y entra en Irán para dirigirse hacia Europa, pasando por Turquía. La guerra ha cambiado radicalmente esta perspectiva

Para comenzar a operativizar este proyecto, durante los días 14 y 15 de mayo de 2017, se realizó en Beijing un foro con participación de gobiernos de 29 países además de China y la presencia de delegaciones de más de un centenar de naciones y entidades internacionales interesadas en el asunto. El evento permitió mostrar que desde el lanzamiento del proyecto por el presidente Xi en 2013, China ya había invertido más de 50 mil millones de dólares en los países de la Franja y la Ruta; se crearon 56 zonas de cooperación económica comercial, lo cual había generado 1.100 millones de dólares de ingreso fiscal y creado 180 mil empleos, mientras que el comercio entre China y los países a lo largo de la Franja y la Ruta totalizó 913 mil millones de dólares en 2016.

Este proyecto ha permitido reducir la pobreza, asunto específico en el que China propuso 100 proyectos de inversión. 

En el área marítima, China firmó acuerdos de cooperación con Tailandia, Malasia, Camboya, India, Pakistán, Maldivas y Sudáfrica, llevando a cabo una conexión estratégica con muchos de los países a lo largo de la Ruta, estableciendo así una amplia asociación cooperativa alrededor del océano. En este evento, el canciller chino Wang Yi dijo que este proyecto se ha convertido en el bien público más importante que China ha aportado al mundo, sin que eso le permita considerarlo una obra filantrópica, sino que se está haciendo a partir de la idea de ganar-ganar.

En el ámbito global, el proyecto chino se expone como un intento novedoso de llenar el vacío que deja Estados Unidos  al abandonar el acuerdo de asociación transpacífico y el trasatlántico rechazado por Europa y después de haberse aprobado el Brexit en Gran Bretaña, lo que en su conjunto tendía a un aislamiento de China en un contexto en el que Estados Unidos todavía tiene gran dominio de las vías marítimas por la que transita la mayor parte de las mercancías en el globo tras acuerdos firmados al finalizar la segunda guerra mundial en el Mar de China, el sudeste de Asia, el Estrecho de Ormuz y el mar Rojo.

El proyecto de la Ruta vendría a ser una respuesta a la necesidad de China de superar su déficit de materias primas y energía para cumplir con sus planes de desarrollo: Para ello, Rusia se ha transformado en una gran aliada tras los intentos occidentales de bloquearla y sancionarla, pudiéndose complementar en los ámbitos militar, económico, energético, financiero y de transporte. Otra mirada muestra a China en un proceso constante de desarrollo que le permite comenzar una proyección al exterior desde una dimensión distinta: estimulando el crecimiento de sus áreas menos desarrolladas y buscando mercados para colocar sus productos excedentarios.

Uno de los países priorizados es Pakistán, donde China está ampliando y modernizando el puerto de Gwadar, que vendría a funcionar como “su puerto principal” para el intercambio comercial de Xinjiang y el oeste del país en general, alejado por decenas de miles de kilómetros de las terminales marítimas de la China oriental, evitando además el paso de estas mercancías por el Estrecho de Malaca, punto neurálgico del comercio marítimo en Asia y donde China no tiene ninguna capacidad de control.

Además, el proyecto contempla ampliar la Carretera del Karakoram que une ambos países. En este sentido, los países de la ASEAN han valorado altamente este proyecto por los grandes beneficios que esta trayendo para los 10 miembros de esta asociación, especialmente en el terreno de la infraestructura, sobre todo para cumplir el Plan Maestro de Conectividad de la ASEAN que está necesitado de una cantidad enorme de capitales, que la Conferencia de Naciones Unidas para Comercio y Desarrollo (UNCTAD) ha cifrado entre 60 mil y 146 mil millones de dólares anuales hasta 2025 

Con esta iniciativa, China se vincula al plan maestro de la ASEAN y reitera su voluntad de jugar un papel activo en la construcción y actualización de infraestructura física en la subregión, , lo cual redundará en un motor de desarrollo y prosperidad, como señalaron diferentes funcionarios, académicos y especialistas en un evento sobre el tema realizado en Phnom Penh, capital de Camboya, durante el mes de noviembre de 2017.

Si se aúnan los proyectos realizados en Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Pakistán y Camboya a la llegada de la Ruta de la Seda a Rusia y Mongolia y la declaración conjunta de los presidentes de China y Rusia orientada a impulsar proyectos de infraestructura en países de la Unión Económica Euroasiática,  se puede afirmar que ha dado inicio a una dinámica que va a cambiar una parte importante del mundo, toda vez que la conexión de China con Asia Central, del Sur y Occidental, y con  Europa, creará un flamante mecanismo  de cara al futuro, acercando a dos continentes y a zonas urbanas muy amplias que desempeñan un papel relevante en China y pronto lo harán en otras zonas del planeta.

A diez años de creada, la iniciativa de la Franja y la Ruta muestra cifras que dan cuenta de su éxito. Según Zheng Shanjie, jefe de la Comisión Nacional China de Desarrollo y Reforma, el país ha firmado más de 200 documentos de cooperación con 152 países y 32 organizaciones internacionales, cubriendo el 83% de los países con los que China ha establecido relaciones diplomáticas. El Ferrocarril Expreso China-Europa ha llegado a 211 ciudades en 25 países europeos, y el Nuevo Corredor Comercial Internacional Tierra-Mar ha conectado las regiones central y occidental de China con más de 300 puertos en más de 100 países.

El funcionario señaló que “de 2013 a 2022, la importación y exportación de bienes entre China y los países a lo largo de la Franja y la Ruta aumentó un promedio de 8,6 % anual”, añadiendo que “su inversión acumulada en ambos sentidos ha superado los 270.000 millones de dólares”. 

Esto permitió crear 421.000 empleos locales durante la última década, estimándose que para 2030, la construcción conjunta de la Franja y la Ruta habrá ayudado a sacar a 7,6 millones de personas de la pobreza extrema y a 32 millones de personas de la pobreza moderada en los países pertinentes.

En opinión de Victoria Kwakwa, vicepresidente del Banco Mundial para la región de Asia Oriental y el Pacífico: “Con la Iniciativa del Cinturón y la Ruta, China ha introducido una nueva forma de cooperación multilateral para el mundo. Esta prometedora iniciativa tiene como objetivo profundizar la integración económica mejorando el comercio, la infraestructura, la inversión y la conectividad entre personas, no solo a través de las fronteras, sino también a escala transcontinental”.

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