EL MIÉRCOLES NEGRO DE UCRANIA

La presencia de Zelensky en la ONU de este miércoles marcó un nuevo desaire personal y político al «presidente imperial» de Ucrania, mientras la prensa  trata desesperadamente de cuadrar un círculo, que ni siquiera encuentra ya un relato que no haga aguas por alguna costura.

El actor con delirios de estadista pretendió una vez más dar un paseo rutilante por la pasarela mundial de los gloriosos «valores occidentales», pero en lugar de luces y vítores, encontró demasiadas sombras y pocas caras amigables.

En resumen, fue otro día aciago de un largo período de tiempos interminables de tragos amargos:

#El día, como siempre, amaneció con la terrible y rutinaria noticia de bombardeos  sobre suelo patrio, cuyas heridas, quiere el insensible presidente, mostrar como un orgullo patrio y a la vez como una moneda de cambio para subir el precio de su lealtad ante sus patrones occidentales. Tal cual lo haría un virrey del siglo XVI. Una expresión máxima de crueldad y falta de solidaridad del cómico con su sufriente pueblo y sus agotados soldados.

#La mañana siguió con la noticia del duro cachetazo de Polonia al romper los puentes de la alianza, al negarle más suministro de armas y enfatizar que su producción de granos es un cáncer para la economía de sus «amigos íntimos» de la ejemplar Unión Europea. Lo que provocó una airada y muy inconveniente respuesta del verborrágico actor.

#La actitud de Polonia, además de ser una sangrante y permanente insubordinación a Bruselas, define otra línea interna en el frente político occidental más cercana a las provocaciones inglesas -con sus simulacros anárquicos- que parte de una estrategia lógica y consensuada del frente anglosajón. Y en esa deriva se supo desde Varsovia que está activa una ley -con amenaza de cumplimiento- sobre el enjuiciamiento penal a todo polaco combatiente en el extranjero sin autorización oficial del estado. Seguramente será esto una fantochada más, pero pone en alerta a la fluida y muy bien pagada corriente de mercenarios que van a Ucrania, no ya a luchar contra Rusia, sino más bien por el gran negociado ilegal del desvío de armas y por «la patriótica misión» de ir ocupando territorio para cuando llegue la hora del despiece total de Ucrania.

Además, la prensa polaca bombardeó a la población, justo en este miércoles negro, sobre los costes de los refugiados y el hartazgo e ira de la población. La prensa imperial, buscando salidas imposibles, argumentó que solo son «roces» de tiempos electorales. Pero la verdad es que es muy difícil ya la marcha atrás en este aireado divorcio. Tan difícil como que el aceite de oliva vuelva a su precio original, luego de subir el 100% en un año.

#Mientras en Norteamérica, Zelensky sufrió otro agravio a su inmenso ego al negarsele la palabra en una sesión conjunta del congreso que nunca se realizó. 

Sin palabras!!! 

Nunca mejor dicho.

#Y la jornada concluyó con la paradoja del anuncio del senil Biden, de una ayuda de algunos centenares de millones de euros, que quedó aplastada por la negativa de la mayoría republicana de negar la partida gorda de 24 mil millones de euros a «ZELENSKY & CIA» mientras intentan activar en la población estadounidense una suerte de referéndum sobre la continuidad de fuga de fondos a Ucrania con manejos oscuros y sin rendición de cuentas.

# La mejor y única noticia buena para el héroe nazi de Occidente fue que este negro miércoles 21 de Septiembre de 2023 terminó por fin, justo a las 24 hs.

Eduardo Bonugli Especial para Dossier Geopolitico Madrid, 22/09/23

Biden deniega a Zelenski los misiles de largo alcance, mientras se abren fisuras en el apoyo europeo a Kiev


El presidente de EEUU deja los esperados misiles de largo alcance ATACMS fuera de la nueva ayuda militar concedida a Zelenski, quien afronta ahora la amenaza polaca de no enviar más armas a Ucrania.

Por JUAN ANTONIO SANZ para Diario Publico.es

Era la tercera vez que Joe Biden recibía a Volodímir Zelenski en la Casa Blanca, dos de ellas en tiempos de guerra, y eran comprensibles los nervios del presidente ucraniano a la hora de pedir más ayuda a su principal aliado. Sobre todo, cuando cunde en Estados Unidos el desencanto ante el conflicto y en Europa se resquebraja la unidad mostrada hasta ahora para sostener al ejército de Kiev, tras la amenaza de Polonia de suspender sus envíos de armas a Ucrania.

«Ninguna nación puede estar realmente segura en un mundo en el que no defendamos la libertad de Ucrania frente a la brutal agresión de Rusia», le ha dicho Biden a Zelenski. El presidente estadounidense, sin embargo, no ha querido añadir tensión al creciente rechazo en EE.UU. a la guerra de Ucrania y ha preferido evitar dar el paso que esperaba Zelenski: el compromiso para dotar al ejército ucraniano con misiles ATACMS.

Las encuestas revelan un rechazo cada vez mayor a la asistencia de Washington a Kiev

Los escasos avances en la contraofensiva lanzada hace casi cuatro meses por el ejército ucraniano, las perspectivas de que se alargue la guerra y los gastos multimillonarios que genera la contienda han minado la confianza de la clase política y los estadounidenses de a pie en la ayuda a Ucrania.

Las encuestas revelan un rechazo cada vez mayor a la asistencia de Washington a Kiev hasta el extremo de que parece fraguarse una rebelión de los republicanos (que dominan la Cámara de Representantes o cámara baja) contra la estrategia de Biden en Ucrania. Y las elecciones presidenciales están ahí, a la vuelta de la esquina.

El golpe asestado por Polonia, que anunció el miércoles que no enviará de momento más armas al ejército ucraniano, ya había echado un jarro de agua fría sobre el viaje de Zelenski. Habría sido necesario que Biden diera un golpe de efecto y cerrara filas de forma contundente con el líder ucraniano, que esta semana se dio un baño de multitudes en Nueva York, ante Naciones Unidas. Pero no fue así.

Más armas, pero de los misiles de largo alcance, ni hablar

La moderación ha marcado las nuevas concesiones estadounidenses a Kiev y ha habido más lisonjas que compromisos decisivos. Biden le ha prometido a Zelenski, un paquete de ayuda militar por 325 millones de dólares, una cantidad sobria en comparación con otros dispendios estadounidenses del mismo tipo a Ucrania.

Desde que comenzó la guerra, en febrero de 2022, EE.UU. ha destinado cerca de 113.000 millones de dólares a Ucrania en ayuda militar y humanitaria.

Biden no proporcionará los misiles ATACMS, pero no descarta esa posibilidad en el futuro

Con el nuevo paquete anunciado este jueves, habrá más defensa antiaérea, más munición para los sistemas de misiles tierra-tierra HIMARS y más bombas de racimo, cuyo uso está prohibido en muchos países.

Biden «ha decidido que no proporcionará los misiles ATACMS, pero que no descarta esa posibilidad en el futuro». Así de claro lo decía, mientras se reunían Biden y Zelenski, el consejero de Seguridad Nacional Jake Sullivan, quien explicó que Washington teme una escalada bélica con Rusia si los misiles de largo alcance ATACMS son utilizados por los ucranianos para atacar objetivos en suelo ruso.

En vano, Zelenski esperaba un compromiso mayor de EE.UU. para subrayar esta visita y consolidar la contraofensiva en marcha. Las armas prometidas ahora por Washington solo servirán para prolongar la actual guerra de posiciones.

Una cumbre acompasada por el eco de la guerra

La reunión entre Zelenski y Biden se ha visto resaltada por un pico en las hostilidades entre los dos contendientes. El ejército del Kremlin lanzó este jueves una oleada de ataques contra infraestructuras críticas por todo el país, después de que las fuerzas armadas ucranianas golpearan con drones y misiles un aeródromo militar ruso en la península de Crimea.

El Ministerio de Defensa ucraniano informó sobre el bombardeo ruso esta madrugada de 147 asentamientos y 151 instalaciones de infraestructuras básicas en toda Ucrania. Cinco regiones sufrieron cortes de energía a consecuencia de los ataques, los primeros de este tipo en medio año.

El Gobierno de Zelenski teme que se pueda repetir la táctica que puso en marcha Moscú el otoño e invierno pasado para destruir las instalaciones de electricidad, gas y agua en buena parte de Ucrania. Millones de personas quedaron sin calefacción y a oscuras en casi todo el país cuando más arreciaba el mal tiempo y las temperaturas eran más bajas.

La entrada en la guerra de este tipo de armamento sin duda cambiaría los escenarios y el alcance de la contienda

El bombardeo ucraniano con drones y misiles de crucero se produjo contra la base aérea rusa de Saki, en Crimea, y podrían haber sido dañados aviones de combate allí estacionados, así como una batería de misiles Pantsir.

La nueva fase de la ofensiva ucraniana tiene como uno de sus objetivos el ataque a blancos situados en la península de Crimea. De momento, son los drones y algunos misiles los protagonistas de esos ataques, con un efecto más propagandístico que efectivo. Precisamente por eso, Ucrania reclamaba y esperaba recibir este jueves los misiles de largo alcance estadounidenses ATACMS. La entrada en la guerra de este tipo de armamento sin duda cambiaría los escenarios y el alcance de la contienda.

El ejército ucraniano ya dispone de misiles de largo alcance franceses y británicos que están demostrando su eficacia en el acoso a la retaguardia rusa, pero necesita cohetes con una capacidad mayor para evadir las defensas antiaéreas de las fuerzas rusas, como los citados ATACMS y los Taurus alemanes.

El enfado de los amigos polacos

El fiasco que ha recibido Zelenski en Washington llega en un momento poco oportuno para Ucrania. La estrategia hasta ahora unida de la Unión Europea hacia Kiev ha sufrido un golpe demoledor después de que el primer ministro polaco, Mateusz Moraviewcki, anunciara el miércoles que su país dejará de suministrar armas al ejército ucraniano.

Aunque después el presidente polaco, Andrzej Duda, trató de enmendar el impacto de las palabras de Moraviewcki y explicó que el primer ministro se refería solo a armamento nuevo, solo enmarañó más el asunto. El portavoz del Gobierno, Piotr Müller, insistió en que Varsovia solo entregará ya los «suministros de municiones y de armamento previamente acordados, para cumplir los contratos firmados».

El origen de esa decisión está en el contencioso abierto por el bloqueo ruso al transporte de granos procedentes de Ucrania por el Mar Negro. El incremento del flujo de cereales ucranianos a través de Polonia, Bulgaria, Eslovaquia, Hungría y Rumanía ha perturbado sus mercados nacionales. Algunos de estos países impusieron sus propios vetos a esa importación para proteger a sus agricultores, pero finalmente la Unión Europa ordenó el levantamiento de esas sanciones, decisión cuestionada por varios de esos estados, entre ellos Polonia.

Jacek Sasin: «No podemos desarmar al ejército polaco y renunciar a las armas que son necesarias para nuestro país»

El propio Zelenski añadió leña al fuego en su comparecencia del martes ante la Asamblea General de Naciones Unidas cuando acusó a países supuestamente aliados de hacerle el juego a Rusia con sus decisiones, en aparente referencia a ese veto a la circulación del grano ucraniano.

El Gobierno polaco ha subrayado este jueves que su decisión no cambia la posición de Varsovia sobre el conflicto, pero de momento «es como ha dicho el primer ministro y en el futuro ya se verá», según reafirmó el titular de Patrimonio del Estado, Jacek Sasin.

Este ministro dijo que Polonia necesita reponer sus propios arsenales. «No podemos desarmar al ejército polaco y renunciar a las armas que son necesarias para nuestro país», explicó Sasin para justificar el paso dado por Varsovia, que, por primera vez, rompe la unidad europea en el abastecimiento de armas a Ucrania.

El paso dado por el Gobierno polaco puede estar cargado también de oportunistas razones electorales, ante el crecimiento del sentimiento antiucraniano en Polonia. Algunos grupos opositores, como el partido Confederación, tercero en las encuestas ante los comicios legislativos de octubre, están acusando al Gobierno de «servilismo» ante las demandas de Kiev.

La decisión de un país soberano

El Pentágono, cuyas instalaciones visitó Zelenski este jueves, no tuvo problema para subrayar que Polonia había tomado una «decisión soberana» al negarle las armas a Ucrania. Pero nadie duda en la Administración Biden que tal paso podría tener un efecto dominó en otros países europeos y de rebote en la política estadounidense, donde el lobby polaco es muy fuerte.

Uno de los objetivos de Zelenski era asegurarse el apoyo de los partidos republicano y demócrata

Por eso uno de los objetivos de Zelenski en Washington era reunirse con representantes de los partidos republicano y demócrata, y asegurarse su respaldo a la continuación de la ayuda a Ucrania contra Rusia, independientemente del proceso electoral en marcha en EE.UU. ante los comicios presidenciales de noviembre de 2024.

Pero justo cuando Zelenski hablaba el martes ante la Asamblea General de la ONU, un grupo de 28 congresistas republicanos hacía llegar a Biden su rechazo a un compromiso ilimitado con Ucrania, sin garantías y sin objetivos que no han sido refrendados por el Congreso. Desde entonces los díscolos no han parado de crecer.

Las voces contrarias al dispendio estadounidense en Ucrania pueden poner difícil que el Congreso apruebe los 24.000 millones de dólares adicionales que la Casa Blanca prometió hace tiempo a Ucrania también en asistencia militar, armas y ayuda humanitaria.

«Cuento con el buen juicio del Congreso. No hay alternativa», dijo Biden tras su reunión con Zelenski.

Una encuesta realizada en agosto por el canal de televisión CNN puso de manifiesto que una mayoría de los estadounidenses se opone a la autorización de más fondos destinados a Ucrania. Entre los votantes republicanos, esa cifra se elevaba al 71 por ciento.

En Estados Unidos, cuyos intereses geopolíticos no se reducen a Europa y donde se revisa hasta el último centavo público que se gasta, no vale ya el manido mensaje oficialista que predomina en los países del viejo continente de que el futuro del mundo se juega en los campos de batalla ucranianos. Desde luego no el futuro de EE.UU.

FUENTE:

https://www.publico.es/internacional/biden-deniega-zelenski-misiles-alcance-abren-fisuras-apoyo-europeo-kiev.html#md=modulo-portada-bloque:2col-t1;mm=mobile-big

Armenia ha entregado a la población armenia de Nagorno Karabaj a Azerbaiyán ; es así desde que los armenios residentes en el enclave estan «negociando»  su «integracion » a la nacion azeri  luego de la mini-blitz de Baku. La traición de Pashinyan y su banda, que se pone en evidencia desde sus declaraciones de octubre de 2022 reconociendo la soberanía de Azerbaiyán sobre Nagorno Karabaj, forma parte de una oscura y sutil trama de «Hegemon», de la que es cómplice Baku, para  cortar la influencia de Rusia y excluirla de Transcaucasia y colocar la bajo su influencia y dándole a Armenia un estatus de país «pro-occidental. Veremos qué respuesta tiene el Kremlin -Dossier Geopolitico 2023-

INCENDIO EN TRANSCAUCASIA, OTRA VEZ

Pepe Escobar  20 de septiembre  Fundacion de la Cultura Estratégica

Hay fuego en Transcaucasia. Literalmente. Todo de nuevo.

Azerbaiyán hizo todo lo posible contra Armenia en Nagorno-Karabaj bombardeando la capital regional, Stepanakert, con misiles tierra-tierra israelíes LORA y drones kamikazes Harop israelíes.

El sistema de defensa aérea Tor de las Fuerzas Armadas de Armenia cerca de la carretera Khankendi-Khojaly fue destruido por drones turcos Bayraktar TB2 y todas las comunicaciones móviles quedaron completamente cortadas en Nagorno-Karabaj.

Este tipo de bombardeo ligero se combinó con una guerra de información/ofensiva de poder blando: una avalancha de videos casi en tiempo real que ensalzan las hazañas militares junto con un subtexto humanitario – como en el sentido de que estamos decididos a proteger a la población armenia.

Compárese con el lado armenio, liderado por el Primer Ministro Pashinyan: no sólo perdieron totalmente la guerra de información en un instante, sino que sólo emitieron comunicados escasos e incomprensibles.

Desde el principio hubo dos preguntas clave en el aire. ¿Bakú simplemente estaría satisfecho con la anexión final de Nagorno-Karabaj o atacaría también el sur de Armenia? Invadir un territorio cercado no plantearía ningún problema, teniendo en cuenta que Ereván, en los últimos tres años, no hizo prácticamente nada para mejorar su defensa.

Luego empezó a tomar forma un marco más ambicioso. Bakú puede estar implementando un astuto plan ideado por el Hegemón: jugar el papel de pacificador de Nagorno-Karabaj, bajo la égida occidental, para convertir a la Armenia prorrusa en el estatus de Armenia prooccidental y reformatear el sur de Armenia y Karabaj (ya sea transferidos a Azerbaiyán o bajo un control conjunto recientemente definido.

Por qué Rusia no puede hacerse pasar por Armenia

El hecho crucial es que el círculo de Pashinyan –muy cercano a la multitud de Soros– había abandonado Nagorno-Karabaj durante al menos los últimos tres años (Pashinyan ha estado en el poder durante cinco). Esto interfiere directamente con el mandato de la OTSC, que al final se ve obligada a reconocer los mismos hechos sobre el terreno; por lo tanto, las obligaciones de la OTSC no se aplican en términos de “ayudar” a Armenia.

Todo eso cambiaría sólo en caso de que Ereván decidiera conservar Nagorno-Karabaj: esto significaría que Armenia tomaría las armas.

Tal como están las cosas, Rusia no intervendrá militarmente. En el mejor de los casos, diplomáticamente. Rusia no se hará pasar por Armenia para resolver un problema armenio. Irán por el momento está “estudiando la situación”. Teherán sólo intervendría si Bakú decide aislar el sur de Armenia y crear un corredor hacia el enclave de Nakhichevan.

Las fuerzas de paz rusas, presentes en el lugar desde el año 2020, no tienen derecho a utilizar armas. Permanecerán pasivos y sólo reaccionarán si son atacados. El mando ruso explica que Moscú está atado por acuerdos tanto con Bakú como con Ereván y sólo puede actuar en base a decisiones conjuntas.

Por cierto, los soldados rusos son los únicos que ayudan a los residentes de Nagorno-Karabaj, incluidos hasta ahora más de 1.000 niños, a abandonar su morada histórica, que tal vez nunca vuelvan a ver. Ninguna “potencia” occidental está ayudando en el frente humanitario.

Al final, fueron las fuerzas de paz rusas quienes medirán en un alto el fuego en Nagorno-Karabaj, que se supone que comenzará este miércoles a las 13:00 hora local. Si será respetado es una historia completamente diferente.

Incluso antes del alto el fuego, Pashinyan, como era de esperar, pidió ayuda a la Hegemonía: ese es el escenario de “pivote” en juego, reorientando una región rusa histórica hacia el Occidente en decadencia. Nagorno-Karabaj es sólo un pretexto.

Para ir al grano, el camino de Pashinyan hacia el poder se vio facilitado por un solo objetivo: jugar el juego de la hegemonía (y de los turcos). Como era de esperar, Turquía declaró a través de Erdogan que “apoyamos a Azerbaiyán”.

En lo que realmente está trabajando Pashinyan es en preparar el terreno para la represión política. La Plaza de la República de Ereván estaba hirviendo. Los manifestantes enojados, que luego se dispersaron, coreaban “Nikol es un traidor”. “Nikol”, desde su búnker, pidió ayuda al pequeño Blinken.

El jefe del bloque “Madre Armenia”, Tevanyan, pidió un juicio político contra Pashinyan. El Servicio de Seguridad Nacional de Armenia advirtió sobre la posibilidad de disturbios masivos.

De hecho, Pashinyan fue inequívoco: “Armenia no se doblegará ante las provocaciones y no luchará por Nagorno-Karabaj”. De hecho, esto puede sellar el final de la historia.

A pesar de todo el malestar impuesto al Ministerio de Asuntos Exteriores, Moscú dejó claro que lo que Pashinyan declaró en octubre de 2022 y nuevamente en mayo de 2023, reconociendo la supremacía azerí sobre Nagorno-Karabaj, cambió los términos del armisticio de noviembre de 2020.

En pocas palabras: la banda de Pashinyan vendió Nagorno-Karabaj.

Y no hay nada que una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Nagorno-Karabaj este jueves pueda hacer para alterar los hechos sobre el terreno.

Maidan revisitado

Después de una rápida victoria con su mini-blitz, Bakú ahora se encuentra tranquilo, luego de la mini-blitz, listo para negociar. Por supuesto, bajo sus propios términos: negociamos sólo después de que usted capitule.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán fue directo al grano: el único “camino hacia la paz” es la retirada completa de las Fuerzas Armadas de Armenia de Nagorno-Karabaj y la disolución del régimen de Stepanakert.

Es muy posible que una mayoría de armenios esté de acuerdo con ello (aún no hay encuestas). Después de todo, un problema espinoso e intratable se “resolverá” y la vida volverá a la normalidad. Sólo una cosa es segura: se culpará a Rusia, no a la banda de Pashinyan.

No es de extrañar que fuera necesario el siempre desconectado Dmitri Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, para resumir perfectamente  todo el asunto:

“Un día, uno de mis colegas de un país hermano me dijo: ‘Bueno, soy un extraño para ti, no me aceptarás’. Respondí lo que tenía que decir: «No juzgaremos por la biografía, sino por las acciones». Luego perdió la guerra, pero extrañamente se quedó en el lugar. Luego decidió culpar a Rusia por su mediocre derrota. Luego cedió parte del territorio de su país. Luego decidió coquetear con la OTAN y su esposa, desafiante, se dirigió a nuestros enemigos con galletas.

Adivina qué destino le espera…”

En cuanto a cómo se desarrollará este drama dentro de Rusia, es muy posible que considerando el hecho de que Bakú y Ereván parecen estar actuando de manera concertada para expulsar a Rusia de esta parte de Transcaucasia, la opinión pública rusa al final se sienta incluso cómoda con la idea de dejándolo para siempre, en beneficio de la Hegemonía y los turcos.

Sin embargo, el Kremlin, por supuesto, puede tener sus propias ideas, inescrutables.

Por Fabrizio Bertolami Publicado en Geopolitika de Rusia

Los llamamientos de Biden al G7, a Europa y a la OTAN se hacen eco de los temores expresados hace casi 120 años por uno de los padres de la geopolítica: Sir Harford Mackinder. Su teoría ha vuelto a ponerse de moda en la última década porque explica, mejor que otras, la actual situación de oposición entre China y Rusia, por un lado, y Estados Unidos, Europa y Gran Bretaña, por otro. Lo que sigue es un resumen de su obra y de su pensamiento estratégico, de gran perspicacia en su época, de inspiración para otros autores modernos (Brzezinski sobre todo), válido desde hace un siglo y aún de gran actualidad.

Halford Mackinder: El pivote geográfico de la Historia

La creciente competencia tecnológica por la apropiación del espacio estaba clara para Sir Halford Mackinder (1861 – 1947) cuando en 1904, en su discurso El pivote geográfico de la Historia, argumentó que las potencias marítimas estaban en declive frente a las continentales debido precisamente a la llegada del ferrocarril. El geógrafo de Su Majestad argumentó que se podía identificar una zona conocida como el Heartland que se convertiría en el centro del poder mundial, ya que controlándolo era posible controlar el Mundo Insular y, por tanto, el Globo.

Alemania, gracias al ferrocarril, tenía un acceso más rápido a esta zona y, por tanto, una ventaja en la carrera por la hegemonía sobre sus competidores marítimos. La zona del Heartland corresponde, en la teoría de Mackinder, a la masa continental asiática que se extiende desde el Pacífico hasta Hungría en dirección este-oeste y desde el Círculo Polar Ártico hasta Irán en dirección norte-sur. El control de esta zona garantizaba el control del llamado Mundo Insular, que incluye Europa y Oriente Próximo, determinando así el control de África y, por tanto, del Mundo. El pivote o pivote geográfico se define en el discurso de 1904 como :

«[…] esa vasta zona de Eurasia, inaccesible a los barcos pero recorrida en la antigüedad por nómadas a caballo, que ahora está siendo cubierta por una densa red de ferrocarriles […]. Aquí se han dado y se siguen dando las condiciones para una movilidad de gran alcance del poder militar y económico» (1).

El pivote geográfico según Mackinder

La potencia que ocupaba el Heartland en aquel momento era Rusia, aunque era Alemania, en fuerte ascendencia militar sobre todo, la que se mencionaba entre líneas. La preocupación de Mackinder era que estas dos potencias no se unieran más estrechamente, ya que ello permitiría a Rusia introducirse en el espacio europeo y alterar progresivamente el equilibrio de poder entre las potencias marítimas y terrestres. Obviamente, pensaba que era deber de la potencia británica hacer todo lo posible para que esto no ocurriera.

Mackinder era entonces no sólo profesor de la Royal Geographical Society, una institución muy escuchada por los responsables políticos británicos, sino también director de la «London School of Economics». Fundamental en su teoría era el énfasis en el carácter determinante de la ubicación y las condiciones medioambientales de las naciones. Creía que los Estados situados en el borde de las masas de tierra continentales poseían ventajas inherentes sobre los Estados de la masa de tierra euroasiática. Esto se debía al acceso marítimo y sólo la llegada del ferrocarril podría desafiar este dominio. De hecho, el mar no proporcionaba las fronteras que las mercancías por tierra tenían que cruzar, pero los acuerdos interestatales para la construcción de ferrocarriles estaban a punto de hacer que la ruta terrestre volviera a ser competitiva para el tráfico de mercancías.

Mackinder utilizó las condiciones físico-geográficas de los territorios para predecir el curso y las perspectivas de la política mundial. Su modelo geopolítico del poder marítimo frente al poder continental también estaba pensado, de hecho, para épocas futuras. Era de hecho un determinista aunque se proclamaba reacio a ello (2). Su teoría, considerada en sus componentes fundamentales, es decir, los conceptos de Heartland, pivote y la dicotomía potencias marítimas/potencias terrestres, es la base de la llamada geopolítica «continentalista» aún vigente hoy en día.

Reconoció que el desarrollo de la actividad naval europea había creado las condiciones para una inversión de la relación histórica entre Asia y Europa. En efecto, esta última siempre se había sentido amenazada o invadida por pueblos procedentes del este y aplastada por el océano Atlántico al oeste. Gracias a su dominio sobre las tierras descubiertas después de 1492, había logrado por fin la hazaña de rodear a la primera y obligarla a ponerse a la defensiva (3).

 «[…].el efecto político más amplio fue dar un vuelco a las relaciones de Europa y Asia, ya que hasta la Edad Media Europa estaba encerrada entre un desierto impenetrable al sur, un océano desconocido al oeste, extensiones heladas o cubiertas de bosques fríos al norte y al noreste. En el este y el sureste se veía constantemente amenazada por la superior movilidad de jinetes y camelleros, pero ahora emerge al Mundo, multiplicando por más de treinta veces la superficie de mar y tierras costeras a las que tiene acceso, y envolviendo con su influencia a la potencia terrestre euroasiática y amenazando así su propia existencia. […]» (4).

La Primera Guerra Mundial había establecido la clara supremacía de las fuerzas marítimas sobre las terrestres. Sin embargo, Mackinder seguía viendo peligros en esta situación, ya que el control europeo del Heartland no se había materializado y la relación entre eslavos y alemanes creaba una zona de posible contacto/conflicto plagada de nuevos problemas. En Ideales democráticos y realidad de 1919 Mackinder señalaba a Europa Central como la nueva aguja en la balanza del poder mundial. El libro fue escrito en los días de los Acuerdos de Paz de Versalles y del rediseño del orden europeo. Su famoso lema cambió y se convirtió en

«Quien controla Europa del Este, manda en el Heartland, quien manda en el Heartland manda en el Mundo Insular, quien manda en el Mundo Insular manda en el Mundo» (5).

De hecho, Mackinder estaba convencido de que si Alemania en el 14 hubiera dirigido todas sus fuerzas hacia Rusia, permaneciendo a la defensiva en el frente francés, habría conquistado el Heartland y con ello el dominio del continente (6). Enmarcó tanto a Alemania como al Imperio de los Habsburgo como potencias orientales e identificó como eje una zona entre Rusia y Europa que se extendía desde el mar Báltico hasta el Adriático, es decir, casi exactamente lo que un día ocuparía el «Telón de Acero».

Ese espacio geográfico entre Europa y Rusia debía separar a las dos potencias e impedir simultáneamente un renacimiento alemán. La resolución de la cuestión entre alemanes y eslavos era, para Mackinder, un requisito esencial para una paz duradera, al que había que añadir una reducción adecuada del territorio alemán. También era necesario que no se creara ningún espacio económico para Alemania en esa zona, ya que la fuerza económica alemana se impondría inmediatamente allí en detrimento de las potencias marítimas y, por tanto, de la paz. A pesar del crecimiento de Alemania, Rusia seguía siendo el principal oponente de la superpotencia británica en el «Gran Juego» euroasiático.

Rusia, que era soviética desde hacía dos años, seguía ocupando el primer lugar entre las preocupaciones de Mackinder, ya que ahora podía propagar su fuerza en alas de la revolución y la lucha de clases gracias a su ideología marxista-leninista. Su oposición al comunismo era clara y su apoyo a la naciente Sociedad de Naciones, una institución capaz de propagar la democracia y el liberalismo por todo el mundo, era firme (7). Sin embargo, reconocía que la propaganda marxista era un arma poderosa en manos de Rusia, ya que era capaz de traspasar fronteras y llevar a Occidente el espíritu de la Revolución que podía socavar las democracias europeas desde dentro.

La «Europa real» según Mackinder

Concedió gran importancia a la distribución de los continentes y los océanos más que a las características raciales o climáticas, afirmando una especie de «determinismo espacial» (8). La característica crucial de su geografía política era que permitía la coexistencia de dos aspectos contrastados del Imperio británico: su condición de imperio de comercio impulsado únicamente por el poder marítimo británico y su aspecto transnacional y multirracial contemporáneo, fundado en una jerarquía racial y social. Mackinder describió esta unidad sobre una base geográfica, y marítima en particular, pudiendo así eludir la necesidad de describir el imperio como una comunidad de destino, una posición insostenible puesto que no había nada común subyacente que pudiera mantener unidos a pueblos y culturas tan diversos (9). Pero en última instancia Mackinder veía el imperio como un medio de mantener la base económica de Gran Bretaña a través del poder militar para garantizar la supervivencia nacional. El modelo imaginado por Mackinder puede seguir considerándose válido hoy en día.

Las ideas de Mackinder, y en particular su concepto de pivote y su división del mundo en telurocracias y talasocracias, sacan el análisis geopolítico del ámbito de la Historia para llevarlo al del determinismo geográfico: la geografía triunfa sobre la Historia (10) .

Nicholas Spykman: el Rimland, el anillo más preciado.

Especular a la teoría de Mackinder fue la de Nicholas Spykman (1893-1943), quien en la década de 1930 postuló la existencia de una zona llamada Rimland formada por todos los Estados ribereños alrededor del Heartland. En su opinión, éste era el verdadero pivote geográfico. Su control por las potencias terrestres haría al Heartland autosuficiente e inexpugnable.

Según su tesis, este anillo alrededor de la masa continental asiática era de mayor importancia que el Heartland precisamente por su capacidad de conectar el mar con la masa continental. Se trataba, pues, de la parte de la masa continental necesaria para el comercio mundial y que incluía Suez, Ormuz, India, Malaca, el mar de la China Meridional y Japón en Asia.

Toda Europa estaba incluida en el esquema, así como la zona de Oriente Próximo. Spykman elaboró sus tesis con una fuerte orientación geográfica al considerar todo el globo en su análisis geoestratégico también a la luz de la evolución del transporte aéreo y de la supremacía naval estadounidense entre los años 1930 y 1940. Al contrario que Mackinder, Spykman consideraba que la posición de Estados Unidos era importante desde el punto de vista estratégico, ya que podía influir tanto en los asuntos asiáticos como en los europeos.

Coincidiendo con la tesis del almirante Mahan, identificó el océano Índico como una zona focal de control geográfico desde una perspectiva militar y a la India como un puesto avanzado clave, como había hecho Mackinder antes que él. Definió el «Mediterráneo asiático» como la zona marítima que comprendía Japón, China e India y el «Mediterráneo caribeño» como el espacio entre Florida, México, Venezuela y Cuba. En esta zona, la supremacía seguía estando garantizada por la Doctrina Monroe, mientras que en la zona asiática podía ser conquistada debido a la escasa capacidad de penetración de la marina soviética.

Sugirió enérgicamente que Estados Unidos abandonara su postura defensiva y aislacionista y adoptara en su lugar una política más realista y asertiva. El concepto de «excepcionalismo americano» y el utopismo wilsoniano en uso en la época fundaron una visión extrema del determinismo medioambiental entre los geógrafos estadounidenses, a la que Spykman se opuso demostrando en sus tesis excelentes dosis de realismo (11).

Desde la revolución americana, la ideología política de ese país hizo hincapié en dos diferencias particulares entre Europa y Estados Unidos, a saber, el fuerte énfasis en el libre comercio y el ideal de una nación pacífica (conceptos antitéticos al extendido estatalismo europeo), y la visión de EEUU como un experimento social (12). El propio Wilson se adhirió a esta visión y fue partidario de una misión civilizadora estadounidense en el mundo, aunque la opinión pública norteamericana se inclinaba fuertemente por el aislacionismo en política exterior. Sus palabras:

«Cuantas más democracias haya en el mundo, más se extenderá la hegemonía ideológica estadounidense» (13).

Sin embargo, la preocupación de Spykman seguía siendo evitar la dominación alemana o rusa de la masa continental euroasiática, aunque reconocía la necesidad de mantener una fuerte Alemania antirrusa en todo el Este (14). La Rusia soviética ocupó sin cesar la masa continental euroasiática y se expandió desde Vladivostock y Port Arthur, arrebatados a China, hasta Bakú con la vista puesta en Irán y Pakistán (que en la época de Spykman, fallecido en 1943, aún no existían). En Europa dominaba ahora el mar Báltico y potencialmente el Adriático, mientras que sus fronteras terrestres abarcaban la mitad de Alemania y todo el antiguo imperio de los Habsburgo, esa Mitteleuropa que Mackinder había señalado como el nuevo pivote en 1919. Spykman murió en 1943 sin poder ver cómo se desarrollaban los resultados de la guerra, pero fue capaz de predecir con lucidez las tendencias futuras.

En primer lugar, comprendió que el desarrollo del transporte aéreo y marítimo permitiría a Estados Unidos desplegar su potencial militar prácticamente en cualquier lugar y en muy poco tiempo, convirtiendo así la geopolítica en global.
Afirmó que el periodo de posguerra sería testigo de una descentralización regional del poder, no tanto en términos militares como económicos y políticos. Previó la futura política de contención (enunciada más tarde por George Kennan) señalando Oriente Próximo, Europa Occidental y el océano Índico como los teatros de operaciones para contrarrestar a la URSS. Sin embargo, Spykman seguía considerando a Europa como el centro de la dominación global estadounidense y no estaba en absoluto a favor de una mayor integración europea (15).

En él, Mackinder veía la posibilidad de que una Europa unida con su propio ejército pudiera obviar la necesidad de una presencia estadounidense en la masa continental euroasiática, condenando a EEUU a la expulsión de la península europea. La conquista militar y el mantenimiento de la presencia estadounidense era la única forma de garantizar con certeza la detención del avance de la URSS y, por tanto, del comunismo en el globo. La contención de la Unión Soviética en el lado europeo, que se convertiría en la doctrina dominante en Estados Unidos durante los 30 años siguientes, debía basarse en supuestos geográficos y no en elementos culturales compartidos como el liberalismo o la democracia.

Notas:

1. H. Mackinder, El pivote geográfico de la historia en The Geopolitical Reader, editado por Gearóid Ó Tuathail, Simon Dalby,Paul Routledge, Routledge, Nueva York 1998, p. 30.

2. Harford Mackinder,The Geographical Pivot of History in The Geopolitical Reader, editado por Gearóid Ó Tuathail, Simon Dalby,Paul Routledge,Routledge,Nueva York, 1998,p. 30

3. Ibid .

4. Ibid, p.29

5. H. Mackinder, Democratic Ideals and Reality, National Defence University Press 1996, p.106.

6. Ibid, .

7. Ibid, p.144.

8. Ibid p.90.

9. Ibid p. 91.

10. Ibid p. 90.

11. C. Jean, Geopolítica del mundo contemporáneo, Editori Laterza, Roma-Bari 2012, p. 28.

12. J.Agnew, Fare Geografia Politica,FrancoAngeli, Milano, 2008 p.94

13. Ibidem p.95

14. R. Kaplan, La venganza de la geografía, Random House, Nueva York 2013,p.99.

15. Ibidem.

Fuente: https://www.ariannaeditrice.it/articoli/mare-contro-terra-la-storia-infinita 

https://comedonchisciotte.org/mare-contro-terra-la-storia-infinita/

Traducción: Enric Ravello Barber

La Asamblea General de la ONU gana peso político

Aunque la reforma de la organización mundial está paralizada, una intensa actividad diplomática que busca evitar el estallido del planeta da a la sesión de este año una inusual dinámica

Por Eduardo J. Vior analista internacional que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Habitualmente la sesión anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas sólo sirve como podio para una maratón de discursos de los representantes de los 193 miembros sin mayores consecuencias políticas. Sin embargo, tras la sucesión de reuniones cumbre de BRICS, del G20 y del Grupo de los 77 + China en poco más de dos semanas, ante la gravedad de las crisis que se acumulan las exposiciones en Nueva York se alinean este año en torno a la imprescindible reforma de la gobernanza mundial, mientras que los pasillos de la ONU sirven para encuentros improvisados que remplazan la falta de una agenda concertada entre los bloques. Por primera vez se hace sentir en Nueva York el potencial del Sur Global, despertando la esperanza de que terceras fuerzas atenúen el choque entre los grandes bloques.

La Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) inició el martes 19 su período de sesiones de una semana de duración con el telón de fondo del actual conflicto en Ucrania, el cambio climático, la crisis sanitaria, la crisis migratoria, la crisis de la deuda y la inestabilidad geopolítica que en cualquier momento pueden estallar, juntos o por separado.. El lema del 78º período de sesiones de la AGNU es “Reconstruir la confianza y reavivar la solidaridad mundial: Acelerar la acción en la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible hacia la paz, la prosperidad, el progreso y la sostenibilidad para todos”, pero el mundo está lejos de la confianza y la solidaridad

En la asamblea, que sesiona una semana al año, están representados los 193 Estados miembro, pero el control real sobre el organismo mundial recae en el Consejo de Seguridad de 15 miembros de los cuales cinco (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido) tienen derecho de veto por haber sido los vencedores de la IIª Guerra Mundial. Los otros diez se renuevan anualmente.

Aunque históricamente la reunión sólo ha servido como tribuna de oratoria, este año ha adquirido un nuevo significado por la conjunción de conflictos agudos. Significativamente, aparte del Presidente de Estados Unidos Joe Biden, ninguno de los líderes de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad asiste a la sesión de la AGNU. Tampoco participa el líder indio Narendra Modi. Mientras duran graves conflictos geopolíticos y las iniciativas diplomáticas aún no dan frutos, nadie quiere arriesgar definiciones públicas.

La asamblea fue inaugurada por el Secretario General de las Naciones Unidas, el portugués Antônio Guterres, quien pidió a los líderes mundiales acciones conjuntas para superar las muchas crisis que amenazan la paz y la preservación del planeta y reclamó la pronta reforma del Consejo de Seguridad y otras instituciones multilaterales, para alcanzar dichas metas. Para el diplomático “el mundo ha cambiado; nuestras instituciones no. La ONU, el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI) nacieron en 1945 y responden a una época en la que gran parte de los países actuales vivían bajo el yugo colonial”, recordó.

En esta línea se expresó también Luiz Inácio Lula da Silva. Manteniendo la tradición iniciada en 1945, tras la inauguración siempre toca hablar primero al presidente de Brasil, seguido por el de Estados Unidos en tanto país anfitrión de la asamblea. En su discurso Lula proclamó que su país se ha reencontrado con el multilateralismo y ha vuelto el universalismo en su política exterior. Recalcó que es necesario encontrar una solución para la pandemia de hambre que azota al planeta. Enfocado también en la crisis de desigualdad que existe dentro de su país y en el mundo, dijo que la intolerancia, el racismo y la xenofobia son atizados por las nuevas tecnologías. El presidente sostuvo también que las poblaciones del Sur son las que más sufren por el cambio climático y las que se ven más afectadas por los desastres naturales. El presidente brasileño hizo asimismo un llamado a la paz y dijo que ésta tiene que fundamentarse en el dialogo. Promover una cultura de paz es una obligación, señaló.

Por su parte, en su mensaje Joe Biden destacó la importancia de la cooperación internacional para hacer frente a los desafíos globales. “Estados Unidos busca un mundo más seguro, más próspero y más equitativo para todas las personas”, declaró. El jefe de la Casa Blanca destacó que, para hacer frente a nuevos desafíos, las instituciones y los enfoques internacionales “deben ser actualizados para seguir el ritmo del mundo”. “Esto comienza con las Naciones Unidas, comienza aquí, en esta sala”, dijo Biden.

En lo que respecta a las relaciones entre EE.UU. y China, el líder norteamericano declaró que Washington busca “gestionar responsablemente la competencia entre nuestros países, para que no se convierta en un conflicto”. “Estamos a favor de reducir riesgos, no disociarnos de China. Resistiremos la agresión e intimidación para defender las reglas del camino […]. Pero también estamos dispuestos a trabajar juntos con China en asuntos en los que el progreso depende de esfuerzos comunes”, dijo, citando como ejemplo el trabajo en la lucha contra la crisis climática.

Durante su intervención, Biden recordó asimismo que Rusia suspendió su participación en el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, conocido también como START III o Nuevo START. El presidente estadounidense tachó de “irresponsable” este paso de Moscú. Cabe recordar que Moscú suspendió en febrero pasado su participación en el Nuevo START debido a que –según sostuvo- Washington “destruyó la base legal en materia de control de armas y seguridad” con la infraestructura militar de la OTAN actuando en contra del país euroasiático.

El presidente norteamericano declaró que su país “apoya a Ucrania en sus esfuerzos para lograr una solución diplomática” del conflicto. “Sólo Rusia tiene el poder para poner fin a esta guerra inmediatamente, sólo Rusia se interpone en el camino de la paz, porque el precio de Rusia por la paz es la capitulación de Ucrania, el territorio de Ucrania y los niños de Ucrania”, declamó. No obstante sus afirmaciones, en marzo de 2022 fracasó en el último momento una negociación de paz entre Rusia y Ucrania que se realizaba en Turquí, porque Gran Bretaña y EE.UU. presionaron al presidente Zelenski para que no firmara el acuerdo.

Cuando éste último se dirigió a la reunión, como era previsible, condenó a Rusia y reclamó la solidaridad occidental. Presentó a Rusia como una amenaza implacable a escala mundial que no se detendría en las fronteras de Ucrania. Añadió que Rusia estaba convirtiendo en armas elementos esenciales como los alimentos y la energía “no sólo contra nuestro país, sino también contra todos ustedes”.

A su vez, el presidente Alberto Fernández se expresó en sintonía con lo manifestado por el Secretario General y por el presidente brasileño. Su discurso incluyó críticas a la arquitectura financiera internacional y a la especulación con los alimentos y sostuvo que los poderes económicos “sólo buscan imponer las mismas políticas ortodoxas que profundizaron la desigualdad y la miseria en el mundo”. En su alocución también reiteró las demandas históricas de la Argentina para que Gran Bretaña negocie sobre la soberanía de Malvinas y a Irán para que ayude a esclarecer las causas de los atentados a la embajada de Israel y la mutual judía AMIA.

La reunión tomó temperatura, cuando este miércoles habló el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia Serguei Lavrov. Al principio de su discurso, Lavrov destacó que tras la finalización de la Guerra Fría los países occidentales, encabezados por EE.UU., se autoproclamaron capaces de decidir sobre el destino “de toda la humanidad”. “Hoy en día Occidente recurre a normas y principios estatutarios de manera selectiva, […] únicamente de acuerdo con sus necesidades geopolíticas egoístas”, destacó.

“También crecen los riesgos de un conflicto global”, aseguró Lavrov. “Precisamente, para detenerlos, para dirigir los acontecimientos en una dirección pacífica, Rusia insistió e insiste en que todas las disposiciones de la Carta de la ONU deben respetarse y aplicarse no selectivamente, sino en su totalidad y en interconexión, incluidos los principios de igualdad soberana de los Estados, la no injerencia en sus asuntos internos, el respeto a la integridad territorial y el derecho de los pueblos a la autodeterminación”, explicó.

En la asamblea existe un consenso sobre la necesidad de reformar la gobernanza mundial, especialmente la de los organismos financieros internacionales, pero no sobre las metas y métodos de esa reforma. Por eso está paralizada. Estados Unidos y sus aliados insisten en el monopolio de poder que detentan en la ONU, el FMI y el Banco Mundial, mientras mantienen una retórica confrontativa propia de la vieja Guerra Fría. Sin embargo, la diplomacia estadounidense parece haber registrado la amplia alianza reformista de países del Sur Global con China y, en parte, con Rusia que tomó forma en las últimas reuniones cumbre. Consciente de que está quedando en minoría, entonces, Washington está aprovechando la Asamblea General de la ONU para multiplicar los contactos.

Como parte de esta búsqueda de contención, el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se reunió el lunes en Nueva York con el Vicepresidente chino Han Zheng. Según el Departamento de Estado de EE.UU., en la reunión ambos dirigentes hablaron sobre la invasión rusa a Ucrania, sorbe Corea del Norte y el estrecho de Taiwán. El comunicado estadounidense calificó la conversación como “franca y constructiva”, lo que el lenguaje diplomático indica que no se pusieron de acuerdo en casi nada. No obstante, ambos acordaron mantener abiertas las líneas de comunicación.

Ya previamente hubo otro contacto del más alto nivel. La Casa Blanca anunció el domingo que su Asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan se reunió en Malta durante el fin de semana con Wang Yi, máximo responsable de política exterior del Partido Comunista y ministro de Asuntos Exteriores de China como parte de los esfuerzos para mantener abierta la comunicación entre las dos naciones. En la reunión hablaron sobre las relaciones entre las dos naciones, la guerra de Rusia en Ucrania y las tensiones entre Washington y Pekín sobre Taiwán.

El propio presidente Biden se encontró en Nueva York con el primer ministro israelí Benyamin Netanyahu, a quien espera convencer de que firme un tratado de paz con Arabia Saudita. Biden también recibió al presidente turco Recep T. Erdogan, al presidente Lula y, por supuesto, a Volodymir Zelenski. El ucraniano, a su vez, está de gira en Nueva York estrechando cuanta mano se le pone a tiro, pero quienes se reúnen con él, como Lula, lo hacen también con Lavrov. Más que apoyos, el cómico-presidente recibe presiones para que negocie con Rusia.

Mucho ruido y pocas nueces. Hasta ahora, de tantas reuniones no ha surgido ni un solo acuerdo conocido públicamente. No obstante, es mejor que los representantes de las grandes potencias hablen entre sí a que se disparen cohetes. Es una novedad el consenso alcanzado por los países del Sur Global y la presión que están ejerciendo en la asamblea de la ONU y es auspicioso que EE.UU. haya registrado dicha presión. Por ahora esa demanda no va a tener resultados políticos efectivos, pero va a obligar a los países occidentales a retomar el diálogo multilateral y puntualmente puede forzarlos a adoptar agendas concretas de cambio en temas muy específicos. Si la Asamblea General de la ONU de este año sirve para disminuir el riesgo de guerra, ya habrá valido la pena.

Cumbres borrascosas

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein especial para Dossier Geopolitico

El título de este artículo alude a una extraordinaria novela escrita por Emily Brontë a mediados del siglo XIX y que, en muchas ocasiones, ha sido adaptada para cine y televisión. Yo vi la versión de 1992 dirigida por Peter Kosminsky.

El título de la novela vino a mi mente cuando me propuse reflexionar acerca del resultado de una serie de reuniones realizadas en fechas recientes del año en curso y que han significado una verdadera tormenta para la existencia y funcionamiento del sistema internacional. Son ellas las cumbres del grupo BRICS realizada en Sudáfrica en agosto, las del G-20 en India y del G77+ China en Cuba, en septiembre. Y agregaría el Foro Económico del Extremo Oriente, realizado en la ciudad rusa de Vladivostok durante el mismo mes. En menos de dos meses se ha estremecido los cimientos del sistema internacional atlantista y eurocéntrico.

La reunión anual de 2023 del grupo BRICS rompió definitivamente el oscurantismo mediático que acompañaba estas sesiones. Ya no fue posible ocultar ante el mundo una asociación de 5 Estados a la que desean incorporarse alrededor de 40 países del llamado “Sur Global” ante el avasallador avance de esta agrupación que ha ido ganando fuerza como contrapeso al orden financiero y político occidental.

En este momento (antes de la incorporación el 1° de enero de 2024 de seis nuevos países), los BRICS ya representan el 41% de la población, el 31,5% del producto interno bruto (PIB) y el 16% del comercio del mundo. Eso le ha permitido establecer una agenda distinta a la de Occidente como ha quedado en evidencia con el apoyo a Rusia para enfrentar las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea.

La gran demanda que hoy existe para unirse al bloque, es una demostración de la influencia de esta nueva fuerza geopolítica que posee el potencial para desafiar el sistema liderado por Occidente. Una fuerza que tendría al frente a la segunda potencia mundial, China que junto a Rusia esperan liderizar a la comunidad internacional hacia un mundo más justo, equitativo y participativo.

Lo dijo el presidente Xi Jinping al despedirse de su homólogo ruso al finalizar su visita de Estado a ese país en marzo: “Se están produciendo cambios que no hemos visto en cien años y somos nosotros quienes lo estamos liderando juntos”. Lo reiteró el pasado lunes 18 el canciller chino Wang Yi al iniciar su visita a Moscú: «Estamos dispuestos a velar junto con Rusia por la formación de un mundo multipolar y un orden mundial más justo». Estas declaraciones no dejan espacio para dudas con relación a cuál es el objetivo final.

Sólo unos días después de la reunión de Johannesburgo, durante la segunda semana de septiembre se realizó con gran éxito para India la cumbre del G20 en Nueva Delhi. Contrario a los intereses occidentales, el cónclave evitó “ucranizar” la cita. La declaración final aprobada por consenso expuso otros temas de interés planetario como la alimentación, el clima y la energía, la necesidad de reformar las instituciones financieras internacionales, la transformación digital y la política macroeconómica.

Vale destacar fue la aceptación de la importancia de los objetivos de desarrollo definidos como estratégicos por el Sur Global, sobre todo en relación con el reforzamiento del papel que deben jugar los países en desarrollo en el ámbito económico mundial y en la necesidad de que los países desarrollados cumplan las obligaciones financieras acordadas que establecen la necesidad de destinar cien mil millones de dólares anuales para luchar contra el cambio climático. La inclusión de la Unión Africana en el G-20 como miembro permanente fue una decisión histórica.

Rusia y otros países que han pugnado por despolitizar los debates en esta instancia para tener capacidad de dar respuesta a estos problemas que enfrenta la mayoría de la población mundial, lograron paralizar los intentos occidentales de transformar el evento en una discusión sobre la situación en Ucrania. El cónclave estableció con precisión que    existe una multiplicidad de conflictos armados en el planeta, haciendo un llamado a su arreglo pacífico mediante el diálogo y los esfuerzos diplomáticos sobre la base de los propósitos y principios de la Carta de la ONU en su totalidad. Una vez más el fracaso de Estados Unidos y sus aliados fue patente.

Por otra parte, durante el mismo mes se realizó el Foro Económico Oriental en la ciudad de Vladivostok, ubicada en el extremo oriental de Rusia. Este espacio es “una plataforma internacional clave para crear y estrechar lazos entre la comunidad inversora rusa y la mundial, así como para llevar a cabo una evaluación exhaustiva del potencial económico del Lejano Oriente ruso”. En la misma participaron alrededor de 7.000 representantes de más de 50 países. Según el portal RT el año pasado, en el evento se firmaron documentos por un valor de casi 34.000 millones de dólares incluidos convenios sobre proyectos de infraestructuras y transporte, desarrollo de grandes yacimientos, así como en los sectores de la construcción, la industria y la agricultura.

El intercambio comercial entre Rusia y los países de la región de Asia-Pacíficocreció un 13,7% el año pasado, mientras que durante los primeros seis meses de este año se incrementó otro 18,3%. Durante su discurso en el cónclave, el presidente Putin planteó con claridad que el desarrollo del Lejano Oriente ruso es una «prioridad estratégica para todo el siglo XXI». Este evento y los acuerdos firmados exponen un mentís a la idea publicitada por los medios transnacionales de la desinformación que hablan del “aislamiento” de Rusia y la crisis de su economía.

Putin exteriorizó la idea de que estaba naciendo “un nuevo modelo de cooperación” a nivel global que no se basa en los patrones occidentales, explicando que estos cambios se producen debido a «la destrucción del sistema financiero» por parte de Occidente. Ello ha conducido -según el presidente ruso- a que cada vez más países muestren su disposición a cooperar bajo el nuevo modelo.

Finalmente, también durante este mes, se realizó en Cuba la cumbre del Grupo 77+China, agrupación formada por 134 países de Asia, África y América, que representan el 80% de la población mundial y dos tercios de los miembros de Naciones Unidas.

Este evento ha sido considerado una cita de los países del sur que han sido golpeados y maltratados por el injusto sistema internacional hegemonizado por Occidente. Especial importancia cobró que la reunión se celebrara en Cuba, país que durante más de 60 años ha sido bloqueado y multi sancionado por Estados Unidos. En el evento se denunció con mucha persistencia las políticas de bloqueo, injusticia, colonialismo, empobrecimiento, sanciones, marginación, explotación y racismo que estos pueblos han sufrido en diversas formas.

Contrario a lo que transmiten los medios transnacionales de la desinformación, la cumbre ha dejado claro que es Estados Unidos, Europa y eso que han denominado su “Comunidad internacional”, la que se encuentra aislada de la mayor parte de la humanidad que busca otros caminos y señala otros derroteros en la ruta de defender los valores de justicia y bienestar.

El evento enfatizó en que es necesario construir un enfoque diferente para tratar los elementos fundamentales del desarrollo científico, cognitivo y tecnológico, para que, de esta manera se pueda avanzar y lograr “un valor añadido, alcanzar justicia e igualdad de condiciones y eliminar de una vez por todas, la arrogancia, discriminación, hegemonía y las guerras impuestas por el Norte”.

En la reunión se impuso la lógica que estableció en su discurso Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba cuando dijo que: “No somos países pobres sino empobrecidos y privados de la tecnología y la ciencia para que sigamos siendo marginales y facilitar que los países del Norte saqueen nuestros recursos humanos y riquezas”.

Como presidente del Grupo, Díaz-Canel llamó a la construcción de un orden global justo y sostenible que permita a la mayoría de estos países salir de las crisis que les han sido impuestas. Para ello, propuso centrarse de manera participativa y colectiva en el desarrollo de recursos científicos, la innovación y el fortalecimiento de las capacidades científicas y cognitivas para lograr el desarrollo sostenible.

En su intervención ante el evento y de forma sorpresiva, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se plegó al clamor mundial al afirmar que es fundamental cambiar tanto el orden internacional como sus instituciones, creados tras la Segunda Guerra Mundial, para que “reflejen las realidades actuales”.

Guterres agregó que: “Necesitamos una acción global (…) para construir un sistema internacional que defienda los Derechos Humanosy trabaje en beneficio de sus intereses en todos los niveles. Y eso requiere que el G77+China utilicen su voz para luchar por un mundo que funcione para todos”.

Contrario a su postura tradicional, Guterres aseguró que el objetivo fundamental debería ser construir “instituciones multilaterales fuertes y eficaces”, ya que muchas de ellas, especialmente el Consejo de Seguridad de la ONU y las creadas a partir de los acuerdos de Bretton Woods, “reflejan una época pasada” y no la actual.

Parecía increíble, pero el diplomático portugués expresó con firmeza que: “La voz del G77+China siempre será esencial en Naciones Unidas. Y cuento con este grupo, que durante mucho tiempo ha sido defensor del multilateralismo, para dar un paso al frente, utilizar su poder y luchar”.

Así, vistas en su conjunto las reuniones cumbres de los dos últimos meses han mostrado a una humanidad que pareciera trazar un rumbo distinto al que le ha tocado vivir en los últimos 80 años, marcados por el dominio, la imposición, el chantaje y la amenaza permanente que significa la hegemonía atlantista de Estados Unidos y Europa.

X: @sergioro0701

Por M.K.Bhadrakumar  17 de setiembre

La guerra terrestre en Ucrania ha llegado a su fin y comienza una nueva fase. Incluso los partidarios acérrimos de Ucrania en los medios de comunicación y los think tanks occidentales están admitiendo que una victoria militar sobre Rusia es imposible y que abandonar el territorio bajo control ruso está mucho más allá de la capacidad de Kiev.

De ahí el ingenio de la Administración Biden para explorar el Plan B, aconsejando a Kiev que sea realista sobre la pérdida de territorio y busque pragmáticamente el diálogo con Moscú. Este fue el amargo mensaje que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, transmitió recientemente en persona a Kiev. 

Pero la reacción cáustica del presidente Zelensky en una entrevista posterior con la revista The Economist es reveladora. Respondió que los líderes occidentales todavía hablan bien, prometiendo que apoyarán a Ucrania “mientras sea necesario” (mantra de Biden), pero él, Zelensky, ha detectado un cambio de humor entre algunos de sus socios: “Yo tienen esta intuición, leen, escuchan y ven sus ojos [cuando dicen] ‘siempre estaremos contigo’. Pero veo que él o ella no está aquí, no con nosotros”. Ciertamente, Zelensky está interpretando correctamente el lenguaje corporal, ya que, a falta de un éxito militar abrumador en breve, el apoyo occidental a Ucrania es de tiempo limitado.

Zelensky sabe que será difícil mantener el apoyo occidental. Sin embargo, espera que, si no los estadounidenses, la Unión Europea al menos siga suministrando ayuda y pueda iniciar negociaciones sobre el proceso de adhesión de Ucrania, posiblemente incluso en su cumbre de diciembre. Pero también lanzó una amenaza velada de amenaza terrorista a Europa, advirtiendo que no sería una “buena historia” para Europa si “arrinconara a esta gente [de Ucrania]”. Hasta ahora, esas siniestras amenazas fueron silenciadas y procedían de activistas de bajo rango de la franja fascista de Bandera.

Pero Europa también tiene sus límites. Los arsenales occidentales de armas están agotados y Ucrania es un pozo sin fondo. Es importante destacar que falta convicción sobre si la continuidad de los suministros haría alguna diferencia en la guerra por poderes que es imposible de ganar. Además, las economías europeas están estancadas; la recesión en Alemania puede derivar en depresión, con profundas consecuencias de “desindustrialización”. 

Baste decir que la visita de Zelensky a la Casa Blanca en los próximos días se convierte en un momento decisivo. La Administración Biden está de mal humor porque la guerra por poderes está obstaculizando una estrategia a toda velocidad en el Indo-Pacífico contra China. Sin embargo, durante una aparición en el programa This Week de ABC, Blinken declaró explícitamente por primera vez que Estados Unidos no se opondría a que Ucrania utilice misiles de mayor alcance suministrados por Estados Unidos para atacar profundamente dentro del territorio ruso, una medida que Moscú ha llamado anteriormente una “línea roja”. ”, lo que convertiría a Washington en parte directa en el conflicto. 

El conocido historiador militar, pensador estratégico y veterano de combate estadounidense, coronel (retirado) Douglas MacGregor (quien sirvió como asesor del Pentágono durante la administración Trump), es profético cuando dice que se avecina una nueva “fase de la guerra de Biden”. a punto de empezar. Es decir, al quedarse sin fuerzas terrestres, el foco ahora cambiará a armas de ataque de largo alcance como Storm Shadow, Taurus,   misiles de largo alcance ATACMS, etc. 

Estados Unidos está considerando enviar misiles ATACMS de largo alcance que Ucrania lleva mucho tiempo pidiendo y con capacidad de atacar profundamente en territorio ruso. La parte más provocativa es que en tales operaciones se utilizarán plataformas de reconocimiento de la OTAN, tanto tripuladas como no tripuladas, lo que convertirá a Estados Unidos en un virtual cobeligerante. 

Rusia ha estado actuando con moderación al atacar la fuente de tales capacidades enemigas, pero nadie sabe cuánto tiempo continuará esa moderación. En respuesta a una pregunta específica sobre cómo vería Washington los ataques contra territorio ruso con armamento y tecnología estadounidenses, Blinken argumentó que el creciente número de ataques contra territorio ruso por parte de drones ucranianos tiene que ver con “cómo van a defender [los ucranianos] sus territorios”. territorio y cómo están trabajando para recuperar lo que les ha sido arrebatado. Nuestro papel [de Estados Unidos], el papel de docenas de otros países alrededor del mundo que los apoyan, es ayudarlos a lograrlo”. 

Rusia no va a aceptar una escalada tan descarada, especialmente porque estos sistemas de armas avanzados utilizados para atacar a Rusia en realidad están tripulados por personal de la OTAN: contratistas, ex militares capacitados o incluso oficiales en servicio. El presidente Putin dijo el viernes a los medios de comunicación que “hemos detectado mercenarios e instructores extranjeros tanto en el campo de batalla como en las unidades donde se lleva a cabo el entrenamiento. Creo que ayer o anteayer volvieron a capturar a alguien”. 

El cálculo de Estados Unidos es que, en algún momento, Rusia se verá obligada a negociar y se producirá un conflicto congelado en el que los aliados de la OTAN conservarán la opción de continuar con el fortalecimiento militar de Ucrania y el proceso que conducirá a su membresía en la alianza atlántica, y permitir que la Administración Biden se centre en el Indo-Pacífico. 

Sin embargo, Rusia no se conformará con un “conflicto congelado” que esté muy por debajo de los objetivos de desmilitarización y desnazificación de Ucrania, que son los objetivos clave de su operación militar especial. 

Ante esta nueva fase de la guerra por poderes, aún está por verse qué forma adoptará la represalia rusa. Podría haber múltiples formas sin que Rusia ataque directamente los territorios de la OTAN o utilice armas nucleares (a menos que Estados Unidos organice un ataque nuclear, de lo cual las posibilidades son nulas a partir de ahora).

Ya es posible ver la posible reanudación de la   cooperación técnico-militar entre Rusia y la RPDC (que podría incluir tecnología ICBM) como una consecuencia natural de la política agresiva de Estados Unidos hacia Rusia y su apoyo a Ucrania, así como de la actual política internacional. situación. La cuestión es que hoy es con la RPDC; mañana podría ser con Irán, Cuba o Venezuela, lo que el coronel MacGregor llama “escalada horizontal” por parte de Moscú.   La situación en Ucrania se ha interconectado con los problemas de la península de Corea y Taiwán. 

El ministro de Defensa, Sergey Shoigu, dijo en la televisión estatal el miércoles que Rusia «no tiene otras opciones» que lograr una victoria en su operación militar especial y que seguirá avanzando en su misión clave de derribar el equipo y el personal del enemigo. Esto sugiere que la guerra de desgaste se intensificará aún más, mientras que la estrategia general puede cambiar hacia el logro de una victoria militar total. 

El ejército ucraniano está desesperado por conseguir mano de obra. Sólo en la “contraofensiva” de 15 semanas, más de 71.000 soldados ucranianos han muerto. Se habla de que Kiev buscará la repatriación de sus ciudadanos en edad militar entre los refugiados en Europa. Por otro lado, ante la expectativa de un conflicto prolongado, la movilización en Rusia continúa. 

Putin reveló el viernes que 300.000 personas se han ofrecido como voluntarias y han firmado contratos para unirse a las fuerzas armadas y que se están formando nuevas unidades, equipadas con tipos avanzados de armas y equipos, “y algunas de ellas ya están equipadas en un 85-90 por ciento”. 

Lo más probable es que una vez que la “contraofensiva” ucraniana se apague en unas pocas semanas como un fracaso masivo, las fuerzas rusas lancen una ofensiva a gran escala. Es posible que las fuerzas rusas incluso crucen el río Dnieper y tomen el control de Odessa y la costa que conduce a la frontera rumana, desde donde la OTAN ha estado organizando ataques contra Crimea. No se equivoquen: para el eje angloamericano, rodear a Rusia en el Mar Negro siempre ha sido una máxima prioridad.

FUENTE

EEUU sobrestimó sus capacidades al tratar de socavar las economías de Rusia y China, declaró el economista de la Universidad de Columbia al podcast ‘New Rules’ de Sputnik Jeffrey Sachs. Desde Moscú señalan que la economía global sigue cambiando, principalmente porque Occidente está destruyendo el sistema de relaciones financieras.

«En lo que respecta a Rusia, la idea de que esto sería una especie de golpe noqueante en el conflicto ucraniano fue totalmente ingenua y previsiblemente un fracaso», declaró el renombrado economista y profesor.

En sus palabras, «se subestimó enormemente la economía rusa».

Y en lo que Occidente se equivoca en todos los aspectos de la crisis ucraniana es la creencia de que el mundo no está unido con ellos. Pero es solo una pequeña parte de la comunidad global, la mayor parte de la cual quiere mantenerse al margen de esta crisis», destacó Sachs.

«Rusia no solo tiene una enorme capacidad económica interna, que los analistas occidentales subestimaron, sino que mantiene vínculos comerciales con la mayor parte del mundo, y el petróleo que no vendía a Europa directamente lo vendía a Asia», recordó. Agregó que gran parte de ese petróleo dio la vuelta y volvió al continente europeo de todos modos a precios más altos debido a intermediarios asiáticos.

«Así que, en general, el régimen de sanciones es un fracaso. Y en el caso de Rusia, fracasó de dos maneras fundamentales. En primer lugar, no ha logrado en absoluto los objetivos de las sanciones. Y en segundo lugar, ni siquiera ha obstaculizado la economía rusa de forma significativa», prosiguió el profesor.

¿Qué hay detrás de la resistencia económica de Rusia?

El expresidente estadounidense Barack Obama, calificó la economía rusa de pequeña, débil, aislada y «hecha jirones». El difunto senador John McCain, llegó incluso a desprestigiar a Rusia como «una gasolinera disfrazada de país». Mientras que el mandatario estadounidense, Joe Biden, en marzo de 2022 afirmó a la prensa que el rublo ruso estaba casi «reducido a escombros».

«Bueno, está claro que Rusia tiene mucha capacidad de recuperación porque cuenta con una gran base de producción de alimentos (…) Tiene una extensa base mineral y tiene una vasta base industrial. En Occidente se suponía que no tenía una base de alta tecnología. Así que, como indicó la ministra de Exteriores alemán [Annalena Baerbock], creo, Moscú estaría gorroneando lavadoras importadas de Alemania para conseguir los chips para su capacidad militar», recordó Sachs.

Este «tipo de disparates» formaban parte de la mitología, continuó, y «es evidente que las capacidades de alta tecnología rusa estaban desatendidas y eran descartadas constantemente. Es evidente que este país tiene una industria digital muy sofisticada, tanto para fines civiles como militares».

«Así que había mucha ignorancia, en Occidente, o fantasía o cumplimiento de deseos en las capitales occidentales, especialmente en Washington, sobre lo que Moscú puede y no puede hacer, y lo que pasaría con las sanciones», agregó el economista.

Jeffrey Sachs también recordó que al principio de las sanciones, en sus conversaciones con Washington, «realmente creían que expulsar a Rusia del SWIFT era el arma definitiva. Esto tenía que ser el final. Esto era de alguna manera tan dramático, que terminaría decisivamente el conflicto. Sí, completamente ingenuos».

¿Quién ha forjado la mayor alianza?

Según el profesor, Estados Unidos calculó mal su capacidad de conseguir apoyo para sus iniciativas. Resultó que, en realidad, la alianza estadounidense no es tan grande, subrayó. Washington cuenta con el Reino Unido, la Unión Europea (UE), Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda, pero el grupo constituye solo entre el 10% y el 12% de la población mundial, lo que significa que no es una potencia dominante, resaltó.

Cuando se observa el indicador del producto interior bruto (PIB), se ve que las principales potencias industrializadas, conocidas como el Grupo de los Siete (G7), constituyen alrededor del 30% del PIB mundial medido a precios internacionales. Al mismo tiempo, el grupo BRICS representa el 37% de la producción mundial, siete puntos porcentuales más que el G7. Y todos los miembros del BRICS están activamente comprometidos con Rusia, destacó.

«Hay dos dimensiones en esta pregunta sobre si las sanciones occidentales destruirán el crecimiento a largo plazo de Moscú. Una es que sobrestima por completo el dominio estadounidense sobre las tecnologías de vanguardia y subestima las capacidades nacionales rusas, así como las de sus socios. Y en segundo lugar, juzga completamente mal la escala de la llamada alianza liderada por Estados Unidos que ahora es más pequeña que el grupo al que Rusia pertenece firmemente, los BRICS», opinó Jeffrey Sachs.

Sachs precisó que incluso más allá de los BRICS, la mayor parte del mundo en desarrollo y las economías de mercado emergentes van a seguir manteniendo relaciones normales con Rusia, aunque «les resulten incómodas las sanciones secundarias, las amenazas y las zalamerías de Estados Unidos. Pero no quieren sucumbir a un orden determinado y dominado por la Casa Blanca».

China, el «desafío más amplio y serio» para la seguridad estadounidense

Otro miembro de los BRICS, China, también ha estado en el punto de mira de Washington, al considerarla el «desafío más amplio y serio» para la seguridad estadounidense. Sin embargo, recientemente los líderes del pensamiento estadounidense declararon el fin del milagro económico chino, mientras que Biden calificó al país asiático de «bomba de relojería».

«Lo que me divierte es que en 2022 era ‘¡China es la gran amenaza para el mundo, se apoderará del mundo!’. De repente la narrativa cambió, y tan pronto como cambió la narrativa, todos los columnistas, incluidos muchos, estoy seguro que nunca han estado en China, empezaron a escribir artículos sobre su colapso, su fracaso y el fin de su economía. En esencia, son tonterías. No son más que tonterías», aseguró el investigador.

El profesor explicó que las economías complejas avanzadas a veces sufren ralentizaciones e incluso recesiones. Eso le ocurrió a EEUU, eso le ocurrió a Europa. «Pero utilizar los primeros atisbos de un crecimiento un poco más lento de lo que se había previsto para usarlos como indicio del fin de las perspectivas de crecimiento de China es absurdo», afirmó.

Además, no hay prueba de que China se esté estancando en el nivel de desarrollo económico porque «China es una potencia en investigación científica, una potencia en innovación, una potencia en nueva productividad, y tiene un mercado mundial para sus productos de exportación». Y Washington está intentando romper esto, subrayó el economista.

«Existe una política activa para frenar el crecimiento de China«, afirmó Sachs al agregar que «EEUU lo niega. EEUU dice que no. Solo queremos evitar que algunas tecnologías lleguen a manos de los militares chinos. Tonterías. Uno lee, en realidad, el planteamiento de Washington y puede encontrarlo en muchos, muchos lugares. Es que ‘China es una amenaza y tenemos que detener su ascenso'».

Sin embargo, los responsables políticos estadounidenses parecen haber olvidado que el mundo es muy grande, destacó el profesor. En sus palabras, incluso si Washington restringe la capacidad de Pekín para exportar a EEUU, «China seguirá desarrollando sólidas relaciones comerciales con la mayor parte del mundo y seguirá teniendo, de hecho, un crecimiento impulsado por las exportaciones con la mayor parte del mundo o gran parte de él».

«Así que, para resumirlo todo, la Casa Blanca pretende frenar el crecimiento de Pekín, del mismo modo que intentó frenar el crecimiento de Japón a finales de los 80, a principios de los 90, y del mismo modo que hizo horas extras para detener cualquier tipo de progreso económico en la URSS. China, de todos esos casos, tiene tanto las capacidades internas como la orientación y la geopolítica para superar el desafío estadounidense«, continuó Sachs.

¿Quién es el gran perdedor de las sanciones?

Aunque las sanciones occidentales no han logrado paralizar la economía rusa ni obstaculizar el ascenso de China, continuó el analista, han impulsado el desarrollo de ambos países, incitándoles a explorar nuevos mercados, desarrollar nuevas tecnologías y forjar nuevas alianzas.

En su opinión, en los dos últimos años se ha visto cómo las empresas automovilísticas chinas se han convertido en actores importantes del mercado internacional, superando incluso a los fabricantes de automóviles alemanes. Y uno de los principales mercados para los coches chinos ha sido el ruso, en gran parte porque el año pasado muchas marcas occidentales y japonesas abandonaron el mercado del país euroasiático, lo que creó un vacío que las empresas chinas pudieron llenar, destacó Sachs.

«Creo que estas sanciones tienen un enorme efecto bumeránEuropa es la mayor perdedora de las sanciones, esto es seguro, porque la producción de bajo costo de Rusia, tanto de energía primaria, sin duda, como de fertilizantes y muchos otros productos manufacturados basados en materias primas que iban a Europa, ahora van a China y al resto de Asia. Y Europa está en plena recesión», explicó el economista.

Si hay un perdedor particular de todo esto, «es la industria alemana, que probablemente ha tenido la relación simbiótica más estrecha con la economía rusa en los últimos 30 años», añadió a tiempo de precisar que Alemania es el único país del G7 que registrará una contracción económica este año, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). El FMI atribuye esta tendencia a la debilidad de la producción, así como a una contracción en dos trimestres consecutivos (el cuarto trimestre de 2022 y el primero de 2023). Este último factor llevó a los economistas internacionales a concluir a mediados de julio que el país había caído en una recesión técnica.

La destrucción de los gasoductos Nord Stream, así como la decisión de Berlín de seguir los pasos de Washington y aplicar sanciones energéticas a Rusia, se volvieron en contra de los fabricantes alemanes, provocando la deslocalización de empresas y, finalmente, la desindustrialización, declaró el investigador.

«Todo el fervor contra el Nord Stream, por ejemplo, formaba parte del deseo de EEUU de asegurarse de que Alemania y Rusia nunca se acercaran demasiado económicamente», señaló Sachs.

«Y a medida que Rusia se vuelve más a los BRICS y al resto del mundo, son esos países los que se benefician de estos vínculos», prosiguió el profesor al agregar que «es Europa la que queda absolutamente rezagada. Y uno de esos beneficiarios es China. Es evidente porque es una economía abarrotada, densamente poblada, con recursos naturales, pero en términos per cápita, relativamente baja. Así que es muy complementaria con Rusia».

De tal modo, al final, la política de sanciones de Occidente no ha provocado ningún tipo de crisis profunda y prolongada ni para Rusia ni para China, resumió el economista. Más bien al contrario, concluyó Sachs, «la parte más enérgica y dinámica del mundo, la que crece más rápido cuantitativamente, no está en el lado estadounidense-europeo de la historia».

FUENTE SPUTNIK

https://sputniknews.lat/20230917/jeffrey-sachs-expone-al-gran-perdedor-de-las-fracasadas-sanciones-antirrusas-1143797735.html

Por Daniel Symcha Zona Militar el autor autoriza su publicación en Dossier Geopolitico-16 septiembre, 2023

Introducción:

El geógrafo británico Harfold John Mackinder en 1909, durante el pleno auge del dominio británico de los mares, afirmó que quien dominara el corazón de la tierra (Heartland), dominaría el mundo.

Mackinder consideraba al centro de Rusia el corazón del mundo por su acumulación de recursos, áreas agrícolas, bosques, minería, petróleo, sobre el que giraban otras dos áreas denominadas Región Marginal Creciente y Región Insular Creciente formando todo ello la Isla Mundial (Europa, Asia y África juntas) lo cual era clave para el dominio mundial por sus características naturales (Bertotto, 2014)

Las capacidades de la flota británica no podían contra la territorialidad de semejante realidad geográfica y hacia principios del siglo XX Alemania y Rusia eran los competidores con más posibilidades de dominio del Heartland por lo cual desde el dominio diplomático era necesario, para sostener los intereses británicos, impedir el desarrollo de alianzas.

En 1919, Mackinder definía su teoría de la siguiente manera: “Quien gobierne en Europa del Este dominará el Heartland; quien gobierne el Heartland dominará la Isla-Mundial; quien gobierne la Isla-Mundial controlará el mundo.“

Hoy en pleno siglo XXI la Teoría el Heartland o área pivote del mundo está más viva que nunca y hay que sumarle un actor que en tiempos del geógrafo británico no se consideraba como un posible agente de influencia o aspirante al dominio de semejante territorio, China.

La Operación Militar Especial y la trampa de Europa

El 24 de febrero de 2022 comenzó la denominada Operación Militar Especial rusa en el entonces territorio ucraniano de las regiones de Donetsk y Luhansk. Esas regiones ucranianas se encontraban sublevadas frente al resultado electoral posterior a lo que se conoció como el “Euromaidan”, un conjunto de manifestaciones y disturbios sociales que derivó en la renuncia del entonces presidente Victor Yanukóvich de tendencia pro-rusa un llamado a elecciones y la victoria de Petró Poroshenko de tendencia pro-europea que elaboró una marcada política destinada a eliminar las referencias históricas en lo referido al periodo soviético estableciendo una condena al uso de simbología o propaganda de esa época.

Durante la gestión de Poroshenko comienza el proceso de prohibir libros, películas y canciones en el idioma ruso (Colás, 2018) lo que implicaba la modificación de la Ley de Lenguas Cooficiales donde se buscaba eliminar el idioma ruso a lo cual la región de Crimea se opone duramente junto con otras regiones del Este ucraniano comenzando procesos de referendos separatistas siendo la República Separatista de Crimea y la ciudad autónoma de Sebastopol, con apoyo de movilización de tropas rusas a la frontera y operaciones especiales en el propio territorio, las primeras en pasar bajo tutela rusa camino que posteriormente seguirán, enfrentamientos militares de por medio, Donetsk y Lugansk, en el este, y Jersón y Zaporiyia, en el sur las cuales conforman un 15% de la superficie de Ucrania.

El 5 de septiembre de 2014 en la ciudad de Minsk, Bielorrusia, se firma un acuerdo de alto el fuego en toda la región del Donbass cosa que las partes no cumplieron en su totalidad siendo los rusos quienes denuncian a los ucranianos frente al incumplimiento. tiempo después en una entrevista realizada en el año 2022 la excanciller alemana, Angela Merkel, reconoció, en una entrevista al diario alemán Die Zeit, que los acuerdos de Minsk se firmaron con el único objetivo de dar tiempo a Ucrania para rearmarse y fortalecerse con el objetivo de poder enfrentar a Rusia (Vior, 2022)

Sobre el final del mandato de Poroshenko, la Rada Suprema aprueba el 24 de abril de 2019 una ley que refuerza el uso del ucraniano en desmedro del ruso, al imponer como obligatorio el uso de la primera lengua en los órganos de poder y en todos los ámbitos de la vida pública en consonancia con un fuerte incremento de las actividades de movimientos de caracter nacionalista (DZC -EFE, AFP-, 2019).

En las elecciones de 2019 es electo presidente de Ucrania el actor Volodímir Zelenski, quien buscará firmemente el ingreso de Ucrania a la Unión Europea. Zelenski, con el poder legislativo controlado por la oposición,  disuelve la Rada Suprema y llama a elecciones legislativas que son ganadas ampliamente por el oficialismo.

A principios de 2020, Lituania y Polonia brindan su apoyo a Ucrania para el ingreso a la Unión Europea y a la OTAN en la cumbre denominada “Triángulo de Lublin” donde además se firma una declaración conjunta sobre la cooperación en áreas de seguridad, prevención de migración ilegal y lucha contra la desinformación sobre todo proveniente del aparato comunicacional ruso (EFE, 2021)

Mientras tanto el flamante presidente de los EEUU, Joe Biden, en el mes de marzo de 2020 brinda un fuerte respaldo público a Zelensky afirmando que Ucrania es uno de los principales elementos de su política exterior y señala su voluntad de aumentar la asistencia en armas defensivas (afp/reuters/ap/rr, 2021)

En abril de 2021 Rusia moviliza tropas y armas pesadas a la frontera con Ucrania, en una proporción similar a la que se utilizó para la anexión de Crimea y Sebastopol, las cuales en una clara actitud en el marco de una guerra de maniobras, se retiran a sus posiciones originales en el mes de Junio (Bielieskov, 2021)

Revoluciones de colores y un cinturón de conflictos

En mayo de 2021 se producen en Bielorrusia una serie de protestas callejeras conocidas como “La Revolución de las Zapatillas” con la misma estructura que lo sucedido en la “Revolución Naranja” ucraniana de 2005 o el “Euromaidan” de 2014. Estas denominadas “Revoluciones de Colores” o golpes blandos  en la definición del politólogo estadounidense Gene Sharp, se componen de tres grandes bloques de acción: protesta, no cooperación e intervención mediante organizaciones no gubernamentales de la sociedad civil por las cuales se canalizan la ayuda financiera y logística necesarios para la escalada de las crisis destinadas a la desestabilización de las sociedades y posteriormente la escalada por encima del nivel de violencia en el caso de ser necesario como en Siria o Libia.

El resultado es la desestructuración del sistema social de la Nación objetivo, generando una situación de caos donde las estructuras institucionales dejan de funcionar y posteriormente generalmente con misiones y operaciones de paz compuestas por fuerzas plurinacionales instalar un gobierno de transición el cual al quedar en una posición débil tiene poca capacidad de maniobra para la defensa de los intereses nacionales.

En este escenario Bielorrusia, uno de los principales aliados de Rusia en el oeste, recibe el apoyo rápido y concreto de Moscú y logra controlar y ordenar la situación en todo su territorio. Caso similar sucede en enero de 2022 en Kazajistan (Bilefsky, 2022) es decir, se generó un cinturón de conflictos en la zona de amortiguación de Rusia a partir de protestas sociales que respondieron a una misma estructura y mismos objetivos.


Sobre fines de 2021 y principios de 2022 las acusaciones de movilización de tropas por parte de Moscú y Kiev se intensifican. En enero de 2022, el presidente de EEUU Biden otorgó permiso a las naciones bálticas es decir Lituania, Letonia y Estonia para transferir equipos militares fabricaos en EE. UU. a Ucrania. Reino Unido y Canada intensificaron la instrucción de fuerzas ucranianas y el 17 de enero de 2022, el secretario de Defensa británico, Ben Wallace, anunció que Gran Bretaña había suministrado a Ucrania 1100 misiles antitanque de corto alcance a las Fuerzas Armadas ucranianas y los gobiernos de Dinamarca, España , Polonia, EEUU y Países Bajos destinan fondos y movilizan unidades.

El 21 de febrero de 2022, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, reconoció a la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk como repúblicas independientes lo que genera que los miembros de la Unión Europea y EEUU comiencen a aplicar sanciones económicas a Rusia. El 24 de febrero el presidente ruso Vladimir Putin anunció el inicio de una “Operación Militar Especial” tras lo cual la Unión Europea se encolumna en apoyo de Ucrania.

El contexto previo a la operación militar especial

Los Coroneles de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación chino, Qiao Liang y Wang Xiangsui en su obra “Guerra irrestricta” hacen mención del criterio “Omnidimensional” de la guerra en la actualidad y se refieren a “la coordinación y cooperación entre diferentes fuerzas en diversas esferas de dominio para materializar objetivos propuestos”  y afirman que cualquier esfera o dominio puede convertirse en un eventual campo de batalla por lo que es necesario la coordinación de la dimensión militar propiamente dicha con varias gamas multidimensionales utilizando factores de no-guerra en pos de lograr un objetivo (Liang & Xiangsui, 2021).

Los Coroneles chinos destacan la importancia del empleo de recursos estratégicos intangibles (Geografía, historia, tradiciones, identidades étnicas, etc.) para ser utilizados en un proceso dinámico potenciado con el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación con el objetivo de generar pérdidas de control de las situaciones sociales ya que los Estados Nación no son los únicos íconos representativos de gobierno sobre las organizaciones sociales, políticas, económicas y culturales sino que, además, se suman los intereses y capacidades de un conjunto de organizaciones transnacionales.

La descripción de los Coroneles chinos viene a poner en un texto de caracter público operaciones que se han venido desarrollando a lo largo de la historia de las relaciones internacionales  tal como lo describe el libro de Tim Weiner “Legado de cenizas” en su página 308 cuando detalla parte del informe del Grupo de Estudio de Operaciones Encubiertas del primero de diciembre de 1968 donde la Agencia Central de Inteligencia de EEUU recomienda al presidente de EEUU, Richard Nixon, que Henry Kissinger dirigiera y supervisara las operaciones encubiertas ya que las mismas “pueden ganar tiempo, anticipar un golpe de Estado, o bien crear condiciones favorables que hagan posible utilizar medios manifiestos para alcanzar finalmente un objetivo” (Weiner, 2007)

Operaciones omnidimensionales, objetivo debilitar Europa

Cabe aquí recordar el pensamiento del General Beaufré “Los plazos de realización de cualquier maniobra (creación de materiales nuevos, cambio de atmósfera psicológica, modificación de equilibrios internacionales, etc.) requieren de años y dominan el porvenir (Beaufré, 2002)

En la década de los años 90 del siglo pasado, dentro de las estrategias de intervención por debajo del umbral de la violencia armada destinadas a condicionar la libertad de movimiento de los gobiernos, se desarrolló una estrategia conocida como “Revoluciones de Color” dentro de lo que podemos denominar operaciones híbridas que afectó al norte de África, parte de Oriente medio y países en el Este de la Federación Rusa.

El nombre “Revoluciones de colores” derivó de la masiva utilización simbólica de colores o nombres de flores, empleados como elementos de identificación por parte de las distintas facciones opositoras a regímenes políticos gobernantes en determinados países. Las “Revoluciones de colores” utilizaron el método de protestas no violentas como herramienta de poder político con una operatoria muy clara y que se repitió en cada uno de los escenarios de manera sistemática: a partir de una necesidad existente en cualquier grado, tipo y campo de acción, un grupo de disidentes con poca visibilidad que comienzan a recibir ayuda económica y logística de organizaciones no gubernamentales de alcance internacional, van generando una serie de acciones convocantes basadas en la indignación, que posteriormente escalaran la tensión a protestas y posteriormente a un conflicto violento.

Estas operaciones a partir de acciones no violentas en principio, se dan a partir de las investigaciones del politólogo Gene Sharp creador del “Albert Einstein Institute”, espacio de estudio de estrategias a partir de la no violencia y la libertad,  las cuales tuvieron sus primeras aplicaciones con éxito en Birmania (1993), Tailandia e Indonesia y posteriormente en Europa del Este con el derrocamiento de Milosevich en Serbia (2000).

A partir de ese instante se sucedieron Revolución de las Rosas (Georgia, 2003), Revolución Naranja (Ucrania, 2004), Revolución de los Tulipanes (Kirguistán, 2005), Revolución del Cedro (Siria/Líbano en 2005), Revolución de los Jazmines (Túnez, 2010), Revolución de Argelia (Argelia, 2010), Revolución del Nilo (Egipto en 2011), Primavera Árabe (Libia, 2011), Revolución de Barein (Barein, 2011) Revolución de las rosas (Yemen, 2012)y la Revolución de Terciopelo (Armenia, 2018).

Este conjunto de acciones políticas cuyas tensiones escalaron a un nivel de crisis con intervención militar, generaron en los años previos al conflicto Ruso-Ucraniano una situación de emergencia generalizada en las poblaciones del norte de África y de Oriente medio cuya imagen se generalizó en los “balseros africanos” (ACNUR, 2021)

El refugio de estos inmigrantes son las costas europeas del Mar Mediterráneo y en su mayoría son distribuidos entre los países de la Unión Europea a partir del rescate de buques de ayuda humanitaria en alta mar (Barragán, 2018)

Este flujo migratorio genera en los distintos niveles de los Estados europeos una tensión en las estructuras, un elevado gasto en recursos y una tensión social que se suma a la precaria situación de quienes llegaron a territorio europeo desde las antiguas colonias  generando hechos de violencia como ya se ha visto en Francia, Bélgica y Suiza (ANSA, 2023)

Es decir, acciones militares por encima del umbral de la violencia como por ejemplo las de la OTAN en Libia (Bremner, 2023) o por debajo como por ejemplo Marruecos o Jordania, han generado una vulnerabilidad en la sociedad europea a  lo cual se le suma la modificación en el flujo del recurso energético (Gas, Uranio y Petróleo) a partir de la crisis suscitada por la guerra ruso-ucraniana a lo cual debemos sumarle los diferentes movimientos políticos del área de influencia francesa en las naciones de África las cuales se vuelcan a las inversiones chinas o el apoyo ruso condicionando, por ejemplo, la entrega de uranio para las centrales nucleares.

Conclusión

En el contexto descripto, la Unión Europea concentra hoy tensiones que condicionan su libertad de movimientos.

Por un lado la recepción constante de inmigrantes que huyen de situaciones dramáticas y que llegan a sus costas gracias a la ayuda de rescatistas vinculados a organizaciones no gubernamentales. Por otra parte, el apoyo y la ayuda a Ucrania desde 2004 para que rompa sus relaciones con Rusia y posteriormente en la guerra a partir de 2021 su aporte directo en armamento, voluntarios y apoyo económico ha generado un doble frente que ha generado inestabilidad social y política.

Las operaciones de sabotaje sobre el sistema de gasoductos Nord Stream y la no compra de manera directa del petróleo ruso genera un incremento en los costos de producción y por ende condiciones económicas diferentes a las vividas hasta el momento.

Cuando la Unión Europea necesita poder tener amplia disponibilidad de recursos y poder de decisión para la producción y brindar apoyo al frente ucraniano de acuerdo con los acuerdos políticos y su participación en la OTAN debe hacer frente, al mismo tiempo, a situaciones de inseguridad interna y al encarecimiento de sus sistemas de producción y de supervivencia para la población civil lo que genera protestas sociales e inestabilidad política  generando una vulnerabilidad al sistema de Seguridad Nacional tomando la misma: “el conjunto de condiciones necesarias para garantizar la soberanía, la independencia y la promoción del interés de la nación, fortaleciendo los componentes del proyecto nacional y reduciendo al mínimo las debilidades o inconsistencias que pueden traducirse en ventanas de vulnerabilidad frente al exterior” (Acosta Romero, 2001)

La Unión Europea, en poco más de una década, ha sembrado sus propias vulnerabilidades en su área de influencia directa que impactan de lleno en su territorio.

Bibliografía

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  • Weiner, T. (2007). Legado de cenizas. Madrid: Debate.

FUENTE ZONA MILITAR

¡¡ LA TEORÍA DE MACKINDER HA SIDO DERROTADA !!

Lo dice Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, en su columna del Club de La Pluma, para explicar las razones de la actual y definitiva disolución del poder global de los anglosajones y el final de sus 150 años de dominio absoluto. Además del cierre del ciclo histórico iniciado en el siglo XV, con Occidente como autoridad ecuménica indiscutible, al ser entonces dueño y señor de los mares.

En su alocución analiza esta malograda teoría, también llamada “Heartland o Corazón del Mundo”, lanzada en 1904 por el británico sir Halford John Mackinder (1861-1947), que se asumió como doctrina imperial hasta hoy, además de ser su principal argumento estratégico para el dominio del mundo. La teoría de Mackinder sostenía que se debía controlar el corazón del mundo para luego controlar el mundo.  Y ya en 1904 señalaba la ubicación de ese corazón mundial en la región que hoy comprende Siberia, Mongolia y China, a la que consideraba como el centro histórico, geográfico y de recursos de todo el planeta. O sea, planteaba -y con razón- que el dominio inglés sobre Rusia y China era vital para la supervivencia del imperio anglosajón, tanto como que esas dos potencias enemigas asiáticas jamás se unieran o trabaran cualquier tipo de alianzas.

Y a partir de estos datos y de la historia del último siglo, Pereyra Mele demuestra que el evidente declive de los anglosajones y el hundimiento del poder hegemónico occidental está estrechamente ligado con la derrota de la Teoría Mackinder, que fue muy exitosa durante diferentes etapas del siglo pasado y que contó con el respaldo de otras grandes personalidades geopoliticas del mundo anglosajon como Nicholas John Spykman (1893 –  1943), Henry Alfred Kissinger (1923-   ) o Zbigniew Kazimierz Brzezinski (1928-2017, pero que fracasó a partir del siglo XXI, precisamente porque no pudo apoderarse de ese “corazón del mundo” y ni siquiera desintegrarlo en partes.

Por el contrario, la realidad actual muestra una formidable alianza estratégica entre China y Rusia, con sólidos acuerdos estructurales entre países de la zona que se extienden ya al África y a Suramérica, mientras desde Asia despliegan una extensa red comercial (no agresiva ni invasiva), mientras se consolidan proyectos como la Organización de Cooperación de Shangai (OCS) y la Nueva Ruta de la Seda. Dejando como máximo corolario el surgimiento revolucionario de los BRICS+, el más poderoso y prometedor organismo internacional que impulsa al Sur Global a lo más alto del poder mundial, rompiendo la hegemonía occidental e instalando en el liderazgo mundial al sistema de la multipolaridad.

En este audio, Pereyra Mele viaja por la historia describiendo cómo los británicos construyeron en 150 años su fabuloso poder ecuménico, aplastando y dominando países y culturas milenarias, imponiendo reglas, idioma y moneda, cercos y límites, para que, luego de la segunda guerra mundial y pasado el testigo a EEUU, siguieran bajo la brújula estratégica de la teoría de Mackinder, desplegando su poderío militar y de inteligencia, en el ansiado acoso y derribo del “Corazón del Mundo”.

Y cuándo en 1991, con la caída de la URSS en el mismo “Corazón del Mundo”, todo estaba a punto para el triunfo total y cuando El Fin de la Historia ya estaba cantado, sus ineptos dirigentes cegados de soberbia, ebrios de poder e ignorantes de la realidad ajena, fueron sobrepasados por unos nuevos actores, estratégicos, previsores y muy inteligentes, que son los que hoy marcan el camino del futuro de la humanidad.

Entretanto, la teoría de sir Harold MacKinder, que tanto poder y gloria dio durante un siglo a Occidente, hoy es la gran derrotada de una historia que ya se comienza a escribir con muy diferentes argumentos.

Eduardo Bonugli (Madrid, 17/07/23)

ANEXOS: 

1 Teoría Heartland: cómo un geógrafo del siglo XIX desarrolló la idea que rige la geopolítica actual BBC 2020

https://www.bbc.com/mundo/noticias-51066744

2 Biografía de: Nicholas Spykman

https://es.wikipedia.org/wiki/Nicholas_Spykman

3 Biografía de: Henry Kissinger

https://es.wikipedia.org/wiki/Henry_Kissinger

4 Biografía de: Zbigniew Brzezinski

https://es.wikipedia.org/wiki/Zbigniew_Brzezinski

Teoria del británico sir Halford John Mackinder (1861-1947) también llamada del “Heartland o Corazón del Mundo” y el Cerco

Esta semana en Vladivostok, el lejano oriente ruso estuvo en plena y gloriosa exhibición. Rusia, China, India y el Sur Global estaban allí para contribuir a este renacimiento del comercio, la inversión, la infraestructura, el transporte y las instituciones.

Por Pepe Escobar  14 de septiembre  The Cradle, 

VLADIVOSTOK – El presidente ruso Vladimir Putin abrió y cerró su discurso bastante detallado ante el Foro Económico del Este en Vladivostok con un mensaje rotundo:  “El Lejano Oriente es la prioridad estratégica de Rusia para todo el siglo XXI”.

Y esa es exactamente la sensación que uno tendría antes del discurso, interactuando con ejecutivos de negocios mezclándose en los impresionantes terrenos del foro en la Universidad Federal del Lejano Oriente (inaugurada hace sólo 11 años), con el telón de fondo del puente colgante de más. de cuatro kilómetros de largo. a la isla Russky a través del estrecho del Bósforo oriental.

Las posibilidades de desarrollo de lo que de hecho es el Asia rusa, y uno de los nodos clave de Asia-Pacífico, son literalmente alucinantes. Los datos del Ministerio para el Desarrollo del Lejano Oriente y el Ártico rusos -confirmados por varios de los paneles más llamativos del Foro- enumeran la friolera de 2.800 proyectos de inversión en marcha, 646 de los cuales ya están en marcha y en funcionamiento, junto con la creación de varias Zonas Económicas Especiales Avanzadas (ASEZ) internacionales y la ampliación del Puerto Libre de Vladivostok, hogar de varios cientos de pequeñas y medianas empresas ( PYME).  

Todo esto va mucho más allá del “giro hacia el Este” de Rusia anunciado por Putin en 2012, dos años antes de los acontecimientos de Maidan en Kiev. 

Para el resto del planeta, por no hablar del colectivo de Occidente, es imposible entender la situación rusa. La magia del Lejano Oriente sin tener que estar en el lugar, comenzando por Vladivostok, la encantadora capital no oficial del Lejano Oriente, con sus preciosas colinas, su sorprendente arquitectura, sus verdes islas, sus bahías de arena y, por supuesto, la terminal. del legendario Transiberiano. 

Lo que experimentaron los visitantes del Sur Global (el colectivo Occidente estuvo prácticamente ausente del Foro) fue un trabajo en progreso en materia de desarrollo sostenible: un Estado soberano que marca la pausa en términos de integración de grandes extensiones de su territorio a la nueva era. geoeconómica policéntrica emergente. . Las delegaciones de la ASEAN (Laos, Myanmar, Filipinas) y del mundo árabe, por no hablar de la India y China, comprendieron perfectamente el panorama. 

Bienvenidos al “movimiento de desoccidentalización”

En su discurso, Putin destacó cómo la tasa de inversión en el Lejano Oriente es tres veces mayor que el promedio de la región rusa; cómo el Lejano Oriente sólo está explorado en un 35 por ciento, con un potencial ilimitado para las industrias de recursos naturales; cómo  se conectarán los gasoductos Poder de Siberia y Sajalín-Jabarovsk-Vladivostok ; y cómo para 2030 la producción de gas natural licuado (GNL) en el Ártico ruso se triplicará.

En un contexto más amplio, Putin dejó claro que “la economía global ha cambiado y sigue cambiando; Occidente, con sus propias manos, está destruyendo el sistema de comercio y finanzas que él mismo creó”. No es de extrañar, entonces, que el volumen de negocios comerciales de Rusia con Asia-Pacífico creciera un 13,7 por ciento en 2022 y otro 18,3 por ciento tan solo en el primer semestre de 2023. 

Una referencia al Comisionado Presidencial para los Derechos Empresariales, Boris Titov, que muestra cómo esta reorientación lejos del Occidente “estático” es inevitable. Aunque las economías occidentales están bien desarrolladas, ya están “demasiado invertidas y son lentas”, dice Titov: 

    “En el Este, en cambio, todo está en auge, avanza rápidamente, se desarrolla rápidamente. Y esto se aplica no sólo a China, India e Indonesia, sino también a muchos otros países. Ellos son hoy el centro del desarrollo, no Europa; nuestros principales consumidores de energía están allí, por fin”.

Es casi imposible hacer justicia al enorme alcance ya los absorbentes debates que tuvieron lugar en los  principales paneles de Vladivostok. He aquí sólo una muestra de los temas clave.              

Una sesión de Valdai se centró en los efectos positivos acumulados del «giro hacia el Este» de Rusia, con el Lejano Oriente posicionado como el centro natural para hacer girar toda la economía rusa hacia la geoeconomía asiática.

Sin embargo, por supuesto que hay problemas, como destacó Wang Wen, del Instituto Chongyang de Estudios Financieros de la Universidad Renmin. La población de Vladivostok es sólo de 600.000 habitantes. Los chinos dirían que para una ciudad así, la infraestructura es pobre, “por lo que necesita más infraestructura lo más rápido posible. Vladivostok podría convertirse en el próximo Hong Kong. La manera es establecer ZEE como en Hong Kong, Shenzhen y Pudong”. No es difícil, ya que “el mundo no occidental da la bienvenida a Rusia”.

Wang Wen no pudo dejar de resaltar el avance que representa el Huawei Mate 60 Pro: “Las sanciones no son algo tan malo. Lo único que hacen es fortalecer el “movimiento de desoccidentalización”, como se le conoce informalmente en China.  

China entró a mediados de 2022 en lo que Wang definió como “modo silencioso” en términos de inversión por temor a sanciones secundarias de Estados Unidos. Pero ahora eso está cambiando y las regiones fronterizas, una vez más, se consideran clave para los vínculos comerciales. En el puerto libre de Vladivostok, China es el inversor número uno con su compromiso de 11.000 millones de dólares.  

Fesco es la mayor empresa de transporte marítimo de Rusia y llega a China, Japón, Corea y Vietnam. Participan activamente en la conexión del Sudeste Asiático con la Ruta del Mar del Norte, en cooperación con los Ferrocarriles Rusos. La clave es establecer una red de centros logísticos. Los ejecutivos de Fesco lo describen como un “cambio titánico en la logística”.

Los Ferrocarriles Rusos son en sí mismos un caso fascinante. Opera, entre otras, la Trans-Baikal, que es la línea ferroviaria más transitada del mundo y que conecta Rusia desde los Urales con el Lejano Oriente. Chita, junto al Transiberiano, un importante centro fabricante a 900 km al este de Irkutsk, es considerada la capital de los ferrocarriles rusos.  

Y luego está el Ártico. El Ártico alberga el 80 por ciento del gas de Rusia, el 20 por ciento de su petróleo, el 30 por ciento de su territorio y el 15 por ciento del PIB, pero está formado por sólo 2,5 millones de personas. El desarrollo de la Ruta del Mar del Norte requiere alta tecnología de primer nivel, como por ejemplo, una flota de rompehielos en constante evolución. 

Líquido y estable como el vodka. 

Todo lo que ocurrió en Vladivostok se conecta directamente con la tan publicitada visita de Kim Jong-un de Corea del Norte. El momento fue una belleza; después de todo, la región de Primorsky Krai en el Lejano Oriente es vecina inmediata de la República Popular Democrática de Corea ( RPDC). 

Putin enfatizó que Rusia y la RPDC están desarrollando varios proyectos conjuntos en los sectores de transporte, comunicaciones, logística y naval. Mucho más que asuntos militares y espaciales discutidos amistosamente por Putin y Kim, el meollo del asunto es la geoeconomía: una cooperación trilateral Rusia-China-RPDC, con el resultado distintivo de un mayor tráfico de contenedores que transitan a través de la RPDC y la tentadora posibilidad de que la RPDC oor ferrocarril llegue a Vladivostok y luego se adentre más en Eurasia a través de la línea Transiberiana. 

Y por si esto no fuera lo suficientemente innovador, en varias mesas redondas se debatió mucho sobre el Corredor Internacional de Transporte Norte Sur (INTSC). El corredor Rusia-Kazajstán-Turkmenistán-Irán estará finalizado en 2027, y será una rama clave del INTSC.   

Paralelamente, Nueva Delhi y Moscú están deseosas de iniciar lo antes posible el Corredor Marítimo Oriental (EMC), que es la denominación oficial de la ruta Vladivostok-Chennai. Sarbananda Sonowal, ministro indio de puertos, transporte marítimo y vías navegables, promovió un taller indo-ruso sobre EMC en Chennai a partir del 30 de octubre para discutir “la rápida y fluida puesta en funcionamiento” del corredor.

Tuve el honor de formar parte de uno de los paneles cruciales,  Gran Eurasia: Impulsores para la formación de un sistema monetario y financiero internacional alternativo.

Una conclusión clave es que está preparado el escenario para un sistema de pagos común en Eurasia -parte del proyecto de declaración de la Unión Económica Euroasiática (UEEA) para 2030-2045- en el contexto de una guerra híbrida y “monedas tóxicas” (el 83 por ciento de las transacciones de la UEEA ya los omitimos). 

Sin embargo, el debate sigue siendo feroz cuando se trata de una canasta de monedas nacionales, una canasta de bienes, estructuras de pago y liquidación, el uso de blockchain, un nuevo sistema de precios o la creación de una bolsa de valores única. ¿Es todo posible técnicamente? Sí, pero eso tardaría 30 o 40 años en tomar forma, como destacó el panel.  

Tal como están las cosas, un solo ejemplo de los desafíos que tenemos por delante es suficiente. La idea de crear una cesta de monedas para un sistema de pago alternativo no cobró fuerza en la cumbre de los BRICS debido a la posición de la India. 

Aleksandr Babakov, vicepresidente de la Duma, evocó las discusiones entre la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) e Irán sobre la financiación del comercio en monedas nacionales, incluida una hoja de ruta para buscar mejores formas legislativas para ayudar a atraer inversiones. Esto también se está discutiendo con empresas privadas. El modelo es el éxito del volumen de negocios comerciales entre China y Rusia.  

Andrey Klepach, economista jefe de VEB, bromeó diciendo que la mejor moneda es “líquida y estable”. Como vodka”. Así que todavía no hemos llegado a ese punto. Dos tercios del comercio todavía se realizan en dólares y euros; el yuan chino representa sólo el tres por ciento. India se niega a utilizar el yuan. Y hay un enorme desequilibrio entre Rusia y la India: hasta 40 mil millones de rupias están depositadas en las cuentas de los exportadores rusos sin ningún lugar donde ir. Una prioridad es mejorar la confianza en el rublo: debería ser aceptada tanto por India como por China. Y un rublo digital se está convirtiendo en una necesidad.  

Wang Wen estuvo de acuerdo y dijo que no hay suficiente ambición. India debería exportar más a Rusia y Rusia debería invertir más en India. 

Paralelamente, como señaló Sohail Khan, subsecretario general de la OCS, India controla ahora no menos del 40 por ciento del mercado mundial de pagos digitales. Hace sólo siete años su cuota era cero. Eso explica el éxito de su sistema de pago unificado (UPI).

Un panel BRICS-EAEU expresó la esperanza de que el próximo año se celebre una cumbre conjunta de estas dos organizaciones multilaterales clave. Una vez más, se trata de corredores de transporte transeurasiáticos, ya que dos tercios del volumen de negocios mundial seguirán pronto la vía oriental que conecta Rusia con Asia. 

En BRICS-EAEU-SCO, las principales empresas rusas ya están integradas en el negocio de BRICS, desde Russian Railways y Rostec hasta los grandes bancos. Un gran problema sigue siendo cómo explicar la UEEA a la India, incluso cuando se considera que la estructura de la UEEA es un éxito. Y observe este espacio: pronto se cerrará un acuerdo de libre comercio con Irán. 

En el último panel en Vladivostok, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zakharova –la contraparte contemporánea de Hermes, el mensajero de los dioses– señaló cómo las cumbres del G20 y los BRICS prepararon el escenario para el discurso de Putin en el Foro Económico Oriental. 

Eso requirió una “paciencia estratégica fantástica”. 

Después de todo, Rusia “nunca apoyó el aislamiento” y “siempre abogó por la asociación”. La frenética actividad en Vladivostok acaba de demostrar que el “pivote hacia Asia” tiene que ver con una mayor conectividad y asociación en una nueva era policéntrica.