Escrito por Redacción Pagina Norte Tucuman Argentina

Israel-Palestina, una guerra que cada día va descubriendo lo mas terrible de su faz. La ONU, un organismo cada vez más devaluado, además de los diferentes países que condenaron abierta y fervientemente el ataque terrorista de Hamás, observan con igual horror el desarrollo de un conflicto que tiene como rehenes y víctimas a toda la población de Gaza.

Complejo escenario en una pequeña franja de territorio densamente poblada que es asediada permanente por bombardeos Israelí; los últimos acontecimientos generados por los continuos ataques sufridos por los habitantes de Gaza hizo que esa zona ya convulsionada del planeta se sienta como una brasa encendida en el tablero de la Geopolítica.
En «TARDE A TARDE» por la Radio de la Universidad Nacional de Tucumán y paginanorte.com.ar, habló de esta situación el especialista en Geopolítica y Director de «Dossier Geopolítico» Licenciado Carlos Pereyra Mele.

FUENTE PAGINA NORTE:

https://paginanorte.com.ar/index.php/internacional/item/8604-la-venganza-principal-impulsora-de-la-guerra

CAMBIO DE PARADIGMA EN PALESTINA (2)

por Thierry Meyssan


Era el aspecto más importante de la Operación Diluvio de Al-Aqsa, pero no lo notamos. El ataque contra Israel no fue una exclusividad de los yihadistas del Hamas. Fue una acción conjunta de cuatro grupos armados. Es la primera vez, desde hace 50 años, que los palestinos de Gaza se unen en una acción conjunta.
Nos guste o no, llegan a su fin los largos años de indiferencia occidental ante los sufrimientos de los palestinos. Ahora habrá que comenzar a aplicar el Derecho Internacional.

Este artículo da continuación al titulado: «Cambio de paradigma en Palestina», 10 de octubre de 2023.

En el artículo que escribí la semana pasada, basándome en los despachos de agencias de prensa occidentales y árabes, ya pasados por el filtro de la censura militar israelí, el ataque del 7 de octubre de 2023 contra Israel, la Operación Diluvio de Al-Aqsa, se describe como una acción del Hamas. Pero no fue el Hamas el único participante. La decisión de realizar la operación fue tomada por un centro de mando unitario de la resistencia palestina. El Hamas, que fue ampliamente el principal componente, aportó la mayor cantidad de hombres pero también participaron otros tres grupos de la resistencia palestina:
1) la Yihad Islámica (grupo khomeinista, de confesión sunnita),
2) el Frente Popular de Liberación de Palestina (marxista)
3) y el Frente Popular de Liberación de Palestina-Comando General (FPLP-CG).
La prensa occidental resaltó los crímenes cometidos por algunos de los atacantes, pero “omitió” la actitud respetuosa de los demás. Al tratar de verificar las informaciones iniciales resultó que las acusaciones sobre supuestas violaciones y alegaciones sobre decapitaciones de bebés no eran más que propaganda. No es nuevo, ni sorprendente, el comportamiento parcializado de ese periodismo “tuerto” y mendaz.

Esta nueva precisión modifica la interpretación de lo sucedido. Ya no se trata de una operación yihadista organizada por la rama palestina de la Hermandad Musulmana sino de un ataque conjunto de los palestinos de Gaza. Sólo el movimiento Al-Fatha, que se mantiene alejado de los grupos antes mencionados, no participó en la acción.

El objetivo de la operación no era «matar judíos», aunque así lo hicieron algunos yihadistas del Hamas [1] –los israelíes contabilizan 2 700 muertos en total–, sino tomar prisioneros, civiles y militares, para canjearlos por los árabes presos en las cárceles israelíes de alta seguridad. Los israelíes capturados no son necesariamente combatientes, también hay civiles. Todos fueron sacados de los lugares donde se hallaban sin darles la posibilidad de vestirse, para recordar cómo trató el ejército de Israel a los prisioneros egipcios al final de la Guerra de los Seis Días.

En todo caso, es importante recordar que el conflicto israelo-palestino no es una guerra clásica entre dos Estados –Israel no ha definido sus fronteras y Palestina no es un Estado reconocido– sino un enfrentamiento entre dos poblaciones. Se trata de una situación muy particular en la que los palestinos no están representados por un Estado y los israelíes tienen responsabilidades adicionales como potencia ocupante.

Además, todo sucede después de que el Consejo de Cooperación del Golfo, el Grupo de los 77, la Liga Árabe, la Organización de la Cooperación Islámica y China solicitaron, el pasado 15 de mayo, a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la suspensión de la membresía de Israel hasta que el Estado hebreo se decida a respetar sus compromisos [2].

1- ¿La Operación Diluvio de Al-Aqsa sorprendió a Israel?

Aunque el gobierno de coalición de Benyamin Netanyahu afirma que la operación palestina sorprendió a Israel, eso no es cierto. El ataque estaba planificado desde de los enfrentamientos registrados en mayo de 2021.

 Según CNN, el Hamas entrenó a sus hombres, específicamente para esta operación, a lo largo de año y medio y prácticamente a la vista de los militares israelíes [3]. El Hamas construyó en Gaza 6 campos de entrenamiento, donde incluso rodó videos de propaganda, que fueron publicados varias semanas antes del ataque [4].

 En marzo pasado, el Hamas envió a Rusia una importante delegación, cuyos miembros hicieron saber al ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, que la paciencia del movimiento había llegado a su límite y que su cólera estaba «en marcha».

También este mismo año, Irán organizó una serie de discusiones entre las diversas fuerzas que se oponen a Israel en la región: el Hezbollah libanés, la Yihad Islámica y el Hamas. Esas discusiones tuvieron lugar en Beirut, la capital libanesa, bajo la presidencia del general Ismail Qaani, comandante de la fuerza al-Qods de los Guardianes de la Revolución iraníes. Los encuentros se organizaron para reconciliar a los grupos participantes, que antes se habían enfrentado en el campo de batalla, tanto en Gaza como en Siria. Aquellas reuniones se hicieron públicas, en mayo pasado, y la prensa libanesa mencionó incluso la preparación de la operación conjunta del 7 de octubre. En conclusión, Irán hizo posible la reconciliación entre las facciones palestinas.

 El 30 de septiembre, el director de la inteligencia de Egipto, Kamel Abbas, telefoneó personalmente al primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, para prevenirlo sobre la inminencia de una gran operación del Hamas contra Israel [5]. Las autoridades de Egipto, país que lucha contra la Hermandad Musulmana, sentían inquietud al ver que el Hamas, rama palestina de la cofradía, se preparaba a la vista de Israel.

 El 5 de octubre, la CIA también advirtió al Mosad sobre la inminencia de la operación de la resistencia palestina, operación cuya envergadura consideraba tan grande que inquietaba a los especialistas de la agencia estadounidense. Sin embargo, según afirma el New York Times, los informes de la CIA al Mosad no mencionaban las nuevas técnicas de combate que la resistencia palestina finalmente utilizó. Sólo entonces los servicios de inteligencia israelíes se reunieron para evaluar la amenaza. El Shin Beit (contraespionaje) y el AMAN (la inteligencia militar) participaron en esa reunión.

Todo lo anterior indica que el primer ministro Benyamin Netanyahu y su oficina mintieron a sus conciudadanos cuando afirmaron que el Hamas los “sorprendió”.

2- ¿Por qué el gobierno de Israel permitió la muerte de sus conciudadanos?

Hay más de una hipótesis. Veamos 4 de ellas:

 Los colonos instalados ilegalmente en Cisjordania están sobrerrepresentados en el actual gobierno israelí de coalición… y permanecieron sordos y ciegos ante los preparativos que se desarrollaban en Gaza.

 El jefe del gobierno de coalición gubernamental, Benyamin Netanyahu, fiel a la ideología de su padre Benzion Netanyahu y del mentor de este último, el ucraniano Zeev Jabotinski, está empeñado en acabar con la presencia palestina, tanto en Gaza como en Cisjordania, en aplicación de la fórmula «Una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra».

 El propio Netanyahu espera realizar su viejo proyecto de guerra contra Irán, y la operación sería el pretexto idóneo para iniciar ese conflicto, con la esperanza de extender la influencia de Israel en el Medio Oriente.

 Los discípulos estadounidenses del fascista alemán Leo Strauss esperan dar continuación a lo que ya comenzaron en Ucrania y utilizarían la operación palestina como pretexto para justificar una ampliación de la guerra contra Rusia.

Esas 4 hipótesis no se excluyen entre sí. Tampoco son exhaustivas.

3- La comparación con el 11 de septiembre de 2001

Los dirigentes israelíes están comparando el ataque del Hamas con los atentados realizados el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington. Con esa comparación buscan resaltar el comportamiento bárbaro del adversario y hacer ver que el bando del Bien fue atacado por sorpresa, con lo cual ellos mismos justificarían las subsiguientes guerras.

Esa comparación se basa en el hecho que el Hamas se presenta a sí mismo como la rama palestina de la Hermandad Musulmana y que el presunto promotor del 11 de septiembre, Osama ben Laden, fue formado por Mohammad Qutb, el hermano de sangre del pensador de la cofradía, Sayyid Qutb.

Pero esa comparación no se sostiene. Es imposible que al-Qaeda perpetrara los atentados del 11 de septiembre. Las autoridades estadounidenses nunca pudieron responder a las objeciones que expuse públicamente [6] sobre su versión oficial. Y desde entonces han aparecido nuevos elementos que contradicen la versión oficial de la administración del presidente George W. Bush. Hoy en día, el 54% de los estadounidense no cree la versión de la Comisión Investigadora presidencial.

Además, si bien todavía no se sabe con certeza quién organizó los atentados del 11 de septiembre, sí se ha logrado identificar un grupo implicado: el Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense (PNAC por sus siglas en inglés). Y uno de los principales miembros del PNAC, el tristemente célebre Elliott Abrams, es precisamente el organizador del cambio de régimen que Benyamin Netanyahu ha logrado implementar en Israel y que la oposición israelí califica hoy de «golpe de Estado» [7].

Dado el siniestro historial de Elliott Abrams –implicado en el genocidio organizado en Guatemala contra la población maya por el terrorista israelí Yitzhak Shamir y el general guatemalteco Efraín Ríos Montt [8], condenado en Estados Unidos por haber mentido al Congreso [9] y por su papel en el escandalo Irán-Contras)– es muy razonable que nos interroguemos sobre el papel que ese personaje ha podido desempeñar en la evidente pasividad del actual gobierno israelí ante la preparación del ataque del Hamas.

En julio pasado, el presidente “demócrata” Joe Biden incluyó al controvertido Elliott Abrams (republicano) en la comisión consultativa bipartidista de Estados Unidos sobre la “diplomacia pública”, que en realidad se encarga de supervisar la propaganda estadounidense a través del mundo.

4- ¿Quién armó al Hamas?

Una operación tan sofisticada el Diluvio de Al-Aqsa exige medios y datos de inteligencia que sólo un Estado tiene a su alcance. Los atacantes utilizaron armas fabricadas en Estados Unidos, en la desaparecida Unión Soviética y en Corea del Norte, armas que circulan en Líbano y en Palestina.

Hasta ahora se han formulado 3 hipótesis:

• La hipótesis de una responsabilidad iraní no se sostiene debido al acuerdo histórico entre el fundador de la Hermandad Musulmana, Hassan al-Banna, y el imam Khomeini, el fundador de la República Islámica de Irán. De hecho, ese país ha desmentido con vehemencia, en la ONU, toda implicación iraní en el ataque contra Israel. Sin embargo, esa es la teoría que defiende el ya mencionado Elliott Abrams [10]. Irán no es responsable del Diluvio de Al-Aqsa sino de la reconciliación entre las facciones palestinas.

• La hipótesis sobre una supuesta responsabilidad rusa no se apoya en ninguna prueba. Lo máximo que puede decirse en ese sentido es que el conflicto en Palestina puede absorber recursos que las potencias occidentales podrían dedicar a Ucrania, lo cual redundaría en beneficio de la operación militar especial rusa. También provocaría un alza de los precios de los hidrocarburos, lo cual favorecería a Moscú.
Pero la realidad es que Rusia no dispone de medios para implicarse en un nuevo frente mientras lucha en el frente ucraniano. Además, Moscú ha luchado constantemente, desde la creación misma de la Federación Rusa, contra los grupos armados vinculados a la Hermandad Musulmana. Sin embargo, esa es la teoría que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, expuso ante los ministros de Defensa de los 31 países miembros de la OTAN, reunidos en Bruselas el 11 de octubre [11]. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, intervino por videoconferencia en el mismo sentido [12].

• La hipótesis que sí se sostiene es la de la responsabilidad turca. Además de que el presidente turco Recep Tayyip Erdogan organizó en Turquía el último congreso del Hamas, los principales dirigentes del Hamas residen actualmente en Turquía, como algunos dirigentes de la Hermandad Musulmana, también distribuidos entre el Reino Unido y Qatar.
Sabiendo que la CIA estadounidense seguía los preparativos de la operación del Hamas, el secretario de Estado Antony Blinken se comunicó telefónicamente con el ministro de Exteriores de Turquía –y ex jefe de los servicios secretos turcos–, Hakan Fidan, en la noche del 6 al 7 de octubre [13], o sea precisamente mientras que el Hamas iniciaba su ataque y antes de que el ejército israelí “se despertara”.
Blinken telefoneó después a los ministros de Exteriores de Israel y de Palestina e inmediatamente volvió a llamar, por segunda vez, al ministro turco [14], a quien llamaría todavía una vez más, la tercera [15].
Finalmente, durante la reunión de los ministros de Defensa de la OTAN, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, reveló que Estados Unidos ha solicitado a Turquía que intervenga para obtener la liberación de los rehenes estadounidenses, pero no precisó si esa solicitud se hizo antes o después del envío del grupo naval estadounidense encabezado por el portaviones USS Gerald Ford.

5- ¿Qué dice el derecho internacional sobre el diferendo israelo-palestino?

Según Naciones Unidas, los palestinos tienen derecho a crear un Estado soberano dentro de las fronteras de 1967, Estado cuya capital sería Jerusalén-este. Esa fórmula implica que:
• El Estado palestino tiene derecho a disponer de un ejército propio, lo que Israel rechaza de plano;
• habría que restituir al Estado palestino los terrenos de las colonias judías instauradas después de 1967 y el este de Jerusalén;
• todos los palestinos tendrían derecho a regresar a Israel y a establecerse en los lugares de donde ellos o sus familias fueron expulsados;
• Israel tendría que indemnizar a los palestinos cuyos bienes fueron recuperados por el Estado hebreo o destruidos.

Según Naciones Unidas, los israelíes tienen derecho a un Estado soberano dentro de las fronteras de 1967, Estado cuya capital sería el Jerusalén-oeste. Eso implica que:
• Israel tiene derecho a disponer de su propio ejército (ya lo tiene);
• los terrenos de las colonias judías instauradas después de 1967 y Jerusalén-este tendrían que ser restituidos al Estado palestino (no sería imposible que israelíes siguiesen viviendo allí pero sería como extranjeros).
• Israel tendría que conceder el derecho de residencia a todos los palestinos expulsados en 1948 o a los descendientes de los expulsados que soliciten ese derecho (derecho al retorno). Israel tendría además que restituirles sus bienes o indemnizarlos.

Inicialmente, los dos Estados (Palestina e Israel) formarían parte de un Estado supranacional binacional, donde cada ciudadano dispondría de un voto en condiciones de igualdad. Por ahora, eso es evidentemente imposible. Podría plantearse la posibilidad de desplegar de una fuerza internacional de paz e interposición entre los dos Estados (Israel y Palestina). Eso también parece difícil, en primer lugar, porque nadie querrá ser parte de esa fuerza y, además, porque no es lo que las Naciones Unidas habían previsto originalmente. La ONU tenía previsto el despliegue de observadores del mantenimiento de la paz, no de una fuerza militar de interposición. Finalmente, también sería posible plantear la desmilitarización de los dos Estados, aportándoles garantías de que nunca serían agredidos por sus vecinos.

Como todos pueden ver, la aplicación del Derecho Internacional implicaría considerables pérdidas de territorios y de bienes para Israel mientras que Palestina no estaría renunciando a cosas materiales sino a sus reclamos. Pero ese es el precio de la justicia y de la paz.

6- ¿Cuál es la reacción de Israel?

La coalición gubernamental de Benyamin Netanyahu, que incluye supremacistas judíos perfectamente comparables a los supremacistas musulmanes del Hamas, modificó en agosto las leyes fundamentales de Israel, que es un Estado sin Constitución. Los observadores, principalmente la prensa estadounidense, opinan que al suprimir la independencia del sistema de justicia, el gobierno de Netanyahu procedió a un «golpe de Estado». Desde entonces, gigantescas manifestaciones de protesta han sacudido Israel, durante meses.

Ante el ataque proveniente de Gaza, Israel sólo puede sobrevivir unificando su clase dirigente. Al solicitarle Netanyahu que se uniera a un gobierno de unión nacional, el ex primer ministro Yair Lapid puso como condición la dimisión de los ministros supremacistas judíos. Hay que recordar que, desde que son miembros del gobierno, el ministro de Seguridad Interior, Itamar Ben-Gvir, y el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, han respaldado 3 pogromos contra los árabes, incluyendo el de Huwarrah [16]. Pero, el general Benny Ganz, ex ministro de Defensa, no planteó esa condición. En definitiva, Netanyahu decidió incluir a Lapid y a Ganz en su gobierno pero sin revocar a los supremacistas judíos, sólo creó un “consejo de guerra” que no incluye a los supremacistas.

Es entonces cuando entra en juego la censura militar israelí, y lo hace con tanta fuerza que la ministro de Información, Distel Atbaryan, dimite en plena guerra.

Por ahora se desconoce la composición exacta de ese “consejo de guerra”, cuyas deliberaciones están siendo particularmente acaloradas. Sólo se sabe que hay grandes desacuerdos entre el ministro de Defensa, el general Yoav Gallant, y su predecesor, el general Benny Ganz. Sus posiciones son tan opuestas que el primer ministro Netanyahu metió en el “consejo de guerra” al general Gadi Eizenkot, partidario de los bombardeos masivos contra la población civil, para que participe en las deliberaciones como “observador”.

También se recurre a la censura militar para evitar a toda costa que los israelíes –y el resto del mundo– conozcan las reacciones de los diferentes actores ante la pasividad de Netanyahu frente a los avisos exteriores sobre la preparación de la Operación Diluvio de Al-Aqsa. Nadie sabe tampoco qué decisiones puede haber tomado el “consejo de guerra”. Ni el mismísimo presidente de Israel, Isaac Herzog conoce actualmente el contenido o los resultados de las deliberaciones del “consejo de guerra” creado por Netanyahu.

En esos debates se ha hablado al parecer de expulsar hacia Egipto o de masacrar a los 2 millones de habitantes de Gaza. Es por eso que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, viajó urgentemente a Tel Aviv, posiblemente como portador de un llamado a la calma.

7- ¿Cómo podrían evolucionar las cosas?

El Derecho Internacional reconoce el derecho del Estado israelí a defenderse ante el ataque. Eso es lo que hizo durante 5 días al perseguir y eliminar a los combatientes que habían penetrado en Israel. Posteriormente, Israel inició el asedio de Gaza, mientras que sus fuerzas armadas bombardeaban la ciudad de Gaza, pero no el sur de la franja de Gaza. Esa operación israelí viola nuevamente el derecho internacional. Es comprensible que Israel tenga derecho a perseguir y eliminar los combatientes palestinos, pero imponer un asedio de corte medieval a la franja de Gaza y bombardear indiscriminadamente las casas e instalaciones civiles de ese territorio son actos criminales. Durante una conferencia de prensa pudo verse que el presidente de Israel, Isaac Herzog, no sabe en este momento qué tipo de acción están preparando sus fuerzas armadas.

Utilizando como referencia la posición de Liga Árabe desde la Guerra de los Seis Días, Egipto ha cerrado su frontera con la franja de Gaza. La intención de la Liga Árabe es de apoyo a los reclamos palestinos y por esa razón se niega a todo desplazamiento de población y a la naturalización de los posibles desplazados. Y el gobierno de Egipto se niega a asumir la responsabilidad de recibir en suelo egipcio 2 millones de migrantes… sobre todo si entre ellos hay miembros del Hamas, rama palestina de la Hermandad Musulmana, que esta prohibida en Egipto.

La concentración de fuerzas militares alrededor de la franja de Gaza hace pensar que el ejército israelí se prepara para ocupar nuevamente ese territorio palestino, lo cual sería una violación del Derecho Internacional. Y una guerra israelí de naturaleza contrainsurgente sería, per se, un crimen de guerra.

Por su parte, Estados Unidos ya está enviando a Israel armas y municiones. Washington llama el gobierno israelí a dar muestras de contención. Pero el Pentágono ordenó el despliegue, frente a la costa de la franja de Gaza, de un primer grupo naval –el portaviones USS Gerald Ford, el crucero lanzamisiles USS Normandy y 4 destructores lanzamisiles, el USS Thomas Hudner, el USS Ramage, el USS Carney y el USS Roosevelt– y luego anunció la llegada de un segundo grupo naval estadounidense –el portaviones USS Eisenhower, el crucero lanzamisiles USS Philippine Sea y otros 3 destructores lanzamisiles, el USS Laboon, el USS Mason y e USS Gravely.

Parece imposible que Israel logre concretar el proyecto de Zeev Jabotinski, consistente en vaciar por la fuerza la franja de Gaza de sus 2 millones de habitantes, sin que se produzca algún tipo de intervención internacional, comenzando por la del Hezbollah libanés. Lo más probable, es que el ejército israelí acabe viéndose obligado a retirarse.

Thierry Meyssan

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Textos de referencia

Résolution 181 de l’Assemblée générale de l’ONU (29 de noviembre de 1947): plan de partage de la Palestine.
Résolution 194 de l’Assemblée générale de l’ONU (11 de diciembre de 1948): droit inaliénable au retour des Palestiniens.
Résolution 237 du Conseil de sécurité de l’ONU (14 de junio de 1967): retour des réfugiés palestiniens.
Résolution 242 du Conseil de sécurité de l’ONU (22 de noviembre de 1967): illégalité de l’occupation des territoires envahis lors de la guerre de 1967.
Résolution 2649 de l’Assemblée générale de l’ONU (30 de noviembre de 1970): légitimité de la lutte des peuples assujettis pour recouvrir leurs droits par tous les moyens.
Résolution 338 du Conseil de sécurité de l’ONU (22 de octubre de 1973): cessez le feu à l’issue de la guerre de 1973.
Résolution 3236 de l’Assemblée générale de l’ONU (22 de noviembre de 1974): droits inaliénables du peuple palestinien.
Résolution 3379 de l’Assemblée générale de l’ONU (10 de noviembre de 1975): qualification du sionisme.
Résolution 3240/B de l’Assemblée générale de l’ONU (2 de diciembre de 1977) : journée de solidarité avec le peuple palestinien.
Accord de Camp David (17 de septiembre de 1978): préparation de la paix séparée israélo-égyptienne.
Résolution 446 du Conseil de sécurité de l’ONU (22 de marzo de 1979): illégalité des colonies de peuplement dans les Territoires occupés.
Résolution 478 du Conseil de sécurité de l’ONU (20 de agosto de 1980): illégalité de l’annexion de Jérusalem
Résolution 46/86 de l’Assemblée générale de l’ONU (16 de diciembre de 1991): retrait de la qualification du sionisme.
Accord d’Oslo (13 de septiembre de 1993).
Rapport Mitchell (21 de mayo de 2001).
Résolution 1397 du Conseil de sécurité (13 de marzo de 2002): appel à la création d’un État palestinien.
Initiative de paix arabe présentée par le prince Abdullah bin Abdul-Aziz (27-28 de marzo de 2003): solution à deux États.
Feuille de route du Quartet (30 de abril de 2003).
Les 14 réserves israéliennes à la feuille de route (25 de mayo de 2003).
Lettre d’Ariel Sharon à George W. Bush (14 de abril de 2004).
Lettre de George W. Bush à Ariel Sharon (14 de abril de 2004): reconnaissance des territoires conquis par Israël.
Résolution ES-10/15 de l’Assemblée générale de l’ONU (20 de julio de 2004): illégalité du Mur construit dans les Territoires occupés.
Déclaration israélo-palestinienne d’Annapolis (27 de noviembre de 2007).

[1] «’Top secret’ Hamas documents show that terrorists intentionally targeted elementary schools and a youth center», Anna Schecter, NBC, 13 de octubre de 2023.

[2] «La Autoridad Palestina solicita a la ONU la suspensión de Israel por no respetar sus compromisos», Voltaire, Actualidad Internacional, N°41, 19 de mayo de 2023.

[3] “Hamas militants trained for its deadly attack in plain sight and less than a mile from Israel’s heavily fortified border», Paul P. Murphy, Tara John, Brent Swails y Oren Liebermann, CNN, 12 de octubre de 2023; “Hamas propaganda videos reveal stunning details leading up to attack on Israel”, Anderson Cooper 360, CNN, 13 de octubre de 2023.

[4] “Hamas practiced in plain sight, posting video of mock attack weeks before border breach”, Canadian Press, 13 de octubre de 2023.

[5] “Egyptian General Intelligence Director supposedly warned Netanyahu about ’something fierce from Gaza’”, Smadar Perry, YNetNews, 10 de octubre de 2023; “What went wrong? Questions emerge over Israel’s intelligence prowess after Hamas attack”, Tia Goldenberg, Associated Press, 9 de octubre de 2023.

[6] L’Effroyable imposture suivi du Pentagate, Thierry Meyssan, Demi-Lune, 2002.

[7] “The U.S. Right-wing Group Behind a Conservative Legal Revolution in Israel”, Nettanel Slyomovics, Ha’arets, 30 de enero de 2023; «Le coup d’État des straussiens en Israël», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 7 de marzo de 2023.

[8] “Israeli Connection Not Just Guns for Guatemala”, George Black, NACLA Report on the Americas, 17:3, pp. 43-45, DOI: 10.1080/10714839.1983.11723592

[9] The El Mozote Massacre: Human Rights And Global Implications, Leigh Binford, University of Arizona Press, 2016.

[10] “The Hamas Attack on Israel Couldn’t Have Happened Without Iran”, Elliott Abrams, Newsweek, 12 de octubre de 2023.

[11] “In Brussels, Volodymyr Zelenskyy called on world leaders to support the people of Israel”, Presidencia de Ucrania, 11 de octubre de 2023.

[12] «Déclaration du secrétaire général de l’OTAN: “Israël n’est pas seul”», Organización del Tratado del Atlántico Norte, 12 de octubre de 2023.

[13] “Secretary Blinken’s Call with Turkish Foreign Minister Fidan”, Departamento de Estado, 6 de octubre de 2023.

[14] “Secretary Blinken’s Call with Turkish Foreign Minister Fidan”, Departamento de Estado, 7 de octubre de 2023.

[15] “Secretary Blinken’s Call with Turkish Foreign Minister Fidan”, Departamento de Estado, 8 de octubre de 2023.

[16] «400 colonos israelíes invaden una localidad palestina», Voltaire, Actualidad Internacional – N°30, 3 de marzo de 2023.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico.

CAMBIO DE PARADIGMA EN PALESTINA (I)

por Thierry Meyssan


El sangriento conflicto iniciado en la Palestina geográfica se produce luego de 75 años de injusticias igualmente sangrientas. A la luz del Derecho Internacional, los palestinos tienen derecho –tanto como el deber– de oponer resistencia a la ocupación israelí. Los israelíes, por su parte, tienen igualmente derecho a responder a la agresión. Al mismo tiempo, nosotros tenemos, todos, la responsabilidad de ayudar a resolver las injusticias que sufren las dos partes, lo cual no quiere decir que apoyemos las crueldades y venganzas que cometen algunos individuos de ambos bandos.
Por otro lado, el apoyo que merecen los pueblos palestino e israelí, no debe conducir a la impunidad de sus dirigentes respectivos por los crímenes que hayan cometido, como tampoco debe traducirse en impunidad para las potencias que los manipulan.

El Medio Oriente es un universo inestable donde numerosos grupos se enfrentan entre sí para tratar de sobrevivir. De manera muy simplista, en Occidente se cree que la población de esa región se compone de judíos, cristianos y musulmanes. Como siempre, la realidad es mucho más compleja.

Cada una de las religiones que existen en el Medio Oriente se compone a su vez de una multitud de denominaciones muy diversas. Por ejemplo, los occidentales están conscientes de que en Europa y en el Magreb los cristianos pueden ser católicos, ortodoxos o protestantes. Pero, en el Medio Oriente, hay decenas y decenas de iglesias diferentes y lo mismo sucede entre los judíos y los musulmanes.

Cada vez que una de esas piezas modifica su “posición”, todos los demás grupos se ven obligados a reposicionarse. Es por eso que quienes en algún momento fueron aliados quizás podrían convertirse en los enemigos de mañana, mientras que los enemigos de hoy quizás fueron ayer aliados. A lo largo de los siglos, cada una de esas partes ha sido alguna vez tanto víctima como verdugo. Los extranjeros que viajan al Medio Oriente se reconocen a priori en las personas que tienen más o menos la misma cultura que ellas o que pertenecen a su misma confesión, pero ignoran la historia de esos grupos poblacionales y no están preparadas para asumirla.

Si realmente queremos promover la paz, no debemos escuchar únicamente a aquellos de quienes nos sentimos más cercanos. Tenemos que admitir que la paz exige que se solucionen no sólo las injusticias que causan sufrimiento a nuestros amigos. También hay que hacer desaparecer las injusticias que hacen sufrir a nuestros enemigos.

Pero no es eso lo que hacemos espontáneamente. Por ejemplo, en Francia, hace meses que oímos única y exclusivamente el punto de vista de ciertos ucranianos en contra de los rusos, el punto de vista de algunos armenios sobre los azerbaiyanos y en este momento sólo oímos el punto de vista de ciertos israelíes frente a los palestinos.

Tampoco debemos olvidar que, entre las múltiples fuentes de información que utilizamos como referencia, tenemos que distinguir las que defienden sus intereses materiales inmediatos, las que defienden su patria y las que defienden principios. Y no es fácil percibir esas diferencias cuando se complican las cosas con referencias a grupos que en realidad no son religiosos sino teocráticos. Los teócratas no defienden ningún principio superior, lo que hacen es utilizar una jerga religiosa para vencer.

Después de dejar sentados esos principios básicos, pasemos ahora a los hechos.

El Hamas palestino atacó Israel, el 7 de octubre de 2023, a las 6 de la mañana, o sea en ocasión del 50º aniversario de la “Guerra de octubre de 1973”, conocida en Occidente bajo la denominación israelí de “Guerra del Yom Kippur”. En 1973, Egipto y Siria iniciaron un ataque sorpresivo contra Israel para ayudar a los palestinos. Pero el gobierno de Israel, puesto sobre aviso por la monarquía jordana y respaldado por Washington, logró derrotar los ejércitos árabes. El entonces presidente egipcio, Annuar el-Sadat, traicionó a los árabes y Siria perdió el Golán.

La operación actual de los palestinos simultaneó un diluvio de cohetes, destinado a saturar el sistema israelí de defensa Cúpula de Hierro, y 22 ataques terrestres en territorio israelí. Por primera vez en Palestina, los lanzamientos de cohetes apuntaron a centros de mando israelíes para favorecer las acciones de los comandos terrestres. Y esas acciones terrestres tuvieron como objetivo la captura de rehenes para obtener a cambio la liberación de los 1 256 prisiones palestinos que se hallan en cárceles israelíes de alta seguridad. Las infiltraciones palestinas se realizaron por todas las vías, terrestre, marítima e incluso aérea –con el uso de parapentes motorizados en este último caso.

La preparación de toda la operación palestina, o sea la obtención de datos de inteligencia, la formación de al menos un millar de comandos y el traslado del armamento y de los medios necesarios, tienen que haber requerido meses o quizás años de trabajo. Sin embargo, cegados por un sentimiento de superioridad –evidentemente excesivo e injustificado–, los mandos israelíes y sus aliados occidentales no vieron venir lo que acaba de suceder, a pesar de que toda la operación fue planificada por Mohammad Daif, el jefe de operaciones del Hamas, quien, desaparecido desde hace 2 años, reapareció ahora junto al vocero del Hamas, «Abou Obaida».

Habiendo logrado detectar los cohetes, pero incapaz de destruirlos todos, Israel recibió los impactos de al menos 3 000 de los 7 000 proyectiles lanzados. Las redes sociales y los canales de televisión árabes mostraron que el Hamas se apoderó de varios blindados y al menos del paso fronterizo del oeste de la franja de Gaza. Miembros del Hamas atacaron también una rave-party en Kibbutz Re’im, donde al menos 280 participantes fueron violados y masacrados. En todas partes, el Hamas secuestró gran cantidad de personas, incluso generales, y sus hombres penetraron en varias localidades israelíes disparando contra los habitantes. Se cuentan al menos 700 muertos y 2 200 heridos graves del lado israelí y el doble entre los palestinos.

Esta es la acción palestina más importante de los últimos 50 años.

Lo que hoy sucede es el resultado de 75 años de opresión y de violación del Derecho Internacional. Durante todo ese tiempo, Israel ha violado decenas de resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, sin que se adoptaran sanciones contra ese país. Israel es un Estado que se ha situado fuera del derecho, que no ha vacilado en sobornar o asesinar a casi todos los dirigentes políticos palestinos. Israel ha impedido deliberadamente el desarrollo económico de los territorios palestinos, favoreciendo al mismo tiempo la creación de un Estado palestino separado al que controla parcialmente.

La frustración y los sufrimientos acumulados durante 75 años se traducen en los comportamientos violentos y crueles de algunos palestinos, conscientes de que la “comunidad internacional” los ha abandonado desde hace mucho.

Pero los tiempos cambian. La mayoría de los países miembros de la ONU, que han podido comprobar en Siria y en Ucrania la victoria de Rusia y el fracaso militar de las potencias occidentales, ya no bajan la cabeza ante Estados Unidos. En ocasión del aniversario de la autoproclamación de la independencia de Israel y de la masacre y la expulsión de los palestinos (la Nakba), la Asamblea General de la ONU reafirmó que el Derecho Internacional no está del lado de los israelíes sino del lado de los palestinos. Lo cual no impide reconocer que el Hamas comete crímenes de guerra.

Ambos bandos se ven hoy en una situación sin salida. Al cabo 3 cuartos de siglo de crímenes, Israel ya no puede reclamar gran cosa. La población israelí está dividida. Durante los últimos meses, los sionistas negacionistas –o sea, los discípulos del ucraniano Zeev Jabotinsky, nacido en Odesa, en octubre de 1880, y fallecido en Nueva York, en agosto de 1940–, partidarios del supremacismo judío, lograron tomar el poder en Tel Aviv, a pesar de la oposición de una corta mayoría de la población israelí y de gigantescas manifestaciones. La juventud de Israel aspira a vivir en paz, se niega a portar las armas con el ejército de Israel para abusar de los árabes… pero las toman para defender sus familias y un país en el que ya no creen.

A la luz del derecho, los palestinos han conformado un Estado, que ahora tiene estatus de observador en Naciones Unidas. Al morir su líder histórico, Yaser Arafat, Mahmud Abbas fue electo presidente de ese Estado. Después de la victoria del Hamas en las elecciones legislativas de 2007, y ante la imposibilidad de lograr que Occidente aceptara un gobierno del Hamas, los palestinos lucharon entre sí en una guerra civil. Como resultado de aquel conflicto fratricida, Cisjordania vive bajo el gobierno de Al-Fatah, el partido laico creado por Yaser Arafat, pero Mahmud Abbas y sus más cercanos colaboradores reciben financiamiento de Estados Unidos, de la Unión Europea y de… Israel, mientras que la franja de Gaza es gobernada por el Hamas, la rama palestina de la Hermandad Musulmana. Los gobernantes de Gaza son individuos que no ven en el islam una forma de espiritualidad sino un arma de conquista, son asalariados, principalmente, del Reino Unido, de Qatar, de Israel, de Turquía, Irán y la Unión Europea. Estos dos bandos palestinos han bloqueado la realización de nuevas elecciones durante los 16 últimos años. Sus dirigentes viven en un lujo que contrasta con las condiciones de miseria que caracterizan la situación de su pueblo.

En el momento de su creación, el Hamas estaba financiado por el Reino Unido y tuvo el apoyo de los servicios secretos de Israel, deseoso de utilizarlo para debilitar el movimiento creado por Yaser Arafat. Israel asesinó después al líder religioso del Hamas, el jeque Yasin, y más tarde utilizó de nuevo al Hamas para eliminar a los dirigentes de la resistencia palestina marxista. En Siria, hombres del Hamas, guiados por agentes del Mosad israelí y por yihadistas de al-Qaeda atacaron en 2012 el campamento palestino de Yarmuk, al principio de la guerra contra la República Árabe Siria [1]. Ahora, en 2023, el Hamas lucha nuevamente contra Israel, su aliado de ayer.

Mohammad Daif se dio a conocer como fundador de las brigadas Izz al-Din al-Qassam. Como todos los miembros de la Hermandad Musulmana, este personaje es un supremacista islámico. Las brigadas que creó Daif llevan el nombre de Izz al-Din al-Qassam (1882-1935), quien se opuso al mandato francés en Líbano y al mandato británico en Palestina. A pesar de su antisemitismo, no está relacionado con el antiguo muftí de Jerusalén, Amin al-Husseini, quien fue aliado de los nazis. En 2010, Mohammad Daif escribía: «Las Brigada Izz ad-Din al-Qassam (…) están mejor preparadas para continuar en nuestra vía exclusiva, donde no hay alternativa, y [esa vía] es el camino de la yihad y la lucha contra los enemigos de la nación y de la humanidad musulmana (…) Decimos a nuestros enemigos, ustedes marchan por el camino de la extinción [zawal] y Palestina seguirá siendo nuestra, incluyendo Al Qods [Jerusalén], Al-Aqsa [la mezquita], sus ciudades y pueblos del mar [el Mediterráneo], el río [Jordán] del norte al sur. Ustedes no tienen derecho ni a una sola pulgada de esto.» Mohammad Daif no es un militar sino un especialista en tomas de rehenes. El objetivo de su operación no es liberar Palestina sino capturar rehenes.

Mientras la salud del presidente Mahmud Abbas se debilita, Al-Fatah está dividido en 3 facciones militares:
1) la facción de Fathi Abou al-Ardat, el jefe de la seguridad nacional;
2) la de Mohammad Abdel Hamid Issa (alias «Lino»), jefe del grupo Kifah al-Mussallah (La Lucha Armada), que es parte de la corriente de Mohamed Dallan, el ex jefe de la inteligencia palestina que asesinó a Yaser Arafat, y que hoy cuenta con el apoyo de Emiratos Árabes Unidos;
3) la facción de Mounir Maqdah, quien se ha acercado al Hamas, a Qatar, a Turquía y a Irán, después de haber sido el jefe militar de Al-Fatah,

El mes pasado esas 3 facciones se enfrentaron juntas a las de los islamistas del Hamas, de Jund el-Cham y de al-Chabab al-Moslem –estos últimos son dos grupos yihadistas que lucharon contra la República Árabe Siria, del lado de la OTAN y de Israel. Los enfrentamientos tomaron la forma de encarnizados combates en el campamento de Ain el-Heloué (sur del Líbano). Al principio interpretamos aquellos combates como similares a los que se desarrollaron, en 2007, en Nahr el-Bared (norte del Líbano) [2], antes de darnos cuenta de que en realidad están vinculados con la agonía de Mahmud Abbas [3].

Hace 75 años que los sucesivos gobiernos de Israel vienen haciendo todo lo posible contra el reconocimiento de la igualdad entre judíos y árabes. Desde el Llamado de Ginebra, Israel promueve «la solución de los dos Estados», o sea el plan colonial de último minuto de Lord William Peel, plan que los británicos nunca lograron imponer en el terreno –en 1937– ni en las Naciones Unidas –en 1948. Sólo los marxistas del Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP) siguen predicando en el desierto, proponiendo la creación de un Estado único en cuyo seno cada persona dispondría de un voto, en condiciones de igualdad [4].

Ante lo que él ve como una “invasión” palestina, aunque desde el punto de vista de los palestinos se trata en realidad de un “regreso a casa”, el primer ministro israelí Benyamin Netanyahu promete la victoria.

Pero, ¿en qué consistiría esa “victoria”? Matar a todos los combatientes del Hamas no resolverá 75 años de injusticia. Los hijos de los muertos de hoy retomarán la antorcha, como ellos recogieron antes la que habían llevado sus padres.

Para concretar su objetivo, Netanyahu tendría que reunificar primero a los israelíes que él mismo dividió. Como hizo Golda Meir durante la Guerra de los Seis Días, en junio de 1967, Netanyahu tendría que lograr que la oposición se uniese a su gobierno. Por ahora, ya se reunió con Yair Lapid y con el general Benny Gantz. Pero Lapid planteó como condición que los supremacistas judíos Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir, salgan del gobierno, o sea que el primer ministro Netanyahu abandone su proyecto y que se separe de sus padrinos [5], los strausianos de la administración Biden [6]

Los dirigentes del Hamas han exhortado todos los refugiados palestinos que se hallan en el extranjero, a todos los árabes y todos los musulmanes a unirse a su lucha. Cuando se habla de los refugiados palestinos, eso quiere decir, en primer lugar, la mayoría de la población de Jordania y gran parte de la población libanesa. Cuando se habla de los árabes, eso quiere decir el Hezbollah libanés y Siria, dos fuerzas que han restablecido vínculos con el Hamas durante los últimos meses. Los musulmanes, eso quiere decir Irán y Turquía.

Por el momento, sólo han respondido a ese llamado la organización Yihad Islámica, o sea Irán, y los diferentes grupos de la resistencia en Cisjordania.

El Wall Street Journal afirma que Irán está dirigiendo el Hamas. Pero no es así. Esa afirmación del diario estadounidense pasa por alto el hecho que el fundador de la Hermandad Musulmana, Hassan El-Banna, y el fallecido fundador de la República Islámica de Irán, el ayatola Khomeini, llegaron en su momento a un acuerdo histórico en el que establecían sus propias zonas de influencia en el mundo musulmán y se comprometieron a no intervenir significativamente en la esfera de influencia de su contraparte. Teherán reafirma constantemente su apoyo a los palestinos pero la Yihad Islámica es su única forma de acción concreta en Palestina.

Los dirigentes políticos del Hamas viven actualmente en Turquía, bajo la protección de los servicios secretos turcos. Es Ankara quien pilotea el Hamas y la operación “Diluvio de Al-Aqsa”. El 8 de octubre, al inaugurar una iglesia ortodoxa siriaca, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró en tono meloso: «El establecimiento de la tranquilidad, de una paz duradera y de la estabilidad en la región mediante la solución de la cuestión palestina de manera conforme con el derecho internacional es la prioridad absoluta en la que nos concentramos en las entrevistas con nuestros homólogos (…) Desgraciadamente, los palestinos y los israelíes, así como todo el conjunto de la región, están pagando el precio del retraso en hacer justicia (…) Agregar leña al fuego no será provechoso para nadie, incluyendo a los civiles de ambas bandos. Turquía está dispuesta a hacer su parte, con lo mejor de sus capacidades, para poner fin a los combates lo más rápidamente posible y atenuar la creciente tensión provocada por los recientes incidentes.»

Ankara ha optado por desatar esta nueva guerra justo después del fin de la República de Artsaj, en Azerbaiyán, y mientras envía material militar a Rusia, burlando las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos. Eso hace pensar que los diplomáticos turcos ya no temen a Washington, a pesar de que Estados Unidos trató de asesinar al presidente Erdogan, en 2016. En cuanto termine esta operación, Turquía iniciará otra, contra los kurdos, en Siria y en Irak.

Si el Hezbollah entra en escena, Israel no podrá rechazar el ataque por sí solo y únicamente podría sobrevivir con el apoyo militar de Estados Unidos. Pero la opinión pública estadounidense ya no apoya a Israel… y el Pentágono carece ahora de los medios que necesitaría para defenderlo, lo cual es una de las tantas consecuencias de la guerra en Ucrania. Estados Unidos ya no logra fabricar suficientes municiones para sus aliados ucranianos –incluso ha tenido que recurrir a las reservas almacenadas en Israel. Ya vació sus arsenales.

Durante las primeras horas del conflicto, el Hezbollah lanzó algunos cohetes hacia las Granjas de Shebaa, el territorio libanés en disputa entre Líbano e Israel, mostrando así su apoyo a la resistencia palestina, según la retórica de la llamada «unidad de los frentes». Pero el Hezbollah no entró en guerra porque desconfía del Hamas, al que tuvo combatir en Siria y cuya ideología no comparte.

Todos los dirigentes occidentales han asegurado que condenan los actos terroristas del Hamas y que apoyan a Israel. Esos dirigentes occidentales nada hicieron en el pasado por resolver las injusticias en Palestina y las “posiciones de principio” que hoy pregonan a voz en cuello demuestran que tampoco lo harán esta vez.

Por su parte, Rusia y China, negándose a tomar partido por los palestinos o por los israelíes, no han llamado a mantener las reglas occidentales sino a que se respete el Derecho Internacional.

El mundo se encuentra frente a una situación en la que todos los actores han saboteado deliberadamente, y por adelantado, cada posible solución, lo cual hace que hoy sea casi imposible evitar que todo termine en un baño de sangre.

Thierry Meyssan

ANEXOS

[1] «Agentes del Mossad en la fuerza de al-Qaeda que atacó el campamento palestino de Yarmuk», Red Voltaire, 1º de enero de 2013.

[2] «Enfrentamientos entre palestinos en Líbano» Voltaire, Actualidad Internacional, Nº 52, 15 de septiembre de 2023.

[3] «En busca de un sucesor para Mahmud Abbas», Voltaire, Actualidad Internacional, Nº 54, 29 de septiembre de 2023.

[4] «Georges Habache et la Résistance palestinienne», por Thierry Meyssan, Réseau Voltaire, 27 de enero de 2008.

[5] «El golpe de Estado de los straussianos en Israel», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 7 de marzo de 2023.

[6] Leo Strauss era a un fascista judío alemán y sionista revisionista y logró reunirse en Nueva York con su ídolo, Zeev Jabotinsky, en presencia de Benzion Netanyahu, el padre del actual primer ministro de Israel. NdlR.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico.

PUBLICADO EN RED VOLTAIRE

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

La semana pasada esbozamos algunos elementos de estudio del conflicto palestino-israelí desde la perspectiva de su dimensión local y el manejo mediático que se hace a fin de generar matrices de opinión que oculten las verdaderas causas y responsables del mismo.

Es muy difícil escribir manteniendo la ecuanimidad cuando se asiste a un genocidio que el mundo se limita a observar porque los organismos internacionales, la ONU en primer lugar que fue creada para garantizar la paz en el planeta, manifiesta total inoperancia. Si había dudas acerca de ello, hoy se ha hecho público y evidente. Es imperativo que el mundo cambie y que surja un nuevo sistema internacional justo, equitativo y democrático. Los hechos son testigos de que aquello que se ha dado en llamar “Occidente colectivo” va a quedar fuera del mundo del futuro.

En este marco, y dando continuidad al examen, ahora se abordará un espectro un poco más amplio que expone otra arista del mismo, a saber las repercusiones subregionales y regionales de este suceso que ha movilizado al planeta entero y las influencias que ellas generan.

Antes, debo decir que no creo que -parafraseando a Saddam Hussein- sea esta “la madre de todas las batallas”. Me parece que los hechos iniciados el pasado 7 de octubre, son un “tanteo” para futuras operaciones de un nivel superior. Dicho en otras palabras, todo lo que ha ocurrido desde ese día de la semana pasada es parte de un combate para diseñar escenarios y hacer preparativos para la batalla final que será aquella en la que una coalición de países árabes y musulmanes, se propongan actuar unidos para derrotar a Israel, liberar a Palestina, recuperar Jerusalén oriental y las alturas del Golán.

Ese momento aún no ha llegado. Lo afirmó el canciller iraní Hosein Amir Abdolahian cuando dijo que “la resistencia decide sobre la hora cero para cualquier acción en caso de continuación de los crímenes de Israel contra Gaza”.

Desde mi punto de vista, aun no existen todas las condiciones para librar esa batalla, las mismas deben crearse en los cuatro niveles. De hecho, la operación “Diluvio de Al Aqsa” fue planificada, organizada y realizada en total secreto, al punto que no fue conocida ni siquiera por los aliados internos ni externos de Hamas. Siendo que esta causa es de todos los palestinos e incluso de todos los árabes y musulmanes, la misma no ha sido, ni de lejos, una acción de toda las fuerzas palestinas, tampoco del eje de la resistencia. Estas se han limitado a “felicitar” a Hamas, sin involucrarse en ella, sino hasta después de conocer el alcance de la misma. 

Me da la impresión que en el nivel interno, las fuerzas palestinas no están unidas aun para enfrentar al enemigo común. Aunque en enero de 2022, cinco de ellas: Hamas, Al Fatah, el Frente Democrático de Liberación de Palestina (FDLP), el Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP) y la Yihad Islámica se reunieron en Argel buscando dirimir sus diferencias y unir fuerzas, el proceso iniciado no ha concluido. Unos meses más tarde, en octubre del año pasado, también en Argelia, fueron 14 las organizaciones palestinas que firmaron un acuerdo de reconciliación. Entre los puntos convenidos estaba la celebración de elecciones este año, lo cual no se ha concretado.

Israel por su parte, ha apostado a la división de las fuerzas políticas palestinas. El trato hacia Cisjordania no ha sido el mismo que hacia Gaza. Sin ambages, en declaraciones que hubieran hecho sonrojar al propio Hitler, algunos líderes sionistas como el primer ministro Netanyahu ha dicho que se debe implementar un “asedio total” a Gaza o, que al menos sea “más pequeña cuando termine la guerra” como afirmó el ministro Gideon Saar. Así, puede observarse que en el mundo de hoy, los genocidios son informados de antemano a la opinión pública y transmitidos en vivo y en directo por la morbosa mediática internacional.

En la otra trinchera, el Estado de Israel intenta transmitir unidad frente al “enemigo común”. De hecho las fuerzas que llevan meses en la calle protestando contra el autoritarismo de Netanyahu han anunciado el cese de sus actividades. Esto ha sido aprovechado por el primer ministro sionista para llamar a la creación de un gobierno de unidad nacional. Sin embargo, Yair Lapid, uno de los líderes de la oposición se ha negado a formar parte, aduciendo que no puede estar en el mismo bando con la ultra derecha. Aunque sea difícil de entender, en Israel, Netanyahu es considerado un político de la derecha moderada, que se ha visto obligado a hacer acuerdos con partidos de la extrema derecha y del partido sionista religioso ultra conservador a fin de construir una alianza de gobierno. 

En otro plano, el mediático, el periódico Haaretz, cuarto en importancia del país, rompiendo la unidad comunicacional ha emitido editoriales con fuertes críticas a Netanyahu a quien responsabiliza de los actuales acontecimientos.

A futuro, estarán por verse las repercusiones que tendrán al interior de Israel, el fracaso de sus servicios de inteligencia, el bochorno de su ejército incapaz de contener a las milicias palestinas y el impacto de miles de jóvenes que han abandonado el país en los últimos años muchos de los cuales lo hicieron para evitar servir en el ejército. La famosa unidad nacional ha quedado en entredicho dando la impresión de que costará restablecerla.

Hace exactamente un año,  el 19 de octubre, en este mismo espacio escribí un artículo que titulé “Algo huele mal en Israel”. En él se hacía referencia a las declaraciones del mayor general Uri Gordin nuevo jefe del comando norte del ejército israelí, quien un mes antes había alertado “en el sentido de que Hezbollah podría disparar hasta 4.000 misiles contra Israel en los primeros días de un potencial conflicto bélico que podría desatarse. Según el alto jefe militar esto significa unas 10 veces más que los utilizados en la guerra de 2006 y aseguró que la organización libanesa podía ir incrementando la cifra a razón de 1.500 a 2.000 diarios”.

Intentando matizar la información, Gordin afirmó que “el número de misiles de alta precisión de Hezbollah es relativamente pequeño, pero son suficientes para que instalaciones estratégicas civiles y militares, así como altos líderes del país estén entre los blancos a atacar”. Agregando preocupación a su análisis, opinó que “Israel no está preparado para interceptar tal cantidad de misiles por los que el número de víctimas podría ser muy alto. Señaló que las ciudades de Haifa y Tiberíades estarían entre los objetivos de Hezbollah”.

He ahí la realidad, Israel no esperaba el golpe desde el sur sino desde el norte y aunque previó el potencial del impacto misilístico, aquello que hace un año era una hipótesis, hoy se hizo realidad con los resultados observados. La conclusión es clara: Israel no tiene capacidad para enfrentar simultáneamente a las organizaciones palestinas, al Hezbollah libanés, al ejército sirio, a los más de 30 mil combatientes iraquíes de la resistencia que se pusieron en alerta de combate el 7 de octubre, a la gran capacidad coheteril de Yemen,  al gigantesco potencial militar de Irán, por no hablar de los 2 millones de palestinos que viven en Jordania y el fervor patriótico de millones de árabes y palestinos en Asia Occidental y en todo el mundo.

Ni siquiera con el apoyo de Europa y de Estados Unidos, Israel podrá resistir una avalancha de esa magnitud. Es lo que quiere evitar Biden. Por eso viajó hoy a Israel, después que durante la semana pasada su secretario de Estado Anthony Blinken viajara infructuosamente dos veces a Tel Aviv. Vale decir que Israel, al igual que Ucrania, basa su capacidad de combatir en el apoyo de Occidente, en particular el de Estados Unidos. Lo dijo abiertamente el contraalmirante Daniel Hagari, portavoz del ejército de Israel: «Si Hezbolá se atreve a ponernos a prueba, la respuesta será mortal. Estados Unidos nos presta todo su apoyo». Lo reiteró el presidente Joe Biden cuando desde Tel Aviv anunciara que Washington apoyará a la entidad sionista «hoy, mañana y siempre». Todo eso, un día después del ataque al hospital en Gaza que dejó centenares de muertos.

Ese apoyo también ha significado tres vetos estadounidenses a resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Una de ellas, propuesta por Brasil, aunque bastante tibia, convocaba a hacer “pausas humanitarias” en medio del genocidio de Gaza. Las otras dos, en forma de enmiendas, fueron propuestas por Rusia. En la primera de ellas se “condenaban los bombardeos indiscriminados” mientras que la segunda instaba “a un alto al fuego inmediato, estable y plenamente respetado». Una vez más Estados Unidos favoreció el terrorismo mientras que la ONU mostró su incapacidad para evitarlo.

El segundo y tercer nivel de análisis tienen que ver precisamente con el impacto subregional y regional que en este caso me parece decisivo. De su involucramiento o no en los hechos, va a depender una definición estratégica del conflicto. Está visto que los palestinos por si solos no tienen capacidad para establecer una correlación de fuerza militar que rompa el equilibrio en su favor. Si algo ha potenciado la lucha del pueblo palestino ha sido la fortaleza y la evolución de la capacidad combativa del eje de la resistencia liderado por Irán.

Por otra parte, el sostén irrestricto de Israel por Estados Unidos y Europa define con meridiana claridad que este hecho sumado a la resistencia anticolonial que están manifestando los pueblos de África y los acontecimientos en Ucrania, permite afirmar sin ningún atisbo de duda que eso que el “Occidente colectivo” configura hoy un bloque nazi-sionista, imperialista y colonialista. Este es hoy el enemigo de la humanidad.

La construcción de correlaciones de fuerza para enfrentar los conflictos del presente y del futuro deberán ubicar a este bloque como el enemigo principal de los pueblos, el enemigo de la humanidad.

En esta situación, el quiebre del equilibrio estratégico solo se producirá a favor del pueblo palestino, si se consigue el involucramiento -en primera instancia- del eje de la resistencia y en un segundo plano de todo el mundo árabe y musulmán. Eso aún no se ha logrado.

Al contrario, Estados Unidos había obtenido algunos éxitos en este sentido al impulsar un reconocimiento de Israel por parte de algunos países árabes tras la firma en septiembre de 2020 de los Acuerdos de Abraham”  entre Tel Aviv y los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, al que posteriormente se incorporaron Sudán y Marruecos.

Así mismo, las negociaciones entre Arabia Saudí e Israel para el establecimiento de relaciones se encontraban bastante avanzadas. La operación “Diluvio de Al Aqsa” paralizó estos convenios. Ahora se trata de saber si será de forma transitoria o definitiva.

Todo el desarrollo de esta ecuación influirá en el camino futuro del pueblo palestino. No obstante, debe tenerse en cuenta que la definición no estará ajena de los cambios trascedentes que se están produciendo en el escenario internacional. Por ello, habrá que analizarlos en su relación con Palestina.

CONTINUARÁ

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Si bien algunos pesos pesados ​​rusos presionan para reformular a Israel como un Estado hostil, es poco probable que el Kremlin ceda. En cambio, Moscú se mantendrá «neutral» para maximizar su influencia en Asia occidental, al tiempo que se acerca más a los mundos árabes y musulmanes.

Por Pepe Escobar qien autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

¿Es posible que el filosemita presidente ruso Vladimir Putin esté reevaluando lenta pero seguramente su evaluación geopolítica de Israel? Llamar a esto el enigma clave en los pasillos del poder de Moscú es en realidad quedarse corto. 

No hay signos externos de un cambio tan sísmico, al menos en lo que respeta a la posición oficialmente “neutral” de Rusia sobre el intratable drama entre Israel y Palestina.

Excepto por una sorprendente declaración el viernes pasado en la Cumbre de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) en Bishkek, cuando Putin criticó los “métodos crueles” de Israel empleados para bloquear Gaza y los comparó con “el asedio de Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial”.

«Eso es inaceptable», declaró el presidente ruso, y advirtió que cuando los 2,2 millones de civiles de Gaza «tienen que sufrir, incluidos mujeres y niños, es difícil que alguien esté de acuerdo con esto».

  Los comentarios de Putin pueden haber sido un indicio de los cambios que se están produciendo en la frustrantemente opaca relación entre Rusia e Israel. Le sigue de cerca este artículo muy importante publicado el viernes pasado en Vzglyad , un sitio web de estrategia de seguridad cercano al Kremlin, titulado diplomáticamente “Por qué Rusia permanece neutral en el conflicto en el Medio Oriente”.   

Es crucial señalar que hace sólo seis meses y reflejando casi un consenso entre la comunidad de inteligencia de Rusia, los editores de Vzglyad estaban pidiendo a Moscú que cambiara su considerable peso político hacia el apoyo al tema número uno para los mundos árabe e islámico.  

El artículo destacó los puntos clave que Putin expresó en Bishkek: no hay alternativa a las negociaciones; Tel Aviv fue objeto de un ataque brutal y tiene derecho a defenderse; un acuerdo real sólo es posible a través de un Estado palestino independiente con su capital en Jerusalén Este.  

El presidente ruso está a favor de la solución original de “dos estados” de la ONU y cree que se debe establecer un estado palestino “por medios pacíficos”. Pero, por mucho que el conflicto haya sido “un resultado directo de la política fallida de Estados Unidos en Medio Oriente”, Putin rechaza los aviones de Tel Aviv de lanzar una operación terrestre en Gaza. 

Esta cobertura calificada ciertamente no es prueba de que Putin se esté inclinando hacia lo que es casi un consenso entre el Estado Mayor, los siloviki de varias agencias de inteligencia y su ministerio de defensa: consideran que Israel puede ser un enemigo de facto de la Federación Rusa, un aliado con Ucrania, Estados Unidos y la OTAN.

Sigue el dinero

Tel Aviv ha sido extremadamente cauteloso a la hora de no enemistarse frontalmente con Rusia en Ucrania, y esto puede ser una consecuencia directa de las relaciones notoriamente cordiales entre Putin y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.  

Sin embargo, mucho más trascendentales que Israel en el tablero geopolítico son las actuales relaciones de Moscú con los Estados árabes, especialmente Arabia Saudita, socio de la OPEP+, que ha ayudado a frustrar los esfuerzos occidentales por controlar los precios del petróleo.

También es muy central para la formulación de políticas regionales de Rusia su asociación estratégica con Irán, que ha cosechado dividendos en Siria y el Cáucaso, y que ayuda a contener el expansionismo estadounidense. Finalmente, el complejo y multifacético ir y venir de Moscú con Ankara es crucial para las ambiciones económicas y geopolíticas de Rusia en Eurasia.  

Las tres potencias de Asia occidental son estados de mayoría musulmana, afiliaciones importantes para una Rusia multipolar que alberga su propia población musulmana considerable.

Y para estos tres actores regionales, sin distinción, el actual castigo colectivo a Gaza transgrede cualquier posible línea roja.     

Israel tampoco es ya tan importante en las consideraciones financieras de Moscú. Desde la década de 1990, inmensas cantidades de fondos rusos han estado en tránsito hacia Israel, pero ahora una parte sustancial está regresando a Rusia. 

El famoso caso del multimillonario Mikhail Friedman ilustra bien esta nueva realidad. El oligarca abandonó su hogar en el Reino Unido y se mudó a Israel una semana antes del inicio de la Inundación de Al-Aqsa, lo que a su vez lo llevó a tomar apresuradamente su pasaporte ruso y dirigirse a Moscú en busca de seguridad. 

Friedman, que dirige el Grupo Alfa con importantes intereses en telecomunicaciones, banca, comercio minorista y seguros, y es un rico superviviente de la crisis financiera de 1998, es sospechoso por los rusos de «contribuir» hasta 150 millones de dólares al régimen enemigo en Kiev.

La reacción del presidente de la Duma, Vyacheslav Volodin, no podría haber sido más aguda – ni menos preocupada por los sentimientos de Israel al respecto: 

“Cualquiera que abandonó el país y participó en actos reprensibles, celebrando los disparos en territorio ruso y deseando la victoria al régimen nazi de Kiev, debe darse cuenta de que no sólo no será bienvenido aquí, sino que, si regresa, Magadan (un famoso puerto de tránsito hacia el gulag) en la era de Stalin) los está esperando”.   

La rusofobia se enfrenta al castigo colectivo

Mientras el Occidente colectivo recurrió al monomaníaco “ahora todos somos israelíes”, la estrategia del Kremlin es posicionarse visiblemente como el mediador elegido en este conflicto, no sólo para los mundos árabe y musulmán sino también para el Sur Global/Mayoría Global. .

Ese fue el propósito del proyecto de resolución ruso presentado esta semana en el Consejo de Seguridad de la ONU pidiendo un alto el fuego en Gaza, que como era de esperar fue derribado por los sospechosos habituales. 

Tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Reino Unido y Francia, además de su neocolonia Japón) votaron en contra. Para el resto del mundo, esto parecía exactamente lo que era: la irracional rusofobia occidental y los Estados títeres de Estados Unidos validando el bombardeo genocida de Israel sobre una Gaza densamente civil.  

Extraoficialmente, los analistas de inteligencia señalan cómo el Estado Mayor ruso, el aparato de inteligencia y el Ministerio de Defensa parecen estar alineándose orgánicamente con los sentimientos globales sobre las agresiones excesivas de Israel.  

El problema es que las críticas rusas oficiales y públicas a la serie de incitaciones psicóticas a la violencia de Netanyahu, junto con su ministro de Seguridad Nacional de derechas, Itamar Ben-Gvir, y su ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, han sido inexistentes. 

Los conocedores de Moscú insisten en que la posición “neutral” oficial del Kremlin está chocando frontalmente con sus agencias de defensa y seguridad –especialmente GRU y SVR– que nunca olvidarán que Israel estuvo directamente involucrado en la matanza de rusos en Siria. 

Esa opinión se ha fortalecido desde septiembre de 2018, cuando la Fuerza Aérea de Israel utilizó un avión de reconocimiento electrónico Ilyushin-20M como cobertura contra los misiles sirios, lo que provocó que fuera derribado y matando a los 15 rusos a bordo.    

Este silencio en los pasillos del poder se refleja en el silencio en la esfera pública. No ha habido ningún debate en la Duma sobre la posición rusa sobre Israel-Palestina. Y ningún debate en el Consejo de Seguridad desde principios de octubre.

Sin embargo, el patriarca Kirill, líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa, ofreció una sutil sugerencia al subrayar que la “coexistencia pacífica” tiene una “dimensión religiosa” y requiere una “paz justa”. Esto no se alinea exactamente con la anunciada limpieza étnica de “animales humanos” (copyright del Ministerio de Defensa de Israel) en Gaza.  

A lo largo de algunos corredores cercanos al poder, hay un rumor alarmante de un intrincado juego de sombras entre Moscú y Washington, en el que los estadounidenses tratarán con Israel a cambio de que los rusos traten con Ucrania. 

Si bien esto sellaría el proceso ya en curso de Occidente de arrojar al actor de Kiev bajo el autobús, es muy poco probable que el Kremlin confíe en cualquier acuerdo estadounidense, y ciertamente no en uno que margine la influencia rusa en la estratégica Asia Occidental.

Esta solución de dos Estados está muerta 

El ballet de la “neutralidad” de Rusia continuará. Moscú está inculcando en Tel Aviv la idea de que incluso dentro del marco de su asociación estratégica con Irán, no se exportarán armas que podrían amenazar a Israel –como, por ejemplo, terminar con Hezbollah y Hamas. El quid pro quo de este acuerdo sería que Israel tampoco venda a Kiev nada que amenace a Rusia. 

Pero a diferencia de Estados Unidos y el Reino Unido, Rusia no designará a Hamás como organización terrorista. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha sido muy franco sobre esta cuestión: Moscú mantiene contactos con ambas partes; su “prioridad número uno” es “el interés de los ciudadanos (rusos) del país que viven tanto en Palestina como en Israel”; y Rusia seguirá siendo “una parte que tiene potencial para participar en los procesos de solución”.  

La neutralidad, por supuesto, puede llegar a un callejón sin salida. De manera abrumadora, para los Estados árabes y musulmanes cortejados activamente por el Kremlin, el desmantelamiento del colonialismo de colonos liderado por los sionistas debería ser la “prioridad número uno”.

Esto implica que la solución de dos Estados, a todos los efectos prácticos, está completamente muerta y enterrada. Sin embargo, no hay pruebas de que nadie, y menos Moscú, esté dispuesto a admitirlo.  

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico.

FUENTE THE CRADLE

https://new.thecradle.co/articles/russias-neutrality-ballet-on-israel-palestine

EL GIGANTESCO BAÑO DE SANGRE EN LA MAYOR CÁRCEL A CIELO ABIERTO DEL MUNDO, es el drama mundial que el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, aborda en su columna del Club de La Pluma, al referirse a Palestina, donde los 2.300.000 habitantes de La Franja de Gaza, de apenas 600 kilómetros cuadrados -cercados por aire, mar y tierra en una encerrona mortal donde no pueden ni quedarse ni huir- están siendo sometidos al pavor, al terror, a la masacre, al saqueo de sus tierras y a una limpieza étnica total, por parte de la poderosa potencia militar de Israel, con la más moderna tecnología de destrucción masiva y apoyada con armamento, con presión mediática y con propaganda por EEUU y Europa, en una demostración espeluznante de lo que es la moderna aplicación del TERRORISMO EN SERIO.

Todo ello dentro de un histórico y flagrante incumplimiento de las numerosas resoluciones de la ONU, además del abuso expansionista de Israel sobre los pactos de 1948, que en lugar de respetar el espacio acordado al pueblo palestino, lo fue invadiendo y cercando hasta reducirlo a pequeños islotes rodeados por las fuerzas armadas ocupantes mientras ejecutaba este monstruoso holocausto que la humanidad no puede ni debería  aceptar, mientras se espera que la presión internacional obligue a Israel a sentarse en una mesa en negociación, donde haga las  concesiones necesarias para llegar a una solución política y definitiva al problema.

Además, y a lo largo del audio, Pereyra Mele también analiza otros puntos como los siguientes:

  • El histórico anti judaísmo en el mundo es culpa de Europa.
  • Con esta masacre, Israel conseguirá unificar el siempre dividido mundo árabe.
  • Peligra el supuesto acercamiento entre Israel y Arabia Saudita.
  • El conflicto ha tirado por la borda el fantasioso proyecto de Biden de crear una alternativa a la Ruta de la Seda.
  • La guerra de la OTAN en Ucrania, aunque se hayan silenciado las noticias, continúa siendo un desastre para las tropas de Zelensky.
  • Europa está preparando alguna explicación a sus poblaciones ante el fracaso que se avecina por su derrota en esta guerra.
  • Francia abandona la República de Níger avergonzada tras no cumplir sus amenazas de invadir el país y lo hace en silencio para evitar la humillación de EEUU en Afganistán del 2021.
  • Rusia reactiva la Comunidad de Estados Independientes de países de la ex URSS, menos Ucrania y Armenia, como una nueva zona para libre comercio, también como fórmula de seguridad y defensa y para frenar la estrategia anglosajona de desestabilización en la región.

Todo ello en un escenario donde el Sur global se va transformando en una realidad cada vez más poderosa, lo que hace que el poder en el mundo vire hacia zonas y países que en los últimos cinco siglos han estado dominadas por las potencias occidentales.

Eduardo Bonugli (Madrid, 15/10/23)

Pepe Escobar 14 de octubre de 2023 que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

La guerra contra Rusia en Ucrania y la “guerra contra el terrorismo” israelí en Gaza son sólo frentes paralelos de una única guerra global que evoluciona horriblemente.

Has robado los huertos de mis antepasados
​​y la tierra que yo cultivé
y no nos dejaste nada
salvo estas rocas…
Si tengo hambre
la carne del usurpador será mi alimento.

– Poeta nacional palestino Mahmoud Darwish

Ya se ha confirmado que la inteligencia egipcia advirtió a sus homólogos israelíes sólo tres días antes de la inundación de Al-Aqsa que algo “grande” venía de Hamás. Tel Aviv, su aparato de seguridad multimillonario y las FDI, “el ejército más fuerte del mundo”, optaron por ignorarlo.

Eso configura dos vectores clave.

1) Tel Aviv obtiene su pretexto de “Pearl Harbor” para implementar una “guerra contra el terrorismo” remezclada más una especie de Solución Final al “problema de Gaza” (ya en vigor).

2) La Hegemonía cambia abruptamente la narrativa, alejándose de la inminente, inevitable y cósmica humillación conjunta de la Casa Blanca y la OTAN en las estepas de Novorossiya: una derrota estratégica que configura la humillación previa en Afganistán como un baile de máscaras en Disneylandia.

El lunes pasado se impuso el bloqueo total de los “animales humanos” (copyright del Ministerio de Defensa de Israel) en Gaza, una población civil de 2,3 millones. Sin comida, sin agua, sin combustible, sin productos básicos.

Eso es un crimen de guerra y un crimen contra la humanidad, que destroza los cuatro principios básicos del

Ley de Conflictos Armados (LOAC) : todo lo que es debidamente aplaudido o, en el mejor de los casos, completamente ignorado por la OTAN y sus diversos medios de comunicación dominantes controlados por los oligarcas.

Cristianos, musulmanes, judíos y otros grupos étnicos vivieron pacíficamente en Palestina durante siglos hasta la imposición del racista Proyecto Sionista, con todos los atributos de Divide y vencerás del colonialismo de colonos.

La Nakba es un viejo recuerdo de hace 75 años. Ahora estamos mucho más allá del apartheid y entramos en la exclusión y expulsión total de los palestinos de su patria.

En enero de 2023, el propio Primer Ministro israelí Netanyahu subrayó que “el pueblo judío tiene un derecho exclusivo e incuestionable sobre todas las áreas de la Tierra de Israel ”.

Ahora, las FDI enviaron nada menos que una orden a la ONU para evacuar completamente a todos los residentes del norte de Gaza – 1,1 millones de personas – al sur de Gaza, cerca de Rafah, el único cruce fronterizo con Egipto.

Esta deportación masiva forzada de civiles sería el preludio de arrasar todo el norte de Gaza, junto con la expulsión y confiscación de tierras ancestrales palestinas, acercándose cada vez más a una Solución Final sionista.

Bienvenido a Sociópatas Unidos

Netanyahu, un sociópata con un historial comprobado, sólo puede salirse con la suya en crímenes de guerra en serie gracias al apoyo total de la Casa Blanca, el combo “Biden” y el Departamento de Estado, por no mencionar a los vasallos intrascendentes de la UE.

Acabamos de ser testigos de cómo un Secretario de Estado de Estados Unidos –un funcionario con un coeficiente intelectual bajo y fuera de su alcance en todos y cada uno de los temas– fue a Israel para apoyar el castigo colectivo “como judío también”.

Dijo que su abuelo “huyó de los pogromos en Rusia” (eso fue en 1904). Luego vino la conexión directa –nazi– con “mi padrastro sobrevivió a Auschwitz, Dachau y Majdanek”. Impresionante, son tres campos de concentración seguidos. El secretario obviamente no se da cuenta del hecho de que la URSS liberó a los tres.

Luego vino la conexión Rusia-Nazis-Hamas. Al menos está todo claro.

Internamente, Netanyahu sólo puede permanecer como Primer Ministro gracias especialmente a dos rabiosos socios de coalición ultrasionistas, racistas y supremacistas. Nombró a Itamar Ben-Gvir ministro de Seguridad Nacional y a Bezalel Smotrich ministro de Finanzas, ambos responsables de facto de la proliferación de asentamientos en toda Cisjordania a escala industrial.

Smotrich ha dejado constancia de que “no existen los palestinos porque no existe el pueblo palestino”.

Ben-Gvir y Smotrich, en un tiempo récord, están en camino de duplicar la población de colonos en los cantones de Cisjordania, de 500.000 a un millón. Los palestinos –no ciudadanos de facto– suman 3,7 millones. Los acuerdos ilegales –no aprobados formalmente por Tel Aviv– están apareciendo en todo el espectro.

En Gaza –donde la pobreza ronda el 60% y el desempleo juvenil es masivo– las agencias de la ONU advierten desesperadamente sobre una catástrofe humanitaria inminente.

Más de un millón de personas en Gaza, en su mayoría mujeres y niños, dependen de la asistencia alimentaria de la ONU. Decenas de miles de niños van a las escuelas de la UNRWA (la UNRWA es la agencia para los refugiados palestinos).

Tel Aviv ahora los está matando – suavemente. Al menos 11 trabajadores de la UNRWA fueron asesinados la semana pasada (incluidos maestros, un médico y un ingeniero), al menos 30 niños, además de 5 miembros de la Cruz Roja Internacional y de la Media Luna Roja.

Para colmo, está el ángulo del Oleoducto, como el del robo de gas de Gaza.

Al menos el 60% de las vastas reservas de gas descubiertas en 2000 a lo largo de la costa entre Gaza e Israel pertenecen legalmente a Palestina.

Una consecuencia clave de la Solución Final aplicada a Gaza se traduce en que la soberanía sobre los yacimientos de gas pasó a manos de Israel, en otro pisoteo masivo del derecho internacional.

La mayoría global es Palestina

En medio de la horrible perspectiva de que Israel despueble toda la mitad norte de Gaza, en vivo por televisión y alentado por hordas de zombis de la OTAN, no es descabellado considerar la posibilidad de que Turkiye, Egipto, Siria, Irak, Irán, Líbano, Yemen y las monarquías del Golfo se unen, en varios niveles, para crear una presión abrumadora contra la implementación de la Solución Final Sionista.

Prácticamente todo el Sur Global/Mayoría Global está con Palestina.

Turkiye, problemáticamente, no es una nación árabe y ha estado demasiado cerca ideológicamente de Hamás en el pasado reciente. Suponiendo que la actual banda de Netanyahu se involucrara en la diplomacia, el mejor equipo de mediación posible estaría formado por la diplomacia de Arabia Saudita, Qatar y Egipto.

India acaba de apuñalarse en la cabeza como líder de la Mayoría Global: su liderazgo parece ponerse duro cuando se enfrenta a Israel.

Luego están los grandes soberanos: la asociación estratégica Rusia-China.

Rusia-Irán están conectados por una asociación estratégica, incluso en todos los niveles militares más avanzados. El acercamiento entre Irán y Arabia Saudita, mediado y logrado por China, ha llevado, esta semana, a que Mohammad bin Salman y Ebrahim Raisi, por primera vez en la historia, coordinaran por teléfono su apoyo inquebrantable a los derechos legítimos del pueblo palestino. Bashar al-Assad de Siria acaba de visitar China y fue recibido con todos los honores.

La sofisticación diplomática característica de China –mucho más allá de la inundación de Al-Aqsa– equivale a apoyar los derechos legítimos de los palestinos. Todo el mundo árabe y las tierras del Islam lo sienten claramente, mientras que Israel y la OTAN son insensibles a los matices.

Con Rusia llegamos al territorio del heavy metal. A principios de esta semana, el embajador de Israel en Rusia, Alexander Ben Zvi, fue finalmente recibido, después de varios intentos por parte del viceministro de Asuntos Exteriores, Mikhail Bogdanov. Fue Israel quien prácticamente suplicó una reunión.

Bogdanov fue al grano, sin rodeos: a Ben Zvi se le advirtió que el plan de las FDI de destruir literalmente Gaza, expulsar a la población indígena y practicar la limpieza étnica de esos “animales humanos” estaba “plagado de las consecuencias más devastadoras para la situación humanitaria en el región.»

Esto plantea un escenario bastante posible, cuyas consecuencias pueden ser igualmente devastadoras: Moscú, en colaboración con Ankara, lanzando una operación para romper el bloqueo contra Israel, respaldada por el Sur Global.

No es ningún secreto –aparte del modus operandi– que Putin y Erdogan han discutido un posible convoy naval humanitario turco a Gaza, que estaría protegido de un ataque israelí por parte de la Armada rusa desde su base de Tartous en Siria y de la Fuerza Aérea rusa desde su base. de Hmeimim. Eso elevaría lo que está en juego a niveles imprevistos.

Lo que ya está claro es que la guerra por poder de la Hegemonía contra Rusia en Ucrania y la “guerra contra el terrorismo” israelí remezclada en Gaza son sólo frentes paralelos de una única guerra global que evoluciona horriblemente.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico.

POR MK BHADRAKUMAR en su sitio Indianpunchline

 

En medio de las crecientes especulaciones en Estados Unidos sobre la participación de Teherán en el ataque de Hamás contra Israel el sábado pasado y la supuesta decisión del Pentágono de enviar el fin de semana un segundo portaaviones al Mediterráneo Oriental, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, ha hablado por primera vez. tiempo sobre la explosiva situación. 

Jamenei habló en Teherán el martes en su calidad de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Irán y eligió la ocasión de la ceremonia anual de graduación conjunta de los cadetes de las academias militares de Irán para profundizar en el tema. 

En una medida sin precedentes, desde entonces se han transmitido en hebreo a la audiencia israelí extractos de los comentarios de Jamenei. 

La declaración de Jamenei advierte a Israel contra cualquier medida precipitada de la que pueda llegar a arrepentirse más tarde. Jamenei anticipó la “derrota irreparable” de Israel. Dijo que “el asesinato de hombres, mujeres, niños y ancianos palestinos, la profanación de la mezquita de al-Aqsa, las palizas a los fieles y la liberación de colonos armados para atacar al pueblo palestino se encuentran entre las atrocidades cometidas por el régimen sionista”.

Khemenei destacó tres puntos clave en su discurso:

  • En primer lugar, Israel está en el camino equivocado al embarcarse en una guerra de este tipo contra Gaza. “Los gobernantes y tomadores de decisiones del régimen sionista y sus partidarios deben saber que estas acciones les traerán un desastre mayor, y el pueblo palestino, con una determinación más firme, abofeteará sus horribles caras con más fuerza en respuesta a estos crímenes”.
  • En segundo lugar, el rumor “difundido por elementos del régimen sionista y sus partidarios” sobre la participación de “no palestinos (léase Hezbolá), incluido Irán” en los recientes acontecimientos es “una tontería”.
  • En tercer lugar, y el más importante, Jamenei inició sus comentarios describiendo a las fuerzas armadas de Irán como “la fortaleza de acero de la seguridad, el honor y la identidad nacional”. Recordó el brillante historial de las fuerzas armadas iraníes en la guerra de ocho años con Irak, que también fue una guerra mundial, y más tarde, al frustrar el “complot perverso” de Estados Unidos para crear ISIS y desestabilizar la región, siendo Irán el objetivo final. 

Jamenei fue casi explícito en que las fuerzas armadas de Irán están en estado de preparación y tienen la capacidad de defender el país si las cosas se ponen difíciles. Dicho esto, también hizo un matizado comentario de que “todo el mundo islámico está obligado a apoyar a la nación palestina”. 

La conclusión es, en palabras de Jamenei, “Desde los aspectos militares y de inteligencia, esta derrota (de Israel) es irreparable. Es un terremoto devastador. Es poco probable que el régimen usurpador pueda utilizar la ayuda de Occidente para reparar los profundos impactos que este incidente ha dejado en sus estructuras gobernantes”.

De hecho, Israel enfrenta una grave crisis existencial debido a la desunión interna y la irrelevancia de su destreza militar para enfrentar los desafíos de la guerra híbrida que está experimentando. Irán, por tanto, ve que la ventaja reside en el eje de resistencia. 

Curiosamente, Egipto ha revelado que había advertido a Israel sobre un inminente ataque a gran escala por parte de Hamás, pero este último no actuó al respecto. Sin duda, en algún momento se hará un balance dentro de Israel. Al Primer Ministro Netanyahu le resultará difícil dar explicaciones. Por otro lado, lo habitual es que intente encubrir y avivar la xenofobia con gritos de guerra para distraer la atención.   

En términos generales, es inconcebible que, dadas las catastróficas consecuencias, Estados Unidos se atreva a atacar a Irán. Pero existirá la tentación de hacer retroceder a Hezbollah en el vecino Líbano aprovechando la oportunidad actual y, en segundo lugar, desestabilizar seriamente la situación siria mientras Rusia sigue preocupada en Ucrania; es decir, hacer un intento desesperado por deshacer los logros de la tan -llamado Eje de Resistencia liderado por Irán durante la última década y más. Por lo tanto, no hay duda de que esto sigue siendo un posible punto de inflamación en lo que respecta a Irán, y Teherán permanecerá alerta para no perder terreno en el Levante. 

El quid de la cuestión es que Estados Unidos e Israel se enfrentan hoy a un Irán muy diferente al que han estado acostumbrados durante las últimas cuatro décadas y más desde la Revolución Islámica de 1979. Considera lo siguiente:

  • Irán ya no está aislado y ha superado con éxito las sanciones occidentales; 
  • La membresía del BRICS supone un punto de inflexión para la integración de Irán en la comunidad global. 
  • Irán es un Estado umbral en su programa de armas nucleares, disfruta de fuertes relaciones con Rusia y China e incluso puede inclinar el equilibrio en la correlación de fuerzas en Asia occidental y las regiones vecinas e incluso a nivel internacional. 
  • Irán ya no está atrapado en una debilitante rivalidad regional con Arabia Saudita y el alivio de las situaciones de conflicto en Yemen y Siria crea espacio para que Teherán maniobre en el ámbito diplomático. (El ministro de Asuntos Exteriores de Irán está coordinando activamente con sus homólogos de la región).

Todo esto permite a Irán pasar a la siguiente fase de desarrollo y avanzar en su presencia global y expandir su influencia. Baste decir que Irán está superando constantemente a Israel en la dinámica de poder de la región. Al ser un país mucho más pequeño con un futuro incierto que está llamado a adaptarse a la nueva realidad de la retirada de Estados Unidos, Israel ya no está en la misma liga que Irán. La operación de Hamás expone esta realidad geopolítica. 

Una guerra prolongada en Gaza supondrá una sangría colosal para los recursos de Israel y sólo puede debilitar al país. Su resultado sigue siendo una incógnita. Pero, por otro lado, Israel cree que tampoco tiene opciones diplomáticas. Además, si Hezbolá entra en juego, todo lo ocurrido el sábado pasado en Israel parecerá un picnic. Con su enorme arsenal de misiles avanzados (cerca de 200.000 cohetes apuntados prácticamente a todos los rincones de Israel), Hezbollah tiene la capacidad de destruir Israel de manera integral. 

Principalmente, el despliegue de dos portaaviones estadounidenses en el Mediterráneo oriental pretende enviar un mensaje contundente a Hezbolá. Por otro lado, también destaca que, además de Ucrania y Taiwán, el teatro de Asia occidental seguirá involucrando a Estados Unidos en un futuro previsible. Si esto no es una sobreextensión imperial, ¿qué es? Algo tiene que ceder. 

Estos son los primeros días. Mientras tanto, el frente unido de la UE en la guerra de Israel contra Hamas ya está mostrando sus primeras grietas . El lunes, pocas horas después del anuncio de que la UE sometería a revisión 691 millones de euros en ayuda a la Autoridad Palestina, con la suspensión inmediata de todos los pagos, el jefe de política exterior, Josep Borrell, intervino para retractarse y dijo que la Comisión “no suspenderá los pagos debidos”. pagos” como “castigar a todo el pueblo palestino” habrían “dañado los intereses de la UE en la región y sólo habrían envalentonado aún más a los terroristas”. 

Han aparecido desacuerdos entre los países de la UE sobre el conflicto. Históricamente, Israel-Palestina es uno de los temas más divisivos en la UE . Varios países, incluidos Irlanda, Luxemburgo y Dinamarca, buscaron una referencia a la desescalada en el texto conjunto de la UE sobre el conflicto, a lo que otros se opusieron. Francia, los Estados nórdicos, Bélgica e Irlanda tradicionalmente apoyan una posición que algunos otros países consideran demasiado pro-palestina.

Es bastante obvio que casi ningún país en el Sur Global (aparte de un puñado de casos como India) se apresura a expresar “solidaridad” con Israel en su guerra apocalíptica con Gaza y las contradicciones dentro de Israel esperando implosionar más temprano que tarde. Teherán está justificado al creer que está en el lado correcto de la historia.   

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico.

POR MK BHADRAKUMAR en su sitio Indianpunchline

Cien años después de la revuelta árabe (1916-1918) contra los gobernantes turcos otomanos en medio de la inminente derrota de Alemania y la Triple Alianza en la Primera Guerra Mundial, ha estallado otro levantamiento armado de los árabes, esta vez contra la ocupación israelí, en el telón de fondo de la inminente derrota de Estados Unidos y la OTAN en la guerra de Ucrania, presentando un espectáculo emocionante de la historia que se repite íntegramente. 

El Imperio Otomano se desintegró como resultado de la Revuelta Árabe. Israel también tendrá que abandonar sus territorios ocupados y dejar espacio para un Estado de Palestina, lo que, por supuesto, será una derrota aplastante para Estados Unidos y marcará el fin de su dominio global, que recuerda a la Batalla de Cambrai en el norte de Francia (1918). ) donde los alemanes, rodeados, exhaustos y con la moral desintegrándose en medio de una situación interna en deterioro, enfrentaron la certeza de que la guerra estaba perdida y se rindieron. 

El torrente de acontecimientos a lo largo de la semana pasada es impresionante, comenzando con una llamada telefónica hecha por el presidente de Irán, Sayyid Ebrahim Raisi, al príncipe heredero saudita, Mohammed bin Salman, el miércoles para discutir una estrategia común frente a la situación tras el devastador ataque de la Resistencia Islámica. Movimiento Hamás contra Israel el 7 de octubre.

Más temprano el martes, en una poderosa declaración , el Líder Supremo de Irán, el Ayatollah Ali Khamenei, había enfatizado que “Desde el punto de vista militar y de inteligencia, esta derrota (por parte de Hamás) es irreparable. Es un terremoto devastador. Es poco probable que el régimen usurpador (israelí) pueda utilizar la ayuda de Occidente para reparar los profundos impactos que este incidente ha dejado en sus estructuras gobernantes”. (Ver mi blog Irán advierte a Israel contra su guerra apocalíptica .)

Un alto funcionario iraní dijo a Reuters que la llamada de Raisi al Príncipe Heredero tenía como objetivo “apoyar a Palestina y evitar la propagación de la guerra en la región”. La llamada fue buena y prometedora”. Tras haber forjado un amplio entendimiento con Arabia Saudita, el Ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Hossein Amir-Abdollahian, mantuvo una conversación con su homólogo emiratí, el Jeque Abdullah bin Zayed, durante la cual pidió a los países islámicos y árabes que extendieran su apoyo al pueblo palestino, destacando la urgencia de la situación.

El jueves, Amir-Abdollahian se embarcó en una gira regional a Irak, Líbano, Siria y Qatar hasta el sábado para coordinarse con los distintos grupos de resistencia. En particular, se reunió con el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, en Beirut y con el líder de Hamas, Ismail Haniyeh, en Doha. Amir-Abdollahian dijo a los medios de comunicación que a menos que Israel detenga sus bárbaros ataques aéreos contra Gaza, una escalada de la Resistencia es inevitable e Israel podría sufrir un “enorme terremoto”, ya que Hezbollah está listo para intervenir. 

Axios informó el sábado citando dos fuentes diplomáticas que Teherán ha enviado un fuerte mensaje a Tel Aviv a través de la ONU de que tendrá que intervenir si persiste la agresión israelí contra Gaza.  En pocas palabras,  Teherán no se dejará disuadir por el despliegue de dos portaaviones estadounidenses y varios buques de guerra y aviones de combate frente a las costas de Israel. El domingo, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, reconoció que Estados Unidos no podía descartar que Irán pudiera intervenir en el conflicto.

Mientras tanto, mientras Irán se coordinaba con los grupos de resistencia en el frente militar, China y Arabia Saudita cambiaron de rumbo en la vía diplomática. El jueves, mientras el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se dirigía a las capitales árabes después de las conversaciones en Tel Aviv, en busca de ayuda para conseguir la liberación de los rehenes por Hamás, el enviado especial de China para Oriente Medio, Zhai Jun, se puso en contacto con el viceministro de Asuntos Políticos de El Ministerio de Asuntos Exteriores saudí, Arabia Saud M. Al-Sati, habló sobre la situación entre Palestina e Israel, centrándose en la cuestión de Palestina y, en particular, en la crisis humanitaria que se desarrolla en Gaza. El contraste no podría ser más marcado. 

El mismo día, tuvo lugar un acontecimiento extraordinario en el Ministerio de Asuntos Exteriores de China cuando los enviados árabes en Beijing solicitaron una reunión grupal con el enviado especial Zhai para subrayar su postura colectiva de que ha surgido una crisis humanitaria «muy grave» tras el ataque de Israel a Gaza y «La comunidad internacional tiene la responsabilidad de tomar medidas inmediatas para aliviar la tensión, promover la reanudación de las conversaciones de paz y salvaguardar los legítimos derechos nacionales del pueblo palestino». 

Los embajadores árabes agradecieron a China “por defender una posición justa sobre la cuestión palestina… y expresaron la esperanza de que China continúe desempeñando un papel positivo y constructivo”. Zhai expresó su total comprensión de que «la máxima prioridad es mantener la calma y ejercer moderación, proteger a los civiles y proporcionar las condiciones necesarias para aliviar la crisis humanitaria «. 

Después de esta reunión extraordinaria, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China publicó en su sitio web a medianoche una declaración completa del miembro del Buró Político del Comité Central del PCC y ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, titulada China está del lado de la paz y la conciencia humana en esta cuestión . de Palestina . Según se informa, esto provocó una llamada del ministro de Asuntos Exteriores saudita, el príncipe Faisal bin Farhan, a Wang Yi. 

Curiosamente, Blinken también llamó a Wang Yi desde Riad el 14 de octubre,     donde, según la lectura del Departamento de Estado , “reiteró el apoyo de Estados Unidos al derecho de Israel a defenderse y pidió el cese inmediato de los ataques de Hamás y la liberación de todos los rehenes”. y destacó la importancia de “desalentar a otras partes (léase Irán y Hezbollah) de entrar en el conflicto”.

En pocas palabras, en todos estos intercambios que involucran a Arabia Saudita, especialmente en las reuniones de Blinken en Riad con el canciller saudí y el príncipe heredero Mohammed bin Salman, mientras Estados Unidos se centraba en la cuestión de los rehenes, la parte saudita centró su atención en la crisis humanitaria en Gaza. . Las lecturas del Departamento de Estado ( aquí y aquí ) resaltan las prioridades divergentes de ambas partes. 

Baste decir que una estrategia coordinada entre Arabia Saudita e Irán, respaldada por China, está presionando a Israel para que acepte un alto el fuego y reduzca la escalada. El respaldo de la ONU aísla aún más a Israel.

La salida de Benjamin Netanyahu es de esperarse, pero no tirará la toalla sin luchar. Los lazos entre Estados Unidos e Israel pueden verse afectados. El presidente Biden está atrapado en un aprieto, que se remonta a la situación de Jimmy Carter por la crisis de los rehenes en Irán en 1980, que puso fin a su candidatura a un segundo mandato como presidente. Biden ya está dando marcha atrás .  

¿A dónde van las cosas a partir de aquí? Es evidente que cuanto más dure el ataque israelí contra Gaza, la condena internacional y la exigencia de permitir un corredor humanitario sólo se intensificarán. No sólo países como India, que expresaron “solidaridad” con Israel, perderán prestigio en el Sur Global, sino que incluso los aliados europeos de Washington se verán en apuros. Queda por ver si una invasión de Gaza por parte de Israel es realmente realista. 

De cara al futuro, el eje Árabe-Irán-China planteará la difícil situación de Gaza en el Consejo de Seguridad de la ONU a menos que Israel se retracte. Rusia ha propuesto un proyecto de resolución e insiste en que se vote. Si Estados Unidos veta la resolución, la Asamblea General de las Naciones Unidas podría intervenir para adoptarla. 

Mientras tanto, el proyecto estadounidense de resucitar los Acuerdos de Abraham pierde fuerza y ​​el complot para socavar el acercamiento entre Arabia Saudita e Irán mediado por China se enfrenta a una muerte repentina.

En lo que respecta a la dinámica de poder en Asia occidental, estas tendencias sólo pueden funcionar en beneficio de Rusia y China, especialmente si los BRICS asumieran en algún momento un papel de liderazgo para navegar un proceso de paz en Medio Oriente que ya no sea monopolio de los Estados Unidos. A NOSOTROS.  Este es el momento de vengarse de Rusia. 

La era del petrodólar está llegando a su fin y, con ella, la hegemonía global de Estados Unidos. Por lo tanto, las tendencias emergentes contribuyen en gran medida a fortalecer la multipolaridad en el orden mundial. 

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Dossier Geopolitico.

«Aldeanismo» endémico y crisis dirigencial

por Gabriel Merino para el Avion Negroque autoriza su autor publicarlo en Dossier Geopolitico

En un mundo en plena transición histórica-espacial, con acelerados cambios estructurales y en guerra, resulta sintomático que la política exterior no haya estado en el debate presidencial como tema a tratar por los candidatos. Ni siquiera como subtema, más allá de que sí lo hayan abordado puntualmente algunos de ellos. Tampoco es una cuestión que aparezca con demasiada profundidad en el debate político mediático y dirigencial, como si fuera una cuestión secundaria en el tensionado escenario local. O peor, aparece más bien como propaganda con el objetivo de alinear al país bajo una política exterior ajena, desligada de nuestros interese, necesidades y problemas.

Resultó llamativo la ausencia del tema en el debate cuando el candidato con mayor caudal de votos en las PASO (en una elección de tercios), realizó propuestas tan dramáticas sobre la cuestión como pelearnos con nuestros dos mayores socios comerciales, Brasil y China, salir de nuestro principal y vital bloque comercial, el MERCOSUR, pero a la vez profundizar nuestro perfil primario exportador, lo cual sólo tendría cierta viabilidad si profundizamos nuestra relación con China y Asia Pacífico como abastecedores de materias primas para el centro económico-industrial emergente.

Tanto Javier Milei, como la otra candidata que quedó dentro del podio (aunque deshilachándose debido, entre otras cuestiones, a su irremediable incapacidad), proponen un alineamiento aún mayor con Estados Unidos, en una suerte de trágico retorno a las “relaciones carnales” de características paracoloniales, como las que se experimentaron en los años noventa con resultados muy negativos para el país. Siendo más ‘papistas que el papa’, dicen que no ingresarán a los BRICS+ en enero de 2024, con la importancia que tiene para el país pertenecer a ese espacio plural y heterogéneo de poderes emergentes, lo cual ni siquiera está vetado por Washington, que comprende a regañadientes las nuevas realidades materiales.

Gran parte de la élite dirigencial ya ni siquiera defiende una ‘dependencia negociada’, bajo un proyecto local con cierto margen de maniobra que no cuestiona la total subordinación hemisférica.

Luego mira sorprendida cuando aparecen los personajes que hacen de esa posición su bandera y mira estupefacta como su propia creación es a la vez su guillotina. Pero el problema que tienen ambas expresiones es que Argentina no encaja en ese plan y, además, estamos en un proceso histórico que va a contramano del mismo.

En el escenario actual –ya no son los noventas, no vivimos el auge de la globalización neoliberal, el Consenso de Washington y del mundo unipolar– los resultados de esa política no serían meramente negativos sino catastróficos. En primer lugar, implicaría una renuncia total a nuestros intereses nacionales en plena tempestad geopolítica en temas sensibles como Malvinas, el Atlántico Sur y la Antártida, la administración soberana de nuestros recursos naturales, la autonomía para establecer relaciones comerciales y económicas con otras potencias de acuerdo a nuestros intereses, o la necesaria integración sudamericana en un momento de regionalización mundial donde resulta clave establecer un bloque propio, entre otras cuestiones.

En segundo lugar, esta opción agudizaría un problema fundamental del país desde 1945, cuando se establece la hegemonía anglo-estadounidense: Estados Unidos compite en los productos que producimos, y ve en el desarrollo de un centro propio al sur del continente una amenaza hemisférica.

Si en plena fase expansiva entre 1945-1970 desde Washington impulsaban, al menos, un desarrollismo dependiente comandado por sus multinacionales –lo cual generaba ciertos incentivos a la reproducción del desarrollo del subdesarrollo para distintos grupos sociales– el viraje neoliberal de los años setenta y ochenta, bajo el comando de las redes financieras globales, terminó definitivamente con esa opción de desarrollo periférico asociado. Hoy el escenario es aún peor, con una suerte de neoliberalismo periférico en descomposición, bajo una exacerbada lógica financiera parasitaria, y cuyos efectos a nivel local ya se experimentaron dramáticamente entre 2015 y 2019: hiperendeudamiento, desindustrialización, pérdida de capacidades científicas y tecnológicas, etc.

Sin embargo, estas cuestiones parecieran no estar en debate a nivel profundo en gran parte de la dirigencia y de la sociedad, pareciera pensarse al país como una isla o una suerte de burbuja.

Por eso nos cuesta identificar bien qué nos pasa, lo que dificulta trazar estrategias en función de la situación coyuntural y estructural sobre la que partimos. Por ejemplo, se dice que hace diez años que no crecemos, pero no observamos que América Latina es el lugar de menos crecimiento del mundo desde 2014, incluso peor que la Eurozona ¿Por qué esto es así? ¿Cuáles son los factores geopolíticos, económicos y sociales? ¿Qué pasa en el mundo y en esta parte del mundo, en función de su articulación y posición en el sistema mundial, y en relación a la puja entre fuerzas políticas y sociales, a partir de 2013-2014?

Podríamos decir que el problema del ‘aldeanismo’ o ‘provincialismo’ es endémico en nuestra región y ya ha sido señalado muchísimas veces.

Esta mirada corta, carente de perspectiva y de una mirada sobre la totalidad en que nos inscribimos, es un producto directo de nuestra posición periférica e insular, y también de la subordinación geopolítica que hace que otros piensen por nosotros el mundo y cómo debemos actuar en él. Este hecho está en estrecha relación a la todavía dominante creencia de raíz colonial sobre nuestra condición de “Occidentales”, que el propio Occidente geopolítico y sus principales intelectuales se cansan de desmentir –en el ‘mejor de los casos’ somos el extremo occidente, en tanto colonia fundacional para la expansión de las potencias atlánticas. También se debe a la debilidad en los países dependientes de una mirada nacional, como indicaba Arturo Jauretche, que más allá de las orientaciones partidarias, obliga a tener una política y visión propia sobre el escenario mundial y sobre nuestra estrategia en el mismo.

“Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea (…), sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima…”, afirmaba el cubano José Martí en su célebre texto Nuestra América de 1891,

Tratando de sacudir la mirada aldeana o provinciana de su país y de la región, que era un obstáculo fundamental para entender el escenario geopolítico que tensionaba a la isla caribeña hace 140 años entre el declive terminal del imperio colonial español y el ascenso del imperialismo estadounidense. Allí Martí insiste sobre la necesidad no sólo de relacionar los problemas locales con los acontecimientos mundiales, sino también comprender la situación política de Nuestra América, el accionar de los imperios y la necesidad de la unidad regional: “¡Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas!”. Luego exhorta a que “Lo que quede de aldea en América ha de despertar”.

Sin embargo, a casi un siglo y medio después, el aldeanismo o provincianismo sigue predominando en buena parte de la sociedad, la dirigencia política, las élites intelectuales y las oligarquías vernáculas. Incluso en parte de las ciencias sociales, donde se insiste en un nacionalismo metodológico que nos condena al terreno de la ideología, ya que se busca explicar con elementos y causalidades locales, acontecimientos que tienen determinaciones centrales en la escala mundial y regional. No podemos ‘escapar’ al hecho de que vivimos en un sistema mundial, y la región tiene una inserción y posición determinada; punto de partida fundamental para comprender nuestro ‘lugar en la palmera’.

Suele repetirse la frase de Perón de que “La verdadera política es la política internacional”, pero como sucede con tantas otras frases y contenidos, la mayoría de las veces se dice en términos retóricos, para la tribuna. La afirmación de Perón, que tiene su desarrollo en el libro la Hora de los Pueblos, apunta a una cuestión fundamental de nuestro presente, que se nos impone como condición histórica y espacial: la profunda interdependencia del sistema mundial capitalista y al empequeñecimiento del planeta por la destrucción del espacio y del tiempo a través de la tecnología. En función de esta realidad, “la política interna ha sufrido también sus consecuencias, pasando a ser una cosa casi provinciana para ser reemplazada por la política internacional que juega dentro o fuera de los países en la forma más desaprensiva”.

Este pensamiento, está en relación con lo que observó Mackinder al inicio del siglo XX, cuando se inicia la era “postcolombina”, según su definición: el mundo devino en un sistema político cerrado, en donde la lucha central ya no es la por la expansión territorial sino por la eficiencia relativa. A partir de allí, el control formal del territorio pierde peso, poniendo en crisis los imperios coloniales formales, que era la forma dominante del imperialismo desde el siglo XVI (la época Colombina), aunque aun hoy quedan importantes resabios de ese viejo imperialismo como en las Islas Malvinas. En esta configuración estructural, las fuerzas político-sociales y sus territorialidades atraviesan el sistema político cerrado, mediadas por los Estados, disputando el conjunto de los territorios. Más aun aquellos (la gran mayoría) que no poseen suficiente autonomía relativa. La ‘supremacía’ (desde el punto de vista de los imperialismos) o la soberanía (desde el punto de vista de los pueblos) está en relación a la acumulación de poder relativo y a la eficiencia relativa en diferentes dimensiones y en una escala necesaria (continental desde 1945). La situación de un país o territorio particular depende de su posición en la jerarquía del sistema interestatal, en la división mundial del trabajo y en la geocultura del sistema.

No somos una excepcionalidad del sistema, aunque nos guste pensarnos así, quizás como un efecto de nuestra insularidad y como elemento típico del pensamiento ‘provinciano’. Argentina es un país semiperiférico y un poder medio-regional de segundo orden, es decir, ocupa un lugar intermedio en el sistema mundial. Desde los años setenta, nos adentramos en un proceso de periferialización (con importantes consecuencias económicas y sociales), que comienza a ser resistido contradictoriamente a partir de 2001, como expresión local de un punto de bifurcación regional (un Cambio de Época) y mundial –crisis de la burbuja de las “punto com” con epicentro en Estados Unidos, establecimiento de la Organización para la Cooperación de Shangái en Eurasia impulsada por China y Rusia, invasión de Afganistán e inicio de la Guerra Global contra el Terrorismo por parte del polo angloestadounidense y aliados, etc.

Esa tendencia hacia la periferialización relativa de Argentina, que contrasta con el ascenso de Asia Pacífico, es un fenómeno regional desde mediados de los años setenta, producto de transformaciones estructurales del capitalismo mundial y de resultados de procesos y luchas políticas regionales (este el contenido sustancial de los golpes y dictaduras), aunque con impactos heterogéneos debido al punto de partida relativo de cada país y a los procesos particulares de cada territorio.

No es casualidad que en el interregno 2001-2003, como también hoy, bajo otras formas, aparezca en el escenario político la discusión entre dolarización y pesificación, articulada con la contradicción entre integración hemisférica subordinada (ALCA u otras formas de ‘regionalismo abierto’) o el reimpulso del regionalismo autónomo (MERCOSUR, UNASUR, etc.), y con el debate entre profundizar el proyecto financiero neoliberal o avanzar en proyectos nacionales y regionales de desarrollo, bajo distintas perspectivas y horizontes.

Debatir la ‘política exterior’ en un sistema político cerrado, cuando la instancia nacional devino “provinciana” es, en realidad, debatir el proyecto de país en su sentido más profundo. Significa definir las mejores estrategias de inserción en el sistema mundial, en plena transición histórica-espacial, de acuerdo a las necesidades e intereses de nuestros pueblos. Significa entender dónde estamos ubicados realmente y articular a partir de allí la cuestión nacional y social para darle proyección política y elaboración estratégica. Significa, también, no confundir entre debatir el escenario mundial y la política exterior, con discutir y posicionarse en función de la propaganda emanada de los centros tradicionales del poder mundial, con el fin de alinearnos en su “nueva guerra fría” o, en nuestras palabras, en la guerra mundial híbrida y fragmentada.

Gabriel Merino

Gabriel Merino

Sociólogo y doctor en Ciencias Sociales. Investigador Adjunto CONICET – Instituto de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales, UNLP. Profesor en UNLP y Universidad Nacional de Mar del Plata. Miembro del Instituto de Relaciones Internacionales y Co-coordinador de «China y el mapa del poder mundial», CLACSO.

FUENTE EL AVION NEGRO: https://avionnegro.com.ar/contextos/la-politica-exterior-fuera-del-debate/