[Análisis de las candidaturas de las próximas elecciones del 4 de mayo en la Comunidad de Madrid para determinar a su presidente, se trata de comicios anticipados, informe especial para Dossier Geopolitico

¡¡COMUNISMO O FASCISMO!!

El abuso hasta el hartazgo de dogmas ideológicos del siglo pasado distorsiona el contenido de las elecciones regionales en Madrid del próximo 4 de Mayo. Una campaña teñida de insultos, amenazas y provocaciones, donde sobrevuelan balas, navajas, y adoquines, en una parodia trágica con tufo a Guerra Civil. En la que por encima de la sobreactuación de políticos desquiciados y de medios inescrupulosos, sobresale la pertinaz voz de una superviviente de las trincheras del Covid. Es la de una mujer moderna que no se alimenta de las rencorosas sombras del pasado. Se llama Mónica García. Es médica de primera línea, candidata por méritos propios y la única con propuestas e ideas sin dogmas, y que desafía al poder económico y le da vueltas a este ridículo plebiscito, con una pregunta tan simple como concreta:

¿NEGACIONISMO O SALUD PÚBLICA?

Madrid es hoy la antología del absurdo. Tras un esperpéntico viaje al pasado, la campaña transcurre bajo una tempestad de odios y viejos rencores, al ritmo de consignas de 1930 y donde las amenazas de muerte colapsan los correos y los adoquines vuelan hasta ser estrellas de plató.

Entretanto, gracias al cambalache de discursos trasnochados, Los Mercados silenciosos y discretos, se meten hasta la cocina y van amasando “La Nueva Normalidad” omitiendo las miles de muertes que costó su doctrina macabra de ¡SALVAR LA ECONOMÍA! Mientras crece un escenario perfecto para deslegitimar a la política y endiosar la dictadura de las elites.

¡¡FASCISMO, COMUNISMO, LIBERTAD, PATRIA, DEMOCRACIA!! son los gastados argumentos de una campaña oscura y surrealista, que tiene más pinta y ruido que una fiesta ilegal en pandemia. Maximalismos huecos y sordos que solo confunden y aburren a la gente. Usados y manoseados hasta el hartazgo en una campaña que demuestra lo atrevida y peligrosa que es la ignorancia. Y en la que la verborrea de los más exaltados los distingue como los menos idóneos para las cosas importantes. Un cambalache absurdo, para gusto y disfrute de los dueños reales del poder, que aprovechan así el camino despejado.

En una punta del chiquero está Isabel Díaz Ayuso (Una Trumpista con genes de Bolsonaro) extremista de derechas y negacionista. Monárquica fanática, prepotente, ignorante, adalid de las constructoras, privatizadora compulsiva, santificada en los bares que engordan el virus, amiga de atascos y multitudes. Una profeta que asegura que el virus anida en los hogares y que lo saludable es salir a la calle. Enemiga de la educación y de la salud pública con mensajes tan esperpénticos como escandalosos y que es incapaz de articular tres frases seguidas sin inmortalizar una imbecilidad. Con sus absurdos mensajes, gana enemigos por España y recoge votos en Madrid. Se siente bendecida como Franco “Por la gracia de Dios” y es la genuina esencia del Partido Popular y de esta España casposa de reyes impunes, compadritos corruptos y chulos prepotentes.

Esta copia falsa de Juana de Arco, gobernaba muy cómodamente en coalición, cuando tras un ataque de fe, convocó unas elecciones anticipadas, dejando moribundo y en la cuneta a sus socios liberales de Ciudadanos. De inmediato, se tiró a la yugular del fascista VOX, en su ambición por ser dueña absoluta de la furia católica franquista que pervive en millones de madrileños de derechas, de muy ostentosos golpes de pecho, pero de nula solidaridad social o cristiana. Ahora VOX está acorralado y más feroz que nunca, cosa que sirve para mantener el clima de guerra civil. La Señora le perdona la vida porque sus escaños son imprescindibles.

 En el otro rincón, Pablo Iglesias de Podemos, en el ocaso de su vorágine permanente. Luego de su aterrizaje mediático en Madrid, en versión bazar chino del Cid Campeador, se auto presentó como el salvador mesiánico armado de su inefable relato antifascista y con una justificada lista de persecuciones personales. Sin ninguna idea sobre las problemáticas regionales, exigió en vano al resto de izquierdas que se sometan a su halo salvador. Desairado, retó a Ayuso a un cuerpo a cuerpo en el barro, sin reglas y al todo vale, sin reparar que la muy tramposa y mañosa “Amazonas Madrileña” es especialista en la riña barriobajera y en las malas artes. Pablo, que pretendía consumir épicamente sus últimas gotas de oxigeno político, solo consiguió lo contrario: perfeccionar el escenario bélico soñado por la extrema derecha. Las encuestas auguran un triunfo demoledor de la Isabel “por la gracia de Dios”, y un último  puesto al Pablo que prometió “asaltar los cielos”

También anda por ahí el “ausente” candidato socialista, Ángel Gabilondo, un buen filósofo y negado político, a quién las inercias de la partidocracia y una carambola de carambolas podrían auparlo a presidente comunitario. Tal milagro le exige al bloque de la izquierda no caer en más provocaciones y  lograr una participación histórica. Pero Ayuso ya lo está impidiendo al convocar las elecciones en un día de semana, en medio de la pandemia, cerrando los colegios para complicar a las familias trabajadores y envalentonado a sus seguidores mesiánicos, que más que votantes, son “feligreses” de la derecha, y en cuyas conciencias nacional-católicas, no pesan ni siquiera los 10 mil ancianos de las residencias condenados a una muerte por abandono, tras sus recortes, tras sus privatizaciones y por la temeraria obsesión de salvar la economía.

Y entre tanto escándalo, surgió en campaña la única voz mesurada con propuestas y programas. La de Mónica García, médica anestesista, luchadora en la primera trinchera del Covid, militante de la sanidad pública, profunda conocedora de la realidad madrileña, preparada, inteligente y socialmente empática. Joven, madre, esposa y deportista. O sea, una mujer de la vida real que mira al futuro, sin hipotecas con la casta de partidos y la única que no vive de la política.

Mónica pertenece a Más Madrid, el novel partido de Iñigo Errejón, una escisión del Podemos fundacional, que se ha hecho fuerte en Madrid y que poco a poco aspira al liderazgo de la izquierda regional, mientras liquida definitivamente su duelo fraticida con Iglesias. Mónica ganó el único debate televisivo de la campaña y trajo esperanzas de triunfo a la izquierda, con unas encuestas que prometían remontada. Ante el peligro, Ayuso se negó a más duelos mediáticos y junto a VOX, agudizaron las provocaciones, en medio de más amenazas de muerte y más cartas con balas y navajas.

Pero el diablo metió la cola y la esperanza de la Izquierda se derrumbó cuando Iglesias entró otra vez al trapo de las agresiones y en una sobreactuación extemporánea, bloqueó un debate radial de candidatos, con la excusa infantil de proscribir a la extrema derecha y quitarle la visibilidad, Cosa que solo compete a la justicia. Fue como un niño que pretendía tapar el sol con un dedo.

El resultado fue todo lo contrario. Vox y el PP se echaron al monte y engordaron los días de ira, felices ya por no rendir más cuentas. Entonces llovieron más cartas de la muerte y siguieron cayendo bombas con palabras vacías como Libertad, Democracia, Patria, Comunismo, Fascismo, Chavismo, Franquismo, despreciando el duro día a día de la ciudadanía.

Y así se sepultaron argumentos y  propuestas. El odio se volvió más feroz que nunca y la derecha recobró la sonrisa y también la ventaja en las encuestas. Ahora, el Negacionismo tiene el triunfo a la vista.

Y mientras el carnaval llega al éxtasis, una aplaudida mega fusión bancaria pone en la calle a 8 mil empleados, cuando los beneficios anuales son millonarios y las dietas de los gestores se multiplican por tres. Repsol tampoco se queda corto y en su propaganda se jacta de haber ganado 600 millones de euros y de despedir también a 600 asalariados. Una rentable versión del 1 a 1.

Por su parte, el socialista Pedro Sánchez saca pecho por el aniversario de la derrocada República del 31, mientras cierra el paso a cualquier  referéndum sobre la monarquía, galvaniza la impunidad legal de los reyes, aplaude como brillante una gestión inexistente del actual monarca y blinda con dineros públicos la fortaleza dorada del súper millonario y presunto defraudador Rey Emérito, exiliado en un paraíso privado de Abu Dabi. Sin embargo, todas estas contradicciones no hacen mella en los cándidos revolucionarios  de consignas, quiénes creen que en unos comicios regionales, el mensaje más válido es ¡¡VIVA LA REPÚBLICA DE IZQUIERDAS!!

Tampoco se priva Ayuso en saborear su clasismo, cuando critica y se avergüenza por las colas del hambre en su región. Algo que destroza su supuesto milagro económico tallado en la apertura y movilidad total y en el desprecio a las medidas sanitarias. Para ella, estos pobres y miserables NO SON víctimas de la pandemia. Todo lo contrario,  son culpables por faltar a la doctrina neoliberal de la meritocracia, que exige el éxito económico por encima de cualquier circunstancia, como condición indispensable para ser considerado un ciudadano de bien.

Además, ni se le pasa por la cabeza dar una mínima explicación sobre las razones de que su gobierno sea líder de contagios, muertes o faltas de rastreo. Ni tampoco del alarmante índice de saturación de camas en las UCI.

No!!!. La obsesión para ella es garantizar que Madrid nunca será Caracas y que lo urgente es desterrar a los críticos, por traidores, populistas y neocomunistas.

También aturde el silencio de Felipe IV ante el clima de odio que se extiende entre sus súbditos. A pesar de la brecha social, el Rey, que vive por encima del bien y del mal, no ha tenido a bien lanzar ninguna llamada a la convivencia. Mucho más cuando resuena el reclamo reciente de unos oficiales retirados, muy leales a su majestad, cuando pedían fusilar a los 25 millones de rojos hijos de puta. Quizás en la Zarzuela no se han percatado aún que el silencio puede ser cómplice de terribles barbaridades.

Y de paso, la Unión Europea se alegra de que tanta verborrea inútil les excluya de un juicio público por su desastrosa andadura. La derecha es su cómplice y le protege. La izquierda solo tiene balas para los fascistas y además no se atreve a enfrentarla. Así, el buque insignia del neoliberalismo financiero que es la UE, no sufre ni un rasguño en la campaña. Ni el escándalo de las vacunas, ni los fondos de rescates que van camino a ser un salvavidas de plomo, ni la deuda disparada, ni los recortes que engordan déficit, ni sus papelones diplomáticos, ni la vergüenza de despreciar a la Sputnik para luego pedirla a Putin en escondidas. Nada de eso es tema de actualidad para el agotado eje derecha – izquierda. Estos solo saben debatir el irresuelto y trágico drama de principios del siglo XX, sobre aquella España en blanco y negro, teñida de sangre.

Resumiendo, la renuncia precipitada de Pablo Iglesias a la vicepresidencia del gobierno dejó en nada la derogación de la ley laboral, el aumento del salario mínimo, el impuesto a las fortunas, la ley del alquiler, la complicada ley LGTBI y otras tantas ilusiones prometidas. Su aterrizaje en Madrid al grito de “no pasarán” alegró más a la derecha, que lo rentabilizó como su anticristo preferido de la campaña.

El socialista Gabilondo es el reflejo del mayor partido de izquierdas de España. Socialista conservador, monárquico, corto de ideología, fiel a Los Mercados, de amor no correspondido a EEUU y Alemania. Una síntesis del progresismo neoliberal, burgués y capitalista que anida en Europa. Y demuestra que España es de derechas y su izquierda también.

El gran error de la izquierda ha sido despreciar a Ayuso y tratarla de tonta. Por el contrario, puede que ignorante pero es lista como el hambre, descarada, tramposa, faltona, desvergonzada, mentirosa, soberbia y con ambiciones sin fin. Para el fin de la campaña autorizó en pandemia una corrida de toros con 5.000 personas y para el día de reflexión anuncia una conferencia pública con Vargas Llosa, el gran icono negacionista del habla hispana.

Y entre medias, sigue Mónica García con sus apuntes sobre educación, sanidad, guarderías, ancianidad, paliativos, ecología, etc. Pregona un feminismo tan firme como práctico, respetuoso, transversal. Más efectivo que ideologizado. Es tan trabajadora que cansa solo de verla. Quizás por eso, la prensa le da poca bola, aunque ella tampoco les ayuda a crear morbo.

La moneda está en el aire.

Eduardo Bonugli

Madrid, 2 de Mayo de 2021

Mónica García 

Partido: Más Madrid 

Edad: 47 años. 

Cargo actual: Coordinadora general de su partido y Diputada. Experiencia anterior: Médico anestesióloga en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. Característica: Aguerrida y luchadora social. Compagina la política con su trabajo de médico en un hospital público madrileño. Vivió en primera persona la pandemia.

Isabel Díaz Ayuso 

Partido: Partido Popular (PP) 

Edad: 42 años Cargo actual: presidenta Comunidad de Madrid. Experiencia anterior política: Ex diputada en la Asamblea de Madrid. Característica: Polémica, aguerrida e incluso temeraria. Tiene mucho apoyo sobre todo de los adultos mayores. 

Edmundo Bal 

Edad: 53 años 

Cargo actual: Portavoz de Ciudadanos en el Congreso Experiencia: Abogado del Estado Característica: Conciliador. Carece de popularidad. 

Rocío Monasterio 

Partido: Vox 

Edad 47 años. 

Cargo actual: Diputada y portavoz de su partido en la Asamblea de Madrid Experiencia anterior: Ejerció como arquitecto en su despacho. Característica: Provocadora e irónica. Tiene poca afinidad con sus compañeros políticos. 

Pablo Iglesias 

Partido: Unidas Podemos. 

Edad: 42 años. Cargo actual: Vicepresidente segundo de España y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030. 

Experiencia anterior: Fundador de Podemos y profesor en la Universidad Complutense de Madrid. Característica: Aguerrido, provocador, declarado comunista y admirador de Hugo Chávez. 

Ángel Gabilondo 

Partido: Partido Socialista Obrero Español (PSOE) 

Edad: 72 años. 

Cargo actual: Diputado y portavoz de su Grupo en la Asamblea de Madrid. Experiencia anterior: Ex ministro de Educación y ex Rector de la Universidad Autónoma de Madrid Característica: Uno de los políticos más educados del país, respetuoso, al que se le considera que debería de ser más aguerrido. No le gustan las polémicas. Fue el ganador de las últimas elecciones, pero no obtuvo los apoyos para ser presidente madrileño.

Las imagenes de los candidatos y sus caracteristicas fueron publicado por el sitio Web Milen

La Unión Europea consume una quinta parte de la energía mundial y es su mayor importador. Sin embargo, sus reservas son escasas. Esta vulnerabilidad obliga a Bruselas y a los Estados miembros a tratar de aumentar su seguridad en un sector estratégico, en el contexto de un entorno geopolítico cada vez más complejo y con miras a descarbonizar la economía y consolidar la transición energética.

Cargar un teléfono móvil, repostar un vehículo en una gasolinera o ducharse con agua caliente pueden ser acciones cotidianas en Europa, pero representan el final de una serie de complejos procesos técnicos, logísticos y financieros. La energía que las permite es un sector estratégico y un motor de la economía mundial. Y sobre todo para sus grandes importadores, asegurar un abastecimiento continuo y asequible es clave.

Los recursos energéticos provenientes de hidrocarburos —como el petróleo, el gas natural y el carbón— se extraen de la tierra, se tratan y almacenan. Además de la electricidad a partir de esos recursos o de fisión nuclear, también puede producirse con aerogeneradores, centrales hidroeléctricas y paneles solares. La energía después se transporta por barco entre continentes, por gasoductos de cientos o miles de kilómetros, o a través de la red eléctrica. Este proceso requiere infraestructuras que garanticen un suministro ininterrumpido de energía, pero también mercados que funcionen.

En las últimas décadas, el crecimiento económico y demográfico de países como China e India ha aumentado la demanda de energía mundial. Y se espera que la tendencia continúe, lo que puede causar déficits o interrupciones en el suministro. Los cambios de precio y los riesgos geopolíticos son mayores para los países con menos recursos energéticos y que dependen del suministro externo, ante la distribución desigual de las reservas y producción de hidrocarburos, concentrada en el golfo Pérsico y en torno al mar Caspio. En ese contexto, la Unión Europea es el tercer mayor consumidor de energía del mundo después de China y Estados Unidos, pero tiene pocas reservas propias. La economía europea depende en parte de importar energía para cubrir su demanda, así que es vulnerable a shocks externos en el suministro y dependiente en la escena internacional.

La dependencia energética de la UE, un riesgo estratégico

La UE es el mayor importador de energía del mundo: importa más de la mitad de la energía que consume, por unos mil millones de euros diarios, aunque esta cantidad depende del precio del petróleo y la marcha de la actividad económica. Además, las importaciones energéticas afectan a la competitividad y pueden generar desequilibrios económicos en muchos países. Todos los Estados miembros de la Unión son importadores netos de energía y, aunque la situación varía entre ellos, dependen de pocos países proveedores, la mayoría en zonas inestables.

Por tanto, la UE necesita preservar su seguridad energética: la disponibilidad ininterrumpida de energía a un precio asequible y sostenible para el medioambiente. Conseguirla depende de factores como la disponibilidad y precios de la energía, la gobernanza de su comercio, las infraestructuras, la eficiencia energética, o los efectos sociales y medioambientales. Para medir la seguridad energética de un país, la Oficina Europea de Estadística, más conocida como Eurostat, publica una tasa de dependencia energética, que muestra la proporción de energía que una economía debe importar. Además, la UE utiliza una serie más extensa de indicadores de dependencia energética, que en conjunto revelan la vulnerabilidad de un país ante una crisis de precios o interrupciones prolongadas en el suministro.

Los resultados son mixtos: la tasa para la UE aumentó apenas del 56 al 58% entre el 2000 y 2018, pero la situación es distinta según el país. La tasa es superior al 90% en Malta, Luxemburgo y Chipre, e inferior al 25% en Rumanía, Dinamarca y Estonia. Y las tendencias también varían. La ahora menor producción interna de países productores como Dinamarca o Países Bajos ha incrementado su tasa de dependencia energética, mientras que Estonia ha alcanzado la autosuficiencia con la técnica del fracking.

En 2019, el principal producto energético que la UE importó fue el petróleo crudo y derivados, que representaron casi dos tercios de las importaciones de energía, el triple en proporción que el gas natural y más de diez veces la del carbón. Rusia es el principal abastecedor de productos energéticos a la UE, con cuotas superiores al 40% en carbón y gas natural, y de un 30% en petróleo crudo en 2018. En este último caso, la UE tiene más proveedores que en las otras dos fuentes de energía, donde la oferta se encuentra mucho más concentrada. No obstante, existen diferencias según el Estado miembro, algunos con más proveedores y otros dependientes de uno solo, siendo vulnerables ante las interrupciones del suministro o averías en la infraestructura. Por ejemplo, mientras que Francia y España tienen varios proveedores de petróleo y gas natural, Eslovaquia o Finlandia dependen de Rusia casi como único proveedor externo.

Existen varios desafíos y preocupaciones sobre la vulnerabilidad del suministro. Por un lado está el riesgo frente a accidentes, desastres naturales y ciberataques a la infraestructura crítica. Por otro, Bruselas enfrenta el factor geopolítico ante una nueva crisis política o militar, por ejemplo, en la entrega de gas natural ruso a través de Ucrania o de petróleo en el estrecho de Ormuz. De fondo, también preocupan los cambios en los flujos de energía hacia economías emergentes, sobre todo China e India, que restrinjan la oferta de energía disponible para Europa. Los Veintisiete lo saben y han desarrollado estrategias y políticas para aumentar su seguridad energética.

¿Cómo asegurar el suministro de energía hacia Europa?

Para cualquier país ha sido vital tener un suministro de energía seguro desde que el carbón y el petróleo se convirtieron en fuerza motriz de la industrialización y para el desarrollo de la sociedad moderna. El control de recursos energéticos ha motivado guerras en Europa, pero la energía también fue parte del origen de la UE. El Tratado de París de 1951 sobre el carbón y el acero entre Francia, Italia, Alemania Occidental y el Benelux apenas seis años después del fin de la Segunda Guerra Mundial fue el germen de la Unión actual. En esa línea, en 1957 se creó la Comunidad Europea de la Energía Atómica, o Euratom, para coordinar la política común de energía atómica.

La seguridad energética ha sido clave para las políticas comunitarias y nacionales, pues el buen funcionamiento de la economía está ligado con suministros de energía eficientes y sostenibles. En la UE, las subidas en el precio del petróleo desde principios del siglo XXI y las crisis del gas entre Ucrania y Rusia por disputas políticas y sobre las tarifas encendieron las alarmas en Bruselas y otras capitales. Los gasoductos rusos pasan por Ucrania rumbo al bloque, y esas disputas entre Moscú y Kiev desembocaron en que Gazprom, la empresa estatal rusa de gas, le cerrara el grifo a Ucrania por falta de acuerdo sobre el precio e impagos. La situación se repitió en los inviernos de 2005 a 2006, 2008 a 2009 y 2014, y causó desabastecimientos durante semanas en Polonia, Hungría o Alemania.

Tras la disputa de 2006 entre Moscú y Kiev, la Comisión Europea introdujo su primera política energética común para diversificar y ampliar las rutas y fuentes de suministro de energía. Desde entonces, la UE ha promovido estrategias, reformas e iniciativas de cara a prevenir y gestionar futuras crisis. Además, la legislación europea obliga desde 2009 a los Estados miembros a mantener reservas mínimas de petróleo equivalentes a mínimo noventa días de importaciones netas o 61 días de consumo, lo que sea mayor.

En mayo de 2014, la Comisión dio un paso fundamental en materia de integración con su Estrategia de Seguridad Energética. Bruselas proponía medidas para fortalecer los mecanismos de emergencia y solidaridad, y para proteger mejor la infraestructura crítica. La intención era consolidar el mercado de energía interno y construir la infraestructura que faltaba. Una tarea nada fácil, pero necesaria, pues eliminaría los cuellos de botella internos, como la falta de interconexión de las redes eléctricas entre países, y daría respuesta rápida y eficaz a posibles interrupciones del suministro, al poder redirigir los flujos de energía dentro de la Unión. La preocupación principal para los Estados miembros pasaba por la seguridad del suministro, pero la sufrían más en regiones poco integradas y conectadas, como el Báltico y parte de Europa del Este.

El siguiente paso se dio en marzo de 2015, cuando los jefes de Estado europeos aprobaron un plan para crear la Unión de la Energía. Esta iniciativa pretende reforzar la seguridad energética de la UE, integrar más el mercado de energía interno, mejorar la eficiencia del sector, descarbonizar la economía en línea con el Acuerdo climático de París y desarrollar investigación e innovación relacionadas con la energía. Por otro lado, la Comisión Europea dio a conocer en 2016 un conjunto de medidas de seguridad energética para reforzar el bloque ante interrupciones en el suministro de gas. Estas medidas se basan en el «principio de solidaridad», que obliga a los Estados miembros a ayudar a sus vecinos frente a nuevas crisis de suministro. Sin embargo, aunque esa “solidaridad energética” es una base del proceso de integración europea y la piedra angular de la política energética de la Unión, no se ha definido cómo debería implementarse.

Otra pieza importante de la estrategia comunitaria para impulsar la seguridad energética es el aumentar el acceso al gas natural licuado (GNL) y al almacenamiento de gas. Durante la última década, y en el marco de la lista de Proyectos de Interés Común de la Comisión Europea, el desarrollo de infraestructuras para importar GNL ha contribuido a reducir la dependencia en las importaciones de gas natural convencional y a aumentar los proveedores. Los países bálticos notan el cambio. Lituania dependía del gas convencional ruso, pero desde que construyó en 2014 una terminal de regasificación, para transformar el GNL en gas natural convencional, ha reducido a la mitad el precio de importación y cubre alrededor de la mitad de sus necesidades con GNL de Noruega y, en menor medida, Estados Unidos. Por su parte, Letonia ahora puede almacenar suficiente gas para abastecerse durante meses.

La Unión también se ha valido del poder regulatorio y la diplomacia. Ha estrechado la colaboración con los países proveedores para intentar despolitizar el comercio de energía y desarrollar nuevas rutas de tránsito, por ejemplo, en el Cáucaso, con el nuevo gasoducto TAP desde Azerbaiyán. No obstante, pese a contribuir a la integración, estas medidas apenas mitigan las dificultades energéticas en Europa, que son estructurales.

La geopolítica de la energía en la UE

En la UE existen intereses comunes en política energética, sobre todo para integrar mejor el mercado y tener una sola voz hacia el exterior. Sin embargo, como es usual en el bloque, también existen diferencias entre regiones y países, que valoran distinto los riesgos geopolíticos de cada decisión. Por ejemplo, mientras que los países del Báltico y Polonia buscan depender menos de Rusia, también en materia energética, Alemania o Francia se sienten más cómodos en una relación económica más estrecha con Moscú. 

La seguridad de suministro de gas natural es cada vez más relevante en el plano económico y geopolítico. Los proveedores son pocos y no se reemplazan con facilidad. Además, los suministros dependen de infraestructuras vitales, como gasoductos o terminales de GNL, que requieren importantes recursos para su construcción y mantenimiento. Existen dos tipos de riesgos geopolíticos derivados del suministro de gas: una interrupción inmediata y que el suministro sea insuficiente para satisfacer la demanda. En ambos casos, la UE debe confiar en su capacidad diplomática con Rusia, Noruega y Argelia, los mayores proveedores de gas natural convencional al bloque, y los dos primeros también de petróleo.

Desde la llegada de Vladímir Putin al Kremlin, Rusia ha empezado a aprovechar sus instrumentos económicos para sus fines geopolíticos. Moscú ha recuperado recursos financieros e influencia gracias a sus ingresos por las exportaciones de energía, las estructuras industriales estatales y, en el sector del gas, el control de la infraestructura, junto con las altas cuotas de mercado y el predominio sobre países compradores. Rusia es uno de los tres mayores productores de petróleo y gas natural del mundo y depende mucho de los ingresos de las exportaciones de hidrocarburos, que financian buena parte del presupuesto estatal. La energía seguirá siendo fundamental en la compleja relación entre Bruselas y Moscú debido la proximidad geográfica y las enormes reservas de recursos naturales de Rusia, sobre todo de gas natural, sumado a la falta de alternativas viables para Europa.

La relación con Noruega también es esencial, pues es el segundo máximo proveedor de gas natural e importante proveedor de petróleo de la Unión. No obstante, las relaciones con Oslo gozan de buena salud y el riesgo geopolítico es mínimo: el país escandinavo, aunque fuera de la Unión, es un socio estratégico, miembro de la OTAN y una democracia plena, a diferencia de Rusia y Argelia.

Argelia es el tercer proveedor de gas de la Unión, que es la mayor importadora de gas argelino. Para los países del sur de Europa, como España, la relación con el país norteafricano es clave. La inestabilidad política en Argelia se observa con inquietud desde el otro lado del Mediterráneo, ante el riesgo de que puedan perjudicar el suministro. Con todo, el gas argelino tiene cada vez más competencia con la fuerte irrupción del GNL en el mercado europeo, y su situación como productor es cada vez menos halagüeña por la mala gestión y falta de inversión del Gobierno argelino.

El GNL se ha convertido en una fuente de competencia y flexibilidad en el mercado de gas, reforzando la seguridad de suministro y contrarrestando la caída de la producción de la UE. Estados Unidos, Catar y Nigeria, pero también Rusia, han aumentado sus exportaciones de GNL a la Unión. La interdependencia energética entre Estados Unidos y los Veintisiete es cada vez mayor: el mercado europeo representa la mitad de las exportaciones de GNL estadounidense y Washington es ya el principal proveedor de GNL de la Unión, con cerca del 30%.

Por ello Estados Unidos también presiona, impone sanciones a empresas y eleva el tono contra algunos Estados miembros, especialmente Alemania, para bloquear la finalización del gasoducto Nord Stream 2. Este proyecto doblaría la capacidad de envío de gas natural convencional directamente de Rusia a Alemania a través del mar Báltico. Sus críticos argumentan que va contra los principios de la política energética común, que reforzará la dependencia energética con Rusia y que debilitará política y económicamente a países de tránsito como Ucrania. Por su parte, Alemania argumenta que es un proyecto necesario y que ayudará a despolitizar el comercio de energía entre la UE y Rusia.

Por último, el Mediterráneo oriental también ha cobrado importancia en la agenda energética europea. La disputa por controlar las reservas de gas natural halladas en la región en los últimos años ha tensado las relaciones de la UE, sobre todo de Grecia y Chipre, con Turquía. Ankara busca explotar estos recursos y posicionarse como centro energético, al ser un país de tránsito para el gas procedente del golfo Pérsico, Rusia y el mar Caspio. Israel también ha entrado en la ecuación con el hallazgo de reservas frente a sus costas en la última década. Todo esto choca con los intereses de la UE de despolitizar el comercio de energía y de ganar autonomía energética.

La transición energética, una oportunidad única

Al reto de la seguridad energética de Europa se le une ahora el cambio climático. La transición energética pretende contrarrestar esa crisis, reemplazando a largo plazo los combustibles fósiles por energías renovables, como la solar y eólica. Este cambio de modelo entrelaza tres ejes: descarbonizar el sistema eléctrico, electrificar la economía y aumentar la eficiencia energética. Los dos primeros están aún más ligados, pues descarbonizar la generación eléctrica con energías renovables permitirá electrificar y descarbonizar procesos que dependen de combustibles fósiles, como el transporte terrestre o algunas industrias. El tercero responde a un consumo de energía menor y más eficiente, por ejemplo, gracias a la mejora del aislamiento de los edificios.

Buena parte de estos cambios ya están en marcha a nivel nacional y han ganado peso en Bruselas. La Comisión introdujo en 2006 la sostenibilidad medioambiental como elemento indisoluble de su estrategia energética, y en 2013 presentó una nueva estrategia para casar la política energética y climática. Ahora, con la pandemia, los fondos de recuperación de la UE tienen un fuerte componente climático, abarcando un 30% del presupuesto. El Pacto Verde Europeo pretende ser la piedra angular para transformar el modelo productivo y descarbonizar la economía. Sin embargo, su aplicación dependerá de la capacidad de la Unión para remar en una misma dirección y gestionar las distintas velocidades de los Veintisiete, también en este ámbito. En Alemania, Dinamarca o España, la transición energética marcha desde principios de siglo, mientras que en Polonia, Hungría o la República Checa apenas comienza. 

La cuestión energética es prioritaria para la UE y un quebradero de cabeza en muchas capitales. En sus objetivos de desarrollo a largo plazo destaca la seguridad energética, pero las diferentes visiones entre Estados dificultan unificar la voz de cara al exterior y marcan la vulnerabilidad del bloque. Aunque la UE persigue objetivos medioambientales, económicos, sociales y geopolíticos en conjunto, cada país tiene una estructura económica y energética distinta, unos intereses y prioridades propios, y un entorno sociopolítico particular. Aun así, Bruselas ha dado pasos importantes en integración energética, y descarbonizar la economía se postula como la vía principal de recuperación pospandemia. Las futuras decisiones geopolíticas, comerciales y sobre la transición marcarán si Europa puede solventar la cuestión energética o si, por el contrario, seguirá como motivo de discordia y dependencia estratégica para la Unión.

Fuente: https://elordenmundial.com/la-inseguridad-energetica-de-la-union-europea/?utm_source=hs_email&utm_medium=email&utm_content=123323313&_hsenc=p2ANqtz-9qYchoBq82nt9VBXQIGqkmw9xyS-K1ttReeGNnQwk4ayQfY9613T2yqN3vYuZLp-0UOy6Kvnx8INpwAtpb-vaFkVwa9g   

Por Pepe Escobar ( corresponsal itinerante de Asia Times, )

El discurso de Putin ante la Asamblea Federal rusa -un Estado de la Nación de facto- fue una jugada de judo que dejó a los halcones de la esfera atlantista particularmente atónitos.

El «Occidente» ni siquiera fue mencionado por su nombre. Sólo indirectamente, o a través de una deliciosa metáfora, el Libro de la Selva de Kipling. La política exterior sólo se abordó al final, casi como una idea tardía.

Durante casi una hora y media, Putin se concentró en los asuntos internos, detallando una serie de políticas que suponen la ayuda del Estado ruso a los necesitados -familias con bajos ingresos, niños, madres solteras, jóvenes profesionales, los más desfavorecidos- con, por ejemplo, controles sanitarios gratuitos hasta la posibilidad de una renta universal en un futuro próximo.

Por supuesto, también tendría que abordar el actual estado de las relaciones internacionales, muy volátil. La forma concisa que eligió para hacerlo, contrarrestando la rusofobia imperante en la esfera atlantista, fue bastante sorprendente.

Primero, lo esencial. La política de Rusia «es garantizar la paz y la seguridad para el bienestar de nuestros ciudadanos y para el desarrollo estable de nuestro país».

Sin embargo, si «alguien no quiere… dialogar, sino que elige un tono egoísta y arrogante, Rusia siempre encontrará la manera de defender su posición».

Destacó «la práctica de las sanciones económicas ilegales por motivos políticos» para relacionarla con «algo mucho más peligroso», y de hecho invisible en la narrativa occidental: «el reciente intento de organizar un golpe de estado en Bielorrusia y el asesinato del presidente de ese país». Putin se aseguró de subrayar que «se han cruzado todos los límites».

El complot para asesinar a Lukashenko fue desvelado por la inteligencia rusa y bielorrusa -que detuvo a varios actores respaldados, quién si no, por la inteligencia estadounidense. El Departamento de Estado estadounidense negó, como era de esperar, cualquier implicación.

Putin: «Merece la pena señalar las confesiones de los participantes detenidos en la conspiración de que se estaba preparando un bloqueo de Minsk, incluyendo su infraestructura urbana y las comunicaciones, el cierre completo de toda la red eléctrica de la capital bielorrusa. Esto, por cierto, significa la preparación de un ciberataque masivo».

Y esto nos lleva a una verdad muy incómoda: «Al parecer, no es por nada que nuestros colegas occidentales han rechazado obstinadamente numerosas propuestas de la parte rusa para establecer un diálogo internacional en el ámbito de la información y la ciberseguridad.»

«Asimétrico, rápido y duro»

Putin comentó cómo «atacar a Rusia» se ha convertido en «un deporte, un nuevo deporte, quién hace las declaraciones más ruidosas». Y luego se puso en plan Kipling: «Rusia es atacada aquí y allá sin razón alguna. Y, por supuesto, todo tipo de pequeños tabaquis [chacales] corren por ahí como Tabaqui corría alrededor de Shere Khan [el tigre ] – todo es como en el libro de Rudiyard Kipling, «El Libro de La Selva»- aullando y dispuestos a servir a su soberano. Kipling era un gran escritor».

La metáfora -con sus matices- es aún más sorprendente, ya que se hace eco del Gran Juego geopolítico de finales del siglo XIX entre los imperios británico y ruso, del que Kipling fue protagonista.

Una vez más, Putin tuvo que subrayar que «no queremos quemar ningún puente. Pero si alguien percibe nuestras buenas intenciones como indiferencia o debilidad y pretende quemar esos puentes por completo o incluso volarlos, debe saber que la respuesta de Rusia será asimétrica, rápida y dura».

Así que aquí está la nueva ley de la jungla geopolítica – respaldada por el Sr. Iskander, el Sr. Kalibr, el Sr. Avangard, el Sr. Peresvet, el Sr. Khinzal, el Sr. Sarmat, el Sr. Zircon y otros caballeros muy respetados, hipersónicos y de otro tipo, que luego se felicitaron en el registro. Aquellos que atizan al Oso hasta el punto de amenazar «los intereses fundamentales de nuestra seguridad lamentarán lo que se ha hecho, como no han lamentado nada durante mucho tiempo».

Los sorprendentes acontecimientos de las últimas semanas -la cumbre entre China y Estados Unidos en Alaska, la cumbre entre Lavrov y Wang Yi en Guilin, la cumbre de la OTAN, el acuerdo estratégico entre Irán y China, el discurso de Xi Jinping en el foro de Boao- se unen ahora en una cruda nueva realidad: la era de un Leviatán unilateral que impone su voluntad de hierro ha terminado.

Para los rusófobos que aún no han captado el mensaje, un Putin frío, tranquilo y sereno se vio obligado a añadir: «Está claro que tenemos suficiente paciencia, responsabilidad, profesionalidad, confianza en nosotros mismos, seguridad en la corrección de nuestra posición y sentido común a la hora de tomar cualquier decisión. Pero espero que a nadie se le ocurra cruzar las llamadas líneas rojas de Rusia. Y dónde van, lo determinamos nosotros mismos en cada caso concreto».

De vuelta a la realpolitik, Putin tuvo que subrayar una vez más la «especial responsabilidad» de los «cinco estados nucleares» para discutir seriamente «cuestiones relacionadas con el armamento estratégico». Es una cuestión abierta si la administración Biden-Harris – detrás de la cual se encuentra un cóctel tóxico de neoconservadores e imperialistas humanitarios – estará de acuerdo.

Putin: «El objetivo de tales negociaciones podría ser crear un entorno de coexistencia sin conflictos, basado en la igualdad de seguridad, que abarque no sólo las armas estratégicas, como los misiles balísticos intercontinentales, los bombarderos pesados y los submarinos, sino también, me gustaría subrayar, todos los sistemas ofensivos y defensivos capaces de resolver tareas estratégicas, independientemente de su equipamiento.»

Aunque el discurso de Xi en el foro de Boao se dirigió sobre todo al Sur Global, Putin destacó cómo «estamos ampliando los contactos con nuestros socios más cercanos en la Organización de Cooperación de Shanghái, los BRICS, la Comunidad de Estados Independientes y los aliados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva», y ensalzó «los proyectos conjuntos en el marco de la Unión Económica Euroasiática», anunciados como «herramientas prácticas para resolver los problemas del desarrollo nacional.»

En pocas palabras: integración de hecho, siguiendo el concepto ruso de la «Gran Eurasia».

«Tensiones que rozan los niveles de guerra»

Ahora compare todo lo anterior con la Orden Ejecutiva (OE) de la Casa Blanca que declara una «emergencia nacional» para «hacer frente a la amenaza rusa».

Esto está directamente relacionado con el presidente Biden -en realidad el equipo que le dice lo que tiene que hacer, con auricular y teleprompter- prometiendo al presidente ucraniano Zelensky que Washington «tomaría medidas» para apoyar los deseos de Kiev de recuperar Donbass y Crimea.

Hay varias cuestiones que llaman la atención en esta OE. Niega, de facto, a cualquier ciudadano ruso los plenos derechos sobre sus propiedades en Estados Unidos. Cualquier residente en Estados Unidos puede ser acusado de ser un agente ruso dedicado a socavar la seguridad de Estados Unidos. Un subpárrafo (C), que detalla «acciones o políticas que socavan los procesos o instituciones democráticas en los Estados Unidos o en el extranjero», es lo suficientemente vago como para ser utilizado para eliminar cualquier periodismo que apoye las posiciones de Rusia en los asuntos internacionales.

Se ha sancionado la compra de bonos rusos OFZ, así como a una de las empresas implicadas en la producción de la vacuna Sputnik V. Pero la cereza de este pastel de sanciones puede ser que, a partir de ahora, todos los ciudadanos rusos, incluidos los que tienen doble nacionalidad, pueden tener prohibida la entrada en territorio estadounidense, salvo mediante una rara autorización especial que se añade al visado ordinario.

El periódico ruso Vedomosti ha señalado que en un ambiente tan paranoico los riesgos para grandes empresas como Yandex o Kaspersky Lab aumentan considerablemente. Aun así, estas sanciones no han sido recibidas con sorpresa en Moscú. Lo peor está por llegar, según los conocedores de la Ruta de la Seda: dos paquetes de sanciones contra Nord Stream-2 ya aprobados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos.

El punto crucial es que esta Orde Ejecutiva sitúa de facto a cualquiera que informe sobre las posiciones políticas de Rusia como una amenaza potencial para la «democracia estadounidense». Como ha señalado el destacado analista político Alastair Crooke, se trata de un «procedimiento habitualmente reservado a los ciudadanos de Estados enemigos en tiempos de guerra». Crooke añade: «Los halcones estadounidenses están subiendo la apuesta de forma feroz contra Moscú. Las tensiones y la retórica están rozando niveles de guerra».

Es una cuestión abierta si el Estado de la Nación de Putin será examinado seriamente por el tóxico combo lunático de neoconservadores e imperialistas humanitarios empeñados en acosar simultáneamente a Rusia y China.

Pero el hecho es que ya ha empezado a suceder algo extraordinario: una especie de «desescalada».

Incluso antes del discurso de Putin, Kiev, la OTAN y el Pentágono aparentemente captaron el mensaje implícito en el hecho de que Rusia trasladara dos ejércitos, enormes baterías de artillería y divisiones aerotransportadas a las fronteras del Donbass y de Crimea, por no mencionar los principales activos navales trasladados del Caspio al Mar Negro. La OTAN no podría ni soñar con igualar eso.

Los hechos en diferentes terrenos lo dicen todo. Tanto París como Berlín estaban aterrorizados por un posible enfrentamiento de Kiev directamente contra Rusia, y presionaron furiosamente en contra, pasando por alto a la Unión Europea y a la OTAN.

Entonces, alguien -podría haber sido Jake Sullivan- debió susurrar en el auricular del muñeco de pruebas de choque que no se puede ir por ahí insultando al jefe de un Estado nuclear y esperar mantener la «credibilidad» mundial. Así que después de esa ya famosa llamada de «Biden» a Putin llegó la invitación a la cumbre sobre el cambio climático, en la que cualquier promesa elevada es en gran medida retórica, ya que el Pentágono seguirá siendo la mayor entidad contaminante del planeta Tierra.

Así que Washington puede haber encontrado una forma de mantener al menos una vía de diálogo abierta con Moscú. Al mismo tiempo, Moscú no se hace ninguna ilusión de que el drama Ucrania/Donbass/Crimea haya terminado. Aunque Putin no lo haya mencionado en el Estado de la Nación. Y aunque el ministro de Defensa Shoigu haya ordenado una desescalada.

El siempre inestimable Andrei Martyanov ha señalado alegremente el «choque cultural cuando Bruselas y Washington D.C. empezaron a sospechar que Rusia no «quiere» a Ucrania. Lo que Rusia quiere es que este país se pudra en implosiones, sin que los excrementos de esta implosión golpeen a Rusia. Que Occidente pague la limpieza de este «cluster de mierda» (clusterf**k) también está en los planes rusos para el Bantustán ucraniano».

El hecho de que Putin ni siquiera mencionara Bantustán en su discurso corrobora este análisis. En cuanto a las «líneas rojas», el mensaje implícito de Putin sigue siendo el mismo: no se tolerará una base de la OTAN en el flanco occidental de Rusia. París y Berlín lo saben. La UE lo niega. La OTAN siempre se negará a admitirlo.

Siempre volvemos a la misma cuestión crucial: si Putin será capaz, contra todo pronóstico, de hacer una jugada combinada de Bismarck y Sun Tzu y construir una entente cordiale germano-rusa duradera (y eso está muy lejos de ser una «alianza»). Nord Stream-2 es una pieza esencial del engranaje, y eso es lo que está volviendo locos a los halcones de Washington.

Pase lo que pase, a efectos prácticos el Telón de Acero 2.0 ya está en marcha, y simplemente no desaparecerá. Habrá más sanciones. Se ha lanzado todo al Oso menos una guerra caliente. Será inmensamente entretenido ver cómo, y a través de qué pasos, Washington se involucrará en un «proceso de desescalada y diplomático» con Rusia.

El Hegemónico siempre puede encontrar la manera de desplegar una campaña masiva de relaciones públicas y, en última instancia, reclamar un éxito diplomático en la «disolución» del impasse. Bueno, eso ciertamente es mejor que una guerra caliente. Por lo demás, a los aventureros del Libro de la Selva se les ha aconsejado: intenten cualquier cosa divertida y prepárense para un encuentro «asimétrico, rápido y duro».

FUENTE: https://www.radiohc.cu/especiales/exclusivas/255259-putin-reescribe-la-ley-de-la-selva-geopolitica

En la revolución que está sufriendo el mundo en estos últimos tiempos, sin dudas la escalada de tensiones entre USA-China y la pandemia por covid-19 se llevan el Oscar a los protagonistas del año, si no de la década. Jorge Castro analista internacional y presidente del Instituto de Planeamiento Estratégico (IPE) nos explica que ésta sucediendo en el sistema internacional y en la región.

Por Gretel Zeniquel

En la revolución que está sufriendo el mundo en estos últimos tiempos, sin dudas la escalada de tensiones entre USA-China y la pandemia por covid-19 se llevan el Oscar a los protagonistas del año, y me atrevo a decir de la década. 

La relación USA-China

Según Castro, la República Popular de China ya no acepta la primacía estratégica de USA bajo el gobierno del demócrata Joe Biden, como sí lo hacía con su predecesor en el poder, Donald Trump. Esto se da «fundamentalmente por las situación política interna» del país norteamericano. 

«Estados Unidos experimenta una crisis política de envergadura que, probablemente es la más grave de la historia norteamericana desde la Guerra Civil (1861-1865)», resalta el autor del libro «El Desarrollismo del Siglo XXI».

Y explica: «La razón de esta crisis política es que la mitad del electorado estadounidense rechaza los resultados electorales del 3 de noviembre pasado y considera que estos, que le dieron el triunfo a Biden y a los demócratas, han sido fraguados. Es decir, la mitad del electorado de Estados Unidos no reconoce la legitimidad de Joe Biden»

Debido a que este hecho no tuvo nunca lugar en la historia de USA, lo deja en «una situación de debilidad internacional»,  dice Castro. Y aclara que no es un problema económico porque «Estados Unidos experimenta un boom» en este sector. «El problema es estrictamente político», concluye el analista internacional.

Al preguntarle si habrá alguna diferencia sustancia en la dirección de las políticas Biden con respecto a Trump, Castro aseguró que el actual mandatario «seguirá los lineamientos esenciales establecidos» por su predecesor. Sobre todo con respecto a China. 

«El gobierno de Trump, en diciembre de 2017 dio a conocer su estrategia de seguridad nacional que establece que su principal rival geopolítico del sigo XXI es la República Popular China y, por lo tanto, hay una competencia estratégica ineludible entre las dos superpotencias», dijo el analista internacional.

Siguiendo esta línea, se planteó la posibilidad de terminar en una guerra abierta como resultado de la «Trampa de Tucídides» y Castro aseguró que «el hecho de que haya ocurrido en ciertas circunstancias de la historia, no significa que vaya a ocurrir en el momento actual»

«Al mismo tiempo que la competencia estratégica se acentúa, en la actualidad, hay procesos de cooperación ineludible», subrayó el presidente del IPE. 

«Por ejemplo el comercio bilateral entre USA y China en 2021 se encuentra en niveles récords históricos, ha aumentado el 61%. Esto significa que el auge y la acentuación de la competencia estratégica entre las dos superpotencias del momento actual, esta acompañada por el hecho de que son los dos principales países del mundo que están cada vez más integrados. Esto parece una paradoja, pero no lo es porque establece los términos en los cuales se realiza esta competencia, donde lo militar está excluido al igual que la idea de separación entre los dos protagonistas del conflicto de nuestra época», explicó. 

Y agregó: «El cálculo que conviene hacer es el siguiente: en 1960, el momento más álgido de la Guerra Fría, el comercio bilateral entre USA y la URSS era de 2.000 millones de dólares por año. En este momento, el comercio bilateral entre USA y República Popular China es de 2.000 millones de dólares por día»

La situación en América Latina

Las políticas de Biden, según Castro, seguirán los trazos de Trump también en nuestra región, no sólo con respecto a la cuestión venezolana y a Cuba, sino también con México por ejemplo.

«El punto que conviene subrayar es que hay un dato estratégico que vincula a los dos partidos estadounidenses, el demócrata y el republicano: hay un completo consenso para convalidar la iniciativa de Trump de formular un nuevo acuerdo de libre comercio en América del Norte, un nuevo NAFTA. Esta iniciativa fue convalidada en ambas Cámaras por el voto casi unánime de los dos partidos. Este nuevo Nafta abarca a Canadá y a México», detalló Castro.Y señaló que «México se transformó en un país esencialmente norteamericano, integrado plenamente a la economía de Estados Unidos y Canadá». 

Sin embargo, el cambio fundamental que está pendiente en América del Sur de parte del gobierno del actual mandatario de USA es hacia Brasil. «Esto por dos motivos: primero porque el gobierno de Jair Bolsonaro fue el principal aliado de Trump en Latinoamérica y esta situación se modificó. Al mismo, hay que tomar en cuenta que Brasil es el país más relevante de la región. El 51% del producto bruto regional es la economía brasileña. El 74% del producto bruto del MERCOSUR es Brasil. De modo que lo que sucede entre USA y Brasil es el elemento decisivo del gobierno de Biden en la región», remarcó Castro. 

Estos últimos días, además, se han corrido rumores sobre una base china en Argentina debido a la visita de dos funcionarios muy cercanos a Biden para conversar con Alberto, pero Jorge Castro dijo que «son leyendas urbanas». 

«Son leyendas urbanas. No hay tal cosa. No hay ni una base militar en Neuquén. Lo que hay es una instalación astronómica para seguir la investigación del ultraespacio, situado más allá de la atmósfera, por un acuerdo establecido en su momento por un acuerdo entre China y Argentina, con la mediación y asociación del organismo argentino encargado de las actividades espaciales CONAE, el cual, además, tiene pleno acceso a las instalaciones de Neuquén y, por lo tanto, puede utilizar sus servicios para sus propias investigaciones», desmintió Castro.  

Y explicó que «en el mismo camino, en Malargüe, Mendoza, hace 18 años que hay una instalación astronómica de similares características que en Neuquén, sólo que establecida por la Unión Europea y no causó ninguna preocupación estratégica de ningún país del mundo ni menos de Estados Unidos»

«Lo que hay es la creación de una zona aduanera para que los productos importados por la zona franca de Tierra del Fuego puedan ser distribuidos con un criterio moderno automatizado no sólo a Argentina sino, también, a otras partes del mundo. En esto hay un interés y participación de un consorcio de empresas donde están algunas e las principales empresas logísticas chinas», detalló Castro. 

La pandemia por coronavirus

La explosión del covid-19 puso patas para arriba al mundo en general, pero Castro dice que hay que mirarlo de la siguiente manera: «hay un proceso masivo de vacunación de la población del planeta, comenzando por los dos principales países del mundo que son China y Estados Unidos».

«En este momento Estados Unidos está vacunando a un promedio de 4 millones de personas por día. A este ritmo de vacunación, la población estadounidense inmunizada va a superar el 70% de los 340 millones de USA entre los meses de mayo y junio de este año. En el caso de China, que logró controlar la pandemia por coronavirus sin recurrir a la vacunación, va a comenzar a inmunizar a su población recién ahora, pero para el mes de julio de este año más del 40% (1.400.000 millones de chinos) este vacunada, y más del 60% en diciembre del 2021», precisó Castro. 

Sin embargo, «el dato fundamental es que faltan dosis en el mundo porque la vacunación es masiva», concluyó. 

FUENTE: https://urgente24.com/mundo/global/sobre-las-bases-militares-hay-leyendas-urbanas-lo-decisivo-para-biden-en-la-region-es

Jorge Castro analista internacional y presidente del Instituto de Planeamiento Estratégico (IPE)

Lo libros de historia dirán que Argentina se convirtió en el primer país en Latinoamérica en iniciar la producción de la vacuna rusa contra el coronavirus Sputnik V. Un hecho que fue anunciado por el Fondo Ruso de Inversión Directa [RDIF] de Rusia. Se trata de un gran triunfo geopolítico de Rusia, según el analista Carlos Pereyra Mele.

AUDIO: https://video.img.ria.ru/Out/MP3/20210426/2021_04_26_QP2104_jzg3n1ri.35x.mp3

Confianza

Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, incide en que este hecho constata una clara demostración de confianza hacia la vacuna rusa por parte de Argentina. El experto recuerda que «esta vacuna que ha recibido, desde que fue registrada como la primera a nivel global, una oleada de agresividad, de ataques».El analista recuerda que desde Occidente denunciaban, sin pruebas, de que el fármaco ruso no reunía las condiciones técnicas para poder afirmar de que era eficaz. «Luego, cuando la revista The Lancet dijo que esta vacuna era una de las más eficaces, inmediatamente variaron los discursos a nivel global, y por supuesto que en nuestro país [Argentina] se repetía fundamentalmente en algunos partidos de la oposición salvaje que vivimos por estos tiempos en América del Sur, y en Argentina en particular

«La vacuna pasó de ser negada, ninguneada, agredida, a ser la más aceptada por la población [argentina]», de acuerdo a Pereyra Mele.

De acuerdo al analista, las últimas encuestas que han realizado encuestadoras fuertes y grandes de Argentina, han llegado a la conclusión de que todo el mundo intenta recibir la vacuna Sputnik V, antes que algunas otras de otras farmacéuticas y de otras naciones.»Esto es muy importante, porque si uno lo analiza desde el punto de vista geopolítico, es un triunfo geopolítico de la Federación Rusa ante toda esta campaña de desprestigio, de ninguneo, que fue global y que en las Américas, y que fundamentalmente en la América del Sur, fue salvaje, fue durísima», explica.»Por ejemplo, aquí en la Argentina, una ‘señora tradicional’, una ‘pitonisa’ que permanentemente nos habla de que la Argentina marcha hacia la destrucción total, la señora [ex diputada nacional Elisa] Carrió, dijo que Sputnik V era un veneno.

Y otros miembros del Parlamento que son de la oposición dijeron ‘no sé qué carajo le están metiendo a nuestros viejos’. Lo dijeron públicamente. Y nadie se ha retractado, nadie ha hecho un ‘mea culpa'», advierte Pereyra Mele.»Ahora pasa que no alcanza la producción para vacunar a la gente. Esta implementación en territorio argentino trae justamente eso: alcanzar los niveles de vacunación que necesita la población, tanto argentina como latinoamericana, y que va a ser un gran proveedor, en este caso, el laboratorio Richmond», concluye Carlos Pereyra Mele.

La Cancillería turca destaca que «rechaza por completo» la declaración de Biden.

La Cancillería turca informó haber convocado al embajador de EE.UU. en Ankara a raíz de que el presidente Joe Biden reconociera como genocidio las masacres de armenios en el Imperio otomano, y agregó haberle transmitido al diplomático la «fuerte reacción» de Turquía.

Desde el ministerio turco señalaron que el viceministro de Exteriores, Sedat Onal, le comunicó al embajador estadounidense, David Satterfield, que la declaración del presidente norteamericano no tenía base legal y que Ankara «la rechazó, la encontró inaceptable y la condenó en los términos más duros». Agregó, además, que la declaración había causado una «herida en las relaciones que será difícil de reparar».

«Esta declaración de EE.UU., que distorsiona los hechos históricos, nunca será aceptada en la conciencia del pueblo turco y abrirá una herida profunda que socava nuestra confianza y amistad mutuas», enfatizó la Cancillería turca.

Se informó también de que las misiones diplomáticas de EE.UU. en Turquía permanecerán cerradas los próximos lunes y el martes como «medida de precaución». En particular, estarán cerrados la Embajada de EE.UU. en Ankara, el Consulado General de EE.UU. en Estambul, el Consulado de EE.UU. en Adana y la Agencia Consular de EE.UU. en Esmirna.

Previamente, el ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, destacó que Turquía «rechaza por completo» el reconocimiento de Biden. «No tenemos nada que aprender de nadie sobre nuestro propio pasado. El oportunismo político es la mayor traición a la paz y la justicia. Rechazamos por completo esta declaración basada únicamente en el populismo», escribió Cavusoglu en Twitter.

El portavoz presidencial turco, Ibrahim Kalin, dijo, a su vez, que EE.UU. debería mirar su propio pasado en respuesta al reconocimiento por parte del presidente Joe Biden de las masacres de armenios en 1915 en el Imperio otomano como genocidio.

Por su parte, el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, acogió con beneplácito la decisión de Biden de reconocer el genocidio. Afirmó que encomia «la posición de principio [de EE.UU.] que es un paso poderoso en el camino hacia la verdad y justicia histórica, un apoyo inestimable a los herederos de las víctimas del genocidio de los armenios».

Sobre el asunto, el analista y director de Dossier Geopolítico, Carlos Alberto Pereyra Mele, opina que actualmente EE.UU. revisa el papel de Turquía como su aliado clave en la región.

FUENTE: https://actualidad.rt.com/actualidad/390365-cancilleria-turca-convocar-embajador-eeuu

La división más crítica entre ambos es la geopolítica y las percepciones de quién es amigo y enemigo, en lo que tiene que ver con la visión de China.

POR: IAN BREMMER

Donald Trump cambió Estados Unidos, no tanto como querían sus partidarios, pero más de lo que esperaban sus críticos. Sin embargo, este no fue el único país que cambió estos últimos cuatro años.

Mientras el actual presidente Joe Biden lucha por tranquilizar a los aliados de que el EE. UU. que recuerdan está “de vuelta”, otros han seguido cambiando, lo que hace que sea imposible volver a la forma en que las cosas eran. Eso es particularmente cierto en el vínculo transatlántico: la relación única que alguna vez se disfrutó entre EE. UU. y Europa no volverá, incluso con Biden. Y no todo tiene que ver con Trump.

La primera razón por la que las relaciones entre Estados Unidos y la UE no volverán a su estado anterior es previa a que Trump asumiera el cargo: la votación del Brexit, pues durante décadas, el Reino Unido fue el primer puerto de escala de EE. UU. cuando se trataba de Europa.

Si bien a veces se opuso a los vientos predominantes en la UE, Londres sirvió como un defensor confiable y eficaz de Estados Unidos en el bloque. Biden debe invertir ahora aún más tiempo y energía en sus relaciones con políticos e instituciones de la UE sin que parezca que le dan una menor importancia al Reino Unido; los lazos de defensa e inteligencia angloamericanos siguen siendo lo suficientemente valiosos como para merecer una atención especial de Washington. Después de todo, es el Reino Unido el que comparte más estrechamente la opinión de Estados Unidos sobre cuestiones geopolíticas como Rusia y China.

Por otro lado, la administración Biden comparte la evaluación de la UE (e Irlanda) de los desafíos restablecidos por el Brexit en Irlanda del Norte.

El Brexit hará que navegar por la relación entre el Reino Unido y la UE sea mucho más desafiante para la Casa Blanca, especialmente porque Reino Unido y la UE siguen en desacuerdo en el futuro previsible.

La segunda línea que separa a EE. UU. y Europa está en los valores más amplios que sustentan las decisiones. En cuestiones económicas, la era Trump despertó en los políticos estadounidenses la conciencia de que necesitan atender de manera más proactiva los asuntos internos. Para los demócratas, eso significa más asistencia para los trabajadores estadounidenses y más subsidios industriales. Esto puede parecer más familiar en Europa, pero no impedirá que Bruselas defienda su mercado único frente a lo que percibe como ventajas competitivas injustas.

A esto se le puede agregar el enfoque de la UE a las preocupaciones del Siglo XXI como el cambio climático y los servicios digitales, lo que deriva en una probabilidad bastante alta de que se apliquen nuevos aranceles, regulaciones o ambos al comercio entre ambos.

Junto con los diferentes enfoques adoptados para cuestiones como la privacidad de los datos, el contrato social y la libertad de expresión, los “valores comunes” que alguna vez compartieron Estados Unidos y Europa se están volviendo difíciles de volver a alinear.

Pero la división más crítica es la geopolítica y las percepciones de quién es amigo y quién enemigo. La relación transatlántica estuvo en su punto más fuerte durante la Guerra Fría, cuando los soviéticos presentaban un enemigo común en el que tanto Estados Unidos como Europa debían concentrarse. Hoy en día, algunos europeos quieren relaciones más estrechas con Moscú, considerándola un socio energético fundamental; otros buscan ignorar las acciones agresivas de Vladímir Putin en el extranjero y las violaciones de derechos humanos en el país.

Pero el verdadero problema de división entre EE. UU. y Europa es China: Estados Unidos ve al país asiático como su principal rival, tanto en el panorama económico como en el de seguridad nacional (incluida la tecnología).

Europa puede considerar a China como una amenaza para la seguridad nacional, pero espera cooperar económicamente en áreas de interés mutuo con Pekín, como se muestra en el Acuerdo Integral sobre Inversiones que firmaron en diciembre.

Es difícil trabajar en estrecha colaboración cuando ni siquiera pueden ponerse de acuerdo sobre quiénes son sus amigos y quiénes son sus enemigos. Y sin una amenaza externa para unirlos, la relación transatlántica se aleja aún más.

Los líderes europeos están felices de ver a un presidente más tradicional como Biden de regreso en la Casa Blanca. Pero el alivio de que Trump se haya ido no proporciona una base para una relación sólida.

La alianza transatlántica está en declive, al igual que el orden mundial liderado por Occidente. Cuanto antes comprendan eso ambas partes, antes podrán comenzar a construir la nueva arquitectura necesaria para una relación más sólida y duradera.

Ian Bremmer
Presidente de Eurasia Group y GZero Media, y autor de ‘Us vs. Them: The Failure of Globalism’.

@ianbremmer

FUENTE: https://www.portafolio.co/opinion/ian-bremmer/geopolitica-la-relacion-de-estados-unidos-y-europa-que-recordamos-no-volvera-551045

15 años promoviendo semanalmente la Geopolitica; Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo

TEMAS:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente

AUDIO:

La columna radial de esta semana del Club de la Pluma, que presenta el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele comienza con el titular de que RUSIA LE HA TRAZADO A EEUU, LAS LÍNEAS ROJAS y que le ha puesto coto a sus ambiciones por desestabilizar su frontera con Ucrania. Y explica las fuertes reacciones de Moscú que provocan el detrimento de la estrategia prepotente del bloque atlantista.

Y nos cuenta que mientras la prensa occidental apuntaba a un enfrentamiento de gran intensidad, la realidad mostró que EEUU detuvo la marcha de buques de guerra hacia el Mar Negro ante el impresionante despliegue militar ruso. Que el “presidente cómico” de Ucrania fue “seriamente rechazado” por Francia y Alemania en su intento de ingresar a la OTAN. Que ésta organización se ha reducido a ser el brazo armado de la diplomacia norteamericana, y que el pretender arrastrar a sus aliados en sus conflictos, provoca una profunda división interna.

También nos habla del repliegue de la infantería rusa en la frontera de Ucrania, aunque el armamento y la logística militar se han quedado instalados en el escenario de la tensión.

Y cierra el bloque sentenciando que NADIE EN EUROPA QUIERE SANGRAR POR UCRANIA. Que los europeos rechazan la guerra, aunque muestren músculos y presuman de despliegues militares. Temen que ante la poderosa potencia militar rusa, la OTAN pueda ser pasto de una gigantesca derrota. Y avisa que con Ucrania puede repetirse la historia de 1939 cuando usaron a Polonia para enfrentarse contra Hitler, y terminaron haciendo de este país un botín de guerra. 

En su segundo bloque, Pereyra Mele también nos cuenta que el Comando Estratégico de USA ha informado al Congreso que EL MUNDO YA NO ES EL QUE ERA, y que la realidad es hoy totalmente distinta y preocupante a todas las conocidas, debido a la confrontación contra dos súper potencias atómicas, militares, y tecnológicas, que hacen muy difícil la posibilidad de una victoria. Y se pregunta si las dirigencias norteamericanas sabrán dimensionar con lógica, los alcances de este asunto.

Seguidamente, nuestro analista se sumerge en el anuncio de la CIA sobre futuras convulsiones en América Latina por los efectos del Covid y la consecuente crisis económica, tras las recetas neoliberales en la región. Y analiza las diferentes realidades de Ecuador y Perú para explicar las maniobras y las contradicciones del sistema y del uso y abuso del terrorismo mediático.

Y siguiendo con los conflictos, pone el foco en el interior de EEUU con los excesos policiales, con la violencia social y las muertes por el abuso de las armas y en la gran mentira demócrata sobre la leyenda de los derechos de los emigrantes al confirmar que EEUU REGISTRA EL MAYOR NÚMERO DE MIGRANTES DETENIDOS  EN LOS ÚLTIMOS 15 AÑOS. 

El último bloque comienza en Argentina y aborda la visita del ministro de economía argentino a Rusia, donde habló de acuerdos estratégicos que demuestran que vamos reacomodando las relaciones internacionales ante el cambio geopolítico global. Y nos señala que Argentina ha tomado partido en la Guerra de las Vacunas con el histórico anuncio de la fabricación de la Sputnik V, que es parte central de la nueva estrategia geopolítica. Una noticia ninguneada y despreciada por la gran prensa.

Y termina mencionando el positivo comportamiento de China en la Cumbre del Clima, reclamando menos discursos y más coordinación y la imposición de una estricta agenda para los próximos años.

Finalmente, Carlos se despide con la promesa para el próximo programa, de un análisis sobre el apabullante desarrollo de la alta tecnología China. Una realidad desconocida por gran parte de la población, pero de gran implicancia sobre el futuro del mundo.

Eduardo Bonugli (Madrid, España)

Entrevista a Nuestro Socio estrategico en Italia el Prof. Dr. Tiberio Graziani NR

La expulsión mutua de diplomáticos de las embajadas checa y rusa es una clara evidencia de que la República Checa está destruyendo activamente las relaciones bilaterales con Rusia, y lo está haciendo de manera sistemática y consistente, sin embargo, según la representante oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, “ con pasión ”y“ vergüenza ”, llevando al grado el absurdo de las acciones del establishment político checo

En el centro del escándalo de espionaje se encuentra una explosión en un depósito de municiones en el sureste de Moravia (la aldea de Vrbetica) en 2014, en la que supuestamente están involucrados los servicios especiales rusos, a saber, los oficiales de inteligencia militar rusos buscados Alexander Petrov y Ruslan Boshirov. Esta situación da lugar inmediatamente a una serie de evidentes contradicciones: en primer lugar, la ausencia casi total de material oficial sobre la investigación del incidente de hace siete años es alarmante. En segundo lugar, según el Ministerio de Relaciones Exteriores, este almacén ha sido entregado a empresas privadas de armas desde 2006 y no ha sido utilizado por el ejército, por lo tanto, la versión de que se suponía que la explosión interferiría con el suministro de armas a Ucrania, donde se produjeron hostilidades. que tiene lugar en ese momento, se vuelve ilógico. En tercer lugar, los propios sospechosos plantean preguntas: de nuevo las mismas personas, conocido por el incidente de Salisbury y su participación en las hostilidades en Ucrania, que se les atribuyen The Insider y Bellingcat, publicaciones cuyas investigaciones periodísticas a menudo se revelan como falsificaciones. La regularidad de su mención en este tipo de operaciones es sin duda una baza ganadora, pero ya no provoca miedo, sino burla, incluso entre los usuarios de las redes sociales rusas y europeas.

Finalmente, es especialmente alarmante que la divulgación del incidente checo coincidiera con la imposición de sanciones estadounidenses contra Rusia. Las acciones políticas del presidente checo Milos Zeman — la disposición a comprar el fármaco Sputnik V, el apoyo a la participación de Rosatom en la licitación para la finalización de la planta de energía nuclear de Dukovany — atestiguan una actitud amistosa hacia el Kremlin, pero esto sería extremadamente desventajoso al gobierno estadounidense.

Estados Unidos utiliza estados europeos más pequeños como un instrumento adicional de manipulación y presión sobre Rusia; A la luz de los acontecimientos recientes, Estados Unidos también beneficia a la República Checa como herramienta para desviar la atención de las provocaciones estadounidenses en Belarús, como declaró el Consejo de la Federación de Rusia. Esta suposición se ve confirmada tanto por el esperado apoyo a las acciones de la República Checa por parte de la administración estadounidense, como por la rápida respuesta del Departamento de Estado, lo que indica una alta probabilidad de consultas preliminares.

Tiberio Graziani, un experto político italiano, presidente del Instituto Internacional de Análisis Global Vision & Global Trends, expresó el siguiente punto de vista en una entrevista con corresponsales de News Front :

Tiberio Graziani

Tiberio Graziani: Durante su discurso anual, Putin aclaró la posición del Kremlin sobre la reciente ola de acusaciones contra la Federación de Rusia por parte de Estados Unidos y algunos países del campo occidental.
Los estados del bloque atlántico -Gran Bretaña y República Checa- lanzaron una nueva estrategia ofensiva contra la Federación de Rusia, que podríamos definir como una especie de guerra diplomática.
En cuanto a Praga, en particular, este no es un episodio accidental, porque el año pasado las autoridades de una de las ciudades europeas relativamente neutrales tuvieron una brillante idea para nombrar en honor a Boris Nemtsov, un político de oposición ruso, la plaza frente a la Embajada de Rusia, donde un caso diplomático entre la República Checa y la Federación de Rusia.
Putin ha afirmado con firmeza que no permitirá que ningún país cruce la línea roja, pero también ha dejado claro que el Kremlin no quiere romper relaciones con aquellos países que han expulsado a sus diplomáticos. De hecho, dejó abierta la puerta al diálogo: se trata de una invitación indirecta no solo a Estados Unidos, sino también a algunos países occidentales que, a pesar de las presiones de Washington, mantienen buenas relaciones con Moscú. Esta invitación, en mi opinión, debería ser aceptada, en particular, por Francia, Alemania e Italia. Estos tres países tienen intereses comunes con Moscú y Washington, y podrían actuar diplomáticamente para reducir el nivel de malentendidos entre Estados Unidos y la Federación de Rusia.

Notemos un punto más importante. El informe checo contiene una frase que confirma la falta de evidencia fundamentada: «La policía, mientras tanto, no tiene evidencia directa de que estas dos personas realmente ingresaron físicamente al almacén, pero consideran esta posibilidad como una hipótesis con un alto grado de realidad». Así, se está creando una alternativa a la famosa muy probable, la versión checa del escándalo británico con una trama similar y las mismas personas involucradas. En general, este episodio es solo una parte de una línea de confrontación bien engrasada entre Occidente y su principal oponente: el bloque de países liderado por Rusia y China.

Polina Bobko, especialmente para News Front

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InfoBaires 24 La nueva Guerra Fría 2.0 delimitó una frontera entre bloques que circunda Eurasia, pero los cambios recientes en Ucrania y Medio Oriente han debilitado a los atlantistas.

Por Eduardo J. Vior

Cuando Erich-Maria Remarque en 1928 publicó su novela antibélica “Sin novedad en el frente occidental” (en castellano sólo traducida como “Sin novedad en el frente”) apostrofó, desde su experiencia como joven soldado en las trincheras entre 1914 y 1918, el sinsentido de una guerra de posiciones entre Alemania de un lado, Francia e Inglaterra del otro en la que las tropas de ambos lado morían por millones sin que el frente se moviera. El libro describió subjetivamente un equilibrio catastrófico en el que los contendientes se deciman sin obtener ventajas.

Éste no parece ser el caso del frente occidental en la Guerra Fría 2.0. Desde Ucrania hasta Irán cada provocación de la alianza occidental revierte como un búmerang en un avance del bloque euroasiático. Parece que esta guerra se va a caracterizar por movimientos intensos.

Irán, esa potencia

Contra lo que esperaba el gobierno de Joe Biden, en la reunión de Viena de los países firmantes del Acuerdo Comprensivo Nuclear de 2015 (Rusia, China, Francia, Gran Bretaña y Alemania, por un lado, Irán por el otro) la República Islámica mordió con dientes afilados. No sólo rechazó que el enviado de EE.UU. se sumara a la reunión, dado que ese país desde 2018 ya no integra el acuerdo, sino que aprovechó el sabotaje israelí contra la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz para atacar al Estado sionista y a todos sus aliados. Además, informó en la mesa de negociaciones que ha comenzado a enriquecer uranio hasta el 60% y que sus centrifugadoras IR9 pueden producir 9 gramos de uranio enriquecido por hora, aunque pronto bajará la producción a 5 gramos por hora.

Imagen facilitada el lunes por el OIEA de las centrifugadoras de la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, Irán. EFE/EPA/AEOI HANDOUT

Esta actitud ofensiva de la delegación iraní desorientó al primer ministro israelí Benyamin Netanyahu, quien, después del ataque a la planta nuclear creía controlar la situación. Por el contrario, ahora comprueba que ha favorecido la reacción de Irán y éste ha mejorado mucho su posición negociadora. Los servicios de inteligencia estadounidenses estimaban erróneamente que Teherán necesitaría nueve meses para restablecer la producción de Natanz y que, por lo tanto, no había prisa para levantar las sanciones. Por el contrario, la República Islámica tardó sólo nueve horas en cambiar la vieja centrifugadora IR1 por una más avanzada, la IR6, que puede separar isótopos aún más rápidamente. Así reanudó rápidamente la producción para el estupor de sus adversarios.

El primer ministro Netanyahu creyó asimismo que la falta de respuesta iraní a sus múltiples ataques contra objetivos de ese país en Siria le permitía actuar de la misma manera en el Estrecho de Ormuz y el Mar Rojo. Llegó incluso hasta a romper la tradición israelí de negar la responsabilidad por los sabotajes realizados por el Mossad en el extranjero. Para su asombro, empero, Irán lo sorprendió atacando en el Mar Rojo un barco israelí con un cohete lanzado desde un dron. El ataque demostró a la vez la capacidad de la inteligencia iraní, que había seguido estrechamente el barco, hasta que la armada de la Guardia Revolucionaria Iraní (IRGC) lo alcanzó.

En los últimos diez años, el primer ministro Netanyahu y sus asesores militares estimaron correctamente que la guerra en Siria era una oportunidad para destruir la capacidad del ejército sirio para atacarlos. Además, como Rusia quería evitar a toda costa otro frente entre Siria e Israel, ofreció al presidente Bashar al-Assad cantidades ilimitadas de cohetes de interceptación. De ese modo Siria se abstuvo de entrar por ahora en guerra con Israel. Por la misma razón el presidente sirio rechazó la presión iraní para que disuadiera a Israel (como lo hace Hizbolá desde Líbano) bombardeando objetivos de ese país con sus reservas de proyectiles iraníes.

En cambio, Netanyahu y su equipo se equivocaron, cuando pensaron que Irán dejaría de tomar represalias por los asesinatos, sabotajes y ataques israelíes contra los barcos iraníes. Teherán ya había cambiado su estrategia, cuando derribó el más caro de los aviones estadounidenses no tripulados y bombardeó la mayor base militar estadounidense en Irak, Ayn al-Assad. Aprovechó entonces, cuando Israel difundió su autoría del sabotaje en Natanz y el ataque contra el barco persa en el Mar Rojo. Gracias a su medida reacción la República Islámica pudo imponer en Viena sus condiciones, exigiendo el inmediato levantamiento de todas las sanciones. El líder supremo, Alí Jamenei, dio instrucciones a sus enviados, para que no hagan gestos de buena voluntad ni sean concesivos con las disputas que el presidente estadounidense mantiene dentro de su propio gobierno. La pelota está en el campo norteamericano y Biden debe responder ya. Esta vez Netanyahu está en un rincón, lamiéndose las heridas y mirando las negociaciones por TV.

Ucrania, esa entelequia

Las tropas todavía no regresaron a sus cuarteles, pero el peligro más agudo de guerra en la frontera ruso-ucraniana ha pasado … por ahora. Hoy todos dicen que nadie quería el choque, pero durante semanas olió a pólvora entre el Dniéper y el Don. Esta pausa es buena para sacar conclusiones.

Siete años después del golpe de estado de febrero de 2014 el PBI de Ucrania todavía está un 20% por debajo del que había entonces. El país está profundamente fragmentado entre bandas, mafias, intereses regionales y sectoriales. Se ha convertido en un protectorado occidental, pero sus probabilidades de ser admitido en la OTAN o en la UE son nulas. En sus dos años de gobierno el presidente Volodymyr Zelensky y su partido El Siervo del Pueblo han dilapidado su popularidad. La presión conjugada de la minoría rusohablante del este y de los neonazis del oeste del país ha triturado al partido.

Desde que Rusia reaccionó al golpe de estado reincorporando la península de Crimea y los distritos mineros e industriales de la Cuenca del Don se alzaron para protegerse contra un genocidio inminente, Occidente quedó choqueado. Nunca se había imaginado la potencia del patriotismo ruso cuando se siente amenazado. Todavía no lo entiende. Entre tanto, la falta de diálogo ha alejado cada vez más a las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk de la lejana Kiev. Todo su comercio se dirige hacia Rusia y se estima que 600 mil de sus 3,6 millones de habitantes han recibido el pasaporte ruso, aunque Moscú ha dejado bien claro que no va a incorporar dichas regiones autónomas. Por lo tanto, es su responsabilidad arreglar su relación con Ucrania.

Sir Stuart Peach, Comandante de la Royal Air Force, Jefe del Comité Militar de la OTAN

El último episodio comenzó el 12 de febrero pasado, cuando en una visita al este de Ucrania el mariscal británico Sir Stuart Peach, Jefe del Comité Militar de la OTAN, reclamó a Rusia que deje de apoyar a los autonomistas de Donetsk y Luhansk. Rápido y fiel, Zelensky cerró los canales de TV en ruso y acusó a sus empresarios de “traición a la Patria”. Acto seguido, sin respetar Constitución ni leyes, convirtió el Consejo de Defensa Nacional en máxima institución del Estado y  movilizó hacia el este tropas y el abundante arsenal recibido de EE.UU. Sabe que Ucrania no puede enfrentarse a Rusia, pero sí provocarla para que ésta reaccione y los aliados occidentales se inmiscuyan en una guerra mayor. Con esta maniobra, de neto corte británico, la OTAN esperaba romper definitivamente el diálogo entre Rusia y las potencias occidentales, especialmente Alemania y Francia. El objetivo central que está detrás es evitar la colocación de los 25 km faltantes del gasoducto báltico North Stream II, para mantener en pie la ambición ucraniana de monopolizar los ductos que desde el Mar Caspio pasan por su territorio llevando el fluido hacia Occidente.

Aunque para el Kremlin el bleuf era evidente, Vladímir Putin decidió jugar a fondo. En pocos días puso en las fronteras decenas de miles de efectivos (Ucrania habló de 80.000), entre ellos la histórica 76ª División Aerotransportada de Pskov, tanques, artillería misilística, hospitales de campaña y alistó las más recientes unidades de la Fuerza Aeroespacial.

76ª División Aerotransportada de Pskov

Rusia concentró sus tropas en la frontera tan ostensiblemente que nadie pudo hacerse el distraído. Así el Kremlin alcanzó varios objetivos a la vez: intimidó a los líderes ucranianos, avisó a EE. UU. que controle a sus protegidos para evitarse problemas, convenció a franceses y alemanes de que el gobierno ucraniano sólo puede aumentarles los costos y reaseguró al pueblo de la cuenca del Don que la Madrecita Rusia nunca los abandonará. Por las dudas, el subjefe de Estado Mayor de las FF.AA. de Rusia, Dmitri Kozak –encargado de las relaciones con el ejército ucraniano- dejó varias veces en claro que, si Ucrania atacaba, sería su fin en 48 horas.

Hecha la advertencia, los comandantes rusos rechazaron ante sus pares norteamericanos, franceses y alemanes toda crítica por los movimientos de tropas dentro del propio territorio y se concentraron en un detallado tratamiento técnico del despliegue de fuerzas con el jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., el general Mark Milley, para que éste tuviera todos los datos y fuera prudente al tomar sus decisiones. 

Rusia apostó muy fuerte para evitar una guerra con Ucrania ahora y en el futuro y ganó.

El mayor derrotado en esta crisis fue el Servicio de Inteligencia Secreto de Su Majestad, el MI6. Zelensky actuó siguiendo al pie de la letra el guión del jefe del SIS, Richard Moore. Parte de la escenificación rusa fue la denuncia “casual” que hicieron de su accionar en el canal Rossiya 1. En Bruselas, en tanto, se rumorea a gritos que el Reino Unido incita el estallido de una gran guerra en el este de Europa, para que el continente se incendie, mientras la isla cotiza en la Bolsa. Nuevamente, no es casual que el secretario de Estado Blinken y el secretario general de la OTAN Stoltenberg hayan cantado en coro con Downing Street 10.

A la distensión de la crisis contribuyó potentemente la entrevista que Nikolai Patrushev, secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Rusia, dio el 7 de abril pasado al diario moscovita Kommersant, durante la cual, en dos pasajes sucesivos denunció los laboratorios de guerra biológica que EE.UU. y sus aliados han instalado en las cercanías de las fronteras de Rusia, Irán y China e informó a la periodista que a fin de marzo había mantenido una muy civilizada conversación con Jake Sullivan, su par norteamericano. Éste avisó entonces que EE.UU. no se entrometería en un conflicto entre Ucrania y Rusia,  a lo que el interpelado parece haber respondido algo así como “¡Ah! Entonces no los vamos a incinerar”. Este intercambio abrió la puerta para que el martes 13 Joe Biden llamara a Putin. No pasó nada, pero hablaron y eso ya es mucho, aunque dos días después EE.UU. sancionó a funcionarios y fondos de inversión rusos. 

Nadie se hace ilusiones de que en un futuro cercano haya una reunión cumbre entre ambos presidentes. Mucho menos después de que el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, declarara que “Rusia no va a permitir que se hable con ella desde una posición de poder”. Curiosa coincidencia: lo mismo advirtió el responsable de la política internacional del PCChino, Yang Jiechi, a Tony Blinken, cuando se enfrentaron en Alaska. ¿Casualidad o causalidad?

Después de haber visto la guadaña de cerca, los mafiosos de Kiev ahora posan de ángeles y afirman a los cuatro vientos que nunca quisieron la guerra. Todavía se espera la misma proclama de Washington.

Con todo, Zelensky salió bastante bien parado: convalidó sus credenciales patrióticas, consiguió que Biden lo llamara por teléfono, EE.UU. y la OTAN reafirmaron su apoyo a Ucrania, el Reino Unido lo sostiene y el jefe de estado pudo insistir en su fatuo pedido de adhesión a la Alianza Atlántica. Por ahora salvó la ropa.

Que en Ucrania oriental haya amainado la tensión no quiere decir que se haya reducido la confrontación. Los nacionalistas de Kiev no están dispuestos a implementar el acuerdo Minsk II de 2015, que preveía la desmilitarización de la Cuenca del Don, la libre circulación de los civiles y el restablecimiento de los servicios. Pero tampoco pueden renegar de lo convenido, porque Berlín y París mediaron entonces para salvar a Ucrania.

Ucrania está plantada en plena ruta del gas del Caspio hacia Europa y podría beneficiarse de la Nueva Ruta de la Seda, si tuviera un gobierno menos rapiñero. Por ahora se mantendrá el statu quo, aunque la crisis sirvió para que Rusia convenza a los occidentales de que no sueñen con una guerra. Esta constatación puede obligar a Estados Unidos a desplazar el foco de sus agresiones.

Joe Biden parece haber asumido el gobierno en enero pasado y comprado sin leer los libretos que le escribió el Pentágono que, evidentemente, no se basan en una apreciación seria de la realidad. Si a cada provocación norteamericana sucede, como en estos dos casos, una reacción arrolladora de sus contrincantes, EE.UU. se va a encontrar pronto defendiendo sus bases en el Mediterráneo Oriental. En el frente occidental hay mucho movimiento.

FUENTE: https://infobaires24.com.ar/novedades-del-frente-occidental/