Biden no sabe ni dónde organiza las guerras: confunde a ucranianos con iraníes

Poca vergüenza. Es la que ha demostrado el presidente de EEUU, Joe Biden, al confundir a los ciudadanos ucranianos con iraníes. Y también demuestra una falta de conocimientos mínimos sobre a dónde va EEUU a organizar sus guerras bajo el pretexto de defender democracias, pero cuyo verdadero interés es el expolio de recursos naturales ajenos.

A EEUU le da igual dónde invade

También desnuda una falta de interés real que roza la obscenidad, en los verdaderos intereses de esos países y sus poblaciones. Les da exactamente igual, si son ucranianos, iraníes, sirios, iraquíes o yemeníes.No hay que ir muy lejos para encontrar ejemplos, no sólo de líderes de EEUU, sino de Occidente en general. Y es que hace pocas semanas, ante la pregunta del canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, a su par británica, Liz Truss, de si reconocía la soberanía de Rusia sobre las regiones de Rostov y Vorónezh, la canciller del Reino Unido respondió: «nunca lo reconoceremos».La embajadora de Inglaterra en Rusia tuvo que sacarla de ese terreno vergonzoso de la soberbia que origina esa ignorancia, y explicarle que se trataba de dos regiones de Rusia.

El pasado los condena

También en su momento, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, hizo unas declaraciones que hacían referencia a este tipo de situaciones: «Es difícil mantener un diálogo con gente que confunde Austria con Australia. Pero no hay nada que hacer. Por lo visto, ese es el nivel de cultura política de determinada parte de la elite dominante estadounidense», dijo Putin en una rueda de prensa al finalizar la cumbre de los BRICS en la ciudad china de Xiamen en septiembre de 2017.Esas palabras del mandatario ruso aludían a un episodio protagonizado hace una década antes por el entonces presidente de EEUU, George W. Bush, quien confundió a estos dos países.Y ahora, ‘Sleepy’ Biden que suelta: «Putin puede rodear Kiev con tanques, pero nunca ganará los corazones y las almas del pueblo iraní».»Las élites dirigenciales norteamericanas han ido hacia un área de mediocridad de un nivel inconmensurable, fundamentalmente desde que pusieron a un cómico como Ronald Reagan. En adelante, las dirigencias que han encabezado el poder norteamericano han sido cada vez más débiles y más influenciables y más manejables por los gigantescos grupos de poder que realmente son los que administran el poder en EEUU», advierte el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele.Según el experto, «todo esto debe llamar la atención, ante los acontecimientos que estamos viviendo que realmente, cómo hace un bando con otro para poder negociar con este nivel de capacidades que están demostrando, o los niveles de capacidades de las mismas dirigencias europeas que cada vez también son más mediocres y más decadentes», sentencia.El analista incide en que Alemania ha perdido muchísimo con la retirada de Angela Merkel.»Es evidente. La actual Administración parece más ser puesta por Washington que la votada por los mismos alemanes. Además, se pega un tiro en el pie porque aplica sanciones que la van a desfavorecer en esta competencia internacional que está ocurriendo con el tema de la energía», avisa Carlos Pereyra Mele.

Con motivo del incremento del Conflicto que se desarrolla en la Europa del Este y con la involucración directa de Rusia en la Guerra Civil de Ucrania el Director de Dossier Geopolitico carlos Pereyra Mele e Integrantes del Equipo de Dossier geopolitico han sido requeridos por numerosos medios orales televisivos y escritos sobre el mismo aqui una breve síntesis de algunas de esas intervenciones:

1 Como cada viernes en este tramo de » Ayer y Hoy» por 650 Belgrano nuestro compañero el licenciado Carlos Alberto Pereyra Mele nos trae las ùltimas novedades en materia de polìtica internacional desde su habitual columna semanal para nuestro programa. En el dìa de hoy se refiere al los verdaderos motivos del conflicto bèlico entre Rusia y Ucrania que tiene en vilo al mundo.

2 AM 1059 LV 27 RADIO SAN FRANCISCO

3 agencia de Noticias FARGO -Foro Argentino de Radios Comunitarias

El analista internacional y especialista en geopolítica, Carlos Pereyra Mele, afirmó que Rusia lleva adelante una operación militar “quirúrgica” contra objetivos militares en Ucrania con el fin de “desmantelar la capacidad bélica” en ese país, al referirse a los acontecimientos de este jueves a la madrugada.

Se ha destruido parte de la fuerza aérea, los equipos electrónicos, las bases militares, etcétera, para dejar inerme a ese Estado”, manifestó el especialista en geopolítica, en comunicación con el Informativo FARCO, y explicó que Vladimir Putin decidió avanzar de esta manera porque fueron desoídos los reclamos de la Federación Rusa ante los países que integran la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).

Lo que ha acontecido en Ucrania era crónica de una muerte anunciada porque recuerden que desde hace ya bastante tiempo Rusia puso bien en claro cuál eran las líneas rojas que no se podía cruzar”, agregó.

Cuando la Unión Soviética se disolvió en 1991, la OTAN instaló bases en Polonia, Lituania, Letonia, Estonia, Rumania, Bulgaria, entre otros países. Desde hace un tiempo, sostuvo Mele, Ucrania pretende incorporarse a la organización internacional y eso, para Rusia, “es el acabose”, es decir la gota que rebalsó el vaso. “No estamos hablando de países iguales, estamos hablando de super potencias que ven afectada su seguridad nacional in extremis y actúan in extremis

Mientra todo el aparato mediatico cultural manejado por el Mundo Anglosajon se puso en marcha para demonizar a Rusia en la misma Semana se realizaban varios ataques en zonas en Guerra por parte de esos mismos paises o sus «aliados»

El colaborador de Dossier Geopolítico en España, Eduardo Bonugli, nos acerca al Club de La Pluma, una crónica  del “Día D” del conflicto en Ucrania, el 24 de Febrero, al que denomina EL DIA QUE BIDEN NO SE ATREVIÓ A SER EL CID CAMPEADOR DE EUROPA

Un relato imaginativo desde una virtual cafetería de Madrid o desde el salón de una casa, que refleja a la sociedad europea, con unas primeras horas furiosas que prometían venganza, hasta una medianoche con sabor a depresión y  derrota. Y entremedio, la sobre actuación de una prensa desbocada que se supera a si misma en su carrera hacia el absurdo. 

Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolítico

Columna de Geopolitica en el Club de la Pluma. Harto de tanta desinformación occidental, realizamos está columna: Como diría Montesquieu: El culpable NO es el que inició la Guerra, sino, el que hizo la Guerra INEVITABLE.

Una crónica de una muerte anunciada por el incremento del conflicto en Europa del Este, como lo adelantamos desde el 2014.

La Hipocresía de dobles estándares de los “medios” y los dirigentes políticos de la Unión Europea/OTAN para “informar” según sus “intereses” que no son otros que los de las angloesferas.

Hoy no es la Rusia que  soñaron los occidentales que fuera un País paria y rogante de fondo para inversión compañeros Hoy es un País reconstruido, fuerte y orgulloso. lo que los enfurece y enloquece escuchando a los jefes de la OTAN

Explicamos cómo fueron abandonados por sus mentores occidentales, los gobernantes de Kiev, y de que siempre fueron países usados por todas las potencias para dirimir sus intereses

Todos lloran por este conflicto en Europa pero nadie SANGRA por Ucrania en Europa, como lo habíamos informado en tantas columnas de este Club de la Pluma.

El Choque mayor de las super potencias atlantistas y los continentalistas se reflejan en está lucha en Ucrania, donde mas temprano que tarde demostrara una nueva derrota en este Afganistán 2.2. de la OTAN/USA. Y esto será un parteaguas de la historia como lo fue el 2020 con la Pandemia y el 2021 con la derrota en Asia Central de OTAN/USA

¡¡MUEREN 4.068 PERSONAS DURANTE FEBRERO, EN LA GUERRA DEL YEMEN!!
En Enero habrían muerto cerca 3.900 personas y unas 48.700 a lo largo del 2022, mientras que el total de la guerra desde el 2014 sumarían las 337.000 muertes.
El conflicto se originó por la invasión a ese país por Arabia Saudita apoyada por EEUU, Inglaterra y con armamento de Europa, además de la presencia de los terroristas del Isis, siempre relacionados con la gestión Obama / Biden /Clinton, en las primaveras árabes del Mediterráneo, que destruyó -entre otros- a Libia y que dejó toda la región sembrada de terroristas, mafias, muerte, hambre y la mayor ola de refugiados de la historia, según la ONU.
Es un país ubicado en África, donde comienza el canal de Suez y que es muy importante para la estrategia global de EEUU y también por sus recursos naturales.
Es de esperar que ese «mundo libre y rico» tan indignado por lo de Ucrania, sea coherente con esta tragedia y que actúe de forma similar y proporcional. 🥲

El prestigioso periodista mexicamo Roberto de la Madrid con su programa Detrás de la razón entrevista a dos destacados analistas internacionales Francisco Javier Martinez y a Axer Amo Izarra sobre los últimos acontecimientos luego de iniciadas las acciones militares de tropas rusas en Europa Oriental

Entrevista en dos partes: PRIMERA

SEGUNDA PARTE

Dossier Geopolitico publica una síntesis de entrevistas a varios autores: Julio Fernández Baraibar, Néstor Nestor Miguel Gorojovsky, Juan Constant, Juan Francisco Soto, Miguel Barrios, Stella Calloni y Walter Formento. Por parte del Director de La Señal de los Medios Radio Grafica FM 89,3 Gabriel Fernández

✓Disuasión nuclear ✓Las matrices ✓FMI y corralito ✓Los actores ✓El futuro de Ucrania ✓¿Golpe de la OTAN sobre la Unión Europea? ✓El pacto de UE y China ✓El acuerdo entre Rusia y China ✓Los riesgos ✓Los tiempos ✓Democracia y Comunicación | Gabriel Fernández *

«Hace pocas horas, Putin indicó: “Los altos funcionarios de los principales países de la OTAN hacen declaraciones agresivas contra nuestro país. Por lo tanto, ordenó al ministro de Defensa [Serguéi Shoigú] y al jefe del Estado Mayor [Valeri Guerásimov] que dispongan las fuerzas de disuasión del Ejército ruso en un modo especial de servicio de combate”.

El día después, o la derivación de una decisión intensa, suele estar en los planes de los estrategas. Lanzarse a una acción audaz sin previsiones acerca de los posibles resultados sería un triste remedo de quienes dejaron un surco en la historia política. Historia que posee en su interior, guerras. Veamos.

✅MI TIERRA. Para empezar, es necesario comprender dos factores: mientras Rusia logró -tras una década fallida- articular el poder del Estado con el interés geoeconómico y estratégico profundo… el supra poder que preside la OTAN carece de matriz territorial, porque está vertebrado por las grandes corporaciones financieras.

✓No por bueno -sí por oportuno- el gobierno de la Federación de Rusia necesita garantizar bienestar y seguridad a su población y a la de sus aliados. China también.

✓No por malo -sí por unilateral- el atlantismo no trepida en someter al ajuste y la transferencia de recursos a sus propios territorios, y a los de socios, que lamentan el enlace.

El conflicto en Ucrania encuentra al espacio euroasiático, un motor de la Multipolaridad, en ascenso, y al eje del núcleo occidental, rémora del Consenso de Washington, con serios problemas económicos prácticos. La nueva caída en la producción industrial norteamericana es un ejemplo de ello, y la gravísima crisis social ucraniana, la evidencia de las dificultades para ofrecer prosperidad. Ya no hay “Alianza para el Progreso”, con capitales generadores de empleo, y beneficios remitidos a las casas centrales. Sin toma. Apenas daca.

Tan es así que la nación que ocupa las portadas es un caso ejemplar. La gestión “pro occidental” de Volodimir Zelensky obtuvo uno de los principales créditos del Fondo Monetario Internacional -no tan grande como el adquirido por el macrismo, admitámoslo-, el cual condiciona toda su estructura. La semana que arranca este lunes estará caracterizada por un corralito versión ucraniana, que sumará más descontento al ya existente debido al aumento de la pobreza en dimensión récord, y del desempleo. Antes del golpe del 2014, el PBI creció exponencialmente; tras la asonada atlantista del Euromaidán, comenzó a descender. 

✅MUCHOS ACTORES. En ese marco, las experiencias de Alemania durante la gestión de Angela Merkel, y de Portugal con la vigente de Marcelo Rebelo de Sousa, dan cuenta de opciones que los europeos observan con atención. Las fanfarrias bélicas, agitadas con fingida emoción por los medios de comunicación concentrados, velan el mirar inmediato de muchos, pero no alcanzan para ocultar la percepción profunda de demasiados. El apurón del supra poder que coordina el tándem anglosajón carece de destino en el mediano plazo, pero tiene sentido: su objetivo es evitar la expansión de iniciativas alternas, sobre todo ahora que la Nueva Ruta de la Seda ha cobrado –como las buenas telas- flexibilidad y consistencia.

Las naciones del Asia Central, las de buena parte del Pacífico, varias nucleadas en BRICS, otras de Medio Oriente, la mayor parte de los integrantes de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) y desde hace un tiempo las articuladas en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) –con detrimento directo para la Organización de Estados Americanos (OEA)- poseen sólidos vínculos comerciales, financieros y energéticos con Rusia y China. Aunque algunas –muy pocas, por cierto– lleguen a pronunciarse contra la “invasión” rusa, ninguna está dispuesta a quebrar relaciones, al punto de convertirse en enemiga de los gigantes emergentes.

Entre los actores “cercanos” –en términos muy relativos, y para que no se suponga una exageración- que han admitido compartir la seguridad regional con China y Rusia a través de la OCS, están India, Kazajstán, Kirguistán, Pakistán, Tayikistán, Uzbekistán, Afganistán, Bielorrusia, Irán, Mongolia, Armenia, Azerbaiyán, Camboya, Nepal, Sri Lanka y Turquía. Es preciso sumar, en otra dirección, a Crimea, así como las alianzas internas registradas sobre territorios en disputa. Como se verá, el concepto de aislamiento que maneja la prensa vociferante, amerita reparos.

NUEVA UCRANIA. Acérquese lector. Por un lado, como explicó a este periodista uno de los expertos consultados, Ucrania puede considerarse “la Pampa Húmeda de Europa Oriental”. Con todo lo que ello implica. Al virar los binoculares veremos que el mar de Azov es básico para las exportaciones de cereales y de acero (pero también de misiles) que se producen en el este del país: está unido al mar Negro por el estrecho de Kerch, y desde allí los barcos pueden orientarse hacia cualquier zona del planeta. Si Rusia consigue desmilitarizar y desnazificar el país, la producción de alimentos y las exportaciones a través de los puertos ucranianos del mar de Azov contribuirían al desarrollo interior, y no a las necesidades de las potencias occidentales.

Casi todos los países mencionados en los párrafos previos necesitan del gas ruso (incluida Europa) y ni los más reticentes a respaldar la acción rusa están dispuestos a pagar cinco veces más por un relevo norteamericano. El fracaso de las políticas de una Unión Europea (UE) incapaz de lograr la autosuficiencia energética, es uno de los elementos centrales del nudo que el gran capital financiero no puede desatar. Uno de los analistas atlantistas más destacados acaba de admitir que “tanto Alemania como Francia no dudarán en sacrificar a Ucrania en aras de asegurar su abastecimiento energético”.

Entonces, si los norteamericanos, la OTAN y su club de admiradores insisten en extenderse hacia el Este y seguir armando a la administración de Kiev (animémonos y vayan), Rusia seguiría avanzando sobre los epicentros militares ucranianos y obtendría, en una posterior negociación, el control del Donbás y del arco del Mar de Azov, que se extiende desde Mariupol hasta Odesa. Quizás más. Eso resquebrajaría la tenue unidad de los países de la UE, cuya amalgama tambalea desde el 2010 por lo menos. El asunto no es sencillo, así que nos tomaremos algunas líneas para develarlo tras afirmar: Hoy por hoy, la OTAN y la UE no son lo mismo. (¡Y que los trotskistas pataleen!)

UE/ OTAN/ EE.UU. ¿GOLPE? Como bien puntualizan Walter Formento y Wim Dierckxsens, “Con la acumulación de fuerzas rusas en las fronteras de Ucrania, Putin buscó que la OTAN deje de “contener” a la Unión Europea –Alemania, Francia, Italia, etc., mediante el “control” del gobierno de Ucrania (desde el Maidán de 2014). Con este bloqueo, la UE no puede avanzar por el camino del acuerdo diplomático de Minsk-II. En concreto, Putin pidió que los acuerdos de Minsk II (que Hollande, Merkel y Putin habían obligado a firmar tanto a Ucrania como al Donbass) sean respetados, y que la OTAN deje de “instrumentar” a Ucrania contra la UE y contra Rusia”.

Esto es trascendente: “El presidente Zelensky estaba haciendo todo lo posible para cumplir con la UE, pero no con la “OTAN Global/ EEUU”. Importante es saber que para Alemania y la UE, lo principal son el Gas de Rusia y el comercio con China. Por lo tanto, si esto es real, entonces lo que la OTAN ha realizado en Ucrania es un golpe de estado, para subordinar a la UE y controlarla. De ese modo, golpea y resta una “pieza” importante al Multipolarismo: la Unión Europea. Pero, al analizar más profundamente, el golpe en Ucrania era necesario para que la OTAN no se debilite estratégicamente. Sin la OTAN, las fuerzas globalistas están literalmente desarmadas, frente a la articulación económica y política de la UE con China y Rusia”.

Para entender el sentido profundo de la consideración, es preciso adentrarse en nuestras Fuentes Seguras de diciembre de 2020, cuando China y la Unión Europea suscribieron a la carrera, previendo el arribo del atlantista Joseph Biden, un acuerdo amplio. Por entonces redactamos: “El año 2021 llega con un acuerdo bajo el brazo. Es, quizás, el anuncio más indicativo del período que comienza, y abarcará un lustro, hasta la composición de un panorama más equilibrado. ¿De qué se trata? Europa y China están –en estos momentos– suscribiendo un pacto económico que supera con holgura las parcelas y se instala como general. Es que involucra, preste atención, elaboración de manufacturas, servicios financieros, bienes raíces, construcción y servicios auxiliares al transporte marítimo y aéreo”.

El pacto difundió optimismo entre los ministros de Economía y los jefes de Estado del viejo continente: “La confluencia es presentada por los protagonistas como un acuerdo de inversión. Se trata de un significativo ida y vuelta, que facilitará a compañías europeas acceder al gigantesco mercado chino, pero también –reflexionemos sobre la acción financiera asiática en el marco de la Organización para la Cooperación de Shangai en la década reciente- y viceversa. Zhang Ming, embajador chino en la Unión Europea, señaló que “ambas partes están trabajando para finalizar las conversaciones sobre el cierre de este año”. 

Desde su asunción, Biden bombardeó la iniciativa, que insertaba a la UE en la Multipolaridad. Ya había operado como mascarón de proa progresista, para aniquilar con un conteo de votos que todavía flota en la indeterminación el intento Red Neck –precario, vociferante, pero intento al fin- del pueblo norteamericano, por zambullirse en el futuro naciente. (Hay estudiosos que fingen no compartir estas líneas, pues temen quedar aislados … en twitter; hay otros que ni siquiera se plantearon el problema; todos andan dando cátedra por aquí y por allá).

Lo cierto es que los europeos, al visualizar la perspectiva de insertar sus empresas en el multitudinario mercado asiático, quedaron fascinados. Lo cierto es que enseguida EEUU motorizó los cuestionamientos de la OTAN, para deprimir a los entusiastas. 

Volvamos al futuro. La actual escalada de los precios del gas y la electricidad sorprendió a los gobiernos europeos con las reservas de gas en mínimos históricos (60 por ciento) y escenificó la división concreta existente con la conducción militar, que remite al supra poder y no a las decisiones electorales. Pues la democracia de los demócratas norteños funciona así: Cuando vence un atlantista, aunque pase a degüello una porción de su propio pueblo, seguirá siendo calificado como democrático, llueve o truene; cuando vence alguien que anhela reposicionar el rol del Estado y potenciar las actividades productivas, será un “populista” haga lo que haga, por los tiempos de los tiempos.

Si abrimos esos binoculares e intentamos atisbar el panorama hacia los años venideros, percibiremos que la paralización del Nord Stream 2, que conecta Rusia con Alemania por el mar Báltico, con una capacidad máxima de transporte de 55.000 millones de metros cúbicos (bcm) de gas al año, y con una vigencia de medio siglo, forzará a la UE a la denominada fracking dependencia estadounidense. Lo cual sería una fucking costosa dependencia. No quieran saber, no le pregunten a nadie, el costo del transporte –y los riesgos colaterales– de enviar semejante cargamento, cotidianamente, a través de buques gaseros.

En un alarde de imaginación, los voceros periodísticos señalaron que en realidad la situación perjudicaría a Rusia, pues dejaría de percibir los pagos europeos por el gas emanado de Gazprom, a través del primer gasoducto en vigencia. En línea con el segundo párrafo de este artículo, es preciso aclarar que semejante e improbable situación fue analizada y resuelta, dos años atrás, por los amigos Vladimir Putin y Xi Jinping. ¿Cómo? China se comprometió, ante una emergencia, a adquirir la mayor parte del volumen enviado a los países europeos, pues su cantidad de habitantes y su creciente elaboración de bienes de producción y consumo puede absorber perfectamente.

SWIFT/ TIC/ DEMOCRACIA. 

Nada de esto significa que el gran capital financiero no pueda dañar a Rusia. De hecho, los bloqueos en el Swift obturarán las operaciones de entidades de ese origen en el exterior, aunque no logren damnificarlas en el propio territorio y en el de las naciones coaligadas. La Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication -es decir, Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales- es una vasta red internacional de comunicaciones entre bancos y otras entidades financieras. Sin embargo, el Oriente ya cuenta con un esquema comunicacional semejante. El paso inicial lo dio otro de los firmes aliados de Rusia, Irán, al colgar el teléfono y articular el contacto con varias naciones. Como lo que importa es el dinero, porque los principios van y vienen, ya son numerosos los bancos europeos que enlazan por lo bajo con ese vínculo naciente.

Otro de los riesgos que debe afrontar Rusia en su campaña, es el eventual bombardeo sobre Crimea o Bielorrusia; vale recordar que ante la creciente ofensiva de Kiev contra Lugansk y Donetsk, salió a defender activamente a los pueblos allí afincados. También es probable que, con tanto movimiento, y con el surgir de negociaciones destinadas a frenar el impulso bélico, los regentes del bloque anglosajón que conduce la OTAN, logren ganar algo de tiempo. Así lo hicieron con la pandemia, lo cual no significa que la hayan lanzado, pero sí que se beneficiaron parcialmente con su despliegue. El tiempo, aunque está del lado de los emergentes, ofrece a algunas compañías que negocian sotto voce un lugar en la Multipolaridad, construir las bases de su adecuación para pervivir en la historia.

En ese camino, será decisiva la combinación de Estados ligados y participación popular. Ese gran poder con que cuenta la humanidad puede ahondar el proceso en marcha -ratificando donde existen y creando donde faltan- instituciones que no puedan ceder a la tentación de la rápida circulación de capital que ofrece, entre nubes, el modelo rentístico. Asimismo, resultará esencial el establecimiento de un nuevo sistema de comunicación social que aproveche las nuevas tecnologías, sea estricto en la seriedad de los materiales difundidos, y al mismo tiempo garantice variedad de puntos de vista y posibilidades de debate abierto.

¿Qué harán las empresas de Tecnologías de la Información y la Comunicación? Hasta ahora se han sometido, como los medios tradicionales, a los dictados del esquema financiero. Lo han hecho hasta el absurdo de invertir plenamente los términos de la realidad, y de censurar incluso la más modesta chispa de razón. A medida que la recomposición del poder mundial se despliegue, surgirán dos caminos: negociar con ellas su adecuación bajo control, o generar otras que las superen en técnica y contenidos. Esta última variante, que parece la más interesante, cuenta con una dificultad: Los realizadores periodísticos de las entidades estatales más importantes que alumbran en la Multipolaridad están atrapados por conceptos antiguos, que les impiden aprehender la era que les toca vivir.

De hecho, el avance Multilateral y el deterioro del poder financiero es el único sendero realmente abierto en este presente para marchar hacia una solución relativa de los grandes problemas planetarios, como explicamos en un trabajo anterior. En esa comprensión, es pertinente aclarar que la contienda en Ucrania, aunque de enorme importancia, no será definitiva, sea cual fuere el resultado que ofrezca. Falta mucho por hacer, y tantas zonas por recuperar. ¿Los Estados Unidos serán el próximo espacio geográfico en litigio? Ya se observan indicios de tensión. Pero claro, como sabemos, ciertas oleadas, antes de llegar a América, deben pasar antes por Europa.»

por William S. Lind

Una Vision Norteamericana sobre el Conflicto en Europa Oriental – Publicada en http://www.traditionalright.com/author/wslind/

Al escribir estas líneas (viernes 25 de febrero), la campaña rusa en Ucrania parece un modelo de guerra de maniobra, una continuación directa de la campaña soviética contra los japoneses en Manchuria en 1945. Pero el año no es 1945, y los resultados pueden ser una victoria operativa pero una derrota estratégica para Rusia.

¿Por qué es ese un resultado probable? No por las sanciones económicas occidentales, para las que Rusia se ha preparado. La pregunta estratégica para la que sospecho que el Kremlin no tiene respuesta es, una vez que hayas tomado Ucrania, ¿qué haces con ella? Cualquier gobierno instalado en Kiev por Rusia no tendrá legitimidad. Los Estados Unidos acaba de enterarse en Afganistán de lo que sucede cuando las tropas extranjeras que respaldan a un gobierno así se van a casa. Si Rusia mantiene fuerzas sustanciales en Ucrania para reforzar su gobierno títere, esos soldados rusos serán objetivos para las fuerzas de resistencia ucranianas. ¿Cómo jugará un flujo constante, aunque de bajo nivel, de bajas rusas en el frente interno?

¿Cómo obtiene Rusia una victoria estratégica de todo esto? ¿Anexando Ucrania? Eso también se topa con el problema de la interminable guerra partidista ucraniana. Es difícil ver un final positivo para Rusia aquí.

No esperaba que el presidente Putin se arriesgara a invadir Ucrania. Es más que un riesgo, es una apuesta, tirar los dados de hierro de la guerra y esperar ganar. Como dice el viejo refrán, la esperanza es un buen desayuno pero una mala cena.

¿Por qué lo hizo Putin? Mi conjetura, sólo un reconocimiento a bordo de un Zeppelin nos lo revela un poco, es que esperaba una solución diplomática. Pero la OTAN, encabezada por Washington, no le ofreció nada, desestimó las preocupaciones de seguridad de Rusia y enfatizó que Ucrania tenía todo el derecho de unirse a la OTAN.

¿Por qué el establishment de la política exterior estadounidense, también conocido como «Blob» (1), tomó una posición que casi obligó a Rusia a ir a la guerra? Tal vez, la respuesta sea solo la combinación habitual de arrogancia e incompetencia de «Blob». Pero, también, es posible que quisiera que Rusia entrara en lo que podría resultar una guerra estratégicamente imposible de ganar. Al igual que el resto del establishment estadounidense, odia a Rusia porque Rusia rechaza al marxismo cultural, al igual que la mayoría de los países del antiguo bloque soviético. Parece que saben un par de cosas sobre el marxismo y no están tan ansiosos por obtener otra dosis de él. Al observar los motivos de «Blob», recuerde que los EEUU no tienen intereses reales en juego en Ucrania. Nuestra participación es estratégicamente gratuita. La motivación ideológica, está en Washington, no en Moscú, puede ser al menos una explicación parcial del papel inútil que ha jugado por los Estados Unidos.

Del lado ruso, el presidente Putin comenzó con un movimiento brillante (solo el expresidente Trump, entre los líderes estadounidenses, reconoció su brillantez). Al reconocer la independencia de las dos provincias orientales de Ucrania, puso al gobierno ucraniano ante un dilema. Si aceptaba la pérdida de esas provincias, estaba acabado políticamente. Si Ucrania los invadiera, Rusia podría presentar su ataque a Ucrania como una respuesta defensiva. Rusia habría estado en una posición relativamente fuerte en el nivel moral de la guerra. Pero Putin se apresuró, con el resultado de que ahora Rusia es vista universalmente como el agresor. Hay momentos en que la inacción es una forma de acción, y Putin no entendió que ese era ese momento.

Quizás la pregunta más importante en este punto del conflicto es, ¿se expandirá para incluir a la OTAN? No espero que la OTAN cambie de posición e intervenga en Ucrania. Pero hay al menos dos escenarios que conducen a la participación de la OTAN en los combates. La primera es si, en respuesta a los movimientos rusos hacia el oeste de Ucrania, Polonia envía tropas para asegurar el territorio que fue, entre las guerras, polaco, incluida la importante ciudad de Lemberg (ahora Lviv). El otro es similar: si Rusia decide tomar Moldavia de paso, Rumanía, que también reclama Moldavia, podría intervenir. En ambos casos, las fuerzas armadas de los países de la OTAN habrían tomado la ofensiva, por lo que la OTAN no estaría obligada a acudir en su ayuda. Pero el estado de ánimo agresivo en Washington podría llevarlo a hacerlo, con resultados incalculables.

¿Qué significa esta guerra de Estado contra Estado para la teoría de la guerra de 4ta Generación, y viceversa? Aquellos que rechazan el concepto, dirán que prueba su caso de que la rivalidad entre las grandes potencias seguirá determinando los asuntos internacionales. Pero las rupturas entre generaciones de guerra no son limpias. Si lo fueran, las fuerzas armadas de los EE UU actuales seguirían tomando como modelo al ejército francés de segunda generación de la década de 1930, un modelo que fue derrotado en seis semanas en 1940 cuando fue atacado por la Wehrmacht de tercera generación. El cambio institucional lleva tiempo, a menudo demasiado tiempo para que las grandes potencias contemporáneas mantengan sus posiciones.

La teoría la Guerras de 4ta Generación plantea otro punto: si Rusia falla estratégicamente, puede haber un grave peligro de que el Estado ruso, no solo su gobierno actual, se desmorone. Esa era una posibilidad real durante los años de Yeltsin, y la razón por la que el presidente Putin es popular en Rusia es porque ha fortalecido el Estado. «The Blob» vería la desintegración de Rusia con deleite, al menos hasta que las implicaciones de una vasta región sin Estado con armas nucleares golpeen su hogar, posiblemente con una nube de forma de hongo o de dos.

Como alguien que reconoce la importancia de Rusia en la defensa de la Cristiandad, manteniendo como lo hace todo su flanco derecho desde el Mar Negro hasta Vladivostok, no estoy feliz o con el potencial que tiene la guerra en Ucrania para deslegitimar una derrota estratégica rusa. Pero Rusia parece haber caído en la misma trampa en la que saltó Japón en la década de 1930, la trampa de actuar fuera de tiempo. Japón se vio a sí mismo simplemente haciendo lo que las potencias europeas hicieron antes de la Primera Guerra Mundial, invadiendo otros países y sometiéndolos a su imperio. Pero el mundo de la posguerra era un lugar diferente, y lo que era legítimo en 1880 no lo era en 1937. El objetivo aparente del presidente Putin, restaurar el Imperio Ruso, habría sido aceptable en el siglo XIX, tal vez en la mayor parte del siglo XX. Pero hoy no lo es, a menos que se logre pacíficamente. Oremos para que las consecuencias de que Rusia actúe fuera de tiempo no nos engullan a todos.

Traducción y nota: Carlos Pissolito

Nota:

(1) Blob es palabra inglesa que designa a una mancha pegajosa y sucia, se lo usa como un término despectivo.

Autorizada su publicacion por el Cnel (r) Carlos Pissolito Fuente: https://espacioestrategico.blogspot.com/2022/02/putin-tira-los-dados-de-hierro.html

Especial para Dossier Geopolitico Por Abner Munguía Gaspar Profesor Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales UNAM

Al momento de entregar este trabajo de investigación, los eventos mundiales se han transformado de forma dramática, toda vez que el lunes 21 de febrero de 2022 el presidente de Rusia Vladimir Putin llevó a cabo el reconocimiento de las Repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk ubicadas en el sureste de Ucrania. Como resultado de esa decisión se presentaron solicitudes de los liderazgos políticos de ambas provincias demandando que Rusia les otorgue apoyo militar para combatir los ataques provenientes de las fuerzas militares de Kiev.

A partir de ese evento el presidente Putin tomó la decisión de llevar a cabo una “operación militar especial” hacia el interior del territorio de Ucrania, misma que ordenó el 23 de febrero con el objetivo de llevar a cabo una desnazificación así como desmilitarizar a Ucrania, con el objetivo de evitar que esta ingrese a la OTAN, con lo cual Moscú pretende que la alianza atlántica no tenga capacidad de instalar misiles con cabezas nucleares en dirección de Moscú.

Es altamente posible que el evento detonador que influyó en la decisión del presidente Putin para tomar este paso se derivó de las declaraciones del presidente de Ucrania Volodomir Selenski en el marco de la Conferencia Internacional en Seguridad que se celebra cada año en la ciudad alemana de Munich, en la cual en la cumbre de 2022 el mandatario ucraniano mencionó que su país podría buscar reestablecer su posición como una nación poseedora de armas nucleares.

Lo anterior parece haber generado la gota que derramó el vaso en el contexto del acoso estratégico de occidente hacia Moscú, toda vez que las relaciones entre Rusia y Estados Unidos a partir del ascenso del presidente demócrata Joe Biden se deterioraron rápidamente tras 4 años de relativa paz en el contexto bilateral que se debió al manejo de la política exterior de Estados Unidos en la era de Donald Trump. 

Es importante resaltar que en la coyuntura en la que se han presentado los ataques rusos al gobierno neo nazi de Kiev, la popularidad de la dupla presidencial de Joe Biden y la vice presidenta Kamala Harris atraviesan por su peor momento, por lo cual para el binomio presidencial mostrarse ante el mundo como los líderes de la democracia y la libertad no les viene mal pensado que están por enfrentar una agenda electoral interna muy complicada donde no se vislumbra que puedan mantenerse en  el poder.

No obstante atizar el conflicto en Ucrania ha sido posible gracias al apoyo económico, así como militar que ha recibido la junta de Kiev de sus contrapartes occidentales quienes durante meses han suministrado armamento y han buscado generar un acorralamiento sobre Moscú. 

A partir de este momento la retórica se ha apoderado de los medios, los cuales como es costumbre toman partido de acuerdo a los intereses de quienes los patrocinan, es por ello que la guerra mediática que ha iniciado la OTAN a partir de nuevos conceptos como la guerra cognitiva buscan ya no solo controlar el flujo de información y la propaganda clásica, sino ir más allá al buscar dominar la forma en cómo la población objetivo piensa y procesa la información con lo cual dichas poblaciones se vuelven amplificadores del mensaje que se quiere difundir, así los objetivos son las mentes de los receptores que al pensar de la forma que busca el emisor del mensaje se asegura que el control de la información política se mantenga dentro de los parámetros que busca quien emite el mensaje.

Este tipo de técnica de guerra cognitiva es la que se esta ejecutando en el contexto de las operaciones militares de Rusia en Ucrania, toda vez que se ha distorsionado por completo tanto los objetivos que persigue Moscú en su incursión hacia su vecino ucraniano, donde en la prensa internacional se omiten los ataques sistemáticos durante ocho años a las poblaciones del Donbass, así como el hecho de que una junta de corte neo nazi ascendió al poder con el apoyo político, económico y militar de occidente, toda vez que si eso se reconociera en los medios sería el equivalente a decir que occidente y particularmente el conjunto político demócrata apoya un proyecto neo nazi, lo cual no encaja muy bien con el discurso de políticas de inclusión social que buscan proyectar.

En este sentido las operaciones militares de Rusia han sido criticadas por los medios occidentales bajo el contexto de una operación imperialista que busca incrementar el poder de dominio de Vladimir Putin, de forma que la retórica anti rusa que durante años ha sido promovida por el lobby anti ruso en los Estados Unidos, cobra sus mayores frutos, toda vez que Washington busca una operación de limpieza de su imagen tras su salida poco honrosa de Afganistán en donde las violaciones a Derechos Humanos no serán investigadas, por ello desde Washington se busca proyectar un discurso centrado en un mensaje de protección a la libertad y lucha contra la tiranía, focalizando como enemigo de la humanidad a Vladimir Putin, con lo cual es posible afirmar que una nueva revolución de color se ha puesto en marcha, pero ahora se proyecta con un alcance de escala global, donde el objetivo es la conquista del territorio ruso. 

Asimismo, como en el pasado en que los grandes lideres castrenses occidentales como Napoleón en 1812, así como Hitler en 1941 iniciaron sendas campañas militares con el objetivo de invadir Rusia, siempre tuvieron en mente que el gran botín de guerra sería el enorme territorio ruso, el cual como es ampliamente sabido cuenta con grandes reservas de minerales y recursos estratégicos. Este objetivo lo planteó de forma explícita Zbigniew Brzezinski ex asesor de Jimy Carter y quien es considerado uno de los principales estrategas de política exterior de Estados Unidos. Brzezinski en un artículo publicado en 1997 en la revista Foreing Affairs titulado “Una geoestrategia para Eurasia”, propuso que era imperativo para Estados Unidos implementar una serie de estrategias políticas que buscaran la balcanización de Rusia en tres territorios independientes.

En el actual contexto asistimos a una nueva operación “Barbaroja”, como la que lanzaron los Nazis en Julio de 1941, ya que simultáneamente al manejo mediático de guerra cognitiva descrito arriba, la OTAN y el Departamento de Defesa de Estados Unidos preparan una gran cantidad de tropas y equipo militar en las inmediaciones de Rusia. Resulta evidente que esta es la primera fase de la guerra contra Rusia, ya que el primer objetivo es tener el apoyo mediático global que haga ver como justificado un futuro ataque militar masivo contra Rusia el cual buscará evidenciar a través del argumento de que Moscú fue quien agredió a Kiev.

No obstante, para quien escribe estas líneas es fundamental no perder de vista que la iniciativa militar de Rusia se puede plantear en al menos tres factores. 1. Es una respuesta al acoso de 30 años por parte de la OTAN como parte de una expansión injustificada y que responde a los mecanismos del keynesianismo militar, 2. Busca desnazificar a las bases políticas de Ucrania, las cuales son utilizadas como una cuña entre Occidente y Rusia cuyo objetivo final es que la cultura eslava sea destruida al tiempo que Rusia deje de ser un obstáculo para la expansión a la inversión de Occidente al tiempo que este pueda tener el control de los recursos estratégicos y críticos localizados en su territorio. 

Adicionalmente no se debe olvidar que de acuerdo con análisis estratégicos y de tendencias globales suministrados por el Gobierno Británico las tendencias ambientales en el marco del calentamiento global generarán grandes perturbaciones mundiales, ya que asumen que el aumento de 2 o 3 grados Celsius ya no se podrán detener sin importar las acciones de mitigación. 

Lo anterior tiene un gran impacto sobre la importancia estratégica territorial de Rusia, ya que de acuerdo con los estudios de la Brookings Institution en conjunto con la London School of Economics se espera que el centro territorial de Eurasia se mantenga relativamente estable ante las futuras perturbaciones climáticas, por lo cual el control del territorio de Rusia se vuelve fundamental debido a que dichas instituciones proyectan que el enorme territorio ruso no se verá afectado de forma central por las futuras transformaciones climáticas globales, toda vez que el calentamiento global actual tiene el potencial de abrir el territorio siberiano para convertirse en uno de los principales centros de producción agrícola del mundo. Lo anterior aumenta el valor estratégico del territorio de Rusia, el cual es necesario ser controlado por Occidente para generar una nueva solución espacial que permita no solo nuevos ciclos de acumulación, sino también tener acceso irrestricto a un espacio territorial estratégico que sirva a los intereses de inversión de Occidente, así como a los proyectos globalistas de monopolización del mercado alimentario que actualmente encabeza Bill Gates.

Debido a lo anterior y solo por enumerar algunos de los principales elementos inmersos en la ecuación de dominio territorial sobre Rusia y sin considerar las reservas de tierras raras así como de otros minerales estratégicos, así como de foresta y biota, es necesario para Occidente que Rusia colapse como una nación soberana toda vez que su ejercicio de soberanía afecta el libre ejercicio de los proyectos occidentales, particularmente del alto sector empresarial tanto para el acceso a recursos como para la relocalización de poblaciones a nivel mundial, procesos que han sido estudiados desde el siglo XX por geógrafos estadounidenses como Isahia Bowman y que actualmente desarrollan los estudios de la Brookings Institution.

Asimismo, el tercer elemento a resaltar y que resulta muy controvertido pero que permite analizar la iniciativa militar de Rusia como una estrategia de partida doble, es contextualizar la operación militar especial rusa como una acción de respuesta concreta y que manifiesta que Moscú no ejerce un bluff mediático con relación a la superioridad militar en materia de armas estratégicas como muchos medios occidentales lo asumieron. No obstante en redes sociales es de esperar que se presenten imágenes de incompetencia militar rusa, ya que el mundo entero está siendo objetivo de una guerra global de propaganda fundamentada alrededor del concepto de guerra cognitiva que describimos con anterioridad. 

Simultáneamente la acción militar rusa pretende desestabilizar las capacidades de respuesta de Occidente toda vez que la coordinación de contestaciones militares y de sanciones económicas es muy posible que no sean totalmente coordinadas, a pesar que al momento de redactar estas líneas se muestra una aparente unidad en todo Occidente, sin embargo no hay que perder de vista que la estrategia de Rusia es de larga duración y buscará esperar a que Europa se debilite como resultado de los impactos de las sanciones en Rusia, ya que Moscú tendrá la ventaja de los precios altos de los energéticos así como un flujo reducido de materias primas necesarias para la industria europea, la cual no está lista para trabajar en condiciones de bloqueo como lo ha realizados Rusia por ocho años con mucho éxito. 

Asimismo conforme el impacto económico de las sanciones haga mella en la población europea, las repercusiones políticas serán profundas en el viejo continente, dinámica que favorece el entorno para el desarrollo de procesos político-revolucionarios que tiendan a profundizar la lucha política contra los regímenes liberales y favorecedores del posmodernismo económico y del marxismo cultural, lo cual promoverá el ascenso político de facciones conservadoras y que buscan restituir el Dasein europeo.

La iniciativa militar de Rusia tendrá repercusiones financieras importantes, ya que  es previsible que Occidente acentué su régimen de sanciones económicas , dinámica que ya ha iniciado por medio de una desconexión parcial de ciertos bancos rusos del sistema Swift, lo anterior le abre la oportunidad a Rusia de abandonar el sistema dólar e incentivar una contraofensiva geofinanciera que se coordine con China, lo cual convierte a esta crisis en un preludio de guerra global, toda vez que la guerra comercial iniciada en la administración de Donald Trump estableció las bases para que las relaciones entre China y Estados Unidos iniciaran un proceso de deterioro muy importante, el cual se ha acentuado durante el contexto de los dos primeros años de pandemia global por Covid-19.  

La estrategia de acorralamiento para lanzar un ataque militar de la OTAN en múltiples frentes es el guion diseñado por la RAND Corporation en un documento titulado: “Extending Russia. Competing for Advantageous Ground”, en el cual se describen las medidas de guerra económica que deben ser emprendidas contra Rusia, como las siguientes: reducir las exportaciones de petróleo y gas, cortar la expansión de gasoductos, imponer sanciones económicas y acelerar la fuga de cerebros.

A lo anterior se debe sumar el apoyo de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá al envío de toneladas de armamento a Ucrania en los meses previos a la decisión de Putin de intervenir en Ucrania, adicionalmente dichas armas no son regalos del complejo armamentístico occidental, ya que el gobierno de Kiev tendrá que pagar por las líneas de crédito por medio de las cuales las armas han sido enviadas hacia su territorio.

El escenario descrito permite plantear a Estados Unidos el bloqueo económico hacia la infraestructura energética de mayor importancia estratégica que Moscú construyó con sus socios económicos europeos, particularmente alemanes y que se materializa en el gasoducto Nord Stream 2, el cual como fue analizado en el capítulo 8 sufrió de grandes obstáculos para lograr ser terminado, ante la situación actual la Unión Europea en conjunto con los Estados Unidos preparan el paquete de sanciones económicas más grande de la historia lanzado contra una nación, mismas que son coordinadas por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, y en las cuales es imperativo para las fuerzas atlantistas eliminar el gasoducto Nord Stream 2 de la escena geopolítica europea.

En ese contexto el gasoducto Nord Stream 2 ha sido bloqueado y su aprobación para iniciar operaciones por parte de la Unión Europea ha sido suspendida de forma indefinida, lo anterior abre las puertas a las exportaciones de shale gas que Estados Unidos ha desarrollado en los últimos 14 años y que le han posicionado entre los principales productores de hidrocarburos del mundo, no obstante desde 2015 ha sido muy cuestionada la capacidad real de Estados Unidos para abastecer la demanda europea de gas natural, toda vez que su mercado interno consume la mayor parte de su producción. 

En ese escenario es claro que el objetivo de Washington es destruir la economía física de Europa ya que pagaría más por sus importaciones de gas y petróleo al tiempo que tendría un acceso limitado a las fuentes de energía, dejando solo disponibles una batería de fuentes alternas que al ser de menor densidad de energía condenarían a Europa a un proceso irreversible de autodestrucción económico y social, muy semejante al que se aprecia en ciudades estadounidenses que han sufrido procesos de desindustrialización como Detroit.

Adicionalmente los precios de cotización del petróleo se han reactivado, superando así las limitaciones de la pandemia de Covid-19, alcanzando máximos de cotización no vistos desde 2014, donde la mezcla Brent alcanzó los 105 dólares el barril al cerrar la jornada del 24 de febrero, mientras que el gas natural ha mostrado aumentos del 53% para el mercado regional europeo, según lo reporta el rotativo británico The Guardian.

En este mismo sentido se orienta la prensa financiera estadounidense, donde desde el Wall Street Journal se propone que Europa corte definitivamente el suministro de gas de Rusia lo que permitiría que las empresas estadounidenses pudiesen ingresar al mercado europeo y abastecer con gas “democrático” proveniente de las cuencas estadounidenses a Europa, lo cual también puede plantear la necesidad de hacer arreglos de exportación con Qatar, con el objetivo de abastecer la demanda europea. 

Debido a lo anterior resultó interesante el Twitt publicado el día 22 de febrero por Dmitry Medvedev jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Rusia, en el cual señalaba que debido al bloqueo del Nord Stream 2, “muy pronto los europeos deberán pagar 2,000 euros por un volumen de 1000 metros cúbicos de gas natural”.

Lo anterior plantea que Europa es de nueva cuenta no solo escenario de una conflagración en escalada, sino que al igual que en la crisis energética de 1973 en la cual el arribo del mercado de petrodólares le aseguró a Estados Unidos detener el crecimiento económico de Europa y Japón ya que ambos debieron pagar más dinero y demandar una mayor cantidad de dólares por la misma cantidad de hidrocarburos, lo cual desaceleró su crecimiento así como su dominio de mercado que en ese entonces ya mostraba una gran presión hacia el sector empresarial de los Estados Unidos.     

En el actual contexto desconectar a Europa de los gasoductos rusos le aseguraría a Europa ingresar en una era de hiperinflación y estancamiento económico, particularmente porque el sector energético verde no ha dado muestras de tener la capacidad de densidad de flujo energético para sustituir con eficiencia a los combustibles fósiles. 

Se torna evidente que la escalada de conflicto en Ucrania buscó poner al liderazgo político ruso en una encrucijada, por una parte las acusaciones de violaciones al Derecho Internacional como producto del reconocimiento de las provincias del Donbass así como la subsecuente incursión militar resultan cruciales para la proyección de guerra cognitiva en la cual Rusia debe ser vista como una nación agresora, lo cual abre el camino para que una futura incursión militar de la OTAN hacia Rusia se muestre como guerra justa y en respuesta a la defensa de los valores de libertad posmoderna.

Es evidente que esta dinámica busca por medio de una clásica confrontación intercapitalista producir una solución espacial para incentivar el proceso de acumulación de capital favoreciendo al sector empresarial estadounidense, sin embargo es fundamental visualizar la respuesta que provenga de las naciones continentales de Eurasia, ya que el sistema de alianzas eurasiático se encuentra desarrollándose a gran velocidad, donde es indiscutible que el liderazgo estadounidense pretende lanzar una guerra contra Rusia que busque su desaparición como una nación políticamente fuerte y con capacidad de ejercicio de soberanía, ya que Moscú desde la Segunda Guerra Mundial ha sido un gran obstáculo para los proyectos de expansión globalista lanzados desde el núcleo empresarial occidental anglosajón. 

En este sentido y considerando un contexto de escalada en el marco de la actual confrontación en Europa, el teatro de operaciones no se limita al viejo continente, en el corto plazo es de esperar que se inicie la coordinación de acciones militares por parte de los grandes actores de Eurasia, donde después de la cumbre entre Xi Jinping y Vladimir Putin en el marco del inicio de los juegos olímpicos de invierno de 2022, se llevó a cabo una declaración conjunta en la cual se plantea que la cooperación entre ambas potencias no tiene límites, lo cual plantea la formalización de una alianza entre Rusia y China, donde la complementariedad entre la Nueva Ruta de la Seda de China así como la Unión Económica Eurasiática de Rusia centradas en el desarrollo tecnológico y comercial del gran espacio eurasiático buscan la creación de un modelo económico alternativo al contexto dominado por Estados Unidos.  

Por una parte es importante mencionar que las sanciones económicas propuestas por Occidente que se anuncian hacia Rusia como el mayor paquete de la historia jamás lanzado contra nación alguna, tiene el potencial de orientar a Rusia a la creación de un modelo económico alternativo, toda vez que la tradición económica rusa con antecedentes en la teoría marxista le otorgan la posibilidad de tener las herramientas para comprender los fundamentos de la crisis del sistema financiero Occidental, esas categorías hace mucho que fueron desechadas en Occidente, por lo cual no tiene las herramientas conceptuales para comprender  la orientación de la crisis interna en los frentes económicos y financieros que enfrenta.

Por otra parte la influencia económica física que también se encuentra en la tradición económica rusa y que proviene de las últimas décadas del periodo zarista y que tuvieron inspiración en el modelo estadounidense hamiltoniano, son de gran relevancia para comprender que Rusia al encontrarse bajo ataque y bloqueo económico por parte de Estados Unidos y Europa y tras ocho largos años de experiencia en el manejo de sanciones económicas puede encontrarse en el borde de la creación de un modelo económico y comercial que rechace al dólar como la principal moneda de intercambios comerciales.

Lo anterior abre una gran gama de posibilidades para reconfigurar la estructura económica del siglo XXI, ya que el posible tránsito hacia un esquema económico, comercial y financiero no basado en el dólar es fundamental para consolidar un sistema económico eurasiático en el cual la influencia de Washington se vea sumamente disminuida, lo anterior es fundamental tenerlo presente porque tanto China como Rusia son las naciones que se han lanzado a construir la infraestructura estratégica de conexión marítima y terrestre al interior de Eurasia. 

Por ello es importante no perder de vista que la presión ejercida hacia Rusia con amenazas como excluirla del sistema de pagos internacionales comúnmente conocida como SWIFT, y que ha sido denominado en la prensa financiera como la bomba atómica de las finanzas, de concretarse solo acelerará la propia defunción del dólar, ya que otros productores de materias primas así como socios comerciales de China buscarán medios alternativos al mercado internacional centrado en los intercambios comerciales centrados en dólares, donde una combinación de criptomonedas sustentadas por oro es una alternativa financiera muy viable para que Moscú pueda sortear las sanciones económicas. 

Adicionalmente la expulsión de Rusia del sistema SWIFT plantea que este mecanismo con sede en Bélgica deja de tener neutralidad política y que responde a intereses geopolíticos de las potencias occidentales, particularmente de Estados Unidos, además se debe tener en cuenta que una gran cantidad de líneas de crédito que tiene Rusia con diferentes bancos occidentales no serán pagadas, lo cual tiene una importante implicación hacia China, nación que tiene un gran interés en no depender de los sistemas de pago controlados por Occidente, las sanciones económicas hacia Rusia fundamentadas en su expulsión aún parcial del sistema SWIFT acelerarán las acciones de coordinación entre Rusia y China por abandonarlo por completo, lo cual puede jalar al resto de naciones aliadas de ambos países lo cual en el lado de Beijing es altamente atractivo ya que hoy cuenta con un número mayor de socios comerciales en comparación de los que posee Estados Unidos.

Finalmente la aceleración hacia la consolidación de un modelo tripolar se ha profundizado en donde la guerra intercapitalista en el control de espacios geográficos estratégicos en materia de producción, transporte y comercialización de hidrocarburos, particularmente el caso del gas natural se posiciona en el centro de la territorialidad geopolítica y geoeconómica que define el futuro del sector energético mundial, lamentablemente el contexto de guerra económica y militar ya se instaló en el teatro de operaciones europeo y Estados Unidos parece buscar acelerar la proyección de fuerza militar y económico-financiera sobre Rusia, por ello el control físico de materias primas estratégicas le permite a Rusia iniciar una reconfiguración del sistema de alianzas mundiales, donde la interconectividad con China resulta primordial, consecuentemente no es extraño que Rusia inicie procesos de contraataque económico centrado en el bloque de exportaciones de recursos estratégicos como el Paladio que es fundamental en la producción de Chips, tan necesarios para la fabricación de un sin número de productos de alto perfil tecnológico,

Finalmente, todo indica que el sistema internacional ha iniciado ya el proceso de transición hacia un nuevo esquema de la territorialidad del mercado energético y de materias primas estratégicas, sin embargo la profundidad geopolítica y geohistórica de este proceso es muy grande ya que la iniciativa militar de Rusia abre grandes posibilidades para generar una transformación del orden internacional unipolar controlado por Occidente y particularmente por los Estados Unidos, de ahí que la respuesta de las élites de Occidente contra Rusia sean tan efusivas y emocionales, Occidente perdió la iniciativa estratégica y no está dispuesta a ir a una guerra total, ya que al ser amantes de los valores de cambio así como de una tasa de acumulación sin límites, saben que los días de un sistema económico basado en el dólar están contados y por ello buscarán destruir a Rusia y China para que la interconectividad terrestre y marítima de Eurasia no se concrete ya que ello significaría el fin del dominio de las talasocracias en el tablero mundial donde la iniciativa militar de Moscú es la pieza clave para la transformación del sistema económico y político global en dirección no solo de un esquema de poder tripolar sino aún más allá de un contexto multipolar centrado en regionalismos económicos y balances de poder, sin embargo la estrategia militar rusa será clave para orientar este proceso que ya no tiene reversa, Rusia será líder en este proceso o será destruida por Occidente a partir de este momento de la historia ya no habrá marcha atrás, ya que el sistema de dominación geopolítico anglosajón se encuentra bajo ataque y todo dependerá de los procesos de ofensiva y contraofensiva en la partida estratégica más importante de la historia.

Dossier Geopolitico tiene el placer de incorporar entre su equipo de colaboradores al Lic. Eduardo Luque Guerrero (Deifontes, Granada, 1958) es Licenciado en Pedagogía y Psicopedagogía. Perteneció a los “Movimientos de renovación pedagógica del Vallès Occidental” (Barcelona) y ha participado en Brigadas de Solidaridad en Irak (en dos oportunidades), Cuba o Siria, colaborando con los refugiados palestinos. Colabora asiduamente con El Viejo Topo y con otras revistas de carácter profesional, y es autor de los libros Asalto a la educación. La reforma educativa del PP  y Nos quieren más tontos.

Eduardo Luque analiza para el sitio Diario Canarias Semanal el actual conflicto y sus aristas poco conocidas

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Dossier Geopolitico.

Por Heinz Dieterich solicitado por el autor para ser publicado en Dossier Geopolitico

1. Ucrania: la última batalla del Siglo 20

Cuando cayó la Unión Soviética en 1990-91, Washington decidió dar el golpe de gracia definitivo a sus dos rivales geopolíticos principales: Rusia y China. Removerlos como “sociedades viables” (viable societies) y competidores del sistema mundial, tal como el presidente Eisenhower había definido los supremos objetivos de la política exterior estadounidense en 1961, en el Single Integrated Operational Plan (SIOP): un ataque nuclear sorpresa contra los centros urbanos y blancos industriales de Rusia y China. 

En términos militares de los nazis, un Blitzkrieg nuclear que planeaba aniquilar al 71% de la población urbana rusa y al 53% de la población urbana de China con el objetivo de lograr el desmembramiento secular de Rusia y China para la futura sociedad global.

2. Dominio mundial de Washington

La finalidad del SIOP, expresada con brutal claridad en los documentos desclasificados, era «destruir la voluntad y la capacidad del bloque chino-soviético para hacer la guerra, eliminar al enemigo de la categoría de una gran potencia industrial y asegurar un equilibrio de poder de posguerra favorable a los Estados Unidos» –  “A Surprise Nuclear Attack  in order to destroy the will and ability of the Sino-Soviet Bloc to wage war, remove the enemy from the category of a major industrial power,  and assure a post-war balance of power favorable to the United States.”

Esta doctrina imperial-totalitaria ha sido el incuestionable guión rojo de la política de todos los presidentes estadunidenses, desde que Henry Luce publicó su célebre editorial “The American Century” en 1941 (revista Life), para justificar la entrada de Washington en la Segunda Guerra Mundial.

3. Autodestrucción del American Century imperialista

Al collapsar el Socialismo soviético (1991), Washington decidió usar dos grandes estratagemas políticos para “rematar” a sus potenciales rivales globales Rusia y China: 1. expandir su organización bélica OTAN (North Atlantic Treaty Organization, NATO) hacia oriente, lo más cerca posible a Moscú, para dominar Rusia militarmente; 2. impedir que renaciera la alianza estratégica Rusia-China, porque formaría un Bloque de Poder regional invencible.

Ambas estrategias han sido cortadas de raíz por la operación militar específica rusa de “desnazificación” y “desmilitarización” de ese protectorado euroasiático de Washington, encabezado por el comediante profesional Zelenski, sin que Washington o sus “perros falderos” políticos en Londres, París, Berlín, Varsovia y Bruselas pudieran impedirlo. Los contactos clandestinos de Biden con Beijing, solicitando que China se distanciara de Putin, no sólo fueron rechazados por el PCC, sino la información respectiva fue entregada al aliado estratégico Putin. Y, teniendo Rusia las Fuerzas Armadas más poderosas de la tierra, que derrotarían al ejército estadounidense tanto en el campo de las armas estratégicas como en una guerra convencional, no hay nada que el Imperialismo occidental puede hacer para salvar a su gobierno títere en Kiev.

4. La Profecía de la Autodestrucción

George Kennan, el más brillante estratega estadounidense del Siglo 20, quién formuló en 1947 la “containment” strategy para derrotar a la URSS, vio con terror la imparable expansión del imperialismo estadounidense y sus títeres europeos hacia las fronteras de Rusia. En un artículo profético en el New York Times, en 1997, Kennan advirtió que la expansión hacia Rusia “would be the most fateful error of American policy in the entire post-cold-war era” – “sería el error más fatídico de la política estadounidense en toda la era posterior a la guerra fría.”

Y, preveía también las consecuencias. El programa expansionista de la OTAN hacia Rusia, obligaría a Moscú aceptarlo como un “hecho militar” que lo forzaría a buscar “garantías para un futuro seguro y esperanzador en otras latitudes”: a “military fait accompli” finding it imperative to search elsewhere for “guarantees of a secure and hopeful future for themselves.” Esta búsqueda

por seguridad y futuro generó la alianza estratégica con China, cuyas normas para un nuevo orden mundial multipolar fueron dadas a conocer por Putin y Xi en su Declaración Conjunta el 4 de febrero, 2022.

5. Treinta años de Mentiras y Agresiones de Washington

«La OTAN no se extenderá ni formal ni informalmente hacia el Este», fue el compromiso de Washington en las negociaciones sobre la reunificación alemana y la retirada de las tropas soviéticas, en 1991, como consta en múltiples documentos firmados por representantes de Estados Unidos, Francia, Alemania y Gran Bretaña que son del dominio público. (Ver, p.e., la revista alemana Der Spiegel, 8/2022). Pero, como suele suceder con las solemnes palabras y compromisos del imperialismo las obligaciones contraídas ni valían el papel sobre el cual fueron escritos.

Cuatro años después, en 1995, Washington y la OTAN, bajo el comando del presidente Bill Clinton, bombardearon a las fuerzas de Serbia en Bosnia y Herzegovina. Mil aviones de guerra realizaron más de 38,000 ataques aéreos contra las fuerzas serbias, desde bases en Italia y Alemania y buques de guerra estadunidenses, sin autorización del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Es decir, un claro acto de guerra de agresión y de violación del derecho internacional.

En marzo de 1999, Bill Clinton y la OTAN realizaron una nueva campaña de bombardeos contra Serbia, creando el flamante Estado de “Kosovo” en 2008, que hoy día no es más que un centro logístico del pentagonismo estadunidense y del narcotráfico internacional. Ya en 2004, la organización bélica imperialista había dado un salto cualitativo con la aceptación de siete países de Europa central y oriental: Bulgaria, EstoniaLetoniaLituaniaRumaniaEslovaquia y Eslovenia. En 2008, Polonia, Hungría y la República Checa también se adhirieron. Un año después siguieron Albania y Croacia y de 2017 a 2020 se adhirieron Bosnia y Herzegovina y Macedonia del Norte.

De esta manera, la organización bélica fundada supuestamente para la defensa del Atlántico Norte (OTAN), creció de sus 12 miembros fundadores en 1949 a 30, cinco de los cuales comparten fronteras con Rusia: Estonia, Latvia, Polonia, Lituania y Noruega, violentando flagrantemente a cada paso los acuerdos contraídos con Rusia en 1990-91 y los intereses de seguridad elementales de esta potencia mundial. Todas las advertencias del presidente Putin sobre los peligros del expansionismo euroasiático oriental de la OTAN, por ejemplo, su temprana advertencia en la Conferencia de Seguridad de Muenchen en el año 2007, fueron ignorados por Washington. Imparablemente el cáncer imperialista se acercó a las líneas de seguridad nacional de Rusia, tal como Kennan había previsto.

6. Kennedy y Putin

En octubre de 1962, el presidente John F. Kennedy notificó a los estadounidenses, que había misiles soviéticos con armas nucleares en Cuba y que había decidido un bloqueo naval alrededor de la isla y la preparación militar para neutralizar esta “amenaza a la seguridad nacional”. Durante 13 días el mundo estaba al borde del holocausto nuclear, hasta que el líder soviético Nikita Khrushchev ofreció retirar los misiles a cambio de que Washington prometiera no invadir Cuba y retirar (en secreto) los misiles estadounidenses de Turquía. El equivalente funcional de este acuerdo en Ucrania es la declaración de la neutralidad del país. Ni la oligarquía ucraniana ni el complejo militar-industrial estadunidense, que maneja la política internacional de Washington, tenía la menor intención, de usar ese mecanismo de distensión.

7. Cuba y Ucrania

La razón militar esgrimida por Kennedy es conocida en las ciencias militares como “la profundidad estratégica” (strategic depth) necesaria para la defensa de un país, caso que no estaba dado por la cercanía de Cuba con Miami (90 millas). Es la misma razón que obligó a Putin a efectuar la operación militar específica en Ucrania, porque la solicitada integración del failed state Ucrania a la OTAN; la agresión militar a Donbass y Lugansk después de la contrarrevolución de color del Euromaidán del 2014; la discriminación y represión de los 8 millones de ciudadanos rusos y el sabotaje sistemático a los Acuerdos de Minsk, del mismo año; el creciente peso de las tendencias  y fuerzas neonazis y el intenso despliegue de armamento e instructores de la OTAN en Ucrania, generaron una amenaza a la seguridad nacional de Rusia, que ningún presidente responsable de Rusia podía ignorar. Porque afectaba un concepto militar de vida o muerte para la defensa de la nación: “la profundidad estratégica” (strategic depth) del espacio ruso que había salvado al país en las invasiones de Napoleón y Hitler. En rigor, el mismo argumento bélico que usó Kennedy en su bloqueo naval a Cuba.

8. Putin y la Contrarrevolución de Color

En resumen: la «operación militar especial» de Putin para defender a la gente de Donbass de una inminente ofensiva general del régimen neonazi de Kiev  –que ha cobrado 13,000 vidas en la región desde la Revolución de Color de 2014, es decir, el golpe de Estado lumpen-oligárquico financiado con 5 mil millones de dólares desde Washington (Victoria Nuland dixit)–  no sólo está plenamente justificada en el derecho internacional por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, sino concuerda plenamente con la praxis y doctrina militar de la legítima autodefensa de los Estados ante una amenaza inminente que emana de un Estado vecino o fuerzas enemigas.

9. Guerra Secular contra Rusia y China

Pese a la sistemática campaña de mentiras de los medios de desinformación burgueses, está claro que el conflicto en Ucrania es parte de una guerra de agresión secular del imperialismo occidental contra Rusia y China, que comenzó en 1918 con la invasión militar de Estados Unidos contra la Revolución Rusa en Siberia. Y que continua hoy día con el intento de desmembrar a Rusia mediante el expansionismo bélico y a China mediante el intento de organizar un golpe de Estado contra el presidente Xi Jinping, tal como piden públicamente los medios de Rupert Murdoch y George Soros.

Esta guerra secular imperialista está destinada a fracasar, mientras Rusia y China sigan manteniendo su alianza estratégica defensiva contra los agresores. Defender esta alianza es la tarea de toda persona que pretende superar la era de la post-verdad y del American Century, que bloquean los senderos  emancipativos de la humanidad.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Dossier Geopolitico.