[Con gran satisfacción para el equipo de Dossier geopolitico -DG-, publicamos la entrevista: “Fin de Ciclo para el Neoliberalismo en Perú”, realizada por Leonardo Frieiro de la Revista Espartaco, al colega y amigo Prof. Dr. Anthony Medina Rivas Plata -con quien tuve el Honor en enero de este 2020, en el Castillo del Real Felipe del Callao, Perú. Que fuéramos condecorados por el Instituto de Historia del Ejercito del Peru-. La descripción y el análisis profundo de la crisis política, social y económica del Neoliberalismo que ha estallado en Perú por parte de Medina Rivas Plata, es de lectura obligatoria para entender el génesis y el derrotero de la misma hasta llegar a estos momentos agónicos de un modelo, que ya no puede ocultarse ni en Perú ni en todo nuestro subcontinente suramericano. Carlos Pereyra Mele director de -DG-]

“Fin de Ciclo para el Neoliberalismo en Perú”

América Latina está en movimiento. Hace poco más de un año, la cuna del neoliberalismo hispano era tomada por asalto por una marea de gente que desafió el peso de su propia historia. En Colombia, la organización espontánea de un movimiento nacional huelguístico cruzó el cerco de las élites en un país donde ser de izquierdas está penado con la muerte. En Ecuador, el peso de una traición se tradujo en ira popular y obligó a su presidente a escapar de la capital del país. En una sucesión de acontecimientos, la región andina del continente dejó de ser una salvaguarda del statu quo.

Perú, sin embargo, se mantenía como una incógnita. En un país desangrado por el extractivismo, las crisis de las instituciones políticas no conformaron un movimiento de oposición al régimen político, económico y social.  Las cifras de crecimiento económico -celebradas por las derechas del planeta- fueron solamente disfrutadas por un pequeño grupo de empresas de origen canadiense y chino, pero mantenían en la más llana miseria a las mayorías.

De tanto jugar con fuego, la clase política peruana terminó por quemarse. El 9 de noviembre, el Congreso del Perú destituyó a Martín Vizcarra, presidente del país gracias a la renuncia de Pedro Kuczynski. Su reemplazo, Manuel Merino, duró menos de 5 días en el poder. Su breve interinato fue barrido por la efervescencia de la gente en las calles. Hoy, con Francisco Sagasti como nuevo presidente del Perú, quien intentará gobernar hasta las elecciones de abril de 2021. Perú está en una encrucijada: entre la estabilización del régimen de las élites y la posibilidad, aún en gestación, de un nuevo horizonte.

Hablamos con Anthony Medina Rivas Plata, investigador del Instituto de Estudios Políticos Andinos y profesor de la Universidad Católica de Santa María (UCSM), sobre la crisis peruana, el movimiento de la sociedad en las calles y las posibilidades de la izquierda en la lucha de un nuevo Perú, en el año de su bicentenario.

LF | Desde las elecciones de 2016, Perú vive una severa crisis institucional. La conformación de un gobierno dividido entre el poder ejecutivo de Pedro Pablo Kuczynski (PPK) y el Congreso controlado por el fujimorismo (Fuerza Popular) generó una puja entre poderes. Esa crisis escaló con los escándalos de corrupción que llevaron a la renuncia de PPK y, luego con el cierre del Congreso durante el gobierno de Martín Vizcarra. Entonces, se dio paso a una crisis de representación que tuvo como resultado la reconfiguración del precario sistema de partidos peruano. Cuando Vizcarra apenas empezaba a lograr cierta estabilidad, estalló una crisis sanitaria colosal debido a la pandemia del COVID-19. Hoy tanto la vacancia contra Vizcarra como la renuncia de Merino y la explosión de las calles parecen haber desatado una crisis general del régimen. ¿Cómo podemos explicar estas múltiples crisis que se viven en Perú?

AR | Primero, a diferencia de los países que ingresaron en la «ola bolivariana» de la década de los 2000, en el Perú no se concretó un momento constituyente. En Venezuela, Hugo Chávez logró cerrar la crisis producto del desgaste de cuarenta años del “Pacto de Punto Fijo” entre adecos y copeyanos; Rafael Correa cerró el ciclo de inestabilidad política que se abrió con la caída de Abdalá Bucaram en 1997; mientras que en Bolivia Evo Morales logró cerrar la crisis política iniciada por las “Guerras del Agua” del gobierno de Gonzalo Sánchez de Losada.

En Perú, en cambio, con la caída de Alberto Fujimori la transición política fue dirigida por un consenso general logrado entre las élites políticas y élites económicas, con una presencia importante de los partidos históricos que aún llevaban sobre sí el peso de haber sido derrotados por el fujimorismo en 1990, a excepción del partido de Alejando Toledo (Perú Posible), que lideró la llamada “Marcha de los Cuatro Suyos” que condujo al fin del régimen en el año 2000. Se convino entonces de que no era necesario cambiar la Constitución de 1993, ya que esta en buena parte había sido garantía del proceso de apertura comercial y crecimiento macroeconómico del país desde inicios de los 90. Entonces, ahí tenemos un punto de partida que diferencia al Perú de buena parte de los países sudamericanos que pasaron por experiencias similares.

Por otro lado, los partidos políticos que llevaron adelante la transición se encontraban igual de comprometidos en un esquema particular de relaciones entre Estado y Empresa. En la forma estructural en que la corrupción se enraizó en el sistema político peruano se puede ver algo de eso. Usualmente cuando vemos el caso de Odebrecht pareciera que fuese una cuestión muy particular relacionada a Toledo, García o Humala, pero no es así. En realidad, Odebrecht llegó al Perú en 1979, durante el gobierno del Gral. Francisco Morales Bermúdez; lo que significa que todos los presidentes del Perú desde ese momento han, como mínimo, generado algún tipo de acuerdo (o como mínimo, un ‘entendimiento’) que puede extrapolarse a otros grupos de interés menos conocidos, lo cual refleja la extrema debilidad del Estado Peruano frente a presiones de este tipo. Ese acuerdo general de la clase política con los sectores empresariales generó un tipo particular de «pacto político» que también dirigió las pretensiones de los diferentes gobiernos. Alan García durante su segundo gobierno buscó por todos los medios encarcelar a Alejandro Toledo; así como posteriormente Ollanta Humala lo intentaría con el mismo García, y luego PPK con Humala; pero dado que todos ellos estaban incapacitados para denunciar algo sustantivo sin destruirse mutualmente, al final todo quedaba en nada. Así funcionaba el esquema de captura del Estado de Odebrecht, no sólo en Perú, sino en muchos otros países de América Latina.

Además de esto, el «pacto político» de la transición peruana también tenía otra arista: no producir ningún tipo de disrupción que pudiera generar un escenario del tipo «que se vayan todos», que tenga la más mínima chance de poner en cuestión al modelo económico neoliberal-corporativista instituido por la Constitución de 1993. Es ese pacto el que justamente se quiebra como producto de la vacancia de Vizcarra. Su destitución, impulsada por congresistas igual o más insertos en el esquema generalizado de corrupción que él, desató un escenario de revuelta popular. Vizcarra es vacado del poder bajo una figura legal endeble en términos constitucionales: una «incapacidad moral permanente» que originalmente hace más referencia a contar con las condiciones mentales o psicológicas para ejercer el poder y no por cuestiones éticas. Al final, las razones para la vacancia de Vizcarra fueron bastante flojas si consideramos que, de un lado, éstas se remiten a actos de corrupción que supuestamente habrían ocurrido durante su período como Gobernador de la Región Moquegua (2011-2014); mientras que del otro lado el Tribunal Constitucional recientemente se abstuvo de clarificar la figura de “incapacidad moral permanente” con el argumento de “no provocar mayores tensiones políticas en el país”. Guardando las notorias distancias políticas e ideológicas, este parece ser un caso más similar al impeachment contra Dilma Rousseff en Brasil.

Como digo, con la vacancia de Vizcarra se termina de romper el pacto político y se abre la Caja de Pandora, principalmente porque nadie parecía tener el aval para formar un gobierno de transición sin afrontar una fuerte oposición en las calles. En ese sentido, el breve interinato de Merino fue la peor respuesta posible del sistema. Se notó su improvisación desde el principio, demoró tres días para conformar gobierno y luego sus propios aliados se retiraron a los dos días, dejándolo sin gabinete de ministros. Ni siquiera pudo consolidar un gabinete operativo y la movilización popular ya lo había expulsado del poder.

La revuelta popular contra Merino, aunque efectiva, tenía varias banderas, algunas de ellas bastante contradictorias entre sí: había quienes pedían la restitución de Vizcarra, otros pedían «que se vayan todos» (sin explicar lo que pueda significar eso), y otros por la apertura de un proceso constituyente. Esto es también un síntoma de la situación política en el Perú. Desde la caída del fujimorismo, la protesta popular se ha vuelto amorfa. En la última década, han emergido algunas protestas populares importantes, pero por lo general son reactivas, con agendas muy localistas y casi siempre sin objetivos políticos de fondo (Marcha contra la Reparija, Ley Pulpin, Ley Bartra, etc.). Esta vez, Merino logró funcionar como catalizador de múltiples demandas, y ese carácter catalítico fue lo que hizo que las protestas tuvieran éxito.

Después de la caída de Merino, el Congreso trató de alargar la elección de la nueva Mesa Directiva de la que saldría el nuevo Presidente interino, pero finalmente logró colocar a una persona que no tiene investigaciones abiertas, lo cual, aunque parezca sorprendente, ya es algo bastante difícil de encontrar en la política peruana. Haciendo una lista, sólo nueve de los 130 congresistas se encontraban sin procesos penales abiertos; por lo que naturalmente el nuevo Presidente interino tenía que salir de ese grupo.

El nuevo Presidente, Francisco Sagasti, es Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Pennsylvania, ex Jefe de Planeamiento del Banco Mundial y en general es un investigador social con un mayor registro como académico que como político. En general, Sagasti representa un ala ‘modernizadora’ dentro del sector neoliberal, lo que lo acerca bastante a lo que quiso representar PPK en su momento. Dado que Sagasti fue designado para completar el mandato popular electo para el período 2016-2021, no se esperan grandes cambios ni reformas y lo mejor que podemos esperar de su gobierno es que culmine el proceso electoral de 2021 sin mayores sobresaltos. Si Sagasti se sale de este guión y elige seguir el consejo de los ideólogos del ‘destrabe’, la ‘tramitología’ y la ‘flexibilización’ neoliberal, que se prepare para nuevas marchas porque la gente no se lo va a permitir, y el Congreso no va a desaprovechar la menor oportunidad para cosechar a río revuelto.

LF | Desde 2018, varios observadores de la situación en Perú esperan un estallido social similar a lo que ha ocurrido en Chile y -con diferente intensidad- también en Ecuador y Colombia. Si analizamos la historia reciente del Perú con un poco de rigurosidad, podemos ver que sí han existido amplios procesos de movilización popular, pero que suelen caer ante lo que en un análisis anterior describiste como «olvido progresivo», ¿Cómo definirías ese proceso? ¿Por qué pensás que ha sido tan recurrente en las últimas décadas?

AR | Una vez Rafael Correa dijo que «si creían que la prensa ecuatoriana era mala, era porque no habían visto a los medios del Perú», y ciertamente la prensa peruana es muy mala. Creo que hay en el Perú un dispositivo muy poderoso de desinformación, donde el principal objetivo ya no es informal mal, sino directamente dejar de informar. En Perú -y creo que en varios lugares del continente- el entretenimiento (realities, programas ‘de farándula’, y notas policiales intrascendentes) se ha fusionado con la actividad periodística, dando lugar a un amarillismo que no se ha visto ni en los peores días del Fujimorismo. La prensa peruana está gobernada por grandes corporaciones anónimas sin ningún tipo de accountability por parte del público. En las noticias internacionales, apenas aparecen algunas historias sobre Venezuela y Nicolás Maduro, y no mucho más que eso, como una especie de recordatorio constante sobre lo peligroso que puede resultar intentar hacer siquiera el menor cambio al modelo económico o la Constitución. En parte, creo que eso tiene una fuerte incidencia dentro del imaginario de la gente.

Segundo, hay un fenómeno más profundo que llamo la «feudalización del poder», que se expresa en la falta de un punto común de referencia frente al que la gente pueda hacer responsable cuando ocurren cosas malas en el país. En el Perú de hoy, el poder no está en el gobierno. El gobierno de Alberto Fujimori fue el último gobierno en nuestra historia que concentró el poder político y el poder económico bajo una estructura jerárquica y eficiente en donde la crisis económica podía explicarse como producto del agotamiento de un tipo de relacionamiento político en donde el bróker común a todos era el Gobierno. Desde los 2000 hasta esta parte, el poder económico se ha venido autonomizado del poder político de tal manera que los negocios de las grandes corporaciones pueden operar dentro del marco de los actuales Tratados de Libre Comercio firmados por el Estado durante la década pasada, lo cual sumado a la ‘autonomía’ del Banco Central y a una Política Económica dictada aisladamente por el Ministerio de Economía y Finanzas, termina haciendo irrelevante al inquilino que circunstancialmente ocupe Palacio de Gobierno. Políticamente, vivimos en el Perú lo que Tariq Alí ha llamado «el extremo centro», es decir, un conjunto de ideas fuerza y sentidos comunes de obligatorio cumplimiento que deben respetarse por todos aquellos quienes en algún momento quieran ejercer el gobierno en un país; haciendo indiferentes las identidades políticas tradicionales de izquierda o de derecha.

Por esto, creo que en el Perú estamos entrando en un momento constituyente. Los partidos que hicieron la Constitución de 1993 o ya no existen o ya no tienen la importancia política que tuvieron en ese momento. Y se torna cada vez más notorio que el país necesita de un nuevo pacto entre Estado, Economía y la Sociedad. Ese nuevo pacto debería estar orientado a deshacer el consenso de ‘extremo centro’ que consciente o inconscientemente se ha venido creando en los últimos veinte años, siendo reto actual el de politizar el modelo económico para poner las cifras macroeconómicas al servicio de la gente. Sin embargo, ese proceso de construcción de sentido colectivo es un desafío muy complejo. En Perú todavía se impone una narrativa antipolítica. La principal tarea del movimiento social debe ser el de (re)politizar a la sociedad, para que ésta tome noción de que nuestros problemas radican en el tipo de relaciones existentes entre el aparato del Estado, el gobierno de la economía y la lógica de la sociedad; y que, usualmente, esas relaciones se pueden reconfigurar mediante un proceso constituyente. Si no se alcanza una confluencia política capaz de dinamizar ese proceso, entonces es posible que las protestas continúen el ciclo de movilización y desmovilización que caracterizaron a las propuestas populares desde la caída del fujimorismo, abriendo una ventana para la recomposición del régimen en los mismos términos que hasta ahora.

LF | Hablemos sobre la situación de las izquierdas. Álvaro Campana Ocampo (líder de Nuevo Perú) habló de que en Perú se vive una «megacrisis», pero de la misma manera fue muy duro con la experiencia del Frente Amplio, que terminó por dividirse y no logró enfrentar a las derechas en un momento de crisis institucional. ¿Es posible pensar en una articulación de izquierdas lo suficientemente unificada para dar pelea a las diferentes variables de las derechas -desde el neoliberalismo a ultranza hasta el autoritarismo fujimorista- en las elecciones de 2021?

AR | En la izquierda peruana sigue imponiéndose una lógica en la que se ponderan mucho más las diferencias que los puntos de acuerdo. Por dar un ejemplo algo esquemático: la izquierda más ligada a las tradiciones clásicas critica a las nuevas izquierdas por no oponerse frontalmente al modelo económico de la Constitución del 93; mientras que las nuevas izquierdas critican a éstos por no ser lo suficientemente ‘post-modernos’. Debido a que en el camino olvidan la serie importante de puntos en los que coinciden, la sociedad peruana no termina de sintonizar dentro de los debates que hoy mueven a la izquierda. Paralelo a ambos sectores, se encuentran los «liberales progresistas» (también llamados ‘caviares’) que, si bien no son de izquierda, promueven importantes demandas institucionales y anticorrupción desde la sociedad civil; pero al mismo tiempo, y debido a ciertas inevitables lealtades de clase, no proponen ninguna reforma importante en materia económica. Dado que este sector se siente mucho más cómodo operando desde los márgenes del Estado y la Política (principalmente la academia, los medios de comunicación o la consultoría), veo bastante difícil que ellos se interesen en liderar algún tipo de proceso de «unificación» para la construcción de un proyecto popular de izquierda. Si a todo esto le sumas los avances que se han venido dando desde la derecha antiliberal (evangélicos, libertarianos, teóricos de la conspiración y ultraconservadores de todo pelaje); el campo popular está más dividido y lleno de contradicciones que nunca.

LF | Desde afuera del Perú, vemos a Verónika Mendoza como la persona capaz de llevar adelante un «momento populista», es decir, agrupar a los sectores progresistas que se oponen al statu quo. ¿Crees que esto es correcto? ¿Cuáles pensás que son sus perspectivas para 2021?

AR | Verónika es sin dudas una de las figuras principales de la izquierda en Perú, pero yo no me atrevería todavía a dar nombres sobre qué figura en particular podría llegar a capitalizar desde la izquierda la crisis de régimen que estamos viviendo. Por ejemplo, Verónika estuvo en Cusco hace unos días, y fue abucheada, entre acusaciones de oportunismo. Este tipo de eventos muestran el grado de despolitización de la sociedad peruana, algo que debemos tener siempre presente cuando hablamos de la política en el Perú. El rechazo social de la política -principalmente dirigido contra toda la representación política- golpea también a los liderazgos de la izquierda que emergieron en los últimos años. Es por eso que no creo ni que Verónika ni que ninguna otra figura individual pueda por sí sola encabezar el descontento popular. Mucho dependerá de que las diferentes izquierdas entiendan que estamos en un momento excepcional, y que si no se logra construir una alternativa viable serán otros sectores quienes tomen la iniciativa y recompongan la legitimidad del régimen; incluso mediante un proceso constituyente ‘formal’ que preserve intacto el statu quo.

LF | De igual manera, a diferencia de otros países andinos, parece no haber un vínculo de contacto directo entre los pueblos indígenas y la izquierda, pese a haber protagonizado procesos muy poderosos de movilización, como por ejemplo la crisis de Bagua en el 2009. Pero, pasado el tiempo, ni la izquierda se ha acercado a los movimientos indígenas ni los movimientos indígenas parecen haber logrado organizarse políticamente más allá de sus comunidades. ¿Podría esta crisis transformar esa relación entre los pueblos indígenas y las izquierdas?

AR | El problema es que en Perú no hay un movimiento indígena con la potencia que puede existir en Ecuador y en Bolivia, donde son un factor de veto permanente para los presidentes. En Perú no hay nada ni siquiera similar a la CONAIE ecuatoriana; y esto se debe principalmente a que Perú es un país hiperurbanizado e hipertrofiado: menos del 20% de toda la población peruana vive en el campo, generando una capacidad de agencia política muy limitada. Asimismo, la diferencia demográfica entre Lima y las regiones es muy grande, ya que solo en Lima Metropolitana se concentra la misma población que en todo el territorio de Bolivia, alrededor de 12 millones de personas, en un país de 30 millones de habitantes. La hiperconcentración en Lima es categórica, mientras que la mayor parte del país, principalmente la selva, está despoblada. El efecto político de esa estructura demográfica es claro: quién controla Lima, controla el Perú. El movimiento indígena fue efectivo en algunos episodios de la lucha contra el extractivismo, pero su movilización política más allá de eso no ha generado respuestas sostenidas en los últimos años. Dentro del movimiento indígena tampoco hay liderazgos claros, por lo cual se dificulta que se generen los interlocutores que pudieran llegar a las vincular las demandas indígenas con las de la izquierda. A diferencia de lo que ocurre en Ecuador, aquí las organizaciones indígenas no se suelen proclamar políticamente a favor o en contra de uno u otro candidato a las elecciones presidenciales.

LF | El 28 de julio próximo será el bicentenario de la independencia del Perú. ¿Cómo esperas que el país se enfrente al simbolismo de esta fecha?

AR | Perú, como buena parte de América Latina, sigue siendo un país dependiente de las materias primas, bajo el régimen de las empresas de capital extranjero que controlan la estructura productiva del país. Creo que la llamada «Generación del Bicentenario» ha sido la mayor novedad de las últimas semanas, en donde se vio como parte del campo popular y clasemediero urbano logró romper con la inercia neoliberal que criminalizaba la protesta social como elemento de estabilización del régimen. En estos días aprendimos que la calle no solo puede sacar presidentes, sino también ponerlos. Que Francisco Sagasti sea Presidente del Perú hoy, refleja una juventud y una calle capaz de vetar alternativas distintas que hubieran provenido, por ejemplo, de entre los congresistas que promovieron la vacancia. Es un cambio pequeño, pero importante, en comparación con la ‘normalidad’ neoliberal de los últimos veinte años. Lo que sigue ahora es lograr canalizar esas energías hacia un movimiento coherente, que, vistas las posibilidades para una Asamblea Constituyente, ofrezcan un camino claro hacia el Perú que queremos.

Publicado en la Página web:

https://espartacorevista.com/2020/11/fin-de-ciclo-para-el-neoliberalismo-en-peru/?fbclid=IwAR1VmYZ11mu5scMq8jdVp-ysIF2IFwdnlwNvo7oHmbE3XZYLI_8o8slQFD8

[ NR: Este es el primer gran paso hacia la integración efectiva de la Gran Eurasia. Dossier Geopolitico Noviembre 2020]

Por Asia Times Pepe Escobar Lunes 16 de noviembre 2020

El mayor pacto de libre comercio del mundo no se trata de excluir las ambiciones geopolíticas de Estados Unidos o China, sino de la evolución natural de la integración asiática.

Ho Chi Minh, en su morada eterna, lo saboreará con una sonrisa celestial. Vietnam fue el anfitrión virtual cuando las 10 naciones de la ASEAN, además de China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda, firmaron la Asociación Económica Integral Regional, o RCEP, el último día de la Cumbre 37° de la ASEAN.

RCEP, que lleva ocho años en desarrollo, une al 30% de la economía mundial y a 2.200 millones de personas. Es el primer hito auspicioso de los furiosos años veinte, que comenzó con el asesinato por parte de Estados Unidos del general Qasem Soleimani de Irán seguido de una pandemia global y ahora indicios ominosos de un gran reinicio dudoso.

RCEP sella Asia Oriental como el principal centro indiscutible de la geoeconomía. De hecho, el siglo asiático ya estaba en camino en la década de 1990. Entre los asiáticos y los expatriados occidentales que lo identificaron, publiqué mi libro 21st: The Asian Century en 1997.

RCEP puede obligar a Occidente a hacer algunos deberes y comprender que la historia principal aquí no es que RCEP «excluya a los EE. UU.» O que esté «diseñado por China». RCEP es un acuerdo para todo el este de Asia, iniciado por la ASEAN y debatido desde 2012 entre iguales, incluido Japón, que a todos los efectos prácticos se posiciona como parte del Norte global industrializado. Es el primer acuerdo comercial que une a las potencias asiáticas China, Japón y Corea del Sur.

A estas alturas está claro, por fin en vastas zonas del este de Asia, que los 20 capítulos de RCEP reducirán los aranceles en todos los ámbitos; simplificar las aduanas, con al menos el 65% de los sectores de servicios completamente abiertos, con mayores límites de participación extranjera; solidificar las cadenas de suministro al privilegiar las reglas de origen comunes; y codificar nuevas regulaciones de comercio electrónico.

En lo que respecta al meollo de la cuestión, las empresas ahorrarán y podrán exportar a cualquier lugar dentro del espectro de 15 países sin molestarse con requisitos adicionales separados de cada país. De eso se trata un mercado integrado.

Cuando RCEP se encuentra con BRI

El mismo CD rayado se reproducirá sin parar sobre cómo RCEP facilita las «ambiciones geopolíticas» de China. Ese no es el punto. El punto es que RCEP evolucionó como un compañero natural del papel de China como principal socio comercial de prácticamente todos los actores de Asia oriental.

Lo que nos lleva al ángulo geopolítico y geoeconómico clave: RCEP es un compañero natural de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), que como estrategia comercial / de desarrollo sostenible abarca no solo el este de Asia, sino que profundiza en el centro y oeste de Asia.

El análisis del Global Times  es correcto: Occidente no ha dejado de distorsionar el BRI, sin reconocer cómo «la iniciativa que han estado calumniando es realmente tan popular en la gran mayoría de los países a lo largo de la ruta del BRI».

RCEP reorientará BRI, cuya etapa de “implementación”, según el cronograma oficial, comienza solo en 2021. El financiamiento de bajo costo y los préstamos especiales en divisas ofrecidos por el Banco de Desarrollo de China se volverán mucho más selectivos.

Habrá mucho énfasis en la Ruta de la Seda de la Salud, especialmente en el sudeste asiático. Los proyectos estratégicos serán la prioridad: giran en torno al desarrollo de una red de corredores económicos, zonas logísticas, centros financieros, redes 5G, puertos marítimos clave y, especialmente a corto y medio plazo, alta tecnología relacionada con la salud pública.

Las discusiones que llevaron al borrador final de la RCEP se enfocaron en un mecanismo de integración que fácilmente puede eludir a la OMC en caso de que Washington persista en sabotearla, como fue el caso durante la administración Trump.

El próximo paso podría ser la constitución de un bloque económico incluso más fuerte que la UE, lo que no es una posibilidad descabellada cuando tenemos a China, Japón, Corea del Sur y los 10 de la ASEAN trabajando juntos. Geopolíticamente, el principal incentivo, más allá de una serie de compromisos financieros imperativos, sería solidificar algo como Make Trade, Not War.

RCEP marca el fracaso irremediable del TPP de la era Obama, que fue el brazo de la “OTAN en el comercio” del “pivote hacia Asia” soñado en el Departamento de Estado. Trump aplastó el TPP en 2017. El TPP no se trataba de un «contrapeso» a la primacía comercial de China en Asia: se trataba de un libre para todos que abarca las 600 empresas multinacionales que participaron en su borrador. Japón y Malasia, especialmente, lo vieron desde el principio.

La RCEP también marca inevitablemente el fracaso irremediable de la falacia del desacoplamiento, así como todos los intentos de abrir una brecha entre China y sus socios comerciales de Asia oriental. Todos estos jugadores asiáticos ahora privilegiarán el comercio entre ellos. El comercio con naciones no asiáticas será una ocurrencia tardía. Y todas las economías de la Asean darán plena prioridad a China.

Aun así, las multinacionales estadounidenses no estarán aisladas, ya que podrán beneficiarse de RCEP a través de sus subsidiarias dentro de los 15 países miembros.

¿Qué pasa con la Gran Eurasia?

Y luego está el proverbial lío indio. El giro oficial de Nueva Delhi es que RCEP “afectaría los medios de vida” de los indios vulnerables. Ese es el código para una invasión adicional de productos chinos baratos y eficientes.

India fue parte de las negociaciones de la RCEP desde el principio. Salirse, con un condicional de «podemos unirnos más tarde», es una vez más un caso espectacular de apuñalarse por la espalda. El hecho es que los fanáticos del «hindutva» detrás del modismo apostaron por el caballo equivocado: la asociación Quad fomentada por Estados Unidos con la estrategia Indo-Pacífico, que se anuncia como una contención de China y, por lo tanto, excluye lazos comerciales más estrechos.

Ningún «Make in India» compensará el error geoeconómico y diplomático, lo que implica fundamentalmente que India se distancie de la Asean 10. RCEP solidifica a China, no a India, como el motor indiscutible del crecimiento de Asia oriental en medio del reposicionamiento de la oferta cadenas post-Covid.

Un seguimiento geoeconómico muy interesante es lo que hará Rusia. Por el momento, la prioridad de Moscú pasa por una lucha de Sísifo: gestionar la turbulenta relación con Alemania, el mayor socio importador de Rusia.

Pero luego está la asociación estratégica Rusia-China, que debería mejorarse económicamente. El concepto de Moscú de Gran Eurasia implica una participación más profunda tanto en el Este como en el Oeste, incluida la expansión de la Unión Económica de Eurasia (EAEU), que, por ejemplo, tiene acuerdos de libre comercio con naciones de la ASEAN como Vietnam.

La Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) no es un mecanismo geoeconómico. Pero es intrigante ver lo que dijo el presidente Xi Jinping en su discurso de apertura en el Consejo de Jefes de Estado de la OCS la semana pasada.

Esta es la cita clave de Xi: “Debemos apoyar firmemente a los países relevantes para que avancen sin problemas las principales agendas políticas nacionales de acuerdo con la ley; mantener la seguridad política y la estabilidad social, y oponerse resueltamente a las fuerzas externas que interfieren en los asuntos internos de los estados miembros bajo cualquier pretexto”.

Aparentemente, esto no tiene nada que ver con RCEP. Pero hay bastantes intersecciones. Sin interferencia de «fuerzas externas». Beijing teniendo en cuenta las necesidades de la vacuna Covid-19 de los miembros de la OCS, y esto podría extenderse a la RCEP. La OCS, así como la RCEP, como plataforma multilateral para que los Estados miembros medien en las disputas.

Todo lo anterior apunta a la interseccionalidad de BRI, EAEU, SCO, RCEP, BRICS + y AIIB, lo que se traduce en una integración más cercana de Asia – y Eurasia – geoeconómica y geopolíticamente. Mientras los perros de la distopía ladran, la caravana asiática y euroasiática sigue avanzando.

Los días 25, 26 y 27 de noviembre en el marco de la conmemoración del Bicentenario de los Tratados de Trujillo -Venezuela-, llevado el 25 y 26 de noviembre de 1820 por el Libertador Simón Bolívar y el General español Pablo Morillo, en la misma  Ciudad de Trujillo en la República Bolivariana de Venezuela el Coloquio Internacional «De los Tratados de Trujillo a la Diplomacia Bolivariana de Paz. 200 Años del Encuentro  entre Bolívar y Morillo»

El Coloquio Internacional fue organizado por la Comisión Presidencial Bicentenario, el Centro de Estudios Simón Bolívar y el Instituto Simón Bolívar con el auspicio de la Universidad de las Artes, Universidad Bolivariana, Universidad  Militar Bolivariana, UNEFA y el Centro Nacional de Historia de Venezuela. 

A finales de noviembre  del año 1820 se llevó  a cabo la firma de los acuerdos conocidos como los Tratados de Trujillo, acontecimiento histórico decisivo  que marcó  la ruta para la consolidación del proyecto unionista del Libertador. 

El Tratado de «Regularización de la guerra y el Armisticio» permitieron el cese del fuego,el reconocimiento por parte de España del Ejército libertador  y una victoria estratégica para Bolívar, transformándose en un hito del surgimiento del Derecho Humanitario y la Diplomacia de la Paz.

Abrió el Coloquio el Canciller de la República Bolivariana de Venezuela Dr Jorge Arreaza y participaron expositores venezolanos e invitados internacionales especiales. Entre los venezolanos destacamos al internacionalista y ex Embajador Dr Sergio Rodriguez y al ex Secretario General del Consejo de Defensa Nacional y actual Rector de la UNEFA: General Pascualino Angiolillo Fernández

El primer día estuvo especialmente invitado para la Conferencia de apertura, el argentino Dr Miguel Ángel Barrios, miembro del equipo Dossier Geopolitico, reconocido investigador y profesor de Honor de las Academias Militares de Venezuela por Resolución  otorgado en el 2011 por el Comandante Hugo Chavez Frías.

Barrios destacó que «toda Historia es contemporánea. El covid representa una crisis del capitalismo casino en una triple dimensión: sanitaria, económica y ambiental. «

Prosiguió «que en el contexto de una tercera guerra mundial de a trozos como dice el Papa Francisco, el covid representa para América Latina una crisis de oportunidad que abre pasos a proyectos de reafirmación nacional, que solo se sostienen con un pensamiento y acción anti statu quo y rebelde, como los de los Libertadores Bolívar y San Martin y contemporaneamente Perón y Chavez. Un pensamiento y acción liberadora e integradora de la Patria Grande «.

«En un mundo donde pretenden crear imperios militares sin derecho humanitario excepto en los discursos, los Tratados de Trujillo demuestran que el Derecho Internacional Humanitario a diferencia de lo que se estudia y pregona no nació  ni en la Convención de Ginebra ni en las Conferencias de La Haya».

«En verdad, el Derecho Internacional Humanitario tiene su origen en los Tratados de Trujillo así como también una doctrina Diplomática que tiene como finalidad la paz. Y esto, a 200 años de su nacimiento le brindan una actualidad inusitada»

Entrevista realizada por el editor Responsable de Equilibrium Global Martín Alejandro Pizzi, al Director de Dossier Geopolitico Carlos Pereyra Mele: GEOPOLITICA en America Latina, primero, LA HISTORIA. Charla con Carlos Pereyra Mele

Entrevista Equilibrium Global: La geopolítica en América Latina es un interrogante abierto. Para intentar descifrar las claves para nuestra región, la base de análisis que nos provee la historia. El lic. Carlos Pereyra Mele nos ayuda a ver eventos y características en América Latina para entender, desde nuestra historia, cómo se puede describir la realidad del presente. Es el primer video donde abordamos esta cuestión que, es asunto compartido para internacionalistas que estén en México, Colombia, Uruguay … para América Latina aplica una historia de paz, pero también de muchos desencuentros. Equilibrium Global canal Youtube:

https://www.youtube.com/watch?v=AoIL6TNCKT4

EQUILIBRIUM GLOBAL: Son tiempos del empoderamiento del ciudadano en el campo de las relaciones internacionales. Tiempos de cambios, de fricciones y de reconfiguración del poder global. Transitamos tiempos donde las injusticias, los preocupantes desafíos y las incertidumbres de la agenda mundial, nos demandan compromiso y actitud solidaria ante una realidad resquebrajada que no nos permite ser indiferentes. Sin dudas, son tiempos donde el ciudadano tiene poder, lo sabe y sabe de los antecedentes no muy lejanos donde se ha visto cómo ese poder ha logrado transformar una realidad. Hoy, motivados por las injusticias, las crisis humanitarias, la sustentabilidad y las desigualdades, millones de ciudadanos diariamente actúan desde sus posibilidades a través de las herramientas tecnológicas. Hacia lo que podemos entender como el modelo de “ciudadano global” preocupados por “un mundo mejor”, aquellos con disposición o actitud interrogativa hacia la búsqueda de comprender mejor que sucede en el mundo hoy. Abrumados por las noticias desde los medios de comunicación masiva que se concentran en las “curiosidades, en lo trágico o en mostrarnos lo que vende”; la necesidad de buscar canales alternativos que nos brinden un panorama más amplio, que nos den información para entender la realidad. En esta línea trabajamos desde el 2009 en Equilibrium Global.

Informe imprescindible para entender el saqueo financiero de la venas abiertas de latinoamerica

Por Guillermo Oglietti, Sergio Martín Páez y Mariana Dondo

En nuestro primer informe de la investigación que CELAG está realizando sobre la banca en 10 países de América Latina1 nos concentramos en la rentabilidad del sistema bancario y destacamos la disociación entre la elevada rentabilidad bancaria durante 2019 y los magros resultados de las economías de la región. En este segundo informe seguimos apuntando a la rentabilidad, pero diferenciando entre los diferentes orígenes, tipos y orientaciones de las instituciones financieras.

Principales hallazgos

Banca, un sistema de extracción: banca doméstica y externa

  • En 2019, el sistema financiero de la región generó unos 100 mil millones de dólares de beneficios, cifra equivalente al tamaño del PIB de Ecuador o al de Paraguay y Uruguay sumados (tabla 1).
  • Brasil genera 2/3 (65,6%) de la masa de beneficios2bancarios extraídos en los 10 países seleccionados. Contrasta su aporte mucho mayor a la masa de beneficios bancarios que su contribución al PIB de la región, de un 41% (gráfico 1).
  • Lejos de esta masa de beneficios brasileña le sigue México, con el 11,3% del total de beneficios, Argentina con el 6,5%, Chile con el 4,8%, Colombia con el 4,5% y Perú con el 4,2%.
  • De todos modos, cabe notar que un 85% de la rentabilidad de la banca en Brasil es generada por banca doméstica. Este es un aspecto relevante, ya que esta masa de beneficios no se traduce necesariamente en una mayor salida de divisas en concepto de remesas de utilidades, como es el caso de los países que tienen una mayor penetración de la banca externa.
  • En México, por el contrario, unos 2/3 de la rentabilidad bancaria es generada por bancos extranjeros, por lo tanto, contribuye en mayor medida a la salida de divisas vía remesas. Argentina le sigue en orden de magnitud, con casi un 46% de beneficios generados por entidades extranjeras.
  • Ecuador y Colombia son otros dos países donde un 80% o más de la masa de beneficios es aportada por la banca doméstica. En el resto de países, la banca extranjera genera entre el 35% y 43% del total de beneficios.

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[Dossier Geopolitico DG publica este análisis que nos remite el Dr. Alexander Gòvorov, geopolitico ruso, y agradecemos la colaboración del Mter. Omar Ruiz, para establecer vínculos con este prestigioso experto Ruso. Carlos Pereyra Mele director de DG]

Para comenzar, el conflicto bèlico en Nagorno-Karabaj en todas sus dinámicas es poco conocido en América del Sur y particularmente en Argentina. Aunque su historia con diferentes formas e intensidades de violencia se remonta a casi 30 años. Las montañas del Cáucaso están realmente muy lejos y es difícil para uno que no sea especialista comprender los orígenes históricos del enfrentamiento entre los grupos étnicos azerbaiyano y armenio.

Las contradicciones religiosas y culturales tienen una historia de siglos. Los armenios son cristianos, los azerbaiyanos son musulmanes de la familia de pueblos turcos, mentalmente gravitando hacia Turquía, con la que Armenia a su vez siempre tenía los problemas coexistencia. En consecuencia, la valoración de los procesos históricos, el patrimonio cultural y la visión del futuro fueron radicalmente opuestas. En la etapa de la existencia de la URSS, las contradicciones se nivelaron y se controlaron. Sin embargo, con el colapso de la Unión Soviética a principios de los noventa, el descontento de muchos países con los límites de las fronteras estatales establecidas bajo la URSS reapareció junto a otros viejos problemas.

Así, en el territorio de Nagorno-Karabaj, que formalmente formaba parte de Azerbaiyán como entidad autónoma (provincia), vivía predominantemente el grupo étnico armenio, que no quería seguir siendo parte de la nación azerbaiyana que es confesional y culturalmente ajena para los armenios. El estallido de la violencia armada hace 30 años culminó con la victoria de Armenia, que retuvo el control no solo sobre esta región autónoma, sino también sobre 7 departamentos del territorio pleno de Azerbaiyán, utilizándolas como zona de seguridad. Luego se convirtió en un éxodo masivo de la etnia azerbaiyana de estos lugares.

En septiembre de 2020, con el reinicio de las hostilidades activas, el ejército azerbaiyano logró tomar rápidamente el control de la mayor parte del territorio previamente perdido y acercarse a la capital regional Stepanakert. Ha surgido una crisis humanitaria debido al flujo de refugiados armenios. A su vez, Armenia ya no puede resistir al enemigo para mantener su influencia en Nagorno-Karabaj.

El 10 de noviembre, en el apogeo del derramamiento de sangre, el presidente ruso Vladimir Putin logró convencer a los líderes de ambos países para que pusieran fin a la guerra y así arreglar una nueva realidad geopolítica. La misma será así, Azerbaiyán no solo conserva las áreas conquistadas, también recupera sin hostilidades las 7 áreas no controladas hasta este momento dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas de Azerbaiyán. Lo más importante es que recibe un corredor de transporte a través del territorio de Armenia hasta su propia provincia autónoma de Nakhichevan, con la que Azerbaiyán no tiene contacto directo. Pero Nagorno-Karabaj permanecerá fuera del control de Azerbaiyán, y Armenia recibe un corredor de seguridad que la une con Nagorno-Karabaj. El garante del cumplimiento de los acuerdos es el contingente militar de mantenimiento de la paz de Rusia formado por alrededor de 2 mil militares con vehículos de combate.

A pesar que Argentina no tiene intereses prácticos en esta región, es importante para la nación suramericana hoy comprender no sólo los resultados geopolíticos del conflicto armado, que se concretó con la firma de una declaración trilateral de los presidentes de Rusia, Azerbaiyán y el primer ministro de Armenia, como también las relaciones causales de los mismos.

Azerbaiyán, que anteriormente perdió la guerra en Nagorno-Karabaj (1991-1994), se enfocó en el desarrollo económico, al mismo tiempo que fortalece y moderniza sus fuerzas armadas. Después de varios años de crisis, el país logró convertirse en un actor económico importante en la región del Caspio, llevando a cabo procesos de integración con Turquía y al mismo tiempo manteniendo y desarrollando una alianza estratégica con Rusia. Este es un mérito importante del presidente de Azerbaiyán, I. Aliyev, que está en el poder desde 2003. Un político experimentado aparentemente, consciente de que los logros registrados son los óptimos y que el desarrollo ulterior de la ofensiva sobre Nagorno Karabaj estarìa asociado con riesgos políticos inevitables. Hoy I. Aliyev aparece como un jugador y socio internacional responsable, para su propia nación es un héroe y liberador.

Armenia quizás sea más favorecida por la atención internacional, su presencia cultural en el mundo es más significativa. Sin embargo, durante todos los últimos años del conflicto, este país no logró progreso económico, la población migró masivamente alrededor del mundo, la situación se complicó por la ausencia de un líder nacional como en Azerbaiyán, y crisis políticas internas. El actual Primer Ministro de Armenia N. Pashinyan es un representante típico del grupo de influencia “Soros” y llegó al poder en 2017 como resultado de un “suave” golpe de estado. El tema de Nagorno-Karabaj fue utilizado por él como un instrumento de populismo, sin apoyar las ambiciones geopolíticas con los recursos económicos y político-militares adecuados. Detrás de la fachada de un actor geopolítico ambicioso había una casa de cartón. Además, la retórica del nuevo gobierno, aunque no era abiertamente antirusa, expresa sin ambigüedades su compromiso con occidente poniendo distancia geopolítica con Rusia. Sin embargo, cuando estallaron las llamas de la guerra, los líderes occidentales no pudieron brindar ningún apoyo significativo al gobierno. Y los argumentos legales internacionales claramente no estaban a favor de Armenia. El llamado desesperado de N. Pashinyan a Rusia sobre apoyo militar en el marco de la alianza militar Organización de Tratados de Seguridad Colectiva, a su vez, fue ignorada, ya que no hubo invasión al territorio soberano de Armenia. Como resultado, el gobierno armenio enfrentó una aguda crisis política interna causada por la derrota militar en Nagorno-Karabaj.

Rusia se comportó en esta situación como un árbitro objetivo, sin ponerse del lado de una de las partes en el conflicto de manera inequívoca, ya que está interesada en mantener el equilibrio político-militar en la región y mantener una estrecha asociación con ambos países. Muchos analistas perciben la conclusión de la paz como una victoria diplomática incondicional de V. Putin.

Como resultado, se formó una nueva arquitectura regional geopolítica, basada en el equilibrio real de los recursos económicos y político-militares de sus participantes, así como tambièn en los intereses geopolíticos y geoeconómicos actuales de líderes que predominan en esta region, como Rusia y Turquía, que nuevamente muestran la capacidad de moldear la realidad sin mirar a Occidente. La Federación Rusa ha aumentado muchas veces, tanto cuantitativa como cualitativamente, su presencia militar en la región, minimizando la posibilidad de provocar un foco de tensión cerca de sus fronteras meridionales.

Turquía ha demostrado un potencial significativo como líder geopolítico regional independiente en el contexto de claras reivindicaciones de los Estados Unidos y Francia, consolidando su influencia en Azerbaiyán, ya que el éxito de este país se ha convertido esencialmente en un proyecto conjunto.

De hecho, todos obtuvieron lo que se esperaba conforme a la realidad geopolítica. Y esta es la principal lección que Argentina debe aprender de este conflicto. Ningún acuerdo legal internacional puede garantizar el mantenimiento de los antiguos estados geopolíticos. La declaración ritual cotidiana de ambiciones geopolíticas no las acercará más a su realización. El poder militar moderno y eficaz vuelve a convertirse en un factor importante para mantener la acumulación de influencia geopolítica. Y esto es imposible sin una economía eficiente, modernizada e internacionalizada como también sin instituciones estatales fuertes. Argentina está ubicada cerca del almacén de los recursos naturales más importante del mundo, por el cual se desarrollará una verdadera competencia internacional en un futuro previsible. ¿quién más sino Argentina debería pensarlo?

Alexander Gòvorov

Politólogo, especialista en geopolítica rusa

Universidad Nacional de Donetsk

El pasado 20 de Noviembre del 2020, en el marco del: 1° CONGRESO LATINOAMERICANO CRISIS MUNDIAL Y GEOPOLÍTICA: Pensar Y Construir El Multipolarismo Y El Pluriversalismo Para Un Nuevo Orden Mundial. Organizado por el Centro de Investigación en Política y Economía -CIEPE- y el Observatorio Internacional de la Crisis. desarrollamos una conferencia magistral titulada: 2020 el año que cambió todo. para lo cual convoque a dos distinguidos y afamados internacionalistas y expertos en Geopolitica: el mexicano Adolfo Laborde, el ruso Alexander Duguin y Carlos Pereyra Mele con las siguientes temáticas: Adolfo Laborde (México) «México y el Caribe y su relación con EEUU y el mundo asiático; Carlos Alberto Pereyra Mele (Argentina) «Sudamérica y su rol en el Nuevo Orden Mundial”; Alexandr Dugin (Rusia) «Eurasia como nuevo jugador global»: a continuación puede ver el video completo de la Conferencia que contó con un número importante de público de toda latinoamérica Europa y Rusia.

Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

Dr. Adolfo LABORDE MEXICO: Facultad de Economía y Negocios, Universidad Anáhuac, México. Académico, intelectual y comentador. Investigador y analista de política internacional y asuntos globales. Doctor en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Relaciones Internacionales.

Sus líneas de investigación son: Relaciones y Negocios Internacionales, Japón, Asia – Pacífico y migración internacional. Cuenta con 13 libros sobre temas internacionales

Es columnista del periódico El Heraldo de México y participa regularmente en calidad de analista en asuntos internacionales en una gran variedad de programas televisivos y radio en medios nacionales y extranjeros.

Síntesis: En política exterior de México con USA y el mundo. Está presente la doctrina de La No intervención en asuntos internos de otras naciones. Existe en México Plan Nacional de desarrollo que dicta los Elementos fundamentales de lineamientos en Política Exterior -2019-

La prioridad política de México, es con lo migratorio con USA y el nuevo tratado de librecomercio del Norte. Muy poco se menciona la relación con Asia y América latina; el punto es que el 75% del PBI mexicano proviene del comercio Internacional y de esos el 85% es relativo al comercio entre USA y México; en el documento África no se menciona. Todo se desmoronó con el Covid19

Las elecciones de EEUU están muy presentes por cercanía y sus consecuencias; México decide no felicitar a Biden, porque? (No intervención) O se trata de una negociación con Trump previas a las elecciones, AMLO mas se ha dedicado a la agenda interna de México y dejó la política Exterior en su canciller  Marcelo Ebrard, Es muy compleja la relación USA/México es la de un gran aliado y de una gran amenaza a su vez, dictado por la cercanía. México juega a la diversificación integrada con USA para obtener un balance de poder, como lo describe Leopoldo González Aguayo, geopolítico mexicano, Otra pregunta es: ¿cómo juega la relación con el tema de la detención del gral Cienfuegos?

México, el año que viene será miembro del Consejo de Seguridad de la ONU

Los 36 millones de mexicanos son una carta de negociación por su rol en los EEUU, Que tiene México para el balance comercial (todo el modelo económico se realizó dentro del modelo neoliberal) México firmó 13 tratados de libre comercio con distintos países del mundo (Modelo Neoliberal). recientemente hubo un acercamiento con China con el tema de la Ruta de la seda Tiene un comercio de 85.000 millones de dólares con China es casi nula la inversión china en México

El Tratado del T-MEC en su cláusula 32.2 traba tener relaciones con otros países fuera del acuerdo sin el consentimiento de los demás integrantes, lo cual dificulta ampliar relaciones.

Japón y Corea del Sur hay mayor relaciones, México va a intentar un equilibrio de poder, la relación política es muy compleja, pues es agenda nacional cuando hay elecciones en USA, siempre es atacado desde EEUU. Esta vez el tema del Muro no estuvo tan presente,es muy complicada la situación con el no reconocimiento de Biden, Pero AMLO es un animal político muy pragmático. En este contexto la relación será mas institucional con Biden, y deberá establecerse un diálogo con la diáspora mexicana en USA. México recibirá 40.000 millones de dólares de sus trabajadores en USA una masa importantísima de remesas de dinero para la economía mexicana. El punto es negociar el reconocimiento de 11 millones de inmigrantes, está el conflicto de la lucha contra el narcotráfico – que está con muchos integrantes de seguridad de USA en México- México sabe de los retroceso de USA con relación a China, pero está muy lejos aún de participar de esos diálogos, y además con el resto de América latina tiene dificultades para comointroducise en este nuevo Orden Mundial, dado su tremenda dependencia de EEUU. Asia es aún muy lejana a su proyección global, para Mexico. No es un tema de capricho sino de la geografía

Lic. Carlos Pereyra Mele ARGENTINA: Lic. en Ciencia Política. Analista Político: Especialista en Geopolítica Suramericana. Fundador y Director Ejecutivo del Sitio Web Dossier Geopolítico  Premio Cultura 2015 “Arturo Jauretche”- Labor Docente. Secretario de Interior del Centro de Estudios Estratégicos Suramericano de la CGT Nac. (CEES). Miembro del Consejo Académico de Centro de Estudos em Geopolítica e Relações Internacionais (CENEGRI)® Brasil. Profesor Invitado a la Academia de Ciencias de Rusia en el Instituto de Latinoamérica 2019 y de las Escuela Superior de Guerra de Brasil y Perú y de numerosas Universidades de Argentina y el exterior. Autor y coautor de varios libros de Historia y Geopolítica.-

SÍNTESIS: La Geopolitica como ciencia vuelve por sus fueros, luego del Tsunami neoliberal, que arrasó nuestros países, pero además nos obliga a repensar el nuevo mundo en conformación.

2020 Hace 17 días que hubo elecciones en USA no se sabe quién es el nuevo presidente electo (!). en el País cuna de la “democracia”, hoy vemos la crisis política en el corazon de USA cuasi un estado fallido.

América del Sur en el Nuevo Orden Mundial

LAS AMÉRICAS SIEMPRE FUIMOS IMPORTANTES, Se nos dice que no estamos en la Agenda de los grandes Países en especial EEUU. 3 IMPERIOS ACTUARON SOBRE LOS SUBCONTINENTES AMERICANOS: España – Reino Unido – EEUU

De qué hablamos cuando analizamos Suramérica, espacio bioceánico con salidas a ambos océanos, pacífico y Atlántico. Sudamérica posee 50.000 km de vías navegables con sus tres grandes cuentas: el Orinoco, el Amazonas y el Plata

442,5 millones de habitantes, 6% de la población mundial. Superficie 17,84 millones de Km2 12% de las tierras emergidas. 12 Países con prácticamente: 2 lenguas en un 90% de su población Espanol Portugues

Seguimos siendo El “Dorado”

Posee un gran valor en materias primas: minerales, hidrocarburos, gas, granos y carnes, flora y fauna. Destaca el 90% de las reservas conocidas de niobio del mundo; el 96% de las reservas de titanio y tungsteno,85% del Litio y también de Tierras Raras Elementos indispensable para la construcción de naves espaciales, misiles y tecnologías de punta Por no olvidar la gran cantidad de recursos humanos y mercado interno. el 30% del total de agua dulce del mundo, poseyendo además el segundo acuífero del orbe (el acuífero guaraní) y recursos hidroeléctricos incalculables. Encierra la tercera parte de las reservas mundiales de bosques latifoliados.

EEUU: Además de la Doctrina Monroe, ella considera está su Zona de influencia después de Yalta-Postdam Por lo tanto siempre aplico una política de Impedir Unidad continental (SPYKMAN) Guerra Fría ideológica (Kennan) Y la teoría de los Países “llaves” (Kissinger) Con el fin de la URSS una Globalización asimétrica Norte Sur (Neoliberalismo económico/político) Consenso de Washington 

LOS CAMBIOS REVOLUCIONARIOS EN LAS AMÉRICAS-CRISIS MUNDIALES 

Crisis Imperio Español – I y II Guerra Mundial

NUEVA CRISIS GLOBAL; 2001 11/S USA, 2008 Crisis Financiera central

Crisis del Hegemon, Crecimiento de EURASIA: Org de Coop de Shangai – Nva. Ruta de la Seda – Acuerdo de Coop Regional (Japón/China/Corea S./Australia/Nva. Zelandia)

SURAMERICA EN UN NUEVO MOMENTO HISTÓRICO DE LA CRISIS INTERNACIONAL

5 SIGLOS DE DOMINIO “OCCIDENTAL” EN CRISIS

La aparición de China-Rusia e India Estados Emergentes, que empiezan a tomar presencia en el subcontinente, en primer nivel Comercial, pero no nos equivoquemos se profundizará en lo Cultural y de transferencia tecnológico según los acuerdos estratégicos que firmen los países del Continente 

Esto nos recrea el escenario y obliga a cambiar 

Ya no puede haber un sueño individual para ser feliz sino un sueño de poder en en la Comunidad Organizada. No se puede frenar la evolución de los pueblos de la Tribu hacia un Continentalismo, por mas que la región suramericana este administrada por administraciones Pro USA, la “realidad” es la única “Verdad”   

Este nuevo escenario geopolitico debe obligar a las dirigencias a repensar un desarrollo expansivo hacia mercados internacionales como el de la Unión Europea, pero también hacia las naciones del África atlántica – Camerún, Guinea Ecuatorial, Angola y su proyección a Mozambique, con las que compartimos similares cosmovisiones. Ello permitiría hacer del Atlántico Sur una especie de Mare Nostrum  Y también debe proyectarse hacia la Antártida para poder discutir con poder en el siglo XXI sobre ese continente internacionalizado por el Tratado Antártico. La Iberoamérica siempre fue vista como lo exotico y el Dorado para riquezas rápidas de europeos y norteamericanos.

Toca el tiempo de una nueva generación de latinoamericanos cumplir los destinos histórico de la raza cósmica americana -A decir de Vasconcellos-

Ya no es un problema de Izquierdas o Derechas tradicionales sino de cómo ingresar al NOM

Los pueblos han resistido el resurgimiento del neoliberalismo de los 90 ‘s en este S XXI Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, la misma Colombia y Venezuela a resistido el embate de guerra híbrida aplicado a su pueblo. Brasil ha demostrado que tampoco el bolsonarismo trumpista tiene futuro en las recientes elecciones en ese país.

El Idiologismo liberal o Marxista NO tiene Futuro

Solo Doctrinas que superen ese modelo y que nos incluya a todos tendran futuro

Todos ya sabemos que hay Potencias Emergentes sólidas y fuertes y de las crisis del mundo anglosajón gobernante de los últimos 150 años

Es tiempo de repensar la unidad Continental de nuestros padres fundadores y de los grandes líderes estadistas del S XX: Perón, Vargas e Ibáñez del Campo con la idea de volver del ABC al Continentalismo 

Dr. Alexander DUGUIN: RUSIA, es un analista geopolítico, filósofo político e historiador de las religiones ruso, principal ideólogo en la actualidad del neo-eurasianismo, con una cierta influencia sobre la opinión pública en Rusia. Entre 2008 y 2014 fue director del Departamento de Sociología y el «Centro de Estudios Conservadores» en la Universidad Estatal de Moscú. Creador de la 4ta Teoría Política superadora las ideologías Liberales, Comunista y el Fascismo.

El momento, porque es crucial?

El mundo Unipolar se acaba, pero la elección de Biden representa el un intento de salvar el  hegemonismo globalizador Liberal. Pero con Trump hubo un golpe muy profundo al Unipolarismo

Lo que se viene es un orden alternativo al mundo,

Que pasa en el mundo con los cambios de los equilibrio geopoliticos y económicos y su consecuencia para  américa latina

No hay retorno al bipolarismo, Rusia o China aisladas son menos poderosas pero si se suman las fuerzas que resisten a EEUU la visión cambia radicalmente: China y Rusia mas el mundo islámica resisten y América Latina que es un hecumene debe plantearse estos cambios a lo que hay que sumar a África y Europa podemos ver muchos polos 

Para ser un Polo debe haber un nivel de unión continental, Rusia está en ese camino afirmándose como un polo de la multipolaridad y una América  Latina tiene que seguir esa idea de unidad (gran espacio). En esto el Gral Perón era extraordinario el ABC era clave

Eurasianismo es la versión continentalismo, para ser sujeto y no objeto

Hoy se decide quienes serán los sujetos y los objetos del poder mundial

América Latina tiene una ley de hierro unidos para ser sujeto y sino será objeto de la lucha de otros poderes

Los pueblos se deben unir con los valores de Justicia, Democracia y respeto a las culturas que deben ser respetadas para formar esos polos alternativos. La diferencia NO significa la Guerra

El resurgir los polos del sistema multipolar es la lucha contra el unipolarismo: Turquía, China, Turquia, irán y America Latina también resisten para crear los polos para luchar contra el unipolarismo

El Conflicto norteamericano se profundiza en dos bandos casi es un Estado en Guerra Civil

EEUU la lucha es por destruir la confrontación ontológica entre la civilización de la Tierra (republicanos) y la civilización del Mar (democráticos), es algo nuevo lo que destruye la sociedad norteamericana. es el momento de América Latina. (derechas o izq) para cumplir una misión histórica. Es momento crucial para pensar el Futuro 

El futuro, No está predefinido, es un momento de la lógica mecánica, hoy es el momento particular por la crisis de EEUU

Esto permite reorganizar el mundo 

La Geopolitica clásica  la Eurasia y la anglosajón (Mackinder)  Esta visión es anticuada es la la versión de la  guerra Fría

Hoy no podemos aplicar esta teoría: No es: Putin & Trump hoy hay muchos nuevos factores geopolitico que superan esa Teoría

Con un Trump en el centro del poder anglosajón hay una rebelión contra la civilización del Mar

Conceptos de hoy son verticales no horizontal

La Civilización del Mar y la tierra está dentro de Cada Nación; EEUU es el ejemplo que se confrontan en ese País

Las elites Latinoamérica son globalistas y los Pueblos son Continentalistas. igual es en Rusia, Putin-Pueblo contra las elites, igual en Turquía, China e Irán también ocurre lo mismo que en USA

Repensar concepto geopoliticos Hartland distribuido (los corazones distribuidos) con la Geopolitica realista. En Cada civilización hay Corazones  y también hay una lucha contra atlantistas. Son los tiempos de definir el Futuro y el Presente

Con los resultados de las elecciones presidenciales en EEUU de fondo, en América del Sur, se han producido antes y después, una serie de hechos que se expresan en cada país, según su historia, características y contexto. Nos referimos a los procesos de destitución de los presidentes en ejercicio, o bien, a crisis políticas profundas en dónde no se logra establecer un orden medianamente estable.

Recordamos al Brasil con el impeachment por corrupción, que desplaza de la presidencia a Dilma Rousseff; continúa con el ex-presidente Lula negándole a través de la Corte Suprema de Justicia la candidatura electoral, con su posterior encarcelamiento. En Bolivia, con el golpe de estado el año pasado a Evo Morales, o el reciente desplazamiento del poder ejecutivo de Martín Vizcarra, presidente del Perú por incapacidad moral permanente. Situación de inestabilidad que se transmite al presidente “breve”, Manuel Merino. Es el tiempo de Francisco Sagasti…

Pensemos también en Chile, en donde el pueblo en 2019 jaqueó al gobierno por más de un mes con protestas callejeras, forzando una reforma Constitucional que se llevará a cabo el año 2021. Y así, varios hechos ilustran lo que vamos a sostener.

Cada caso o situación, merece un tratamiento específico, pero la idea de esta nota es intentar definir un eje explicativo general que oriente la mirada de conjunto en la comprensión de los fundamentos y la localización de las causas de estos fenómenos. Una suerte de metapolítica de la crisis de representatividad política en nuestra región americana.

En la Realpolitik, un interrogante esencial para comprender la situación es determinar “quién manda”. En compañía de este interrogante, el poder real dentro de cada estado nacional, es la resultante entre el dominio político y el dominio económico, que no siempre caminan juntos. No necesariamente el que accede a funciones de gobierno (Administración), detenta el poder político pleno, ya que este requiere del control de los resortes económicos-financieros.

El poder económico condiciona el poder político, se ejerce de forma indirecta, a pesar que aquel, en reiteradas situaciones, destina según el gobierno que se trate, sus propios cuadros para la administración central de los gobiernos.

Sin desconocer la existencia de la corrupción o la falta moral de los mandatarios y funcionarios, son muchas veces, un artilugio para crear y justificar las condiciones de su desplazamiento. Este mecanismo de creación de un relato, lo realizan por un lado los medios de comunicación y las redes sociales, y por el otro, el poder judicial que actúa en consecuencia. Como instrumento operativo final, de ser necesario, pueden ser usados los poderes legislativos si la constitucionalidad lo permite, o bien, las fuerzas de seguridad o policiales.

Esto ha sucedido en la mayoría de los países de América del Sur. Ahora bien, ¿A qué responde?

Esta falta de definición clara de “quién manda” en nuestros países, es consecuencia de una crisis orgánica, una crisis de hegemonía. Es decir, una crisis de conducción política, que va más allá de la denominada administración de los gobiernos. En concreto, sostenemos que es una crisis sistémica de mediación política, de los cuadros políticos y sociales. La crisis abarca tanto a la fuerza electoral que se encuentra en el ejercicio del gobierno, como a la oposición.

Los sistemas de partidos políticos, se han distanciado de la representación social de la población, de sus necesidades más profundas. La maquinaria electoral, su misma evolución o involución está destruyendo el vínculo entre lo social y la esfera de lo político.

El resultado de la alquimia electoral termina en el poder legislativo, que junto al poder judicial encarnan “la norma, la ley”, pero se aleja de las cuestiones sociales y de las aspiraciones de la población, que pierde de vista la razón de ser de sus representantes políticos.

En la actualidad, algunos académicos reconocidos ubican el problema principal no en la representación política “el Congreso, la norma”, sino en el espacio de “la decisión”, del poder ejecutivo y su relación con la sociedad. Se habla del Buen gobierno, del ejercicio del gobierno (Pierre Rosanvallon, 2015); o que la legitimidad se justifica a partir del valor de los procedimientos democráticos (Daniel Innerarity, 2020)  

Por su parte, el contenido social e ideológico existente en los orígenes de cada partido político, ya no son lo mismo. A modo de ejemplo, en la Argentina, el significado de ser peronista o radical ha cambiado a lo largo del tiempo

¿Qué ha sucedido desde nuestra perspectiva?

Las formas financieras de valorizar el capital unido a la implementación de las tecnologías de la comunicación y la información aplicadas en todos los órdenes de la vida, han transformado toda la estructura social y económica de la sociedad de tipo industrial o agraria tradicional. Nuevos actores políticos surgen a partir de los nuevos segmentos sociales. Por otra parte, el trabajo asalariado industrial no es necesariamente el eje principal en que se estructura la sociedad. La esfera de la realización (comercio, servicios, transporte, logística), ocupan hoy un lugar estratégico.

Esto lo podemos ver en las formas que toma la protesta social en todos nuestros países. Tenemos que agregar a los movimientos sociales que se organizan territorialmente, no sindicalmente y a los ciudadanos que de forma individual, no se identifican con ninguna organización, así como a los jóvenes solos u organizados que están presentes en las protestas actuales en América del Sur.

El poder financiero se ha des-territorializado, al mismo tiempo que la estructura social de nuestros países se ha fragmentado y atomizado. Los llamados poderes indirectos (Grandes corporaciones financiero-mediáticas; Empresas Transnacionales de la explotación de los recursos naturales; Laboratorios medicinales globalizados; exportadoras de granos; etc.; etc.) sacan provecho de un estado de caos permanente y divisiones al interior de cada estado nacional. 

La finalidad, para estos intereses es la no resolución de los problemas de legitimidad política de nuestras naciones. Se trata de mantener el conflicto interno de forma permanente expuesto o latente. El discurso de la seguridad jurídica necesaria para la llegada de las inversiones, son una excusa para no hacerlo, y relegarnos a una región que solo se dedique a labores agro-ganaderas o a la producción de alimentos y proveedora de recursos naturales. 

Como consecuencia de este estado de situación los gobiernos llegan debilitados, lotean el aparato del estado y lo reparten según las consideraciones del voto. Carecen de concepción unificada, de la necesaria centralización de las políticas de gobierno para el conjunto social y para las sucesivas generaciones.

En resumen, lo que aparece como corrupción, bajo la intervención de los medios de comunicación y del poder judicial, expresa una crisis política de las mediaciones políticas entre la sociedad y el estado, pero también de las mediaciones dentro de la misma sociedad, las que son más horizontales.

Las transformaciones que la sociedad ha experimentado, merecen una nueva institucionalidad y no forzar lo nuevo social en esquemas institucionales que hablan de una sociedad que ya no existe.

No son los organismos de control de lo existente. Es una nueva institucionalidad, que exprese los cambios sufridos en el seno mismo de la sociedad. Es desde la Comunidad el camino.

                                                                                             Noviembre de 2020

Lic. Carlos Chino Fernández

CEES-CGT / Dossier Geopolítico

Wim Dierckxsens y Walter Formento,  16 de Noviembre de 2020         

Nos encontramos en noviembre de 2020 frente a un peligroso proceso de golpe de estado electoral telecomunicacional-digital en Estados Unidos.                Los principales canales o plataformas de información/comunicación “privados” transnacionales (Facebook, Twitter, CNN, FOX, CNBS, etc.) se han erigido como censores y canales de expresión de la “verdad histórica” y para ello, simultáneamente, se “constituyen” o fungen (actúan) como jueces electorales, pasando por arriba de todos los usos, costumbres y legislación del sistema electoral indirecto norteamericano, o sea por encima del Estado de Derecho Nacional. 

En abierta violación, tanto de la “libertad de expresión” como de la legalidad institucional norteamericana, los “dueños” o “intereses controlantes” de NBC, CBS, ABC, Twitter y otras plataformas comunicacionales “privadas” se han apropiado de lo que es “verdad” y han interrumpido la comunicación pública del Presidente Donald Trump y “declarado por anticipado”, pasando sobre los procesos e instancias institucionales, la hipotética victoria de Joseph Biden en las elecciones presidenciales del pasado 3 de noviembre. 

Claro que estos hechos de orden político estratégico de las fuerzas globalistas tienen objetivos que reflejan que esta no es una elección presidencial más en EEUU, sino una elección clave, en un momento bisagra o de transición histórica dominado por la crisis estructural sistémica del capitalismo con su epicentro en EEUU, que hemos denominado como la Perestroika Norteamericana (junio 2020) , proceso de decadencia que no terminara una vez instalado Biden como presidente, sino lo contrario se profundizaría por otros medios y formas.

El escenario llamativamente se parece mucho al que presenciamos en octubre de 2019 en Bolivia, cuando los poderes fácticos del mundo financiero transnacional (continentalistas norteamericanos y globalistas), a través de la figura de la OEA y de su tristemente célebre presidente Luis Almagro, se alinearon en contra del entonces Presidente Evo Morales “decretando comunicacionalmente” la derrota de Evo.                                   Usando instrumentos paramilitares para apropiarse e imponer como verdad la “no-verdad”, que la OEA / Luis Almagro había creado las condiciones de legitimidad para que pueda ser manipulada y “falseada” la información en el recuento de votos. Hecho que fue respaldado por las fuerzas armadas y de seguridad a “sangre y fuego”, bajo “estrecha” relación con el Comando Sur,  constituyendo un golpe de estado en el marco del proceso electoral. 

Las mentiras sobre un supuesto fraude divulgadas tanto por las diferentes plataformas de comunicación como por organismos internacionales, es el caso de la OEA -Organización de los Estados Americanos-, generaron las condiciones marco que legitimaron formalmente poder “imponer por la fuerza” la dimisión del presidente Evo Morales e incluso podrían haber causado un magnicidio (objetivo que luego se corroboro como plan) en su contra, si no fuera por la oportuna intervención de los Gobiernos de México y Argentina. No nos extrañaría que exista un plan parecido para Trump cuando no se incline a reconocer que “Biden ganó estas elecciones”.

En momentos “complejos” como el actual, es importante abstraerse por un momento de los prejuicios ideológicos y las preferencias personales. La elección de las autoridades de cada país debe seguir estrictamente su legalidad correspondiente, independientemente del poder del dinero y las presiones de los poderes internacionales. Así como rechazamos el intervencionismo de los Estados Unidos en las elecciones de otros países, también debemos rechazar la intervención del poder global comunicacional y financiero en las elecciones de EEUU. Que intenta en múltiples naciones imponerse como el actor que se apropia de la potestad de definir quién es quién, imponer el terreno virtual-comunicacional como el legítimo para decidir quién es quién, qué ha sucedido y quién gana o pierde. 

En clara sintonía con los intereses y poderes financieros comunicacionales transnacionales / supranacionales / globalistas, para quiénes la institucionalidad nacional, sus actores y necesidades son un obstáculo y traba al despliegue de sus intereses y necesitan negarlo reduciéndola a “simples” poderes locales, así como lo hizo el fascismo del siglo XX para imponer el Estado Nacional por encima de los intereses regionales. La institucionalidad constitucional nacional está bajo clara amenaza desde el momento que los poderes globales “emergieron” como los “únicos” vencedores en 1991 del bipolarismo mundial, organizado a partir de Estados Unidos y la URSS desde 1950, la llamada Perestroika Soviética. En este marco el Globalismo transnacional se lanza a la “empresa” de reducir todos los márgenes de soberanía nacional (empresas nacionales, sindicatos, el sistema institucional y constitucional legal nacional) imponiendo lo Global como nueva territorialidad.

Con su actitud prudente y respetuosa para con el proceso electoral nacional/federal norteamericano, el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador cumple cabalmente con el Legado Juarista y la Doctrina Estrada, y una vez más se coloca como uno de los indiscutibles líderes internacionales (entre-naciones) en materia de institucionalidad democrática. Del mismo modo, China y Rusia al 13 de noviembre no han reconocido aún a nadie como nuevo presidente electo, argumentando que las instancias institucionales y procesos aún no se han expedido definiendo la persona y su nombre. El hecho concreto es que Joe Biden aún no ha ganado las elecciones de acuerdo a las leyes federales institucionales de Estados Unidos.

Si bien el pasado 3 de noviembre se realizó una votación indicativa de preferencias de los ciudadanos en cada estado federal, ningún congreso local se ha reunido todavía para designar formalmente a sus “electores” presidenciales al colegio electoral federal (institución del voto indirecto presidencial). Todos deberían dar un paso atrás y comprender cómo ocurre el proceso electoral real  basado en la ley federal de Estados Unidos, no en los informes periodísticos “guionados” de los aparatos/plataformas de comunicación virtual/digital. Será una batalla dura que nos hace recordar a Joseph Goebbels cuando se apropió de la supervisión de los medios de comunicación y de (des)información en Alemania “instalando” el miedo en la población. Este miedo se conforma fomentado en torno al bloqueo por el Covid-19 y al proyecto anti-globalista de Trump. Demonizado durante cuatro años por “todos-los-medios” de desinformación, que la mitad de la población vote por miedo, con los “medios” pero no a favor de Biden, es un verdadero suceso. Que, a pesar de este bloqueo-a-la-subjetividad-política de los norteamericanos-del-común, Trump haya conseguido una imponente cantidad de votos como para romper la estrategia para “dejarlo fuera” de toda posibilidad de poder ganar las elecciones y reelegirse.

El proceso electoral norteamericano de respetar las siguientes pautas:

1) La elección ocurre a principios de noviembre.

2) Los votos se cuentan mientras están presentes funcionarios de ambos partidos (demócrata y republicano).

3) Siempre que los funcionarios de ambos partidos estén presentes durante el conteo de votos y:

  1. No haya acusaciones creíbles de fraude.
  2. Sin fallos de software. 
  3. Recién, luego se ratifican los recuentos de votos.

4) Si el margen de votos entre el ganador y el perdedor es del 0,5% o menos, se requiere de un recuento automático.

5) Si el margen entre el ganador y el perdedor es mayor que 0,5%, pero ninguno de los candidatos (o un 3rd  candidato para el caso) quiere cuestionar los resultados, él o ella puede pagar para tener un recuento. El costo es de aproximadamente $ 3 millones por estado.

6) Una vez que se ha completado el recuento, o si el recuento no es necesario, los estados individuales declaran formalmente el ganador el 14 de  Diciembre,  cuando oficialmente se emiten los votos del colegio electoral para él o ella.

7) Luego, a principios de enero del próximo año, el nuevo congreso se reúne para contar los votos del colegio electoral y declarar formalmente al ganador.

8) El nuevo presidente asume el cargo el día 20 Enero.

Así es como “funcionan” institucionalmente las elecciones presidenciales en Estados Unidos en circunstancias normales. Las plataformas comunicacionales o de comunicación no pueden apropiarse de la potestad de definir quién es el ganador/a. Los actores de la comunicación transnacional o local, o poder comunicacional concentrado, pueden simplemente proyectar quién  creen  que ganará, basándose en el total de votos en un momento dado. Y a menos que el perdedor lo reconozca formalmente antes del 14 de diciembre,  todo sigue el proceso estipulado. Claro está que las diferentes instancias de los actores del poder realizaran todas sus presiones legales, golpes y otras maniobras para imponer que se reconozca a “su” candidato.  Entonces, ¿dónde estamos en términos de las elecciones presidenciales de 2020?

Para empezar, los procesos en seis estados (Georgia, Pensilvania, Nevada, Wisconsin, Michigan y Arizona)  están lo suficientemente avanzados como para requerir  recuentos obligatorios  en Georgia (0.3%) y Arizona (0.3%), por estar dentro de un margen del 0,5%. La administración Trump que ganó los ´estados visagra´ de Florida y Texas presentará demandas en Wisconsin (0.7%), Pensilvania (0.8%), Nevada (2.7%) y Michigan (2.7%), alegando fraude, el recuento de votos ilegítimos y la prohibición o exclusión a los funcionarios republicanos de poder presenciar el recuento de las boletas. Queda por ver aun si la administración Trump tiene razón o no al respecto. Sin embargo, el hecho que se presenten demandas significa que la elección pasará a las instancias judiciales. 

Si los tribunales de justicia deciden que la evidencia que presenta la administración Trump es convincente, pueden requerir una auditoría formal de votos. Si, durante la auditoría de votos, se descubre un fraude real, el tribunal puede dictaminar que esos votos ya no son válidos, los recuentos formales de votos pueden cambiar y  es posible que un estado determinado termine declarando un ganador diferente. Incluso si  las auditorías no descubren el fraude, pero hay un problema particular con las tarjetas de voto (se usó el tipo de tinta incorrecto, la perforadora no llegó hasta el final de la boleta como fue el caso en Florida en 2000, etc.), los tribunales pueden considerar ilegítimos esos votos problemáticos.

Esto nuevamente puede significar que el conteo de votos formal podría cambiar, y es posible que un Estado determinado (ej.: Wisconsin) termine declarando un ganador diferente. Eso sería así, si  los tribunales resuelven el problema a gusto de todos en la primera ronda. Si alguno de los partidos o candidatos no está satisfecho con el fallo de un tribunal inferior, puede apelar el fallo, lo que puede dar lugar a que la demanda pase a un tribunal superior y, en última instancia es la Corte Suprema que actúa como el árbitro máximo de la ley electoral en los EEUU. Estos son los hechos reales de cómo se deciden las elecciones presidenciales en EEUU, y ninguno de los elementos anteriores es teoría de la conspiración o ilusiones. Una vez más, el poder comunicacional  financiero transnacional no  es la instancia válida según la constitución nacional/federal para decidir quién ganó las elecciones, pero si podría llegar a acumular el poder suficiente para imponer el escenario en el futuro.  Por lo tanto, técnicamente Joe Biden no es aún el presidente electo, sin importar cuánto lo “deseen” muchas personas o poderosos intereses que así sea. Pero no lo es porque el poder de las transnacionales financieras globales no han podido derrotar y subordinar aun a los actores y poderes nacionales y continentalistas norteamericanos, y muy particularmente al pueblo norteamericano.

A nivel nacional, hay algunas discrepancias que vale la pena considerar: los republicanos ganaron 28 de los 29 escaños competitivos de la Cámara de senadores y los demócratas no pudieron cambiar una sola legislatura estatal (provincial). Joe Biden consiguió solo tres de los llamados ´Distritos Bellwether´ que casi siempre eligen al ganador, uno de los cuales estaba en Delaware. Judicial Watch encontró 353 condados en 29 estados diferentes que tenían una participación superior al 100 por ciento. La evidencia de artimañas ha llegado desde una variedad de estados:  Michigan , Pensilvania, Georgia , Wisconsin , Arizona, Texas, Nevada, Carolina del Norte y  Nueva Jersey. Esta evidencia podría fácilmente descartarse como simplemente extraña si “alguien” fuese muy generoso,  muy ingenuo o muy “poderoso”.

Anomalías en los Estados del campo de batalla 

Michigan podría tener el dudoso honor de haber desarrollado las elecciones más corruptas de Estados Unidos en 2020. A partir del 9 de noviembre, el FBI ha abierto dos investigaciones sobre fraude electoral en el estado. Se han presentado declaraciones juradas en las que se alega un plan para fechar las boletas por correo. Es la tierra de los “vertederos masivos de votos” donde el 100 por ciento “va” a favor de Joe Biden (que los medios controlados han intentado interpretar como una «falla» o «error administrativo»), con miles de muertos votando, entre otros.                                  

Un ejemplo importante, de esto fue el «fallo técnico» que otorgó más de 138.000 votos de Trump a Joe Biden (causando un impacto real de 276 mil votos (138 mil menos para Biden y 138 mil más para Trump).  Dos de estas manipulaciones representan una diferencia de más de medio de millón de votos. Vale la pena mirar los resultados finales de la ciudad de Detroit: Joe Biden pudo recibir la friolera del 93% de los votos en un año cuando Donald Trump duplicó su participación en los votos entre la población negra, como predijimos en nuestro artículo de octubre. Se presentó una demanda en el estado de Michigan para proteger la integridad del voto. Hay una serie de acusaciones impactantes en la demanda, testificadas bajo declaraciones juradas. En las semanas posteriores al 6 de noviembre se escuchaba mucho hablar sobre cómo las declaraciones juradas no son evidencia, pero esto, estrictamente hablando, no es cierto ni procede. 

Todo hace parecer que los “Demócratas” se expusieron de un modo irracional o aparentemente inexplicable, al tener que “hacer que” todos hagan votaciones por correo. No es de descartar que haya sido que no tuvieron otro camino porque los votantes, el pueblo, no les “respondían” en la magnitud que ellos necesitaban. Porque, en realidad, el voto por correo permite que sea más fácil detectar el fraude en el proceso electoral. Todas las boletas electorales pasan por el sistema postal, se mezclan como una baraja de naipes, por lo cual se espera que el retorno de la papeleta informada sea extremadamente “uniforme” en términos de la proporción (D)emócratas vs (R)epublicanos. 

Veamos el registro del historial del conteo de votos de Wisconsin. En el eje vertical de “Y” (D-a-R Vote Radio of Batch) tenemos la proporción de las boletas electorales D-a-R en el lote de informes, y en el eje horizontal de “X” (Bach Reporting Time) tenemos el tiempo de informe. A las 4 de la mañana de noviembre (Mes-11) a las 04:00hs (11-04 00), hay un marcado cambio en la relación de D-a-R en las boletas por correo. Según otras publicaciones de este hilo, esto no debería suceder. Esta es una anomalía y, si bien las anomalías no siempre son fraude, a menudo pueden indicar un fraude.

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A las 04 a.m. del 4 de noviembre, la relación D-a-R estaba totalmente fuera de control. Esto se debe a que estas boletas no se tomaron como muestra de la población real de votantes de Wisconsin y no se asignaron al azar en el sistema de clasificación por correo con las otras boletas. Lo cual lleva a observar que se agregaron boletas adicionales al lote, ya sea mediante retroacción, fabricación de boletas o manipulación de software (“Hammer”, “Dominion” y otros)

Si bien todo esto es un poco aterrador y desalentador, la puja de poder está lejos de terminar. El presidente Trump no ha abandonado la lucha y los republicanos del Congreso están comenzando a alinearse para apoyarlo. Varias figuras conservadores de la comunicación están dando vuelta a la situación para poder denunciar este evidente fraude entendiendo también que los grandes medios globalistas procuran silenciarlos, como en Twitter, Facebook, CNN, FOX, etc. por ejemplo.

No solo en Wisconsin se presenta este fraude. En la primera parte del proceso de recuento de votos en Pensilvania, vemos el mismo patrón para las boletas por correo que hemos visto en los demás estados del país que no sean estados bisagra (Swinger), que es una proporción relativamente estable de D-a-R que gradualmente pierde/cae R a medida que aumenta el número de boletas. Pero luego, a medida que continúa el conteo, la relación D-a-R en las boletas electorales de votación por correo, inexplicablemente, comienza a «aumentar». Nuevamente, esto no debería suceder, y no se observa en casi ningún estado que no sea bisagra del país, porque todas las boletas electorales se barajan al azar en el sistema de correo y deben ser homogéneas durante el conteo. Las únicas excepciones a esto son otros estados sospechosos que también tienen anomalías. 

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En Georgia vemos prácticamente la misma “historia” que en Pensilvania: aumentan las fracciones de las boletas electorales D por correo a lo largo del tiempo a pesar de que desafía la lógica, y no vemos este patrón en ningún otro Estado que no sea ´estado-bisagra´ u oscilante / swinger. 

Ahora, para ser justos, Virginia es el único estado de los 50 que puede tener anomalías que aún no ha tenido acusaciones de fraude electoral.  Sin embargo, como hemos señalado en nuestro análisis de octubre esperábamos un triunfo demócrata en este estado republicano debido a la fuerte inmigración desde Nueva York y California, estados con una población básicamente demócrata.  Independientemente de dónde se encuentre uno políticamente, la inviolabilidad del voto es la piedra angular de una democracia representativa sostiene que funciona en estado nacional de derecho. Donde los votantes deben creer que su voto es importante. Y que la votación sea libre, justa y precisa. 

En síntesis, en la noche de las elecciones, cuando el pueblo norteamericano se fue a dormir, el presidente Trump tenía una ventaja dominante en prácticamente todos los estados indecisos (oscilantes/swinger), así como en Virginia, que nadie esperaba que ganara. El mismo Biden fue quien más insistía en tener paciencia cuando aún las cifras favorecían a Trump durante la noche de la elección. Sin embargo, cuando Estados Unidos se despertó al día siguiente el 4 de noviembre, descubrimos que había perdido en estos estados, en gran parte sobre la base de las boletas por correo encontradas en medio de la noche y bajo la atenta mirada de los monitores electorales legales. Es más, estas grandes votaciones o emisión de votos, casi todos para el ex vicepresidente Biden, se dieron en estados predominantemente dirigidos por gobernadores demócratas, representantes políticos de un poder que pretende “terminar” de imponer un Estado global sin fronteras ni ciudadanos, incluyendo a los ciudadanos estadounidenses. Es el campo de batalla donde se enfrentan el Estado Nacional de derecho frente al Estado Global sin compromiso alguno con la vida nacional de EEUU y de los norteamericanos.

Una vez que los números y porcentajes se “dieron vuelta” a su favor, el estado profundo globalista demócrata cambio de táctica y el candidato demócrata Biden cambió radicalmente de tono. En base a reportes estrictamente tele-comunicacionales/mediáticos y en abierta violación del proceso legal, el sábado 6 de noviembre Biden puso las “campanas a volar y festejar”, se declaró vencedor y empezó el momento de “recibir”              las felicitaciones desde gobiernos y autoridades internacionales.                          Este “triunfalismo” anticipado y sobreactuado por muchos, puso en evidencia la gran inseguridad que domina al partido demócrata y su estamento de poder globalista. Que tenía la información de real y por lo tanto debía imponer el reconocimiento a Biden, para que Trump ceda y lo reconozca para que “todo termine antes de empezar”. Porque si el adversario reconoce concede. 

Trump sabe que hubo fraude y sabe también que está “entregando” el gobierno, nuevamente como con Clinton y Obama, al poder de las grandes transnacionales globales. Pero, también sabe perfectamente bien que la Suprema Corte y los tribunales federales tienen un marcado sesgo a favor de los Republicanos y que el Vice-Presidente en funciones, Mike Pence, es quien presidirá la sesión conjunta del congreso federal en enero que anunciará formalmente al vencedor. Aún no hemos llegado a ese momento y el camino es largo y muy turbulento. Si Trump da pelea podrían aflorar las sorpresas en el camino!!!

Biden en la cuerda más floja de lo imaginado 
Biden se encuentra declarado electo nuevo presidente por las grandes plataformas comunicacionales y medios de comunicación. Y aparentemente hay dificultad de contradecirlo, para no decir miedo, instrumento que manejan las plataformas del poder global similar a como lo hacía Alemania de los años treinta y cuarenta.  En el proceso de su instalación como ganador, los dispositivos de las plataformas comunicacionales globalistas (las Big-Five: GAFAM), particularmente Facebook y Twitter, han ocupado un lugar central, y a partir de estas las grandes plataformas de comunicación de información como CNN News, FOX News, CBC, etc. Es un acto de apropiación de hecho por el Estado Global, sin fronteras ni ciudadanos estadounidenses, de un derecho que correspondía al Estado Federal/Nacional de Derecho.
Trump ha logrado abrir un proceso e instalar que “Biden hizo Fraude” a partir del uso de los votos por correo. Que a partir de ese hecho pudo manipular los votos vía inteligencia artificial, el uso de programas específicos (Hammer, Dominion, etc.) que ingresan por puertas traseras, intervienen el software autorizado y alteran los algoritmos con los que se cuenta, cómo se cuentan y cómo se asignan. Mostrando que a partir de una hora determinada (Noviembre 4, a las 04:00hs) más del 90% de los votos de electores en la madrugada del 4 de noviembre “fueron” “adjudicados o cargados” a  Biden. Cuando las proporciones reales y normales para la totalidad de votos evaluados antes, eran significativamente distintas.
Luego, Trump avanza con las denuncias a través del sistema judicial: Fiscal General y los fiscales por estado, etc. Con este avance empieza a poner en evidencia la manipulación, por software y otros medios, de los datos electorales que se han producido y la complicidad de los actores financieros globalistas con estos hechos. Luego, avanza también involucrando cada vez más al sistema judicial, incluso a todos sus estamentos hasta llegar a la suprema corte. Desde el lunes 6 de noviembre la escalada de denuncias y acciones de Trump han ido en aumento, aunque el público no se entera de ello ´gracias a´ los medios de (des)información.  

Por otro lado, Trump también avanzo en el relevo del secretario de defensa Mike Esper, vinculado a Pompeo/Bolton, porque su compromiso para el normal funcionamiento del acto electoral no fue “claro”. Más aun cuando tiene a su cargo todas las fuerzas armadas que intervienen al interior de Estados Unidos. Del mismo modo procedió sobre las agencias de inteligencia y los programas de software que se utilizan para intervenir sistemas de cómputos y en los sistemas electorales de otros países. Todo esto impacto sobre la división específica en el Pentágono. 

El exfiscal federal  Sidney Powell, un   abogado de campaña de Trump señaló que: «Nos estamos preparando para revocar los resultados de las elecciones en varios estados», y dijo que tiene suficientes pruebas de fraude electoral para iniciar una investigación criminal generalizada. Y dijo que el software electoral cambió «millones de votos» de Trump al nominado demócrata Joe Biden. El legendario analista del ciclo financiero y geopolítico Martin Armstrong dijo que sus computadoras detectaron un fraude masivo en las elecciones de 2020. El engaño es de millones, definitivamente millones, y quizás  hasta 38 millones de los 76.7 millones que recibió Biden frente a 72,9 millones para Trump. Con un 10% que se llegue a comprobar (3.8 millones de votos) Trump ya estaría más que empatado con Biden.

Por qué es probable que Trump gane un segundo mandato

La única forma en que esta elección rápidamente es si el presidente Trump cede. Si no lo hace pero en cambio elige pelear en la corte, entonces el proceso sigue. Actualmente, el Partido Republicano tiene una mayoría según delegaciones estatales de 26-23-1 en la Cámara de Representantes. 

Una posible carta que Trump podrá intentar realizar que ninguno de los candidatos alcanza los 270 votos, lo que significa que las 50 delegaciones de la Cámara de representantes son las que votaran para elegir el presidente, mientras que el vicepresidente sería elegido por el Senado controlado por el Partido Republicano. 

El día en que el Colegio Electoral se reúne por estatuto, lo que está tratando de hacer es negar a Joe Biden 270 votos, desafiándolo en estados en disputa, que son campo de batalla. Los estados en disputa o campo de batalla son Pensilvania, Michigan, Wisconsin y Carolina del Norte, y tienen gobernadores demócratas y legislaturas controladas por los republicanos. 

El Partido Repubblicano: Trump vs Continentalistas 

La presión sobre Trump para que reconozca a Biden como ganador se da  hasta en su propio partido. Todo esto sucede al mismo tiempo que una fracción del partido republicano vinculada a las trasnacionales financieras continentalistas, a Pence/Pompeo, Bush, Warren Buffet, Rockefeller, etc. empiezan tomar distancia del respaldo a Trump. Incluso coincide en el tiempo con el momento donde los globalistas retoman nuevas fuerzas e iniciativa contra la oligarquía local, nacionalista, que respalda a Trump. Este queda más aislado con esta alianza táctica entre globalistas y continentalistas por un lado, pero si triunfa ha de hacer menos concesiones dentro de su partido. Pero Trump responde a través de su  recién nombrado secretario de Defensa de Trump, Christopher Miller, quien envió un memorando a días de su nombramiento a toda la fuerza laboral del Departamento de Defensa, indicando lo que hará la administración en las últimas semanas en el cargo de Trump: una reducción importante de tropas estadounidenses, especialmente en el Medio Oriente. 

La posible alianza entre continentalistas y globalistas ya había sido planteado en general por Kissinger en abril/mayo de 2020, una alianza con todas sus contradicciones y opciones probables a construir para poder retomar iniciativa mundial, frente a la amenaza del multipolarismo impulsado por China-Rusia-India-Irán-Pakistán-Siria-Egipto,México-Caribe-Colombia-Brasil-Argentina-Perú-Chile,etc. Aprovechando la situación que ha creado la batalla electoral 2020 en EEUU, China avanza firmando el 15 de noviembre junto a otras 14 economías (que incluye a Japón, Corea del Sur, y Australia) el acuerdo comercial más grande del mundo, la Asociación Económica Integral Regional (RCEP). A partir de este acuerdo histórico se formará una zona de libre comercio en la región de Asia-Pacífico que abarca un tercio de la economía global. El nuevo acuerdo ayudará a los países de Asia Pacífico a tomar el liderazgo no solo en la lucha contra la COVID-19 sino también a reducir aún más la hegemonía de Estados Unidos en la región y poniendo un límite geográfico al Economic Reset globalista. Un acuerdo que consolida la relación de China con Corea del Sur, Japón y Australia permite que la India multipolar del primer ministro Narendra Modi se fortalezca y consolide su gobierno y su política de dialogo multipolar, frente a las iniciativas belicistas pro globalistas y pro continentalistas norteamericanas.  

Como podemos ver, en este momento se observa como la lucha electoral se interrelaciona con la lucha inter oligárquico financiera norteamericana/global, con sus tres facciones y estamentos de poder profundo, lo cual hace visible las luchas tele-comunicacionales en el marco del acto político electoral. Entonces, la crisis se ha desarrollado en profundidad, las facciones oligárquico financieras estadounidenses están expuestas con sus bandos y movimientos de alineamientos y realineamientos. Dando la forma a un final abierto en las formas electorales institucionales y los nombres de autoridades finalmente reconocidas como vencedores, aunque la crisis de legitimidad y fractura social-cultural está claramente instalada

Los resultados electorales, sean quienes sean los que se impongan, dan cuenta de la ilegitimidad social con que serán declaradas y respaldadas las ´autoridades electas´. Porque la división estructural y sistémica en tres facciones de la oligarquía financiera en EEUU y mundial muestra que sus diferencias no podrán cerrarse por la vía electoral porque son estructurales y sistémicas. 

Crisis Sistémica

Como ya hemos señalado desde septiembre de 2019 que una crisis estructural y luego sistémica gobierna a los Estados Unidos. Esta crisis sistémica está en relación directa con la profundización la situación confrontación del unipolarismo transnacional norteamericano y globalista entre sí y contra el multipolarismo pluriversal de dialogo económico político y de dialogo cultural de civilizaciones. Pero además la crisis tiene su despliegue también en Estados Unidos, entre las tres fracciones –Globalista, Continentalista y Nacionalista- en que se encuentra fracturada la oligarquía financiera. 

La profundización y desarrollo de esta crisis se expresa en las diferentes facciones y grupos que se movilizan, marchan y confrontan, incluso con muertos y heridos, en las calles de diferentes estados de Estados Unidos entre sí y con las fuerzas policiales. Esta crisis en Estados Unidos del Globalismo como opción de gobierno y de poder, está muy en relación con los choques y enfrentamientos en diferentes planos que el actor unipolar globalista enfrenta contra el multipolarismo Ruso en Bielorrusia, Ucrania, Siria, Irán, Egipto, Libia, etc., y contra el multipolarismo Chino en Hong Kong, Shanghái, Taiwán, Corea del Sur, Pakistán, etc.

La situación norteamericana se caracteriza porque Estados Unidos se encuentra inmerso ya profundamente en un proceso de disolución de sus capacidades para mantener articulado el tri-continentalismo norteamericano que desplego desde 1950, reconstruyendo Europa a partir de la fragmentada Alemania occidental y reconstruyendo el Asia pacifico a partir del derrota de Japón por la vía de lanzar dos bombas nucleares sobre su población civil. Ambos, Alemania occidental y Japón en condición de vasallos. Claro que para vencer y disolver a la Unión Soviética tuvo que incluir a China en su plan. Pero China no entra como país derrotado en la segunda guerra mundial por EEUU, sino como país vencedor de Japón, aliado histórico de la Unión Soviética y en crisis con ésta a partir de 1960-70. 

La URSS no se hubiera disuelto con China incluida, porque hubiera tenido otra escala de respaldos y fortalezas económicas y estratégicas. Por ello EEUU, en un plan estratégico avanza potenciando económica y estratégicamente a la China de 1960-70 para que esta se distancie de la Unión Soviética y enfrente luego, debilitando a su oponente principal la URSS. Lo cual permitió crear las condiciones para la Perestroika Soviética de 1987-1991, que incluye otro hecho estratégico que es la Caída del Muro de Berlín, que conlleva la reunificación de Alemania. 

Donde China cumplió no solo un gran papel sino que realizo un desarrollo estratégico industrial, científico y tecnológico en conjunción con las nuevas empresas transnacionales tricontinentalistas norteamericanas, resultado del patrón dólar-petróleo que rompe con los acuerdos de Bretton Woods y su patrón dólar-oro. Esto pone de manifiesto que, de estas corporaciones transnacionales tricontinentalistas emergen las nuevas redes transnacionales globales pos continentalistas y tricontinentalistas. Y que China realiza ese desarrollo siempre desde un plan propio, donde Estado-Gobierno-y-Pueblo asumen un lugar principal en relación al mercado de las transnacionales globales, donde mercado-finanzas son los central. Todo esto en el marco de lo nuevo que emerge como dialogo de civilizaciones, un dialogo multipolar que requiere poder estar siendo poliédrico y pluriversal.

“La elección presidencial estadounidense del 3 de noviembre de 2020 viene a confirmar la tendencia general surgida ‎desde la disolución de la Unión Soviética: la población estadounidense vive una crisis de ‎civilización. Y se dirige inexorablemente hacia una nueva guerra civil, que debería desembocar ‎por lógica en el fraccionamiento de su país.”

Durante años (1960-2020) las fuerzas económicas transnacionales globales y, las instituciones y organismos globales como los Foros y Tratados Económicos Transnacionales (el BIS, el Foro Económico Mundial, la CIA, la OTAN entre otros) han ‎organizado una transnacionalización, deslocalización, ´outsourcing´ de las industrias estratégicas militares y civiles, de la economía, la política, la cultura, de la toma de decisiones de la economía norteamericana y denigrado todas sus realizaciones. ‎Pero lo “novedoso” para las elites es que no habían previsto que los pueblos pudieran llegar a derrocarla o a defenderla en nombre de los ideales ‎del globalismo transnacional o de los ideales nacionales industriales norteamericanos. Con Biden eventualmente en la presidencia, el globalismo transnacional se sobre-impone de hecho y de manera explícita a la nación estadounidense y no tendrá compromiso alguno con sus ciudadanos ni con las ´minorías´ (mujeres, lgtb, raza, etc.). Porque con la introducción del ingreso global (de lo que hablamos en el artículo de octubre) tendrán a toda la población bajo control orwelliano, sin compromiso con ciudadanía (clase media y sobre todo media alta) alguna. Un globalismo sin ciudadanía (estadounidense) desemboca a partir de entonces en un globalismo enfrentado al pueblo. Ya no hay facciones (mujeres, raza, generación, etc.) lo que dividen al pueblo. El pueblo se manifestará a partir de entonces como pueblo y no hay sistema que aguanta, por más orwelliana que sea, un enfrentamiento con el pueblo sin fronteras.   

Una perestroika en EEUU es muy probable, sobre todo si Biden gana las elecciones. Será la crisis de unidad federal (nacional) de Estados Unidos. Sin un núcleo director, articulado a un proceso histórico económico-cultural estratégico, la nación perderá su fuerza ‎centrípeta y sus partes o regiones acabarán fragmentándolo articulándose a nuevos actores de referencia antes del derrumbe final. ‎Claro está que hay ya presentes y actuando opciones estratégicas, una el globalismo unipolar poderoso en EEUU, que necesita fragmentar las unidades nacionales o federales en unidades locales mínimas que puedan ser re-articuladas o absorbidas como parte del globalismo transnacional unipolar: Nueva York con su poderosa City financiera global y sede del poder unipolar global en EEUU y su otro punto de apoyo en California con el Distrito Financiero de San Francisco y el Silicón Valley (Valle del Silicio) de las tecnológicas de la información y comunicación que conforman el Complejo Estratégico de la Inteligencia Artificial.  Esto se encuentra en el centro de la puja de poder entre los Globalistas y, los estadounidenses Nacionalistas y Continentalistas. Mientras Trump expresa el proyecto de recuperación de las capacidades industriales y comerciales de comercio exterior desde un nacionalismo anti-globalista, por ello la región del ´Cinturón de estados del Oxido´ (los estados abandonados por las transnacionales globalizadas) se encuentran es su base de referencia.

Pero, también la región de California se encuentra disputada por Texas, definida por su histórico y poderoso complejo industrial energético fósil y agroalimentario. Núcleo de proyección de poder de los continentalistas norteamericanos (los WASP) que tienen en el vicepresidente Pence, en el secretario del Tesoro Steven Mnuchin, en el secretario de Estado Mike Pompeo y Tillerson a sus referentes más destacados. Con sus bancos comerciales JPMorgan Chase y Bank of America, entre otros.

Hace ‎‎4 años, Thierry Meyssan escribía que “Trump sería el Gorbatchov de Estados Unidos”. Según él mismo afirma hoy, estaba equivocado. ‎Trump tuvo su compromiso y pudo fortalecer las fuerzas que llevan a la unidad de los Estados Federales. Pero si Joe Biden termina por imponerse como candidato, y como todo lo indica sea reemplazado en el corto tiempo (antes del año de gestión) por las pro-globalistas Kamala Harris y Hillary Clinton, para la historia será una presidenta afro-estadounidense quien cargue con la responsabilidad ‎de no haber logrado mantener la unidad territorial de su país. Biden tendrá la tarea infame de entregar su país a las fuerzas globalistas que no tienen ningún compromiso con sus ciudadanos sin distinción de clase. 

En relación con esto, aunque otras fuerzas lo apoyasen, el estado de salud de Biden no le permitirá sostenerse en el cargo y las presiones seguramente solo precipitaran su salida antes que el año 2022 amanezca. Biden, con facultades mentales bien debilitados, es solo el mascarón de proa del globalismo financiero unipolar y de su centro unipolar de mando en el Banco Internacional de Depósitos –BIS, el Banco central de los Bancos centrales con sede en Suiza como no podía ser de otros modo, territorio autónomo y centro unipolar de la red de cities financieras del globalismo.

Joe Biden representará el ´entreguismo´ al globalismo, la unipolaridad, la nueva democracia, la nueva normalidad con todas las formas de la destrucción de vínculos del ser humano con la colectividad, afirmara Duggin. La nueva democracia –que representada por Joe Biden, sobre todo Kamala Harris-, es el poder de las minorías oligárquicas financieras. La mitad de la población americana, del pueblo, protesta contra esto. La otra mitad, dirigido y manipulado por el miedo infundado, lo apoya. Es una guerra civil, ideológicamente basada y geopolíticamente definida. No son las elecciones como siempre, es la lucha por la definición del sentido del futuro, para los estadounidenses y más allá. Solo Trump podría salvar la unidad nacional de EEUU, pero la lucha intestina tiende a acabar con todo, observa Duggin.

Como podemos observar, en Estados Unidos la crisis de hegemonía es profunda, estructural y sistémica en acto. Los intereses globalistas transnacionales unipolares la han perdido y, los continentalistas y nacionalistas no la han podido reconstruir, solo hay dominación en algunos ámbitos de unos u otros. Por ello el desarrollo de la guerra civil y la confrontación se despliega. El Globalismo unipolar podría triunfar en EEUU pero ya ha perdido también en el plano internacional y es el ascenso imparable del multipolarismo pluriversal poliédrico quién puso en crisis la hegemonía globalista en las relaciones internacionales en lo económico, militar, cultural, político y estratégico. 

El desafío estratégico para la conducción del momento y proceso histórico requiere integrar toda una compleja diversidad y heterogeneidad de necesidades y subjetividades, de pueblos y naciones, regiones en conjunto que deben poder pensarse como dialogo de civilizaciones, pueblos, naciones. En un dialogo pluriversal multipolar de pueblos, naciones y civilizaciones. Donde el terreno no puede ser otro que el de la Paz de los pueblos y naciones con sus miradas históricas y sueños como pueblos y naciones en hermanad!!

Notas:

1 Para las fuerzas globalistas, el COVID-19 no solo debe permitir una victoria electoral para Joe Biden, sino que debe “romper” el sistema electoral presencial (mucho más de lo que ya está limitado al votarse un martes en día laboral) para que emerja uno nuevo a partir de plataformas virtuales (Big-Data/IA) fuertemente expuestas a la Inteligencia Artificial, afirma GEAB en mayo.
De la transnacionalización global a la nacionalización pluriversal multipolar del poder
¿Estamos ante la nacionalización del gran capital? Wim Dierckxsens, Walter Formento, 05/06/2020 https://www.alainet.org/es/articulo/207043

2 Elecciones en Estados Unidos 2020, Wim Dierckxsens, Walter Formento, 15/09/2020, https://www.alainet.org/es/articulo/208891

3 Coronavirus, crisis global, oportunidad para las naciones y pueblos, Wim Dierckxens, Walter Formento, 24/04/2020, https://www.alainet.org/es/articulo/206135

4 Crisis de las transnacionales y el retorno de los Estados nacionales, Wim Dierckxsens, Walter Formento, 21/04/2020, https://www.alainet.org/es/articulo/206048 ; Coronavirus, crisis global, oportunidad para las naciones y pueblos, Wim Dierckxens, Walter Formento, 24/04/2020, https://www.alainet.org/es/articulo/206135

5  Incluye estados con PIBs muy diversos,​ conformando entre los 15 países en torno al 30% de la población mundial y el 30% del Producto Mundial Bruto. Las negociaciones se iniciaron formalmente en noviembre de 2012 en la Cumbre de la ASEAN en Camboya.​ El RCEP se considera una alternativa al globalista Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), un acuerdo comercial propuesto que incluye varias naciones de Asia y América, pero excluye a China y la India. El tratado RCEP es el primer tratado de libre comercio entre China, Japón y Corea del sur (tres de las cuatro grandes economías asiáticas), y es el primer tratado multilateral que incluye a China.​ En el momento de la firma, los analistas predijeron que ayudaría en la recuperación de la economía tras la pandemia de COVID-19, así como a empujar el centro de gravedad de la economía mundial hacia Asia.

6 Coronavirus y crisis sistémica del capitalismo, Wim Dierckxsens, Walter Formento, 30/03/2020, https://www.alainet.org/es/articulo/205577

7 Perestroika: De la caída Soviética a la de Washington – 1989-2020, Wim Dierckxsens, Walter Formento, 18/10/2019, https://www.alainet.org/es/articulo/202728

8 Según el esquema que se desprende de la experiencia de la  “Trampa de Tucidídes”. La trampa de Tucídides es una teoría que explica la relación entre una potencia hegemónica en declive y otra en ascenso. Según este planteamiento, la tensión entre ambas potencias puede conducirlas a una guerra hegemónica en la que la gran potencia venza y asegure su primacía, o pierda y sea reemplazada por la potencia en ascenso. El concepto fue creado por el politólogo estadounidense Graham Allison en 2015 para analizar la competición entre Estados Unidos y China, que, según Allison, corren el riesgo de llegar a ese escenario.

9 Elección presidencial estadounidense 2020‎, Thierry Meyssan, 10 de noviembre de 2020 https://www.voltairenet.org/ article211580.html

10 EEUU, elecciones presidenciales y guerra, Fascismo Siglo-XXI o nueva civilización pos-capitalista, Wim Dierckxsens, Walter Formento, 27/10/2020, https://www.alainet.org/es/articulo/209510

11  Las elecciones que implosionaron a los Estados Unidos – Entrevista a Aleksander Dugin, https://www.conclusion.com.ar/opiniones/la-eleccion-que-implosiono-a-estados-unidos-entrevista-a-aleksander-dugin/11/2020/

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Phoenix Capital 16 de noviembre de 2020, Por qué es probable que Trump gane un segundo mandato

 

El Director de CENEGRI Dr. Charles Pennaforte, (Socio Estratégico en Brasil del Equipo de Dossier Geopolitico), lanzó su nuevo libro: Movimientos antisistémicos y relaciones internacionales, Pennaforte, coordinador de LabGRIMA y del CNPq Geopolitics and Mercosur Research Group (GeoMercosul) realiza con su nueva publicación un análisis de la realidad contemporánea desde las perspectivas teóricas de Immanuel Wallerstein y Giovanni Arrighi.

El libro busca trazar una visión panorámica de los grandes temas de las relaciones internacionales a través de la propuesta teórica del Análisis de Sistemas-Mundo (ASM) elaborada, entre otros, por Immanuel Wallerstein (1930-2019) y Giovanni Arrighi (1937-2009).

La realidad actual del sistema internacional se analiza a partir del declive de la primacía estadounidense y el surgimiento de polos antisistémicos liderados, por ejemplo, por China y Rusia. La propia acción de la administración de D. Trump contra China en la disputa 5G explicaría uno de los signos del declive geopolítico, económico e ideológico de Estados Unidos. El trabajo se divide en cuatro capítulos:

1. Comprensión del escenario mundial actual: una perspectiva teórica

2. El declive de la primacía estadounidense

3. Movimientos antisistémicos en el sistema mundial

4. LOS BRICS: acción antisistémica

Escrito de manera didáctica, con alto rigor científico y ampliamente basado en el estado del arte del pensamiento crítico, el presente trabajo es una lectura indispensable para un público laico y especializado en el campo de los estudios en Ciencias Sociales, Economía, Geografía y Relaciones Internacionales. , presentando de manera ilustrada el estudio de debates contemporáneos y casos internacionales relevantes basados ​​en el extracto de la escuela de análisis del sistema mundial.

Libro (E-Book) disponible en: https://wp.ufpel.edu.br/labgrima/files/2020/11/Ebook-MovimAntissist.pdf 

Dados Técnicos: Capa comum: 124 páginas ISBN-13: 978-6586-44031-7 /978-6586-44031-0 (e-Book)

Dimensões: 14X21 cm Editora: Universidade Federal de Pelotas (novembro 2020) Idioma: Português