Por Monica Duffy Toft – Foreign Policy 18/2/2021

Entran en juego tres factores y Estados Unidos los demuestra todos.

Hasta hace muy poco, una guerra civil parecía casi imposible en los Estados Unidos, algo del pasado, para la mayoría de los ciudadanos, no del futuro.

Pero la insurrección del Capitolio el 6 de enero y el aumento del extremismo doméstico violento han hecho sonar las alarmas sobre el potencial de otro descenso hacia una guerra interna. Eso puede parecer descabellado, pero ha habido literalmente cientos de conflictos internos en todo el mundo, en países desde Afganistán hasta Zimbabwe. Y lo que es más deprimente, en muchos sentidos, la Guerra Civil de EE. UU. Nunca terminó y, de hecho, puede estar aumentando.

Incluso con el presidente estadounidense Joe Biden en firme control, los acontecimientos recientes hacen que el riesgo de una violencia política más amplia sea dolorosamente obvio.

Las guerras civiles son únicas en sus causas específicas, las formas en que escalan de intereses en conflicto a la violencia y las formas en que disminuyen, pero todas las guerras civiles comparten al menos tres características en común. En primer lugar, la mayoría de las guerras civiles siguen a algún conflicto anterior (a menudo una guerra civil anterior o, más exactamente, la memoria muy sesgada y politizada de una guerra civil pasada). Los nuevos beligerantes ni los problemas no tienen por qué ser exactamente los mismos que los antiguos. Muy a menudo, un líder carismático lanza una narrativa sobre la gloria pasada o la humillación que se adapta a su ideología, ambiciones políticas o incluso que fluye de la simple ignorancia histórica.

En segundo lugar, la identidad nacional se divide a lo largo de algún eje crítico, como la raza, la fe o la clase. Todos los países tienen líneas de fractura y escisiones, pero algunas divisiones son más profundas que otras. Incluso las divisiones inicialmente menores pueden ser explotadas por actores nacionales o extranjeros comprometidos con la redistribución de la riqueza o el poder. Por ejemplo, la Unión Soviética (y ahora Rusia) ha dedicado con éxito importantes recursos a desestabilizar a los Estados Unidos y sus democracias aliadas intensificando las divisiones existentes.

Aunque necesarias, estas dos primeras características —una guerra previa y divisiones cada vez más profundas— no son suficientes para desencadenar una guerra civil. Para eso, necesita un tercer elemento: un cambio del tribalismo al sectarismo. Con el tribalismo, la gente comienza a dudar seriamente de si otros grupos en su país se preocupan por los mejores intereses de la comunidad en general. Sin embargo, en entornos sectarios, las élites económicas, sociales y políticas y aquellos a quienes representan llegan a creer que cualquiera que no esté de acuerdo con ellos es malvado y trabaja activamente para destruir la comunidad. Los enemigos del estado vienen a desplazar a la oposición leal, y los que han estado dentro de otra tribu son vistos como los más desleales. Es similar a cómo algunas religiones tratan a los apóstatas y a los infieles. A menudo, son los apóstatas, los antiguos adherentes de la fe, los que se dirigen más fácilmente a los infieles,los que siempre habían estado en el exterior. Es difícil no ver ecos de esta dinámica en juego cuando los republicanos condenan a otros republicanos por su lealtad (o falta de ella) al ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

De hecho, Estados Unidos ahora muestra los tres elementos centrales que pueden conducir a una crisis civil. Si uno los describiera (élites fracturadas con narrativas en competencia, divisiones de identidad profundamente arraigadas y una ciudadanía políticamente polarizada) sin identificar a los Estados Unidos por su nombre, la mayoría de los estudiosos de la guerra civil dirían: «Oye, ese país está al borde de una crisis». guerra civil.» ¿Cómo llegamos aquí?

La historia completa del largo descenso de Estados Unidos a la guerra civil es demasiado larga para contarla aquí, pero destacan varias causas principales. Para empezar, después del fracaso de la economía de goteo del ex presidente Ronald Reagan y el fin de la Guerra Fría (que socavó el atractivo de la defensa nacional del Partido Republicano), los republicanos tenían que tomar una decisión. Podrían competir con buenas ideas o recurrir a enfatizar el respeto por la autoridad sobre el pensamiento crítico, restringiendo el derecho a voto y facilitando la conversión de la riqueza en votos.

El Partido Republicano eligió el camino más fácil. Ha sido un partido minoritario a nivel nacional y en muchos de los llamados estados rojos durante más de dos décadas, pero su representación en el Congreso y la Casa Blanca se ha mantenido en alrededor del 50 por ciento. Y una vez que comienzas a tomar atajos para ganar, realmente no puedes parar. El Partido Republicano sabe que podría perderlo todo en una pelea justa (una persona, un voto), por lo que construyó una poderosa infraestructura para inclinar los campos de juego locales, estatales y federales.

Para empeorar las cosas, como presidente de la Cámara de Representantes de 1995 a 1999, Newt Gingrich innovó una estrategia brillante y destructiva de la democracia para permitir que su partido siguiera superando su peso popular en el electorado: simplemente di no. Mientras que Reagan consideraba a alguien que estaba de acuerdo con él el 80 por ciento del tiempo como un amigo (no un traidor), la estrategia de Gingrich prohibía el compromiso, que es esencial para cualquier democracia funcional. O Gingrich consiguió todo lo que quería o se negó a jugar. Como exlíder de la mayoría del Senado, el senador Mitch McConnell dominó el libro de jugadas de Gingrich.

Fuente: https://foreignpolicy.com/2021/02/18/how-civil-wars-start/ 

Video de la entrevista que nos realizará a Carlos Santa Maria (Sociólogo Colombiano) y a Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico por el Periodista mexicano Roberto de la Madrid para el Programa “Detrás de la Razón”, sobre el Crimen de Presidente de Haiti Jovenel Moïse, ASESINATO: ¿FBI, DEA, COLOMBIA Y EMPRESARIOS ASESINARON AL PRESIDENTE..?

16 años promoviendo semanalmente la Geopolitica; Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

Eje Central:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente

AUDIO

La columna semanal del Club de la Pluma, que presenta el director de Dossier Geopolítico Carlos Pereyra Mele trata como tema central LA DERROTA DE EEUU EN AFGANISTÁN Y SU PLAN DE DESESTABILIZACIÓN EN ESA REGIÓN.

El programa comienza describiendo la escandalosa situación en Perú al no designar como Presidente electo a Pedro Castillo, lo que aumenta la tensión y las posibilidades de un conflicto en el país.

Luego nos habla del magnicidio del presidente de Haití, Jovenel Moise. Un extraño atentado en una vivienda muy bien protegida, que apunta a un comando colombiano con presencia de estadounidenses y relacionado con el narcotráfico. Lo que evidencia el fracaso de la lucha antidrogas en la región y que extiende la sospecha a EEUU y a las ONG occidentales.

Sobre Rusia nos dice que acaba de anunciar su Modelo de Estrategia del Interés Nacional de la Seguridad, que incorpora la Seguridad Nacional Económica, con la reducción del uso de la moneda Dólar y el incremento del esfuerzo por la soberanía de las vacunas, con gran relevancia para la zona euroasiática. 

Y entrando en el tema geopolítico de la semana, Pereyra Mele  titula el análisis sobre Afganistán, como «CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA» y aborda la deshonrosa retirada de las tropas de EEUU en ese país, al que invadió en 2001, y la reciente huida nocturna y precipitada del personal de la principal base aérea, lo que ha causado perplejidad a las autoridades locales.

El politólogo considera esta derrota militar de EEUU muy parecida a la derrota de Vietnam de los 70, con similitudes en ambos casos sobre gobiernos títeres y sobre fuerzas armadas débiles, que están dejando el país a merced de las milicias talibanes.

También señala la similitud entre Vietnam y Afganistán con el brutal incremento de la producción y tráfico de droga en ambos períodos de ocupación. Si en aquel tiempo fue distribuida desde Birmania, a través de la logística militar estadounidense, primero entre sus tropas y luego hacia Norteamérica. Ahora se trata del opio de Afganistán, cuya producción se quintuplicó durante la presencia de sus tropas, para alcanzar tras diferentes escalas a Europa y EEUU.

La diferencia entre ambas derrotas estaría en que mientras el ejército de Vietnam del Norte fue de liberación y de unidad nacional, y por lograrlo, ese país goza hoy de estabilidad y progreso; mientras que para Afganistán, la huida de EEUU lo deja en manos de una milicia terrorista y fundamentalista, que fue creada, formada y financiada en el siglo pasado por EEUU y Arabia Saudí. 

Luego, Carlos nos explica cómo EEUU está transformando esta derrota militar en un logro estratégico al huir y dejar sembrado el llamado “Caos Organizado” en la región, gracias al terrorismo Talibán a pleno rendimiento y en un enclave geográfico como el de Afganistán, en el centro de Asia, plagado de disputas e intereses y rodeado de potencias regionales, además de Rusia y China. Y relaciona esta estrategia norteamericana con otra versión más universal, que provoca desde hace tiempo este mismo “Caos Organizado” desde El Caribe sudamericano, pasando por África del norte, por el Medio Oriente y alcanzando a Asia Central.

De esta manera, nuestro director nos brinda otra clase de geopolítica mundial donde muestra a EEUU llevando por el mundo y a lo largo de un siglo, la desestabilización como un arma política, con diferentes excusas, nombres y particularidades, para que los países donde tiene intereses no puedan alcanzar cotas de soberanía, democracia y progreso que les permita ser libres. 

Y cierra la columna anticipando que Afganistán no solo caerá en un nuevo caos, sino que será un caldo de cultivo de terroristas internacionales que buscarán incendiar una región clave para los planes estratégicos y económicos de China, Rusia y restos de países de la zona. Todo ello gracias a un Occidente que azuza el fuego de los conflictos y a la vez clama por sus particulares “derechos humanos” y sus oportunistas “valores democráticos”, 

Eduardo Bonugli (Madrid, 11/07/2)

Afganistan y sus vecinos
Rutas del Opio desde Afganistan

[La Organización de Cooperación de Shanghái, fundada en 2001, orientada a la seguridad regional (lucha contra el terrorismo, el separatismo y el extremismo), la cooperación económica y cultural, integrada por 8 socios plenos: China, Tayikistán, Kazajastan, Kirguistán, Rusia, Uzbekistán, India y Pakistán, 4 observadores: Irán (próximo a ser socio pleno), Mongolia, Afganistán y Bielorrusia y 6 socios de dialogo: Turquía, Azerbaiyán, Armenia, Camboya, Nepal y Sri Lanka, se encuentra en camino de convertirse en el actor fundamental para encontrar la solución a la crisis afgana derivada de la destructiva ocupación por 20 años de EEUU y sus socios de la OTAN. Esto se resolverá en la próxima reunión de la OCS la semana que viene en Tayikistán. A. Mitre colaborador de Dossier Geopolitico]

CHINA ABRE EL CAMINO DE LA OCS A KABUL, INDIA DEBERIA IR JUNTO

Por M.K.Bhadrakumar, Asia times

Las declaraciones inoportunas del ministro de Asuntos Exteriores, S. Jaishankar, sobre la situación en Afganistán durante una conferencia de prensa conjunta con su homólogo ruso Sergey Lavrov en Moscú el viernes, no benefician a su reputación como académico-diplomático con integridad ni a la posición de la India en esta etapa del mundo como potencia regional responsable. 

Los periódicos indios han citado a Jaishankar diciendo: “Por supuesto que estamos preocupados por la dirección de los acontecimientos en Afganistán. El punto que enfatizamos ahora es que debemos ver una reducción de la violencia. La violencia no puede ser la solución para la situación en Afganistán. Al final del día, quién gobierna Afganistán tiene un aspecto de legitimidad. Creo que es algo que no podemos ni debemos ignorar”. 

Si el viejo avión del gobierno de Jaishankar hubiera elegido Bahrein en lugar de Georgia para reabastecerse de combustible en su viaje de regreso desde Moscú, ¿se habría sentido nervioso por el «aspecto de legitimidad» de sus anfitriones? Bahrein es una autocracia brutal pasada de moda que se niega a empoderar a la nación mayoritaria chiita. Sin embargo, India tiene maravillosas relaciones con este país. Es un régimen muy violento que deja rastros leves de disidencia y, gracias a los Acuerdos de Abraham, ahora puede volverse más bestial con el acceso a la experiencia israelí. ¿Eso molesta a la India? 

No es así, y no debería. Porque hay una comunidad india floreciente que vive en Bahrein, y aunque no tiene petróleo para entregar a la India, las remesas son importantes. También alberga una base estadounidense donde en un momento la India quiso delegar a un oficial naval para servir de enlace con la Sexta Flota de los Estados Unidos en el marco de la estrategia Indo-Pacífico para contener a China. 

¿Desde cuándo la India empezó a perder el sueño por el «aspecto de legitimidad» de otros regímenes? El «aspecto de la legitimidad» ni siquiera es un problema en Afganistán, donde el estado se marchitó hace mucho tiempo. Probablemente Jaishankar no sepa por qué Afganistán tiene tantos ministros «en funciones». Porque, el presidente Ghani sigue cambiando de ministros de vez en cuando de acuerdo con sus caprichos y fantasías y no se atreve a buscar la aprobación parlamentaria para sus nuevas elecciones, que exige la constitución. 

De hecho, el parlamento actual, que está ubicado en un nuevo edificio inaugurado por el primer ministro Narendra Modi en 2015, ha sobrevivido a su mandato varios «períodos geológicos» y, en cualquier caso, nadie se pierde el trabajo legislativo en Afganistán, donde el poder fluye a través del barril de el arma. 

Tome el «aspecto de legitimidad» del propio Ghani. La participación de votantes en las elecciones de 2019 fue de aproximadamente 1 millón (en un país de 40 millones).   En el mejor de los casos, Ghani puede afirmar que obtuvo alrededor de 5 lakhs de votos en esa elección amañada, que fue ferozmente disputada por su oponente Abdullah, quien se sintió amargado. con razón, que fue engañado hasta la victoria. 

Finalmente, todos los hombres del Rey y todos los caballos del Rey de Washington y otras capitales de la OTAN lograron reconciliar a los dos políticos afganos con una ambición voluble pero una base popular improbable con una fórmula de compromiso que se suponía que era un arreglo interino para crear el puesto de primer ministro de Abdullah, que Ghani ignoró fríamente. 

Esta es, en pocas palabras, la crónica del régimen actual de Afganistán. La comunidad internacional miró hacia otro lado, ya que realmente no importaba quién gobernara como presidente en Kabul, ya que el poder real conferido a las manos de los comandantes militares estadounidenses y algunos de los diputados más cercanos de Ghani también eran sus creaciones, quienes los sacaron de la nada. , los entrenó en trabajos de inteligencia y los catapultó a los centros neurálgicos de las temibles agencias de espionaje de Afganistán. 

Era un arreglo acogedor, ya que el tren de la salsa que se abría paso por los valles y las laderas de las montañas del Hindu Kush transportaba decenas de miles de millones de dólares. En pocas palabras, la élite gobernante afgana se lo ha pasado en grande. Los grupos de interés del lado estadounidense también se beneficiarían de actividades nefastas que iban desde la prostitución hasta el tráfico de drogas. Rusia ha alegado repetidamente que el personal militar estadounidense estuvo directamente involucrado en el tráfico de drogas. 

Por supuesto, la élite afgana prosperó como nadie y casi todo el mundo ha guardado el botín en países extranjeros, en Dubai o donde sea. En el trato, la corrupción se extendió como el cáncer devorando los órganos vitales del estado y el país se ha vuelto famoso como el más corrupto de todo el planeta. 

El inspector del Pentágono que audita la guerra e informa al Congreso ha levantado las manos con desesperación y admitió que no puede dar cuenta de grandes sumas de gastos en esta guerra de 20 años. ¡Cientos de millones de dólares estadounidenses se desvanecieron en el aire! Quizás, tal venalidad es endémica de todos los ejércitos y agencias de espionaje que luchan en guerras prolongadas e insurgencias lejos de la vista del público y no se les hace responsables. 

Ahora, este es el régimen de Ghani para ti. Jaishankar no tenía ninguna razón para emocionarse por la violencia en Afganistán. Es un hecho documentado que los grupos de milicias no oficiales entrenados por la CIA y que operan bajo los zares de seguridad de Ghani y las agencias de espionaje han perpetrado crímenes tan horribles contra la población civil afgana que no es posible describir con palabras.

Y lo curioso es que la India no ha tenido reparos en vincularse con esos zares afganos con las manos manchadas de sangre. Basta decir que Delhi no sabía lo que había estado sucediendo realmente en Afganistán todos estos años y de dónde se originaron los ríos de sangre, o más probablemente, simplemente miró hacia otro lado debido a una congruencia de intereses indescriptible. 

De hecho, la violencia ha sido parte del estilo de vida afgano durante siglos. Como señaló el presidente Biden la semana pasada, el país en sí nunca ha sido un estado unificado. ¿No es sorprendente que un presidente estadounidense conozca la historia afgana, que un ministro de Relaciones Exteriores indio de al lado no parece conocer?

El quid del asunto es que no es por el gráfico de la violencia o el «aspecto de legitimidad» que Ghani se niega a ceder el paso a un gobierno interino, sino por el atractivo del poder y las ventajas y privilegios que lo acompañan. (Por cierto, el argumento de Jaishankar sobre este “aspecto de legitimidad” se arranca de labios de Ghani.) Desafortunadamente, algunos comandantes del Pentágono desplegados en Afganistán alentaron a Ghani a ser recalcitrante ya que sus intereses creados coincidían con los de su círculo. 

La camarilla en Kabul logró engañar a Barack Obama y Donald Trump. Pero para su mala suerte, Biden conoce esta guerra como la palma de su mano y una vez hizo todo lo posible para evitar el catastrófico «aumento» en 2009, incluso visitando a Obama un domingo para disuadirlo de ese camino. Biden es sensible a la opinión pública, que aprueba decididamente su decisión de retirar las tropas de Afganistán.

La salvación de Afganistán radica en una rápida transición a un gobierno interino que incluya a los talibanes, como se prevé en el pacto de Doha, de modo que este brutal e insensato derramamiento de sangre pueda detenerse y las negociaciones puedan comenzar en serio para un acuerdo de paz y la redacción de una nueva constitución para abordar el «aspecto de la legitimidad». 

En tal proceso, los estados regionales pueden ayudar a los afganos a navegar por el arduo camino que les espera hacia la paz y la recuperación de su soberanía. Con suerte, India dejará de actuar como un perro en el pesebre cuando los ministros de Relaciones Exteriores de la OCS se reúnan en Dushanbe la próxima semana. China está tomando la iniciativa histórica de abrir una vía de OCS que conduzca a Kabul. 

Claramente, una guerra civil no es inevitable en Afganistán. Para que eso sea doblemente seguro, Nueva Delhi debería resistir cualquier tentación de actuar como saboteador y, en cambio, debería cooperar sinceramente con sus socios de la OCS para alcanzar un consenso regional detrás de la formación de un gobierno interino en Kabul. 

Es probable que Jaishankar aún no lo entienda, pero la OCS es precisamente el vehículo diplomático que se adapta a la India como un actor regional responsable que contribuye de manera significativa a la seguridad y estabilidad regionales en lugar de vagar sin rumbo fijo como un ranger solitario o atípico. 

También hay encantos ocultos, ya que se abre una espléndida oportunidad para armonizar con Pakistán. La India debe tener la confianza en sí misma de estar en una posición única para ayudar a Afganistán a recuperarse del trauma de muerte y destrucción que atravesó en el último medio siglo desde el derrocamiento del rey Zahir Shah.

Por M.K.Bhadrakumar , AsiaTimes

El periódico británico Daily Telegraph hizo algunos vuelos de cometas el fin de semana que Londres está considerando el despliegue abierto de un contingente de fuerzas especiales de élite en Afganistán «para proporcionar entrenamiento a las unidades afganas y desplegarse con ellas en tierra como asesores». 

Al mismo tiempo, el New York Times informó que la Casa Blanca aprueba que el general Austin S. Miller, el principal comandante estadounidense en Afganistán, permanezca en su puesto durante «al menos un par de semanas más», aunque la retirada de las tropas estadounidenses está completa. 

Conectando los puntos, parece que Estados Unidos se esfuerza por reemplazar la guerra eterna en Afganistán con una guerra híbrida similar a Siria. El asombroso éxito que Rusia registró para garantizar la supervivencia del régimen de Assad en Siria proporciona un modelo a seguir para los comandantes del Pentágono. 

Por lo tanto, Miller «ayudará en la transición de la misión militar estadounidense» a una guerra híbrida. El Pentágono ha elaborado una «capacidad sobre el horizonte» mediante la cual aviones de combate estadounidenses y drones Reaper armados con base principalmente en el Golfo Pérsico participarán o respaldarán las operaciones militares afganas contra los talibanes.

Estados Unidos todavía espera reorganizar las capacidades y activos antiterroristas en la región. Los ministros de Relaciones Exteriores de Uzbekistán y Tayikistán fueron invitados recientemente a Washington para realizar consultas a fin de formular planes de respaldo que permitan a Estados Unidos contar con estos dos países. Uzbekistán parece tener una inclinación favorable, lo que llevó al presidente afgano Asharf Ghani a visitar Tashkent para hacer un seguimiento.

En efecto, Washington está buscando reposicionar algunas fuerzas en Uzbekistán y Tayikistán, lo que significa que las tropas de primer nivel, drones, aviones bombarderos y activos de inteligencia que se colocarán en bases o instalaciones apropiadas en estos países de Asia Central permanecen disponibles en tiempo real. por la intervención en la guerra contra los talibanes. 

Al igual que en Siria, los grupos de milicias afganas locales pueden participar en la lucha contra los talibanes. Los señores de la guerra afganos han trabajado anteriormente con el Pentágono y la CIA. Del mismo modo, el lobby de los contratistas del Pentágono es muy influyente en Beltway y la Casa Blanca seguramente extenderá sus contratos. 

La gran estrategia parece ser: a) reforzar la capacidad de las fuerzas afganas, lo que evitaría una toma total del poder por parte de los talibanes, pero sin que Estados Unidos asuma ningún deber de combate; b) copiar del libro de jugadas ruso en Siria mediante el uso intensivo del poder aéreo sin poner las botas en el suelo; c) y hacer que los talibanes se den cuenta a través de una guerra de desgaste que no hay alternativa a un acuerdo negociado. 

Talibanes capturan puesto Fronterizo Afgano con Iran

En un interesante cambio de rol de Siria, Estados Unidos afirmará que su participación en Afganistán es por invitación del gobierno de Kabul.  

De hecho, si se ve que la estrategia está funcionando, se puede esperar que otros países de la OTAN se unan a la refriega, como había sucedido en Siria e Irak, integrados en los grupos de milicias o unidades militares afganas. 

La fuerza de los contratistas del Pentágono se calcula en 18.000 personas, la mayor parte de los cuales han servido anteriormente en el ejército estadounidense. Las actividades del Grupo Wagner en Libia y algunos países africanos aparentemente proporcionan un modelo inspirador para el Pentágono.

Los medios estadounidenses están inundados de visiones apocalípticas del descenso de Afganistán a la guerra civil. Esto ha ayudado a generar apoyo interno en los EE. UU. para la participación continua del Pentágono y la CIA en Afganistán, incluso cuando el presidente Biden extrae millaje político para poner fin a la guerra eterna. En pocas palabras, una guerra híbrida será una situación en la que todos salgan ganando para la Casa Blanca, el Pentágono, la CIA y la OTAN. 

La conclusión es que, por razones geopolíticas, Estados Unidos y la OTAN están decididos a seguir siendo la presencia extranjera dominante en el tablero de ajedrez afgano. Washington visualiza que los estados regionales (Rusia, China, Irán o Pakistán) pueden tener serias reservas sobre una presencia a largo plazo de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán, pero no se enfrentarán a Estados Unidos.

¿Funcionará la estrategia estadounidense de guerra híbrida? Una respuesta definitiva será posible solo hasta agosto, dadas las variables en juego. Pero las posibilidades son bastante sombrías. La humillante derrota a manos de los talibanes ha creado un profundo problema de credibilidad para Estados Unidos en la región. 

Además, intrínsecamente, esta es una estrategia de alto riesgo. Los talibanes resistirán y es posible que se pierdan vidas estadounidenses. Una vez más, los estados de Asia Central deben acordar proporcionar los puestos de apoyo para la guerra híbrida. Los talibanes les han advertido severamente. 

De hecho, Rusia y China se oponen a cualquier presencia militar estadounidense en la región de Asia Central. El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, atacó a sectores de la élite gobernante de Afganistán que están colaborando con los planes de guerra híbridos de Washington, acusándolos de intentar prolongar el proceso de negociación y frustrar las perspectivas de un gobierno interino. 

“Deberían pensar en las consecuencias de estas acciones para su tierra natal”, dijo Lavrov. «Rusia ya está celebrando consultas tanto a través de canales bilaterales como dentro de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva para proteger a sus vecinos en Asia Central de cualquier amenaza directa y seria», dijo Lavrov a periodistas en Moscú la semana pasada. Los comentarios se referían indirectamente a los estrategas estadounidenses. 

Pero Moscú no se arriesga. El distrito militar del sur de Rusia (que incluye instalaciones en Tayikistán, Kirguistán y Kazajstán) recibirá equipo militar avanzado, incluido el avión polivalente Sukhoi-34. Las capacidades de defensa aérea de la base rusa en Tayikistán se están fortaleciendo, incluso con el despliegue de los sistemas de misiles antiaéreos portátiles Verba más nuevos (MANPADS). El presidente Vladimir Putin tuvo una llamada con el presidente de Tayikistán, Emomali Rahmanov, la semana pasada, donde prometió todo el apoyo de Rusia para fortalecer las capacidades de defensa de Tayikistán. 

Más importante aún, el éxito de los talibanes durante las próximas 6 a 8 semanas para golpear, desmoralizar y destruir a las fuerzas armadas afganas y cambiar el equilibrio político-militar a su favor será un factor clave en la forma de lo que vendrá. Aquí es donde Afganistán es fundamentalmente diferente de Siria. Estados Unidos está pasando por alto el gran papel que desempeñó Irán junto con Rusia para cambiar el rumbo del conflicto sirio. 

Mientras tanto, los talibanes también han mostrado astucia para evitar que otros grupos afganos se unan detrás de Ghani, así como para crear una sinergia entre su vía política en Doha y la vía militar en Afganistán. En el contexto de los planes de Estados Unidos para librar una guerra híbrida, el portavoz talibán Zabihullah Mujáis dijo a Reuters el lunes: 

“Las conversaciones y el proceso de paz se acelerarán en los próximos días… y se espera que entren en una etapa importante, naturalmente se tratará de planes de paz. Posiblemente llevará un mes llegar a esa etapa en la que ambas partes compartirán su plan de paz escrito … Aunque nosotros (los talibanes) tenemos la ventaja en el campo de batalla, nos tomamos muy en serio las conversaciones y el diálogo «. 

La conclusión es que ningún estado regional fronterizo con Afganistán quiere que la guerra continúe de ninguna forma. También dentro de Afganistán hay oposición a cualquier otra intervención militar estadounidense. La manera cobarde en la que las tropas estadounidenses se escabulleron de la base de Bagram se hablará en el bazar afgano durante mucho tiempo y se convertirá en folklore.   

El ex presidente Hamid Karzai, que sigue siendo una figura influyente en la política afgana e internacionalmente, concedió recientemente una serie de entrevistas con los medios de comunicación extranjeros en las que su constante estribillo ha sido que Afganistán ha terminado con la interferencia de EE.UU en sus asuntos.

La mayor Base de EEUU -Bagram- en Afganistan avandonada apresuradamente…soldado del regimen Afgano monta guardia en la misma lugo de la huida de los estadounidenses

Por Pepe Escobar, Asia Times

Estados Unidos está al borde de su propio segundo Vietnam repetido como una farsa en una retirada fortuita de Afganistán. 

    Y todo ha terminado

    Se acabó

    The Doors, «El soldado desconocido» 

Comencemos con algunos hechos asombrosos sobre el terreno afgano.

Los talibanes están en racha. A principios de esta semana, su brazo de relaciones públicas afirmaba que tenían 218 distritos afganos de 421, capturando nuevos todos los días. Se disputan decenas de distritos. Básicamente, el gobierno de Kabul ha perdido provincias enteras de Afganistán, que de facto se ha reducido a administrar unas pocas ciudades dispersas bajo asedio.

Ya el 1 de julio, los talibanes anunciaron que controlaban el 80% del territorio afgano. Eso se acerca a la situación de hace 20 años, solo unas pocas semanas antes del 11 de septiembre, cuando el comandante Ahmad Shah Masoud me dijo en el valle de Panjshir , mientras preparaba una contraofensiva, que los talibanes dominaban en un 85%.    

Su nuevo enfoque táctico funciona como un sueño. Primero, hay un llamamiento directo a los soldados del Ejército Nacional Afgano (ANA) para que se rindan. Las negociaciones son fluidas y los acuerdos se cumplen. Los pocos miles de soldados ya se han unido a los talibanes sin un solo disparo.

Los cartógrafos no pueden cargar actualizaciones lo suficientemente rápido. Esto se está convirtiendo rápidamente en un caso de libro de texto del colapso de un gobierno central del siglo XXI.

Los talibanes están avanzando rápidamente en el oeste de Vardak, capturando fácilmente las bases de ANA. Esa es la precuela de un asalto a Maidan Shar, la capital provincial. Si obtienen el control de Vardak, estarán literalmente a las puertas de Kabul.

Después de capturar el distrito de Panjwaj, los talibanes también están a tiro de piedra de Kandahar, fundada por Alejandro Magno en el 330 a. C. y la ciudad donde cierto mullah Omar, con un poco de ayuda de sus amigos del ISI paquistaní, comenzó la aventura de los talibanes en 1994. lo que llevó a su toma de poder en Kabul en 1996. 

La abrumadora mayoría de la provincia de Badakhshan (mayoría tayika, no pastún) cayó después de solo cuatro días de negociaciones, con algunas escaramuzas lanzadas. Los talibanes incluso capturaron un puesto de avanzada en la cima de una colina muy cerca de Faizabad, la capital de Badakhshan. 

Seguí la frontera tayiko-afgana en detalle cuando viajé por la carretera de Pamir a fines de 2019. Los talibanes, siguiendo las pistas montañosas del lado afgano, pronto podrían llegar a la legendaria y desolada frontera con Xinjiang de China en el corredor de Wakhan.

Los talibanes también están a punto de hacer un movimiento en Hairaton, en la provincia de Balkh. Hairaton se encuentra en la frontera afgano-uzbeka, el sitio del Puente de la Amistad de importancia histórica sobre el Amu Darya, a través del cual el Ejército Rojo partió de Afganistán en 1989.

Los comandantes de ANA juran que la ciudad ahora está protegida por todos lados por una zona de seguridad de cinco kilómetros. Hairaton ya ha atraído a decenas de miles de refugiados. Tashkent no quiere que crucen la frontera.

Y no es solo Asia Central; los talibanes ya han avanzado hasta los límites de la ciudad de Islam Qilla, que limita con Irán, en la provincia de Herat, y es el punto de control clave en el concurrido corredor de Mashhad a Herat

El rompecabezas tayiko 

Las fronteras montañosas tayiko-afganas extremadamente porosas y geológicamente deslumbrantes siguen siendo el caso más delicado. El presidente de Tayikistán, Emomali Rahmon, después de una seria llamada telefónica con su homólogo ruso Vladimir Putin, ordenó la movilización de 20.000 reservistas y los envió a la frontera.

Rahmon también prometió apoyo humanitario y financiero al gobierno de Kabul.

Los talibanes, por su parte, declararon oficialmente que la frontera es segura y no tienen intención de invadir el territorio tayiko. A principios de esta semana, incluso el Kremlin anunció crípticamente que Moscú no planea enviar tropas a Afganistán.  

Se fija un suspenso para finales de julio, ya que los talibanes anunciaron que presentarán una propuesta de paz por escrito a Kabul. Una gran posibilidad es que pueda equivaler a una insinuación para que Kabul se rinda y transfiera el control total del país.

Los talibanes parecen estar disfrutando de un impulso irresistible, especialmente cuando los propios afganos se sorprendieron al ver cómo el «protector» imperial, después de casi dos décadas de ocupación de facto, abandonaba la base aérea de Bagram en medio de la noche .

Compárelo con la evaluación de analistas serios como Lester Grau , que explican la salida soviética hace más de tres décadas:

    Cuando los soviéticos abandonaron Afganistán en 1989, lo hicieron de manera coordinada, deliberada y profesional, dejando atrás un gobierno en funcionamiento, un ejército mejorado y un esfuerzo económico y de asesoramiento que aseguraba la viabilidad continua del gobierno. La retirada se basó en un plan diplomático, económico y militar coordinado que permitía a las fuerzas soviéticas retirarse en buen estado y al gobierno afgano sobrevivir.

    La República Democrática de Afganistán (DRA) logró mantenerse a pesar del colapso de la Unión Soviética en 1991. Solo entonces, con la pérdida del apoyo soviético y el aumento de los esfuerzos de los muyahidines (guerreros santos) y Pakistán, la DRA se deslizó hacia derrota en abril de 1992. El esfuerzo soviético de retirarse en buen estado fue bien ejecutado y puede servir como modelo para otras desconexiones de naciones similares.

Cuando se trata del imperio americano, Tácito aplica una vez más: “Han saqueado el mundo, desnudando la tierra en su hambre… Son impulsados  ​​por la codicia, si su enemigo es rico; por ambición, si es pobre…. Devastan, matan, se apoderan de falsos pretextos, y todo esto lo aclaman como la construcción del imperio. Y cuando a su paso no queda nada más que un desierto, a eso lo llaman paz «.

A raíz de la hegemonía, los desiertos llamados paz incluyen en diversos grados a Irak, Libia, Siria – que, geológicamente, albergan desiertos – así como los desiertos y montañas de Afganistán.

Parece que Think Tank Row en DC, entre los círculos de Dupont y Thomas a lo largo de Massachusetts Avenue, realmente no ha hecho sus deberes en Pashtunwali, el código de honor de Pashtun, o en la ignominiosa retirada del imperio británico de Kabul

Esa línea de ratas de heroína afgana

Aun así, es demasiado pronto para decir si lo que se está gestando como la «retirada» de Estados Unidos de Afganistán refleja el desmoronamiento definitivo del Imperio del Caos.  Eso es especialmente cierto porque esto no es un «retroceso» en absoluto: es un reposicionamiento, con elementos añadidos de privatización.      

Al menos 650 «fuerzas estadounidenses» protegerán la embajada en expansión en Kabul. Agregue a eso posiblemente 500 tropas turcas, lo que significa OTAN, para proteger el aeropuerto, más un número no declarado de «contratistas», también conocidos como mercenarios, y un número no especificado de fuerzas especiales (particularmente británicas).

El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, ha llegado a un nuevo acuerdo . La embajada militarizada se conoce como Fuerzas Afganistán-Adelante. Estas fuerzas serán “apoyadas” por una nueva oficina especial afgana en Qatar.

La disposición clave es que el privilegio especial de bombardear Afganistán siempre que Estados Unidos sienta que está intacto. La diferencia está en la cadena de mando. En lugar del general Scott Miller, hasta ahora el principal comandante estadounidense en Afganistán, el bombardero en jefe será el general Frank McKenzie, jefe de CENTCOM.

Por lo tanto, los bombardeos futuros vendrán esencialmente del Golfo Pérsico, lo que el Pentágono describe amorosamente como «capacidad sobre el horizonte». De manera crucial, Pakistán se ha negado oficialmente a ser parte de él aunque, en el caso de ataques con aviones no tripulados, tendrán que sobrevolar el territorio pakistaní en Beluchistán.

Tayikistán y Kirguistán también se negaron a albergar bases estadounidenses.

Los talibanes, por su parte, no se inmutan. El portavoz Suhail Shaheen insistió en que las tropas extranjeras que no hayan salido antes de la fecha límite del 11 de septiembre serán consideradas como ¿qué más? – ocupantes.

Si los talibanes podrán establecer su dominio no es un problema; es solo una cuestión de cuándo. Y eso nos lleva a las dos preguntas realmente importantes: 

    1. ¿Podrá la CIA mantener lo que Seymour Hersh inicialmente, y luego yo mismo, describimos como la línea de consumo de heroína afgana que financia sus operaciones clandestinas ?  

    2. Y si la CIA no puede seguir supervisando la producción de los campos de adormidera en Afganistán, así como coordinar las etapas posteriores del negocio de la heroína, ¿adónde se trasladará?

Todas las mentes pensantes de Asia Central y del Sur saben que el Imperio del Caos, durante dos largas décadas, nunca estuvo interesado en derrotar a los talibanes o luchar por «la libertad del pueblo afgano». 

Los motivos clave fueron

Mantener una base avanzada estratégica y crucial en el punto más vulnerable de las «amenazas existenciales» de China y Rusia, así como de un Irán intratable, todo parte del Nuevo Gran Juego;

    estar convenientemente posicionado para luego explotar la enorme riqueza mineral de Afganistán;

    y transformar el opio en heroína para financiar las operaciones de la CIA. El opio fue un factor importante en el surgimiento del imperio británico, y la heroína sigue siendo uno de los negocios sucios más importantes del mundo que financia operaciones de inteligencia turbias.

Lo que quieren China y SCO

Ahora compare todo lo anterior con el enfoque chino.

A diferencia de Think Tank Row en DC, las contrapartes chinas parecen haber hecho sus deberes. Entendieron que la URSS no invadió Afganistán en 1979 para imponer la «democracia popular» – la jerga entonces – pero de hecho fue invitada por el gobierno de Kabul bastante progresista reconocido por la ONU en ese momento, que esencialmente quería carreteras, electricidad, atención médica, telecomunicaciones y educación.

Dado que las instituciones occidentales no proporcionarían estos elementos básicos de la modernidad, la solución tendría que provenir del socialismo soviético. Eso implicaría una revolución social, un asunto complicado en una nación islámica profundamente piadosa, y, lo que es más importante, el fin del feudalismo. 

El contragolpe imperial del “Gran tablero de ajedrez” de Zbignew Brzezinski funcionó porque manipuló a los señores feudales afganos y su capacidad de reglamentación – reforzada por inmensos fondos (CIA, saudíes, inteligencia paquistaní) – para darle a la URSS su Vietnam.

Ninguno de estos señores feudales estaba interesado en la abolición de la pobreza y el desarrollo económico en Afganistán.

China ahora está retomando donde se fue la URSS. Beijing, en estrecho contacto con los talibanes desde principios de 2020, esencialmente quiere extender el Corredor Económico China-Pakistán (CPEC) de $ 62 mil millones, uno de los proyectos insignia de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, a Afganistán.  

El primer paso crucial será la construcción de la autopista Kabul-Peshawar, a través del paso de Khyber y la frontera actual en Torkham. Eso significará que Afganistán de facto se convertirá en parte de la CPEC.

Se trata de la integración regional en el trabajo. Kabul-Peshawar será un nodo CPEC adicional que ya incluye la construcción del aeropuerto ultra estratégico de Tashkurgan en la carretera Karakoram en Xinjiang, a solo 50 kilómetros de la frontera con Pakistán y también cerca de Afganistán, así como del puerto de Gwadar en Baluchistán. .    

A principios de junio, una reunión trilateral China-Afganistán-Pakistán llevó al Ministerio de Relaciones Exteriores de China a apostar inequívocamente por la «recuperación pacífica de Afganistán», con la declaración conjunta dando la bienvenida «al pronto regreso de los talibanes a la vida política de Afganistán» y un se comprometen a «ampliar los lazos económicos y comerciales».

Por lo tanto, no hay forma de que un talibán dominante rechace el impulso chino de construir proyectos de infraestructura y energía orientados a la integración económica regional; el lado del trato de los mulás es mantener el país pacificado y no sujeto a la turbulencia yihadista de la variedad ISIS-Khorasan capaz de extenderse a Xinjiang.     

La jugabilidad china es clara: los estadounidenses no deberían poder ejercer influencia sobre el nuevo arreglo de Kabul. Se trata de la importancia estratégica de Afganistán para la Franja y la Ruta, y eso está entrelazado con las discusiones dentro de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), fundada incidentalmente hace 20 años, y que durante años ha abogado por una «solución asiática» para el drama afgano.

Las discusiones dentro de la OCS consideran que la proyección de la OTAN del nuevo Afganistán como un paraíso yihadista controlado por Islamabad no es más que una ilusión sin sentido.   

Será fascinante ver cómo China, Pakistán, Irán, Rusia e incluso la India llenarán el vacío en la era posterior a las Guerras Eternas en Afganistán. Es muy importante recordar que todos estos actores, más los asiáticos centrales, son miembros de pleno derecho de la OCS (u observadores, en el caso de Irán)

Es plausible que Teherán interfiera con los posibles planes imperiales de bombardear Afganistán desde el exterior, sea cual sea el motivo. En otro frente, no está claro si Islamabad o Moscú, por ejemplo, ayudarían a los talibanes a tomar Bagram. Lo cierto es que Rusia eliminará a los talibanes de su lista de grupos terroristas. 

Teniendo en cuenta que el imperio y la OTAN, a través de Turquía, no se irán realmente, una posibilidad futura distinta es un impulso de la OCS, aliado con los talibanes (Afganistán también es un observador de la OCS), para asegurar a la nación en sus términos y concentrarse en el desarrollo de la CPEC. proyectos. Pero el primer paso parece ser el más difícil: cómo formar un gobierno de coalición nacional sólido y real en Kabul.     

La historia puede dictaminar que Washington quería que Afganistán fuera el Vietnam de la URSS; décadas más tarde, terminó teniendo su propio segundo Vietnam, repetido como ¿qué más? – farsa. Se acerca rápidamente un momento de Saigón remezclado y se acerca otra etapa del Nuevo Gran Juego en Eurasia.

Por Javier Llorens Striptease del Poder

En GEOPOLITICA 1: los chinos vienen marchando, EEUU retrocede, el RU cae, Rusia se recupera ( https://dossiergeopolitico.com/2021/07/01/geopolitica-1-los-chinos-vienen-marchando-eeuu-retrocede-el-ru-cae-rusia-se-recupera/ )se consignaron los resultados relacionados con dichos países del denominado “Índice de Capacidad de Influencia Bilateral Formal (FBIC)” calculado por el “Centro Frederick S. Pardee para Futuros Internacionales”, perteneciente a la “Escuela de Estudios Internacionales Josef Korbel” de la Universidad de Denver.

https://korbel.du.edu/fbic

En la antedicha nota se expusieron los fundamentos para el cálculo de dicho índice, elaborado con la finalidad de ponderar el ejercicio del poder relacional en el sistema internacional, desde 1960-2020 para todos los estados, lo cual tiene una enorme importancia en términos de geopolítica.

En esta segunda nota se expone primeramente la evolución de dichos índices respecto la influencia ejercida sobre Argentina por parte de China, Rusia, el Reino Unido (RU), y EEUU. Y también por parte de los principales países europeos integrantes del Club de París, ante quienes somos deudores.

El análisis revela el notable doble rasero de estos últimos países y del RU y EEUU, que proclaman la defensa de la democracia y los derechos humanos, no obstante haber adquirido grados notables de influencia en Argentina durante las dictaduras militares del Gral Juan Carlos Onganía y su zaga; y del ex Gral Jorge Videla y su zaga.

Proviniendo la agobiante deuda externa en general y con dicho “club”, que hoy nuevamente están sobre el tapete, del gobierno de este último dictador, condenado y degradado por delitos de lesa humanidad, y sus sucesores castrenses, que dirigieron el país entre 1976 y 1983. Poniendo sobre este una tutela financiera externa, similar a la que le apareció en 1824, en tiempos fundacionales con Bernardino Rivadavia, que condicionó los destinos del país por más de un siglo, hasta después de la 1ra Guerra Mundial.

Ver La maldición argentina (2): los latifundios y sus artífices, la deuda y las 3R

Y ahora transcurrido ya más de 40 años, parecería que vamos por el mismo camino, sin que la degrada dirigencia argentina atine a vislumbrar la trascendencia de esas ataduras, y mucho menos aún su solución. Con el agravante que esos mismos países son los que lideran el FMI, cuyas recetas aplicadas desde la ominosa dictadura militar de Videla, han conducido a nuestro país de desastre en desastre, en 1980, 1989, y 2001, y en el que estamos actualmente. Por lo que cabe preguntarse si la deuda es de Argentina con el Club de Paris, o del Club de París con Argentina.

Ver Las malas praxis del FMI (1) 1976 – 2006 Resumen

Ver Las malas praxis del FMI (2) Introducción y Dictadura Militar

Ver Las malas praxis del FMI (3) – Alfonsín la deuda y la década perdida

Ver Las malas praxis del FMI (4) – Menem y la ejecución de Argentina por la deuda externa impagable

Finalmente se muestra la evolución de la influencia ejercida por Argentina en Latinoamérica y el Caribe, comparada respecto sus principales países, Brasil, Venezuela, Colombia y Chile. Y la que ejerce por su parte sobre sus países vecinos y colindantes, Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia, y Chile. Lo cual es otra muestra de la profunda debacle en que se encuentra Argentina, cuya dirigencia parece estar incapacitada de contener.

La influencia de China, Rusia, EEUU, y RU en Argentina

En el siguiente gráfico, se visualiza la notable influencia que ejerce EEUU en Argentina, acorde con la que ejerce en la región, conforme se expuso en la nota anterior. El mismo también revela una creciente influencia por parte de China, una cierta recuperación por parte de Rusia, y una notable caída de la influencia que supo ejercer el Reino Unido. Siendo también notable que tanto la influencia del RU como la de Rusia, crecieron raudamente durante los gobiernos de las dictaduras militares, resaltadas en el gráfico con el área gris.

Geopolitica, Latinoamerica, Argentina

Concretamente, se observa en el caso de EEUU (trazo violeta) que a partir de 1960 su influencia, desde un índice de 0,42, tuvo un curso descendente, con una tendencia a la recuperación durante los gobiernos de las dictaduras militares de Onganía y su zaga, y de Videla y su zaga. Que se profundizó a partir de la guerra de Malvinas en 1982, hasta lllegar a un mínimo con un índice de 0,17 en 1990.

Pero a partir de este año, con el ascenso a la presidencia de Carlos Menem, su influencia tuvo una fuerte recuperación, hasta llegar a un índice de 0,33 en el 2001. Para registrar una nueva declinación posterior, que tuvo una leve recuperación después del 2015, con la llegada de Mauricio Macri a la presidencia, ubicándose finalmente en el 2020 en un nivel de 0,26.

Por parte del RU (trazo verde) se observa también un notable crecimiento de su influencia a partir del golpe militar de Onganía en 1966. El cual partiendo de un nivel de 0,5, llegó a un nivel de 0,13 en 1972, con la asunción a la presidencia del dictador Gral. Agustín Lanusse. Seguidamente ese nivel cae levemente durante el corto interregno peronista, para respingar posteriormente y mantenerse en un nivel mayor a 0,1 hasta le guerra de Malvinas, en que se desplomó a niveles por debajo del mínimo histórico previo, situándose en el 2020 en nivel de 0,2, o sea en el cuarto lugar.

Por su parte Rusia (trazo rojo) partiendo de un nivel mínimo, en 1972 comenzó un ascenso de su influencia, que paradojicamente se acentuó durante la dictadura militar de Videl, hasta llegar a un índice de 0,5 en 1982, coincidente con la guerra de Malvinas. Para a continuación declinar y llegar a un nvel cercano a cero en 1992, con la caída de la Unión Soviética (URSS). Luego desde el 2010 comenzó nuevamente a recuperarse, para llegar entre el 2013 y 2015 a su máximo histórico de 0,5. Declinando a continuación durante el gobierno de Macri, hasta ubicarse en el 2020 con un índice de 0,2, similar al del RU, ubicandose así en el tercer lugar.

Lo contrario sucedió con China (trazo azul) que a partir de 1994 comenzó a aumentar paulatinamente su influencia, hasta llegar entre los años 2012 y 2015 hata un máximo de 0,8. Con una leve declinación posterior que la ubicó en el 2020 con un índice de 0,7, siendo así la segunda potencia que influye en Argentina, aunque por ahora alejada de EEUU.

La influencia del Club de Paris en Argentina

El siguiente grafico un poco más enrevesado, muestra la evolución de la influencia sobre Argentina de los principales países europeos integrantes del Club de París. Resultando notable que todos ellos, Alemania, Francia, Italia, Suiza, Holanda, y España, hayan aumentado y su influencia durante las dictaduras militares, marcadas en el gráfico con el área gris.

Lo cual revela el doble rasero con que operan, invocando por un lado la democracia y los derechos humanos, y por otro lado aprovechando la coerción y debilidad institucional de las dictaduras en los países periféricos, para consolidar sus intereses. Y de hecho, el grueso de la deuda con el Club de Paris provino de la última y sangrienta dictadura militar de Videla y su zaga, buena parte de ella por la compra de armamentos.

Geopolitica, Latinoamerica, Argentina

Un ejemplo notable de esto lo da Alemania Occidental (trazo negro) cuya influencia crecio casi verticalmente desde un nivel de 0,03, a partir del golpe militar de Onganía en 1966, y llegó a un pico en el año 1976 de 0,24. Para caer a continuación solo a un nivel de 0,21 en 1982, pegando a continuación otro salto durante el primer gobierno democrático de Alfonsin.

Esa información se interrumpe en 1990, por la reunificación de Alemania, apareciendo seguidamente la Alemania unificada (trazo bordó) con un nivel muy inferior cercano a 0,05. Del que rápidamente se recuperó, para llegar en el año 1996 a un índice de casi 0,20, manteniendose entre este nivel y 0,15 hasta el 2013. En el que comenzó el desplome de su influencia, ubicándose actualmente en el segundo lugar después de Francia, con un índice de 0,07.

Francia por su parte (trazo azul) cuya influencia oscilaba entre 1960 y 1976 entre 0,10 y 0,14 y vuelta a 0,10, con el golpe de estado de Videla en ese año, pegó un notable respingo, hasta llegar a un pico de 0,17 en 1984. Seguidamente cayó paulatinamente hasta un piso histórico de 0,8 en 1995, para recuperarse en el 2001 con un nivel de 0,13, y caer nuevamente a un nuevo piso histórico de 0,4 en el 2011. Del que comenzó a subir desde el año 2014, especialmente durante la gestión de Macri, hasta ubicarse en el 2020 on un índice de 0,11, siendo así actualmente el país miembro del Club de París mas influyente en Argentina.

Por su parte Italia (trazo verde) tambien registro una notable subida durante los golpes de estado de Ongania y Videla, pasando de 0,6 en 1966, a 0,12 en 1983. Pero a continuacion durante el gobierno de Alfonsín, escándalo de Tangentópolis de por medio, siguió subiendo hasta llegar a un índice de 0,18 en 1992.

Para desplomarse seguidamente durante el gobierno del presidente Carlos Menem, a un nivel mínimo histórico entre 1999 y 2002 cercano a 0,05, seguido de una moderada recuperación posterior hasta un nivel de 0,10, para caer seguidamente a un piso de 0,025 en el 2014. Luego con el advenimiento a la presidencia de Macri, acorde la ascendencia de este, se recuperó hasta un índice de 0,06 en el 2020, ubicándose así en el tercer país que ejerce una  menguada influencia sobre Argentina.

Con la democrática Suiza (trazo rojo) tenemos otro ejemplo del aumento de influencia durante dictaduras militares. Al subir hasta 1971 con la dictadura de Onganía y su zaga a un nivel de 0,4, para decaer seguidamente en el interregno democrático peronista, y volver a ascender hasta un índice de 0,8 durante la dictadura de Videla y su zaga.

Seguidamente se registra una paulatina caída hasta un nivel mínimo histórico cercano a cero entre 1993 y 2005, con una leve recuperación posterior. Que se acentua notablemente durante el gobierno de Macri, hasta llegar a un índice en el 2020 de 0,06 casi al nivel de Italia, pasando a ser así el cuarto pais miembro del Club de Paris que ejerce una menguada influencia en Argentina.

Por su parte España (trazo celeste) su influencia luce estancada en un nivel de 0,02 entre 1966 y 1977, con un aumento posterior hasta 0,05 en 1983, durante la dictadura de Videla y su zaga. Y a partir de allí comenzó un notable crecimiento, hasta llegar a un pico de 0,12 en 1992, ubicándose así en ese año en el segundo país en nivel de influencia, por debajo de Italia, con una notable caida posterior hasta el nivel de 0,03 en el 2000.

Año en que comenzó un nuevo ciclo de crecimiento de su influencia, con un altibajo en el año 2006, que en el 2010 la devolvió al máximo histórico de 012, ubicándose nuevamente en el segundo pais de mas influencia, por debajo de Alemania. Seguido de una nueva notable caida posterior, que estaría relacionada con la estatización de YPF y el desplazamiento de Repsol, ubicándose así en el 2020 con un indice de 0,2, en el quinto lugar de los paises con menguada influencia sobre Argentina.

Por último Holanda (trazo violeta) nos da otro ejemplo de los paises democráticos respetuosos de los derechos humanos, que no le hacen asco a influenciar y lucrar con las dictaduras militares a cual mas sangrienta, que tanto abundaron en los países periféricos. Al emprender una raudo crecimiento desde el indice de 0,03 en 1967 con el golpe de Ongania, hasta llegar 0,13 en 1971, manteniendose en ese nivel con altibajos hasta 1983, cuando finalizó la dictadura de Videla y su zaga.

Año en el que comenzo un ininterrumpido descenso, hasta llegar en 1999 a un índice de 0,04, acorde con sus niveles hitóricos previos al golpe de Onganía. Seguidamente registró una leve recuperación, hasta un indice de 0,06 entre el 2006 y 2010, que estaría relacionado con el casamiento de la argentina Máxima Zorriagueta con el principe heredero Guillermo. Habiendo impedido la Casa Real de este, no obstante esos antecedentes de complicidad con las dictaduras militares, que el padre de la novia, Jorge Zorraigueta, ex secretario de Agricultura durante la dictadura de Videla, participara de esas nupcias.

Las influencias en Latinoamérica por parte de sus principales países

En el siguiente gráfico se muestra la evolución de la influencia en Latinoamérica por parte de sus principales países. Observándose en él  que a fines de la dictadura de Onganía y su zaga, en 1973, Argentina (trazo celeste) perdió la primacía que tenía hasta entonces en la región. Dejándola  primero en manos de Venezuela (trazo bordó), y luego en Brasil (trazo verde).

Geopolitica, Latinoamerica, Argentina

Pais que a partir de allí logró un notable aumento de su influencia en la región, llegando a un índice pico de 2,15 en 1995, que seguidamente registró un bache durante la presidencia de Henrique Cardozo. Seguido de un nuevo pico posterior, con un índice de 2,93 en el 2012, durante la presidencias de Lula y Dilma, y una nueva caida posterior, habiendose estabilizado su influencia con un índice de 2,41 con el gobierno de Bolsonaro.

Por su parte Argentina continúo estancada en un nivel de 0,87, y relegada a un tercer puesto, debajo de Venezuela, que entre 1979 y 1981 llegó a un índice de influencia de 1,22. Pais al que Argentina solo superó brevemente, entre 1994 y 1998, colocándose así en el segundo puesto, periodo en que llegó a un indice de 1,06.

Venezuela por su parte, ocupando nuevamente el segundo puesto, llegó en el 2009 – 2010 con Hugo Chávez, a un índice pico de 1,59. Para precipitarse seguidamente tras la muerte de este a un quinto lugar, llegando a un índice de solo 0,35 en el 2020. Pero simultáneamente Argentina, que llegó a un índice pico de 1,21 en el 2013, pasó a ocupar brevemente el cuarto puesto, al ser superada por Colombia, que en el mismo año llegó a un índice pico de 1,23, reduciendose luego en el 2020 a 1,15.

Mientras que por su parte Argentina, ubicandose en el tercer puesto ante el derrumbe de Venezuela, cayó en el 2020 a un indice de 0,89. Casi al nivel de Chile, que tras un pico de 1 en el 2008 y 2014, redujo su influencia casi al mismo nivel de la alicaida Argentina. Siendo esta la que entre todos esos paises, registra el menor aumento absoluto de su influencia, desde que perdió su primacia durante la dictadura de Ongania y su zaga, cincuenta años atras, aportando esto otra evidencia de su debacle actual.

La influencia de Argentina en sus países vecinos

El siguiente grafico pone en evidencia la alicaida influencia que tiene actualmente Argentina en sus países vecinos, colindantes con ella. Revelando su evolución, la geopolítica que fue adoptando en función de los conflictos que mantuvo con algunos de esos países durante las dictaduras militares, y las alianzas que plasmó para enfrentarlos.

En primer lugar se observa que en el interregno peronista de 1973 – 1976, la influencia de Argentina en Paraguay (trazo violeta) y en Chile (trazo verde), acorde con la visión geopolítica que tenía su líder Juan Perón, llegó a su maximo nivel, con un índice de 0,27 y 0,11 para uno y otro, respectivamente.

Geopolitica, Latinoamerica, Argentina

Seguidamente durante la dictadura de Videla y en años posteriores, la influencia de Argentina en Paraguay se redujo sustancialmente, hasta llegar a un mínimo de 0,09. Como consecuencia del conflicto con este pais aliado con Brasil, por la cuestión de las represas en la alta Cuenca del Plata. Y por esa razón la influencia de Argentina en Brasil, cayó de 0,08 en 1966, al comienzo de la dictadura militar de Onganía, a solo 0,04 en 1983, al finalizar la dictadura militar de Videla y su zaga.

Una caida aun más abrupta se registro durante la dictadura de Videla, respecto la influencia de Argentina en Chile. Que pasó de un índice de 0,11 en 1976, a la mitad, poco mas de 0,05 en 1983, con motivo del conflicto por el Beagle, que estuvo a un tris de llevarnos a una demencial guerra.

A la par la influencia en Uruguay (trazo ocre) creció sustancialmente, pasando de un nivel de 0,05 al comienzo de la dictadura de Onganía en 1966, a un indice de 0,19 en 1981, durante la dictadura de Videla. Y lo mismo sucedió con Bolivia (trazo celeste) cuyo índice ínterin pasó de 0,4 a 0,15 en 1983.

Por contrario, tras la caída de la última dictadura militar, los índices de estos dos países aliados cayeron, y mejoraron los correspondientes a Chile y Brasil, tras el acuerdo por el Beagle en 1985. Y luego la mejora se acentuó, incluyendo tambien a Paraguay y Uruguay, que revirtieron así su baja, con la concresión del Mercosur.

Como balance se puede decir, comenzando por Paraguay, país que encabeza en el 2020 el ranking de influencia por parte de Argentina, que esta llegó a un maximo de 0,27, 45 años atrás, y ahora es de 0,25. Respecto Uruguay, que aparece en el segundo lugar en el ranking 2020, la influencia argentina llegó a un maximo de 0,24 en el 2006, y luego se precipitó hacia abajo por el conflicto con las pasteras, cayendo a un índice de 0,14 en el 2020.

En el caso de Bolivia, que se ubica en el tercer lugar en el rating, el índice de influencia llegó a un maximo de 0,17 en el 2014, y actualmente en el 2020 ha caido a 0,12. Mientras que con Brasil, que se ubica en el cuarto puesto del ranking, el índice de influencia llegó a un maximo de 0,15 en 1997, y ahora se encuentra en 0,11.

Respecto Chile, ubicado quinto en el ranking de influencia 2020, como se dijo ella llegó a un máximo 45 años atrás, en 1974  – 1975, con un indice de 0,11. Luego se recuperó sustancialmente hasta llegar a un pico cercano a 0,10 entre el 2002 y el 2005, con los gobieno de la Concertación chilena. Para desplomarse seguidamente a un índice de 0,5 en el 2020 con los gobiernos de Piñera.

Mostrando todo esto en definitiva, la caida de la influencia de Argentina en la región, como otra manifestación de su debacle. Que su dirigencia parece estar imposibilitada no solo de contener, sino que por contrario parece obrar en en el sentido de acentuarla.-

16 años promoviendo semanalmente la Geopolitica; Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

Eje Central:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente

AUDIO

La columna del Club de la Pluma, que presenta el director de Dossier Geopolítico Carlos Pereyra Mele comienza esta semana con Colombia donde continúa el sangriento caos del gobierno tiránico de Uribe / Duque y con el supuesto ataque al helicóptero presidencial, mientras que Brasil entra en un callejón sin salida por el posible juicio político a Bolsonaro ante el escándalo de corrupción en la compra de vacunas, y de Perú donde  sigue creciendo la tensión por el intento de trabar la asunción de Pedro Castillo, cuando ya hasta el propio EEUU ha reconocido su triunfo legítimo. 

Luego aborda la división interna en Norteamérica con el resurgir del “trumpismo” lanzando una nueva aplicación para zafar la proscripción que sufre en las redes sociales, llamando a la insubordinación ciudadana y con sus gobernadores empeñados en la construcción del muro de México. Y al respecto, Carlos nos alerta de las complicaciones que esto significa para Biden, más las nuevas variedades del Covid que acechan al país y por el irregular paisaje interno que dibujan las estadísticas de las vacunaciones, reflejando el accionar de negacionistas y antivacunas, siempre con argumentos anti científicos, similares a sus pares de Argentina, justo cuando se teme la llegada de una nueva ola mucho más grave. 

Y entrando en la geopolítica, nos analiza la “movida militar” anglo norteamericana en la Europa Oriental, con epicentro en la fracturada Ucrania y definida como la “Geopolítica de los 5 Mares” porque involucra al Mar Báltico, Mar Negro, Mar Caspio, Mar Muerto, y Mediterráneo, marcando así la OTAN una zona que pretende ser un cerco militar y naval a Rusia, mientras ésta trata de construir una “Zona de Amortiguación” o cordón sanitario en sus fronteras  para evitar contactos directos que desencadenen en un conflicto bélico de nivel mundial. 

Y así Pereyra Mele nos ofrece otra cátedra que une política con geografía y con estrategia para explicarnos una maniobra de 27 países variopintos, con 5 mil efectivos, 32 buques, 40 aviones y helicópteros, incluyendo países lejanos y distantes como Israel, Marruecos, Japón, Australia y Corea. Con Alemania y otros 17 países miembros sin participar. Y nos señala el nombre dado de “BRISAS MARINAS” para este enorme operativo que agrega convulsión a una zona de históricas fricciones y con el objetivo puesto en tensionar militarmente las mismas fronteras rusas. 

Además, Pereyra Mele va desentrañando esta alianza occidental hasta desnudar una complicada madeja de grupos de países unidos y enfrentados a la vez, con fuertes objetivos contradictorios  y entremezclados por las ambiciones, la historia y los intereses por las riquezas en gas y petróleo de la zona. Así aparecen en el relato Moldavia, Rumania, Georgia, Eslovaquia, República Checa, y el Grupo de Lublin con Polonia, Lituania y Ucrania, cada uno con sus particularidades, también están allí los recientes enemigos bélicos Armenia y Azerbaiyán y, cómo no, Turquía con su llave del Bósforo que puede cerrar -o abrir- la salida de la Flota Rusa al Mediterráneo que necesita a su vez atender sus tropas en Siria y Libia. Un complejo tablero de ajedrez que nos describe el politólogo, con EEUU al mando de un mosaico heterogéneo y heterodoxo; y en frente a una Rusia que se concentra en asegurar sus fronteras cargando a sus espaldas con el viejo resquemor de de estos países hacia la antigua URSS.

Y mientras nos recuerda la reciente invasión a las aguas territoriales rusas por parte de un buque británico para boicotear la cumbre Pútin / UE,  Carlos nos cuenta el último incidente de aviones rusos atacando a barcos estadounidenses, y termina reflexionando sobre el ambiente caldeado en la zona, “y no ya por el verano -relata- sino por la obsesión estadounidense de tener a Rusia a tiro de escopeta”. 

Eduardo Bonugli (Madrid 04/07/21)

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El Conflito en Transnitria Moldavia

Pepe Escobar, Asia Times 1° de julio

El centenario del Partido Comunista Chino (PCCh) tiene lugar esta semana en el corazón de una ecuación geopolítica incandescente.

China, la superpotencia emergente, ha vuelto a la prominencia global de la que disfrutó a lo largo de siglos de historia registrada, mientras que el Hegemón en declive está paralizado por el «desafío existencial» que se plantea a su dominio unilateral y fugaz.

Una mentalidad de confrontación de espectro completo ya esbozada en la Revisión de Seguridad Nacional de EE. UU. De 2017 se está deslizando rápidamente hacia el miedo, el odio y la sinofobia implacable.

Añádase a esto la asociación estratégica integral Rusia-China que expone gráficamente la última pesadilla mackinderiana de las élites angloamericanas cansadas de «gobernar el mundo», durante sólo dos siglos como mucho.

El pequeño timonel Deng Xiaoping puede haber acuñado la fórmula definitiva para lo que muchos en Occidente definieron como el milagro chino:

“Buscar la verdad en los hechos, no en los dogmas, ya sean de Oriente o de Occidente”.

Así que esto nunca se trató de la intervención divina, sino de la planificación, el trabajo arduo y el aprendizaje por ensayo y error.

La reciente sesión del Congreso Nacional del Pueblo ofrece un claro ejemplo. No solo aprobó un nuevo Plan Quinquenal, sino una hoja de ruta completa para el desarrollo de China hasta 2035: tres planes en uno.

Lo que el mundo entero vio, en la práctica, fue la eficacia manifiesta del sistema de gobernanza chino, capaz de diseñar e implementar estrategias geoeconómicas extremadamente complejas después de muchos debates locales y regionales sobre una amplia gama de iniciativas políticas.

Compárelo con las disputas interminables y estancamiento en las demócratas liberales occidentales, que son incapaces de planificar para el próximo trimestre, por no mencionar los quince años.

Los mejores y más brillantes de China hacen su Deng; no les importa lo más mínimo la politización de los sistemas de gobierno. Lo que importa es lo que ellos definen como un sistema muy eficaz para hacer planes de desarrollo SMART (específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con plazos determinados) y ponerlos en práctica.

El 85% del voto popular

A principios de 2021, antes del inicio del Año del Buey de Metal, el presidente Xi Jinping enfatizó que deberían existir “condiciones sociales favorables” para las celebraciones del centenario del PCCh.

Ajeno a las olas de demonización provenientes de Occidente, para la opinión pública china lo que importa es si el PCCh cumplió. Y lo hizo (más del 85% de aprobación popular). China controló el Covid-19 en un tiempo récord; el crecimiento económico ha vuelto; se logró el alivio de la pobreza; y el estado-civilización se convirtió en una «sociedad moderadamente próspera», justo en el momento previsto para el centenario del PCCh.

Desde 1949, el tamaño de la economía china se disparó 189 veces. Durante las últimas dos décadas, el PIB de China se multiplicó por 11. Desde 2010, se duplicó con creces, de $ 6 billones a $ 15 billones, y ahora representa el 17% de la producción económica mundial.

No es de extrañar que las quejas occidentales sean irrelevantes. El jefe de inversiones de Shanghái Capital, Eric Li, describe sucintamente la brecha de gobernanza; en los Estados Unidos, el gobierno cambia, pero no la política. En China, el gobierno no cambia; la política lo hace.

Este es el trasfondo para la próxima etapa de desarrollo, donde el PCCh de hecho duplicará su modelo híbrido único de “socialismo con características chinas”.

El punto clave es que el liderazgo chino, a través de ajustes políticos continuos (ensayo y error, siempre) ha desarrollado un modelo de “ascenso pacífico” – su propia terminología – que respeta las inmensas experiencias históricas y culturales de China.

En este caso, el excepcionalismo chino significa respetar el confucianismo, que privilegia la armonía y aborrece el conflicto, así como el taoísmo, que privilegia el equilibrio, sobre el modelo occidental bullicioso, beligerante y hegemónico.

Esto se refleja en importantes ajustes de política, como el nuevo impulso de «doble circulación», que pone mayor énfasis en el mercado interno en comparación con China como la «fábrica del mundo».

El pasado y el futuro están totalmente entrelazados en China; lo que se hizo en dinastías anteriores resuena en el futuro. El mejor ejemplo contemporáneo es la Nueva Ruta de la Seda, o Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), el concepto general de política exterior china para el futuro previsible.

Como detalló al profesor Wang Yiwei de la Universidad de Renmin , el BRI está en el punto de remodelar la geopolítica, «devolviendo a Eurasia a su lugar histórico en el centro de la civilización humana». Wang ha demostrado cómo “las dos grandes civilizaciones de Oriente y Occidente estuvieron vinculadas hasta que el surgimiento del Imperio Otomano cortó la Antigua Ruta de la Seda”.

Europa avanzando hacia el mar llevó a la «globalización a través de la colonización»; el declive de la Ruta de la Seda; el centro del mundo se desplaza hacia Occidente; el ascenso de Estados Unidos; y el declive de Europa. Ahora, argumenta Wang, «Europa se enfrenta a una oportunidad histórica de regresar al centro mundial a través del resurgimiento de Eurasia».

Y eso es exactamente lo que el Hegemón intentará evitar sin límites.

Zhu y Xi

Es justo argumentar que la contraparte histórica de Xi es el emperador Hongwu Zhu, el fundador de la dinastía Ming (1368-1644). El emperador estaba ansioso por presentar su dinastía como una renovación china después de la dominación mongol a través de la dinastía Yuan.

Xi lo enmarca como “rejuvenecimiento chino”: “China solía ser una potencia económica mundial. Sin embargo, perdió su oportunidad a raíz de la Revolución Industrial y los consiguientes cambios dramáticos, por lo que se quedó atrás y sufrió humillaciones bajo la invasión extranjera … no debemos permitir que esta trágica historia se repita”.

La diferencia es que la China del siglo 21 bajo Xi no retrocederá hacia adentro como lo hizo bajo los Ming. El paralelo para el futuro cercano sería más bien con la dinastía Tang (618-907), que privilegió el comercio y las interacciones con el mundo en general.

Comentar el torrente de malas interpretaciones occidentales de China es una pérdida de tiempo. Para los chinos, la abrumadora mayoría de Asia, y para el Sur Global, es mucho más relevante registrar cómo la narrativa imperial estadounidense – “somos los libertadores de Asia-Pacífico” – ahora ha sido totalmente desacreditada.

De hecho, el presidente Mao puede terminar riendo último. Como escribió en 1957, “si los imperialistas insisten en lanzar una tercera guerra mundial, es seguro que varios cientos de millones más se volverán al socialismo, y entonces no quedará mucho espacio en la tierra para los imperialistas; también es probable que toda la estructura del imperialismo se derrumbe por completo”.

Martin Jacques, uno de los pocos occidentales que realmente estudió China en profundidad, señaló correctamente cómo “China ha disfrutado de cinco períodos separados en los que ha disfrutado de una posición de preeminencia – o preeminencia compartida – en el mundo: parte de los Han, los Tang, posiblemente los Song, los primeros Ming y los primeros Qing «.

Así que, históricamente, China representa una renovación y un «rejuvenecimiento» continuo (Xi). Estamos en medio de otra de estas fases, ahora dirigida por una dinastía del PCCh que, dicho sea de paso, no cree en los milagros, sino en la planificación dura. Los excepcionalitas occidentales pueden seguir lanzando un ataque 24 horas al día, los 7 días a la semana hasta el infinito: eso no cambiará el curso de la historia.

[En este artículo Escobar da su visión de la profundidad de la «asociación estratégica integral de coordinación para la nueva era» entre Rusia y China, como la describen oficialmente Moscú y Beijing. Y de la diferencia conceptual de lo que entienden los anglosajones de «Ley» y «Regla» de las que hablan en estos tiempos en todos sus Congresos G7 UE OTAN. Y de lo peligrosos que se volvieron en estos tiempos en que no quieren asumir que se acabó su Hegemonía absoluta…Antonio Mitre colaborador de Dossier Geopolitico]

Pepe Escobar, Asia Times 2 de julio

Vivimos en tiempos extraordinarios.

En el día del 100 ° aniversario del Partido Comunista Chino (PCCh), Xi Jinping, en la plaza de Tiananmen, en medio de toda la pompa y circunstancia, entregado un mensaje geopolítico marcado:

«El pueblo chino nunca permitió que fuerzas extranjeras lo intimiden, opriman o subyuguen. Cualquiera que intente hacer esto se encontrará en curso de colisión con un gran muro de acero forjado por más de 1.400 millones de chinos». 

He ofrecido una versión concisa  del milagro chino moderno, que no tiene nada que ver con la intervención divina, sino “buscar la verdad a partir de los hechos” (copyright Deng Xiaoping), inspirado en una sólida tradición cultural e histórica.

El «gran muro de acero» evocado por Xi ahora impregna una dinámica «sociedad moderadamente próspera», un objetivo logrado por el PCCh en vísperas del centenario. Sacar a más de 800 millones de personas de la pobreza es una novedad histórica, en todos los aspectos.

Como en todo lo relacionado con China, el pasado informa el futuro. Se trata de xiaokang , que se puede traducir libremente como «sociedad moderadamente próspera».

El concepto apareció por primera vez hace no menos de 2.500 años, en el clásico Shijing («El libro de la poesía»). El pequeño timonel Deng, con su histórico ojo de águila, lo revivió en 1979, justo al comienzo de las reformas económicas de «apertura».

Ahora compare el avance celebrado en Tiananmen, que se interpretará en todo el Sur Global como evidencia del éxito de un modelo chino para el desarrollo económico, con imágenes que circulan de los talibanes montando tanques T-55 capturados a través de pueblos empobrecidos en el norte de Afganistán.

Repetición de la historia: esto es algo que vi con mis propios ojos hace más de veinte años.

Los talibanes controlan ahora casi la misma cantidad de territorio afgano que controlaban inmediatamente antes del 11 de septiembre. Controlan la frontera con Tayikistán y se están acercando a la frontera con Uzbekistán.

Hace exactamente veinte años estaba inmerso en otro viaje épico a través de Karachi, Peshawar, las áreas tribales de Pakistán, Tayikistán y finalmente el valle de Panjshir, donde entrevisté al comandante Masoud, quien me dijo que los talibanes en ese momento controlaban el 85% de Afganistán.

Tres semanas después, Masoud fue asesinado por un comando vinculado a Al Qaeda disfrazado de «periodistas», dos días antes del 11 de septiembre. El imperio, en el apogeo del momento unipolar, entró en Forever Wars a toda marcha, mientras que China y Rusia profundizan en la consolidación de su surgimiento, geopolítica y geoeconómicamente.

Ahora vivimos las consecuencias de estas estrategias opuestas.

Esa alianza estratégica

El presidente Putin acaba de pasar tres horas y cincuenta minutos respondiendo preguntas no preseleccionadas, en vivo, de ciudadanos rusos durante su sesión anual de ‘Línea Directa’ . La idea de que los «líderes» occidentales del tipo Biden, Boris Johnson, Merkel y Macron podrían manejar algo incluso remotamente similar, sin guión, es ridícula.

La conclusión clave: Putin enfatizó que las élites estadounidenses comprenden que el mundo está cambiando, pero aún quieren preservar su posición dominante. Lo ilustró con la reciente travesura británica en Crimea sacada directamente de un fallo de Monty Python, una «provocación compleja» que de hecho era angloamericana: un avión de la OTAN había realizado previamente un vuelo de reconocimiento. Putin: «Era obvio que el destructor entró [en aguas de Crimea] persiguiendo objetivos militares».

A principios de esta semana, Putin y Xi celebraron una videoconferencia. Uno de los puntos clave fue bastante significativo: la extensión  del Tratado de Buena Vecindad y Cooperación Amistosa China-Rusia, firmado inicialmente hace 20 años.

Una disposición clave: «Cuando surja una situación en la que una de las partes contratantes considere que … se enfrenta a la amenaza de agresión, las partes contratantes mantendrán contactos y consultas de inmediato para eliminar tales amenazas».

Este tratado está en el corazón de lo que ahora se describe oficialmente – por Moscú y Pekín – como una “asociación estratégica integral de coordinación para una nueva era”. Se justifica una definición tan amplia porque se trata de una asociación compleja de varios niveles, no una “alianza”, diseñada como un contrapeso y una alternativa viable a la hegemonía y el unilateralismo.

Un ejemplo gráfico lo proporciona la interpolación progresiva de dos estrategias de comercio / desarrollo, la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) y la Unión Económica de Eurasia (EAEU), que Putin y Xi discutieron nuevamente, en relación con la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS). , que se fundó solo tres meses antes del 11 de septiembre.

No es de extrañar que uno de los aspectos más destacados en Beijing esta semana fueron las conversaciones comerciales entre los chinos y cuatro «stands» de Asia Central , todos ellos miembros de la OCS.

«Ley» y «regla»

La hoja de ruta que define la multipolaridad ha sido esbozada en un  ensayo del ministro de Relaciones Exteriores, Sergey Lavrov, que merece un examen detenido.

Lavrov analiza los resultados de las recientes cumbres del G7, la OTAN y la UE antes de Putin-Biden en Ginebra:

Estas reuniones se prepararon de una manera que no deja ninguna duda de que se quería enviar un mensaje claro a Occidente: que se mantienen unidos como nunca antes y harán lo que crean correcto en los asuntos internacionales, mientras obliga a otros, principalmente a Rusia y China, para seguir su ejemplo. Los documentos adoptados en las cumbres de Cornualles y Bruselas cimentaron el concepto de orden mundial basado en reglas como un contrapeso a los principios universales del derecho internacional con la Carta de la ONU como su fuente principal. Al hacerlo, Occidente deliberadamente evita deletrear las reglas que pretenden seguir, al igual que se abstiene de explicar por qué son necesarias.

Mientras descarta cómo Rusia y China han sido etiquetadas como «potencias autoritarias» (o «iliberales», según el mantra favorito de Nueva York-París-Londres), Lavrov aplasta la hipocresía occidental:

Mientras proclama el ‘derecho’ a interferir en los asuntos internos de otros países en aras de promover la democracia tal como la entiende, Occidente pierde instantáneamente todo interés cuando planteamos la posibilidad de hacer que las relaciones internacionales sean más democráticas, incluida la renuncia al comportamiento arrogante y el compromiso acatar los principios universalmente reconocidos del derecho internacional en el lugar de las «reglas».

Eso le da a Lavrov una oportunidad para un análisis lingüístico de la «ley» y la «regla»:

En ruso, las palabras «ley» y «regla» comparten una sola raíz. Para nosotros, una regla que es genuina y justa es inseparable de la ley. Este no es el caso de las lenguas occidentales. Por ejemplo, en inglés, las palabras «ley» y «regla» no comparten ninguna semejanza. ¿Ver la diferencia? “Gobernar” no se trata tanto de la ley, en el sentido de las leyes generalmente aceptadas, como de las decisiones que toma quien gobierna o gobierna. También vale la pena señalar que «regla» una sola raíz con «regla», y los significados de esta última incluyen el dispositivo común para medir y dibujar líneas rectas. Se puede inferir que a través de su concepto de “reglas”, Occidente busca alinear a todos en torno a su visión o aplicar el mismo criterio a todos, de modo que todos caigan en un solo archivo.

En pocas palabras: el camino hacia la multipolaridad no seguirá los “ultimatums”. El G20, donde están representados los BRICS, es una “plataforma natural” para “acuerdos mutuamente aceptados”. Rusia, por su parte, está impulsando una Asociación de la Gran Eurasia. Y un “orden mundial policéntrico” implica la necesaria reforma del Consejo de Seguridad de la ONU, “fortaleciéndose con los países asiáticos, africanos y latinoamericanos”.

¿Los Maestros Unilaterales recorrerán este camino? Sobre sus cadáveres: después de todo, Rusia y China son «amenazas existenciales». De ahí nuestra angustia colectiva, espectadores bajo el volcán.