Tras 110 días de guerra está claro que EE.UU. ha sometido a Europa y que Rusia vencerá al régimen de Kiev. ¿Para qué prolonga, entonces, Occidente el sufrimiento de su aliada?

Por Eduardo J. VIOR TELAM

A casi cuatro meses de comenzada la guerra en Ucrania, desde el punto de vista militar es indudable que Rusia vencerá. También parece haber sobrellevado satisfactoriamente la ola de sanciones occidentales contra su economía. EE.UU., por su parte, puso nuevamente a funcionar su complejo industrial militar y sometió a Europa, obligándola a pagar carísimos los alimentos y la energía. Que Rusia prolongue la guerra hasta alcanzar sus objetivos, se entiende. Pero, ¿para qué siguen las potencias occidentales enviando a Ucrania toneladas de armas que no equilibran la superioridad de Rusia en el campo de batalla, multiplican las pérdidas de vidas y la destrucción de la economía del país y escalan el conflicto? ¿Es intención o automatismo?

Este miércoles 15 el jefe del Estado Mayor Conjunto (JEME) de las Fuerzas Armadas estadounidenses, el general Mark Milley, ha calculado las pérdidas del ejército ucraniano. Se cree que éste está perdiendo alrededor de 100 personas al día y que tiene de 100 a 300 heridos. Por su parte, el sábado pasado, por primera vez, Oleksiy Arestovich, el principal asesor de Zelensky, admitió en una entrevista que desde el comienzo de la Operación Militar Especial de Rusia, Ucrania ha perdido unas diez mil personas. Se supone que se refirió sólo a los militares muertos, porque el número de bajas civiles y el de heridos es mucho mayor, como indica el que se esté preparando la movilización de las mujeres.

A principios de esta semana podía dibujarse el siguiente cuadro de la situación militar: las fuerzas aliadas de Rusia y las milicias de las repúblicas secesionistas de Lugansk y Donetsk han recuperado el 97% del territorio de las antiguas provincias del mismo nombre, Rusia recupera posiciones que había perdido hace un mes en la provincia de Járkov y sostiene las posiciones en el sur. Falta poco para que tome la totalidad de los territorios habitados por población rusohablante. En este contexto, no se entiende la utilidad militar de los permanentes bombardeos ucranianos contra la población civil de la ciudad de Donetsk.

 Foto AFP
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Por su parte, el diario británico The Independent, citando un informe de inteligencia, ofreció el sábado 11 un gran análisis sobre el equilibrio de las fuerzas rusas y ucranianas: las tropas ucranianas son 20 veces inferiores a las rusas en artillería, 40 veces en municiones y 12 veces en alcance. Además, la parte ucraniana se ha quedado casi completamente sin cohetes antitanque, aunque sigue teniendo los MLRS Grad y los obuses que alcanzan un máximo de 20-30 km. Del mismo modo, carece de armas para golpear la artillería rusa de largo alcance. Por su descoordinación con otros sistemas de armas, la incorporación creciente de cañones autopropulsados de gran calibre de origen francés y norteamericano aumenta los daños civiles, pero no aumenta la eficacia militar. A su vez, los rusos disponen de numerosos cohetes operativos a muchas decenas e incluso cientos de kilómetros. Se da una situación de «absoluta desigualdad en el campo de batalla, por no hablar del completo dominio de la aviación enemiga en el aire», dice el informe británico. Como consecuencia, entre las tropas ucranianas cunde el desaliento y aumenta la deserción.

Existe además un efecto colateral que se venía advirtiendo desde el inicio: la entrega compulsiva de armamentos está alimentando un mercado negro en el cual se puede adquirir un sistema Javelin estadounidense por unos 30 mil dólares, cuando sólo el misil cuesta 170 mil dólares y el centro de control unos 200 mil más. Organizaciones delictivas de todo tipo están aprovechando la ocasión para conseguir una amplia variedad de armas y se sospecha que no sólo portátiles. Las posibilidades de que sean utilizadas con fines criminales en cualquier parte del mundo son aterradoras, si se piensa que se han entregado misiles anti buques costeros que nadie sabe a dónde terminan.

Ante este panorama, a los líderes occidentales no se les ocurre nada mejor que enviar armas aún más potentes. Así, este martes 14 el subsecretario de Defensa para Asuntos Políticos de EE.UU., Colin Kahl informó que Estados Unidos proporcionará a Ucrania misiles guiados pesados con un alcance de 70 km para su uso con los lanzadores de cohetes múltiples HIMARS. Según Kahl, el sistema de cohetes de artillería de alta movilidad vendrá con cohetes guiados GMLRS. Con este equipo militar no se requiere un consumo masivo de municiones, ya que se trata de un sistema de alta precisión y potencia cuya efectividad es comparable al «efecto de un ataque aéreo». Así Ucrania podría atacar más profundamente el territorio ruso, dañando objetivos civiles, pero serán inútiles para los militares, porque desde hace tiempo las fuerzas aliadas evitan las grandes concentraciones y utilizan pequeñas unidades móviles.

Foto Xinhua
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En este contexto no es de extrañar que el profesor de Relaciones Internacionales Andrew Latham, de la Universidad Macalester en Minnesota, haya llegado el martes 7 a la conclusión de que “Ucrania no puede vencer”. El resultado de esta guerra no puede ser una Ucrania independiente. Es obvio que la parte oriental es para Rusia y la occidental quedará bajo la influencia de Polonia.

El profesor Latham califica este escenario como una victoria incondicional del Kremlin, porque una de las principales tareas de la Operación Militar Especial era impedir la expansión de la OTAN y la fragmentación de Ucrania la excluiría de la esfera de influencia de la alianza.

A esta altura de la guerra van quedando claras las respectivas estrategias de la OTAN y de Rusia. Ambas se dividen en dos campos, el económico y el militar. La apuesta de la OTAN fue empujar a la guerra a Moscú utilizando como anzuelo a Ucrania, a quien le dio todas las garantías de que intervendría en su apoyo para derrotar a Rusia.

En el campo militar se planificó inundar el país con armas antitanques y aéreos portátiles de distintos alcances y, dado que ya habían previsto la falta de voluntad de resistencia de la mayoría del pueblo ucraniano, generar un sistema de guerrillas sostenido por la organización atlantista, introduciendo mercenarios bajo la cobertura de ser voluntarios. No existen las resistencias populares que inventó la propaganda occidental. En el Donbass la población recibe como libertadores a los rusos y chechenos, mientras que en las regiones más occidentalizadas se debió prohibir la salida a los hombres en edad de combatir y ahora comienzan a convocar a las mujeres.

En el plano económico la situación no es mejor para la Alianza Atlántica. No ha conseguido el apoyo diplomático esperado, al punto de que Silvio Berlusconi ha dicho públicamente que apenas el 25% del mundo se ha coaligado contra Rusia. Moscú ha compensado rápidamente las sanciones occidentales reorientando sus exportaciones hacia otros mercados. De todos modos, la mitad de los miembros de la UE sigue comprando gas a Rusia y lo paga en rublos. Como no pueden comprar petróleo directamente, hay países europeos que lo adquieren a armadores griegos o a refinerías indias, por supuesto que mucho más caro. Al mismo tiempo, al haber minado Ucrania el acceso a sus puertos sobre el Mar Negro, impide la salida del trigo que Europa necesita. Las distribuidoras de alimentos y de energía están aprovechando la coyuntura para aumentar los precios. En economías sin mecanismos de ajuste, tasas de inflación que rondan el 7% anual hunden a poblaciones enteras que ya vivían al borde de la pobreza. En el hemisferio norte está a punto de comenzar el verano. Habrá que ver de qué manera reaccionan los europeos, cuando al hambre sumen el frío.

Ucrania ya no está de moda, incluso los «socios extranjeros» están cansados de ella. Así lo afirmó Zelensky durante un encuentro con periodistas el pasado martes 7. Este “cansancio” de los líderes occidentales se hizo más que evidente en el choque verbal que el fin de semana pasado tuvo el presidente norteamericano con miembros del gobierno ucraniano. En una escapada de la Cumbre de las Américas Joe Biden concurrió el viernes 10 en Los Angeles a una cena con donantes del Partido Demócrata. Preguntado sobre el desencadenamiento de la guerra, el mandatario contó que el presidente de Ucrania «no quería oír» las advertencias sobre la invasión rusa. Biden dijo que «no había duda» de que Vladimir Putin había estado planeando «entrar», pero Volodymir Zelensky había desoído las advertencias de EE.UU.

 Foto AFP
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Con sumo disgusto reaccionó el portavoz presidencial ucraniano, Serhiy Nykyforov, a las declaraciones de Biden. Según él, su presidente había pedido en repetidas ocasiones a los socios internacionales que impusieran sanciones de forma preventiva, para obligar a Rusia a retirar las tropas estacionadas en la frontera con Ucrania. «Y aquí ya podemos decir que nuestros socios no quisieron escucharnos», dijo.

Las declaraciones del jefe de la Casa Blanca son, por lo menos, ambiguas: ¿quiso decir que ellos sabían que Putin de todos modos invadiría Ucrania y que Zelensky no quiso escucharlos? En ese caso, cabe la pregunta sobre qué le habrían aconsejado: ¿negociar o iniciar a su vez una guerra preventiva? ¿Por qué han seguido sosteniendo al mandatario ucraniano, si es tan negligente y obcecado? Por el contrario, si el presidente quiere decir que Zelensky debió haber negociado para impedir la invasión, ¿por qué no lo han presionado en los cuatro últimos meses para que negocie?

Parece aún faltar mucho para que Rusia y Ucrania negocien. La experiencia y el sentido común indican que quien tiene chance de vencer en una guerra la sigue hasta alcanzar alguno de sus objetivos, pero que, quien sabe que no puede vencer busca un alto el fuego, por lo menos para ganar tiempo. Sin embargo, el liderazgo ucraniano sigue enviando al frente a miles de reclutas inexpertos y, a pesar de las quejas de Kiev por el insuficiente apoyo recibido, la dirigencia occidental le sigue mandando armas, entrena a sus tropas y envía mercenarios.

“La OTAN busca conseguir que Ucrania pague el menor precio posible por la paz cuando se siente en la mesa de negociaciones con Rusia”, ha afirmado este domingo el secretario general del bloque militar, Jens Stoltenberg, de visita en Finlandia. «Nuestro apoyo miliar es un método de reforzar sus posiciones en la mesa de negociaciones cuando se sienten para conseguir un acuerdo de paz, ojalá sea pronto», indicó. No parece una alternativa realista, ya que, mientras Ucrania se niegue a negociar, Rusia seguirá su ofensiva y su contendiente será cada vez más débil. Por lo tanto, tendrá menos poder a la hora de negociar. Stoltenberg da la impresión de no saber a dónde quiere llegar y, entonces, sigue mandando armas de modo automático, para justificar su ceguera.

A esta falta de claridad sobre los objetivos occidentales contribuyen poderosamente también las contradictorias señales que emite el gobierno norteamericano. Mientras que Joe Biden, veterano de la Guerra Fría, insiste en advertir que, si Rusia utiliza armas nucleares tácticas para acabar la guerra en Ucrania, EE.UU. responderá con la misma moneda, miembros del Consejo de Seguridad Nacional declaran oficiosamente a los medios que “tal vez baste con adecuadas respuestas convencionales”. La claridad, consecuencia y coherencia de los mensajes que den los líderes de las principales potencias es una condición indispensable de la paz mundial. Tanto aliados como adversarios necesitan conocer el rumbo de la mayor superpotencia, para poder organizar racionalmente su actuación. La previsibilidad es un ingrediente esencial para el restablecimiento de la paz mundial. En EE.UU., empero, no queda claro quién fija la línea del gobierno ni cuáles son sus objetivos.

La derrota de Ucrania es ineluctable y el envío de armas occidentales sólo prolonga la guerra a costas de más vidas y de una mayor destrucción de la economía ucraniana. Un conflicto así sólo se lo puede resolver dialogando y cediendo lo necesario como para garantizar la seguridad de Rusia y la supervivencia de Ucrania, aunque sea en dimensiones reducidas.

En un momento tan peligroso debería haber en Occidente un liderazgo firme y unificado que dé a Rusia señales claras y la seguridad de que lo que se acuerde será de cumplimiento efectivo, pero no es el caso. La extrema oligarquización del capitalismo norteamericano y la subordinación del Estado a los intereses de unas pocas corporaciones y personas han esmerilado la autoridad presidencial. A esta condición estructural hay que añadir la debilidad física y neurológica del presidente. Así, cada fracción dentro del gobierno y de la alianza sigue su propio juego. Sólo algunos aparatos burocráticos, como el Pentágono, tienen consciencia de los límites impasables. Nadie en Washington o en Bruselas tiene el poder para fijar objetivos claros y consensuados, cada uno atiende su juego y todos lo hacen automáticamente.

Occidente no tiene en la guerra que se libra en Ucrania objetivos alcanzables y se limita a prolongar el conflicto enviando armas con la vana esperanza de mejorar la posición ucraniana en la venidera negociación. El problema es que, mandando equipamiento sin clara orientación política arriesga que los dirigentes de Kiev quieran subir la apuesta jugando a va banque y, atacando a Rusia, provoquen su reacción contra los proveedores de las armas. Mientras los líderes de la OTAN no cesen de mandar armas y no impongan a sus aliados en Kiev que negocien en serio, el riesgo de una extensión y ampliación de la guerra se mantendrá alto. Roguemos para que la razón vuelva a Occidente.

DOSSIER GEOPOLITICO DG le está invitando a la sexta Conferencia del Ciclo 2022

VI Conferencia: “La Geopolitica de la Ruta de la seda y el despliegue con América latina”

Sábado 11 de Junio 2022, 17,00 hs. de Argentina España 10,00 hs pm; Costa Rica 02,00 hs pm; Brasil 05,00 hs pm; Rusia 11,00 hs pm, Perú 15,00 hs pm

Disertará: El Sociólogo. Sebastian Schulz Becario Doctoral del CONICET. Doctorando en Ciencias Sociales y Especializando en Estudios Chinos (UNLP). Investigador del Centro de Estudios Chinos (Instituto de Relaciones Internacionales, UNLP) y del Centro de Investigaciones en Política y Economía. Integrante de los Grupos de Trabajo de CLACSO «China y el mapa del poder mundial» y «Geopolítica, integración regional y sistema mundial». Escribe en la revista digital “La ruta China”

Analizaremos: los cambios geopolíticos de la nueva realidad multipolar, los BRICS -China y el BRI- con los cambios que promueve en nuestra isla suramericana y en latinoamérica en general

Unirse a la reunión Zoom

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Después de veinte años de discusiones en 2023 se iniciará la construcción del ramal del sur de la ruta terrestre de la seda conectando Xinjiang con Kirguistán y Uzbekistán

Especial para Dossier Geopolitico por Eduardo J. Vior

Con la guerra en Ucrania y las sanciones contra Rusia, EE.UU. y el Reino Unido bloquearon los enlaces terrestres y aéreos entre Europa y China. De ese modo esperan someter duraderamente a los países de la UE y limitar la influencia de la Ruta de la Seda y la Franja (BRI, por su nombre en inglés) sobre la integración y desarrollo de Eurasia. No obstante, China no se rinde y acaba de decidir que el año próximo comenzará la construcción del ferrocarril China-Kirguistán-Uzbequistán. Los 523 kilómetros de esta línea no sólo impulsarán el desarrollo de la región occidental de Xinjiang, sino que conectarán estas dos naciones de Asia Central entre sí y con China por un extremo, con el Cáucaso, Turquía y Europa en una dirección y con Irán e India en la otra. Este nodo se vincula con otros proyectos ferroviarios y marítimos. Eurasia se une contra la dominación atlántica.

Sólo para atravesar las montañas de Kirguistán deberán construirse 90 puentes

El ferrocarril CKU creará importantes oportunidades comerciales para Kirguistán y Uzbequistán, a la vez que conectará directamente a China por ferrocarril con Oriente Medio, con beneficios derivados en toda la región.

Como anunció la semana pasada el Presidente de Kirguistán, Sadyr Yaparov, China ha decidido por fin iniciar en 2023 la construcción del tan esperado ferrocarril China-Kirguistán-Uzbequistán (CKU). Los retrasos se han debido a las enormes dificultades logísticas y técnicas, así como al elevado costo. Kirguistán es montañoso y la línea requerirá la perforación de más de 90 túneles, mientras que las condiciones climáticas del invierno también son difíciles.  El acceso a China se hará desde la terminal ferroviaria de Kashgar, en la provincia de Xinjiang Occidental, ya conectada a la red nacional china.

La ruta CKU unirá China, Kirguistán y Uzbequistán con Europa Central y Oriental a través de Irán y Turquía. Según los planes propuestos, la longitud total de la misma será de unos 523 kilómetros, incluyendo 213 kilómetros en China, 260 kilómetros en Kirguistán y unos 50 kilómetros en Uzbequistán.

Desde Uzbequistán puede conectarse con el ferrocarril Uzbequistán-Turkmenistán hasta el puerto de Turkmenbashi, en el mar Caspio, para allí enlazar con el puerto de Bakú, en Azerbaiyán, y llegar a los mercados de Georgia, Turquía y las naciones de la UE del mar Negro (Bulgaria y Rumanía) o dirigirse hacia el sur hasta los puertos iraníes del Caspio, como el de Anzali, y seguir hacia el sur por el ferrocarril que también se completará en 2023 a través del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC, por su nombre en inglés) hasta el puerto meridional iraní de Chabahar. Este tramo marítimo conduce a Oriente Medio, África Oriental e India.

Funcionarios uzbecos han dicho que, cuando esté terminado, el ferrocarril será la ruta más corta para transportar mercancías desde China a Europa y Oriente Medio, reduciendo el trayecto de carga en 900 kilómetros y ahorrando los envíos entre siete u ocho días. Las autoridades de Uzbequistán y Turkmenistán ya han planificado la conectividad bilateral en su tramo de la ruta CKU, mientras que Turkmenistán e Irán han hecho lo mismo. Irán también ha discutido la conectividad del INSTC con Catar.

Kirguistán es un pequeño país montañoso de Asia Central

La economía kirguisa es relativamente pequeña, con un PIB de algo menos de 8.000 millones de dólares y una población de apenas 6,5 millones. Se calcula que las exportaciones ascienden a unos 2.000 millones de dólares e incluyen oro, algodón, lana, prendas de vestir, carne, mercurio, uranio, electricidad, maquinaria y calzado. Importa bienes por valor de unos 4.500 millones de dólares, entre ellos petróleo y gas, maquinaria y equipos, productos químicos y alimentos. Sin embargo, la ubicación de Kirguistán lo hace ideal como centro de servicios de Asia Central, ya que también tiene frontera con Afganistán y se están proyectando enlaces ferroviarios con y a través de este país. El comercio exterior de Kirguistán aumentó un 19,5% en 2021 y cabe esperar que el país se convierta en un centro de fabricación y procesamiento ligero para el comercio entre China y Asia Central. Viendo la oportunidad, la plataforma rusa de comercio electrónico Wildberries acaba de establecer operaciones en el país.

La economía uzbeca se está abriendo en todas las direcciones

Uzbequistán, por su parte, es una de las principales apuestas de la CKU: el país está llevando a cabo importantes reformas y ha abierto su economía. Ello se ha traducido en la entrada en vigor de importantes acuerdos comerciales con el Reino Unido y la Unión Europea que incluyen a miles de productos que ahora pueden exportarse libres de impuestos. Esta evolución también se ha hecho patente en los mercados de capitales, donde el gobierno uzbeco emitió su primer eurobono en 2020, que ya fue sobresuscrito ocho veces. En agosto del año pasado Uzbequistán fue uno de los primeros países de la región en emitir un bono soberano de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), mientras que 15 de las principales empresas públicas y bancos uzbecos se preparan para una futura privatización, adelantándose a otras miles de empresas locales que buscan hacerlo.

Cabe esperar que los acuerdos comerciales de Uzbequistán sean un imán para los inversores chinos y rusos que buscan instalaciones uzbecas para la fabricación de productos de exportación. Uzbequistán no tiene salida al mar, pero cuenta con conexiones regionales hacia el norte, con Kazajistán y Rusia, y hacia el oeste, con Turkmenistán y el INSTC.

Desde Uzbequistán la CKU puede conectar con Kazajistán y Rusia. Hay que tener en cuenta que Uzbequistán es miembro observador de la Unión Económica Euroasiática (UEEA), que incluye a Armenia, Bielorrusia, Kirguistán, Kazajistán y Rusia, y es probable que se incorpore a ella en un futuro próximo. El país también tiene acuerdos de libre comercio con Irán y Vietnam y está en negociaciones con Egipto, los EAU, India y otras numerosas naciones de la ASEAN y algunas africanas.

La conectividad ferroviaria hacia el oeste vía Bakú, a través de Georgia y Turquía, sigue presentando cuellos de botella, aunque deberían resolverse en el transcurso de los próximos meses y, sin dudas, a mediados de 2023. Esta ruta del sur de China a Europa es cada vez más importante, dado que la ruta del norte a través de Rusia ha sido cerrada por la guerra y las sanciones occidentales.

En cuanto a Oriente Medio se trata de la ruta INSTC, que conectaría el puerto del Mar Caspio de Turkmenistán con el puerto del Caspio de Anzali, en Irán. La distancia marítima es de 304 millas náuticas. Desde allí, las mercancías pueden acceder a los importantes mercados iraníes, así como transitar hacia el sur a través de Irán hasta el puerto de Chabahar, en el Golfo de Omán. Está previsto que los tramos ferroviarios faltantes se completen durante 2023. El puerto de Chabahar ha sido objeto de una importante inversión por parte de India y en un principio iba a ser el principal corredor comercial entre Irán e India sin pasar por Paquistán. Sin embargo, esta ruta ha adquirido una mayor importancia estratégica por su acceso a Oriente Medio, África Oriental y el Sudeste Asiático.

Hay otros proyectos ferroviarios en marcha o en fase de planificación que también aumentarán el potencial de la CKU. Recientemente se ha reabierto la línea ferroviaria de carga Paquistán-Irán-Turquía, mientras que –con dificultades por el reciente golpe de estado prooccidental en Islamabad- se está construyendo la vía que une Paquistán con China, creando un bucle ferroviario total en Asia Central.

Toda Asia Central desea que Afganistán se rehabilite y el país ha firmado un memorando de entendimiento con Uzbequistán y Paquistán para construir un ferrocarril transafgano que lo atravesaría de norte a sur y conectaría Uzbequistán con el puerto paquistaní de Karachi. Turkmenistán también ha estado construyendo un ferrocarril hasta la frontera occidental de Afganistán y se está discutiendo un enlace con Herat, el centro industrial de este último país. Irán, en tanto, que también tiene frontera con Afganistán, participa en discusiones similares, con rutas previstas entre Irán y Afganistán que también conectarían con China. Como se puede ver, el ferrocarril CKU cambiará completamente el juego y la función de Asia Central. De ser un agujero, pasará a convertirse en el centro de la integración y el desarrollo de Eurasia.

Las potencias occidentales pretenden impedir este proceso desatando guerras en su periferia, pero, quebrada la dominación colonial (sobre todo en las cabezas de sus pueblos), ya nadie podrá impedir el restablecimiento de la unidad e interconexión entre el Mar Oriental de China y el Océano Atlántico, entre la estepa siberiana y el Océano Índico, que entre principios de nuestra era y el siglo XVIII tanto influyó sobre la historia del mundo. La periferia atlántica se está autoexcluyendo.

Como si fuera una cuestión infinita e inconmensurable, la tecnología asociada a la Web 3.0, no deja de sorprendernos segundo a segundo; y si bien las características de este tipo de tecnología cada vez más disruptiva y exponencial, es la descentralización y democratización entre otras cuestiones, se siguen sumando actores que han venido para quedarse en este nuevo entorno signado por el ciberespacio.

Las NFT tienen su origen en el término anglosajón Non Fungible Token, es decir un token no fungible, pero ¿qué significa esto? Y en verdad para poder entender y comprender en un todo y desde cero, es preciso remitirnos a la cuestión jurídica. En nuestro sistema jurídico argentino, más precisamente en el artículo 232 del derecho civil y comercial, donde se hace alusión a los bienes fungibles que son aquellos bienes que se pueden intercambiar, teniendo un valor especifico en función de su número, cantidad, medida o peso; un ejemplo de esto sería el papel moneda, el dinero tradicional; un billete de 10 dólares o 10 pesos es un bien fungible, porque se lo puede intercambiar sin problemas con otros billetes de igual, menor o mayor valor, no pierde su valor y se consume al utilizarlo. 

Por otro lado, los bienes no fungibles es algo que no se consume cuando se lo utiliza y no puede ser sustituido por otro similar por ejemplo una obra de arte como ser un cuadro, el cual no se puede intercambiar tan sencillamente como un billete. 

Es por ello que decimos que los token son unidades de valor que se asignan a un tipo o modelo de negocio, como puede ser el caso de las criptodivisas o criptomonedas. Y si bien ambos, las NFT y los criptoactivos, se encuentran íntimamente ligados, al menos en la cuestión tecnológica; a su vez también son opuestos, el ejemplo más claro seria el bitcoin que es una criptomoneda y por ende un bien fungible, mientras que la NFT es un bien no fungible, pero ambas en esencia son las dos caras de una misma moneda. 

En resumen y para pasar en limpio al bien fungible criptomoneda lo podemos intercambiar cuando querramos como se hace con el oro, es decir un valor de reserva, cuando hay demanda el precio sube, cuando hay intercambio el precio baja y así con cualquier otro bien fungible. Sin embargo, las NFT son no fungibles como una obra de arte es única y no existe otra igual si duplicados, triplicados, etc, el valor de la original siempre será superior a las copias, por eso se asocia las NFT con las obras de arte digitales al momento de ejemplificar. 

Hace poco días atrás en el Vaticano con el objeto de democratizar la educación y amplificar los vínculos entre las escuelas de todo el mundo y fomentar a su vez la Cultura del Encuentro Scholas Occurrentes, realizo el lanzamiento de su primera colección de NFTs, en la que se encontró presente el Papa Francisco; este evento que estuvo trazado por el arte digital, donde la tecnología blockchain juega un papel fundamental junto al nuevo universo de la internet que es el metaverso. Es dable destacar que en esta primera incursión en las NFTs se certificaron 1.200 piezas digitales artísticas. Por eso y para sintetizar la conceptualización de las NFTs son certificaciones que se le asigna a un bien digital y que se transforma en único e irrepetible, tiene un valor único, no pueden gastarse y poseen un archivo digital. 

A los efectos de continuar conociendo esta nueva temática como son las NFT, es importante saber qué tipo de tecnología utilizan para su creación, su función, y demás interrogantes que podamos tener. Por eso cuando hacemos alusión a NFT al igual que las criptomonedas la tecnología utilizada para que funcione es el blockchain, lo mismo que para incursionar y realizar transacciones en el metaverso, aunque estas no sean un tipo de monedas digital en sí mismas. Recordemos que el blockchain es una tecnología basada en una cadena de bloques de operaciones descentralizadas y públicas, mientras que el metaverso entendido como un nuevo mundo virtual, uno nuevo al que nos conectamos a través de dispositivos, que nos harán pensar que estamos realmente dentro de él, interactuando con todos sus elementos, o sea la internet después de la internet.

A raíz de esto mencionado ut-supra, la relación de los NFT con el blockchain, pasa por una cuestión primordial, como es el hecho de que esta tecnología garantiza que estos activos sean auditables, es decir, lo compradores de un activo único podrían hacer un seguimiento del mismo, por eso afirmamos el blockchain es el encargado de introducir los rasgos de interoperabilidad y carencia. Por eso, la relevancia de los NFT radica en que su procedencia puede asegurarse introduciendo un código en la programación, lo cual hace que, si la obra se vende a otro comprador, el creador de la misma recibirá un porcentaje a modo de remuneración por cada transacción que realiza; y esto a su vez provoco que el surgimiento de numerosos mercados de NFT está consiguiendo a diario que se haya convertido en un fenómeno en numerosas industrias. 

Ahora bien, es importante preguntarse ¿porque los NFT son claves para acceder al metaverso?, en artículos académicos anteriores expresábamos con total énfasis que todo este tipo de nuevas tecnologías van dando forma a la web 3.0, que es aquella donde se pretende una regulación del ciberespacio, también se pretende privacidad, está hecho para personas, las aplicaciones son inteligentes y tal cual lo mencionado más arriba basado en la tecnología blockchain, y por ende esta web 3.0 surge a través de la esta última tecnología y todo lo relacionado con ella, los gráficos 3D, la web semántica y por ende el metaverso. 

En fin, los NFT son una nueva modalidad de activos digitales, los cuales tienen características de ser únicos, indivisibles e inmutables, por eso la lógica indica que las oportunidades comerciales ilimitadas que ofrece el metaverso hacen que su fusión con los NFT sea la sucesión lógica con tecnología bloackchain. Además, los NFT pueden colaborar para obtener el acceso único y exclusivo en una determinada ubicación del metaverso, así como por ejemplo la escritura de una propiedad virtual; por eso las NFT son una de las claves fundamental para cambiar el diseño del metaverso, haciendo que se transformen las redes sociales convencionales de interacción, transacción y socialización del usuario. 

Entre ellos podemos mencionar: Una economía justa y transparente; nuevas experiencias de identidad; compras de propiedades; herramientas de marketing y control de acceso entre otras, amén de que posibilidades son infinitas y aún quedan muchísimas más por conocer. Por eso afirmamos que la fusión de los NFT, el metaverso y la tecnología blockchain, suponen un punto de inflexión y tiene un potencial que transformara más, aun el futuro. La combinación del mundo digital, activos reales y virtuales y además el nuevo sentido que dan a la economía y las experiencias sociales serán la clave para el futuro de nuestras interacciones.

Por último, es dable advertir y no dejar pasar por alto, algo sumamente importante como es la regulación de estos NFT, porque se torna más que necesario su instrumentación ante las dificultades regulatorias que conlleva la irrupción de las parcelas virtuales y por ende la criptoeconomia, por eso no resulta para nada asombroso hacer alusión a Metalaw o Metaverso Jurídico como el derecho en el mundo virtual destinado a brindar seguridad y reglas claras de juego tanto a proveedores como usuarios, como por ejemplo legislación y jurisdicción aplicable entre otras para la resolución de conflictos, que sin duras serán de carácter transnacionales. La falta de regulación global del ciberespacio en sí, ya es todo un gran desafío de los países del mundo conglomerados en naciones unidas y demás organismos multilaterales quienes aún no se han esforzado lo suficiente, más allá de reglamentaciones internacionales que no brindar el soporte jurídico necesario en estas cuestiones globales. 

“La creatividad es clave en esta etapa de la historia, que se construye segundo a segundo, y ante nosotros esta la misión de afrontar estas dificultades y oportunidades que se nos presentan, teniendo como fin la tan anhelada justicia social tecnológica”.

DR. MARIO RAMON DUARTE – ABOGADO (UCASAL) – JUEZ ADM. MUN. FALTAS (M/C) (2009-2020) – ESP. DERECHO PUBLICO (UCSF)

MIEMBRO DOSSIER GEOPLITICO (CORDOBA-ARG) – ACADEMICO AICTEH (VALENCIA-ESPAÑA) – SEMINARISTA BIOLAW AND BIOETC (UNIV. GEOR.-EEUU)

 Fuentes consultadas

https://www.enatic.org/noticias/9/los-nft-y-la-evolucion-de-la-economia-digital/

https://www.infobae.com/opinion/2022/05/20/nfts-blockchain-y-la-presencia-del-papa-como-se-vinculan-dos-mundos-distantes/

https://www.plainconcepts.com/es/nft-blockchain-metaverso/

https://www.xataka.com/basics/que-nft-como-funcionan

Desde la unión de Crimea con Rusia en marzo de 2014, la entrada al mar de Azov está totalmente controlada por Rusia. 

por el profesor Michel Chossudovsky – Global Research, 2022

El siguiente artículo es una revisión y actualización de un artículo anterior de GR de Michel Chossudovsky    . Proporciona un breve resumen de la geopolítica del Mar Negro y el Mar de Azov, así como algunas observaciones sobre la Guerra de Ucrania. (Actualizado el 5 de junio de 2022)

Introducción

Históricamente, el estrecho de Kerch  en el este de Crimea ha jugado un papel estratégico.

Constituye una puerta marítima estrecha que une el Mar Negro a través del Mar de Azov con las principales vías fluviales de Rusia, incluidos el Don y el Volga.

También asegura el tránsito marítimo desde el Mar Negro a Moscú sin mencionar la ruta marítima estratégica entre el Mar Caspio (a través del Canal Volga-Don) al Mar Negro y el Mediterráneo. 

Mapa: El Sistema Unido de Vías Navegables Profundas de la Rusia Europea.

El Volga también une el Mar Caspio con el Mar Báltico, así como con la ruta del Mar del Norte , a través de la Vía fluvial Volga-Báltico.  (Véase más arriba)

El Volga está conectado a un sistema de canales (a través de los lagos Onega, Ladoga) al  río Neva y San Petersburgo. (Ver mapa abajo)

Lo que está en juego es un sistema integrado de vías fluviales que conecte el Mar Negro y el Mar Caspio con el Báltico y la Ruta del Mar del Norte.

En este sentido, el estrecho de Kerch en el este de Crimea es estratégico.

La Unión de Crimea con Rusia de 2014 redefine la geografía y el tablero geopolítico de la cuenca del Mar Negro

Desde 2014, la reunión de Crimea con la Federación Rusa representó un gran revés para EE. UU. y la OTAN, cuyo objetivo de larga data era integrar a Ucrania en la OTAN, al tiempo que extendía la presencia militar occidental en la cuenca del Mar Negro. (Vea los detalles abajo)

Breves observaciones sobre la guerra de Ucrania:  el mar de Azov es estratégico. Ucrania no tiene acceso marítimo. 

En lo que respecta a la Guerra de Ucrania, el control de Rusia del Estrecho de Kerch juega un papel clave. En desarrollos recientes (junio de 2022), Rusia ahora controla toda la cuenca del Mar de Azov.

Ucrania no tiene acceso marítimo al Mar de Azov y al este de Ucrania , ni tiene poder naval en el Mar Negro.

Sin una armada (y sin una Fuerza Aérea destruida al principio a fines de febrero), Ucrania no está en condiciones de ganar esta guerra. Las Negociaciones de Paz iniciadas en Estambul a finales de marzo , que fueron objeto de sabotaje, constituyen la única solución. 

La Base Naval Berdyansk de Ucrania  (una iniciativa de Zelensky de 2020) en la costa occidental de Azov está bajo control ruso. Todos los puertos principales que se extienden desde Mariupol hasta Kherson están bajo control ruso.

Rusia ocupa Kherson y   controla el acceso de la principal vía fluvial de Ucrania, el Dniéper, hacia y desde el Mar Negro   ( ver el segundo mapa a continuación: El Dniéper es, en algunos aspectos, una vía marítima ) . El Dniéper es un importante corredor de transporte de carga de granos.

En el contexto de la Guerra de Ucrania, a través de sus usos militares en Donetsk y Lugansk, las fuerzas rusas han consolidado su control sobre toda la cuenca del Mar de Azov.

El siguiente mapa (2 de junio de 2022) indica las áreas de uso y control ruso desde el norte de Lugansk (territorios frente a Kharkov) hasta Kherson en el Dnieper.

Flashback: El Tratado de 2014 entre Rusia y Crimea

Con el Tratado del 18 de marzo de 2014 firmado entre Rusia y Crimea, la Federación Rusa ha ampliado su control sobre el Mar Negro y sobre el Mar de Azov.

Según el acuerdo entre Rusia y Crimea anunciado por el presidente Putin en 2014, dos “regiones constituyentes” de Crimea se unieron a la Federación Rusa: la “República de Crimea” y la “Ciudad de Sebastopol”. Ambos tienen el estatus de “regiones autónomas”. El estado de Sebastopol como entidad autónoma separada de Crimea está relacionado con la ubicación de la base naval de Rusia en Sebastopol.

Desde la desintegración de la Unión Soviética, Rusia mantuvo su base naval en Sebastopol en virtud de un acuerdo bilateral con Ucrania. Con la firma del Tratado del 18 de marzo de 2014, dicho acuerdo quedó nulo y sin efecto. Sebastopol, incluida la base naval rusa, se convirtió en parte de una región autónoma dentro de la Federación Rusa. Antes de marzo de 2014, la base naval no estaba dentro de Ucrania en virtud de un contrato de arrendamiento. Además, desde 2014, las aguas territoriales de Crimea pertenecen a la Federación Rusa.

Tras la unión de Crimea con Rusia, la Federación Rusa ahora controla una porción mucho mayor del Mar Negro, que incluye toda la costa de la península de Crimea. La parte oriental de Crimea –incluido el estrecho de Kerch– está bajo jurisdicción de Rusia. En el lado este del estrecho de Kerch se encuentra la región rusa de Krasnodar y extendiéndose hacia el sur se encuentran las ciudades portuarias de Novorossiysk y Sochi. 

La geopolítica de los oleoductos y gasoductos

Novorossiysk también es estratégico. Es el puerto comercial más grande de Rusia en el Mar Negro, en el cruce de los principales oleoductos y gasoductos entre el Mar Negro y el Mar Caspio.

Si bien la principal ruta estratégica del oleoducto se encuentra entre Novorossiysk y Bakú, existe un nexo de gasoductos entre Rusia, Kazajstán, Irán, Turkmenistán, que se conecta con China.

Antes de la “invasión” de Rusia a Ucrania el 24 de febrero de 2022, Putin firmó “un amplio acuerdo” con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev .

Estrecho de Kerch: Historia

Históricamente, el estrecho de Kerch ha jugado un papel estratégico. Constituye una puerta de entrada desde el Mar Negro a las principales vías fluviales de Rusia, incluidos el Don y el Volga.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la península de Kerch fue ocupada por la Alemania nazi (recuperada por el Ejército Rojo) y fue un importante punto de tránsito por tierra y agua.

En los meses más fríos del invierno, se convirtió en un puente de hielo que unía Crimea con la región de Krasnodar.

El estrecho de Kerch tiene unos 5 kilómetros de longitud y 4,5 km. de ancho en el punto más estrecho entre la punta de Crimea oriental y la península de Taman. Kerch es un importante puerto comercial vinculado a rutas ferroviarias, de transbordadores y fluviales.

imagen derecha: Estrecho de Kerch, foto tomada desde el lado de Crimea, (antes de la construcción del puente) ancho estrecho, vista aérea del estrecho y la península de Taman. 

El mar de Azov: centro geopolítico

Cabe destacar que, como resultado de la integración de Crimea en la Federación Rusa en 2014, Moscú obtuvo el control total del Estrecho de Kerch que une el Mar Negro con el Mar de Azov. Se anuló el acuerdo bilateral entre Rusia y Ucrania que rige la ruta marítima a través de los estrechos de Kerch.

El estrecho también constituye un punto de entrada a las principales vías fluviales de Rusia.

El mar de Azov se conecta con el río Don y el Volga, a través del canal Volga Don. A su vez, el Volga desemboca en el mar Caspio.

El estrecho de Kerch es estratégico.  El canal Kerch-Yenikalskiy permite el tránsito de grandes buques (oceánicos) desde el Mar Negro hasta el Mar de Azov.

Como se indicó anteriormente, el estrecho de Kerch une el mar Negro con el Volga a través del mar de Azov y el canal Volga Don, que a su vez se conecta con San Petersburgo y el mar Báltico. El Volga también se conecta con Moscú, a través del río Moscú a través del canal Volga-Moskva.

Nota: La cuenca del mar Caspio es, en cierto sentido, «sin salida al mar». Su único acceso al Mediterráneo y al Océano Atlántico es a través del Volga . Lo mismo se aplica a su acceso al Atlántico a través del Mar Báltico, oa través del Mar Blanco, el Mar de Barents y el Paso del Ártico Nororiental al Pacífico.

Canales estratégicos. En resumen

  1. Mar Caspio- Volga, Canal Volga-Don, Don, – Mar de Azov – Mar Negro, Mediterráneo
  2. Mar Negro- Mar de Azov -Don- Canal Volga Don -Volga -Canal Volga-Moskva, Río Moscú, Moscú
  3. Mar Negro- Mar de Azov -Don- Volga Don Canal -Volga -Neva, San Petersburgo, Mar Báltico
  4. Mar Caspio, Volga, Neva, Svir, Lago Onega, Canal del Mar Blanco, Mar  del Norte y Paso del Ártico Nororiental

Canal Volga-Don

Relaciones Rusia-Ucrania sobre el Estrecho de Kerch

En diciembre de 2013, Moscú realizó un acuerdo bilateral con el gobierno de Yanukovych en Kiev relacionado con la construcción de un puente a través del Estrecho de Kerch, conectando el este de Crimea (que era parte de Ucrania) con la región rusa de Krasnodar.

Ese acuerdo fue una continuación de un acuerdo inicial firmado en abril de 2010 entre los dos gobiernos.

El acuerdo Rusia-Ucrania 2013 relativo a la construcción del puente ya había sido desechado a todos los efectos antes del 16 de marzo de 2014.

Imagen derecha: el nuevo puente de Kerch une Crimea oriental (transporte por carretera y ferrocarril) con la región rusa de Krasnodar. (imagen derecha).

La unión de Crimea con Rusia ya estaba en trámite antes del referéndum, era un hecho consumado .

Menos de dos semanas antes del Referéndum del 16 de marzo de 2014, en el punto álgido de la crisis en Ucrania, el Primer Ministro de Rusia, Dmitry Medvedev , ordenó a la corporación estatal de construcción de carreteras Avtodor, o «Autopistas Rusas» «que creara una empresa subsidiaria que supervisaría la construcción de un puente sobre el estrecho de Kerch”.

Este puente está orientado a las rutas de transporte ferroviario que unen Europa Occidental y Oriental con la cuenca del Mar Caspio, Kazajstán y China. Por lo tanto, es una parte integral del Proyecto Euroasiático (que se vincula con la iniciativa Belt and Road de China).  La fuente original de este artículo es Global ResearchCopyright © 

Prof. Michel Chossudovsky , Global Research, 2022

FUENTE: https://www.globalresearch.ca/black-sea-geopolitics-and-russias-control-of-strategic-waterways-the-kerch-strait-and-the-sea-of-azov/5661045

El acuerdo entre Moscú y Ankara para que Ucrania pueda exportar su trigo fortalece su complementación en el Mar Negro, Siria y el norte de África a costas de EE.UU. y los europeos.

POR EDUARDO J. VIOR TELAM

Desde que empezó la “operación militar especial” de Rusia en Ucrania los precios de la energía y los alimentos se han disparado. Las sanciones económicas y comerciales contra Rusia han dejado a Europa sin el gas ruso y disparado los costos de producción. En tanto, el minado por Ucrania de sus puertos sobre el Mar Negro ha inflado los precios internacionales del trigo, amenazando a los países árabes y a África con una gigantesca hambruna.

En ambos casos los ganadores netos son las grandes empresas norteamericanas. Por ello, el acuerdo que Rusia y Turquía alcanzaron este lunes para facilitar el tránsito de las naves que llevan el trigo ucraniano muestra a ambas potencias como rivales razonables y les sirve de pie para avanzar con acuerdos sobre Siria y el norte de África que les permitan competir disminuyendo los riesgos de conflicto.

Según el diario moscovita Izvestia el gobierno ruso ha acordado con Ankara un plan para liberar los envíos de grano desde Odesa y otros puertos ucranianos. «En las aguas territoriales del país vecino las fuerzas militares turcas se encargarán del desminado y escoltarán los barcos hasta las aguas neutrales», dice el informe. Luego los buques de guerra rusos acompañarían hasta el Bósforo a los barcos que transportan el grano. Para cerrar el acuerdo, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, llega a Ankara el miércoles 8.

Por su parte, el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, ha afirmado que se está trabajando con la ONU para alcanzar un acuerdo sobre un corredor para las exportaciones ucranianas por el Mar Negro, pero que los problemas entre Moscú y Kiev persisten. En una entrevista televisada el martes desde la sede de la agencia estatal Anadolu en Ankara, Cavusoglu aclaró que Lavrov va a Turquía acompañado por una delegación militar. «Estamos planeando establecer un centro en Estambul para observar el corredor», dijo el alto diplomático turco.

La ofensiva rusa en Ucrania y las sanciones occidentales han interrumpido el suministro de trigo y otros productos básicos de los dos países que producen el 30 por ciento del suministro mundial de trigo, alimentando la preocupación por el riesgo de escasez y hambre en todo el mundo. Decenas de buques portacontenedores están bloqueados en los puertos ucranianos, impidiendo las exportaciones de trigo, aceite de girasol y otros alimentos, así como de fertilizantes para los cultivos.

La navegación en el Mar Negro se ha visto obstaculizada por las minas sobre cuyo origen se acusan recíprocamente ambas partes beligerantes. Mientras tanto, en una conversación telefónica con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan el lunes, el presidente ruso Vladimir Putin dijo que Rusia estaba dispuesta a facilitar en coordinación con Turquía la exportación sin trabas del grano desde los puertos ucranianos.

Los presidentes de Turqua y Rusia Recep T Erdogan y Vladimir Putin se han reunido en varias ocasiones
Los presidentes de Turquía y Rusia, Recep T. Erdogan y Vladimir Putin se han reunido en varias ocasiones

En la entrevista Cavusoglu abordó un amplio abanico de cuestiones nacionales y mundiales. Ante una pregunta sobre una posible venta de F-16 norteamericanos a Turquía, evaluó que el Congreso estadounidense se inclinaba por autorizar la venta. En tanto, sobre una posible operación antiterrorista en el norte de Siria, afirmó que su país «eliminará todas las amenazas terroristas en casa y en el extranjero, en Siria y donde sea». En tanto, sobre la militarización de las islas orientales del Egeo por parte de Grecia, el ministro sostuvo que Atenas violaba el estatus de la región fronteriza y pidió a Atenas que las desmilitarice, recordándole que «de lo contrario, comenzará un debate sobre la soberanía».

También habló de las relaciones con Israel, diciendo que debería haber un reparto justo entre Israel y Palestina sobre una posible Zona Económica Exclusiva de Gaza. Cavusoglu informó asimismo que Ankara y Riad estaban de acuerdo en que el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman visite próximamente Turquía, pero que aún no se ha fijado la fecha.
En la misma entrevista opinó que sigue existiendo la posibilidad de sentar a los líderes de Ucrania y Rusia a la mesa de negociaciones.

El acuerdo entre Rusia y Turquía, para restablecer el transporte de granos ucranianos a través del Mar Negro tiene su complemento en su entendimiento sobre Siria. Como ambos escenarios son muy importantes para la seguridad nacional de las dos potencias, coinciden en no interferir en las operaciones de la otra, aunque las consideren ilegítimas y no duden en decirlo públicamente.

El presidente turco Erdogan reveló recientemente que su país tiene la intención de cumplir pronto sus planes para establecer en el norte de Siria una «zona segura» de 30 kilómetros de profundidad. Tanto Rusia como EE.UU. advirtieron contra la medida, diciendo la primera que sería ilegal sin la aprobación de Damasco y que sólo el gobierno legítimo de la República Árabe puede garantizar de forma sostenible la seguridad a lo largo de la parte siria de la frontera internacional, mientras que el segundo advirtió que «actores malignos» podrían aprovechar la situación para sembrar más inestabilidad regional.

No obstante, Ankara sigue empeñada en fijar en ese Estado vecino sus líneas rojas de seguridad nacional de una manera comparable con la motivación de Moscú para su actual operación militar especial en Ucrania.

Desde las primeras conversaciones de paz de Astana, en enero de 2017, Rusia y Turquía han estado coordinando sus movimientos en Siria con el fin de evitar cualquier choque involuntario entre sus fuerzas. Hasta ahora sus líderes han logrado regular responsablemente su rivalidad, aunque siguen compitiendo entre sí allí y en otros lugares de Afro-Eurasia, como el norte de África y el Cáucaso meridional.

El conflicto ucraniano es otro caso en el que sus intereses no están perfectamente alineados, como lo demuestra la condena de Ankara a la campaña de Moscú y el envío de drones a Kiev. Para ser justos, el armamento que Rusia proporciona al Ejército Árabe Sirio (SAA, por su nombre en inglés) podría, en teoría, ser utilizado contra Turquía, por lo que se trata en cierto modo de una intervención comparable a la de Turquía en Ucrania.

Por el estrecho del Bsforo se pasa del Mar Negro al Mar Mediterraneo
Por el estrecho del Bósforo se pasa del Mar Negro al Mar Mediterraneo

A pesar de sus diferencias en Ucrania y Siria, las relaciones ruso-turcas siguen siendo bastante estables, lo que contradice las expectativas de muchos que esperaban un choque entre ambas. De hecho, en el frente ucraniano Ankara se niega a sancionar a Rusia y ahora el presidente Erdogan acordó con Putin limpiar las minas navales de Ucrania para reabrir la navegación internacional, Asimismo Ankara pospuso o canceló las provocadoras maniobras de la OTAN en el Mar Negro y no autorizó el pasaje de buques norteamericanos o británicos por el Bósforo. Estas son las acciones de un liderazgo muy pragmático que entiende que es mejor desescalar las tensiones en pos de intereses compartidos.

Dichos intereses podrían referirse especulativamente a un quid pro quo sobre Siria y Ucrania, por el que Ankara alivia la presión occidental liderada por Estados Unidos sobre Moscú en el primer caso, a cambio de que el Kremlin corresponda en el segundo. En la práctica, Moscú podría permanecer inactivo mientras Ankara elimina a los grupos armados del norte de Siria, mientras «aconseja» discretamente a Damasco que «se retire» y no responda a lo que ambos consideran oficialmente una operación ilegal. El Kremlin podría enviar más armas a su aliado, al igual que Turquía ha enviado a Ucrania, pero con la seguridad de que Siria no las utilizará contra esas fuerzas armadas extranjeras, porque Rusia no quiere tener en Siria una guerra por delegación con Turquía.

Independientemente de la opinión de cada uno sobre las operaciones del otro en terceros países, no se puede negar que se están comportando entre sí de forma muy pragmática, realista y responsable. En realidad, Turquía ha demostrado tener una política exterior verdaderamente independiente dirigida a maximizar la autonomía estratégica de Turquía en la Nueva Guerra Fría.

De continuarse, esta competencia controlada por el entendimiento mutuo podría tener fuertes consecuencias en Oriente Medio y el norte de África. Turquía es un fuerte aliado de Catar y el ministro Lavrov estuvo la semana pasada en Riad reunido con el heredero del trono saudí y los gobernantes de los Emiratos y de Bajrein. Rusia, en tanto, tiene una estrecha alianza con Irán, que, a su vez, está enfrentado con los sauditas y los jeques del Golfo y compite con Turquía.

En Libia, por su parte, Turquía apoya al gobierno de Trípoli, mientras que Rusia y Egipto sostienen en el este del país al general Jalifa Haftar. En Malí, en cambio, ambas potencias coinciden en apoyar al gobierno de transición en su lucha contra el Estado Islámico y en su esfuerzo por neutralizar la influencia neocolonial de Francia.

En un mundo que se reorganiza cada cual atiende su juego. Prolongando la guerra en Ucrania, EE.UU. somete a Europa e intenta desgastar a Rusia, pero está enfrascada en una infructuosa competencia con China. Rusia, por su parte, expande sus fronteras hacia el oeste y el Mar Negro, disminuye la influencia de los oligarcas ligados a la banca occidental y conquista los mercados de Asia Central. Con sus exitosos drones Turquía conquista mercados e influencia en el Cáucaso, Oriente Medio y África. Ankara y Moscú tienen muchos intereses contrapuestos, pero se respetan y en algunos casos hasta cooperan. Cada espacio que ambas ganan deja menos margen de maniobra a europeos y norteamericanos.

Detrás de la Razón con Roberto de la Madrid junto a Francisco Javier Martinez analizamos la IX Cumbre las Americas Los Angeles USA 6 al 10 de Junio 2022

DESAFÍO PARA EEUU Y PESADILLA PARA BIDEN – Lic. Carlos A. Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico DG

Entrevista completa VIDEO:

Frente al «fárrago» de noticias y opiniones que genera el poder de la «narrativa» occidental investida de «emoción» y reforzada de una presión sin precedentes de la guerra de la información que deforma, desfigura la realidad, creo necesario contrastar con lo que dicen desde Rusia la opinión de Vladimir Putin entrevistado en Sochi por Pavel Zarubin

Pavel Zarubin: Señor presidente, acabamos de seguir su reunión con el líder de Senegal, quien también es el actual líder de la Unión Africana . Expresó, y de hecho en la última semana muchos países han expresado su preocupación no tanto por la crisis alimentaria, sino que temen una hambruna a gran escala porque los precios mundiales de los alimentos están subiendo y también los precios del petróleo y el gas. Estos temas están interrelacionados.

Naturalmente, Occidente también culpa a Rusia por esto. ¿Cuál es la situación real en este momento, cómo se está desarrollando? ¿Y qué cree que pasará en los mercados de alimentos y energía?

Presidente de Rusia Vladimir Putin: Sí, de hecho, estamos viendo intentos de responsabilizar a Rusia por los desarrollos en el mercado mundial de alimentos y los crecientes problemas allí. Debo decir que este es otro intento de echarle la culpa a otra persona. ¿Pero por qué?

En primer lugar, la situación del mercado mundial de alimentos no empeoró ayer, ni siquiera con el lanzamiento de la operación militar especial de Rusia en Donbass, Ucrania.

La situación se deterioró en febrero de 2020 durante los esfuerzos para contrarrestar la pandemia de coronavirus cuando la economía mundial estaba baja y tuvo que reactivarse.

Las autoridades financieras y económicas de los Estados Unidos, de todas las cosas, no encontraron nada mejor que destinar grandes cantidades de dinero para apoyar a la población y ciertos negocios y sectores económicos.

En general, hicimos casi lo mismo, pero les aseguro que fuimos mucho más precisos y los resultados son obvios: lo hicimos de manera selectiva y obtuvimos los resultados deseados sin afectar los indicadores macroeconómicos, incluido el crecimiento excesivo de la inflación.

La situación era bastante diferente en los Estados Unidos. La oferta monetaria en los Estados Unidos creció en 5,9 billones en menos de dos años, desde febrero de 2020 hasta finales de 2021: una productividad sin precedentes de las máquinas de impresión de dinero. La oferta total de efectivo creció un 38,6 por ciento.

Aparentemente, las autoridades financieras estadounidenses creían que el dólar era una moneda global, y se extendería, como de costumbre, como lo hizo en años anteriores, se disolvería en la economía global, y Estados Unidos ni siquiera lo sentiría. Pero eso no sucedió, no esta vez. De hecho, gente decente, y hay gente así en los Estados Unidos, el secretario del Tesoro dijo recientemente que habían cometido un error. Entonces, fue un error cometido por las autoridades financieras y económicas de los EE. UU. No tiene nada que ver con las acciones de Rusia en Ucrania, no tiene ninguna relación.

Y ese fue el primer paso, y un gran paso, hacia la desfavorable situación actual del mercado de alimentos, porque, en primer lugar, los precios de los alimentos inmediatamente subieron, crecieron. Esta es la primera razón.

La segunda razón fueron las políticas miopes de los países europeos y, sobre todo, la política de la Comisión Europea en materia energética. Vemos lo que está pasando allí. Personalmente, creo que muchos actores políticos en los Estados Unidos y Europa se han estado aprovechando de las preocupaciones naturales de las personas sobre el clima, el cambio climático, y comenzaron a promover esta agenda verde, incluso en el sector energético.

Todo parece estar bien, excepto por las recomendaciones sin reservas y sin fundamento sobre lo que se debe hacer en el sector energético. Las capacidades de los tipos alternativos de energía están sobreestimadas: solar, eólica, cualquier otro tipo, energía de hidrógeno; esas son buenas perspectivas para el futuro, probablemente, pero hoy en día, no se pueden producir en la cantidad requerida, con la calidad requerida y a un precio aceptable. Y al mismo tiempo, comenzaron a restar importancia a las energías convencionales, entre ellas, y sobre todo, los hidrocarburos.

¿Cuál fue el resultado de esto? Los bancos dejaron de otorgar préstamos porque estaban bajo presión. Las compañías de seguros dejaron de asegurar acuerdos. Las autoridades locales dejaron de asignar terrenos para ampliar la producción y redujeron la construcción de transporte especial, incluidos los oleoductos.

Todo esto condujo a una escasez de inversión en el sector energético mundial y, como resultado, aumentos de precios. El viento no fue tan fuerte como se esperaba durante el año pasado, el invierno se prolongó y los precios se dispararon instantáneamente.

Además de todo eso, los europeos no escucharon nuestras persistentes solicitudes de preservar los contratos a largo plazo para el suministro de gas natural a los países europeos. Empezaron a liquidarlos. Muchos siguen siendo válidos, pero comenzaron a liquidarlos. Esto tuvo un efecto negativo en el mercado energético europeo: los precios subieron. Rusia no tiene absolutamente nada que ver con esto.

Pero tan pronto como los precios del gas comenzaron a subir, los precios de los fertilizantes siguieron su ejemplo porque el gas se usa para producir algunos de estos fertilizantes. Todo está interconectado. Tan pronto como los precios de los fertilizantes comenzaron a crecer, muchas empresas, incluidas las de países europeos, dejaron de ser rentables y comenzaron a cerrar por completo. La cantidad de fertilizante en el mercado mundial se hundió y los precios se dispararon dramáticamente, para sorpresa de muchos políticos europeos.

Sin embargo, les advertimos sobre esto, y esto no está relacionado de ninguna manera con la operación militar de Rusia en Donbass. Esto no tiene nada que ver con eso.

Pero cuando lanzamos nuestra operación, nuestros llamados socios europeos y estadounidenses comenzaron a tomar medidas que agravaron la situación tanto en el sector alimentario como en la producción de fertilizantes.

Por cierto, Rusia representa el 25 por ciento del mercado mundial de fertilizantes. En cuanto a los fertilizantes de potasio, Alexander Lukashenko me dijo esto, pero deberíamos verificarlo dos veces, por supuesto, aunque creo que es cierto: cuando se trata de fertilizantes de potasio, Rusia y Bielorrusia representan el 45 por ciento del mercado mundial. Esta es una cantidad enorme.

El rendimiento del cultivo depende de la cantidad de fertilizante puesto en el suelo. Tan pronto como quedó claro que nuestros fertilizantes no estarían en el mercado mundial, los precios de los fertilizantes y los productos alimenticios se dispararon instantáneamente porque si no hay fertilizantes, es imposible producir la cantidad requerida de productos agrícolas.

Una cosa lleva a la otra y Rusia no tiene nada que ver. Nuestros socios cometieron una serie de errores y ahora están buscando a alguien a quien culpar. Por supuesto, Rusia es el candidato más adecuado a este respecto.

Pavel Zarubin: Por cierto, se acaba de informar que la esposa del jefe de nuestras mayores empresas de fertilizantes ha sido incluida en el nuevo paquete europeo de sanciones.

¿A qué conducirá todo esto en su opinión?

Vladimir Putin: Esto empeorará una mala situación.

Los ingleses y luego los americanos -los anglosajones- impusieron sanciones a nuestros fertilizantes. Luego, al darse cuenta de lo que estaba pasando, los estadounidenses levantaron sus sanciones, pero los europeos no. Ellos mismos me están diciendo durante los contactos: sí, hay que pensarlo, hay que hacer algo al respecto, pero hoy acaban de agravar esta situación.

Esto empeorará la situación en el mercado mundial de fertilizantes y, por lo tanto, las perspectivas de cosecha serán mucho más modestas y los precios seguirán subiendo, eso es todo. Esta es una política absolutamente miope, errónea, diría yo, simplemente estúpida que lleva a un punto muerto.

Pavel Zarubin: Pero Rusia es acusada por funcionarios de alto rango de impedir que salga el grano que realmente está allí, en los puertos ucranianos.

Vladimir Putin: Están fanfarroneando, y explicaré por qué.

Primero, hay algunas cosas objetivas, y las mencionaré ahora. El mundo produce alrededor de 800 millones de toneladas de grano de trigo por año. Ahora nos dicen que Ucrania está lista para exportar 20 millones de toneladas de trigo. Entonces, 20 millones de toneladas de 800 millones de toneladas equivalen al 2,5 por ciento. Pero si partimos del hecho de que el trigo representa solo el 20 por ciento de todos los productos alimenticios del mundo, y este es el caso, estos no son nuestros datos, provienen de la ONU, esto significa que estos 20 millones de toneladas de trigo ucraniano son sólo el 0,5 por ciento, del total de alimentos mundiales, prácticamente nada. Este es el primer punto.

El segundo. 20 millones de toneladas de trigo ucraniano son exportaciones potenciales. Hoy, los organismos oficiales estadounidenses también dicen que Ucrania podría exportar seis millones de toneladas de trigo. Según nuestro Ministerio de Agricultura, la cifra no es de seis, sino de unos cinco millones de toneladas, pero bueno, supongamos que son seis, además podría exportar siete millones de toneladas de maíz; esta es la cifra de nuestro Ministerio de Agricultura. Nos damos cuenta de que esto no es mucho.

En el año agrícola actual de 2021-2022, exportaremos 37 millones y, creo, aumentaremos estas exportaciones a 50 millones de toneladas en 2022-2023. Pero esto es apropiado, por cierto.

En cuanto al envío de grano ucraniano, no lo estamos evitando. Hay varias formas de exportar granos.

El primero. Puede enviarlo a través de los puertos controlados por Ucrania, principalmente en el Mar Negro: Odessa y puertos cercanos. No minamos los accesos al puerto: Ucrania lo hizo.

Ya les he dicho a todos nuestros colegas muchas veces: que desminen los puertos y que se vayan los barcos cargados de grano. Garantizaremos su paso pacífico a aguas internacionales sin ningún problema. No hay problemas en absoluto. Avanzar.

Deben limpiar las minas y levantar los barcos que hundieron a propósito en el Mar Negro para dificultar la entrada a los puertos del sur de Ucrania. Estamos listos para hacer esto; no utilizaremos el proceso de desminado para iniciar un ataque desde el mar. Ya he dicho esto. Este es el primer punto.

El segundo. Hay otra oportunidad: los puertos en el Mar de Azov, Berdyansk y Mariupol, están bajo nuestro control, y estamos listos para garantizar una salida sin problemas de estos puertos, incluso para el grano ucraniano exportado. Adelante por favor.

Ya estamos trabajando en el proceso de desminado. Estamos completando este trabajo: en un momento, las tropas ucranianas colocaron tres capas de minas. Este proceso está llegando a su fin. Crearemos la logística necesaria. Esto no es un problema; nosotros haremos esto. Este es el segundo punto.

El tercero. Es posible transportar cereales desde Ucrania a través del Danubio ya través de Rumania.

Cuatro. También es posible a través de Hungría.

Y quinto, también es posible hacerlo a través de Polonia. Sí, hay algunos problemas técnicos porque las vías son de diferente ancho y hay que cambiar los bogies de las ruedas. Pero esto solo lleva unas pocas horas, eso es todo.

Finalmente, la forma más fácil es transportar granos a través de Bielorrusia. Esta es la forma más fácil y económica porque desde allí se puede enviar instantáneamente a los puertos del Báltico y más allá a cualquier lugar del mundo.

Pero tendrían que levantar las sanciones de Bielorrusia. Aunque este no es nuestro problema. En cualquier caso, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, lo expresa así: si alguien quiere resolver el problema de la exportación de cereales ucranianos, si este problema existe, utilice la forma más sencilla: a través de Bielorrusia. Nadie te detendra.

Entonces, el problema de enviar granos fuera de Ucrania realmente no existe.

Pavel Zarubin: ¿Cómo funcionaría la logística para enviarlo desde los puertos bajo nuestro control? ¿Cuáles serían las condiciones?

Vladímir Putin: Sin condiciones.

Ellos son bienvenidos. Brindaremos un paso pacífico, garantizaremos accesos seguros a estos puertos y aseguraremos la entrada segura de barcos extranjeros y el paso a través del Mar de Azov y el Mar Negro en cualquier dirección.

Por cierto, varios barcos están atascados en puertos ucranianos en este momento. Estos son barcos extranjeros, docenas de ellos. Simplemente están encerrados y sus tripulaciones siguen siendo rehenes.

Están quienes son fieles, y luego está la Unión Europea. La verdad inocultable ya explota en los medios de comunicación europeos que revelan la catástrofe económica y alimentaria que se cierne sobre el bloque comunitario ‘gracias’ a su ‘fidelidad’ hacia EEUU, demostrando ‘ser más papista que el Papa’.

Entrevista al Director de Dossier Geopolitico Lic. Carlos Pereyra Mele, por Javier Benitez para Sputnik Internacional

La paradoja de la UE

Hay una frase popular y que se aplica a una diversa clase de situaciones y que recorre redes sociales, y que dice: «Quédate con quien te mira como…». En este caso, en EEUU las autoridades se dirán a sí mismas: «Quédate como quien se autoflagela por ti y está dispuesta a llevar a sus ciudadanos a la miseria y al hambre, como la Unión Europea».

Y es que el sacrificio al que están llevando las autoridades comunitarias a sus ciudadanos, sin importarle lo más mínimo, al punto de pedir que acopien alimentos por varios días, como ha pedido Alemania a sus paisanos esta misma semana, o como el propio país germano ha pedido también a sus ciudadanos ducharse menos, o lavar menos la ropa, es tal, que llegan al punto de ser incomprensible para quienes puedan tomar distancia para mirar la situación con perspectiva. Dicho de otra forma: las autoridades de la UE están jugando con los bolsillos de sus ciudadanos, quienes son los que realmente van a sufrir.

En este sentido, las alarmas suenan cada vez más fuertes y frecuentes en el viejo continente, y se refleja en titulares de varios medios que anticipan el apocalipsis: «La inflación destroza todas las previsiones en la Eurozona y mete en un lío al BCE tras marcar otro máximo histórico», titula El Economista.

AUDIO

«La ruptura total de relaciones con Rusia podría rebajar el crecimiento a la mitad y elevar 1,7 puntos más el IPC», titula en tanto el periódico ABC de España, marcando otro ejemplo de la hecatombe. Y otros que ya son el acabose para las propias autoridades que quieren echarle la culpa de todos los males a Rusia: «El Banco de España desmiente al Gobierno: la inflación comenzó a repuntar mucho antes de la guerra», titula el diario El Mundo de España.

Baño de realidad europea

«Esto es la crónica de una muerte anunciada, como venimos diciendo hace mucho tiempo», dice al respecto el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele.

El analista hace una radiografía demoledora. «Este es un momento crucial en el que Europa se ha despertado de un sueño en el que pareciese que es un parque de atracciones con muchas luces, demasiado ruido, y sobradas fantasías. Pero está saliendo el sol, y ahora viene a verse la realidad. Esta es la situación: hoy hay demasiados frentes, no tiene nada que ofrecer, salvo promesas, y por lo tanto, no está en posición de torcer la realidad y la historia».

«La UE ha sido un fracaso del sistema neoliberal y un fracaso del sistema que se planteó hace muchos años de una unidad europea, pero no expandida como la actual», sentencia Carlos Pereyra Mele.

AUDIO completo para los paises donde se censura la verdad bajo la hipocresia de hablar de valores como verdad y libertad

https://podcasts.apple.com/us/podcast/s%C3%AD-bwana-la-ue-m%C3%A1s-papista-que-el-papa-est%C3%A1/id1577217743?i=1000565190217

El 18 de mayo en Moscú, los secretarios generales de la Organización de Cooperación de Shanghai y de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva fijaron los principales parámetros de cooperación entre dos de las principales expresiones del nuevo mundo multipolar. A este nuevo ordenamiento mundial, más justo y solidario, la Argentina podría sumarse en forma concreta a partir de una invitación formal: la cumbre virtual de los Brics, de la que China será anfitrión.

POR HERNANDO KLEIMANS TELAM

El 18 de mayo en Moscú se produjo un acontecimiento que, por supuesto, ocupó poco espacio en los medios de comunicación hegemónica del “Occidente democrático”. Los secretarios generales de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCSh)(1)  y de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC)(2)  fijaron los principales parámetros de cooperación entre dos de las principales expresiones del nuevo mundo multipolar. En síntesis, se trata de más de la mitad económica, política y social del planeta. Por supuesto, los datos estadísticos que lo confirman están al alcance de todos.

El escueto comunicado oficial destaca específicamente la “existencia de la necesaria y sólida base legal” para el incremento de la cooperación bilateral entre la OCSh y la OTSC que incluyan, además de diversas formas de interacción y la práctica de reuniones cumbres, “la mutua participación en las actividades organizadas” por ambas partes.

Esas actividades conjuntas fueron definidas por primera vez en 2007: “proveer a la seguridad y la estabilidad regional e internacional; contrarrestar el terrorismo; luchar contra el narcotráfico; interceptar el contrabando ilegal de armamentos y enfrentar al crimen organizado transnacional”.

El último antecedente de la acción conjunta de ambas organizaciones ocurrió a principios de este año en dos acontecimientos casi simultáneos: la precipitada retirada (huida) estadounidense de Afganistán con la consiguiente llegada al poder de los talibanes y el intento de golpe de estado en Kazajstán. El común denominador en ambos casos fue el propósito del narcotráfico por tomar el control de una estratégica región del Asia Central y reflotar el proyecto del Estado Islámico o Gran Califato. La OCSh y la OTSC prácticamente establecieron un cordón sanitario en las fronteras norte de Afganistán e hicieron saber a la dirigencia talibana que respaldarían el nuevo régimen afgano en el marco del respeto al derecho internacional, la lucha contra el narcotráfico y la preservación de la estabilidad en toda la región. Como resultado de su aceptación, el gobierno talibán recibe ayuda directa de ambas organizaciones, incluyendo la gestión conjunta de importantes proyectos de infraestructura económica.

En Kazajstán, para la misma época, la red del narcotráfico financiada por grandes intereses financieros mundiales, la que tiene su centro en el “triángulo de oro” asiático intentó desestabilizar el gobierno del presidente Kasim-Yomart Tokáev, respaldándose en los círculos mafiosos del anterior gobierno de Nursultán Nazarbáiev. Mientras la OCSh ponía en marcha un dispositivo de seguridad colectiva y control de fronteras, la OTSC envió un contingente conjunto de fuerzas militares que contribuyó al rápido restablecimiento del control por parte del gobierno constitucional kazajo.

En ambos casos y contra la infundada opinión de Washington que a priori condenó la “invasión rusa”, en contados días, prácticamente sin violencia, la situación se normalizó y los respectivos gobiernos retomaron su gestión independiente. Las fuerzas extranjeras se retiraron tanto de las ciudades kazajas como de las regiones fronterizas. Fue una inédita demostración de la nueva realidad internacional, precisamente contraria a la tradicional, indefinida y cruenta ocupación de la OTAN y Washington en los Balcanes, en el Magreb africano, en Siria o en Somalía, y a la desenfadada injerencia colonial del Departamento de Estado en casi todos los países de nuestro continente latinoamericano.

La gestión conjunta de la OCSh y la OTSC tiene su correlato en el funcionamiento de entidades interregionales como los BRICS, la Liga Árabe, la remozada ANSEAN o nuestra CELAC. Se trata de un tejido mundial de intereses horizontales que se contraponen al verticalismo que pretende imponer el obsoleto mundo unipolar, hegemonizado por los Estados Unidos.

El Nuevo Banco de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) ya asiste financieramente a 80 países con asignaciones superiores a los 30.000 millones de dólares, destinadas a proyectos de infraestructura, energético y de transporte. Por cierto, un nuevo “cliente” del banco es Uruguay. La OPEP+ coordina y controla el mercado mundial del petróleo (y en breve el del gas) hasta tal punto que Arabia Saudita y Catar, dos conspicuos miembros del triunvirato principal (el tercero es Rusia), no le atienden el teléfono al olvidadizo Joe Biden, quien les reclama infructuosamente que violen el acuerdo OPEP+ de control sobre la producción y el precio del crudo.

El anciano presidente norteamericano incluso no logró que su colega indonesio, Joko Widodo, vetara la presencia de Rusia en la cumbre del G-20 en Balí, en noviembre próximo. El Kremlin ya confirmó la asistencia de Vladímir Putin a la misma.

En la propia Europa Occidental, las contradicciones entre sus países, además de resquebrajar el pretendido frente antirruso que intenta armar Washington, vuelcan a la Unión Europea hacia un peligroso corredor cuyo destino final es la autoeliminación. Con una descerebrada (Macron dixit) OTAN que hace agua por todos los costados y no logra volver a la añorada unidad de cuando la agresión a Yugoslavia en 1991. Turquía y Croacia contra el ingreso de Suecia y Finlandia a la alianza, Hungría y Serbia desafiando el dictado del embargo de la UE contra el petróleo ruso. Italia, Alemania, Austria y con ellas todo el resto desobedecen expresas órdenes de Washington y aceptan el procedimiento bancario ruso para comprarle el gas a Gazprom.

El proceso de desintegración del dominio unipolar ha llevado al resurgimiento del “atlantismo”, como expresión final de ese dominio, sustentado por los países anglosajones. Su característica principal, además de la pérdida de su hegemonía mundial, se evidencia en su extrema agresividad. Además de la crisis europea, este proceso ha provocado también la creciente militarización del sudeste asiático, del Golfo Pérsico, del Atlántico Norte y de nuestro mar austral. Sobrada muestra de esto último es la conversión de las Islas Malvinas en una sobrecargada base militar. La OTAN deja definitivamente su cobertura “europea” para convertirse en la fuerza pretoriana mundial del atlantismo.

El punto crítico de todo este cuadro se concentra, sin dudas, en el conflicto en el sur ucraniano. Hago un rápido punteo: en noviembre de 2013 el presidente ucraniano Víktor Ianukovich detuvo el proceso de asociación con la Unión Europea y aceptó negociar con Rusia nuevas condiciones de alianza, incluyendo la financiera. La oposición prooccidental y neonazi levantó barricadas, promovió cruentos actos de violencia y en febrero de 2014 depuso al presidente e instauró un régimen de terror. El movimiento fue prácticamente dirigido por la representante diplomática de Washington en Kíev, Victoria Nudland, quien ahora es asesora de seguridad nacional de Joe Biden.

Las regiones industriales del sudoriente ucraniano, desde Járkov hasta Odessa, rechazaron el golpe. El Donbass (tradicional cuenca carbonífera y del hierro) creó sus repúblicas independientes de Lugansk y Donetsk. Los movimientos autonomistas de Odessa, Járkov, Jersón y otras ciudades fueron literalmente ahogados en sangre y fuego por las bandas neonazis que ya habían tomado el control del gobierno de Kíev, primero con Petró Poroshenko, un poderoso industrial vinculado con las mafias financieras, y luego con Vladimir Zelenski, un popular cómico de la televisión ucraniana.

Tras ocho años de agresión y preparación bélica en el Donbass, el régimen de Kíev alimentado generosamente por la OTAN (incluyo obviamente a los Estados Unidos como líder y financista principal de esta organización), concluyó el alistamiento para la invasión a las repúblicas autónomas, con una aplastante mayoría poblacional rusa. De acuerdo con documentación recuperada por las milicias de Donetsk y de Lugansk, la invasión estaba planeada para el 8 de marzo y, además del despliegue militar, comprendía ataques con armas biológicas, ya ensayadas desde laboratorios ocultos financiados por Washington, en pobladores de las ciudades del sur ucraniano. Este objetivo fue la verdadera causa de la descarada violación por Kíev de los acuerdos políticos de Minsk, firmados en febrero de 2015 por Alemania, Francia, Rusia, Kíev y las repúblicas autónomas, que comprometían la solución pacífica del conflicto y la reforma constitucional en Ucrania. Más de quince mil muertos y ciudades arrasadas fue el resultado de la agresión neonazi, nunca condenada por el Occidente unipolar.

En la memoria colectiva del pueblo ruso permanece inalterable el 22 de junio de 1941, cuando el nazismo invadió la Unión Soviética. En los primeros seis meses, el ejército alemán devastó el territorio europeo de la URSS, llegó hasta las puertas de Moscú y sólo fue detenido a costa de millones de muertos. No existe familia rusa que no tenga sus muertos en la Gran Guerra Patria. Este fue el argumento básico del Kremlin para lanzar lo que llamó “operación militar especial”. Evitar un nuevo 22 de junio y lograr la desnazificación de Ucrania.

Tres meses después, el objetivo militar está cumplido: la cuenca del Donbass está liberada, los destacamentos neonazis aniquilados, el régimen de Kíev no logró su inclusión en la OTAN ni en la Unión Europea. Más importante aún es el resultado político: fueron destruidos los designios atlantistas de rodear a Rusia y a China con sus bases, fragmentar la asociación estratégica de los nuevos centros multipolares (en especial Rusia y China), imponer su dominio sobre los principales frentes económicos estratégicos mundiales y reemplazar el derecho internacional por “normas regidas por valores” definidos por la coalición atlantista.

Una simple recorrida por los principales datos económicos, comerciales y financieros mundiales abonará esta nueva realidad. La paradoja dialéctica hizo que estas intenciones hegemónicas operaran en sentido contrario al propuesto: las sanciones contra Rusia ponen al mundo, a muy corto plazo, al borde de la mayor crisis energética y de la hambruna más grande de los tiempos modernos. La debacle económica en Europa Occidental y en los Estados Unidos es cada vez más apremiante. Los países emergentes acentúan sus ventajosas alianzas con los países “malvados” como Rusia, China o Irán. El centro del poder unipolar enfrenta situaciones cada vez más complicadas en el dictado de sus imposiciones al mundo.

La negativa de los países latinoamericanos a la exclusión de Nicaragua, Cuba y Venezuela, dispuesta por Washington, en la próxima Cumbre de las Américas, evidencia claramente el colapso de la política colonialista norteamericana en nuestro continente, considerado por Washington como su “patrio trasero”.

La mencionada confirmación por Indonesia de la invitación a Rusia al próximo G-20, contrariando expresas indicaciones de la Casa Blanca o la fragmentada votación en la ONU impulsada por Washington para lograr la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos complementan una realidad cada vez más contrapuesta a los propósitos hegemónicos atlantistas.

La formal invitación de China (país anfitrión) a la Argentina para que participe de la cumbre virtual prevista para el 24 de junio por los BRICS, es una decisiva posibilidad para que nuestro país se sume a este nuevo mundo multipolar en forma concreta. No se trata de un ofrecimiento circunstancial. Desde hace unos diez años que tanto Rusia, como China y la India promueven la inclusión de nuevos miembros. Uno de los primeros en la lista es nuestro país, siempre visto como una gran plataforma para el desarrollo de la cooperación económica, en primer lugar, pero también para la consolidación de objetivos políticos estratégicos como la desmilitarización del Atlántico Austral, la defensa del clima, el desarrollo de las energías renovables, el mantenimiento del status no nuclear del continente o la utilización pacífica del espacio exterior.

La realidad nacional e internacional imponen actitudes, conductas referenciadas en este nuevo ordenamiento mundial, más justo y solidario. Mantener una dependencia respecto de los dictados del malévolo centro unipolar es no ver esa realidad y maniatarse en el ejercicio de las tres consignas más determinantes de la historia moderna argentina: soberanía política, independencia económica y justicia social.

Este es el momento justo para definirnos como nación. El punto justo de toma de decisiones.

El punto crítico.

(1) OCSh: La Organización de Cooperación de Shanghái está integrada por Irán, India, Kazajstán, Kirguizia, China, Pakistán, Rusia, Tadzhikistán y Uzbekistán. Son observadores Afganistán, Belarús, Mongolia, Bangladesh, Siria, Israel, Maldivas, Ucrania, Irak, Vietnam y Bahréin. Son países interlocutores Azerbaidzhán, Armenia, Egipto, Camboya, Catar, Nepal, Arabia Saudita, Turquía y Sri Lanka.

(2) OTSC: La Organización del Tratado de Seguridad Colectiva está integrada por Armenia, Belarús, Kazajstán, Kirguistán, Rusia y Tadzhikistán. Voceros de la organización prevén para este año la incorporación de diez nuevos miembros.