Carlos A Pereyra Mele: Mi columna del viernes 16/12/2022 en el multimedio Radio Sputnik Internacional en el Programa: ¿Qué Pasa? Entrevistado por Javier Benitez

La OTAN y la Unión Europea preparan otra pantomima de consumo doméstico con Rusia como protagonista. Y es que, ante la escalada de corrupción generalizada en la Comisión Europea y el Parlamento Europeo, necesitan urgentemente una bomba de humo al mejor estilo ninja para intentar distraer la atención de sus ciudadanos.

Mucho humo y poco gas

Es lo que básicamente le ofrecerá a su ‘auditorio’ la UE en yunta con la OTAN. Tapar sus errores geopolíticos, la escasez de recursos energéticos y su consiguiente suba de precios, no sólo en los hidrocarburos, sino en toda la cadena comercial, parecería ser el objetivo de un llamado que anuncian, y que dicen ellos –habrá que creerles– que lo vienen preparando hace un año…

Soñar no cuesta nada. Es lo que dice una frase popular. Y ya sabemos que la sabiduría popular lanza verdades incontestables en extractos muy breves e ingeniosos. Y es lo único que le queda a Occidente: soñar. Porque cuando está despierto, su realidad es insoportable.

Occidente, es decir, EEUU, quiere que el mundo siga funcionando de acuerdo a un ya arcaico, rancio y fallecido principio de un mundo unipolar que es regido por ciertas reglas, a las que nadie conoce, y que sus políticos sacan de la chistera de forma recurrente toda vez que quieren señalar y condenar a un país que no actúa de acuerdo a sus intereses, es decir, los intereses de la Casa Blanca, que en el fondo son los intereses de un puñado de lobistas de las élites.

Así, como un brindis al sol, Occidente anuncia el próximo lanzamiento de una botella al mar que seguramente se hundirá más rápido que el Titanic. Tal vez cuando tiren el botellazo, chocará contra una roca y allí mismo se irá a pique a convivir con algunas de las especies marinas.

El mensaje

¿Cuál es la botella que anuncia Occidente que lanzará al mar? Un llamamiento a Rusia a retirarse de Ucrania. Para empezar, hay que aclarar que Rusia actualmente no está en Ucrania, sino en territorio ruso, porque así lo han decidido las poblaciones de cuatro regiones que han preferido que su destino esté ligado a Rusia: Donetsk, Lugansk, Zaporozhia y Jersón.

En todo caso, deberían llamar a que las fuerzas ucranianas se retiren de territorio ruso. Pero dejemos estos ‘detalles’ de lado, y veamos qué es lo que quieren ahora los así llamados líderes occidentales. Publica el medio Politico:

«Después de meses de demoras, se espera que la UE y la OTAN pronto emitan formalmente un llamado conjunto para que Rusia detenga su guerra y abandone Ucrania, y se comprometa a brindar pleno apoyo a Kiev. La declaración, cuyo borrador fue parcialmente revisado por POLITICO, ha estado en proceso durante más de un año, pero se detuvo debido a las tensiones entre Turquía y Chipre, dijeron diplomáticos.

Ahora, parece estar cerca una versión final, y dos diplomáticos dijeron que se espera que se presente pronto, posiblemente el lunes o el martes, o a principios de 2023 si los cronogramas de fin de año interfieren. Si bien el texto es en gran parte anodino, hacerlo oficial representaría un logro diplomático considerable dados los meses que tomó llegar allí».

«Este llamado es una forma de tapar el sol con los dedos de una mano», dice al respecto el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele.

«¿Qué seguridad puede ofrecer hoy en día la OTAN y la UE sobre este tipo de planteamientos ‘diplomáticos’, cuando días atrás la señora Angela Merkel públicamente en medios alemanes dijo que ellos habían hecho que los famosos acuerdos de Minsk, que era una aproximación a un acuerdo de paz prácticamente definitivo, fue en realidad una ganancia de tiempo para congelar el conflicto hasta que Ucrania se rearmara y pudiera ‘hacer frente a la invasión rusa’. O sea que desde el 2015 estaban planificando esta acción totalmente agresiva contra la Federación de Rusia y contra todas las potencias emergentes que le disputan el poder a la angloesfera y a sus socios menores, que es la UE», observa Carlos Pereyra Mele.

FUENTE RADIO SPUTNIK: https://sputniknews.lat/20221216/desesperados-y-sinverguenzas-la-otan-y-la-ue-preparan-otra-pantomima-esteril-1133603849.html  

COLUMNA DE POLÍTICA INTERNACIONAL DE PEREYRA MELE EN RADIO BELGRANO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

Como todos los viernes dentro de este segmento de » Ayer y Hoy» por 650 Belgrano nuestro compañero el licenciado Carlos Alberto Pereyra Mele nos cuenta la actualidad política a nivel internacional siempre desde su tradicional columna semanal dentro de este programa.

Celso Amorim anunció que, después del interregno de Bolsonaro, el tercer gobierno de Lula retomará la diplomacia tradicional de Itamaraty y dará respuesta a los desafíos actuales.

Por Eduardo Vior para TELAM autorizado por el autor para su publicacion en Dossier Geopolitico

Cinco semanas después de haber sido electo por tercera vez a la Presidencia de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva dio a conocer el viernes pasado los tres primeros nombres de miembros del gobierno que asumirá el próximo 1º de enero. Entre ellos mencionó a Mauro Vieira como ministro de Relaciones Exteriores. El diplomático de carrera es un histórico colaborador del ex canciller Celso Amorim (2003-11) y, a su vez, fue canciller en el último período de la presidencia de Dilma Rousseff, entre 2015 y 2016. De reconocida lealtad hacia Lula da Silva, incluso cuando el líder del PT estuvo en prisión, es actualmente embajador en Croacia. Antes ocupó las sedes diplomáticas en Buenos Aires y en Washington. No obstante el nombramiento, las líneas maestras de la futura política exterior brasileña parece marcarlas Celso Amorim.

En una mesa redonda en la Universidad Católica de São Paulo el pasado martes 6 en la que compartió el podio con el profesor Reginaldo Nasser y el periodista Pepe Escobar y que fue moderada por el periodista Leonardo Attuch (Brasil247), mechando con numerosas anécdotas de su larga carrera diplomática, quien probablemente ocupe la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la Unión planteó las cuestiones centrales que deberá afrontar Brasil en los próximos años.

“El desafío que enfrenta la próxima transición es mucho más complejo que el de transiciones anteriores, señaló casi al inicio de su exposición, ya que hasta se han destruido instituciones del viejo Estado oligárquico brasileño”. En transiciones anteriores entre gobiernos, recordó, no se modificaban las líneas principales de la política exterior, aunque variaran las acentuaciones. Hoy, por el contrario, “hay que reconstruir lo que fue destruido, continuar lo que estaba siendo realizado y atender demandas más amplias y más profundas”.

Durante su exposición insistió mucho en subrayar la continuidad de la estrategia internacional de Brasil: “durante décadas Brasil tuvo una política exterior decente, señaló, no perfecta, uno podía tener diferencias con ella, pero era decente. Brasil tenía credibilidad. En 2003, ejemplificó, no fue necesario cambiar la política exterior, porque en muchas cuestiones Brasil ya era no alineado; sólo necesitó ser más activo. La política se hizo activa y altiva. Y explicó: había varias cosas para hacer que eran difíciles en lo práctico, pero fáciles conceptualmente. Por el contrario, en Itamaraty recientemente se aparejaron la locura con el oportunismo”.

La diferencia de esta transición con las anteriores no reside solamente en el desorden que ha dejado la gestión bolsonarista. También el contexto mundial y regional es mucho más complejo que, por ejemplo, en 2003: “de cierta manera, evaluó, el mundo era más simple que ahora. Hoy es mucho más complejo. Hoy la situación es infinitamente más compleja, insistió. El conflicto se desarrolla en el corazón estratégico del mundo”. Mientras que en 2003 las potencias competían por la influencia sobre regiones periféricas, hoy se están confrontando diferentes visiones del mundo.

“Si uno toma, explicó Amorim, los comunicados de las reuniones cumbre entre Xi y Putin y entre Biden y Macron, ve que son simétricos. Son dos visiones encontradas del mundo”.

A la vez han surgido nuevos ejes de conflicto: “hoy la afirmación identitaria es más fuerte que la antiimperialista”, ejemplificó. Pero también la región suramericana plantea varias incógnitas: “no se sabe qué va a pasar con Argentina”, advirtió. Y llamó también la atención sobre el proyecto integracionista: “el acuerdo Mercosur-UE es muy importante, pero el que se redactó es muy complicado”.

No obstante las dificultades, el expositor se manifestó optimista: “Brasil tiene hoy una responsabilidad inédita sobre los temas mundiales. En el mundo actual Brasil tiene una importancia relativa muy grande”. Tanto China como Rusia, argumentó, quieren que Brasil entre al Consejo de Seguridad de la ONU como miembro permanente, `porque mantiene buenas relaciones con todas las potencias y puede acercar posiciones. Lo mismo sucede dentro del BRICS: “hay que lograr, sostuvo, un equilibrio dentro de los BRICS”. La importancia de Brasil como actor internacional aumenta a sus ojos porque las relaciones de poder han cambiado: “está en duda, puntualizó, si la UE va a actuar con independencia o no. Por lo tanto, vamos a tener que ser muy pragmáticos y calmos”, advirtió.

Aunque en la mesa redonda el ex canciller advirtió que hablaba como “analista”, es evidente que estaba presentando la estrategia internacional del futuro gobierno. De lo expuesto puede inferirse que Brasil se apresta a jugar en la primera liga de la política mundial, acercando posiciones en los foros multilaterales, manteniendo buenas relaciones con todos los países, impulsando activamente la reorganización del sistema internacional, liderando a los países no alineados y a la región suramericana, defendiendo sus propios intereses, sí, pero sabiendo hacer concesiones para alcanzar acuerdos que beneficien a todos los actores. Este proyecto de Brasil Potencia en el buen sentido de la palabra tiene, empero, un punto débil, ya que depende del avance de la integración del Mercosur y del renacimiento de la Unasur. Sin un fuerte bloque regional Brasil estará debilitado en la política mundial.

Y el futuro de la región, como el futuro secretario lo expresó, depende de que se aclare la incógnita sobre el futuro de Argentina.

FUENTE TELAM: https://www.telam.com.ar/notas/202212/614040-brasil-gobierno-lula-amorim-diplomacia-analisis.html

Entrevista que me realizaran el Jueves 15/12/22 desde el multimedio internacional Irani HispanTv sobre: ¿Por qué el presidente Putin insiste en que Occidente fracasó en tratar de destruir la economía rusa?
A partir del minuto 10 en el Programa: El Porqué de las Noticias?

Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

TEMAS DEL PROGRAMA

Por qué la sabiduría y perseverancia del pueblo iraní es tan importante para derrotar ataques enemigos? ¿Por qué el presidente Putin insiste en que Occidente fracasó en tratar de destruir la economía rusa? ¿Por qué el Gobierno interino de Perú no hace caso al clamor popular del cierre del Congreso y llamado a elecciones inmediatas? Nuestros expertos analizan junto a Carlos Alonso, a través de HispanTV: El presidente de Irán asegura que el progreso del país no se detendrá y que los problemas creados por los enemigos, serán derrotados con la perseverancia y sabiduría del pueblo. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, afirma que el plan de Occidente para destruir la economía rusa fracasó y que el país ampliará la cooperación comercial con nuevos socios para combatir las sanciones occidentales. Pese al estado de emergencia en Perú, los indignados vuelven a las calles de diferentes ciudades del país. Mientras, las organizaciones sociales, gremiales y movimientos indígenas convocan a un paro nacional.

…“¡Uno, Dos, tres, muchas Ucranias!”…

En nuestra columna semanal de Geopolítica, que se difunde desde hace 16 años en la Radio del Club de La Pluma, y cerrando el año 2022 tiempo de primeros balances y proyecciones 2023, el Director de Dossier Geopolitico DG, analiza está semana varios evento que está ocurrieron en forma simultánea en en el frente del Europa del Este, a la luz de nuevas declaraciones que se conocieron de la ex Canciller Alemana Angela Merkel sobre la Guerra en Europa del Este y que podríamos incluirlas en conflictos en muchos otros escenarios de eurasia donde la OTAN (Vg. EEUU) se enfrenta con la Federación Rusa, donde las Fuerzas lideradas por la angloesfera atlantista están usando la guerra proxy para impedir el desarrollo de las Potencias Emergentes.

AUDIO:

Tiempos complicados para entenderlos si usamos las categorías y criterios tradicionales geopoliticos de occidente y en especial de la Angloesfera encabezados por los EEUU usando con las viejas estructuras surgidas de la segunda Guerra Mundial que impusieron los vencedores al mundo en el S XX y pero tampoco se deben analizar con las imposiciones ideológicas neoliberales de la década hegemónica USA 1990 2000 que acarrearon falsas doctrinas geopoliticas desde el neoliberalismo.

Este primer ¼ siglo xxi se diferencia de todo el anterior SXX por salir a la luz una mayoría global estable y una minoría colectiva occidental.

Estos términos describen mejor la nueva distribución del poder en el planeta: estamos hablando no solo de tendencias demográficas, sino también de procesos macroeconómicos globales. En los próximos 15 años, la mayor parte de la población mundial y las economías en desarrollo más dinámicas representarán fundamentalmente a Asia y África. Por ello la nueva red de coordenadas geopoliticas no deben ni pueden quedar atrapados en viejos modelos o conceptos (y de nuestras concepciones formativas occidentales y eurocentristas )

Los ejemplos así lo están demostrando. La importancia que adquiere la Unión Económica de Eurasia se expande mas allá de sus límites geográficos y se coordinan con las nuevas estructuras como la cada vez mas poderosa e influyente Organización de Cooperación de Shangai  y su motor económico y comercial la República Popular de China con la Nueva Ruta y cinturón de la Seda  mas el Banco de Infraestructura e Inversión 

Por ello la Guerra de la OTAN contra Rusia, que desarrolla la angloesfera y sus súbditos europeos está en marcha para llevar la guerra nuevamente al dilatado y gigantesco territorio ruso, para fraccionarlos. Siempre debemos hacer un poco de historia (una de las herramientas básicas de la geopolitica).  Ya dos proyectos hegemónicos de disolver y controlar a Rusia fracasaron. Ambos proyectos fueron “hegemónicos Continentalistas” y tras el fracaso de los mismos se crearon nuevos Órdenes Mundiales y se disolvieron viejas apetencias de Europa de fraccionar a Rusia, es mas la fortalecieron. Allí el primero que fracasó estrepitosamente fue el proyecto hegemónico napoleónico de tener bajo el mando Imperial Francés a toda Europa y de la derrota en Rusia del mismo vino un nuevo Orden Mundial establecido en el Congreso de Viena (1815) que duró hasta la Primera Guerra Mundial. El Segundo proyecto de instaurar un orden “hegemónico europeo continentalista” fue el Alemán Hitleriano que derivó en la derrota total del mismo junto con sus aliados y dio origen al Nuevo Orden Mundial establecido en Yalta y Postdam donde surge la Bipolaridad y deja a los Europeos de ambos lado de la cortina de Acero de dependiente totalmente de ambas superpotencia los EEUU y la URSS que duró desde 1945 hasta la implosión soviética en 1991.

Hoy estamos ante un tercer proyecto de restablecer la hegemonía del mundo anglosajón estadounidense unipolar junto a sus socios mayores y menores con una guerra híbrida global “basados en reglas” todas favorables a ese mundo cada día mas pequeño y tampoco (debemos tenerlo muy en cuenta) tan homogéneo como se nos quiere hacer creer. Hoy el poder occidental está desarrollando una teoría foquista de agresión contra la nueva mayoría mundial, que sintiendo la fuerza y ​​la verdad detrás de ellos, se niega a obedecer los dictados de la minoría colectiva. y de allí el título de nuestra columna dominical: 1,2,3 muchas Ucranias, parafraseando al slogan de Ernesto “Che” Guevara: 1, 2, 3 muchos Vietnam para desgastar a EEUU. Todo esto es para llevar al Caos político, económico y social a la Federación Rusa que luego de 8 años de una guerra solapada contra Rusia obligó a la misma a enfrentar al toro por las astas, realizando la Operación Militar especial en Ucrania y frenar la operación montada por la angloesfera y que hoy debemos reconocer que la misma fue planificada por mucho años (financiada, equipada, instruida y dirigida por equipos militares de EEUU, Gran Bretaña y Canadá)

El objetivo era claro derrotar ponerla de rodilla y desmantelar a Rusia en varios paises inviables, no soberanos y todos dependiente de occidente,

por ello hoy, tenemos que se fogonean varios conflictos en forma coordinada, como el de la Republica de Georgia en el Caucaso para incorporarla a la OTAN, también crearle conflictos a Rusia en la Peninsula de Crimea para controlarle el Mar Negro, fomentar el conflicto entra Azerbaiyan y Armenia en el Caucaso Sur y fomentar el conflicto en los Balcanes europeos incentivando otra guerra proxy usando la republiqueta de Kosovo (provincia rebelde de Serbia) contra La republica de serbia. Por ello el pacifismo no sirve, esto no se arregla con buena voluntad está en juego de nuevo el destino de la humanidad y nuevamente le toca a Rusia ponerse al frente y sacrificarse (recordemos que Rusia enfrenta a 30 Países encabezados por los EEUU), para impedir un proyecto hegemónico ya no solo continentalista sino también maritimo económico financiero y social político y cultural. Todo esto anterior de los 1, 2, 3 muchas Ucranias seguramente tendrá la tradicional forma de negar los occidentales con su famosa muletilla de que son “Teorías de Complot”, pero resulta que recientes manifestaciones de la ex Canciller Alemana Angela Merkel realizadas a medios públicos alemanes no permiten confirmar todo lo anteriormente expuesto y que la Paz jamás estuvo en sus objetivos políticos y militares sino ganar tiempo para tratar de causar el mayor daño posible a Rusia

Vamos a los dichos: ¿Qué dijo Merkel? (NR:refiriéndose a los Acuerdos de Minsk 1 y 2 2014/15 supuestamente para establecer la Paz en Ucrania y frenar la Guerra civil (que Kiev con la complicidad de europa jamas cumplio)

-En una entrevista publicada por el diario Die Zeit este miércoles, la ex jefa del Gobierno alemán aseguró que los acuerdos en cuestión no solo dieron tiempo a Kiev, sino también le permitieron «fortalecerse, como puede verse hoy en día».

-«La Ucrania de 2014/15 no es la Ucrania de hoy. Como se vio en la batalla por Debaltsevo [un importante nudo ferroviario en la República Popular de Donetsk] a principios de 2015, Putin podría haberla invadido fácilmente entonces. Y dudo mucho que los Estados de la OTAN hubieran podido hacer entonces tanto como están haciendo ahora para ayudar a Ucrania», destacó.

-«Todos teníamos claro» que el conflicto estaba congelado y el problema seguía sin resolverse, continuó la ex mandataria, agregando que «eso fue precisamente lo que dio a Ucrania un tiempo valioso».

-Cabe mencionar que no es la primera vez que Merkel se expresa en tal sentido. A finales de noviembre, afirmó en una entrevista para la revista Der Spiegel que el congelamiento del conflicto conseguido con los Acuerdos de Minsk permitió a Ucrania hacerse «más fuerte y resistente».

Angela Merkel estaba al frente del Gobierno alemán en 2014, cuando en Ucrania se produjo un golpe de Estado que sumergió al país en un conflicto interno. Los Acuerdos de Minsk fueron firmados en febrero de 2015 con su participación. El 22 de febrero de este año, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, declaró que los acuerdos en cuestión ya no existen, tras el reconocimiento de las repúblicas del Donbass, que en septiembre pasaron a formar parte del país euroasiático. Según el mandatario, los Acuerdos de Minsk «fueron asesinados» por las autoridades ucranianas.

CONCLUSIÓN: Entonces, jamás entre sus objetivos estuvo entre los dirigentes de la OTAN (EEUU y sus socios) LA PAZ sino fortalecer a los golpistas del régimen de Kiev darles 8 años de reforzamiento para ir a la guerra proxy contra Rusia y también es una clara demostración que en materia de autonomía estratégica, geopolitica y geoeconomía la Unión Europea “carece totalmente de ellas” y solo es cadena de transmisión de las órdenes y objetivos de Washington -Pero también debe ahora hacerse cargo de las consecuencia en una forma de boomerang ha afectado a Europa-

Por ello decimos que los cambios tectónicos y sistémicos que se están desarrollando con los acuerdos de Samarcanda​ en Uzbekistán de la Organización Cooperación de Shangai  realizada este año. Mas los recientes  acuerdos de Arabia Saudita con la República Popular de China; mas el incremento del interés de ser incluidos en el sistema de los BRICS+ (que incluye a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. A día de hoy, la asociación BRICS representa el 41% de la población mundial, el 24% del PIB y el 16% del comercio mundial) por parte de Turquía, Arabia Saudita, Argentina, México, Venezuela, Nicaragua, Irán, Indonesia, Kazajstán, Nigeria, Argelia, Egipto, Senegal. Las aspiraciones de unirse a los BRICS muestran que, frente a un aumento sin precedentes de los riesgos geopolíticos, el mundo se está dando cuenta rápidamente de la necesidad de reemplazar la vieja arquitectura de orden mundial centrada en Estados Unidos por una nueva configuración de relaciones internacionales y bloques regionales basados ​​en la igualdad y la consideración de los intereses mutuos. Hoy, ya está claro en todas partes que el modelo unipolar de gobierno global impuesto por Occidente no está a la altura, sus estructuras financieras se están agotando y estas estructuras en realidad solo sirven a los intereses de las élites gobernantes de los países industrializados (y los famosos mil millones de oro).

Nuevamente en una tercera vez Rusia (que está vez no está sola como transmite los equipos de propaganda guerrerista optimistas de occidente) enfrenta su destino y de su triunfo sobre el Eje del Mal occidental nos permite tener la esperanza de que un mundo mejor es posible y allí los latinoamericanos tenemos un lugar reservado y debemos aprovecharlo Y por ello las sorpresas son cada día mas evidentes.

Por lo tanto, a nadie le sorprendió la declaración del canciller brasileño Carlos Alberto France al margen de la cumbre del G20 de que los países en desarrollo, incluido Brasil, tienen derecho a adoptar una posición independiente en todos los asuntos de la política mundial.

Buen Domingo

Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico DG

Por Aleksandr Duguin

La transición de la unipolaridad a la multipolaridad y su definición conceptual

Para comprender la transformación del orden mundial que está aconteciendo ante nuestros ojos, sobre todo el proceso de cambio de un modelo unipolar (globalista) a uno multipolar, es necesario recurrir a diversas ideas y conceptos que permiten realizar una explicación coherente de la misma. He propuesto mi propia visión del asunto en libros como Teoría del mundo multipolar [1] y La Geopolítica del mundo multipolar [2], pero estas son solo aproximaciones a un tema bastante complicado. En este artículo quiero desarrollar tres conceptos que pueden ayudarnos a comprender mucho mejor el proceso de transición que está teniendo lugar en las Relaciones Internacionales.

Creo que estos conceptos explican las tendencias, conflictos y problemas que se producen actualmente, como, por ejemplo, los conflictos en Ucrania, Taiwán y otras partes del mundo. Solo comprenderemos lo que está sucediendo ahora si entendemos las razones detrás de esta transición, lo cual requiere de una contraparte conceptual. Los tres conceptos que vamos a abordar hacen parte de una explicación de este asunto.

El primer mundo, el segundo mundo y el tercer mundo

Vamos a comenzar por retomar la ya olvidada teoría de los “tres mundos” que fue muy popular durante la Guerra Fría. Fue esta teoría la que popularizó el concepto de “tercer mundo”, el cual todavía sigue siendo relevante en las teorías de las Relaciones Internacionales y en el lenguaje político [3]. Sin embargo, el término “primer mundo” nunca fue desarrollado, mientras que el concepto de “segundo mundo” apenas si se ha utilizado o recibido atención. No obstante, el concepto de “segundo mundo”, con todas sus características, es el que mejor se ajusta al orden multipolar y el que mejor describe a los Estado que impulsan la multipolaridad. La teoría de clasificar los países del globo en “tres mundos” – el primero, el segundo y el tercero – se basa en un estudio del diferente progreso tecnológico, la eficiencia económica, las tasas de crecimiento, industrialización y postindustrialización que cada nación tiene dentro de la economía mundial.

Durante la Guerra Fría se consideraba que el “primer mundo” era el Occidente colectivo, compuesto por Estados Unidos y sus principales aliados, entre ellos Japón. En esta clasificación “Occidente” es tomado como una categoría civilizacional y no geográfica. El “primer mundo” incluía países con una economía capitalista desarrollada que tenían gobiernos democrático-liberales y que además contaban con un alto predominio de las zonas urbanos e industriales (una urbanización muy alta), acompañada de altas tasas de crecimiento económico, científico y técnico, liderazgo financiero, armamento avanzado, dominio de esferas estratégicas y medicina de punta, etc., superando en todas estas áreas a los otros “dos mundos”. El primer mundo fue visto como el modelo futuro de la sociedad humana, la vanguardia del progreso y la expresión visible del destino del resto de la humanidad. Se consideraba que los otros dos mundos estaban destinados a alcanzar al “primer mundo” y seguir sus pasos. El “primer mundo” fue considerado como el modelo universal con el que siempre se comparaba a los otros “dos mundos”.

El “tercer mundo” era exactamente lo contrario del “primer mundo”. Era un territorio arcaico comparada con Occidente, con una economía estancada y un lento proceso de desarrollo (o sin ninguna clase de desarrollo), poseyendo pocos adelantos científicos y tecnológicos, con una moneda inestable, una democracia débil amparada en instituciones políticas atávicas, un ejército enclenque e ineficaz, una industrialización muy baja, corrupción generalizada, una medicina muy primitiva, un analfabetismo rampante y una población predominantemente rural [4]. El “tercer mundo” dependía totalmente del “primer mundo” y a veces del “segundo mundo” para existir. La soberanía de los países del “tercer mundo” es algo meramente formal y sin contenido real [5]. El “primer mundo” consideraba que era su deber hacerse cargo del “tercer mundo”, de ahí la teoría de la “dependencia” [6], los gigantescos préstamos no reembolsables y el establecimiento de una tutela directa sobre las élites políticas, económicas e intelectuales de estos países en su mayoría formados en los sistemas educativos del “primer mundo”.

No obstante, aquello que durante la Guerra Fría fue denominado como el “segundo mundo” tenía ciertas características interesantes. Antes que nada, se denominaba segundo mundo a los países con economías socialistas que habían rechazado el capitalismo, es decir, que ideológicamente estaban en guerra con el “primer mundo”, pero que habían alcanzado un desarrollo industrial similar a este. De todas formas, el segundo mundo era considerado inferior al primere mundo según los indicadores internacionales (todos ellos elaborados por los intelectuales del primer mundo, algo que despierta cierta desconfianza y parcialidad), pero no se podía decir que eran sociedades “atrasadas” como los países del “tercer mundo”. El “segundo mundo” eran la URSS y los países del bloque oriental (especialmente Europa del Este), reconociendo así la existencia de una forma de desarrollo alternativo al capitalismo liberal del “primer mundo” que podía alcanzar resultados comparables a los de Occidente. Esta es la diferencia fundamental entre el “segundo mundo” y el “tercer mundo”: el “segundo mundo” contaba con el potencial de oponerse efectivamente al primer mundo y desafiar su modelo de universalidad. Este desafío tuvo una expresión muy concreta en términos de tasas de crecimiento económico, número de armas nucleares, potencial científico, educación, protección social, urbanización, industrialización, etc.

El “primer mundo” designaba a los países capitalistas occidentales y el “segundo mundo” al bloque oriental y los países socialistas. Estos dos mundos se encontraban en medio de un equilibrio inestable porque el “primer mundo” insistía en ser superior a los otros y el “segundo mundo” se oponía a esta tesis, adoptando en parte el modelo económico, tecnológico, etc., del “primer mundo”. Tanto el primer mundo como el segundo mundo proyectaron su influencia sobre el tercer mundo, que fue el principal escenario de su enfrentamiento global. Los países del tercer mundo se dividieron entre aquellos que dependían de los países capitalistas o socialistas, aunque también existió un “Movimiento de los No Alineados” cuyos miembros trataron de desarrollar una estrategia combinando formas de desarrollo capitalista y socialista. Lamentablemente, nunca llegaron a crear una teoría independiente y sus compromisos y estrategias siempre estuvieron basadas en realidades muy concretas. Sin embargo, los criterios del “primer mundo” (capitalismo) o la reinterpretación doctrinal e ideológica que el “segundo mundo” (socialismo) hizo de estos principios terminaron por convertirse en el modelo de los No Alineados.  La política internacional de la Guerra Fría giró alrededor del enfrentamiento entre el “primer mundo” y el “segundo mundo”, dando como resultado la bipolaridad. John Hobbson [7] ha señalado que esta división en tres mundos procede de la antropología racista del siglo XIX (Morgan [8], Tylor [9], etc.), la cual divide las sociedades en “civilizadas”, “bárbaras” y “salvajes”. La “civilización” se correspondía con las sociedades “blancas”, la “barbarie” a los pueblos “amarillos” y los “salvajes” a las tribus “negras”. Este modelo de clasificación no fue abandonado por la antropología occidental sino hasta después de la Segunda Guerra Mundial, pero continuó influyendo en la clasificación política y económica de los países y sociedades del mundo. El “primer mundo” no era otra cosa que la “civilización” (la “pesada carga del hombre blanco” de Kipling), el “segundo mundo” la “barbarie” (el proverbio racista que dice “quítale a un ruso su mascara y encontrarás a un tártaro”) y el “tercer mundo” los “pueblos salvajes de África y Oceanía” (y en general, todos los paises “negros”).

Una definición amplia del segundo mundo

Debemos tener en cuenta que durante la Guerra Fría se ignoraba rampantemente que, por ejemplo, el Imperio Ruso del siglo XVIII y principios del XX también podía ser clasificado como parte del “segundo mundo” con respecto a Occidente. El Imperio Ruso era un país esencialmente agrario cuando Europa Occidental estaba en pleno proceso de industrialización. Además, Europa Occidental era capitalista y tenía gobiernos democrático burgueses, por el contrario, el Imperio Ruso era monárquico. Europa Occidental tenía centros de desarrollo científicos independientes y el Imperio Ruso se esforzaba por copiar la ciencia y la educación europeas. Sin embargo, el Imperio Ruso era capaz de enfrentarse a Occidente, defender su soberanía, su modo de vida y ganar guerras. Esta observación nos permite redefinir el concepto mismo de “segundo mundo”. Si aplicamos este concepto tanto a la URSS como a los países bajo su influencia y el Imperio Ruso, el cual ocupó más o menos el mismo territorio que la URSS, entonces seremos capaces de redefinir conceptualmente muchas cosas. Una definición amplia del concepto de “segundo mundo” implica considerar a este último como un modelo político, económico e ideológico alternativo al capitalismo global, desafiando así el dominio y la hegemonía de Occidente (el primer mundo).

En este sentido, la caída de la URSS, aunque fue una catástrofe para el “segundo mundo” (como lo fue en su momento la caída del Imperio Ruso), no fue el fin del “segundo mundo”. Después de 1991 el “segundo mundo” comenzó a tomar una nueva forma, ya que una serie de países que habían sido considerados como parte del “tercer mundo” durante la Guerra Fría – China, India, Brasil y Sudáfrica – dieron un salto a adelante y alcanzaron un nivel de desarrollo comparable al del “primer mundo” en el transcurso de estas tres décadas. Por supuesto, estos países usaron las herramientas del capitalismo global para hacerlo, pero fueron capaces de preservar su soberanía al poner al capitalismo a su servicio (todo lo contrario a lo que sucedió en en Europa del Este y en Rusia en la década de 1990). Desde principios de la década de 2000, y con la llegada de Vladimir Putin al poder, Rusia, que era la heredera del “segundo mundo”, comenzó a restaurar gradualmente su soberanía geopolítica. No obstante, empezó a formarse un mundo multipolar y no uno bipolar, ya que el “primer mundo” no se oponía a una única potencia, sino a varias a la vez. La ideología de esta nueva confrontación (la cual tomó diferentes grados de radicalidad y claridad ideológica en el “segundo mundo”) no era el socialismo (excepto en China), sino una especie de antiglobalismo indefinido y el rechazo puramente realista a la hegemonía occidental (principalmente de Estados Unidos). Los países del “segundo mundo” tampoco formaron un bloque ideológico. Se convirtieron en un cinturón de potencias objetivas que reclamaban su propia vía de desarrollo, la cual era cualitativamente diferente al globalismo del “primer mundo”. Los politólogos y economistas se dieron cuenta de que este fenómeno era un hecho consumado y llamaron a los países del “segundo mundo” de la época posterior a la bipolaridad como los BRIC (Brasil, Rusia, India, China) y luego BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica). En cierto momento de su desarrollo, los países del BRICS comprendieron la importancia del concepto de civilización y comenzaron a construir un paradigma de Relaciones Internacionales a partir del mismo. Así comenzó la formación cautelosa y gradual de un nuevo “segundo mundo”, esta vez multipolar, ya que cada miembro del BRICS es soberano e independiente con respecto a los demás. Dentro de los BRICS, Rusia es el líder militar indiscutible, poseyendo una enorme cantidad de recursos. China es el poder económico por antonomasia. La India es el tercer polo, teniendo una importante infraestructura económica e industrial, un enorme peso demográfico y una sociedad políticamente estable. Brasil representa simbólicamente al resto de América Latina y su enorme potencial todavía no revelado, contando con un poder militar, comercial y científico fuerte. Finalmente, Sudáfrica es uno de los países más desarrollados del continente africano e igualmente representa simbólicamente al África poscolonial.

La semi-periferia

Ahora analizaremos el “sistema mundo” de Immanuel Wallerstein [10], el representante más importante de la escuela marxista de Relaciones Internacionales (principalmente en su versión trotskista) que, a partir del concepto de “larga duración” (F. Braudel [11]) y los teóricos de la economía estructural latinoamericana (R. Prebisch [12], S. Furtado [13]), desarrolló una clasificación de los países del mundo según su desarrollo capitalista. Esta teoría parte de la conceptualización del imperialismo hecha por Vladimir Lenin [14] como la etapa más alta del desarrollo capitalista: el sistema capitalista se vuelve global y comienza a extender su influencia sobre toda la humanidad. Las guerras coloniales entre las potencias desarrolladas sólo son su etapa inicial. El capitalismo está unificando gradualmente a todas las estructuras supranacionales y de ese modo sentando las bases de un Gobierno Mundial. Estas ideas son compatibles con la teoría liberal de las Relaciones Internacionales que denominan a este sistema como “sociedad global”, un solo mundo, y que los marxistas llaman “imperialismo”.

La teoría del sistema-mundo divide en tres partes la geografía del capitalismo [15]. En primer lugar, está el centro, el núcleo o el “Norte rico”, que constituye la zona de mayor desarrollo capitalista. América del Norte y Europa occidental son el núcleo del atlantismo y la civilización europea occidental, cuyo polo se desplazó a mediados del siglo XX a los Estados Unidos. El núcleo del sistema-mundo de Wallerstein es el “primer mundo”. Alrededor de este núcleo se ha formado un primer anillo de países que Wallerstein llama la “semiperiferia” y este incluye países que tienen un nivel de desarrollo capitalista mucho menor, pero que compiten desesperadamente por alcanzar al núcleo. Los países de la semiperiferia también son capitalistas, aunque su capitalismo es nacionalista. Normalmente estos países son dominados por gobiernos “cesaristas” (tal y como los entiende A. Gramsci [15]) que aceptan la hegemonía liberal de forma parcial, especialmente en lo económico, tecnológico y industrial, mientras que conservan características políticas, culturales y sociales precapitalistas o no capitalistas. Wallerstein considera que hacen parte de esta semiperiferia los países más desarrollados de América Latina, sobre todo Brasil, India, China y Rusia. En otras palabras, los países que conforman los BRIC o BRICS, es decir, el “segundo mundo”. Finalmente, Wallerstein dice que la periferia son los países que componen el “tercer mundo” y que se caracterizan por el subdesarrollo, el atraso, las crisis económicas, los atavismos sociales, la falta de competitividad, la corrupción, etc., o, como se dice hoy, el “Sur pobre”.

En la teoría del sistema-mundo de Wallerstein el progreso es afirmado como algo positivo, pues Wallerstein sigue influido por las categorías marxistas de tiempo lineal y el cambio de las formas económicas como expresión del mismo, por lo que podemos decir que el núcleo, la semiperiferia y la periferia no solo se diferencian por el lugar que ocupan, sino que también representan diferentes momentos históricos de desarrollo. La periferia es el pasado y el orden arcaico precapitalista, el núcleo es el futuro sistema capitalista global (globalización) y la semiperiferia es la zona en la que se produce la transformación de la periferia en parte del núcleo. Según Wallerstein, la semiperiferia no es una alternativa al capitalismo, sino sólo su etapa de transición o futuro que aún no ha sido. Es por eso que Wallerstein nunca se interesó realmente por la semiperiferia, investigando únicamente las tendencias que confirmaban como las élites de dichas sociedades se fundirían con el orden globalista liberal, conduciendo al mestizaje y la proletarización de las masas arcaicas. Wallerstein predijo que la semiperiferia pronto desaparecería, quedando únicamente el núcleo y la periferia.

En el momento en que la semiperiferia desaparezca el mundo entero se convertirá en una sociedad global con un Norte rico opuesto a un Sur pobre, donde las élites formaran parte del núcleo y las masas de todo el mundo se mezclaran entre sí debido a la migración global, convirtiéndose en un nuevo proletariado internacional. Solo en ese momento comenzará la revolución proletaria predicha por Marx, la crisis del sistema capitalista mundial y la aparición del comunismo. Todo esto ocurrirá en el momento en que finalice el proceso de globalización del capitalismo y la abolición de la semiperiferia. Wallerstein era un trotskista y un antiestalinista, por lo que no creía en la posibilidad de la construcción del socialismo en un solo país, como la URSS o China, siendo semejantes intentos un aplazamiento de la globalización y, por lo tanto, de la Revolución Mundial. Wallertein, al igual que Marx y Engels en el Manifiesto del Partido Comunista [16], consideraba que era un deber de los comunistas apoyar a la burguesía en su lucha contra las instituciones medievales; sólo después del éxito de las revoluciones burguesas los comunistas podrán luchar contra el capitalismo. Wallerstein y la mayoría de los marxistas culturales y la izquierdista contemporánea están a favor de la globalización y en contra de la defensa de la soberanía por parte de las potencias semiperifericas, pues tal lucha retrasa el triunfo del liberalismo y la globalización. Es por esa razón que ellos no son antiglobalistas, sino alterglobalistas, llamando a la creación de un posliberalismo y no de un antiliberalismo [17].

Una lectura multipolar de la semiperiferia

El sistema-mundo de Wallerstein es más bien una especie de antítesis del mundo multipolar. La multipolaridad interpreta el fenómeno de la semiperiferia de una manera muy diferente y no considera a esta última como la supervivencia de realidades atávicas que serán destruidas por el núcleo, sino como la posibilidad de crear un sistema alternativo al capitalismo y la globalización liberal, la cual niega la posibilidad de que existe un modelo social alternativo a la misma. La semiperiferia no es considerada por la multipolaridad como un fenómeno intermedio entre el núcleo y la periferia, al contrario, se entiende por la semiperiferia una especie de fenómeno que combina la identidad de una civilización determinada con la modernización. Huntington [18] consideraba que el choque de civilizaciones sustituiría al mundo bipolar y por eso habló de la “modernización sin occidentalización” con tal de describir a las élites de la semiperiferia que eligen conscientemente no integrarse a las élites globales del núcleo y seguir dirigiendo el destino de sus propias civilizaciones. Tal estrategia la podemos encontrar en China, los países islámicos y, en cierta forma, en Rusia. Si desvinculamos al concepto de semiperiferia de su origen marxista-trotskista en la teoría del sistema-mundo, entonces descubrimos que es prácticamente idéntico al de “segundo mundo”, por lo que podemos desarrollar con mayor precisión y detalle las relaciones entre los países de la semiperiferia (BRICS) y los países del núcleo y la periferia.

El potencial combinado de los países de la semiperiferia – logrado por medio de un diálogo intelectual entre sus élites que han decidido conscientemente no integrarse al capitalismo liberal global – puede convertirse en un proyecto cuyos recursos son comparables e incluso superiores al potencial agregado de todo el núcleo (“primer mundo”), produciéndose las condiciones para fundar un sistema alternativo. Desde un punto de vista intelectual, la semiperiferia no seria una especie de “futuro por llegar”, sino una zona de libre elección que puede en cualquier momento combinar el “futuro” con el “pasado” en diferentes grados con tal de crear otra cosa. Para realizar esto, es necesario abandonar la concepción liberal y marxista del tiempo lineal y el progreso sociotécnico, algo que no resulta tan difícil de hacer, pues las religiones confucianas, islámicas, ortodoxas, católicas e hindúes niegan el tiempo lineal y ven el futuro tal y como lo proponen los capitalistas y los marxistas como algo totalmente negativo, una especie de escenario apocalíptico y escatológico, o indiferentemente. Solo así la semiperiferia (“el segundo mundo”) deja de ser una zona gris o espacio de transición entre el “progreso” y el “salvajismo”, la “civilización” y el “atavismo”, para convertirse en el baluarte de las civilizaciones soberanas con sus propios criterios, normas e ideas sobre la naturaleza humana, Dios, la inmortalidad, el tiempo, el alma, la religión, el género, la familia, la sociedad, la justicia, el desarrollo, etc. El núcleo deja de ser universal y se convierte solo en una civilización en medio de muchas otras. El “segundo mundo” deja de ser una semiperiferia entre el núcleo y la periferia, ya que de ahora en adelante los países del núcleo no son el futuro universal de la humanidad, sino una simple parte de la misma, una provincia más que ha hecho sus propias elecciones y que no puede obligar a otros a seguirla.

Los Estados-Civilizaciones

Ahora analizaremos un tercer concepto que es fundamental para entender la transición del mundo unipolar al mundo multipolar y cual es el papel que deben desempeñar los BRICS en todo este proceso. Se trata del concepto Estado-Civilización formulada por académicos chinos (especialmente por el profesor Zhang Weiwei [19]) y que se aplica de forma perfecta a la China moderna y, por analogía, a Rusia, India, etc. Los eurasiáticos rusos plantearon una teoría muy parecida en su momento y por eso hablaron de un Estado-Mundo [20]. Según los eurasiáticos Rusia debía ser considerada como una civilización y no como un conjunto de países distintos, de ahí que hablaran de Rusia-Eurasia. De hecho, una de las críticas más perspicaces de Samuel Huntington consistió en el llamado a la creación de una teoría de las Relaciones Internacionales basada en las civilizaciones en su artículo “El choque de civilizaciones” [20]. Fabio Petito [21], un experto anglo-italiano en el área de las Relaciones Internacionales, sostuvo que la existencia de varias civilizaciones no conduce necesariamente al conflicto al igual que en la teoría del realismo de las Relaciones Internacionales la guerra es solo una posibilidad entre dos Estados-nación (tal y como lo establece la teoría de la soberanía) y no la norma. Lo importante es que ambos autores consideran que la soberanía no es monopolio de los Estados-nación, sino de las civilizaciones. El Estado-civilización niega en un principio dos cosas:

·         El Estado-nación (según la teoría realista de las Relaciones Internacionales), y

·         El Gobierno Mundial (la teoría liberal de las Relaciones Internacionales).

El Estado-Civilización es algo intermedio que puede incluir en su seno a diferentes pueblos (naciones), confesiones e incluso sub-Estados, pero que jamás se considera un modelo universal y planetario. El Estado-Civilización siempre permanece sin importar los vaivenes ideológicos, formas, culturas o fronteras que posee y puede existir como un imperio unificado o como las ruinas, restos y fragmentos de un imperio que, bajo ciertas circunstancias históricas, puede volver a reunificarse. El Estado-nación surgió en Europa en la Modernidad, mientras que el Estado-Civilización existe desde tiempos inmemoriales. Huntington observó que las civilizaciones estaban volviendo a surgir después de que la lucha ideológica de dos bloques ideológicos diferentes, capitalista y socialista, había dividido a los Estados-nación durante la segunda mitad del siglo XX. El colapso de la URSS y la unipolaridad liberal no podrían detener el retorno de las civilizaciones (Fin de la Historia de Fukuyama [22]), por lo que Huntington creía que la unipolaridad y la victoria global del Occidente liberal y capitalista era una ilusión que duraría muy poco. El triunfo global del liberalismo solo llevaría al desmantelamiento de los Estados-nación y la abolición del comunismo, pero jamás a la destrucción de la identidad de las civilizaciones que parecían haber desaparecido hace mucho tiempo. Huntington no se equivocó y poco a poco las diferentes civilizaciones comenzaron a reclamar su participación en la política internacional como sujetos activos, tal proceso llevó al hecho de que estas civilizaciones se “politizaran” y se convirtieran en Estados-civilización.

Dentro de los Estados-civilización existen toda clase de fuerzas y realidades que la politología occidental es incapaz de entender, ya que no pueden ser reducidas a las estructuras del Estado-nación o asimiladas a análisis macro y microeconómico. Términos como “dictadura”, “democracia”, “autoritarismo”, “totalitarismo”, “progreso social”, “derechos humanos”, etc., no tienen sentido ante estas entidades y deben ser reconceptualizados. La politología occidental moderna ha descartado deliberadamente el análisis de la identidad civilizatoria, la importancia de la cultura en la formación de un Estado y la sociedad o la importancia de los valores tradicionales, algo que solo es aplicado al estudio de las sociedades arcaicas. Sin embargo, las sociedades arcaicas son débiles políticamente y se han convertido en objetos de investigación o modernización para Occidente. Los Estados-civilización conservan su soberanía y cuentan con amplias tradiciones intelectuales y una gran autoconciencia. Son sujetos y no objetos de estudio o “intentos de desarrollo” (siendo esto último puro colonialismo disfrazado). Los Estados-civilización tampoco se limitan a negar la universalidad del modelo occidental, sino que también rechazan los intentos de Occidente de extender su poder blando al interior de sus fronteras. Por otra parte, estos Estados-civilización pueden extender su influencia más allá de sus fronteras y no viven a la defensiva, sino también pueden crear estrategias para contraatacar y desarrollar teorías para integrar sus propios Grande Espacios o proponer proyectos ambiciosos. Esto último lo podemos observar en instituciones como los BRI, la Comunidad Económica Euroasiática, la OCS o los BRICS.

China sería el Estado-civilización por excelencia, ya que su identidad y poder siempre han influido fuertemente en la historia. La Rusia contemporánea intenta convertirse en un Estado-civilización y la operación militar especial en Ucrania es resultado de este intento; todo esto va acompañado del aislamiento de Rusia de todas las redes mundiales, lo cual demuestra la voluntad de nuestro país de desacoplarse del globalismo. Aunque Rusia y China están logrando construir sus respectivos Estados-civilización en confrontación directa con Occidente, países como la India (especialmente bajo el gobierno nacionalista de Modi) están haciendo lo mismo bajo el amparo de Occidente. Los países islámicos, por el contrario, siguen una estrategia mixta de confrontación (Irán) y alianza (Turquía, Pakistán) con Occidente. No obstante, todos buscan crear sus propios Estados-civilización.

El segundo mundo como el nuevo paradigma de la Relaciones internacionales

Uniendo todos estos conceptos en un todo obtenemos la siguiente ecuación: segundo mundo=semiperiferia=Estado-civilización. El “segundo mundo” son precisamente los países que hoy defienden la multipolaridad y rechazan la unipolaridad y el globalismo, es decir, la hegemonía del “primer mundo”. En cuanto a su nivel de desarrollo económico y su grado de modernización, podemos decir que el “segundo mundo” se corresponde a la semiperiferia del sistema-mundo. No obstante, a diferencia de Wallerstein, no consideramos que el destino de esta semiperiferia sea la integración de sus élites a la globalización y la mezcla del proletario mundial en un crisol sin control, sino la afirmación de su identidad propia y la unificación de las sociedades que comparten esta identidad. Los polos autónomos del “segundo mundo” (la semiperiferia) son los Estados-civilización tanto reales (China, Rusia) como potenciales (el mundo islámico, América Latina, África).

Es mediante este aparato conceptual que podemos entender la importancia de los BRICS y, aunque actualmente se trata de una alianza muy convencional o de un club compuesto por Estados-Civilización (explícitos e implícitos), vemos en ellos los representantes del “segundo mundo” y la semiperiferia. Sin embargo, este club tiene la capacidad de cambiar la situación actual: el siglo XX fue testigo de la constante erosión de la soberanía de los Estados-nación y muchos de ellos no son más que cascaras vacías formalmente reconocidas por la ONU que en su momento servían a uno u otro campo de confrontación ideológica. En el sistema bipolar solo existían dos verdaderos Estados soberanos: Washington y Moscú. Estos últimos eran los que tomaban las decisiones y el resto de los Estados-nación se acoplaban a las mismas de forma parcial o relativa. El fin de la URSS y la disolución del Pacto de Varsovia no condujeron a la consolidación de los Estados-nación nacidos de esta desintegración, sino que dio paso a la consolidación temporal de la unipolaridad y la globalización. Además, Washington trató de convertir su sistema de valores y reglas liberales en un modelo universal. El siguiente paso lógico de este proceso hubiera sido la proclamación de un Gobierno Mundial como lo quieren Fukuyama, Soros y Schwab (fundador del Foro de Davos), pero este proceso fue truncado tanto por contradicciones internas como por la rebelión directa de Rusia y China contra la unipolaridad. Fue así que el “segundo mundo”, la semiperiferia y los Estados-civilización desafiaron abiertamente al globalismo y se convirtieron en sus sepultureros. Lo que parecía un fenómeno temporal y transitorio – la semiperiferia o los BRICS – era en realidad algo mucho más importante, estableciéndose de ese modo los fundamentos de la multipolaridad. El “segundo mundo”, la semiperiferia y los Estado-civilización se convirtieron en los principales actores de la política mundial, contradiciendo así las teorías occidentales de las Relaciones Internacionales, incluida la versión marxista-trotskista (Wallerstein) de la misma.

La tesis del Estado-Civilización, en caso de ser recuperada por los países del “segundo mundo” (los BRICS) podría llevar a la reestructuración del panorama mundial. Occidente como el “primer mundo”, el núcleo, dejará de ser el centro de todo y se convertirá en una simple región de nuestro planeta. Esto llevará a que Occidente cree su propio Estado-civilización o incluso se divida en dos Estados-Civilización diferentes: uno cuyo centro sería América del Norte y otro ubicado en Europa. Todo esto llevará a la aparición de muchos otros Estados-Civilización como China, Rusia, India, el mundo islámico, América Latina, África, etc., que serán capaces de competir de igual a igual en todos los niveles. Todos ellos podrán elegir libremente su futuro, sin ser considerados como el pasado de Occidente. Por supuesto, este es un proyecto a futuro que requiere de sumar el potencial de todos los Estados-civilización no Occidentales para desafiar al núcleo, relativizando sus pretensiones de dominio global y limitando la influencia de su cosmopolitismo. El hecho de reducir las fronteras de Occidente y convertirlo en una provincia implicaría la derrota del proyecto de un Gobierno Mundial y daría nacimiento al Estado-civilización occidental. La operación militar rusa en Ucrania y el futuro control chino sobre Taiwán son los primeros pasos en ese sentido. Casi siempre el cambio del orden mundial se produce a través guerras que algunas veces toman el carácter de guerras mundiales. Desgraciadamente, la construcción del mundo multipolar nacerá de estas guerras. Si la guerra no puede ser evitada, lo único que podemos hacer es limitar la escala de la misma por medio de regla y leyes conjuntas. Sin embargo, semejante proyecto requiere de un análisis de los fundamentos teóricos y conceptuales de la multipolaridad.

Notas:

[1]Dugin A.  The Theory of a Multipolar World.  Budapest: Arktos Media Ltd, 2021.

[2] Dugin A.   Geopolítica del mundo multipolar Santiago de Chile: . Ignacio Carrera Pinto Ediciones, 2022.

[3] Aijaz Ch. K. The political economy of development and underdevelopment. New York: Random House, 1973.

[4] Rangel C. Third World Ideology and Western Reality. New Brunswick: Transaction Books, 1986.

[5] Krasner S.D. Sovereignty: Organized Hypocrisy. Princeton: Princeton University Press, 1999.

[6] Cardoso F., Falleto E. Dependency and Development in Latin America. Berkeley: University of California Press. 1979; Ghosh, B.N. Dependency Theory Revisited. Farnham, UK: Ashgate Press. 2001.

[7] Hobson J. The Eurocentric Conception of World Politics: Western International Theory,

1760–2010. Cambridge: Cambridge University Press, 2012.

[8] Morgan Lewis Henry. Ancient Society. Tucson: The University of. Arizona Press, 1995.

[9] Tylor Edward Burnett. Researches into the Early History of Mankind and the Development of Civilization. London J. Murray, 1865.

[10] Wallerstein I. The Modern World-System: Capitalist Agriculture and the Emergence of the European World Economy in the Sixteenth Century. New York: Academic Press, 1976

[11] Braudel F. Le Temps du Monde. Paris: Armand Colin, 1979.

[12] Prebisch R. Capitalismo periférico. Crisis y transformación, Santiago de Chile: CEPAL,1981.

[13] Furtado C. Desenvolvimento e subdesenvolvimento. Rio de Janeiro: Fundo de Cultura, 1961.

[14] Ленин В.И. Империализм, как высшая стадия капитализма. Популярный очерк/ Ленин В.И. Полное собрание сочинений. 5-издание. Т. 27. М.: Политиздат, 1969.

[15] Wallerstein I. World-Systems Analysis: An Introduction. Durham, North Carolina: Duke University Press. 2004. 

[16] Грамши А. Избранные произведения: Т. 1—3. — М.: Изд. иностранной литературы, 1957—1959.

[17] Маркс К., Энгельс Ф. Манифест коммунистической партии/ Маркс К., Энгельс Ф. Сочинения. Т. 4. М.: государственное издательство политической литературы, 1955.

[18] Wallerstein I. After Liberalism. New York: New Press, 1995.

[19] Huntington S. The Clash of Civilizations and the Remaking of World Order. New York : Simon & Schuster, 1996.

[20] Zhang Weiwei. The China Wave: Rise of a Civilizational State. Singapore: World Scientific Publishing, 2012.

[21] Основы евразийства. М.: Партия «Евразия», 2002.

[22] Huntington S. The Clash of Civilizations and the Remaking of World Order.

[23] Petito F., Michael M.S. (ed.), Civilizational Dialogue and World Order: The Other Politics of Cultures, Religions, and Civilizations in International Relations (Culture and Religion in International Relations). London:  Palgrave Macmillan, 2009.

[24] Fukuyama F.  The End of History and the Last Man. NY: Free Press, 1992.

PUBLICADO EN GEOPOLITICA.RU https://www.geopolitika.ru/es/article/el-segundo-mundo-la-semiperiferia-y-la-civilizacion

Con motivo de los acontecimientos que son de dominio público con el golpe Palaciego Parlamentario que derribó al Presidente Pedro Castillo, sumándose a la extensa lista de Presidentes de la República Peruana depuesto por un sistema político amañado y que fuera creación del ex Dictador Alberto Fujimori, que favoreció y favorece a los poderes fácticos reales dejando a los ejecutivos del estado como un cargo menor y ante las numerosas consultas y pedido de análisis por parte de muchos seguidores de Dossier Geopolitico, para entender las crisis permanentes en que vive la importante Republica hermana del Perú decidimos publicar un trabajo del amigo y académico peruano Dr. Anthony Medina Rivas Plata(*), donde analiza las causas y las consecuencias de la permanente inestabilidad de los gobiernos del Perú desde la instauración de la Constitución fujimorista de 1993 (la cual es uno de los reclamos mas fuertes de la ciudadanía en estos momentos) esperemos que la violencia política y la violencia estatal en el Perú no se profundice en bien de su pueblo, su estabilidad y también de la estabilidad de toda la Región Suramericana.

Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

La crisis que enfrentamos es mucho más grave de lo que se cree  

La principal razón por la cual a la gente aquí no le interesa militar en partidos políticos es porque simplemente no existe ningún incentivo para hacerlo. Después de todo, no tiene sentido fajarse por un proyecto político si al final el gobierno electo termina designando a los no electos (incluidos advenedizos e impresentables) en los más altos cargos. El caso del gobierno actual es el más penoso y clamoroso de todos, ya que se la pasa dando palos de ciego a ver si así puede prolongar por unos meses más la vacancia presidencial, que ha dejado de ser ‘poco probable’ para pasar a un nivel ‘intermedio alto’ de probabilidad en sólo un par de semanas.

Esta crisis va más allá de la figura de Pedro Castillo, que de hecho es más consecuencia que causa de la misma. La crisis que enfrentamos es mucho más grave de lo que se cree, ya que ésta no es un problema de ‘gobernabilidad’, ‘formación de consensos’, o de ‘falta de gente idónea para el cargo’ como se suele decir; sino que responde a una problemática mucho más profunda, nacida de tres factores que han concurrido entre sí en los últimos 20 años:

1). La incapacidad de los partidos nacionales para funcionar de manera permanente luego de la caída del Fujimorismo.

2). Una descentralización guiada por criterios antipolíticos, que al promover el nefasto discurso del ‘outsider’ ha generado una irreversible desconexión entre los movimientos regionales y locales con la vida política nacional.

3). La incapacidad del modelo económico peruano de reducir los niveles de informalidad y precariedad laboral, empoderando a sectores económicos poderosos con capacidad de moverse discrecionalmente entre lo formal y lo informal, así como entre lo legal y lo ilegal.

Estos tres factores concurrentes han hecho que el Estado Peruano termine siendo cooptado/feudalizado por todo tipo de redes de contactos (creo que ese es el nivel de institucionalización que mejor los define) que responden a agendas muy distintas y contradictorias entre sí. Al no tener en el gobierno central un vector ordenador que genere lineamientos de política pública, estas redes viven en permanente colisión, neutralizándose constantemente entre ellas. Basta estar un poco atento a las noticias para comprobar que el único consenso nacional que existe hoy en el Perú es el de la necesidad de completar el proceso de vacunación contra el COVID-19 (a pesar de algunos esfuerzos de los antivacunas). Más allá de eso no tenemos nada: ofrecemos canastas para resolver el problema de Repsol, no podemos frenar la tala ilegal en la selva, no podemos lograr acuerdos duraderos para resolver conflictos sociales, y ya ni siquiera podemos comunicar coherentemente las políticas del gobierno sin que constantemente salga alguien de adentro a deslindar, desmarcarse o proteger sus fueros.

Al interior del Estado, la sensación de incertidumbre es generalizada y la mística del servicio público ha sido reemplazada por los Juegos del Hambre. Nadie sabe cuánto va a durar en el puesto, tenemos directores y viceministros que pueden durar un día o una semana, mandos medios que rotan y no paran de rotar sin ganar experiencia en ningún lado, locadores que se esfuerzan por ser lo más grises posible a ver si así no notan su presencia y no los sacan para reemplazarlos por otros igual o más grises, etc. Así, el Presidente de la República se convierte en una figura decorativa, o un ‘primus inter pares’ que se limita a gestionar aquellas políticas de ‘obligatorio cumplimiento’ vinculadas al pago de deuda o compromisos con Organismos Internacionales que impidan que nuestra crisis política permanente se desborde hasta afectar de manera generalizada nuestras bases macroeconómicas. Esta forma de ‘gobierno de baja intensidad’ en el Perú se ha agotado por completo luego de PPK, y es incierto cuánto tiempo más pueda durar esto hasta que nuestra relativa estabilidad macroeconómica termine siendo también socavada por nuestra absoluta precariedad política.

Olvídense de Venezuela, que nuestro futuro puede parecerse mucho más a Somalia.

(*) Anthony Medina Rivas Plata
Licenciado en Ciencia Política, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Erasmus Mundus Master of Arts in Public Policy, Erasmus University Rotterdam / University of York. Investigador Asociado del Instituto de Estudios Políticos Andinos (Lima). Director de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Católica de Santa María (Arequipa); y coordinador para el Perú de la International Association for Political Science Students (Holanda).

La confesión de Angela Merkel de que en 2014/15 negoció con Rusia buscando tiempo para armar a Ucrania, muestra la doblez occidental y los costos que acarrea la ingenuidad de Putin

Por eduardo J. Vior Telam autorizado por su autor para publicar en Dossier Geopolitico

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha calificado de “decepcionantes” las declaraciones de la ex Canciller alemana Angela Merkel (2005-21), quien afirmó este miércoles en un reportaje que los Acuerdos de Minsk de 2015 fueron “un intento de dar tiempo a Ucrania”. Si, por un lado, la declaración de la líder conservadora germana evidencia una vez más que no se puede confiar en los acuerdos que firman los principales dirigentes occidentales, por el otro lado, deja ver la corresponsabilidad del líder ruso: ¿no se podría acaso haber evitado la guerra en Ucrania, si Vladimir Putin se hubiera puesto firme mucho más temprano? Se trata, sí, de una hipótesis difícil de responder, pero que puede servir para orientarse en el futuro próximo de la política mundial.

“Francamente hablando, no esperaba oír esto de la ex Canciller, porque yo siempre partía de la idea de que los dirigentes de Alemania dialogaban con nosotros con sinceridad. Sí, claro que apoyaban a Ucrania, pero me parecía que querían resolver el conflicto en base a los acuerdos de Minsk”, recalcó el líder ruso el viernes 9 tras una cumbre con los líderes de la Unión Económica Euroasiática (UEEA).

Reiteró también que Moscú “hizo todo lo correcto” en relación con el lanzamiento del operativo militar en Ucrania y constató que los miembros occidentales del Cuarteto de Normandía (Alemania, Francia) “mentían” sobre su disposición a aplicar lo acordado, en tanto Ucrania incumplía sistemáticamente los acuerdos firmados para poner fin al conflicto. El Cuarteto de Normandía fue un grupo compuesto por representantes de alto nivel de Alemania, Rusia, Ucrania y Francia, para resolver pacíficamente el conflicto bélico que surgió en el este de Ucrania después del golpe de estado de febrero de 2014 en Kiev, de la reincorporación de Crimea a Rusia y de que comenzaran las represalias nacionalistas contra la minoría rusohablante del país.

Los acuerdos de Minsk, en tanto, se negociaron entre Kiev y las regiones separatistas de Lugansk y Donetsk con dos variantes en 2014 y 2015. En esencia, ambas partes acordaron repetidamente un alto el fuego y el inicio de negociaciones sobre algún tipo de autonomía para las regiones orientales dentro de las fronteras de Ucrania. La segunda versión contó con la participación de Francia (Presidente François Hollande) y Alemania (Canciller Angela Merkel) como garantes. El papel de Rusia, por su parte, fue obligar a Lugansk y Donetsk a sentarse a la mesa (estas regiones ya entonces habrían preferido la independencia o la adhesión a Rusia). Los acuerdos nunca fueron realmente implementados por el gobierno de Kiev, quien durante ocho años bombardeó rutinariamente el Donbass apuntando a zonas densamente pobladas.

“La idea, continuó Putin, radicaba solamente en llenar a Ucrania con armas y prepararla para los combates. Quizás nos dimos cuenta con retraso. A lo mejor habría que haber iniciado antes el operativo”, reconoció. Como resultado de las recientes revelaciones se plantea, por consiguiente, la cuestión de confianza: “¿cómo llegar a un acuerdo?, ¿qué negociar?, ¿hay con quién negociar? y ¿dónde están las garantías?”, preguntó el jefe de Estado. Sin embargo, concedió finalmente, “habrá que llegar a acuerdos” y aseguró que Moscú está “abierto” a reanudar el diálogo.

El motivo de la indignación del líder ruso fue una entrevista publicada este miércoles por el semanario alemán Die Zeit, en la que la ex jefa del gobierno alemán aseguró que los acuerdos en cuestión sirvieron para dar tiempo a Kiev y le permitieron “fortalecerse, como puede verse hoy en día”. “La Ucrania de 2014/15, explicó, no es la Ucrania de hoy. Como se vio en la batalla por Debaltsevo a principios de 2015, Putin podría haberla invadido fácilmente. Y dudo mucho que los Estados de la OTAN hubieran podido hacer entonces tanto como están haciendo ahora para ayudar a Ucrania”, destacó. “Todos teníamos claro”, prosiguió, que gracias a los acuerdos el conflicto se congelaba y el problema seguía sin resolverse. “Eso fue precisamente lo que dio a Ucrania un tiempo valioso”. Ya a finales de noviembre pasado la ex Canciller afirmó en una entrevista para la revista Der Spiegel que el congelamiento del conflicto conseguido con los acuerdos de Minsk permitió a Ucrania hacerse “más fuerte y resistente”.

Las declaraciones de Angela Merkel, por repetidas, no pueden considerarse inocentes. Con su experiencia en relaciones internacionales, es consciente de que está dinamitando cualquier posibilidad próxima de negociación. Se sabe que el gobierno de Olaf Scholz, desesperado por la crisis energética que amenaza destruir la industria alemana, está buscando el diálogo con Rusia. La ex Canciller acaba de cerrarle la puerta por largo tiempo. Sólo queda abierto el camino de las armas.
La ex jefa de gobierno, en cambio, no ha medido adecuadamente cómo pueden resonar sus palabras en el Sur Global. Tamaña muestra de cinismo y falsedad sólo puede alentar la desconfianza hacia la palabra de los líderes occidentales y fomentar la convicción de que su prepotencia sólo entiende el lenguaje de la fuerza. Angela Merkel acaba de dar una contribución decisiva al entierro de la ONU.

Queda, finalmente, por considerar la clamorosa ingenuidad del líder ruso. No está mintiendo: efectivamente, entre 2014 y 2021 la diplomacia rusa insistió incansablemente en la necesidad de alcanzar acuerdos pacíficos sobre Ucrania, aun cuando los continuos bombardeos en el este, la represión a todas las expresiones de la cultura rusa dentro del país y los datos de inteligencia sobre la construcción de fortalezas y el adiestramiento británico al ejército ucraniano presagiaban la reanudación de la guerra. Contra la opinión de Nikolai Patruchev, presidente del Consejo de Seguridad Nacional, hasta el final Vladimir Putin buscó soluciones legales.

Quizás, si hubiera aprovechado la presidencia de Donald Trump (quien quería llegar a un acuerdo global con Rusia), para ponerse duro e imponer una negociación política sobre Ucrania, habría evitado esta guerra a la que Rusia llegó obligada por las provocaciones occidentales y ucranianas. Es difícil saberlo, pero su tardanza en ponerse firme da al líder ruso el rol de responsable secundario por esta conflagración. Unos (los jefes de Estado y de gobierno de la OTAN) son culpables por intención y acto, el otro por imprevisión. Quienes pagamos somos todos los demás.

PorMatthew Ehret -The Cradle – 

                                                                                                                                                 La histórica Cumbre China-Árabe que se está llevando a cabo actualmente en Riyadh simboliza el eurasianismo emergente en el Golfo Pérsico.

A medida que los atlantistas continúan su compromiso con un futuro moldeado por la escasez de energía, la escasez de alimentos y la guerra con sus vecinos con capacidad nuclear, la mayoría de los estados del Golfo Pérsico que durante mucho tiempo han sido aliados de confianza de Occidente se han dado cuenta rápidamente de que lo mejor para sus intereses, es  asegurar la cooperación con estados euroasiáticos como China y Rusia que no piensan en esos términos de suma cero.

Con la tan esperada visita de tres días del presidente chino, Xi Jinping, a Arabia Saudita, se está consolidando un poderoso cambio del estado árabe más estratégico del Golfo Pérsico hacia la alianza multipolar. Según de qué lado de la valla ideológica se sienta, esta consolidación se está viendo de cerca con mucha esperanza o con mucha rabia.

La visita de Xi contrasta marcadamente con la decepcionante reunión de «choque de puños» del presidente estadounidense Joe Biden este verano, en la que el autoproclamado líder del mundo libre se quedó dormido en una mesa de conferencias y exigió más producción de petróleo saudí sin ofrecer nada duradero a cambio.

En contraste, la llegada de Xi fue recibida con un saludo de múltiples cañones y aviones saudíes pintando los colores rojo y amarillo de la bandera de China en los cielos de Riad. La delegación de élites políticas y empresariales de Beijing, en los días siguientes, continuará reuniéndose con sus homólogos saudíes para lograr acuerdos estratégicos a largo plazo en los dominios cultural, económico y científico.

La visita culminará con la primera Cumbre China-Árabe el viernes 9 de diciembre, donde Xi se reunirá con 30 jefes de Estado. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China describió esto como “un hito histórico en la historia del desarrollo de las relaciones chino-árabes”.

Aunque se firmarán acuerdos por valor de 30.000 millones de dólares entre Pekín y Riad, hay algo mucho más importante en juego que muy pocos han llegado a apreciar adecuadamente.                   

Los pasos de Riad hacia el BRI desde 2016

Xi Jinping visitó el reino por última vez en 2016, para promover la participación de Riad en la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) recientemente presentada por China. Un informe de política de enero de 2016 del gobierno chino a todos los estados árabes dice:

     “En el proceso de búsqueda conjunta de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la iniciativa de la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI, China está dispuesta a coordinar estrategias de desarrollo con los estados árabes, poner en juego las ventajas y los potenciales de cada uno, promover la cooperación internacional en capacidad de producción y mejorar la cooperación en los campos de la construcción de infraestructura, la facilitación del comercio y la inversión, la energía nuclear, los satélites espaciales, las nuevas energías, la agricultura y las finanzas, a fin de lograr el progreso y el desarrollo comunes y beneficiar a nuestros dos pueblos”.

Solo tres meses después, el príncipe heredero Mohammed bin Salman (MbS) inauguró Saudi Visión 2030, que delineó firmemente una nueva agenda de política exterior mucho más compatible con el espíritu de «desarrollo pacífico» de China.

Después de décadas de servir como un estado cliente atlantista sin perspectivas viables de fabricación o autonomía más allá de su papel en el apoyo a las operaciones terroristas administradas por Occidente, Saudi Visión 2030 demostró los primeros signos de pensamiento creativo en años, con una perspectiva hacia una era posterior al petróleo.

En el frente de la energía, China Energy Corp está construyendo una estación de energía solar de 2,6 GW en expansión en Arabia Saudita, y los desarrolladores nucleares chinos están ayudando a Riyadh a desarrollar sus vastos recursos de uranio mientras dominan todas las ramas del ciclo del combustible nuclear.

En 2016, ambas naciones firmaron un memorando de entendimiento para construir reactores nucleares refrigerados por gas de cuarta generación. Esto sigue al reciente salto de los Emiratos Árabes Unidos al siglo XXI con 2,7 GW de energía ahora construidos.

A principios de 2017, Riyadh había comprado firmemente su boleto en la Nueva Ruta de la Seda con un acuerdo de $ 65 mil millones que integraba Saudi Vision 2030 y BRI con un enfoque en integración petroquímica, ingeniería, refinación, adquisición, construcción, captura de carbono y desarrollo upstream/downstream. .

En la nueva época post-estadounidense, los signos de este espíritu de cooperación y construcción de puentes se han hecho sentir cada vez más, incluso cuando sus efectos se han restringido por la fuerza, como pueden atestiguar millones de yemeníes que sufren bajo siete años de guerra.

A diferencia de la fijación atlantista en los Nuevos Acuerdos Verdes que amenazan con aniquilar la industria y la agricultura, la perspectiva post-petróleo de Riyadh es mucho más sinérgica con la idea de China de un “crecimiento sostenido” que exige energía nuclear, hidrocarburos continuos y un sólido desarrollo agroindustrial.

El comercio de China con Arabia Saudita aumentó a $87,3 mil millones en 2021, lo que experimentó un aumento del 39 por ciento con respecto a 2020, mientras que el comercio entre Estados Unidos y Arabia Saudita se derrumbó de $76 mil millones en 2012 a solo $29 mil millones en 2021.

Es posible que parte de este comercio entre Beijing y Riad ahora se realice en el yuan chino, lo que solo socavará aún más la relación entre Estados Unidos y Arabia Saudita.

En los primeros 10 meses de 2022, las importaciones de China desde Arabia Saudita fueron de $57 mil millones y las exportaciones al reino aumentaron a $30,3 mil millones. China también está construyendo sistemas 5G y cultivando un vasto centro tecnológico con un enfoque en la venta de productos electrónicos, todo mientras ayuda a Arabia Saudita a construir un sector manufacturero autóctono.     Una tendencia de Armonización

A pesar del caos continuo en Yemen y la devastación económica en el Líbano, Siria e Irak, la tendencia sutil de Beijing ha sido, sin embargo, de curación con Arabia Saudita y el poder regional Türkiye.

Arabia Saudita y Türkiye a menudo han actuado como rivales y enfrentan dos agendas extranjeras distintas con amplias ambiciones regionales que se superponen en muchos frentes. Pero a pesar de este pasado competitivo, las necesidades más altas han inducido a ambas naciones a armonizar sus perspectivas de política exterior con un nuevo enfoque de «mirar hacia el este».

Esto se expresó durante la visita del príncipe heredero saudita a Ankara en junio de 2022, donde los dos jefes de estado pidieron “una nueva era de cooperación” con un enfoque en la cooperación política, económica, militar y cultural descrita en un comunicado conjunto.

Solo unos días después del regreso de MbS de Turkiye, el entonces primer ministro iraquí, Mustafa al-Kadhimi, visitó Jeddah para promover la estabilidad regional y afirmó en un comunicado de prensa que “cambiaron los puntos de vista sobre una serie de temas que contribuirían a apoyar y fortalecer la seguridad y estabilidad regional. .”

Irak y Arabia Saudita solo habían restablecido lazos diplomáticos en noviembre de 2020 debido a la invasión de Kuwait por Saddam Hussein 30 años antes.

Entre 2021 y 2022, Irak trabajó arduamente para albergar conversaciones bilaterales entre Arabia Saudita e Irán con cinco rondas de conversaciones y Kadhimi manifestó su creencia de que “la reconciliación está cerca”. Los lazos diplomáticos entre Teherán y Riad se cortaron después de la ejecución en 2016 del clérigo chiíta saudita Nimr al-Nimr, lo que provocó el asalto a la embajada saudí en Teherán por parte de manifestantes enojados.

En marzo de 2022, MbS declaró que Irán y Arabia Saudita “fueron vecinos para siempre” y afirmó que es “mejor para ambos resolverlo y buscar formas en las que podamos coexistir”.

Para el 23 de agosto de 2022, los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait crearon un nuevo hito al reiniciar las relaciones diplomáticas con Irán. Y aunque casi todos los estados del Golfo Pérsico (más Türkiye) han dedicado años a apoyar el cambio de régimen en Siria, se ha impuesto una nueva realidad con todas las partes árabes virando hacia el modelo chino BRI de integración regional y desarrollo económico.  

El papel clave de Irán

Irán no solo es un actor clave en la Gran Asociación Euroasiática que sirve como un centro estratégico para la ruta sur del BRI de China, sino que también es una piedra angular del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC) liderado por Rusia, Irán e India, que tiene convertirse en una fuerza importante en sinergia con el BRI.

Irak e Irán se encuentran en las etapas finales de la construcción del tan esperado ferrocarril Shalamcheh-Basora, que unirá a las dos naciones por ferrocarril por primera vez en décadas y, al mismo tiempo, ofrecerá una extensión potencial del ferrocarril ya existente de 1500 km a través de Irak a Siria. borde.

Sin duda, el clima de cooperación fue posible gracias a la presencia de la diplomacia económica china que estableció un acuerdo de energía y seguridad de 25 años y $ 400 mil millones con Irán, pero también Rusia, cuyo acuerdo similar pero más pequeño de $ 25 mil millones por veinte años con Teherán puede expandirse fácilmente. a $ 40 mil millones en inversiones rusas en los vastos campos de petróleo y gas natural de Irán en los próximos años.

La relación de Arabia Saudita y Rusia con la OPEP+ demostró su potencia este verano cuando Riad se ganó la ira de Washington no solo al negar las solicitudes de Biden de aumentar la producción de petróleo, sino también al reducir la producción total de petróleo y hacer subir los precios mundiales del petróleo. Arabia Saudita se benefició de un gran aumento de las importaciones de petróleo ruso con descuento que luego se vendieron a una Europa desesperada.

Además, los planes de Arabia Saudita para unirse al centro global de la multipolaridad en sí, BRICS+ (junto con Turkiye, Egipto y Argelia), además de convertirse recientemente en un socio de diálogo de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), han colocado su destino cada vez más profundamente en el creciente Alianza Multipolar.

Con el mayor potencial para la estabilidad y la armonización de intereses entre varios bloques de poder, finalmente se está presentando una atmósfera más propicia para las inversiones económicas a largo plazo para los inversores chinos que durante mucho tiempo habían contemplado Asia Occidental azotada por conflictos con temor justificado.

En agosto de 2022, la compañía petrolera estatal saudí Aramco y China’s Petroleum and Chemical Corporation Ltd firmaron un memorando de entendimiento que amplía el acuerdo de cooperación de 65.000 millones de dólares antes mencionado de 2017, que implica la construcción de Fujian Refining and Petrochemical Company (FREP) y Sinopec Senmei Petroleum Company ( SSPC) en Fujian, China, y Yanbu Aramco Sinopec Refining Company (YASREF) en Arabia Saudita.   Ferrocarril e interconectividad

Quizás lo más emocionante son las perspectivas de interconectividad que juegan directamente en los corredores de desarrollo vinculados al BRI. En Arabia Saudita, este tren se ha movido a un ritmo constante con el Ferrocarril Haramain de alta velocidad de 450 km construido por China Railway Construction Company que conecta La Meca con Medina completado en 2018.

Las discusiones están en marcha para extender esta línea al Ferrocarril Norte Sur de 2400 km desde Riyadh a Al Haditha completado en 2015. Mientras tanto, 460 km de ferrocarril que conecta a todos los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) están actualmente en construcción, lo que está impulsando reformas en ingeniería. , escuelas de comercio y centros de fabricación en toda la Península Arábiga.

En 2021, todos los estados del CCG dieron su pleno apoyo a un ferrocarril de alta velocidad entre el Golfo Pérsico y el Mar Rojo, valorado en 200.000 millones de dólares, denominado «Puente terrestre saudí», que también encaja con otro megaproyecto de 500.000 millones de dólares con grandes inversiones chinas, denominado la megaciudad futurista NEOM en el Mar Rojo.

Los euroasiáticos pueden ganar

Solo cabe esperar que esta nueva química de armonización y cooperación en la que todos ganen proporcione pronto una clave para poner fin a los incendios del conflicto en Yemen y otros estados de la región.

Además, con Rusia y China ayudando a negociar canales diplomáticos secundarios, y con Irán jugando un papel activo en este proceso, quizás puedan comenzar las negociaciones para la reconstrucción en esta zona de conflicto devastada por la guerra.

No es un esfuerzo extremo de la imaginación ver el nuevo proyecto ferroviario del Golfo Pérsico-Mar Rojo que se extiende al norte de Egipto y al sur de Yemen.

Mirando un mapa de la región, uno puede imaginar la reactivación del «Puente del Cuerno de África» presentado por primera vez en 2009, que habría extendido el ferrocarril a través del estrecho de Bab el Mandeb de 25 km conectando tuberías y líneas ferroviarias en Djibouti y East África, más ampliamente.

Si bien una Primavera Árabe manipulada por Occidente descarriló ese concepto en 2011, y la guerra de Arabia Saudita contra Yemen lo llevó aún más bajo tierra desde 2015, tal vez este nuevo espíritu de cooperación entre civilizaciones bajo una nueva arquitectura económica liberada del sistema del dólar dominado por los atlantistas pueda proporcionar justo lo que se necesita para revivir la idea una vez más.

La defensa abierta de Scholz del militarismo alemán y la propuesta del «rearme» del ejército y convertir a Alemania en garante de la seguridad europea y su principal proveedor fortaleciendo la industria de la defensa europea, aumentando su presencia en el flanco oriental de la OTAN. Esto que algunos pretenden ver como un retorno al «atavismo» alemán, en mi opinión no forma parte de la «asertividad alemana» ( de por sí siempre dudosa) sino que estas definiciones son alentadas por EEUU que le hacen creer a los «estultos teutones» que pueden ser socios del liderazgo europeo de los estadounidenses. Esto forma parte de una «perversa política» de los EEUU para mantener a sus «socios europeos» divididos y enfrentados. Al pretender Alemania concentrar en sus manos el liderazgo de Europa, empieza por romper el eje franco-alemán sobre el cual se construyó la unidad de europa; y a su vez se confronta con Gran Bretaña, la «ministra plenipotenciaria», gestora de la «hegemonía» de EEUU ante la UE. Una Gran Bretaña que está detrás de los países bálticos y de Polonia ( enemiga ancestral de Alemania) , una Polonia que es alentada en su ambición de ser el líder de los países europeos de la Iniciativa de los Tres Mares. Una U.E. servil y sometida, y países europeos enfrentados entre sí, pero finalmente todos y cada uno de ellos fieles vasallos del «atlantismo» conducido por EEUU. Finalmente el «rearme alemán» es una «falsa proposición, engañosa, en estos momentos cuando la economía y las industrias de Alemania están siendo destruidas por las políticas de EEUU. Para Dossier Geopolitico Dr. Antonio Mitre

LOS DEMONIOS SE ARRASTRAN DESDE EL ÁTICO DE EUROPA.   

Por M.K.Bhadrakumar  10 de diciembre               

La visita de la ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, a Nueva Delhi tuvo un final anticlimático. Baerbock se refirió elocuentemente a Alemania como modelo de valores democráticos y reclamó afinidad con la India. Esperaba persuadir al gobierno de Modi para que se retirara de la asociación estratégica con la Rusia “autoritaria”.

Sin embargo, cuando Baerbock regresó a casa, el gato estaba fuera de la bolsa: un (supuesto) intento de golpe en su país por parte del grupo nacionalista de extrema derecha llamado movimiento «Reichsbuerger», que niega la existencia del estado alemán moderno y sus trabas de la democracia.

Los Reichsbürger utilizan elementos de los mitos de la conspiración antisemita propagados por los nazis y están comprometidos con la idea de que las fronteras de Alemania deben extenderse para incluir territorios en Europa del Este, que fueron ocupados bajo el dominio nazi.

La presencia activa de redes de derecha dentro de las agencias de seguridad de Alemania y las fuerzas armadas alemanas se conoce desde hace años. En julio del año pasado, la entonces ministra de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer, disolvió toda una compañía de las Fuerzas de Comando Especial de élite del ejército alemán después de varios incidentes de extrema derecha, en los que supuestamente se había utilizado el saludo hitleriano prohibido y en los que se tocaba música de extrema derecha. en fiestas.

Es un secreto a voces que los seguidores de la ideología nazi encontraron refugio en la sociedad alemana en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Muchas personas con antecedentes nazis finalmente ascendieron a altos cargos. Y en secreto se ayudaron mutuamente a rehabilitarse y restablecer sus credenciales y prosperar. Tales relaciones incestuosas entre los antiguos nazis les permitieron una especie de privilegios que superaron con creces los del alemán medio.

La ideología extremista y el revanchismo encontraron suelo fértil en las décadas de 1920 y 1930 en Alemania. Si la crisis económica se profundiza en Alemania, pueden volver a surgir condiciones similares. Sin duda, el extremismo está aumentando en Alemania.

Dicho esto, la mayoría de la gente sospecha que la represión del Reichsbürger es en gran medida teatro político. ¿Es posible un golpe de Estado de extrema derecha en Alemania: una insurrección armada “para eliminar el orden básico libre y democrático” atacando a los políticos, asaltando edificios parlamentarios, derrocando al gobierno federal, disolviendo el poder judicial y usurpando el ejército? Imposible.

Entonces, ¿qué está tramando el gobierno de coalición del canciller Olaf Scholz? Francamente, crear tales mitos de conspiración sirve para fragmentar la opinión política, que se está disparando contra las políticas del gobierno de Scholz. En segundo lugar, la represión del Reichsbürger puede derivar en una supresión del partido político Alternativa para la Democracia (AfD), que está mejorando constantemente su desempeño electoral y es conocido por su oposición a la UE y el atlantismo. En tercer lugar, es una distracción útil en un momento en que el malestar social debido a la crisis económica (retroceso de las sanciones de Rusia) puede desencadenar malestar político. Hay informes de que el gobierno ha puesto en alerta a las fuerzas policiales.

Mientras tanto, Scholz también está tomando prestado de la caja de herramientas ultranacionalista. En un artículo de la revista Foreign Affairs la semana pasada, Scholz defendió abiertamente la causa del militarismo. Escribió: “Los alemanes tienen la intención de convertirse en garantes de la seguridad europea… El papel crucial para Alemania en este momento es convertirse en uno de los principales proveedores de seguridad en Europa invirtiendo en nuestro ejército, fortaleciendo la industria de defensa europea, reforzando aumentar nuestra presencia militar en el flanco oriental de la OTAN… El nuevo papel de Alemania requerirá una nueva cultura estratégica, y la estrategia de seguridad nacional que mi gobierno adoptará dentro de unos meses reflejará este hecho…

“Esta decisión marca el cambio más marcado en la política de seguridad alemana desde el establecimiento de la Bundeswehr en 1955… Estos cambios reflejan una nueva mentalidad en la sociedad alemana… El Zeitenwende [cambio tectónico] también llevó a mi gobierno a reconsiderar un sistema bien establecido de décadas de antigüedad. principio de la política alemana sobre exportaciones de armas. Hoy, por primera vez en la historia reciente de Alemania, estamos entregando armas en una guerra librada entre dos países… Y Alemania continuará manteniendo su compromiso con los acuerdos de intercambio nuclear de la OTAN, incluso mediante la compra de aviones de combate F-35 de doble capacidad…” [Énfasis añadido.]   Él escribe: “Alemania está lista para llegar a acuerdos para mantener la seguridad de Ucrania como parte de un posible acuerdo de paz de posguerra. Sin embargo, no aceptaremos la anexión ilegal del territorio ucraniano… Para poner fin a esta guerra, Rusia debe retirar sus tropas”. Scholz se extralimita y olvida no solo la historia pasada de agresión de Alemania en Europa del Este, sino también sus debilidades como potencia militar cuando presenta al país como un baluarte contra Rusia.

Mientras se embarca en este camino militarista, Alemania está desvinculando a Francia.

El eje franco-alemán ha sido el pilar de la política europea durante las últimas décadas. ¡Pero la Iniciativa Europea Sky Shield de Scholz con otros 14 estados europeos sobre la creación de un sistema de defensa aérea conjunto en Europa excluye a Francia! En cuestiones de tecnología de defensa, la cooperación de Alemania con Francia se está desvaneciendo rápidamente.

Nuevamente, París está molesto porque su subsidio de 200 mil millones de euros para la industria alemana se anunció sin consultar a Francia. La visita de noviembre de Scholz a Beijing, que señaló la disposición a aceptar la inversión china, ignoró la sugerencia del presidente francés Emmanuel Macron de planificar una iniciativa conjunta franco-alemana hacia China.

Todo esto señala la ambición de Berlín de asumir la unificación del liderazgo europeo en manos alemanas, tanto en términos políticos como económicos. Un gran signo de interrogación se cierne sobre el futuro del Tratado de Aquisgrán de 2018 firmado por Macron y luego por la canciller Angela Merkel. Scholz defiende que la Unión Europea debería cambiar a la votación por mayoría en lugar de la unanimidad. Al ser una potencia económica, Alemania ejerce una influencia inmensa y el plan de Scholz es aprovecharla para establecer el predominio del país en Europa.

Encontrará resistencia. Hungría se ha opuesto a nuevas sanciones de la UE contra Rusia. Vetó el entusiasmo de la Comisión de la UE por pedir dinero prestado (acumular deuda) para financiar la economía en crisis de Ucrania y luchar contra Rusia. La reciente declaración del presidente francés, Emmanuel Macron, de que cualquier arquitectura de seguridad europea debería “garantizar” los intereses de Rusia también destaca las fallas.

Curiosamente, el veto contra la pertenencia a Schengen de Rumanía y Bulgaria procede de los Países Bajos y Austria. El argumento es que ambos países no han implementado sistemas suficientemente sólidos para registrar refugiados en sus fronteras con países no pertenecientes a la UE. Rumanía tiene fronteras exteriores de la UE con Ucrania, Moldavia y Serbia, Bulgaria con Turquía y Macedonia del Norte. La política de refugiados es donde Europa es más vulnerable y divisiva.    Él escribe: “Alemania está lista para llegar a acuerdos para mantener la seguridad de Ucrania como parte de un posible acuerdo de paz de posguerra. Sin embargo, no aceptaremos la anexión ilegal del territorio ucraniano… Para poner fin a esta guerra, Rusia debe retirar sus tropas”. Scholz se extralimita y olvida no solo la historia pasada de agresión de Alemania en Europa del Este, sino también sus debilidades como potencia militar cuando presenta al país como un baluarte contra Rusia.

Mientras se embarca en este camino militarista, Alemania está desvinculando a Francia. El eje franco-alemán ha sido el pilar de la política europea durante las últimas décadas. ¡Pero la Iniciativa Europea Sky Shield de Scholz con otros 14 estados europeos sobre la creación de un sistema de defensa aérea conjunto en Europa excluye a Francia! En cuestiones de tecnología de defensa, la cooperación de Alemania con Francia se está desvaneciendo rápidamente.

Nuevamente, París está molesto porque su subsidio de 200 mil millones de euros para la industria alemana se anunció sin consultar a Francia. La visita de noviembre de Scholz a Beijing, que señaló la disposición a aceptar la inversión china, ignoró la sugerencia del presidente francés Emmanuel Macron de planificar una iniciativa conjunta franco-alemana hacia China.

Todo esto señala la ambición de Berlín de asumir la unificación del liderazgo europeo en manos alemanas, tanto en términos políticos como económicos. Un gran signo de interrogación se cierne sobre el futuro del Tratado de Aquisgrán de 2018 firmado por Macron y luego por la canciller Angela Merkel. Scholz defiende que la Unión Europea debería cambiar a la votación por mayoría en lugar de la unanimidad. Al ser una potencia económica, Alemania ejerce una influencia inmensa y el plan de Scholz es aprovecharla para establecer el predominio del país en Europa.

Encontrará resistencia. Hungría se ha opuesto a nuevas sanciones de la UE contra Rusia. Vetó el entusiasmo de la Comisión de la UE por pedir dinero prestado (acumular deuda) para financiar la economía en crisis de Ucrania y luchar contra Rusia. La reciente declaración del presidente francés, Emmanuel Macron, de que cualquier arquitectura de seguridad europea debería “garantizar” los intereses de Rusia también destaca las fallas.

Curiosamente, el veto contra la pertenencia a Schengen de Rumanía y Bulgaria procede de los Países Bajos y Austria. El argumento es que ambos países no han implementado sistemas suficientemente sólidos para registrar refugiados en sus fronteras con países no pertenecientes a la UE. Rumanía tiene fronteras exteriores de la UE con Ucrania, Moldavia y Serbia, Bulgaria con Turquía y Macedonia del Norte. La política de refugiados es donde Europa es más vulnerable y divisiva.          

Mientras tanto, el centro de gravedad de la política europea y la geoestrategia se ha desplazado últimamente hacia «Mitteuropa» (Alemania y sus vecinos del este) a medida que se acelera el conflicto en Ucrania.

Mientras que el tándem franco-alemán solía ser el motor de la integración europea, ahora París y Berlín se enfrentan a la necesidad de buscar nuevos puntos de apoyo dentro de la UE, eligiendo incluso interlocutores alternativos.

En el período que se avecina, el principal foco de interés de Alemania se dirigirá a las fronteras nororientales de la Unión Europea (Polonia, los Estados bálticos y Finlandia), lo que, junto con la continua asistencia militar a Ucrania, significará una mayor “atlantización” de la estrategia alemana.

Desde una perspectiva india, el Zeitenwende del que habla Scholz en su ensayo también implica que el enfoque de Alemania hacia el Indo-Pacífico se caracterizará por una renuencia a buscar la confrontación con China.

“¡Se Profundiza el Conflicto en Ucrania!”…En nuestra columna semanal de Geopolítica, que se difunde desde hace 16 años en la Radio del Club de La Pluma, el Director de Dossier Geopolitico DG, analiza está semana varios evento que está ocurrieron en forma simultánea en en el frente del Europa del Este, donde la OTAN (Vg. EEUU) se enfrenta con la Federación Rusa donde las Fuerzas lideradas por la angloesfera atlantista están usando la guerra proxy con la carne de cañón ucraniana 

Una vez mas analizamos el conflicto de Ucrania y la Federación Rusa porque sabemos que es una lucha existencial, pues si Ucrania es derrotada la gran derrotada será la OTAN. Por ello es importante volver a este escenario. Para entender este tema y su importancia recurriremos a las declaraciones del Secretario de Defensa de los EEUU General Lloyd Austin hace pocos días atrás, efectuadas en la Ciudad Canadiense de Halifax : “La guerra de Ucrania, define los Contornos del S XXI”

Registramos también las declaraciones de la Presidenta de la Comisión Europea (una de las voceras mas pro Guerra y aliada fanita con la angloesfera) la alemana Ursula Von Der Leyen que afirmó que Ucrania había sufrido en 9 meses de guerra más de 100.000 bajas letales militares, esto lleva a reconocer que está guerra proxy que hace la OTAN usando la carne humana ucraniana es una verdadera picadora de carne de ese País sacrificado para mantener el occidente su lejana supremacía. Hoy es cuestionada en toda la línea por los poderes emergentes. Rápidamente la OTAN ordenó borrar las cifras de Bajas declaradas por la Leyen. También podemos comprender está guerra ya que en la reunión de la OTAN en Bucarest siguió el libreto establecido por Bush Jr. hace 10 años que Ucrania y Georgia debían incorporarse en la OTAN (Como vemos son proyectos de larga data ) y que se siguen intentando realizar. Y la profundización y prolongación de la guerra involucra cada vez a la OTAN en Europa sino una implicación directa en el terreno de los combates. Por ello el canciller Ruso Lavrov declaró que la guerra se prolongará y profundizará con una alta posibilidad de la utilización de armas nucleares. En medio de este convulsionado escenario las desafortunadas y de un evidente alto desconocimiento de las declaraciones de lo que está ocurriendo en la Guerra, del Papa Francisco (a una revista Jesuita de EEUU)  lo invalidan para proponerse como mediador ya que tomó partido con una de las partes en conflicto

Europa gracias a la guerra en el este, profundiza sus caos internos, mas inflación, mas recesión, conflicto de falta de cohesión que la transforman en una zona de escasa importancia que solo beneficia a su “socio” principal los EEUU. Los cambios sistémicos están en pleno desarrollo…por ello SE PROFUNDIZARÁ EL CONFLICTO EN UCRANIA!

Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico DG