[El Equipo de Dossier Geopolitico, reproduce el artículo elaborado por el Dr. Marcelo Gullo, con su autorización, donde analiza la importancia desde la perspectiva geopolitica y la demografía las consecuencias de la autorización de la interrupción voluntaria del embarazo. lic. Carlos A. Pereyra Mele y Dr. Miguel A. Barrios

Mis queridos Manuel, Sofía, Adilio, Telma, Federico, Nicolás, Carolina… hoy ustedes descalifican -y tildan de conservadores, retrógrados, católicos nacionalistas y hasta fascistas- a los que se oponen al aborto.

Permítanme con mucho respeto y por el cariño que les tengo que les haga unas preguntas. ¿A ustedes no les hace ruido, no les dice nada que Perón, Evita, Carrillo, Kirchner, Chávez y Correa estuvieran contra el aborto y que Kissinger, Rockefeller, Soros, Bill Gates y muchos grandes medios de comunicación a los que ustedes tanto critican estén a favor?

Si les hace ruido -si no, ni vale la pena que sigan leyendo esta carta- podemos repasar juntos la opinión sobre el aborto de aquellos que construyeron nuestra historia grande.

Antes de realizar ese repaso, aunque sea demodé hablar de la doctrina peronista, permítanme recordarles que en lo que se refiere a la defensa de la vida humana dicha doctrina es contundente. Para el doctor en medicina Ramón Carrillo, el más grande sanitarista de la historia de América Latina, el aborto constituía un delito que debía ser castigado, no tanto en la mujer que abortaba, sino en los profesionales y enfermeras que se prestaban a su implementación. Fue Ramón Carrillo el que mandó que, en los libros donde se divulgaba la doctrina peronista se escribiera “convencido que el aborto criminal constituye una práctica amoral y delictuosa, aun cuando la tomen a su cargo profesionales en el arte de curar, (es que el Estado) ha orientado sus esfuerzos hacia la meta de desterrarla para siempre de entre nosotros”.

¿Saben ustedes que el 12 de diciembre de 1950 nuestra Evita, con esa fuerza que le salía del alma, les gritó, tremendamente enfadada, a un grupo de enfermeras que habían ayudado a algunos médicos gorilas de la pequeña burguesía porteña a terminar con la vida de niños por nacer: “Compañeras el aborto es un capricho gorila y burgués.. compañeras, cada aborto que ustedes permiten es un servicio a los poderes coloniales…”

¿Han reflexionado serenamente en el hecho histórico que, en 1974 en la Conferencia de Bucarest, Kissinger fue el principal promotor de la instauración mundial del aborto y Perón el principal opositor a esa iniciativa? ¿Saben que Perón planificó cuidadosamente durante meses su enfrentamiento con Kissinger, el más importante estratega geopolítico de la estructura hegemónica del poder mundial?

Siguiendo las precisas instrucciones de Perón, la Argentina frustró en Bucarest la instauración mundial del aborto propuesta por Kissinger
Preciso recordarles que a Perón lo sorprende la muerte antes de la Conferencia pero el embajador argentino, con coraje e inteligencia, siguiendo las precisas instrucciones de Perón frustró en Bucarest la instauración mundial del aborto propuesta por Kissinger. ¿Cómo se entiende que muchos de ustedes que se sienten nacionales y populares, entre Kissinger y Perón, hayan elegido hoy a Kissinger? ¿Tienen dudas? ¿Creen que exagero? Lean, entonces, por favor el libro del compañero Paulo Ares titulado Perón versus Kissinger.

Algunos jóvenes formados en el progresismo relativista me preguntan: ¿pensaría lo mismo Eva o Perón hoy? Y yo les repregunto ¿por qué deberían cambiar? ¿El mal deja de ser un mal por el simple paso del tiempo? ¿Hay alguna nueva evidencia científica que contradiga la afirmación de Ramón Carrillo de que cuando una mujer está embarazada en su seno late el corazón de una vida -no un “fenómeno” como sostiene Ginés Gonzales García- y que el aborto por lógica consecuencia es un asesinato?

Acercándonos un poco más a nuestros días recuerdan ustedes la admiración que Néstor Kirchner sentía por Ramón Carrillo. Saben que el 26 de noviembre del 2004, fiel a su estilo frontal, el presidente Kirchner enfurecido tiró a la basura el proyecto de legalización del aborto que le había presentado Ginés González García. Cuando le preguntaron sobre ese episodio Néstor enfurecido declaró a los medios: “Siempre fue claro mi rechazo al aborto”.

No menos enfático fue Hugo Chávez en el debate que sostenía con Henrique Capriles, cuando éste último se manifestó a favor del aborto en los casos de niños con síndrome de Down. En esa ocasión, el 15 de septiembre del 2012, si no me falla la memoria, Chávez le espetó a Capriles: “En otras partes, aplican el aborto. Califíquenme de conservador, pero no estoy de acuerdo con el aborto para detener un parto. Sencillamente nació el niño con un problema, ahora hay que darle amor”. Habló del amor e introdujo la palabra clave que hay que introducir en este debate que nos ha impuesto la oligarquía financiera internacional. Nosotros predicamos una doctrina de amor, de amor por los más indefensos, por eso nos oponemos al aborto porque hemos visto cómo con sus manitos y sus patitas el bebé se defiende de la pinza que quiere descuartizarlo. Por eso Rafael Correa, cuando el parlamento ecuatoriano se aprestaba a legalizar el aborto el 14 de octubre del 2013, afirmó tajantemente: “Jamás aprobaré la despenalización del aborto”.

¿Yo les pregunto ahora, con el corazón en la mano, eran Néstor Kirchner, Hugo Chávez o Rafael Correa conservadores de derecha retrógrados que se oponían a los derechos de las mujeres?

Puedo seguir haciéndoles otras preguntas. ¿Sabían ustedes que la izquierda latinoamericana, cuando no vivía del dinero de las ONG financiadas por Soros, se oponía en bloque al aborto? Por eso fue que Eduardo Galeano escribió en su famoso libro Las venas abiertas de América Latina: “¿Qué se proponen los herederos de Malthus sino matar a todos los próximos mendigos antes que nazcan? (…) El Banco Mundial otorgará prioridad, en sus préstamos para el control de la Natalidad”.

Si me permiten, me parece oportuno también recordarles el pensamiento de un hombre de la izquierda europea a quien creo nadie en su sano juicio podría acusar de fascista, me refiero a Pier Paolo Passolini, quien cuando se discutió la legalización del aborto en Italia con mucho dolor afirmó: “Estoy traumatizado con la legalización del aborto porque, como muchos, la considero como una legalización del homicidio… Que la vida es sagrada, eso es obvio: es un principio más fuerte todavía que el de la democracia, y es inútil repetirlo”.

Ustedes se preguntarán, mucho ya me lo han preguntado, si para mí el aborto es una cuestión religiosa. Y estoy dispuesto a contestarles. Para mí el aborto es un crimen, es un asesinato, el más vil de todos, la fe católica tiene como piedra fundamental de su doctrina el amor al prójimo, el aborto es atacar al ser más indefenso, el que no puede gritar, el que no puede defenderse, al que le quitan el latido del corazón. Pero además de ello, es un tema religioso, porque detrás del aborto se esconde también el odio al cristianismo y a lo que representa.

Les voy a dar un argumento más -para aquellos que no tienen fe o no comparten mi fe- desde el punto de vista estrictamente geopolítico: está comprobado que la legalización del aborto ha llevado siempre a una catástrofe demográfica y para un país con grandes extensiones y sin población aprobar el aborto equivale a suicidarse geopolíticamente. Tan cierto es lo que acabo de afirmar que en 1936 las autoridades soviéticas, ante la comprobación de la catástrofe demográfica que había provocado la legalización del aborto a partir de la revolución bolchevique, decidieron considerar legalmente al aborto como un crimen y como un acto antirrevolucionario.

Perón sabía que necesitábamos poblar el país para ser soberanos y tener un importante mercado interno, por eso se opuso frontalmente al aborto y a todo intento de control de la natalidad. Por eso los enemigos de la Patria quieren reducir los nacimientos. Para entregarnos más fácilmente a los que ambicionan nuestras riquezas. Perdón, quizás Patria sea una palabra muy fascista o políticamente incorrecta.

Ustedes se sienten jóvenes nacionales y populares y sé, porque los conozco, que ese sentimiento es sincero, pero están apoyando el aborto promovido por los dueños de las finanzas del mundo, y financiado por los mismos usureros que condenan al pueblo argentino a la esclavitud del pago de la deuda externa. ¿No ven en ese hecho ninguna contradicción? Lean por favor los libros de los compañeros José Arturo Quarracino y Pablo Yurman que demuestran científicamente que el aborto es una orden de los dueños de las finanzas del mundo. Permítanme por último, recordarles aquello que muchas veces dije en mis clases: la oligarquía financiera internacional, que es hoy el gran actor de las relaciones internacionales, fomenta como ideologías de colonización y sometimiento tanto al neoliberalismo como al progresismo, que son las dos caras de una misma moneda. El neoliberalismo pulveriza a nuestras fábricas y el progresismo aniquila nuestras familias. Sin fábricas no hay trabajo sin familia no hay Nación. Sin trabajo y sin familia, los obreros, nuestros “cabecitas negras”, nuestros “grasitas”, como los llamaba cariñosamente Evita, están solos frente al poder mundial, solos frente a los buitres del capital financiero internacional. Por favor, vuelvan al pensamiento de Perón y Evita, porque Perón es el futuro, porque en su pensamiento se encuentran las claves para que volamos a tener una Patria Grande y un Pueblo Feliz. Les envío un muy fuerte abrazo peronista.

Fuente: Dr. Marcelo Gullo -Dr en Ciencia Politica; Miembro de Dossier Geopolitico-

Publicado en Geopolitica Ru

Por Enrique Lacolla 26/12/2020

Las fuerzas que controlan el sistema-mundo intentan aprovechar la pandemia para consolidar sus posiciones; mientras tanto, en nuestro país, el Covid ha acentuado una crisis heredada y el gobierno vacila respecto a los modos de enfrentarla.

Se cierra un año horrible, que agrava este carácter por el hecho de que las proyecciones que pueden hacerse a partir de él y de los elementos que en él se recaban no pueden ser, asimismo, otra cosa que sombrías. La pandemia que azota al mundo, sea cual fuere su origen, ha instalado con todo su vigor la premisa de la “doctrina de shock” teorizada por Naomi Klein; esto es, la explotación, por el neoliberalismo, del desastre como expediente para suprimir las resistencias, reorganizar la producción e imponer una regimentación de la vida que atienda primordialmente a los intereses de la elite. No nos animamos a considerar a la pandemia como determinada por un acto deliberado dirigido a realizar el sueño maltusiano de la reducción de la población mundial a través de políticas de intervención activa, sobre todo porque estas estaban centradas en el control de la natalidad y no –o no tanto- en la supresión de la población considerada excedente, como los ancianos, los “indeseables” o los nativos de un mundo colonial cuando resultaban incómodos, díscolos o simplemente superfluos. Sin embargo, desde fines del siglo XIX a esta parte muchos de esos procedimientos tuvieron lugar, de manera deliberada y consciente. Desde la explotación inhumana de los negros del Congo belga por el rey Leopoldo II o la masacre de los hereros en Namibia, consumada por la Alemania guillermina, seguidos por la hecatombe del pueblo judío, de los armenios antes, de los fríos procedimientos con los que se consintió la muerte por hambre de millones de hindúes durante la segunda guerra mundial y de las incontables masacres producidas por las guerras coloniales o por las guerras “civilizadoras” propulsadas por una variedad de actores históricos y que culminan en la doctrina norteamericana de la “guerra humanitaria” para salvar a los pueblos de sus propios dirigentes, los procedimientos de ingeniería social han cobrado una dimensión cada vez más activa.

La planificación es un dato inexorable de la realidad, tenga dicha planificación el signo ideológico que sea. Ese signo, sin embargo, puede hacer la diferencia entre el rescate de la humanidad o su “retorno a las edades oscuras, sólo aclaradas por los relámpagos de una ciencia enferma”, para citar a Winston Churchill. Con la pandemia el sistema ha descubierto un expediente menos ruidoso que las guerras y enormemente persuasivo para resetear al mundo. Aunque no la haya inventado, está preparado para explotarla de acuerdo a sus intereses. El trabajo a distancia, la fragmentación y pulverización de los grandes conglomerados productivos, el alejamiento entre los individuos y el eclipse de la voluntad colectiva por obra de un disciplinamiento externo que para colmo proviene de fuerzas impersonales y se justifica por una necesidad perentoria, constituyen los rasgos del “brave new world” que encaran las generaciones jóvenes. Es difícil encontrar fuerzas para oponérsele, máxime cuando una parte importante de esas generaciones disfrutan del torbellino cibernético y que este, manipulado por las grandes firmas de la comunicación, hace del lavado de cerebro y de la adicción al juego el mecanismo ideal para condicionarlas. Poco espacio queda para la reflexión crítica si uno debe proceder por reflejos instantáneos o abocarse al aprendizaje siempre renovado de variantes –códigos, fuentes, claves, software en continua evolución- que lo atan a una variabilidad permanente. Distinta sería la situación si este movimiento estuviera sostenido por una concepción que evaluara sus inmensas potencialidades con un sentido positivo y las dirigiera racionalmente; por desgracia, no es este el rasgo que preside la dinámica capitalista neoliberal, que prefiere aumentar la confusión para desarmar a quienes se propone controlar.

En este escenario, suponer que una conversión drástica del estado de cosas sea posible es hacerse ilusiones, a menos que la misma dinámica del proceso de conversión brutal de las condiciones de vida no provoque una reacción que haga estallar el sistema y provoque explosiones en cadena contra este. Pero incluso esta reacción podría ser frenada por los reaseguros de control del sistema, en la forma operaciones de inteligencia, vigilancia electrónica y recurso a la represión pura y nuda. Sólo una colisión entre fuerzas globales que más o menos se equiparen podría desbalancear el tablero, abriendo la posibilidad de barajar y dar de nuevo. Pero ello supondría el riesgo de un cataclismo de características imposibles de anticipar.

¿Significa esto que todo está perdido? De ninguna manera. Las tensiones que el actual proceso comporta se están apenas anunciando. Pero el curso de las cosas tal como se viene definiendo no es alentador para los próximos años. De una forma hasta cierto punto inadvertida, y confirmando lo que decimos acerca del incremento de las probabilidades de un choque global, lo actuado por la gestión Trump en materia militar durante los últimos años viene a reforzar la hipótesis de un retorno al choque en gran escala entre las potencias establecidas (el sistema-mundo liderado por Estados Unidos, la Unión Europea, el Japón) y las “potencias revisionistas” (China y Rusia). Pese a que el mandatario saliente no fomentó las guerras locales en la periferia y en general se abstuvo de las iniciativas militares como las puestas en práctica por Clinton, los Bush y Obama, sí realizó cumplidamente su promesa de potenciar el aparato bélico de Estados Unidos con el propósito explícito de convertirlo en el puño blindado de occidente. El presupuesto del Pentágono ha crecido: en la era Trump ha pasado de 580.000 millones anuales a 713.000 millones de dólares. Este cambio se centra en la construcción de más y más sistemas de armas, y en el refinamiento tecnológico del software, la inteligencia artificial, la robótica, las armas hipersónicas y la guerra cibernética. Es definido por los documentos del Pentágono como “estrategia del gran poder” y no significa otra cosa que el abandono del espantajo terrorista como cobertura para intervenir en áreas estratégicas, y la adopción de políticas de contención directa hacia las potencias que compiten con Estados Unidos en esas áreas y que se están revelando, como en el caso de China, capaces de contender económica, política y militarmente a nivel global hasta imponer un nuevo equilibrio de poderes. Lo cual supone la probabilidad de choques militares a gran escala y de impredecibles desarrollos.

Estamos volviendo a la puja por el “balance de poder” distintiva del período de las guerras mundiales entre las potencias “democráticas”: Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, y las naciones denominadas como “proletarias” por Benito Mussolini; esto es, Alemania, Italia y Japón, con Rusia-URSS como tercero en discordia, que combinaba sus propias aspiraciones nacional-imperialistas con el idealismo comunista. Este último pasó, de ser una forma sincera de representar la realidad en la primera década de la revolución bolchevique, a convertirse en el vector de una ideología instrumental que terminó hundiéndose sobre sí misma.

La Argentina oscilante

Argentina está también inmersa en el caos del sistema-mundo, aunque su condición de extrema periferia la proteja hasta cierto punto de sus peores consecuencias. Pero igualmente percibe y sufre las consecuencias de ser parte del mundo subdesarrollado y de no haber encontrado –por obra de factores externos e internos- el camino a su realización como una sociedad cumplida. Comparte este destino con sus hermanas de Latinoamérica, el auténtico encuadre al que deberíamos aspirar a integrarnos, como expediente para darnos un destino al cual podríamos llamar propio.

Al gobierno de Alberto Fernández que vino a reemplazar a la aciaga administración Macri le tocó gestionar la crisis que supuso la catastrófica herencia dejada por el gobierno anterior –una industria derruida, el desempleo consiguiente, el vaciamiento de las arcas nacionales en aras de la timba financiera y de la fuga de capitales al exterior, el estancamiento y una pobreza récord-, y enfrentar la pandemia del Covid 19 que apenas tres meses después de asumido el gobierno golpeó al país. Su impacto provocó el confinamiento, la parálisis comercial y productiva, y un necesario incremento del gasto público que el ejecutivo hubo de implementar para paliar la situación. Se impidió que se produjera un desempleo masivo y se permitió que el país se sostuviera en un precario equilibrio, pero al costo de demorar iniciativas que podrían haber empezado un relativo despegue. A esto se sumó la trabajosa negociación con los tenedores de los bonos de la deuda externa, y la inconcebible hostilidad de la oposición que busca pretextos donde no los hay para calificar al gobierno como una “dictadura” o “infectadura” y sabotear las medidas de prevención contra la pandemia, mientras monta ridículas campañas dando un tinte ideológico a aplicarse o no la vacuna rusa. De los partidos de esa cosa que no sabríamos si denominar el ”régimen” o el establishment, agrupados en Cambiemos, no hay nada que esperar de acuerdo a las experiencias vividas desde 75 años a esta parte. Pero, ¿y del conglomerado llamado el Frente de Todos?

Convengamos en que los conglomerados son difíciles de manejar. Y situaciones como la actual requieren de coherencia para enfrentarlas. El gobierno, nacido de una convergencia de voluntades que hubieron de esforzarse en coincidir para llegar a la Rosada, no termina de definir un perfil firme para encarar el desafío que le plantea una oposición carente de la más mínima justificación histórica, pero que emplea con tosca habilidad el predominio que ejerce en los medios masivos de comunicación para hostigar al ejecutivo. Junto a esta guerra de zapa mediática se define también un desafío que apunta a mantener los privilegios de la casta poseyente y que se articula a través del “lawfare”. Se encolumnan así los fallos que intentan devolver a la cárcel a los perseguidos políticos del gobierno Macri, liberados por sentencias previas en sentido contrario, y se mantienen tras las rejas a personas como Luis D’Elía o Milagro Sala, a quienes no se les puede imputar ningún cargo serio, mientras que la banda de ladrones de guante blanco, agentes de la banca internacional, que vaciaron las reservas con la práctica desenfadada del “capitalismo de amigos” siguen disfrutando de la fresca viruta y se permiten además enrostrarle al gobierno afanes de revancha que no existen, incapacidad en la gestión económica y torpeza en el manejo de la pandemia. Aduce, esta buena gente, que toda restricción a la libre circulación y el tránsito conspira contra la economía, lo cual es muy cierto; pero su argumento para sostener tal posición no es o no puede ser otro que hay que “dejar que se mueran a los que les toca” (esta fue la expresión, palabras más, palabras menos, del expresidente Macri en conversación con Alberto Fernández). La afirmación, si no fuera siniestra, sería grotesca: ¿acaso si se da libre paso al contagio, la plaga no mermaría al ejército del trabajo y la economía no sufriría igualmente? Sin hablar del trasfondo maltusiano que trasluce la fórmula y al que nos referíamos más arriba.

Ahora bien, más allá de la doblez y el cinismo de este juego, hay que preguntarse acerca de la eficacia con la que el gobierno mismo emplea sus cartas. No hay duda que en el tema de la pandemia, aunque actuó bien, erró a menudo en las instancias comunicacionales. Tras un buen arranque, se dejó llevar por cierta ligereza y, como en el reciente caso de la vacuna rusa, dio por cumplidas instancias que no estaban agotadas. De todos modos la culpa no es tanto suya como del sector duro de la oposición: convertir a un tema sanitario global que afecta a todos los sectores del pueblo por igual, en motivo de chicana política, es inmoral y también criminal, en la medida que genera dudas en una población ya bastante desconcertada e insegura, porque erosiona la disposición a autodisciplinarse, en general bastante escasa entre nosotros. Pero nada detiene a un sector que tiene el tupé de acusar al Presidente de impreparación en el manejo de la pandemia, cuando Cambiemos en el gobierno había degradado al ministerio de Salud al rango de Secretaría, había devastado la política sanitaria y había dejado perder millones de dosis de vacunas por desidia burocrática. 

Pero el punto en que el actual poder ejecutivo ostenta su flanco más débil es la imposibilidad de establecer si existe o no una voluntad cierta para enfrentar al complejo de factores que eternamente frenan el desarrollo argentino y que se combinan en esa conexión entre la gran propiedad agraria, las finanzas y el poder judicial, con la apoyatura de una prensa oligopólica experta en difamar, instigar al odio o envenenar de manera más o menos sutil al público. Esa gigantesca máquina de impedir ha conseguido a lo largo de este año desarticular medidas de carácter altamente positivo como fue el intento del gobierno de expropiar Vicentin; ha logrado frenar hasta ahora una reforma judicial de carácter imperioso, y pudo generar un falso debate en torno a la cuestión de un impuesto extraordinario a los más ricos que permitió arrastrarlo durante meses antes de obtener su sanción parlamentaria. Cuando en realidad lo que debía y debe debatirse no es una contribución única sino la necesidad de una reforma fiscal progresiva que termine con el régimen de privilegio de que se benefician las grandes fortunas, los agroexportadores y los fugadores seriales de divisas, haciendo de la Argentina, de una buena vez, un país capitalista en serio, donde el capital contribuye responsablemente al desarrollo general de la nación. Gracias, por supuesto, a un control estatal digno de ese nombre.

No es esta, desde luego, la tesitura del neoliberalismo que hace estragos y que parece estar en disposición de tragarse al mundo al cobijo de la pandemia. Ni de la oposición sistémica encastillada en el PRO. Por esto mismo se hace doblemente necesario que el gobierno de Alberto Fernández defina de una vez una línea de acción. Tropieza con el problema –incitado, explotado y agigantado por los órganos de propaganda oligopólicos- de su propia vacilación. Está tironeado entre la actitud más claramente confrontativa con el estado de cosas que enarbola el kirchnerismo, y la actitud más moderada de los sectores que se reconocen más en Alberto que en Cristina. Conviene señalar sin embargo que en ninguno de los dos sectores sopla algo de esa ventolina levantisca y “revolucionaria” que les inventa la oposición, que finge creer en una voluntad socializante de un sector de un frente que, en la persona de la ex presidenta, cuando mucho se desea representante de un capitalismo responsable.

No sabemos si esta rara avis existe, pero es bueno sostener su posibilidad como mascarón de proa en el camino hacia la liberación. No por un cálculo oportunista, sino porque es en efecto la única vía para salir de la crisis de una manera no demasiado traumática. En el otro lado, sin embargo, y no nos estamos refiriendo tan sólo a los partidos de la oposición sino al imperialismo y la burguesía cipaya -es decir, al establishment- no se detectan ni rastros de esa disposición. El requerimiento de una nueva mega-devaluación, caballito de batalla de los gurúes de la city, redundaría en una carestía y en una inflación que probablemente terminaría en una catástrofe social en un país que, como el nuestro, roza el 50 % de pobreza. Me pregunto si quienes preconizan esta salida se dan cuenta de lo que un fenómeno así significaría. Pero es una pregunta retórica: sí saben muy bien cuáles serían las consecuencias y han probado esa fórmula una y otra vez en todo el mundo, confiados en que pueden controlar sus peores excesos con una buena combinación de represión e intoxicación mediática.

Alberto Fernández no acepta la mega-devaluación que le exigen los bancos, pero tampoco se resuelve a imponer disciplina cambiaria, a vaciar las “cuevas” de la city y a empujar las reformas fiscal y judicial. Trata de capear el temporal a la espera de que vengan tiempos mejores una vez que con las vacunas se frene la pandemia y se llegue al rebote económico que muchos prevén para el año próximo. Pero sin los cambios que se requieren en los dos campos que mencionamos –el judicial y el impositivo- no habrá reestructuración que dure ni programa que pueda afrontar los embates de la coyuntura.

Hay una frase de Oswald Spengler en el final de “La decadencia de Occidente” que condensa de forma magnífica, pero también ambigua, el dilema de una historia universal en la cual nuestro país y la región asimismo se encuentran incluidos, a su propia y todavía modesta escala: “No se es libre de querer esto o aquello, sino de hacer lo necesario o no hacer nada”. Es una estupenda síntesis de sabiduría de vida. Sin embargo, ¿qué es lo necesario? ¿Acaso someternos al dictado del poder establecido? ¿O rebelarnos contra él en la medida de nuestras posibilidades de éxito?

Yo tiendo a dar a la segunda acepción por la verdadera. Ojalá que quienes conducen los destinos de la Argentina compartan este criterio y que comiencen a arrancarla del marasmo de dudas, irresoluciones, divisiones, oscilaciones y vacilaciones que han solido distinguir a los momentos en los cuales las fuerzas populares han sido capaces de ocupar el gobierno. Quizá entonces, por fin, amanezca.

Publicado en: http://www.enriquelacolla.com/sitio/notas.php?id=669 

       

A días de culminar este año 2020 sin dudas atípico en la historia de la humanidad, que quedara marcado a fuego por las consecuencias drásticas que hemos padecido en todo ámbito, merced a la llegada inesperada del Covid-19, virus que ha venido con una impronta demoledora en sentido lato de la geopolítica mundial, donde las principales víctimas del mismo, son ni más ni menos que los seres humanos, rehenes de una guerra fría tecnológica entre potencias, sumado a la falta de consenso en el ámbito multilateral, con acento en los organismos internacionales que han llegado desgastados, sin fuerzas y con muy poco credibilidad a esta época, dejando a las claras que la pos pandemia será todo un desafío para que éstos vuelvan a retomar al sendero correcto donde predominen los fines para los que fueron creados.

Uno de ellos y sin dudas el más significativo es la ONU (Organización de las Naciones Unidas). Justamente en este 2020, se conmemoraron los 75 años de su existencia, momento en que el mundo comenzaba a construirse en San Francisco (EEUU), hoy día todo indica que parece estar desmoronándose; de allí que afirmamos con total énfasis que la pandemia del coronavirus exacerbo una tendencia que lleva años, que no es ni más ni menos que el avance de las soluciones nacionales a expensas del multilateralismo cada vez más desacreditado, lo que afecta sin dudas a todo el sistema en sí de Naciones Unidas.

Pero amen de lo esbozado ut-supra es bueno siempre, realizar un repaso en torno a la conceptualización, características y fines del mismo. En verdad el termino de Naciones Unidas fue acuñado el 1° de enero de 1.942, unos años antes de que empezara a funcionar como tal dicho organismo. 

La Organización de las Naciones Unidas o simplemente Naciones Unidas, es la mayor organización internacional existente hasta la actualidad a nivel mundial. Nace allá por el 1.945, un 24 de octubre, poco tiempo posterior al final de la segunda guerra mundial, hecho más que sobresaliente en la historia de la humanidad. Es por ello que este año hace pocos días atrás se celebraron los 75 años de dicho organismo. Ésta entidad internacional que, si bien no es la más antigüedad en el mundo, su relevancia en cuanto a sus fines la hace sin lugar a dudas la de mayor importancia y en el mundo. Entre esos fines podemos mencionar: 

  • La Paz y Seguridad Internacional (tema al que estamos abocados en el día de la fecha).
  • Fomentar la relación de amistad entre las naciones.
  • Lograr la Cooperación Internacional para la solución de problemáticas globales y servir de centro que armonice las acciones de la Naciones.
  • Defender los Derechos Humanos

Su sede está en Nueva York (EEUU), pero sujeta a un régimen de extraterritorialidad, además posee oficinas en Ginebra (Suiza), Nairobi (Kenia) y Viena (Austria). Esta entidad supra se rige por la Carta de las Naciones Unidas que fue suscrita por 50+1= 51 países en sus comienzos, un tiempo antes de la finalización de la segunda guerra mundial (26 de junio de 1945), en San Francisco (EEUU). En la actualidad está conformada por 193 países miembros y dos Estados Observadores: El Vaticano y Palestina.

Los idiomas reconocidos por dicho organismo son: Árabe, Chino Mandarín, Español, Francés, Ingles y Ruso. Tiene como reglamentación la denominada Carta de Naciones Unidas y se financia con la contribución voluntaria de sus Estados miembros. Los principales órganos de la misma son: La Asamblea General (hoy presidida por el actual secretario general el Portugués Antonio Guterres), el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y Social, la Secretaria General, el Concejo de Administración Fiduciaria y la Corte Internacional de Justicia (con sede en La Haya-Países Bajos).

Ahora bien, de apoco y entrando en la temática central que nos convoca, en torno a este organismo internacional y como la tecnología puede servir más que nunca como eje articulador de la paz en el mundo decimos primeramente el actual secretario general en sus 75 aniversario ha hecho un llamamiento mundial urgente en torno a la grave crisis que atraviesa el mundo, aquí un resumen:

  • Llamado a la Paz global en la lucha contra la pandemia.
  • Un alto el fuego entre naciones.
  • Hacer un esfuerzo mayor para poner fin a la pobreza, la desigualdad, el hambre y el odio.

Todos estos puntos fundamentales con el objeto de comprender que, de seguir profundizándose estas temáticas, está en juego la vida misma de la humanidad.

Además de este llamamiento, hizo una enumeración de las grandes contribuciones de Naciones Unidas a lo largo de estos 75 años, ellos son:

  • Lucha contra el Terrorismo.
  • Combate contra la Violencia sexual.
  • Apoyo a países en desarrollo.
  • Acceso local a una red mundial.
  • Mejora en alfabetización y Educación.
  • Promover la Democracia.
  • Libertad de prensa y expresión.
  • Fortalecimiento del Derecho Internacional.
  • Lucha contra la Delincuencia internacional.
  • Contención del problema mundial de las Drogas.
  • Préstamos y ayuda mundial a refugiados.
  • Luchas contra propagación de Epidemias.

Entonces frente a todos estos enunciados realizados por el actual Secretario General, percibimos que en consecuencias todas son concepciones clásicas que no pueden seguir esperando ante el embate vertiginoso y disruptivo de la tecnología. ¿Por todo esto nos surge el interrogante si la tecnología es en verdad un verdadero nuevo eje articulador para la paz en el mundo?

Desde nuestra óptica académica en base a estudios serios y concretos en base a los últimos años donde sin dudas venimos marcando el rumbo en y desde nuestra América Latina al mundo; las Nuevas Tecnologías en el marco de la Cuarta Revolución Industrial, no nos cabe duda que la Tecnología puede ayudar a un mundo más justo, pacífico y equitativo, pese a que hay mucho todavía por hacer con los países que conforman la comunidad mundial en la cuestión tecnológica. 

Y en todo este nuevo escenario hay muchas cuestiones que resolver y están a la espera de una solución definitiva que nos ayude a transitar por el nuevo entorno virtual de una manera más segura, cuando se concrete el gran anhelo por el que hace varios años luchamos “La Regulación Global del Ciberespacio”, y temáticas que resultan del mismo como: 

  • La Ciberseguridad
  • La Ciberdefensa
  • Las Guerras Cibernéticas
  • La Inteligencia Artificial
  • La Biotecnología
  • La Automatización
  • El Big Data, entre otros.

La forma de gestionar estos acontecimientos es objeto de un amplio debate, nacional e internacional, en un momento en que aumentan las tensiones geopolíticas, PERO NO SE PUEDE ESPERAR MAS. la cooperación digital entre los Estados, y un ciberespacio universal que refleje las normas mundiales para la paz y la seguridad, los derechos humanos y el desarrollo sostenible, se considera crucial para garantizar un mundo unido. Un “compromiso global para la cooperación digital” es una recomendación clave del Panel de Alto Nivel sobre la Cooperación Digital del Secretario General.

Por último y ante las puertas del nuevo año 2021 estamos convencidos que: “Los problemas no son los Big Data (grandes datos o masivos) los inconvenientes reales son los pequeños valores del Ser Humano; los problemas no son las maquinas que piensan, el gran problema son los humanos que han dejado de Soñar”. Por eso debemos aspirar a lograr una verdadera cooperación en la comunidad mundial para lograr las condiciones propicias para esta nueva era que ya estamos transitando.

El presente artículo es un resumen de la disertación llevada adelante por el Académico Argentino Dr. Mario Ramón Duarte, que realizara en el evento organizado por la Academia Internacional de Ciencias y Tecnologías, Educación y Humanidades de la ciudad de Valencia España.

DR. MARIO RAMON DUARTE

ABOGADO (UCASAL) JUEZ ADM. FALTAS M/C (2009-2020) ESP. DER. PUBLICO (UCSF) ESP. SEG. CIUD. Y PREV. DEL. (FILDSyS) ESP. CIBERSEGURIDAD Y CIBERDEFENSA MIEMBRO DOSSIER GEOPOLITICO

FUENTES CONSULTADAS

https://www.infobae.com/america/mundo/2020/06/21/la-onu-cumple-75-anos-en-plena-crisis-del-orden-global-tres-incognitas-sobre-su-presente-y-su-futuro/

https://www.un.org/es/un75/impact-digital-technologies

https://www.un.org/es/sections/issues-depth/peace-and-security/index.html

https://www.alainet.org/es/articulo/190548

https://www.geopolitica.ru/es/article/la-ciberguerra-la-principal-ciberamenaza-global

Los territorios en disputa siguen siendo hoy un gran legado de la etapa anterior del proceso internacional, pasando a veces de un coqueteo diplomático mutuo de rutina a un hipotético enfrentamiento armado. Por lo tanto, aquellos que no están de acuerdo con el statu quo tratan de cambiarlo. El éxito o el fracaso de tales intentos depende de la correspondencia de las ambiciones con el peso geopolítico actual de tal o cual actor, así como también del posible impacto de los cambios hipotéticos en el equilibrio geopolítico general y, por lo tanto, del grado de intervención de los “terceros” – líderes geopolíticos globales en el problema.

Los territorios en disputa fuera de los sujetos continentales – islas y archipiélagos – se destacan en esta serie. Estos problemas ocurren, por regla general, como consecuencia del registro territorial de procesos de descolonización o guerras interestatales, que fijan la esfera de intereses materializados de los vencedores. Quizás la principal diferencia entre los problemas sobre las islas en disputa y los territorios continentales es que la propiedad de ellas por un lado y los reclamos del otro lado no son, por regla general, de importancia crítica para la existencia misma de los estados. Aunque, en la mayoría de los casos, tales disputas territoriales tienen un componente emocional bastante importante y en ocasiones sacrificado y son un atributo notable del discurso político interno durante muchos años con los tabúes y plantillas correspondientes.

Las características señaladas anteriormente se aplican particularmente a la disputa sobre las islas Kuriles del sur entre Japón y Rusia. Durante más de 70 años, este problema ensombrece las relaciones entre los países vecinos y les ha impedido dar rienda suelta a su potencial. Al mismo tiempo, este problema territorial fue el resultado de los cambios geopolíticos más importantes del siglo XX y la «constitución» de las fronteras internacionales, sobre cuya base funciona el orden mundial moderno. Todo tiene una causa y un efecto. No soy partidario de la «arqueología política», por lo tanto, me permitiré analizar brevemente el problema en la última retrospectiva histórica, y también limitarme a los hechos más importantes que configuran la realidad geopolítica moderna.

La disputa misma se da entre tres islas más cercanas a Japón: Shikotan, Iturup, Kunashir y el archipiélago de las pequeñas islas de Habomai. Su área total es de 5 mil km² más una zona económica de 200 millas, para un total de aproximadamente 200 mil km².

En los albores de las relaciones bilaterales, de acuerdo con el Tratado de Shimoda de 1855, estas islas de la cordillera común de islas Kuriles fueron transferidas a Japón, y el Tratado de San Petersburgo de 1875 transfirió las 18 islas Kuriles a Japón a cambio de la mitad japonesa de la isla Sakhalin. El repentino estallido de la Guerra Ruso-Japonesa en 1905 y la derrota de Rusia llevaron a la pérdida por Rusia de la mitad de la isla Sakhalin, que estaba asegurada por el Tratado de Portsmouth. Esto coincidió lógicamente con el comienzo de la expansión de Japón en toda la región de Asia oriental. La renovada nación militarista del imperio naciente del «sol naciente» se estaba formando rápidamente, y también se le ocupó rápidamente un nuevo «espacio vital». El apetito del imperio creció y en 1938 la URSS (Rusia) volvió a ser el objetivo de la agresión. Para entonces, Manchuria, una parte significativa de China y Corea ya habían sido ocupadas. Fue desde su territorio que el ejército japonés invadió la URSS en el área del lago Khasan y, inesperadamente para sí mismo, fue derrotado. Además, habiendo obtenido una confirmación formal de Gran Bretaña sobre la no interferencia y la connivencia de los Estados Unidos, el ejército japonés en 1939 invadió Mongolia, aliado a la URSS, en la región del río Khalkhin-Gol y fue derrotado nuevamente. Quedó claro que los reclamos de Japón sobre Rusia son de naturaleza estratégica y las contradicciones en la región deberían terminar tarde o temprano en la formación de una nueva realidad geopolítica.

El hecho más importante desde el punto de vista de la lógica de los eventos posteriores y la formación de la arquitectura internacional de la posguerra fue la Conferencia de Yalta de los líderes de la URSS, Gran Bretaña y los Estados Unidos en febrero de 1945, cuando la derrota de la Alemania nazi era cuestión de varios pocos meses. Fue acordado que la URSS entra en la guerra contra Japón luego de la victoria sobre Alemania, sujeto al regreso de todas las islas Kuriles y la parte sur de la isla Sakhalin. En julio del mismo año, en el marco de la Declaración de Potsdam, los aliados determinaron que la soberanía de Japón se extendería sólo a las islas de Kyushu, Shikoku, Honshu, Hokkaido y varias islas más pequeñas, entre las que no figuraban las Islas Kuriles del Sur. Tras la derrota de Japón y su ocupación por las fuerzas aliadas, el comandante en jefe, general Douglas MacArthur, mediante memorando No. 677 del 27 de enero de 1946, confirmó la exclusión de las Islas Kuriles de Japón, separadamente el archipiélago Habomai y la isla Shikotan. Además, en el marco del Tratado de Paz de San Francisco con los aliados de 1951, Japón abandonó sus reclamos sobre las Islas Kuriles y la parte sur de Sakhalin. Cabe señalar que la Unión Soviética cumplió correctamente con sus obligaciones aliadas y se estableció dentro de las fronteras generalmente reconocidas.

¿Entonces, cuál es el problema? – El diablo está en los detalles. Japón insiste en que las cuatro islas más cercanas no formaban parte de las islas Kuriles y están ocupadas ilegalmente. El agresor de ayer, el ejército del que se distinguió por atrocidades sin precedentes en los países ocupados de Asia Oriental, declaró una «ocupación ilegal», negándose a reconocer el valor obvio de sus ambiciones imperiales no realizadas.

Sin embargo, en el marco de la Declaración de Moscú sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y el fin del estado de guerra, firmada en octubre de 1956, el liderazgo de la Unión soviética propuso a Japón celebrar un tratado de paz y expresó su disposición a transferir las islas de Habomai y Shikotan. Pero luego Japón se negó a concluir un tratado de paz. ¿Por qué? Después de todo, tal paso permitiría resolver las diferencias existentes y comenzar a realizar todo el potencial de las relaciones bilaterales en el contexto de la era emergente de nuevos procesos económicos y de integración global en el mundo. Aparentemente, el entonces liderazgo de Japón previó otros riesgos inconmensurablemente más significativos causados por factores externos. Después de todo, fue Estados Unidos quien obligó al gobierno japonés a abandonar la propuesta soviética bajo la amenaza de no devolver el Archipiélago Ryukyu, que, según el Tratado de Paz de San Francisco de 1951, estaba bajo control estadounidense y sobre el que se desplegó el contingente militar estadounidense. La conclusión del Tratado de Interacción y Seguridad entre Estados Unidos y Japón en 1960 convirtió finalmente a Japón en rehén del enfrentamiento geoestratégico entre la URSS (Rusia) y Estados Unidos.

Una elección difícil, ¿no? Este es un drama de cada país perdedor. La derrota en la guerra tuvo consecuencias dramáticas para Japón. La hegemonía de ayer ha perdido toda reinvención del liderazgo geopolítico. Juzguen por ustedes mismos. – La nación tenía muchos factores importantes para realizar sus ambiciones geopolíticas. Extremo celo personal y extrema racionalidad, capacidad de sacrificio y al mismo tiempo fría crueldad hacia los enemigos, unidad política en relación con el resto del mundo y un alto grado de jerarquía y controlabilidad de la sociedad, dedicación intransigente y claridad de estrategia para expandir el espacio vital de la nación. La modernización económica y la militarización de la economía también le agregaron confianza.

Sin embargo, el potencial de crecimiento geopolítico de Japón se agotó inevitablemente debido a la ausencia del segundo elemento más importante necesario para el concepto de «gran potencia» según Rudolf Kjellen: un territorio extendido propio, aunque el país era monolítico y muy móvil. En las tierras ocupadas del Lejano Oriente y el sudeste de Asia, Japón no pudo extender su unidad política, ya que se basaba en la monoétnica de la nación. Y aunque al final, como sabemos, Japón pudo realizarse como uno de los líderes de la economía mundial, la condición de país perdedor sigue siendo un factor disuasorio y una fuente de insatisfacción interna de la nación. Con el paso de los años, en la sociedad japonesa, el tema de las concesiones en los «territorios del norte» se ha osificado y se ha convertido en un factor político interno difícil de superar. Los tabúes o «líneas rojas» amenazan a cualquier partido gobernante con una crisis política interna si las iniciativas van más allá de las opiniones arraigadas sobre el tema. Una ilustración es el ejemplo cuando en 2006 el jefe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón, Taro Aso, en una reunión del comité de política exterior de la cámara baja de representantes del parlamento, se pronunció a favor de dividir la parte sur de las disputadas islas Kuriles con Rusia por la mitad y cerrar así el tema. Sin embargo, habiendo recibido la reacción esperada de los políticos, el Ministerio de Relaciones Exteriores japonés desautorizó de inmediato sus palabras.

No solo los riesgos políticos internos, sino también los externos, obstaculizan el avance en esta dirección. La participación económica y político-militar de Estados Unidos también debilita las posibilidades de compromiso y reduce la capacidad de una acción geopolítica independiente. Ahora, por ejemplo, una amplia respuesta pública ha recibido información de que las reglas de la lotería para recibir tarjetas verdes indican que los rusos nacidos en las Islas Kuriles deben indicar Japón como su lugar de nacimiento. Por supuesto, muchos japoneses están impresionados por tal «apoyo» de Estados Unidos, pero parece que tal iniciativa está diseñada principalmente para irritar a la parte rusa y es capaz de hacer retroceder a ambos participantes de la disputa en la solución del conflicto. El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso ya ha calificado este paso de Estados Unidos como un intento de revisar los resultados de la Segunda Guerra Mundial, que fueron firmados por el propio Estados Unidos en el marco de las coaliciones anti-Hitler y antijaponesas.

Reflexionando objetivamente sobre los problemas de un posible compromiso en esta disputa, es necesario designar como factor disuasorio y evidentes riesgos geopolíticos para la propia Rusia. Solo miren el mapa para entender que la pérdida de control sobre las islas crea riesgos de movilidad para la Flota del Pacífico rusa, ya que solo dos estrechos sur entre las islas Iturup y Kunashir, así como Kunashir y Hokkaido japonés no se congelan y dan una salida directa del Mar de Ojotsk al Océano Pacífico todo el año. Por otro lado, no hay garantía de que dicho movimiento no se vea limitado por la posible aparición del contingente estadounidense en estas islas, con las que Japón está obligado por obligaciones aliadas. 

Rusia no puede permitirse que la engañen de nuevo, como fue el caso de las promesas de Estados Unidos de no ampliar la OTAN hace treinta años, que finalmente fueron violadas sin escrúpulos.

Es lógico que Rusia, representada por el presidente Vladimir Putin, proponga la celebración de un tratado de paz sin precondiciones y «luego, como amigos» para discutir y solucionar los problemas existentes. Evidentemente, en un acuerdo de este tipo Rusia quiere fijar las garantías más importantes para evitar los riesgos geopolíticos.

A pesar de todas las dificultades del proceso de negociación y los riesgos previamente identificados, Japón y Rusia hoy no solo son vecinos, sino también importantes socios económicos. El potencial de las relaciones económicas bilaterales es significativamente superior a los US $20,313,340,792.- en comercio que los países lograron en 2019. También es obvio que las perspectivas de solución de la disputa territorial no se han agotado por completo. Los contactos continúan y la parte japonesa con obvia persistencia apoya la disputa territorial en la agenda bilateral. En 2019, en el pico de contactos frecuentes entre V. Putin y S. Abe, incluso hubo sugerencias en los medios de que Rusia ya estaba lista para otorgar las islas en disputa al Japón. Sin embargo, ese optimismo y esas suposiciones resultaron prematuras y, con la salida de Abe de la arena política, sus sucesores tendrán que reconstruir un diálogo confidencial con el liderazgo ruso. Cualquier intento de los socios de hablar con Rusia en el lenguaje de los ultimatums de sanciones será deliberadamente improductivo, ya que su estatus geopolítico se basa en los merecidos resultados de la Segunda Guerra Mundial y el mantenimiento constante del equilibrio estratégico-militar global y regional.

Entonces, los nudos geopolíticos como de las Kuriles no pueden desatarse de repente. El proceso de arreglo político es un laberinto lleno de callejones sin salida, al que los tabúes políticos y los factores de riesgo externos conducen a compañeros del proceso político. La solución de tales problemas debería tener en cuenta toda la gama de posibles consecuencias para el equilibrio geopolítico. La única forma posible del proceso de negociación es el diálogo directo, ya que es imposible definir el destino de los territorios en disputa solo apelando a árbitros internacionales y tomando medidas unilaterales. Especialmente si el otro lado es un jugador internacional importante. Al mismo tiempo, como indiqué anteriormente, es importante que el interesado comprenda que las islas para una gran potencia son un elemento importante de su soberanía, pero que no es crítico para su existencia. Por tanto, queda la posibilidad teórica de resolver la disputa.

Y la conclusión final, quizás la más importante. El rol de la personalidad en la historia. Un gobierno débil y un líder débil son incapaces de generar iniciativas audaces y fuera de límites, ya que siempre están en las garras de los problemas políticos internos actuales, solo especulando sobre el tema de los territorios en disputa. Además, no pueden evocar un trato serio del lado opuesto. El más alentador es el diálogo de líderes fuertes con amplio apoyo político interno y confianza pública. Tales políticos, por regla general, son menos susceptibles al complejo de «sentimientos electorales» cotidianos y crean el fundamento para la cooperación a largo plazo en el futuro, piensan a gran escala y estratégicamente en el contexto de los últimos desafíos y amenazas globales.

Es de esperar que el desarrollo sobre esta base de las relaciones ruso-japonesas, respaldado por los éxitos en la interacción económica actual, pueda llevar a ambas partes a una trayectoria de progreso sostenible, o al menos permitirles ver la luz en la salida de este laberinto geopolítico.

Alexander Góvorov

Politólogo

Por Miguel Angel Barrios *

El 16 de diciembre en una ceremonia virtual la Argentina asumió la Presidencia Pro Témpore del bloque del Mercosur. El Presidente de la Argentina, Alberto Fernández citó al precursor de la definición Patria Grande, Don Manuel Ugarte, el que alguna vez señaló:” No hay obstáculo serio para la fraternidad y la coordinación de países que marchan por el mismo camino hacia el mismo ideal”.

El presidente Argentino entre otras definiciones dijo: “quiero compartir con ustedes el sueño de un Mercosur convertido en nave insignia de desarrollo sustentable, innovación tecnológica e inclusión social.“Superar esta pandemia planetaria supone construir un continentalismo solidario, entendiendo que nadie en América Latina se salva solo.No Necesitamos MENOSMercosur sino MÁS Y MEJOR Mercosur “.

Este fue el planteo inicial de un programa estratégico cuyo objetivo es conducir a un continentalismo solidario que el presidente Alberto Fernández exponía a los presidentes de los demás países del Mercosur,  y -en síntesis- formula que el objetivo del Mercosur debe ser la construcción de la Patria Grande. Es la primera vez desde 1991 en que se creó el Mercosur que se pronunció la palabra de Manuel Ugarte, el creador de la categoría geopolítica de Patria Grande.  Por eso es estratégico explicar el fundamento político de Patria Grande para Manuel Ugarte (1875-1951).

Su pensamiento, más que evocar unanostalgia es una convocatoria al porvenir.Ugarte es una de las figuras de la llamadaprimera generación anti imperialista latinoamericana de principios del siglo XXcompuesta por una constelación de jóvenes latinoamericanos, muchos de ellos exiliadosen Europa, en el momento que en América Latina estaba el apogeo de las repúblicas“positivistas” agro-mineras exportadoras, que trajo como resultado el “nuevo orden colonial” y la fragmentación de Hispanoamérica luego de las guerras de laindependencia y promovida por la diplomacia inglesa.

La guerra hispanoamericana en torno a Cuba (1898) y el “Ariel” como libro deconvocatoria a los jóvenes latinoamericanos de José Enrique Rodó, que aglutinó a la “generación del 900”, y entre ellos al argentino Manuel Ugarte, fueron los acontecimientos movilizadores para levantar la bandera de San Martín y Bolívar nuevamente.La “Patria Grande” es el rescate del espacio geopolítico del primer unionismo de los libertadores, es decir, el rescate del espacio hispánico, sumándole la América de variante portuguesa, o sea Brasil, al espacio continental de Patria Grande.Para Manuel Ugarte, la “Patria Grande” debía constituirse en los Estados Unidos deSur a través de un Estado  supranacional que tuviera como sello distintivo su unicidad, anticipándose alos planteos continentalistas de los movimientos nacionales populares del peruano Víctor RaúlHaya de la Torre y del argentino Juan Domingo Perón. Su concepción de la “Patria Grande” lo llevaba a concebir que si nuestros Estados no se articulaban en un gran Estado eran imposibilidades históricas. Esto lo desarrolla en una verdadera  teoría de la política internacional en el prefacio de su obra cumbre: “El Porvenir dela América Española” de 1910.

En esta obra podemos observar claramente las variables de los que para Ugarteconstituía la “Patria Grande”. Sus planteos centrales son:

– Como latinoamericano, además de su patria Argentina, Ugarte tiene una patriasuperior constituida por la América española y Brasil.

– La tarea es política: Hay que construir un bloque político que rehaga la obra de España y Portugal.

– Plantea por primera vez en término de acción política las estrategias o caminos geopolíticos que deben realizar los Estados de América Latina distinguiendo el papel tutelar que deben ejercer en el proceso integracionista, la Argentina,Brasil, Chile y México.

– A esta unidad cultural le acecha un peligro: Estados Unidos, el país que respeta y admira por su enorme progreso, pero al que le recrimina su actitudimperialista.

– Se declara partidario de aplicar una legislación social regulada por laintervención del Estado.

– Propone la armonización de los planes de estudio de los países de AméricaLatina priorizando en ello los rasgos comunes acerca de la unidad cultural.

En el prefacio de “El porvenir de la América Española”encontramos el núcleopolítico doctrinario de la concepción geopolítica de la “Patria Grande” de Ugarte:“Nuestra Patria Superior es la América Española, nuestra nacionalidad final es elconjunto de hábitos, recuerdos, y preferencias que arrancan de un origen común,obedecen a iguales concepciones y se articula en el mismo idioma (…) Un hombre no puede vivir fuera de la Patria más que en forma de paréntesis” (…) La plenaposesión del ser no la recupera hasta estar de nuevo en contacto con su atmósfera y consus paisajes (…) La Patria es para las colectividades lo que para el hombre es la voz, ensus fundamentos trascedentes (…) La Patria seguirá siendo en este sentido uninstrumento de independencia y una condición indispensable para el desarrollo integraldel hombre”.

Aquí podemos observar nítidamente que la “Patria Grande” sería un Estado quedenominó en  1901 en una nota  “Estados Unidos del Sur”. Su teoría latinoamericanista tienecomo base el pensamiento unionista de Bolívar y San Martin. La finalidad era que através de la “Patria Grande” logremos la independencia que no teníamos todavía en laprimera década del siglo XX, ya que con la primera independencia se logró unaindependencia política pero no una independencia integral.

Al final del prefacio, Ugarte delimita la “Patria Grande” cuando dice: “No me refiero alos fanatismos de provincia… Hablamos de las demarcaciones hondas como las quedivide al nuevo mundo en dos mitades. Al norte resplandece el espíritu anglosajón, alsur persiste la concepción latina”.

Podemos observar que la “Patria Grande” para Ugarte es una categoría geopolíticacomo instrumento de la soberanía nacional. Por ende  podemos considerarlo como unode los primeros teóricos de nuestras relaciones internacionales. La soberanía en Ugarteestaba lejos de ser una definición jurídica y pasaba a conformar las capacidades deautonomía posible en el escenario internacional. Por eso no dudamos en reconocerlo como el primer pensador y militante de un realismo liberacionista latinoamericano. Y enese sentido la “Patria Grande”, además de una unidad geopolítica, constituía una unidadcultural de la América en su variante hispánica y lusitana, en antagonismo con lacivilización anglosajona de América del Norte.

Concluye en el prefacio: “Ese es el patriotismo superior que emana del Estado actual denuestro continente. Nos proclamamos argentinos, uruguayos, o chilenos, pero, ante todosomos americanos de habla española, es decir, brotes paralelos de una revolución que sesienten unidos por semejanzas fundamentales y entienden defender en conjunto suindependencia y su misión histórica”.  Su originalidad se profundiza cuando plantea dentro de la categoría de “Patria Grande” el “principio de posibilidad de patria”. El “principio de posibilidad” no pasapor una abstracción, ni por un concepto juridicista ahistórico de la soberanía. Nos diceque a ello se añade otro sentimiento más moderno: el de la posibilidad de patria. Noalcanzan que solo existan, es necesario que puedan vivir. La nacionalidad, como el derecho, es una abstracción si no está apoyada en un volumen y en una fuerza que garantice sudesarrollo. Se refiere a los elementos componentes de un poder nacional concreto.

“La autonomía de Panamá es un sueño”. ¿No resultan algunas de nuestras patriasvisibles imposibilidades históricas? ¿Cuál será la suerte de América española sino interviene una alianza que anule su voluntad? ¿No está en la unión de la “PatriaGrande” el secreto de todas las victorias?

La concepción geopolítica de la “Patria Grande”, en el sentido explicado, atraviesa lahistoria de las ideas de América Latina del siglo XX y la figura de Ugarte -desconocida incluso en su propio país, va tomando fuerza continental.La Patria Grande se ha convertido en el nexo programático entre el Unionismo hispanoamericano de los libertadores San Martin y Bolívar y el latinoamericanismo de los movimientos nacionalespopulares del siglo XX, anclado territorialmente en el pueblo mestizo, católico de nuestra América, expresada en  la cultura común y la religiosidad popular. Por eso no es casualidad que el Documento de Puebla (1979)de la Iglesia latinoamericana rescate la identidadcultural de América Latina en la figura de la patrona: la virgen mestiza  de Guadalupe y la categoríageopolítica de la Patria Grande del socialista católico Manuel Ugarte.

El Presidente Argentino Alberto Fernández, un día antes del 17 de diciembre, aniversario del paso a la eternidad del libertador Simón Bolívar, rescata a Ugarte para darle el sentido estratégico que necesita el Mercosur para que pueda integrarse con autonomía y solidariamente al sistema mundo del siglo XXI.

* Autor del libro “El Latinoamericanismo en el pensamiento de Manuel Ugarte”. Editorial Biblos, Buenos Aires, 2007. Miembro de Dossier Geopolitico

Por Javier Benítez

La Presidencia de Industrias de Defensa de Turquía y su director, Ismail Demir, son los nuevos blancos sobre los que han impactado las nuevas sanciones de EEUU, sin mencionar que en esta nueva ráfaga, Rusia ha vuelto a ser alcanzada. A Turquía, por la compra de los S-400 rusos, y a Rusia, por el Nord Stream II, que en parte es ruso.

AUDIO:

https://mundo.sputniknews.com/popup/radio/?audio_id=18144505

Rusia, la tabla de ‘salvación’ de EEUU

Sanciones, sanciones y más sanciones. Sanciones hasta en la sopa. Y hasta como regalito de Papá Noel para Navidad. Son las que ha aplicado EEUU recientemente contra Turquía y Rusia, en este juego que ya se ha convertido desde hace mucho en un disparar a discreción a todo lo que se mueve. Porque EEUU ya no da más. No puede más. Y la pataleta se le sube a las sanciones, es decir, a la cabeza.

La frecuencia de estas medidas estadounidenses es cada vez más acelerada, en lo que se ha convertido en toda una espiral de desesperación, porque sabe que está perdiendo pie en cada cuestión en la que quiere competir técnica y comercialmente con otros países. Y como Rusia es la mayor destinataria, está claro a quién le teme más EEUU.

El portavoz del Departamento de Estado que dirige Mike Pompeo, dictó que Turquía había sido advertida «en los niveles más altos y en numerosas ocasiones que su compra de los sistemas S-400 pondría en peligro la seguridad de la tecnología militar y del personal de EEUU y proporcionaría fondos sustanciales al sector de defensa de Rusia, así como el acceso ruso a las fuerzas armadas y la industria de defensa turcas». Pero ‘el malo de Turquía’ «decidió seguir adelante con la adquisición y la prueba de los S-400, a pesar de la disponibilidad de una alternativa, sistemas interoperables de la OTAN para cumplir con sus requisitos de defensa».

Hay que remarcar la última frase: «A pesar de la disponibilidad de una alternativa, sistemas interoperables de la OTAN». En este sentido, la decisión de Turquía de seguir adelante con la compra de sistemas rusos, pese a la oferta de esas alternativas, sólo pueden significar dos cosas, y muy malas para EEUU: que sus tecnologías no son competitivas, y sus precios tampoco.

El país norteamericano anuncia estas sanciones apenas días después de que su Senado aprobara una ley de defensa nacional que incluye sanciones a Rusia y Turquía, y que trae bajo el brazo un financiamiento de 740.000 millones de dólares para el Departamento de Defensa.

El repudio

El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, fue el primero en repudiar las sanciones. «Da pena que últimamente se escuchen cada vez más declaraciones de EEUU y la UE referentes a las sanciones contra nuestro país. Ankara no espera sanciones sino el cumplimiento de las promesas de la UE y el apoyo de EEUU en nuestra lucha contra las organizaciones terroristas».

También se expresó el canciller ruso, Serguéi Lavrov. Al referirse a las sanciones declaró que son «otra manifestación de una relación arrogante al derecho internacional, una manifestación de las medidas unilaterales forzosas ilegítimas» y que «no añade […] la autoridad a EEUU en la escena internacional en calidad de un participante responsable de la división del trabajo, en particular en el ámbito de la cooperación militar-técnica».

Asimismo, tuvo algo que decir Mohamad Yavad Zarif, el Exteriores de Irán, «La adicción de EE.UU. a las sanciones y el desprecio por el derecho internacional se han manifestado nuevamente en todo su esplendor. Condenamos enérgicamente las recientes sanciones de EE.UU. contra Turquía y apoyamos a su pueblo y Gobierno».

Para el director del think tank Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, estas nuevas sanciones de EEUU se enmarcan en un cambio de época.

«Esto es una clara demostración de que hay países que están en ascenso, y hay países que están en descenso».

«Las naciones históricamente poderosas, que han tenido una historia y una cultura de conformación de imperio histórico, intentan tener su lugar en el nuevo orden mundial del siglo XXI. Y uno de los países que quiere volver a una relación distinta a la que se le había encapsulado al ser derrotado en la Primera Guerra Mundial, es el caso específico de Turquía», explica el analista, al indicar que es algo que no le cae nada bien, ni a EEUU, ni a la OTAN.

De acuerdo a Pereyra Mele, esta nueva postura de Turquía no podía tener lugar, «ni en la Guerra Fría, ni durante el período en que EEUU fue el hegemón que decidía qué tenía que hacer cada país, y qué no podía hacer. EEUU cree que todavía está en esas condiciones, por lo cual se lleva por delante el derecho internacional y la soberanía de cualquier país que intenta tener una autonomía y una independencia mayor».

15 años promoviendo semanalmente la Geopolitica, en este Programa

Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

TEMAS:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente

AUDIO:

Tiempo de balance al cerrar el año y la última columna del 2020 hasta Enero de 2021. 

Año de Peste mundial y sus consecuencias, no nos hizo mejores y también demostró las profundas falencias de los países centrales…

EEUU la caídas del Mito del sueño americano y de “su” democracia perfecta y de su Hegemonía absoluta y mas…

Las Tecnológicas transnacionales y su nuevo poder global…

Europa y su estructura UE en crisis + Brexit: tres europas y sus crisis y mas…

Rusia frena los conflictos creados en su zona de seguridad por la OTAN, y sus nuevas alianzas y desarrollos científicos-tecnológicos y mas…

Irán jugador regional que no se lo puede soslayar y el bloque Saudita-Israeli que se le opone, mas…

China logra imponerse como la potencia vencedora este 2020, y sus nuevas alianzas estratégicas en el sudeste asiatico junto a Corea del Sur, Japón, Australia y Nueva Zelanda y mas…

América del Sur ante un nuevo momento histórico, con un modelo político neoliberal en crisis en la mayoría de los países líderes de ese “modelo” de dependencia le abre una nueva oportunidad a la región con alianzas intra región y alianzas estratégicas con las potencia emergentes par sopesar la influencia profunda de washington y el subcontinente 

Como se venía anticipando, el agua comenzó a cotizar esta semana en Wall Street dentro del mercado de futuros de materias primas,¿qué impacto tiene esto?, este tema de la lucha y control de los Recursos Naturales lo venimos analizando y alertando desde hace mas de 15 años, por ello nos parece importante volver a publicar el trabajo: Agua Dulce un recurso estratégico y la «enfermedad holandesa» que se difundiera el 02/06/2010, en el Sitio Web Internacional Rebelión, y las direcciones electrónicas de otros artículos y entrevistas al autor. Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

Agua Dulce un recurso estratégico y la «enfermedad holandesa»

Por Carlos A. Pereyra Mele | 02/06/2010 | Mundo

Fuentes: Rebelión

La crisis financiera global que afecta a los países de la triada (EE.UU., UE y Japón ) particularmente, ha relegado los temas estratégicos a un cono de silencio mediático, pero un conflicto en desarrollo para la humanidad sigue su marcha a pesar de ese silencio, y nos estamos refiriendo al agua dulce. Bien, este, que […]

La crisis financiera global que afecta a los países de la triada (EE.UU., UE y Japón ) particularmente, ha relegado los temas estratégicos a un cono de silencio mediático, pero un conflicto en desarrollo para la humanidad sigue su marcha a pesar de ese silencio, y nos estamos refiriendo al agua dulce. Bien, este, que esta en vías de transformarse en escaso y no renovable.

Si consideramos las informaciones estadísticas mas conservadoras que nos dicen que en el año 2000 con una población de alrededor de 6000 millones de habitantes el 3% sufrían falta de agua y el 5% escasez de la misma y que las proyecciones para el año 2050 (dentro de 40 años) y para una población estimada en 8.900 millones sufrirá falta de agua el 10% (890 millones) y la escasez de este vital elemento trepara al 32% (2900 millones),y que solo el 58% podrá disponer de este recurso. Nos esta dando un cuadro realmente dramático para la población del planeta. Por ello Ismael Sarageldin Vicepresidente del Banco Mundial en el año 2000 declaro: Las guerras del siglo que viene serán por el Agua. ( Organismo que tuvo y tiene mucho que ver con los proyectos sobre la utilización del agua).

Es conveniente recordar que: en el mundo hay solo un 3% de agua potable, de esta hay solo un 0,7% accesible fácilmente, y que los requerimientos industriales y rurales suman el 80% de esta cantidad; con lo que queda un 20 % para consumo humano, es más, con los incremento demográficos esperados el consumo del liquido elemento se disparara no tanto para el consumo humano sino por la expansión de la industria y los alimento para esa masa de población.

También es importante tener en cuenta que la mayor proporción del agua dulce (68,7%) está contenida en forma de hielo y en nieves perpetuas, en el Ártico, el Antártico y en regiones montañosas. Otro 29,9% del agua dulce son aguas subterráneas dulces. Solamente el 0,26% del total de aguas dulces en la Tierra se concentra en lagos, embalses y sistemas fluviales. Estas son las más accesibles para las necesidades económicas y muy importantes para los ecosistemas hídricos.

Y recordemos que la historia de la humanidad en gran medida se desarrollo alrededor de los cursos de agua dulce, culturas e imperios esta intrínsicamente ligados e ellos: (Tigris, Eufrates – Nilo – Tíber – Sena- Danubio – Rhin- Misisipi, Amazonía y Río de la Plata en nuestro continente Americano) y no pocos conflictos se debieron al control de los mismos.

En nuestro continente suramericano el agua fue fuente de conflicto y luchas por el control de la misma, por nuestros grandes ríos ingresaron los conquistadores europeos españoles y portugueses, también fueron causa de guerras, la de Argentina y la alianza Francobritánica (siglo XIX), el control de los ríos interiores que se definió favorablemente para argentina bajo el gobiernos de Juan Manuel Rosas.

En la actualidad debido a los incrementos de contaminación, el cambio climático, los desarrollos urbanos y control de las fuentes de agua para aumentar la producción de alimentos e industrial, se ha modificado la tradicional percepción histórica del agua, que en el inconciente colectivo la consideraba un recurso renovable e inagotable, hoy en día: El agua se va trasformando en un bien escaso y por lo tanto ESTRATEGICO, y por ello apetecido por las multinacionales y las potencias.

A mediados de la década del 80 del siglo XX pasado, el agua dulce dejo de ser un recurso natural renovable que no se lo tenía en las agendas geopolíticas y geoestratégicas de las potencias y las multinacionales como eran el Gas y o el Petróleo y se incorporo junto a la Biodiversidad (dentro del plan de seguridad de EE.UU.). En febrero de 2004 en un informe secreto que fue divulgado por The Guardian el consejero del Pentágono A. Marshall, advierte sobre le calentamiento global y por ende la falta de agua potable y se sugería a la administración estar en condiciones para apropiarse de este recurso estratégico allí donde este y cuando sea necesario. Pero no solo EE.UU. lo considera así sino que todas las potencias tanto las tradicionales como las emergentes incorporan este recurso a sus agendas de seguridad. Por ello decía la revista Fortuna año 2003: «El agua promete en el siglo XXI ser lo que fue el petróleo en el siglo XX, el bien que determina la riqueza de las Naciones«.

Como todos sabemos el Derecho va siempre por detrás de los acontecimientos humanos en los últimos años toda una serie de convenciones y declaraciones sobre el tema han establecido que: » IV Foro Mundial del Agua reunido año 2006: «el acceso al agua es un Derecho Humano Fundamental… La ONU decreto que el 1er sábado del mes de octubre de cada año como el día internacional del agua. Consejo Mundial del Agua (CMA) «… el Derecho al agua es indispensable para la dignidad humana…», etc. Como se acredita, el Derecho Internacional y el Derecho Interno coinciden totalmente sobre el respeto por la vida humana y por ende la necesidad y obligación del Estado de procurar su subsistencia, en el cual el agua es un elemento insustituible de la vida. (1). Pero como afirmamos en este párrafo el deber Ser generalmente no coinciden con el Ser, mas cuando esta en juego intereses de seguridad y económicos como el tema que estamos tratando y por ello la prudencia nos determinada que es preciso tomar conciencia y acciones sobre este recurso mas allá de lo legal.

¿Cuál es la realidad Americana del sur con el tema agua dulce?, considerando a la geopolítica como la ciencia que con sus análisis y tendencias, ayuda a la toma de decisión de los gobernantes, empresarios y grupos de opinión, antes de que los acontecimientos se desencadenen sin el control de los mismos, destacaremos:

Entre los mega datos el continente suramericano es el que genera el 25% del total de agua dulce del mundo y recursos hidroeléctricos incalculables. Encierra la tercera parte de las reservas mundiales de bosques latifoliados.

Vinculación hidrovial entre tres cuencas: Orinoco, Amazona y del Plata permite la navegación desde Buenos Aires hasta Caracas y de este a oeste presenta al menos tres conexiones interoceánicas.

En América del Sur, la riqueza natural es enorme. Es la primera reserva biótica terrestre del planeta y la segunda marina; además de contar con cuantiosas depósitos de petróleo en Venezuela, ahora también en Brasil y Ecuador; de gas en Perú y Bolivia; o de distintos minerales en toda la región y de alimentos donde destacan Argentina y Brasil.

El problema es si esta gigantesca riqueza la desarrollan los estados nacionales integrados en estructuras regionales y continentales o grupos multinacionales en beneficio de los países centrales. Las tres grandes cuencas están inmersas en un plan estratégico de comunicación que planifica el IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana), que si bien desarrollan ejes de comunicación este-oeste, no incluyen por ahora el eje Sur-Norte (Buenos Aires/Caracas), pero se basa fundamentalmente en grandes obras de infraestructura camineras y en un segundo plano las vías hídricas, solo se trabaja en la utilización de los ríos Paraguay-Paraná. Otro capitulo que exigiría todo un trabajo especifico es el del gran acuífero Guaraní: el más importante de la región y que se reconoce como uno de reservorios más grandes del mundo con una extensión de alrededor de 1.190.000 km2 (9.9% del territorio), en Argentina 225 mil km2 (7.8%), en Paraguay 70 mil km2 (17.2%) y en Uruguay 45 mil km2 (25.5%). Estos Ríos y Acuíferos son vitales para una serie de «corredores de desarrollo» que se busca consolidar, con nuevos emplazamientos energéticos, industriales y agropecuarios. La cuenca amazónica es el otro gran desafío a desarrollar que esta en el corazón del continente y por ello es nexo entre sur y norte, que incluye la mayor parte de espacios vacíos, que es el talón de Aquiles demográfico de Suramérica con sus poblaciones asentadas mayoritariamente en sus costas, la amazonía que conecta a varios países y que por su biodiversidad y recursos agrarios son muy apetecible en un mundo en crecimiento y que interactúa también con la cuenca del Orinoco.

Los centros de producción más importante de Suramérica, según los diseños del IIRSA coinciden con la zona donde se ubica el acuífero Guaraní, un punto geográfico que por el oeste tiene salida directa por el Atlántico y por el este se comunica por lo que pretende que sea la hidrovía Paraná-Paraguay (medio de transporte regulado que da salida no sólo industrial, sino a la agrícola -particularmente de la soja convencional y genéticamente modificada que es producida ahí por multinacionales como Cargill- en un área que se extiende desde Cáseres en Argentina, a Mato Grosso en Brasil, y hasta Nueva Palmira en Uruguay).

En esta geo situación de ordenamiento territorial, el acuífero se perfila como estratégico, de ahí que el BM y los gobiernos de los países que integran el MERCOSUR lanzaron el proyecto de Protección Ambiental y Desarrollo Sustentable del Sistema Acuífero Guaraní. El problema de nuestra propia seguridad es que la mayoría de estos emprendimiento cuenta con la «ayuda» de los expertos del BM que ya destacan al agua como un recurso estratégico del cono sur. (1)

Por todo lo expuesto coincidimos con la CEPAL que expresara a los países iberoamericanos que «La propuesta es más Estado, un mejor mercado, con normas muy claras, y una mayor participación del pleno de la sociedad» y que la región «no puede dejar en manos del mercado» su futuro. América del sur debe profundizar los entendimientos, el control y explotación racional de sus recursos naturales renovables y no renovables. El siglo XXI marcha de manera acelerada y no nos espera. El tener «miopía estratégica» es un lujo que no podemos permitirnos, pues el tablero inestable mundial, la globalización y la experiencia de aliarnos en el antaño con potencias que solo nos hicieron mas dependientes, nos obliga a no repetir esos errores. Nuestra región no puede pasar de una dependencia a otra» y debe «superar la maldición de los recursos naturales«(2), que en diversas épocas y países ha generado la llamada «enfermedad holandesa«, como se conoce al dañino impacto de las riquezas mal administradas.

Carlos A. Pereyra Mele, Fondo para la Cultura Estratégica Rusia

Notas:

[1] Dr. Armando Valiente (argentina) Conferencia sobre:» El agua conflicto en desarrollo. Un derecho en evolución.»

[2] Carlos Pereyra Mele La Lucha por los Recursos Naturales http://licpereyramele.blogspot.com/2006/09/la-lucha-por-los-recursos-naturales.html 

Fuente: Rebelion.

OTRO ARTÍCULO: Geopolítica del agua dulce del 07/04/2009 Sitio El Malvinense

https://www.elmalvinense.com/sgeopol/n0108/164.htm

OTRO ARTÍCULO: El agua un bien estratégico del 01/02/2010 Sitio Aporrea

https://www.aporrea.org/internacionales/a94384.html

OTRO ARTÍCULO: El agua dulce es un elemento estratégico para el crecimiento de las naciones en el siglo XXI del 05.02.2010 sitio El Comercio On Line 

https://www.elcomercioonline.com.ar/articulos/50031694-El-agua-dulce-es-un-elemento-estrategico-para-el-crecimiento-de-las-naciones-en-el-siglo-XXI.html

En lugar de una democracia regional, lo que ha florecido son los acuerdos de armas, los conflictos y los regímenes autoritarios.

Por VIJAY PRASHAD

Hace diez años, un vendedor ambulante en Túnez se prendió fuego , lo que provocó que la gente a lo largo de las orillas del mar Mediterráneo, desde Marruecos hasta España, se rebelara. Salieron a sus plazas públicas indignados por las terribles condiciones en las que tenían que vivir.

Poco se ha avanzado en su agenda en la última década. Los gobiernos de los estados del sur de Europa han traicionado uno a uno las aspiraciones de la gente; El fracaso más dramático fue el del gobierno de Syriza en Grecia, que ganó un mandato contra la austeridad y luego se  rindió  ante la troika (el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional) en 2015.

Los levantamientos en el norte de África terminaron con el regreso de los generales ( como en Egipto ), la destrucción de estados ( como en Libia ) y la afirmación de las monarquías árabes ( desde Marruecos hasta Arabia Saudita ).

Finalmente, el presidente Donald Trump talló el obituario en la lápida de esa rebelión de la “Primavera Árabe” cuando usó la inmensidad del poder estadounidense para  fortalecer a  los aliados de Estados Unidos, como las monarquías árabes e Israel, en detrimento de la gente de la región.

Lo que queda de la Primavera Árabe es un recuerdo lejano de las multitudes en la plaza Tahrir de El Cairo; una imagen más típica del presente es la de los monarcas de Marruecos y los Emiratos Árabes Unidos besando a Israel para complacer a Estados Unidos.

Peligro en el Mediterráneo Oriental

En los países de habla árabe, surgieron dos conjuntos de conflictos cuando la gente en las plazas públicas sacudió la política en sus países. El primero fue entre Irán y las monarquías del Golfo Pérsico (lideradas por Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos). Esto tuvo un impacto catastrófico en el Líbano y Siria.

El segundo fue el conflicto entre los países afines a los Hermanos Musulmanes (Qatar y Turquía) y las monarquías del Golfo Pérsico.

Ambos conflictos, enardecidos por Israel, continúan amenazando guerras regionales.

Fue bajo la presión de Arabia Saudita e Israel que Estados Unidos inventó una «amenaza nuclear» de Irán e impulsó una agenda que resultó en el  acuerdo con Irán de 2015 . Mientras tanto, varios de los científicos nucleares iraníes fueron asesinados desde 2010 hasta el presente; Irán  culpa a  Israel y Estados Unidos por estos asesinatos. Las sanciones y amenazas de intervención militar casi se han vuelto ahora normales.

La gravedad de este conflicto no ha disminuido y no disminuirá incluso si el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, devuelve a su país al marco del acuerdo nuclear.

Más siniestros han sido los conflictos cada vez más profundos contra Qatar y Turquía.

En 2017, Arabia Saudita y sus aliados iniciaron un bloqueo contra Qatar; la animosidad fue tan grande que Arabia Saudita  planeó  cortar la masa de tierra alrededor de Qatar y convertirla en una isla.

Tanto los árabes del Golfo como los europeos estaban  preocupados  por la influencia de Turquía sobre los nuevos gobiernos en el norte de África. Conspiraron para derrocar al gobierno de la Hermandad Musulmana en Egipto en 2013 y para llevar a cabo una guerra en Libia contra la influencia turca sobre el gobierno reconocido por la ONU en Trípoli.

El descubrimiento de campos masivos de gas natural en el Mediterráneo Oriental en 2009  cambió la ecuación de antiguas rivalidades en la zona, particularmente entre Israel y sus vecinos, y entre Turquía y Grecia por Chipre.

En la última década, las alianzas en todo el Mediterráneo se han consolidado en torno al control de estos campos de gas. Se han publicado mapas con afirmaciones contradictorias y ha sido difícil evitar los conflictos casi militares.

El armamento turco de las tropas en Libia dio a los  barcos franceses  (junio de 2020) y alemanes (noviembre de 2020) la oportunidad de intentar abordar los barcos turcos. La Unión Europea amenazó con imponer duras sanciones contra Turquía en su cumbre del 10 al 11 de diciembre, pero luego  decidió  posponer cualquier decisión sobre sanciones hasta la próxima reunión en marzo de 2021.

Francia, que se ha  esforzado  al sur del desierto del Sahara en la región del Sahel, ahora ha fortalecido sus vínculos con los países que se oponen a Turquía. Los acuerdos de armas   con Grecia han ido de la mano de los ejercicios militares con Egipto y los Emiratos Árabes Unidos (los ejercicios de Medusa que incluyen a Chipre y Grecia). El francés Emmanuel Macron honró al presidente egipcio Abdel Fattah el-Sisi (un ex general) con el premio más alto de Francia.

Cuando el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, visitó Francia en noviembre, se quejó a Le Figaro sobre las acciones de Turquía en el Mediterráneo oriental. Durante su visita a Turquía después de Francia, Pompeo  evitó a  altos funcionarios turcos. El desaire fue claro. Israel, respaldado por Estados Unidos, ha anunciado ahora   que aumentará la cooperación militar con Chipre y Grecia.

Turquía, mientras tanto, ha aumentado su cooperación con Rusia y, curiosamente, con el Reino Unido, cada vez más alienado de los europeos por sus balbuceantes negociaciones del Brexit.

Aplastamiento de Palestina, Sáhara Occidental, Yemen

Trump ha propuesto un alucinatorio » acuerdo  del siglo» que prometía solucionar la ocupación de larga data de los palestinos por Israel. No se ha logrado nada por el estilo. Lo que Trump y Pompeo han hecho en cambio es descartar una serie de resoluciones de la ONU para entregar a Israel muchas de sus demandas máximas en bandeja.

Un primer gesto fue el anuncio de que la Embajada de Estados Unidos se  trasladaría  de Tel Aviv a Jerusalén; luego vino el visto bueno para la posible anexión a gran escala   de Jerusalén Este y Cisjordania por parte de Israel y el reconocimiento estadounidense   de la ocupación israelí de los Altos del Golán en Siria.

Estados Unidos hizo favores como la  venta  de armas por valor de 23.000 millones de dólares a los Emiratos Árabes Unidos y la  eliminación de Sudán de la lista de patrocinadores estatales del terrorismo para ganar el reconocimiento público de Israel. Estas armas, particularmente los F-35, vendidos a los Emiratos Árabes Unidos permitirán a los árabes del Golfo continuar su cruel guerra contra Yemen.

Luego, casi de la nada, Estados Unidos reconoció este mes   la ocupación marroquí del Sahara Occidental a cambio del reconocimiento de Marruecos de Israel y de que el rey marroquí comprara armas por valor de mil millones de dólares a Estados Unidos. Este acuerdo fue negociado por los EAU.

Las esperanzas de los pueblos palestino, saharaui y yemení se han visto seriamente comprometidas por estos cínicos acuerdos.

Diez años después de la Primavera Árabe, hay poco que celebrar. Se han dejado de lado grandes esperanzas. Han vuelto los viejos cinismos, el cinismo de las transacciones de armas y de energía, el cinismo de la brutalidad.

Este artículo fue producido por  Globetrotter , que lo proporcionó a Asia Times.

https://asiatimes.com/2020/12/ten-years-on-hopes-of-arab-spring-snuffed-out/?mc_cid=61d8c3edaa&mc_eid=3ab8a50a07 
Vijay Prashad es un historiador, editor y periodista indio. Es compañero de redacción y corresponsal en jefe de Globetrotter. Es el editor en jefe de  Left Word Books  y el director de  Tricontinental: Institute for Social Research . Es miembro senior no residente del  Instituto de Estudios Financieros de Chongyang , Universidad Renmin de China. Ha escrito más de 20 libros, incluidos  The Darker Nations  y  The Poorer Nations . Su último libro es  Washington Bullets , con una introducción de Evo Morales Aym

Los principales asesores de Biden ya piden más operaciones de libertad de navegación y apoyo estratégico para Taiwán

Por RICHARD JAVAD HEYDARIAN

Con la inminente transición de Estados Unidos de Donald Trump a Joe Biden, hay pocas señales de que Estados Unidos o China tengan la intención de retroceder en el Mar de China Meridional, incluido el futuro de Taiwán.

La administración entrante de Biden ya ha señalado que apretará los tornillos a China, acercándose más a las duras políticas de la administración Trump sobre China que su predecesor demócrata bajo Barack Obama, quien ahora es ampliamente acusado de moderar los primeros signos de los diseños expansionistas de China para la región. 

Mientras tanto, el Ejército-Armada Popular de Liberación de China (PLAN) realizó recientemente ejercicios con fuego real en las disputadas aguas del Mar del Sur de China, flexionando sus helicópteros Harbin Z-9 y misiles antibuque avanzados durante juegos de guerra simulados.

Los ejercicios tuvieron lugar en Sanya, el extremo sur de la isla de Hainan, desde donde China lanzó su primer portaaviones Shandong construido en el país en diciembre pasado.

Los provocativos simulacros siguen a los juegos de guerra aéreos y navales de «cuatro mares» sin precedentes realizados por el EPL en sus aguas adyacentes en los últimos meses, así como al anuncio de dos nuevas «regiones administrativas» que atraviesan el Mar del Sur de China.

El último ejercicio de flexión muscular de China también reveló, basado en imágenes de satélite , el progreso de China en la construcción de un nuevo dique seco en Hainan, uno que será lo suficientemente grande para el supercarrier Type-003 de próxima generación del país.

La Iniciativa de Transparencia Marítima de Asia en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington DC dijo en una nueva investigación que las actividades militares de China en el área, incluidos ejercicios, entrenamientos, visitas a puertos y operaciones, aumentaron en aproximadamente un 50% a 65 en 2020 de 44 en 2019, según análisis de informes de medios estatales.

Sin embargo, no está claro que la administración de Biden tome los desarrollos de forma inactiva. Jake Sullivan , elegido por Biden como asesor de seguridad nacional, ha pedido recientemente la intensificación de las operaciones de libertad de navegación (FONOP) contra China en el Mar del Sur de China, lo que marca una posible escalada de la política de Trump.

“Deberíamos dedicar más activos y recursos para asegurar y reforzar, y mantener junto a nuestros socios, la libertad de navegación en el Mar de China Meridional”, dijo Sullivan  durante un podcast presentado por un miembro del Centro para un Nuevo Estadounidense de Seguridad. “Eso pone el zapato en el otro pie. Entonces China tiene que detenernos, lo que no harán «.

Los FONOP se han convertido en el desafío más potente de los EE. UU. A los reclamos de gran alcance de China en aguas adyacentes, con buques de guerra estadounidenses que atraviesan el radio de 12 millas náuticas de las islas ocupadas por Beijing y las características terrestres del Mar de China Meridional.

Los otros socios regionales importantes de Estados Unidos, incluidos Japón, Gran Bretaña, Francia e India, también han llevado a cabo operaciones de «acceso» similares , aunque de una manera menos conflictiva.

A diferencia de la Armada de los EE. UU., Los buques de guerra europeos no han penetrado profundamente en las 12 millas náuticas de las islas reclamadas por China, pero no obstante han realizado maniobras navales lo suficientemente cerca como para señalar su oposición a los reclamos marítimos de Beijing y las posibles amenazas a la libertad de navegación y sobrevuelo en la zona.

Australia ha realizado sistemáticamente patrullas aéreas en el Mar de China Meridional, otra forma más sutil de reafirmar los derechos de los estados no reclamantes al acceso libre y sin obstáculos a las líneas marítimas internacionales de comunicación.

A principios de este año, la armada australiana se unió a los FONOP de EE. UU. En el área, en lo que los expertos vieron como la primera empresa multilateral de una maniobra naval de alto riesgo.

Durante los últimos cuatro años, la administración Trump adoptó una posición dramáticamente más dura en el Mar de China Meridional, con FONOP anuales que aumentaron de dos a tres por año en los últimos años de la administración Obama a hasta diez el año pasado.

A pesar de las importantes interrupciones operativas causadas por la pandemia Covid-19, incluida la puesta a tierra forzada del USS Roosevelt debido a un brote a bordo, el Comando Indo-Pacífico de la Armada de los EE. UU. (INDOPACOM) logró realizar hasta ocho FONOP este año.

La administración Trump no solo ha aumentado la frecuencia de FONOPS, sino que también ha agudizado su ventaja, a menudo desplegando simultáneamente dos buques de guerra de última generación en las profundidades de las aguas reclamadas por China, incluidas las áreas alrededor del Scarborough Shoal ocupado por Beijing, que cae bien dentro de la zona económica exclusiva de Filipinas.

A veces, varias operaciones de FONOP se han producido en rápida sucesión, incluidas dos operaciones de este tipo en dos días este año. La administración Trump también ha respaldado las operaciones navales con patrullas aéreas, con más de 2000 misiones de vigilancia de aviones militares estadounidenses en el área solo en los primeros seis meses de este año.

Además de esto, el Pentágono, por primera vez desde el final de la Guerra Fría, también se ha asociado con la Guardia Costera de los Estados Unidos para realizar simulacros conjuntos en el área mientras impulsa el desarrollo de capacidades entre los aliados regionales.

Esto ha coincidido con la expansión del Financiamiento Militar Extranjero (FMF) y las exportaciones militares a los estados de primera línea, incluidas bombas inteligentes, misiles de crucero , fragatas reacondicionadas y probablemente aviones de combate avanzados a Filipinas, un importante estado reclamante en el Mar de China Meridional.

La administración Trump también tomó la decisión sin precedentes de respaldar efectivamente los reclamos marítimos de los rivales de China en el Mar de China Meridional, al tiempo que señaló su compromiso de acudir al rescate de aliados como Filipinas si hubiera un conflicto absoluto con China en el área.

Para consternación de Beijing, Washington también ha aumentado su asistencia a Taiwán, otro estado reclamante del Mar de China Meridional que China considera una provincia renegada que eventualmente debe incorporarse al continente.

La administración Trump autorizó hasta $ 5 mil millones en ventas de armas a Taiwán este año, mientras que altos funcionarios estadounidenses, incluido el contralmirante de la Armada Michael Studeman y el secretario de Salud de Estados Unidos, Alex Azar, han realizado visitas sin precedentes a la isla autónoma.

Hasta ahora, la administración Trump ha proporcionado 11 paquetes de venta de armas a Taiwán, incluido recientemente un Sistema de Comunicaciones de Información de Campo (FICS) de $ 280 millones.  

Según la Agencia de Cooperación para la Seguridad de la Defensa de Estados Unidos, la nueva adquisición taiwanesa está «diseñada para proporcionar comunicaciones móviles y seguras» y ayudar al país a «modernizar su capacidad de comunicación militar» en medio de las crecientes amenazas de guerra electrónica y convencional de Beijing.

Estados Unidos avanzó recientemente con varios paquetes de venta de armas para Taiwán, incluida la aprobación de la venta de  aeronaves pilotadas a distancia (RPA) MQ-9B listas para armas y  misiles de respuesta ampliada de misiles de ataque terrestre AGM-84H (SLAM-ER).

Durante una importante conferencia en Taipei a principios de este mes, la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen, una acérrima crítica de Beijing, criticó las actividades de China en el Mar de China Meridional, que según ella se ha vuelto «cada vez más militarizado».

“Las fuerzas autoritarias intentan sistemáticamente violar el orden basado en normas existente”, dijo el líder taiwanés, al tiempo que pidió una mayor asistencia de otras naciones democráticas.

“Taiwán ha estado en el extremo receptor de tales amenazas militares a diario, [pero] [estamos] más decididos que nunca a continuar desarrollando nuestras industrias de autodefensa y salvaguardar nuestra soberanía y democracia”, agregó.

Durante un discurso en el mismo evento en Taiwán, Kurt Campbell, un exdiplomático estadounidense para el este de Asia y probablemente uno de los principales asesores de políticas en la administración entrante de Biden, dejó en claro que existe un consenso bipartidista para apoyar a Taiwán.

Junto con Ely Ratner, otro importante asesor de política exterior de Biden, Campbell se ha convertido en uno de los ex funcionarios de la administración Obama más destacados en abogar por una postura dura sobre China, desde el Mar de China Meridional hasta Taiwán. Campbell fue visto como un arquitecto principal de la política de «pivote» de Obama hacia Asia desde el Medio Oriente.  

«Hay un amplio grupo de personas en el pasillo político que comprenden la profunda importancia estratégica y nuestros intereses estratégicos en mantener una relación sólida con Taiwán», dijo el ex principal responsable de políticas de Obama en Asia, lo que probablemente indica el compromiso de la administración entrante de Biden de continuar apoyando a Taiwán. .

Publicado en Asia Times:https://asiatimes.com/2020/12/biden-to-follow-trumps-lead-in-south-china-sea/?mc_cid=61d8c3edaa&mc_eid=3ab8a50a07